Lundero 408 diciembre 2012

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PUBLICACIÓN CULTURAL DE “LA INDUSTRIA” Chiclayo-Trujillo (Perú), diciembre de 2012. Año 34 No 408

GENIALIDAD DE NUESTROS JÓVENES ESCULTORES


Personajes

Porfirio Rubirosa y el vértigo del placer Guillermo Niño de Guzmán eso de las siete de la mañana del 5 de julio de 1965, luego de una noche de juerga, Porfirio Rubirosa estrelló su Ferrari descapotable contra un árbol del bosque de Boulogne en París y se mató, con el volante incrustado en medio del pecho. El día anterior su equipo de polo había ganado la Copa de Francia, lo que había desencadenado una interminable celebración. Sin embargo, a medida que transcurría la velada su entusiasmo había ido decreciendo y había revelado que le aterraba la posi-

bilidad de llegar a viejo. Tenía 56 años y sabía que estaba quemando sus últimos cartuchos. Según un testigoque presenció el accidente, su auto viró de repente mientras circulaba por una larga recta, como si su conductor buscara la colisión. ¿Había decidido de improviso acabar con su vida o, simplemente, había perdido el control debido al cansancio y el exceso de alcohol? En cualquier caso, su muerte fue un final adecuado para una existencia vertiginosa, jalonada por el glamour y la

aventura, digna de una de esas viejas películas de Hollywood en cinemascope y technicolor. Pero, ¿dónde termina el mito yempieza la realidad? ¿Quién era Rubirosa? ¿Cómo compaginar las múltiples facetas de este diplomático y deportista dominicano, el hombre más deseado de su época, canonizado como el playboy por excelencia? Para algunos no fue más que un hábil gigoló, un vividor sin escrúpulos e incluso un esbirro del dictador Trujillo; para otros fue un seductor irresistible, un amante insupe-

rable, un vitalista que solo se regía por el principio del placer. Su tenaz hedonismo se tradujo en una vorágine de fiestas y eventos sociales donde se codeaba con aristócratas, potentados y estrellas de cine. Miembro de la primera hornada del jet-set internacional, viajaba de un lado a otro como si fuerael dueño del mundo. De gustos exquisitos, se vestía con los mejores sastres de Savile Row y frecuentaba los restaurantes y hoteles más lujosos. Asimismo, se empeñaba en conducir autos de carre

Porfirio Rubirosa, el latin lover por excelencia, atrajo a beldades de Hollywood como Ava Gardner, Rita Hayworth y Marilyn Monroe. Sin embargo, prefirió casarse con ricas herederas como Doris Duke y Barbara Hutton, con quienes aparece en estos retratos.

Certificado de Depósito Legal Nº 2001-2957 Nº de Registro del Proyecto Editorial 31401001000491

Publicación Cultural de La Industria Editado e impreso por: Empresa Editora La Industria de Chiclayo S.A. Nº 408

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AÑO XXXIV

diciembre de 2012

Dirección y Edición María Ofelia Cerro Moral Fundadores = Nicanor de la Fuente Sifuentes Glicerio García Campos Jorge Eduardo Eielson Colaboraciones en Chiclayo Luis Rivas Rivas Colaboraciones en Trujillo Alfredo Alegría Alegría Iván La Riva Vegazzo Colaboraciones en Lima Mariana Mould de Pease

Manuel Munive Maco Guillermo Niño de Guzmán Corresponsal en Francia Carmen Moral Agradecimiento a Bernd Schmelz Hamburgo, Alemania Diagramación Staff Lundero (Chiclayo) © Los contenidos de Lundero no pueden ser reproducidos total ni parcialmente sin autorización de la editora.

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Carátula: Jóvenes artistas han encontrado un nuevo medio para efectuar labores, relacionadas con la pintura. Utilizan inmuebles deshabitados en Lima, Miraflores, San Isidro y Barranco para formar “talleres” que les permitan dar mayor luz a su inspiración. La respuesta del público fue inmediata y positiva, además creció la relación del artista con el observador, dando origen a una vinculación fructífera. Jóvenes formados en escuelas de arte fueron protagonistas de la II Exposición donde sobresalieron figuras geométricas, simetría e ingenio.


ra y pilotear aviones, esquiar en la nieve y jugar al polo. No en vano le sirvió de inspiración al escritor británico Ian Fleming para crear al agente James Bond. “La ambición de la mayoría de hombres es ganar dinero, la mía es gastarlo”, solía decir con cinismo porque lo cierto es que no poseía ninguna fortuna. Venía de un hogar de clase media, hijo de un militar dominicano y madre española. Nacido en San Francisco de Macorís, en 1909, cuando tenía seis años se trasladó a París, donde su padre había sido destinado como representante diplomático. El ambiente francés sería decisivo para moldear su personalidad, pues no solo le brindó una educación cosmopolita sino que le permitió colmar sus apetencias sexuales desde que era un adolescente. De vuelta en República Dominicana, hacia sus veinte años, se interesó por el box y se dedicó a organizar combates. Luego, a instancias de su familia, comenzó a estudiar Derecho, pero la subida al poder de Rafael Leónidas Trujillo en 1930 trastocó sus planes. Impresionado por el carácter resuelto del joven Porfirio, el mandatario lo incorporó como oficial de la Guardia Presidencial. Y, aunque carecía de vocación militar, descubrió el efecto que el uniforme suscitaba en las mujeres. En esas circunstancias, puso la mira en Flor de Oro, la virginal hija de Trujillo, atrevimiento que bien pudo costarle la vida. Por suerte, el jefe supremo decidió aceptarlo como yerno. La pareja se casó en 1932 y Rubirosa fue escalando posiciones en el gobierno. Por último, su suegro le concedió un cargo diplomático y lo envió a Francia y la Alemania nazi. Este es un periodo oscuro en su trayectoria, no exento de polémica. Se sospecha que Trujillo lo utilizó para tramar el asesinato de Sergio Bencosme, un opositor político que se había refugiado en Nueva York, donde fue abatido en 1935. Algunos biógrafos también señalan que Rubirosa pudo actuar como agente alemán en París, en vísperas de la segunda guerra mundial. Más probable es la acusación de que traficara con visas dominicanas que vendía a judíos que querían huir de la persecución de los nazis. Para entonces su matrimonio con Flor de Oro ya había zozobrado por sus constantes infidelidades, lo que enfrió temporalmente sus relaciones con Trujillo. Sin embargo, ambos se necesitaban mutuamente. El dictador valoraba las conexiones que Rubirosamantenía con personajes influyentes de la política y las finanzas internacionales y a este le convenían las prerrogativas inherentes al estatus diplomático. Más adelante, su ex suegro lo gratificaría con un insólito nombramiento

como “inspector de embajadas”. En la década del cuarenta, Rubirosa impuso su aureola de Don Juan. Sedujo en una fiesta a Danielle Darrieux, la estrella de moda del cine francés, y se casó con ella en 1942. Los vaivenes del oficio de la actriz y las continuas escapadas del seductor resquebrajaron la unión al poco tiempo. El divorcio se precipitó cuando él conoció a Doris Duke, acaudalada heredera de la industria del tabaco que se convertiría en su tercera esposa en 1947. Gracias a ella, el playboy dominicano accedió a las altas esferas de la sociedad norteamericana y consiguió satisfacer sus aficiones más caras. Adquirió autos de carrera, caballos de pura sangre e incluso

había negado a casarse con él. Por supuesto, la temperamental húngara -que no le temía precisamente al matrimonio pues llegaría a coleccionar nueve maridossabía que era imposible que su pretendiente conservara los pantalones puestos mucho rato. Este ya causaba furor como el prototipo de macho latino entre las beldades de Hollywood. Su lista de conquistas es impresionante: desde Joan Crawford hasta Kim Novak, pasando por Dolores del Río, Rita Hayworth, Ava Gardner, Veronica Lake, Gene Tierney y Marilyn Monroe, sin contar varias estrellas de menor rango. Quizá por despecho, Rubirosa desposó pronto a otra millonaria, Barbara Hutton,

El playboy dominicano fue un hedonista que siempre vivió a mil por hora y que murió en su ley, estrellándose con su Ferrari. Su afición por la velocidad era tan intensa como su pasión por las mujeres.

un bombardero B-25. Menos de dos años después, surgieron desavenencias que pusieron fin al enlace. La millonaria, que al parecer había estado muy enamorada de él, le cedió varios bienes, entre ellos una mansión en París, además de una generosa renta anual. En los cincuentas, Rubirosa estableció su base de operaciones en el hotel Plaza de Nueva York. Entre sus amigos se contaban los Kennedy, el “rat pack” de Frank Sinatra y varias divas del cine. Un día la actriz Zsa Zsa Gabor convocó a una conferencia de prensa y se presentó con un parche negro en un ojo. La noche anterior había tenido una fuerte pelea con Rubirosa, quien la había golpeado porque ella se

dueña de la cadena Woolworth, a fines de 1953. Ella era una mujer perturbada, que arrastraba problemas de alcoholismo y dependencia de fármacos, con cinco fracasos conyugales a cuestas (uno de sus consortes había sido Cary Grant). El incombustible Rubirosa no tardó en percatarse de su error: ella no podía seguirle el ritmo. Y, si había algo que no soportaba, eso era el aburrimiento. El arreglo de divorcio que logró fue el negocio del siglo. Obtuvo más de tres millones de dólares por 53 días de matrimonio, lo que significaba que sus “servicios” habían sido recompensados con unos sesenta mil dólares por día, es decir, ¡2,500 por hora! Rubirosa todavía reincidiría una vez

Su enlace con Flor de Oro, la hija del dictador Rafael Trujillo, fue su boleto de ingreso al mundo del poder y la diplomacia.

más. Contra todo pronóstico, en esta ocasión fue “cazado” por una bella francesita sin recursos. A sus 19 años, Odile Rodin aspiraba a forjarse una carrera en el cine. Él le llevaba casi treinta años, lo suficiente como para que la madre de la actriz se opusiera a la boda. Pero ella no había previsto su abrumador encanto: al viejo playboy le bastó sacar a bailar un bolero a su futura suegra para acabar con sus objeciones. Quería casarse a toda costa. No, no era un capricho ni simple obstinación. Tampoco le importaba si la novia carecía de dote. ¿Qué le había sucedido? Nada, salvo que estaba perdidamente enamorado. Su matrimonio con Odile solo terminaría con su muerte. Al pasar revista a la leyenda de Porfirio Rubirosa, resulta inevitable preguntarse cuál era el secreto de sus artes de seducción. ¿Por qué las mujeres caían rendidas a sus pies? No se distinguía por tener rasgos finos ni elevada estatura, pero se le consideraba un hombre apuesto. Ejercitaba su cuerpo y mantenía una figura esbelta. Más allá de su apariencia física, su elegancia natural, buenos modales y extrema galantería le conferían un atractivo irresistible. Según una amiga cercana, cuando hablaba con una mujer, ya fuera niña, adulta o anciana, le hacía sentir que era la más importante del mundo. Su tez morena correspondía a la imagen del “latinlover” y se rumoreaba que corría algo de sangre negra por sus venas. Sus proezas eróticas sugieren que padecía de priapismo, condición que le valió el apodo de “siempre listo”. De acuerdo con el maledicente de Truman Capote, su miembro viril era “una macana de color café con leche de once pulgadas, tan grueso como la muñeca de un hombre”. De ahí que los mozos de los restaurantes chics de París denominaran Rubirosa al más grande de los pimenteros de madera. Sea como fuere, cuando blandía su instrumento, una pléyade de hermosas féminas lo seguía como si se tratase del flautista de Hamelín.

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Patrimonio

Esfuerzo público y privado por la preservación de los repositorios documentales Mariana Mould de Pease Del preámbulo n momentos en que la biblioteca y el archivo personal de Jorge Basadre G. (1903-80), el historiador de la República, se hayan encajonados; y por lo tanto inaccesibles para su estudio, por razones administrativas tengo muy en cuenta que Franklin Pease G.Y. (1939-99), me dijo hace trece años, días antes de su fallecimiento que evitara la disgregación de sus documentos ya fuesen bibliográficos o archivísticos para garantizar así la calidad de sus usuarios. En el tiempo trascurrido desde entonces su familia así como sus amigos y amigas vinculados de una u otra manera a la Pontificia Universidad Católica del Perú, además, de muchas y muy diversas personas hemos hecho viable el largo proceso de la puesta en valor de sus documentos bibliográficos y archivísticos en la Biblioteca Nacio-

Luis Peirano Falconí, actual Ministro de Cultura y Franklin Pease G.Y. en la biblioteca y archivo de este último cuando hicieron conjuntamente el libro Historia del Perú y el Mundo; ciencias histórico sociales para 1ero. de secundaria, publicado por DESCO, en 1976. Lucho es sociólogo, hombre de teatro y profesor de la PUCP y ahora tiene el reto de contribuir significativamente a deslindar entre esta posible animadversión hacia mi persona y la no disgregación de los documentos que contienen el contexto histórico de este polémico libro.

Los manuscritos de Franklin Pease G.Y. están listos para ser puestos en valor en la Biblioteca Nacional cuando su director nacional asuma que este repositorio documental asume permanentemente la posesión y custodia de su acervo bibliográfico y archivístico así como que sus descendientes pueden y deben velar por la adecuada, conservación, preservación, registro puesta en valor y difusión de esta colección especializada en la historia hispano andina del Perú.

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nal en concordancia con las normas legales de nuestro país a través de la asociación sin fines de lucro “Colección Franklin Pease G.Y. para la historia andina del Perú”´/ACFP. (1) El encajonamiento de la Colección Basadre ha sido efectuado por personal de la BNP, según los medios de comunicación. Paralelamente, el director nacional de la Biblioteca Nacional del Perú/DN-BNP, antropólogo Dr. Ramón Mujica Pinilla, me ha comunicado a través de una funcionaria subalterna que ha decidido retirar la Colección Pease de los fondos documentales de la BNP por “motivos jurídicos” que según él lo facultan para no acatar el artículo 21° de la Constitución Peruana cuyo segundo párrafo dice: La ley garantiza la propiedad de dicho patrimonio. Fomenta conforme a ley, la participación privada en la conservación, restauración, exhibición y difusión del mismo, así como su restitución al país cuando hubiere sido ilegalmente trasladado fuera del territorio nacional. Las ciencias humanas y sociales así como la ética en este caso de la bibliotecología y la archivística- son

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el basamento de todos los “motivos jurídicos” que pudiera tener el Dr. Mujica Pinilla para dar cumplimiento al artículo 39° de la Constitución como DN-BNP al decidir que la BNP prescinda de la Colección Pease. De la hipótesis Intuyo que el Dr. Mujica Pinilla ha tomado esta decisión unilateral por nuestras discrepancias ante la historia de Machupicchu en el siglo XIX, con motivo de las conmemoraciones y celebraciones por los 100 años de la llegada de Hiram Bingham a esta llacta inca y su divulgación mundial que alcanzó su momento cumbre en julio del 2011. (2) Mi contribución al mejor entendimiento de Machupicchu es parte de un esfuerzo público y privado por la preservación de los repositorios documentales en el Perú que llevo a cabo como presidenta de la ACFP; esta tarea recibe un fuerte respaldo ciudadano que me lleva a seguir en la brega a pesar de sus detractores y detractoras que muchas veces son importantes personalidades del mundo cultural, como es el caso del actual DN-BNP.


quedo trunca por el fallecimiento de mi esposo: Leí hoy en El COMERCIO, donde tus comentarios de historiadora, entre antropólogos y arqueólogos, relevan el trabajo que aún hay por hacer en relación a Machu Picchu, particularmente a partir de la documentación conocida y la que aun no se dispone. Creo que la perspectiva histórica y dentro de ella la espacial sigue siendo un tema que aun no se plantea con claridad. Choquequirao, las ruinas de Vilcabamba, Machu Picchu, la entrada de Paucartambo, y las vinculaciones con Apurímac y Ayacucho, de las que se conservan caminos plantean un escenario, una geografía en la que se dio una unidad y que tuvo sus razones generales y no sólo las específicas que son las que la arqueología y la antropología primero detectan. Y este escenario hay que mirarlo también en la perspectiva histórica de la

Esta señera publicación cultural de La Industria tiene una larga trayectoria en la defensa y preservación del patrimonio cultural en general, consecuentemente, es el medio de comunicación idóneo para esbozar la relación entre mi trabajo por Machupicchu con la puesta en valor de los documentos bibliográficos y archivísticos de mi esposo en la BNP, para su evaluación por la opinión pública y la sociedad organizada entorno a la conservación documental para que contribuya al indispensable deslinde entre esta posible animadversión hacia mi persona y la conservación documental en su lugar de origen. La salvaguarda de la Colección Pease en la Biblioteca Nacional marca precedentes ya que su traslado y clasificación no ha irrogado gasto alguno al Erario Público así como porque representa un excepcional acervo documental por la complementariedad entre publicaciones y manuscritos. Además, no ha sido desmembrada por su familia aduciendo razones afectivas o económicas por que estando al lado de este intelectual, profesor universitario y gestor cultural cuando estudiaba las fuentes documentales para la historia hispano andina del Perú aprendimos los principios y valores requeridos para que un repositorio documental no sea disgregado. Franklin fue DN-BNP de 1983 a 1986. El punto de partida de este esbozo explicativo es mi respuesta a la pregunta: ¿Que fue Machu Picchu? que me hiciera un prestigioso diario limeño. Mi comentario apareció conjuntamente con las respuestas de destacados especialistas, siendo ilustradas con nuestras respectivas fotografías. El correo electrónico que recibí comentando mi respuesta y que transcribo a continuación evidencia que ya hay quienes perciben mi trabajo por Machupicchu como una manera singular de dar continuidad a la obra histórica hispano andina que

en torno a la preservación documental peruana para que el Dr. Ramón Mujica Pinilla asuma que: … no vivimos solos, que la armonía con los demás siempre se consigue al precio de asumir alguna frustración en nuestros deseos. Ningún ciudadano está exento de acatar la Constitución, pero este respeto debe exigirse mucho más a quienes ocupan puestos de autoridad y también a los que gozan de mayores privilegios sociales o más reconocimiento público: si ellos, los más directos beneficiarios de la Magna Carta, no dan ejemplo de respeto a las reglas del juego será difícil que se lo exijan a quienes padecen los aspectos menos favorables de la sociedad … . (3) La Constitución Peruana promulgada en 1993 es la piedra angular de nuestra actual prosperidad económica porque según el artículo 97° la iniciativa privada es libre. Las y los funcionarios públicos desde entonces han respetado este principio constitucional; sin embargo, en el caso de la Colección Pease en la Biblioteca Nacional no podemos decir lo mismo del sector público de cultura en relación al cumplimiento del artículo 21° de nuestra Magna Carta. Consecuente y conjuntamente, con la sociedad civil organizada entorno a las ciencias humanas y sociales así como alrededor de la preservación documental seguiremos demostrando que es natural que “Colección Franklin Pease G.Y. para la historia andina del Perú” sea consultada en la Biblioteca Nacional para garantizar la calidad de sus usuarios y usuarias dado que a su debido tiempo estará allí instalada en su integridad.

Franklin Pease G.Y. siempre dijo que era necesario más trabajo interdisciplinario arqueológico, antropológico e histórico sobre Machupicchu

presencia intensa del estado inca hacia el norte, es decir hacia Quito, sobre la que Franklin Pease hizo un importante aporte analítico. Es decir la evolución de centros de gravedad política, religiosa y económica que en los hechos se van distanciando del Cuzco matricial. En todo caso es valioso y coincidente el llamado de atención a mejorar el manejo de estos lugares, sobre todo frente al turismo y la necesidad de investigar, en la que has dejado muy en claro tu valiosa opinión. Carlos Garaycochea, Lima, lunes 2 de mayo del 2011. Este documento digital me hizo comprender que mi autoimpuesta tarea de dar continuidad a la obra de compresión histórica hispano andina de mi esposo a través de la preservación cultural de Machupicchu y su entorno ya era percibida por algunos especialistas. El historiador Carlos Garaycochea consultó la correspondencia entre el antropólogo John V. Murra y Franklin para redactar su tesis de maestría sustentada en la Pontificia Universidad Católica del Perú.

Bibliografía (1.) 2003 “La Biblioteca Nacional del Perú como institución vinculante”, Lundero, publicación cultural de La Industria, Trujillo – Chiclayo. (Perú) . .Año 26. N° 301. (2.) 2011 “Conmemoraciones centenarias en torno a Machu Picchu habida cuenta que esta llacta nunca estuvo perdida” Lundero, publicación cultural de La Industria, Trujillo – Chiclayo. (Perú). Año 33. N° 392. (3.) 2007 Diccionario del ciudadano sin miedo a saber. Pág. 15. Barcelona. Editorial Ariel.

Del ultimátum La Constitución es algo así como el reglamento del juego democrático, dice Fernando Savater; por ello, siguiendo el razonamiento de este filósofo y escritor vasco-español ahora apelo a la sociedad civil organizada Publicación cultural de “La Industria” Chiclayo-Trujillo (Perú), diciembre de 2012

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Religión

La fiesta en honor a la Santísima Cruz de Chalpón de Olmos: origen y desarrollo histórico (I)

Bernd Schmelz vida de aquellas personas, su sistema de creencias, su cosmovisión, su estructura social y a los cambios sucedidos en el transcurso del tiempo. Las fiestas son muy importantes también para la identidad de las personas, para el individuo, la familia, la localidad, la región o incluso para todo un país. Cada tipo de celebración es importante, lo cual es también válido con miras a su registro científico. Incluso un festejo que a primera vista pareciera ser modesto puede aportar información crucial sobre las personas y las comunidades detrás del mismo. Las investigaciones históricas, etnológicas, sociológicas y musicológicas sobre los festejos en América Latina han crecido afortunadamente en los últimos años. Con relación al Perú, se puede resaltar aquí, a modo de ejemplo, el estudio de Max Meier, publicado en idioma alemán en el año 2008, bajo el título “Engel, Teufel, Tanz y Theater - Die Macht der Feste in den peruanischen Anden” [en castellano: “Ángeles, dia-

Fotos: Bernd Schmelz

Introducción n todas partes del mundo las fiestas de diverso tipo irrumpen en la rutina de la vida cotidiana. Las fiestas son hiatos especiales dentro del ritmo anual, y según su origen hacen referencia, por ejemplo, al culto religioso, al ciclo económico (siembra, cosecha) o a la trayectoria de una persona particular. Durante los días festivos la actividad común se ve alterada o se suspende por completo, siendo sustituida por formas crecientes de sociabilidad hasta llegar a la embriaguez. Pero, las fiestas son también momentos dedicados a la contemplación. En Perú, las fiestas religiosas y seculares siguen siendo omnipresentes en todas las localidades. Su número es tan grande que resulta imposible realizar un registro completo de todas ellas. Sin embargo, es muy importante que las diversas disciplinas científicas aborden el fenómeno de las fiestas en el Perú. Las fiestas permiten echar un vistazo variopinto a los modos de

Santísima Cruz de Chalpón de Olmos, 2012

Gruta de la Santísima Cruz de Olmos en el cerro Chalpón, 1989

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blos, danza y teatro - el poder de las fiestas en los Andes peruanos”]. En su trabajo se ocupa del devenir histórico de la fiesta de la Candelaria en Puno. Aquí el autor diserta, de forma detallada, sobre los antecedentes y el estado actual de la investigación de esta fiesta en España, en América Latina y, especialmente, en el Perú. Un tema significativo es la integración de las fiestas en el desarrollo cultural de la región andina. En este sentido, el autor expone la tensión entre tradición y modernidad. También es importante su interpretación científico-teatral de las fiestas en la región andina. Así analiza algunas danzas tradicionales famosas, como por ejemplo, la “diablada” de la localidad de Puno, la cual podría compararse con la de “diablicos” de la localidad de Túcume.


En su monografía sobre la fundación de la ciudad de Olmos y su primer período colonial Hans H. (Enrique) Brüning escribió en el año 1922: “Olmos goza fama merecida de tener habitantes muy hospitalarios, hecho que justificamos de propia experiencia”. Sólo puedo confirmar y enfatizar esta declaración. Siempre me he sentido muy a gusto en Olmos, recibiendo, durante toda mi estancia en la localidad, el apoyo incondicional de la población. Nunca olvidaré cuando se me proveyó de naranjas y otros frutos durante mis excursiones agotadoras en las montañas. También son inolvidables las numerosas tertulias nocturnas, acompañadas con chicha y cerveza, sobre temas religiosos, sociales y políticos de la localidad y sus habitantes. ¡Por todo ello, desde aquí les agradezco de todo corazón a mis amigos de Olmos! Me encantaría, en un futuro cercano, poder retomar mis estudios sobre las fiestas religiosas y seculares en

Respecto al departamento del Lambayeque, se puede recurrir a los últimos resultados de las investigaciones histórico-etnográficas del Museo Etnológico de Hamburgo en torno al ciclo festivo del transcurso anual de la localidad de Lambayeque y a la génesis de la fiesta en honor al Niño Dios de Ciudad Eten. En este contexto sobresale también el artículo existente sobre el origen de la fiesta en honor a la cruz del Cerro Chalpón en Olmos. El trabajo de campo para esta investigación tuvo lugar, sobre todo, desde abril de 1989 hasta abril de 1990, cuando llevé a cabo un proyecto científico sobre el desarrollo histórico de las fiestas religiosas en el departamento de Lambayeque. Durante aquel estudio una de mis fiestas preferidas fue la fiesta de Olmos aquí presentada. Por aquel entonces la elegí como objeto de estudio dado que se trata de una celebración específica de una localidad, la cual tienen una posición prominente en el ciclo festivo de la ciudad de Olmos, y por el papel fundamental que desempeña para la identidad de sus habitantes. Resulta sumamente interesante que la misma surgiera recién en el año 1944, siendo muy joven en comparación con las otras fiestas de la región de características similares. Junto a la observación participante, uno de los métodos etnológicos clásicos, mis fuentes más importantes sobre el desarrollo histórico de la fiesta también abarcan documentos y expedientes del archivo del comité organizativo de la fiesta, al igual que del archivo parroquial y del ayuntamiento. También pude consultar una gran cantidad de documentos y fotografías en manos privadas. Una fuente crucial de información fueron las entrevistas de testigos presenciales, quienes podían remontarse en el tiempo hasta la época del establecimiento de la fiesta.

Fotos: Bernd Schmelz

Procesión con la Santísima Cruz de Chalpón de Olmos, 1989.

actual Perú, dándole el nombre de “Santo Domingo de Olmos”. La población indígena, que vivía hasta esos momentos dispersa en las diversas encomiendas de la región, se concentró allí. Se desconoce si, ya en tiempos prehispánicos y en este lugar, existía un pueblo de nombre fonéticamente semejante al vocablo „Olmos“. Desde el punto de vista lingüístico, el idioma local de aquel entonces era el mochica. Pero el dialecto hablado estaría más influenciado por las localidades septentrionales de Piura/ Sechura, debido a sus buenas relaciones comerciales con larga tradición, que por los centros mochicas meridionales como Lambayeque/Chiclayo. En relación con la diversidad lingüística de la región, el cronista español Miguel Cabello Valboa (1586) menciona la localidad de Olmos así: “Y uno de ellos podremos nombrar aquí, que es Olmos en estos llanos de el Piru donde (aun oy dia) se estan sus naturales con la inclinación, y uso de buscar vocablos nuebos, y usar de ellos; para que los demas Pueblos no los entienda, (…)“. Esta declaración del siglo XVI no sorprende, incluso hoy en día, dado que las localidades de la región de Lambayeque siguen siendo muy ingeniosas a la hora de crear nuevas palabras. No obstante, éstas no surgen para diferenciarse lingüísticamente de otras localidades, sino que se trata de cuestiones de moda, las cuales nacen en los círculos de gente joven y desaparecen luego de un tiempo. De la lengua indígena originaria sólo quedan denominaciones topográficas y algunos apellidos. La misma se ha perdido de forma definitiva en el transcurso del siglo XIX, al igual que sucedió en el distrito vecino de Motupe. Continuará

Monumento para el limón en el parque central de Olmos, 2012.

Olmos, al igual que en otras localidades del departamento de Lambayeque. Todas las fiestas están sometidas a continuos cambios con el correr de los años, algunas adquieren mayor importancia, otras pierden trascendencia. Sólo a través de la investigación de muchas fiestas diferentes es posible obtener estudios comparativos relevantes, y tal vez, también determinar sus regularidades. A su vez, el registro de los festejos de una localidad es también el registro del devenir histórico de la misma y sus habitantes. Por lo tanto, quisiera aprovechar la oportunidad para alentar a los científicos jóvenes de la región, en especial, a dedicarse al tema de la investigación de las fiestas locales. La localidad de Olmos En 1573 el “visitador general” a cargo de la región de Piura, Guayaquil y Puerto Viejo, Bernardino de Loayza, fundó un asentamiento español en el norte del

La iglesia Santo Domingo, Olmos 2012.

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Artes

Casa Tomada. L del colectivo

Augusto Ballardo. Revelación 22, 1. Instalación.

urante los últimos años hemos visto cómo algunos artistas jóvenes, usualmente agrupados en “colectivos”, han realizado y expuesto trabajos en inmuebles deshabitados del centro de Lima, Miraflores, San Isidro o Barranco. Dichos espacios, disponibles temporalmente por haber estado fuera de uso, como sucede con aquellos ubicados en el centro histórico, o destinados a demolición se convirtieron entonces en talleres y recintos expositivos que, además de nuevas prácticas artísticas, han definido la creación de un nuevo “público”, también joven, dispuesto a acudir a estos lugares gracias a las convocatorias difundidas por las ineludibles “redes sociales”. En resumen, estos espacios resultan útiles para la experimentación personal y grupal en disciplinas difícilmente impartidas en los centros de formación artística y, a la vez, constituyen espacios alternativos para el público que accede a ellos en busca de una experiencia distinta que implica, además, incursionar en sectores de la ciudad fuera del circuito habitual y, especialmente, en penetrar arquitecturas monumentales o domésticas que ignoraba o que solamente conocía exteriormente. Por un lado, artistas dispuestos a experimentar en espacios cuya conformación determina el trabajo al envolverlo y contenerlo y, por otro, una pequeña cofradía de espectadores dispuestos a peregrinar a donde estas experimentaciones se produzcan. Una vinculación fructífera. El colectivo Vesica Piscis, integrado por artistas visuales jóvenes formados en la Facultad de Arte de la Universidad Católica, en la Escuela Nacional de Bellas Artes y en el Centro de la Imagen acaba de clausurar en la “Casa Inmobiliari” (San Isidro) su segunda exposición.1 El nombre del grupo –“Vejiga de Pez”, en castellano– alude a la figura geométrica resultante de la intersección de dos circunferencias y a las sucesivas geometrizaciones que pueden realizarse a partir de aquella. 8

Sus integrantes comparten algunas premisas conceptuales y formales relacionadas con este principio geométrico y desarrollan una praxis que consiste en generar proyectos personales destinados a realizarse en espacios arquitectónicos específicos. Tal vez el factor generacional y el que todos se hayan formado como artistas visuales en Lima sean los vínculos esenciales entre los participantes. Un tercer factor es, sin duda, el hecho de que en sus propuestas artísticas “lo geométrico”, ya sea como estructura biomórfica, como principio hermético, como pauta gráfica o como táctica para la exploración del espacio como recinto expositivo, sirva como punto de partida para sus indagaciones. Finalmente, la propia arquitectura del edificio elegido se encarga de englobar y afiatar el conjunto de las participaciones, articulando así un discurso polifónico sobre las poéticas que animan el trabajo del artista actual, las condiciones propiciadas cuando este se relaciona con sus

Elisa Mogollón. Sin título. Instalación.

Jaime Rey de Castro. Filosofías geométricas de amplio espectro. Instalación de móviles de metacrilato.

Muriel Holguín. Castas. Instalación y collages. Detalle.

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pares en proyectos signados por lo furtivo y lo efímero y particularmente el reconocimiento y el uso que hacen de su propia ciudad al operar cada vez en un sector distinto. En esta segunda exposición/intervención de Vesica Piscis fue aún más evidente la vinculación geométrica de las participaciones. Las instalaciones de Valentino SIBADÓN (Lima, 1984) y Jaime REY DE CASTRO (Arequipa, 1980) coincidían en ofrecer reflexiones sobre las implicancias de la “proyección” y la “representación” en el mirar. El primero, mediante la “proyección” bidimensional de la sombra de un volumen y el uso del espejo como objeto plano que contiene lo tridimensional en movimiento, y el segundo, sirviéndose de la sombra de objetos planos y tridimensionales translúcidos y móviles. Ambas pro-


Las experiencias Vesica Piscis Manuel Munive Maco mesa “antropológico” –casi la totalidad de estos elementos estaban sobre el suelo– y, a la vez, en un relicario que congregaba a todas las razas en tres “zonas de sombra” geométricas situadas en espacios inusitados como los rincones y el cielorraso de la habitación. Los marcos de las ventanas y los frasquitos de vidrio que Elisa MOGOLLÓN (Lima, 1985) suspendió dentro de la pequeña habitación asignada además de constituir un tratamiento cuasi escenográfico del espacio se singularizaba al haber replicado los elementos que “enmarcan” la visión al exterior evocando una sucesiva mirada interior. Las sombras de ambos elementos resultaron también cruciales como lo fueron en la percepción del trabajo de Carlos ZEVALLOS (Huánuco, 1986). Fluctuante entre la escultura y la maqueta arquitectónica los plegables u origamis “fractálicos” de Zevallos consiguen, con una iluminación adecuada, que la sombra sea también substancia de sus piezas y que su representación aluda

simultáneamente lo microscópico y lo monumental. José ITURBURU (Lima, 1981) y Franco DOMENAK (Piura, 1980) coincidieron en la ejecución de intervenciones murales. El primero, cuya ubicación en dos tramos de las escalinatas del edificio determinó que recibiera al público, plasmó planteamientos gráficos que evocaban el filodurismo pictórico y, a la vez, la señalética corporativa. Más “temperamental” y semejante a la impronta de la incursión graffitera expresada por la rapidez del trazo y el reciclaje escultórico del cartón, la intervención de Domenak aludía a la intensidad de una estética basada en la precariedad y lo invasivo. (Coincidentemente la gama de colores de la intervención de Iturburu anticipaba la que el público vería en las instalaciones de Sibadón, Rey de Castro y Ballardo).

José Iturburu. Sin título. Pintura.

puestas parecían hablarnos acerca de la representación –o el “arte”– como una ilusión (óptica). Una carácter litúrgico enlazaba las instalaciones de Augusto BALLARDO (Lima, 1986) y Muriel HOLGUÍN (Lima, 1988). El primero, mediante textos de entonación bíblica, material gráfico catequético y una puntual articulación de iluminación de neón y cintas reflectantes había configurado un ámbito semejante al punto de reunión de una secta sincrética que recuperaba la naturaleza hermética del culto cristiano. La segunda, cuya primera exposición en verano de este año estuvo conformada por collages auténticos, retomó esa técnica para convocar una multitud de personajes recortados de revistas antiguas, individualizados y dispuestos sobre pequeños bloques de madera que hacían de su obra una suerte de juego de

Valentino Sibadón. Tres ensayos de forma inmaterial. Instalación.

Colofón El “sistema artístico” ha cambiado radicalmente y el propio oficio o ejercicio del arte ha trasmutado sus premisas. Esta perplejidad es la que hace que el artista antes que el contacto exclusivo con el público busque previamente la experiencia grupal con sus pares articulada sobre un concepto, sea cual fuere pues, tal como lo señalamos la vinculación generacional de los participantes y la elección del lugar específico sobre el cual obrar contribuyen para dotar de coherencia a lo realizado.

Carlos Zevallos. Sin título. Esculturas de cartón plegado. Instalación. (Detalle).

1 Hace un año realizaron en “Zona30 proyecto de residencias y talleres para artistas”, ubicada en las inmediaciones de la Plaza San Martín, la primera de sus exposiciones.

Publicación cultural de “La Industria” Chiclayo-Trujillo (Perú), diciembre de 2012

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Turismo

Al centro de la plaza se ubica la clásica pileta de agua con cuatro réplicas de cóndores a su alrededor.

Hermosa Plaza de Armas de Contumazá.

Viajero antes que turista

En Contumazá,... nido de cóndores Iván La Riva Vegazzo

iajando por las rutas del Perú, al llegar al distrito de Chilete en mi regreso de Cajamarca hacia la costa aproveché la oportunidad para enrumbar, desde allí, hacia una ciudad que siempre he deseado conocer, Contumazá. Me interesaba conocer la tierra de ilustres apellidos, los Alva, los Corcuera, los Castillo, los Plasencia, los Deza, los Florián y tantos otros. Una vía afirmada bastante polvorienta de trentiocho kilómetros que asciende en dos horas, de los 860 m.s.n.m. en que se encuentra la calurosa y comercial Chilete hasta los 2800 m.s.n.m., me lleva a mi destino. Un panel me recibe dándome la bienvenida a la “Tierra de intelectuales y el buen trigo”. Como es mi costumbre en cada nueva ciudad que llego, visito obligatoriamente tres lugares: la Plaza de Armas, el mercado y la iglesia. Contumazá, por su ancestro hispano posee una traza de calles rectas y la Plaza de Armas constituye su eje. Alrededor de ella, todas 10

Pintorescos balcones de madera o metal constituyen una característica arquitectónica destacable.

Publicación cultural de “La Industria” Chiclayo-Trujillo (Perú), diciembre de 2012

las casas están pintadas de un mismo color marrón; esta uniformidad en los colores impresiona y agrada los ojos del viajero. Al centro de la plaza se ubica la clásica pileta de agua con cuatro réplicas de cóndores a su alrededor. Estas aves son las responsables del nombre de la ciudad ya que este proviene de dos vocablos quechuas: Kuntur que significa cóndor y Nasha que significa alas, vuelo; siendo su significado “nido de cóndores”. Me impresionan sus calles limpias, muy limpias; por ella transita gente atenta y amable, de tez más blanca que mestiza. Contumazá es una ciudad en la que los pobladores aún saludan al transeúnte. Me llama la atención esta gentil y educada característica hoy desaparecida en las urbes costeras, más cosmopolitas e impersonales. Entre su gente destaco la belleza de sus mujeres, en especial por sus ojos claros. En sus calles rectas, sean de “subida” o las de “ba


do y muerto en la batalla de Kunturmarca, que bien pudo ser el lugar que hoy ocupa Contumazá, según refiere el cronista Sarmiento de Gamboa. En 1535, Francisco Pizarro entregó la encomienda de Cajamarca a Melchor Verdugo Olivares, uno de los fundadores de Trujillo. Más tarde, Contumazá se fue

panarios exentos pues están ubicados aparte de la construcción principal y no forman parte de ella. Me deleité con el sonido de las doce campanadas del medio día. Media hora más tarde emprendí regreso a la costa siguiendo la ruta de Cascas y el valle Chicama, ruta que en 1802 transitó el sabio Alejandro von Humboldt quien, refiriéndose a esta ciudad, escribió: “…el pueblo de Contumazá parece una pequeña ciudad, bellamente situada entre alfalfares y muy poblada”. Desde la altura miré la ciudad de la que alejaba y comprobé que, efectivamente, Contumazá es una bella ciudad situada en medio de un verde tapiz, aunque ya no muy poblada.

Parte de la Plaza Mayor, al fondo se observa los campanarios exentos.

jada”, apreciamos las casas con pintorescos balcones de antepecho. De madera o metal, estos constituyen una característica arquitectónica destacable. Por estas calles, aún sin las ruidosas mototaxis que han invadido otras ciudades andinas, los campesinos se transportan en acémilas, dándole un simpático sabor rural esta ciudad, capital de la provincia del mismo nombre. La historia cuenta que los primeras pobladores de esta zona fueron los Chuquimancos y los Cuismancos y otras etnias como los Kaskas, Lledenes y Yetones. A mediados del siglo XV, los Cuismancos después de encarnizadas luchas, se sometieron al dominio del Gran Chimú, el vecino adjunto. Luego llegaron los incas conquistando, tras largos combates, a los Cuismancos al mando del cacique Guzmango, quién fue venci-

Plaza de Chilete, camino a Contumazá.

Campanarios exentos ubicados aparte de la construcción principal.

poblando como posada de viajeros, arrieros y visitantes que se movilizaban entre Trujillo y Cajamarca. Siguiendo mi recorrido por la ciudad, mi segunda parada fue el mercado de abastos. Limpio, no muy grande, donde predominan los puestos de comida. Después visité la Iglesia matriz, donde se venera al patrono San Mateo. Me llaman la atención sus dos cam-

Los campesinos aún se transportan en acémilas, dándole un simpático sabor rural.

Ruta de Chilete a Contumazá.

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Literatura

Julien Green: por los abismos interiores Luis Rivas Rivas “ estigo de lo invisible” ha sido llamado Julien Green, quien, a casi tres lustros de su partida, sigue siendo un caso desconcertante. Sus novelas son turbadoras y nos estremecen. Sus personajes se precipitan en las simas de la desesperación y de la angustia, de la soledad y el aburrimiento. Sin embargo, en los 17 tomos de su Journal, hallamos –como dijera Fernando Castelli– “uno de los documentos espirituales más notables de la literatura contemporánea. La narrativa greeniana muestra cómo es el hombre y el Journal, cómo puede y debe ser. En aquélla reina la maldición y en éste, la redención. En la narrativa Dios está ausente; en el Journal aparece como Padre misericordioso, fuerza ven cedora del mal y presencia salvadora” Decía Green que su patria era la noche, y, en esa línea, sus personajes parecían confinados en un horizonte

Libro Mont-Cinére de Julien Green

Julien Green llamado también “testigo de lo invisible”, a casi tres lustros de su partida, sigue siendo un caso desconcertante.

Portada del libro El viajero en la tierra.

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siempre tenebroso, acosados por espíritus maléficos que jugaban con sus destinos y en cuya telaraña aleve caían atrapados como insectos indefensos. Su mundo era el imperio de la trasgresión, del pecado, del Mal. ¿Era Green un incrédulo, un nihilista, un fatalista?

Había tenido, es verdad, etapas de incertidumbre. Algún tiempo anduvo extraviado por el budismo y la metempsicosis. Pero supo hallar el camino de reencuentro con la fe católica de su adolescencia. Y el Journal nos da algunas luces sobre las circunstancias de su

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conversión. Se ha dicho que las novelas de Green son turbadoras y “una ventana al infierno”. Pocos han descrito con tal fuerza dramática la dura lucha que se da entre el Bien y el Mal en las zonas más oscuras de la psicología humana. Los poderes del mal se muestran implacables cuando sus víctimas no se acogen a la gracia de Cristo. El sentimiento de culpa o la sensación de estar desamparados y extraviados en la noche del mundo y de que su existencia, aburrida y frustrante, carece de sentido, agobia a sus personajes. Suele mencionarse, como casos ilustrativos, a la señora Grosgeorge (en Leviatán), quien siente que una fatalidad irresistible domina sus actos; a Gueret (en la misma obra), cuya pasión sensual lo ciega y extravía a capricho; la locura de Emily (Mont-Cinère), quien, aburrida hasta el delirio, incendia la casa donde vivió y la convierte en una montaña de cenizas; la ira homicida de Joseph Day


ner, abordaron el mal en sus formas extremas, demenciales. Pero fue François Mauriac uno de los más certeros en adentrarse en las cámaras interiores del alma de sus personajes. Pero estos, como Thérèse Desqueyroux o el protagonista de Nido de víboras, no hallan auxilio en su existencia, cada vez más enredada en sus propias bajas pasiones. A veces vislumbran, en la Misa semanal (Teresa) o en algún aislado rasgo generoso que creen captar en su entorno (el anciano avaro) un rayo de

Cristo y de la posibilidad de salvación. En cambio, Julien Green, en su Journal, abre las puertas que, en su narrativa, parecían cerradas para sus personajes. Repasando las vicisitudes de su trayectoria espiritual, sabemos cuánta razón asiste a Charles Moeller cuando lo llama “mártir de la fe”. Y también Fernando Castelli cuando afirma que a Julien Green le interesaba la literatura como exploración del alma, la música porque hace vibrar las cuerdas más íntimas de nuestro ser y el estudio de la Biblia porque es Palabra de Dios

François Mauriac uno de los más certeros en adentrarse en las cámaras interiores del alma de sus personajes.

(en Moira) que estrangula a su compañera de trasgresión; el suicidio de una dama que odia su vida sin amor, etc. En verdad, el milenario drama del hombre en su desgarrada lucha contra el mal ha sido, con las más diversas modulaciones, un elemento de temática que, ostensible o subyacente, es hilo de la trama en el fenómeno literario de todas las épocas y latitudes. Pero desde el clasicismo hasta el romanticismo –y en este último con mayor polarización– el conflicto se daba en el mundo exterior, con personajes que representaban las fuerzas en pugna, respectivamente, el Bien y el Mal. Pero a partir del realismo, sobre todo de Dostoiewski, se analiza el conflicto en el interior del alma humana. En el siglo XX muchos, como Faulk-

En Léviathan narra la vida de la señora Grosgeorge, quien siente que una fatalidad domina sus actos.

quita el pecado del mundo. Desde su adolescencia, Green leyó en el lenguaje elocuente de las estrellas las maravillas de la creación y de su Creador. Luego, diversas contingencias del camino agreste lo fueron atrayendo hacia el abismo que documentan sus novelas. Pero más tarde, cuando pudo superar los espejismos que llenaron el mundo –cuando éste devino paraíso perdido– y logró salir de nuevo a la luz, plasmó sus experiencias en el Journal, una de las más esclarecedoras de la literatura contemporánea.

Fedor Dostoiewski, analiza el conflicto en el interior del alma humana.

Julien Green, en Journal, abre las puertas que, en su narrativa, parecían cerradas para sus personajes.

luz que, llevándolos a lo espiritual, a lo trascendente, pueda liberarlos de las cadenas que los subyugan. Pero quienes podrían haberlos ayudado (pues se dicen cristianos) sólo cultivan una religiosidad formal, sin amor a Dios ni a los demás. No hay quien les hable de

y oración que nos permite vivir sin sucumbir ante la desesperación y el cansancio. Por eso, si en sus novelas parece imperar el dragón apocalíptico, su Journal es como una resonancia del cántico nuevo al Cordero triunfante que

En Moira narra la historia de la homicida de Joseph Day que estrangula a su compañera de trasgresión.

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Música

Debussy: la melodía infinita Alfredo Alegría Alegría

Dinámica de jinete – Umberto Boccioni

ntre las conmemoraciones de este año en el ámbito de la música destaca un sesquicentenario: el nacimiento del compositor francés Claude Debussy en 1862. El hecho de descubrir la melodía “infinita” y trabajar con acordes que ni comienzan ni terminan en una continuidad semejante a colores que se difuminan, líneas entrecortadas y manchas de luces que se repiten en variaciones sin fin, determinó que su estilo fuese llamado “música impresionista”. La segunda mitad del siglo XIX se caracterizó por el enfrentamiento entre el espíritu romántico, la ilusión simbolista y el énfasis en el realismo. Wagner, Bizet, Mussorgsky eran heraldos del nuevo tiempo. En la pintura, un mundo de insinuaciones y experimentos lumínicos era desarrollado por los pintores impresionistas: Monet, Renoir y Degas forjaban la realidad como un contrapunto de luces y de sombras fugaces. Les siguieron las construcciones de color de Cézanne y las representaciones simbólicas y primitivistas de Gauguin. Los compositores César Franck y Edouard Lalo, arrastrados 14

Debussy, siempre reinventándose, desarrolló a mediados de su carrera una especie de posimpresionismo musical (El Lago Annecy-Paul Cézanne)

Improvisación- Kandinsky

Publicación cultural de “La Industria” Chiclayo-Trujillo (Perú), diciembre de 2012

por el torbellino wagneriano, planteaban nuevos caminos. Y en la poesía, ese juego de ilusiones era liderado por el simbolismo –Baudelaire, Verlaine y Mallarméen un estilo básicamente sensual y preciosista, que entregaba a los versos una cualidad melódica. En ese contexto surge la figura de Debussy. Su estilo de ruptura quedó en evidencia con la “Suite Bergamasque” (1890), de la que forma parte el conocido “Claro de Luna”, a piano, la pieza más conocida del compositor y una pauta para posteriores experimentos en la “melodía infinita”. Una obra decisiva sería “Prosas Líricas” (1892): “Sueño”, “Playa”, “Flores”, “Tarde”. Esta inspiración en la naturaleza hizo llamar impresionista a su música. Sin embargo, esta no tiene un


ceden en un movimiento fluente. Las “Canciones de Bilitis”, especie de recitativos sobre acordes de un piano, van también forjando imágenes que surgen y se desvanecen. Un momento culminante fue la ópera “Peleas y Melisande” (1902) basada en el drama simbolista del mismo nombre por Maurice Maeterlinck. En este drama no hay lógica, sentido ni propósito. Los personajes son sombras difusas resignadas al misterio de la existencia. Sobre este drama “sin forma”, como se acusó al autor, Debussy creó una música supuestamente “invertebrada”. Las frases musicales surgen, se desarrollan y diluyen sin desarrollo temático como planteaba la escuela tradicional. Y es que no es la sistematización estructural lo que impone en Debussy sino la diversidad y refinamiento de la melodía, la armonía, el ritmo y el color. Rompió los parámetros abriendo camino a una nueva forma musical.

Las primeras obras de Ravel, Stravinsky, Bartok y Prokofiev le son deudoras. Toda una escuela francesa se desarrolló en su nombre. Los españoles Isaac Albéniz y Manuel de Falla asumieron el nuevo estilo. En Estados Unidos, George Gershwin lo utilizó en su búsqueda de identidad. Deudores suyos son Varese y John Cage, transformadores de la música con la electrónica. En el Perú, encontramos a Debussy en piezas extremadamente líricas del desconocido Alfonso de Silva y de Roberto Carpio. Valgan estas líneas para rendir homenaje a quien enrumbó a la música por insospechados caminos y enseñó construir la belleza aprendiendo a escuchar la emoción interna de la naturaleza y la voz de lo inefable.

Bailarina Azul- Gino Severini

propósito representacional o de imitación formal. Es, más bien, un simbolismo musical. No pretende hacer aparecer a la naturaleza sino sugerir las emociones que transmite: el susurro del viento, la melancolía del crepúsculo, el misterio de una noche estrellada, el encanto del reflejo de la luz sobre el agua en movimiento, la delicadeza de las flores, el movimiento de las nubes. No es la forma sino el alma del paisaje lo que el compositor transmite, su atmósfera lírica, su poesía en suma. La pieza orquestal “Preludio a la siesta de un fauno” (1894) dio inicio a la música contemporánea. Basada en el delicado erotismo de un poema de Stephane Mallarmé, la música hace percibir la ilusión del deseo insatisfecho que quiere poseer lo inasible: el fauno que sueña con la sombra de la ninfa. La melodía se construye sin estructura específica en una forma vaga y sugestiva. Tal sucede en “Nocturnos” (1897) llenos de efectos y tonalidades sutiles de armonías que se su-

"La gran ola" -del japonés Hokusai- sería la carátula para la emocionante partitura de "El Mar".

La emoción de la naturaleza, su alma, su poesía en toques nerviosos y fugaces determinan la obra de Debussy (Las Amapolas- Claudio Monet)

El primer Debussy es un impresionista que trabaja con luces y sombras difuminadas que surgen y se desvanecen como en estos nenúfares de Claudio Monet

En “El Mar” (1905) el compositor se renovó. Aquí no se trata solo de puras sensaciones simbólicas sino de un énfasis total en el color musical como hecho rítmico en una sucesión de exquisitas e impactantes armonías yuxtapuestas. Obra que ya no puede relacionarse con las formas difuminadas de Monet sino con el color concreto de Hokusai y Paul Cézanne. Otra búsqueda es “Iberia”, la emoción del paisaje y las gentes de España: las calles y los caminos, los perfumes de la noche, una fiesta. Vuelven los ensueños melancólicos de la naturaleza en “Rondas de primavera”: jardines bajo la lluvia, el bosque, las flores en mayo. Ambas son parte de un conjunto denominado “Imágenes” (1907). Experimentó el compositor con el género religioso en la misteriosa y delicada música de la cantata ballet “El Martirio de San Sebastián” (1911) con letra de Gabriel D’Annunzio. Finalmente, las fragmentaciones y dispersiones sonoras llegaron a un extremo en “Juegos” (1912): el movimiento perpetuo como objeto del arte, tal como el futurismo italiano pero también similar a las improvisaciones abstractas de Kandinsky. Debussy tuvo un impacto decisivo para la historia de la música. Esta se divide en antes y después de él.

Vatzlav Nijinsky en “La Siesta de un Fauno” para los Ballets RusosDiseño de León Bakst (1912)

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Música

Jules Massenet Carmen Moral * acaudalada dama Sainte-Marie. Su primera ópera, La Gran Tía, se estrena en la Opera Cómica de París en 1867, pero es con su oratorio María Magdalena que gana el aprecio de compositores de la talla de Tchaikovsky, Gounod y d’Indy. Su profesor, Ambroise Thomas con sus coneccio-

cuatro de la mañana. Era capaz de componer varias horas seguidas sin la ayuda del piano. Seguían luego la enseñanza y las audiciones. Considerado como un gran melodista, sus composiciones fueron muy populares en los siglos 19 y comienzos del 20. Después de su muerte su estilo pasó de moda, sin embargo a partir de los años setenta algunas de sus óperas han ocupado nuevamente las carteleras de grandes teatros. Massenet muere en París el 13 de agosto de 1912 víctima del cáncer a los 70 años. Según su voluntad no hubo una sola nota de música en la ceremonia funeraria. Está enterrado en Egreville, cerca a París, donde tenía un castillo.

* Desde París Cuenta en su haber 26 óperas entre las que destacan Thais, Werther, Manon, El Cid y Don Quijote.

Jules Massenet a los once años entra al Conservatorio de París. Poco después, trabaja como percusionista en el Teatro Lírico y como pianista en el Café de Belleville.

Se cumple este año el centenario de la desaparición de este insigne compositor francés. Jules Emile Fréderic Massenet nace en Montaud (Loira) el 12 de mayo de 1842. Recibe de su madre las primeras lecciones de piano. Pronto su familia se translada a París donde continúa su instrucción musical. A los once años entra el niño al Conservatorio de París. Poco después, para sobrevivir, trabaja como percusionista en el Teatro Lírico y como pianista en el Café de Belleville. En un principio sus profesores, entre los que se cuentan Ambroise Thomas, no le auguran ninguna carrera musical hasta que en 1862 gana el prestigioso Gran Premio de Roma, en gran parte por la recomendación de Berlioz, con su cantata David Rizzio. Permanece Massenet en Roma tres años. Conoce allí a Franz Liszt quien le pide que de lecciones de piano a la que después se convertirá en su esposa de Massenet: Louise Constance de Gressy, hija de la

nes en el medio operístico; su editor, George Hartmann con sus relaciones en los círculos periodísticos y su propia esposa, ayudaron a Massenet para conseguir importantes comisiones y asegurar su fama en los círculos sociales. Massenet sirve como soldado en la guerra FrancoPrusiana, al final del conflicto, en 1871, regresa a París. A partir de 1878 es nombrado profesor del Conservatorio de París en reemplazo de Ambroise Thomas que se convierte en el director del establecimiento. Cuenta entre sus alumnos a futuras personalidades musicales como Georges Enescu, Gustave Charpentier, Ernest Chausson, Gabriel Pierné y Charles Koechlin. A los 36 años es elegido miembro del Instituto de Francia, compite para ello nada menos que con Camille Saint-Saëns. Recibe además la Legión de Honor en el grado de Gran Oficial en 1899. Prolífico compositor, cuenta en su haber 26 óperas entre las que destacan Thais, Werther, Manon, El Cid y Don Quijote, esta última estrenada en Monte Carlo teniendo al legendario bajo ruso Feodor Chaliapin como protagonista. Además de óperas Massenet compuso en géneros muy variados como suites, música para ballet, oratorios y cantatas. Su producción es inmensa. La melodía Meditación para violín solo del segundo acto de su ópera Thais ha ganado gran popularidad y es mundialmente conocida. Infatigable trabajador, sus dias comenzaban a las

Considerado como un gran melodista, sus composiciones fueron muy populares en los siglos 19 y comienzos del 20.


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