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TE QUIERO MUCHO

Cuando me tocaste con esas manos que robaron su flauta a los demonios, fui acaso aún más joven como tierra que hubiese sido mojada. Confiaría en ti como confían las nubes en el aire. Y sé muy bien que vivirás ya en mí como la luz en los cristales.

Como acariciando a un niño, los filos del pensamiento forman aquí tus facciones, tus orejas que un día podría besar, tu halagueña aparición, el ensueño que nos hizo cosquillas unos minutos y luego nos abandonó.

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Es mi deseo herirme en tus dedos y guardarte en mi tórax abierto como una iglesia. Tenerte confiado, tirando de mi efusión como de un arco.

Y el corazón se desboca porque sí, ensombreciendo las sábanas. Y mi regocijo sólo quiere volver a recaudar nuevas perlas de entre lo tuyo.

No podría ser más para ti que el destino de vuelo en la pluma. Ni sabes lo que me significas.

Impera ahora tratarte mejor… Convencerte.

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