Título ¿Tesoros o tesoro? Tesoro y tesoros. Eso es nuestra Colegiata de Torrijos: Tesoro que alberga tesoros. Tesoro por varios conceptos, según desde el ángulo que se la contemple. Tesoro por su origen. Tesoro por su arte. Tesoro por su significado. Tesoro por su origen. Sin duda de divina inspiración. ¿O acaso no fue Jesús-Eucaristía quien sopló los oídos de Teresa para que iniR e tal v maravilla? i s t a Pueden c u l ty deben u r agloriarse l de ciara los torrijeños y publicarlo a los cuatro vientos: ¡Bajó del cielo nuestra Colegiata!
en las manos. En este prólogo y con este prólogo me erijo en portavoz de todos los torrijeños para expresarles, con admiración y aplausos, nuestra sincera gratitud. Parafraseando al Maestro de Nazaret, nuestra Colegiata podía decir como un día dijera Él: “¿Tanto tiempo con vosotros y no me conocéis?” Quizá hubiéramos de hacer pública confesión de tal ignorancia. Absolvednos, una T omás, r ry iojalá j otomemos s y como c o saludable m a r cpe-a vez nitencia para reparar nuestro pecado leernos detenidamente este libro que ahora ve a la luz y viene a revelarnos unos tesoros patentes y para tantos escondidos, sublimes y para no pocos infravalorados.
Los Tesoros de la Colegiata de Torrijos
AÑO VIII – NÚMERO X
Tesoro por su arte. Los artistas ante ella se embelesan y disfrutan. Retroceden siglos y anotan sus cábalas: ¿Covarrubias? ¿Los Egas? ¿Los Guas? Como si cada uno de ellos, y emparentados todos con Torrijos, hubiera puesto de alguna forma su arte y su firma. Tesoro por su significado. Testigo fiel de una cultura que empapó Torrijos en la primera mitad del siglo XVI. ¡Cuántos y renombrados artistas plasmaron su buen hacer cultural al cobijo de un pueblo pródigo y rico en un filón cultural que ha quedado incrustado a lo largo, ancho y alto de nuestra Colegiata.
Quisiéramos pasar de la admiración al conocimiento para triplicar esa admiración. Y conociéndola, mejor admirarla. “Nihil volitum nisi precognitum”. Amar nuestra Colegiata, por tantos conceptos grandiosa, majestuosa. Al conocerla, oiremos su voz que nos habla con nitidez de tantas formas y desde tantos rincones: su portada, su retablo, su coro… y podíamos seguir con una letanía larga de “tesoros escondidos”.
No cabe duda –al menos en mi caso así lo reconozco- que ser párroco de esta Colegiata es un regalo de la Providencia que te empuja Tesoro ella y tesoros en ella. De ellos habla para hacerte menos indigno. Es verdad que el el libro que nos ocupa. A descubrirlos y sabovalor de los misterios de nuestra fe, celebrada rearlos nos invita con él este grupo no sólo de en la liturgia, tienen propia autonomía para “Amigos”, sino de “Buenos Amigos” de la emerger por encima del lugar donde se ubiColegiata. Merecida tienen su denominación. can. Es verdad que la Palabra de Dios tiene Bien merecida y bien ganada, después de esta señorío y potencia que excede por si misma ristra de títulos, de estudios que tienen coseambones y púlpitos. Es verdad que el fruto chados en su haber. Y también ahora, en esta del ministerio sacerdotal no corre parejo al efemérides que señala cinco siglos desde que “locum” sino accidentalmente a la santidad se pusiera la primera piedra. del ministro y esencialmente a la gracia de Dios. Todo ello es verdad. Pero no es meNo podían dejar pasar por alto este quinto nos cierto, al menos en mi caso también lo centenario sin contribuir muy acertadamente reconozco, que te ayuda enormemente para con esta serie de celebraciones que culminan remontarte hacia Dios poder celebrar Portada principal de la Colegiata del Santísimo Sacramento. Torrijos. Siglo XVI. como con la publicación del volumen quede tenemos másintervención cerca del cielo esta Colegiata preñada Estilo Plateresco. Antón y Enrique Egas (posible deen Alonso de Covarrubias). “Iglesia Sumptuosísima” (P. Gonzaga), “Egregio Edificio” (fray Alonso de Salvatierra), “Edificio Maravilloso” (P. Gabriel Aranda).