Bullying
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Indice 1. Introducción 2. Justificación 3. Análisis 3.1 Muestra- Técnicas de muestreo 3.2 Fuentes secundarias 3.3 Fuentes primarias 4. D.A.F.O 5. Conclusión 6. Anexos
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Introducción: Nuestro trabajo trata del bullying y el acoso en las escuelas. Comenzaremos explicando qué es el bullying,es un acoso físico o psicológico al que someten, de forma continuada, a un alumno sus compañeros. Como en nuestro trabajo nos centramos más en el acoso en las escuelas también hemos buscado la definición de acoso escolar; El acoso escolar es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre estudiantes de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado tanto en el aula, como a través de las redes sociales, con el nombre específico de ciberacoso. Ciberbullying es un término que se utiliza para describir cuando un niño o adolescente es molestado, amenazado, acosado, humillado, avergonzado o abusado por otro niño o adolescente, a través de Internet o cualquier medio de comunicación como teléfonos móviles o tablets. Se caracteriza por que el acoso se da entre dos iguales, en este caso, menores. Es importante distinguirlo, ya que existen otras prácticas en la que se involucran adultos y que se denominan simplemente ciberacoso o acoso cibernético, con las consecuencias legales que tienen los actos de un mayor de edad en contra de un menor. Algunas formas de ciberbullying son: ▶ Acoso por mensajería instantánea (Whatsapp, Messenger, Facebook, SMS) ▶ Robo de contraseñas ▶ Publicaciones ofensivas en Blogs, foros, sitios web y redes sociales como Facebook, Twitter u otras ▶ Encuestas de popularidad para humillar o amedrentar. Destinatarios: niños menores de edad principalmente.
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JustificaciĂłn: Hemos elegido el tema ya que nos parece atractivo y que se encuentra muy a la orden del dia. Consideramos que ya que el mayor nĂşmero de acosos son en centros; podemos ayudar a los niĂąos que sufren acoso y a concienciar de ello.
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Análisis: 3.Muestra- Técnicas de muestreo: La población promedio a la que se ha encuestado es de aspecto joven de entre 15 20 años.
3.1. Fuentes primarias: Vamos a utilizar los cuestionarios, hemos realizado dos, uno hacia alumnos externos del centro y otro hacia el profesorado del centro, director y orientadora. Del cuestionario realizado hacia los alumnos externos al centro hemos obtenido 122 respuestas, el 65% de los encuestados son chicas y el 35,2% es de chico. El promedio de edad es de 15 a 20 años, a un 73% le gusta el colegio, instituto o universidad. La mayoría de las personas que han participado tienen un promedio de 10 amigos. El 95,1% ha confirmado que sus compañeros les ayudan cuando tienen dudas. A la pregunta de si prefieren estar en el recreo o en clase la mayoría ha contestado que ambas, y en el recreo se juntan con sus amigos para desayunar y charlar. El 45,1% dicen que tal vez son buenos estudiantes, el 47,5% dicen ser buenos estudiantes y los sobrantes no lo son. Por último realizamos una pregunta que se basa en que hacían cuando un compañero estaba siendo molestado, la mayoría de las respuestas han sido muy empáticas, afirmando que en esas situaciones ayudan a sus compañeros a solucionarlas. Reuniendo las respuestas de los docentes y jefe de estudio del centro hemos llegado a la siguiente conclusión, en nuestro centro no hay alto porcentaje de bullying, no han habido casos graves de bullying, se intenta solucionar los problemas con rapidez y crear un ambiente bueno en clase. Todos coinciden en que hay más acoso por redes sociales e internet que físico. Les parece a todos una buena idea visibilizar el bullying para conseguir una disminuirlo.
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3.2 Fuentes secundarias: Nos hemos estado informando y hemos encontrado los siguientes datos: ▶ Bloqueo social (29,4%) ▶ Hostigamiento (20,9%) ▶ Manipulación (19,9%) ▶ Coacciones (17,4%) ▶ Exclusión social (16,0%) ▶ Intimidación (14,2%) ▶ Agresiones (12,8%) ▶ Amenazas (9,3%) ▶ Ciberbullying (25%) ▶ Bloqueo social Agrupa las acciones de acoso escolar que buscan bloquear socialmente a la víctima. Todas ellas buscan el aislamiento social y su marginación impuesta por estas conductas de bloqueo. Son ejemplos las prohibiciones de jugar en un grupo, de hablar o comunicar con otros, o de que nadie hable o se relacione con él, pues son indicadores que apuntan un intento por parte de otros de quebrar la red social de apoyos del niño. Se incluye dentro de este grupo de acciones el meterse con la víctima para hacerle llorar. Esta conducta busca presentar al niño socialmente, entre el grupo de iguales, como alguien flojo, indigno, débil, indefenso, estúpido, llorica, etc.5El hacer llorar al niño desencadena socialmente en su entorno un fenómeno de estigmatización secundaria conocido como mecanismo de chivo expiatorio. De todas las modalidades de acoso escolar es la más difícil de combatir en la medida que es una actuación muy frecuentemente invisible y que no deja huella. El propio niño no identifica más que el hecho de que nadie le habla o de que nadie quiere estar con él o de que los demás le excluyen sistemáticamente de los juegos.
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Hostigamiento Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que consisten en acciones de hostigamiento y acoso psicológico que manifiestan desprecio, falta de respeto y desconsideración por la dignidad del afectado.5El desprecio, el odio, la ridiculización, la burla, el menosprecio, los motes, la crueldad, la manifestación gestual del desprecio, la imitación burlesca son los indicadores de esta escala.
Manipulación social Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que pretenden distorsionar la imagen social del niño y “envenenar” a otros contra él. Con ellas se trata de presentar una imagen negativa, distorsionada y cargada negativamente sobre la víctima.5Se cargan las tintas contra todo cuanto hace o dice la víctima, o contra todo lo que no ha dicho ni ha hecho. No importa lo que haga, todo es utilizado y sirve para inducir el rechazo de otros. A causa de esta manipulación de la imagen social de la víctima acosada, muchos otros niños se suman al grupo de acoso de manera involuntaria, percibiendo que la víctima merece el acoso que recibe, incurriendo en un mecanismo denominado “error básico de atribución”.
Coacción Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que pretenden que la víctima realice acciones contra su voluntad. Mediante estas conductas quienes acosan al niño pretenden ejercer un dominio y un sometimiento total en contra de su voluntad. El que la víctima haga esas cosas contra su voluntad proporciona a los que fuerzan o tuercen esa voluntad diferentes beneficios, pero sobre todo poder social. Los que acosan son percibidos como poderosos, sobre todo, por los demás que presencian el doblegamiento de la víctima. Con frecuencia las coacciones implican que el niño sea víctima de vejaciones, abusos o conductas sexuales no deseadas que debe silenciar por miedo a las represalias sobre sí o sobre sus hermanos.
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Exclusión social Agrupa las conductas de acoso escolar que buscan excluir de la participación al niño acosado. El “tú no”, es el centro de estas conductas con las que el grupo que acosa segrega socialmente al niño. Al ningunearlo, tratarlo como si no existiera, aislarlo, impedir su expresión, impedir su participación en juegos, se produce el vacío social en su entorno.
Intimidación Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que persiguen amilanar, amedrentar, apocar o consumir emocionalmente al niño mediante una acción intimidatoria. Con ellas quienes acosan buscan inducir el miedo en el niño. Sus indicadores son acciones de intimidación, amenaza, hostigamiento físico intimidatorio, acoso a la salida del centro escolar.
Amenaza a la integridad Agrupa las conductas de acoso escolar que buscan amilanar mediante las amenazas contra la integridad física del niño o de su familia, o mediante la extorsión.
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4-. D.A.F.O. El análisis dafo se realiza para llevar a cabo una mejora en el tema seleccionado a partir de la observación de la actualidad, es decir, vamos a reunir los máximos datos actuales sobre el bullying para analizarlos y a partir de ellos llegar a una solución. Vamos a analizar sus debilidades y fortalezas para corregir las primeras e impulsar las segundas. Las debilidades en el bullying son las siguientes: Analizando los rasgos de personalidad comunes entre los niños que sufren acoso escolar.
1. Suelen ser niños con baja autoestima.
Algunos niños que no reciben el suficiente apoyo emocional en la escuela y/o en su casa, debido a que presentan algunas particularidades que les distinguen claramente del resto de alumnos, crecen sintiéndose inferiores a los demás. Estas diferencias pueden estar causadas por una discapacidad (física o intelectual), por alguna disparidad cultural (idioma, procedencia) o por algún rasgo distintivo bien marcado (altas capacidades, orientación sexual, religión, etc.). Estos niños, no se sienten ni integrados, ni arropados en su diferencia, por lo que, desoyendo a su instinto, acaban por pensar que algo malo les sucede, que no son dignos de protección ni de cariño y que son menos válidos que los demás. Con el tiempo, tienden a autoconvencerse de que, al ser tan indignos, se merecen todo lo malo que les sucede.
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Cuanto más se repite el acoso, más daño recibe su autoestima, llegando al punto de verse tan mermada que, paulatinamente, estos niños dejan de defenderse. Entran entonces en un círculo negativo en el que los acosadores aumentan la intensidad de sus vejaciones, mientras que la víctima poco puede hacer para frenar los abusos. En casos extremos, podemos llegar a las situaciones que todos recordamos de adolescentes que se suicidan como un intento desesperado de ponerle fin a su vida infernal. Un ejemplo de esto es el caso de Marco uno de estos niños que sufría bullying en su colegio. Era delgado, débil y poco hábil en los deportes, lo que le convertía en la víctima de todas las bromas en las clases de educación física. Él mismo verbalizaba “soy torpe, jamás podré hacerlo” y se frenaba cada vez que tenía que enfrentarse a un nuevo reto. Esta actitud le hacía retraerse en todos los juegos físicos de sus compañeros, lo que le apartaba aún más del grupo.
2. No se defienden, muestran pasividad.
Por lo general, el acosador siempre va probando a sus compañeros de grupo para detectar quién no se defiende ante pequeñas agresiones y saber quién va a ser la víctima perfecta. La actitud y el lenguaje corporal (mirada evasiva, postura encorvada, nerviosismo, etc.) de algunos niños, le transmiten al buller el mensaje de que es muy poco probable que se defiendan de sus ataques. Marco me contó que, al inicio del curso, Eneko le tanteó. Este niño acosador fue preguntando a todos los compañeros de clase qué sucedería si les metiera los dedos en los ojos, a la vez que hacía el gesto amenazante de acercar el índice y el corazón a la cara del otro.
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Según cómo reaccionara cada uno de sus compañeros, Eneko ya sabía quién no se iba a defender y con quién podría pasar a mayores. Unos niños le respondieron, otros le apartaron de un empujón, pero Marco se quedó paralizado y sin saber qué decir ante este ataque.
3. Son pequeños que han sido aislados socialmente
Cualquier depredador sabe que resulta mucho más fácil atacar a la víctima cuando está sola que cuando está rodeada de gente, por este motivo, las manadas de lobos o de leones siempre intentan separar a la presa del resto del grupo cuando salen de caz. Muchos niños se ven aislados del grupo por ser, de alguna forma, diferentes a los demás. Los altos o los bajos, los que tienen un tono de piel diferente, los que sacan mejores notas, los que no tienen tantas habilidades sociales, etc., todos pueden convertirse en víctimas de bullying por haberse visto apartados del grupo. Marco también se encontraba solo en su clase. No tenía ningún amigo íntimo y se pasaba los recreos en un rincón del patio, tomando su bocadillo sin participar en los juegos de los demás. Cuando se metían con él, muchos se reían, pero nadie estaba de su lado; nadie le defendía. Cómo ayudarles a mejorar sus debilidades Marco y sus padres trabajaron conjuntamente en mi consulta para reforzar su autoestima. Poco a poco, fue desechando aquella visión tan negativa de sí mismo y empezóavalorarseyaquerersetalycomoera.Además,antelapasividaddelequipo directivo y del profesorado, los padres de Marco decidieron cambiarle de colegio. Me alegra decir que ahora asiste a clase en un centro más pequeño, mucho más respetuoso, en el que ha logrado hacer algunos buenos amigos y en el que el profesorado está muy implicado en la detección y el freno al bullying. En resumen, podría decirse que hay cierto perfil de alumno susceptible
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de ser víctima de bullying. Cada niño tendrá sus particularidades, pero casi todos los que sufren bullying suelen compartir, en mayor o menor medida, estas tres características que hemos visto hoy. Las fortalezas en el bullying son: En una situación tan desagradable es difícil encontrar algo positivo. Respecto al acosado. Posiblemente en un futuro al llegar a su adultez tenga mayor fortaleza en su autoestima respecto a las criticas vacias. Es un proceso en difícil y no se le podría recomendar a nadie. En el caso del acosador. Si la persona llega a ser consciente de lo que ha hecho, en un futuro puede que se dedique a combatirlo. Esto puede ser más complicado, pues el responsable tendría que agachar la cabeza y asumir su error. Las amenazas del acoso es la siguiente; hay niños que al pasar a la pubertad son muy inseguros e intentar ser seguros metiéndose con los demás y así sentirse mejor con ellos mismos.
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Las oportunidades del bullying escolar son las formas erroneas de actuar frente a este, por ejemplo; 1. “Son cosas de niños y no pasa nada”. 2. “Es parte del crecimiento. Los niños pequeños no acosan”. 3. “El acoso escolar solo pasa con niños tímidos e introvertidos”. 4. “No hay que hacer caso al acoso: termina desapareciendo por sí solo”. 5. “Si no hay agresiones físicas, no podemos hablar de acoso”. 6. “Si no pasa muchas veces no es acoso”. 7. “El acoso escolar ha existido siempre”. 8. “El colegio ha hecho lo que debía: ha abierto el protocolo”. 9. “Mi hijo no acosa. Eso es imposible”. 10. “¿Cómo no me he dado cuenta de que mi hijo sufre acoso?”. 11. “No se puede hacer nada contra los acosadores porque no hay sanción penal contra ellos”. 12. “Ante un acoso escolar, lo mejor es cambiar a la víctima de colegio y expulsar al causante del bullying”. La víctima destacan porque aunque algunos estudios identifican una serie de características psicológicas o de actitud y comportamiento comunes en las víctimas de bullying, lo cierto es que constituyen un grupo tan variado y heterogéneo que por desgracia cualquier alumno puede convertirse en blanco de las burlas de un grupo de agresores, muchas veces sin otro motivo que el puro azar. No obstante, existen algunos factores que multiplican las posibilidades de sufrir acoso:
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Sufrir alguna discapacidad física o psíquica. Tener algún tipo de trastorno del aprendizaje, especialmente los problemas relacionados con el lenguaje oral porque son muy evidentes y fácil objeto de burlas. Haber padecido acoso escolar con anterioridad. Pertenecer a un grupo étnico, religioso, cultural o de orientación sexual minoritario. Un vez ha comenzado el acoso, tener una personalidad introvertida o reservada o una mala comunicación con padres o profesores dificulta que los chicos denuncien las situaciones a tiempo, con el consiguiente peligro de que el acoso vaya más, agravándose sus consecuencias y complicando su resolución. Los observadores probablemente es el grupo con un perfil menos definido. Se trata del grupo de compañeros que colaboran con el acoso y en gran medida lo hacen posible por no denunciarlo a padres o profesores. Su actitud puede ser de colaboración, jaleando las acciones e incluso grabándolas con las cámaras de los móviles. Pero incluso si se limitan a no hacer nada, su actitud pasiva refuerza la conducta de los agresores, pues no deja de ser una forma de aprobación. En ocasiones, actúan de esta forma por miedo a convertirse en las próximas víctimas si salen en su defensa o lo ponen en conocimiento de algún adulto, o bien porque creen que tomando esta actitud les será más fácil integrarse con el resto de la clase. Casos reales de acoso escolar en España España supera por primera vez las mil víctimas en un año, durante 2017 se atendieron más de 25.000 llamadas. De ellas, casi 9.000 se refirieron a casos concretos de posible acoso, de los que 278 se derivaron a la inspección educativa y 147 de estos últimos también fueron remitidos a las fuerzas de seguridad con el fin de que indagan sobre la comisión de algún hecho delictivo.
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Siendo Cantabria la ciudad donde más bullying hay y Navarra donde menos, Andalucía con 234 casos, y Madrid, con 170, son las comunidades autónomas que registraron el mayor número de menores victimizados en 2017. Esto fueron algunos de los datos más impactantes que se recogieron en el 2017, el bullying crece constantemente y no solo afecta a los que lo sufren directamente, si no que indirectamente afecta a su círculo cercano de una forma igual o incluso peor del que la sufre, aquí mostramos unos cuantos casos que han ocurrido en el escaso tiempo que llevamos de 2019: -https://amp.eitb.eus/es/television/programas/360-grados-tu-decides/videos/detalle/6221782/video-exjugador-basket-inaki-zubizarreta-bullying-etapa-escolar-2019/ (El famoso jugador de basket, Iñaki Zubirraeta narra en una entrevista que estuvo al bordel del suicidio en su etapa escolar) -https://amp.eitb.eus/es/noticias/sociedad/detalle/6182394/bullying-el-colegio-askartza-leioa-debera-indemnizar-alumna/ (Un colegio de euskadi tiene que endemnizar a una alumna tras el brutal acoso que sufre en las duchas de su gimnasio por parte fe sus compañeras) -https://amp.eitb.eus/es/television/programas/esta-pasando/videos/detalle/6177335/video-una-familia-deja-su-barrio-bilbao-bullying-sufria-su-hija/ (Una familia, obligada a dejar su barrio en Bilbao por el bullying que sufría su hija) Datos y cifras sobre el ciberacoso Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), España es uno de los países donde más se practica el ciberacoso. La Fundación ANAR y la Fundación Mutua Madrileña publicaron hace poco un informe que arroja los siguientes datos: uno de cada cuatro casos de acoso escolar es ciberacoso (esta proporción aumenta con la edad: a partir de los 13 años es uno de cada tres casos), las chicas sufren mucho más este tipo de abuso que los chicos (70 -30%), la edad media a la que suele empe-
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zar a practicarse es a los 13 años, la plataforma más utilizada por los acosadores es WhatsApp (81 %), el acoso a través de las redes sociales lo padece una tercera parte de la casuística (36 %), el hostigamiento es diario para un 71,8% de las víctimas y suele prolongarse en el tiempo (un 38 % lleva más de un año sufriéndolo y un 40 % entre un mes y un año), la mayoría de las víctimas son de nacionalidad española y pertenecen a familias convencionales y sin problemas económicos (en el 86% de los casos); los acosadores suelen estudiar en la misma escuela que sus víctimas, actúan en grupo y, normalmente, son de su mismo sexo, y un 30,6 % del ciberacoso va unido a agresiones físicas. A estos datos hay que sumar el hecho de que la mayoría de las víctimas no pide ayuda a un adulto hasta que ha transcurrido todo un año escolar (habitualmente, a los padres) y aunque el 75 % de los profesores que son informados de un caso de ciberacoso toma alguna medida, las víctimas y sus familias consideran que estas son insuficientes (en un 59 % de los casos). Llaman la atención dos datos más proporcionados por la Fundación Save the Children como resultado de una encuesta realizada a más de 21.000 niños españoles: la mitad de ellos reconocieron haber realizado ciberacoso en alguna ocasión y muchos de ellos reconocieron no saber por qué lo hicieron. Características propias del ciberacoso Tal como se explica en un informe del Instituto de la Juventud de España (Injuve), el ciberacoso escolar comparte las mismas características que el acoso escolar tradicional, si bien presenta una serie de características propias que lo distinguen de aquel: Los acosadores utilizan las nuevas tecnologías para intimidar, humillar, amenazar y hostigar a sus víctimas: redes sociales, foros, correos electrónicos, chats, SMS, blogs, etc. Los acosadores causan otro tipo de daños a sus víctimas, como la vul-
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neración y ataque a su privacidad, mediante la difusión de fotos y/o vídeos comprometidos sin contar con su consentimiento. El número de espectadores o testigos de este tipo de acoso es mucho mayor que en el acoso escolar tradicional debido a la capacidad viral de las nuevas tecnologías. La información que los agresores suben a Internet permanece en la red, lo que incrementa exponencialmente la posibilidad de que, posteriormente, otros chicos se unan al hostigamiento. Este acoso se puede realizar en cualquier momento y desde cualquier lugar, de tal forma que no solo se produce en el entorno escolar, sino que continúa después: no cesa y persigue al menor hasta su casa y hasta la hora de dormir, lo cual agrava el daño psicológico en el menor de edad víctima. Tanto el acoso como el ciberacoso escolar constituyen una vulneración de los derechos fundamentales de los menores de edad que lo sufren y les provoca unas secuelas psicológicas que muchas veces se extienden también a sus familiares. Las formas de ciberacoso escolar son muchas y muy variadas, aunque todas pretenden perjudicar la reputación de la víctima y causarle un daño emocional: agresiones físicas que los agresores cuelgan en internet y que se difunden rápidamente por la red; la creación de perfiles falsos que suplantan la identidad del acosado para enviar mensajes comprometidos o delictivos; envío reiterado de correos electrónicos ofensivos o extorsionadores, publicación de información falsa sobre la víctima, etc. Fuentes primarias: Director, Vicedirector, Secretarios, Conserjes, varios profesores, varios alumnos, orientador y jefe de estudios. Estos alumnos serán de diferentes cursos (ESO, Bachillerato y Grados). Fuentes secundarias: Datos y estadísticas de Sevilla, Andalucía y España. (Noticias de Álvaro Coronil)
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Plan de Convivencia escolar: Según la Ley Orgánica de Educación, todos los centros deben incluir en su proyecto educativo un Plan de Convivencia, así como establecer las normas que garanticen su cumplimiento. A finales del mes de enero de 2016, el Ministerio de Educación publicó un informe sobre el plan estratégico de convivencia escolar, que servirá de referencia para alumnos, familias y profesores para hacer frente a un fenómeno que ha generado una gran preocupación social: el acoso escolar. Son las Comunidades Autónomas las que, mediante Decreto, establecen el marco regulador que permite a los centros escolares, en virtud de la autonomía que la Ley Orgánica de Educación les confiere, elaborar su propio Plan de Convivencia La respuesta legal al acoso escolar: Dentro del Plan de Convivencia cada centro debe incluir un Reglamento de Régimen interno en el que figuren con claridad las normas de comportamiento, Normas de Conducta que cada alumno debe respetar. El acoso físico o moral a los compañeros es una infracción tipificada como falta muy grave, y conlleva la aplicación de las medidas correctoras que se establezcan en cada caso (en última instancia la expulsión definitiva del centro) Algunas Comunidades Autónomas han aprobado Protocolos de acoso escolar, que establecen medidas específicas para actuar de manera más ágil y proteger más eficazmente a la víctima.
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5-. Conclusión Los colegios deberían tomar medidas para detectar a estos niños y trabajar con ellos y con sus familias para mejorar su confianza. También deberían poder detectar qué niños corren riesgo de acoso por no tener las redes sociales adecuadas en el colegio y poner en marcha los mecanismos necesarios para favorecer la integración. Existen muchas medidas y actividades que se pueden utilizar para favorecer el trabajo en equipo y el desarrollo de la empatía y el altruismo en el alumnado, sólo es necesario un poco de interés para ponerlas en práctica.
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