TLÁLOC ¿QUÉ? Boletín del Seminario de
Año 5
N° 17
Enero-Marzo 2015
2
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO José Narro Robles
Las opiniones expresadas en Tláloc ¿Qué? Boletín del
Rector
Seminario El Emblema de Tláloc en Mesoamérica son responsabilidad exclusiva de sus autores.
Estela Morales Campos
Tláloc ¿Qué? Boletín del Seminario El Emblema de Tla-
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loc en Mesoamérica es una publicación trimestral del Proyecto PAPIIT: IN401614, Entidades Acuáticas en
Renato González Mello
América: Las Primeras sociedades, del Instituto de In-
Director del Instituto de Investigaciones Estéticas
vestigaciones Estéticas de La Universidad Nacional Autónoma de México, Circuito Mario de la Cueva s/n,
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CONTENIDO
p. 6
Presentación
Tlaloc and a Mesoamerican Cosmology in the American Southwest
p. 8
Polly Schaafsma
Seres del agua en el Norte de México
p.53
Tobías García Vilchis y Nadia Giral Sancho
Los dueños de la tormenta y el rayo en la región cantábrica
p. 82
América Malbrán Porto p. 93
Sesiones del Seminario
4
LOS DUEÑOS DE LA TORMENTA Y EL RAYO EN LA REGIÓN CANTÁBRICA América Malbrán Porto1
―¿Y cómo, pues, es Nuberu Pues, según quién y conforme, es contrahecho y deforme, de mala leche y sombreru en su gran cabeza enorme..." Refrán popular
L
a región cantábrica, también conocida como Cornisa Cantábrica, está situada en el borde septentrional de la Península Ibérica, de frente al Mar
que lleva el mismo nombre, en el océano Atlántico. Este territorio lo conforman las
Comunidades Autóno-
mas de Asturias, Cantabria, las provincias de Vizcaya y Guipúzcoa del País Vasco, la provincia de Lugo, de Galicia y el norte de las provincias de León, Palencia y Burgos en Castilla y León (Fig.1). Se trata de un eje montañoso casi continuo, con elevaciones que con frecuencia superan los 2000 m, formando la divisoria entre las cuencas del los ríos Duero y alto Ebro y la de los ríos del derrame cantábrico. La continuidad del eje y de su altitud recuerda la del Pirineo y viene a justificar la vieja denominación de Pirineos Atlánticos. El descenso hacia el mar se hace rápidamente por una gradería montañosa a través de la cual se han abierto paso los ríos, que se alimentan de las aguas y nieves que bajan de las altas cumbres (De Terán, 1978:59). Los afluentes cantábros son cortos, rápidos y caudalosos, y a su paso han modelado el relieve característico del territorio, en su vertiginosa caída desde lo alto de las montañas, dando origen a saltos y cascadas, en una de las comarcas más escarpadas de España.
1. Maestra en Estudios Mesoamericanos, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM. Directora del Centro de Estudios Sociales y Universitarios Americanos S.C. 80
Fig.1. Se marca en rojo la sección que corresponde a la Cornisa Cantábrica. Imagen de Google Earth, 2014
La vegetación en las zonas montañosas como
2005:39).
la Cordillera Cantábrica, va variando de acuer-
Debido a lo anterior la presencia de la fauna es
do a las diversas condiciones físicas (como la
abundante, de la cual existen cerca de 350 es-
altura, temperatura, humedad, vientos, etc.),
pecies de vertebrados terrestres, coexistiendo
ésta se escalona en pisos, con frecuencia des-
al menos 8 especies endémicas, algunas de
iguales en las pendientes de barlovento y sota-
las cuales se encuentran en peligro de extin-
vento de la montaña lo que hace que exista
ción como el oso pardo (Ursus arctos) y el uro-
una gran diversidad de ecosistemas causante
gallo (Tetrao urogallus), también abundan el
de la presencia de innumerables especies ve-
ciervo (Cervus elaphus), el corzo (Capreolus
getales y espléndidas representaciones de
capreolus), el jabalí (Sus scrofa), y el zorro
hayedos, robledales, abedulares, castañares,
(Vulpes vulpes), y en las zonas más remotas y
bosques de galería, turberas, matorrales de
solitarias todavía es frecuente la presencia del
montaña y pastizales de puerto, destacando
lobo (Canis lupus lupus) (Gobierno de Canta-
como singularidades los encinares costeros,
bria, 2005:39; Consejería de Cultura, Turismo
los alcornocales en la zona de Liébana,
y Deporte, 2007:1).
además de un buen número de árboles singu-
Una de las causas de la singularidad de Canta-
lares y monumentales (Gobierno de Cantabria,
bria, en lo que se refiere al paisaje, es la pre81
sencia de escarpadas montañas, laderas y pe-
trincados, pastizales que se pierden tras las
queños valles en los que existe gran abundan-
lomas de las montañas y pervivencia de las
cia de lluvias, más que en ningún otro lugar,
tradiciones rurales, que tienen su máximo ex-
por lo que se le ha considerado como una de
ponente en los paisajes de cabañas construi-
las zonas más lluviosas de España, con regis-
das en laderas, hondonadas y alturas, en zo-
tros que superan los dos mil litros anuales de
nas casi inaccesibles.
precipitación, a lo que se le suman copiosas
Situada en el corazón de Cantabria, la comar-
nevadas invernales (Magaña Ochoa y Rojas
ca pasiega es una de las zonas con más per-
Trejo, 2008:87).
sonalidad de la región y en ella aún persisten
En lo alto de la montaña, entre los escarpes,
formas de vida con gran interés etnográfico. La
se encuentran los Valles Pasiegos (Fig.2), que
vida pasiega siempre ha estado ligada a la ga-
abarcan tres cuencas fluviales diferentes la del
nadería en los verdes pastos de sus praderías,
Pas, el Pisueña y el Miera. Su paisaje verde
donde se criaba una raza autóctona denomina-
responde a la perfección al estereotipo más
da ―vaca pasiega‖. Lo más singular de estos
difundido de Cantabria: valles verdes y ríos in-
valles es, sin duda, la práctica ancestral de la
Fig. 2. Vista de los Valles Pasiegos y las cabañas. Tomada de Valles pasiegos. Gobierno de Cantabria, 2005. 82
trashumancia o ―muda‖, como le llaman en la
brotes (ibid.:12).
zona. Se trata de un ciclo anual de pastoreo
―Al comenzar el mes de mayo se alcanzan
nómada, que llevaba a las familias de cabaña
las fincas de altura, donde permanecen o
en cabaña y que, aún en nuestros días se si-
enverangan2 durante los meses cálidos de
gue realizando por algunas familias dedicadas
estío, rotando las residencias, en torno a
a la actividad ganadera.
seis cabañas o llaves por unidad familiar;
El sistema ganadero pasiego es intensivo y
conforme se agota el cebo disponible. La
rompe con el modelo extensivo gestado en los
duración de la estancia en cada finca varía
siglos altomedievales, representado por la al-
en función del número de cabezas de ga-
dea. En su lugar el sistema pasiego implanta
nado y la extensión del prado‖ (Ídem.).
un modelo que se basa en la estabulación
La estancia en los pastos de altura concluye a
prácticamente permanente del ganado, que
finales de septiembre, cuando se empiezan a
rota conforme el ciclo estacional de cabaña en
sentir los primeros fríos del otoño. Es entonces
cabaña, cada una situada a distinta altitud para
cuando se inicia el retorno al punto de partida,
aprovechar en verano los pastos de altura y en
los pasiegos recorren las fincas en sentido
invierno los de ―bajura‖. El binomio cabaña/
descendente, alimentándose el ganado con la
prado es el núcleo básico del modelo territorial
brena o segundo brote de hierba. Todavía du-
pasiego, el patrón modular que se repite exten-
rante el mes de noviembre las reses pueden
diéndose desde las cumbres, donde se en-
ser trasladadas a las cabañas de los puertos
cuentran las cabañas brenizas o de altura, has-
de altura durante un periodo de tiempo indeter-
ta las hondonadas y fondos de valle, donde se
minado, en ningún caso superior a dos sema-
localizan las vividoras o de bajura (Corral Gar-
nas; los eneros o primeros visos de nieve
cía, 2008:11).
anuncian el comienzo definitivo del periodo in-
De esta manera la trashumancia,
―muda‖ o
vernal, que recluirá a la familia en las cabañas
―cambio de lumbre”, como también se le cono-
vividoras ubicadas en cotas bajas, mejor acon-
ce, es el traslado estacional de ganado, perso-
dicionadas frente a las inclemencias del tiempo
nas y aperos de una cabaña a otra. La muda
(ibíd.:12-13).
inicia con la primavera y se va realizando el ascenso escalonado por las vertientes, ocu2. Del latín veranum [tempus], ―tiempo de florecimiento, primaveral‖.
pando los terrenos ubicados a media altura, para que el ganado aproveche los primeros 83
La importancia de esta actividad transhumante
leche óptima (Íbid. Op.cit.:90).
radica en el hecho de que toda la unidad fami-
El abandono de la transhumancia, la migración
liar se va moviendo junto con el ganado a lo
forzosa y el cambio de vida hacia formas más
largo del año, siguiendo el ritmo periódico de la
occidentales ha hecho que se encuentren en
naturaleza (ibíd.:13), el establecimiento de ca-
peligro muchas de las tradiciones, que en algu-
bañas, de arquitectura similar, a lo largo del
nos casos se vuelven atracciones turísticas y
territorio, derivado de la actividad ganadera tra-
en otros conllevan a la perdida de la memoria
dicional en la región es lo que se ha dado ori-
histórica.
gen a la llamada identidad pasiega.
Sin embargo, en pleno siglo XXI, muchas son
Hoy en día toda la región ha visto disminuir
las leyendas y seres fantásticos que han esca-
vertiginosamente su población y la vida pasie-
pado a la modernidad. Todavía algunas abue-
ga corre peligro de desaparecer. Estos movi-
las, cuando bajan las nubes y se asoma la tor-
mientos migratorios se han producido desde
menta relatan las historias de los Nuberos.
finales de los años cincuenta del siglo XX y
Los Nuberos, Nuberus o Nubeiros son genios
están estrechamente relacionados con el pro-
diminutos y malignos que cabalgan sobre la
ceso de industrialización de ciertas regiones
tempestad descargando el rayo y el granizo.
españolas y constituyen una emigración laboral
También se los llama por otros nombres. En
y una redistribución de la población activa, en-
Somiedo, Cangas del Narcea, Tineo, San An-
tre la agricultura, la industria y los servicios
tolín de Ibias y para los vaqueiros de alzada se
(Magaña Ochoa y Rojas Trejo Op.cit.:88). Lo
le conoce como renubeiru y se lo describe co-
anterior ha provocado una despoblación en la
mo un hombre chamuscado que frecuenta a
comarca pasiega por lo que la tasa de mortali-
las brujas.
dad sea superior a la de natalidad, al no ser
Se los representa como seres pequeños y re-
municipios de inmigración sino de emigración,
gordetes que habitan en las nubes, que ellos
la población aquí cada día se vuelve más vieja
mismos crean y desde las que controlan el gra-
(Ídem.). Esto ha causado que se dé un cambio
nizo, el rayo y la lluvia (Cano Herrera, 2007).
radical en la ganadería tradicional, abandonan-
Modifican el clima a su voluntad y se divierten
do la transhumancia, ya que se suma el hecho
provocando tormentas y tempestades, lanzan-
de que en la actualidad se tiene la idea de que
do centellas a los animales y arruinando las
las zonas consideradas de alta montaña no
cosechas con granizo, o bien se entretienen
reúnen las condiciones para la producción de
alejando a los pescadores que salen al mar; es 84
por ello que cuando hay tormentas en el
De pueden divertirse.
Cantábrico los pescadores no se aventuraban
Los vaqueiros de las brañas occidentales de la
y regresaban rápidamente a puerto.
región lo llaman Renubeiro o Escolar. A dife-
Sin embargo para De Llano Roza se trata de
rencia de los de otras partes, el Escolar sólo
un ser maligno, feo, de estatura elevada y de
vive durante la primavera y el otoño y, además,
una fuerza colosal. Viste traje de pieles, usa
está todo chamuscado. Un escolar no es otra
barba, cubre su cabeza con un sombrero de
cosa que un aprendiz de brujo que aspira a
anchas alas y viaja cabalgado sobre una nube
convertirse en nuberu y que es de pequeña
(De Llano Roza, 1922:9). Se lo considera ver-
estatura (De Llano Roza, Op.cit.:10).
daderamente feo, tal es así que en Asturias,
Al parecer el nuberu tiene una particular aver-
cuando una persona carece de belleza, suele
sión contra los curas, ya que éstos hacen so-
decirse de ella que "es más fea que el Nube-
nar las campanas de las iglesias; que cuando
ru" (Ídem.). También existe otro dicho sobre los
tañen recitan este conjuro:
lugares de aspecto tenebroso que hace refe-
Detente, ñube y ñubláu
rencia al carácter malévolo que se le atribuye
que Dios pué más qu'el diablo
en Asturias: ―tien cara de nuberu”.
Detente, ñube, detente, tú;
Entre la gente de Cantabria y Asturias se les
que Dios pué más que tú.
tiene temor por los destrozos que producen en
(Ibid.:13).
los pueblos y a ellos se les atribuyen las temi-
Es por ello que durante las horas de oscuridad
das noches de aguaceros y borrascas.
los lugareños encienden cirios y hacen tañir
También pueden invocar rayos a voluntad, y no
las campanas para ahuyentarlos.
dudarán en utilizarlos como armas si son ata-
A este respecto De Llano Roza relata que en
cados o molestados.
1821, uno de sus informantes, natural de Villa-
En algunas leyendas, sobre todo del occidente
nueva de Teverga le contó que:
de Asturias, se dice que los nubeiros bajan a
Un cura que hubo en Villanueva de Tever-
tosquilar las cabras antes de fraguar las tor-
ga, que murió hacia el año de 1856, para
mentas y que por eso cada piedra de granizo
esconxurar al Nuberu, rodeábase de escu-
que cae al suelo tiene dentro un pelo de cabra.
linos porque la inocencia de éstos favore-
Los nuberos suelen cometer sus fechorías a
cía el conxuru. Pero un día, púsose a la
antojo pudiendo incluso reunirse varios de ellos
puerta de la iglesia a esconxurar la truena,
para formar un gran nubarrón de tormenta don-
y el Nubeiru no le hacía caso. Entonces, el 85
cura le tiró con un zapatu, el cual desapa-
villa y de aquellos edificios suyos, que
reció en el aire y el Nubeiru fue a descar-
vayan y vuelvan por los montes, donde
gar la nube al monte, detrás del picu
ni el gallo canta ni la gallina cacarea,
―Tromeu‖ (Ídem.).
donde ni el arador ni el sembrador siem-
Otro informante en la misma fecha le relató:
bran, donde no hay nada para darle
"Cuando venía la nube, si no estaba aquí
nombre. Te conjuro a ti, (…), por el mis-
el cura, se reunía el pueblo y tiraba un za-
mo señor de nuestros hermanos, que te
pato al alto; entonces el Renubeiru que
recluyó en la ciudad de Cirbes, donde
venía en el centro de la nube, no podía pa-
no dañes ni árbol, ni a los segadores, ni
sar por sobre el pueblo y marchaba con
los huertos, ni los frutales, ni otros árbo-
ella para el monte" (Ídem.).
les,
En Cataluña también hubo sacerdotes que lan-
ni
cualquier
oveja
(Pedrosa,
1997:1148).
zaron un zapato contra los conductores de nu-
Según el estudio de Pedrosa (Idem.), el conju-
bes. Una voz dijo un día desde una nube exor-
ro de la pizarra tiene paralelos, no sólo con los
cizada por un cura:
que se conocen para la expulsión del genio de
― No puedo pasar; la Juliana— gran
las tormentas que se trata aquí, sino también
campana, poderosa contra las tempes-
con otros elementos de la Península Ibérica,
tades suena.
Reino Unido, los sefardíes de Bosnia, Sicilia y
—Pasa; no te haré nada.
Serbia entre otros.
—Dame un salvo-conducto.
Otros métodos para ahuyentarlo es colocar un
El sacerdote lanzó un zapato que fue
carro con las patas hacia arriba, apuntando al
encontrado a considerable distancia."
cielo; colocar un hacha en el tejado, con el filo
(Sebillot, 1914:342). Se considera que también es posible exorcizar-
hacia arriba; quemar laurel y romero al aire libre el Domingo de Ramos, creando mucho
lo, a pesar de su enorme poder, recitando el
humo que llegue a las nubes, ya que su olor le
antiguo conjuro de la pizarra gótico-latina en-
desagrada; o bien rezar una oración a Santa
contrada en Carrio (Villayón), y datada en el
Bárbara, todo ello hará que se aleje y se lleve
siglo VIII:
las nubes a otra parte (Ibid.:13-14).
(vos) que tenéis sujetas en vuestras ma-
Un protector contra el nubero y que servía para
nos las nubes, deteneos (…) Que se
conjurarlo era tener una Piedra'l Rayu (piedra
alejen de todas sus posesiones, de la
de rayo). Se decía que nacía esta piedra, allí 86
donde caía un relámpago y que quedaba ente-
claro es que ninguno de los dos labrado-
rrada en la tierra siete lunas para después aflo-
res sabía que aquel hombre era nada me-
rar a la superficie. El afortunado poseedor no
nos que el rector de las tormentas. Este
debía temer entonces a los rayos puesto que
se levantó muy de mañana y después de
se veía preservado de cualquier desgracia pro-
dar las gracias a su huésped, le dijo:
vocada por la tormenta; se decía también que
― Si vas a tierra de Egito, pregunta por
ante su presencia las vacas parían solamente
Juan Cabrito.
hembras, en realidad las Piedras del Rayu
Y el Nuberu se dirigió al pico más alto de
eran hachas del Neolítico.
una montaña y cabalgando sobre una nu-
Se dice que el nubero suele ser olvidadizo,
be, agrupó a los redondos truenos, los
pues se le escapan las nubes que le llevan de
llevó sobre las propiedades del labrador
un lado a otro con relativa frecuencia; en tales
que le había llamado mendigo, y hacién-
casos, tiene que pedir asilo en las casas y ca-
dolos chocar unos contra otros se rompie-
bañas que encuentre.
ron con gran estruendo, derramando con
Son muchas las leyendas que existen sobre
fuerza toda el agua que tenían dentro, en
este personaje, y la mayoría de ellas coinciden
las tierras de su enemigo, arrasándolas
en que vive en Egipto, entre estas versiones
por completo.
De Llano Roza, recoge varias de las cuales ex-
Desde aquel día las tierras del labrador
trajimos un fragmento de una:
pobre empezaron a dar abundantes fru-
Cuentan que una vez, mientras el Nuberu
tos, y las del labrador rico se convirtieron
contemplaba desde la eminencia de una ro-
rápidamente en campos estériles.
ca la hermosura de una llosa que acababa
Sucedió que el labrador pobre, mozo va-
de regar con beneficiosa lluvia, se le esca-
leroso y dispuesto a meterse en empre-
paron las nubes y tuvo que quedarse en tie-
sas, decidió ir a Jerusalén —quizá de es-
rra hasta la mañana siguiente.
cudero de un señor que fue a las cruza-
Se dirigió a casa de un labrador rico y le pi-
das— Allí cayó prisionero y después de
dió posada por una noche; el labrador le
muchas aventuras fue a dar con su cuer-
contestó que no admitía mendigos en su
po a Egipto.
casa.
Preguntó que dónde vivía Juan Cabrito y
Después fue a la de un labrador de humilde
le contestaron asombrados de que se
posición y éste le acogió cariñosamente;
atreviera a nombrar a tan grande señor. 87
El labrador averiguó que el Nuberu vivía
De acuerdo con las diversas versiones de la
en una montaña y hacia allí dirigió sus
leyenda, pareciera que el mito surge durante la
pasos caminando por un desfiladero. Al
Edad Media, en la época de las Cruzadas, y
final de éste aparecía la roca cortada
que retoma elementos preexistentes de la tra-
verticalmente y en el interior de ella ten-
dición asturiana relacionada con los genios de
ía sus habitaciones el Nuberu. Salió un
la naturaleza. Sin embargo, no existe constan-
criado y le dijo al labrador:
cia de esto en Asturias como para llegar a esta
—¿Cómo tenéis valor para acercaros a
conclusión, así que pudiera tratarse del resul-
esta casa? Mi amo ha ido a tronar y no
tado de la tendencia de la época sobre la que
regresa hasta mañana; además, no reci-
advertía Menéndez Pidal (1922) de orientalizar
be a nadie; ¡marchad!
lo mitos pertenecientes en realidad a las tradi-
Volvió nuestro labrador al otro día y le
ciones celta o germánica. ―Es preciso aclarar
suplicó al criado
que estos seres, como tantos otros en la mito-
—Decid a vuestro amo y señor que está
logía Asturiana no se caracterizan, a pesar de
aquí un asturiano que desea saludarle...
su riqueza, por su originalidad, puesto que se
Inmediatamente fue introducido en la
hallan emparentados con las creencias mitoló-
casa y el Nuberu le trató con atención
gicas de la Europa Noroccidental, es decir, con
expresiva y cariñosa; después le dijo
el ámbito atlántico, en el que predomina la rai-
—Vengo de romper unos truenos sobre
gambre céltica‖ (Baragaño, 1985:45), donde
tu pueblo; he regado tus tierras con mu-
encontramos mitos similares.
cho cuidado; tus cosechas son más
En resumen el nubero no es un ser único y lo-
abundantes cada año y tu familia está
cal, es un genio de la tormenta universal,
buena.
adaptado a la cultura de la región donde apa-
Ahora tengo que darte una mala noticia: tu mu-
rece. Es el mal por cuanto trae desgracias que
jer, creyéndote muerto, se casa dentro
arruinan el campo, es la representación del
de unos días, pero no te apures, maña-
miedo común a la tormenta, es decir; a la falta
na llegarás a tu morada y tu esposa reci-
de cosecha y de alimento en los meses difíci-
birá mucha alegría. A mí no me volverás
les.
a ver porque marcho esta noche a tronar… (Ibid.:16-17).
88
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