JOSEPH Viajando hacia la inspiraci贸n
Alison Garc铆a
JOSEPH Viajando hacia la inspiraci贸n
Alison Garc铆a
Nunca pens茅 que iba a salir de Bristol sin una raz贸n para seguir adelante...
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Siendo poeta tenía que buscar algo que me motivara a seguir, no económicamente sino algo que me inspirara de la manera en la que ella me inspiró a mi, de la manera en la que ella me mostró el mundo, y que por un momento supe que tenía de verdad a una amiga, pero me estoy adelantando mucho, voy a iniciar desde cero. Bristol era una ciudad muy sobria, llena de personas longevas que solo querían demostrar ser alguien y a la vez no lo lograban porque eran personas vacías y sin corazón. Yo me dedicaba a la poesía, era alguien que pensaba el típico cliché de “si soy un poeta, necesito una musa”, era algo absurdo pero le encontraba algo de lógica, porque todos necesitamos una inspiración en la vida.
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Un día me propusieron una entrevista de trabajo, debía de escribir un poema que impactara a toda Bristol, y me iban a dar una buena paga, pero necesitaba algo nuevo en mi vida, quizás necesitaba salir de aquí, de esta ciudad que no me parecía interesante, así que entendí que debía conocer otras maneras de inspirarme. El día siguiente, después de haber pensado mi locura de irme de Bristol, debía asegurarme de llevar mis herramientas perfectas, pero no desatornilladores ni nada, o llaves inglesas, sino que debía llevar un buen cuaderno y mi pluma para lograr escribir con tinta, pero que más da, ni tinta tenía y fui a comprar.
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Cuando llegué a la tienda me atendió la señora Bea, tenía cabello rojo que no me agradaba para nada, y que solo olía a tabaco y a perfume barato, me le acerqué y solo me hizo una mirada que me atravesó hasta el alma. —Disculpe Bea, ¿tiene tinta para mi pluma?” —le dije. —Deberías de dedicarte a otra cosa que no sea la poesía porque la poesía solo es para gente que depende de algo. —Quizás debí asumir que se odiaba a sí misma porque es soltera desde que tengo memoria, pero lo ignoré y solo le di el dinero y me largué.
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Después me fui a mi casa de nuevo para terminar de empacar lo que iba a necesitar pero no sabía a dónde dirigirme, aunque mi sueño siempre fue ir a Londres y empezar mi vida de poeta más en serio pero soñaba en grande. Luego decidí irme a Londres, tenía que ir a la estación del tren rápido, antes que fueran las trece horas, y quería sentarme al lado de la ventana para admirar todo lo que podía retomar como una buena inspiración, aunque al final fue inutil, el cansancio me estaba matando por dentro, y solo deseaba salir de Bristol. No odiaba el lugar donde venía pero era muy desesperante.
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Luego de 3 horas de viaje el estómago me hacia ruido, y recordé que no había comido, cuando iba caminando en el pasillo, vi algo que me encantó, al solo verlo... Era ella, con su vestido blanco, y su sombrero rosa con flores a un lado. Nunca había visto semejante belleza en alguien, pero pensaba: “¿Quién le hará caso a un pobre poeta como yo?”. Quizás solo fue un momento de encanto hacia mis ojos, pero sé que no iba a volver a ver a esa espectacular mujer, entonces de ahí agarré mi pluma y papel y comencé a escribir...A los 10 minutos solo había escrito “Mujer de petunias”, me impacté porque no sabía que significaba eso, tal vez era por las petunias que llevaba puesta en el sombrero.
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A pesar que era egocĂŠntrico, tambiĂŠn era un poco tonto, sĂłlo con el hecho de perder el control con ella, me considero algo vulnerable...
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Después de 6 horas de viaje llegué finalmente a Londres, hasta llevaba mucho sueño por la emoción de no dormir en el viaje pero ya estaba en una de las ciudades más maravillosas. Bajé del tren y me atendió un señor muy amable y honestamente era muy raro que alguien de la nada fuera generoso, aunque era un señor que tenia aproximadamente unos 50 o 60 años, tenía todo su cabello gris y hablaba muy rápido, no se le entendía mucho, aunque a cada momento mencionaba una palabra que era “espejo”. Me extrañó bastante hasta que me senté a la par suya. El señor olía madera.
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—¿Qué significa cuando usted dice “espejo?—le dije. —Es una larga historia pero solo le diré porque tiene buena pinta. —Cuénteme, me está matando la curiosidad. —Bueno, yo soy pintor, llevo 25 años casado de la mujer más increíble, lo malo es que ya no compartimos el mismo mundo, ella se fue y cuando veo un espejo a mis alrededores solo me recuerda a ella cuando se ponía frente al espejo y se maquillaba, sabiendo que yo la amaba aún sin nada de maquillaje en el rostro, pero eso fue un tiempo pasado. Hoy sólo hago retratos de la gente, esperando un día encontrar el reflejo de ella de nuevo.
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Al principio me pareció aburrida la historia, pero luego de un momento pensé: “Este señor amaba algo y por eso mismo lo retomaba como una inspiración”, si podía pintar de esa manera yo podría hacer un poema que costaría miles, pero era una manera muy aburrida de escribir acerca de una mujer, pensé, pero también es una buena táctica para poner más en práctica mi forma de escribir poemas, e incluso estaba muy oxidado, quizás ni yo leería mis propios poemas anteriores a los que escribía, pero me consideraba el mejor de Bristol, pero no de Londres.
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Luego me fui a mi hostal, estaba en una calle llamada Sebring, olía muy raro a pesar que Londres era considerado muy banal y todo, pero valía la pena porque el hostal era de bajo costo y necesitaba descansar. Cuando estaba a punto de dormirme en ese espantoso hostal escuché voces afuera de mi habitación, me pareció muy extraño ya que solo habían unos 10 huéspedes pero todos eran unos ancianos y lo noté cuando estaba en el lobby. Salí y vi en el pasillo....nada. Entré de nuevo a mi habitación y de nuevo escuchaba las voces y salí. Cuando vi a mi derecha estaba una anciana llorando, me le acerqué y estaba pálida y me habló.
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—¡Jóven! Usted me recuerda a mi hijo, me recuerda a mi pequeño Henry, tiene la misma pinta que usted, muy guapo e inteligente. —Señora, gracias por sus halagos pero, ¿Qué hace aquí afuera en el pasillo? —le dije. —Oh, creo haberme perdido, Henry me dijo que nos encontraramos en el lobby, ¿me puede llevar hacia allá, por favor? —No la conozco, y estaba a punto de dormirme, no creo que sea posible. —Entiendo su desconfianza, me llamo Marcy, nací aquí en Londres, y solo quiero encontrarlo. —La llevaré al lobby, pero de ahí me regresaré a mi habitación. —Gracias.
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Iba con las manos heladas, literalmente, porque esta señora se veía un tanto extraña y olía a jabón con rosas, pero ir a dejar a la señora no iba a matarme tampoco, sólo quería ser amable ya que nunca lo soy. Llegamos al lobby, parecía un desierto porque el barman, y unos cuantos señores tomando cerveza barata.. En ese instante, Marcy tomó mi mano y me dijo que fuera al asiento que estaba a la par de unas flores con una mesa de madera color vino, en eso fui y me senté y ella me vio y me sonrió. A pesar que la señora estaba loca, lo encontré un tanto rara la situación, y lo noté cuando Marcy tomó mi mano.
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—¿Por qué sonrie?—le dije. —Yo lo conozco, usted es Joseph, uno de los poetas más famosos de Bristol, soy una admiradora. —No la veo tanto como una admiradora, pero al fin al cabo, ¿y su amado Henry? —Mi Henry murió hace seis meses, él solía venir aquí a hospedarse cada vez que se peleaba con su padre, usualmente se hospedaba en esa habitación donde usted está, pero no se asuste que anda rondando un espíritu ahí, solo que al verlo salir sentí haber visto a mi Henry, él era un gran admirador suyo, tiene sus publicaciones en el diario en nuestra casa. Al verlo sentado ahí a usted me recordó a mi hijo.
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—Que gran sorpresa, pensé que aqui en Londres nadie me conocía, gracias y lamento lo de su hijo. —De nada, no se sorprenda Sr. Joseph, solo déjese llevar a la inspiración, quizás lo necesita así como yo siempre necesité de Henry y nunca me di cuenta, espero que Londres sea de su agrado y encuentre lo que está buscando. Luego de eso, Marcy se fue y yo me fui a mi habitación a descansar, y reflexioné lo que me dijo, aunque sabía que se estaba hablando de mi en Londres pero nunca pensé tener admiradores, porque sé que mi egocentrismo no lo soporta nadie.
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Entiendo el dolor de Marcy, yo perdĂ a mis padres de jĂłven asi que un dolor asĂ es irremediable.
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Después de ese momento tan incómodo con esa señora fue a ver las calles de Londres, quería salir a respirar aire fresco, no quería estar estancado en ese hostal de tercera, fui a tomarme a una cafetería llamada The Rocks, entré y había muy poca gente a pesar que era fin de semana y toda la gente anda alborotada por un café de muy buen precio. Me senté al lado de la ventana y vi a mi derecha...era ella, esa misteriosa mujer que me encontré en el tren, sentí que me perseguía o era quizás las ganas de desear hablar con ella. Luego se fue y me sorprendió el saber que me ella me había dado un sentimiento que nunca habia tenido antes, no estaba enamorado porque no se enamora a primera vista.
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Al llegar al hostal, Marcy se acercó muy emocionada. —Joseph, alguién preguntó por ti hoy, alrededor de las 3 de la tarde. —¿Quién ha sido, Marcy? —Era una mujer muy hermosa, con un sombrero de petunias. Mencionó que quería conocerte. —Estoy impactado, pensé que no iba a volver a ver a esa mujer. —¿La has visto antes? —Claro, la vi en el estación de tren de Londres, se me hacia familiar la verdad, pero si ella quiere conocerme, que venga al hostal. —Dijo que iba a venir el día de mañana, a las 5 de la tarde. —Perfecto, gracias Marcy.
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No voy a mentir, estaba muy emocionado de conocer a esa hermosa mujer que me mataba de curiosidad de saber como era. Me preguntaba como era o por qué fue de repente la prisa de conocerme. Después de delirar tanto me fui a mi habitación a descansar, necesitaba pensar también en la propuesta que me hicieron en Bristol, tenía que inspirarme en ese poema que querían que publicara, pero después de todo eso, sólo quería conocerla. En la madrugada de nuevo se escuchaban las voces, como las que escuché cuando Marcy estaba en el pasillo, asi que tomé mi bata y salí al corredor... no había nadie, pero me aburrí de lo mismo asi que fui al lobby y ahi estaba el recepcionista, que tenía cara de asustado y estaba muy muy jóven.
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—Jóven, ¿vengo a quejarme con ustedes? —Disculpe señor, ¿A qué se refiere? —Desde que vine a este hostal escucho voces en el corredor de mi habitación, no sé si me están vigilando. —¿Cuál es su nombre? —Mi nombre es Jos.. —El poeta Joseph, ¿no? —¿Cómo sabe mi nombre? —Aquí en el hostal todos saben de usted, sabemos de su trayectoria en Bristol, incluso la señorita Kellin sabe de usted. —¿Kellin? no conozco a nadie con ese nombre. —Pronto la conocerá. Luego de ese momento demasiado incómodo me fui a dormir.
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El día siguiente, ni quise desayunar ni nada, quería saber la inquietud de este lugar, quería saber por qué todos me conocían y cómo sabían que era poeta, y mucho menos que era de Bristol, tenía que hablar con esa tal Kellin. Después fui al lobby, a sentarme y leer el periódico, quería ver si publicaron algo acerca de Bristol pero nada...y pensé que de verdad me hacía falta mi hogar, estaba muy lejos de casa y la verdad Londres me está decepcionando, no por la ciudad, sino quizás por las personas que he conocido, siento que algo anda mal, pero necesito averiguarlo.
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Necesitaba toda la verdad, porque desde que vine a Londres todo era muy sospechoso.
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Estaba ansioso de conocer a esa mujer misteriosa, así que me fui al lobby de nuevo, en el transcurso del día no hice nada más que estar ahí en el lobby y ahí estaba el recepcionista algo extraño, como que si ya sabía que iba a esperar a alguien, y mejor lo ignoré. A los 15 minutos de permanecer todo el día en el hostal, vi a la hermosa mujer, siempre con su sombrero de petunias, pero observé algo extraño, iba con una maleta en su mano derecha, y dos boletos de tren en la otra. Solo me sonrió y se sentó.
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—Desde que usted vivía en Bristol lo he estado siguiendo Sr. Joseph. —¿Quién es usted? —Soy Kellin Grand, soy la directora del periódico de Londres, lo he estado siguiendo porque yo quiero contratarlo y yo he sido la persona que lo trajo aquí. —Muchos gusto, pero explíqueme mejor señorita Kellin. —Desde que usted estaba en Bristol, sabía que era un poeta, y tengo mis contactos allá. Traté de pasar desapercibida con usted pero de alguna manera, usted no me quitaba la mirada de encima, pero regresando al tema, este era su desafío, venir a Londres, encontrar esa inspiración que usted necesita.
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—Tiene razón, pero no toda la inspiración la encontré aquí. —¿Perdón? —Yo vine a Londres a buscar una mejor vida, pero me di cuenta que estoy mejor en Bristol, es mi hogar, hasta el poeta más egocéntrico se equivoca en un verso, así como yo me equivoqué en venir aquí, aprendí que no hay mejor lugar que el hogar, amo Bristol, amo la gente que vive allá, y amo escribir ahí. —Entiendo, pero... ¿Está seguro?
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—Sí, no quiero ser un poeta que se deja llevar por el dinero, tardé mucho tiempo en darme cuenta...quiero escribir porque amo hacerlo, quizás mi destino si es estar aquí pero no estaré mucho tiempo en Londres, regresaré. —Respeto su decisión, pero es una lástima, tiene mucho potencial. —No diga eso, no ha leído del todo mis poemas. —El último que se le asignó no lo ha publicado. —Y no lo publicaré, lo haré cuando esté listo.
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SabĂa que habĂa renunciado una oportunidad muy grande pero algo estaba mal.
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En eso, Kellin se fue, supongo que molesta, pero aunque me tardé en darme cuenta, no quería estar en Londres, es una ciudad bella, pero aquí es perfecto para perderse, lo cual yo no quise eso, quise encontrarme a mi mismo,la gente viaja para encontrar su destino y olvidar de dónde viene, y pensaba igual, pero me equivoqué. Extrañaba mi hogar, así que empaqué, tomé un tren y regresé a Bristol.
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Después de las 6 horas de viaje, llegué a mi hogar con mis maletas en las manos, me senté y sonó mi teléfono...era mi jefe preguntandome si había hablado con Kellin. Me sorprendió saber eso, y le dije que si, diciéndome que Kellin era una farsante Al final me di cuenta que Kellin solo quería usarme como su poeta que la hiciera más famosa en el periódico de Londres, me sentí mal porque hasta había empezado el poema que era inspirado a ella, pero empecé desde cero y me inspiré en todo mi viaje, me di cuenta que a pesar de todo encontré la inspiración que necesitaba y al final mi poema “Mujer de Petunias” se llamó “De Bristol a Londres”.
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Fue un gran recorrido, no puedo decir que no valió la pena pero no fue lo mejor, me quedó de lección que debo de ser paciente con mis decisiones, que no todo lo puedo lograr huyendo del lugar dónde vengo, quizás no seré el poeta más millonario de Inglaterra, pero sé que vale la pena cada poema que escribo para mis famosos lectores, y para las maravillosas personas que conocí allá. Siempre seré el mismo egocéntrico que se enamoro de una mujer misteriosa... aunque no fue un enamoramiento, solo una ilusión. Un simple ilusión...
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Al final he sido feliz por visitar una de las ciudades mĂĄs famosas del mundo.
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JOSEPH Viajando hacia la inspiración
Una historia de un poeta de la ciudad de Bristol que necesita de inspiración en la ciudad de Londres, encontrándose desafíos entre su orgullo y la oportunidad de ser famoso. Conoce a maravillosas personas que lo inspiran a escribir poemas sin la necesidad de encontrar el destino que lo lleva a tomar una decisión que cambia increíblemente su vida.
Escrito por Alison García