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Interpretación final del barrio como fenómeno urbano en el tiempo y conclusiones
CAPÍTULO 4
Interpretación final del barrio como fenómeno urbano en el tiempo y conclusiones
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Fig. 4.1: tarjeta postal (19001940) “Madrid. Plaza de la Cebada” [fotografía postal]. “Madrid en la tarjeta postal”, Madrid: Santurtzi.
Tal y como se ha comentado al inicio del trabajo, la metodología seguida en base a un catálogo de fichas facilita la realización de un estudio histórico-morfológico del barrio. Desde el principio existía la intención de profundizar en las claves urbanísticas que hay detrás de la morfología y la historia del barrio, tratando de suplir las carencias que los planeamientos tienen sobre este tema, a pesar de la multitud de estudios de este tipo que existen.
De esta manera, la intencionalidad de las fichas era la recuperación de varios elementos que conjuntamente definen cada uno de los lugares que analizan, y ello era prácticamente imposible sin fragmentar el barrio en varias zonas.
En este sentido, se ha ido analizando pormenorizadamente cada una de las zonas de La Latina que poseen un nombre propio en el imaginario de sus habitantes: las Cavas, el Rastro, la Morería… El catálogo se ha realizado con la intención de ordenar toda la información disponible acerca de la imagen propia del barrio, así como su significado y origen morfológico y funcional, de manera que se profundizase en las cuestiones más trascendentales del urbanismo de un barrio histórico.
Sin embargo, esta fragmentación trae consigo una evidente falta de visión conjunta de la cuestión en todo el barrio, por lo que en este capítulo se realizará una interpretación total del mismo, tratando de abordar finalmente el problema de su delimitación histórica en base a todo lo estudiado en el catálogo, de manera que puedan afrontarse las conclusiones finales.
«CUANDO LLEGÓ MANUEL FRENTE A LA ESCALERA DE LA CALLE DEL ÁGUILA,
ANOCHECÍA. SE SENTÓ A DESCANSAR UN RATO EN EL CAMPILLO DE GIL IMÓN.
VEÍASE DESDE ALLÁ ARRIBA EL CAMPO AMARILLENTO, CADA VEZ MÁS SOMBRÍO
CON LA PROXIMIDAD DE LA NOCHE, Y LAS CHIMENEAS Y LAS CASAS, PERFILADAS
CON DUREZA EN EL HORIZONTE. EL CIELO AZUL Y VERDE SE INYECTABA DE
ROJO A RAS DE TIERRA, SE OSCURECÍA Y TOMABA COLORES SINIESTROS, ROJOS
COBRIZOS, ROJOS DE PÚRPURA.
ASOMABAN POR ENCIMA DE LAS TAPIAS LAS TORRECITAS Y CIPRESES DEL
CEMENTERIO DE SAN ISIDRO; UNA CÚPULA REDONDA SE DESTACABA RECORTADA
EN EL AIRE; EN SU REMATE SE ERGUÍA UN ANGELOTE, CON LAS ALAS DESPLEGADAS,
COMO PRESTO PARA LEVANTAR EL VUELO SOBRE EL FONDO INCENDIADO Y
SANGRIENTO DE LA TARDE».
BAROJA, 1904.
Fig. 4.2: Lhardy, A. (1899) “Rincones de Madrid. La calle del Águila” [dibujo]. Madrid. Revista “Blanco y Negro” Disponible en: https://archive. org/details/blancoynegro4004unse?view=theater#page/112/mode/2up [Consultado el 18-7-2022].
Fig. 4.2: Lhardy, A. (1899) “Rincones de Madrid. La calle del Águila”. Disponible en: https://archive.org/details/ blancoynegro4004unse?view=theater#page/112/mode/2up
CAPÍTULO 4.1.
Análisis toponímico y morfológico conjunto e interrelacionado
Para llevar a cabo una delimitación interpretativa final es necesario realizar una visión conjunta y conclusiva de todo lo determinado y analizado por separado en el catálogo toponímico. En él se ha estudiado cada uno de los conjuntos de calles del barrio para determinar qué cuestiones morfológicas, paisajísticas, funcionales y antropológicas lo definen.
De esta manera, se ha decidido primeramente realizar una recopilación de los principales elementos primarios que determinan la morfología de La Latina, de forma que influya en las decisiones para realizar la delimitación del barrio.
En cada una de las fichas se ha ido viendo cómo la morfología de las calles y edificios que componen el barrio era determinada por un elemento imperante alrededor del cual se construía el urbanismo de cada zona. Estos elementos primarios, tal y como los denominó Aldo Rossi (1966), pueden ser desde un edificio, hasta un camino, un elemento natural como un río, etc.
El análisis realizado en el barrio de La Latina ha sacado a la luz una serie de categorías de elementos primarios que imperan en la morfología del barrio:
Caminos
La elaboración de planos en el capítulo 3.1 que muestran la evolución morfológica del barrio anterior al plano de Texeira, ya evidenciaban la permanencia de muchos de los caminos extramuros en la posterior trama urbana del arrabal.
De este modo, el camino de Toledo terminaría convirtiéndose en la calle del mismo nombre, y algunas de sus ramificaciones también mantendrían su forma en las calles del barrio, como la que llega hasta Puerta de Moros, que daría forma a la calle del Humilladero, o la ramificación que se convertiría en la calle de las Tabernillas.
Igualmente ocurre con el camino que llegaba al convento de San Francisco, que se materializaría en la carrera de San Francisco, o la ramificación del camino de Segovia que rodeaba la muralla para llegar a Puerta de Moros, la cual terminaría siendo la calle de Don Pedro.
Fig. 4.3: plano de elementos primarios que definen la morfología del barrio de La Latina. Elaboración propia con datos de Pinto, V. (2001), “Madrid, atlas histórico de la ciudad” y Pinto, Ruiz y Medina (2010), “Los viajes de agua de Madrid durante el Antiguo Régimen”.
Murallas Caminos cuya forma ha determinado el trazado de las calles Conexión entre caminos que no ha determinado el trazado de las calles Arroyo de San Pedro Iglesias susceptibles de ser elementos primarios
Fig. 4.3. Síntesis morfológica: elementos primarios que definen al barrio
Elaboración propia con datos de Pinto, V. (2001), “Madrid, atlas histórico de la ciudad” y Pinto, Ruiz y Medina (2010), “Los viajes de agua de Madrid durante el Antiguo Régimen”.
Fuente Canalización principal del viaje del Bajo Abroñigal Arca de repartimiento del viaje del Bajo Abroñigal Abastecimiento de una fuente del viaje del Bajo Abroñigal Canalización principal del viaje del Alto Abroñigal Arca de repartimiento del viaje del Alto Abroñigal Abastecimiento de una fuente del viaje del Alto Abroñigal P. 167Cementerio musulmán
En época musulmana, el camino de Toledo discurría entre los edificios de la Medina y el arrabal mozárabe para llegar a la puerta de Santa María del recinto musulmán. Con la dominación cristiana y la creación de su muralla este fragmento del camino se mantendría para unir las puertas de las respectivas murallas, materializándose en una de las principales plazas del barrio: la de la Paja. De hecho, en la ciudad medieval un vacío urbano como este nunca es casual, y siempre se debe a algún hecho o elemento que explica que la morfología de la ciudad terminase generando ese espacio abierto. En este caso se debe precisamente a la incorporación de los palacios de los principales linajes de la ciudad cristiana alrededor de este fragmento del camino de Toledo que quedó intramuros.
Murallas y cercas
Las murallas resultan un elemento muy potente de la ciudad histórica paralelos a las cuales se disponían los edificios que colmataban la ciudad, tanto intramuros como extramuros mediante el crecimiento urbano que se dará en los arrabales.
La principal muralla que determina la morfología de La Latina es la que construyeron los cristianos, encerrando las zonas de la Morería, la plaza de la Paja y el Nuncio. El tejido intramuros es heredero del urbanismo musulmán, pero los primeros crecimientos de la ciudad cristiana se realizaron en los intersticios que se dejaron entre las murallas y las primeras construcciones inmediatas a estas, que normalmente se dejaban vacíos por cuestiones militares (Pinto 2001).
Fuera de la muralla se dispusieron los fosos defensivos o “cavas” que terminaron dando lugar a una serie de calles que rodearon la muralla una vez la ciudad comenzó a crecer extramuros. Son la Cava Baja y la Cava de San Miguel las que realmente han dejado huella del trazado de la muralla en la morfología de la ciudad, ya que a ambos lados del lienzo se dispondrían los edificios que aprovecharían la robustez de la muralla para apoyarse en ella.
Con el progresivo crecimiento del arrabal se fue delimitando este según una serie de cercas, de mucha menor robustez que las murallas, cuya función era meramente administrativa. La consideración de estas cercas como elementos primarios es dudosa, pues en muchas ocasiones se disponían siguiendo el trazado de algún camino existente (Pinto 2001). En estos casos, entonces, el elemento primario terminaría resultando el camino que precedía a la cerca.
Independientemente de si los caminos o las cercas son las que determinan la forma de la ciudad, se puede apreciar cómo en La Latina la posición de las cercas del arrabal ha terminado dando lugar a una calle, como la de San Millán o la de la Concepción Jerónima.
Las murallas y cercas también han sido determinantes desde un punto de vista social, pues vivir intramuros tenía un sentido jurídico, ya que se pagaban impuestos y se disfrutaba de algunos derechos. Cuando se creaba un nuevo arrabal terminaba adhiriéndose por el Concejo a la antigua muralla con una nueva cerca, precisamente por control impositivo. Así funcionó hasta el final del Antiguo Régimen y, a mediados del siglo XIX, se empezaron a derribar las murallas ya que no tenían ningún sentido ni militar ni económico (Ordieres Díez 2007).
Elementos naturales
La topografía, los ríos y las masas de agua suelen actuar como elementos primarios cuya forma se mantiene a pesar de que la ciudad los pueda invadir y termine eliminándolos.
La forma del terreno es el principal elemento primario al que la arquitectura tradicional se adapta, generando calles de forma irregular que salvan un desnivel, edificios que rodean un accidente topográfico, etc. En este sentido, dentro del barrio de La Latina destaca la adaptación que la morfología realiza para unir las partes superior e inferior del valle de San Pedro, creando elementos identitarios del barrio tan potentes como la cuesta de los Caños Viejos, las empinadas calles de la Morería, la costanilla de San Andrés o el característico jardín del Príncipe de Anglona, cuyo principal valor reside precisamente en la adaptación a este potente desnivel.
Sin embargo, esa topografía es generada por el desaparecido arroyo de San Pedro, un elemento primario natural que determina además la forma serpenteante que tiene la calle de Segovia.
Iglesias
Muchas veces el crecimiento de la ciudad era generado alrededor de un templo construido previamente. Ello implicaría que las iglesias se conviertan en elementos primarios que definen la morfología de su alrededor, pero en muchas ocasiones ocurría lo contrario, que el templo era construido posteriormente a la ciudad. Además, las iglesias solían definir una “collación” alrededor suya dividiendo las poblaciones en diferentes comunidades que pertenecían a esa parroquia.
Por ello se han querido representar únicamente las iglesias que aparecieron durante el crecimiento de la ciudad en el lugar en el que estas se disponen, considerándolas como posibles elementos primarios.
De este modo, se ha representado la iglesia de San Andrés, ya que, tal y como se ha expuesto en la ficha 3, se trata de un templo surgido en la época en la que los mozárabes habitaban el lugar y, por tanto, muy ligado a su origen.
La parroquia de San Pedro surgiría ya en la época en la que Madrid estaba ocupada por los cristianos, aunque en otro lugar diferente al que ocupa hoy en día (ver ficha 4), por lo que, si esta se considerara como elemento primario, tendría que hacerse en su disposición inicial.
Una iglesia que se sigue manteniendo en su lugar de origen es la actual basílica de San Miguel, inicialmente parroquia de los Santos Justo y Pastor (ver ficha 14), aunque se dispuso en lo que anteriormente sería la Medina musulmana, por lo que parece poco probable que dicte la morfología de su alrededor.
Otra parroquia que sí resulta ser en cierto modo un elemento primario es la iglesia de San Millán, ya que se construiría antes de que el arrabal creciera por esta zona, siendo probablemente uno de los elementos que atraerían la expansión del arrabal por este lugar.
Tal y como se ha comentado en la ficha 6, los viajes de agua de Madrid tienen su origen en los “Khanat” musulmanes, una serie de galerías que conducían el agua subterránea filtrada. En muchas ocasiones el trazado de estas galerías definía la forma de las calles que discurrirían posteriormente sobre ellas, convirtiéndose en un importante elemento primario.
De esta manera, se ha representado el trazado de las canalizaciones principales, las arcas de repartimiento y las derivaciones que llegaban a las distintas fuentes de la ciudad, prescindiendo de los encañados secundarios que llevaban el agua a los diferentes pozos de conventos, palacios y posadas importantes, debido a que se crearían posteriormente al trazado de las calles.
Los viajes de agua que encontramos en La Latina son los del Abroñigal Alto y Bajo, cuyo origen se debe al descubrimiento en 1616 de dos manantiales cercanos a este arroyo. La Junta de Fuentes decidió crear dos nuevas canalizaciones para abastecer a la ciudad, denominados primeramente como “viaje de la Peñuela” y “viaje del Arroyo”, aunque posteriormente se les iría conociendo como viajes del Alto y Bajo Abroñigal por encontrarse el embalse que abastece al de la Peñuela a una cota superior que el arroyo (Pinto, Ruiz y Medina 2010).
Se designarían como superintendentes de la creación de estos viajes a Diego López de Salcedo y Baltasar Gil Imón de la Mota, lo que lleva a pensar que este último promovió la extensión de uno de los viajes hasta su residencia, situada al lado del convento de San Francisco. Inicialmente el objetivo fue que el viaje del Abroñigal Alto abasteciera las fuentes de la plaza de la Puerta del Sol, la Cebada, y una nueva que
se construiría en la plaza de San Salvador, y el del Abroñigal Bajo surtiría de agua a los barrios de Santa Isabel, Lavapiés y San Francisco (Pinto, Ruiz y Medina 2010), siendo este último el que hoy conocemos como La Latina.
Estas canalizaciones de agua se comienzan a construir en 1617, momento en el cual el crecimiento del arrabal en el barrio de La Latina había alcanzado al convento de San Francisco (ver capítulo 3.1), por lo que el trazado de la obra se realizaría según las calles ya existentes. Por lo tanto, los viajes de agua en el barrio de La Latina no son un elemento generador de su morfología, pero siguen siendo un aspecto muy importante para la comprensión del barrio, siempre habiendo la posibilidad de la existencia de otros “Khanat” previos que sí resultaran un elemento primario.
Cementerio musulmán
Finalmente, uno de los elementos primarios más importantes de La Latina es el cementerio musulmán que se situaría a las afueras de la Medina, y que quedaría extramuros a la primera muralla cristiana (ver ficha 2). Terminaría generando uno de los vacíos urbanos más grandes e importantes de la ciudad, pieza central del barrio de La Latina: la plaza de la Cebada.
Además, la situación del cementerio probablemente dictaría la posición, con la conquista cristiana, de la Morería, ya que hay indicios de su uso hasta el siglo XVI. Por lo tanto, esta “Maqbara” se convierte en uno de los elementos primarios que más dictaría la morfología y funcionamiento del barrio.
Finalmente, para terminar de afrontar una delimitación del barrio en base al análisis realizado, se condensan todos los elementos identitarios de La Latina en un plano conjunto que determine qué lugares realmente forman parte de la esencia y la historia del barrio. De esta forma, se han representado los edificios más importantes que se han mantenido en la trama urbana o que han desaparecido, pero que han sido parte importante en las actividades y la concepción histórica del lugar.
En el catálogo toponímico se han ido desgranando cada uno de los elementos que han definido histórica, morfológica y funcionalmente al barrio, para intentar reconstruir su historia y su identidad, y así tratar de comprenderla. De esta manera, se han ido construyendo una serie de relaciones entre cada una de las zonas y elementos que componen y compusieron el barrio, de forma que en este punto podemos determinar varios lugares con personalidad propia ciertamente distinguidos de todo el conjunto de La Latina, debido a sus características históricas, morfológicas y funcionales:
Zona intramuros
Primeramente se distinguen de forma clara dos zonas morfológica e históricamente muy diferentes separadas por la muralla cristiana. Se ha ido viendo desde el análisis de crecimiento del barrio cómo la zona intramuros de La Latina tiene su origen ya en la ciudad musulmana, mientras que el arrabal que rodearía a este lugar tardaría siglos en ir creciendo para completar el barrio. Ello, lógicamente, generaría dos partes conceptualmente muy diferentes dentro de La Latina.
Comenzando con la parte intramuros lo primero que podríamos preguntarnos es hasta dónde llega su límite norte. Por ello se han considerado dos calles principales como frontera: la calle de Segovia, donde termina el barrio según la delimitación de la web de Turismo de Madrid, o la calle Mayor, una frontera más al norte que recoge todos los palacios e iglesias entre ambas calles.
En este sentido, se han ido viendo en las fichas algunos elementos que históricamente están muy conectados con el barrio en la parte norte de la calle de Segovia, como la antigua huerta del Pozacho, los palacios situados en las inmediaciones de las plazas de la Cruz Verde y del Cordón, o la basílica de San Miguel. Todo ello tiene una intensa relación con la zona de la Morería, la plaza de la Paja, el Nuncio o la plaza de la Puerta Cerrada, pero también con la calle y Plaza Mayor, la plaza de la Villa y la zona del Palacio Real, elementos que históricamente ya están más desconectados de La Latina. Por ello, se ha decidido concebir el espacio entre la calle de Segovia y la calle Mayor como un lugar de transición entre el núcleo central de Madrid y La Latina, incorporando la frontera del barrio en este lugar.
Por otro lado, dentro de la zona intramuros podemos distinguir otras dos subzonas con identidad propia. Por una parte, se encuentra la Morería, con una personalidad muy destacada y una morfología propia (ver fichas 6 y 7), de la cual conocíamos sus límites aproximados ya desde la realización del catálogo toponímico. La calle de Bailén cortará este lugar por el oeste, mientras que la plaza de la Paja y la calle de la Redondilla lo hará por el sureste.
Por otra parte, la pequeña zona de la Morería contrastará con el gran tamaño que ocupa todo el lugar en el que se disponen los palacios de los principales linajes cristianos, así como importantes parroquias para el barrio como son las de San Andrés y San Pedro. Todos los alrededores de la plaza de la Paja, la calle del Almendro y la zona del Nuncio (fichas 3, 4 y 5) destacarán por la cantidad de edificios importantes que aquí se disponen, principalmente palacios donde residirá la nobleza. A su alrededor también se dispondrán las viviendas de labradores y establos del ganado que se usará para trabajar las tierras que poseían estas grandes familias.
Fig. 4.4: plano de análisis toponímico general del barrio de La Latina, con determinación de diferentes zonas. Elaboración propia con datos de Pinto, V. (2001), “Madrid, atlas histórico de la ciudad” y Pinto, Ruiz y Medina (2010), “Los viajes de agua de Madrid durante el Antiguo Régimen”.
Edificios destacados Edificios destacados que han desaparecido Otros elementos y actividades que se han ocultado o han desaparecido
Fig. 4.4. Síntesis interpretativa: plano de subespacios dentro del barrio con personalidad propia
Elaboración propia con datos de Pinto, V. (2001), “Madrid, atlas histórico de la ciudad” y Pinto, Ruiz y Medina (2010), “Los viajes de agua de Madrid durante el Antiguo Régimen”.
1. Palacio del Príncipe de Anglona. 2. Iglesia de San Pedro “el Viejo”. 3. Palacio de la Nunciatura.
4. Basílica de San Miguel. 5. Palacio de los Vargas. 6. Capilla del Obispo. 7. Parroquia de San Andrés. 8. Residencia de los Condes de Paredes.
9. Palacio de los Lasso de Castilla.
10. Palacio del marqués de Villafranca. 11. Palacio del duque del Infantado. 12. Humilladero de Ntra. Sra. de Gracia. 13. Antiguo mercado de la Cebada. 14. Hospital de La Latina. 15. Convento de la Concepción Francisca. 16. Instituto de S. Isidro / Colegio Imperial. 17. Colegiata de San Isidro. 18. Carnicería Mayor y matadero durante el siglo XV.
El límite de esta zona por el sur será la muralla cristiana, pero se ha decidido incluir un pequeño saliente en la calle de Don Pedro para incluir algunos de los palacios aristocráticos que comenzaron a construirse en este lugar durante el siglo XVII, una vez derribada la muralla (ver ficha 7).
El arrabal. Zona extramuros
Tal y como se ha ido viendo en el análisis de crecimiento del barrio, una vez saltada la muralla, el arrabal se expandió hacia el oeste y fue creciendo progresivamente hacia el sur. Las diferentes extensiones de la ciudad se fueron limitando mediante una serie de cercas, por lo que en la zona de La Latina morfológicamente se distinguen cada una de las partes que encierran las respectivas cercas: la primera contendría la zona de la Plaza Mayor, mientras que la segunda se extendería hasta el borde norte de la plaza de la Cebada. El lienzo que más superficie encerrará será la cerca de Felipe IV, que actuaría como límite de Madrid hasta 1868.
Entonces, las cercas fueron un potente límite que contendría el crecimiento de la ciudad durante un tiempo, por lo que se ha decidido utilizarlas para hacer una primera distinción de los diferentes lugares que definen la parte extramuros del barrio de La Latina.
Como se ha comentado, la primera cerca del arrabal encerraría toda la zona de la Plaza Mayor, funcionalmente volcada a este lugar tal y como se ha visto en la ficha 14. Es por ello por lo que esta zona no se ha considerado dentro de La Latina y se ha comenzado la delimitación hacia el sur de esta primera cerca.
En este sentido, la zona comprendida entre Puerta Cerrada y la segunda cerca del arrabal se ha concebido como un subespacio dentro de la zona extramuros del barrio. En este lugar se sitúan varios elementos importantes para La Latina, como vienen siendo las dos Cavas, parte de la calle de Toledo, la Colegiata de San Isidro, o el desaparecido hospital y convento que da nombre al barrio, fundados por Beatriz Galindo (ver fichas 1 y 10).
Por la parte norte y oeste se ha decidido delimitar esta zona a partir de la Colegiata de San Isidro, ya que el convento de la Concepción Jerónima, también creado por Galindo y situado al lado de esta, ha desaparecido siendo sustituido por viviendas.
Por lo tanto, sólo queda la zona sur del barrio de La Latina, también extramuros, la cual se ha decidido definir en dos partes separadas, las zonas de la Cebada y el Rastro. Comenzando con la primera, se puede decir que está funcionalmente muy ligada a la plaza y mercado de la Cebada (ver fichas 2, 7, 8, 9 y 11), siendo el mer-
cado uno de los pocos edificios que destacan en el lugar, estando el resto ocupado por tejido residencial.
Se ha decidido colocar la frontera de este subespacio en la calle de Calatrava debido a la sustitución completa de los edificios y la trama urbana al sur de esta que generó la apertura de la Gran Vía de San Francisco. En relación a ello también se planteaba que la basílica de San Francisco El Grande, a pesar de su potente presencia visual en el barrio, históricamente no tenía tanta relación con La Latina. Con el análisis de crecimiento morfológico se ha visto cómo el origen de esta basílica era un monasterio surgido en el siglo XIII que tejió una serie de caminos hacia la ciudad según los cuales se ha ido disponiendo la trama del barrio, convirtiéndose en un elemento primario de esta. Sin embargo, el barrio no alcanzaría al monasterio hasta finales del siglo XVI. Además, este ya no existe, siendo sustituido únicamente por la basílica, separada por la ancha calle de Bailén.
Así, se puede ver cómo existe una cierta relación morfológica que se ha truncado con la apertura de la calle de Bailén, convirtiéndose la basílica en un elemento descolgado del barrio. Además, la tardanza del crecimiento de la ciudad en llegar al monasterio evidencia el hecho de que el edificio no actuaría como generador de este crecimiento.
Por último, se plantea la distinción de la zona de El Rastro como lugar con personalidad propia, lo que es avalado por la gran cantidad de referencias que existen a este lugar, y la especialización funcional relacionada con el matadero que se ha ido viendo en la ficha 12. En este sentido destacan el desaparecido matadero del siglo XV y las tenerías que curtían las pieles que salían de estas instalaciones.
Con respecto al cambio de lugar del matadero al sur de la calle de Toledo, se ha decidido dejarlo al margen de la delimitación histórica del barrio debido a su desaparición y a su aparente desconexión con la trama morfológica de El Rastro. Así, se ha decidido poner la frontera sur de esta zona en el tramo final de la calle de Ribera de Curtidores.
De esta manera, el estudio histórico-morfológico del barrio ha permitido realizar un acercamiento a la comprensión del mismo y a su identidad para poder definirlo y delimitarlo en base a su tradición y su personalidad histórica.
Como se veía en la introducción, no se sabe qué zonas abarca realmente La Latina, existiendo una única delimitación oficial por parte de la web de Turismo de Madrid que, sin embargo, es demasiado amplia y responde a otros criterios que nada tienen que ver con la tradición del barrio.
Por ello, la mayoría de la bibliografía que habla sobre La Latina utiliza una delimitación algo más pequeña, comprendida entre las cuatro avenidas más anchas del barrio: la calle de Toledo, la calle de Segovia, la calle de Bailén y la Gran Vía de San Francisco. Sin embargo, esta concepción responde únicamente a criterios morfológicos básicos constriñendo al barrio dentro de anchas avenidas que se conciben como potentes fronteras, dejando fuera elementos tan importantes como El Rastro, el cual se ha visto que está muy ligado funcionalmente a la calle de Toledo por abastecer a sus comercios (ver fichas 11 y 12).
Así, la definición propia del barrio, a la que se ha llegado a través de los diferentes análisis realizados, se ha llevado a cabo teniendo en cuenta aspectos claves tales como la morfología urbana y su evolución histórica, así como las relaciones funcionales entre los diferentes oficios que han poblado el lugar, de manera que pueda comprenderse a La Latina con facilidad para poder realizar actuaciones consecuentes con su esencia y tradición.
Fig. 4.5: precisión en la delimitación del barrio según lo visto a lo largo del trabajo. Elaboración propia sobre parcelario del Ayuntamiento de Madrid, 2022. Disponible en: https:// geoportal.madrid. es/IDEAM_WBGEOPORTAL/ index.iam
Murallas Delimitación anterior usada para el análisis Delimitación propia para la interpretación final
Fig 4.5: Delimitación final del barrio según el análisis realizado
Elaboración propia sobre parcelario del Ayuntamiento de Madrid, 2022.
Delimitación más usual en la bibliografía que habla de La Latina
Delimitación según la web de Turismo de Madrid
Delimitación propia realizada acorde a lo estudiado
Fig. 4.6: diferentes delimitaciones del barrio de La Latina. Elaboración propia sobre parcelario del Ayuntamiento de Madrid.
CAPÍTULO 4.2.
Conclusiones finales
Inicialmente se cuestionaba si los problemas de identidad que sufre actualmente el barrio de La Latina tienen que ver con la imprecisión de su delimitación. Hemos ido viendo cómo en la bibliografía que habla del barrio no se tiene del todo claro qué lugares exactamente lo componen, eligiendo una delimitación arbitraria y cambiante.
Por cuestiones turísticas, el Ayuntamiento de Madrid ha elegido una zona muy amplia que recoge multitud de lugares con características muy diferentes, lo que ha llevado a pensar en que si La Latina se concibe como un barrio que abarca desde la antigua zona intramuros de la muralla cristiana hasta el borde del ensanche de Castro, no se termine de entender histórica, patrimonial y urbanísticamente.
Ello se ha tratado de demostrar con los diferentes análisis que se han ido realizando del barrio a lo largo de cada uno de los capítulos del trabajo, donde se ha ido definiendo e investigando la historia y morfología de La Latina, para determinar cuál es la identidad del barrio.
En este sentido, surgen una serie de cuestiones acerca de los problemas que genera esta delimitación realizada en base a criterios turísticos, por lo que a continuación se aportan reflexiones y conclusiones derivadas del análisis realizado:
Acerca de la redefinición turística del barrio
• El planteamiento de la hipótesis de partida ponía en cuestión la concepción que se tenía del barrio de La Latina por parte de la web de turismo de Madrid, la única delimitación oficial que existe del barrio por parte del Ayuntamiento. A lo largo del análisis se ha ido viendo cómo existen muchos elementos dentro de esta definición que histórica o morfológicamente no tienen relación con lo que realmente es el barrio. Por tanto, la delimitación aportada por la web de turismo resulta demasiado artificiosa y no corresponde con una realidad patrimonial, histórica y urbanística.
• Los criterios que sigue el Ayuntamiento de Madrid para definir turísticamente el barrio, entonces, poco tienen que ver con una perspectiva histórica, más allá de los supuestos monumentos que tiene, pues muchos de los edificios importantes
de La Latina se han perdido (el hospital que da nombre al barrio, muchos de los palacios de la plaza de la Paja, el primitivo mercado de la Cebada, etc.).
• Si no se hace tanto hincapié en esos supuestos monumentos del barrio, entonces la concepción turística de La Latina tiene más que ver con el ocio y la actividad hostelera que aquí se dispone. Si se echa un vistazo a las diferentes páginas web que hablan de las actividades turísticas del barrio, se puede ver cómo giran en torno a la oferta hostelera, incluso el propio Ayuntamiento define
La Latina con el siguiente titular: «El Rastro, tapas, la verbena de la Paloma, Las
Vistillas…No te pierdas una de las zonas con más vida de Madrid». Por lo tanto, la delimitación que se ofrece del barrio tiene que ver más con el tipo de local de ocio y hostelería que se sitúa en él, una delimitación económica en base al sistema de ocio que está tergiversando y dando problemas al barrio.
• Son los hosteleros los que van definiendo realmente cuál es la delimitación del barrio, la cual tiene que ver con los flujos de circulación peatonal susceptibles de llenar las calles de bares y restaurantes a los que llegue cómodamente el turista y donde puedan incorporarse una gran superficie de terrazas. Se ha sustituido el original flujo de transporte de mercancías ligado al comercio y los talleres que había en el barrio por un turismo en masa que acude a lugares de ocio. Por ello los vecinos se han opuesto a una peatonalización completa del barrio.
• Los ensanchamientos y aperturas de calles que se realizarían durante el siglo
XIX y XX (carrera de San Francisco, calle de Toledo, plaza de los Carros, etc.) han favorecido el turismo de terrazas de bares, con la consecuente queja de los vecinos del barrio. Incluso las reformas que se realizan hoy en día van encaminadas a favorecer la incorporación de más terrazas. Las calles estrechas cada vez van perdiendo más fuerza (se ha ido comprobando al analizar los usos actuales de, por ejemplo, la Morería, donde sus calles estrechas alejan la hostelería) para favorecer un ocio ligado cada vez más al exterior, a la calle. Ello está generando una nueva forma de entender el barrio, donde se le da mucho valor a un espacio público que se está privatizando.
• La delimitación turística del Ayuntamiento está cambiando completamente lo que aporta identidad al barrio, está echando a sus comerciantes, a sus vecinos y está cambiando su paisaje urbano.
• La historia del barrio se está banalizando a favor de crear un entorno atractivo para el turista y el visitante. Tal y como se ha visto en los análisis, la toponimia del barrio, incluso el propio nombre de La Latina, debido a su tradición, suscita una imagen de lugar popular, animado, incluso barato. La hostelería se aprove-
“Barrio de La Latina”.
Portal Oficial de Turismo de España, que habla sobre el barrio de La Latina, haciendo hincapié sobre todo en la oferta gastronómica. https://www.spain.info/es/ lugares-interes/barrio-lalatina/
“Vecinos de Centro rechazan peatonalización de La Latina porque transformaría calles en «bares al aire libre»”.
https://www.europapress. es/madrid/noticiavecinos-centro-rechazanpeatonalizacion-latinaporque-transformariacalles-bares-airelibre-20200527094557.html
“Abierto al público el renovado terrazódromo de la Plaza de la Paja”.
Asociación de vecinos que ve en la reforma de la plaza una forma de favorecer a los hosteleros. https:// asociacionvecinoscavas. wordpress. com/2022/03/18/abiertoal-publico-el-renovadoterrazodromo-de-la-plazade-la-paja/
cha de ello para tratar de atraer a un tipo de público concreto en masa, generalmente turistas y visitantes jóvenes.
• Todo este proceso está generando una pérdida de la esencia del barrio y la ciudad. Se está tergiversando la idea del barrio, cambiando y transformando completamente los elementos que lo representan. Hoy en día el nombre de “La
Latina” suscita una imagen de lugar de ocio, y a ello ha colaborado la concepción turística que el Ayuntamiento ha realizado acerca del barrio. El sentimiento de pertenencia a un barrio que se está turistificando tanto se está diluyendo.
Acerca de la pérdida de identidad de La Latina
El análisis realizado a través de la interpretación de la toponimia del barrio ha permitido explorar en la personalidad histórica de La Latina relacionada con su origen, su morfología, los elementos desaparecidos, sus habitantes, sus actividades y la relación entre ellas.
Ello permite acercarse al barrio, realizando una interpretación exhaustiva de las sucesivas capas de significado del mismo, conociendo su verdadero proceso identitario y evitando caer en interpretaciones turísticas en las que se concibe a La Latina simplemente mediante sus monumentos como meros hitos de referencia y su oferta gastronómica. Esto se ha visto que está despersonalizando al barrio, truncando las relaciones vecinales y sustituyéndolas por un flujo de gente que va y viene y no se atan a esa zona. Consecuentemente, la vida de barrio está desapareciendo.
Tal y como se ha ido viendo, este entendimiento del barrio lo está degradando y tergiversando, tratando de mercantilizar y hacer negocio con todos los elementos que hay en él, perdiendo lo que realmente aporta identidad a La Latina:
• A lo largo del análisis se ha ido viendo la enorme complejidad histórica del lugar, tanto desde el punto de vista social como desde el arquitectónico o incluso antropológico. Es un barrio con verdadera personalidad propia conectado al origen de la ciudad y a su progresivo crecimiento.
• Gran parte de esa personalidad y complejidad viene de su carácter rico y múltiple desde el punto de vista social, pues el barrio comenzó siendo la zona donde se asentaron los mozárabes en época musulmana, para posteriormente convertirse en la sede de los primeros linajes del Madrid cristiano, así como uno de los lugares comerciales y productivos más importantes de la Villa. Además, en una parte del barrio se asentarían los musulmanes que vivirían en Madrid tras la conquista cristiana. Esta complejidad se materializaría en diferentes zonas y clases sociales o estamentos que coexisten y generan un carácter único en la
morfología de la ciudad: la morería, los palacios situados intramuros y el arrabal dedicado a mercado y actividades artesanales.
• La manera de intervenir sobre el barrio no está teniendo en cuenta prácticamente ningún aspecto de su personalidad ni su historia, tergiversando estas a favor de la comercialización de las calles del barrio. Los propios vecinos están avisando de los peligros que están generando estas actuaciones que priman unos usos y funciones en el barrio sobre otros, haciendo que los oficios que dan identidad al lugar se pierdan por completo.
• La gran demanda de servicios de hostelería está haciendo que prácticamente todos los locales de antiguos oficios del barrio se estén terciarizando cada vez más, perdiendo otra parte de la esencia original del barrio. Tal y como se ha ido viendo en el análisis, la mayoría de La Latina se caracterizaba por contener una gran cantidad de talleres de producción preindustrial (que hoy podría considerarse como artesanal o manufacturado). Ahora estos comercios se están perdiendo para dar paso a grandes cadenas de hostelería o de servicios turísticos.
• También existe una gran demanda de alojamiento turístico que, de forma similar al proceso de sustitución de tipos de comercio y actividades, está haciendo que se expulse a los vecinos de clase social media y baja para crear cada vez más alquileres turísticos, perdiendo las relaciones vecinales que había, otra capa determinante en la identidad del lugar.
• La sustitución de los comercios colabora en otro de los problemas de pérdida de la esencia del barrio: el cambio drástico de su imagen y su paisaje urbano, llenándose de elementos al servicio de esa hostelería que ahora define al barrio.
La Latina se está colmando de murales y mobiliario urbano totalmente discordante que realmente tapa la degradación de ciertas zonas no resueltas. En lugar de realizar una actuación acorde a la idea de barrio, su paisaje urbano y su morfología, se están creando elementos que tratan de revalorizar esas zonas: murales que tapan medianeras en las que realmente se podrían abrir ventanas que beneficiasen a los vecinos, terrazas dispuestas en zonas baldías o que obstaculizan el paso, solares vacíos sin un claro uso o que se utilizan como parque o aparcamiento, etc.
“Los hosteleros se quieren apropiar de la Cava Baja y sus aledaños”.
Privatización del espacio público de las Cavas a raíz de la pandemia de Covid-19. https:// asociacionvecinoscavas. wordpress. com/2020/05/27/loshosteleros-se-quierenapropiar-de-la-cava-baja-ysus-aledanos/
Propuestas finales
En base al análisis realizado en el trabajo, se tratará de recopilar una serie de propuestas relacionadas con las que se están dando en lugares similares, que traten de ayudar en la reflexión sobre los problemas que hay en La Latina y ponga en valor
su esencia, su paisaje y su historia a la hora de actuar en el planeamiento urbano y en la normativa de usos:
• La especialización de la actividad comercial, que está eliminando muchos de los oficios y comercios que lo hacían un barrio funcionalmente operativo, se debería intentar frenar de forma brusca. La recuperación de los comercios tradicionales y los talleres artesanales que había en La Latina podrían ayudar a crear un barrio sostenible mediante una economía circular con modelos como la ciudad de los 15 minutos de Carlos Moreno, tan en boga en los proyectos de urbanismo sostenible actual. Parte de la propuesta consiste en primar una producción local y un abastecimiento entre los diferentes oficios que se sitúan en el barrio, tal y como ocurría en el pasado de La Latina. Ello diversificaría el tipo de comercio luchando contra la turistificación y la concepción del barrio a partir de únicamente la hostelería, que además ahuyenta con sus ruidos a los vecinos.
• Los comercios tradicionales que aún resisten deberían ponerse en valor y dotarse de medios que eviten su obsolescencia, atrayendo también al barrio una serie de cuestiones más contemporáneas como el sector tecnológico o científico que ayude a actualizar las actividades tradicionales del lugar.
• Para generar un sentimiento de pertenencia e identidad al barrio, recuperando las relaciones vecinales, podrían usarse el mercado de la Cebada o el Rastro para dar a conocer la producción propia de La Latina, o incluso la recuperación a menor escala de fenómenos como el llamado “Campo de la Cebada”, donde se realizaban actividades comunitarias que ayudaban a reforzar las conexiones vecinales.
Ello se puede realizar en los espacios públicos que actualmente están llenos de terrazas de locales hosteleros, o en los muchos vacíos urbanos sin uso que aún hay en el barrio.
• En cuanto a las muchas terrazas que ocupan gran parte del espacio público del barrio, sería conveniente ordenarlas correctamente mediante un proyecto conjunto que evite la colmatación de las aceras con este mobiliario y que no sean discordantes con el paisaje urbano. Del mismo modo, otro tipo de mobiliario urbano, como el nuevo servicio de BiciMad, o la gran cantidad patinetes que comienzan a poblar las aceras, junto con una concepción más acorde de escalinatas, pavimento, alumbrado, etc. deberían sufrir el mismo proceso de ordenamiento e integración dentro de la imagen del barrio.
• Otro elemento que afecta enormemente al paisaje de La Latina son los muchos murales de arte urbano que tratan de ocultar las medianeras que afean al barrio. Muchos de ellos se realizan frente a importantes elementos patrimoniales del lugar, sin respetar su imagen. Una alternativa podría ir ligada a la realización de
estos murales o algún otro elemento cuya temática aluda o dialogue con la imagen y tradición del barrio, quizá incluso recuperando elementos de su historia, tal y como realizó Alberto Corazón en la plaza de la Puerta Cerrada.
• Se ha ido viendo a lo largo del trabajo también la existencia de algunas parcelas sin uso o que se han aprovechado para uso deportivo, aparcamiento o un parque realizado por los propios vecinos. Algunas de estas parcelas contienen elementos patrimoniales tan importantes como los restos de la antigua muralla cristiana que quedan abandonados y descontextualizados, desluciendo su importancia. Se podría usar el ejemplo del Parque Emir Mohamed, que alberga restos de la muralla musulmana a los pies de la catedral de la Almudena, poniéndolos en valor. En otras de estas parcelas, se podrían albergar, tal y como se está realizando de manera espontánea por los vecinos, usos que faltan en el barrio, como parques o instalaciones deportivas, pero bajo proyectos que realmente ofrezcan una solución acorde a las necesidades actuales y a la imagen propia del barrio.
• El nuevo polideportivo construido al lado del mercado de la Cebada responde a una demanda de los vecinos para cubrir su necesidad de dotaciones, lo cual ayuda también a la diversificación de usos que lucharía contra la gentrificación y, además, evitaría la expulsión de los habitantes al tener servicios en el barrio. En este sentido, la construcción del polideportivo cubre parte de las necesidades del vecindario, aunque el mayor problema sigue encontrándose en la falta de espacio público de calidad en el que se desarrollen una serie de relaciones vecinales que cohesionen al barrio. Ello es imposible de conseguir si las calles y plazas se siguen privatizando mediante la extensión de los comercios hosteleros con terrazas. La memoria de proyecto del polideportivo denota la intención de liberar una plaza de espacio público, aunque aún no está abierta y no podemos saber si realmente será útil para los vecinos o no. Lo que sí podemos observar es que el lenguaje compositivo utilizado en las fachadas del edificio es totalmente ajeno al paisaje urbano de la zona, pretendiendo destacar mediante una estética industrial de enormes cerchas de acero que ni siquiera dialogan con las cúpulas de hormigón del mercado, convirtiendo la plaza de la Cebada en un agregado de elementos discordantes.
En definitiva, la falta de la asunción de todos estos parámetros y necesidades de un barrio histórico en el planeamiento urbanístico está generando multitud de problemas que afectan directamente a la correcta interpretación del barrio. Si las actuaciones que se realizan en La Latina partieran de su memoria y su esencia, lograría concebirse un barrio que realmente generaría un atractivo turístico no tan ligado a la hostelería, pero que seguiría siendo bastante rentable económicamente y prestigiaría a la ciudad con turismo de mayor calidad, al hacerlo partícipe de las actividades que se desarrollan en el lugar, actividades que realmente hicieron y hacen funcionar al barrio y le aportan personalidad.