Latín Velis 2

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TEMA 2 A) La morfosintaxis latina: el sistema nominal. Funciones de los casos. B) El legado de Roma en Hispania. A) GRAMÁTICA EL SISTEMA NOMINAL LATINO 1. El género El género en latín es una categoría gramatical por la que expresamos si seres tienen vida (seres animados) o no la tienen (seres inanimados), así como el sexo de los seres animados. El latín, al igual que el griego, establecía esta oposición mediante el establecimiento del género masculino, el género femenino (ambos para los seres animados) y el género neutro (para los seres inanimados). 2. El número No hay diferencias con el español en cuanto al número gramatical. Tanto en latín como en español tenemos singular (para un solo ser o cosa) y plural (para varios seres o cosas). 3. El caso La gran diferencia entre el latín y las lenguas románicas (incluido el español) es la categoría gramatical de caso. Llamamos caso a cada una de las distintas terminaciones que puede tener una palabra para expresar una función en una frase. Cada terminación expresaba un caso y a cada caso le correspondía una función. La categoría de caso proviene del indoeuropeo y tuvo distintas realizaciones en latín y en griego: FUNCIONES

CASOS EN LATÍN Nominativo

CASOS EN CASOS EN INDOEUROPEO GRIEGO Nominativo Nominativo

Vocativo Acusativo

Vocativo Acusativo

Vocativo Acusativo

Genitivo

Genitivo

Genitivo

-Complemento indirecto o dativo posesivo

Dativo

Dativo

Dativo

- Complemento circunstancial de separación - Complemento circunstancial instrumental ( de modo o causa) - Complemento circunstancial de lugar o de tiempo (sin embargo, quedan en latín restos del caso locativo) - Ablativo agente (en oraciones pasivas)

Ablativo

Ablativo

-Sujeto -Atributo -Llamada -Complemento directo -Complemento circunstancial (acusativo de extensión o de duración; acusativo de dirección; acusativo de relación) -Complemento del nombre -Complemento de verbos que rigen genitivo

Locativo Instrumental

FUNCIONES -Sujeto -Atributo -Llamada -Complemento directo -Complemento circunstancial (acusativo de extensión o de duración; acusativo de dirección; acusativo de relación) -Complemento del nombre -Complemento de verbos que rigen genitivo -Complemento circunstancial (de separación, de causa, de delito o precio) -Genitivo de comparación -Genitivo agente (en oraciones pasivas) -Complemento indirecto o dativo posesivo - Complemento circunstancial (instrumental -de modo o causa-; locativo -de lugar o de tiempo)


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La situación de los casos quedó en la latín de la siguiente manera: 1-1ª DECLINACIÓN tierra SINGULAR PLURAL N. terr-a terr-ae V. terr-a terr-ae Ac. terr-am terr-as G. terr-ae terr-arum D. terr-ae terr-is Ab. terr-a terr-is

CASO

FUNCIÓN

Nominativo Vocativo Acusativo (sin preposición) Genitivo Dativo Ablativo y acusativo (con preposición) Locativo (escasamente utilizado)

Sujeto o atributo Interpelación o llamada Complemento directo Complemento del nombre Complemento indirecto Complemento circunstancial Complemento circunstancial de lugar en donde

Al haber seis casos, había seis terminaciones para el singular y otras seis para el plural. Al conjunto de terminaciones o desinencias que puede adoptar un nombre, un adjetivo o un pronombre según la función que desempeñe en la frase es lo que llamamos declinación. Este sistema quedó sustituido en español por diversos procedimientos, tales como el lugar que ocupa una palabra en la oración y sobre todo, las preposiciones, si se trata de un nombre. Las diversas desinencias de los casos latinos equivalen a las preposiciones del español. Por esta razón, el uso de las preposiciones no es tan esencial en latín como en en las lenguas romances, y, de hecho, queda reducido a dos casos: el acusativo y el ablativo. Se declinaban las siguientes palabras: los sustantivos, los adjetivos, los pronombres y los participios. Veamos detenidamente las funciones de los casos. Nominativo. El nominativo puede realizar en latín las funciones de sujeto, de atributo o de aposición. Recordemos que en español se reconoce el sujeto de una oración aplicando la concordancia de número y persona entre su núcleo y el núcleo del predicado. Ej.: Mi hermano leyó el discurso; Mis hermanos leyeron el discurso. El atributo, por su parte, es el complemento de los verbos ser, estar y parecer, verbos llamados copulativos al ser elementos de unión o cópula entre el sujeto y el propio atributo. Se puede reconocer al atributo mediante la concordancia, pues si el atributo es un adjetivo, su núcleo concuerda en género y número con el núcleo del sujeto. Ej.: Mis asignaturas estaban aprobadas. El sujeto y el atributo se expresan tanto español como en latín sin preposición. Ej. esp.: Sicilia es una gran isla; lat.: Sicilia (N. S. F. 1ª) magna (N. S. F. 1ª) insula (N. S. F. 1ª) est. Analiza morfológicamente (según los ejemplos) las palabras subrayadas y traduce al latín la siguiente oración con la ayuda del vocabulario correspondiente. Luego, analiza sintácticamente. Europa1 magna7 est. Hispania1, Italia1 et Graecia1 non insulae1, sed magnae7 Europae1 peninsulae1 sunt. TRAD.: Europa1: Europa -ae (F.)= Europa (N.S.F.) magna7: magnus magna magnum= grande (N.S.F.) Hispania1: Hispania -ae (F.)= Hispania ( ) Italia1: Italia -ae (F.)= Italia ( ) Graecia1: Graecia -ae (F.)= Grecia ( )

) insulae1: insula -ae (F.)= islas ( sed: sino que peninsulae1: península -ae (F.)= penínsulas ( sunt1: son

Analiza sintácticamente y traduce al latín la siguiente oración con la ayuda del vocabulario correspondiente: Germania y Galia no son ni islas ni penínsulas TRAD.: Germania: Germania -ae1 (F.) y: et Galia: Galia -ae1 (F.) ni: neque

isla: insula -ae1 (F.) península: peninsula -ae1 (F.) son: sunt1

)


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Vocativo. La función de interpelación o llamada se reconoce en español por suponer una llamada de atención a alguien y porque suele ir entre comas. En latín era la misma situación, si bien con una desinencia específica. Ej. esp.: Niñas, no tenemos riquezas; lat.: Divitias, puellae (V. P. F. 1ª), non habemus. Analiza morfológicamente (según los ejemplos) las palabras subrayadas y traduce al latín la siguiente oración con la ayuda del vocabulario correspondiente. Luego, analiza sintácticamente. Puellae1, venite31. TRAD.: Puellae1: puella -ae (F.)= niña (

)

venite: venid

Analiza sintácticamente y traduce al latín la siguiente oración con la ayuda del vocabulario correspondiente: Ven, ¡oh señora! TRAD.: ven: veni31 ¡oh!: o

señora: domina -ae1 (F.)

Acusativo. La principal función del acusativo es la de complemento directo. Este complemento tiene como función modificar o concretar el significado de determinados verbos, de ahí que su presencia sea muchas veces imprescindible para que la oración tenga sentido. Ej. El jugador recibió un premio (está claro que sin el complemento directo "un premio" la oración pierde mucho de su significado). Para reconocer un complemento directo es importante fijarse en si es posible hacer lo siguiente: Sustituirlo por los pronombres lo, la, los, las. Ej. El jugador lo recibió. Transformar la oración en pasiva. El complemento directo de la oración en activa pasa a ser sujeto paciente cuando transformamos la oración en pasiva. Un premio fue recibido por el jugador. El complemento directo se expresa en español bien sin preposición o con la preposición a. Sin embargo en latín tiene su propia desinencia. Ej. esp.: Los troyanos fundaron una tierra; lat.: Troiani terram (AC. S. F. 1ª) condiderunt. Otra de las funciones que podía tener el acusativo es la de complemento predicativo. Llamamos complemento predicativo a aquél que, además de referirse a un verbo no copulativo, se refiere también a un sustantivo o pronombre de la oración. Ej. esp.: Eligieron cónsul a Cicerón; lat.: Ciceronem consulem (AC. S. M. 3ª) diligerunt. Existía también en latín la posibilidad de que el acusativo pudiera expresar complementos circunstanciales en acusativo sin preposición. Cuando se trataba de expresar una circunstancia de extensión en el espacio o duración en el tiempo. Ej. esp.: Avanzó cien pasos; lat.: Centum passus (AC. P. M. 4ª) processit. Analiza morfológicamente (según los ejemplos) las palabras subrayadas y traduce al latín la siguiente oración con la ayuda del vocabulario correspondiente. Luego, analiza sintácticamente. Incolae1 victoriam1 et divitias1 obtinent4 TRAD.: incolae1: incola-ae (M.)= habitantes ( victoriam1: victoria-ae (F.)= victoria (

) )

divitias1: divitiae -arum (F.)= riquezas ( obtinent4: consiguen

)

Analiza sintácticamente y traduce al latín la siguiente oración con la ayuda del vocabulario correspondiente: Los marineros miran las estrellas, pues las estrellas muestran el camino. TRAD.: marinero: nauta -ae1 (M.) estrella: stella -ae1 (F.) miran: spectant3

pues: nam camino: via -ae1 (F.) muestran: monstrant3

Genitivo. La función que en gramática española se conoce como adyacente-complemento del nombre (Ady-CN) era desempeñada en latín por el genitivo. Ej. esp.: Gran parte de los marineros estaba aterrorizada; lat.: Magna pars nautarum (G. P. M. 3ª) perterrita erat. Otra de las funciones del genitivo era la de ser complemento de un adjetivo o de un participio. Ej.: Un hombre libre de delito fue condenado; lat.: homo sceleris (G. S. N. 3ª) purus damnatus est. Ej. esp.: Los romanos luchaban deseosos de gloria; lat.: Cupidi gloriae (G. S. F. 1ª) Romani pugnabant.


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Finalmente, el genitivo podía actuar también como complemento de régimen de determinados verbos (CReg) que exigen una determinada preposición. Ej. esp.: El general fue acusado de traición; lat.: Dux accusatus est proditionis (G. S. F. 3ª). Como se observa, en la mayoría de los casos, este tipo de complemento acabó por llevar en castellano la preposición de. Ej. esp.: Todos los pueblos de Italia; lat.: Omnes gentes Italiae (G. S. F. 1ª). Analiza morfológicamente (según los ejemplos) las palabras subrayadas y traduce al latín la siguiente oración con la ayuda del vocabulario correspondiente. Luego, analiza sintácticamente. Insularum1 incolae1 nautas1 necant3. TRAD.: insularum1: insula -ae (F.)= islas ( incolae1: incola -ae (M.)= habitante (

nautas1: nauta -ae (M.)= marinero ( necant3: matan

) )

)

Analiza sintácticamente y traduce al latín la siguiente oración con la ayuda del vocabulario correspondiente: La Historia es vida de la memoria, maestra de la vida TRAD.: Historia: Historia -ae1 (F.) es: est1 vida: vita -ae1 (F.)

memoria: memoria -ae1 (F.) maestra: magistra -ae1 (F.)

Dativo. El dativo es el caso del complemento indirecto. Este complemento indica la persona o cosa en cuyo beneficio o perjuicio se hace o sucede algo. Por tanto expresa la persona o cosa en cuyo favor, utilidad, fin, daño o provecho se realiza la acción verbal. El complemento indirecto lleva en español la preposición a o para. Ej. esp.: Establecieron un día para una entrevista; lat.: Diem colloquio (D. S. N. 2ª) dixerunt. Verbos que suelen llevar este complemento indirecto en dativo son los que significan favorecer, perjudicar, mandar, obedecer, perdonar, acercarse, etc. Un caso notable de dativo es el llamado dativo posesivo, por el cual un objeto en nominativo combinado con un verbo copulativo y con un complemento en dativo indica posesión, que alguien tiene algo. Ej. esp.: Tengo un libro; ej. lat.: mihi (D. S. M.-F.) est liber. Analiza morfológicamente (según los ejemplos) las palabras subrayadas y traduce al latín la siguiente oración con la ayuda del vocabulario correspondiente. Luego, analiza sintácticamente. Puellae1 poetas1 coronant3 atque poetis1 rosas1 dant3. TRAD.: puellae1: puella -ae (F.)= niñas ( ) poetas1 poetis1: poeta -ae (F.)= poetas ( coronant3: coronan

)

atque: y rosas1: rosa -ae (F.)= rosas ( dant3: dan

)

Analiza sintácticamente y traduce al latín la siguiente oración con la ayuda del vocabulario correspondiente: Los habitantes anuncian la victoria a las niñas TRAD.: habitante: incola -ae1 (F.) anuncian: nuntiant3 (F.)

victoria: victoria -ae1 (F.) niña: puella -ae1 (F.)

Ablativo. El ablativo es el caso del complemento circunstancial. Este complemento expresa las diversas circunstancias en que se produce la acción verbal, tales como separación, procedencia, instrumento, causa, modo, materia, compañia, lugar, tiempo, etc. El complemento circunstancial se expresa con preposiciones tales como con, de, en, por, sin, sobre, tras. Ej. esp.: Permanecía en Hispania; lat.: In Hispania (Ab. S. F. 1ª) manebat. Sin embargo, el ablativo no era el único caso que podía expresar un complemento circunstancial, pues, como se vio anteriormente, la extensión en el espacio y la duración en el tiempo podía expresarse mediante el acusativo. El ablativo puede ser el segundo término de una comparación. Ej. esp.: Nadie fue más sabio que Sócrates; lat.: nemo Socrate (Ab. S. M. 3ª) sapientior fuit. En las oraciones pasivas el complemento agente se expresa igualmente en ablativo. En español lleva la preposición por. Ej. esp.: La chica fue amada por nosotros; lat.: Puella nobis (Ab. P. M.-F.) amata est.


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Analiza morfológicamente (según los ejemplos) las palabras subrayadas y traduce al latín la siguiente oración con la ayuda del vocabulario correspondiente. Luego, analiza sintácticamente. Puellae1 insularum1 laetitia1 magna7(1) rosas1 agricolis1 dant3. TRAD.: Puellae1: puella -ae (F.)= niñas ( ) insularum1: insula -ae (F.)= islas ( ) laetitia1: laetitia -ae (F.)= alegría ( ) magna1: magnus magna magnum= grande (

rosas1: rosa -ae (F.)= rosas ( ) agricolis1: agricola -ae (M.)= campesinos ( dant3: dan

)

)

Analiza sintácticamente y traduce al latín la siguiente oración con la ayuda del vocabulario correspondiente: Vemos la amistad en la adversa fortuna. TRAD.: vemos: videmus4 amistad: amicitia -ae1 (F.) en: in (prep. de abl.)

adversa: adversus adversa adversum7 fortuna: fortuna -ae1 (F.)

Locativo. El locativo era un antiguo caso indoeuropeo que indicaba el lugar donde está o sucede algo. En latín quedan algunos restos de este caso, con diferentes desinencias dependiendo de su declinación. Ej. esp.: En Roma; lat.: Romae; Ej. esp.: En la paz y en la guerra; lat.: Domi (Loc. S. F.) militiae-que (Loc. S. F.). El caso locativo no aparecerá en los cuadros de la declinación y sólo se hará referencia a él cuando vaya apareciendo en las traducciones. La declinación fue progresivamente abandanada, ya desde la época del latín vulgar. En las lenguas romances este procedimiento ya ha desaparecido, aunque no todas las palabras abandonaron la declinación. Así, por ejemplo, quedan algunos restos en el uso de los pronombres personales, de modo que utilizamos yo para el sujeto, me para el complemento directo, mi para el complemento indirecto, etc. Las cinco declinaciones del latín En latín existen cinco declinaciones o maneras de declinar un nombre, un adjetivo, un pronombre o un participio. La manera de expresar una declinación es indicar su enunciado, mediante el cual decimos el nominativo y el genitivo singular, si se trata de un sustantivo, o bien todas las posibles formas del nominativo singular, si se trata de un adjetivo, un pronombre o un participio. En la siguiente tabla vemos un panorama general de de las declinaciones latinas: DECLINACIÓN 1ª 2ª 3ª consonante 3ª en -i 3ª mixta 4ª 5ª

TEMA DE LA DECLINACIÓN Temas en -a Temas en -o Temas en consonante Temas en -i Temas en consonante y en -i Temas en -u Temas en -e

ENUNCIADO terra -ae1 dominus -i2; puer puer-i4; oppidum -i6 consul consul-is32; miles milit-is33; caput capit-is36 civis civ-is38; mare mar-is39 urbs urb-is40 exercitus -us41; cornu -us42 dies di-ei43

Observaciones: 1. El nominativo singular es variable en la 2ª y la 4ª declinaciones. 2. El tema hace alusión a la vocal dominante antes de añadir la desinencia. En la 3ª declinación tipos consonante y mixta, el tema se averigua separando la desinencia -is. 3. Los números escritos en superíndice (ej. terra -ae1) aluden a nuestra forma de trabajar la traducción, de modo que cada número no subrayado (los subrayados corresponden a los verbos) corresponde a un tipo o subtipo de declinación. 4. Los adjetivos se enuncian mediante el nominativo singular en todas sus formas (masculino, femenino y neutro), seguido de su significado. Ej.: magnus -a -um, grande; felix, feliz (con una única forma para el nominativo singular masculino, femenino y neutro).


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B) LA HISPANIA ROMANA Factores que influyeron en que los romanos se asentaran en Hispania La organización política y social que Roma estableció en las provincias de Hispania hicieron que su cultura y su arte arraigaran en la Península. Una situación económica, en general próspera, favoreció el asentamiento en Hispania de hábitos y comportamientos poco conocidos o desconocidos por los primeros pobladores indígenas. Tal vez merezca la pena exponer algunas nociones generales que ayuden a comprender el significado de edificios, monumentos e instrumentos que legaron los romanos y que pueden verse todavía hoy, en las calles, plazas o museos de muchas ciudades de la Península. Por su clima y su relieve, las provincias orientales y meridionales tuvieron mayor prosperidad y en ellas arraigaron con mayor rapidez técnicas, costumbres y destrezas de los romanos. Las actividades económicas 1. Caza, pesca e industria conservera Los primeros pobladores eran cazadores y pescadores. La caza siguió practicándose sin restricciones ni innovaciones por parte de los romanos. La pesca, en cambio, base de la alimentación de varias regiones, recibió un enorme impulso. Un importante excedente se dedicó a la industria conservera. La técnica del salazón fue introducida por los cartagineses. Los romanos ampliaron e intensificaron esta industria. La sal que entraba de las salinas del sur peninsular era el elemento básico. Ciudades como Cartago Nova (Cartagena, Murcia), Sexi (Almuñécar), Baelo Claudia (Bolonia, Cádiz) y Gades (Cádiz) poseían fábricas de salazones organizadas y dirigidas por los romanos. En ellas se preparaba el pescado, previamente limpio y troceado, y almacenado en depósitos para ser posteriormente envasado y exportado. 2. La agricultura La introducción en los campos de la meseta del arado romano permitió mejorar las cosechas de cereales, en especial de trigo y cebada, que eran almacenadas en silos. Hasta la introducción de los tractores y las cosechadoras en las últimas décadas del siglo XX, el arado romano ha sido de obligada presencia en nuestros campos. El vino y el aceite, cuya obtención a partir de la vid y el olivo era conocida en la Hispania prerromana, fueron objeto de exportación. 3. La minería Lo que más impacto causó a los romanos fueron las minas de Hispania, que constituyeron uno de los móviles de la conquista. Escipión fue el primero en regresar a Roma cargado de plata. Pronto la riqueza de Hispania en metales se hizo proverbial. En un principio, los propios gobernadores tenían el control de las explotaciones pero ya durante los últimos años de la segunda guerra púnica (180 a. C. aprox.) la gestión de las minas se encomendó a arrendatarios privados publicani-. Las explotaciones de plata en Cartago Nova (Cartagena), de plomo y plata en Cástulo (Linares), las de cinabrio en Sisapo (Almadén, Ciudad Real) fueron afamadas a lo largo y ancho de¡ imperio. Igual fascinación ejerció la explotación de oro en las regiones de Galicia y Asturias. Conocemos hoy en Las Médulas (León) la técnica de extracción del oro y de aprovechamiento de los filones. Plinio describe las diversas formas de hacerse con las pepitas del codiciado metal. Concretamente, en las Médulas se utiliza el llamado ruina montium, sistema que consistía en lo siguiente: En primer lugar, se cavan pozos y galerías destinados a provocar el hundimiento del monte. Luego, en los puntos elevados de la explotación, se colocan grandes depósitos de agua alimentados Por una red de acueductos. Finalmente, se precipitan chorros de agua sobre los montones de tierra que fluyen hacia los llamados canales de decantación donde se recogen las pepitas de oro. Estas minas, como todas las de oro existentes en el Imperio, eran monopolio del emperador.

Las Médulas (León)


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4. El comercio Naturalmente, toda esta actividad económica de producción y consumo iba ligada a la del comercio. Actividades relacionadas con la importación y exportación reflejan bien la mentalidad romana. Roma impuso su moneda y su propio sistema de pesas y medidas. Urbanismo y obras públicas Pero, con ser todo lo dicho anteriormente muy importante, hay un hecho que hace hablar por sí solo a la mayor parte de los vestigios romanos que encontramos hoy en la Península. Roma hace que Hispania quede vertebrada en torno a importantes núcleos urbanos, que deberán conectarse entre sí por medio de una red viaria que permita el movimiento fluido de pasajeros y mercancías. Así, tras una red de calzadas, hay una serie de ciudades que se construyen conforme a unas normas urbanísticas; para ello es necesario una importante industria de la construcción a cuyo frente están los ingenieros Y arquitectos. Igualmente, las ciudades tienen sus edificios públicos y privados. Transformar un paisaje rústico en otro urbano es algo característico del mundo moderno. Roma fue pionera. Veamos la huella que evidencia en Hispania toda esa actividad. 1. Las calzadas romanas Comenzamos por la red de calzadas. Algunas de ellas son hoy reconocibles en su estado primitivo; otras han dejado paso a carreteras de índole estatal, regional o local; otras han quedado enterradas y oscurecidas. Las calzadas de mayor importancia y de mejor acabado suelen tener de cinco a seis metros, con sus correspondientes arcenes y permiten el cruce de los carruajes. El firme tiene en ocasiones hasta un cuarto de espesor; al fondo están los cimientos de piedra; sobre ellos se pone una capa de grava y por encima se coloca el empedrado de grandes losas irregulares con una sección ligeramente abombada y peraltada. Esta es la técnica de las vías más importantes y más transitadas. Las que hoy llamamos carreteras sin asfaltar eran conocidas como terrenae stratae, carreteras de tierra, que también fueron trazadas y abiertas por los romanos. Muchas de la llamadas carreteras locales por las que hoy se circula son creación de los romanos. El mapa adjunto habla por sí solo, pero hay al menos dos carreteras de capital importancia: la Vía Augusta y la Vía de la Plata. La primera sigue un trazado indígena, citado por Polibio antes del año 125 a.C. Entraba por los Pirineos y desde la Junquera llegaba a Tarragona para continuar por Tortosa, Sagunto y Játiva hasta Cartagena. Desde allí entraba en Andalucía para llegar hasta Cádiz. Otro eje Norte-Sur, pero por la parte occidental es el que unía Astorga con Huelva, la llamada Vía de la Plata. Su tramo más importante era el que unía Emérita Augusta (Mérida) con Salamanca. Recorridos de tipo transversal fueron fomentados especialmente por Julio César y Octavio Augusto. Así, el tramo que unía Lérida con Salamanca, el que unía Zaragoza con Mérida pasando por Calatayud y Toledo y el que unía, en territorio hoy portugués, Mérida con Lisboa. Lo importante es no solo la construcción, sino el trazado y también su señalización: mojones, algunos de ellos visibles todavía hoy, van midiendo las distancias y sirven para relacionar tiempo y espacio. Los romanos, obviamente, no conocían el sistema métrico decimal, pero sí fueron conscientes de la necesidad de medir las distancias y de informar al viajero.

En época imperial la configuración urbana en la Península Ibérica es llevada a cabo por Augusto -que continúa la labor de César- quien cuenta con la ayuda de M. Vipsanio Agripa, organizador de la Galia, que fue quien dotó de la infraestructura necesaria a la zona Noroeste: Asturica Augusta (Astorga), Lucus Augusti (Lugo), Bracara Augusta (Braga) y además reorganizó administrativamente la península dividiendo la Provincia Ulterior en la Bética y la Lusitania, al sur y al norte respectivamente del río Guadiana entre 16 y 13 a.C. Su papel fue fundamental en la fundación de Augusta Emerita. Se centró su labor en la ampliación monumental de las ciudades de acuerdo con su rango y potenciar el culto al emperador Augusto. Estas dos características coinciden en ciudades nuevas como Caesaraugusta (Zaragoza), y núcleos antiguos como Bilbilis (Calatayud), Segobriga (Segorbe, Cuenca), Conimbriga (Condeixa-a Velha).


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2. Los puentes Ligados a las calzadas están los puentes. Son un recurso para sortear dificultades derivadas de la orografía. Los inconvenientes planteados por vaguadas y ríos solían salvarse mediante puentes, un elemento arquitectónico que los romanos elevaron a la categoría de obra de arte: recios pilones bien cimentados para resistir los embates de la corriente sujetan arcos de medio punto, sobre la que transcurre una calzada de 5 o 6 metros de anchura. Hasta el siglo XIX, el sistema de construcción empleado por los romanos apenas varió. El inventario completo de puentes romanos de Hispania esta sin realizar. Aún así, señalaremos algunos muy destacables, como el de Manresa, sobre el río Cardoner, el de Martorell, sobre el Llobregat, y el de Córdoba, sobre el Guadalquivir. Los más espectaculares, sin embargo, se encuentran jalonando la Vía de la Plata. De fama mundial son los de Alcántara, sobre el Tajo, y el de Mérida, sobre el Guadiana; en esas mismas provincias y en peor estado de conservación encontramos el del río Albarregas, el de Alconétar y el de Cáparra, en la provincia de Cáceres. Igualmente cabe reseñar el puente sobre el Tormes, en Salamanca.

3. Los acueductos Calzadas y puentes llevan a las ciudades. Los romanos crearon una serie de edificios y monumentos, cada uno con funciones diferentes. Ligados con el agua y la técnica de los puentes están los acueductos. Tienen una función eminentemente práctica: asegurar el abastecimiento de agua a las ciudades. Sin embargo, los romanos supieron convertir esas obras de ingeniería en obras de arte. El acueducto consta de un caput acquae, especie de depósito, cisterna o estanque donde se recogen las aguas que han de alimentarlo, sea de lluvias o de manantiales. Viene después el canal propiamente dicho, specus, por donde discurre el agua. El acueducto acaba en el castellum acquae o piscina limaria, depósito en el que se recogen las aguas y desde el que se distribuyen por la ciudad, Los cuatro más espectaculares son los de Las Ferreras en Tarragona, los emeritenses de Los Milagros y San Lázaro y el de Segovia, auténtica joya mundial. 4. Los arcos Con función única y exclusivamente decorativa, que funde sus orígenes en la conmemoración de victorias y éxitos militares, los romanos llevaron por todo el imperio una serie de arcos. Hispania no fue una excepción, aunque carecieron de la espectacularidad que tuvieron en Roma y en otros puntos de Italia. Los mas importantes son el de Bará en Tarragona, junto a la Vía Augusta; el de Medinaceli, en Soria, con un emplazamiento privilegiado y una curiosa forma, un arco central jalonado por otros dos laterales de dimensiones mas reducidas, y el de Cáparra en Cáceres, curioso ejemplar de forma cuadriforme que da la sensación de que en él confluyeran las dos arterias más importantes de la ciudad. 5. Las murallas Los puentes, acueductos y arcos están fuera de las ciudades. Muchas de las ciudades de la Hispania romana están amuralladas; ambivalente, externa e interna a un tiempo, la muralla es un signo distintivo de algunas ciudades importantes. La experiencia de los romanos en la construcción de campamentos es decisiva a la hora de trazar y construir ciudades. El perfil es similar: planta rectangular o cuadrada con una puerta en cada punto cardinal. Las murallas destinadas a protegerla suelen tener tres o cuatro metros de anchura y unos doce metros de altura. Las piedras, en ocasiones muy bien labradas, fueron aprovechadas en épocas posteriores para la construcción de monumentos y edificios diversos. Mencionaremos las murallas de Lugo, León, Astorga (León), Tarragona, Coria (Sevilla), Carmona, Zaragoza, Gerona, Ampurias (Gerona) y Termancia (Soria).


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6. Edificios para espectáculos Dentro del recinto de la ciudad y a veces fuera, pero cerca de ella, los edificios típicos de la civilización romana son abundantes y variados. Hablaremos primero de los más impresionantes, los destinados a la celebración de espectáculos de masas: los circos, anfiteatros y teatros. En el circo tenía lugar uno de los espectáculos que mas arrebató al pueblo romano: la carrera de carros tirados por caballos, generalmente cuadrigas, que levantaban al público de los asientos y lo hacía vibrar. Cuatro facciones y cuatro colores -rojo, blanco, azul y verde- competían sobre una pista alargada de tierra cortada por la spina, una especie de pequeño muro largo, ligeramente desviado del eje longitudinal para facilitar las vueltas hasta llegar a la línea de meta. Hoy día no es fácil identificar los circos romanos, por su deficiente estado de conservación y porque otros monumentos junto a ellos o sobre ellos los eclipsan. No obstante, pueden atestiguarse en Hispania al menos cinco circos: el de Mérida (Badajoz)-el mejor conservado-, el de Toledo, el de Tarragona, el de Sagunto (Valencia) y el de Calahorra (La Rioja). Bastante mejor están los anfiteatros, en los que tenían lugar los ludi (combates de gladiadores y luchas de hombres contra fieras) y las naumaquias o combates navales. Las construcciones de forma elíptica con graderíos volcados sobre la arena son de gran perfección y han resistido airosamente al paso de los siglos. Esto se puede comprobar visitando los anfiteatros de Itálica, Tarragona, Mérida y Segóbriga, que son espectaculares. No lejos de ellos se encuentran los teatros. La mayoría de los conservados en la Península presentan una cierta homogeneidad por cuanto que casi todos ellos datan de los siglos I d.C. y II d.C. Sorprende que el pueblo romano, amante del circo y el anfiteatro, haya dejado tan lejos de Roma una red de teatros espectaculares y de enormes proporciones en muchos casos. Todos los que conservamos son genuinamente romanos; no se trata de remodelaciones sobre un modelo griego previamente edificado. Aquí la orchestra es todo un semicírculo; el proscenio es el escenario. La scaena es ahora fija, y en la mayoría de los casos una auténtica obra de arte; la parte que mira al público, el frons scenae, se decora con esbeltas estatuas y elegantes templetes. Hispania llegó a contar con al menos veintiún teatros. Hoy día en los teatros de Mérida, Itálica (Santiponce, Sevilla), Sagunto, Clunia (Burgos) y Segóbriga (Cuenca) se celebran representaciones a cargo de grupos juveniles dentro del Festival de Teatro Grecolatino, que nació en uno de los más pequeños -Segóbriga- en 1983. Igualmente, se representa muy cerca de los antiguos teatros de Tarragona, Cartagena, Bilbilis (Calatayud, Zaragoza) y Pollensa (Mallorca). Se tiene conocimiento de teatros en Acinipo (Ronda), cuyas ruinas son bien visibles, Málaga, Regina (Badajoz), Baelo-Claudia (Cádiz) y Osuna (Sevilla). Cada uno de los teatros tiene su característica distintiva y su encanto especial. La majestuosidad del de Mérida, la orchestra del de Itálica, el emplazamiento del de Sagunto, la perfección que revela el recién excavado de Cartagena y la salvaje desnudez de Clunia y Segóbriga jamás se borran de los ojos del visitante. 7. Los templos No todos los edificios públicos de las ciudades son para que los ciudadanos empleen en ellos parte de su tiempo de ocio. Con otro propósito bien distinto levantaron los romanos en las ciudades de Hispania templos en honor a sus dioses. Muy pocos de ellos han resistido el paso de los tiempos. Los templos de Diana y de Marte en la ciudad de Mérida, el coqueto y pequeño templete situado en la cabecera del puente de Alcántara, dedicado al emperador Trajano, y el reconstruido pero impresionante templo de Vich (Gerona) son ejemplares dignos de atención. 8. Los monumentos funerarios Cerraremos este repaso a los edificios romanos haciendo mención de algunos monumentos funerarios y necrópolis especialmente llamativos. Dentro de los primeros cabe citar la torre de los Escipiones en Tarragona, la torre Ciega de Cartagena y el esbelto mausoleo hallado en Fabara (Zaragoza). Por su parte, la necrópolis de Carmona (Sevilla) y Baelo-Claudia (Cádiz) hablan de las formas de enterramiento. Ambas son necrópolis de incineración, el sistema más empleado en la época del Imperio. Alguna otra edificación de difícil clasificación, como el faro que conocemos con el nombre de torre de Hércules en La Coruña cerraría esta relación a los monumentos romanos en la antigua Hispania Romana. 9. Las casas romanas Complejos arqueológicos como los de Itálica y Mérida muestran hermosos ejemplos de casas romanas donde los mosaicos brillan con luz propia.. Igualmente hermosos son los mosaicos procedentes de algunas de las antiguas villae o casas de campo de los romanos, tanto rústicas (especie de casas de labor) como urbanas. Es el caso de las villas de la Olmeda y Quintanilla de la Cueza, ambas en la provincia de Palencia. En Marbella (Málaga) cabe destacar la Villa de Río Verde, con un curioso mosaico culinario (ver tema 3) y la Villa del Ruedo, en Almedinilla (Córdoba). Es raro y difícil dar no paso por cualquier lugar de la geografía peninsular e insular sin reconocer en nuestro entorno las huellas de Roma. La organización social en Hispania Los habitantes que poblaban los diversos municipios (municipia) por razón de su nacimiento podían ser de cuatro rangos diferentes: •

Cives o municipes: eran los nativos, naturales del municipio en cuestión; podían ejercer cargos públicos.


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Allecti: eran los habitantes que, sin haber nacido en el, municipio, habían sido adoptados como hijos suyos; tenían restringido el acceso a los cargos públicos. Adventores y hospites: eran los transeúntes, que de forma esporádica podían estar ligados de algún modo a la ciudad.

Incolae: en las colonias fundadas por los romanos se reservaba este nombre para designar al contingente reducido de los antiguos pobladores.

Al frente de todos esos habitantes estaban los llamados duumviros, responsables de lo que hoy podemos llamar La gestión municipal. La evoluación de la sociedad romana en Hispania Las clases sociales indígenas en cualquier caso no se vieron excesivamente alteradas por la llegada de los romanos; se mantuvo siempre, eso sí, la gran división entre esclavos y libres, y, a su vez, dentro de éstos la división entre patricios y plebeyos. Pese a que los romanos introdujeron sus leyes y sus sistemas, una vez vencidas las resistencias y finalizada la conquista, la sociedad fue estabilizándose y la convivencia resulto fluida. Poco a poco, las ciudades fueron consiguiendo mayor autonomía. Vespasiano, a fines del siglo I, concedió a todas las provincias el derecho latino, por el que todos los habitantes de las ciudades quedaban asimilados a los habitantes del Lacio. El paso definitivo lo dio Caracalla, quien otorgó el civitatis ¡us, el derecho de ciudadanía a todos los súbditos del imperio; quedaban, pues, igualados a los de Roma. Hispanos ilustres en la Historia de Roma La cultura romana arraigó en la Península con gran fuerza: personajes nacidos en Hispania han pasado a la historia de Roma y de su literatura. Así, Córdoba vio nacer a Lucio Anneo Séneca (siglo I a.C.), escritor de tratados retóricos, y a su hijo del mismo nombre (siglo I d.C.), autor de tratados filosóficos y preceptor en su día del emperador Nerón. Su sobrino, Marco Anneo Lucano (siglo I d.C.), también cordobés, escribió un voluminoso poema épico: La

Farsalia. De Gades, actual Cádiz, fue Lucio Columela (siglo I d. C.), autor de un tratado sobre agricultura titulado De re rustica. Calahorra, en La Rioja, es la tierra natal de Marco Fabio Quintiliano (siglo I d.C.), maestro de retórica. No lejos, Bílbilis, actual Calatayud, vio nacer a uno de los genios de la literatura latina: Marcial, cuyos Epigramas rebosan ingenio en todos sus versos. Los emperadores Trajano y Adriano, que marcaron un hito en la historia del Imperio Romano, fueron naturales de ltálica, en la Bética. Como se ve, se produjo un intercambio mutuo de personas e ideas que enriqueció a todos, romanos e hispanos.

Nec possum tecum vivere nec sine te Marcial, Epigramas, 12, 46, 2

Ni contigo ni sin ti tienen mis males remedio; contigo por que me matas, sin ti porque me muero. (Camarón)

Recopilación: Antonio López Gámiz


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