Sobre Alsec S.A: Innovación que alimenta® Transformar productos con innovación y calidad, es nuestro legado! Alsec S.A. provee ingredientes naturales y funcionales para la industria alimenticia en general. A partir de nuestra biodiversidad, tecnología, excelente equipo de trabajo y con un espíritu netamente innovador, creamos las mejores soluciones para la industria, de acuerdo a las tendencias mundiales y los requerimientos de nuestros clientes. Somos especialistas en la creación de ingredientes y sistemas de ingredientes bajo la técnica de microencapsulación y secado por spray Dry, logrando soluciones con funcionalidad tecnológica y nutricional, que sirven para aplicaciones en diversas áreas de la alimentación, como lo son: nutraceuticas, bebidas y refrescos, snaks, galletería, panificación, cárnica, heladería, salsas y dips, repostería, entre otras. Si tiene un proyecto, donde requiere un ingrediente natural y funcional que de valor agregado a su fórmula y/o producto, no dude en contactarnos, contamos con un excelente equipo de químicos, ingenieros de alimentos, biológicos y tecnología de vanguardia, para ayudarle en su proyecto. Permítanos ser socios estratégicos de su negocio.
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[Alsec Boletín mensual] Primera Edición.
ALSEC S.A, tiene a su disposición una amplia variedad de aceites vegetales microencapsulados entre los cuales se encuentran el aceite de linaza, canola, sacha inchi, soya, girasol, oliva, maíz y palma, así como aceite de pescado con DHA y EPA, convirtiéndose en una opción natural y económica para incorporar estos importantes ácidos grasos en las formulaciones de sus productos.
Los lípidos juegan un papel importante en la alimentación humana porque proporcionan un alto contenido energético, sin embargo su importancia va más allá de las calorías aportadas a la dieta, debido a que son parte estructural de las membranas celulares y protagonistas en la interacción celular con el medio, pueden afectar a las señales de transducción, la neurotransmisión, las actividades de transporte y mantienen la integridad de la barrera epidérmica [1], además contribuyen a la asimilación de las vitaminas liposolubles en el organismo.
De igual forma, el cerebro humano está compuesto de 60% de lípidos estructurales donde los PUFA comprenden 25-30% por lo que están relacionados con la función neural y el desarrollo cognitivo siendo esenciales para el desarrollo cerebral en los lactantes, además, sus niveles incrementan hasta al menos los dos años de edad. También desempeñan un papel importante en modular la respuesta inflamatoria, es por esto que altos niveles dietéticos de los PUFA se asocian con una menor incidencia de las enfermedades inflamatorias.
Dentro de la gran diversidad estructural que caracteriza a los lípidos, los ácidos grasos (AG) son las estructuras de mayor relevancia y son las moléculas más simples en la composición de los lípidos de la dieta. Estos se dividen en dos grandes grupos según sus características estructurales: ácidos grasos saturados (AGS) y ácidos grasos insaturados (AGI), estos últimos dependiendo del grado de insaturación se pueden clasificar como ácidos grasos monoinsaturados (MUFA) y ácidos grasos poliinsaturados (PUFA). Dependiendo de la posición del doble enlace, los MUFA y PUFA pueden clasificarse en tres series principales: omega 9, omega 6 y omega 3 [2]. Los ácidos grasos omega 6, ácido linoléico (AL) y omega 3, ácido α-linolénico (ALA), son considerados ácidos grasos esenciales (AGE) porque las células de mamíferos son incapaces de sintetizarlos desde sus precursores más simples, [3] por lo cual nuestra dieta requiere contenerlos en proporciones bien determinadas pues son indispensables para el buen crecimiento físico y desarrollo del sistema nervioso, fortalecer el sistema cardiovascular y adsorber nutrientes, además pueden modular la respuesta inmunitaria inflamatoria, influir en las enfermedades cardiovasculares y cerebrales [4].
Así mismo, la disminución de los niveles de PUFA se ha asociado con varias condiciones en los niños, esto incluye el asma y otras condiciones atópicas, disfunción retinal, obesidad, diabetes y los trastornos del desarrollo neurológico como la dislexia, dispraxia y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Debido a esto, los PUFA son considerados como un factor crítico durante los primeros años de vida [5], por lo que una adecuada ingesta de lípidos es esencial en la dieta de la población infantil, ya que éstos tienen efectos en la absorción, el metabolismo y la acumulación en los tejidos y por lo tanto el crecimiento y la composición de grasa corporal del infante [6].
El AL y el ALA son metabolizados en el organismo por una serie de reacciones de desaturación y elongación y se transforman en PUFA de cadena larga produciendo moléculas que son metabólicamente muy importantes; en la familia del ALA: el EPA y DHA y en la familia del AL: el ácido araquidónico (AA), siendo el DHA y el AA importantes para la función retinal, debido a que los fotorreceptores de los bastones de la retina se componen de 30-40% de DHA, por lo que son necesarios para el desarrollo óptimo de los ojos de los lactantes.
Algunas sugerencias sobre las proporciones recomendadas entre las familias de AG dentro de la composición lipídica global en el alimento son: Los AGS deben representar el 10% del ingreso energético, son básicos en la producción de energía metabólica. Los MUFA deben estar presentes en la dieta en un 10-15% de la energía alimenticia, a fin de lograr su inclusión en la membrana cerebral. Finalmente, los PUFA no deberían sobrepasar el 5-10% de los ingresos energéticos diarios, siendo la relación de AL/ALA 4:1 la proporción óptima para las funciones mediadas por el cerebro, según algunos investigadores [7]. Es de vital importancia, la correcta elección de las fuentes de lípidos en las formulas infantiles, así como un diseño del perfil lipídico de acuerdo a las necesidades energéticas y nutritivas en cada etapa de crecimiento. El aporte de AL y ALA debe mantener una correcta relación Omega-6/Omega-3, siendo esto decisivo en el correcto funcionamiento de las rutas de desaturación-elongación, con formación de DHA y AA en proporciones adecuadas para una correcta regulación de las membranas, establecimiento de sinapsis y el desarrollo de agudeza visual [8].
cesos productivos y permitiendo un adecuado mezclado con los demás ingredientes de la formulación. Es por esto que los lípidos microencapsulados son ideales para la elaboración de mezclas en polvo tales como: mezclas lácteas, avenas, coladas, malteadas, suplementos alimenticios, sopas, salsas, puré de papas, así como para golosinas, productos de panadería y repostería. ALSEC S.A, tiene a su disposición una amplia variedad de aceites vegetales microencapsulados entre los cuales se encuentran el aceite de linaza, canola, sacha inchi, soya, girasol, oliva, maíz y palma, así como aceite de pescado con DHA y EPA, convirtiéndose en una opción natural y económica para incorporar estos importantes ácidos grasos en las formulaciones de sus productos. Los aceites vegetales de girasol, maíz y soja, son las principales fuentes de AL, siendo el aceite de canola, linaza y sancha Inchi los aceites vegetales con mayor contenido de ALA aunque el aceite de soja también aporta una pequeña cantidad de este ácido graso. En cambio, el aceite de oliva contiene una cantidad elevada de ácido oleico y pequeñas cantidades de AL y ALA. Mientras que las principales fuentes de DHA y EPA son los aceites de pescados de agua fría (salmón, sardina, caballa, arenque y anchoas) y aceites de algas. Es por esto que en la fabricación de fórmulas infantiles destinadas a lactantes así como alimentos lácteos para niños, mezclas en polvo y otros productos nutracéuticos, las principales fuentes de AL y ALA son los aceites vegetales, mientras que las fuentes de DHA utilizadas hoy en día son los aceites de pescado o aceites de algas. Debido al proceso productivo de este tipo de alimentos, los aceites en polvo microencapsulados son una excelente opción como ingredientes para el desarrollo de este tipo de alimentos, no solo porque permite la obtención de un aceite vegetal que normalmente se encuentra líquido, en estado sólido, lo que facilita su aplicación en la industria alimentaria, si no por los beneficios que se obtienen al tenerlo microencapsulado.
Fuentes alimenticias de los ácidos grasos Los ácidos grasos insaturados presentes en los aceites vegetales, son susceptibles a la oxidación generando cambios no favorables en las propiedades sensoriales, disminución de la vida útil y formación de radicales libres. Este problema es solucionado por los procesos de microencapsulación desarrollados por Alsec S.A., que preserva el aceite vegetal de factores como las altas temperaturas y humedad, protegiéndolos de la oxidación y permitiendo mantener su estabilidad y viabilidad. También ayuda a mejorar el sabor, haciendo que estos sean más agradables, además aportan textura, cremosidad y suavidad en los productos finales. El aceite en polvo también ofrece beneficios en cuanto a su manejo, mejorando la dosificación en los pro-
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Referencias bibliográficas 1, 4. R.A. Lama More, A.M.L., Las grasas en la alimentación infantil. Importancia de los ácidos grasos poliinsaturados. Anales de Pediatría, 2005. 3(1): p. 16-23. 2. Valenzuela B, A. and S. Nieto K, Ácidos grasos omega-6 y omega-3 en la nutrición perinatal: su importancia en el desarrollo del sistema nervioso y visual. Revista chilena de pediatría, 2003. 74: p. 149-157. 3. J. Quintero, J.R.-Q., J. Correas-Lauffer, J. Pérez-Templado Aspectos nutricionales en el trastorno por déficit de atención/hiperactividad. Revista de Neurología, 2009. 49(6): p. 307-312. 5. Pavlovski, C.J., Screening for essential fatty acid deficiency in at risk infants. Medical Hypotheses, 2009. 73(6): p. 910-916. 6.Duggan, C., J.B. Watkins, and W.A. Walker, Nutrition in Pediatrics: Basic Science [and] Clinical Applications. 2008: B.C. Decker, Incorporated. 7. Yehuda, S., Omega–6/Omega–3 Ratio and Brain-Related Functions. World Rev.Nutr Diet, 2003. 92: p. 37-56. 8. Matencio Hilla, E.A.B., P.; Romero Braquehais, F., Funcionalidad y recomendaciones nutricionales de ácidos grasos esenciales y sus derivados en la alimentación del lactante a partir de los 6 meses de edad. Enfermería Global, 2012. 25: p. 367-380.
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