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Harpía
from El Sacro Bosco
by 안나 마리아코보스
La Harpía
Como narra Apolonio de Rodas, Apolo brindó al sabio Fineo la capacidad de adivinar el futuro, y él revelaba todo lo que habría de venir a los mortales, incluso el mismo pensamiento de Zeus. En castigo, el señor del Olimpo dio a Fineo otro don, el de la inmortalidad, con el castigo de una perenne vejez acompañada de ceguera. Además mandó a las Harpías a su lado, que no lo dejaban llevar ningún alimento a su boca, sino que se lo arrebataban al momento, y a las restantes viandas las cubrían con su asqueroso excremento de modo que nadie siquiera osase acercarse a él.30 Así también el rey de Etiopia, Senapo, sufría el mismo castigo por querer conquistar el mismo paraíso que habitaron Adan y Eva. Hasta que el valiente Astolfo se enfrentó a los terribles monstruos que lo acosaban:
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Erano sette in una schiera, e tutte
volti di donne avean, pallide e smorte, per lunga fame attenuate e asciutte, orribili a veder più che la morte. L’alaccie grandi avean, deformi e brutte ; le man rapaci, e l’ugne incurve e torte ; grande e fetido il ventre, e lunga coda, come di serpe che s’aggira e snoda.
Orlando Furioso, XXXIII, 120
Así vinieron siete apresuradas, con rostro de mujer descolorido, por luenga hambre secas, descarnadas, como muertes horribles; y crecido el vientre; y luengas uñas acorvadas; terrible en vista, con hedor podrido; luenga cola, fea y muy roscada, como de una serpiente emponzoñada.
Figura 2.13 La Harpía