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La relación con los demás

La relación con los demás era una de nuestras lecciones maestras.

No solo la relación entre nosotros los atlantes, sino también con otros seres que convivían en el mismo plano con nosotros y en otros planos dimensionales.

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Debíamos saber comunicarnos con todos ellos. Había una especie de interés mutuo. Ellos portaban su conocimiento y nosotros el nuestro. Gracias a esto, estamos donde estamos. Si no, la Tierra podría haber desaparecido.

Al final, la relación con algunos seres no fue en beneficio mutuo, por lo que hubo conocimientos inciertos o incompletos. Rompíamos relaciones en el momento en que un acuerdo no era justo para ambos. La base de este tipo de relaciones, al principio era el SABER, el CONOCIMIENTO. Pero algunos cayeron en la energía del poder y, querían aprovecharse solo ellos de ese conocimiento, por lo que, en esos momentos, dejábamos las relaciones con esos seres.

Vivíamos en una época de mucho intercambio. Pero no cambiábamos cosas materiales, ya que cada especie era capaz de proporcionarse las suyas. El intercambio era más bien sobre cómo manejar la energía para un bien común. Al principio, todo intercambio era para saber modificar la energía y así poder ayudar. Era una verdadera alquimia. Se podían modificar diferentes estados de materia cuando eras un maestro. Unas especies lo hacían de una manera y otras de otras, y era este saber alquímico que intercambiábamos.

Pero hubo un momento en que dejó de ser para el bien común de todos, y muchos dejaron de beneficiarse, ya que este “saber” se lo quedaban unos pocos. Aquí empezaron las disputas. La energía y su información se estancaba en unos pocos seres, que no eran de nuestra especie. En nuestros intercambios, pasaban solo la información a medias, y empezaron a querer reunir ellos la información total de la energía sin tenernos en cuenta a otras especies.

Nosotros guardábamos lo más importante a recaudo. Éramos conscientes desde el principio de lo que ocurría, y sabedores de esto, decidimos no darles a conocer todo nuestro conocimiento para que no hicieran un mal uso de él.

Fuimos guardando el “saber” que íbamos adquiriendo de TODO, en una especie de minerales parecidos a cuarzos blancos, pero no con la densidad dura que conocen ustedes, sino en cuarzos etéricos, solo hechos de energía. Era posible guardar en ellos una gran cantidad de energía o conocimiento, como si estuviera comprimido. Eso solo lo sabíamos unos pocos, los que ahora formamos el Comité Atlante.

Y es ese el conocimiento que ahora estamos repartiendo a los humanos en la Tierra. A los que fueron atlantes y a los que no lo han sido.

Al fin y al cabo, es información energética, de la cual provenimos absolutamente todos.

Para relacionarnos con los de nuestra especie, era a través de gestos, con nuestros brazos y manos y nuestra telepatía.

El movimiento de brazos y manos, provocaba una información. Era un movimiento sutil, mínimo, pero suficiente para que lo captara nuestra telepatía interna.

No vamos a enseñarles qué movimientos hacíamos, ya que no les sirven en su época, pero sí a captar a través de la telepatía la información.

Es decir, la información la enviábamos a través de movimientos corporales, y se captaba a través de la telepatía. Teníamos algún tipo de sonido, pero eran concretos para ciertas situaciones concretas y, que tampoco vamos a explicarles, pues hoy en día no serían capaces de reproducirlos tal cual eran entonces.

Les vamos a enseñar a captar a través de la telepatía la información que reciben en su entorno y, de su entorno. Podrán así discriminar qué energía les afecta negativamente y cuál positivamente. Aprenderán también a cerrar el canal telepático ya que habrá momentos que lo necesiten para estar en alguna estancia donde las energías no les resuenen bien. Por ejemplo, en alguna reunión, fiesta, etc. Si no cierran el canal, podrían encontrarse mal. Es todo muy sencillo, así que no se preocupen por nada.

La telepatía es una capacidad para captar la energía de fuera de nuestro campo energético, sin que se emitan palabras o sonidos como hace el lenguaje hablado.

Se puede captar la energía de objetos inertes o seres vivos, en movimiento o quietos.

Para ello, desde temprana edad, nosotros recordábamos cómo abrir el canal telepático de captura. Hablamos de captura porque hay una telepatía que consiste en transmitir nosotros la información. Pero no es esa la que vamos a utilizar, vamos a aprender a captar. El peligro de transmitir telepáticamente en su época es que muchos querrían controlar y modificar conductas.

Para abrir el canal telepático de captura se hace a través de una meditación.

Para esta meditación deben ir a la naturaleza. Se hace de pie, en un sitio plano. No se puede hacer en una casa, o cerca de sistemas eléctricos o electromagnéticos. Se debe hacer exclusivamente en la naturaleza. Mejor si no tienen árboles cerca. Si tienen árboles, deberían pedirles permiso a los árboles que más cercanos tengan para hacer esta meditación. Puede que a ellos les moleste la energía que van a transmitir ustedes, por lo que, pídanles permiso, coméntenles qué es lo que van a estar haciendo y, ellos ya sabrán qué hacer para estar durante ese periodo de tiempo de manera que no les afecte. Pero insistimos que siempre hay lugares planos y sin arboles cerca.

Cuando se levanten ese día o decidan ir a hacer la meditación, pídanle ayuda al Comité Atlante para buscar el sitio adecuado para esta meditación de apertura telepática. La recibirán.

Una vez que lleguen al lugar de la naturaleza elegido, observen toda la llanura y siéntanla. Denle las gracias al lugar por permitirle ayudarle en este proceso de apertura telepática y pídanle que les muestre el lugar adecuado para hacer una meditación. Quietos, observen, y déjense guiar hacia el lugar que sienta su interior. Caminen despacio y sientan el sitio que han elegido. Si es el adecuado quédense, y si no, sigan sintiendo hasta que se sientan cómodos en otro.

Una vez allí, y sin prisa, relájense haciendo unas respiraciones profundas y pónganse el audio de la meditación. (Recuerden grabársela antes, ─si así lo decidieran─).

Esta meditación también se puede hacer en contacto con el mar.

Meditación de apertura del canal telepático de captura

De pie, en la naturaleza, respiren varias veces y, de manera profunda, mientras sienten que el cuerpo se les relaja.

Cuando estén preparados, primero harán la conexión CieloTierra, llevando la atención al corazón y diciendo: YO SOY UNO CON TODO.

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