AÑO XVI
• EDICIÓ 553
2 DE ABRIL DE 2010 305 558 4577 • 954 430 1090
FU DADO E 1995 DIRECTOR-EDITOR ALFREDO MA TILLA
E l p e r i ó d i c o q u e s e d e j a l e e r. . .
Detallitos non Santos No cabe duda, y por más que intente mostrar lo contrario, Juan Manuel Santos tiene un mundo de diferencias con su ex jefe Álvaro Uribe. Así lo desnudó en su reciente visita de campaña a ‘la capital del sol’. Para comenzar, cuando el actual presidente colombiano vino por primera vez de candidato presidencial a Miami, con su cara de monaguillo y su habladito pausado, apenas podía mostrar un esmirriado 3 por ciento de intención de voto en las encuestas, contra el 36 por ciento que hoy luce orgulloso Santos, tras ‘quedarse’ con buena parte de la herencia política del paisa.
Horacio Serpa —con quien Santos se sentía más cercano en esos días— galopaba en los numeritos y por eso a Uribe sólo unos pocos fueron a esperarlo y escucharlo en sus presentaciones en Miami. Al ex ministro de varias carteras y varios gobiernos —Santos, por supuesto— el martes que llegó a Miami lo siguió un enjambre de pasajeros del bus de la ventaja que, aunque temporal y aún no definitiva, siempre atrae a las multitudes. El Uribe de aquellos días era un Uribe que medía cada una de sus palabras. Este Santos versión candidato presidencial desliza a veces razonamientos en-
contrados, como el de seguir con los postulados de la ‘seguridad democrática’ (caballito de batalla del gobierno Uribe), pero de repente suelta que estaría dispuesto a dialogar con las Farc (tufillo a Pastrana, otro ex jefe). De postre, antes de dejar el recinto de la Universidad Internacional de la Florida, donde tuvo un foro, tildó de hipócritas a Estados Unidos y a la ONU, por la —en sus palabras— ambivalencia en la aplicación de la Carta Democrática de la OEA del primero, y por no actuar con firmeza y determinación contra aquellos países que coquetean con el terrorismo, del segundo. ¡Vaya!
Santos elogió el legado de Uribe, pero prometió mejorarlo. Foto William Prazuela