Al Filo Nov-Dic 2010

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Al Filo, el mundo de los trabajadores. Publicación mensual (ocasional) de información y análisis sobre el mundo del trabajo, los trabajadores, la cultura, los medios de comunicación, las luchas sociales y la política, de los abajo firmantes. Todas las colaboraciones son responsabilidad de su autor, incluso las involuntarias y los anónimos. Se permite la reproducción parcial o total de los contenidos, citando la fuente. Consejo Editorial: Alberto G. Bárcenas, Alfredo Ramírez, Antonio Martínez, Carina Quiroz, Carolina Verduzco, Haydeé Martínez, Héctor Mora, Humberto Montes de Oca, José Luis Govea, José Manuel Pérez Vázquez, Leonardo Sánchez, Miguel Angel Lara, Miguel Chavesti, Oscar Guzmán, Pedro Martínez, Ramón Félix, Raúl Alvarez, Ricardo Martínez, Rodolfo Bernal, Víctor Palacio. Colaboradores: todos los que se dejen. Comisión editorial: Ricardo Martínez, Héctor Mora, Antonio Martínez.

Las Alianzas Perversas; Héctor Mora Zebadúa

1

Estados Unidos: Crisis, Estancamiento y Capital Financiero; Víctor H. Palacio Muñoz

4

La Guerra por el Narco; Martín Trinidad

6

La Carta que LA JORNADA no quiso Publicar;

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Educación y Neoliberalismo; Fidel Beldares Hernández 10 Caín; Oscar Guzmán González

11

Diez Años de Gobierno Perredista en la Ciudad ha Significado Corrupción, Ineptitud e Injusticia Laboral; José de León Azúa 15 Cada quien su Antonio; José Luís Govea

17

Mi amigo el Sol Negro Héctor Mora Zebadúa

17

Los centenarios Celso Tzontecomani

20

El Libro de Marina Jaime Ortiz Álvarez

22

Coordinación: Héctor Mora Zebadúa. Diseño y formación: Carina Quiroz, Oscar "Vallejo". Coordinación de reporteros: Ricardo Martínez

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Héctor Mora Zebadúa* uando a principios de año escuché sobre una alianza entre el PAN y el PRD me sentí desconcertado, como todos lectores de periódicos y escuchadores noticias. ¿Cómo era posible? que el PRD y el PAN pudieran unirse, ¿para qué?, me pregunte; estos ¿qué se traen? Ante lo absurdo que parecía la propuesta especulé si ¿no sería que con ese propósito Calderón mandó imponer a Jesús Ortega en la presidencia del PRD? Me rehusé a creerlo por ser algo demasiado futurista e inteligente (aunque malévolo) para una persona que ha mostrado tan palmariamente sus limitaciones como Calderón. Pasaron los días y gracias a los priístas comencé a entender qué sucedía. Los principales personeros del PRI salieron a hacer declaraciones histéricas y arrebatadas contra la alianza. Eso fue la clave: si al PRI la idea de la alianza lo ponía loco, fuera de sí, entonces la alianza no podía ser tan mala, pensé. Además, la alianza (de ser posible) sería el único obstáculo para el regreso del PRI a la presidencia. Recordé que si Maquío hubiera declinado en favor de Cárdenas en 1988 habría sido imposible el fraude mediante el cual el priísmo impuso a Carlos Salinas en la presidencia. Porque hay que decirle a los jóvenes y a los desmemoriados que luego del fraude contra Cárdenas, un elemento central del debate, que no escandalizaba a las buenas conciencias, era la necesidad de lograr la unidad de todas las oposiciones contra el partido de Estado, para abrir paso a la democracia y la alternancia. Pero el PAN traicionó al pueblo y prefirió aliarse con el enemigo, el partido de Estado que en años recientes le había robado varias elecciones. La traición del PAN fue orquestada por el grupo de Luis H.

Álvarez, en el cual un aperador destacado fue Diego Fernández de Ceballos. Convirtieron al PAN en una sucursal del PRI e impusieron a toda costa la derrota del PRD y la alianza con el PRI. Desde entonces el odio, justificado y comprensible, de las izquierdas al PAN fue creciendo y sustituyendo la discreta y pudorosa admiración que le profesaban por su lucha ciudadana y su resistencia pacífica (a veces no tanto) contra los fraudes electorales. También hay que recordar que Calderón logró su candidatura a la presidencia venciendo al grupo salinista del PAN y al Yunke (representados por Fernández de Ceballos los primeros y por Manuel Espino los segundos), cuyo candidato era Santigo Creel. No olvidar que esas fuerzas abandonaros a Calderón a su suerte al inicio de la campaña, para cobijarlo posteriormente imponiendo condiciones y sólo porque de otro modo habría sido imposible evitar el triunfo electoral de López Obrador. Tampoco hay que olvidar el virulento enfrentamiento que tuvo Calderón al final de 2009 con los grandes capitales del país, acusándolos ante la nación de no pagar impuestos. Los empresarios lanzaron a sus perros priístas a morder el cuello de Calderón en respuesta a la pretensión del enanín de hacerlos pagar impuestos, con el propósito de tener recursos para pagar la guerra contra el narco y hacer clientelismo. Pero los empresarios estaban cansados: pagaron la campaña de linchamiento contra AMLO, avalaron el fraude y apoyaron el gobierno de Calderón, pero este salió muy incompetente y hasta los más ricos fueron victimas del crimen organizado, la economía del país paso de mal a peor y para colmo pretendía hacerlos pagar impuestos: ¡está pendejo!,

dijeron a coro y lanzaron a los mercenarios de siempre a hacer lo que más les gusta, mover la colita a la vos del amo y morder a los enemigos del gran capital. Poco después comenzó a hablarse de la alianza. Los priístas salieron a despotricar, directamente y a través de los merolicos de los noticieros, contra las alianzas perversas y pragmáticas (ellos, los campeones del pragmatismo más desvergonzado escupiendo al cielo). Acusaban que una alianza entre derecha e izquierda era antinatural, era como mezclar agua y aceite (que con el apropiado aditivo pueden mezclarse perfectamente y dan por resultado una emulsión, que suelen ser hermosas, útiles y hasta sabrosas). Tal alianza sería, gritaban, solo por buscar el poder (¿hay de otras?). Estaban tan descompuestos que hasta hablaron de traición al electorado, al país, a la historia, a los fundadores de los partidos embadurnados y hasta a ellos, a los priístas, que si de algo saben y han practicado con singular descaro es la traición. Eso fue la prueba final, cuando hablaron de traición y el guaperrimo y hasta entonces inmaculado candidato, predeclarado vencedor por obra y gracia de Televisa, salió a decir que el gobierno panista y él, el gobernador del Estado de México, había firmado un acuerdo que prohibía a los panistas hacer alianzas que pusieran en peligro los triunfos priístas, a cambios de que los diputetes priístas aprobaran cuanta pendejada se le ocurriera a Calderón. Así de apanicado con la idea de una alianza de sus enemigos estaba el supuestamente invencible y todo poderoso PRI (¡ande cabrón, ya se vio dónde le duele, puñal!). Luego se aclaró que el firmante era el PAN y no el gobierno. Pero su presidente dijo que se rompía el acuerdo dada la fea


actitud de los priístas en el Congreso de la Unión. En un país democrático este escándalo habría derivado en grave crisis política, porque eso de negociar a futuro los votos para vetar a una fuerza política, es decir, a un sector de los electores, es algo más que simplemente bajo y sucio. Pero en México el asunto quedó en simple escándalo mediático, en chisme vulgar y tan tan. Por fin se unirán las oposiciones para derrotar al verdadero enemigo del país, pensé. Lo malo es que estén a la cabeza Calderón por un lado y los chuchos por el otro, agregué muy

agudo. Pero esto es lo que desde hace 20 años le hacía falta al país. Luego del escándalo se habló más y más de la alianza, con la que para ese momento yo ya simpatizaba. Se dijo que eran contra el gobernador de Oaxaca, ¡excelente!, grite. Que también contra el asqueroso Mario Marín de Puebla, ¡Chingón!, exclame. Que lo mismo se aplicaría para el estado de Hidalgo. No pude más y cante ¡Albricias pastores! En Durango y Sinaloa la cosa era por el estilo. Si de derrotar al PRI se trataba me daba igual el candidato, porque qué puede ser más malo que Mario Marín o Ulises

Ruiz o qué puede ser peor que el cacicazgo eterno y asesino del PRI en Hidalgo, etc. Pero mientras yo era feliz, AMLO decía de la alianza casi lo mismo que los priístas y en plan de perdonavidas aceptó la antinatural alianza en Oaxaca. No me extrañó la actitud de AMLO porque era lógica y previsible pues si las alianzas malvadas se llevaban a la práctica y tenían éxito en Oaxaca, Puebla, Hidalgo, Sinaloa y Durango, sería inevitable que se intentara repetir la receta en el Estado de México en 2011 y para la presidencia en 2012. Para este último caso, la única manera de que los perredistas aceptarán ir juntos con el PAN sería que el candidato no fuera un panista y menos uno radical, por lo que Espino y sus yunkistas quedarían descartados y lo mismo se aplicaría para los salinistas, foxistas (si los hubiera) y los calderonistas. Asimismo, para que los panistas aceptaran una alianza con el PRD el candidato no podría ser perredista y menos de los radicales, por lo que AMLO y todos los demás estaría descartados por definición. En otras palabras, el éxito de la alianza PAN-PRD a nivel estatal haría ineludible la alianza por la presidencia y para ello deberían eliminarse los extremos de ambos partidos. Lo que haría posible un gobierno encabezado por un ciudadano o ciudadana independiente, pero acotado y protegido por los dos partidos. El programa de gobierno debería ser negociado y responder a intereses más amplios que los del PAN o que los del PRD. Lo cual, como les encanta decir a los compas de izquierda, no es garantía de nada. Pero cualquier otra cosa tampoco. Aquí el chiste es que se abren posibilidades. Lamentablemente AMLO no acepta o no reconoce esta oportunidad y prefiere dejar la cancha a lo peor del PRD, los chuchos, que gozan el mayor de sus éxitos, pero solo por casualidad y porque sus rivales dejaron el partido. Los resultados fueron contundentes, el PRI apenas se sostuvo, fraude mediante, en Hidalgo al enfrentar un PAN debilucho acompañado por un PRD pequeñin, pero que contaban con una candidata como mandada a hacer: mujer, indígena, empresaria, valiente, echada pa’delante, mal hablada e inteligente. En Puebla Mario Marín perdió y en Oaxaca Ulises Ruiz


también. Con otro fraude el PRI agoniza en Durango. La noche de las elecciones ratificó mis certezas y eliminó toda sombra de duda. Ver a todos los voceros de Salinas Pliego, de Azcárraga, de Vázquez Raña y demás fauna de esa calaña, echar espuma por la boca, hacer toda suerte de maromas discursivas, torcer la realidad y romperle la columna a la lógica, me hizo pensar: si esto pone tan mal a los dueños del dinero no puede ser malo, aunque los chuchos y Calderón estén ahí al asecho, tratando salvar sus inmundas saleas. Sería de tontos no intentar repetir la receta contra el guapito canalla y en 2012. Pero los priístas y sus voceros en los medios no paran de descalificar y denostar una posible alianza; los salinistas del PAN hacen todo lo posible por recuperar el control del partido y evitar que los malditos ciudadanos se atrevan a dañar a su alma mater, el PRI. El yunke y Espino también andan tratando de volver a asaltar la dirección del PAN. Por su parte, AMLO y su movimiento ya decretaron que el sólo hablar de alianzas e incluso pensar en ellas en la intimidad de baño o del propio cerebro es una traición de la más baja ralea, una herejía de las más peores. Pero no les incomoda, su relación con el PT (partido creado por el salinismo para quitar votos al PRD); tampoco les irrita haber entregado la Ciudad de México al exsalinista, Marcelo Ebrard, ni poner al mando del frente al exsalinista (nunca arrepentido) Manuel Camacho. Así las cosas, la alianza tiene muchos enemigos, pero una gran amiga, la realidad, que como decía un viejo camarada, es más necia que nosotros. Es necesario, urgente, para México deshacerse del PRI (eliminarlo como estructura político-delincuencial) porque nos mal gobernó durante 70 años, desarrolló e impuso una cultura política basada en el cinismo y la corrupción, destrozó y malbarató los recursos naturales del país, traicionó al pueblo y al proyecto emanado de la Revolución (plasmado en la Constitución del 17) en incontables ocasiones, privatizó servicios y empresas estratégicas y muchos, muchos etcéteras. Todo ello a cambio de estabilidad y paz social, que fueron más aparentes que reales y se construyeron sobre la base de la

represión, la sobreexplotación de campesinos y obreros y la corrupción generalizada de la sociedad. Por ello, debería quedarnos claro a todos que en términos políticos el enemigo principal de los mexicanos y en especial de la clase trabajadora es el PRI. Si es necesario aliarse incluso al PAN para desmantelar el poder priísta entidad por entidad e impedir su regreso a Los Pinos, hay que hacerlo. Tenemos muchas razones para odiar al PAN y más para detestar y despreciar a Calderón, pero los panistas son sólo émulos de los priístas, sus gobiernos se han limitado a imitar al PRI, hacer lo mismo, continuar sus políticas. Las estructuras de poder, los poderes fácticos, el corporativismo (sindical y social), la descomposición de las instituciones, la ausencia de democracia en el país, la subordinación de los intereses nacionales a los de los empresarios y a los de la delincuencia organizada, siguen como bajo el priato. Las políticas económicas y sociales de los panistas son idénticas a las de sus antecesores. Pero cuando las buenas conciencias se desgarran las vestiduras frente a la antinatural alianza entre PRD y PAN para derrotar al PRI, olvidan (seguramente por la pación que ofusca las mentes) hacer una análisis de los programas de los partidos y de las acciones de los gobiernos, para ubicarlos en la relativa y laxa geometría política. Poco o nada se discute sobre los actos y programas de los partidos. Es mentira que el PAN este a la derecha del PRI, que el PRD este a la izquierda y que el PRI sea el centro político. Esas son posiciones relativas que dependen de los programas de los partidos y de las políticas que desarrollan cuando son gobierno. Por ello, hay que aclarar que es falso que el PAN este a la derecha del PRI, ni por sus actos ni por su programa. Desde hace casi 30 años hacen y dicen lo mismo. Los gobiernos panistas no han sido más derechistas que los priístas, salvo por temas más o menos secundarios como las minifaldas, el aborto, la homosexualidad, etc. Pero, por ejemplo, las reformas al IMSS, a la Ley del ISSSTE, el despido masivo de electricistas, eran planes de la gran burguesía que el PRI pospuso y le tocó concretar a los panistas. El PAN hace y dice lo mismo que el PRI, pero no es lo mismo: su estructura

y su presencia social son mucho menores. El corazón de la descomposición política se encuentra en el PRI. Eliminar al PAN no acaba con la rabia, pero desintegrar al PRI ayudará mucho más a sanar al país. También es falso, con perdón de amigos y camaradas, que PRD este a la izquierda del PRI y del PAN, porque ha reducido el programa histórico de la izquierda a su mínima expresión. La justicia social y la eliminación o moderación de la explotación de los trabajadores se han olvidado por completo y su lugar lo toman los programas sociales de ayuda a los pobres, es decir, programas de limosna, de caridad. Y esta, aunque duela, es una de las más destacadas políticas neoliberales. Aclaremos, no esta mal que la gente más necesitada reciba ayuda. Lo que esta muy mal es que a eso se limite la acción y el programa de un partido de izquierda. Explicaciones y pretextos hay muchos, pero el hecho es que la diferencia entre PRI, PAN y PRD, en términos de programa y de políticas de gobierno, se queda en el nombre de los programas para la limosna, en el presupuesto destinado a ellos y en a quienes se beneficia. A la hora del debate político el PRD culpa de la pobreza al modelo neoliberal, el PRI a la ineficiencia del gobierno y el PAN dice lo mismo que decía el PRI cuando tenía el gobierno federal: que la pobreza es un mal inevitable, mundial y responsabilidad de la economía mundial, pero que gracias a ellos cada día es menor. Así pues, una alianza entre PRD y PAN no es una alianza entre socialistas y democratacristianos, es un acuerdo electoral entre dos estructuras que representan matices (significativos) en un mundo hegemonizado por el ideario empresarial. Por lo que no hay por qué tirarse al piso. Pero si la separación ideológica y política fuera abismal, tampoco habría que desdeñar la posibilidad derrotar al cáncer priísta y de paso reducir la polarización política de nuestro país. Una alianza entre PAN y PRD obligaría a sus simpatizantes a ser tolerantes y a buscar puntos de acuerdo y contribuiría reducir la tensión social, para resolver los problemas. * Sindicalista. Profesor en el CCH Vallejo.


Víctor H. Palacio Muñoz* Producto interno bruto e inversión El comportamiento de la economía de los Estados Unidos de América (EUA) es notoriamente delicado: la tasa media de crecimiento trimestral (TMCT) del PIB entre el primer trimestre de 2006 (cuando inicia la declinación económica) y el segundo de 2010 fue de -0.2%; y la TMCT a partir de la constatación de la crisis (primer trimestre de 2008) al primer semestre de 2010 llegó a -0.4% (BEA, 2010). Esto es, la economía norteamericana lleva cuatro años debatiéndose entre la crisis y el estancamiento económico. La acumulación de capital está permanentemente en números rojos a partir del 2006, llegando al -35.4% en el primer trimestre de 2009. Esto dio como resultado una TMCT de -3.9% de 2006 al segundo trimestre de 2010; y una tasa trimestral promedio de -7.1% en los años de crisis de 2008 hasta 2010. La situación evidencia que la economía de EUA está lejos de la recuperación y su tendencia clara es hacia la crisis y, en el mejor de los casos, hacia el estancamiento. Para que la inversión pueda llevarse a cabo se requiere de diversas fuentes de financiamiento. En el caso de la economía de EUA es importante resaltar que el origen del capital tiene cinco fuentes principales: la reinversión, los préstamos, el ahorro de los capitalistas, el ahorro gubernamental y el ahorro de la población. El ahorro privado neto llega al 26% en 2010, siendo la segunda fuente de financiamiento la reinversión de capitales o ganancias no distribuidas que se mantiene fluctuando entre un 35% y 42%, el ahorro personal anda del 20 al 29%, el ahorro del gobierno no es significativo; en cambio, el de hogares e instituciones se vuelve fundamental ya que anda en el orden del 40%. Es decir, las empresas se financian en menos del 50% con recursos propios y lo demás es transferido por la población y algunas instituciones privadas y sociales. Finalmente, para que el proceso de acumulación pueda concretarse, se requiere una

empresas en iniciar un proceso de recuperación fueron las que trabajan en este sector, ellas son las que crecen más aprisa que las empresas productivas.

tasa de acumulación que permita generar los satisfactores que la sociedad demanda. En los EUA esta tasa ha sido muy baja: en 2006 llegaba a casi el 18% (inversión dividida entre el PIB); en el cuarto trimestre de 2008 estuvo en 13.4%; teniendo su momento más bajo hacia junio de 2009 con 11%; en el segundo trimestre de 2010 se encuentra en 12.7%, un punto por arriba de principios de 2009. Esto es, se presenta un estancamiento en la inversión, lo cual ha aletargado la recuperación del país vecino.

Ganancias empresariales Los capitalistas, productivos o improductivos, especuladores o no especuladores, ellos trabajan por conservar un alto nivel en sus ganancias. La masa de ganancia generada en empresas no financieras y en empresas financieras indica que en 2009 las empresas no financieras cayeron 2.7%, en tanto las financieras crecieron 18.7%; para 2010 las tasas de crecimiento fueron 31.4% y 34.9%, respectivamente. Es interesante este punto ya que indica que si la crisis fue financiera, las primeras

Productividad, costos en la fuerza de trabajo y desempleo Lo que hace posible que las ganancias crezcan más rápido que los salarios es la diferencia existente entre la productividad por trabajador y el costo unitario de la mano de obra. El índice de costos unitarios de la mano de obra tiene una tendencia decreciente, creció 3% en 2006 y anda en -1% en 2010, en tanto que la productividad por trabajador va creciendo de 4 a 10% en los mismos años. Los costos de la crisis recaen sobre la clase trabajadora: se invierte menos en ella, sus aumentos salariales son exiguos, pero aumenta su productividad. La tasa de desempleo que ya está rondando el 10% evidencia también quiénes son los paganos de esta crisis. La tasa de interés Si se relacionan los intereses pagados por las empresas no financieras con las ganancias obtenidas después del pago de impuestos de estas mismas empresas, se obtiene la proporción de los intereses en las ganancias y, por ende, la


cantidad que se lleva el capital financiero de las empresas productivas. Así, en 2005 los intereses pagados constituían el 28.2% de las ganancias; en 2006, 26.6%; en 2007, el 41.6%; para 2008, 51.1%; hacia 2009, 54.3% (BEA y ERP, 2010). Esto es, de las ganancias generadas (después del pago de impuestos), las empresas no financieras han pagado de intereses al capital financiero más del 50%. El papel del capital de préstamo Veamos la importancia del capital de préstamo en la sociedad estadounidense y cuál es el papel que representan en el total del PIB. Después de llegar a niveles del 30% como porcentaje del PIB antes de la crisis, el capital de préstamo cayó al -4% en 2009 y cerca de -1% en 2010 (FRS, 2010). Repárese en el comportamiento del capital de préstamo por sectores. Aquí resulta evidente que las empresas financieras son las que más acuden a los préstamos (más del 30% del total), seguidas de los hogares (20%) y de las empresas productivas (25%). Esto es importante porque pone de relieve al sector del capital hegemónico de la economía norteamericana, el capital financiero. La cuestión del endeudamiento La economía de EUA ha tenido como un propulsor importante a la deuda pública. Es tan relevante su presencia que significa varias veces el PIB de ese país. La deuda pública y privada representó 3.26 veces del PIB en 2005, 3.64 en 2008, para ubicarse en 5.04 veces en el primer trimestre de 2010 (dato anualizado). Puede decirse que la deuda pública, por sí misma, no significa un problema acuciante, la dificultad estriba cuando se precisa hacia dónde se dirige esa deuda, cómo es aplicada y cuáles son los sectores económicos beneficiados de la misma. Es muy importante esclarecer que antes de la crisis, durante ella y en estos momentos, dos han sido las secciones hacia donde se ha orientado la deuda: las empresas financieras y los hogares. Pese al fenómeno de

las hipotecas subprime, la población norteamericana ha continuado con una tendencia permanente al endeudamiento. Así, los hogares del vecino país tienen una participación en el total de la deuda en un porcentaje que varía del 25% al 47%; en tanto que las empresas financieras acuden a la deuda entre un 20% y un 32% (FRS, 2010). Capital de préstamo y productivo El capital de préstamo es superior al capital productivo (en 2006 el primero equivalía al 30% del PIB, en tanto que el productivo significaba 18%); pero en 2010 el capital de préstamo quedó casi en cero por ciento y el productivo en alrededor del 12%, como efecto de la crisis. Si se quiere ser más claro, obsérvese el camino seguido por la economía productiva, en este caso representada por el conjunto del PIB, y el índice del Dow Jones: el PIB crecía entre 5 y 6% en 2006, misma tasa que el índice del Dow Jones; para llegar a un crecimiento cercano al 3% en 2010 para el PIB y 8% para el Dow Jones. Finanzas públicas y déficit gubernamental Es importante darse cuenta del peso de las finanzas gubernamentales en la economía norteamericana, toda vez que conjuntamente con ella se encuentra el déficit del gobierno, el cual ejerce presión sobre las tasas de interés. El gasto del gobierno representó 36% del PIB en 2006, subiendo a 41.6% en lo que va de 2010 (OCDE, 2010). Por su parte, los ingresos gubernamentales tenían un nivel de 33.8% del PIB en el primer año, pasando a 30.9% en 2010 (ibid.). O sea, la injerencia del Estado en la economía de los EUA, dogmas teóricos al margen, es significativa. Pero no sólo eso, también debe destacarse que el gasto público, en épocas de crisis sigue siendo importante ya que es uno de los recursos que permiten a los gobiernos paliar un poco los efectos de la crisis. Ahora bien, el balance financiero gubernamental pasó de un déficit del -2.2% del PIB en 2006, a un alarmante -10.7%

en 2010 (ibid.). Esto embona a la perfección con la situación de crisis por la que atraviesa la economía de ese país, en donde es evidente que el gasto está creciendo más rápido que los ingresos y esto deviene en déficit. Un déficit de casi 11% del PIB profundiza el nivel de la deuda pública de ese país. De esta manera, tenemos que los pasivos financieros del gobierno eran del orden de 61.9% del PIB en 2006, para quedar en 89.6% en lo que va de 2010 (ibid.). Esta deuda obliga a que el gobierno pague por concepto de intereses el equivalente al 1.8% del PIB en 2006, y 1.9% en 2010 (ibid.). Estados Unidos atraviesa por una crisis de gran envergadura que abarca tanto la economía productiva como las finanzas del gobierno. El hecho de que la administración de Obama deba casi 90 centavos de lo que genera en su PIB, habla de una situación de insolvencia económica seria, sobre todo si se recuerda que las actividades prioritarias en la economía norteamericana no son productivas y que la especulación ocupa un papel preponderante. Dice Hansen que si los gastos públicos, además de ser creadores de utilidad, eficacia productiva e ingresos, pueden dar empleo y generar ingresos (Hansen, 1973), entonces el nivel de vida de la población puede mejorar. Sin embargo, lo que se advierte en la estructura pública del gasto es que las dos terceras partes se dedican a la función de recursos humanos (educación, formación, empleo, servicios sociales, salud, seguridad social y pago a veteranos de guerra); un 17% a defensa; 4% a recursos físicos (energía, recursos naturales y medio ambiente, créditos a vivienda, transporte, comunidad y desarrollo regional); alrededor del 10% al pago de intereses sobre la deuda; y un 4% a otras funciones (asuntos internacionales, ciencia y tecnología, investigación espacial, agricultura y administración pública) (usgovernment, 2010). Esto habla de una organización del gasto que redistribuye el ingreso, desembolsa cantidades importantes en “defenderse”, eroga para el

pago de intereses y dedica poco recurso a actividades productivas. El sector externo Estados Unidos se ha vuelto un país importador, dependiente de lo que sus socios comerciales le vendan. Esta es una tendencia que se ha venido acrecentando con el paso de los años. El saldo de la balanza comercial de EUA es deficitario, llegando a poco más de 200 mil millones de dólares (MMD) en 2006, para pasar a poco más de 100 MMD en 2010. Ante una situación de esta naturaleza, la opción por la Inversión Extranjera Directa (IED) en los Estados Unidos se ve como posibilidad para paliar de alguna manera la insuficiencia de capitales al interior de ese país. EUA se ha convertido en un importador neto de capitales; ha devenido en receptor de capitales que se dirigen tanto a la esfera productiva como a la especulación (inversión en cartera). Asimismo, este crecimiento de la IED ha convertido a EUA en un país dependiente financieramente del resto del mundo. Por último, EUA se ha convertido en un país que transfiere cantidades importantes al resto del mundo. En lo que va del 2010, se han mandado casi 120 billones de dólares al exterior por concepto de transferencias (FRS, 2010).

BIBLIOGRAFÍA 1. BEA, , consultado en septiembre de 2010. 2. Economic Report of the President, Washington, febrero de 2010. 3. FRS, , consultado en octubre de 2010. 4. Hansen, Alan, Política fiscal y ciclo económico, ed. FCE, México, 1973. 5. OCDE, www.oecd.org consultado en septiembre de 2010. 6. usgovernment, página e l e c t r ó n i c a , c o n s u l ta d a e n septiembre de 2010.

* Profesor-investigador del CIESTAAM de la Universidad Autónoma Chapingo. Investigador nacional.


Martín Trinidad* n cuanto Calderón llegó a la presidencia de la república, sabedor de que carece de la simpatía del pueblo, que su administración es ilegítima, casi ilegal y políticamente débil, imitando a George W Bush se inventó “un enemigo externo”, con el propósito de unificar a los mexicanos en torno a su gobierno. El enemigo de Bush fue una abstracción: el terrorismo internacional. El enemigo de Calderón también es abstracto, intangible: el narcotráfico. Desde los primeros días de su gobierno Calderón centró su atención y la del público en la guerra que él y sólo él le declaró al narcotráfico. Y empezó la masacre. Todos los días se informa de decenas de asesinatos (ajusticiamientos le gusta llamarlos la PGR) que practican las bandas dedicadas al tráfico de drogas. Es extraño que si el gobierno de Calderón moviliza por todo el país a ejército, marina y policía federal, para hacer la guerra a las bandas del narcotráfico, la inmensa mayoría de las muerte se deban a enfrentamientos entre narcos y a ajusticiamientos entre ellos; muy pocos son los caídos en enfrentamientos entre las fuerzas armadas nacionales y las pandillas de narcotraficantes. Es igualmente extraño que el conjunto de las fuerzas armadas del Estado Mexicano en cuatro años no hayan logrado derrotar y exterminar a una cuantas bandas de delincuentes. Hace poco Calderón tuvo un arrebato de pudor y decidió cambiar el término guerra por el de lucha, que se oye menos bélico y más civil. Más de 33 mil muertos (casi todos civiles y menores de 30 años) le ha costado al país la fracasada guerra con la que Calderón busca legitimidad. Para dar la apariencia de que gobierna e intentando pasar a la historia como algo más que un mediocre usurpador, Calderón propicia un baño de sangre que, de manera complementaria, le ha servido al gobierno para justificar miles de homicidios que no son investigados ni castigados con el pretexto de que se trata de ajusticiamientos entre narcotraficantes. Tan escandalosa es la omisión gubernamental que los mismos narcos hacen sus investigaciones, graban sus interrogatorios y los suben a youtube, con la esperanza de convencer al pueblo y al gobierno de que ellos no fueron los autores de tal o cual masacre sino sus competidores, porque esos cabrones si son

sanguinarios. La guerra de Calderón es una farsa: las fuerzas armadas apenas han encontrado y asesinado a media docena de capos de segundo nivel (¿Cuáles serán las razones por las que los narcos no se rinden para vender información al gobierno?, ¿Por qué la marina no les da esa oportunidad y prefiere liquidarlos?) y casi nunca

se enfrentan con los sicarios (nombre que la PGR y por contagio los medios de comunicación asignan a los adolescentes usados como carne de cañón por los narcos). No hay tal guerra. Pero si no hay guerra, ¿Por qué hay tantos homicidios? Porque, extrañamente, una vez que Calderón declaró la guerra a los narcotraficantes, estos


comenzaron a hacerse la guerra unos a otros de forma cada día más agresiva e irracional. Debería llamar la atención de todo mundo que en cuatro años los jefes narcos no hayan establecido una alianza contra el enemigo común; salvo que sean tontos o no haya enemigo común. El caso es que la guerra real es entre las bandas de narcotraficantes. ¿Por qué hay guerra entre narcos? La respuesta obvia, porque la repite hasta el hartazgo el gobierno de Calderón, es que se disputan las rutas y los territorios para mover la droga. Si ese fuera el caso, por qué en otros países no ocurre igual, por qué esa disputa se da sólo entre mexicanos, por qué los mexicanos no disputan los territorios de la misma forma en los Estados Unidos. Simplemente porque no es cierto. Evaluemos el estado de la guerra entre narcos. Los jefes del narco y sus huestes están atrapados en una guerra absurda pues cada uno tenía y mantiene básicamente su territorio y rutas para meter drogas a los EU. Se dice que uno de los pleitos comenzó porque un grupo piensa que uno de sus jefes fue entregado por el jefe de otra banda, pero el narco es un negocio, un mega negocio, y en algo tan grande la pasión y la ira no dominan por mucho tiempo. Acaso ¿No sería lo normal que a estas alturas, en lugar de continuar su absurda guerra, los jefes narcos ya hubieran dirimido sus diferencias para dejar fluir el negocio?, ¿De cuándo a acá los narcotraficantes son moralistas, principistas y llevan la venganza y el honor familiar a sus últimas consecuencias?, ¿Los narcos no son personas pragmáticas dominadas por la ambición y, en consecuencia, robar, corromper, violar, matar, usar a los jóvenes como carne de cañón, etc. no les causa mayor remordimiento ni les espanta el sueño? En todas las guerras los ejércitos son integrados por adultos jóvenes. Cuando se prolongan y la disponibilidad de adultos se reduce, se integra a adolescentes e incluso niños a los ejércitos. En la guerra entre narcos los combatientes son cada vez más jóvenes. Esto implica varios problemas: a) la disponibilidad de personal para los combates, para cuidar las rutas y territorios y para el trafico de drogas es cada día menor; b) el recambio de personal incrementa el gasto en capacitación, a la vez que se reduce la proporción del personal con experiencia; c) las guerras prolongadas que se estancan entran en crisis y los actos de terrorismo y los crímenes de

guerra se incrementan, como las matanzas colectivas; d) las guerras entre niños y adolescentes, que se han formado, crecido y educado en la guerra, son más crueles e inhumanas, por carecer de algún freno moral. Ninguno de estos hechos le conviene a las partes en pugna, en este caso los jefes narcos. Aparentemente los capos no se han enterado que la pena de muerte no sirve para reducir el número de delitos. La aplican de manera indiscriminada sin obtener resultado favorable, pues ningún aprendiz de narco dejará de obedecer a su capo por miedo a que lo mate y lo torture la competencia. La pena de muerte que aplican los narcos contra sus rivales los perjudica a ellos mismos, pero no detienen la carnicería. Para solucionar una guerra semejante, los capos de las mafias que contrabandeaba alcohol a los Estados Unidos durante la prohibición en la década de los años 20 del siglo pasado, acordaron los limites de sus territorios, determinaron el cobro de cuotas a pagar cuando una banda necesitara cruzar el territorio de otra o hacer uso de sus rutas, prohibieron agredir a las familias de los miembros de las mafias, prohibieron matar mafiosos sin la autorización expresa de un capo, de manera que los problemas se arreglarían entre jefes. La cuestión es ¿Por qué los narcos mexicanos no han podido resolver sus conflictos? A finales de los años 80 del siglo XX, el gobierno norteamericano decidió eliminar al jefe del trafico de cocaína en Colombia, Pablo Escobar Gaviria, a quién se le considera el mayor asesino de la historia de aquel país, pues se le vincula a la muerte de alrededor de 5, 500 personas. Oficialmente el gobierno norteamericano luchaba contra el tráfico de drogas, en especial intentaba reducir la cantidad de cocaína que entraba a su territorio. Se dijo, entonces, que la mayor parte de la cocaína que llegaba a los EU provenía d e C o l o m b i a ; t r a n s p o r ta d a e introducida por el grupo de Pablo Escobar. El gobierno de Colombia hizo suyo ese discurso y se enfrascó en una guerra a muerte contra el narcotráfico. A la larga los gobiernos de Colombia y de EU ganaron la guerra. Pablo Escobar se entregó a cambio de no ser extraditado y de elegir y controlar su prisión. Avisado de que irían a matarlo a su elegante y cómoda prisión trató de escapar y en el intento fue asesinado. En tanto, la entrada de

cocaína a los EU continuó como siempre, no hubo escasez, no se incrementaron los precios, no hubo compras de pánico y el origen de la droga siguió siendo el mismo: Colombia. Entonces ¿Por qué el gobierno yanqui le declaró la guerra a Pablo Escobar?, ¿Cómo lo derrotaron? El Congreso gringo le declaró la guerra a Pablo Escobar, como consecuencia de que los poderes fácticos del imperio norteamericano decidieron eliminarlo. El hombre rompió las reglas, no escritas pero de acatamiento obligatorio, de toda mafia: 1) serás tolerado y protegido por el Estado a cambio de compartir las ganancias en forma de jugosos sobornos, 2) podrás gozar de todos los placeres e incluso departir ocasionalmente con la alta sociedad, pero serás discreto, te mantendrás en la sombra, sin ostentaciones, 3) no intervendrás en política; no apoyarás, no financiarás y mucho menos serás protagonista; te limitarás a hacer algunos trabajos sucios que se te soliciten, 4) respetaras y no cuestionaras tu posición en la estructura internacional del narcotráfico. Pablo Escobar rompió todas las reglas: hizo escandalosa ostentación de la riqueza que le dio el tráfico de drogas; presumió a gritos que él era el jefe de la mafia; se hacía invitar a fiestas de políticos y empresarios; a cócteles de la alta sociedad y a eventos institucionales; hizo y presumió infinidad de obras de caridad, desde montones de canchas de fútbol hasta un barrio entero con su nombre; se hizo elegir senador suplente a través del partido que financió, “Nuevo Liberalismo” (del que fue expulsado posteriormente; en respuesta mandó a matar a los dos principales dirigentes) e incluso pretendió ser candidato a la presidencia. Por último, intentó penetrar con su organización más allá de lo permitido en el mercado norteamericano, quiso apoderarse de otros eslabones de la cadena de producción y comercialización de las drogas. Pablo Escobar perdió la cabeza, olvido o no comprendió el papel y las limitaciones de los mafiosos, intentó revelarse y hacerse dueño de un negoció que no le pertenecía, del que sólo se le permitía ser socio minoritario por un tiempo, pero que pertenece a los dueños del imperio yanqui. En suma, se volvió loco y quiso salir del drenaje, que es el lugar que corresponde en la sociedad a los mafiosos; aunque se vistan de seda,


coleccionen autos deportivos, hagan grandes mansiones, viajen en gran turismo y compren a las mujeres más hermosas. Cumplen una función, necesaria para el poder y el negocio ilegal, pero deben respetar las reglas o no sirven. Cuando Escobar Gaviria intentó salir del drenaje, en 1983 un periódico, El Espectador, denunció lo que casi todo mundo sabía sobre él. Como consecuencia el Congreso le retiró la inmunidad y el gobierno comenzó a perseguirlo legalmente. Escobar mandó matar al ministro que lo denunció, a excompañeros de partido, al director de El Espectador y a muchos más. Se levantó una campaña internacional de denuncia contra Escobar, se dijo que era el mafioso más malo, rico y poderoso del mundo, responsable de la adicción a la cocaína de los norteamericanos. Mientras Escobar era perseguido y pasaba a la clandestinidad, otras bandas de narcotraficantes, antes subordinadas, crecieron en poder y capacidad de fuego de manera sorprendentemente rápida. Pelearon violentamente al Cartel de Medellín cada centímetro de sus territorios y rutas, es decir, armaron una guerra entre narcos. Escobar nunca logró llegar a un acuerdo con los otros grupos, lo querían fuera del negocio y de preferencia muerto. Esta guerra entre carteles no tardó mucho en debilitar a Escobar, pero aún tuvo fuerza suficiente para negociar su entrega, su prisión y evitar ser extraditado. Desde su reclusión dirigió su organización, pero sus competidores se fortalecían y el se debilitaba hasta el punto en que el gobierno preparó un asalto a su fortaleza-prisión, con el pretexto de transferirlo a otra prisión, pero con el plan secreto de asesinarlo. Lo que finalmente ocurrió. Así, el sistema se deshizo de un narcotraficante que perdió la perspectiva y salvaguardo el gran negocio de envilecer y esclavizar a millones de gringos haciéndolos adictos a la cocaína, una de las drogas más fuertes y adictivas. Todo esto viene a cuento porque eso es precisamente lo que pasa en México. La guerra de Calderón contra el narco es en realidad la guerra de los poderes fácticos yanquis, dueños del negocio del narcotráfico, contra los jefes de las mafias mexicanas, porque estos, al igual que Escobar, perdieron la cordura y rompen las reglas del juego: son muy ostentosos, no son discretos (todo mundo los conoce), pretenden hacerse del poder político, controlan territorios

sustituyendo al gobierno, crean ingobernabilidad y para colmo de males pretenden penetrar y controlar el mercado de drogas ilegales en EU, y eso es pecado mortal. De manera que el propósito no es acabar con el narcotráfico sino eliminar a los cárteles actuales o a sus jefes (por eso prefieren matarlos que juzgarlos), para reemplazarlos por otros más moderados, discretos y sensatos, que entiendan y acepten el papel que se les asigna. Sólo así se entiende por qué las bandas del narco mexicanas se la viven matándose unos a otros de manera irracional (asesinando decenas de adolescentes en fiestas y centros de rehabiitación), inconveniente para ellos e insensata. Están penetrados hasta la médula por agentes gringos que los inducen a pelear hasta aniquilarse, rompiendo la ley de perro no come perro. Quienes ganan en todo esto son los dueños del negocio trasnacional del tráfico de drogas. Solo restan dos comentarios finales. Es alarmante que en toda esta masacre cotidiana, en la que han caído al menos 33 mil mexicanos en menos de cuatro años (en 12 años de guerra civil en El Salvador murieron alrededor de 75, 000 personas), en su totalidad pobres y casi todos jóvenes, las izquierdas mexicanas no tengan el tema de narcotráfico y la guerra como prioridades y que se limiten a criticar al gobierno por su estúpida estrategia, como si los capos de los carteles no tuvieran responsabilidad alguna, como si no usaran de manera cruel e inhumana como carne de cañón a nuestros jóvenes, a los que no damos ni escuela ni trabajo. Nadie parece maliciar nada respecto a la fuerte campaña internacional en favor de la legalización de las drogas hoy prohibidas, en especial la marihuana. A nadie le llama la atención el repentino consenso en favor del consumo recreativo de drogas tan peligrosas y adictivas como la cocaína, bajo los argumentos de que la gente tiene derecho a retacarse lo que le venga en gana, sin importar las consecuencias que para la persona y su entorno tenga el consumo de drogas, y que así se reducirá la violencia asociada al trafico de drogas. Exagerando podríamos decir, entonces, que hay que legalizar la esclavitud y el tráfico de personas pues así se reducirá la violencia asociada a esas actividades. Da la impresión de que se busca incluir entre los derechos humanos el derecho

a las adicciones. Tampoco nadie parece preguntarse quiénes saldrán beneficiados con la legalización y qué consecuencias sociales tendrán. Los primeros beneficiarios serán las personas que hoy son criminales y mañana serán honestos empresarios productores y vendedores de cocaína. Legalizar la cocaína es una forma de lavar de una vez y para siempre (y en consecuencia meterlos a la circulación normal y legal de la economía) los miles de millones dólares que han acumulado los carteles de la droga. ¿Estamos de acuerdo en que se permita a ciertos empresarios vender un producto que convertirá en esclavo al consumidor? No es admisible el cinismo de decir que ya se les permite a quienes hacen negocio con al tabaco y con el alcohol. La mayoría de los accidentes automovilísticos se deben al consumo de alcohol. Millones de personas destruyen su vida por el alcoholismo, maltratan o descuidan a su familia por el alcohol. Millones de personas enferman por el consumo de tabaco. Los servicios de salud públicos gastan miles de millones de dólares en todos los países en tratamientos para remediar los daños a la salud producidos por el alcohol y el tabaco. Acaso ¿sería deseable agregar a este panorama los consumos masivos de cocaína y marihuana? No es creíble que cada quien sabe qué se mete o que cada quien tiene derecho a consumir lo que se le antoje. Es falso que la gente sepa qué se mete, si lo supiera no lo haría y no quedaría atrapada por la nicotina o por el alcohol o la cocaína o la heroína o la marihuana. No es un asunto de moderación, de autocontrol, ni de responsabilidad, el caso es que son sustancias adictivas y eso el consumidor no puede ni evitarlo ni controlarlo. En cada caso la intensidad del efecto y la rapidez con la que se cae en la adicción es variable, pero inevitablemente ocurre. Perder el control sobre los propios actos, sobre la propia vida, perder la capacidad de decidir, quedar preso del consumo de ciertas sustancias, no es bajo ningún concepto una forma de ejercer la libertad como creen muchos rockeros trasnochados e ingenuotes y algunos izquierdistas cursis e ingenuotes. * Exactivista en retiro ideológico, buscando la sanación de la República


Reproducimos una carta que firmaron más de tres cientos alumnos y profesores del plantel Vallejo del Colegio de Ciencias y Humanidades de la UNAM y solicitaron al periódico La Jornada su publicación. Dicho diario no nunca publicó el texto ceceachero, por supuesto tampoco hubo explicación alguna. Por su importancia y vigencia Al Filo la comparte con sus lectores. México, D.F. a 30 de abril de 2010

C. Lic. Felipe Calderón Hinojosa Titular del Poder Ejecutivo Federal PRESENTE: Nos dirigimos a usted para demandar que de inmediato concluya su guerra contra el n a r c o t r á f i c o y, e n cumplimiento del mandato constitucional, el ejército y la marina regresen a sus cuarteles y a sus funciones normales. Demandamos que detenga esta absurda guerra por las siguientes razones:

1. En casi tres años y medio de su guerra contra el narcotráfico no ha logrado desterrar esta forma de delincuencia de ningún municipio del país. 2. Su guerra no es en realidad contra el narcotráfico sino contra los cárteles, es decir, contra ciertas personas, pues no se combate el lavado de dinero y la capacidad operativa y de financiamiento de estas organizaciones, ni el transporte de drogas (no destacan por su monto ni por su frecuencia los decomisos de drogas), ni la comercialización (el consumo de drogas ilegales no se ha reducido ni una centésima). 3. Su guerra le ha costado al país la muerte de más de 22 mil personas (muchas de ellas inocentes y ningún caso fue investigado como manda la ley), pero no llegan al medio centenar los líderes capturados o muertos y los capos (cabezas o jefes) no llegan siquiera a la decena. 4. Es preocupante y vergonzoso que en tres años y medio de guerra el Ejército Nacional Mexicano no haya

logrado aniquilar o cuando menos desarticular unos cuantos cárteles del narcotráfico. ¿Qué sería de nosotros si osara atacarnos un extraño enemigo? 5. Conforme avanza su guerra, el Ejército Nacional Mexicano comete más atropellos contra los derechos humanos y civiles de la población; llegando hasta al homicidio artero y cobarde. Los hechos muestran que sus generales están perdiendo el control de la tropa, que dominada por el miedo, las drogas y su incapacidad militar asesina a ciudadanos indefensos mientras narcos y sicarios se le escapan o no los encuentra. 6. Son jóvenes pobres y que carecieron de oportunidades de estudio y de trabajo digno (bien pagado) la inmensa mayoría de quienes han muerto en su guerra, señor Calderón. 7. Los combatientes de todos los ejércitos que participan en su guerra, tanto sicarios como soldados, son victimas e instrumentos de los poderes en disputa, que los

envilecen y degradan al hacerlos matar y torturar a otras personas. 8. Nuestro país necesita la creación de empleos hasta desaparecer el desempleo masivo y crónico que esta aniquilando a nuestra sociedad, porque el desempleo empobrece, embrutece y despoja de dignidad a las personas. 9. Los recursos que se gastan en armamento y en movilizar al ejército y los dedicados a pagar millonadas a los banqueros deberían dedicarse a crear empleos bien remunerados. 10. Son el desempleo y los salarios insultantemente bajos los que lanzan a los jóvenes a integrarse a alguna variante del crimen organizado o al Ejército Nacional Mexicano. En los EU y Canadá el salario mínimo es de 10 u 11 dólares por hora y en el nuestro es de apenas 57 pesos por ocho horas. 11. Necesitamos salarios dignos y trabajo para todos, no reformas a la Ley Federal del Trabajo que disminuyan nuestros salarios, derechos y prestaciones. Usted y los que apoyan su propuesta de reforma se equivocan al creer que con ella aumentarán sus ganancias porque las gastarán en seguridad personal y en pago de protección al crimen organizado. Necesitamos trabajo, salario remunerador y paz para vivir. Por ello debe parar su guerra contra los cárteles. Si no es legítimo empobrecer al país como usted y sus antecesores lo han hecho, menos lo es derramar inútilmente la sangre de sus jóvenes. Atentamente Comunidad del CCH Vallejo 320 firmas


Fidel Belmares Hernández* a constitución política de nuestro país establece claramente que la educación es un derecho de todos los mexicanos y esta debe ser pública, laica, gratuita y de calidad. Además, es obligatoria desde el preescolar hasta la secundaria y está por aprobarse lo mismo para el bachillerato (en algunas entidades del país ya está contemplado en las constituciones locales). Asimismo, el Estado promoverá y atenderá todos los tipos y modalidades educativos -incluyendo la educación inicial y la superior- necesarios para el desarrollo de la nación, apoyará la investigación científica y tecnológica, y alentará el fortalecimiento y difusión de nuestra cultura. Finalmente, toda la educación que imparta el estado será gratuita. El desarrollo de los países se fundamenta en premisas semejantes a las establecidas en nuestra Carta Magna, sin embargo este no llega a nuestro país porque el gobierno mexicano le dedica alrededor de un 5% del Producto Interno Bruto, cuando la UNESCO recomienda como mínimo un 8%. Aunque las naciones desarrolladas destinan hasta el 13% a este rubro. Lo anterior significa que México apenas rebasa la mitad de los mínimos necesarios para que un país tenga la esperanza de llegar al progreso por la vía educativa, que es una de las más seguras y de las más equitativas para que un pueblo progrese. Aparte de lo anterior, la educación ni siquiera se encuentra distribuida de manera homogénea a lo largo y ancho de nuestro territorio nacional, pues mientras hay entidades que tienen un promedio de escolaridad de hasta once años (Distrito Federal), existen otras como Chíapas y Oaxaca donde el promedio no alcanza los seis años, situación que se ve

necesariamente vinculada al desarrollo económico y social de tales estados. Si bien la cobertura educativa a nivel básico se ha logrado en más del 90 % en todo el territorio nacional (aunque la calidad deja mucho que desear, a pesar de lo que diga la SEP de Elba Esther Gordillo), no sucede lo mismo a nivel medio superior y superior, donde solo alcanza el 60 % en el primer caso y el 25 % en el segundo, además de que hay una gran heterogeneidad en cuanto a la calidad. Por si esto fuera poco, un elevado porcentaje está en manos privadas (11 y 34 %, respectivamente). La eficiencia terminal en ambos casos es muy reducido (51

% en bachillerato y en educación superior no se sabe). Uno de los más graves retos que atraviesa la educación superior para su expansión es la alta concentración de la matrícula y de los servicios educativos de nivel superior (10 entidades concentran el 62%); en los niveles de licenciatura universitaria y tecnológica (12 entidades 68.3%) y de posgrado (9 entidades 71.4%), situación que refleja y reproduce desigualdad e inequidad de oportunidades entre la población nacional juvenil y que frenan sus oportunidades de superación personal y propicia el desarrollo desigual de

regiones, entidades, y que al i n t e r i o r d e e s ta d o s y municipios reproduce y agudiza los mismos esquemas de desigualdad e inequidad. Como se ve el sistema educativo es una pirámide, donde se cubre en un e l e v a d o p o r c e n ta j e l a educación básica, pero del bachillerato hacia arriba va disminuyendo la cobertura y por lo tanto las oportunidades para los jóvenes. Mientras que la educación básica se encuentra distribuida a lo largo y ancho del territorio nacional, la educación media superior se reduce a las grandes ciudades y cabeceras municipales, la educación superior a las capitales de los estados y grandes ciudades del país y los posgrados solo a las ciudades más importantes, con una concentración desmesurada en la Ciudad de México donde está casi el 70 %. Ante esas condiciones, las consecuencias no pueden ser otras que las que vivimos actualmente en el país: desigualdad y pobreza a lo largo y ancho del territorio nacional. Claro, esta situación no es gratuita, finalmente tiene una lógica dentro del neoliberalismo en que nos tiene hundidos el sistema oligárquico que nos gobierna, ya que así conviene a sus intereses y a los de sus patrones, los grandes capitales trasnacionales, que requieren una educación de baja calidad, solo suficiente para que las grandes mayorías puedan asimilar los mensajes de sumisión y consumismo, así como un entendimiento básico para seguir los manuales de operación de industria y servicios donde necesitan mano de obra en condiciones de precariedad económica y sin derechos laborales, los cuáles en la práctica han sido suprimidos aunque nuestra constitución diga otra cosa. ¿Habrá algo que podamos hacer? Se aceptan ideas. * Profesor de la UNAM





José de León Azúa* 24 de Agosto 2010 a alternancia política en la Ciudad de México, primero con el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y luego con el actual de Marcelo Ebrard Casaubon no trajo consigo ningún cambio en la Junta Local de Conciliación y Arbitraje del D.F. Lo anterior en virtud de que los problemas de corrupción, rezago, dilación en el trámite de los juicios no solo no se desterraron sino que se profundizaron, lo que genera decepción y frustración de ciudadanos y abogados que algún día confiaron en que estos gobiernos, con su discurso de “izquierda”, cambiaran radicalmente la impartición de justicia laboral, pero no fue así. En efecto, en el año 2000, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, a espalda de la sociedad, y al margen de cualquier consideración profesional puso en manos por el mecanismo de cuotas de poder, la Junta de Conciliación y Arbitraje a los miembros de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD), encabezada por Jesús Campos Linas, Susana Codina y Oscar Alzaga, los que actuaron como una autentica mafia, convirtiendo a la Junta en un jugoso botín y encubiertos siempre por el Gobierno del D.F. Producto de la movilización social y de una denuncia que presentamos ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se logró destituir a estos funcionarios mafiosos. Sin embargo el Gobierno de Marcelo Ebrard resultó peor que su antecesor, dado que en contubernio con el PAN impuso en abierta contravención al artículo 602 de la Ley Federal del Trabajo, como Presidente Titular de la Junta, al ex oficial mayor de Gobierno del D.F., que recientemente había sido inhabilitado por la Secretaria de la Función Pública, y el cual no cuenta con ningún conocimiento en materia de justicia laboral. Lo anterior violenta lo dispuesto por la Fracción IV del artículo 612 de la Ley Federal del Trabajo que exige que el presidente de la Junta debe satisfacer como requisito “haberse distinguido en estudios del derecho del trabajo y de la seguridad social”, requisito que no cumple RAMON CUADRA MONTAÑO.


Una de las primeras medidas impopulares del Gobierno neoliberal de Marcelo Ebrard por conducto de Ramón Montaño y con el claro propósito de allegarse de recursos para su próxima campaña electoral fue la de militarizar la Junta e imponer un costo elevado de las copias que se solicitan por los abogados toda vez que contraviniendo el Código Financiero se impuso un precio de $8.00 por copia certificada, mientras que con anterioridad en la propia Junta se cobraban en $3.00 resultando sumamente oneroso en comparación con su costo en el Poder Judicial Federal que es de $.70 (setenta centavos), y con su costo en la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje asciende a $.50 (cincuenta centavos), esta práctica impopular afecta gravemente a los trabajadores, por lo que debe suprimirse, aunado a que los recursos provenientes de estos cobros son manejados con absoluta opacidad por Ramón Montaño. Asimismo se impuso una rabiosa política en contra de los trabajadores de la Junta por parte de Ramón Montaño. Es el caso que el día veinticinco de junio del año dos mil diez, se realizó un pronunciamiento de abogados postulantes, organizaciones sindicales y de la sociedad civil por la renovación de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje. En dicha reunión se señalan algunas de las principales deficiencias de la Junta de Conciliación y Arbitraje del D. F., a saber: 1.- Se da prioridad a los asuntos colectivos e individuales de los abogados de la ANAD y de los despachos patronales asociados con los presidentes de las juntas especiales. 2.- Se atenta contra la libertad sindical de los sindicatos y trabajadores que no son incondicionales de la ANAD, o de los sindicatos afines a los funcionarios, esta práctica violenta el Convenio No. 87 de la OIT. 3.- En el caso de los depósitos de contratos colectivos de trabajo, se valen de argucias para retrasar los depósitos, con el fin de dar oportunidad a un sindicato con el cual ellos operan, para que se adelante y haga el depósito, firmando así un contrato de protección. 4.- De manera ilegal se exigen requisitos no previstos en la Ley Federal del Trabajo, en los emplazamientos a huelga y en las demandas de titularidad de contrato colectivo, utilizando la

información de manera desleal para evidenciar a los trabajadores que participan en estos conflictos. 5.- Los presidentes de juntas especiales, revisan las demandas para seleccionar las más costosas y se comunican con los despachos para ofrecer su intervención expedita y lograr un beneficio económico extra. 6.- En materia de rezago laboral la Junta de Conciliación y Arbitraje del D.F., supera los 40,000 expedientes, cifra muy superior a los 44,000 despedidos de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, ya que muchos expedientes incluyen a más de un trabajador en espera de que se les haga justicia. 7.- No se cumple el artículo 921 de la LFT, en materia de huelga al no hacer llegar al patrón el emplazamiento a huelga en un plazo de 48 horas, después de recibido el emplazamiento. 8.- No se cumple el artículo 873 de la LFT, en el sentido de que una vez recibida la demanda individual, se tendrá un plazo de 24 horas para dictar auto de radicación y dentro de un plazo de 15 días se señalará fecha de audiencia, en los hechos esta etapa se lleva hasta 6 meses o más. 9.- No se cumple el artículo 885 de la LFT, en el sentido de que concluido el procedimiento se deberá elaborar el proyecto de laudo en un término de 10 días. 10.-Por estas y otras anomalías la Junta de Conciliación y Arbitraje del DF, está considerada como UNA DE LAS DOS PEORES DE TODO EL PAÍS, sin que las demás dejen de ocupar la categoría de malas. Es urgente la instrumentación de medidas que permitan dar otro rumbo a la administración de la justicia laboral en el Distrito Federal. La falta de un órgano independiente de control, vigilancia y disciplina de los funcionarios de la misma ha convertido a la JLCA en un botín para los supuestos abogados democráticos, que la administran en el reino de la corrupción y la impunidad. Denunciamos que la práctica de “piratear” y “coyotear” juicios es común en la JLCA y es llevada a cabo por los mismos funcionarios que en foros y artículos de prensa se dicen defensores de la democracia y los trabajadores. Recientemente fue puesto al descubierto un enorme caso de extorsión, entre otros muchos, al parecer operado por Susana Codina y Oscar Alzaga, en la que se pretendía

extorsionar con sumas millonarias en relación a contratos colectivos de protección. Sin embargo, no obstante que Susana Codina al parecer estaba involucrada en múltiples casos de contratos de protección y casos de extorsión, a través de los sindicatos operados por Filiberto González López se le encubrió hasta el último momento, permitiéndole renunciar para evitar el escándalo y más aún el Gobierno del DF la premia con un alto cargo en la PGJDF. Desde el 27 de marzo de 2007 los diputados federales, Javier González Garza (Coordinador del grupo parlamentario del PRD), Daniel Dehesa Mora, José Luis Gutiérrez Calzadilla (STUNAM), José Antonio Almazan y otros integrantes del GPPRD promovieron un punto de acuerdo mediante el cual se exhorta al Titular del Ejecutivo Federal para que en ejercicio de las atribuciones que le confiere el artículo 623 de la Ley Federal del Trabajo, proceda de inmediato a nombrar al Presidente Titular de la JLCA a propuesta del Jefe de Gobierno del DF, mismo que debe cumplir con el perfil profesional requerido por la Ley”. La lamentable crisis económica que vive el país ha incrementado exponencialmente la demanda de justicia laboral en el DF, sin duda alguna, la situación de los trabajadores despedidos se verá agravada por la incapacidad de la JLCA para resolver los conflictos ya sea por la vía conciliatoria o jurisdiccional al estar encabezada por funcionarios que solo buscan enriquecerse a costa de la necesidad de dichos trabajadores. Por lo anterior, de manera respetuosa pero enérgica lo convocamos, señor Jefe de Gobierno, a tomar medidas para librar a la JLCA del cáncer que la corroe. Señor Jefe de Gobierno, no desconocemos que la actual corrupción imperante en la Junta Local le fue heredada por la administración de Andrés Manuel López Obrador, y que los actuales funcionarios fueron nombrados por este último, sin embargo su Gobierno no debe encubrirlos y debe deslindarse de sus prácticas mafiosas. Su gobierno debe escuchar un reclamo que crece entre abogados postulantes, sindicatos, sociedad civil y trabajadores. * Abogado egresado de la Facultad de Derecho de la UNAM, fue asesor de la Dirección General de la ENEP Iztacala y Presidente de Junta Especial en la Junta de Conciliación y Arbitraje


José Luís Govea* Va por Antonio tu escuela llegue sin comprender porque llegaba, en tus salones encuentro mil caminos y encrucijadas, y aprendo mucho y no aprendo nada. Maestra vida, camarada te da, te quita, te quita y te da… Hacía mucho tiempo que no teníamos cielo azul en el distrito federal y de las estrellas ni hablar rara vez se puede localizar alguna •A diferencia de mi pueblo. •¿De dónde eres? •De Huajuapan de León y jamás olvido ese cielo tan claro y lleno de estrellas, que parece que sólo con trepar a un árbol puedes tocarlas, en comparación con la montaña la naturaleza poco a poco nos va negando el esplendor de su belleza •Ha de ser porque nos hemos encargado de convertir en verdaderos

Héctor Mora Zebadúa orría el año de 1987 cuando mi jefe político y amigo Guillermo González Guardado, me llevó a conocer a El Sol Negro, apodo irreverente con el que compañeros de mi organización (la ULR) se referían a Antonio Martínez, pero que a la vez lo reconocía como uno de los principales líderes del maoísmo mexicano, aun a disgusto de muchos de sus compañeros de credo.

Para mí fue todo un evento porque fui a conocer a uno de principales jefes (muchos años después algunos compañeros me dijeron que era el principal) del Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP), organización considerada por nosotros como aliada muy próxima. Fue algo parecido a lo que sentí cuando supe quién era Guillermo González Guardado o cuando conocí a Raúl Álvarez Garín o cuando entreviste a Valentín Campa… fue conocer uno más de los héroes contemporáneos


muladares a estas ciudades. Para completar el tétrico cuadro se levantan enormes monumentos de cemento, arena, grava y varilla por todos lados. •Esto lo van haciendo sólo para beneficio del capital inmobiliario, de la industria automovilística y los emporios comerciales. •¿Crees que con un paro se puede detener la agresividad de estos cabrones? •No, pero con eso vamos calentando motores, hasta llegar a la huelga general y así nos vamos hasta donde tope. Una chispa puede incendiar la pradera, por eso les digo no le echen agua: ¡déjenla que prenda! •Oye, Toño ¿Cuánto tiempo llevas en la grilla? •Cerca de 40 años o más, me reclutaron muy joven los de la liga comunista Espartaco y pronto me traslade a Monterrey para hacer trabajo con los obreros. Haya conozco a Edelmiro Maldonado, quien me da chance de vivir en su casa y de entrada me dice que estoy pendejo para hacer trabajo político con la clase obrera. Me pregunta que si conozco la Ley Federal de Trabajo, los

de la lucha revolucionaria… Así lo sentí. ‘taba emocionao. L a v i s i ta t e n í a c o m o propósito que el Sol Negro le dijera a los cuadros del MRP en el Politécnico que no fueran sectarios y que se atrevieran a hablar abierta y sinceramente con nosotros. El Toño, cual era su costumbre, se portó distante y engreído, cosa que negó rotundamente años después cuando le reclame su proceder, y que en aquel entonces casi ni note y no me importó porque estaba conociendo a un tipo realmente importante en el mundo subterraneo de quienes habríamos de hacer la revolución. Además, la leyenda (ya entonces era una leyenda) decía que había sido uno de los líderes no visibles en 1968. Años después, por ahí del 92 volví a encontrarlo en el PRD, en el Consejo Estatal. Era parte de una alianza con gente poco recomendable, por decir lo menos (esto sí

derechos de los trabajadores y que si yo he sido obrero alguna vez. En fin, concluye que estoy muy verde. Pese a ello me da la confianza y sometiéndome a un curso de capacitación teórico practico, en chinga me presenta con compañeros ferrocarrileros y me dice: si te sabes ganar la confianza de los trabajadores ya la hiciste, sino mejor dedícate a otra cosa. De algún modo me adaptó y casi sin darme cuenta ya estoy en los talleres y comiendo en el mismo comedor con los trabajadores de a de veras. Comienzo a formar círculos de estudio y a hacer amigos entre los trabajadores, ahí la llevaba. •¿Por qué no te quedaste en Monterrey? •Porque me llaman con urgencia avisándome que mi mujer está muy grave, como se pudo conseguí dinero para el pasaje y me regreso para el distrito federal. El problema es que cuando llego ya habían sepultado a mi esposa. Ya estando en el DF, me di una vuela a la escuela y descubro que aparezco en las listas para presentar exámenes.

lo aceptaba y le daba un poquitín de vergüenza). Otra vez teníamos compañeros de lucha en común, pues yo militaba sindicalmente en la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) y él conservaba algo así como amistad con luchadores tan reputados e importantes en la CNTE como el profesor Amador Velasco Tobón, toda una institución en la Coordinadora, en particular en la Sección X del SNTE. Luego nos encontramos y trabajamos juntos en la comisión sindical del PRD, que coordinaba Álvarez Garín. En 1994 nos encontramos en la Convención Nacional Democrática convocada por el EZLN. Para 1996 nos volvimos a encontrar en una coordinación del movimiento que era lo que quedaba de la Convención. Aquello era aburrido y frustrante, pues había que aguantar el ego de varios personajes que se creían ilustres. Hasta que la

•¿Qué no sabías que había que presentarlos? •No, de la escuela salgo prácticamente huyendo. Después del fuerte movimiento que generamos en la Nacional de Maestros, nos hostigaron tanto que lo menos que esperábamos era que estuviéramos expulsados. Sin embargo, al volver y constatar que podía presentar los exámenes finales me avoco a terminar la carrera de maestro. Al miso tiempo en la liga comunista Espartaco, había un desmadre, peleados todos contra todos, unos nos decían una cosa de estos, estos nos decían una cosa de aquellos, que no había ni para donde hacerse. Junto con otros compañeros decidimos mejor formar nuestro propio grupo, dado que entendimos que la liga prácticamente estaba por desaparecer. Valoramos la influencia que teníamos en algunas escuelas y optamos por aplicar la línea de masas. Con esto buscamos romper con las prácticas de los comunistas de café. En esta etapa el autogobierno en arquitectura se vincula con las

noche de un lunes, al salir de una de esas infames reuniones el Toño nos propuso a Sergio Alcantara y a mí que fuéramos a la cantina a grillar y a echarnos un par. Como soy de buena educación jamás le hago el feo a un par de rones. Ahí nos propuso integrarnos a un nuevo proyecto sindical ideado a partir del pensamiento marxista, cosa que me pareció apetecible. Había dos plus, la propia participación de él, el Sol Negro y la de Raúl Álvarez Garín, de manera que bastaron solo otro par de rones para que me diera por reclutado, sin conocer los documentos básicos… el movimiento fuera del PRD estaba de güeva, el PRD ya apuntaba a lo que es hoy, mi jefe y amigo el Willy González había muerto un año antes y mi vida personal era un infierno, me urgía un cambio. Pero, además, me hacían la deferencia de invitarme al club de la elite sindicalista revolucionaria

nada menos que Raúl Álvarez (que la abandono aburrido y agüevonado bastante rápido, pero eso, por supuesto, yo no lo sabía) y el Sol Negro, no podía rechazar la propuesta. Así los últimos días de abril de 1997, luego de dos o tres largas reuniones preparatorias, asistí a la fundación de la Organización Revolucionaria del Trabajo (ORT). A partir de ahí fuimos tejiendo una fina red de coincidencias, callamos discretamente las diferencias y forjamos a golpes de ron y tabaco una buena amistad el Toño y yo. Fuimos cómplices decenas de veces en grillas e iniciativas. Durante una década cualquier pretexto nos funcionaba para ir por un par de pares. Al principio la banda era más numerosa: el Rojas, el Vázquez, el Rodrigo y algún otro borrachín ocasional. Pero siempre y todo el tiempo estábamos grillando,


colonias populares, logrando en estas una gran incidencia y un rápido crecimiento de nuestro grupo. •Oye, ¿Cómo le hiciste para estudiar, trabajar y levantar la organización? •Pues metiéndole de lleno a todo, a demás la mayoría de nuestro grupo hacía trabajo de masas y con los contactos que teníamos en diferentes facultades y escuelas en el sector estudiantil encontramos un buen caldo de cultivo, para el implemento de nuestra política. •Con razón no te supe padroteando al movimiento o de burócrata, aunque en eso de la padroteada, me imagino que te hubiese encantado ser el favorito en la casa de citas de Madame Calalú y no creo que como simple cliente, sino como verdadero califa. •En ese aspecto no me puedo quejar, pues casi siempre he sido bien tratado por las mujeres, pero no en el término que tu lo dices y menos pidiéndoles dinero, buscando justificarme cómo otros, con las tareas de la revolución, pero esa es otra cosa muy aparte. •Oye Antonio, pero ¿Qué sigue para

poniéndonos de acuerdo en qué y cómo lo haríamos. Y funcionaba. Por ello y por nuestras vocaciones alcohólicas aquello se convirtió en una costumbre. Hasta que Rojas decidió abrir el trabajo sindical en su organización y fusionarse con sindicalistas que arrastraban (tenían aclienteladas) masas. Hasta que a Rodrigo su partido le prohibió nuestra etílica amistad. Y hasta que Vázquez logró ser representante en el SME. Cabe aclarar que ninguno dejó de ser borrachín, nomás se disperso el club. Sólo el Toño y yo seguimos al pie del cañón. Con el tiempo logramos reclutar a Pedro Martínez y al Pato José Luis Govea. Compartíamos alcoholes, soledades, frustraciones, pero sobre todo sueños. Un optimismo casi patológico que ayuda a resistir la realidad y permite impulsarnos a un nuevo proyecto. Por ejemplo, de

adelante, porque todo esto esta bien canijo, como la estás viendo qué hay que hacer? •Ah…, pues hay que unificar a los marxistas que quieran unirse para la revolución, poniendo en el centro nuestras coincidencias y dejando nuestras diferencias para otra etapa. Tenemos que reconocer todas las formas de lucha como validas y conformar una columna vertebral (es decir un partido de cuadros), que pueda conducir con acierto todo el descontento social que se esta presentando en nuestro país. Con este instrumento estaremos en condiciones de aplicar una línea política común, independientemente de la trinchera donde nos estemos desempeñando. Sólo de esta forma podremos rebasar el inmediatismo y la gran dispersión que tenemos. •Es de celebrarse que nunca le haces el feo a un buen trago de ron y a una buena esperanza. Aunque hay que trabajarle mucho para concretar esas justas y necesarias aspiraciones… Arturo Delgado, Director del CCH Oriente, te equipara con Demetrio

la ORT salió la iniciativa de la Asamblea Nacional de los Trabajadores (ANT). Nos convertimos, sin quererlo (contra nuestra voluntad) en la ANT, luego en La Esperanza se Respeta en el 2006 y en el 2009 en el MRP (reprise). Estuvimos en la Promotora, en las Caravanas, en el Frentote y en el Dialogo Nacional, como muchos otros necios y optimistas patológicos. El Toño tejía redes y promovía propuestas que daba terror y envidia a quienes no eran de su grupo, porque nosotros disfrutábamos de esas cualidades. Jamás lo cohibía estar en minoría y nuca dudaba en hacer una propuesta y defender su punto de vista. Era obstinado, como todo buen militante de izquierda, pero sabía escuchar y promovía de manera consecuente los acuerdos del grupo, sin importar de quien fuera la idea. Fuimos cómplices y compañeros, pero sobre

Vallejo, con Valentín Campa, con Othón Salazar, por los atinados aportes que le hiciste a la lucha sindical y al movimiento revolucionara en su conjunto. De igual forma Félix Mejía, activista de la CUT, te recuerda cómo el maestro que influyó determinantemente para que él se hiciera una persona crítica y pensante. Seguramente habrá otros tantos de tus alumnos y otros tantos más de tus compañeros, que saben perfectamente lo que les sembraste en la testa. No era mucho pedir sólo tres años. Pero la parca caprichosa y descortés decide acelerar la cuenta regresiva y te cambia el 20 por el 4, el 5 por el 7 y el 13 por el 10. Una vez más, ¡Hasta siempre estimadísimo camarada, Antonio Martínez Torres! Descansa en paz. * Miembro de la Junta del Congreso Popular, Social y Ciudadano en Defensa de la Ciudad

todo amigos, al grado de que pese a que las diferencias entre nosotros fueron creciendo las ocultamos lo mejor posible, las dejamos de lado y optamos por no discutirlas, cosa rara entre grillos y soñadores izquierdosos. El re-Toño tenía sus sorpresas. Con frecuencia la gente creía que era insensible y conchudo; en realidad era aprensivo y preocupón, pero se callaba las angustias. Le encantaba leer, sobre todo poesía. Conocía mucha literatura, en especial poesía. Una buena temporada le dio por escribir cuentos, publicarlos y darlos a leer a los amigos, con o sin pretexto. A escondidas escribía poesía. Fue muy aficionado al cine y buen reseñador de películas y novelas. Otros aspectos poco conocidos son que de joven fue miembro del grupo de baile folklórico de la Normal y que estudió dos carreras: maestro y economista.

Además, para sorpresa de muchos, que lo veían toda la vida en la grilla, nunca fue profesional de la política. Toda su vida trabajó como asalariado, fue profesor en la SEP y en el CCH Oriente, siempre se ganó su pan y su par, nunca medró con la necesidad de la gente, no vivió de hacer clientelas, de hacer gestoría o de explotar la necesidad del pueblo. Para terminar, había en su personalidad una paradoja: era un presumido muy modesto. En todos los años y litros que lo traté nunca me presumió sus méritos y glorias políticas personales. De eso me enteré por otras vías o preguntando y sacándole respuestas con tirabuzón. Presumía de su organización del pasado, pero nunca de su papel en ella, sólo que fue uno de los fundadores y nada más. Reconocía los errores de la izquierda, pero en su versión, el MRP no se equivocó.


Celso Tzontecomani* urante los últimos meses se ha discutido mucho en torno a los centenarios, del inicio de la guerra de independencia y de la revolución, con tonos o propósito evaluativos. ¿Qué hay que festejar?, es la pregunta recurrente. La respuesta del gobierno de Calderón se reduce a proponer: “festejemos un cumpleaños”, sin más, vaciando de contenido la conmemoración, de manera que independencia y revolución no significan nada. Los priístas, fieles a su autismo político, dicen que hay que festejar (y de paso agradecer) todo lo que ellos, el PRI, nos han legado. Autores y correctores de la historia hecha oficial a fuerza de exclusiones, imposiciones y el cinismo más escandaloso, los priístas asumen que Hidalgo, Morelos y Juárez fueron o habrían sido, de haber tenido oportunidad, priístas. En el más modesto de los casos, para ellos, el priísmo es fiel y justo heredero de los héroes que nos dieron patria; para que ellos pudieran medrar con ella: enriquecerse a costa de ella, estafarla, venderla, humillarla… y luego proclamar a los cuatro vientos que de no ser por el PRI la patria sería, con suerte, un conjunto de aldeas de salvajes ignorantes e indignos. Tal forma de actuar y razonar no sorprende, viniendo del priísmo, sinónimo de vilezas de toda índole… Conviene recordar que NINGUN héroe patrio perteneció a l P R I , e s a pa n d i l l a d e delincuentes y sinvergüenzas, a pesar de que ellos insisten en afirmarlo e insinuarlo. Por parte de amplios sectores de las izquierdas, proclives decir no (sobre todo si el gobierno o cualquier autoridad dice sí), poco aficionadas al estudio y tendientes a la depresión, la respuesta a la pregunta de qué hay que festejar es negativa. Algunos de plano dicen que nada porque ni somos independientes


ni la revolución resolvió cosa alguna. Otros insisten en que no hay qué festejar, toda vez que los gobiernos neoliberales han traicionado y malbaratado al país, que en los hechos no hay ya país para el festejo. Algunos más opinan que los procesos conocidos como la independencia y la revolución no merecen esos nombres porque la pobreza y la injusticia siguen, dicen, igual o peor que antes de esas guerras. Los menos aclaran que no debemos confundir al país y los festejos por los centenarios con el gobierno espurio y la traición de los gobierno neoliberales, y pasan a continuación a señalar lo que en materia de justicia nos hace falta y lo que nos arrebató el neoliberalismo. No obstante, los mexicanos tenemos mucho que festejar y muchas razones de orgullo. Es cierto que la pobreza es la condición mayoritaria de los mexicanos y que la injusticia y el crimen son factor común en todo el pa í s y q u e e s u n a vergüenza que nos hayamos dejado gobernar por el priísmo por 70 años y que para salir de él hayamos caído en el oscurantismo asesino panista. Pero, como colectividad, como pueblo (en su sentido histórico) tenemos que enorgullecernos y festejar que nuestros padres fundadores, hombres muy de izquierda (antes del marxismo), hicieron de México el primer país del continente (y de los primero del mundo) en el que fue abolida la

esclavitud. Este vituperado país fue el primero en el que un indígena llegó a la presidencia, luego de presidir la Suprema Corte. Ese mismo indio izquierdista, Benito Juárez, y sus izquierdistas cuates crearon en México una de las primeras y únicas Repúblicas laicas del mundo, además de modernizar jurídicamente al país. En 1906 el Partido Liberal Mexicano (PLM) sistematizó, a partir de una amplia consulta popular (primera en su tipo en el mundo), una de los primeros programas de lucha del proletariado en el mundo. Conviene insistir, el PLM no inventó el programa, sólo lo tomó de los movimientos obreros y campesinos del país, es decir, el programa del proletariado ideado por el propio proletariado. Ese programa, hecho por el pueblo de México, se convirtió en la guía política ideológica de todas las fracciones en pugna durante la revolución y se transformó en pacto social en febrero de 1917 al quedar plasmado casi completo en la nueva Constitución de los Estados Unidos Mexicanos. Otro motivo de orgullo es que con la constitución de 1917 nacieron el derecho agrario y el derecho laboral y, antes, mucho antes que en la Unión Soviética o en la Organización de las Naciones Unidas, fueron elevados a rango constitucional derechos que posteriormente fueron conocidos en conjunto como Derechos Humanos (lo cual no implica que

hayan sido respetados; su creación fue obra del pueblo y violarlos fue labor de los gobiernos priístas). La Constitución del 17 convirtió en propiedad de la nación el subsuelo (minerales y petróleo) y en 1938 el General Cárdenas fue el primero en nacionalizar la industria petrolera, acto que lo convirtió en héroe y ejemplo de toda América Latina y le garantizó un sitio de honor en la historia universal. El gobierno de Cárdenas apoyó y defendió (la única ocasión en la que México ha enviado armas a alguna guerra) a la república Española, victima de un golpe de estado motivado porque los republicanos intentaron en los 30 del siglo XX lo que Juárez logró aquí en los 50 del siglo XIX. Si todo esto fura poco, el pueblo de México, no obstante ser gobernado por una costra de burócratas traidores, viles y corruptos, logró imponerles la masificación de la educación, la obligatoriedad de la enseñanza primaria y el libro de texto gratuito, antes que la mayoría de las naciones lo vislumbraran. Este mismo pueblo, burlado y humillado por patrones y gobierno, tuvo aliento para conseguir la nacionalización de los ferrocarriles, de la minas, d e l a s telecomunicaciones, de la electricidad, de los fertilizantes y otras actividades estratégicas para el desarrollo nacional. Al mismo tiempo se consiguió la creación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y

posteriormente del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), que literalmente salvaron y mejoraron la vida de la patria. Ta m b i é n d e b e m o s recordar que el 68 mexicano fue, por su fuerza, trascendencia y desenlace, uno de los más significativos de aquellos movimientos estudiantiles. El primer país latinoamericano en el que se formó un frente de amplio espectro de las izquierdas para derrotar al viejo régimen autoritario fue México y el frente de marras se llamó Frente Democrático Nacional y dio origen al PRD (hoy de capa caída y en plena putrefacción). En fin, podríamos seguir hablando de los primeros experimentos socialistas del siglo XX hechos por los Generales Villa y Zapata, cada uno a su estilo y convicción; del IPN y las normales rurales; de Lucio y Genaro; de Campa y Vallejo; del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y muchos etcéteras, pero creo que ha quedado claro que hay mucho, mucho que festejar, mucho de que enorgullecernos y mucho que defender. Toda la herencia histórica: progresista, libertaria y socializante de nuestro pueblo debe ser defendida y recuperada por la generación de los centenarios. * Ciudadano y escritor


Crimen y castigo, de Dostoievski. Muy interesante. Cincuenta pesos. Los detectives Salvajes, de Bolaño, evocador, muy evocador, veinte pesos; y éste, por los muchos libros que haz comprado aquí, te lo regalo. Sabe, lo hojeé un momento y no entendí bien sobre qué trata, pero me llamó la atención el manuscrito que tiene como dedicatoria. Le dijo Belén al viejo de la librería. Es verdaderamente romántica: “Marina, te regalo este libro que yo mismo escribí y cuyos pliegos son los primeros de muchos que imprimiré en la Heidelwerg

muchas veces, pero no se si recibiste las cartas. Dime, ¿es cierto que Carranza se levantó contra Huerta? Belén aventó el desencuadernado libro sobre la mesa y salió de su departamento. Estaba asustada, hubiera querido que alguien estuviera a su lado, pero no siendo así, se dio valor para regresar a empacar el desencuadernado libro y salir a tirarlo a un contenedor de basura lo suficientemente lejano para no volver a saber del asunto. Al día siguiente Belén tuvo una mañana cualquiera en su trabajo y a las dos de la tarde se alistó para salir a comer, pero antes de hacerlo reflexionó en

en la parte trasera de la librería, cuando volví, el paquete ya estaba sobre el mostrador. Al ver de qué se trataba, simplemente comprendí que había regresado. ¿Entonces te lo llevas? le preguntó, mirando fijamente los ojos azules de la espigada muchacha. Ella introdujo el paquete en su bolso, no sin cierta incertidumbre. Ya en su casa y avanzada la tarde, Belén pasaba una aguja con hilo encerado por los hoyuelos dispuestos a lo largo de los dobleces del primero y segundo cuadernillos, que unió con un par de nudos en el lomo. Mientras lo hacía, leyó un título en la página 32 que quedó descubierta: “Sobre la forma

que he mandado traer de Alemania. 15 de febrero de 1913”. Dijo, cerrando los ojos para recordar la dedicatoria. Don Luís, ¿la sabe de memoria? Preguntó sorprendida. Sí, pero eso es lo de menos. Son sesenta pesos ya con el descuento apuró el hombre de cabello y barba entrecanos. Por favor cóbreme éste también dijo señalando el maltratado libro. No, ya te dije que te lo regalo, de lo contrario regresará, siempre regresa. Anda muchacha, págame los sesenta pesos y llévate tus libros, que tengo que atender a los señores alegó el dueño de la librería, señalando con la cabeza a dos hombres que venían cargando una pila de libros cada uno. En su departamento, Belén trabajaba en la restauración del libro, con una cuchilla retiró las maltratadas solapas y las costuras del lomo, de modo que los cuadernillos quedaron sueltos, los hojeó una y otra vez para retirarles el polvo, fue entonces que vio movimiento en una fotografía, regresó a la página donde estaba impresa y se sorprendió al ver que un hombre de crecido bigote volvió la mirada hacia ella y dijo: No puedo creer que hayas venido, desde que te mandé el libro no supe más de ti, mira qué guapa estás. Te he escrito

silencio: “¿Acaso habrá sido una alucinación? No. Si clarito escuché la voz del tipo de la fotografía”, así que decidió visitar a don Luis para contarle lo sucedido la noche anterior. Mira, ese libro, por ser único y única la dedicatoria que tiene, ha llamado la atención de muchos coleccionistas que han pagado buen dinero por él. Lo he vendido muchas veces, tantas como las que el libro ha regresado a mi negocio, asunto que a mis setenta y cinco años, aun queriéndolo, no lo he pasado por alto. Hace tiempo que no sabía de él y mucho menos que estaba en mi librería. Lo reconocí de inmediato cuando me lo diste para checar su precio, en ese momento pensé que si te lo regalaba, no lo volvería a ver. Lo novedoso del caso es que nadie había regresado por él, de modo que si el libro te habla, pues escúchalo. Aquel hombre que no medía menos de un metro noventa, vestido siempre de camisas a cuadros bajo un suéter abotonado hasta el pecho, sacó el paquete entreabierto de la parte inferior del mostrador para dárselo a Belén. Esto no me gusta nada, ¿cómo regresó si yo lo tiré en un basurero en Coyoacán? No lo sé. Cómo todos los días, después de abrir el negocio, me preparé un café

correcta de ajustar los tipos en la placa de impresión”. Hubiera querido seguir leyendo, pero decidió no hacerlo hasta encuadernarlo por completo, así que asentó la costura golpeándola contra la mesa. Al revisar el avance de su trabajo vio con sorpresa que en lugar del texto que recién había leído, estaba a plana completa la fotografía de un presidiario vestido con un uniforme a rayas. Era el mismo hombre de largo bigote quien la miraba y que con familiaridad le dijo: Pensé que ya no regresarías. Belén sobresaltada miró aquella imagen, que hacía las veces de pantalla cinematográfica, donde en apariencia se proyectaba una antigua y desgastada película en tonos sepia. Recibí tu carta, pero aún así creí que no vendrías. Hubiera querido contestarte, pero aquí es muy difícil tener correspondencia. Sé que estás molesta con esta situación, y es mejor que te diga la verdad. Mi vida pende de un hilo, por ahí dicen que mi ejecución será cuando haya necesidad de mostrar a la insurgencia un castigo ejemplar, así que estás en tu derecho de hacer tu vida sin mí. Pero antes de contestarme dime: ¿es cierto que las tropas de Carranza vienen a la capital? Sabes, siento como si hubieran pasado

Jaime Ortiz Álvarez*


cien años desde que estoy aquí. Estás muy seria, déjame tocar tus manos, sé que no querías que me engrillara, pero eso ya no tiene remedio, ¿no quieres hablar conmigo? No voy a insistir porque aquí se aprende mucho con el silencio. Por eso sigo vivo, porque cuando me trajeron preso a Lecumberri me interrogaron y golpearon día tras día, para que dijera lo que sabía, en especial los nombres. Sólo me sacaron lo que ellos ya sabían, que yo era mecánico de la imprenta que servía al comité de prensa y propaganda del Ejército del Sur, y no dije más nombre que el de mi patrón Cornelio Esquerra. Lo que ellos no

saben es que Cornelio me vendió la imprenta antes de morir. Al final se aburrieron de la cantaleta y dejaron de interrogarme. Sabes, extraño la libertad, las horas tomando café con los pericos del Ateneo, con ellos puro bla bla, y nada de agallas, pero aquí echo de menos hasta su letrada cobardía, pero sobre todo extraño las tardes que pasaba contigo en la alameda de Santa María. Pero con todo he tenido suerte dijo con más ánimo, hace unos meses se fastidió la instalación de una de las galeras y no habiendo electricista, los muy torcuatos no supieron qué hacer. Tú pensarás, a estos desgraciados qué les importa

que los presos se queden sin luz, la cosa es que el corto afectó también las oficinas del director del penal, y eso sí que los contrarió. Alguien les dijo que yo era mecánico y que tal vez los podría ayudar, y así fue. En un dos por tres arreglé la falla y luego otra por aquí y otra por allá. Así me he conseguido una existencia menos miserable. A veces por la noche me abraza la querencia y pienso en ti. Imagino que todo fue diferente, que mi general Zapata acordó con Madero la repartición de tierras, que no hubo cuartelazo y que la imprenta no fue destruida por los perros de Huerta. Luego vuelvo a ti, imagino que estamos desnudos como nunca lo hemos estado y toco tu piel como si nunca hubiera estado en la cárcel y clarito huelo tu cabello como lo huelo ahorita. ¿Cómo te llamas? Preguntó Belén tímidamente. ¡Cómo que cómo me llamo! Igual que siempre, Filemón Reyes Barrera, el Lobo, como me nombró mi general Zapata. Adiós Filemón dijo ella con una voz suave que más que demostrar miedo, daba la impresión de querer saber más, antes de guardar el desencuadernado libro en el cajón de su mesa de trabajo. A la mañana siguiente decidió visitar a Don Luís, en el camino se preguntaba: “¿Qué significado tiene que me hable el Lobo? ¿Por qué a mí y no a otra persona? ¿Se tratará de brujería?” Sin encontrar respuesta a sus interrogantes, llegó a su destino. Mira muchacha, yo he visto y escuchado muchas historias, pero ésta no deja de sorprenderme. Dijo don Luís tras escuchar la historia de quien ahora sabían, llevaba por nombre Filemón Reyes Barrera. Hizo una pausa y del interior de su mostrador sacó un par de manzanas y ofreció una a Belén, quien la recibió y mordió con notable apetito. Él hizo lo propio hincando los dientes en la fruta. Rascaba su canosa barba afeitada en forma de candado y repasaba con la mirada los muros cubiertos de piso a techo con libreros saturados de títulos ordenados ya por temas, ya por tamaños o por criterios de valor monetario. El viejo pensaba que tal vez en alguno de ellos encontraría la respuesta a las preguntas de Belén y de sí mismo. Luego dijo: Me parece que hay dos caminos: uno es destruir el libro y olvidarse del asunto; y el otro es que


sigas y que el tal Filemón Reyes te diga exactamente qué quiere. No estoy segura. De pronto siento miedo, pero al mismo tiempo curiosidad. ¿Usted me entiende, verdad? Dijo mientras buscaba la carne de la fruta alrededor del corazón de la manzana. Piénsalo bien muchacha, y si sientes miedo, tráelo mañana, de lo contrario sabré que decidiste conservarlo y con ello llegar hasta el fondo del asunto. Yo de cualquier manera seguiré adelante. Don Luis buscaba en los muchos libreros de su negocio algún título que le diera una pista para resolver aquel entuerto. “El Lobo, el Lobo, la Revolución... “Marina, te dedico este libro que yo mismo escribí...””. Se decía en silencio hurgando en los recovecos de su memoria para relacionar los datos y encontrar una respuesta. Sus dedos manchados por la edad recorrían uno tras otro los lomos de los cientos de libros relacionados con la Revolución de 1910, hasta que encontró uno que se titulaba “Romances imposibles de la Revolución Mexicana”. Lo sacó del anaquel justo cuando el sol de la tarde se tornaba naranja. Cerró el negocio y preparó un café instantáneo para acompañar la revisión de aquel libro. Ya en su casa, Belén ató un paliacate que fuera de su padre en su cabeza, y montó los últimos ocho cuartetos de páginas para terminar la costura del libro, lo hojeó como lo haría un crupier con un mazo de naipes. En una página que pasó por su vista a toda velocidad vio al Lobo, así que regreso a ella y escuchó: Recibí tu carta y desde entonces te estoy esperando. Ella supo que cada vez que decidía seguir con la restauración del libro, él recibía una carta con la noticia de una visita. ¿Por qué el libro a veces parece un manual de operación de una máquina de impresión y otras un manifiesto político? Así que lo conservas, pensé que jamás lo leerías. Pues bien, yo mismo escribí el libro y bajando la voz y acercándose un poco, añadió: es un encargo de mi general Zapata, está escrito en un lenguaje cifrado, donde entre líneas se describe un plan que detalla las fechas, los lugares y la estrategia militar para tomar la capital en caso de que Madero se empecinara en no cumplir con el reparto de tierras. Ha pasado mucho tiempo y las cosas

resultaron de otra manera, pero eso ahora no importa, mejor cuéntame de nosotros, dime porqué pese a todo, estoy aquí contigo. Marina, ¿no extrañas el mar? al decir esto sus ojos brillaron y siguió. Porque en este tiempo que he pasado encerrado, siempre pienso en el día en que te prometí una casa cerca del mar, pero ¿sabes?, voy a salir y entonces vamos a estar juntos, porque todo esto debe tener sentido, como sentido debe tener haber encuadernado el único libro que sobrevivió a los cañones de Huerta. ¡Dios mío! ¿lo encuadernaste durante un bombardeo? ¿Por qué no te pusiste a salvo? Tenía que terminar lo que había comenzado. El libro que mi ayudante te llevó, fue el único que se salvó, apenas salió el muchacho con el volumen, una serie de explosiones llenaron el taller de humo, quise escapar pero ya estaba ahí un destacamento que me trajo preso. Espera, antes de que te vayas quiero pedirte un favor. Acércate un poco más, eso es, así ella acercó el pabellón del oído al libro cinematográfico y escuchó: tengo un plan para fugarme. El Lobo le contó su plan y lo que necesitaba de ella para llevarlo a cabo, luego se despidieron. Entrada la noche Don Luis encontró lo que buscaba, era una entrevista a la señora Lizbeth Cobos viuda de Pumar, hecha en 1954. En ella cuenta al entrevistador sus avatares durante la Revolución. Marina, como se refiere a esta mujer el entrevistador, transcribió: “Yo nací en el año de 1891 en Colima y a los 22 años, estando profundamente enamorada de Filemón Reyes, recibí un libro dedicado por él: “Marina, te dedico este libro que yo mismo escribí y cuyos pliegos son los primeros de muchos que imprimiré en la Heidelwerg que he mandado traer de Alemania”. Me llamaba Marina por la añoranza que yo sentía por el mar de mi tierra, de donde salí cuando tenía 20 años; entonces fue que lo conocí. Era un hombre moreno, decidido a cambiar la realidad de este país, él hubiera querido ser un soldado, pero en el Ejército del Sur era más útil como escribano. Nunca lo vi desde un 4 de febrero de 1913, cuando en la alameda de Santa María me contó que había comprado un taller de impresión, sentí miedo, usted sabe, una corazonada. Pensé entonces en lo que me contaba: “Cuando la cosa se pone

fea y salimos en retirada de algún pueblo, lo primero que busco es mi máquina de escribir”. Así demostró su valor muchas veces, por eso le decían el Lobo. “¡Dios mío!”, me dije entonces, “¿Cómo haría para cargar con una máquina de impresión si tuviera que salir huyendo?” Y mire usted lo que pasó, por no dejarla lo mataron. Sufrí tanto la muerte de aquel hombre que entonces tenía 28 años, que pensé que jamás volvería a sentir amor por nadie, pero el tiempo todo lo cura y no fue sino hasta 1923 que me casé con un español viudo con dos hijos y a quien quise como una colegiala, con él tuve tres hijos, José, Martín y Mariana. Estando él muerto, y casados sus hijos y nuestros hijos, yo cuento todo esto, porque a mí esa guerra me quitó durante muchos años la ilusión. Tuvo sus cosas buenas, pero aquel hombre sacrificó todo cuanto tenía por la Revolución. Y ahora que lo pienso, ¿qué vida hubiera sido la mía a su lado?, ¿qué vida hubiera tenido un hombre que estuvo en contra de Porfirio Díaz primero y luego de Madero? Pues luego hubiera estado en contra de Carranza y después contra Obregón y así hasta el final de los tiempos.” Don Luis leyó con cuidado cada parte de aquel revelador texto y fue cuando vio una fotografía de Marina fechada en 1915, que supo la clave de la existencia del libro cinematográfico. Cerró el libro y subió al tapanco de su negocio, donde vivía desde hacía treinta años. A la mañana siguiente, Belén fue con Don Luis para contarle todo sobre el plan de fuga del Lobo y sin importar que fuera domingo, lo encontró tras su mostrador. Qué bueno que vienes, muchacha. Mira lo que encontré. dijo el viejo, mostrándole la fotografía impresa en el libro de entrevistas. Soy yo dijo ella, sorprendida. No. Debe ser alguna antepasada tuya. Su nombre era Lizbeth Cobos y es a ella a quien el Lobo dedicó el libro dijo mientras preparaba un par de cafés instantáneos. Belén recibió la taza caliente, sorbió un poco antes de leer la entrevista por completo y luego dijo: Se trata de la abuela de mi padre. Ella murió en los sesenta, mucho antes de que yo naciera. No la conocí ni en fotografías, mi papá me contó alguna vez que me parecía a ella, pero nunca me hubiera imaginado a qué grado. De hecho, lo


único que conservo de mi bisabuela son unos centavos de oro que ella le regaló a mi padre cuando era niño y que a su vez él me dio cuando yo tenía once años. Mira, muchacha, como están las cosas eso debe tener algún sentido, de momento no se me ocurre cuál, pero debe tenerlo. Dijo agachando la cara para mirarla sobre los cristales de sus anteojos. En ese preciso momento Belén supo lo que tenía que hacer, así que omitió decirle a Don Luis el plan de fuga del Lobo. “Al fin y al cabo es un secreto entre nosotros”, se dijo a sí misma. Al terminar la plática con el viejo, regresó a su casa con la firme idea de acabar con todo aquello de una buena vez. En el camino se preguntaba: “¿Qué talla deberían ser los pantalones, la camisa y el calzado de Filemón?”. En su mesa de trabajo añadió al volumen las guardas hechas con grueso papel rojo. Luego aplicó suficiente pegamento blanco en el lomo para que las costuras quedaran cubiertas por completo, una vez seco, dio al lomo la forma de media caña con un martillo de zapatero. Recordó entonces lo dicho por el Lobo: “Necesito dinero para realizar mi empresa, te lo pido a ti, porque sabes bien que no tengo a quién recurrir”. Con ayuda del pegamento cubrió el desnudo lomo con gasa de algodón, sin olvidar las cabezadas que servirían de guardapolvo en los extremos de la media caña. “Por lo menos deben ser seis metros de cuerda de media pulgada, que podrás traer enredada bajo el vestido”. Para fabricar el forro que recubriría las solapas, midió el grosor, largo y ancho del encuadernado. Entretanto recordaba: “No olvides que el caballo deberá estar atado afuera del estanquillo “El Gallo de Oro”, en la calle de Peña y Peña”. Con pegamento, la piel de cordero y cartón macizo; construyó el forro, de modo que los pliegos cosidos encajaran con precisión en él. “Por favor, fíjate que el caballo no sea muy viejo y que esté bien herrado, en esta ciudad cualquiera te da gato por liebre”. Mientras plegaba la piel del forro para dar la forma exacta a las solapas recordaba: “Ojalá que el jorongo que consigas sea de lana suave para que abrigue mejor, porque en la sierra hace mucho frío”. Colocó los tipos en la doradora

y una a una imprimió las líneas sobre el forro extendido que decían: “Manual para el tipógrafo, impresor y encuadernador de libros finos”. Sonriendo recordó: “Ah, olvidaba pedirte unos cigarros y una botella de tequila para calmarme los cochinos nervios una vez que esté fuera de aquí”. Encajó el volumen pegando las guardas al forro con una mezcla de pegamento blanco y engrudo, ella sabía que era lo mejor para darle elasticidad a las solapas. En su mente regresaron las palabras del Lobo: “Por último te voy a decir una cosa. Si quieres estar conmigo, espérame en la alameda de Santa María a las cinco de la mañana. Si no estás, sabré que debo seguir mi camino sin ti”. Para terminar el encuadernado puso a secar el libro en la prensa. Entretanto pensaba: “Mañana a esta hora estaré saliendo del trabajo y si todo sale bien, ¿él dónde estará? ¿Lo volveré a ver? Tal vez nunca, a menos que lo espere en la Alameda de Santa María”. ¡Qué absurdo! dijo en voz alta, luego se preguntó en silencio: “¿Qué tipo de fantasía estoy viviendo?” ¿La misma que el Lobo? se contestó a sí misma a manera de pregunta. Sintió deseos de hablar con alguien, pero supo que nadie le daría las respuestas que necesitaba, así que fue a la cama a leer y se quedó dormida cerca de las seis de la tarde. Despertó a las ocho de la noche y como acto reflejo fue a su mesa de trabajo, aflojó la prensa y con la plegadera desprendió los puntos de pegamento en la parte interna de las solapas, que aun con su experiencia, no podía evitar. Limpió con un trapo húmedo los residuos de pegamento y miró el lomo como quién ve a través del ocular de un catalejo. El lomo se encontraba derechísimo, las solapas del libro abrían y cerraban a la perfección, no sin crujir un poco, pero esto sucedería sólo por un tiempo. Peinó sus cabellos tras los pabellones de los oídos, tomó una pluma de tinta negra y en la guarda posterior dibujó sobre el grueso y rojo papel una barda. “No muy alta, por si acaso”, pensó. Dibujó también la cuerda y el caballo bien herrado; los cigarros, el jorongo y el tequila atados a la silla; y un paquete sobre el que escribió: “Ropa y calzado”. Por último colocó ahí mismo las dos monedas de oro acuñadas con

denominación de un centavo y envolvió con mucho cuidado el libro, tomó una chamarra y fue a visitar a Don Luis. En la librería le entregó el paquete al viejo sin decir nada, le dio un beso en la mejilla y se marchó. Don Luis desenvolvió el paquete y colocó el libro en el anaquel destinado a la Revolución de 1910. Avanzada la noche, Belén soñó en tonos sepia a Filemón Reyes Barrera, el Lobo, lo vio sobornando a dos custodios antes de cambiar su traje a rayas por un atuendo de principios del siglo veinte. Como si él fuera parte de una película muda, lo vio subir un muro con ayuda de una cuerda y bajar del otro lado, caminar un poco, montar un caballo y trotar por calles empedradas hasta llegar a la alameda de Santa María, donde esperó el tiempo que tardó en ponerse el jorongo y fumarse un cigarro. Luego, a todo galope, cabalgó rumbo al norte. Al día siguiente Belén trabajó en el centro como siempre y por la tarde visitó a Don Luis. Sabía que vendrías. ¿Vienes por el libro? Le preguntó Don Luis sonriendo. No, sólo quiero verlo para estar segura de que todo acabó respondió, devolviéndole la sonrisa. El viejo tomó el libro de donde lo había dejado la noche anterior y se lo extendió. Ella lo abrió y para sorpresa de los dos, salvo la dedicatoria en la portadilla, las páginas estaban en blanco. Belén busco los trazos hechos por ella el día anterior en la guarda posterior del libro, y en su lugar encontró dibujado sólo el muro con la cuerda colgando. En silencio, la joven devolvió el libro a Don Luís, que buscó su lugar en el anaquel destinado a los temas sobre la Revolución Mexicana y al encontrarlo, emocionado dijo: ¡Muchacha, por favor ven a ver esto! Ella se acercó para recibir un desempastado libro que había pasado la noche junto al que ella había encuadernado. “Tal como lo soñé”, pensó al mirar en su primera página un jinete impreso con atuendo villista, que ilustraba el título del libro: “Vida y obra del revolucionario Filemón Reyes Barrera, el Lobo”. Don Luis, ya con rostro sereno, le preguntó: ¿Lo quieres encuadernar? Ella, meditabunda, guardó silencio antes de contestar. * Activista y escritor



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