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El nuevo trono del Cristo del Amor: sueños, utopías y realidades

David Varea Fernández

Mirar a nuestro pasado, a nuestra historia, lejos de suponer un ejercicio de melancolía o regocijo en las cosas perdidas o del ayer, puede conllevar el hallazgo de felices propuestas e ideas de diversa índole que, en el caso de las hermandades y cofradías y en numerosas ocasiones, se traduce en exitosos proyectos patrimoniales. Estas evocaciones no han de significar de manera necesaria que todo lo pasado haya de mejorar lo presente. En este sentido resulta de gran importancia saber discernir entre lo que fue reseñable y preciado a lo que podría haber sido prescindible. En lo que respecta al tema que tratamos sobre el nuevo trono procesional que ha sido ideado para el Santísimo Cristo del Amor, desde el punto de vista del que suscribe, algunas de las fórmulas estéticas del primitivo conjunto del titular, andas talladas en 1924 por Antonio Barrabino, fueron acertadas y dignas de ser tenidas en cuenta a la hora de plantear las propuestas del trono que será construido en el futuro, tanto en sus proporcionadas formas como en su iluminación. Como veremos a continuación, la recuperación de algunos de aquellos elementos viene a ser un revival de unas fórmulas ya conocidas y empleadas en aquel primer trono sobre el que procesionó el Crucificado. En cuanto a la presentación de la propia imagen del titular, la idea no

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deja de ser una devolución del aspecto Fotomontaje del conjunto procesional del Cristo del Amor. David Varea (2018)

que tuvo la efigie durante aquellos primeros años de vida de la cofradía e incluso en la posguerra, al igual que la imagen de la Dolorosa que figura a sus pies.

Antes de tratar sobre el que será nuevo trono recordemos brevemente la historia de los dos que la cofradía del Amor ha poseído a lo largo de su casi centenaria historia. Como se ha señalado, el Viernes Santo de 1924 la cofradía procesiona por vez primera por las calles de Málaga, estrenando para ello el trono construido por el artista local Antonio Barrabino Ruz. El autor realizó un cajillo de líneas rectas con motivos alusivos a la Pasión y a la orden agustina, cuya heráldica quedó recogida en la de la corporación, al ser el origen de las imágenes y de la propia

fraternidad. El trono estaba decorado con tallas y molduras de estilo barroco en madera dorada sobre fondo oscuro, iluminando la escena con cuatro candelabros en las esquinas y grupos de tulipas en color blanco y ámbar. En los laterales destacaban los bustos de San Agustín y de Santa Mónica. En los años siguientes el trono fue experimentando diversas reformas en lo concerniente a su iluminación, siendo sustituidos los grupos de arbotantes por otros con mayor número de luces además del añadido de nuevas tallas que enriquecían el conjunto. Ciertamente, las mejoras en el alumbrado de las andas sirvieron para alcanzar mayor equilibrio y armonía, siguiendo el exitoso modelo de arbotante introducido por Palma García y acuñado por Luis de Vicente, donde los candelabros se disponían en los vértices y cuyos brazos y tulipas ascendían en forma piramidal desde la base del cajillo, dando así mayor esbeltez al conjunto y proporcionando mayor luminosidad. La iluminación del trono llegó a contar con hasta ciento treinta puntos de luz. En 1930 el trono fue ampliado y mejorado, incorporando cabezas de querubines en los costados. Llegado el fatídico año de 1931 y su memorable Quema de Conventos, la cofradía del Amor pudo salvar tanto sus imágenes devocionales como el trono de Barrabino, lo que permitió que en la Semana Santa de 1935 volviese a ser procesionado como retablo itinerante de las magníficas esculturas de Fernando Ortiz.

Aspecto procesional del Cristo del Amor sobre el trono de Barrabino. Foto: La Saeta (1928) Viernes Santo de 1930. Foto: Semana Santa en Málaga vol. 2 (Editorial Arguval)

Nuevamente salvado de su destrucción en los sucesos de 1936, el primitivo trono fue empleado para procesionar al Crucificado y a la Dolorosa hasta 1954, año en que fue estrenado el actual debido a José Ávila Na-

El Cristo del Amor en el trono sobre el que ha procesionado desde 1954. Foto: David Varea (2019)

varro y Pedro Román Casanova, si bien el antiguo estuvo cerca de ser sustituido en 1949 cuando la junta de gobierno pidió proyectos para realizar uno nuevo a los artistas Pedro Pérez Hidalgo, Manuel Seco Velasco y José Sanjuán Navarro, aunque la idea quedó aparcada por falta de medios económicos.

En el mes de mayo de 2018 un servidor se aventuró a realizar un montaje digital a modo de revisión sobre el “paso” procesional del Cristo del Amor, en el marco de una serie de propuestas estéticas que, sin ánimo de ofender o inquietar a nadie y menos aún a las corporaciones de referencia, venía diseñando en otros conjuntos procesionales de nuestra Semana Santa. Mi pasión por el pasado de nuestra Semana Mayor y en particular por aquello que los lamentables sucesos de los años treinta se llevaron consigo, me invitaba a recordar y rescatar algu-

nas de aquellas estampas desaparecidas. Al respecto, huelga decir que las predilecciones o gustos personales poseían y poseen gran relevancia, como es lógico pensar. Por

ello, cuando inicié la composición, usando una fotografía propia, pensé en varios aspectos que desde mi humilde punto de vista podrían mejorar la apariencia del conjunto procesional de la cofradía victoriana.

En primer lugar y como idea básica se encontraba la altura de la cruz del Cristo a la que quise otorgar mayor verticalidad y de ese modo dar mayor plasticidad a la escena del Stabat Mater representada y al propio conjunto en sí. Seguidamente, me centré en la estética de la soberbia talla del Cristo recuperando las potencias y la corona de espinas que lució en sus primeras salidas. Debemos recordar que todas las imágenes de Jesús deben lucir sus atributos pasionistas y divinos, esto es corona de espinas (en el caso de que la imagen represente un episodio de la Pasión donde así se contemple) y potencias, más allá de gustos o modas que no hacen sino mutilar o pervertir el mensaje catequético que los simulacros deben poseer y que siempre han tenido. Después me detuve en la apariencia de la cruz procesional recuperando la de sección rectangular, plana o cepillada sobre la que el Cristo figuraba tuvo cuando se veneraba en el convento de las Agustinas, probablemente la original creada por Fernando Ortiz en el siglo XVIII. En lugar de una lisa y barnizada creí que una cruz noble, policromada y estofada y el inri tallado y dorado podría encajar con el estilo de la escultura. Al efectuar el montaje no tuve dudas: la visualización del Crucifijo sobre la cruz decorada era espléndida. Más tarde me centré en la magnífica imagen de la Virgen de los Dolores, añadiendo una diadema y un puñal de orfebrería dorados, recuperando así su impronta primitiva como imagen procesional y sus atributos sagrados e iconográficos.

Por último, pensando en el nuevo trono que Fernando Prini Betés proyectaría, propuse una iluminación basada en arbotantes con tulipas, tratando de evocar aquellos ejecutados por Barrabino en 1924 de tipo perchero. Mi idea era también que las tulipas fuesen de cristal tallado en color ámbar con los bordes ribeteados, si bien -finalmente- no realicé el añadido al no encontrar modelos que fuesen de utilidad. También efectué una alternativa con cuatro faroles manteniendo la impronta del trono actual, aunque la idea que me sedujo fue la primera con candelabros. Al respecto, cabe decir que, si bien los faroles o los hachones son elementos lumínicos armónicos y plásticos que dan rigidez y severidad a las andas procesionales cristíferas, los juegos de candelabros o arbotantes con tulipas vienen a ser de mayor dinamismo y practicidad, puesto que cuentan con más puntos de luz. Fotomontaje del grupo escultórico del Crucificado del Con estos añadidos la Amor y la Virgen de los Dolores. apariencia visual del David Varea (2018) conjunto procesional del Crucificado del Amor experimentaba una alteración substancial que personalmente me produjo satisfacción, ya que, era un regreso a una estética pretérita feliz y acertada, sobre todo por esto último. Así, ahondando más en el tema, hice un nuevo montaje únicamente con el grupo escultórico principal, esta

no mayor Federico Fernández Basurte, me sorprendió saber que las sugerencias e ideas que hice públicas al compartir mis fotomontajes coincidían con las que tanto el diseñador como la cofradía tenían en mente por entonces, como en un ejercicio de telepatía. Asimismo, el propio Prini me lo hizo saber. Su propuesta poseía unos preceptos claros: madera dorada, arbotantes, atributos para las imágenes y cruz noble y plana. Sin duda, esta información me satisfizo ya que me indicaba que aquellos sueños cofradieros no eran tan utópicos y que tal vez se hiciesen realidad algún día. En efecto, cuando por fin pude conocer el formidable proyecto definitivo una sensación de orgullo me embargó, al comprobar que aquellas ideas compuestas de forma digital podrían llevarse a cabo y que la cofradía del Amor daba un valiente paso, dando un giro importante a la plástica de su trono procesional y a la futura presentación de sus imágePrimitivo aspecto de las imágenes (h. 1924). Obsérvense la corona de espinas y nes devocionales, mirando a las potencias (Cristo) y la diadema y el puñal (Virgen). su propio pasado y poniénFoto: Archivo del autor. dolo en valor, manteniendo vigente unos conceptos acertados y exitosos. Casualidad vez con una fotografía propia tomada en la o coincidencia que se hará exposición dedicada a Fernando Ortiz en el realidad en un futuro que esperemos no sea Palacio Episcopal en 2017. El efecto desea- demasiado lejano. do resultó espectacular, logrando acrecentar la ya de por sí enorme unción sagrada de las imágenes al añadirles los atributos antes citados. FUENTES CONSULTADAS: El antiguo trono del Amor, en Historias de la Como hemos visto, casi paralelamente, el Semana Santa de Málaga. dibujante y proyectista Fernando Prini es- www.nosoloalameda.com. taba diseñando las líneas maestras del que (Consulta efectuada el 1-2-2021) será nuevo trono procesional del Santísimo Cristo. En un encuentro con el exherma-

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