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AZUL OSCURO

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FANTASÍA

FANTASÍA

A veces, cuando la mocedad va encontrando su propio mote, hay un arrebato nuevo moviendo un pecho febril que golpea contra todo, que retumba como un tambor de soldados de juguete frente a una infancia que se alarga en la añoranza.

Hay, también, una constelación de himnos que nos llama donde hay otros iguales a uno que vienen y van con manos estrechadas. Y en ese sueño el sentir va reconociendo su sustancia, jugando con su propia virilidad, contemplando su belleza espejeado en aquel que baña sus pies en espumas de salivas y sílabas o se yergue en un duelo de envergaduras.

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Pero, si observas con atención, te darás cuenta:

es, al parecer, un juego holográfico sobre una pantalla negra, donde un grupo de muchachos juega a pelear sin camisa en las calles de un barrio de hermanos.

Te darás cuenta...

SOL DE CUALQUIER HORA

Eres pan solar para este corazón nervioso. Cuando me hablas, se inflaman las horas como ráfagas dichosas y la ansiedad se diluye en tus dulces palabras.

Aun en la tiniebla, si tan sólo te pienso, conduces mis pasos de vuelta al hogar. Me duermo abrazado a tu recuerdo. Y, ay, si de nuevo amanezco afligido, buscando no sé qué cosa fuera de mí, tu luz desanuda los nudos de la garganta y traza en mí una sonrisa. Porque eres fuego familiar que sin quemar cauteriza.

Astro de mis días, tiendo siempre a ti con manos alzadas. Tu indulgencia baja mi pecho, ensanchándolo; y allí cabes siempre, en toda tu formidable magia de muchacho amado. Tu belleza ilumina entonces La Creación entera y la sostiene.

No dejes nunca a este niño que tanto te necesita vagando de vuelta en la oscuridad.

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