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Maestría Atlante
Al sentir esa unión, limpian su alma, su energía. Y se “recargan” de vida. No hay que hacer nada más.
En resumen, antes de levantarse:
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Primero: Iluminar el centro de su pecho, haciendo el ejercicio anterior.
Segundo: Agradecer.
Tercero: Sentirse y repetirse: “Yo soy uno con Todo”.
Cuarto: Hacer unas respiraciones lentas antes de levantarnos para equilibrarnos.
En el momento de las respiraciones podemos preguntarle a nuestro corazón, a nuestra alma, algo que necesitemos saber, y seguir respirando para sentir, “escuchar” las respuestas. No siempre la respuesta es dada en el momento, sino que viene a través de otras personas, imágenes, la intuición…
Desde pequeños, para nosotros era una aventura saber cuál de todas nuestras capacidades estaba más desarrollada. Nosotros teníamos todas las capacidades, la telepatía, la comunicación no verbal, la conexión con todo, era cómo un baile interno y externo de energía, como una música melódica.
Veíamos colores que ustedes ahora no podrían imaginar.
Nuestras escuelas, por así llamarlas para compararlas con las suyas, eran reuniones con maestros que nos enseñaban a reconocer absolutamente todas nuestras capacidades, y destacar, si así lo deseábamos, en aquella en la que más podíamos ayudar a los demás, sin dejar a un lado el resto.