Conclusión Si continuamos creando y consumiendo plástico como lo estamos ahora, y esperando que la innovación de una empresa de prendas deportivas haga el trabajo sucio (no lo hará), para el 2050 habrá más plástico que peces en el océano. Todos los esfuerzos de las industrias por “limpiar los océanos de plástico” se focaliza en la dirección del reciclaje. La mayoría de los medios de comunicación nos invaden con publicidad al respecto. Pero desgraciadamente el reciclaje no acaba con la basura plástica. Al provenir el plástico del petróleo, tarda cientos de años en descomponerse en la naturaleza (1000 años). Utilizar el plástico masivamente como lo estamos haciendo es un error de consecuencias catastróficas a nivel global. El plástico que generamos no se degrada y provoca un impacto muy grave en el medio ambiente, inunda nuestros mares, playas y la cadena alimentaria marina han sido ya contaminados de manera grave e irreversible. En la mayoría de los grandes océanos ya hay más plástico en suspensión que plancton, y flotando a la deriva formando islas gigantescas de plástico. Por otra parte, hemos podido ver como ya algunas empresas se están empezando a concienciar de la situación que estamos viviendo actualmente. Aun son pocas las que están tomando iniciativa, pero lo importante es el mensaje que están dando a otras empresas ya más allá de vender más o menos su producto. Actuar a tiempo es un factor esencial en este aspecto. Lamentablemente se han dado cuenta tarde, pues el daño que hemos causado ya es irreparable, pero más vale tarde que nunca. Esperemos que esto solo sea el principio y que en un futuro hayamos podido reducir el plástico en los envases lo máximo posible, al igual que nosotros mismos deberíamos concienciarnos reciclando todos aquellos envases que podamos, ya que nosotros también tenemos la culpa de esta contaminación, la cual, por difícil que parezca, podemos frenar y hacer del mundo un lugar mejor para vivir.
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