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Vivir la cuaresma en tiempo de coronavirus
María Victoria Lupiáñez Bravo
Vocal de formación
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La pandemia mundial que comenzó hace un año ha afectado a nuestro ritmo de vida y a nuestras costumbres. Nos hemos visto obligados a posponer planes, dejar de visitar a familiares, cambiar la relación con nuestros hermanos, etc. Muchos de nosotros nos hemos podido sentir solos, tristes, asustados… Cualquier sentimiento es posible y comprensible, ya que a todos nos ha afectado de alguna manera u otra.
Pero no debemos olvidar, que al final del túnel, detrás de esos sentimientos que a veces nublan nuestro día a día, siempre está el Señor, Dios.
En la soledad de quedarse en casa, allí está acompañándonos; en el saludo al hermano con un gesto de complicidad en la distancia, allí está también; en las familias que ahora sólo pueden verse por videollamada; en la pérdida de un ser querido… No debemos olvidarnos, que siempre está a nuestro lado ofreciéndonos consuelo.
Ahora que llega la cuaresma, seguirá estando. Y aunque no podamos vivirla como hasta ahora hemos hecho; tenemos una herramienta que nos comunica directamente con ÉL: la oración. En solitario, en familia o de forma virtual con nuestros hermanos en la Fe; la oración nos ofrece la oportunidad de vivir el encuentro con Jesús desde el amor y la sencillez. Nuestro corazón debe ser el templo de Dios en estos días en los que el mundo requiere tanto nuestra oración. Vamos a tener tiempo para encontrarnos con nosotros mismos, valorar nuestra vida de Fe, nuestra acción cristiana en nuestra familia y en la comunidad en la que expresamos y compartimos la Fe, así como nuestra misión en el mundo.
¿Te has planteado cómo estás ayudando al hermano a vivir este tiempo de dificultad? A veces el simple hecho de llamarle y preguntarle “cómo estás” nos está conduciendo a cumplir con las obras de misericordia que nos enseña el Señor. La pandemia no debe romper nuestra unidad.
Dice el Papa Francisco: “El Señor pidió la unidad entre nosotros «para que el mundo crea». El mundo no creerá porque lo convenzamos con buenos argumentos, sino, si testimoniamos el amor que nos une y nos hace cercanos: así creerá.” ¿Ha afectado el coronavirus a tu Fe? Puede que las restricciones que debemos seguir para cuidarnos nos obliguen a cambiar nuestras costumbres, pero no a suprimirlas. Siempre podemos encontrar alguna alternativa. ¿Te has parado a pensar cómo puedes vivir tu Fe de una forma diferente? ¿Animas a los demás a hacerlo?
Llega la cuaresma; tiempo de pensar, reflexionar y, sobretodo, orar. Vívela más que nunca y ayuda a los demás a hacerlo.