Fil贸sofos destacados
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El filósofo estadounidense Richard Rorty nació el 4 de octubre de 1931 en Nueva York. Estudió en las universidades de Chicago y Yale, y se formó en la tradición de la filosofía analítica angloamericana y el pensamiento centroeuropeo. Rorty integró ambas corrientes y se le ha enmarcado en la corriente del neopragmatismo. Enseñó en la Universidad de Princeton hasta que en 1983 renunció a su cátedra de Filosofía para ocupar el puesto de profesor de Humanidades en la Universidad de Virginia. Entre sus libros destacan Consecuencias del pragmatismo y Contingencia, ironía, solidaridad. Falleció el viernes 8 de junio, a los 76 años.
Hijo de padres troskistas, se alinea dentro de la izquierda en el contexto americano. Orgulloso de su país, a la vez que crítico, condenará sin contemplaciones la invasión de Estados Unidos a Irak, a la vez que defiende el etnocentrismo y el papel director de occidente en el mundo, declarando, en este sentido, la necesidad de que Europa se involucre más para compensar el bajo nivel moral en el que cae frecuentemente la política americana. Dejará las cátedras de Filosofía por las de Letras (Stanford, 1998) a la búsqueda de un ambiente con el mínimo de condicionamientos burocráticos y academicistas. Dentro del clima de moda postmoderna, que llega a USA a través de la filosofía europea y, singularmente, por el impacto de autores como Derrida, coincidirá con los postmodernos en el modo cómo establecen el rechazo por la metafísica, error del pretérito en el que no sería bueno abundar. Admira libros antiesencialistas como los Márgenes de la filosofía, de Jacques Derrida, The Empirical Stance, de Bas van Fraassen, y Ser y Tiempo, de Heidegger. Pero contra ellos refrena sus tendencias nihilistas. Se declara heredero directo de la filosofía de John Dewey, del pragmatismo, apasionado por La reconstrucción de la filosofía (Dewey: 1920), ensaya su conexión con esta tradición filosófica en lo que ha venido a llamarse neo pragmatismo.
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P. Nos gustaría preguntarle especialmente por dos figuras del pasado. La primera de ellas es Darwin. Podemos percibir una creciente importancia y uso de Darwin o —mejor— de un vocabulario darwinista en sus obras. ¿Es el equilibrio entre azar y necesidad lo que le seduce? R. No, se trata más bien de que sólo después de Darwin la gente llegó a ser capaz de entender la naturaleza y la cultura, el mundo natural y el mundo cultural como algo continuo. Antes de Darwin, la idea platónica de que había un mundo animal inferior y un mundo espiritual superior era abrumadoramente dominante. Era imposible prescindir de esa partición. Creo que los últimos ciento cincuenta años de convergencia con Darwin han representado un proceso que conduce a rechazar esta distinción entre nuestro yo animal y nuestro yo espiritual. P. ¿Y respecto al papel que el azar juega tanto en la teoría darwinista como en su propuesta epistemológica y política? R. Además de hacer posible la superación de los tradicionales dualismos griegos, Darwin nos proporciona una útil metáfora para la cultura: la evolución cultural procede por adaptación arbitraria de mutaciones azarosas. Y de ahí surge un completo conjunto complementario de metáforas, como las que Daniel Dennet utiliza en sus libros.
R. Rorty admite que las creencias solo pueden considerarse verdaderas o falsas en cuanto son 煤tiles y adecuadas a los prop贸sitos que se desean lograr; "pero no representan nada". Por lo tanto, el problema de la verdad de las creencias no es un problema de correspondencia con una realidad que sirve de criterio para la verdad de esas creencias.