Boletín No. 30
Octubre de 2016
BOLETÍN DE LA ASOCIACIÓN MEXICANA DE TERAPIA FAMILIAR, A.C. Están tan divididos los estereotipos de hombre y mujer… | Entrevista con Morganna Love | El mejor regalo que puedes hacerle a una persona Trans | Sobre el acompañamiento terapéutico con personas Trans y sus familias | Grupo de Estudio de Casos | Próximos Eventos
Editorial Nos hemos pronunciado en contra del feminicidio, en el número 27 de este boletín, Marisol Anzo nos invitaba a mirar de una forma diferente las espeluznantes estadísticas de asesinadas en nuestro país. Nos hemos pronunciado en favor de la diversidad sexual, el número 24 estuvo dedicado por completo a ella. Ahora corresponde como Asociación, como terapeutas y como personas, adquirir una postura clara respecto a los actos violentos contra personas trans: nos unimos a las voces que piden un alto a los crímenes de Transfobia. Este número va dedicado a todas aquellas personas que han vivido las consecuencias de la violencia física, emocional, sexual, biomédica, política, económica y social a causa de su identidad sexogenérica. Este es nuestro pequeño acto de solidaridad para las personas trans, para aquellos cuerpos que han ocupado espacio en la nota roja, en aquellos cuerpos que han caído y no han sido noticia: ¡Esos también son cuerpos importan!
Hugo Gómez Hernández Editor amtfboletin@gmail.com
ESTÁN TAN DIVIDIDOS LOS ESTEREOTIPOS DE HOMBRE Y MUJER, QUE LA VIDA DE UN NIÑO O UNA NIÑA TRANSGÉNERO SE HACE MUY COMPLICADA Me llamo Fernando, tengo 38 años, soy un hombre trans, vivo en Puerto Morelos, Quintana Roo, soy Diseñador Gráfico, me encanta el teatro (actuación), me gusta bailar, cantar, la fotografía y la pintura. Soy rescatista de animales, sobretodo cachorros y hembras en estado de gestación que hospedo en mi casa para que cuando nazcan las crías no estén en la calle y poder esterilizar a todos (incluyendo a la madre) y darlos en adopción. Desde que era muy pequeño me identificaba como género masculino, en varias ocasiones dije abiertamente que era un niño; sin embargo deje de exteriorizarlo cuando todas las personas me corregían diciéndome que no lo era, así que aunque dejé de decirlo por tedio a escuchar siempre lo mismo, nunca dejé de sentirme como hombre. Mi madre cuenta que desde los dos años comencé a ponerme la ropa y los zapatos de mi papá, sin embargo nunca hice lo mismo con las cosas de mi mamá (mi hermana mayor si lo hizo, y ella nunca tomó cosas de mi papá). Cuando yo me visualizaba en el futuro siempre me veía con barba y un suéter de rombos y me encantaba imaginar mi vida de esa manera; en cambio cuando intentaba visualizarme en femenino la verdad es que me sentía incómodo y triste, sabía desde muy dentro que no podría vivir una vida así. Durante toda mi infancia jugué mucho con mi hermana y en todas las ocasiones yo tomaba el rol masculino, por ejemplo, si jugábamos al papa y la mama, yo siempre representaba al papá, incluso AMTF, A.C.
1