El barquisimeto que viv1

Page 1

EL BARQUISIMETO QUE VIVÍ....Y EL QUE ME CONTARON 19 de octubre de 2011 a la(s) 17:18 No hay cosa que motive y una más, que la nostalgia. El recuerdo es siempre un espacio para compartir gratamente, sobre todo en esta ciudad donde la historia marginal, es una crónica compartida en la tertulia familiar…a veces solo en la intimidad del encuentro ocasional. Esta ciudad donde personajes asidos al desvarío, a la pobreza extrema, a esa evasión de la razón que trastorna conductas convertidos en poesía, en canción repetida, en referencia hermosa de una época que no termina de despedirse de la memoria colectiva; sitios de diversión sana que se fueron con la inseguridad. Un Barquisimeto que reposa en la memoria, en las vivencias, en el recuerdo de quienes compartieron este espacio de encuentros, de bonhomía, de apego a lo poblano que hoy nos negamos a olvidar. Un entrecruce de caminos, de culturas, de vivencias que nos convirtieron en un gran pueblo lleno de hospitalidad, de rincones familiares, de sitios de esparcimiento, pero sobre todo en un espacio para el desarrollo a partir de lo mejor de su gente. Por ello no solo los más cuerdos tienen lugar en su historia, si no también los irreverentes de la razón como Richardi fanático de las bebidas espirituosas, Isidra La Veragacha quien en el hombro derecho cargaba una “Marusa” hecha con tripas de caucho llena de piedras, y en la otra la cañabrava con que solía asustar a los muchachos, aunque a ninguno llegó a hacerle daño; Pablera un músico que vendía su arte, tocaba su cuatro y arrimaba el instrumento para que la gente colaborara con él, entre otros, pincelados por la musa de Juan Ramón Barrios –quizás nuestro más prolífico compositor con algo más de 800 canciones grabadas- haciendo de las debilidades o excesos pasajes musicales, estrofas para cantos, excusas para serenatas. Al igual que Hilarión y su inmancable cabo de tabaco de mecha; El Pirrango con su mano metida en la axila izquierda haciéndola sonar para acompañar su canto; Agapito, que no Gutiérrez, y su famosa lata; El Caimán con su inmensa boca llena de chimó; El Gavilán, Guachirongo, La Loca María...hasta ese poeta de la pancarta que es Argenis Jiménez en su feroz y hermosa lucha por su reivindicación, su vida, su inmejorable testimonio de una vertical consecuencia con su verdad. El inefable “Pastelito”, hombre de verso fácil y de doble sentido que entusiasmó a más de un aficionado al béisbol con aquello de “yo conozco un jonronero / que batea muy duro / cuando va para primera / aprieta muy duro el pasteliiiiiito”. Marquitos el de las natas, los quesos y la música “enlatada”, asiduo del Palacio Radial. Aquel Fiscal de


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.