NICKY Y SILA LEE Autores de El libro para padres de familia
ÉL Y ELLA
Cómo establecer una relación duradera BEST SELLER MUNDI AL
ÉL Y ELLA Cómo establecer una relación duradera
Publicado por Alpha Américas, 2275 Half Day Road, Suite 185, Deerfield, IL 60015 (EE.UU.) Copyright © Nicky y Sila Lee 2000 Esta edición se produce mediante un acuerdo especial con Alpha International, Holy Trinity Brompton, Brompton Road, London, SW7 1JA, UK Él y ella: cómo establecer una relación duradera por Nicky y Sila Lee Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida o transmitida mediante ninguna forma, sea electrónica o mecánica, incluyendo el fotocopiado y la grabación, como tampoco por ningún medio informático de almacenamiento, sin contar con el permiso escrito de parte de los editores. Primera impresión en español realizada por Alpha Américas en 2014 Traducción al español: Cristian Franco Impreso en los Estados Unidos de América La mayor parte de las Escrituras que aparecen en esta publicación han sido tomadas de la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI® Copyright © 1999 by Biblica, Inc.® Texto bíblico usado con permiso. Todos los derechos reservados a nivel mundial. Ilustraciones: Charlie Mackesy ISBN 978-1-938328-55-8 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 Impreso/Año 17 16 15 14
ÉL Y ELLA Cómo establecer una relación duradera
NICKY Y SILA LEE ILUSTRADO POR CHARLIE MACKESY
Contenidos Prólogo vii Reconocimientos ix Introducción
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Sección 1: Establecer cimientos sólidos Capítulo 1: Una visión a largo plazo 17 Capítulo 2: Planificar para el éxito 29 Sección 2: El arte de la comunicación Capítulo 3: Cómo hablar de manera más eficaz Capítulo 4: Cómo escuchar de forma más eficaz
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Sección 3: Amor en acción Capítulo 5: Las cinco expresiones del amor Capítulo 6: Palabras y acciones Capítulo 7: Tiempo, regalos y contacto físico
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Sección 4: Resolución de conflictos Capítulo 8: Valorar nuestras diferencias Capítulo 9: Enfocarse en el asunto Capítulo 10: Centrar nuestra vida
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Sección 5: El poder del perdón Capítulo 11: ¿Cómo se puede perder la intimidad? Capítulo 12: ¿Cómo se puede restaurar la intimidad?
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Sección 6: Padres y suegros Capítulo 13: Cómo llevarse bien con nuestros padres y suegros 199 Capítulo 14: Cómo dejar atrás el control parental 221 Capítulo 15: Cómo enfrentar los efectos de una infancia difícil 235 Sección 7: Vida sexual sana Capítulo 16: Sexo, ¿de qué se trata todo esto? Capítulo 17: Seis características de los grandes amantes Capítulo 18: Proteger nuestro matrimonio Capítulo 19: Mantener vivo el sexo
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Sección 8: Epílogo Capítulo 20: La oportunidad de toda una vida
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Apéndice 1: ¿Preparados para el matrimonio? Apéndice 2: Compromiso, sexo y luna de miel Apéndice 3: Elaboración de un presupuesto Apéndice 4: Orar juntos
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Notas Bibliografía
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Prólogo por Nicky Gumbel
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l matrimonio está bajo ataque en nuestra sociedad. Muchos sienten que se trata de una institución anticuada. En el Reino Unido la cantidad de matrimonios que se concretan cada año ha decrecido en forma sostenida. Aquellos que contraen matrimonio encuentran cada vez más difícil permanecer casados. Existe un incremento alarmante en la tasa de divorcios. ¿Cuál es la respuesta a todo esto? ¿Por qué deberíamos contraer matrimonio? ¿Cómo podemos permanecer casados? En este libro, Nicky y Sila Lee responden estas preguntas, mostrándonos el valor y el potencial que todo matrimonio posee. Presentan sugerencias prácticas no solo acerca de cómo podemos mantenernos dentro del matrimonio sino también de qué forma optimizar nuestra vida juntos como pareja. Nicky ha sido mi amigo más cercano durante los últimos treinta años. Fuimos juntos a la escuela y compartimos la habitación en la universidad. Siempre ha estado un paso por delante y he intentado seguir sus pisadas. Se convirtió al cristianismo el 14 de febrero de 1974. Cuarenta y ocho horas después me guió a los pies de Cristo. Nicky y Sila se casaron en 1976. Dieciocho meses más tarde, Pippa y yo seguimos su ejemplo. Nuestros primeros tres hijos tienen aproximadamente la misma edad. Ellos tuvieron uno más. Luego de la universidad nuestros caminos siguieron su rumbo. Nicky vii
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viajó al Japón para enseñar y yo realicé mis prácticas como abogado. Después, Nicky comenzó a cursar estudios teológicos y al año posterior hice lo mismo. Nicky y Sila regresaron a Londres (Reino Unido) para unirse al equipo de la iglesia Holy Trinity Brompton (HTB). Un año después, hice lo mismo. Nicky y Sila realizaron Alpha durante cinco años, pasándonos la posta en 1990. Nos han enseñado muchas cosas. En particular, hemos aprendido muchísimo del ejemplo de su matrimonio y su vida familiar. Hemos observado en ellos algo a lo que podemos aspirar. Nicky y Sila llevan adelante el Curso de Preparación para el Matrimonio en HTB desde 1985 y el Curso para Matrimonios desde 1996, y muchas parejas han enriquecido sus matrimonios al participar en dichos cursos. Para algunos, el curso literalmente ha salvado sus matrimonios de la separación o el divorcio. Para otros, ha servido para convertir el “agua” de un matrimonio mediocre en el “vino nuevo” de una relación sólida, una transformación posible mediante la presencia de Jesucristo. Y aun para otros, estos cursos han provisto un foro para pensar creativamente sobre cómo mejorar todavía más un matrimonio bueno y saludable. Al leer este libro quizá piense que el matrimonio de Nicky y Sila es “demasiado bueno para ser verdad”, pero luego de observarlos de cerca durante más de treinta años puedo asegurar que es totalmente cierto y que su ejemplo nos inspira a buscar lo mejor para nuestra propia relación. Mi esperanza y oración es que mediante este libro muchas más personas puedan ser capaces de gozar el fruto del ejemplo y la sabiduría de Nicky y Sila. Nicky Gumbel Pastor de Holy Trinity Brompton
Reconocimientos
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ueremos agradecer a todas las personas que nos ayudaron en la preparación del presente libro. Han invertido cientos de horas en los manuscritos, sugiriéndonos cambios y adiciones. El libro no podría haberse escrito sin su contribución. Particularmente estamos muy agradecidos a John y Diana Collins, y Sandy y Annette Millar, quienes nos han inspirado mediante su vida y sus enseñanzas. También estamos muy agradecidos hacia aquellos que nos han contado historias y anécdotas de su propia vida matrimonial, las cuales ayudaron a conectar la teoría con la experiencia cotidiana. A su vez, deseamos expresar nuestra enorme gratitud a Philippa Pearson-Miles, Mary Ellis y Joanna Desmond por mecanografiar una y otra vez los interminables cambios con gran rapidez, talento y paciencia. Además deseamos agradecer a Charlie Mackesy por el buen humor que trajo a nuestra familia como también al presente libro. A Jo Glen, nuestra editora, queremos expresarle una palabra especial de gratitud. Sin su entusiasmo, humor e imaginación irresistibles, junto con sus nuevas ideas cada vez que nos quedábamos atascados, este libro tal vez nunca se hubiera terminado. También queremos agradecer a Nicky y Pippa Gumbel no solo por su amistad y aliento a lo largo de tantos años, sino también por persuadirnos a comenzar este proyecto. Finalmente, deseamos agradecer a nuestros padres por su continuo amor y el modelo de dos matrimonios duraderos y felices. Nicky y Sila Lee ix
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El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoĂsta, no se enoja fĂĄcilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamĂĄs se extingue. 1 Corintios 13.4-8a
Introducción
La historia de Nicky a primera vez que fijé mis ojos en Sila fue en Swansea Docks, en Gales (Reino Unido). Estaba de viaje hacia el sudoeste de Irlanda para disfrutar las vacaciones de verano a pocos días de haber concluido mis estudios. Yo tenía dieciocho años de edad, ella diecisiete. Fue amor a primera vista. Pasamos dos semanas como vecinos de cabañas linderas en uno de los rincones más bellos y poco poblados de las Islas Británicas: South West Cork. La mayor parte de aquel tiempo apenas me atrevía a creer que ella pudiera sentir algo por mí. Dos días antes de que regresara me armé de valor y le expresé mis sentimientos. Para mi asombro, descubrí que ella sentía lo mismo. Sila todavía estaba en la escuela y tenía que proseguir con sus estudios. En mi caso, restaban nueve meses antes de comenzar la universidad y comprendí que probablemente ella no podría aprobar ninguno de los exámenes si me quedaba en el mismo país, por lo que me fui de mochilero al África por mi propia cuenta. Aquel continente no se parecía a nada de lo que había
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Introducción
experimentado con anterioridad. Me asombró el paisaje, la gente y la cultura, pero secretamente anhelaba regresar a Inglaterra junto a Sila. Estuve solo la mayor parte del tiempo y vivía en torno a las cartas que ella me enviaba a las ciudades capitales de los países por los que viajaba, desde Adís Abeba hasta Ciudad del Cabo. El sistema funcionó bien hasta que llegué a Sudáfrica. Había ocurrido una brecha de más de seis semanas cuando arribé a Ciudad del Cabo, fijando todas mis esperanzas en que hallaría una carta cuando estuviera allí, solo para no encontrar ninguna (con excepción de la que me había enviado mi madre). Estaba devastado. Comencé a preguntarme si tal vez Sila se habría enfriado debido al tiempo que había estado lejos. Si ese era el caso, no tenía ningún deseo de regresar a Inglaterra. Luego de varias semanas de dirigirme a la oficina de correos en forma cotidiana, hice autoestop de regreso a Johannesburgo como último recurso y entonces me puse eufórico al encontrar una carta que había pasado por alto cuatro semanas atrás. Tomé el primer vuelo de regreso a casa. De inmediato fui a ver a Sila a su colegio internado, que era un cruce entre una prisión, para mantener a las muchachas dentro, y una fortaleza, para mantener a los muchachos fuera. Luego de pasar tres maravillosas horas juntos, nos dimos cuenta demasiado tarde de que la institución había cerrado el acceso. La atraparon al saltar a través de una ventana durante la medianoche y fue castigada durante sus últimas dos semanas en aquella escuela. Yo fui a la universidad y Sila dejó la escuela y se mudó a Londres. Para dicha época comencé a escuchar
Introducción
personas que hablaban acerca de la fe cristiana de una forma que me resultaba nueva. Aquello tuvo un sentido cada vez mayor para mí y me llevó a pensar seriamente acerca del significado de mi vida. Aunque al mismo tiempo mantuve cierta distancia del asunto pues mi relación con Sila era, por lejos, la parte más importante de mi vida. Temía que si me convertía en cristiano y Sila no, quizá nos distanciáramos. Luego de cinco meses de prudente investigación, comprendí que había alcanzado un momento definitorio. Debía decidir en un sentido u otro. Abordé el asunto con Sila, quien respondió con su habitual entusiasmo. Al igual que yo, mientras Sila escuchaba las afirmaciones del cristianismo sintió que había descubierto la verdad, por lo que ambos decidimos abrazar esta fe. En lugar de separarnos, nuestra nueva fe recién descubierta pareció añadir una dimensión nueva y excitante a nuestra relación. De hecho, abrió la puerta a una perspectiva acerca de la vida que nunca antes había considerado. De pronto me pareció como si todos los aspectos de mi vida fueran semejantes a las piezas de un rompecabezas: mi pasado, mi relación con Sila, mis estudios de la lengua inglesa, mi presencia en la universidad, absolutamente todo. Repentinamente todas las piezas se ubicaron en su lugar. Durante el otoño de 1974, luego de dos años de salir como novios, ambos sentimos (en forma independiente) que si queríamos estar seguros de que pasaríamos juntos el resto de nuestra vida, necesitábamos pasar algún tiempo apartados el uno del otro. De modo que, muy temprano en la mañana de un lunes al comenzar el mes de octubre, caminé con Sila hacia
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Introducción
la estación de trenes. Acordamos que no nos veríamos o hablaríamos hasta la Navidad. Era una hermosa mañana de otoño con una alfombra de niebla sobre la luz del amanecer ligeramente anaranjado. Sila movía su mano como despedida detrás de la ventana del tren y yo me preguntaba si alguna vez volvería a verla. Regresé caminando a través de las aún desiertas calles de Cambridge sintiéndome tan triste como nunca antes me había sentido. Decidí que no iría a Londres durante aquella época porque era demasiado doloroso estar allí sin poder ver a Sila. Una semana después jugaba al fútbol con algunos amigos de mi antigua escuela. Mientras nos aprestábamos a emprender el regreso, mi amigo que conducía el vehículo que nos trasladaba dijo lo siguiente: “Espero que no te moleste regresar a través de Londres pues debo pasar por mi casa para recoger algo y seguir”. Estaba horrorizado, pero no le dije nada. Simplemente esperaba que no le llevara demasiado tiempo. De todos modos, Sila vivía en otra parte de Londres. El amigo nos dejó en High Street Kensington y dijo: “Los recogeré en cuarenta minutos”, y luego siguió su camino. La lluvia caía en forma torrencial y estábamos allí parados, sobre el pavimento, intentando decidir que haríamos durante ese tiempo. En aquel momento levanté mi mirada y allí, a una distancia aproximada de cincuenta metros, Sila caminaba por la acera en dirección hacia mí. Dejé a mis dos amigos sin una palabra de explicación y corrí hacia ella. Entonces me vio. Comenzó a correr hacia mí. Nos abrazamos fuerte y me recuerdo balanceándola de un lado para el otro. Grité a mis amigos diciéndoles que no me esperaran.
Introducción
Fuimos a una cafetería y hablamos durante horas. Descubrí que Sila viajaba en autobús por la calle High Street Kensington cuando el vehículo se quedó atascado por el tráfico y entonces decidió bajar y recorrer a pie el medio kilómetro que restaba para llegar al sitio al cual se dirigía. Allí fue cuando me vio. Existía una posibilidad en un millón de que algo así ocurriera, por lo que lo tomamos como una señal de Dios. Ambos sentimos que si Dios podía ocasionar que nos encontráramos de una forma tan extraordinaria mientras nos esforzábamos por evitar vernos, Él era más que capaz de mostrarnos durante los siguientes tres meses si debíamos pasar el resto de nuestra vida juntos. De nuevo acordamos no vernos hasta la Navidad. Pero esta vez nuestra sensación fue distinta. Aún había lágrimas, pero confiábamos en que Dios nos guiaría. Estar separados fue difícil pero hacia el final del cuatrimestre no había dudas en mi mente con respecto a que deseaba pasar el resto de mi vida junto a Sila. Volvimos a noviar a comienzos de 1975. Yo aún debía cursar otro año y medio en la universidad. Pero al contar con la visita de Sila durante la mayoría de los fines de semana, fue un tiempo colmado de algunos de los recuerdos más felices de mi vida. Nos casamos el 17 de julio de 1976 en Escocia, país natal de Sila, dos semanas después de graduarme de la universidad. La historia de Sila Crecí en las montañas de Escocia, donde mi infancia transcurrió feliz y sin complicaciones. Me encantaba la vida al aire libre (parecía una chica poco femenina por ello) y
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Introducción
consideraba que vivía en el mejor lugar del mundo. Solo había un inconveniente: la falta de gente. Por ello, cuando mi mejor amiga de la escuela, Penny, me pidió pasar dos semanas de las vacaciones del verano con ella en el sudoeste de Irlanda junto a sus familiares y amigos, aproveché de inmediato la oportunidad. Apenas tenía diecisiete años de edad y no contaba con ningún indicio de que aquellas dos semanas cambiarían mi vida. Debimos viajar en ferry desde Swansea hacia Cork. Swansea Docks es el lugar menos prometedor que conozco, y aun así fue allí donde lo conocí. Nicky condujo su automóvil dentro del transbordador detrás de nosotros, luego saltó por encima del capó de un Mini Cooper verde y sonrió. Fue amor a primera vista (o tal vez una atracción abrumadora a primera vista, para ser precisos). Llevaba un gran sombrero negro de fieltro (eran los 70), vaqueros y una camiseta blanca, y estaba muy bronceado. Tenía dieciocho años y yo pensé: “¡Es guapísimo!” Pasamos dos semanas idílicas junto a un grupo grande de amigos. Navegamos y nadamos, pescamos caballa, remamos hacia islas para celebrar barbacoas a la medianoche y nos sentamos bajo las estrellas para dialogar hasta la madrugada. Cada minuto que pasaba me enamoraba más y más de él. No dije una sola palabra a Penny acerca de mis sentimientos y tampoco tenía idea de que los sentimientos con Nicky fueran mutuos. Cuarenta y ocho horas antes de regresar a mi casa en Escocia descubrí que lo eran, y Nicky me besó por primera vez. Incluso entonces, aunque yo solo tenía diecisiete (¡y él no era el único muchacho al que había besado en mi vida!), recuerdo pasar toda la noche despierta pensando que algún día me casaría con él. Había estado con Nicky cada día
“Al leer este libro quizá piense que el matrimonio de Nicky y Sila es ‘demasiado bueno para ser verdad’, pero luego de observarlos de cerca durante más de treinta años puedo asegurar que es totalmente cierto y que su ejemplo nos inspira a buscar lo mejor para nuestra propia relación”. Nicky Gumbel
“La mayoría de las parejas llega al matrimonio con grandes expectativas. Al salir de su boda bajo una lluvia de pétalos y caminar hacia el crepúsculo no pueden siquiera imaginar la idea de no desear estar juntos. La realidad a largo plazo es distinta y, potencialmente, mucho mejor”. Nicky y Sila Lee ¿Cómo podemos estar felizmente casados con una persona durante toda nuestra vida? ¿De qué forma podemos resolver los conflictos? ¿Cómo podemos descubrir y redescubrir la intimidad sexual? Repleto de consejos prácticos, Él y ella: cómo establecer una relación duradera es un libro de fácil lectura, diseñado para preparar, desarrollar e incluso restaurar matrimonios.
ISBN 978-1-938328-55-8 ISBN: 978-1938328558 502726
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