Compliance para prevenir la corrupción en las empresas o modelos de prevención de delitos, cobra mayor importancia porque ha pasado a ser un instrumento de administración de buen gobierno corporativo, ha asentado fundamentalmente una ética empresarial y a tener una repercusión jurídica en específico.
Ruth Toledo | Gerente Deloitte Legal El compliance es una lógica ordenada, sistemática para poder tener una serie de reglas que permitan administrar el riesgo. Las empresas y organizaciones constantemente están enfrentándose a situaciones de riesgo; administran su riesgo patrimonial, su riesgo financiero, también tienen que administrar los riesgos que puedan significar la posibilidad de infringir determinadas normas. Desde la perspectiva de auto regulación no existen esquemas fijos, sino que eso depende de alguna forma de la propia configuración de cada empresa, por lo que la creación de programas de cumplimiento, su puesta en vigencia y finalmente su revisión, mejoramiento, y ejecución debe incluir no solamente prevención y mitigación de corrupción pública sino también corrupción privada, en una lucha frontal contra la corrupción y esa lucha contra la corrupción tiene que darse frente a posibles contactos con funcionarios públicos como con contactos con particulares. Un tema importante son los canales de denuncia porque no forman parte de nuestra cultura; desde el punto de vista judicial parte de nuestra cultura es más bien el ocultamiento y el silencio, en términos generales, por lo que toma relevancia y demuestra ser un sistema importante para efectos de acceder a la información, sobre todo en delitos que se caracterizan por ser delitos ocultos o delitos complejos, temas de corrupción y fraude al interior de la empresa. En el tema criminal o lo que se califica como criminal compliance o compliance penales
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La corrupción privada además de ser un tema ético, genera la competencia desleal, hay un efecto simbólico detrás de la corrupción. La palabra corrupción trae consigo una desvaloración social, que lo que quiere expresar es que la corrupción no se agota en lo público, se va moviendo hacia el ámbito privado, pero las normas son insuficientes para prevenir la corrupción, de manera que cada entidad debiera organizarse en tener un compliance conforme a sus necesidades. Se tiene la percepción de que el compliance equivale a un seguro para reparar un daño o evento determinado, pero en realidad se trata de un programa que tiene como objeto la prevención de la comisión de un delito o minimizar la posibilidad de un acto de corrupción.