Microeconomía

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Curso fundamental de Microeconomía (4ª Edición)

Profesor: Juan Carlos Aguado Franco Mayo 2015

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ÍNDICE

Página

Módulo 0-Presentación…………………………………………………

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Módulo 1-Objeto de estudio de la Microeconomía…………………..

04

Módulo 2-Los mercados: Oferta y demanda…………………………

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Módulo 3-El comportamiento del consumidor……………………….

54

Módulo 4-La empresa: Producción y costes…………………………

80

Módulo 5-La competencia perfecta……………………………………

107

Módulo 6-El monopolio…………………………………………………

119

Módulo 7-Otras formas de competencia imperfecta………………...

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Módulo 0-Presentación

Este módulo inicial es simplemente descriptivo de la materia, y de evaluación previa de conocimientos de los participantes en el MOOC. El resto de los módulos contarán con un archivo PDF en el que se explica la lección, y uno o más vídeos explicativos. Asimismo, contienen enlaces a vídeos, ejercicios resueltos, textos comentados, etc. que facilitan la asimilación de la materia. Al final de cada módulo hay un test, y al final del curso hay un test global de la materia. Existe también un foro en el que puedes presentarte a tus compañeros y en el que podrás compartir todas las dudas que te surjan, o solucionar las que tengan otros compañeros. Yo también estaré presente en el foro para ayudaros. Finalizado el curso se obtiene un certificado gratuito de participación en el curso. Los alumnos que lo deseen podrán solicitar igualmente un certificado de pago (40 €) de superación del curso, con la firma del docente, el logotipo de la Universidad y el ránking obtenido en los tests. Con estos certificados ya se están concediendo créditos ECTS en varias universidades españolas. Los alumnos que deseen información para convalidar la realización de este curso por créditos, han de dirigirse a la secretaría de su Facultad. Es importante que rellenes los datos de tu perfil, pues nos facilitan datos estadísticos que consideramos importantes (sexo, edad, país, etc.). Puedes hacerlo siguiendo este enlace: Enlace y pinchando en "Editar perfil". Es muy importante que te asegures de que has puesto bien tu nombre y apellidos, pues son los que figurarán en el certificado que obtendrás. Te invito por tanto a que actualices ahora los datos de tu perfil, realices el test del módulo 0, y a continuación comiences con el módulo 1.

Enlace a vídeo del Módulo 0: https://www.youtube.com/watch?v=RSfYZWM_mIw

Blog del Profesor Juan Carlos Aguado Franco http://microeconomiajuancarlosaguado.blogspot.com.es/

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MÓDULO 1. OBJETO DE ESTUDIO DE LA MICROECONOMÍA 1

OBJETO DE ESTUDIO DE LA MICROECONOMÍA

En este primer módulo, que nos servirá para introducirnos en el contenido del curso, vamos a delimitar el campo de estudio de la microeconomía. Partiremos para ello de una definición de Economía de la que analizaremos todos sus componentes, lo que nos permitirá posteriormente centrarnos en el análisis del comportamiento de los distintos agentes económicos, así como de las distintas estructuras de mercado que estudiaremos en módulos posteriores. Destacaremos a continuación, para finalizar el módulo, las diferencias entre la microeconomía y la macroeconomía.

Enlace a vídeo del Módulo 1: https://www.youtube.com/watch?v=tKZWgW6dSjI

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1.1.- CONCEPTO Y OBJETO DE ESTUDIO DE LA ECONOMÍA

Una definición bastante utilizada de lo que es la Economía es la siguiente: la Economía es la ciencia que estudia la asignación de recursos escasos entre fines alternativos. Analizando el significado de cada uno de los términos que aparecen en la definición vamos a poder tener un conocimiento más preciso de a qué se dedica la Economía y también de cómo lo hace. Decimos en la definición, en primer lugar, que la Economía es una ciencia, pues en la forma de acometer el análisis de la realidad económica utilizamos la metodología científica. Así, tras la observación de hechos de la realidad formulamos hipótesis de comportamiento que han de ser contrastadas antes de que lleguen a configurar leyes o teorías. En efecto, un científico que se ocupa de las leyes físicas puede estar sentado debajo de un manzano observando cómo una manzana cae del árbol y llegar a plantearse una hipótesis: que los cuerpos se atraen en función de su masa. Tras contrastar su hipótesis realizando otros numerosos experimentos, llega a formular la ley de la gravedad. Del mismo modo, un economista observará que el precio de las manzanas en su frutería habitual ha subido respecto del que estaba fijado la semana pasada, y tras charlar con su amigo el frutero, quien se lamenta del descenso de sus ventas, se planteará la hipótesis de que cuando el precio de un bien sube, la cantidad que desean adquirir los consumidores disminuye. Ha de contrastar a continuación dicha hipótesis, y lo hace consultando a otros fruteros, que le corroboran que eso es lo que suele ocurrir cuando aumenta el precio de un bien. Más aún, puede comprobar que este hecho es extrapolable a todo tipo de frutas, e incluso generalizable a todo tipo de bienes en general. Finaliza su estudio formulando la ley de la demanda, que nos explica que existe una relación inversa entre el valor del precio de un bien y la cantidad del mismo que los consumidores desean adquirir. El físico, como el economista, están actuando con una metodología científica. Esto les lleva a dejar de lado algunos otros factores que pueden afectar al objeto de su estudio; es bien sabido que ha habido ocasiones en las que una manzana ha salido volando, alejándose cada vez más del suelo, en lugar de caer en él fruto de la atracción: supongamos que pasa un tornado y se la lleva. Si al lector le parece un ejemplo bastante descabellado y poco usual el del tornado, imagine que estamos hablando de una pluma o una cometa en lugar de una manzana, y podrá cambiar el tornado por una simple y agradable brisa. El economista, igualmente, podrá encontrar –más frecuentemente en los libros de texto que en el mundo real- situaciones en las que al aumentar el precio de un bien la cantidad que deseen adquirir los consumidores aumente; en el módulo que estudia el comportamiento del consumidor veremos el caso que es casi tan descabellado y poco usual como el tornado, que suponen los llamados bienes Giffen. Lo importante en este punto no es la anécdota de si se trata de una leve brisa o un tornado, sino el hecho de que pueden existir otros factores que afecten al objeto de

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nuestro estudio alterando el resultado previsible, y querer abarcarlos todos puede resultar un trabajo excesivamente laborioso y complejo. Por ello, tanto el físico como el economista recurren a una simplificación que les facilita su labor: suponen que el resto de variables que no son el objeto de su estudio permanecen constantes en un determinado nivel. El físico supone que existe una determinada temperatura, una humedad del aire dada, un cierto viento –incluso una ausencia total de aire-, etc. que él considera oportunos, y llega a la conclusión de que, cumpliéndose unas determinadas condiciones, el tiempo que tardará en llegar al suelo una piedra dejada caer desde una altura que considera oportuna, será el mismo, menor o mayor que el que tardará una pluma. El economista actúa de la misma manera. Suponemos que la renta de los individuos permanece constante, que el precio de los demás bienes relacionados con el que estamos estudiando también lo hace, etc. y formulamos la ley de la demanda, que se cumplirá si todos esos factores que hemos dejado al margen no varían. Las “palabras mágicas” para conseguirlo provienen del latín, y son: ceteris paribus, que significan, más o menos, lo siguiente: el resto, igual. Así, podemos decir que si sube el precio de un bien, la cantidad que los consumidores desean adquirir del mismo disminuirá, ceteris paribus. Efectivamente, si no hiciéramos esa puntualización final podríamos estar afirmando algo que finalmente no se cumpla. Imaginemos que el precio de las manzanas aumente en un céntimo el kilogramo, y que el precio del resto de frutas aumente en cinco céntimos el kilogramo. ¿Aumentarán o disminuirán las ventas de manzanas? Probablemente las ventas de manzanas aumenten a pesar de que su precio también lo haya hecho, pues también ha aumentado –incluso en mayor medida- el precio de otros bienes que le podrían ser sustitutivos. Sin embargo, en ausencia de ese incremento del precio del resto de bienes, (ceteris paribus), lo normal hubiera sido que la cantidad de manzanas vendidas hubiera disminuido. En Economía realizamos frecuentemente modelos, que muestran las relaciones existentes entre distintas variables, intentando plasmar de forma resumida el funcionamiento de algún aspecto de la Economía. Cuando diseñamos modelos hemos de obviar lógicamente muchas variables que no pueden ser recogidas en su totalidad –en caso contrario, el modelo sería una copia fiel de la realidad y sería poco útil-. La Economía, como ciencia, tiene algunas peculiaridades de las que carecen otras ciencias y que dificultan su estudio, principalmente derivadas del hecho de que tratamos con personas; tanto los consumidores como los empresarios lo son. Así, aunque de manera general las leyes económicas se cumplan, el comportamiento de los individuos no siempre es totalmente previsible y modelizable. El problema, además, no procede de que las personas tengan gustos o preferencias diferentes –algo que hemos de considerar absolutamente normal-, sino que su comportamiento puede en determinados momentos ser variable, y serlo de forma impredecible. Hay comportamientos que a priori se suponen “irracionales” desde un punto de vista económico, pero que podemos observar que están presentes cuando analizamos la conducta de los individuos. ¿No conocemos todos a personas que están dispuestas a quedarse tuertas siempre y cuando con ello consigan que otras se queden ciegas?

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En experimentos de laboratorio se ha podido observar cómo hay personas que toman decisiones que les llevan a ganar una menor cantidad de dinero si con ello consiguen que otros ganen aún menos que ellos. Esas personas no actúan conforme a un comportamiento presuntamente “racional” que es el que consideraríamos previsible, consistente en ganar para sí mismos lo máximo posible –independientemente de lo que ganen los demás-, por lo que suponer que todos vayan a obrar de esta manera sería, por lo menos inexacto, por no decir directamente erróneo. Para profundizar en este asunto, y distinguir con mayor detalle los distintos comportamientos (altruistas, cooperativos, competitivos, individualistas) que pueden mostrar los individuos, puedes seguir el enlace siguiente haciendo Control+clic y descargarte gratuitamente en formato PDF el artículo: http://www.eumed.net/ce/2012/comportamiento-consumidor.html Texto adjunto como Anexo

Hacer experimentos de laboratorio representa en ocasiones, por otro lado, un problema en Economía. Se pueden realizar, y de hecho frecuentemente se llevan a cabo, muchos experimentos basados en el comportamiento microeconómico de los individuos. Sin embargo, otros resultan imposibles por las repercusiones que podrían tener sobre las personas. Del mismo modo que el físico puede realizar experimentos y dejar caer una piedra o una pluma y si se rompe la piedra al chocar contra el suelo o si se va volando la pluma como en la película de Forrest Gump este hecho no tendrá mayor relevancia, realizar experimentos para comprobar cuál sería el comportamiento de un consumidor al que le redujéramos en un 90% su renta durante un año podrían resultar catastróficos. En Economía tratamos con personas, por lo que los experimentos que se puedan realizar lógicamente están limitados por razones obvias. 1.2.- LA ESCASEZ

Partimos al inicio de este módulo de una definición de Economía en la que cifrábamos su objeto de estudio en la asignación de recursos escasos. La escasez es un concepto relativo; el hecho de que algo exista en una pequeña cantidad no significa que sea escaso, mientras que su presencia en una gran cuantía no impide su escasez. Así, la cantidad de petróleo que existe en el subsuelo terrestre es enorme, pues cada día extraemos de él cantidades ingentes y todavía no se ha acabado, pero es un bien escaso porque muchos millones de personas demandan los productos derivados de ese bien a diario, tanto como combustibles para realizar desplazamientos, como para la fabricación de otros bienes. Como consecuencia de ello, su precio ha aumentado muy notablemente en las últimas décadas. Sin embargo, en sentido contrario, si hay una pequeña cantidad de un determinado bien, pero casi nadie lo demanda, no presentará ningún problema de escasez. Un ejemplo de un recurso escaso figura en el cuadro siguiente, en el que se puede apreciar cómo la cantidad existente de este bien ha ido disminuyendo, mientras que la cantidad demandada ha crecido de forma constante, motivos ambos por los que se ha acrecentado la escasez.

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Sobrepesca del Atún El atún rojo ha sido valorado desde hace mucho tiempo en el Mediterráneo, donde creó riqueza y proporcionó alimento a numerosas civilizaciones. Esto contrasta fuertemente con Norteamérica, donde antes de los años 60 sólo se podía vender como alimento para animales de compañía. Pero en los años 60, los desarrollaron después de congelación que permitían número de pescadores con bancos para su enlatado.

mercados internacionales para atún enlatado y fresco se la invención del palangre, las redes y los equipos de enviar el atún a puntos lejanos. En poco tiempo, un gran red de cerco estaban capturando atunes rojos en pequeños

En los años 70 la atención se desvió hacia los atunes rojos para el mercado japonés, donde esta especie se convirtió de pronto en un manjar muy codiciado para sushi y sashimi. Los pescadores de palangre, de arpón y de redes de cerco se centraron en los gigantes, inducidos por los elevados precios pagados en Japón, que consume el 40% de los desembarcos de atún a nivel mundial. Estas flotas están utilizando medios cada vez más sofisticados para dar con los atunes, incluidas las avionetas de observación y equipos de sónar. El último avance, las explotaciones de atunes en granjas del Mediterráneo, podría ser la puntilla para la población oriental en vías de extinción. Los días contados Las poblaciones de atún rojo han disminuido de forma alarmante en las últimas décadas. Las poblaciones dieron síntomas de sobrepesca por primera vez a finales de los años 60. Pero, a pesar de las diversas medidas de gestión y conservación introducidas por ICCAT desde entonces, las poblaciones siguieron descendiendo debido a la sobrepesca continuada. La cantidad de adultos reproductores en la población occidental (Golfo de México) se calcula actualmente en tan sólo un 13% de la que había en 1975, con una mortalidad debida a la pesca todavía en aumento. Esta población, sometida a la sobrepesca, está gravemente amenazada. Igualmente, la población oriental, el último reducto de la especie, está sometida a una pesca tan tremenda que supera en cuatro veces lo que la población puede sostener. En 2009, el Comité Científico de ICCAT estimó que la biomasa de reproductores había descendido entre un 85 y un 90 por ciento (...). Fuente: http://www.wwf.es/que_hacemos/mares_y_costas/sobre_mares_y_oceanos/oceanos/atun_rojo/sobrepesca _del_atun/

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La escasez no es un concepto constante, sino que puede variar por diferentes motivos. En primer lugar, porque un bien que en un momento dado es escaso puede dejar de serlo en el futuro si se encuentran bienes que le sean sustitutivos o simplemente como fruto de mejoras tecnológicas. Imaginemos que se descubre una forma de obtener energía mucho más barata y menos contaminante que los derivados del petróleo. Ese bien que hoy es escaso dejaría de serlo porque no lo demandaríamos. Existen de hecho barrios en Madrid donde no existe ni una sola cabina telefónica –como por ejemplo, paradójicamente, el barrio en el que se asienta actualmente la nueva sede de Telefónica, pero no parece que en la actualidad se presente un grave problema de escasez. La necesidad de comunicarse con otras personas sigue existiendo hoy del mismo modo que existía hace unos años, pero se sacia con la presencia de teléfonos móviles que hasta hace pocas décadas no se habían inventado ni se había generalizado su uso. La escasez tampoco se muestra con la misma intensidad en unos lugares que en otros. El agua puede ser muy escasa en un sitio y existir con tal abundancia en otro de forma que satisfaga sobradamente las necesidades existentes. Los precios suelen servir como un instrumento útil para medir la escasez. Así, cuanto mayor es la escasez de un bien, por lo general, mayor es su precio. El Estado, sin embargo, puede actuar sobre los precios de algunos bienes por diferentes motivos –con fines recaudatorios, redistributivos, por el interés general, etc.- y a través de distintos instrumentos –fijando precios máximos o mínimos, contingentes, legislaciones prohibitivas, estableciendo impuestos y subvenciones, etc.-, de forma que con esas actuaciones puede ocurrir que al final los precios no reflejen fielmente la escasez existente del bien. La escasez es un problema general pues la padecemos todos. Los consumidores no poseemos tanto dinero como para saciar todas nuestras necesidades –en caso contrario, no estaríamos obligados a trabajar y sólo lo haríamos aquellos a quienes nos encanta nuestro oficio...- Además, esa escasez no es exclusiva de quienes percibimos salarios humildes; los grandes empresarios y los deportistas de primer nivel también padecen la escasez pues las necesidades que sienten que han de satisfacer son también muy elevadas –algunos necesitan su jet privado, su chalet con veinte habitaciones y 15 cuartos de baño en una zona residencial exclusiva, sus 8 coches (uno para cada día de la semana y otro de reserva), su personal de servicio compuesto por un montón de personas, apartamentos y propiedades desperdigados por toda la geografía terrestre, islas privadas, etc.- y sus sueldos multimillonarios se les quedan cortos... En el cuadro adjunto, a modo de ejemplo, se puede leer los coches que posee un personaje famoso, incluso lo que le ha costado el último que ha adquirido. Por muy habilidoso que sea, no creo que pueda conducirlos todos a la vez...

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El RS6 que conduce Cristiano Ronaldo Que Cristiano Ronaldo es un gran aficionado a los coches nunca ha sido un secreto. El jugador del Madrid, ex del Manchester United, se ha dejado ver a los mandos de varios modelos impresionantes. En su haber: un Bentley Continental GT Speed, un BMW M6, un Ferrari 599 GTB (con el que tuvo el célebre accidente), un Rolls Royce Phantom o un Audi R8. A todos ellos se suma desde hace unos meses el Audi RS6, que el galáctico escogió entre los modelos de la marca alemana, poseedora de un acuerdo publicitario con el Real Madrid, para trasladarse a Valdebebas. Así es el Audi RS6 Valorado en la escalofriante cifra de 123.400 euros, el RS6 es una berlina de corte deportivo e increíbles prestaciones. Con 580 CV, su motor V10 con sobrealimentación biturbo e inyección directa le permite acelerar 0 a 100 km/h en 4,5 segundos, y alcanzar una velocidad máxima de 280 km/h. Asimismo, incorpora un cambio automático de nueva generación, el tiptronic de seis etapas del nuevo RS 6. Las llantas tienen, de serie, 19 pulgadas. Estéticamente, se distancia de su predecesor por los parachoques, más anchos, y el alerón posterior, además de los marcados faldones laterales. El interior, personalizable, se ofrece con asientos de cuero. A cargo de su atmósfera, un equipo de sonido Bose que puede manejarse a través de un joystick. Todo un lujo. Fuente: http://blogs.elpais.com/motorblog/2010/06/el-audi-rs6-que-conduce-cristiano-ronaldo.html

Es un hecho contrastado que cuanto mayor es el nivel de ingresos, mayores son las necesidades de gasto que se perciben; una persona que cobra un sueldo muy humilde por lo general no se plantea dar una vuelta al mundo pues no siente esa necesidad y lo que anhela en sus vacaciones es irse al pueblo a descansar, o como mucho pasar unos días en Benidorm. Al crecer los ingresos también aumentan las necesidades y la escasez permanece. Las empresas, igualmente, sufren un problema de escasez. A ninguna empresa le sobra el dinero, y ha de priorizar a qué lo dedica. Puede abrir una sucursal en una ciudad o en otra, pero no en ambas; puede dedicar una mayor partida a remuneración de los trabajadores o a remozar las oficinas, pero el mismo dinero no puede servir para ambos fines, etc. El Estado, por su parte, también padece la escasez. Todos los años se plantea la necesidad de elegir a qué se dedica el dinero, lo que se aprueba en los presupuestos generales del Estado. Los distintos ministerios siempre solicitan partidas mayores para poder acometer sus gastos, y lo que se dedica a construir infraestructuras no está disponible para cultura, etc. No sólo a nivel ministerial hay escasez, sino que ésta también está presente a nivel municipal o autonómico. Si se construyen hospitales en otras zonas de Madrid, no hay dinero para poner en marcha la construcción de un ambulatorio, tan necesario por

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otra parte, en el barrio de Las Tablas. Si se gasta el dinero en hacer túneles de la M-30 para favorecer el uso del transporte privado, no hay dinero para construir una red mínima de carriles-bici que facilitase un desplazamiento saludable, no contaminante y sostenible. Alguien que tendría menores problemas de escasez de los que tenemos los demás es uno de los personajes que aparecen en una de una de las obras maestras de la cinematografía española titulada Amanece que no es poco, del director José Luis Cuerda, que es interpretado por el actor Miguel Rellán. Este personaje, cada vez que se emborracha, no es que vea doble sino que literalmente se desdobla, por lo que puede estar en dos sitios a la vez, haciendo dos cosas diferentes simultáneamente. Como este no es el caso general, y de momento no se ha inventado nada para que podamos desdoblarnos estando sobrios, seguiremos padeciendo la escasez de tiempo como lo hemos hecho hasta ahora. La existencia de escasez, como estamos viendo, nos está poniendo constantemente en la necesidad de elegir. Por ello, a la Economía se le ha llamado en algunas ocasiones “la ciencia de la elección”. O decides comprarte un coche nuevo o pagas la Universidad de tu hijo; o construyes unos kilómetros de autovía nuevos o arreglas un punto negro de otra carretera ya existente, etc.: siempre te ves obligado a elegir. Ligado directamente a esta constante necesidad de elegir surge un concepto muy empleado en la economía: el coste de oportunidad. Definiremos el coste de oportunidad como aquello a lo que hemos de renunciar para obtener otra cosa a cambio. Como podríamos encontrar muchos fines alternativos a los que dedicar ese recurso escaso, pero con la dotación del mismo con la que contamos sólo podríamos acometer uno de ellos, el coste de oportunidad será la mejor de las alternativas desechadas. Así, si dispongo de una suma de dinero para irme de vacaciones y opto por hacer un crucero por las capitales bálticas, estaré renunciando o bien a hacer un crucero por el Nilo o bien a un safari en Tanzania, pero no a ambos, pues el dinero no me habría alcanzado para ir a los otros dos sitios. No sólo el dinero es escaso; un recurso muy valioso y muy escaso es el tiempo. Si dedico dos horas cada día, de 20 h. a 22 h., a estudiar microeconomía, esas mismas dos horas no las puedo dedicar a montar en bicicleta, ni a ver la televisión, ni a estar con los amigos en un bar, ni a estar chateando, jugando a la play, ni a estudiar una asignatura aburrida. Si ordenas en una lista tus preferencias respecto a qué hacer entre las 20 h. y las 22 h. seguro que en primer lugar estará estudiar microeconomía, que es la actividad que sabiamente has elegido. La que figure en segundo lugar será tu coste de oportunidad. El coste de oportunidad será por tanto la opción que he desechado, la que habría preferido justo después de la que he elegido –pero no todas las otras que figuren en tu lista-. Como dice la definición de Economía de la que partimos al inicio del módulo, se trata de asignar recursos escasos entre fines alternativos. Si no fueran alternativos y pudiera hacer frente a todos ellos no estaríamos hablando de que existe un problema de escasez. En el cuadro siguiente se puede apreciar cómo el dinero que se destina a unos fines puede utilizarse con otros cometidos, según destaca el ex secretario general de la

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Unesco, Federico Mayor Zaragoza, lo que pone de manifiesto la existencia de un coste de oportunidad.

Mayor Zaragoza critica que se destine dinero a gastos militares "cuando cada 24 horas mueren de hambre 70.000 personas"

TORRES (JAÉN), 30 Jul. 2010 (EUROPA PRESS) -

El presidente de la Fundación Cultura de Paz, académico y ex secretario general de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza, ha lamentado que "al día mueren de hambre en el mundo 70.000 personas y en ese mismo tiempo se destinan 4.000 millones de dólares a gastos militares" mientras que se alega que no hay dinero para atender a la gente (...) Fuente:

http://www.europapress.es/andalucia/noticia-mayor-zaragoza-critica-destine-dinero-gastos-

militares-cuando-cada-24-horas-mueren-hambre-70000-personas-20100730174218.html

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1.3.- LA ASIGNACIÓN DE LOS RECURSOS ESCASOS EN MICROECONOMÍA

Sólo nos queda ya, para terminar de analizar todos los conceptos que aparecen en la definición de Economía del principio del módulo, saber cómo se realiza esa asignación de los recursos escasos entre fines alternativos. En un módulo posterior estudiaremos el comportamiento de los consumidores. Como la renta de la que disponen no es infinita y padecen un problema de escasez, tendrán que realizar la asignación de ese recurso escaso y supondremos que la gastarán en adquirir aquellos bienes y servicios que, teniendo en cuenta el precio que les van a costar, más utilidad les reporten. Podemos definir la utilidad como la sensación subjetiva de bienestar que les reporta el consumo de esos bienes y servicios. Es una sensación subjetiva porque lo que a una persona le gusta mucho, a otra puede gustarle poco o nada, o incluso llegar a desagradarle totalmente. De esta forma, los consumidores realizan la asignación de su recurso escaso “dinero” buscando maximizar su utilidad, y se trata de una asignación completamente personal e intransferible. En realidad, antes de poder llevar a cabo esta asignación del recurso escaso “dinero” que estudiaremos en dicho módulo, sería necesario realizar otra elección: cuánto tiempo dedicamos a trabajar y cuánto al ocio, puesto que cuanto más trabajemos de más renta dispondremos para poder gastar en la adquisición de los diferentes bienes y servicios disponibles. Es decir, que hay que hacer la asignación del recurso escaso “tiempo”. En este sentido, observamos que un fontanero puede decidir trabajar más ó menos horas. Lo mismo podemos decir de un pintor. O de un escritor de libros, un electricista que trabaje por cuenta propia, etc. Existen muchas profesiones en las que se puede elegir si se trabajan más o menos horas –especialmente en aquellas en las que uno es su propio jefe-; se puede decidir si se trabaja sólo por la mañana o a jornada completa, etc. Lógicamente, la remuneración económica que se va a percibir estará en consonancia con la elección efectuada. En otros trabajos en los que se tiene fijada la jornada laboral, en muchas ocasiones se puede decidir hacer horas extraordinarias, por lo que también se está eligiendo al menos en parte si el tiempo de trabajo es mayor o menor. Incluso cuando se tiene una jornada absolutamente rígida, determinada e inamovible, se puede decidir trabajar más horas en un trabajo complementario –si es que se es capaz de encontrarlo, claro-. Además, si el trabajo que desempeña en el momento actual no satisface las expectativas del trabajador debido a que el número de horas que le ha de dedicar diariamente no es el que consideraría óptimo, siempre puede buscar otro para cambiarse que responda mejor a sus expectativas, o formarse al menos para intentar alcanzarlo. En este manual, dada la escasez de tiempo disponible para la docencia de un curso básico de microeconomía, no abordaremos con más detalle esta elección renta-ocio de los consumidores, pero el lector interesado puede encontrarla en cualquier manual de microeconomía intermedia. Esa asignación de recursos escasos entre fines alternativos la realizan muchas veces los mercados. En efecto, aquello que los consumidores no deseen adquirir –es decir, aquellos bienes para los que no haya demanda- no va a ser producido pues

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ninguna empresa está dispuesta a producir algo que no vaya a poder vender. Del mismo modo, a precios demasiado bajos los productores no van a estar dispuestos a ofrecer sus productos aunque los consumidores estén dispuestos a adquirirlos. Los recursos escasos pueden ser utilizados en la producción de bienes alternativos, y se producirá por tanto aquello que efectivamente vaya a ser demandado por los consumidores; con una determinada cantidad de papel, tinta, etc. se puede hacer un tebeo, un periódico de información general u otro de información deportiva, por ejemplo. La decisión acerca de cuál de ellos se llevará a cabo la tomará el mercado, pues no se producirá nada que los consumidores no estén dispuestos a adquirir. En el módulo 2 estudiaremos cuáles son las características y los determinantes tanto de la demanda como de la oferta. Asimismo, veremos cómo se alcanza el equilibrio del mercado y cómo afectan al mismo las posibles variaciones que se puedan producir en cualquiera de los factores que influyen a los consumidores y los productores tanto a través de la demanda como de la oferta. El Estado también tiene mucho que decir respecto de la asignación de recursos escasos entre fines alternativos. Ya hemos mencionado anteriormente que sus recursos no son ilimitados, por lo que se ve obligado a asignarlos en mayor o menor medida a unos u otros fines. Además, el Estado también influye con sus decisiones en el mecanismo de mercado, de modo que con sus actuaciones también determina qué se va a producir. En el módulo 2 veremos los efectos que tendrá, tanto sobre el precio como sobre la cantidad producida, el hecho de que el Estado fije un impuesto sobre la producción de un determinado bien. Estudiaremos qué factores harán que sea la empresa la que pague finalmente el impuesto, o por el contrario, en qué medida conseguirá que sean los consumidores finales quienes acaben haciéndose cargo del mismo en mayor o menor medida. El análisis se extenderá, de forma similar, al establecimiento de subvenciones a la producción, si bien los efectos sobre el precio y la cantidad producida serán, lógicamente, los opuestos a los del caso anterior. Tendrá una influencia importante sobre la asignación de recursos escasos a la producción de unos u otros bienes el hecho de que el Estado fije aranceles –impuestos a las importaciones-. Éstos benefician a los productores pues van a poder vender más unidades de producto, haciéndolo además a un mayor precio, pero perjudican a los consumidores pues van a poder comprar una menor cantidad y lo tendrán que hacer pagando un precio mayor. Afectará igualmente a la asignación de los recursos el Estado si en un momento dado decide fijar precios máximos o mínimos sobre la venta de algún producto, ya sea porque con ello se esté intentando proteger a los consumidores o a los vendedores, respectivamente. Tanto al analizar los impuestos, las subvenciones, los aranceles, los precios máximos, precios mínimos o cualquier otra intervención imaginable del Estado que altere el equilibrio del mercado –y por tanto que modifique la asignación de los recursos en la sociedad- veremos que surgen ineficiencias que hacen que el bienestar general

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disminuya, aun cuando en determinados casos el bienestar de alguno de los agentes económicos implicados aumente. No entraremos a realizar valoraciones de carácter normativo acerca de la conveniencia o los inconvenientes de la utilización de estos instrumentos, aunque en algunos casos particulares concretos sí que analizaremos sus posibles efectos.

1.4.- MICROECONOMÍA Y MACROECONOMÍA

Este manual está diseñado para cubrir un curso anual de microeconomía. Analizaremos en los diferentes capítulos que lo componen, por tanto, cómo se comportarán los agentes económicos que intervienen en la economía –en especial nos centraremos en los consumidores y los productores-, que serán quienes compongan la demanda y la oferta de los distintos bienes. Esa demanda y oferta estarán referidas a un bien o servicio, y no al conjunto de los bienes y servicios de la economía, lo que sería objeto de estudio de la macroeconomía. Así, al analizar los efectos potenciales de cualquier modificación de la oferta o la demanda producidos por variaciones en los costes de producción, en los gustos o en la renta de los consumidores, en los precios de bienes sustitutivos o complementarios, o por cualquier otro motivo que podamos imaginar que afecte a la producción o al consumo, observaremos cómo los desplazamientos que se puedan producir de esas funciones de oferta y demanda afectan al precio y a la cantidad de equilibrio de ese bien o servicio, pero no analizaremos cuál será la repercusión que tendrán sobre el IPC ó el PIB –que son algunos de los más relevantes resultados macroeconómicos, fruto de considerar la economía en su conjunto-. Tras conocer los factores que influyen en el comportamiento de los consumidores y productores, y el funcionamiento del mercado a través del estudio de la oferta y la demanda, en microeconomía se analizan las características y el funcionamiento de diferentes estructuras de mercado. Un mercado al que se le presta una atención preferente en el ámbito de la microeconomía, y al que nosotros dedicaremos el capítulo 5, es el de la competencia perfecta. Es un mercado que se considera ideal dado que, si se cumplen todos los supuestos que le caracterizan, tiene un funcionamiento que garantiza la eficiencia en la asignación de los recursos, maximizando el bienestar conjunto de consumidores y productores. El hecho de que la suma del bienestar de consumidores y productores sea máxima no significa, sin embargo, que la distribución de los beneficios que se obtienen con la producción haya de ser considerada óptima necesariamente, por lo que pueden producirse intervenciones del Estado buscando alterar la situación final de los distintos agentes económicos. Considerar que una situación es óptima o no, es una cuestión que cae dentro del ámbito normativo, y que por consiguiente es resultado de la utilización de juicios de valor.

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Así, a pesar de que en este manual realizaremos fundamentalmente un estudio enfocado hacia un análisis positivo –aquel que realiza afirmaciones que describen relaciones de causa-efecto, es decir, aquellas que nos describen “lo que es, fue o será”-, es necesario destacar que el análisis normativo –aquel que nos dice “lo que debería ser”tiene una gran importancia en el tratamiento de cuestiones microeconómicas, pues está orientado hacia la toma de decisiones entre distintas alternativas que nos proporciona el análisis positivo, y están en juego cuestiones de equidad y justicia, así como de eficiencia económica. Además de dedicar el módulo 5 al estudio de la competencia perfecta, veremos en los módulos posteriores, 6 y 7, algunas formas de competencia imperfecta como son el monopolio, los oligopolios y la competencia monopolística. Será necesario detenerse en el estudio de estos tipos de estructuras de mercados si queremos tener una visión que abarque una mayor variedad de los mercados posibles que pueden estar presentes en la realidad económica, pues el cumplimiento íntegro de todos los supuestos presentes en los mercados de competencia perfecta resulta bastante complicado. La macroeconomía, sin embargo, no se detiene en el estudio de mercados individuales –el mercado de las sillas, el mercado de los libros, el mercado de los televisores-, sino que analiza el comportamiento de la economía en su conjunto; ve cuál es el valor de la producción total que se genera en un país en un determinado periodo de tiempo, por ejemplo en un año, sin prestar mayor atención a si esa producción se realiza en algún sector u otro en régimen monopolístico, oligopolístico o perfectamente competitivo. Del mismo modo, generalmente, en la macroeconomía no se observa con detalle la evolución del precio de un determinado bien o servicio en particular, sino que se estudia cómo se comportan los precios de los bienes y servicios de forma agregada; la medición de esa evolución se lleva a cabo, por ejemplo, a través del índice de precios al consumo (I.P.C.). En microeconomía nos fijamos en el comportamiento de los agentes económicos individuales y los resultados que dicho comportamiento producirá en los mercados, mientras que en macroeconomía tomamos los resultados de los agregados para tener una visión de conjunto de la economía. Son dos enfoques por tanto diferentes aunque totalmente complementarios.

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14 MICROECONOMÍA

EJERCICIOS NO RESUELTOS

1.- Piense qué haría usted si le regalaran ahora mismo 1000 euros. Considere distintas posibles alternativas en las que pudiera gastarlos. Ordene sus preferencias de la mejor a la peor. ¿Cuál sería su coste de oportunidad al dedicar esos 1000 euros a adquirir lo que ha puesto en primer lugar en su lista?

2.- Razone por qué motivo el agua, que es absolutamente fundamental para la vida humana, tiene un precio muy inferior al de los diamantes, cuya importancia en nuestras vidas no es tan vital.

3.- Busque en Internet ejemplos de bienes escasos –sin necesidad de que sean tan extremos como el del atún rojo que figura en el texto-, observando la evolución de la oferta y de la demanda.

4.- Busque en Internet ejemplos de situaciones en las que se plantee, como fruto de la escasez, la necesidad de elegir entre opciones alternativas. Observe cómo surge entonces el concepto de coste de oportunidad.

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Comportamiento del consumidor

Anexo a Módulo 1

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Contribuciones a la Economía "Contribuciones a la Economía" es una revista académica con el Número Internacional Normalizado de Publicaciones Seriadas ISSN 1696-8360

ANÁLISIS DEL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR: EGOÍSMO, ALTRUISMO, COOPERACIÓN Y OTRAS POSIBLES MOTIVACIONES SOCIALES

¿Qué son? ¿Cómo funcionan?

5 al 20 de

marzo II Congreso EUMEDNET sobre

Juan Carlos Aguado Franco (CV) juancarlos.aguado@urjc.es Universidad Rey Juan Carlos

Economía Crítica

Aún está a tiempo de inscribirse en el congreso como participante-espectador.

Resumen Próximos congresos Según la teoría del consumidor, cada individuo dedica la renta de la que dispone a la adquisición de todo un conjunto de bienes y servicios, teniendo en cuenta el precio de éstos, buscando maximizar su utilidad, en función de sus preferencias. Sin embargo, el bienestar que alcanza no depende únicamente de sus propias 8 al 23 de decisiones, sino también de las que tomen los demás, y viceversa, por lo que es abril Congreso necesario analizar esas situaciones de interdependencia, en especial en el caso IX EUMEDNET sobre de los dilemas sociales, para conocer cómo se puede alcanzar el mayor Ética, bienestar individual y colectivo. Además, esa búsqueda individual del bienestar Gobernanza y Desarrollo parece no mostrarse como la única posibilidad cuando apreciamos la existencia motivaciones sociales hacia la cooperación, el altruismo, la competición, etc. que 7 al 21 de muestran un abanico más amplio de comportamientos que hay que conocer y mayo VIII Congreso comprender. EUMEDNET sobre

Palabras clave: comportamiento del consumidor, altruismo, teoría de juegos, Historia y Ciencias Sociales dilemas sociales, cooperación.

► Teoria de juegos ► Consumidor

Códigos JEL: D01, D03, D11, D12 Para ver el artículo completo en formato pdf comprimido zip pulse aquí

9 al 25 de

junio XII Congreso EUMEDNET sobre

Desarrollo Sostenible y Población

► Sociales

Aguado Franco, J.: "Análisis del comportamiento del consumidor: egoísmo, altruismo, cooperación y otras posibles motivaciones sociales" , en 8 al 22 de Contribuciones a la Economía, noviembre 2012, en www.eumed.net/ce/2012 julio

IX Congreso EUMEDNET sobre

1.- Introducción Cuando estudiamos la microeconomía y analizamos el comportamiento del consumidor, asumimos que los individuos racionales buscan maximizar su utilidad1 al disfrutar de distintas cantidades de bienes y servicios que puede adquirir con la renta de la que disponen y dados los precios de dichos bienes y servicios2 , haciéndolo siempre en función de cuáles sean sus preferencias 3. No obstante, el nivel de utilidad que alcance un determinado consumidor no sólo dependerá de sus propias decisiones, sino también de las que tomen los demás. Por ejemplo, entre los bienes a los que un individuo pueda decidir dedicar parte de su renta pueden figurar bienes públicos4 , para cuyo suministro sea necesaria no solamente su aportación, sino también la que hayan de realizar otros consumidores. Igualmente, si un consumidor utiliza un bien público congestionable5 , su bienestar dependerá de en qué medida otros consumidores 18 de 152 también vayan a hacer uso del mismo. Del mismo modo, en la búsqueda de su

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Turismo y Desarrollo

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también vayan a hacer uso del mismo. Del mismo modo, en la búsqueda de su bienestar individual, un consumidor puede contribuir con sus decisiones de consumo a la explotación de un recurso natural por encima de su tasa natural de regeneración, lo que afectará al bienestar de los demás, de la misma manera que las decisiones que tomen los demás también afectarán a su propio bienestar6 . Por otra parte, los individuos pueden tener otras motivaciones adicionales que son diferentes a la de maximizar exclusivamente su bienestar. En efecto, si los individuos persiguieran únicamente su mayor bienestar individual, no podríamos apreciar los comportamientos altruistas, competitivos, penalizadores, etc. cuya existencia constatamos diariamente y cuyo significado e implicaciones explicaremos con detalle en este artículo. Otra motivación importante que será necesario considerar es la búsqueda de una cierta equidad –o más bien la existencia de una aversión a la inequidad- pues parece revelarse como un factor que afecta de manera relevante al comportamiento de los individuos. Para superar determinados dilemas sociales7 , alcanzando consiguientemente el mayor bienestar individual y colectivo, será necesario que surja la cooperación. Nos detendremos por tanto en el análisis de qué factores pueden provocar o favorecer la aparición de la cooperación en ese tipo de circunstancias. Finalmente, consideraremos la posibilidad de que los individuos no actúen de una forma que pudiéramos considerar “racional” conforme a los parámetros tradicionales, lo que tendrá interesantes implicaciones al estudiar cuál es el comportamiento adecuado en ese contexto.

2.- El comportamiento del consumidor Cuando intentamos explicar el comportamiento de los consumidores, asumimos generalmente que buscan maximizar su utilidad (bienestar) repartiendo la renta de la que disponen entre el consumo de diversos bienes, dado el precio de los mismos; decimos que buscan maximizar su utilidad dada su restricción presupuestaria8 . Esa función de utilidad depende únicamente de la cantidad de unos u otros bienes que consumirá. Por tanto, no tenemos en consideración de ningún modo en el análisis el bienestar de los demás, ni de qué manera sus decisiones también van a condicionar cuál va a ser nuestro nivel de bienestar. En efecto, en el caso de algunas –tal vez muchas- personas, puede ser cierto que obren conforme a esta búsqueda exclusiva de su interés particular, pero ciertamente podemos observar que ese tipo de comportamiento no es generalizable para la forma de proceder de todo el mundo ni en todas las circunstancias posibles 9. En este sentido, Sen (1977) incide en su trabajo en la idea de que los individuos no actuamos únicamente de forma egoísta y sostiene incluso que, aunque Edgeworth afirmaba que el primer principio de la Economía es que cada agente económico actúa solamente según su propio interés, el propio Edgeworth estaba casi seguro de que dicho principio no era especialmente realista. Efectivamente, como Fehr y Schmidt (1999) señalan, casi todos los modelos económicos presuponen que los individuos persiguen exclusivamente su interés particular, sin preocuparse especialmente de alcanzar metas “sociales”. Este tipo de comportamiento que se presupone propiciaría en determinadas circunstancias la aparición de dilemas sociales. De esta forma, resulta poco probable que surja la cooperación que se antoja necesaria en algunos tipos de dilemas sociales10 para poder eludir esa situación indeseada y evolucionar hacia un mayor bienestar individual y conjunto. Además, en este planteamiento no queda recogido el hecho de que el resultado final que obtengamos –es decir, el nivel de utilidad que alcancemos-, en numerosas ocasiones depende de la interacción con los demás, en situaciones de interdependencia estratégica11 . En este sentido, Hurwicz (1945) considera que un factor que influye en la actitud de los individuos es la ausencia de información y el desconocimiento de la actitud que van a tomar los demás implicados en una situación de interdependencia estratégica. Así, propone que habría que rechazar la interpretación al pie de la letra del principio del máximo como sinónimo de comportamiento racional – especialmente en situaciones de incertidumbre-; no es que el máximo no sea deseable si es posible alcanzarlo, pero no es posible llegar a un verdadero máximo cuando el sujeto del que se trate sólo controla uno de los factores que rigen el resultado, dado que la misma racionalidad de su actuación depende de la conducta probable de otros individuos. Por otro lado, solemos denominar al proceder de los individuos que buscan maximizar su utilidad como económicamente racional; decimos que los consumidores actúan en ese caso con racionalidad económica. Frank (1989) se plantea entonces cuál sería una forma “racional” de actuar en determinadas situaciones con un ejemplo llamativo, planteando la siguiente pregunta: ¿alguien devolvería un sobre 19 deque 152se encontrara, con la dirección del http://www.eumed.net/ce/2012/comportamiento-consumidor.html

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pregunta: ¿alguien devolvería un sobre que se encontrara, con la dirección del propietario escrita en él, dentro del cual hubiera un billete de 20 dólares?12 Cita este autor también un ejemplo enunciado por Schelling (1960), en el que se analiza la situación de una persona secuestrada por un delincuente que acaba de cometer un delito. Una actuación “racional” sería la de confesar al secuestrador algo que pudiera llevarle a sí mismo a la cárcel –o incluso en un caso extremo llegar a cometer un delito delante de él-; de esa manera, el secuestrador sabrá que si le deja libre no le delatará, pues él, a su vez, podría delatarle. Lógicamente, hay muchos factores por los cuales sabemos que ese no es el comportamiento que habitualmente tendría una persona normal; qué es o no racional en el comportamiento económico de los individuos, por tanto, no parece algo que se pueda afirmar de manera taxativa e incuestionable.

3.- Motivaciones sociales en el comportamiento de los consumidores Por otro lado, algunos autores parecen inclinarse a pensar que en algunas ocasiones los individuos lo que buscan maximizar no es su utilidad individual, sino su situación relativa frente al resto. En concreto, afirman que en el contexto de los juegos, tienden a maximizar la diferencia en las ganancias monetarias más que las ganancias en sí mismas (Scodel et al., 1959; Bixenstine et al., 1966; Shubik, 1970). De hecho, esa es la única explicación posible para el sorprendente resultado que muestran Scodel et al. (1959) en una circunstancia en la que las jugadoras que participaban en un experimento de laboratorio tenían una estrategia dominante que les llevaba a un pago óptimo en el sentido de Pareto 13, y en el que sin embargo el 47 % de ellas prefirió elegir la otra opción –con la que obtenían menor pago, pero con la que conseguían que la otra jugadora recibiera otro aún peor-. En efecto, como describe Liebrand (1984), cabe distinguir cuatro clases de motivaciones sociales en el comportamiento de los individuos –aunque él habla de la renta, aquí nos referiremos al bienestar, por ser éste un concepto más general-: altruismo –se da cuando la motivación del individuo es la de maximizar el bienestar de los demás-, cooperación –cuando la motivación es la de maximizar la suma del bienestar conjunto, tanto el propio como el de los demás-, individualismo –cuando la motivación dominante está encaminada a maximizar únicamente el propio bienestar-, y competición –cuando lo que se persigue es maximizar la diferencia entre el bienestar propio y el de los demás-. El ejemplo anteriormente propuesto de Scodel et al. (1959) se encuadraría, por consiguiente, dentro de esta última categoría. La representación gráfica de estas cuatro posibilidades se presenta a continuación en la figura nº 1. En este modelo geométrico, las funciones de utilidad se representan como vectores de longitud infinita que se extienden desde el origen de coordenadas, siendo las variables que las determinan tanto la renta propia –en el eje de abscisas- como la renta de las demás personas –en el eje de ordenadas-. Así, en la figura nº 1 el vector representado con pendiente – 1 se correspondería con el de un individuo competitivo, que preferiría por ejemplo cualquier cantidad de renta para sí y nada para los demás, que esa misma cantidad de renta para sí y algo para el resto. En el mismo sentido, Rapoport (1963) señala que son muy variadas las motivaciones que pueden llevar a los individuos a seguir unas u otras estrategias, destacando que existen más pagos que los meramente monetarios: aspectos psicológicos (como por ejemplo la autoestima), el refuerzo de las “agresiones” para el futuro, etc. Otra posibilidad consiste en optar por reaccionar penalizando al otro, aunque esto nos pueda costar dinero, o mantener una actitud “testaruda”, permaneciendo en la cooperación, como mandando un mensaje de que se desea la cooperación, ni plegándose a la actitud del otro ni buscando venganza, sino recurriendo a su conciencia. No obstante, respecto de esta última posibilidad, como ponen de relieve Komorita y Lapworth (1982) y Rapoport y Chammah (1965), esa conducta de “mártir”, que consiste en seguir cooperando siempre aunque el otro no lo haga nunca, raramente obtiene una reciprocidad por parte de su contrincante, por lo que en numerosas ocasiones quien adopta el papel de mártir finalmente acaba optando por no cooperar, desistiendo de su actitud ejemplarizante. Si como vemos pueden existir todas estas motivaciones que puedan guiar el comportamiento de los individuos, y que no implican la obligatoriedad de la búsqueda de la maximización individual de la utilidad, cabría preguntarse si todas ellas tienen cabida en la teoría convencional de la utilidad. Así, Andreoni y Miller (2002) señalan que ante la constatación de comportamientos no convencionales, como por ejemplo los altruistas, no 20 de estamos necesariamente en presencia de152 individuos que incumplan la teoría de la http://www.eumed.net/ce/2012/comportamiento-consumidor.html

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estamos necesariamente en presencia de individuos que incumplan la teoría de la utilidad –dada una ordenación de las preferencias y cumpliéndose los axiomas de completitud, reflexividad y transitividad- de forma que no son agentes maximizadores de su utilidad, sino que en realidad esos individuos no son “maximizadores monetarios”; la cuestión radicaría entonces en definir correctamente el conjunto de elecciones posibles, incorporando otros factores que influyen en el comportamiento14 además del mero pago monetario, como estamos señalando. De esta forma, concluyen que los actos que realicen los individuos y que no vayan directa y únicamente en su propio provecho se pueden describir y predecir con los modelos de elección neoclásicos tradicionales.

3.1.- El altruismo Se antoja necesario en este punto repasar el concepto de altruismo 15 que distintos autores han utilizado, con las implicaciones que conllevan las posibles diferentes interpretaciones, pues como veremos no se trata en absoluto de un término perfectamente homogéneo, sino que admite muy numerosos matices en su conceptualización. Campbell (1983) distingue entre un altruismo “débil”, que mostraría los comportamientos que benefician más a otros individuos que a la propia persona que presenta dicho comportamiento, y un altruismo “fuerte”, que sería un comportamiento que beneficia a los demás, aun cuando sea a costa del propio bienestar. Sería cuestión en este caso de definir con precisión cuáles serían los factores de ponderación en uno y otro caso. Respecto a las motivaciones que les llevan a actuar de esa manera, se pueden distinguir tres tipos de personas altruistas, según Paramio (2000): los altruistas por cálculo racional, las personas que encuentran satisfacción en la acción misma sin esperar posteriores recompensas, y los individuos que buscan beneficios morales en lugar de materiales. Rabin (1993) aporta un matiz diferente respecto al comportamiento de los individuos altruistas, afirmando que las mismas personas que muestran un comportamiento altruista frente a otras personas altruistas, están motivadas también para lastimar a quienes les hagan daño16 . Asegura que si alguien se comporta bien con nosotros, si actuamos conforme a una cierta noción de justicia o equidad, nosotros también seremos buenos con él. Por el contrario, si alguien se comporta de forma mezquina con nosotros, al actuar de forma justa o equitativa –e incluso vengativa-, también nos comportaremos mal con él. Así, este autor pone como ejemplo el hecho de que un consumidor puede decidir no comprar un producto vendido por un monopolista si considera que el precio establecido es “injusto”, incluso en el caso de que su valoración de dicho producto fuese superior al precio fijado. Al no comprarlo, su bienestar particular disminuirá, pero considerará aceptable esa pérdida objetiva de bienestar individual si con ella consigue penalizar al monopolista. En su trabajo, modeliza formalmente estas emociones con el fin de comprender de forma más rigurosa, y más general, las implicaciones económicas y sobre el bienestar de ese tipo de actitudes. Schelling (1978b) analiza el papel que el altruismo puede desempeñar en la definición de las estrategias que pueden seguir los individuos. Así, define de esta manera a actitudes como la de desarmarse uno mismo en una disputa para probar al contrario que no piensa agredirle –aunque con esa actitud se corra el riesgo de ser agredido más fácilmente por el otro-. Destaca este autor el hecho de que estas actitudes tienen mayor importancia si podemos anticiparlas, como ocurre el caso de las abejas, que tras picar mueren. Muchas abejas han salvado la vida porque anticipamos que si las vamos a molestar te van a picar, aunque a continuación eso vaya a suponer que vayan a morir. Podemos predecir que eso va a suceder de esa manera porque ya ha ocurrido anteriormente, y podemos anticipar cuál va a ser su comportamiento. Desde el punto de vista de qué tipo de función de utilidad tendría una persona altruista, Taylor (1976) afirma que se podría representar como una suma ponderada del bienestar de varias personas, entre las cuales se encontraría el suyo propio. Lógicamente, los factores de ponderación variarían en función de la valoración que la persona altruista otorgue al bienestar de cada persona, lo que podría incluir desde la indiferencia –factor de ponderación cero- hasta la animadversión –factor de ponderación negativo-. Lógicamente, en nuestra opinión, en estos dos últimos casos no podríamos considerar que estamos hablando de una persona altruista, sino que de hecho se encuadrarían en lo que Liebrand (1984) denomina “individualista” y “competitivo” como hemos visto anteriormente. Sea cual sea su motivación, el papel que los altruistas pueden desempeñar en situaciones de acción colectiva o dilemas sociales puede ser fundamental, especialmente en las situaciones en las que la cooperación es más costosa o no existen otros alicientes para participar. 21 de 152 http://www.eumed.net/ce/2012/comportamiento-consumidor.html

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existen otros alicientes para participar.

3.2.- Cooperación condicional y disposición a castigar Ostrom (2000) distingue junto a los individuos “racionalmente egoístas” que definiría la obra de Olson, a los “cooperadores condicionales” y los “dispuestos a castigar”. Los primeros serían individuos que están dispuestos a iniciar una acción cooperativa cuando estiman que otros van a corresponderles y que repetirán esas acciones mientras que una proporción suficiente de los demás implicados actúen con reciprocidad. No obstante, entre los “cooperadores condicionales” existen individuos con diferentes niveles en su tolerancia a los “free riders 17”. Algunos de ellos se desaniman fácilmente si los demás no contribuyen, por lo que tienen tendencia a reducir su propia cooperación en esas situaciones. De esta forma, tienden a desanimar a otros “cooperadores condicionales” para el futuro, provocándose con ello un efecto en cascada negativo. Los “dispuestos a castigar” las actitudes no cooperativas, por otro lado, pueden convertirse en “dispuestos a premiar” a aquellos que muestran una actitud muy cooperativa. Estos dos tipos de individuos, “cooperadores condicionales” y “dispuestos a castigar” no son excluyentes, pues algunos “cooperadores condicionales” pueden ser al mismo tiempo también individuos “dispuestos a castigar” en función del comportamiento mayoritario de los demás. Fehr y Gachter (2002) confirman empíricamente que efectivamente existen comportamientos altruistas de individuos que además de cooperar están dispuestos a penalizar a quienes no cooperan, considerando que se trata éste de un motivo clave para la explicación de la cooperación. Entienden este comportamiento como el perteneciente a individuos que deciden penalizar a aquellos que no cooperan aunque esa penalización les suponga un coste para sí mismos y no obtengan una ganancia material con ello, sino que lo hacen guiados por las emociones negativas que sienten hacia los que se abstienen de cooperar. Fowler et al. (2005), en un análisis alternativo, concluyen que los motivos igualitaristas son más importantes que los encaminados a penalizar el comportamiento no cooperativo. En el mismo sentido, Henrich et al. (2006) concluyen en sus estudios experimentales que todas las poblaciones muestran una disposición a establecer penalizaciones a los individuos no cooperativos, que la magnitud de esas penalizaciones varían sustancialmente entre las distintas poblaciones y que existe una relación directa entre las penalizaciones y el comportamiento altruista dentro de las poblaciones. También Fowler (2005) se fija en el comportamiento de los altruistaspenalizadores que están dispuestos a incurrir en un coste para penalizar a quienes no cooperan, subrayando el hecho de que su actitud les proporciona beneficios a quienes no realizan las penalizaciones, mientras que resulta costoso para los primeros. La cooperación sería por tanto un bien público a cuyo suministro colaborarían únicamente unos pocos –los que están dispuestos a pagar por penalizar a los no cooperadores- pero que disfrutarían también quienes no incurren en esos costes18 . Más complicado es el análisis de Henrich y Boyd (2001), pues consideran distintas etapas, las cuales permiten que se adopten posturas como la de penalizar a quienes en la etapa anterior no hayan penalizado a los no cooperadores, pudiendo alcanzarse con ello según sus estudios un comportamiento cooperativo estable.

3.3.- Búsqueda de la equidad Vemos por tanto que uno de los factores que influirían en el comportamiento de los individuos es la persecución de una cierta noción de “justicia” o “equidad”. Fehr y Schmidt (1999) consideran esa “justicia” o “equidad” como una aversión a la inequidad o desigualdad respecto del propio individuo. Así, la gente no se preocuparía en exceso por la inequidad que pudiera existir entre otros, sino más bien en la equidad entre los pagos que ellos mismos reciben y los que perciben los demás. Estos autores afirman que, junto a los sujetos puramente egoístas, hay otros a quienes desagrada la inequidad –tanto si se manifiesta ésta en su favor o en su contra, aunque especialmente y con mayor intensidad lógicamente en este último caso-. La función de utilidad de un individuo vendría dada, por tanto, en el caso de sólo dos jugadores, de la siguiente forma: Ui (x) = xi – αi max [xj – xi, 0] – βi max [xi 152 – xj, 0], i ≠ j. 22 de http://www.eumed.net/ce/2012/comportamiento-consumidor.html

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Ui (x) = xi – αi max [xj – xi, 0] – βi max [xi – xj, 0], i ≠ j. donde el segundo término muestra la pérdida de utilidad procedente de una desigualdad en su contra, mientras que el tercer término mide la pérdida de utilidad de una desigualdad favorable. La explicación de la figura nº 2 es sencilla; dado un pago monetario xi, la función de utilidad del jugador i alcanza un máximo cuando se cumple la igualdad xi = xj. La pérdida de utilidad procedente de una desigualdad en su contra (xj > xi) es mayor que la pérdida de utilidad que experimenta si el jugador i está mejor que el jugador j (xj < xi). Esto vendría dado por el cumplimiento, en la función de utilidad mencionada, de la desigualdad: αi ≥ βi. Igualmente, se suele considerar que el valor del parámetro β está comprendido entre cero y uno. Es lógico que sea mayor o igual que cero si consideramos que los individuos desearán estar igual o mejor que los demás. Parece lógico asimismo que β sea menor que uno, del mismo modo que no sería muy razonable poner un límite máximo al parámetro α. Clark (1998) incide en este asunto mostrando con un ejemplo gráfico bastante clarificador su concepto de altruismo y de aversión a la inequidad o desigualdad, apoyándose en un juego del dictador 19, destacando las diferencias entre ambos conceptos. Así, de una renta M dada, el dictador debe decidir qué cantidad quedarse, C1, y qué cantidad transferir a otro individuo, C2. En la figura nº 3 (a) se pueden apreciar las curvas de indiferencia de un dictador, la restricción presupuestaria y la transferencia óptima cuando actúa de manera egoísta, que en este caso consiste en no transferir nada, pues maximiza su utilidad quedándoselo todo para él. La figura nº 3 (b) muestra la transferencia óptima del dictador si se trata de una persona altruista, pues en su función de utilidad tiene un determinado peso el bienestar del otro a través del consumo que éste pueda realizar; mientras que la figura nº 3 (c) presenta la transferencia óptima cuando tiene una preocupación por este concepto de “justicia” o “igualdad” que hemos mencionado repetidamente en otros autores. En este caso particular, aun cuando el concepto de preferencias por la igualdad y preferencias altruistas sean diferentes, producen una transferencia de renta idéntica. Otros autores, como Dawes et al. (2007) comprobaron en experimentos de laboratorio que los individuos a quienes se les permite reducir y aumentar la renta de los otros lo hacen, incurriendo en un coste personal, incluso cuando no hay un comportamiento cooperativo que apoyar o reforzar. Estos comportamientos han observado que se presentan especialmente ante las desigualdades, mostrando una presencia de motivos igualitaristas en su proceder.

3.4.- La cooperación Una de las motivaciones sociales que Liebrand (1984) consideraba como posibles y que mencionamos anteriormente es la cooperación, consistente en intentar maximizar la suma del bienestar conjunto, tanto el propio como el de los demás. En ese sentido, estudios experimentales de comportamiento en dilemas sociales, especialmente en los que se permite un periodo de discusión grupal, se ha apreciado que los individuos no siempre parecen seguir únicamente su propio interés individual en su toma de decisiones. Esto lo corroboran, por ejemplo, los estudios realizados por Caldwell (1976), y Dawes, R.M., McTavish, J. y Shaklee, H. (1977). En efecto, aunque la teoría de juegos nos indica que los individuos racionales, maximizadores de utilidad, en un entorno de un “dilema del prisionero20 ” repetido un número finito de veces, deberían resolver por inducción hacia atrás el juego y adoptar una estrategia no cooperativa en todas las etapas de las que contase el mismo 21, vemos en el mundo real que esto no siempre es así y que pueden surgir posturas cooperativas –sin necesidad de considerar que las repeticiones del juego sean infinitas22 -. De hecho, un factor que colaboraría notablemente a alcanzar una mayor cooperación en los dilemas sociales, además de esa valoración de la justicia o equidad que hemos analizado en el epígrafe precedente, es la comunicación; si los individuos pueden comunicarse y alcanzar acuerdos o “contratos sociales”, aun cuando nadie pueda asegurar que finalmente vayan a cumplirlos, el porcentaje de cooperación ascendería sensiblemente. Uno de los motivos para que aumente la cooperación en presencia de comunicación es que ésta ayuda a eliminar el miedo a obtener el pago del “pardillo23 ”. Ese beneficio para la cooperación de la comunicación es obvio y discernible aun cuando la comunicación sea sólo parcial (Braver y Wilson II, 1986). No obstante, para impulsar la aparición de la cooperación sería positivo que existiese alguna penalización para quien incumpliese los acuerdos. Schelling (1968) se plantea precisamente la credibilidad 23 de 152 que merecen las afirmaciones que http://www.eumed.net/ce/2012/comportamiento-consumidor.html

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(1968) se plantea precisamente la credibilidad que merecen las afirmaciones que se realizan cuando no hay penalización para quien miente, proponiendo ejemplos como la respuesta que el marido ha de dar a su mujer que pregunta cómo le queda el vestido nuevo... y mentir en esas circunstancias constituye para este autor un asunto de la misma índole que el romper las promesas efectuadas. A pesar de ello, hay autores como Smyth (1972) que ponen en tela de juicio la viabilidad de esas penalizaciones o sanciones cuando es necesario que los jugadores implicados otorguen a una tercera parte el poder para establecerlas, ya que argumenta –en lo que denomina dilema del prisionero II-, que es la necesidad de asegurarse de que esta tercera parte cumpla su parte del contrato, y para ello habría que contratar con una cuarta parte, pero sería necesario contratar con una quinta parte para que se aseguren de que la cuarta cumpla, etc. llegando a la conclusión de que no es posible hacer que se cumpla el contrato con el otro prisionero. Lógicamente, la mayor o menor aparición de cooperación en situaciones de dilemas sociales representables como dilemas del prisionero, tragedias de los comunes, etc., dependerá también en buena medida no ya de la estructura de los pagos, sino también de las diferencias entre estos (Rapoport, 1967). Efectivamente, si las diferencias existentes entre los pagos son notables, se acentúan los incentivos que tienen los individuos para actuar de forma no cooperativa. De hecho, se ha elaborado un índice de propensión a la cooperación aplicable a situaciones como la descrita, que lógicamente depende directamente del valor de los pagos y de las diferencias entre ellos (en esta línea, Bonacich, (1970), analiza con cierto detalle las características del índice propuesto por Rapoport (1967)). En ocasiones podemos observar la aparición de la cooperación como consecuencia de la búsqueda egoísta de los individuos de sus propios intereses, sin necesidad de que la cooperación surja de la honestidad, generosidad o bondad de los individuos. Este enfoque consistiría en investigar cómo actuarán los individuos en la búsqueda de sus propios intereses, y ver entonces qué efectos tendrían para el sistema en su conjunto, es decir, se trata de realizar un análisis que explora la relación entre las características de comportamiento de los individuos que componen un determinado agregado social, y las características del agregado. Dicho de otra forma, se trata de hacer supuestos acerca de micro-motivos y deducir a través de ellos consecuencias para macrocomportamientos (Schelling, 1978a). En este sentido, está claro que la cooperación surgiría espontáneamente en juegos como el planteado por Sandler (1992), alcanzándose la acción colectiva, en lo que él denomina un grupo totalmente privilegiado, utilizando la terminología de Olson (1965), que representa una situación en la que la racionalidad individual y colectiva coinciden perfectamente, ya que el incentivo a defraudar desaparece a consecuencia de que la pérdida neta en el valor del bien colectivo producida después de no cooperar excedería el coste de la contribución. Por tanto, bajo esta estructura de juego, no existiría dilema social alguno. Marwell y Oliver (1993) exponen la necesidad de que se logre una masa crítica para que se produzca el éxito de la acción colectiva; en su opinión, cuando se alcance un determinado número de personas ya movilizadas se producirá un efecto de bola de nieve y los free-riders progresivamente desaparecerán. La cuestión radica en saber qué motivaciones y con qué condiciones se llegará a alcanzar esa masa crítica que desencadenará el proceso. En esta línea, Aguado (2001) muestra cómo la clave está en alcanzar una masa crítica suficiente, a partir de la cual cada individuo que se decida a adoptar una actitud cooperativa haga que el bienestar general aumente, desarrollando un modelo que permite estimar cuál es dicha masa crítica en función de los pagos que puedan obtener los individuos con una actitud cooperativa o no cooperativa. En efecto, si la acción colectiva necesaria para superar los dilemas sociales llega a producirse, según algunos autores, es gracias a que una proporción significativa de la población tiene un comportamiento altruista, y decide participar para autorrealizarse o para mantener su reputación entre amigos y familiares, tendiendo a sobreestimar el valor de su participación (Marí-Klose, 2000). Así, Elster (1989) señala que el hecho de que fructifique una acción colectiva y se consiga alcanzar una situación en la que predominen las actitudes cooperativas depende de que se consiga incentivar a distintos tipos de personas a participar, aunque las motivaciones que les impulsen sean diferentes. De esa manera, este autor considera que se puede provocar una reacción en cadena propiciada por la decisión de incorporarse progresivamente a la acción colectiva en sucesivas oleadas en función de cuáles sean las motivaciones particulares de los distintos individuos. No obstante, aunque estemos interesados en comprender cómo puede surgir la cooperación en los dilemas sociales, hay que matizar que la cooperación no siempre es deseable. Pensemos en el caso de los mercados oligopolísticos; lo socialmente deseable y económicamente más eficiente es que no se produzcan comportamientos cooperativos, colusivos. En ocasiones, por tanto, las políticas 24 de 152

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públicas están orientadas a la prevención de la cooperación. Orbell et al. (1990) mencionan las promesas que pueden realizar los individuos acerca de la actitud cooperativa que puedan adoptar en situaciones de dilemas sociales, diferenciando si el cumplimiento de dichas promesas les sea beneficioso o no. Así, el hecho de que las personas cumplan sus promesas cuando éstas les benefician personalmente parece bastante obvio y previsible, pues esperamos que las personas actúen a favor de su propio interés y por tanto que cumplan dichas promesas. No obstante, tampoco está tan claro que los individuos pensemos que los demás van a actuar de manera racional, como muestran en sus estudios Basu (1994) o Goeree y Holt (2001).

4.- Comportamientos “irracionales” Basu (1994) afirma en su ejemplo que denomina “dilema del viajero”, que aplicar la racionalidad, pensando que los demás también van a actuar de un modo racional, puede conducir a una solución muy poco deseada por ninguno de ellos. El ejemplo que plantea para explicar este razonamiento y plantear el dilema que surgiría es el siguiente: dos turistas compran idénticos recuerdos en sus vacaciones. Sus maletas se pierden en el viaje de vuelta, y la aerolínea les solicita que realicen independientemente reclamaciones para proceder a su indemnización. Anticipándose a la posibilidad de que realicen reclamaciones excesivas, la aerolínea les comunica: “sabemos que las maletas tenían idénticos contenidos, y aceptaremos cualquier reclamación que realicen entre los 2 $ y los 100 $, pero pagaremos a cada uno una cantidad igual al mínimo de las reclamaciones recibidas. Si las dos reclamaciones son iguales, supondremos que ambos están diciendo la verdad y les pagaremos esa cantidad. Ahora bien, si las dos reclamaciones son diferentes, pagaremos una cantidad de dinero adicional R = 2 $ a la persona que realice la reclamación más baja, y restaremos como penalización esa misma cantidad R = 2 $ a la persona que realice la reclamación más alta –pues suponemos que está intentando engañarnos reclamando una cantidad superior al verdadero valor de la mercancía, dado que el otro ha solicitado una cantidad menor-”. A primera vista, podría parecer que ambos individuos van a reclamar los 100 $. Sin embargo, cada uno de ellos puede darse cuenta de que, si el otro actúa de esa manera, él podría obtener una indemnización de 101 $ pidiendo 99 $ recordemos que ambos viajeros realizan sus solicitudes por separado, de manera independiente-. Pero si ambos razonan de esta manera, llegarán rápida e individualmente a la conclusión de que harían mejor pidiendo 98 $, y así sucesivamente. La lógica es inexorable, y no pararán hasta darse cuenta de que ambos pedirán 2 $ -lo que constituye el único Equilibrio de Nash del juego-. Este ejemplo ilustra la forma en la que funciona el proceso de inducción hacia atrás, incluso en juegos de una sola etapa. Además, el valor de la penalización y gratificación no alteraría la lógica del problema. En el ejemplo propuesto por Basu (1994) que hemos descrito, la penalización y gratificación R era de tan sólo 2 $, aunque en los experimentos realizados por Goeree y Holt (2001) replicando con otras cifras este mismo dilema probaron con distintas cantidades (180 $ y 5 $), y unos límites inferior y superior de la indemnización de 180 $ y 300 $ respectivamente, comprobando que en la práctica el valor de la penalización no es en absoluto irrelevante para determinar la cuantía reclamada por parte de los interesados. En otras ocasiones puede suceder que no creamos que los demás vayan a tener un comportamiento racional tendente a la búsqueda de la maximización de la utilidad. El siguiente ejemplo de la figura nº 4, tomado de Goeree y Holt (2001), lo muestra claramente. El planteamiento del juego dinámico que acabamos de representar gráficamente es el siguiente: el primer jugador ha de elegir entre una decisión segura (S) y otra arriesgada (A). Si opta por la decisión arriesgada, el segundo jugador puede elegir entre una decisión (P) que penaliza a ambos y una decisión (N) que no penaliza sino que lleva a un Equilibrio de Nash que además proporciona un pago máximo conjunto. Existe, no obstante, un segundo Equilibrio de Nash en el que el primer jugador elige la decisión segura (S) y el segundo opta por la penalización (P). El segundo jugador no tiene incentivo para desviarse de este Equilibrio puesto que la penalización auto-infligida está fuera del desarrollo del juego, aunque claramente es un Equilibrio de Nash que no es perfecto en subjuegos24 pues no resulta creíble que, si el primer jugador optase por la decisión arriesgada (A), el segundo respondiese con la penalización (P), obteniendo de esa manera un pago de 10 unidades frente al pago que podría percibir de 70 unidades si eligiese la estrategia no penalizadora (N). En el experimento realizado por Goeree y Holt, el 16 % de las veces el primer jugador optó por asegurarse el pago de 80, mientras que el 84 % de las veces se alcanzó la resolución del juego que 25 lleva al seguir el Equilibrio de Nash perfecto de 152 http://www.eumed.net/ce/2012/comportamiento-consumidor.html

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alcanzó la resolución del juego que lleva al seguir el Equilibrio de Nash perfecto en subjuegos, obteniendo ambos jugadores un pago de 90 y 70 respectivamente. El juego de la parte inferior de la figura es idéntico al de la parte superior, con la salvedad de que el pago percibido por el segundo jugador en el caso de que optase por la estrategia que conlleva una penalización (P) era de 68. Este cambio no altera el hecho de que como en el caso anterior sigan existiendo dos Equilibrios de Nash, uno de los cuales no es perfecto en subjuegos. En este caso, sin embargo, el 52 % de los jugadores que actuaban en primer lugar optaron por el pago seguro, por lo que no creyeron que los demás fueran a actuar de manera racional cuando la penalización para el segundo jugador era tan pequeña –de hecho, parte de razón tenían cuando se constató que el 12 % de las veces los jugadores que actuaban en segundo lugar lo hicieron conforme a lo que determinaba el Equilibrio de Nash que no es perfecto en subjuegos, de modo que el comportamiento del segundo jugador muestra que está dispuesto a perder 2 u.m. con tal que el otro pierda 70 u.m.En el juego que acabamos de estudiar, dado que la decisión (A) del primer jugador beneficia a ambos, el jugador nº 2 no tiene ningún incentivo para penalizarle, aunque hayamos visto que en ocasiones eso sí que ocurre, tal vez por tratarse de individuos competitivos que buscan maximizar su situación relativa frente al resto, y no su propia situación como tal. No ocurre así en el juego de la figura nº 5, en el que la decisión (A) del primer jugador hace que disminuya el pago que pueda percibir el segundo. Como en el caso anterior, hay dos equilibrios de Nash, uno de los cuales, (S, P), no es un equilibrio perfecto en subjuegos, pues está basado en una amenaza que no es creíble: la amenaza de que el jugador nº 2 jugará (P) si el jugador nº 1 juega (A). Esa amenaza no es creíble porque entraña para el jugador nº 2 incurrir en una pérdida de 40 unidades frente a la alternativa de jugar (N) en la que podrían obtener un pago de 50 unidades, y así es como lo entendieron los jugadores, que en un 88 % de los que actuaban en primer lugar optaron por llevar a cabo la estrategia arriesgada. Cumplir la amenaza en la parte inferior de la misma figura, en la B), sin embargo, resulta “barato” para el jugador nº 2 –sólo pierde dos unidades monetarias-, por lo que en los experimentos se apreció un reparto por igual entre los tres resultados posibles. Elster (1985) afirma que sería racional cooperar si sabemos que nos vamos a enfrentar a problemas de acción colectiva similares en el futuro, algo que no es aplicable lógicamente a problemas intergeneracionales. Este mismo autor considera también, en un sentido kantiano, el concepto del deber. Plantea la pregunta siguiente: ¿qué ocurriría si todo el mundo hiciera lo mismo? Es decir, ¿qué pasaría si todo el mundo dejara sus botellas de cerveza en la playa, se quedara en casa en día de elecciones o defraudara en sus impuestos? En este contexto, es el sentido del deber quien nos llevaría a hacer lo que consideramos que estaría bien si todo el mundo lo hiciera. Quienes se comportaran de esta manera serían individuos que actúan en función de sus valores morales, sin esperar una utilidad de su comportamiento. Pero actuar de este modo individualmente, sin que los demás también lo hagan, llevaría a cualquier persona a estar en la peor situación descrita en el “dilema del prisionero” –lo que llamamos el pago del “pardillo”-. En ese sentido, por tanto, si no existen más consideraciones como las descritas anteriormente, podríamos considerar esa forma de actuar como “irracional” desde un punto de vista meramente económico.

5.- Conclusiones La utilidad que alcance un consumidor no depende únicamente de sus propias decisiones de consumo, sino que se ve influenciada por la interacción con los demás, del mismo modo que sus decisiones afectan al resto. Por otro lado, los individuos no actuamos únicamente de forma egoísta; cabe distinguir cuatro clases de motivaciones sociales en el comportamiento de los individuos: el altruismo –que se da cuando la motivación del individuo es la de maximizar el bienestar de los demás-, la cooperación –cuando la motivación es la de maximizar la suma del bienestar conjunto, tanto el propio como el de los demás-, el individualismo –cuando la motivación dominante está encaminada a maximizar únicamente el propio bienestar-, y la competición –cuando lo que se persigue es maximizar la diferencia entre el bienestar propio y el de los demás-. El altruismo es un concepto que admite muchos matices, y puede mostrar desde comportamientos que benefician más a otros individuos que a la propia persona que presenta dicho comportamiento, hasta aquellos que llegan a beneficiar a los demás, aun cuando sea a costa del propio bienestar. Este tipo de comportamientos puede facilitar la aparición de la cooperación en entornos de dilemas sociales. El altruismo además está relacionado otros tipos de comportamientos, como 26con de 152 http://www.eumed.net/ce/2012/comportamiento-consumidor.html

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El altruismo además está relacionado con otros tipos de comportamientos, como el de aquellos individuos que están dispuestos a castigar a quienes no cooperen, o quienes están dispuestos a iniciar una acción cooperativa cuando estiman que otros van a corresponderles y que repetirán esas acciones mientras que una proporción suficiente de los demás implicados actúen con reciprocidad. Otro de los factores que influyen en el comportamiento de los individuos es la persecución de una cierta noción de “justicia” o “equidad”. Esa “justicia” o “equidad” se podría interpretar como una aversión a la inequidad o desigualdad respecto del propio individuo. Así, la gente no se preocuparía en exceso por la inequidad que pudiera existir entre otros, sino más bien en la equidad entre el bienestar que ellos mismos disfrutan y el que gozan los demás. Finalmente, todos estos tipos de comportamientos pueden llegar a ser considerados “irracionales” pues no cumplen los postulados tradicionales de la teoría del consumidor –no solemos considerar racional, por ejemplo, que alguien esté dispuesto a perder dinero siempre y cuando otro lo haga en mayor medida, y ese tipo de comportamientos, entre otros, existen-. Por tanto, no podemos obviar su existencia y debemos realizar esfuerzos por integrarlos en la teoría si nuestra aspiración es que esta plasme de la forma más precisa posible la realidad que pretende reflejar, con todos sus matices.

Bibliografía 1. Aguado, J.C. (2001): “La propiedad de los recursos naturales y su conservación. Especial referencia a los recursos de libre acceso”. Comunicación presentada en el IV Congreso Nacional de Economía Agraria, septiembre de 2001, Pamplona. 2. Aguado, J.C. (2007): Teoría de la decisión y de los juegos. Delta Publicaciones. Madrid. 3. Aguado, J.C. (2010): Curso fundamental de microeconomía. Delta Publicaciones. Madrid. 4. Andreoni, J., Miller, J.H. (2002): “Giving According to GARP: An Experimental Test of the Consistency of Preferences for Altruism”. Econometrica Vol. 70 nº 2, Marzo: 737-53. 5. Axelrod, R. (1984): The evolution of cooperation. Basic Books, New York. Publicado en castellano en 1986: La evolución de la cooperación. Alianza Editorial, S.A., Madrid. 6. Basu, K: (1994): “The Traveler’s Dilemma: Paradoxes of Rationality in Game Theory”. American Economic Review, May 1994 Papers and Proeceedings of the Hundred and Sixth Annual Meeting of the American Economic Association; Vol. 84, nº 2, pp. 391-95. 7. Bixenstine, V.E.; Levitt, C.A. y Wilson, K.V. (1966): “Collaboration among Six Persons in a Prisoner’s Dilemma Game”. The Journal of Conflict Resolution, Vol. 10, nº 4 (diciembre): 488-496. 8. Bonacich, P. (1970): “Putting the Dilemma Back into Prisoner’s Dilemma”, The Journal of Conflict Resolution, Vol. 14, nº 3 (septiembre): 379-387 9. Braver, S.L. y Wilson II, L.A. (1986): “Choices in Social Dilemmas: Effects of Communication within Subgroups”. The Journal of Conflict Resolution, Vol. 30, nº 1 (marzo): 51-62. 10. Caldwell, M.D. (1976): “Communication and Sex Effects in a Five-Person Prisoner’s Dilemma Game”. Journal of Personality and Social Psychology, nº 33: 273-280. 11. Campbell D.T. (1983): "The Two Distinct Routes beyond Kin Selection to Ultrasociality: implications for the humanities and social sciences", en: The Nature of Prosocial Development, D. Bridgeman (ed.), (Academic Press, New York), p. 11-41. 12. Clark, J. (1998): “Fairness in Public Good Provision: An Investigation of Preferences for Equality and Proportionality”. The Canadian Journal of Economics, Vol. 31, nº 3 (agosto): 708-729. 13. Dawes, C.T. et al. (2007): “Egalitarian motives in humans”. Nature, abril: 794-796. 14. Dawes, R.M., McTavish, J. y Shaklee, H. (1977): “Behaviour, Communication and Assumptions about Other Peoples’ Behavior in a Commons Dilemma Situation”. Journal of Personality and Social Psychology nº 35: 1-11. 15. Elster, J. (1985): “Rationality, Morality and Collective Action”. Ethics, Vol. 96, nº 1: 136-155. 16. Elster, J. (1989): Foundations of social choice theory. Cambridge, Mass.: Harvard University Press. 17. Fehr, E., Schmidth, K.M. (1999): "A Theory of Fairness, Competition and Cooperation" Quarterly Journal of Economics, Vol. 114, nº 3 18. Fehr, E., Gachter, S. (2002): “Altruistic punishment in humans”. Nature, enero: 137-140. 19. Fowler, J.H. (2005): “Altruistic27punishment and the origin of cooperation”. de 152 http://www.eumed.net/ce/2012/comportamiento-consumidor.html

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MÓDULO 2. LOS MERCADOS: OFERTA Y DEMANDA 1

LOS MERCADOS: OFERTA Y DEMANDA

En este módulo vamos a estudiar cuáles son los principales factores que afectan a la cantidad que los consumidores desean adquirir de los distintos bienes, así como los que determinan la cantidad que los productores desean ofrecer. Veremos cómo se alcanza el equilibrio en los mercados, y analizaremos varias posibles intervenciones que puede llevar a cabo el Estado en el mecanismo del mercado si se considera que los resultados que arroja el mismo no son los más deseables. Estas intervenciones afectarán de manera desigual al bienestar de los distintos agentes económicos, por lo que será necesario que comprendamos su funcionamiento. Enlace a vídeos Módulo 2:

https://www.youtube.com/watch?v=9BL28-MB5nE https://www.youtube.com/watch?v=wgOdK7tfO_k https://www.youtube.com/watch?v=TiRska9iHnQ

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2.1.- LA OFERTA, LA DEMANDA Y EL EQUILIBRIO DEL MERCADO

Un mercado, tal y como lo entendemos en economía, no es un lugar físico donde acuden los consumidores a adquirir todo tipo de productos -pescado, verdura, carne, etc.- sino que el mercado está compuesto por un grupo de oferentes (vendedores) de demandantes (compradores) de un determinado bien o servicio. En el mercado, los individuos han de entregar una determinada cantidad de dinero para obtener los bienes que desean; es el precio. El precio de un bien es el número de unidades monetarias que se necesitan para obtener una unidad de dicho bien. La cantidad que los consumidores deseen adquirir de un determinado bien o servicio dependerá de muchos factores, aunque a nadie se nos escapa que el precio del mismo será un factor fundamental. El resto de factores –la renta con la que cuente el consumidor, sus gustos, etc.- también serán muy importantes para determinar cuál es la cantidad que los consumidores deseen adquirir. Dado que la función de oferta la vamos a poder representar también referenciada a los precios, optaremos por buscar la relación entre los precios y las cantidades demandadas considerando el resto de factores como dados. Posteriormente, procederemos a analizar qué es lo que ocurre cuando alguno de ellos varía. La demanda nos indica por consiguiente cuál es la cantidad que los consumidores desean adquirir a cada nivel de precios. Es por tanto, la relación entre la cantidad demandada y su precio, ceteris paribus. La relación existente entre los precios y las cantidades, generalmente, es una relación inversa; cuando aumentan los precios, menor es la cantidad que los consumidores desean adquirir de un determinado bien. Lo podemos ver en la figura 2.1; al aumentar el precio desde P1 a P2, la cantidad demandada disminuye desde Q1 hasta Q2, desplazándonos a lo largo de la curva de demanda (D) desde el punto 1 hasta el punto 2. Por el contrario, cuanto menores son los precios, mayor será la cantidad demandada. Esto es lo que nos indica la ley de la demanda. Figura 2.1: relación entre el precio y la cantidad demandada P

P2

2

1 P1 D

Q2

Q1

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Q


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La demanda depende básicamente de:  El precio del bien  Las preferencias y gustos de los consumidores.  Los ingresos (rentas) de los mismos, incluso de las rentas futuras.  Los precios de los demás bienes (sean éstos complementarios o sustitutivos) Como acabamos de ver, los cambios que se producen en los precios, dado que esa es la variable que hemos optado por poner en el eje de ordenadas, generan desplazamientos a lo largo de la curva de demanda. Si las variaciones se producen en cualquier otro de los factores que habíamos considerado constantes, observaremos que se producen desplazamientos de la curva de demanda. Así, por ejemplo, si es un bien que se pone de moda, las preferencias y gustos de los consumidores hacia el mismo aumentarán, por lo que a cada nivel de precios desearán adquirir una cantidad mayor. Es lo que representamos a continuación en la figura 2.2.

Figura 2.2.: desplazamientos hacia la derecha de la curva de demanda P

P1

1

2 D’ D

Q1

Q2

Q

Al precio P1, los consumidores estaban dispuestos a adquirir Q1 unidades; al ponerse de moda ese bien, desearán comprar Q2 unidades, pasando del punto 1 al punto 2. Esto ocurrirá para cada nivel de precios. La función de demanda se desplazará consecuentemente desde D a D’. Del mismo modo, si aumenta el precio de bienes sustitutivos, o si disminuye el precio de bienes complementarios, la función de demanda se desplazará hacia la derecha. También lo hará si aumenta la renta de los consumidores, siempre que se trate

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4 MICROECONOMÍA

de un bien normal –en algunos casos, como estudiaremos en el tema correspondiente al comportamiento de los consumidores, al aumentar la renta disminuye la cantidad demandada de un bien, y viceversa. Son los bienes inferiores. Ya nos detendremos en ellos con más detalle en su momento-. La demanda se desplazará hacia la izquierda, como en la figura 2.3, si disminuyen los gustos, la renta de los consumidores –si es un bien normal-, disminuye el precio de bienes sustitutivos o si aumenta el precio de los bienes complementarios. Figura 2.3.: desplazamientos hacia la izquierda de la curva de demanda P

P1

2

1 D D’

Q2

Q1

Q

La cantidad que los productores deseen fabricar de un determinado bien dependerá de varios factores, como la tecnología con la que cuenten, el precio de los factores productivos necesarios, etc. El precio al cual puedan venderlo, por supuesto, será un factor determinante. Así, cuanto mayor sea éste, más cantidad desearán vender los productores, y más productores estarán dispuestos a ofertar ese bien. Del mismo modo que hicimos con la demanda, referenciaremos la cantidad ofertada al precio del bien, dejando en principio constantes las otras variables. La oferta es la relación entre el precio de un bien y las cantidades que las empresas desearían ofrecer de ese bien “ceteris paribus”. Los principales determinantes de la oferta por tanto son:  El precio del bien  El coste de los factores productivos  El nivel tecnológico Como acabamos de ver, los cambios que se producen en los precios, dado que esa es la variable que hemos optado por poner en el eje de ordenadas, generan desplazamientos a lo largo de la curva de oferta. Estos desplazamientos se muestran en la figura 2.4.

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MÓDULO 2. LOS MERCADOS: OFERTA Y DEMANDA 5

Figura 2.4: relación entre el precio y la cantidad ofertada

O

P

P2

2

P1

1

Q1

Q2

Q

Si las variaciones se producen en cualquier otro de los factores que habíamos considerado constantes, observaremos que se producen desplazamientos de la curva de oferta, como ocurre en la figura 2.5. Así, por ejemplo, si el coste de los factores productivos disminuye, o si mejora la tecnología y pueden producir a menores costes, los productores estarán dispuestos a vender una cantidad mayor a cada nivel de precios. Es lo que representamos a continuación: Figura 2.6.: desplazamientos hacia la derecha de la curva de oferta O

P

O’

1

P1

2

Q1

Q2

Q

Al precio P1, los productores estaban dispuestos a ofertar Q1 unidades; al disminuir el coste de los factores productivos necesarios para fabricar ese bien, a ese mismo nivel de precios están dispuestos a ofertar Q2 unidades, pasando del punto 1 al

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punto 2. Esto ocurrirá para cada nivel de precios. La función de oferta se desplazará consecuentemente desde O a O’. Del mismo modo, si mejora la tecnología y son capaces de producir más eficientemente, la función de oferta se desplazará hacia la derecha. La oferta se desplazará hacia la izquierda, como ocurre en la figura 2.7, si aumenta el coste de los factores productivos –incluyendo aquí, incluso, un aumento de la fiscalidad sobre las empresas- o si se utiliza una tecnología más ineficiente.

Figura 2.7.: desplazamientos hacia la izquierda de la curva de oferta O’ P

P1

O

2

Q2

1

Q1

Q

Para cada nivel de precios de un bien, existirá una cantidad de dicho bien que los consumidores desearán adquirir (lo que nos señala la función de demanda) y una cantidad que los productores estarán dispuestos a producir (lo que nos indica la función de oferta). El precio para el que la cantidad demandada y la cantidad ofertada coinciden es el precio de equilibrio (P*). A ese precio, los consumidores adquieren todo lo que desean comprar, y los productores venden todo lo que desean vender. La cantidad intercambiada es la cantidad de equilibrio (Q*). Vemos la representación de ambos en la figura 2.8.

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Figura 2.8: El equilibrio del mercado

O

P

P*

D Q*

Q

Si el precio (P1) fuese superior al precio de equilibrio (P*), existiría exceso de oferta (o escasez de demanda), pues los productores estarán dispuestos a vender una cantidad (QO) superior a la de equilibrio (Q*), mientras que los consumidores desearán adquirir (QD) una cantidad inferior a la misma, como en la figura 2.9. Figura 2.9: Exceso de oferta provocado por un precio superior al de equilibrio

O

P

Exceso de oferta P1

P*

D QD

Q*

QO

Q

Si por el contrario, el precio (P2) fuera inferior al de equilibrio (P*) -como cuando se fijan por parte de las autoridades precios máximos-, los consumidores desearían adquirir una cantidad superior (QD), mientras que la cantidad que estarían

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8 MICROECONOMÍA

dispuestos a vender los productores (QO) sería menor que la de equilibrio (Q*). Nos encontraríamos por tanto con un exceso de demanda, como el de la figura 2.10.

Figura 2.10: Exceso de demanda provocado por un precio inferior al de equilibrio O

P

P* P2 Exceso de demanda QO

Q*

QD

D Q

Si no existen rigideces en el mercado por ningún motivo, la tendencia en los mercados es la de alcanzar el equilibrio. En efecto, si el precio es “demasiado” alto, los empresarios tenderán a abaratar el precio del producto para no acumular demasiadas existencias -o para no perder parte de la producción si ésta es perecedera, por ejemplo-. Si el precio es demasiado bajo y hay exceso de demanda, los empresarios estarán interesados en producir más unidades y venderlas a un precio mayor, pues los consumidores están dispuestos a adquirirlas y a pagar mayores precios. 2.2.- DESPLAZAMIENTOS DE LA OFERTA Y DE LA DEMANDA

Analizaremos a continuación qué ocurre con el precio y la cantidad de equilibrio cuando se produce una variación en alguna de las variables que afectan ya sea a la demanda, ya sea a la oferta. Si aumenta la renta de los consumidores, y se trata de un bien normal, la función de demanda se desplazará hacia la derecha (desde D hasta D’). Siendo esto así, al precio de equilibrio vigente inicialmente (P*1) se producirá un exceso de demanda (la distancia entre Q*1 y Q*3), por lo que se surgirán las fuerzas que nos lleven de nuevo a un equilibrio. En efecto, al existir un exceso de demanda, los productores se animarán a fabricar más unidades, pero esto se producirá a un precio mayor. Al aumentar el precio (hasta P*2), la cantidad demandada por los consumidores disminuirá (de Q*3 a Q*2). Se tenderá por tanto a alcanzar el equilibrio (en el punto 2). Como es la función de demanda quien se mueve, los puntos de equilibrio estarán situados sobre la función de oferta, desplazándonos a lo largo de ella (desde el punto 1 hasta el punto 2). Lo vemos en la figura 2.11:

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Figura 2.11: Desplazamiento de la demanda y nuevo equilibrio

O

P

2

P*2 1

P*1

Exceso de demanda

D’

D Q*1

Q *2

Q *3

Q

Siempre que se produzca una variación en la demanda, el precio y la cantidad de equilibrio evolucionarán en el mismo sentido. En este caso, al incrementarse la demanda, tanto el precio como la cantidad de equilibrio aumentarán. Si la demanda se redujese, también lo harían el precio y la cantidad de equilibrio. No ocurre así cuando es la oferta quien se mueve. En este caso, el precio y la cantidad de equilibrio evolucionan en sentido inverso, como veremos con el ejemplo siguiente representado en la figura 2.12. Supongamos que se produce una mejora tecnológica, por lo que la función de oferta se desplaza hacia la derecha. En este caso, se producirá un exceso de oferta (la distancia entre Q*1 y Q*3) al precio inicialmente vigente (P*1), por lo que las empresas se verán forzadas a disminuir su precio. Al hacerlo, la cantidad que los consumidores deseen adquirir aumentará, tendiéndose a alcanzar el equilibrio (en el punto 2). Como es la función de oferta quien se mueve, los puntos de equilibrio estarán situados sobre la función de demanda, desplazándonos a lo largo de ella (desde el pto. 1 hasta el punto 2). Figura 2.12: Desplazamiento de la oferta y nuevo equilibrio O

P

P*1 P*2

O’

Exceso de oferta 1 2 D Q*1 Q*2 Q*3 36 de 152

Q


10 MICROECONOMÍA

El resultado, por tanto, corrobora lo expuesto anteriormente; al desplazarse la función de oferta, el precio y la cantidad de equilibrio evolucionan en sentido inverso; en este caso concreto, el precio disminuye y la cantidad aumenta. Lógicamente, si la función de oferta se hubiese contraído, el precio habría aumentado y la cantidad disminuido. Si se produce un movimiento tanto de la función de oferta como de la función de demanda, no podremos decir con exactitud cuál va a ser la evolución del precio y de la cantidad de equilibrio, sino sólo de uno de ellos, dependiendo el otro de la amplitud de los desplazamientos. En el ejemplo representado a continuación en la figura 2.13, ante un desplazamiento hacia la derecha tanto de la función de oferta como de la función de demanda, hemos representado que la cantidad aumenta –algo que indudablemente iba a ocurrir, pues ambos desplazamientos lo provocan-, pero hemos mantenido constante el precio. Figura 2.13: Desplazamiento de la oferta y la demanda con precio constante O

P

P*

O’

1

2 D’ D

Q *1

Q *2

Q

Sin embargo, podíamos haber representado que el precio aumentase como ocurre en la figura 2.14. Figura 2.14: Desplazamiento de la oferta y la demanda con incremento del precio

O

P

P *2 P *1

O’

2 1 D’ D Q *1 37 de 152

Q *2

Q


MÓDULO 2. LOS MERCADOS: OFERTA Y DEMANDA 11

Incluso podríamos representar que el precio disminuyese, como ocurre en la figura 2.15. Esto es así porque el desplazamiento de la oferta hace que el precio disminuya, mientras que el desplazamiento de la demanda opera en sentido contrario, provocando su aumento. El resultado, por tanto, dependerá de cuál de los dos efectos actúe con más fuerza sobre el precio. No podemos afirmar taxativamente que el precio vaya a subir, bajar o permanecer constante, a diferencia de lo que ocurre con la cantidad, que obligatoriamente va a aumentar pues lo hará como consecuencia tanto del movimiento de la función de oferta como del desplazamiento de la función de demanda. Figura 2.15: Desplazamiento de la oferta y la demanda con disminución del precio

O

P

O’

P *1 P *2

1 2

D’

D Q *1

Q *2

Q

2.3.- EL EXCEDENTE DE LOS CONSUMIDORES Y DE LOS PRODUCTORES

¿Cuánto está dispuesto a pagar un aficionado al buen fútbol por una entrada de tribuna de lateral para un partido Atlético de Madrid – F.C. Barcelona? Depende. Habrá quien esté dispuesto a pagar 1000 euros, quien sólo esté dispuesto a pagar 500 euros y quien esté dispuesto a abonar únicamente 150 euros, aunque si realmente es un aficionado al buen fútbol, está demostrado históricamente que este es el partido que no debería perderse. Son muchas las variables que influirán en la disposición a pagar de cada aficionado, si bien parece evidente que su nivel de ingresos será bastante determinante, aunque no sea el único factor. Supongamos que el precio en taquilla de esas entradas sea de 120 euros. El aficionado que habría estado dispuesto a pagar 1000

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12 MICROECONOMÍA

euros se estaría ahorrando 880 euros; el segundo se ahorraría 380 euros, y el último sólo se ahorraría 30 euros. En el equilibrio del mercado vimos que al precio de equilibrio los consumidores adquirían todas las unidades que deseaban comprar. Siendo esto así, muchos se estarán ahorrando bastante dinero, pues habrían estado dispuestos a abonar sumas mayores. La diferencia entre lo que efectivamente abonan los consumidores y lo que hubieran estado dispuestos a pagar, recibe el nombre de excedente de los consumidores. Gráficamente, es el área comprendida entre la función de demanda –que es quien muestra esa disposición a pagar de los consumidores- y el precio de equilibrio –que es el precio que efectivamente pagan-, como vemos en la figura 2.16. Figura 2.16: Excedente de los consumidores P O

P

Excedente de los consumidores *

D

Q*

Q

Por otra parte, la función de oferta muestra qué cantidad están dispuestas las empresas a producir a cada nivel de precios, o viéndolo desde el sentido contrario, qué precio están dispuestos a cobrar, como mínimo, para cada nivel de cantidad producida. Como en el equilibrio todo lo que se produce se vende al precio de equilibrio, existirá también un excedente de los productores, pues habrían estado dispuestos a cobrar un precio inferior al que efectivamente perciben. Gráficamente, es el área comprendida entre el precio de equilibrio y la función de oferta, como vemos en la figura 2.17. Figura 2.17: Excedente de los productores P O

P*

Excedente de los productores

39 de 152Q*

D

Q


MÓDULO 2. LOS MERCADOS: OFERTA Y DEMANDA 13

2.4.- INTERVENCIÓN DEL ESTADO EN EL MECANISMO DE MERCADO

Existen muy variados motivos por los que el Estado puede estar interesado en intervenir en el mecanismo de mercado, como por ejemplo, si el precio de equilibrio, fruto del libre juego de la oferta y la demanda, es considerado demasiado bajo, o demasiado alto. También puede intervenir el Estado en los mercados si se considera que el consumo de un determinado bien es perjudicial para la salud de los ciudadanos, o para el medio ambiente, y desea disminuir dicho consumo. Otra posible justificación para intervenir es la defensa de la producción nacional de algún bien frente a la competencia extranjera. Los instrumentos con los que cuenta son muy variados, aunque aquí nos referiremos únicamente a algunos de los más relevantes:     

Precios máximos Precios mínimos Impuestos Subsidios Aranceles

Cuando el Estado considera que el precio de un determinado bien, principalmente porque lo considera un bien esencial para los consumidores, no debería subir por encima de un determinado nivel, puede fijar un precio máximo. Lógicamente, para que tenga sentido, un precio máximo ha de ser inferior, por definición, al precio de equilibrio. En caso contrario, se estaría en el equilibrio y el precio máximo no tendría ningún efecto. Observemos en la figura 2.18 que cuando se fija un precio máximo, si no se articula ninguna medida complementaria adicional, ocurrirá que la cantidad que los consumidores deseen adquirir (QD) será mayor que la que los productores deseen vender (QO), generándose un exceso de demanda; habrá demanda que quede insatisfecha. En estos casos, dado que los productores están dispuestos a vender a precios mayores que dicho precio mínimo, y también hay consumidores que estarían dispuestos a adquirir ese bien por encima del precio fijado, se corre el riesgo de que surja un mercado negro, ilegal, que nos acerque al precio y la cantidad de equilibrio. Figura 2.18: Exceso de demanda originado por un precio máximo

O

P

P* Pmáx Exceso de demanda QO

Q* 40 de 152

QD

D Q


14 MICROECONOMÍA

Si el Estado considera que el precio de un bien no debería caer por debajo de un determinado nivel –generalmente para proteger la renta de los productores-, puede fijar un precio mínimo. Un precio mínimo sólo tendrá efectividad si es superior al precio de equilibrio; en caso contrario no serviría para nada pues se encontrarían en el equilibrio. Cuando se fija un precio mínimo se genera un exceso de oferta, como en la figura 2.19, pues a ese precio la cantidad que desean vender los productores (QO), es superior a la que desean adquirir los consumidores, (QD). En muchas ocasiones, ya sea en su totalidad, ya sea sólo en parte, el Estado puede comprar dicho exceso de oferta. Figura 2.19: Exceso de oferta originado por un precio mínimo

O

P

Exceso de oferta Pmín

P*

D QD

Q*

41 de 152

QO

Q


MÓDULO 2. LOS MERCADOS: OFERTA Y DEMANDA 15

Antes de 2013

Rusia estudia la posibilidad de doblar el precio mínimo del vodka MOSCÚ, 9 Jun. (Reuters/EP) -

Rusia podría doblar el precio mínimo del vodka antes de 2013, hasta los 200 rublos (más de 5,25 euros), informó este miércoles el viceprimer ministro de Finanzas, Sergei Shatalov. La subida sería gradual. Según el plan del Ministerio en 2011 el precio de esta bebida alcohólica deberá ser de 120 rublos, y de 160 un año después para llegar a los 200 rublos en 2013. "El vodka no debe ser barato, no es un producto de primera necesidad", argumentó Shatalov, citado por la agencia Itar-Tass. Además, adelantó que también podrían aumentar en un 30 por ciento los impuestos del tabaco hasta 2013. Los analistas de la asesoría VTB Capital advirtieron de que estas subidas repentinas en el impuesto del alcohol "probablemente darán como resultado un drástico incremento en la producción de alcohol ilegal", con lo que los ingresos por los impuestos "podrían caer". Rusia superó en 2009 su peor recesión de los últimos 15 años. El presidente, Dimitri Medvedev, es partidario de tomar medidas contundentes contra el alcoholismo. Cada ruso consume una media de 18 litros de alcohol puro al año. En enero el Gobierno ya subió los impuestos sobre la cerveza y estableció para el vodka un precio mínimo de 89 rublos, lo que equivalió a doblar el precio de la botella más barata.

Fuente: http://www.europapress.es/internacional/noticia-rusia-estudia-posibilidad-doblarprecio-minimo-vodka-20100609165339.html

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16 MICROECONOMÍA

El Estado puede fijar también impuestos a las empresas –otros impuestos podrían ir destinados a las familias- por distintos motivos; con el fin de recaudar dinero para sufragar sus actividades, para disminuir las cantidades que se consumirían si dejáramos actuar libremente a la oferta y la demanda y se tratase de un bien dañino para la salud –como el tabaco-, o para el medio ambiente –emisiones de CO2-, etc. Los impuestos pueden ser de muy variados tipos –de cuantía fija, ad valorem, etc.-, aunque nosotros nos referiremos aquí únicamente a aquellos que gravan en una determinada cantidad cada unidad de producto fabricada. Como vemos en la figura 2.20, si el empresario ha de abonar a la Hacienda Pública t unidades monetarias por cada unidad producida, la curva de oferta se desplazará paralelamente hacia arriba en esa misma medida –véase el gráfico adjunto-; al fin y al cabo, se trata de un incremento de costes más. Figura 2.20: Impuesto a las empresas O’

P

P*2 P*1

O

2 t 1 D Q*2 Q*1

Q

Si por cada unidad de producto vendida, el Estado va a recaudar t unidades monetarias, y se venden Q*2 unidades, la recaudación total que se efectúe será la suma de las áreas punteada y rayada. El precio aumenta desde P*1 hasta P*2, por lo que los consumidores no van a pagar del impuesto más que la parte punteada (antes pagaban un precio P*1, ahora van a pagar un precio P*2 , y van a comprar Q*2 unidades). La parte rayada no van a poder trasladársela los empresarios a los consumidores, por lo que acabarán asumiéndola ellos. El resultado que se obtiene sobre el precio y la cantidad de equilibrio con la fijación de un impuesto es claro: el precio aumenta, y la cantidad consumida disminuye. El cuadro adjunto muestra un ejemplo de la fijación de un impuesto justificado en intentar la disminución del consumo de un determinado bien.

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MÓDULO 2. LOS MERCADOS: OFERTA Y DEMANDA 17

REPORTAJE

El que engorda, paga más Científicos estadounidenses han propuesto gravar las bebidas azucaradas para frenar la epidemia de sobrepeso - La industria alimentaria responde con un 'ataque preventivo' DAVID ALANDETE 06/10/2009

En la guerra contra la obesidad, los científicos han encontrado un nuevo enemigo: las bebidas azucaradas. Un prestigioso grupo de estudiosos y expertos en nutrición le ha pedido al Gobierno Federal de EE UU que aplique un nuevo impuesto sobre ese tipo de refrescos, a los que acusan de tener una responsabilidad central en la epidemia de sobrepeso que vive el país. Con el dinero recaudado se podría financiar una parte de la reforma sanitaria en marcha. La industria, sin embargo, contemplando una posible caída de ventas, ha pasado al ataque, reforzando sus lobbies en Washington y preparándose para evitar cualquier incremento de precio, a toda costa. La propuesta de gravar los refrescos la planteó el mes pasado un grupo de prestigiosos expertos de las Universidades de Yale y Harvard, en un polémico artículo publicado en New England Journal of Medicine. Su propuesta es que el Gobierno Federal imponga un nuevo impuesto de un céntimo de dólar por cada onza (28 gramos) de refresco que incluya edulcorantes calóricos (una lata de Coca-Cola tiene 139 calorías). Es, en realidad, una medida largamente contemplada y, hasta el momento, nunca aprobada (...) Fuente: http://www.elpais.com/articulo/sociedad/engorda/paga/elpepisoc/20091006elpepisoc _2/Tes

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18 MICROECONOMÍA

La traslación del impuesto a los consumidores por parte de los empresarios será mayor o menor dependiendo principalmente de la elasticidad de la demanda, la cual viene marcada por la existencia o inexistencia de sustitutivos de ese bien y de lo imprescindible -de primera necesidad o no- que resulte para los consumidores. Así, si un bien es de primera necesidad para un consumidor –la insulina para un diabético, por ejemplo-, y carece de sustitutivos, su función de demanda será muy rígida o inelástica. En ese caso, ante incrementos en el precio, la disminución en la cantidad demandada será muy pequeña –como en el gráfico de la izquierda de la figura 2.21-. Por el contrario, si el bien de que se trate no es en absoluto imprescindible para el consumidor, y además existen sustitutivos muy cercanos, la función de demanda será muy elástica, y ante pequeñas variaciones en el precio, la respuesta a través de la reducción de la cantidad consumida será alta –como en el gráfico de la derecha-. Figura 2.21: Función de demanda rígida y función de demanda elástica Función de demanda rígida

Función de demanda elástica

P

P

2

P2

2

P2

1

P1

D

1

P1

D Q2

Q1

Q

Q2

Q1

Q

Cuando la función de demanda es rígida, aunque aumente el precio los consumidores apenas reducen la cantidad que demandan. Por ello, la traslación del impuesto es alta (el área punteada, que indica qué parte pagan los consumidores en la figura 2.22, es ancha). Figura 2.22: Traslación del impuesto en una demanda rígida O’ O

P

2

P2 P1

t

1

D Q2 Q1

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Q


MÓDULO 2. LOS MERCADOS: OFERTA Y DEMANDA 19

Cuando la función de demanda es elástica, un pequeño incremento en el precio provoca que los consumidores reduzcan de forma apreciable la cantidad que demandan. Por ello, la traslación del impuesto es baja (el área punteada, que indica qué parte pagan los consumidores en la figura 2.23, es estrecha). Los empresarios en este caso han de asumir buena parte del impuesto (el área rayada es ancha). Figura 2.23: Traslación del impuesto en una demanda elástica O’

P

O

2

P2 P1

1

t

D

Q2

Q1

Q

Desde el punto de vista de la eficiencia, podemos observar en la figura 2.24 que antes de que se fijase el impuesto, las áreas 1 y 2 formaban parte del excedente de los consumidores, y las áreas 3 y 4 pertenecían al excedente de los productores. Con el impuesto, las 4 áreas desaparecen de ambos excedentes, aunque en parte se recuperarán a través de la recaudación impositiva, que representan las áreas 1 y 3. Por tanto, las áreas 2 y 4 son la pérdida de eficiencia del impuesto. Figura 2.24: Ineficiencia del impuesto O’

P

P*2 P*1

O

1 3

2 4 D Q *2 Q *1

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Q


20 MICROECONOMÍA

También interviene el Estado, en sentido contrario al de los impuestos, abaratando el precio de determinados bienes mediante las subvenciones que concede. Es el caso opuesto al del impuesto, y en lugar de penalizar el consumo se trata de promover el uso de determinados bienes -por ejemplo, si se quiere potenciar el uso del papel reciclado, se puede abaratar “artificialmente” -es decir, fuera de lo que dictarían la oferta y la demanda-, concediendo una subvención a las empresas productoras por cada unidad de bien producida. El efecto será una traslación de la función de oferta hacia abajo como vemos en la figura 2.25 –equivale a una disminución de los costes-, por lo que el nuevo equilibrio se producirá para una cantidad mayor y a un precio menor. Aunque beneficia a los consumidores y productores, la subvención incorpora una ineficiencia pues el gasto del Estado es superior a la ganancia de demandantes y oferentes. Figura 2.25: Efectos de una subvención a las empresas O

P

P *2 P *1

O’

1 s 2 D Q *1 Q *2

Q

Otra intervención del Estado en el mecanismo de mercado la constituye la fijación de aranceles, ya sea para proteger la producción nacional de un bien, o simplemente con fines recaudatorios. Un arancel no es más que un impuesto a las importaciones. Si partimos de un mercado cerrado a las transacciones internacionales – en el que el precio y la cantidad de equilibrio son P* y Q*respectivamente-, y de repente esa economía se abre al exterior –suponiendo evidentemente que el precio de ese bien en el exterior (Pext) sea menor-, se importarán tantas unidades de producto como sean necesarias para salvar la diferencia entre la cantidad que a ese precio internacional estarían dispuestos a producir las empresas nacionales, QO, y la cantidad que los consumidores estarían dispuestos a adquirir, QD, como vemos en el gráfico de la figura 2.26.

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MÓDULO 2. LOS MERCADOS: OFERTA Y DEMANDA 21

Figura 2.26: Importaciones sin aranceles O

P

P* Pext Importaciones Q*

QO

D QD

Q

Si el Estado fija un arancel, como vemos en la figura 2.27, la producción de las empresas nacionales aumentará -desde QO, hasta QOa- y las importaciones que se realicen se reducirán –además de obtener una recaudación por el arancel-.

Figura 2.27: Importaciones con un arancel O

P

Importaciones P* Pext + ar. Pext D QO

Q Oa Q * Q Da Q D

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Q


22 MICROECONOMÍA

Los aranceles benefician a los productores nacionales, pues pueden vender una mayor cantidad y lo hacen a un precio más alto, mientras que perjudican a los consumidores pues han de abonar un precio mayor y además disfrutan de una menor cantidad de los bienes. Desde el punto de vista de la eficiencia, podemos observar en la figura 2.28 que las áreas 1, 2, 3 y 4 formaban parte del excedente de los consumidores antes de que se fijase el arancel, pues podían adquirir QD unidades al precio Pext mientras que su disposición a pagar era mayor –venía dada por la función de demanda-. Con el arancel, dado que el precio aumenta y con ello la cantidad que los productores nacionales están dispuestos a producir también lo hace, el área 1 pasa a formar parte del excedente de los productores. Figura 2.28: Ineficiencia del arancel O

P

Pext+Ar Pext

1

2

3

4

D QO

Q Oa

Q Da Q D

Q

La recaudación viene dada por el área 3, pues el área de ese rectángulo sería el volumen de importaciones multiplicado por el importe unitario del arancel. Las áreas 2 y 4 por tanto, se pierden del excedente de los consumidores pero no pasan a formar parte ni del excedente de los productores ni de la recaudación arancelaria. Podríamos decir metafóricamente que “se evaporan”: representan la pérdida de eficiencia que incorpora el arancel.

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MÓDULO 2. LOS MERCADOS: OFERTA Y DEMANDA 23

2.5.- LA ELASTICIDAD

Hemos estudiado al principio de este tema que cuando el precio de un bien aumenta, la cantidad que los consumidores desean adquirir disminuye, mientras que la cantidad que desean vender los productores aumenta. También vimos que la cantidad que los consumidores desean adquirir de un bien depende de la renta que perciba el consumidor, así como del precio de otros bienes relacionados con él –porque le son sustitutivos o complementarios-. Podemos medir esas variaciones, y utilizaremos un concepto específico para ello, que es el de la elasticidad. La elasticidad mide la sensibilidad de una variable ante las variaciones que se puedan producir en otra. En concreto, la elasticidad indica la variación porcentual que experimenta una variable ante una variación de otra de un 1 por ciento. Aunque existen más posibilidades, estudiaremos aquí 4 tipos concretos de elasticidad:    

La elasticidad-precio de la demanda La elasticidad-precio de la oferta La elasticidad cruzada de la demanda La elasticidad renta de la demanda

La elasticidad-precio de la demanda mide la variación porcentual que experimenta la cantidad demandada de un bien ante un incremento de un 1 por ciento de su precio. Por ello, podríamos expresarla de la siguiente manera:

Si lo expresamos en variaciones infinitesimales, tendremos:

En los casos en los que la función de demanda sea lineal, a pesar de que la pendiente sea constante, generalmente el valor de la elasticidad no lo será. Efectivamente, si nos fijamos en la fórmula anterior, el valor de la derivada sí que será una constante –es la pendiente de una recta, que obviamente es una constante-, sin embargo, la segunda parte,

, no lo será según consideremos la

elasticidad-precio de la demanda en un punto o en otro a lo largo de la función. Por ejemplo, si consideramos la función de demanda lineal Q = 2000 – 10P, al utilizar la fórmula, , la derivada de Q respecto de P será – 10. Sin embargo, en cada punto a lo largo de la recta tendremos un valor diferente para el cociente . Por lo general, como hemos visto en este ejemplo numérico, el valor de la elasticidad-precio de la demanda será negativo, pues al aumentar el precio, la cantidad demandada se verá reducida. La única excepción la supondrán los bienes llamados

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24 MICROECONOMÍA

Giffen, en los que la elasticidad-precio de la demanda será positiva –al aumentar el precio, crece la cantidad demandada-. Los estudiaremos en el tema correspondiente al comportamiento del consumidor. Los casos extremos que podemos considerar son aquellos en los que la elasticidad-precio de la demanda sean cero ó infinito. Figura 2.29: Función de demanda con elasticidad cero y con elasticidad infinita Función de demanda con elasticidad cero

Función de demanda con elasticidad infinita

P

D

P

P2

2 P1

P1

D

1

Q

Q

Q

En la parte izquierda de la figura 2.29, si se produce un incremento en el precio, por ejemplo de P1 a P2, la cantidad demandada, Q, no se ve alterada. La elasticidadprecio de la demanda, en este caso, es cero. En la parte derecha de la figura 2.29, por pequeña que sea la alteración del precio desviándose de P1, la cantidad demandada se reducirá drásticamente hasta cero. En este caso, por tanto, la elasticidad es infinita. La elasticidad-precio de la oferta mide la variación porcentual que experimenta la cantidad ofertada de un bien ante un incremento de un 1 por ciento de su precio. Por ello, podríamos expresarla de la siguiente manera:

Si lo expresamos en variaciones infinitesimales, tendremos:

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MÓDULO 2. LOS MERCADOS: OFERTA Y DEMANDA 25

Aunque su formulación matemática sea similar, a diferencia de lo que hemos visto que ocurría con la elasticidad-precio de la demanda, la elasticidad-precio de la oferta suele ser positiva pues al aumentar el precio más productores estarán dispuestos a suministrar ese producto: la cantidad ofertada aumentará. La elasticidad cruzada de la demanda mide la variación porcentual que experimenta la cantidad demandada de un bien ante un incremento de un 1 por ciento del precio de otro bien. Por ello, podríamos expresarla de la siguiente manera:

Si lo expresamos en variaciones infinitesimales, tendremos:

Si la elasticidad cruzada de la demanda es positiva significa que al aumentar el precio de un bien, aumenta la cantidad que demandamos de otro. Esto ocurre cuando ambos bienes tienen un cierto grado de sustituibilidad; si aumenta el precio de las naranjas, demandamos más mandarinas. Por el contrario, si la elasticidad cruzada de la demanda arroja un valor negativo, nos estará indicando que ambos bienes son complementarios; al aumentar el precio de uno, disminuye la cantidad demandada del otro; si crece el precio de los alojamientos turísticos en Chipre, disminuirá la demanda de billetes de avión a ese destino. La elasticidad renta de la demanda mide la variación porcentual que experimenta la cantidad demandada de un bien ante un incremento de un 1 por ciento de la renta del consumidor. Por ello, podríamos expresarla de la siguiente manera:

Si lo expresamos en variaciones infinitesimales, tendremos:

Así, si al aumentar la renta de los individuos la cantidad que se demanda del bien objeto del estudio aumenta, diremos que es un bien normal –es decir, que el valor de la elasticidad renta de la demanda será positivo-. Sin embargo, si la cantidad disminuye ante un aumento de la renta, se tratará de lo que denominamos un bien inferior. Retomaremos este asunto cuando estudiemos el comportamiento del consumidor.

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26 MICROECONOMÍA

Encontrará ejercicios resueltos correspondientes a los contenidos de este módulo siguiendo el enlace: ejercicios resueltos.

EJERCICIOS NO RESUELTOS

1.- Represente gráficamente qué ocurre con las áreas del excedente de los consumidores y el excedente de los productores cuando se concede una subvención a la producción de un bien, comparándolas con el importe que el Estado ha de abonar por dicha subvención.

2.- Considere gráficamente qué ocurrirá con el precio y la cantidad de equilibrio si se producen simultáneamente los siguientes hechos: a) Aumenta la renta de los consumidores (se trata de un bien normal). b) Disminuye el coste de una materia prima necesaria para la fabricación del bien.

3.- Considere gráficamente qué ocurrirá con el precio y la cantidad de equilibrio si se producen simultáneamente los siguientes hechos: a) Aumenta el precio de un bien complementario. b) Se produce una mejora tecnológica en la fabricación del bien.

4.- Considere gráficamente qué ocurrirá con el precio y la cantidad de equilibrio si se producen simultáneamente los siguientes hechos: a) El bien que estamos estudiando se pone de moda. b) Aumentan los impuestos que han de pagar las empresas.

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MÓDULO 3. EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR 1

EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR En este módulo vamos a estudiar el comportamiento del consumidor, uno de los agentes económicos principales. Supondremos que los consumidores dedican la renta de la que disponen a adquirir una serie de bienes y servicios buscando con ello maximizar su utilidad. Para ello será necesario tener en cuenta el precio del bien objeto de estudio así como de los bienes que están relacionados con el mismo complementarios o sustitutivos-, la renta disponible y otros factores, veremos cómo se conformará la demanda individual de los bienes, y a partir de ésta obtendremos la demanda total del producto en cuestión. Asimismo, comprenderemos cómo podemos diferenciar los dos efectos que van a afectar a la cantidad demandada de un bien cuando se produce una variación en el precio del mismo -efecto renta y efecto sustitución-, lo que nos permitirá diferenciar entre bienes normales e inferiores. Enlace a vídeos Módulo 3:

https://www.youtube.com/watch?v=xBJjNjYctEE https://www.youtube.com/watch?v=LBPICnf3d_0 54 de 152


2 MICROECONOMÍA

3.1. LA TEORÍA DE LA DEMANDA Y DE LA UTILIDAD

La teoría de la demanda y de la utilidad estudia la forma en la que distribuiría la renta un individuo que actuara con racionalidad económica entre las distintas posibilidades de consumo con las que contase, es decir, asumiendo que buscará maximizar su utilidad total. Para poder estudiar el comportamiento del consumidor, hay que tener en cuenta las dos principales características relativas a la utilidad que el consumo de un bien reporta a los individuos, que son:  La utilidad total es creciente.  La utilidad marginal es decreciente. Figura 3.1: Utilidad total y utilidad marginal

UT

UMg

UT

UMg

Q

Q

En efecto, cuantas más unidades de un bien consumimos, más “placer” experimentamos; nuestro bienestar crece. Sin embargo, ese “placer” o utilidad que nos proporciona cada unidad adicional que consumimos de un bien es cada vez menor: si sólo tomamos un vaso de agua a lo largo de todo un día, éste nos proporciona un nivel de utilidad muy grande; el segundo también es muy positivo, aunque algo menos que el primero; el tercero menos que el segundo, etc. Consumir tres es mejor que dos y dos es mejor que uno, -por lo que la utilidad total es creciente- pero individualmente el primero nos proporciona mayor utilidad que el segundo, y éste más que el tercero –y por consiguiente la utilidad marginal es decreciente-. Siendo esto así, con el fin de maximizar su utilidad y teniendo en cuenta el precio de los distintos bienes, los consumidores actuarían conforme al principio equimarginal, también conocido como ley de la igualdad de las utilidades marginales ponderadas. Según esta ley, los consumidores adquirirán diferentes cantidades de los distintos bienes hasta que se produzca una igualdad entre la utilidad marginal que cada uno le proporciona, dividido por el precio que le cuesta comprarlo.

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MÓDULO 3. EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR 3

De esta manera, partiendo de esta situación de equilibrio, si el precio de un bien aumentase, su cociente disminuiría. Para restaurar la igualdad, sería necesario consumir menos de ese bien y más de los demás. Al consumir menos de ese bien, su utilidad marginal crecería, por lo que se tendería a reestablecer el equilibrio. Asimismo, al consumir más unidades de otros bienes, la utilidad marginal de los mismos disminuiría, por lo que actuaría de la misma forma tendiéndose a recuperar la igualdad inicial. Obviamente, ante un descenso en el precio de un bien, el proceso sería análogo pero a la inversa. Al realizar la demanda de unos u otros bienes, los individuos muestran -además de su capacidad adquisitiva- sus preferencias. Para poder realizar un estudio sistemático desde la teoría económica, las preferencias de los individuos han de cumplir una serie de características:  Completitud. Hemos de saber si un individuo prefiere el bien A al bien B, ó bien el bien B al bien A, o si se muestra totalmente indiferente entre el consumo de uno y otro; pero debe tener completamente definidas todas sus preferencias de alguna de estas maneras.  Transitividad. Si un individuo prefiere el consumo del bien A al del bien B, y el del bien B lo prefiere al del bien C, necesariamente ha de preferir el consumo del bien A al del bien C. Las preferencias por tanto han de ser transitivas.  Insaciabilidad. Este principio viene a decir que “más es mejor que menos”, o bien que “cuanto más mejor”. Aunque la utilidad que proporciona cada unidad adicional consumida de un determinado bien sea cada vez menor, puesto que la utilidad marginal es decreciente, ésta no llega nunca a hacerse negativa. Estudiaremos, no obstante, el caso en el que este principio se incumple y los “bienes” se convierten en “males” a partir de un determinado nivel de consumo –los bienes saciables-. Conocidas las características que han de cumplir las preferencias de los consumidores respecto al consumo de los distintos bienes, podemos ya definir y conocer cómo son las curvas de indiferencia. Una curva de indiferencia es el conjunto de todas las combinaciones de bienes entre las que el consumidor se muestra indiferente, pues le proporcionan el mismo nivel de utilidad –bienestar-. Para poder analizarlo más fácilmente -así se pueden dibujar en el plano-, solemos realizar el estudio de las curvas de indiferencia referidas únicamente a dos bienes, que se representan en los ejes de abscisas y ordenadas, aunque las conclusiones que se obtienen son extensibles a un número tan alto de bienes como deseemos, pues en la realidad las elecciones las realizamos entre un número casi infinito de bienes.

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4 MICROECONOMÍA

Figura 3.2: Una curva de indiferencia y

A

ya yb

B

xa

x

xb

En la figura 3.2. hemos dibujado una curva de indiferencia de un individuo entre los bienes x e y. El consumidor es indiferente entre cualesquiera puntos que estén situados a lo largo de la curva. Así, por ejemplo, le dará igual estar en el punto A, en el que consume ya unidades del bien y junto con xa unidades del bien x, que situarse en el punto B y consumir una cantidad menor del bien y –yb- pero una cantidad mayor del bien x –xb-. El aumento de bienestar que obtiene por consumir más unidades del bien B compensa exactamente a la pérdida de bienestar –utilidad- derivada de consumir una cantidad menor del bien A. Una característica fundamental de las curvas de indiferencia es que cuanto más alejada del eje de coordenadas esté una curva de indiferencia, más utilidad representa. Esto es así siempre que se cumpla el principio de insaciabilidad, pues en puntos más alejados el individuo gozará del consumo de más de al menos uno -o de los dos- de los bienes representados en los ejes. Como se puede apreciar en la figura 3.3., la curva de indiferencia más alejada del origen de coordenadas contiene al punto B. En este punto, el consumidor goza de mayor cantidad del bien x y del bien y que en el punto A, por lo que necesariamente ha de estar mejor; la utilidad que representa es mayor. Figura 3.3: Dos curvas de indiferencia

y

B

yb ya

A

xa

xb

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x


MÓDULO 3. EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR 5

La pendiente de las curvas de indiferencia -el cambio del valor de la variable representada en el eje vertical dividido por el cambio de la variable representada en el horizontal-, es negativa. Si esto no fuese así, es decir, si una curva de indiferencia tuviese pendiente positiva como la representada en la figura 3.4, se estaría incumpliendo el supuesto de la insaciabilidad. Obsérvese que en el punto A el individuo goza de una mayor cantidad tanto del bien x como del bien y que en el punto B. Si ambos bienes reportan una utilidad positiva, es imposible que los puntos A y B formen parte de una misma curva de indiferencia. Figura 3.4: Curva de indiferencia con pendiente positiva y

ya

A

yb

B

xb

x

xa

La pendiente nos indica a qué tasa está dispuesto a intercambiar un bien por otro un consumidor. La pendiente no es constante, por lo general, a lo largo de la curva de indiferencia. Al valor absoluto de la pendiente de una curva de indiferencia se le llama relación marginal de sustitución, y nos indica la cantidad del bien representado en ordenadas a la que está dispuesto a renunciar un consumidor para obtener una unidad adicional del bien representado en el eje de abscisas. La relación marginal de sustitución desciende conforme nos desplazamos hacia abajo a lo largo de una curva de indiferencia, por lo que en el caso general las curvas de indiferencia son convexas respecto del origen. Esto es así porque cuantas menos unidades de un bien tenemos más valor les damos –más utilidad nos proporcionan-, y por tanto más unidades de otro nos tienen que dar para renunciar a una de ellas. Figura 3.5: La relación marginal de sustitución y

A a

B

1

c

C

D 1

1

2

3

4 58 5de 1526

x


6 MICROECONOMÍA

En la figura 3.5, si un individuo se encuentra en el punto A y desea tener una unidad más del bien x, pasando al punto B, ha de renunciar a una cantidad del bien y como la del segmento a. La relación marginal de sustitución sería en este caso a/1 = a. Si se encontrara en el punto C y deseara obtener una unidad adicional del bien x, pasando al punto D, habría de renunciar a una cantidad del bien y como la del segmento c, que como se puede apreciar, dado que la curva de indiferencia es convexa respecto del origen, es menor que el segmento a. La relación marginal de sustitución sería en este caso c/1 = c. Una característica importante de las curvas de indiferencia es que no se cortan. Si esto fuera así, se estaría violando el axioma de transitividad. Como vemos en la figura 3.6, el punto A y el punto B forman parte de una misma curva de indiferencia, por lo que reportan el mismo nivel de utilidad. Asimismo, el punto A y el punto C están situados sobre una misma curva de indiferencia, por lo que también proporcionan el mismo nivel de utilidad. Si esto es así, conforme al principio de transitividad, si A = B y A = C, se ha de cumplir B = C. Sin embargo, esto es imposible pues ambos puntos cuentan con la misma cantidad del bien y, pero en el punto C la cantidad del bien x es mayor que la cantidad del dicho bien en el punto B –xc > xb- por lo que el punto C ha de proporcionar un nivel de utilidad mayor. Las curvas de indiferencia, por consiguiente, no pueden cortarse. Figura 3.6: Las curvas de indiferencia no se cortan. y

ya

A

yb,c

B xa

xb

C xc

x

El hecho de que las curvas de indiferencia no se corten no implica, sin embargo, que necesariamente hayan de ser paralelas. Pueden acercarse cada vez más, porque las curvas de indiferencia son líneas y por tanto no tienen ancho, como se puede apreciar en la figura 3.6. Figura 3.6: Las curvas de indiferencia no necesariamente son paralelas. y

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x


MÓDULO 3. EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR 7

El mapa de indiferencia es el conjunto total de curvas de indiferencia, y nos muestra cómo son las preferencias de un individuo entre dos bienes. En la figura 3.7 hemos representado un mapa de indiferencia, nombrando a cada curva de indiferencia por el nivel de utilidad que proporcionan, de modo que U4 > U3 > U2 > U1. Figura 3.7: Mapa de indiferencia de un individuo entre los bienes x e y.

y

U4 U3 U2 U1 x

En ocasiones se incumplen alguno o algunos de los supuestos de las preferencias de los individuos, como en el caso de los sustitutivos perfectos, los complementarios perfectos, los bienes indiferentes, los bienes saciables y los males. Diremos que dos bienes son perfectamente sustitutivos cuando el individuo se muestre completamente indiferente entre el consumo de uno y otro. Además, la sustitución la realiza a una tasa constante, es decir, que tienen una relación marginal de sustitución constante. Como consecuencia de ello, su representación gráfica será el de líneas rectas -y no curvas convexas como ocurría en el caso general- pero siempre con pendiente negativa como las de la figura 3.8. Figura 3.8: Bienes perfectamente sustitutivos y

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8 MICROECONOMÍA

Si a un individuo le da exactamente lo mismo una moneda de 2 euros que dos monedas de 1 euro, y le da igual tener dos monedas de 2 euros que una de 2 euros y dos de 1 euro ó cuatro de 1 euro, etc. se trata de dos bienes perfectamente sustitutivos, a esa tasa constante (una moneda de dos euros equivale a dos monedas de un euro siempre). Un caso particular de los bienes perfectamente sustitutivos es el de los bienes homogéneos, que son sustitutivos perfectos con una relación marginal de sustitución constante e igual a uno. A todos los efectos, el consumidor considera idénticos los bienes. Si un individuo considera que un litro de gasolina en Repsol es igual que un litro de gasolina en Campsa, estamos ante bienes homogéneos. Dos bienes son complementarios perfectos cuando han de consumirse conjuntamente, en proporciones fijas. El mapa de indiferencia para un par de complementarios perfectos es una serie de ángulos rectos, que se encuentran a lo largo de una línea que parte del origen y cuya pendiente es igual a la proporción en que se consumen los bienes. Figura 3.9: Bienes perfectamente complementarios y

x

El ejemplo típico de complementarios perfectos es el de los zapatos del pie derecho y los del pie izquierdo. Con un par de zapatos satisfaremos la necesidad de calzado de un individuo de la misma manera que con un zapato del pie derecho y dos, tres, cuatro ó cien mil del pie izquierdo; sólo tenemos un par. Mejor que un par son dos, pero con dos zapatos de un pie sólo se pueden formar dos pares por muchos que se tengan del otro pie. En este caso, la proporción en que se consumen ambos bienes es uno a uno, por lo que la pendiente será uno. Cuando un bien no le reporta ninguna utilidad -ni desutilidad- a un individuo, es un bien indiferente. El mapa de indiferencia correspondiente estará formado por un conjunto de líneas rectas, paralelas al eje en el que esté representado dicho bien indiferente. Si a un individuo no le interesa el teatro, el que le regalen entradas para una o más funciones le será indiferente -siempre que no se vea obligado a ir o pueda regalárselas a alguien o canjearlas por algún otro bien-.

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Las preferencias de un click Un click de Playmobil –de Famobil para quienes somos mayores y los recordamos con el nombre con el que se empezaron a comercializar en España- entra en una cafetería y le pide al camarero que está tras la barra un refresco de cola. -

¿Coca Cola o Pepsi? Le responde este. Me da igual; me lo voy a echar por encima.

(Probablemente esta aclaración es innecesaria para casi todo el mundo, pero por si alguien no lo sabe, los clicks no tienen articulación en el codo y el brazo está totalmente rígido, de modo que es imposible acercar la mano a la boca e intentándolo sólo se puede conseguir elevar el brazo hacia la cabeza... de tal forma que el contenido del vaso se vierta sobre la misma).

¿Cómo serían las curvas de indiferencia de un click respecto de la Coca Cola y la Pepsi? A diferencia de lo que ocurre en el caso general, en el que las curvas de indiferencia son convexas respecto del origen, para el click se trata de líneas rectas y no de curvas. Así, dos Coca Colas le reportan exactamente la misma utilidad que una Coca Cola y una Pepsi, o que dos Pepsis. Del mismo modo, tres Coca Colas son equivalentes a dos Coca Colas y una Pepsi, o una Coca Cola y dos Pepsis o, finalmente, a tres Pepsis. Para un click, la Coca Cola y la Pepsi son dos bienes perfectamente sustitutivos. ¿Sería usted capaz de realizar la representación gráfica de las curvas de indiferencia de un click entre las Coca Colas y las Pepsis?

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10 MICROECONOMÍA

Figura 3.10: Un bien normal (el bien y) y un bien indiferente (el bien x). y

x

Si un “bien” le reporta desutilidad a un individuo, es decir, que desearía tener lo menos posible de dicho bien -e incluso nada, si eso es posible-, se trata de un mal. El mapa de curvas de indiferencia, en este caso, estaría formado por curvas con pendiente positiva. Nadie desea tener males, pero en ocasiones hemos de padecerlos si son condición necesaria para obtener otros bienes. Si un proceso productivo es contaminante, tendremos que admitir una cierta cantidad del mal polución para obtener el producto que deseamos, y en una cantidad mayor cuanto más bien queramos tener. Figura 3.11: Un bien (el bien x) y un mal (el bien y).

y

x

Existen bienes que incumplen el supuesto de la insaciabilidad a partir de una determinada cantidad. En ese caso, las curvas de indiferencia cambiarán de pendiente de negativa a positiva- a partir de ese punto. Tomar una cerveza, o dos, nos puede

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MÓDULO 3. EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR 11

resultar placentero cuando tenemos sed; pero sobrepasar nuestro límite –y cada uno sabrá cuál es el suyo- hará sentirnos peor y que se convierta en un mal a partir de ese momento. Figura 3.11: un bien normal (el bien x) y un bien saciable (el bien y)

y

punto de saciabilidad

x

3.2. LA RESTRICCIÓN PRESUPUESTARIA

En el análisis del comportamiento del consumidor no sólo hemos de tener en cuenta los gustos y preferencias de los individuos. Junto a ellos, hay que considerar la renta o ingresos de los que dispone, puesto que limitan su posibilidad de acceso a adquirir los distintos bienes. Del mismo modo, el precio de los distintos bienes también es fundamental para determinar las decisiones de consumo de los individuos. La restricción presupuestaria muestra todas las posibles combinaciones de bienes que se pueden adquirir gastando toda la renta disponible. Presenta, por tanto, todas las posibilidades de consumo disponibles para un determinado nivel de renta y unos precios de los bienes dados. Si llamamos R a la renta; Px al precio de uno de los bienes representados en los ejes -el bien x-, Py al precio del otro -el bien y-, la restricción presupuestaria se expresaría como: R = Px · x + Py · y Para representarla gráficamente, como hacemos en la figura 3.12, se consideran los puntos en los que corta con los ejes de coordenadas. Cuando la cantidad consumida del bien x = 0, despejando en la igualdad anterior, tenemos que y = R/Py, que es el punto de corte con el eje de ordenadas. Si la cantidad consumida del bien y = 0, tenemos que x = R/Px, que es el punto de corte con el eje de abscisas.

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12 MICROECONOMÍA

Figura 3.12: La restricción presupuestaria y

R/py

R/px

x

Ante variaciones en el nivel de renta del individuo, la restricción presupuestaria se desplazará; hacia afuera si se producen incrementos, hacia dentro si son disminuciones. Sin embargo, si son variaciones en los precios, el punto de corte con el eje en el que está representado el bien cuyo precio permanece constante no se moverá, pivotando la restricción presupuestaria sobre el mismo. Vemos ambas posibilidades en los dos gráficos de la figura 3.13. Figura 3.13: Variaciones en la restricción presupuestaria: un incremento de renta y una disminución del precio del bien x

y

y

R’/py R/py

R/py

R/px

R’/px

x

R/px

R/p’x

Ante un incremento –o una disminución- de la renta, por consiguiente, la restricción presupuestaria se desplaza paralelamente; si lo que varía es el precio, la restricción presupuestaria cambia de pendiente.

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x


MÓDULO 3. EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR 13

3.3. EL EQUILIBRIO DEL CONSUMIDOR

Sólo nos queda, para comprender el comportamiento del consumidor, considerar conjuntamente sus gustos y preferencias -expresados en las curvas de indiferencia- con sus posibilidades -manifestadas por la restricción presupuestaria-. Dado que suponemos que se trata de individuos económicamente racionales, asumimos que buscarán maximizar su utilidad –intentarán alcanzar la curva de indiferencia más alejada del origen de coordenadas posible- dadas sus limitaciones –es decir, sin poder sobrepasar su restricción presupuestaria-. Esto se alcanzará, en el caso general, en un punto en el que una curva de indiferencia sea tangente -no secante- con la restricción presupuestaria. Además, en ese punto, la relación marginal de sustitución ha de ser igual al cociente de los precios de los bienes representados en los ejes de coordenadas. Esto ha de ser así porque la RMS es la pendiente de la curva y el cociente de los precios es la pendiente de la restricción presupuestaria. En un punto de tangencia, es decir, donde maximiza utilidad cumpliendo la restricción, ambas pendientes han de ser lógicamente iguales, lo que ocurre en la figura 3.14 en el punto A. Figura 3.14: Maximización de la utilidad del consumidor y

C A

B x

Un punto como el B también es accesible para el consumidor dada su restricción B en el punto A, pues pertenece a una curva presupuestaria, pero sería preferible situarse B de indiferencia más alejada del origen de coordenadas. Un individuo siempre podrá mejorar si se encuentra en un punto en el que la restricción presupuestaria corta a la curva de indiferencia. Un punto como C sería preferible al A, pero es inaccesible dados la renta del consumidor y los precios de los bienes. B

Esta igualdad tiene dos excepciones: en las soluciones de esquina y en las ocasiones en las que la restricción presupuestaria está quebrada.

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14 MICROECONOMÍA

Figura 3.15: Una solución de esquina y

x

En la figura 3.15 observamos una solución de esquina. Este consumidor maximiza su utilidad, dada su restricción presupuestaria, consumiendo únicamente todas las unidades que pueda del bien x, pues así alcanza la curva de indiferencia más alejada posible del origen de coordenadas, teniendo en cuenta la renta de la que dispone y los precios de los bienes x e y. En ese punto, como se puede apreciar en el gráfico, la pendiente de la restricción presupuestaria no coincide con la de la curva de indiferencia –serían secantes y no tangentes-. Figura 3.16: Una restricción presupuestaria quebrada y

x

La restricción presupuestaria puede estar quebrada, como la de la figura 3.16, por diferentes motivos, como la fijación de precios diferentes en función de las cantidades vendidas o por otras consideraciones. En estos casos, en el punto en el que el individuo maximiza su utilidad, dada su restricción presupuestaria, no se produce

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MÓDULO 3. EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR 15

tampoco la igualdad de la pendiente de la curva de indiferencia con la de la restricción presupuestaria pues, al estar quebrada, tenemos dos pendientes para ésta en ese punto, y los dos tramos de la curva de indiferencia serían secantes a la curva de indiferencia. 3.3. OBTENCIÓN DE LA CURVA DE DEMANDA DE UN BIEN

Ante la variación en el precio de un bien podemos observar que tenemos distintas cantidades consumidas del mismo, pues la tangencia con las curvas de indiferencia se producirá para distintos valores reflejados en los ejes. Si repitiéramos ese proceso para los infinitos valores que pudiera adoptar el precio de ese bien, obtendríamos la cantidad del mismo que estaría dispuesto a adquirir para cada uno de ellos. De esta forma, deduciríamos la función de demanda de ese bien para ese individuo, ceteris paribus. Figura 3.17: Obtención de la curva de demanda de un bien y

x0

x1

x

Px

P0 P1 D x0

x1

x

En la parte superior de la figura 3.17 podemos apreciar que al descender el precio del bien x desde P0 hasta P1 la restricción presupuestaria del individuo se desplaza pivotando sobre el otro eje, como hemos explicado anteriormente, y la cantidad demandada del bien x aumenta desde x0 hasta x1. La relación inversa entre precios y cantidades demandadas, por tanto, se muestra en la parte inferior de la figura. Esa es la demanda que realiza un individuo de ese bien; la demanda total de ese bien en el mercado será la suma o agregación horizontal de las cantidades que deseen adquirir todos los individuos para cada nivel de precios.

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16 MICROECONOMÍA

Del mismo modo que hemos estudiado de qué manera varía la cantidad demandada cuando se producen modificaciones en el precio de un bien, podemos hacerlo ante posibles variaciones en la renta. En esta oportunidad distinguiremos dos posibilidades: que se trate de un bien normal, o que se trate de un bien inferior. Diremos que un bien es normal cuando ante un incremento de la renta del consumidor, la cantidad de dicho bien que ese individuo desea adquirir es mayor. Por el contrario, si es un bien inferior, ante un aumento de la renta de ese consumidor, demandará una cantidad menor de dicho bien. La explicación de este hecho radica en que existen bienes que adquirimos porque no tenemos renta suficiente para poder comprar otros que nos reportarían una utilidad mayor. Supongamos, por ejemplo, que una persona con un nivel de ingresos reducido compra yogures de una marca blanca, y que si le suben el sueldo deja de comprar esos yogures para adquirir otros de una marca conocida. En ese caso, para ese individuo, los yogures de marca blanca serían un bien inferior (Figura 3.18). Figura 3.18: Efecto de un incremento de la renta sobre la cantidad demandada en un bien inferior y

x

x1 x0 Px

P0

D

D’

x1 x0

x

x1 x0

x

R

R1 R0

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MÓDULO 3. EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR 17

Otra persona diferente, sin embargo, podría seguir consumiendo la misma marca de yogures, e incluso en una mayor cantidad, porque tiene más dinero. Para ella, se trataría por lo tanto de un bien normal (fig. 3.19). Figura 3.19: Efecto de un incremento de la renta sobre la cantidad demandada en un bien normal y

x0

x1

x

Px

P0

D x0

x1

x

x0

x1

x

D’

R

R1 R0

La relación que existe entre la cantidad demandada de un bien y la renta –que está representada en la parte inferior del gráfico, tanto en la figura 3.18 como en la figura 3.19- recibe el nombre de curva de Engel. Si la curva de Engel tiene pendiente positiva nos está indicando que al aumentar la renta también lo hace la cantidad demandada –como en la figura 3.19-, por lo que se tratará de un bien normal. Si por el contrario la curva de Engel tiene pendiente negativa –como en la figura 3.18-, estaremos ante un bien inferior. Un ejemplo de bienes normales e inferiores lo tenemos en el recuadro adjunto, con una noticia aparecida en prensa.

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18 MICROECONOMÍA

Según un estudio

La crisis lleva más clientes a los restaurantes de comida rápida La crisis económica ha transformado los planes de ocio de los españoles, según los datos presentados por el sitio web de ocio 'lanetro.com', en los que se refleja que, a la hora de comer, los españoles han aumentado sus visitas a restaurantes de comida rápida en un 52,1 por ciento.

El estudio, que recoge un cambio en las preferencias de los españoles a la hora de emplear su tiempo libre en aspectos como la asistencia a espectáculos y restaurantes, también constata que la búsqueda de un menú inferior a los 24 euros se ha incrementado en un 25,7 por ciento, en contraste con aquellos donde el precio es superior a los 36 euros, cuyas visitas han descendido un 37,5 por ciento. Por su parte, los restaurantes exclusivos como asadores o marisquerías han descendido sus visitas un 42,3 por ciento. Por otro lado, uno de los sectores que se han visto beneficiados por la crisis es el cine, que ha visto incrementada la asistencia a sus salas en un 66,2 por ciento, en detrimento de otras ofertas como la de los musicales, que ha reducido la venta de butacas en un 44,2 por ciento. Fuente: http://noticias.terra.es/2008/genteycultura/1202/actualidad/la-crisislleva-mas-clientes-a-los-restaurantes-de-comida-rapida.aspx

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MÓDULO 3. EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR 19

3.4. EFECTO RENTA Y EFECTO SUSTITUCIÓN

Al variar el precio de un bien hemos observado que el consumidor decidía demandar una cantidad diferente del producto. Dentro de esa variación vamos a poder distinguir dos efectos en este apartado: el efecto renta y el efecto sustitución. Supongamos por ejemplo que aumenta el precio del bien. En ese caso, normalmente, la cantidad demandada será menor. Esto se debe a que, al encarecerse ese bien, los individuos preferirán adquirir otros que le sean relativamente sustitutivos y que comparativamente se habrán abaratado. Como sustituyen el consumo de un bien por el de otros recibe el nombre de efecto sustitución. Pero, asimismo, cuando se encarece un bien, podemos observar que se produce otro efecto. Así, podríamos decir que el individuo globalmente es “como más pobre”, pues no es capaz con su renta de acceder a la cesta de consumo a la que antes llegaba. Es el llamado efecto renta. La suma de ambos efectos, el efecto renta y el efecto sustitución, es el efecto total que la variación en el precio de un bien tiene sobre la cantidad consumida del mismo. En la figura 3.20 hemos representado un incremento del precio del bien x, por lo que la restricción presupuestaria disminuye pivotando sobre el eje de ordenadas y podemos ver el efecto total que se produce en la demanda del bien x sobre el eje de abscisas. Figura 3.20: Efecto total sobre la cantidad demandada por un aumento del precio y

x1

x0

Efecto total

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x


20 MICROECONOMÍA

A partir del estudio del efecto renta y el efecto sustitución podemos discernir de qué tipo de bien se trata para el consumidor. Así, si los efectos renta y sustitución tienen el mismo signo, estaríamos ante un bien normal. Por el contrario, si los efectos renta y sustitución tienen distinto signo, se trataría de un bien inferior. Si se trata de un bien normal, o de un bien inferior no Giffen, la función de demanda será como la que habitualmente conocemos: con pendiente negativa. Como ya hemos señalado, podemos entender un bien inferior como aquel que el consumidor adquiere porque no tiene renta suficiente para comprar otro que preferiría. Si la renta del individuo aumenta, dejará de consumir este bien inferior para consumir el otro. No obstante, respecto a su propio precio, recordemos, actúa “con normalidad”. En el caso de que, en un bien inferior, en valores absolutos el efecto renta fuera mayor que el efecto sustitución, estaríamos hablando de un bien Giffen. Figura 3.21: Efecto total sobre la cantidad demandada de un aumento del precio del bien x en un bien Giffen y

x0

x1

x

En este caso, la función de demanda de ese bien tendría pendiente positiva; al aumentar el precio del mismo, se incrementaría la cantidad demandada. Lo vemos en la figura 3.22. en sentido inverso; al disminuir el precio, también lo hace la cantidad demandada. Es interesante observar la diferencia con el gráfico que resultaba en la figura 3.17.

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MÓDULO 3. EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR 21

Figura 3.22: Obtención de la curva de demanda de un bien Giffen

y

x1

x0

Px

x

D

P0 P1 x1 x0

x

Para distinguir dentro del efecto total el efecto renta y el efecto sustitución tenemos dos propuestas: la de Hicks y la de Slutsky. Ambos autores coinciden en que para distinguir ambos efectos, podemos hacerlo restando del efecto total el efecto renta; darle o quitarle figuradamente renta al consumidor –según se trate de un encarecimiento o un abaratamiento del bien-, pero conservando la nueva relación entre los precios, es decir, con la nueva pendiente de la restricción presupuestaria. Hicks considera que, al hacerlo, hemos de preocuparnos de que el individuo mantenga el nivel de utilidad, es decir, que pueda acceder a la curva de indiferencia inicial, con lo que el punto de tangencia entre dicha curva de indiferencia y la restricción presupuestaria ficticia -en la que estamos eliminando el efecto rentadeterminará el nivel de consumo de ese bien considerando únicamente el efecto sustitución. En la figura 3.23 hemos supuesto una disminución del precio del bien x. En consecuencia, la cantidad demandada aumenta desde x0 hasta x1. Este es el efecto total. Si quitamos ficticiamente renta al consumidor, con los nuevos precios –es decir, trazando una paralela a la nueva restricción presupuestaria- de forma que pueda tener el mismo nivel de utilidad inicial –o sea, que dicha paralela sea tangente a la curva de indiferencia original-, estaremos en el punto x2. Por tanto, el paso de x0 a x2 sería el efecto sustitución. La diferencia, que es el segmento x2- x1, sería el efecto renta.

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22 MICROECONOMÍA

Figura 3.23: Efecto renta y sustitución con la técnica de Hicks y

x0

x2 ES

x1

x

ER ET

Por su parte, Slutsky considera que lo que se ha de mantener es la posibilidad de consumo que tenía el individuo; que pueda acceder a la misma cesta de bienes a la que anteriormente podía llegar. En este caso, el consumidor podrá acceder a una curva de indiferencia diferente -debido al cambio que se ha producido en la pendiente de la restricción presupuestaria-, lo que igualmente determinará cuál es el efecto sustitución. En la figura 3.24 hemos supuesto una disminución del precio del bien x. En consecuencia, la cantidad demandada aumenta desde x0 hasta x1. Este es el efecto total. Si quitamos ficticiamente renta al consumidor, con los nuevos precios –es decir, trazando una paralela a la nueva restricción presupuestaria- de forma que pueda alcanzar la cesta de consumo inicial –o sea, que dicha paralela sea secante a la curva de indiferencia original, pasando por el primer punto de equilibrio-, estaremos en el punto x2. Por tanto, el paso de x0 a x2 sería el efecto sustitución. La diferencia, que es el segmento x2- x1, sería el efecto renta.

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Figura 3.24: Efecto renta y sustitución con la técnica de Slutsky y

x0

x2 ES

x1

x

ER ET

En ambos casos, como hemos visto, el efecto renta se obtiene al restar del efecto total el efecto sustitución. Más allá de la diferencia conceptual entre Hicks y Slutsky para diferenciar entre efecto renta y efecto sustitución, resulta interesante comprender ambos conceptos para poder interpretar hechos de la vida económica cotidiana. El recuadro de la página siguiente nos muestra cómo ante incrementos desiguales de los precios de los bienes que consumimos –como ocurre habitualmente-, la renta necesaria para gozar del mismo nivel de bienestar es inferior a la que sería preciso tener en el caso de que deseásemos poder adquirir la misma cesta de bienes inicial, debido a que se produce un efecto sustitución entre los bienes cuyo precio ha crecido más y aquellos que comparativamente se han abaratado.

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24 MICROECONOMÍA

No se lo cuentes al ministro de Economía... El índice de precios al consumo (I.P.C.) sirve para observar la evolución del coste de una cesta de bienes que representa el consumo de las familias. De esta forma, si los salarios de los trabajadores aumentan en la misma proporción que lo hacen los precios, los asalariados podrán mantener su capacidad adquisitiva. Sin embargo, si nos fijamos en el bienestar de los individuos, entendido éste como la utilidad que consiguen alcanzar al consumir las distintas cantidades de unos y otros bienes dada su restricción presupuestaria, podemos observar que dicho bienestar no permanece constante, sino que aumenta al incrementarse los salarios en la misma medida que los precios. Esto ocurre porque no todos los bienes experimentan la misma subida de precios; unos lo hacen en mayor medida que otros. De esta forma, buscando sacarle a su dinero el mayor partido, los consumidores no adquieren siempre la misma cesta de bienes, sino que tienden a sustituir aquellos bienes que comparativamente más se han encarecido por aquellos otros que relativamente se han abaratado. Por tanto, no es necesario que los salarios crezcan en la misma medida que los precios para que el bienestar de los individuos permanezca constante. Por favor, no se lo cuentes al ministro de Economía...

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MÓDULO 3. EL COMPORTAMIENTO DEL CONSUMIDOR 25 Encontrará ejercicios resueltos correspondientes a este tema siguiendo el enlace: ejercicios resueltos.

EJERCICIOS NO RESUELTOS

1.- Represente gráficamente el razonamiento desarrollado en este módulo en el texto titulado “No se lo cuentes al ministro de Economía...”, conforme a las siguientes recomendaciones: a) Represente en los ejes únicamente dos bienes, así como la restricción presupuestaria y la curva de indiferencia que consigue alcanzar el consumidor. b) Represente la nueva restricción presupuestaria que existiría al considerar un incremento desigual de los precios de los bienes que tienes representados en los ejes. c) Represente la nueva restricción presupuestaria que existiría como 933

consecuencia del incremento de renta que obtiene el consumidor al subir su salario en la misma medida que el IPC. Esto le permitirá adquirir la misma cesta de bienes con la que maximizaba su utilidad en el primer apartado. d) Represente la nueva curva de indiferencia que podrá alcanzar el consumidor con esta nueva restricción presupuestaria.

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26 MICROECONOMÍA

2.- Se estima que la función de utilidad de un individuo respecto del consumo de dos bienes x e y responde a la siguiente: U(x,y) = 2x

.

a) A partir del equilibrio del consumidor, obtenga las funciones de demanda de los dos bienes. b) Suponga que Px = 1, Py = 4 y R = 900. Obtenga las combinaciones de demanda de equilibrio y el nivel de utilidad. c) Represente gráficamente el equilibrio del consumidor. Suponga que se produce una variación en el precio del bien y, de tal forma que ahora es Py = 2. d) Calcule el efecto renta y el efecto sustitución según Hicks. e) Calcule el efecto renta y el efecto sustitución según Slutsky. f) Represente gráficamente el efecto renta y el efecto sustitución según ambos autores.

3.- Represente gráficamente cómo serían las curvas de indiferencia de un individuo entre dos bienes saciables.

4.- Suponga que el Gobierno desea que se reduzca el consumo de carburantes fósiles, pues está demostrado que su utilización contribuye al cambio climático a través de la emisión de gases de efecto invernadero. Por ello, se plantea incrementar la fiscalidad sobre la gasolina y el gasoil. Sin embargo, con el fin de no perjudicar a los consumidores, les reembolsará al final de cada mes, con la colaboración de las estaciones de servicio, el importe recaudado durante el mismo, simplemente presentando en la gasolinera la factura o comprobante de compra. Analice qué efectos tendrían estas medidas sobre el bienestar de los consumidores y sobre el consumo de carburantes.

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MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 1

LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES Para comprender el funcionamiento de la Economía es necesario entender, al menos, cómo se comportan los consumidores -objeto de estudio del módulo 3-, y cómo actúan las empresas -módulo 4-. En este módulo analizaremos cómo se produce el proceso de toma de decisiones en la empresa en aras de maximizar sus beneficios, en función de cuáles sean sus costes de producción y de cómo pueda combinar los diferentes factores productivos la empresa, según las tecnologías disponibles. Enlace a vídeos Módulo 4:

https://www.youtube.com/watch?v=Zv8jD1QV6gE https://www.youtube.com/watch?v=_6RbbqfEHl8

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2 MICROECONOMÍA

4.1. LA FUNCIÓN DE PRODUCCIÓN Una FUNCIÓN DE PRODUCCIÓN expresa la relación existente entre las diferentes combinaciones de factores productivos y la cantidad máxima del bien que puede obtenerse con ellas. Por ello, describe lo que es técnicamente viable cuando la empresa produce eficientemente. Podemos distinguir la función de producción a corto y a largo plazo. En el corto plazo, uno de los factores (generalmente el capital) permanece constante, por lo que la función de producción expresará la cantidad de producto que podemos obtener en función del mayor o menor aporte del factor trabajo, de la mano de obra, para una tecnología dada. En el corto plazo representaremos por tanto el nivel de producción total en el eje de ordenadas respecto del trabajo, que estará en el eje de abscisas. En el caso general, la función de producto total tiene forma de “S” o sigmoidea; convexa respecto del origen de coordenadas al principio, volviéndose cóncava a partir de un determinado nivel de trabajo. Véase la figura 4.1. La explicación económica de este hecho reside en que, según se va incorporando mano de obra al proceso productivo, se facilita la especialización y la división del trabajo y todo ello hace mejorar la productividad. Sin embargo, estas mejoras no se pueden producir indefinidamente, por lo que incorporaciones de trabajadores -o de horas de trabajo- una vez que se sobrepasa un determinado límite -que dependerá del sector productivo y de la empresa en particular-, el incremento de producción que genera un trabajador adicional es menor que el aporte que proporcionaba el inmediatamente anterior. Imaginemos que ponemos en marcha una empresa de hacer fotocopias. Si una sola persona se ocupa de todas las tareas imaginables: limpiar el local, cambiar el tóner, poner el papel en las máquinas, hacer las fotocopias, encuadernar los trabajos que le encarguen, ir a comprar el papel, el tóner y demás inputs, ocuparse de la contabilidad, de los pagos a la seguridad social, a hacienda, al señor que le alquila el local, a los trabajadores y a los proveedores, cobrar los trabajos realizados, etc. Esa persona, dada la multitud de tareas que ha de acometer, probablemente pueda hacer pocas fotocopias cada día, siendo sin embargo esa la labor para la que ha montado la empresa. Si contrata a una persona para que trabaje con él, se podrán dividir las tareas de tal forma que si uno se ocupa de la mayor parte de las tareas administrativas, el otro podrá dedicar más tiempo a hacer fotocopias; una tercera persona incrementará la división del trabajo y facilitará aun más la especialización, de forma que el producto total crezca. Este proceso continuará hasta que llegue un momento en el que el aporte de un trabajador adicional incorporado al proceso productivo genere una cantidad de trabajo inferior a la que aportó el anterior. Si continúan incorporándose trabajadores, superado ese momento, su aportación será cada vez progresivamente menor, hasta que llegará el punto en el que contratar un trabajador adicional haga que la producción total disminuya: sería el trabajador que estaría molestando a los demás y distrayéndoles porque no tuviera trabajo que hacer. Obviamente, ninguna empresa razonable llegaría a contratar tantos trabajadores como para llegar a superar ese punto; es aquel en el que la función de producto total –figura 4.1.- alcanza su máximo, y es conocido como el máximo técnico, y contratar más trabajadores haría que el volumen de producto total obtenido disminuyese.

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MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 3

Figura 4.1: La función de producto total tiene forma de “S” PT Máximo técnico

L

4.2. PRODUCTO MARGINAL Y PRODUCTO MEDIO La función de producto marginal –o productividad marginal- muestra cuál es el aumento de producto total que se produce cuando se incorpora un trabajador adicional a la empresa. Por todo lo explicado respecto de la forma que tiene la función de producto total, la función de producción en el corto plazo cuenta con una productividad marginal del trabajo creciente en un primer tramo, y decreciente después. Cuando la función de producto total alcanza su máximo, la función de producto marginal se hace cero. En definitiva, por su definición, la función de producto marginal es la derivada de la función de producto total respecto del trabajo:

En la figura 4.2 podemos observar gráficamente la relación entre las funciones de producto total y producto marginal.

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4 MICROECONOMÍA

Figura 4.2: relación entre las funciones de producto total y producto marginal

PT

PT

L PMg

PMg

L

Además de la función de producto total y del producto -o productividadmarginal del trabajo que hemos descrito, es interesante mencionar la función de producto medio. Esta función indica cuál es el producto que como media generan los trabajadores empleados por la empresa. Por tanto, será igual al cociente del producto total por el trabajo.

Esta función alcanzará su máximo para un nivel de trabajo tal que si trazamos una recta que pase por el origen de coordenadas, ésta sea tangente a la función de producto total. En efecto, si el producto medio es producto total dividido por L, será igual al valor de la tangente del ángulo formado entre el eje de abscisas y dicha recta, tratándose de un triángulo rectángulo en el que los dos catetos son el valor del producto total y el trabajo, como vemos en la figura 4.3. Así, para valores de L inferiores o superiores al expuesto, la línea descrita sería secante a la curva, y la tangente del ángulo formado nos daría un valor menor.

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MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 5

Figura 4.3: relación entre las funciones de producto total y producto medio

PT

PT

L

PMe

PMe

L

La función de producto marginal y de producto medio gráficamente tienen una relación clara, pues como vemos en la figura 4.4, la primera corta a la segunda en su máximo. Esto es así, aparte de por una explicación matemática, por razones económicas. En efecto, si el producto marginal es mayor que el producto medio, la incorporación de un trabajador adicional hará que el producto medio crezca. Sin embargo, si el producto marginal es menor que el producto medio, la cantidad de producto que incorpore un trabajador adicional no puede sino hacer decrecer el producto medio. Esto sólo puede ocurrir, lógicamente, si el PMg corta al PMe en su máximo. Ese punto para el que el producto medio es máximo recibe el nombre de óptimo técnico.

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6 MICROECONOMÍA

Figura 4.4: El producto marginal corta al producto medio en su máximo PMe PMg

PMg Óptimo técnico PMe

L

Se suelen distinguir, finalmente, en la función de producción de corto plazo tres zonas –ver figura 4.5-: 

 

Una primera, en la que el producto marginal es mayor que el producto medio, que abarca tanto el tramo convexo como parte del tramo cóncavo de la función de producto total hasta alcanzar el máximo del producto medio; Una segunda en la que el producto medio es mayor que el producto marginal, pero éste último es aún positivo; Una tercera en la que el producto marginal se hace negativo (y por tanto el producto total es decreciente).

Figura 4.5: La empresa ha de decidir en qué zona situarse II PT

I III

L

PMg PMe

PMg PMe 85 de 152

L


MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 7

La decisión que han de tomar las empresas en este contexto es la relativa al volumen de trabajo que van a contratar, lo que determinará si se encuentran en una u otra zona. Parece lógico que las empresas no estarán interesadas en situarse en la primera zona, pues cada trabajador adicional que incorporen a su proceso productivo hará que el producto medio crezca; y tampoco tendrán incentivo ninguno en situarse en la tercera zona, pues en ésta estarán contratando demasiados trabajadores y el producto total será menor que si contrataran menos. La zona relevante, por tanto, es la segunda, pues es en ella en la que se situarán todas las empresas que actúen con racionalidad económica. Dado que su forma en ese segundo tramo es cóncava, para simplificar representaremos en ocasiones la función de producción de esa forma, como en las figuras 4.6 y 4.7. Hasta el momento hemos considerado la función de producción en el corto plazo, relacionándola con el nivel de trabajo. Hay otros factores que se pueden tener en cuenta antes de que acometamos el estudio del largo plazo: el nivel tecnológico. Dado que, como hemos visto, el tramo relevante de la función de producción es cóncavo respecto del origen, podemos simplificar la representación gráfica y dibujar una función con producto marginal decreciente siempre, sin perder por ello rigurosidad en el análisis. Cuando se produce una mejora tecnológica, con la misma cantidad de trabajo podemos optar a mayores niveles de producto total. Esto se plasmará en un desplazamiento hacia arriba de la función, como vemos en la figura 4.6. Figura 4.6: Una mejora tecnológica desplaza hacia arriba la función de producto total

PT PT’

PT1 PT0

PT

L

L

Sin embargo, en ocasiones puede interpretarse de otra manera; al producirse la mejora tecnológica que desplaza hacia arriba la función de producto total, para obtener el mismo nivel de producción que alcanzábamos anteriormente, bastaría con mantener un nivel de trabajo inferior, como se muestra en la figura 4.7.

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8 MICROECONOMÍA

Figura 4.7: Disminución de empleo como consecuencia de una mejora tecnológica

PT PT’ PT

PT

L1

L0

La viñeta siguiente ironiza respecto de esta posibilidad.

Fuente: El País, 2 de julio de 2010.

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L


MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 9

Hasta el momento hemos considerado solamente el corto plazo. Sin embargo, en el largo plazo, hay más de un factor variable, por lo que la empresa tiene que elegir la combinación de factores óptima. La empresa elige sus niveles de factores buscando alcanzar la eficiencia económica: quiere elegir la combinación menos costosa de factores que pueden usarse para obtener el nivel de producción deseado. La condición de eficiencia económica para una empresa precio aceptante consiste en que debe elegir una combinación de factores para la cual los productos marginales de los factores sean proporcionales a sus precios, como veremos más adelante cuando mencionemos los costes de los factores. En cualquier caso, es interesante distinguir entre eficiencia técnica y eficiencia económica. Diremos que una empresa está utilizando una tecnología –una forma de combinar los factores productivos- que es técnicamente eficiente cuando no pueda combinarlos de otra manera en la que, manteniendo la cantidad utilizada de unos, pueda disminuir la empleada de otro u otros. Un proceso productivo será económicamente eficiente si no existe ningún otro con el que se pueda obtener la misma cantidad de producto final a menor coste. Lógicamente, un proceso económicamente eficiente ha de ser también técnicamente eficiente, pero esto no necesariamente se ha de cumplir de manera recíproca. 4.3. LA FUNCIÓN DE PRODUCCIÓN EN EL LARGO PLAZO

En el largo plazo, a diferencia de lo que ocurría en el corto plazo, no existirá ningún factor fijo sino que podremos elegir la combinación de factores más adecuada en función de las circunstancias de la empresa, por lo que habremos de fijarnos en las CURVAS ISOCUANTAS Y LAS RECTAS ISOCOSTES. Las curvas isocuantas representan el conjunto de combinaciones de factores productivos que producen una misma cantidad de producto. Tanto gráficamente, como por sus características, presentan notables analogías con las curvas de indiferencia. Sus principales características son las siguientes:  Cuanto más alejadas del origen de coordenadas, mayor nivel de producción representan (es decir, que dejan debajo y a la izquierda las combinaciones que representan menor producción).  No se cortan (o lo que es lo mismo, con la misma combinación de factores no se pueden conseguir dos niveles distintos de producción).  Tienen pendiente negativa (y dicha pendiente es igual al cociente entre el producto marginal del factor productivo que tenemos representado en abscisas dividido por el producto marginal del factor productivo representado en ordenadas).  Son convexas (lo que implica que según un factor productivo se va haciendo más escaso, más unidades del otro serán necesarias para reemplazarlo). Podemos definir la relación marginal de sustitución técnica como la cantidad de uno de los factores de que la empresa puede prescindir al aumentar una unidad la cantidad del otro factor que emplea, permaneciendo sobre la misma isocuanta. Como se puede apreciar, es un concepto muy similar al de la relación marginal de sustitución entre dos bienes en las curvas de indiferencia.

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10 MICROECONOMÍA

Si las curvas isocuantas guardan una gran analogía con las curvas de indiferencia, las rectas isocostes se asemejan a la restricción presupuestaria. Las rectas isocostes representan el lugar geométrico de las combinaciones de inputs que pueden comprarse dado un presupuesto de la empresa y los precios de los factores. Por tanto, de la definición se deduce, CT = P1X1 + P2X2, y dados P1 y P2, para distintos valores de CT obtendríamos distintas rectas isocostes. Si consideramos los factores productivos trabajo y capital, esta expresión quedaría: CT= wL + rK donde w y r (salario y tipo de interés) son los precios de los factores productivos L (trabajo) y K (capital). Despejando K en esta igualdad, podemos ver cuál es la pendiente de la recta isocoste:

por lo que la pendiente de la recta isocoste es la razón de los precios de los factores productivos, con signo negativo. Al estudiar el comportamiento del consumidor, suponemos que maximiza su utilidad -que viene dada por las curvas de indiferencia-, con la limitación que le impone la restricción presupuestaria. En el caso de las empresas, estamos suponiendo, sin embargo, lo contrario: que minimizará los costes de los inputs -recta isocoste- necesarios para alcanzar un nivel de producción considerado óptimo -curva isocoste-. Se busca por tanto minimizar la isocoste, dada una isocuanta. En ese equilibrio, por tanto la isocuanta ha de ser tangente a una isocoste -si fuera secante podríamos encontrar una curva isocoste más cercana al origen de coordenadas que fuera tangente-, como vemos en la figura 4.8., en la que hemos señalado cuál sería el punto de equilibrio de la empresa, y en la que tenemos representados en los ejes los dos inputs necesarios en el proceso productivo, x e y, que se corresponderían generalmente con el factor capital y el factor trabajo. Figura 4.8: Equilibrio de la empresa en el largo plazo y

x

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MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 11

Matemáticamente, se ha de cumplir por tanto que la pendiente de la recta y de la curva coincidan:

o lo que es lo mismo:

En este caso, se cumpliría la condición de eficiencia económica expuesta anteriormente. 4.4. LA LEY DE LOS RENDIMIENTOS DECRECIENTES

En muchas ocasiones se cumple la LEY DE LOS RENDIMIENTOS DECRECIENTES, como ya señalara, en 1789, Thomas Malthus en su “Ensayo sobre el principio de la población”, refiriéndose a la producción de alimentos. Diremos que una tecnología muestra rendimientos decrecientes a escala cuando el producto total aumenta menos que proporcionalmente con el aumento de nivel de todos los factores. Por el contrario, una tecnología muestra rendimientos constantes a escala cuando el producto total aumenta en la misma proporción que el incremento de todos los niveles de los factores. Finalmente, una tecnología mostrará rendimientos crecientes a escala cuando la producción total aumente más que proporcionalmente ante el incremento de todos los niveles de los factores. Como indicábamos más arriba, Malthus fue uno de los primeros economistas que llamaron la atención acerca de la existencia de rendimientos decrecientes en algunas actividades. Así, Malthus afirmaba que, al ir creciendo la población, para satisfacer sus necesidades alimenticias, se cultivarían cada vez más tierras. En primer lugar, se utilizarían las más fértiles y productivas. Al agotarse éstas, se emplearían otras de menor calidad progresivamente. De esta forma, ante incrementos de todos los factores productivos en una determinada proporción, el aumento que se obtendría en la producción total sería cada vez menor. Gráficamente, como podemos apreciar en la figura 4.9, los rendimientos decrecientes a escala se representan con las curvas isocuantas. Así, si con una combinación dada de factores productivos que tenemos representados en los ejes obtenemos un nivel de producción señalado por una isocuanta, si duplicamos los factores productivos no alcanzaremos una curva isocuanta que indique el doble de producción, sino que la que lo hará estará más alejada del origen. Si dicha curva estuviera más cerca del origen de coordenadas estaríamos ante rendimientos crecientes y si coincidiera estaría mostrando la presencia de rendimientos constantes de escala.

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12 MICROECONOMĂ?A

Figura 4.9: Rendimientos crecientes, constantes y decrecientes y

B

2ya

ya

A Q = 200 Q = 100

xa

x

2xa

Rendimientos crecientes

y

B

2ya

Q = 200

ya

A

Q = 100

xa

2xa

Rendimientos constantes

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x


MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 13

y

B

2ya

Q = 200 ya

A Q = 100 xa

2xa

x

Rendimientos decrecientes

4.5. LOS COSTES DE PRODUCCIÓN A CORTO PLAZO

Antes de pasar a estudiar los costes de producción a corto y largo plazo, tenemos que definir qué entendemos por el concepto de “coste”. Podríamos definir el coste como el equivalente monetario de los consumos de factores en una actividad económica. En efecto, en un proceso productivo combinamos distintas cantidades de factores. Si valoramos monetariamente el gasto que realizamos en cada uno de ellos, y obtenemos la suma del conjunto, tendremos el coste de producción. Es importante diferenciar entre coste contable y coste económico. Desde un punto de vista contable, los costes estarían compuesto por los gastos reales y los gastos de depreciación del equipo de capital. Sin embargo, el concepto económico de coste engloba más aspectos, pues es el coste de utilización de los recursos económicos en la producción, incluido el coste de oportunidad. Existen toda una serie de costes, por tanto, que no se tienen en cuenta; por ejemplo, cuando se generan costes externos –externalidades-, o los procedentes del consumo de bienes no económicos, es decir, no escasos. En este ámbito entendemos el coste de oportunidad como el correspondiente a las oportunidades que se pierden cuando no se utilizan los recursos de la empresa para el fin para el que tienen más valor. Cuando afirmamos que tenemos que considerar los costes de oportunidad, por otro lado, estamos considerando que los costes irrecuperables –también llamados “hundidos”- no han de ser computados para el análisis de las alternativas de cara al futuro. En efecto, se trata en costes en los que ya se ha incurrido, y que formarán parte del resultado final, sea cual sea la alternativa por la que decidamos optar.

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14 MICROECONOMÍA

Se puede distinguir entre diferentes tipos de costes en función de su naturaleza: 

costes de las materias primas

costes financieros,

costes de la mano de obra, etc.

Igualmente, en función de su imputación al coste del producto, podemos diferenciar entre:  costes directos, que se pueden computar y calcular de manera directa respecto al producto,  y costes indirectos, que son generales y afectan al proceso productivo en su conjunto, por lo que es necesario establecer unos baremos para su distribución. Asimismo, respecto del momento, podemos encontrar:  costes históricos, o “a posteriori” que están basados en datos reales, procedentes del estudio de los costes observados en la empresa en periodos anteriores,  y costes “a priori”, a un precio supuesto y para una estimación de consumo determinada. La principal distinción que en la microeconomía se realiza entre diferentes tipos de costes, en el corto plazo, es la que se refiere a cómo evolucionan éstos en función del volumen producido. Recordemos que consideramos el corto plazo como ese espacio de tiempo lo suficientemente pequeño como para que algún factor sea considerado fijo; que es prácticamente imposible modificarlo por el alto coste que eso implicaría. En este sentido, tendremos:  Costes fijos: los costes de los factores fijos de la empresa, es decir, que son independientes del volumen producido. Suele estar relacionado con la realización de inversiones de capital de alto valor, el pago de impuestos por ejercer la actividad, etc. Gráficamente, dado que los costes fijos son independientes del volumen producido, serán una línea paralela al eje de abscisas, como en la figura 4.10. Figura 4.10: Los costes fijos son una constante CF

CF

Q

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MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 15

 Costes variables: los costes de los factores variables de la empresa; dependen, por tanto, del nivel de producción. Son costes, por lo general, relacionados con el volumen de mano de obra y con la adquisición de materias primas. 

Costes totales: son la suma de los costes fijos más los costes variables.

Respecto de la representación gráfica de los costes variables, es necesario recordar la teoría de la producción. En ella veíamos que el producto marginal del trabajo, para las primeras unidades producidas, era creciente –por lo que la función del producto total era convexa respecto del origen-, mientras que para un nivel de producción mayor, el producto marginal del trabajo era decreciente –por lo que la función del producto total era cóncava respecto del origen en ese tramo-. Dado que la utilización del factor variable crece menos que proporcionalmente respecto a la cantidad de producto total obtenida en la primera fase, los costes crecerán inicialmente a un ritmo decreciente. Después, dado que la utilización del factor variable crece más que proporcionalmente respecto a la cantidad de producto total obtenida, los costes lo harán a un ritmo creciente –figura 4.11-. Figura 4.11: Representación gráfica de los costes variables CV

CV

Q

Los costes totales los obtenemos, simplemente, como la suma vertical de los costes fijos y los costes variables. Dado que los costes fijos son una constante, los costes totales serán paralelos a los costes variables. En la factura de gas adjunta podemos observar que también existen costes fijos – que no dependen del nivel de consumo- y costes variables –que sí que están ligados directamente a dicho nivel de consumo.

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16 MICROECONOMÍA

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MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 17

Representamos gráficamente conjuntamente, a continuación en la figura 4.12 los tres tipos de costes a corto plazo enunciados. Figura 4.12: Costes totales, fijos y variables CT CF CV

CT

CV

CF

Q

Podemos estar interesados también en conocer qué coste podemos imputar de cada uno de estas tres tipos de costes, de promedio, a cada unidad producida: son los costes medios. El coste fijo medio es el cociente entre el coste fijo –que como dijimos, es una constante- y la cantidad –que crece a lo largo del eje de abscisas-, por lo que dicho cociente será siempre decreciente, y tenderá a hacerse cero según nos desplacemos hacia la derecha por el eje de abscisas, cuando la cantidad tienda a ser infinito, como en la figura 4.13.

Figura 4.13: costes fijos medios CFMe

CFMe Q 96 de 152


18 MICROECONOMÍA

El coste variable medio, como cociente que es del coste variable y la cantidad, tendrá pendiente negativa en un primer tramo, para crecer después, a partir del punto correspondiente al óptimo técnico de la función de producción –véase la figura 4.14-. Matemáticamente, será:

4.14: Representación gráfica de los costes variables medios CVMe

CVMe

Q

El coste total medio, lo obtenemos como el cociente entre el coste total y la cantidad. Es, asimismo, la suma del coste fijo medio y el coste variable medio. Por ello, dado que el coste fijo medio tiende a hacerse cero, el coste total medio tenderá a ser igual al coste variable medio en el infinito –véase la figura 4.15-. Matemáticamente, será:

CTMe = CFMe + CVMe

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MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 19

4.15. Representación conjunta de los costes totales medios y los costes variables medios CTMe CVMe

CTMe CVMe

Q

Otro coste muy relevante, e íntimamente relacionado con el coste variable, es el coste marginal. Es el coste derivado de producir una unidad adicional. Dado que el coste fijo no depende del nivel de producción, el coste marginal (C’) será también el aumento de coste variable en que incurrimos al producir una unidad adicional -véase la figura 4.16-. Matemáticamente, el coste marginal es la derivada del coste total respecto de la cantidad –o, por lo expuesto anteriormente, también es igual a la derivada del coste variable respecto de la cantidad-.

dado que

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20 MICROECONOMÍA

Figura 4.16: Representación gráfica del coste marginal C’ C’

Q

El coste marginal corta a las curvas de coste total medio y de coste variable medio en sus respectivos mínimos. Esto es así porque, si el coste marginal es menor que el medio, al producir una unidad más hará que el coste medio disminuya. En caso contrario, si el coste marginal es mayor que el coste medio –sea éste total o variable-, al producirse esa unidad adicional a un coste mayor que el coste medio, hará que este crezca. Esto sólo puede ocurrir si corta a dicha gráfica en su mínimo, como se puede apreciar en la figura 4.17.

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MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 21 Figura 4.17: Los costes marginales cortan a las curvas de coste total medio y de coste

variable medio en sus respectivos mínimos C’ CVMe CTMe

CTMe

CVMe

C’

Q

El coste marginal tiene gran importancia pues, entre otros motivos, en la competencia perfecta indica cuál es la función de oferta de la empresa –en su tramo creciente, a partir del punto de cierre o mínimo de explotación, que es cuando el coste marginal corta con el coste variable medio, como estudiaremos en el módulo siguiente-.

4.6. LOS COSTES DE PRODUCCIÓN A LARGO PLAZO En el largo plazo, la empresa puede modificar la cuantía utilizada de todos los factores productivos; ya no existirán por tanto factores fijos que den lugar a la aparición de costes fijos: todos los costes serán variables. Combinará por tanto los factores productivos de modo que minimice los costes para cada volumen de producción, dados los precios de dichos factores. Para verlos, estudiaremos a continuación la relación entre curvas de coste a corto y largo plazo, haciendo referencia al concepto de dimensión óptima. Obtendremos la curva de costes totales a largo plazo como la envolvente de las diferentes curvas de costes totales a corto plazo que podríamos construir para distintas dimensiones de la empresa, como vemos en la figura 4.18.

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22 MICROECONOMÍA

Figura 4.18: Representación gráfica de la curva de costes totales a largo plazo

CTLP

CT CTCP1

CTCP2

Q

Lógicamente, la empresa optará en el largo plazo por la estructura de costes que le resulte óptima, en función del nivel de producción, dentro de las distintas posibilidades disponibles. La curva de costes medios a largo plazo representa por tanto el coste medio mínimo de producción cuando todos los factores productivos son variables. Los costes medios a largo plazo se obtienen como el cociente de los costes totales a largo plazo por la cantidad producida. Dado que en el largo plazo todos los factores son variables, la empresa tendrá unos costes menores en ese periodo respecto del corto plazo, pues en éste únicamente puede alterar las cantidades del factor variable, generalmente el factor trabajo. Por ello, para niveles de producción inferiores al mínimo de la curva de costes medios a largo plazo, la tangencia entre las curvas del corto y la curva del largo plazo se produce en el tramo decreciente de las curvas a corto plazo – figura 4.19-, mientras que para niveles de producción superiores al mínimo la tangencia ocurre en el tramo creciente.

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MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 23 Figura 4.19: Relación entre los costes totales medios a corto y a largo plazo

CTMe CTMeLP CTMeCP CTMeCP

Q

El coste marginal a largo plazo muestra el coste adicional en que se incurre para producir una unidad adicional cuando todos los factores son variables. Como a largo plazo los rendimientos decrecientes son menos importantes –podemos variar tanto los factores variables como los fijos al incrementar la producción-, el coste marginal a corto será superior en niveles de producción mayores, pero será inferior al de largo plazo cuando los niveles de producción son bajos –pues en el largo consideramos también el coste de oportunidad del capital invertido para aumentar el tamaño de la planta-. Igual que ocurre en el corto plazo, y por los mismos motivos, en el largo plazo la curva de costes marginales corta en su mínimo a la curva de costes medios. En ese punto en el que el coste total medio a largo plazo sea mínimo, que coincidirá asimismo con el mínimo de una curva de costes totales medios a corto plazo, diremos que la empresa presenta una DIMENSIÓN ÓPTIMA, pues se encuentra minimizando el coste por unidad producida.

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24 MICROECONOMÍA

Figura 4.20: Curvas de costes marginales y de costes totales medios a corto y a largo plazo CTMe CTMeLP

C’ CTMeCP CTMeCP C’CP

C’LP C’CP

Q

4.7. ECONOMÍAS Y DESECONOMÍAS DE ESCALA

La forma que tenga la curva de costes medios a largo plazo dependerá de la existencia de ECONOMÍAS Y DESECONOMÍAS DE ESCALA. En efecto, si la empresa presenta una curva de costes medios decrecientes, una expansión de la producción implica una reducción del coste unitario del producto, por lo que el producto crecerá más rápidamente que el aporte realizado de factores productivos –a igualdad de precios de los factores-; en ese caso se tratará de rendimientos crecientes de escala. Si por el contrario, al incrementarse la cantidad de producto los costes medios también crecen, esto ha de deberse a que el producto aumenta menos que proporcionalmente respecto del incremento de los factores. Diremos entonces que presenta rendimientos decrecientes de escala. Finalmente, podría ocurrir también que los costes medios permanecieran constantes al variar el volumen de producción; nos encontraríamos en ese caso con rendimientos constantes de escala. Distintos motivos que pueden provocar la existencia de economías y deseconomías de escala son los siguientes:  La especialización: a medida que una empresa crece, se incrementan las oportunidades de especialización y de división de trabajo de forma que se puedan desarrollar las tareas de una forma más eficiente. Esto provocaría la aparición de economías de escala.  Un factor dimensional: no es necesario que el aporte de determinados factores crezca proporcionalmente al aumento de la dimensión de la empresa; una cajera puede atender a diez personas ó a veinte. Hay economías de escala.

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MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 25

 Un factor tecnológico: al crecer la empresa, tendrá mayor capacidad presupuestaria para incorporar nuevas tecnologías que le permitan reducir costes. Habrá por tanto economías de escala.  La burocratización: en sentido contrario, al crecer el tamaño de una empresa aparecen nuevas dificultades para gestionarla y de coordinación. En este apartado hablaríamos de deseconomías de escala. Obviamente, el mayor peso de unos u otros factores explicará la realidad de cada caso particular. Finalizamos resaltando el papel tan importante que tienen los costes en el funcionamiento y la rentabilidad de las empresas. En función de que estudiemos el corto o el largo plazo estaremos limitando en mayor o menor medida las posibilidades de la empresa para reajustar los factores productivos en la búsqueda de una minimización de los costes por unidad de producto. Por último, hay que resaltar que existen diversos factores que pueden provocar la aparición de economías y deseconomías de escala ante incrementos en la cantidad producida.

Encontrará ejercicios resueltos correspondientes a este tema siguiendo estos enlaces: ejercicios resueltos de producción. ejercicios resueltos de costes.

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26 MICROECONOMÍA

EJERCICIOS NO RESUELTOS 1.- Se estima que la función de producto total de una empresa responde a la forma siguiente: PT = 20L2 + 75L – L3. a) Calcule las funciones de producto marginal y de producto medio. b) Calcule el óptimo técnico de la empresa. c) Calcule el máximo técnico de la empresa. d) Represente en dos gráficos interrelacionados el producto total por un lado y el producto marginal y producto medio, por otro. 2.- Se estima que la función de producto total de una empresa responde a la forma siguiente: PT = 80L – L2. a) Calcule las funciones de producto marginal y de producto medio. b) Calcule el máximo técnico de la empresa. c) Represente en dos gráficos interrelacionados el producto total por un lado y el producto marginal y producto medio, por otro. 3.- Para llegar a alcanzar un determinado nivel de producción, si una empresa emplea la tecnología X deberá recurrir a utilizar 10 unidades del factor productivo A, 8 unidades del B y 4 unidades del C. Si opta por la tecnología Y, necesitará 16 unidades del factor productivo A, 10 del factor productivo B y 5 del factor productivo C. Finalmente, si eligiese la tecnología Z, tendría que ponerse en funcionamiento con 5 unidades del factor productivo A, 20 unidades del B y 6 del C. Los costes de los factores productivos A, B y C son, respectivamente, de 20, 25 y 10 u.m. Se pide: a) Indique si alguna de las tecnologías enunciadas (X, Y, Z) es técnicamente ineficiente. b) Señale cuál será la tecnología económicamente eficiente. 4.- Una empresa tiene unos costes totales: CT = Q3 – 40Q2 + 500Q + 840. Se pide: a) Construya una tabla que le permita calcular los costes fijos medios para las primeras 8 unidades producidas. b) Represente gráficamente los datos calculados. c) Calcule la función de costes marginales y la de costes variables medios. d) Represente en un mismo gráfico los costes marginales y los costes variables medios.

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MÓDULO 4. LA EMPRESA: PRODUCCIÓN Y COSTES 27

5.- Una empresa tiene unos costes totales: CT = Q3 – 30Q2 + 100Q + 4000. Se pide: a) Calcule las funciones de costes marginales y de costes totales medios. b) Represente en un mismo gráfico los costes marginales y los costes totales medios. 6.- Una empresa tiene unos costes totales: CT = 2Q2 + 8Q + 200. Se pide: a) Calcule las funciones de costes marginales, de costes variables medios y de costes totales medios. b) Represente, en un mismo gráfico, los costes marginales, los costes variables medios y los costes totales medios.

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MÓDULO 5. LA COMPETENCIA PERFECTA 1

LA COMPETENCIA PERFECTA El tipo de mercado probablemente más estudiado en el análisis económico es el de la competencia perfecta, pues se trata de un “mercado ideal”, en el que se cumplen toda una serie de características que lo harían funcionar eficientemente. En el mundo real es prácticamente imposible encontrar un mercado que se comporte totalmente de esa manera, pero es fundamental conocer su funcionamiento para poder comprender qué ocurre cuando se incumple alguno de sus supuestos, dando lugar a otros tipos de mercado que estudiaremos en los próximos módulos, o a los “fallos del mercado”, que son algunos de los motivos que justifican la intervención del Estado en la Economía. Enlace a vídeo Módulo 5:

https://www.youtube.com/watch?v=EslVKI98N3c

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2 MICROECONOMÍA

5.1.- SUPUESTOS DE LA COMPETENCIA PERFECTA

El modelo de la competencia perfecta se basa fundamentalmente en el cumplimiento de los siguientes cuatro supuestos:  Tanto el número de compradores como de vendedores en el mercado es alto. Así, el porcentaje de la producción total que ofrezca cada empresa individualmente será pequeño. Igualmente, tampoco existen compradores que acaparen una parte importante de las compras. Existe por tanto una alta atomización del mercado. Como consecuencia las empresas serán precio-aceptantes, enfrentándose a una función de demanda horizontal, que es el precio de equilibrio del mercado. Los ingresos marginales de la empresa, por tanto, serán una constante: el precio de equilibrio. En efecto, las empresas competitivas no estarán incentivadas a vender a un precio diferente al precio de equilibrio, pues a ese precio pueden vender todo lo que deseen -surge del equilibrio, en el que “se vacían” los mercados- y por tanto no tendrá sentido ofertar a un precio inferior. Tampoco fijarán un precio superior al de equilibrio, pues al existir transparencia en el mercado -otro supuesto de la competencia perfecta que mencionaremos más adelante-, los consumidores irían a comprar a aquellos vendedores que les ofrezcan ese producto al precio de equilibrio.  Existe libertad de entrada y de salida en el mercado. Las empresas ya establecidas en el mismo carecen por tanto de poder para impedir que otras se incorporen al negocio. Así, si se trata de un sector en el que disfrutan de elevadas tasas de beneficios, lo normal será que nuevas empresas muestren su interés por entrar, no encontrando trabas para ello. Del mismo modo, si existen pérdidas, las empresas más ineficientes, especialmente de cara al largo plazo, optarán por salir del mercado.  Las distintas empresas que operan en el mercado producen un bien homogéneo, de similares características. De este modo, los consumidores se mostrarán indiferentes entre comprárselo a una u otra empresa. Las marcas y especialmente la publicidad carecen de sentido en un mercado de competencia perfecta por este motivo.  Existe información perfecta. Esto significa que todos los agentes económicos que operan en el mercado, ya sean compradores o vendedores, conocen perfectamente cómo funciona el mercado; los precios fijados por las distintas empresas, los costes, etc. Este supuesto recibe igualmente el nombre de “transparencia de mercado”; el mercado es transparente y nadie cuenta con información privilegiada. Como se puede suponer, el cumplimiento estricto de los cuatro supuestos de la competencia perfecta es prácticamente imposible, por lo que resulta una labor harto complicada encontrar un mercado que los cumpla fielmente en su totalidad, aunque podremos analizar hasta qué punto el funcionamiento se asemeja al ideal. El mercado de competencia perfecta está basado en el libre juego de la oferta y la demanda, y la tendencia es la de alcanzar el equilibrio. En este sentido, los precios desempeñan un papel muy importante, como señal de la escasez y como instrumento para alcanzar ese equilibrio. Así, si el precio es superior al de equilibrio, los empresarios se verán obligados a abaratar sus productos si no quieren acumular demasiadas existencias, con el coste de almacenaje y el coste de oportunidad que esto conlleva. Por el contrario, si el precio es inferior al de equilibrio existirá un exceso de demanda, por lo que los empresarios

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MÓDULO 5. LA COMPETENCIA PERFECTA 3

subirán el precio dado que los consumidores están dispuestos a pagar un precio mayor y producirán más para satisfacer la demanda. Como en la competencia perfecta las empresas carecen de poder para manipular el mercado y para controlar los precios, para maximizar sus beneficios deberán producir de la manera más eficiente posible, lo que redundará asimismo en un beneficio para los consumidores. Cabe distinguir entre el corto y el largo plazo para entender el modelo de la competencia perfecta. En el corto plazo, el número de empresas es fijo. En función de sus funciones de costes y de sus ingresos tendrán muchos beneficios, pocos, o incluso pérdidas, pero esta situación no la pueden modificar en un corto periodo de tiempo. Sin embargo, en el largo plazo, la existencia de beneficios o pérdidas afectará a la entrada y salida de empresas en el mercado; si los beneficios son altos, nuevas empresas estarán interesadas en entrar en el mercado, por lo que la función de oferta se desplazará hacia la derecha, y el precio caerá, haciendo desaparecer esos beneficios. Si por el contrario en el mercado existen pérdidas, en el largo plazo habrá empresas que o bien modificarán sus estructuras de costes o bien saldrán del mercado. En este caso, la función de oferta se desplazará hacia la izquierda, con lo que el precio de equilibrio subirá haciendo desaparecer las pérdidas de las empresas que continúen en el mercado. 5.2.- EL FUNCIONAMIENTO DEL MERCADO DE COMPETENCIA PERFECTA Para analizar el funcionamiento del mercado de competencia perfecta tenemos que examinar el comportamiento de la empresa competitiva. Ya dijimos antes que cabía distinguir entre el corto y el largo plazo en el mercado. Igualmente ocurre con el comportamiento individual de las empresas. Si suponemos que la empresa competitiva en el corto plazo actúa buscando maximizar beneficios, habrá de producir una cantidad tal que cumpla la condición de primer orden: que el ingreso marginal sea igual al coste marginal. En efecto, la empresa competitiva, como cualquier empresa presente en algún otro tipo de mercado, buscará maximizar beneficios, que son la diferencia entre la totalidad de sus ingresos y de sus costes: B = IT – CT Los ingresos totales serán el resultado de multiplicar el precio –que nos viene dado por la intersección de la oferta y la demanda- por la cantidad que decida producir esa empresa. Los costes totales en los que incurra serán el resultado de sumar sus costes fijos y sus costes variables. Dado que deseamos maximizar esa función de beneficios, tendremos que derivarla respecto de la variable de decisión –que en este caso es la cantidad- e igualarla a cero: =

=0

La derivada de los ingresos totales son los ingresos marginales; la de los costes totales son los costes marginales, por tanto tendremos:

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4 MICROECONOMÍA

I’ – C’ = 0 I’ = C’ La regla de maximización de beneficios de una empresa competitiva nos dirá, por tanto, que habrá de producir una cantidad tal que sus ingresos marginales se igualen con sus costes marginales. En el caso de la competencia perfecta, además, se da la circunstancia de que el ingreso marginal es el precio de equilibrio dado que todas las unidades que venda lo hará al precio de equilibrio, por lo que podríamos escribir esta condición de primer orden como: P = C’ La condición de segundo orden nos dice que lo que acabamos de calcular ha de tratarse de un máximo y no de un mínimo. En efecto, la primera condición se extrae de derivar el beneficio respecto de la cantidad e igualarlo a cero. Para que se trate de un máximo, la segunda derivada ha de ser menor que cero. Como la derivada del precio -una constante- respecto de la cantidad es igual a cero, tenemos que la derivada del coste marginal -con signo negativo- respecto de la cantidad sea menor que cero, o lo que es lo mismo, que la derivada del coste marginal respecto de la cantidad sea mayor que cero:

< 0;

< 0;

>0

Esto implica que la función de costes marginales se ha de encontrar en su tramo creciente. Como tercera condición, debemos fijarnos en si, aun cumpliéndose las dos premisas anteriores, a la empresa no le saldría más rentable cerrar. 5.3.- EL PUNTO DE CIERRE Y EL PUNTO DE NIVELACIÓN

Para que la empresa siga en el mercado, si es que tiene pérdidas, éstas han de ser menores que sus costes fijos, pues estas son las pérdidas en que incurriría si se decide por cerrar. Equivalente a esa condición es que, para su cantidad de equilibrio, el precio sea mayor que el coste variable medio, es decir, mayor que el precio de cierre. Y, finalmente, también es equivalente a exigir que los ingresos totales sean al menos iguales a los costes variables.

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MÓDULO 5. LA COMPETENCIA PERFECTA 5

El punto de cierre, o mínimo de explotación, se puede calcular de dos maneras: como el mínimo de los costes variables medios, o como la intersección de los costes variables medios con los costes marginales. Su representación gráfica es la siguiente: Figura 5.1. Mínimo de explotación o punto de cierre de una empresa competitiva

C’

P

CTMe CVMe

Pm Mínimo de explotación o punto de cierre P1 Q

Qm

P1

Siempre que el precio sea al menos igual al de cierre,Pa1 la empresa competitiva, al menos en el corto plazo, le conviene seguir en el mercado aunque tenga pérdidas, pues estaría recuperando parte de sus costes fijos -o al menos no perdiendo más que los P2 costes fijos-. Para que la empresa competitiva no tuviera pérdidas, el precio debería ser, al menos, igual al coste total medio, alcanzando de esta forma el punto de nivelación. Si fuera mayor que éste, la empresa estaría obteniendo beneficios. P2

P2

Esta condición equivale a exigir que los ingresos totales sean por lo menos de igual cuantía que los costes totales. El punto de nivelación, se puede calcular de dos maneras: como el mínimo de los costes totales medios, o como la intersección de los costes totales medios con los costes marginales. Su representación gráfica es la siguiente:

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6 MICROECONOMÍA

Figura 5.2: Punto de nivelación de una empresa competitiva C’

P

CTMe CVMe

Pn Punto de nivelación

P1 P1

Qn

Q

En el gráfico siguiente, el punto de cierre se produce para el precio P2, mientras que el punto de nivelación es el correspondiente a P1, de tal forma que, según lo expuesto anteriormente, se cumplen las siguientes relaciones que recogemos de forma resumida:  Si P > P2, la empresa tiene beneficios.

P2

P2

 Si P = P2, la empresa no tiene ni beneficios ni pérdidas (IT = CT). 1 empresa tiene pérdidas en el corto plazo pero sigue produciendo  Si P1 < P < P2, Pla (las pérdidas son menores que los costes fijos).

 Si P < P1, la empresa cerrará (sus ingresos no cubren ni siquiera los costes variables, y está perdiendo más que los costes fijos). Figura 5.3. punto de nivelación y punto de cierre de una empresa competitiva P1

P P2

C’

CTMe CVMe

P2 P2 Punto de nivelación P1 Mínimo de explotación o punto de cierre P1

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P1 P2

Q P1


MÓDULO 5. LA COMPETENCIA PERFECTA 7

5.4.- LOS BENEFICIOS Y LAS PÉRDIDAS EN COMPETENCIA PERFECTA

Vemos en los gráficos siguientes las áreas que representan los beneficios y las pérdidas de la empresa, en función de cuál sea el valor del precio de equilibrio en el mercado (P*). En primer lugar, con beneficios: Figura 5.4: Representación gráfica del beneficio de una empresa competitiva C’

P

CTMe CVMe

P*

1 BENEFICIO 2

CTMe IT CT

P1 0

Q*

Q

Si el precio de equilibrio es P*, la cantidad que decide producir la empresa para maximizar beneficios es Q*, por lo que sus ingresos totales (IT) son el área del rectángulo 0-P*-1-Q*. Si la cantidad que la empresa es Q*, el coste total medio será el P1 P1 produce P 2 correspondiente al punto 2, por lo que el área que muestra cuáles son los costes totales * será 0-CTMe-2-Q . P1

Los beneficios, por tanto, son la diferencia entre los ingresos totales y los costes totales, es decir, el área sombreada. Si el precio de equilibrio fuera menor, y la empresa tiene pérdidas, el gráfico sería el siguiente: P2 P2 P1

P2

P2

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8 MICROECONOMÍA

Figura 5.5: Representación gráfica de una empresa competitiva con pérdidas

C’

P

CTMe CVMe

2

CTMe P* CT

PÉRDIDAS 1

IT

P1 0

Q*

Q

Si el precio de equilibrio es P*, la cantidad que decide producir la empresa para maximizar beneficios –aun cuando en este caso vaya a obtener pérdidas- es Q*, por lo que sus ingresos totales (IT) son el área del rectángulo 0-P*-1-Q*. P2

Si la cantidad que produce la empresa es Q*, el coste total medio será el 1 correspondiente al punto 2, por lo Pque el área que muestra cuáles son los costes totales P1 * será 0-CTMe-2-Q , que es mayor que la de los ingresos totales. P1

Las pérdidas en las que incurrirá la empresa, por tanto, serán la diferencia entre los costes totales y los ingresos totales, es decir, el área sombreada. Como el precio de equilibrio está por encima de la curva de costes variables, esta empresa deberá seguir en el mercado pues sus pérdidas son inferiores a sus costes fijos; P2 produciendo está recuperando parte de los mismos, algo que no ocurriría si decidiese cerrar. P1 P2 P2

P2

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MÓDULO 5. LA COMPETENCIA PERFECTA 9

5.5.- LA FUNCIÓN DE OFERTA DE LA EMPRESA COMPETITIVA Como consecuencia del proceso de maximización de beneficios en el corto plazo, podemos extraer que la función de oferta de la empresa competitiva es su curva de costes marginales a partir del mínimo de explotación -punto de cierre-. Está representada en trazo más grueso en el gráfico siguiente. Figura 5.6: Representación gráfica de la función de oferta de una empresa competitiva

C’

P

CTMe CVMe

Curva de oferta de la empresa

Pm Mínimo de explotación o punto de cierre P1 Qm

QP1

P1

Esto es así porque, para cada posible nivel de precios vigente en el mercado, la P1 empresa competitiva decide producir aquella cantidad que haga que dicho precio sea igual al coste marginal biunívoca P2 P2 –en su tramo creciente-. Existe por tanto una relación entre precios y cantidades. La función de oferta total del mercado la obtendríamos sumando horizontalmente las funciones de oferta individuales de las empresas. P2 existen beneficios en el corto plazo, comoP2ya habíamos explicado Si en el sector en el primer epígrafe del módulo, puesto que existe libertad de entrada y salida en el mercado, entrarían nuevas empresas haciendo desaparecer dichos beneficios en el largo plazo, dado que la función de oferta se desplazará hacia la derecha y el precio de equilibrio disminuirá, como se puede apreciar en el gráfico siguiente.

Así, aunque la cantidad que se produzca globalmente en el mercado aumente, la cantidad que fabricará cada empresa individual disminuirá.

Figura 5.7: Equilibrio competitivo a largo plazo de beneficio nulo.

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10 MICROECONOMÍA

C’

P

P

O O’ CTMe

P1

P1

P2

P2

D P1 Q1 Q2

Q

Q2 Q1

Q

Empresa

Mercado

P2 P1 Por el contrario, si existen pérdidas, la salida de las empresas más ineficientes haría que el resto dejara de tener pérdidas al aumentar el precio de equilibrio puesto que la función de oferta se desplazaría hacia la izquierda. Este desenlace se conoce como el equilibrio a largo plazo de beneficio nulo.

P1 P1

P1 P2

P1 P1

Encontrará ejercicios resueltos correspondientes a este tema siguiendo este enlace: ejercicios resueltos de competencia perfecta.

P2 P2 P1

P2

P2

P2 P2

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MÓDULO 5. LA COMPETENCIA PERFECTA 11

EJERCICIOS NO RESUELTOS

1.- Una empresa competitiva tiene una función de costes totales como la presentada a continuación: CT = Q3/3 – 11’5Q2 + 100Q + 10. En el mercado del bien que produce se estima que las funciones de oferta y demanda son, respectivamente, las siguientes: Qo = 75p – 80 y Qd = 3000 – 2P. Se pide: a) Calcular la cantidad que producirá esa empresa si pretende maximizar beneficios. b) Hallar el beneficio máximo que obtendrá. c) Representar gráficamente tanto el equilibrio del mercado como el de la empresa.

2.- Una empresa competitiva tiene una función de costes totales como la siguiente: CT = Q3 – 30Q2 + 325Q + 100. Se pide: a) Calcule su mínimo de explotación. b) Suponiendo que el precio vigente en el mercado fuera P = 268, señale qué cantidad producirá la empresa y calcule los beneficios que obtendrá. c) Represente gráficamente los datos obtenidos.

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12 MICROECONOMÍA

3.- La función de costes totales de una empresa que trabaja en un mercado competitivo es: CT = 3Q3 – 50Q2 + 200Q + 1000. Se pide: a)

Calcule su punto de nivelación.

b)

Indique qué cantidad producirá si el precio de equilibrio en el

mercado fuera 189 u.m., y los beneficios que obtendrá.

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MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 1

EL MONOPOLIO

En este módulo analizamos una de las formas más estudiadas de la competencia imperfecta: el monopolio. Sabemos que en el monopolio el precio de equilibrio es mayor que en la competencia perfecta, y las cantidades vendidas menores. Esto, ciertamente, es malo para los consumidores; hay un “coste social del monopolio”. Debemos conocer por tanto las características de este tipo de mercado, su funcionamiento, y qué posibilidades existen para su regulación. Enlace a vídeo Módulo 6:

https://www.youtube.com/watch?v=EslVKI98N3c

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MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 2

6.1.-

LA COMPETENCIA IMPERFECTA

Existe competencia imperfecta siempre que los productores puedan controlar de alguna forma cuál va a ser el precio de venta de su producto. Decimos “de alguna forma” puesto que no es necesario que los vendedores controlen totalmente dicho precio para que se trate de un mercado de competencia imperfecta. En el caso del monopolio, al ser una única empresa quien abastece el mercado, ese poder es mayor -aunque pudiera ser que existieran bienes distintos, pero en parte sustitutivos, que influyeran en su precio y el control no fuera total-. En el caso del oligopolio y de la competencia monopolística que estudiaremos en el capítulo siguiente, está claro que la interacción entre las empresas les va a impedir ejercer individualmente un control total sobre el precio. La competencia imperfecta, por tanto, no impide necesariamente la existencia de una alta rivalidad en el mercado, por aumentar la cuota de mercado, a través de campañas publicitarias, etc. La principal característica de la competencia imperfecta consiste en que la función de demanda a la que se enfrenta una empresa que forme parte de algún tipo de mercado de competencia imperfecta tiene pendiente negativa, a diferencia de lo que ocurre en la competencia perfecta, en la que la empresa individual se enfrenta a una función de demanda totalmente elástica, horizontal, e igual al precio de equilibrio. El caso extremo es el del monopolio, en el que la única empresa que abastece el mercado se enfrenta a la totalidad de la curva de demanda. En algunos casos, los costes de entrada en el mercado son tan elevados que es necesario que se produzca una concentración de capitales. Algunos sectores, como el del transporte aéreo comercial, o la construcción de grandes infraestructuras, por ejemplo, implican unos costes tan elevados que muy pocas empresas pueden acometer. Por este motivo, en este tipo de sectores es evidente que no vamos a estar en un mercado de competencia perfecta. 6.2.- ORIGEN Y CARACTERÍSTICAS DEL MONOPOLIO

No sólo la acumulación de capitales recién mencionada puede ser uno de los factores que estén en el origen del monopolio. También pueden ser causas de la aparición de un monopolio las siguientes:  El control de un factor productivo que sea imprescindible para la fabricación del bien por parte de una empresa, lo que impediría la aparición de potenciales competidores en el mercado;  La existencia de monopolios fiscales, que tienen su explicación en motivos recaudatorios por parte de la Hacienda Pública;  Las barreras a la entrada de tipo legal (patentes, restricciones administrativas, cuotas al comercio internacional) o económico (economías de escala, exigencias iniciales de capital, ventajas absolutas en los costes por el uso de técnicas superiores, diferenciación de producto).

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MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 3

 La existencia de unos costes fijos muy elevados que provoquen la aparición de rendimientos crecientes, con curvas de costes medios y marginales siempre decrecientes, en cuyo caso lo más eficiente es que una sola empresa abastezca el mercado: son lo que conocemos como monopolios naturales. Lo veremos a continuación con un ejemplo gráfico. En este gráfico podemos apreciar que tanto los costes totales medios como los costes marginales de esta empresa son siempre decrecientes, al menos para el intervalo de la Q considerado. Para producir Q1 unidades, se incurriría en unos costes totales como los del área sombreada, pues serán el resultado de multiplicar los costes totales medios por la cantidad. Figura 6.1: Representación gráfica de los costes de un monopolio natural CTMe C’ CTMe1

CTMe C’ Q1

Q

En el gráfico siguiente, podemos apreciar cuál sería el coste total en que se habría de incurrir para producir el doble de unidades de las que se fabricaron en el gráfico precedente: 2Q1. De nuevo se tratará del área sombreada, como resultado de multiplicar el correspondiente coste total medio por la nueva cantidad, 2Q1. Como se puede apreciar claramente, esta área sombreada no es en absoluto el doble de la del gráfico anterior. Si en lugar de ser una empresa quien fabricase esas unidades hubiesen sido dos empresas con las mismas funciones de costes que estamos considerando, los costes totales en que se habría incurrido en conjunto serían el doble del área sombreada del primer gráfico, con lo que queda demostrado gráficamente que es más eficiente que una única empresa sea quien suministre este bien o servicio.

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MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 4

Figura 6.2: Los costes disminuyen en un monopolio natural al producir más CTMe C’

CTMe2 CTMe C’ 2Q1

Q

Un caso de monopolio natural podría ser la construcción de toda la infraestructura ferroviaria de un país. Los costes fijos –de adquisición de tierras por donde pasarían, por ejemplo- son tan elevados que parece poco probable que dos empresas estuvieran interesadas en construir en paralelo esas infraestructuras, y lo más eficiente sería que una sola lo hiciera –sea una empresa privada o directamente el Estado-. En la página siguiente tenemos otro ejemplo aparecido en la prensa en el que se habla de la existencia de un monopolio natural en otro ámbito.

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MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 5

Un monopolio natural en manos de una única empresa A. M. CH. - Barcelona - 26/07/2007

Endesa controla alrededor del 90% del sector de la distribución eléctrica en Cataluña, mientras que Red Eléctrica Española (REE), empresa de participación pública, es la propietaria de la red de alta tensión y única responsable de transportar la energía hasta las redes de los comercializadores, en Cataluña, Endesa. Las redes de Red Eléctrica y las de Endesa-que en breve pasará a manos de la constructora Acciona y la italiana Enel- se conectan en las llamadas subestaciones eléctricas, en una de las cuales se originó el accidente que ha desencadenado el gran apagón en Barcelona. El Gobierno socialista creó REE en 1985 para separar el transporte de energía de su generación y su comercialización, para evitar que la propiedad de la red de alta tensión perjudicase a aquellas empresas que quisieran entrar en el negocio de la comercialización. El de Endesa es un monopolio natural, ya que no tiene sentido construir una nueva red junto a la ya existente. Pero en comercialización, los intentos por plantar cara a Endesa en el mercado eléctrico catalán han resultado poco exitosos: las cuotas de mercados de, por ejemplo, Gas Natural o Factor Energía en este segmento son irrisorias frente al dominio de Endesa. Además, la gasista frenó hace unos meses su ofensiva para captar clientes al no resultarle rentable. El regulador del mercado energético es la Comisión Nacional de la Energía (CNE). El consejo de administración de este ente acordó ayer abrir un expediente informativo sobre el apagón de Barcelona. La CNE ha pedido a Endesa y a Red Eléctrica de España (REE) que le entreguen, en el plazo de diez días, toda la información relevante sobre lo ocurrido. Entre los datos reclamados por el regulador energético figuran el esquema eléctrico de la zona en la que se inició el apagón, el esquema de las subestaciones afectadas y la descripción de los sistemas de protección. Este expediente se suma al abierto por el Gobierno de Cataluña. Fuente: http://www.elpais.com/articulo/cataluna/monopolio/natural/manos/unica/empresa/elpepiespcat/200 70726elpcat_1/Tes

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MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 6

Explicaremos a continuación las principales características del monopolio comparándolas con las del mercado de competencia perfecta. Son las siguientes:  Los monopolistas tienen una función de demanda con pendiente negativa, frente a la función de demanda totalmente horizontal a la que se enfrenta la empresa individual en competencia perfecta. Efectivamente, los monopolistas por definición se enfrentan a la totalidad de la función de demanda y ésta tiene, generalmente, pendiente negativa.  Los monopolios son precio-oferentes, frente a lo que ocurre en los mercados de competencia perfecta, donde las empresas son precio-aceptantes. Como recordaremos, el precio les viene dado a las empresas en la competencia perfecta, pues han de vender todo lo que produzcan al precio de equilibrio, que es el resultado de la intersección de la oferta con la demanda. Los monopolios, sin embargo, pueden fijar el precio al que deseen vender.  La elasticidad-precio de la demanda del monopolista es finita, frente a la elasticidad de la demanda infinita de la empresa que trabaja en un mercado de competencia perfecta. La elasticidad-precio de la demanda era infinita en la competencia perfecta pues la cantidad que podía vender variaba totalmente si el precio que fijaba la empresa se alejaba aunque sólo fuera mínimamente del precio de equilibrio. Así, dado que los bienes que producen las diferentes empresas competitivas son homogéneos, si una empresa decide vender a un precio ligeramente superior al de equilibrio nadie le va a comprar ni una sola unidad de producto, pues cualquier consumidor racional decidirá adquirir esos bienes a cualquier otra empresa de la competencia. En el monopolio, sin embargo, si se decide alterar el precio fijado, la cantidad que los consumidores deseen adquirir se verá reducida o aumentada en una determinada cantidad –que nos indicará la función de demanda-, pero no necesariamente se reducirá totalmente como ocurre en el caso de la competencia perfecta.  Los monopolistas pueden utilizar como variable de ajuste tanto el precio como la cantidad, mientras que en la competencia perfecta sólo pueden utilizar a tal fin las cantidades, pues como hemos recordado los precios les vienen dados. Con una función de demanda con pendiente negativa como a la que se enfrenta un monopolista sabemos que, si fijamos el precio, la cantidad que desearán adquirir los consumidores nos vendrá dada; mientras que si decidimos vender una determinada cantidad de producto, el precio que estarán dispuestos a abonar los consumidores también estará fijado; podemos, en principio, fijar el precio o la cantidad que deseemos, aunque no ambos a la vez.  Para vender una cantidad mayor, un monopolista debe reducir su precio; en competencia perfecta, sin embargo, no ha de hacer nada para conseguirlo, pues puede vender cuanto desee al precio de equilibrio. Esto es consecuencia de lo expuesto anteriormente; al enfrentarse a una función de demanda con pendiente negativa, cantidades mayores van asociadas a precios menores y viceversa.  Para un monopolista, el precio es mayor que el ingreso marginal pues si desea vender más unidades de producto ha de hacerlo a un precio menor, y ese precio menor se aplicará a todas las unidades vendidas, mientras que en la competencia

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MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 7

perfecta ambos son iguales pues las empresas competitivas venden cada unidad adicional siempre al mismo precio; En el cuadro siguiente podemos ver cómo evolucionan los ingresos totales, marginales y medios ante distintos valores del precio. Las dos primeras columnas nos indican que estamos ante una función de demanda con pendiente negativa; si el precio es de 12 euros, nadie deseará adquirir ninguna unidad, pero si el precio va bajando, las cantidades que se desearán comprar van aumentando. La tercera columna nos muestra los ingresos totales. Los ingresos totales son el resultado de multiplicar el precio por la cantidad vendida. A diferencia de lo que ocurría en la competencia perfecta, donde los ingresos totales son una línea recta con pendiente positiva, siempre creciente, en el monopolio tendrá la forma de una parábola invertida, que crecerá hasta un determinado punto –en este caso hasta que las cantidades adquiridas alcanzan las 3 unidades- para decrecer a partir de ese momento. Eso es así porque, como hemos señalado, para vender más, dado que el monopolista se enfrenta a una curva de demanda con pendiente negativa, ha de bajar el precio. Y ese precio menor se aplica a todas las unidades que vende. Esta es también la explicación de la forma que tienen los ingresos marginales, que están en la cuarta columna. Los ingresos marginales son el incremento de ingresos que tenemos por vender una unidad adicional. Los ingresos marginales son decrecientes, a diferencia de lo que ocurre en la competencia perfecta, donde son constantes. En la competencia perfecta se venden todas las unidades al precio de equilibrio, luego dicho precio es equivalente al ingreso marginal. En el monopolio no. Aquí, son decrecientes, y pueden llegar a ser negativos, como vemos en la tabla a partir de la cuarta unidad vendida, pues llega un momento en el que el incremento que obtenemos por vender una unidad más no compensa a la pérdida de ingresos que experimentamos por vender todas las unidades a un precio menor –es necesario vender a un precio menor para poder vender más unidades-. El ingreso medio, que tenemos en la quinta columna, sería el resultado de dividir el ingreso total por la cantidad y ha de coincidir necesariamente con el precio –es decir, con la función de demanda-, pues el ingreso total es el resultado de multiplicar el precio por la cantidad. Figura 6.3: Cálculo del ingreso total, marginal y medio a partir de una función de demanda Precio

Cantidad

Ingreso total

Ingreso marginal

Ingreso medio

12

0

0

-

-

10

1

10

10

10

8

2

16

6

8

6

3

18

2

6

4

4

16

-2

4

2

5

10

-6

2

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MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 8

La representación gráfica de los datos del cuadro anterior sería, aproximadamente, la siguiente: Figura 6.4: Ingresos medios y marginales de un monopolista P 12

Ingreso medio

3

6

Q

I’

 La cantidad producida en el equilibrio en el monopolio es menor que la que se fabrica en la competencia perfecta, como consecuencia de que en situación de monopolio se fija un precio mayor;  En el monopolio no existe función de oferta, pues no se puede establecer una relación biunívoca entre precios y cantidades, sino que hay puntos de oferta, frente a la competencia perfecta donde la función de oferta de la empresa es la curva de costes marginales a partir del mínimo de explotación.

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MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 9

6.3.- FUNCIONAMIENTO DEL MERCADO MONOPOLÍSTICO

El monopolista, como cualquier empresa presente en algún otro tipo de mercado, buscará maximizar beneficios, que son la diferencia entre la totalidad de sus ingresos y de sus costes: B = IT – CT Los ingresos totales serán el resultado de multiplicar, como hemos visto en el ejemplo numérico anterior, el precio –que nos viene dado por la función de demandapor la cantidad que decida producir. Los costes totales en los que incurra serán el resultado de sumar sus costes fijos y sus costes variables. Dado que deseamos maximizar esa función de beneficios, tendremos que derivarla respecto de la variable de decisión –que en este caso es la cantidad- e igualarla a cero: –

=

=0

La derivada de los ingresos totales son los ingresos marginales; la de los costes totales son los costes marginales, por tanto tendremos: I’ – C’ = 0 I’ = C’ La regla de maximización de beneficios en el monopolio nos dirá, por tanto, que habrá de producir una cantidad tal que sus ingresos marginales se igualen con sus costes marginales. Para entender mejor el funcionamiento del mercado monopolístico vamos a ayudarnos de la representación gráfica del equilibrio en un monopolio. Figura 6.5: Equilibrio de un monopolista P

C’ P*

P = IMe

Q*

Q I’

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MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 10

Obsérvese que si produjera una cantidad inferior a Q*, estaría dejando de ganar beneficios , pues los ingresos por cada unidad producida (los ingresos marginales) son superiores a los costes de cada unidad producida (los costes marginales) a la izquierda de Q*. Del mismo modo, si produjera una cantidad superior a Q*, estaría perdiendo beneficios, pues el coste de producir cada unidad adicional supera al incremento de ingresos que obtenemos con su venta (los costes marginales son mayores que los ingresos marginales a la derecha de Q*). Una vez que conocemos cuál es la cantidad óptima que ha de producir, hemos de saber qué precio están dispuestos a pagar los consumidores por esas unidades. (Gráficamente, consiste en trazar una línea vertical a partir de la cantidad de equilibrio hasta intersecar a la función de demanda. De esta manera obtenemos el precio de equilibrio, P*). En una hipotética situación de competencia perfecta, sin embargo, se seguirían produciendo unidades del producto en cuestión hasta que el coste marginal se igualara con la función de demanda -en competencia perfecta, recordemos, la función de oferta de la empresa es su curva de costes marginales a partir del mínimo de explotación; dado que sólo existe una empresa, la función de oferta del mercado sería dicha función de oferta individual, y buscaríamos el equilibrio en la intersección de la oferta con la demanda-. Por tanto, como ya hemos expresado en este módulo, el precio es mayor y la cantidad es menor en el monopolio respecto de la competencia perfecta. Además, esto genera una ineficiencia; la suma del excedente del consumidor más el excedente del consumidor no es máxima. En efecto, existe un coste social del monopolio. Podemos observar que hay unidades de producto -las comprendidas entre Q*mon y Qcp-, cuyo coste de producción por unidad adicional (es decir, cuyo coste marginal) es menor que el precio que los consumidores están dispuestos a pagar (que viene dado por la función de demanda), y que sin embargo no se producen; el coste social del monopolio es el área sombreada en el gráfico, y representa que la pérdida de excedente del consumidor frente a una hipotética situación de competencia perfecta es mayor que la ganancia de excedente del productor. P

Figura 6.6: Representación gráfica del coste social del monopolio

C’ P*mon P*cp

P = IMe

Q*mon 128 de 152

Qcp I’

Q


MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 11

Un monopolio tendrá beneficios cuando la curva de costes marginales corte con la de costes totales medios para un valor inferior al precio -es decir, a la función de demanda-; si fuese al contrario, el monopolio presentaría pérdidas. Se representan a continuación ambas posibilidades. Sólo en el caso en el que la curva de costes totales medios cortara con la de demanda para un nivel de producción en el que también coincidieran las funciones de ingresos y costes marginales la empresa no tendría ni beneficios ni pérdidas. Figura 6.7: Representación gráfica de los beneficios de un monopolio P CTMe

C’ P

*

BENEFICIO CTMe P = IMe

Q*

Q I’

Figura 6.8: Representación gráfica de un monopolio con pérdidas

CTMe

P CTMe

CTMe

C’

PÉRDIDAS P*

P = IMe

Q*

Q

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I’


MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 12

6.4.- DISCRIMINACIÓN DE PRECIOS EN EL MONOPOLIO En ocasiones ocurre en la dinámica del monopolio –aunque en otros tipos de mercados de competencia imperfecta también puede ocurrir- que se intenta acaparar el máximo posible del excedente del consumidor a través de una práctica que consiste en fijar precios distintos a consumidores diferentes; mediante la práctica que es conocida como discriminación de precios. Supongamos una compañía de transporte terrestre, de autocares por ejemplo, que esté en una situación monopolista para un determinado recorrido. Si fija un precio muy alto, pocos consumidores desearán utilizar sus servicios. Si por el contrario fija precios bajos, tanto los que estaban dispuestos a abonar un precio alto como los que están dispuestos a pagar un precio más asequible querrán utilizarlo. Sin embargo, puede que no le resulte óptima esta última opción pues no está cobrando más que una pequeña cantidad a quienes están dispuestos a pagar un precio mayor. En ese caso, podría optar por ofrecer distintas tarifas. Así, si ha observado que los menores de 20 ó 25 años tienen una menor capacidad adquisitiva, así como los jubilados mayores de 65 años, podría ofrecer a ambos segmentos del mercado un precio asequible. Para el resto, con mayor renta, fijaría la tarifa normal, más alta. De esta forma, conseguiría acercarse al objetivo de hacer que todos paguen lo que verdaderamente están dispuestos a pagar. Además la reventa, en este caso, es controlable mediante la contrastación de la edad pidiendo el carné de identidad o cualquier sustitutivo válido del mismo. Esta práctica de discriminación de precios requiere que se cumplan al menos dos características:  Que el mercado pueda fraccionarse y que se puedan identificar los distintos segmentos de mercado; y  Que no haya posibilidad de reventa entre los miembros de distintos segmentos de mercado a los que se les va a aplicar precios diferentes. Aplicando esta técnica, se fijaría un precio diferente a cada clase de consumidor, buscando que efectivamente paguen lo que realmente están dispuestos a pagar; intentando hacer desaparecer o al menos minimizar el excedente del consumidor. En ocasiones, se establece una tipología de la discriminación de precios, distinguiendo tres posibilidades:  Discriminación de precios de primer grado: la empresa cobra a cada consumidor el precio máximo que está dispuesto a pagar por cada unidad. Es el ejemplo de los regateos en un mercadillo.  Discriminación de precios de segundo grado: la empresa cobra precios distintos a sus clientes en función de la cantidad que compren -normalmente, se cobra menos cuanta mayor cantidad se adquiera-.  Discriminación de precios de tercer grado: la que ya hemos descrito en el ejemplo de la empresa de transporte terrestre; cuando se agrupa a los consumidores en dos o más segmentos de mercado y se les cobra un precio distinto a cada uno de ellos, haciéndolo generalmente en función de su capacidad de pago.

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LA REVENTA, A VECES, ES ARRIESGADA La mayor discriminación de precios posible se puede alcanzar con la reventa de un bien que sea muy apreciado por los demandantes –aun cuando los oferentes no sean monopolistas-, pues con la negociación que se entabla con cada comprador potencial se puede intentar conseguir que cada uno pague lo máximo que esté dispuesto a pagar... aunque este tipo de comportamiento no siempre sale bien. El 12 de mayo de 2010, en Hamburgo, el Atlético de Madrid disputaba –y ganaba- la final de la primera Europa League frente al correoso equipo inglés del Fulham, tras haber dejado en la cuneta a algunos buenos equipos como el Valencia o el Liverpool, entre otros. La fiel parroquia rojiblanca se dispuso a desplazarse hasta tierras germanas como siempre hace con la intención de animar a su equipo, pero apareció un problema: el número de entradas que se puso a la venta en el estadio Vicente Calderón era insuficiente para satisfacer la gran demanda existente. Por otro lado, en Hamburgo cientos de alemanes habían adquirido con meses de antelación las entradas que había puesto a la venta allí la UEFA, con la esperanza de que su equipo llegase a la final, algo que finalmente no ocurrió. Algunos aficionados alemanes vieron entonces un potencial negocio en la reventa de sus entradas, pues había seguidores de los equipos finalistas dispuestos a pagar sumas muy superiores al precio al que las habían adquirido en taquilla –al fin y al cabo, si pagaban por ejemplo 200, 300 ó 400 euros por una entrada cuyo precio era de 50 €, todavía estaban abonando por ella una cantidad de dinero inferior a lo que costaba el vuelo desde Madrid, que rondaba los 500 euros-.

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Algunos seguidores atléticos que no querían correr riesgos cerraron la transacción por internet adquiriendo un bolígrafo o un mechero con el que te regalaban una entrada, pero otros pocos se aventuraron a desplazarse hasta Hamburgo sin entrada esperando conseguirla allí en la reventa. Estos últimos tuvieron suerte. Así, en muchos lugares céntricos de Hamburgo era fácil encontrar a bastantes personas mostrando sin ningún disimulo las entradas que pretendían revender. Y a lo largo del kilométrico camino por en medio de un bosque que hay que recorrer para acceder desde la estación de metro más cercana del estadio hasta éste, se encontraban muchas decenas más. Para los reventas, cada minuto que pasaba según se acercaba la hora de comienzo del partido corría en su contra, y el exceso de oferta tiraba inexorablemente del precio a la baja, hasta tal punto que es más que probable que algunos tuvieran que venderlas a un precio inferior a aquel al que las habían adquirido. Intentar hacer negocio con un bien perecedero es arriesgado –para poco vale una entrada cuando el partido ha acabado, salvo el valor sentimental del recuerdo para los que allí estuvimos disfrutando al ver proclamarse de nuevo campeón a nuestro equipo-. ¡Aúpa Atleti!

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6.5. LA REGULACIÓN DEL MONOPOLIO Dada la ineficiencia que representa el monopolio frente a la competencia perfecta, manifestada en la existencia de ese coste social del monopolio, los gobiernos pueden estar dispuestos a regular los monopolios. La REGULACIÓN DE UN MONOPOLIO es el proceso por medio del cual el gobierno realiza una intervención permanente en un mercado, monopolista en este caso. Básicamente existen tres formas de regular un monopolio:  Mínima: se deja al monopolio producir la cantidad que desee y al precio que considere oportuno, pero se le fija un impuesto para que esa ganancia extraordinaria que obtiene redunde en beneficio de los ciudadanos a través del gasto público. Es importante señalar que ese impuesto ha de ser de cuantía fija. En caso contrario, si fuera dependiente del nivel de producción, la empresa podría tomarlo como un coste marginal más -y no como un coste fijo como deseamos- por lo que su curva de costes marginales se desplazaría paralelamente hacia arriba y tendríamos un nuevo equilibrio para un precio mayor y una cantidad menor, justo lo contrario de lo que sería deseable.  Fijación del precio según la regla del coste medio. En este caso, si se considera que el sector en el que trabaja el monopolio obtiene beneficios extraordinarios, obligándole a fijar un precio que sea igual a los costes medios se le permitiría obtener únicamente beneficios normales. Con esta regla se consigue que la cantidad producida sea mayor, y que el precio de venta sea menor frente al monopolio no regulado.  Fijación del precio según la regla del coste marginal. En este tipo de regulación, se obliga a trabajar al monopolio “como si estuviera en competencia perfecta”. Así, no seguirá el principio de maximización de beneficios del monopolio, ingreso marginal igual al coste marginal, para fijar la cantidad que va a producir, sino que se le obliga a que fije un precio igual a su coste marginal. En este caso, podría ocurrir que la empresa obtuviera pérdidas y que fuera compensada por las mismas. Este tipo de regulación es el que consigue, de los tres expuestos, que la empresa produzca más cantidad y a un menor precio, al hacerlo “como en competencia perfecta”.

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Los tres tipos de regulación expuestos se corresponden, respectivamente, con los puntos A, B y C del gráfico siguiente: Figura 6.9: Distintas posibles regulaciones del monopolio CTMe

P

C’ PA

A

PC PB

C B

P = IMe

QA

QC QB

Q

I’

Encontrará ejercicios resueltos correspondientes a este tema siguiendo estos enlaces: Ejercicios resueltos de monopolio. Ejercicios resueltos de regulación del monopolio.

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MÓDULO 6: EL MONOPOLIO 17

EJERCICIOS NO RESUELTOS

1.- Un monopolista se enfrenta a la función de demanda: P = 27 – 2Q, y se estima que tiene una función de costes totales: CT = Q3 – 10 Q2 + 40Q + 10. Se pide: a) Hallar la cantidad y el precio de equilibrio. b) Calcular el beneficio que obtendrá. c) Representar gráficamente el equilibrio del monopolista.

2.- Un monopolista se enfrenta a la función de demanda: Q = 3000 –

P, y se

estima que tiene una función de costes totales como la siguiente: CT = Q3 – 153 Q2 + 4800Q + 185000. Se pide: a) Hallar la cantidad y el precio de equilibrio. b) Calcular el beneficio que obtendrá. c) Representar gráficamente el equilibrio del monopolista.

3.- Un monopolista se enfrenta a la función de demanda: Qd = 300 – 2P, y se estima que tiene una función de costes totales: CT = Q3 – 10 Q2 + 40Q + 50. Se pide: a) Hallar la cantidad y el precio de equilibrio. b) Calcular el beneficio que obtendrá. c) Representar gráficamente el equilibrio del monopolista.

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4.- El organizador de un concierto en un estadio de fútbol, cuyo aforo máximo es de 80000 personas, se estima que se enfrenta a una función de demanda como la siguiente: Q = 200000 – 1000P. Tiene costes de alquiler del estadio y de pagar a los artistas de 500000 u.m., y unos costes de seguridad de 100000 u.m. a) Indique qué cantidad de entradas deberá poner a la venta y a qué precio las venderá si pretende maximizar beneficios. b) Si se ve obligado a pagar un impuesto de 45 u.m. por cada unidad vendida, calcule qué cantidad deberá poner a la venta y a qué precio las venderá si pretende maximizar beneficios, así como el importe de la recaudación impositiva. c) Represente gráficamente los distintos equilibrios del monopolista.

5.- Un monopolista se enfrenta a una función de demanda: P = 100 – 2Q. Su función de costes totales responde a: CT = 2Q2 + 4Q + 76. a) Indique qué cantidad deberá producir y a qué precio la venderá si pretende maximizar beneficios. b) Calcule qué beneficios obtendrá. c) Calcule el coste social del monopolio. d) Represente gráficamente el equilibrio del monopolio. e) Suponga que se produce una regulación conforme a la regla P = C’. Indique qué precio fijará, qué cantidad producirá y qué beneficio obtendrá. f) Suponga que se produce una regulación conforme a la regla P = CTMe. Indique qué precio fijará, qué cantidad producirá y qué beneficio obtendrá. g) Suponga que se produce una regulación consistente en fijarle un impuesto de 100 u.m. Indique qué precio fijará, qué cantidad producirá y qué beneficio obtendrá.

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MÓDULO 7: OTRAS FORMAS DE COMPETENCIA IMPERFECTA 1

OTRAS FORMAS DE COMPETENCIA IMPERFECTA. En los dos módulos anteriores hemos estudiado dos modelos de mercado extremos respecto al número de oferentes: el monopolio, en el que una sola empresa se enfrenta a la totalidad de la curva de demanda y que tiene total poder de mercado – tanto para fijar precios como cantidades- y la competencia perfecta, en la que la atomización de la producción impide a las numerosas empresas existentes tener ninguna influencia sobre el precio. Sin embargo, en el mundo real observamos que existen con frecuencia otros tipos de mercado que no responden a ninguno de estos dos modelos y que estudiaremos en este módulo: el oligopolio y la competencia monopolística. Enlace a vídeo Módulo 7:

https://www.youtube.com/watch?v=kjIY7twDYBU

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2 MICROECONOMÍA

7.1.- EL OLIGOPOLIO

El oligopolio es un tipo de mercado en el que existen pocas empresas, y por tanto su rasgo principal radica en que existe una interdependencia entre las decisiones que éstas vayan a tomar; tienen que valorar las reacciones de las demás empresas a la hora de adoptar sus propias decisiones. El hecho de que sean pocas las empresas que abastezcan el mercado suele estar propiciado por la existencia de barreras a la entrada, por lo que los beneficios suelen ser altos a largo plazo. Estas barreras pueden tener su origen en la existencia de economías de escala, en el acceso limitado a una determinada tecnología, etc. Pero las empresas de un mercado oligopolístico también pueden tomar posicionamientos estratégicos para disuadir a otras de entrar, por ejemplo, amenazando con inundar el mercado y presionando a la baja sobre los precios, creando un exceso de capacidad de producción, etc. El bien que producen esas distintas empresas es homogéneo, prácticamente idéntico, por lo que los consumidores serán indiferentes entre comprárselo a una empresa u otra. Algunos autores, no obstante, no le dan demasiada importancia al hecho de que el producto esté o no diferenciado, siempre que se cumpla que sólo unas pocas empresas producen la mayor parte o toda la producción total; que exista una alta concentración en el mercado. Se suele medir el grado de concentración del mercado a partir de la proporción de ventas que representan unos pocos y grandes vendedores respecto del total de ventas del mercado o industria. La variable de decisión de la empresa oligopolística puede ser tanto el precio como la cantidad. En función de que sea uno u otra, estudiaremos el modelo de Bertrand o el de Cournot. Puede ocurrir que una empresa, por su importancia en el mercado debido a su volumen o por otros motivos, adopte el papel de líder y que las demás tomen sus decisiones en función de lo que ésta haga; para saber lo que sucederá en ese caso estudiaremos el modelo de Stackelberg. Muy frecuentemente se estudia en la literatura económica el caso que ocurre cuando solamente dos empresas satisfacen la totalidad del mercado: es el duopolio. Del mismo modo que en el comportamiento del consumidor dibujamos las curvas de indiferencia entre dos bienes, de los virtualmente infinitos que existen y extraemos conclusiones aplicables en entornos más complejos, en el oligopolio estudiamos el equilibrio entre dos empresas y extrapolamos conclusiones a la existencia de un número indeterminado mayor. Un modelo de duopolio es el que desarrolló Cournot. Según este modelo, cada empresa debe decidir la cantidad que va a producir. Esta decisión se ha de producir simultáneamente –o, si se produce de forma secuencial, la segunda empresa en tomar su decisión debe desconocer qué es lo que hizo la primera-. Al tomar sus decisiones, cada empresa ha de tener en cuenta lo que crea que vaya a hacer su competidora, pues sabe que el precio de mercado dependerá de la cantidad total que entre ambas vayan a decidir producir.

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MÓDULO 7: OTRAS FORMAS DE COMPETENCIA IMPERFECTA 3

En el modelo de Cournot, cada empresa considera fijo el nivel de producción de su competidora, y en función de ello decide la cantidad que va a producir. Para expresarlo, se elabora una curva de reacción. Una curva de reacción muestra la relación existente entre el nivel de producción maximizador de beneficios para una empresa y la cantidad que cree que producirá la otra empresa. Las curvas de reacción, en el modelo de Cournot, tienen pendiente negativa. Esto es así pues cuanto mayor sea la cantidad que las demás empresas produzcan –o que la otra empresa produzca, en el caso del duopolio-, menor será la cantidad que una empresa pueda producir para maximizar beneficios, puesto que incrementar en exceso la cantidad producida total hará que el precio caiga y por tanto los ingresos y también los beneficios. Alcanzaremos un equilibrio cuando las curvas de reacción de las dos empresas se corten; en ese punto, la cantidad que una empresa produce es óptima dada la que produce la otra, y viceversa. Ese punto, por tanto, cumple los requisitos de un equilibrio de Nash, pues si se encuentran en esa situación nadie tiene incentivos para variar de estrategia. Figura 7.1: Equilibrio del duopolio cuando la variable de decisión es la cantidad Q1 Función de reacción de la empresa nº 2

Equilibrio Función de reacción de la empresa nº 1

Q2

Según el modelo de Stackelberg, una empresa fija el nivel de producción antes que el resto, y éstas conocen lo que hizo la primera. Este modelo también es conocido como el del líder y el seguidor. Dado que la segunda empresa –suponiendo que se trate de un duopolio- decide qué cantidad va a producir sabiendo lo que produjo la primera, esa cantidad que produjo la primera será un dato para ella, una constante, y producirá en función de ello la cantidad que le haga maximizar beneficios. La primera empresa que ha de decidir, a su vez, conoce que la segunda va a actuar de esa manera, por lo que toma su decisión siendo consciente de la manera en que la segunda va a reaccionar. Por tanto, su decisión la tomará teniendo en cuenta la función de reacción de la segunda, sabiendo de qué manera actuará –qué cantidad producirá- la segunda para cada posible nivel de producción suyo. En teoría de juegos esta situación se denominaría un juego dinámico con información perfecta, que se resolvería por inducción hacia atrás. Cuando lo que se decide es la cantidad producida, la primera empresa que realiza su elección tiene ventaja, pues la segunda toma la decisión de la primera como algo inamovible, a lo que ha de acomodarse. Por lo general, como ya hemos

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4 MICROECONOMÍA

señalado anteriormente, la segunda empresa no podrá fijar niveles de producción muy altos, pues esto haría que el precio disminuyese –recordemos que ambas empresas satisfacen una misma función de demanda-, y podría llegar incluso a incurrir en pérdidas. Otro modelo de duopolio posible es el de Bertrand. Según este modelo, las empresas producen un bien homogéneo, y todas las empresas deciden simultáneamente el precio que van a cobrar. La variable de decisión en este modelo, por tanto, es el precio, a diferencia de lo que ocurría en los dos modelos anteriores, en los que lo que se decidía eran las cantidades producidas, y el precio que se cobraba en el mercado era una consecuencia de dichas decisiones. En los ejercicios prácticos que realizaremos nosotros, no obstante, dado que presentan un mayor interés analítico, consideraremos los oligopolios diferenciados en los que los bienes que producen las distintas empresas son altamente sustitutivos pero no perfectamente homogéneos. La resolución en este caso será similar a la de Cournot, pues la decisión de las diferentes empresas se toma de manera simultánea, pero tomando como variable de decisión los precios. Para ello, las empresas considerarán constante el precio que las demás vayan a fijar y decidirán entonces cuál es el precio óptimo por el que deberían optar. El equilibrio en este caso también constituye un equilibrio de Nash, pues en el equilibrio ninguna empresa tiene incentivos individualmente para cambiar su decisión, dada la decisión de las demás. A diferencia de lo que ocurría en el modelo de Cournot, en este caso las curvas de reacción tendrán pendiente positiva. La explicación radica en que cuanto mayor sea el precio que fijen las otras empresas –o la otra empresa en el caso del duopolio- mayor será el que podamos fijar nosotros; o visto en sentido contrario, si las demás empresas fijan un precio más bajo, nosotros también deberemos bajarlo para no perder cuota de mercado. Figura 7.2: Equilibrio del duopolio cuando la variable de decisión son los precios P1

Función de reacción de la empresa nº 2

Función de reacción de la empresa nº 1 Equilibrio

P2

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MÓDULO 7: OTRAS FORMAS DE COMPETENCIA IMPERFECTA 5

7.2.- COLUSIÓN Y COMPETENCIA EN EL OLIGOPOLIO.

En el oligopolio, las empresas pueden actuar ya sea compitiendo entre sí, ya sea poniéndose de acuerdo en alguno de los aspectos relevantes de su funcionamiento, como los precios, etc. Estudiaremos en este punto, por tanto, la colusión y competencia en el oligopolio. Si las empresas se deciden por coludir, se pondrán de acuerdo para fijar precios, cuotas de producción, nivel de gastos publicitarios, etc. En definitiva, formarán un cartel y actuarán como si se tratara de un monopolio. Dado que frecuentemente existen legislaciones a favor de la defensa de la competencia, que pretenden evitar ese tipo de comportamientos, la colusión se puede producir de una forma no explícita sino tácita. Esto es frecuente cuando existe una empresa que ostenta un papel dominante en el mercado, y que fija un precio que es seguido por las demás. Existen distintos factores que favorecen la aparición de comportamientos colusivos en un mercado.  En efecto, si el número de empresas en el mercado no es excesivo, al trabajar en el mismo sector es posible que se conozcan, lo que favorecerá que se alcancen acuerdos.  Igualmente, si producen artículos similares, también es más factible que lleguen a acuerdos acerca de los precios.  Lo mismo ocurre si hay barreras de entrada en el mercado, pues en ese caso no tienen miedo a que otras empresas irrumpan en el mercado.  También favorece la colusión, como argumentamos anteriormente, el hecho de que haya una empresa dominante en el mercado.  La estabilidad del mercado, es decir, si tanto la demanda como los costes no fluctúan mucho, es otro factor que puede inducir al alcance de acuerdos.  Por último, si los métodos de producción y las estructuras de costes de las empresas son similares, todas ellas querrán alterar los precios más o menos al mismo tiempo y en porcentajes más o menos parecidos. En la página siguiente tenemos un ejemplo, de los muchos que podríamos encontrar realizando una revisión de las páginas de economía de la prensa, de una situación en la que al parecer una serie de productores o vendedores han tomado acuerdos enfocados a alterar el precio buscando eludir la competencia, con conductas prohibidas por la Ley de Defensa de la Competencia.

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Competencia multa por subir los precios a los panaderos EP - Sevilla - 22/04/2010

El Consejo de Defensa de la Competencia ha sancionado a las asociaciones provinciales de panaderos de Sevilla y Málaga con multas que suman 77.627 euros por efectuar una recomendación colectiva de subida de precios del pan fresco sin envasar, una conducta prohibida por la Ley de Defensa de la Competencia. Contra la Federación de Fabricantes de Pan de Sevilla y Provincia (Fepan), Competencia emitió una resolución que establece una sanción de 39.067 euros "como consecuencia de que se ha probado la existencia de una recomendación colectiva de fijación en materia de precios". Además, establece otros 6.000 euros de multa por mantener una cláusula "anticompetitiva" en sus estatutos. Competencia insta a la asociación para que se abstenga de realizar la recomendación de fijar precios y elimine la cláusula. En el caso de la Asociación Provincial de Panaderos de Málaga (Apropan), Competencia emitió otra resolución que le sancionaba con 32.560 euros. Tras las inspecciones realizadas por Competencia, el 47% de los establecimientos sevillanos confirmaron que conocían o participaban de alguna práctica "potencialmente ilícita" en la alteración de los precios. Mientras, en Málaga se visitaron unas 23 empresas y el 53% de los establecimientos habían subido el precio del pan tras hacerse públicas las informaciones relativas al alza de los precios. Cada asociación deberá impartir programas formativos en materia de competencia a cargo de expertos y destinados a sus socios durante este año. En caso contrario, serán sancionadas con una multa coercitiva de 600 euros.

Fuente: http://www.elpais.com/articulo/andalucia/Competencia/multa/subir/preci os/panaderos/elpepiespand/20100422elpand_3/Tes

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Del mismo modo que las empresas pueden ponerse de acuerdo y coludir por los motivos que acabamos de señalar, también puede ser que opten por competir entre ellas. De hecho, aunque globalmente las empresas se encuentren mejor en una situación colusiva, siempre tendrán incentivos a romper el acuerdo y bajar el precio que fijen por debajo del acordado, para intentar ganar una mayor cuota de mercado a costa de las demás. Esos comportamientos estratégicos son los que estudia la teoría de juegos, como explicamos anteriormente, así como los distintos modelos teóricos diseñados, como los de Cournot, Stackelberg y Bertrand que hemos descrito. Ante esta situación, las empresas pueden desear un poco de tranquilidad, al menos en lo que hace referencia al nivel de precios. Esto es lo que explica el modelo de la demanda quebrada. Según este modelo, cada oligopolista se enfrenta a una curva de demanda quebrada al precio vigente, por lo que a niveles de precios mayores, la demanda es muy elástica –si una empresa decidiese subir el precio correría el riesgo de perder gran cuota de mercado-, mientras que a precios menores, la demanda es inelástica –por lo que si una empresa decidiera competir con las demás bajando su precio no conseguiría incrementar sustancialmente sus ventas, además de que el resto de empresas también podrían hacerlo para no perder cuota de mercado, llegándose a una situación no deseada por ninguna de ellas-. Por tanto, es previsible una estabilidad en el mercado a los precios vigentes, aun cuando se produjesen modificaciones en los costes marginales de las empresas, como se puede apreciar en el gráfico siguiente. Al estar quebrada la curva de demanda, la curva de ingresos marginales no es continua. Así, los costes de la empresa pueden variar sin que el precio óptimo vaya a ser diferente para la empresa. Figura 7.3: El modelo de demanda quebrada C’’ C’ P

P*

D

I’ Q* 143 de 152

Q


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7.3.- LA COMPETENCIA MONOPOLÍSTICA.

Examinaremos a continuación otro tipo de mercado de competencia imperfecta: la COMPETENCIA MONOPOLÍSTICA, cuyas principales características que podríamos señalar son las siguientes:  A diferencia de lo que ocurre en el oligopolio, en el que son pocas las empresas que existen en un mercado, en la competencia monopolística el número de empresas es bastante elevado. Como consecuencia de ello, todas ellas gozan de una cuota de mercado pequeña, por lo que tendrán poca influencia sobre las demás. En lugar de una gran interdependencia habrá bastante independencia.  Frente a las barreras de muy diverso tipo que como hemos explicado están presentes en buena medida en el origen de los oligopolios, en un mercado de competencia monopolística existe libertad de entrada y salida en el mercado.  Así, si existen pérdidas las empresas pueden abandonar fácilmente el mercado, del mismo modo que otras empresas pueden entrar si se observa la existencia de beneficios.  La característica que define a la competencia monopolística diferenciándola de la competencia perfecta es que el bien no es totalmente homogéneo; existe una cierta diferenciación del producto. El grado de sustituibilidad entre los productos que fabrican unas u otras empresas, aunque es muy alto, no es total.  De esta forma, si una empresa decidiera en un momento dado elevar ligeramente sus precios, esto no le haría perder todos sus clientes; la función de demanda a la que se enfrenten, por tanto, será muy elástica, pero no totalmente elástica como ocurría en el modelo de competencia perfecta.  También ocurre que, a diferencia de lo que vimos en la competencia perfecta, el precio de equilibrio será superior al coste marginal en la competencia monopolística. En efecto, dado que la función de demanda a la que se enfrenta la empresa tiene pendiente negativa, el equilibrio se alcanzará cuando el ingreso marginal –que es menor que el precio, del mismo modo que ocurre en el caso del monopolio-, se iguale con el coste marginal. Lo vemos a continuación en el gráfico siguiente:

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MÓDULO 7: OTRAS FORMAS DE COMPETENCIA IMPERFECTA 9

Figura 7.4: Equilibrio y beneficios de la competencia monopolística P

C’ CTMe

P

*

Beneficios CTMe D

Q*

Q I’

 Dado que en la competencia monopolística existe un cierto poder de mercado, se producirá una pérdida irrecuperable de eficiencia explicable por los mismos motivos del coste social del monopolio, si bien el bienestar de los consumidores no se verá demasiado perjudicado, dado que por lo general el poder de monopolio es pequeño al existir libertad de entrada y salida en el mercado.  En el corto plazo pueden existir beneficios extraordinarios en el mercado, como se ve reflejado en el gráfico adjunto (arriba). Sin embargo, en el largo plazo, estos beneficios extraordinarios tenderán a desaparecer pues nuevas empresas estarían dispuestas a entrar en el mercado para aprovecharlos, como se ve en el gráfico de abajo.  Como podemos observar a continuación en el gráfico correspondiente al largo plazo, la empresa monopolísticamente competitiva tiene un exceso de capacidad, pues su producción es menor que la que minimizaría el coste medio. Aunque, del mismo modo que ocurre en la competencia perfecta, la entrada de empresas reduce los beneficios hasta cero, dado que en la competencia monopolística la función de demanda tiene pendiente negativa, ésta no coincidirá con la de costes medios en su mínimo –algo que sí que ocurre en la competencia perfecta en el largo plazo-.

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Figura 7.5: Exceso de capacidad en el largo plazo de la competencia monopolística

P

C’

CTMe

P*

D

Q*

Q

Exceso de capacidad

I’

Q

7.4.- DIFERENCIACIÓN DEL PRODUCTO, POLÍTICA DE MARCAS Y PUBLICIDAD.

A pesar de que hemos señalado que los beneficios extraordinarios existentes en el mercado de competencia monopolística en el corto plazo tenderán a desaparecer en el largo plazo, en la práctica, los beneficios extraordinarios pueden persistir en el largo plazo, por la existencia de información imperfecta –ausencia de transparencia en el mercado-, por una libertad de entrada en el mercado no total, y que impida que se produzca una mayor competencia, por problemas de indivisibilidades –en los casos en los que el establecimiento de un productor adicional haría que fuese inviable para todas las empresas permanecer en el mercado-, o por la existencia de competencia no basada en los precios, sino en otras posibilidades que estudiaremos en el último apartado de este tema: diferenciación del producto, política de marcas y publicidad. Los mercados oligopolísticos tienen en numerosas ocasiones, como ya hemos indicado, un cierto grado de diferenciación del producto; las cuotas de mercado de las empresas dependerán por tanto no únicamente de los precios, sino también de otras diferencias relativas al diseño, el rendimiento, y la durabilidad del producto de cada una de ellas, o a la localización de los puntos de venta –aun cuando se tratase de un bien homogéneo-. En esos casos, dado que el producto es algo diferente, las empresas tenderán a competir eligiendo los precios en lugar de las cantidades. Algo similar ocurrirá en los mercados de competencia monopolística.

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MÓDULO 7: OTRAS FORMAS DE COMPETENCIA IMPERFECTA 11

Lo que se persigue con las marcas, principalmente, es diferenciar el producto. De esta manera la empresa puede conseguir una fidelidad de los consumidores, y actuar como monopolista de su propio bien, aun cuando existan productos de características muy similares o incluso idénticas en el mercado; el consumidor puede identificar y diferenciar este bien del resto gracias a la marca. En ocasiones, una misma empresa puede tener varias marcas y vender un mismo producto con marcas diferentes y a distintos precios. Con ello, puede realizar una discriminación de precios en la que los consumidores adquieran y paguen un precio lo más cercano posible a su disposición a pagar. El objetivo está claro: apoderarse de la mayor parte posible del excedente del consumidor. La publicidad tiene una serie de cualidades como son las siguientes:  mercado

Da información a los consumidores de los productos existentes en el

Es necesaria para poder introducir productos nuevos

Fomenta la competencia de precios

 Al incrementar el volumen de ventas, puede fomentar la aparición de economías de escala que permitan que a la larga los precios puedan bajar Sin embargo, en ocasiones también se le achacan a la publicidad una serie de inconvenientes: 

Al crear deseos, crea escasez

Fomenta el materialismo

Es costosa; los costes publicitarios requieren un gasto

 la fidelidad.

Puede crear barreras de entrada que limiten la competencia, por efecto de

En efecto, una de las dos cosas que se persigue con la publicidad es aumentar la demanda –conseguir que se desplace hacia la derecha, es decir, vender más-, como vemos en el gráfico siguiente, en el que se puede apreciar que a un mismo nivel de precios la cantidad que desean adquirir los consumidores es mayor. Figura 7.6: Desplazamiento de la demanda como efecto de la publicidad

Px

D’

D x

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12 MICROECONOMÍA

El segundo efecto que se busca es convertir la demanda en más inelástica –por la fidelidad de los consumidores hacia el producto-, de tal modo que aun cuando se produjeran incrementos de precios, como vemos en el gráfico siguiente, la cantidad demandada apenas se vería alterada, y en cualquier caso siempre sería mayor a la existente con la función de demanda original. Figura 7.7: La demanda se vuelve más rígida con la publicidad Px

D’ D x

Concluyendo, hay que señalar que existen muy distintos modelos para explicar el comportamiento de los mercados. Desde la competencia perfecta, pasando por el monopolio, la competencia monopolística y el oligopolio, encontramos toda una variedad de mercados que responden en mayor o menor medida a lo que observamos que sucede en el mundo real. Por ello, es necesario escoger aquel que refleje lo más fielmente posible la realidad del sector estudiado, y por tanto hay que conocer todos estos modelos.

Encontrará ejercicios resueltos correspondientes a este tema siguiendo este enlace: ejercicios resueltos de oligopolios.

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MÓDULO 7: OTRAS FORMAS DE COMPETENCIA IMPERFECTA 13

EJERCICIOS NO RESUELTOS

1.- En el mercado de un determinado bien únicamente hay dos empresas que satisfacen la demanda, tomando la decisión de cuánto producir de manera simultánea. Sus funciones de costes totales responden a la forma: CTi = 400. Se estima que la demanda es: P = 120 – QT Se pide: a)

Calcule la función de pagos o beneficios de cada empresa.

b)

Calcule la función de reacción o de mejor respuesta de cada

empresa. c)

Represente gráficamente el equilibrio del mercado.

d)

Calcule los beneficios que obtendrán ambas empresas en el

equilibrio. Suponga que entra una nueva empresa en el mercado. e)

Calcule el nuevo equilibrio y los beneficios que obtendrán.

Suponga que entran dos empresas más en el mercado, de forma que ya sean cinco. f)

Calcule el nuevo equilibrio y los beneficios que obtendrán. ¿Qué

conclusiones puede extraer analizando los resultados?

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2.- Suponga que en el mercado de un determinado bien existen sólo dos empresas, –se trata por tanto de un duopolio–, cuyas funciones de costes totales responden a la forma: CT1 = 4Q1 + 88 y CT2 = 4Q2 + 44. La función de demanda del bien que producen es P = 100 – 4(Q1 + Q2). Si la empresa nº 1 decide la cantidad que va a producir antes que la empresa nº 2, determine: a) La función de pagos y de reacción de la empresa nº 2 b) La función de pagos de la empresa nº 1 c) La cantidad que producirá cada empresa d) El precio de equilibrio del mercado e) El beneficio que obtendrán cada una de las empresas f) Compare estos beneficios con los que habrían obtenido en el caso de que la decisión hubiese sido simultánea.

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MÓDULO 7: OTRAS FORMAS DE COMPETENCIA IMPERFECTA 15

3.- Considere un mercado en el que cada una de las dos empresas que lo componen por el lado de la oferta actúa como monopolista de su propio producto, si bien la demanda de cada una de ellas se ve afectada tanto por el precio que fije como por el que establezca su competidora. Esto es así porque los bienes que producen tienen un cierto grado de sustituibilidad, aunque no son perfectamente homogéneos. En concreto, la demanda de la empresa nº 1 responde a la forma: Q1 = 24 – 2P1 + P2. Por su parte, la empresa nº 2 tiene una demanda como la siguiente: Q2 = 24 – 2P2 + P1. La variable de decisión de las empresas son los precios, que deciden de manera simultánea. Únicamente tienen costes fijos que ascienden, en ambos casos, a 28 u.m.

a) Calcule la función de pagos o reacción de ambas empresas. b) ¿Qué cantidad producirá cada una de las empresas en el equilibrio? c) ¿Cuáles serán los precios de equilibrio en el mercado? d) Calcule los beneficios que obtendrán ambas empresas en el equilibrio. e) Calcule los precios que fijarán, las cantidades que producirán y los beneficios que obtendrán si la empresa nº 1 toma su decisión de qué precio fijar antes que la empresa nº 2. f) Si de nuevo toman la decisión de qué precio fijar simultáneamente, pero sus estructuras de costes varían pasando a ser: CTi = 2Qi + 68/9, calcule lo que se solicita en los primeros cuatro apartados del ejercicio.

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16 MICROECONOMÍA

4.- Imagine que la función de demanda a la que se enfrenta una empresa tiene dos tramos, de tal forma que si la cantidad que produce es inferior a 50 unidades, la demanda es: P1 = 300 – Q, mientras que para un nivel de producción superior a 50 unidades se estima que es P2 = 400 – 3Q. La función de costes a la que se enfrenta es: CT = 1’5Q2 + 5. a) Calcule el equilibrio y represéntelo gráficamente. b) Suponga ahora que varían los costes totales de la empresa, pasando a ser: CT = 1’5Q2 + 20Q + 5. Calcule de nuevo cuál será el equilibrio, representándolo gráficamente y extrayendo conclusiones de los resultados obtenidos.

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