Relatos escritos por el alumnado de 2º de ESO IES Los Colegiales 2020-21

RELATOS ESCRITOS POR EL ALUMNADO DE 2º DE ESO C IES LOS COLEGIALES 2020-21 LA ISLA DE MAKUNGA

página 2

Escrito por Gonzalo Ruiz Espejo, Paula Moreno Varo, Ismael Garcí

a Cuadra, Jose Ramón Díaz Domínguez y

Jorge Real Romero

VUELTA AL RECUERDO

página 5

Escrito por Antonio Pérez Pérez, Ariadna Aguilera Elvira, Luis D. Cruz Rodríguez, José A. Saéz García, Manuel J.Castillo López

EL VIAJE

página 17

Escrito por Ángel García Montilla, Sara Arjona Zamora y José J. Carrión Vera

UN NUEVO MUNDO

página 26

Escrito por Daniela Sánchez Vázquez, José David Rivero Gómez,

Juan

Gerardo

Díaz

Ramírez

PERDIDOS EN EL BOSQUE

página 32

escrito por Marcos Pérez Pérez, Martina Sánchez Vázquez, Alejandro Gómez Espejo, Carolina Zárate Galindo

Hurtado,

Marcelo

Barboza

LA ISLA DE MAKUNGA Escrito por Gonzalo Ruiz Espejo, Paula Moreno Varo, Ismael García Cuadra, Jose Ramón Díaz Domínguez y Jorge Real Romero

10 de junio del 2007

Un día, dos amigos llamados Carla y Pablo decidieron ir a una isla donde el ser humano no

había vivido más de cinco días. Lo que hicieron fue ir al puerto de Málaga y le

preguntaron a un hombre que tenía un barco medianamente grande por si podía llevarlos a una isla cerca de Hawai El hombre les dijo que sí podía, pero a cambio de algo. Ese algo era que le tenían que pagar los gastos del barco. Ellos dijeron que sí, entonces él les dijo que se vieran el 20 de junio en el puerto para partir hacia esa isla.

Ellos se presentaron el día 20 de junio allí en el puerto, estuvieron esperando al hombre del barco una hora, hasta que apareció. Con un barco más grande que el que tenía antes. Cuando subieron al barco le preguntaron su nombre y les dijo que se llamaba Manolo, ellos también se presentaron, después de un rato hablando y planificando partieron hacia la isla.

Como el viaje iba a ser largo se pusieron a contar historias que les habían pasado.

Manolo contó cómo consiguió el barco y por qué estaba allí, dijo que su mujer murió en el 2000. A raíz de eso se compró un barco en memoria de su mujer y como el barco era pequeño para ir a mar abierto, vendió el barco en un buen precio y se compró aquel en el que estaban de segunda mano. Le dieron unos 160.000 euros, porque no lo había utilizado en siete años, el barco estaba intacto y pudo comprarse el que tenía ahora por 120.000 euros.

A continuación Carla contó su historia explicó por qué quería viajar en barco, dijo que era porque siempre estaba en el mismo lugar y tenía ganas de ir a visitar otros lugares del mundo y descubrir qué había aparte del lugar donde vivía.

Decidió ir con Pablo porque eran los mejores amigos desde la infancia y tenían una muy buena amistad. Más tarde Pablo dijo casi lo mismo que Carla, solo que tuvo un poco de dificultad para convencer a sus padres porque no le dejaban ir y Carla los convenció. Allí estuvieron días y más días exactamente cuarenta días hasta que un día… hubo una catastrófica tormenta. Cambiaron el rumbo, se desorientaron y no se dieron ni cuenta porque estaban todos muy asustados.

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Al día siguiente, pasó la tormenta. Tras esa noche de terror salieron a la bóveda del barco un poco menos asustados y a 40000 millas con ayuda de un catalejo vieron un pequeño puntito al que se fueron aproximando poco a poco. Cada vez se veía mucho más cerca hasta que tras cinco días se veía perfectamente y gritaron "tierra a la vista".

Creyeron que habían llegado a su destino, pero cuando atracaron el barco se dieron cuenta de que aquel no era su destino y decidieron quedarse allí aunque estaban faltos de comida.

Todos ellos bajaron del barco y acordaron que mientras Manolo se quedaba recogiendo madera para hacer una fogata, ellos explorarían la isla en busca de algo que poder comer.

Así que Pablo y Carla se dispusieron a adentrarse en la isla, al cabo de unos minutos se alegraron al ver un pequeño llano rodeado de árboles frutales, corrieron a decírselo a Manolo, el cual se llevó una gran sorpresa. Cogieron unos sacos de dormir que había en el barco y la madera que Manolo había recogido. Cuando llegaron se instalaron y decidieron comer algunas frutas para quitarse el hambre, había mucha variedad de frutas como cocos, plátanos, mangos…

Al día siguiente cuando se despertaron, se dieron cuenta de que faltaba mucha fruta de la que habían recogido y fueron a recoger más fruta para todo el día y a Pablo se le ocurrió una idea: dejarían fruta y se quedarían despiertos vigilando. Cuando llegó la noche se quedaron muy sorprendidos porque vino un gorila salvaje que robó las frutas y le pusieron de nombre Makunga.

Makunga salió corriendo con la única fruta que había en casi toda la isla y Carla salió corriendo tras el durante un largo tiempo hasta que amaneció. Tras toda la noche de persecución llegaron a una gran cueva y entró Makunga corriendo. Carla asustada se dio la vuelta y salió corriendo a llamar a los demás. Cuando Carla llegó y los avisó se prepararon y fueron a la cueva con lo más peligroso que tenían. Al

llegar vieron a Makunga en lo alto

de la montaña comiendo los plátanos robados, lo molestaron y Makunga se enfadó mucho.

Entonces bajó de la montaña y empezó a perseguirlos ya que los chicos le habían quitado las frutas. Makunga estaba muy furioso y los chicos muy asustados salieron corriendo. Al final perdieron de vista a Makunga, se escondieron en unos matorrales.

Cuando salieron de los matorrales le pusieron a la isla el nombre: LA ISLA DE MAKUNGA. Como ya sabían que quien estaba allí era Makunga se tiraron días y días queriendo irse porque no tenían comida, o era eso o era enfrentarse a Makunga. Decidieron ir a robarle comida y se metieron en su oscura cueva y sí, allí estaba Makunga comiendo plátanos. Como estaba allí decidieron volver otro día que no estuviese.

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Durante todo ese día estuvieron hambrientos, debido a la falta de comida, pero ellos no estaban dispuestos a quedarse de brazos cruzados y pasando hambre. Y de repente a Pablo se le ocurrió una idea, se quedarían vigilando a Makunga desde la lejanía, y cuando saliese de su cueva Carla y Manolo entrarían a robarle unos plátanos, mientras que Pablo se quedaba vigilando fuera de la cueva. Ellos estuvieron de acuerdo con lo que él les había dicho, así que descansaron mucho por la noche para tener mucha energía al día siguiente.

Pasó la noche, y cuando los primeros rayos de sol salían ellos ya estaban en posición, listos para aprovechar la oportunidad que tuviesen, se escondieron en la copa de un árbol no muy lejos de la cueva. Esperaron y esperaron durante un largo tiempo, hasta que hubo movimiento, estaban de suerte porque Makunga se decidió a salir de la cueva y cuando estaba lo bastante lejos, pasaron a la acción Carla y Manolo. Entraron a la cueva tal y como había dicho Pablo, estaban muy nerviosos pero no podían cometer errores ya que si Makunga los encontraba se podían dar por muertos. Cogieron toda la fruta que podían abarcar con los brazos y salieron de la cueva lo más rápido que pudieron para volver al barco a dejar la fruta. ¡El plan había funcionado! estaban sanos y salvos, esa noche lo celebraron comiendo un montón de fruta.

Al siguiente día se dieron cuenta de que el barco estaba averiado por la parte de atrás y por eso debían arreglarlo. Fueron a por madera con mucho cuidado de no encontrarse con Makunga, pero a Pablo se le ocurrió una maravillosa idea, la idea que consistía en hacer una jaula de troncos y poner fruta dentro y una cuerda que sujetaba la jaula y encima de la jaula una piedra gigantesca. Llegó la noche y pusieron su plan en marcha. Llegó Makunga y fue a por la fruta, cortaron la cuerda, le encerraron y le soltaron la piedra y Makunga quedó aplastado y murió.

Los chicos fueron a la cueva a quitarle la fruta a Makunga ya que nadie la estaba vigilando y también recogieron madera para poder arreglar el barco y regresar al puerto de Málaga. Se dieron prisa y todos juntos trabajando en equipo consiguieron arreglar el barco.

Todos subieron a bordo del barco, y también llevaron consigo la fruta para el viaje de vuelta. Por fin salieron de la isla, algo que unos días atrás les parecía imposible.

Durante el viaje de vuelta todos iban callados pensando en la aventura que habían vivido, ya que ninguno de ellos olvidaría está vivencia increíble. Carla pensaba en escribirlo en su diario en cuanto volviera a casa. Pronto llegaron al puerto donde todos se despidieron y se fueron cada uno a su casa y quedaron en verse otro día para salir de viaje. Eso sí, esta vez sería un viaje más calmado.

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VUELTA AL RECUERDO Escrito por Antonio Pérez Pérez, Ariadna Aguilera Elvira, Luis D. Cruz Rodríguez, José A. Saéz García, Manuel J.Castillo López

INTRODUCCIÓN Todo empezó hace dos semanas, cuando decidieron escaparse del `Internado Transbur´.

-Yo soy Evelyn tengo trece años, soy valiente y aventurera. Vengo de la ciudad Balorihan donde allí la gente no es muy alegre que digamos, son muy estrictos y no toleran ni una tontería. A mi hermano y a mí se nos ocurrió montarnos en una carretilla y tirarnos por una calle en picada hacia abajo y caímos en una frutería, por ello mi hermano Baiclyn y yo estamos aquí desde hace tres años.

-Yo soy Baiclyn, el hermano de Evelyn, también tengo trece años, soy aventurero y me gusta hacer trastadas con Antonio. Y estoy en el internado por la misma razón que Evelyn.

-Yo me llamo Antonio, soy el mejor amigo de Baiclyn, estoy en el internado por culpa de unos niños de mi barrio ya que se nos ocurrió pintar el muro de una calle y pillaron a unos cuantos, entre ellos yo y por ello mis padres decidieron meterme en el internado.

-Soy Rubén tengo catorce años, acabé en el internado por varios intentos de agresión en mi instituto, pero la gota que colmó el vaso fue cuando, a propósito apuñalé a mi profesor por humillarme con mis notas. Sinceramente pensaba que iba a pasar toda mi vida ahí, pero cuando conocí al grupo, no me costó demasiado adaptarme.

-Yo soy Niall y tengo trece años y medio. Llevo toda mi vida en el internado.

Según me han contado algunos profesores, mi madre me trajo cuando era tan solo un bebé.

Yo quiero pensar que soy como Superman y que mis padres me mandaron a la Tierra en un cohete espacial. O no calcularon bien o se desvió mi cohete que, por desgracia, tuve que

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caer en el internado. Ya sea cierta o no mi teoría, el internado es el peor lugar del mundo.

Es el típico centro, aislado de las ciudades, rodeado de árboles, en medio del bosque.Allí todos los niños van a lo suyo y son muy antipáticos. Por lo que no nos caen muy bien.

Menos mal, que por suerte nos conocimos y desde entonces somos el grupo más aventurero y divertido de la historia del internado Transbur.

CAPÍTULO 1 El comienzo de la amistad Justo hace cinco años llegaron los hermanos Evelyn y Baiclyn al internado.

En ese mismo instante Niall estaba asomado a la ventana amurallada de su habitación, cuando vio bajar del autobús a dos chicos un poco enfadados. Él pensó que iban a ser como los otros y apartó la mirada, pero Baiclyn miró hacia arriba para ver la fachada del edificio y vio a Niall, avisó a su hermana y le saludaron. Niall, sorprendido, les devolvió el saludo.

Detrás de ellos, junto a más niños, venía un chico alto de pelo castaño, luego supimos que se llamaba Antonio, era el que parecía un poco chulo.

El señor Hason que era el director, tenía una pinta rara, con un bigote puntiagudo y un bastón en la mano, les acompañó a sus habitaciones y les dijo: - Recordad, el internado tiene una reputación excelente para que ustedes la arruinen- repetía constantemente el director.

Cuando llegaron a la planta donde estaban las habitaciones, el señor Hason empezó a nombrar a los alumnos y el número de la habitación que les había tocado.

- Evelyn, Baiclyn, Antonio, habitación catorce- les dijo. Los niños perezosos y desganados se dirigieron a la habitación. En ella se encontraba Niall, que al no esperar su llegada, se asustó al escuchar como alguien intentaba abrir la puerta. Antes de que pudieran estrechar lazos, el ruido de un coche rebotó por las paredes de la habitación. Los cuatro niños se acercaron a la ventana y vieron cómo de un coche amarillo se bajaron tres personas: un niño alto, moreno y con gafas, junto a los que parecían sus padres. El señor

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Hason les saludó cordialmente. Entraron al edificio. Tras unos minutos, los padres salieron y se montaron en su coche mientras el niño entró al internado.

-Hola soy Evelyn y este es mi hermano Bayclin- saludó Evelyn.

-Yo soy Niall, encantado.-De repente, abrieron de nuevo la puerta.-Es que nadie sabe llamar-rechistó Niall.

Entraron el director y el niño que habían visto antes.

-Este es vuestro nuevo compañero, Rubén. Viene desde muy lejos así que sed amables y comportaos bien con él. El Señor Hason cerró la puerta tras decir -deshaced vuestras maletas y en cinco minutos os esperamos abajo.

Ellos al cerrar la puerta empezaron a presentarse y en tan solo cinco minutos cogieron mucha confianza como si se conocieran desde hacía años.

Sonó un timbre y cada grupo de alumnos salió de sus habitaciones y se dirigieron hacia abajo. En el salón principal se sentaron en unas sillas preparadas para ellos y varios profesores fueron repartiendo el horario semanal.

La primera semana fue divertida ya que todavía se estaban adaptando, la segunda fueron cogiendo el ritmo,así semana tras semana.

Después de unos meses ellos tenían una amistad irrompible y estaban mucho más crecidos y bastante hartos del Internado, ya que habían conocido bien a todos. Por fin descubrieron porque Niall odiaba tanto el Internado, el horario era el mismo semana tras semana , no les dejaban salir al bosque y el poco aire que respiraban de verdad era el del recreo de quince minutos cada dos días en un patio trasero. A veces, estaban sin moverse ni jugar por algunas visitas del director Hason que era muy estricto y aunque casi siempre estuviera en su despacho o en su pequeña gran mansión, que es así como la llamaban ya que era un cuarto enorme con dos plantas al que nunca podía entrar nadie, solo él.

Una vez intentaron entrar con un plan pero les castigaron durante dos semanas en sus habitaciones. Antes de que los castigaran robaron unas pocas cosas del taller de manualidades para hacer algunos juegos ya que sabían que si los pillaban estarían castigados durante mucho tiempo. Por ello su habitación era la única que estaba decorada y con juegos

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de mesa caseros escondidos por los rincones,por lo que esas dos semanas no se aburrieron mucho, lo cierto es que lo pasaron bastante bien.

Esa no era la única trastada que habían hecho, hicieron muchas más, esa era una de las razones por las que tenían al director Hason harto.

Cada vez que los castigaba los llevaba a la habitación y decía con un tono furioso Hasta que no aprendáis a comportaros no saldréis- así una y otra vez.

CAPÍTULO 2

El plan perfecto Tan solo tardaron días en darse cuenta de que el internado no era para ellos y para facilitarle la vida al Señor Hason (y también porque querían) empezaron a planear una escapada.

Cogieron una cartulina que robaron y empezaron a dibujar un mapa del internado.

Descubrieron que los conductos de ventilación conectaban todo el recinto. Rubén repitió el plan por última vez: -Vamos a la cafetería cogemos unos cubiertos de plástico, los derretimos con mi mechero, lo ponemos sobre el molde (que habían hecho con plastilina robada y un destornillador que no nos pudimos llevar y que le costó una semana de castigo a Evelyn), con esa herramienta improvisada desatornillamos el conducto, viajamos por este, salimos y escalamos la pared atando la palanca a nuestra cuerda (hecha con las mantas y sábanas de todos), escalamos, bajamos y nos fugamos¿no?-El plan era perfecto.

Todo estaba calculado. Cuando se hizo de noche, los niños se encontraban en sus posiciones. Esperaron a que el profesor de guardia revisara el pasillo por última vez, para dar comienzo a la acción.

-Chicos, quiero deciros algo-.dijo Niall- si no salimos de esta, ya que sabéis que si nos pillan nos separaran y nos pondrán en distintas habitaciones, solo quiero deciros que habéis sido como la familia que nunca he tenido. Habéis estado siempre en los mejores y en los peores momentos. Estos últimos meses han sido los más divertidos y felices de mi vida.

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Después del pequeño discurso que dio Niall, los chicos se abrazaron y se dieron ánimos. Tras unos minutos empezaron a ejecutar el plan de Rubén. Antonio se asomó por la puerta para ver si el profesor de guardia se había ido a dormir. Rubén empezó a destornillar el conducto de ventilación que estaba lleno de telarañas y polvo. Se metieron metieron despacio y cuidadosamente para no hacer ruido, Bayclyn avisó a Antonio de que ya se iban a ir. En fila uno por uno fueron pasando hasta llegar a la planta de abajo, el primero iba Rubén ya que era el que tenía el destornillador, empezó a desatornillar la otra entrada del conducto.

Evelyn comentó angustiosamente -Rubén, puedes romper ya eso, hace calor y estamos incómodos-susurrando le metió prisa.

A lo que le respondió-No puedo, no veo nada. la situación empezó a ser angustiosa hasta que Rubén sin ningún otro remedio le dio un codazo al conducto de ventilación. A la primera no se rompió pero lo intentó de nuevo y escandalosamente cayó al suelo. Fueron saliendo, habían acabado en la tercera planta por suerte ya que era la que tenía ventanas sin estar amuralladas.

Antonio tenía colgadas en las caderas las sábanas como si fueran una falda, las cogió y les hizo un nudo fuerte en el pomo del cuarto de limpieza, no era muy seguro pero no había otro sitio donde colocarlo. Se asomaron a la ventana y vieron la altura, aunque en verdad no era tan alto pero pasaron miedo. Ellos bajaban mirando a la pared para no ver lo altos que estaban, agarrados bien fuerte. El último en caer fue Antonio que se llevó un gran susto al descolgarse el pomo de la puerta y pegó un salto al suelo con cara de miedo.

Empezaron a correr como si no hubiera un mañana,escalaron la valla que separaba el bosque del internado. Antes de saltarla, Niall miró hacía atrás con expresión de pena porque había estado toda su vida allí,pero la pena le duró poco ya que al saltar sonó una alarma muy fuerte de los altavoces del internado y salió una luz parpadeante de la etiqueta de sus chalecos, no se habían dado cuenta de que era un detector por si alguna vez a alguien se le ocurría escapar.

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Por el sonido tan fuerte de la alarma todos los alumnos del internado se asomaron a sus correspondientes ventanas para ver qué pasaba. Todos estaban murmurando sobre ellos y el grupo de amigos se miraron unos a otros avergonzados y sin saber qué hacer.

CAPÍTULO 3

Creo que la hemos liado Creían que aún podrían escapar hasta que se dieron cuenta de que la luz parpadeante no era la única sorpresa del traje, una descarga eléctrica les sacudió dejándolos inconscientes. Despertaron en un sitio muy familiar: la oficina de Hason, este ni se molestó en mirarlos y les mandó a aislamiento por un mes entero. Sin excepciones todo el grupo preferiría estar encerrado el resto de sus vidas en una celda normal, que pasar otro mes más ahí dentro, estar encerrado en un trozo de acero de dos por dos metros, sin compañía, con la peor bazofia del lugar, donde lo único que escuchaban eran sus latidos y respiración. La estancia en ese maldito sitio les hizo peores. Mientras en el internado, aumentaron la seguridad: guardias con pistolas reales, muros electrificados y sobornaban a niños para que fueran chivatos. A Hason no le molestó del todo la noticia porque pudo reírse de ellos por millonésima vez y al salir en las noticias le dieron fama y dinero gratis a ese gordo mafioso. Algunos de ellos ya perdieron la esperanza y los que aún intentaban algo fueron pillados por los guardias gracias a los chivatos.

Para ellos fue un mes muy duro y el aburrimiento casi los mata. Después de ese mes los llevaron a habitaciones distintas. Casi nunca se veían,la única posibilidad que tenían para verse era en el comedor aunque el director a posta los puso a los cinco en cada esquina para que no hablaran.

Un día antes del almuerzo, el director Hason los mandó a la entrada del internado para anunciarles una entrevista que les iban a hacer gracias a la fama que adquirió el internado.

-Vendrán por la tarde para entrevistarnos,comportaros tan bien como os estáis comportando hasta ahora,ejemmm excepto algunos-dijo con un tono irónico,que a ellos no les sentó tan bien.

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Intentaron localizar a cada uno de ellos,hasta que se vieron y Niall hizo un gesto de que se fueran para atrás. Se juntaron detrás de todos los alumnos para que el director no los viera,después de tanto tiempo se abrazaron y antes de nada se agacharon y empezaron a planear cómo podrían hacer para juntarse de nuevo.

De pronto entró un chico alto con una capucha negra y sacó una pistola y empezó a disparar, Evelyn intentó escapar junto a Rubén pero les alcanzó otra bala a los dos juntos. Baiclyn y Antonio consiguieron escapar pero de los demás no supieron nada más.

El señor Hason estaba consternado por lo sucedido, él se decía constantemente,¿Por qué tengo un asesino en mi internado!?

Según algunos rumores de los alumnos habían muerto Niall, Evelyn y Rubén.Después de un buen rato Antonio y Baiclyn, Antonio escondidos casi llorando dijeron: -Baiclyn hay que tirar para adelante olvidar lo que ha pasado y averiguar quién ha sido el que se ha cargado a nuestros amigos.

Baiclyn respondió: -Tienes razón Antonio, pero tenemos que averiguarlo rápido yo ya no me siento seguro en el internado.

CAPÍTULO 4 Averiguar quién ha sido Un par de días después Antonio estaba reflexionando sobre el asesino cuando unos disparos insonorizaron sus pensamientos, Antonio se puso de rodillas esperando lo peor, pero, en vez de un tiro, recibió una mano, este miró hacia arriba y se dio cuenta de esa cara: ¡Era Rubén ! Antonio en ese momento tenía muchas preguntas, pero unas balas rozando su cara le quitaron las ganas de hacerlas; estos dos corrieron por todo el recinto hasta llegar al cuarto del conserje, le pusieron un candado que tenía Antonio y tuvieron un momento de paz, Antonio preguntó sigilosamente: ¿Cómo estás vivo?¿Cómo has vuelto? ¿Cómo sabes manejar un arma de fuego? Rubén respondió: ¿te acuerdas cuando nos alcanzó la bala a mi y a Evelyn? no me mató , Evelyn se puso enfrente y recibió el ochenta por

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ciento del impacto y sobreviví gracias a eso, conseguí volver porque pedí que me incineraran , si me hacía el muerto y me llevaban al sitio, escaparía fácilmente, pero en una lápida cerrada y a dos metros bajo tierra, me sería imposible, igualmente cuando salí me reuní con unos amigos callejeros y me llevaron en moto al recinto.

-Vale, Rubén, pero tenemos que salir de aquí porque está claro que alguien no nos quiere. Tenemos que buscar a Baiclyn y salir.

Aquella noche se reunieron los tres y empezaron a planear cómo salir de allí.

- El plan que hicimos con Evelyn y Niall no nos sirve porque el director encontró los planos que hicimos. -dijo Baiclyn Entonces Antonio se levantó y dijo: -Nos haremos pasar por asesinos Baiclyn y yo, pero necesitamos un rehén para salir.

Cuándo sonó la sirena que despertaba a los alumnos Antonio, Baiclyn y Rubén ya estaban despiertos y entonces Antonio cogió una pistola de juguete y a Rubén del cuello y se dirigió junto a Baiclyn a la puerta, los dos llevaban un pasamontañas que les había conseguido un alumno.

Antonio sujetó a Baiclyn y apuntándole a la cabeza se dirigieron hacia la puerta.

Los niños, temiendo por su vida, empezaron a correr hacia todas las direcciones, provocando grandes estampidas y que el director se diera cuenta de lo que estaba ocurriendo. Bajó las escaleras en segundos. Cuando llegó a la entrada se quedó sin aire.

-Ábranos la puerta y no llame a la policía si no quiere ser el siguiente.-dijo Antonio, cambiando su voz para que no le reconociera.

-Hágale caso señor director-le dijo Baiclyn haciéndose la víctima.

Rubén se acercó al señor Hason atemorizándolo. Este hizo lo que le pidieron .Abrió la puerta y mandó que nadie llamará a la policía. En la puerta se encontraban los amigos de Rubén esperándolos con sus motos. Los tres salieron corriendo y se montaron en ellas. Al principio siguieron la única carretera que conectaba al internado con el resto de la civilización, pero al escuchar la sirena de la policía se metieron campo a través. Llegaron a

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una casa en ruinas, en la que se les ocurrió dejar uno de los pasamontañas y una mochila para crear una distracción. Siguieron por el bosque hasta llegar a un pequeño pueblo al lado de la costa.

-No os buscarán aquí, irán más por el bosque y por los alrededores. Nosotros nos vamos, si necesitáis algo llámanos Rubén.-Los motoristas se fueron y los tres amigos se quedaron solos.-Vale ¿qué hacemos ahora?¿A dónde vamos?

CAPÍTULO 5

Pero ¿qué?

Por suerte venía Paulo con su camioneta. Él era el que traía la comida al internado. Venía del almacén de haber descargado,él no sabía qué había pasado ya que el almacén estaba por la parte de atrás. Baiclyn, Antonio y Rubén se escondieron al escuchar el sonido del motor ya que pensaban que era alguien buscándolos. Al dejarlos atrás los tres amigos corrieron hacía la camioneta para subirse por la parte de atrás. Pegaron un salto y a la primera se colocaron en la parte trasera de la camioneta. Paulo escuchó un golpe pero no le dio importancia y subió el volumen de la radio.

Se quedaron dormidos y el primero que se despertó fue Antonio y descubrió que acabaron en un muelle desconocido. Corriendo los despertó y los empujó para bajar de la camioneta.

Bajaron desconcertados sin saber qué había pasado, alrededor de ellos había un montón de gente mirándolos, ellos se pusieron de pie disimuladamente y empezaron a caminar hacia delante sin saber a dónde ir.

- Tengo hambre qué tal si vamos a aquella heladería,tengo dinero- dijo Baiclyn a lo que sin dudar ni un segundo le respondieron que sí.

Entraron en la heladería, la televisión estaba encendida y rápidamente se dieron cuenta de que estaban en todos los telediarios.

Rubén empezó a asustarse y dijo,-¡Tenemos que entregarnos! si nos pillan estamos muertos.

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Antonio le advirtió de que si se quería entregar era su problema, pero que no podía revelar dónde estaban Baiclyn y él. Rubén dijo que estaba de acuerdo, que no diría nada, pero Antonio sabía que si se entregaba le iban a hacer mil cosas para que que hablara,porque ahora todo el mundo pensaba que Antonio era un asesino.

Baiclyn dijo que teníamos que estar juntos si nos separábamos nos acabarían cogiendo.

En ese momento Antonio salió de la heladería,los demás le siguieron.

Cuando estaban en la puerta dijo Baiclyn -Ese niño de allí es clavadito a Niall.

Miradle, el que está sentado en el banco.

-¿Cómo va a ser él? Niall murió de una bala en la cabeza, como Evelyn.

Mientras Antonio y Baiclyn discutían, Rubén se acercó a aquel niño. Cuánto más se acercaba, más parecido le encontraba con Niall. Los gestos, la ropa, el color de los ojos y del pelo, tenía que ser él. Pero,¿cómo seguía vivo? Si no había muerto ¿Evelyn tampoco?

Eran muchas las preguntas que se le vinieron a la cabeza en aquel momento a Rubén.

CAPÍTULO 6

Muertos vivientes ¿Niall, eres tú?-le dijo Rubén a aquel niño.

Este se dio la vuelta para mirarlo.

-¡Rubén!Me alegro verte. Pero ¿qué haces aquí?deberías estar en el internado.

-Me escapé junto Antonio y Baiclyn, después de que pasara lo del tiroteo. Hablando de eso, ¿como sobrevivisteis?-le preguntó Rubén.

-Si te digo la verdad, no tengo ni idea. Solo recuerdo caerme al suelo y despertar en el hospital. Allí había otros niños, también estaba el señor Hason hablando con algunos médicos. Lo vi muy preocupado. Al poco tiempo de haberme despertado se acercó a mí y me dijo que una parienta de mi madre me iba a cuidar desde entonces. Ahora vivo con ella, aquí en el pueblo. La semana que viene empiezo el colegio .-¿Y sabes algo de Evelyn?-preguntó Rubén.

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Antes de que contestara, Baiclyn y Antonio se acercaron.-No lo sé, a lo mejor sigue en el hospital. No la he vuelto a ver desde aquel fatídico día. Lo único que sé es que a la mayoría de los niños nos llevaron con nuestra familia. Puede que la hayan llevado de vuelta con sus padres.

-¡Debemos ir a Balorihan!,debemos ver si está viva mi hermana.- dijo Baiclyn con alegría,pero Niall giró la cabeza y vio un cartel colgado en la puerta de una tienda que ponía,”Por favor, si reconocéis a estos dos niños, llamad al siguiente número. +*********** ,se han escapado del internado Transbur, quien los encuentre tendrá una recompensa y tendrán una muestra de gratitud” y debajo una foto de ellos.

A Niall se le cayó la sonrisa y dijo,-Chicos tenemos un problema señalando el cartel.

Los cuatro se quedaron con una cara impactada y justo en ese momento el dueño salió a cerrar la tienda y cuando se iba a ir dijo -Adiós chicos,(parecía ser extrovertido).

Se dio la vuelta a miradle la cara y se dio cuenta de que eran los del cartel, el se quedó callado,y cogió el móvil disimuladamente para llamar a la policía. Ellos no sabían nada. Y el hombre se sentó en el banco a esperar la policía, pero para que ellos no sospecharan se ató los cordones. Ellos,inocentes, se quedaron hablando y tratando de averiguar qué podían hacer, pero llegó la policía cogió a Antonio, Bayclin, Rubén y Niall y los llevaron al internado. El director Hason los mandó a cada uno a sus casas A Bayclin lo mandaron a su casa y con la bienvenida de Evelyn que estaba bien ,a ellos los metieron de nuevo en su antiguo colegio de cuando eran chicos hicieron nuevos amigos y consiguieron no pelearse tanto y con las ideas locas de Evelyn y la valentía de Bayclin corrieron muchas nuevas aventuras.

A Rubén lo llevaron con sus padres y estuvo una temporada en un campamento para controlar su ira y su pasado,conoció a más amigos como él y supo cómo controlarse con el tiempo y los padres se sintieron más orgullosos de él.

Niall se fue con la parienta de su madre que se llamaba Tía Selenia ,se cogieron mucho cariño y se trataban como madre e hijo. Ellos vivían en un pueblo lejano y Niall despertó su pasión por los caballos.

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Y a Antonio lo mandaron con sus padres y sus tres hermanos. Como los hermanos habían crecido él empezó a jugar con ellos e hicieron juntos una casa en el árbol en la que jugaban todos los días.

Nunca se despidieron, por lo que Selenia estuvo un mes averiguando las direcciones de las casas de cada uno para que tuvieran la oportunidad de despedirse como debía ser.

Niall al enterarse de que su tía hizo todo eso por él le llenó de alegría y corriendo fue a escribirle una carta a cada uno y poner todas las direcciones para que también pudieran escribirse todos los demás. Cada uno se despidió por cartas y al recibirlas se alegraron mucho todos, y desde ese momento ya no hablaron más pero sí se llevaron de recuerdo los buenos momentos y se alegraron de que gracias a ellos detuvieron a Hason y mejoró el internado. Ya que salió una noticia en la tele de que el señor Hason estaba compinchado con lo ocurrido y se enteraron de todo eso ya que Niall,Bayclin. Evelyn,Rubén y Antonio pusieron una cámara para ver cómo era el cuarto enorme del señor Hason y la policía al investigar el internado encontró la cámara que hicieron Rubén y Bayclin, y se les ocurrió reproducirla y vieron una llamada de Hason al supuesto ayudante del el tiroteo.Lo metieron en la cárcel y nombraron a una directora nueva. Nadie aparte de ellos supo quién hizo la cámara por lo que se sintieron orgullosos.

Después de muchos años,.....

(El hijo de Bayclin) -Punto y final.Tita toma mira la historia que me contó papá de cuando erais chicos,espero que te guste.

(Evelyn)-Ahh,me encanta,pero falta una cosa,falta el nombre,¿cómo quieres que se llame?

(El hijo de Bayclin)-Emmm,no sé,vuelta al recuerdo?

(Evelyn)-Perfecto (El hijo de Bayclin)-Crees que le gustaría también a papá?16 (Evelyn)-Le encantará.

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El viaje Escrito por Ángel García Montilla, Sara Arjona Zamora y José J. Carrión Vera Era un fin de semana como otro cualquiera. Juan Diego había invitado a sus amigos como ya había hecho otros fines de semana a dar una vuelta en el yate de su padre. Tiene uno ya que es rico. También iba Angustias. Ella es una persona bastante pija y a la que le cuesta hacer amigos; Juan Diego y ella no se llevan especialmente bien, pero le daba pena no dejarla venir porque tampoco es que se lleven mal, aunque es poco habladora. Los demás, cuando pueden intentan evitarla.

El padre de Juan Diego le deja conducir el yate; ya tiene dieciséis años y considera a su hijo responsable, además de que sabe conducir perfectamente el yate ya que es muy intuitivo.

Ese día iban a hacer el mismo recorrido que siempre: saldrían por el puerto en el que tienen el yate, avanzarían aproximadamente un kilómetro mientras charlaban y darían media vuelta. Todo era bastante simple, nada podría salir mal.

Ya a punto de embarcar Raúl dijo: -No sé si deberíamos salir hoy, está nublado y a lo mejor llueve. Quizás mañana sea mejor idea.

-¡Venga hombre, tú siempre tan soso! ¡La vida es para vivirla! -dijo Nayara. Nayara tiene como costumbre darle todo igual y no temerle a nada. Una temeraria en toda regla.

- ¡Seguro que nos lo pasamos bien! - intentó convencer Víctor a Raúl, que aún así estaba indeciso por lo que pudiese pasar. Víctor es poco atrevido, pero intenta disimularlo como puede.

-Según mi móvil dentro de nada se van a ir las nubes, y viendo hacia dónde va el viento tiene pinta de ser cierto. Lo aprendí en el campamento scout -dijo Aitana.

-Bueno, venga, si insistís… -cedió Raúl.- Aunque no sé por qué me da mala espina.

Ya en mitad del mar y merendando Víctor advirtió: -¡Hey, mirad! ¡Nubes de tormenta! ¡Y se acercan!

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-Venga, Raúl que no tiene gra…- Aitana se quedó muy asombrada.- Esto se pone muy chungo, ¡Juandi, da la vuelta!

En este punto todos miraban el cielo horrorizados. El oleaje estaba aumentando y parecía que iba a haber una gran tormenta.

-¡No puedo, la fuerza del oleaje es tan fuerte que no puedo controlar el yate!

-¡Haz algo, lo que sea!- dijo desesperado Raúl.

En ese momento un rayo rasgó el cielo, cayendo peligrosamente cerca del yate. Ya estaban en una tormenta en toda regla, y a más de un kilómetro de tierra firme.

Segundos después, lo único que recordaban era ver un destello morado proveniente del mar, acompañado de un temblor, antes de caer desmayados al unísono.

Juan Diego -¿D-Dónde estoy…? ¿Dónde estamos?- logré preguntar a duras penas. Me sentía destrozado después de aquel aparatoso "viajecito".

- Estoy agotada... ¿Qué ha pasado? - vi a Aitana a unos pasos de mi levantándose de la... ¿arena?

- Estamos en una playa. -dijo Angustias incorporándose, parecía sorprendida.

- ¡M-Mi barco! -dije levantándome rápidamente echándome las manos a la cabeza al verlo en la orilla, bastante cerca de nosotros, volcado y destrozado.

- El agua nos ha arrastrado más lejos -se acercaron todos hacia él para coger sus cosas que estaban mojadas pero seguían ahí (la mayoría) y Nayara se puso a mi lado informando de lo ocurrido.

Todos

estábamos

aturdidos

por

el

acontecimiento,

nos

quedamos

un

rato

asimilándolo. Entonces vimos a nuestras espaldas un bosque más allá de la arena.

-Vamos, puede que haya alguien aquí o cosas útiles como bengalas o algo por el estilo. -Raúl convencido empezó a caminar adentrándose en la isla, así que nosotros también fuimos aunque todavía estábamos un poco desorientados. ïbamos caminando hacia dentro del bosque, ya caminando por la hierba yo seguía preocupado por mi barco, mi padre me iba a matar.

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-El barco se ha roto, mis padres me matan - dije preocupado, visualizando la escena de mi padre castigándome de por vida.

-¡Os avisé antes de venir! No deberíamos haber salido con nubes -Raúl parecía molesto, y con razón, no le hicimos caso antes.

-No te molestes ahora, ya estamos aquí, no se puede volver atrás -a Víctor le temblaban un poco las manos, sé que es asustadizo pero por lo menos no entra en pánico para no ponernos nerviosos a todos.

Entramos más profundo y todo era verde ahora, había grandes árboles, caobas, hules y ceibas, y unas enredaderas cayendo de ellos. Más bien parecía una jungla, no un bosque.

-Hey, mirad esto -señaló con el dedo Aitana, a un boquete en el suelo que parecía profundo y todos nos acercamos con cuidado, para no caernos. En silencio nos quedamos a unos pasos de él y escuchamos un ruido procedente de abajo.

-¿Qué es eso? -Angustias se tapó la boca con la mano, susurrando asustada.

Nos alejamos un poco más, y se escuchó más fuerte, sonó aterrador.

-Suena como… ¿rocas rompiéndose?- dije preocupado.

-¿¡Alguien ha dicho AVENTURA!?- dijo Nayara. A veces Nayara me preocupa bastante por estas cosas.

-Ni se te ocu… -demasiado tarde. Nayara yahabía saltado al agujero y ni un segundo después la escuchamos cayendo sobre un charquito de agua.

Raúl: -¡Venga, bajad, que no pasa nada! ¿Veis que no he muerto?- nos decía Nayara.

-Que no, que no, yo ya te he dicho que no bajo. - le dijo Víctor.

-Qué miedica eres, ¿no?- dijo Nayara-. Un momento, ¿qué es eso?- dijo acercándose a algo que no podíamos ver.

-¿Qué pasa?- preguntó Angustias intrigada.

-Si quieres saber lo que es vas a tener que bajar. Je je. - le dijo Nayara. Mira que le gusta complicarse la vida.

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-Yo me meto que quiero saber qué pasa -dijo Aitana. Acto seguido dio un salto y ya estaba metida en el agujero.

-Bueno, venga… -dije acercándome poco a poco al agujero y entrando en él.

-¡Venga bajad los demás! - gritó Aitana desde abajo alentándolos a bajar.

- Que es mentira, aquí no hay nada -dije mirando alrededor al bajar sin ver nada.

- Mira que eres aguafiestas Raúl -bufó Aitana rodando los ojos.

- Creo que habrá una salida por allí, lo presiento. -Señalé a la oscuridad y me miraron Nayara y Aitana extrañadas.

- ¿Y tú como sabes eso si no se ve nada? -Nayara miró hacía la oscuridad, mientras Aitana se puso a buscar algo en su mochila.

- Mirad, tengo una linterna. -cogió de la mochila la linterna y la encendió , haciendo que todo se viera más claro y nos diéramos cuenta de que estábamos en una cueva bastante estrecha.

-¿Y cómo es que no se ha estropeado en el viaje?- preguntó Nayara -Resistente al agua, marca Linterna. ¿Qué te esperas? - dijo Aitana echándose flores, y la miramos raro.

-Bueno, venga, lo que tú digas. Recuérdame por qué nos has hecho bajar aquí -dije ya un poco enfadado Esta isla me da mala espina, yo solo quería volver a casa, no jugar a los mineros.

- ¡Oye, que seguimos aquí! - escuchamos de arriba a Aitana.

- ¿Qué hacemos nosotros? - preguntó Juan Diego un poco agobiado por estar ahí arriba solos.

- Vamos hacia la derecha id vosotros también hacia la derecha, puede que podamos salir allí.- Comenzamos a caminar hacía la derecha con cuidado de no resbalarnos por la humedad de la cueva.

- Allí hay luz. -llegando al final del túnel vimos luz, pero me paré en seco.

-Esperad, quedaos quietas. - retrocedí unos pasos y cogí una piedrecilla del suelo.

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- ¿Qué, por qué? Si ya está ahí la salida. -dijo Aitana señalado la luz de enfrente de nosotros . Lancé la piedra al suelo justo enfrente de la salida, sintiendo algo raro, y un segundo después de hacerlo la piedrecilla saltó por los aires en una explosión que hubo en el suelo de la cueva, haciendo que nos sorprendiéramos y echáramos para atrás asustados.

- Pero ¿qué es eso?-Se le quebraba la voz a Nayara del susto.

- Una trampa. -quedamos parados en frente de donde pasó ese extraño suceso.

- Y a ver que me entere yo -dijo Nayara-, ¿cómo se supone que sabías que había una trampa?

Nayara: -Ya os he dicho treinta veces que ha sido una intuición, qué pesaditos sois.

-A ver, eso es algo más -le dije yo-. Es como si yo ahora te digo que detrás de ese árbol hay una bomba.

-¡Que no lo sé, fue solo que me daba mala espina! Por cierto, Juan Diego, dónde decías que estaba Víctor?- dijo Raúl incómodo, intentando cambiar de tema.

-Pues se escondió de un rugido detrás de ese árbol. La verdad es que deberíamos prepararnos por si nos ataca algún animal.

-¡Víctooor, sal ya que estamos aquí todos! ¡Deja de asustarte por poquita cosa!dijecansada de quefuera tan miedica. Como no me respondió, me acerqué y al ver que no estaba allí me sorprendí.

-¿Qué pasa Nayara?- me preguntó Juan Diego.

-¿Que qué pasa?¡Que Víctor se ha esfumado!

De repente, un grito cortó el aire. Provenía de más adelante, y era Víctor. Poco después se escuchó un aterrador rugido. ¡VÍCTOR! -grité. Este chico solo sabe meterse en problemas.

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Víctor: Grité con todas mis fuerzas al ver la cosa que hizo el rugido que escuchamos en la cueva antes. Era irreal,una especie de animal del tamaño de un león pero emplumado. Tenía unos ojos puramente negros muy espeluznantes y una crin de plumas negras, mientras que el resto del cuerpo era de todos los colores, aparentemente sin seguir ningún patrón.

Empecé a correr todo lo que pude y durante la persecución de ese engendro que era imposible de reconocer, me alcanzó y con las garras me arañó la pierna por detrás. Aguanté el dolor y fui a esconderme detrás de una roca, por una zona con más maleza. Al parecer lo despisté porque se fue. Miré mi pierna e hice una mueca de dolor.

- ¿Por qué me tenía que pasar esto a mi? -dije en voz muy baja y escuché a Aitana y los demás gritando mi nombre.

- ¡Por aquí, AQUÍ! -grité más alto para que me escucharan alto y claro, los vi entre la maleza y salí del rincón donde me había metido.

-¿Pero donde te habías metido? - dijo Nayara, llegaron rápidamente corriendo y se pararon a mi lado.

- Es que me ha perseguido un animal. O creo que era un animal, mirad. - como pude, me giré enseñando mi pierna por detrás, con sangre por el zarpazo que me pegó esa cosa.

- ¿Te ha alcanzado? - Juandi se acercó más y miró , poniendo mala cara-. No tiene muy buena pinta.

- Podemos hacer un torniquete. - Aitana, la scout, se quitó la badana que tiene en el brazo siempre y me hizo el torniquete ella.

-Me gustaría conservar mi pierna, pero gracias por la oferta. Tampoco sangra demasiado -y era verdad, evidentemente dolía pero no había una hemorragia severa.

- No podemos quedarnos parados así si “eso” está suelto por ahí. - avisó Aitana así que fuimos adentrándonos más en la jungla, con cuidado y miedo por si volvía a aparecer.

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- ¿Oye, hacemos unas armas..? - preguntó Aitana y todos nos giramos a ver si era verdad su propuesta.

- ¿Cómo que armas? - pregunté sorprendido al escuchar la pregunta.

- ¿Sabes hacer armas? ¡Qué guapo! - Juandi se le acercó emocionado a Aitana y caminó a su lado escuchando como se hacían ¿qué? mientras los otros seguimos impactados caminando por detrás.

- Ahora me das miedo Aitana -añadió Angustias y nos echamos a reír.

- Mira, aquí hay muchos palos. Podemos hacer ballestas. - Aitana nos asusta a veces, ¿cómo va a saber hacer armas? ¿Le enseñaban eso en el campamento? Pues vaya...

Aitana nos hizo buscar palos cortos y afilados, mientras enganchaba palos con palos y… todo muy raro. No sé por què la apoyé en hacerlas, no creía que nosveíamos en tan desesperadas condiciones como para necesitarlas. Aunque me siento más seguro llevando un arma en la mano.

-¡Por fin has terminado! -Nayara selevantó del suelo, con muchos palitos en las manos que nos iban a servir.

-¡Escóndeos ! -Raúl avisó justo después de que Nayara hablara rápidamente, haciendo que nos escondiéramos todos detrás de árboles o de piedras.

Aitana: En un momento se escuchó mucho ruido, pasos de muchos animales corriendo, y muy pesados.

-¿Cómo sabía Raúl que eso iba a pasar? -pensé para mí con la ballesta cogida, por si acaso.

Todo empezó a temblar unos segundos después del aviso y de escondernos, nos sujetamos a las piedras y árboles, todavía escondidos como estábamos .

Vi un animal a lo lejos,era una estampida de bueyes, pero seguí pensando por qué Raúlsabia todo lo que iba a pasar, daba mal rollo.

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-Raúl, para ya de usar poderes mentales, ¿de acuerdo? Cada vez me das más miedo. -dije un poco preocupada tras la estampida.

-Los vi venir a lo lejos -se justificó Raúl.

-Lo que tu digas… -le dijo Angustias.

-Víctor, ¿el bicho ese raro se fue por donde venían los bisontes verdad? -preguntó Aitana.

-Pues sí.

-Ya sabemos por dónde no ir. -dijo ella-. Oye, tanta aventura me está dando hambre. ¿Y si cazamos algún bisonte extraviado del grupo?

-¿Con unas ballestas hechas en tres minutos y usando palitos como proyectiles? No me parece muy buena idea -dijo Juandi.

-Oye, ¡se me ha ocurrido una idea! -dijo Nayara emocionada. Me daba miedo lo que fuese a decir, y con razón-. ¿Y si vamos al agujero ese que explotó antes?

-¡Qué dices! Ni loco -negó Víctor rotundamente.

-Si explotó es porque estaba defendiendo algo, además de que a lo mejor dejó algún manantial de agua dulce tras la explosión, cosa que no nos vendría nada mal. Además, imagino que Raúl nos protegerá.

-Solo voy a ir por lo del agua -dijo Juan Diego-. Me muero de sed.

-¡Venga, seguidme! -dijo Nayara mientras corría en dirección de aquel agujero.

Angustias: Todavía íbamos a medio camino, cuando me empezó a dar hambre, así que le pregunté a los demás: -¿Oye, tenéis hambre?

-No, la verdad es que…-iba diciendo Nayara cuando el sonido de sus tripas rugiendo la interrumpió-. Bueno, sí que tengo hambre.

-Yo también, deberíamos cazar algo -sugirió Juan Diego.

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Estuvimos un rato buscando hasta que encontramos un grupo de cerdos y los matamos con nuestras ballestas. Hicimos una hoguera con ayuda de Aitana y los cocinamos.

Disfrutamos de la comida, pero entonces nos dimos cuenta de un pequeño problema.

-¡Qué sed me ha dado la comida! -dijo Raúl.

-¡Es verdad! Vamos a buscar en la pequeña cueva en la que estuvimos algún manantial -dijo Juan Diego, y nos fuimos allí.

Caminamos por la cueva pero no vimos nada, así que salimos de la cueva y giramos a la derecha nada más salir, con mucha sed. A lo lejos escuchamos agua y corrimos hacia el sonido, llegamos y bebimos muy rápidamente.

-Qué sed tenía -dijo Juan Diego aliviado, bebiendo con las manos.

Estuvimos un rato sentados viendo el agua de la pequeña cascada caer hasta que empezó a temblar, como un terremoto. Miramos a todos lados desorientados y vimos a algo salir del manantial, haciendo un hoyo debajo del agua.

-¡Pero qué es eso! -nos levantamos del suelo rápido y dimos pasos hacia atrás.

- ¿Por qué estáis aquí? -escuchamos una voz muy fuerte salir de esa especie de... ¿robot? -Nos pusimos pálidos ante esa voz tan grave y robótica.

- ¿Sois unos intrusos? Me temo que los intrusos tienen un castigo -dimos pasos atrás y volvieron los estruendos, la especie de robot fue acercándose por el agua y no tuvimos otra cosa que correr, correr lo más rápido posible, yendo cada uno por un camino y perdiéndonos por la isla, solos. Cuando nos quisimos dar cuenta, una niebla negra increíblemente espesa nos había rodeado, y ya no teníamos nada que hacer.

Quién nos iba a decir que empezamos juntos pero, acabamos solos y perdidos... por lo menos en esta parte de la historia, sí.

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UN NUEVO MUNDO Escrito por Daniela Sánchez Vázquez, José David Rivero Gómez, Juan Gerardo Díaz Hurtado, Marcelo Barboza Ramírez

INTRODUCCIÓN Hace casi 500 años, para las personas que habitaban en nuestro planeta, la Tierra era plana. Y a las pocas personas que pensaban lo contrario, los tomaban por lunáticos. Lo lógico para la mayoría de la gente era que si se pasaban días y días navegando, en algún punto, la Tierra se acabaría. Pero algunas personas no pensaban así, como Cristóbal Colón, un señor italiano aficionado a los barcos y a la navegación.

En Europa, especias como el clavo, la canela, la nuez moscada; no eran muy comunes, pero si necesarias, es por ello que los europeos viajaban a Asia para poder comprarlas. La ruta que tenían que recorrer era larga, pero Cristóbal de alguna manera sabía que había otra forma de llegar a Asia. Y así fue como decidió embarcar en busca de una ruta alternativa, debido a la caída de Constantinopla.

Mientras tanto, en la otra punta del mundo, también conocida como América, se encontraba el imperio Inca, un imperio en el que gobernaba un emperador con sus dos hijos llamados, Huáscar y Atahualpa.

CAPÍTULO 1 Cristóbal Colón era un joven ambicioso, desde siempre quiso ser navegante y hacer nuevos descubrimientos. A sus veinticinco años, estuvo una temporada navegando con los portugueses, y de todos los viajes que hizo Colón se iba informando sobre algunas teorías, entre ellas la de que la tierra es redonda. Esta en especial a Colón le intrigó y quiso investigar más sobre el tema. Pasó días y días investigando hasta que por fin se decidió a emprender un viaje para comprobar su teoría, y tenía la excusa perfecta. Debido a la caída de Constantinopla, los europeos no podían comerciar con los asiáticos, así que Colón fue de

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reino en reino pidiendo que le financiaran el viaje, y a cambio él les proporcionaría una ruta alternativa solo para ellos, el problema fue, que nadie le creía.

Un día, Cristóbal, ya cansado de que lo tomaran por loco, decidió hacerle llegar la idea de que la tierra era redonda a la reina Isabel de Castilla, para que le ayudara a encontrar la ruta hacia Asia. Ella le ofreció dinero para ayudarle en su viaje a cambio de que le cediera la mayoría de las cosechas que encontrara en el continente. Colón aceptó y se puso manos a la obra, empezando por pertrechar las naves: la Pinta, la Niña y la Santa María, que estuvieron al mando respectivamente, de Martín Alonso Pinzón, Vicente

Yáñez Pinzón y Cristóbal Colón.

Fue así como la tarde del 3 de agosto de 1492, Cristóbal Colón partió con su tripulación y con sus navíos la Pinta, la Niña y la Santa María, para embarcarse hacia el descubrimiento de una nueva ruta hacia la India.

CAPÍTULO 2 Mientras él se ponía en marcha, en América los hermanos Huáscar y Atahualpa, los hijos del gobernador del imperio Inca de América y herederos; se peleaban continuamente por quién de los dos hermanos conseguiría el trono. Todos los días la misma historia disputada, quién sería el heredero al trono. Su padre, el gobernador del imperio Inca, el cual padecía una grave enfermedad, no sabía qué hacer con ellos. El día a día allí era ajetreado, recolectaban y preparaban comida, entrenaban a los hombres para defender los reinos ya que siempre estaban en alerta por posibles conquistas enemigas, etc. Vivían en armonía con la naturaleza, recolectaban, sembraban maíz y no tenían ropa, excepto las mujeres que se cubrían con algunas plantas.

Las naves partieron de Palos. Tras varios días en alta mar y debido a un problema en la Pinta, tuvieron que dirigirse hacia las Canarias, donde pasaron la noche, para reparar el timón del navío. Al día siguiente continuaron con su expedición y se encontraron con muchas sorpresas. Un mes después de su comienzo, consiguieron alcanzar el mar de los Sargazos, y más tarde la isla de Guanahani.

Colón siguió con su viaje por el Caribe llegando a Cuba. El 24 de diciembre la Santa María encalló en las costas de La Española y con sus restos se construyó la fuerte

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Navidad. Días después la Pinta y la Niña encontraron tierra, la tierra tan esperada, la supuesta Asia.

CAPÍTULO 3 Era un día precioso,como todos allí; por la mañana los cultivos habían crecido mucho y se podía ver el rocío. Todo el pueblo inca se repartía las tareas para luego poder comer una deliciosa comida. Un tercio del pueblo iba a pescar, otra parte recogía los cultivos y la otra parte iba a cazar distintos tipos de animales. Los que recogían el cultivo volvían con alimentos entre sus brazos como el maíz, frijoles, calabazas, girasoles, patatas y ciruelas. Los que pescaban capturaban salmón y halibut. Los que iban a cazar, cazaban ballenas,focas y nutrias de mar. Traían los alimentos para repartirlos entre los habitantes de la aldea, la mitad de los alimentos los guardaban para la cena. Mientras esperaban a la noche tenían que entretenerse con algo, como ir al lago, hacer collares, hacer pulseras, etc. En la cena prácticamente pasaba lo mismo que en la comida. Las mañanas eran muy parecidas a las anteriores y los días allí eran rutinarios.

Una mañana como cualquier otra, empezaron su día normal; pero los indígenas no sabían lo que se les venía encima, ya que por el horizonte se podía ver tres especies de navíos...

CAPÍTULO 4 El sol salía de su escondite e iluminaba el mar, la tripulación ya estaba despierta, desesperada por llevar tanto tiempo en alta mar. Algunos marinos ya habían dado la idea de encerrar a Colón, y volver a España, ya que pensaban que nunca encontrarían tierra, pero Cristóbal, siempre conseguía convencerlos de que tuvieran esperanza.

Cuando de repente…

-¡TIERRA A LA VISTA, TIERRA A LA VISTA! De un salto Cristóbal se acercó a la cubierta a ver, lo que podría ser, lo que llevaban esperando meses. La tripulación se preparó con sus armas para lo que pudieran encontrar.

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Bajaron del barco, felices de por fin de tocar suelo, con algo de miedo, pero orgullosos de haber encontrado la nueva ruta.

Se dividieron para buscar las especias, pero lo que encontraron los dejó boquiabiertos.

Frutos como el tomate, la patata, el maíz era algo que no habían tenido oportunidad de ver nunca, y que encontraron en la nueva tierra. Asombrados, los marinos cargaron todo el barco con todo lo que encontraban.

No podían estar más felices, tenían todos una sonrisa de oreja a oreja, que no se la quitaba nadie. No podían creer lo que habían encontrado por buscar unas especias.

Colón se dio cuenta de que allí habitaba alguien, ya que en el suelo pudo ver armas de piedra, pulseras, collares y algunas huellas; pero no le dio importancia porque sabía que tendría que regresar algún día junto con más barcos y podrían conquistar aquella misteriosa tierra.

Así que se llevó las especias, los alimentos y el cacao, una planta nueva del cual Colón se percató. Emprendieron regreso el 16 de enero de 1493 y unos días después una fuerte tormenta separó a la Pinta y a la Niña. La Pinta, al mando de Pinzón, acabó en Galicia, donde anunciaron a los Reyes Católicos el descubrimiento.

La Niña, al mando de Colón, recaló en Lisboa, tras siete meses y doce días de viaje.

CAPÍTULO 5

Emprendieron el regreso el 16 de enero de 1493, Cristóbal y su tripulación, no podían creer lo que habían conseguido, empezaron un viaje en busca de las especias que traían de Asia y volverían llenos de nuevos alimentos con los que se harían de oro. Para ellos el encontrar esa parte de Asia desconocida fue un milagro, ya que después de casi ochenta días de viaje, vieron que el esfuerzo que le habían puesto a esa travesía, mereció la pena. A pocos días de la llegada a España, Cristóbal y los marinos se preparaban para su recibimiento, cuándo los Reyes Católicos vieran lo que traían entre sus brazos se quedarían pasmados.

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Una mañana tranquila, tras siete meses y doce días fuera de la península, el vigilante de guardia, gritó "¡TIERRA A LA VISTA!" El barco estalló en gritos de felicidad, por fin regresaban a su tierra y además, con su gran tesoro, los nuevos alimentos. Se acercaban al puerto y lograban ver a la gran aglomeración de personas esperando su llegada impacientes, aquellas personas no sabían nada de esos tres barcos que habían partido hacía meses. Cristóbal desde su barco podía escuchar los gritos de los españoles que les daban la bienvenida de nuevo orgullosos de todos los marinos. Cuando los barcos por fin llegaron a puerto, la tripulación pudo pisar de nuevo el suelo de España y contarle a su familia la gran aventura que habían vivido.

Los Reyes Católicos ya estaban allí a la espera de ver los productos que Cristóbal llevaba en aquellas cajas de madera. No tuvo precio la cara de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón cuando vieron lo que escondían las cajas. Nuevos alimentos y nuevas especias que harían de España un país rico en alimentos. La nueva ruta que Colón emprendió hacia Asia fue la que hizo que España se convirtiera en la primera potencia del mundo.

Ahora sabemos que al lugar donde Colón llegó, no fue al continente asiático, pero él murió creyendo que así era sí. Años más tarde Américo afirmará que lo que había descubierto Colón no era nada menos, que un nuevo continente.

EPÍLOGO

La conquista marcó el inicio de la mundialización en América y la aparición del comercio transatlántico, y se establecieron nuevas vías de comunicación y transporte entre Europa y América. Esto llevó a la creación de numerosos puertos oceánicos en el continente americano. Con la mundialización también inició el desprecio hacia las culturas indígenas, los colonizadores españoles le atribuyeron a los indígenas la categoría de "encomendados”.

Con la colonización desaparecieron los sistemas políticos y organizativos de los pueblos indígenas y la desaparición de numerosas lenguas y la casi extinción de otras ya que se impusieron los idiomas europeos, también se destruyeron la mayoría

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de las obras culturales de los pueblos indígenas como textos, obras de arte, religiones, templos, ciudades, obras artesanales, monumentos, etc.

Algunas culturas indígenas conservaron su propia identidad y aumentaron el número de habitantes, mientras que otras desaparecieron debido a enfermedades infecciosas, como la viruela; llevadas por los europeos, la cual se expandió muy rápido porque los indígenas carecían de defensas.

Por su parte, los colonizadores aportaron varios tipos de cultivos que no existían en América: olivo, almendra, arroz, café, caña de azúcar y trigo, y la introducción de nuevos animales como el caballo, la vaca, el asno, el buey, y la oveja. También introdujeron el uso de tecnología agrícola, como la carreta con rueda.

El maíz, la patata, el cacao y el tomate tuvieron un impacto importante en la alimentación del resto del mundo así como el café y la caña de azúcar. En muchas regiones el uso del maíz y de la patata permitió la supervivencia de poblaciones.

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Perdidos en el bosque escrito por Marcos Pérez Pérez, Martina Sánchez Vázquez, Alejandro Gómez Espejo, Carolina Zárate Galindo

Capítulo 1 “Un oso” .

-Aquello es una cueva o son alucinaciones mías- preguntó Jack con entusiasmo.

-¡Tíos!-No sé, a ver Billy quieres enfocar con la linterna- sugirió Mia. -¡Tíos!- repitió Billy.

-¡Qué!-dijo Lucas con ganas de descubrir si era una cueva.

-A a-a aquello es un o-o oso-Mierda- añadió rápidamente Jack. -Hora de descubrir si es una cueva- dijo mientras corría desesperadamente.

Los gritos de los chicos se podían oír al menos al kilómetro, entraron rápidamente en la cueva con esperanza de que el presunto oso no les atacara y una vez dentro no sabían si seguir adentrándose en la oscuridad o parar y pensar, claro que eso era difícil con la idea de que un oso les estuviera persiguiendo.

-Alguien ha visto si era un oso o la imaginación de Billy- preguntó Bianca-Acaso me estás llamando mentiroso, estás diciendo que me lo he inventado o insinúas que estoy loco- recriminó Billy sin poder creerse lo que estaba escuchando.

-Eh, eh, tranquilizaos discutir no nos va a servir de nada.

-Si no me creéis sal tú misma y lo descubres,pero no creo que puedas volver ¡porque hay un oso!- le gritó Billy a Bianca.

Los dos empezaron a discutir, aunque no duraron mucho insultándose porque de repente, un animal peludo del tamaño de todos ellos juntos apareció entre las sombras de la profunda cueva. Se quedó mirándolos fijamente con sus ojos color miel, que casi resplandecían entre la oscura noche.

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-Tranquilos, no hagáis ni un ruido, no os mováis. -susurró casi sin mover la boca Mía.

-Moveros hacia atrás muy lentamente y sin hacer ruido. - Dijo Jack de la misma forma.

Empezaron a andar hacia atrás con pasos muy pequeños y aguantando hasta la respiración, y el oso permaneció en su sitio mirándolos fijamente. Todo parecía ir bien hasta que Lucas pisó un gran manojo de ramas y sonó un gran crujido.

Todos se paralizaron de miedo.

El oso rugió tan fuerte que sonó en toda la cueva, y acto seguido empezó a correr hacia ellos.

Tras un segundo de shock, los chicos empezaron a correr y a gritar por todo el bosque, en cabeza iba Lucas y el último estaba Billy, que corría un poco más lento que los demás.

El oso les estaba pisando los talones, y no encontraban ningún lugar donde refugiarse, solo les quedaba correr y correr.

-¿Lo hemos dejado atrás no?- Dijo Lucas respirando entrecortadamente.

Miraron hacia atrás y no vieron al oso.

-Sí, creo que lo hemos despistado… ¡Billy! ¡¿Dónde está Billy?! ¡AYUDA! ¡AYUDA! -Era Billy.

Corrieron desesperadamente.

Billy se había quedado un poco atrás, los chicos no se habían dado cuenta cuando la zarpa del oso le desgarró la espalda. Había caído al suelo, llorando de dolor. Estaba pidiendo auxilio gritando a todo pulmón, cuando la zarpa del gran animal alcanzó su pierna. El chaval estaba tirado en el suelo mirando al imponente ser, pensaba que era su fin, estaba a punto de atacar y ya estaba bastante herido. Le rugió en la cara y el niño cerró los ojos.

Sonó un golpe. El niño abrió los ojos y vio al oso mirando hacia otro lado.

-Eeeeeeeeeeeeh aaaquííííííííí. -Jack estaba gritando desde detrás de un tronco.

Dispuesto a ir hacia él otra persona lo distrajo.

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-Eeeeehhhh túúúúú. -Mía empezó a gritar desde unos arbustos.

Así siguieron confundiendo al oso,que no veía a los chicos entre la oscuridad de la noche, mientras tanto, muy sigilosamente Lucas agarró a Billy y se lo llevó sano y salvo.

Capítulo 2 “Una infección” Habían conseguido finalmente librarse del oso, ya estaban todos juntos reunidos en un pequeño refugio de piedra, habían encendido las linternas y estaban todos ayudando a Billy, que tenía una gran herida en la pierna y la espalda desgarrada y seguía sangrando sin parar.

-Buah me voy a desmayar - Bianca no soportaba ver la gravedad de esa herida.

-A ver, mi madre me echó unas gasas y agua oxigenada por si acaso, pero no creo que sea eso exactamente lo que necesita esta herida.-Lo que Billy necesita es es atención médica, tenemos que buscar la forma de salir de aquí y llevarle a un hospital- dijo Jack sin poder dejar de echar lágrimas por su amigo.

-Descansemos, mañana tendremos que usar todas nuestras energías para llevar a Billy.

En mitad de la noche un ruido despertó a Jack.

-Eh, Jack despierta- dijo Billy susurrando y llorando de dolor.

-Dime amigo- contestó generosamente.

-Me duele mucho…-A ver que vea esa herida- dijo Jack preocupado. -¡Chicos despertad!-¿Que pasa ahora?-preguntó Lucas.

-La herida, está diferente ¿qué opináis?-Madre mía… se ha infectado- dijo Mia segura de la gravedad.

-Infectado, que quiere decir infectado- preguntó Jack -Quiere decir que fijándome en la herida y en que no tenemos nada con lo que curarla…

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-Qué, qué a a pasar- dijo entrecortado esperando lo peor.

-...lo que pasa es que no le quedan más de dos horas, quizá tres con suerteañadió Mia cabizbaja.

-Tu que eres médico ahora- dijo llorando Jack en un tono grosero. -No le hagas caso Billy te vas a recuperar, sólo necesitamos llegar a un hospital- aseguró con los ojos rotos en lágrimas.

-No va a poder- le repitió Mia en lágrimas.

-¡Haz algo!- gritó Jack -Jack escúchala- exclamó Billy.

-Te he dicho que hagas algo, si tan lista eres haz algo para curarle la herida- volvió a gritar Jack.

-Rrrrrr-¿Qué ha sido eso?- dijo Bianca -Mierda el oso está volviendo, tenemos que irnos- -No podremos irnos con Billy- aseguró Lucas.

-Sí que podemos, yo mismo lo llevaré si hace falta-No me podéis llevar peso demasiado y se escucha al oso cerca, tenéis que iros sin mi-No nos vamos a ir sin ti-Chicos el oso!!!-Vamos iros yo lo distraere- -¡Corred el oso!Todos huyeron rápidamente, todos menos Jack que no podía dejar tirado a su amigo, aquella persona con la que había pasado la mitad de su vida, el único chaval que le ofreció su amistad aquel día que llegó a clase siendo el nuevo, vivieron muchos momentos juntos pero Jack tenía que huir con el resto.

-Jack vete, hazlo por mi-

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Al escuchar eso Jack no lo dudo ni un momento más y empezó a correr, mientras por detrás el oso se acercaba lentamente a Billy.

Capítulo 3 “Desesperados” Dos días perdidos en el bosque, eso decían los periódicos, en sólo dos días la noticia ya había llegado a oídos de medio mundo, la policía hacía lo imposible por encontrar a los chicos pero todo esfuerzo era mínimo.

-Hoy nos adentraremos al menos un kilómetro a la redonda, desplegaremos unidades aquí aquí y aquí- dijo el agente de policía al cargo de la desaparición mientras señalaba el mapa del bosque.

-¿Y si rastreamos las zonas cercanas a los ríos?- preguntó el novato.

-Eso es una muy buena idea, cambio de planes- gritó -rastrearemos mejor estas cuatro zonas de aquí- exclamó -y si alguien ve o encuentra algo que lo comunique por el walkie talkie, ¡Vamos, a rastrear!-.

-¿Cuánta comida tenemos?- Lucas estaba hambriento y no podía pensar en otra cosa que no fuera comida.

-El problema no es la comida, sino el agua que nos queda- dijo Mia mientras observaba la mochila.

-¿Y cuanta nos queda?-Ahora nada- afirmó Bianca mientras se bebía el último trago.

Lucas y Bianca empezaron a discutir, sólo les quedaba esa poca agua y Bianca en un gesto egoísta se la había bebido toda.

Ya muy entrada la noche, soltaron sus mochilas al lado de un árbol.

-Tendremos que buscar un río o algo, ¿no crees Jack?-preguntó Mia. Pero Jack estaba callado no podía dejar de pensar en su amigo, era como si todos se hubieran olvidado de él, pero no dudo en decir lo que pensaba.

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-Jack, no nos hemos olvidado de Billy ni mucho menos, todo lo contrario, estamos todavía en shock, pero lo más importante ahora es salir, te recuerdo que hay un oso suelto por ahí.

-Y yo te recuerdo que estamos vivos gracias a que Billy distrajo a ese oso- dijo Jack dando por zanjada la conversación.

-Acaso me culpas de lo que pasó- preguntó Mia confusa.

-No es evidente que es tu culpa, si en vez de habernos parado a descansar nos hubiéramos seguido moviendo, ¡quizás Billy siguiera vivo!- chilló Jack.

Entonces Mia con los ojos llorosos echó a correr hacia el ruido de un pequeño riachuelo que se escuchaba cerca.

-Joder Jack, ya te vale- dijo Bianca -Ya puedes ir a pedirle perdón.

Jack no lo dudo ni un momento y se fue detrás de ella.

-¡Mia! Mia , ¿Dónde estás?- Jack no la veía, pero escuchó unos sollozos cerca y caminó hasta allí. Encontró a Mia encogida al lado de un pequeño riachuelo apoyada sobre sus rodillas, se encontraba llorando.

Jack se acercó sin hacer ruido y se sentó a su lado.

-Escucha Mia, ¿lo siento muchísimo vale? Esto no ha sido culpa de nadie y yo he sido un completo imbécil culpándote a tí.

Al ver que ella no respondía, suspiró y continuó hablando.- Mira, Billy ha sido mi amigo desde que teníamos tres años, era como unn hermano para mí, todavía no me creo que haya sucedido esto, supongo que te he echado la culpa a tí, porque estaba al límite y no sé ni por qué lo he dicho, desde luego tú aquí no tienes la culpa de nada.

-¿Pero y si sí? Es como tu has dicho , yo dije de pararnos a descansar, y ahora por mi culpa Billy ha muerto- Dijo Mia, y estalló otra vez en llanto.

-Eh eh mírame, ni se te ocurra pensar que has tenido la culpa de nada aquí. Nadie tenía ni idea de lo que iba a pasar, lo que ha pasado es muy duro para todos, pero ha pasado y ya está, ahora tenemos que apoyarnos unos a otros y lograr salir de este bosque

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maldito de una vez. - Jack le secó las lágrimas con una mano a Mia mientras hablaba. ¿Entendido?

Ella asintió levemente con la cabeza.

-Además, si no fuera por tí y por lo inteligente que eres, no tengo ni idea de cuánto tiempo hubiéramos aquí perdidos. -Dijo Jack sonriéndole de forma tierna.

Mia se rio suavemente y agachó la cabeza, acto seguido volvió a mirar al chico.

-Aunque a veces parezca que tengo todo bajo control, la verdad es que tengo mucho miedo Jack.- dijo en un susurro, con la voz rota. Él acercó su cara un poco más a la de la chica.

-Yo también tengo mucho miedo, pero te prometo que vamos a salir de esta, por Billy y por todos nosotros.

Ella le miró a los ojos varios segundos, y le besó.

Jack se sorprendió al principio pero luego cerró los ojos y se dejó llevar por eso con lo que él llevaba tanto tiempo esperando, y fue más bonito que todas las veces que él lo había soñado.

Cuando se separaron se sonrieron y se quedaron ahí abrazados mirando el reflejo de la luna en el agua de ese riachuelo.

Capítulo 4 “Sanos y salvos” A la mañana siguiente se despertaron y fueron al pequeño riachuelo.

-Mirad, es como una pequeña cascada, podemos rellenar de aquí las botellas. - dijo Lucas poniendo debajo las manos.

-¿Con eso no nos vamos a poner malos? - preguntó Bianca.

-A ver, estamos en las montañas, y si el agua sale de las rocas lo más probable es que no sea mala, de todas maneras, es eso o morirse desde, así que lo mejor es que tomemos el agua. -Le dijo Jack a Bianca.

Rellenaron sus botellas y siguieron andando.

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Horas y horas andando sin parar, no hablaban mucho porque apenas tenían fuerzas para mucho ya.

-Necesito comer algo por Dios. - dijo Lucas, llevaban sin comer nada desde la tarde anterior , y eran ya las dos y media de la tarde y no habían parado de andar.

-Todos estamos hambrientos, pero ¿Qué podemos hacer ya? -dijo Bianca sin fuerzas ningunas.

De repente, escucharon un ruido entre los arbustos.

-¿Qué ha sido eso? -Mia se agarró fuertemente a Jack, temiendo que apareciera otra vez el oso.

Todos se juntaron cuando oyeron que algo venía hacia ellos. Sin embargo, detrás de esos arbustos apareció corriendo un perro, un labrador precioso, que saltó encima de Bianca y la tiró al suelo y le lamió, juguetón, la cara.

A pesar de lo exhaustos y lo desesperados que estaban, el grupo de chicos no pudo evitar reírse un poco al ver la escena, bueno, Bianca gritaba y se revolvía mientras el gran animal le aplastaba.

-Aquí estás Pongo, te habíamos perdido de vista. -Tras él apareció un señor de unos treinta y muchos , con un chándal y, junto a él, una pequeña niña que no podía tener más de seis años, y que iba de la mano del que seguramente, era su padre.

Los chicos se quedaron súper sorprendidos al ver al señor y no tardaron ni un segundo en pedirle ayuda.

-Así que vosotros sois los chicos perdidos en el bosque de los que tanto hablan las noticias. -El señor los miraba sorprendido y preocupado. -Venga muchachos , vámonos a mí casa, allí ya vemos lo que hacemos.

A los chicos se les saltaron las lágrimas, pensaban que todo estaba perdido.

El señor, al parecer llamado Tomás, tenía una preciosa casa de campo y dejó que los niños se quedaran todos en el salón, donde les dio comida y agua.

-Siento mucho todo lo que os ha pasado muchachos.- se lamentó Tomás. -Ya estáis a salvo, dentro de nada vendrán a por vosotros.

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Y así fue, vinieron a por ellos la policía y sus padres, y los chavales les contaron todo lo sucedido, aunque no pudieron evitar emocionarse.

-No me puedo creer que estemos a salvo.- le dijo Mia a Jack mientras le abrazaba.

-Bueno, te prometí que saldríamos de esa. - le dijo sonriéndole y dándole un beso.

La policía pidió hablar con Jack y eso hicieron.

-Jack tengo que decirte algo, algo sobre Billy-Murió en el bosque ya se lo dije a uno de sus compañeros- le dijo mientras su mirada se iba cada vez más a bajo.

-No, no murió, lo encontró un cazador tirado en el suelo, ahora se encuentra en el hospital de Santa Ana, pero está en coma, igualmente puedes ir a verle.

Jack no se lo creía, rompió a llorar abrazando al mismo tiempo al agente.

Al día siguiente Jack sin dudarlo fue a ver a su gran amigo al hospital.

-Hola amigo, todavía no me creo que estés vivo, tengo que contarte muchas cosas.

Y así feliz de ver a su amigo empezó a explicarle todo lo que había pasado en su ausencia y como no Mía a su lado corregía sus errores

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