Parto digno y humanizado En Colombia, la Ley 224 de parto humanizado tiene como primordial objetivo reconocer los derechos de las gestantes y los recién nacidos. Así es como reconoce y garantiza los derechos de la mujer a: Ser informada sobre las alternativas médicas de atención del parto, el riesgo materno y perinatal y las posibles complicaciones durante el parto, de cualquier tipo de procedimiento, pronóstico y atención del recién nacido, con el fin de que pueda optar libremente cuando existen diferentes alternativas. Ser tratada con respeto, individualmente y protegiendo su derecho a la intimidad y la confidencialidad. Ser considerada como persona sana, de modo que se facilite su participación como protagonista de su propio parto. Recibir atención integral, adecuada, oportuna y eficiente, de conformidad con sus costumbres, valores y creencias. Recibir asistencia psicosocial. Ser informada sobre la evolución de su parto, el estado de su bebé y que se le haga partícipe de las actuaciones de los profesionales.
Estar acompañada por un familiar o una persona de su confianza y elección durante el trabajo de parto, el parto y el posparto. Tener a su lado a su bebé durante la permanencia en el establecimiento hospitalario, siempre que ambos no requieran de cuidados especiales. Ser informada, desde el embarazo, sobre los beneficios de la lactancia materna y recibir apoyo para amamantar. Recibir asesoramiento e información sobre los cuidados de sí misma y del bebé. Recibir información después del embarazo sobre los diferentes métodos de planificación familiar acordes a su condición clínica. Recibir, según el caso y las posibilidades de existencia del recurso, analgesia o anestesia obstétrica para buscar una maternidad segura, feliz, no traumática para ella y su bebé. Que a partir de la semana 32 de gestación, los controles prenatales sean realizados en el sitio donde se atenderá el parto, para obtener su reconocimiento y adaptación a la institución médica. Los derechos del recién nacido son, entre otros, ser tratado con respeto y dignidad, ser afiliado al sistema de salud, recibir la atención y los tratamientos necesarios, y a que sus padres reciban adecuado asesoramiento sobre los cuidados para su crecimiento y desarrollo y sus vacunas.
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