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La Ley de Herodes

Yukio Mishima: “estoy agotado”

El escritor nacido en Guanajuato, el 22 de enero de 1928, ha sido objeto de una equivocación reiterada “de buena fe”. Es común que quien no haya leído su obra, repita la misma imprecisión

“Uno puede morir incluso a los 18 años. Sólo entonces se consigue la perfección”. El 25 de noviembre de 1970 el autor de"Confesiones de una máscara" realizó su “seppuku”

Jorge Ibargüengoitia Págs. 6 y 7

P. Unamuno Pág. 8

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SUPLEMENTO CULTURAL

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Comunicante

Julián Carrillo y Ricardo Castro:

Dos Clásicos salvajes

Con 19 años de edad (1883), el duranguense concluyó su Primera Sinfonía en Do menor,“Sagrada”, que fue estrenada apenas en 1988… 105 años después y a 81 de su muerte Por: Eduardo Contreras Soto

Págs: 4 y 5


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Jorge Ibargüengoitia: La ley de Herodes

E

s una lástima que Ibargüengoitia haya muerto en un accidente aéreo en España en 1983 (26 de noviembre): a todos los talentos se les llora su muerte, pero Ibargüengoitia tenía todavía muchos años más por delante y nos hubiera alegrado –o al menos distraídonuestros mexicanos días con su humor destructivo y liberador, al menos de tensiones. “La Ley de Herodes”, título tomado de un dicho muy mexicano, es una colección de cuentos

salpicados de escenas ridículas, irónicas, vergonzosas, divertidas; todas humorísticas, con el humor negro que Ibargüengoitia le sabía poner a sus escritos. Son objeto de su burla, para empezar él mismo; después de él, todos los personajes que desfilan en estas demasiado pocas páginas. Hay agentes de la CIA, sacerdotes jesuitas, agentes de los jesuitas, notarios, mujeres, amigos, la madre del personaje: a ninguno respeta, a todos les encuentra el lado chusco de su

existencia. En algunos casos lo chusco empieza en el nombre (el arquitecto Boris Godunov, el señor Barajas Angélico, el notario Malancón), en otros lados es una mujer hermosa (“… lo que importa es que Blanca tenía unos muslos fenomenales…”), él mismo (“escribí una comedia que, según yo, iba a abrirme las puertas de la fama…, creía que la fortuna iba a sonreírme. Estaba muy equivocado: la comedia no llegó a ser estrenada, las puertas de la fama, no sólo no

se abrieron, sino que dejé de ser un joven escritor que promete y me convertí en un desconocido…”). Todas las páginas están llenas de una extraña contemplación de la vida, manifestada en forma de humor negro. Como nota final, la película homónima no está basada en este libro. Es un argumento magnífico, pero yo no encontré relación directa con el libro. Por cierto, la Ley de Herodes es: “¡Te tocó la ley de Herodes, o te chingas o te jodes!”. (Joaquín Mortiz; Mundo Ancho y Ajeno).

“Vacía tu copa para que pueda ser llenada; quédate sin nada para ganar la totalidad”, Bruce Lee. (Nació el 27 de noviembre de 1940). La Efeméride

Nomás por hablar de algo...

En el 1252, Alfonso X fue coronado Rey de Castilla. Desde su juventud mostró una inclinación notable por la cultura; su propia madre, Beatriz de Suabia, era una mujer de amplio conocimiento, nada común en su época. El mismo año en el que Alfonso, llamado El Sabio, subió al trono, hizo de su idioma el habla del reino. Por eso, el 1252 se conoce como el año en el que nació el castellano. Alfonso nació el 23 de noviembre de 1221.

El 27 de noviembre de 1911 se eleva a precepto constitucional el principio de “No reelección”. El contexto en el cual se hizo la promulgación fue el de los más de 30 años de Porfirio Díaz en el poder. Sin embargo, en 1927 la Constitución fue reformada para permitir la reelección de Álvaro Obregón, que ya había sido presidente de México en el periodo 1920-1924. La reforma electoral permite ahora la reelección legislativa y de alcaldes.

Editor / Ricardo Bonilla VIERNES 27 DE NOVIEMBRE DE 2015

Diseño / Grupo Editorial HADEC


3 SATÍN Y SEDA

La odisea de la blanca Navidad en un mundo globalizado Nadia Bracho

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y sus aplicaciones en la catarinas del campo, hí estaba frente a frente, sopesando o sea, nada que ver. al enemigo, conociéndolo, midiendo, “Oh, blanca -Bien, ahora siguen las quizás encontrando un punto vulneNavidad llega, la, campanas, después las muñerable para comenzar con esto, ¡y acabar! la, la…”, escucho cas y, ¿qué es eso? ¿Son aba-Mamá, ¿ya vas a empezar a arreglar el de algún lugar de nicos? También pásenme eso arbolito de Navidad? -me interrumpen de mis la casa, ¿o será de y esas figuras de animales precavilaciones los niños que, observando mi conmi cabeza? históricos y… parece que ya centración, no saben qué pensar de una mamá, está listo. mirando perdidamente las ramas del pino. -Mamá, aquí hay otra caja de esferas verdes Sí, en un momento comienzo. A pro-indica la niña al observar la que se había quedapósito, ¿qué les parece si les preparo unos do. huevitos con jam... -Tíralas y rómpelas, yo no pongo una esfera -¡No! -dijeron a coro los niños-. Queremás en este árbol -doy la orden tajante. mos poner el arbolito. Todos mis amigos -Está bien, las guardo para el año que ya lo tienen menos yo –dice con reproche entra -me responde quitándome un enorel más pequeño. me peso de encima. -¡¿Ah sí?! Y cuando decía que todos tus Los cuatro nos sentamos a admirar amigos se comían la sopa de zanahorias, tú nuestra obra. El arbolito relucía de luces siempre me respondías que eras diferente. de colores (si 22 series son suficientes, claro Pues bien, yo soy diferente y esta Navidad está, ya que si me acercaba un poco al árbol solo voy a preparar ponches para las visitas -y podía jurar que lo oía quejarse, debido al peso con paso firme me alejo de la sala, dejando a los excesivo que tenía). tres niños junto al “enemigo verde” que espera an-¿Cuál es el tema de nuestro árbol? sioso de que le cuelguen una esferita. echo primero una sábana encima del arbolito). pregunta una. Me quedo muda y comienzo “Oh, blanca Navidad llega, la, la, la…”, -Pasen los arreglos que me hizo mi abuelita… escucho en algún lugar de la casa, ¿o será -¿Cuáles? -preguntan confundidas las niñas a mirar con detalle, ¡efectivamente! ¡Eso es! ¡Cómo no lo había visto antes! de mi cabeza? ¡Es mi conciencia! Estoy se- entre la cantidad de cajas y bolsas. -Es de la “globalización”, tiene de todo y gura que ella adornó ya todos sus dominios -Los tamborcitos y soldaditos de madera y quiere que yo haga lo mismo... Está bien. antiquísimos que tengo, con mucho cuidado, todo está revuelto, no sabes qué cosa pertenece a quién y todos contentos… Y salgo con furia de la cocina. en una caja de algodón. -¡Podemos tomar una fotografía y subirla al -¡Rápido, bisturí! Es decir, una serie -¡Oh, oh…! -escucho en una esquina. -me corrijo de inmediato frente a los niños -¡Cómo que “oh, oh…”! ¿Pues qué pasó? face! -grita con entusiasmo el más pequeño. -¡Claro que no! El único lugar donde puey comienzo mi odisea de prender foquitos, -me apresuro a indagar. den publicarme mi arbolito es en la sección cambiar foquitos, volver -Lo que pasa es que mi herSi creen que las pequeñas policiaca, si es que me va bien -me apresuro a a prender foquitos, gritar salieron al rescate de su mano los tomó y están dentro herencia, pueden seguir leyendo que odio los foquitos… del ejército que está formando aclarar-. No tiene estilo, le falta movimiento, ¡ya prendieron los fo- hasta el fin de la eternidad y no precisamente con los “Action elegancia, simetría y además me van a preva a pasar nada guntar el porqué de los llaveros que están quitos!, y ahora sí, a poMen” arriba en la recámara… nerlos. Bien, repitan esta -¡Qué! ¡Es la herencia de colgando atrás del árbol y no puedo decirles operación 35 mil 678 veces y, si no han enca- la familia! Si no van a rescatar eso van a recibir que fueron regalos de la tía Cleo y quiere verlos esta Navidad que va a visitar la casa. necido, pueden ver su obra terminada. astillas para cuando ustedes los hereden. Callamos y nos perdemos en nuestras propias -Se ve hermoso -suspira uno. Si creen que las pequeñas salieron al rescate de cavilaciones, suspirando al ritmo de los foquitos. -¡Está padrísimo! -dice otra su herencia, pueden seguir leyendo hasta el fin de -¿Saben qué?- interrumpo el silencio “navideño”-. -¿Ya puedo poner mi carta? -pregunta el la eternidad y no va a pasar nada. Una comenzó a mediano, que en las últimas 345 series estaba observarse perfectamente una uña que, por lo visto, Es nuestro arbolito y ahora mismo no solo lo subiremos tirado en el tapete con la mirada perdida en le estorbaba demasiado; la otra, simplemente cambió al face, también al pajarito azul, el wass y que el mundo se entere que somos desparpajados, que nos gusta la el techo. Ya más animada, les pido que me de hoja la revista y se perdió en la lectura. pasen las esferas y con cuidado voy midien-¡Si no van por eso inmediatamente les mantequilla de cacahuate con mermelada, que caminado el lugar de cada una, haciendo conciencia castigo los celulares desde este momen…! -no mos en fila india cuando vamos al supermercado y que de que, si bien nos va, como para abril necesité terminar la frase. A veces estoy tenta- siempre lloramos en las películas de Navidad o mayo las voy a quitar (si es que no da a escribir un libro sobre psicología infantil cuando maltratan a los renos. VIERNES 27 DE NOVIEMBRE DE 2015


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Músicos de renombre internacio

Julián Carrillo y Ricardo Ca

Con 19 años de edad (1883), el duranguense concluyó su Primera Sin 105 años después y

Por Eduardo C

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Meneses (1863-1929). Ya era un signo cerca del carácter de los compositivo que el público que entonces positores mexicanos de conpodía pagarse un espectáculo decicierto de la época porfirista, diera pagar una orquesta sinfónica se piensa casi siempre que sus obras -si bien para ello hizo falta el espalno comprenden mayores ambiciones darazo de un hombre del poder-; que las de la pieza salonesca, o las de la por añadidura, esta célebre temópera de estilo italiano. La información porada -que generó una polémica escasa o confusa sobre el periodo ha periodística entre Melesio Morales y contribuido para que se desconozcan Eduardo Gariel, este último defensor las diversas aportaciones en materia de los “francesistas” desde Saltillo- hizo musical que se dieron durante los años escuchar al público de México a autores de dictadura disfrazada de reelecciones. En el crepúsculo de esa pax porfiriana dos compositores entonces no tan conocidos, como Richard Wagner -tenido enmexicanos vivieron algunos días de glorias sonoras en tierras tonces como lo más moderno que se podía escuchar-, Anton europeas, creando composiciones para otros públicos que los Rubinstein, Edvard Grieg y Camille Saint-Saëns. Sin embargo, connacionales y abriendo con ellas el panorama de posibilidades para mala fortuna de los sinfónicos, las actividades orquestales -en repertorio y en públicos- de que entonces disponían nues- no lograron ocupar un lugar permanente en el favor del públitros músicos. Son ejemplares en muchos sentidos los estrenos co y los esfuerzos sinfonistas siguieron siendo intermitentes y de la Sinfonía no. 1 en re mayor de Julián Carrillo (1875-1965) esporádicos hasta 1928. Varios compositores hicieron el viaje europeo, gracias a una en Leipzig en 1902, y de los dos Conciertos, el de piano y el de violonchelo, de Ricardo Castro (1864-1907), en Amberes en 1904. posición social y económica acomodada o al favor gubernamental que podía otorgar becas sabiendo pedirlas. AlEl compositor mexicano de la segunLa fortuna y el público gunos trajeron de vuelta satisfacciones y exda mitad del siglo XIX enfrentó el dilema estaban en otro lado, periencias, los más sólo el recuerdo y la nosde expresar su inspiración a través de los en Europa; Carrillo talgia. Entre los más satisfactorios debemos medios entonces disponibles en el país, y Castro no tuvieron enlistar sin duda a Carrillo y a Castro. como la ópera, la iglesia o el salón, o bien público La afortunada suma de sendos apoyos crear nuevos medios para una sociedad en su país de la iniciativa privada y del gobierno le perque entonces no los tenía por habituamitió a Ricardo Castro radicar en París entre les, como las sociedades de conciertos y las audiciones orquestales sinfónicas. Las actividades de 1903 y 1906, bajo el propósito oficial de estudiar los planes de la Sociedad de Conciertos del Conservatorio Nacional de estudio de los conservatorios europeos. Durante esa estancia Música, fundada en 1887, les estaban vedadas a los “fran- Castro se ganó un lugar respetable como pianista y, sobre todo, cesistas”, ya que esta Sociedad se apegaba a las tenden- como compositor. Llegaba precedido de la gloria alcanzada en su cias “italianistas” entonces en poder del Conservatorio. propio país, a diferencia de Carrillo, por la sencilla razón de que El compositor que quisiera abordar, pues, formas de las el pianista durangueño era once años mayor que el violinista pollamadas “de desarrollo”, como la sinfonía o el concierto, tosino: Castro no viajó en plan de estudiante prometedor, llegó no disponía de posibilidades inmediatas ni seguras en este a los treinta y nueve años a Francia con una sólida experiencia medio: la devoción del público de la época se inclinaba de concertista que era fruto por igual de su educación conservacontundentemente por la ópera, y por la de estilo italiano; toriana en México, para los orgullos localistas, que de su intensa al no darse la oportunidad de montar siquiera a Wagner, actividad profesional, pionera en nuestro país. Lo que Castro, con todo y su fama, no habría podido no había modo de abonar un campo que preparara al público a escuchar material armónico más desarrollado, así realizar en México, lo pudo hacer en Amberes: presentar dos obras sinfónicas de gran aliento, de muy distinto cacomo estructuras sonoras más complejas. Un primer atisbo de mejora de condiciones lo dio el pa- rácter una frente a la otra. El Concierto para piano parece balancearse en una zona trocinio de José Ives Limantour, entonces recién llegado al ministerio de Hacienda con la reelección de Díaz en 1892, para intermedia entre las formas amplias de su género orquestal y la constitución de una Sociedad Anónima de Conciertos que la mejor música de salón, de ésa que evoca tiempos refinados presentó por fin una temporada de cuatro conciertos más uno y cortesanos; este balance tal vez se deba al breve desarrollo de de beneficio, con una orquesta sufragada por suscripto- sus temas y materiales sonoros, los cuales casi se mantienen res adinerados y dirigida sobre todo por Carlos Julio en un estado expositivo y permiten la explotación de efectos VIERNES 27 DE NOVIEMBRE DE 2015

Ricardo Castro murió 1907 en la Ciu

virtuosísticos para el solista. Las obras parecen ha hemos de creer en los rep pero ni el regreso casi apot diata asunción directiva de Música, parecen haber fav obras orquestales en su pr Es una ironía que Carrill exponer al público de Méxic tes éxitos europeos por car y que, cuando se dispuso po Orquesta Sinfónica de Méx cambiado radicalmente en de las siguientes generacion ejecutar las obras de sus ant antagonistas estéticos, sino cultura del antiguo régimen luchado durante más de diez Las composiciones de C público. Sus primeros escu cio por ellas a sus hijos; al forasteros para europeos, un sitio entre nosotros. Lo tal vez hayan contribuido tural de nuestro país ante todo ante la casta del pod sonoros; una casta que, al nor interés en conocer lo q propia cultura a otros púb *El autor es musicólo DIM. Publicado en nexos, (Publicado originalm octubre de 1996. Edición


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onal… desconocidos en tu tierra

astro: Dos Clásicos salvajes

nfonía en Do menor, “Sagrada”, que fue estrenada apenas en 1988… y a 81 de su muerte

Contreras Soto

ESE GRAN DESCONOCIDO ¿Quién fue Ricardo Castro? Su nombre completo: Ricardo Rafael de la Santísima Trinidad Castro Herrera. Sus padres: Vicente Castro (diputado federal en la VIII Legislatura del Congreso de la Unión) y María de Jesús Herrera.

ó el 28 de noviembre de iudad de México

. aber gustado en Amberes, si portes difundidos en México; teótico de Castro, ni su inmeel Conservatorio Nacional de vorecido la ejecución de estas ropia tierra. lo y Castro no hubieran podido co los testimonios de sus recienrecer de los medios adecuados or fin de esos medios, como la xico, ya los tiempos hubieran materia musical y los autores nes se interesaran muy poco en tecesores, que no sólo eran sus que de ribete representaban la n por cuya destrucción se había z años. Carrillo y Castro no tuvieron uchas no heredaron su aprel fin de cuentas eran obras de y aun ahora no han obtenido os éxitos de Castro y Carrillo a prestigiar una imagen cule los ojos europeos, y sobre der que patrocinó sus éxitos fin y al cabo, no tuvo el meque había entusiasmado de su blicos del mundo. ogo. Investigador del CENIoctubre de 1996. mente en la revista nexos, n Comunicante).

Nació: 7 de febrero de 1864, en la Hacienda de Santa Bárbara, Nazas, Dgo. Murió: 28 de noviembre de 1907, en la Ciudad de México, con apenas 43 años de edad, a consecuencia de una pulmonía. Virtuoso: a sus 13 años de edad fue inscrito en el Conservatorio Nacional de Música, programa de estudios que concluyó en solo cinco años, cuando este tomaba 10. El dato: con 19 años de edad (1883), concluyó su Primera Sinfonía en Do menor, titulada “Sagrada” que fue estrenada apenas en 1988… 105 años después y a 81 de su muerte.

El Porfiriato amó la ópera y la música de salón, y se interesó muy poco por las llamadas grandes formas VIERNES 27 DE NOVIEMBRE DE 2015

De él se decía: fue “el último romántico del Porfiriato”. FUENTE: Wikipedia.


6 Una de esas reiteradas imprecisiones “de buena fe”

La Ley de Herodes Por Jorge Ibargüengoitia

Por mucho tiempo se ha dicho que la película de Luis Estrada está basada en la obra del nacido en Guanajuato

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l escritor nacido en Guanajuato, el 22 de enero de 1928, ha sido objeto de una equivocación reiterada “de buena fe”. Quien no ha leído su obra, pero se presume asiduo al cine mexicano, afirma sin más (con sus honrosas y notables excepciones) que la película dirigida por Luis Estrada, “La Ley de Herodes”, está basada en el libro de Ibargüengoitia. Pero no es así. Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. Las películas que sí están basadas en los textos del guanajuatense que murió en un accidente aéreo el 26 de noviembre de 1983, son las siguientes: “Maten al león” (1977), dirigida por José “El Perro” Estrada; “Estas ruinas que ves” (1979), dirigida por Julián Pastor; “Maten al león” (1991), película para televisión dirigida por Jorge Alí Triana, y “Dos crímenes” (1995), dirigida por Roberto Sneider. Y, de una vez para disipar todas las dudas, a continuación el cuento completo. Al final se verá: le película de Luis Estrada y el texto de Jorge Ibargüengoitia nada tienen que ver. ----Sarita me sacó del fango, porque antes de conocerla el porvenir de la Humanidad me tenía sin cuidado. Ella me mostró el camino del espíritu, me hizo entender que todos los hombres somos iguales, que el único ideal digno es la lucha de clases y la victoria del proletariado; me hizo leer a Marx, a Engels y a Carlos Fuentes, ¿y todo para qué? Para destruirme después con su indiscreción. No quiero discutir otra vez por qué acepté una beca de la Fundación Katz para ir a estudiar en los Estados Unidos. La acepté y ya. No me importa que los Estados Unidos sean un país en donde existe la explotación del hombre por el hombre, ni tampoco que

la Fundación Katz sea el ardid de un capitalista (Katz) para eludir impuestos. Solicité la beca, y cuando me la concedieron la acepté; y es más, Sarita también la solicitó v también la aceptó. ¿Y qué? Todo iba muy bien hasta que llegamos al examen médico… No me atrevería a continuar si no fuera porque quiero que se me haga justicia. Necesito justicia. La exijo. Así que adelante… La Fundación Katz sólo da becas a personas fuertes como un caballo y el examen médico es muy riguroso. No discutamos este punto. Ya sé que este examen médico es otra de tantas argucias de que se vale el FBI para investigar la vida privada de los mexicanos. Pero adelante. El examen lo hace el doctor Philbrick, que es un yanqui que vive en las Lomas (por supuesto), en una casa cerrada a piedra y cal y que cobra… no importa cuánto cobra, porque lo pagó la Fundación. La enfermera, que con seguridad traicionó la Causa, puesto que su acento y rasgos faciales la delatan como evadida de la Europa Libre, nos dijo a Sarita y a mí, que a tal hora tomáramos tantos más cuantos gramos de sulfato de magnesia y que nos presentáramos a las nueve de la mañana siguiente con las “muestras obtenidas” de nuestras dos funciones. ¡Ah, qué humillación! ¡Recuerdo aquella noche en mi casa, buscando entre los frascos vacíos dos adecuados para guardar aquello! ¡Y luego, la noche en vela esperando el momento oportuno! ¡Y cuando llegó, Dios mío, qué violencia! (Cuando exclamo Dios mío en la frase anterior, lo hago usando de un recurso literario muy lícito, que nada tiene que ver con mis creencias personales). Cuando estuvo guardada la primera muestra, volví a la cama y dormí hasta las siete, hora en que me levanté para recoger la segunda. Quiero hacer notar que la orina propia en

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un frasco se contempla con incredulidad; es un líquido turbio (por el sulfato de magnesia) de color amarillo, que al cerrar el frasco se deposita en pequeñas gotas en las paredes de cristal. Guardé ambos frascos en sucesivas bolsas de papel para evitar que alguna mirada penetrante adivinara su contenido. Salí a la calle en la mañana húmeda, y caminé sin atreverme a tomar un camión, apre“La ley de tando contra Herodes” se mi corazón, publicó en el como San año 1967 Tarsicio Moderno, no la Sagrada Eucaristía, sino mi propia mierda. (Esta metáfora que acabo de usar es un tropo al que llegué arrastrado por mi elocuencia natural y es independiente de mi concepto del hombre moderno). Por la Reforma llegué hasta la fuente de Diana, en donde esperé a Sarita más de la cuenta, pues habla tenido cierta dificultad en obtener una de las nuestras. Llegó como yo, con el rostro desencajado y su envoltorio contra el pecho. Nos miramos fijamente, sin decirnos nada, conscientes como nunca de que nuestra dignidad humana había sido pisoteada por las exigencias arbitrarias de una organización típicamente capitalista. Por si fuera poco lo anterior, cuando llegamos a nuestro destino, la mujer que había traicionado la


7 Causa nos condujo al laboratorio y allí desenvolvió los frascos ¡delante de los dos! y les puso etiquetas. Luego, yo entré en el despacho del doctor Philbrick y Sarita fue a la sala de espera. Desde el primer momento comprendí que la intención del doctor Philbrick era humillarme. En primer lugar, creyó, no sé por qué, que yo era ingeniero agrónomo y por más que insistí en que me dedicaba a la sociología, siguió en su equivocación; en segundo, me hizo una serie de preguntas que salen sobrando ante un individuo como yo, robusto y saludable física v mentalmente: ¿qué caso tiene preguntarme si he tenido neumonía, paratifoidea o gonorrea? Y apuno mis respuestas, dizque minuciosamente, en unas hojas que le había mandado la Fundación a propósito. Luego vino lo peor. Se levantó con las hojas en la mano y me ordenó que lo siguiera. Yo lo obedecí. Fuimos por un pasillo oscuro en uno de cuyos lados había una serie de cubículos, y en cada uno de ellos, una mesa clínica y algunos aparatos. Entramos en un cubículo: él corrió la cortina y luego, volviéndose hacia mí, me ordenó despóticamente: “Desvístase”. Yo obedecí, aunque ya mi corazón me avisaba que algo terrible iba a suceder. Él me examinó el cráneo aplicándome un diapasón en los diferentes huesos; me metió un foco por las orejas y miró para adentro; me puso un reflector ante los ojos y observó cómo se contraían mis pupilas y, apuntando siempre los resultados, me oyó el corazón, me hizo saltar doscientas veces y volvió a oírlo; me hizo respirar pausadamente, luego, contener la respiración, luego, saltar otra vez doscientas veces. Apuntaba siempre. Me ordenó que me acostara en la cama y cuando obedecí, me golpeó despiadadamente el abdomen en busca de hernias, que no encontró; luego, tomó las partes más nobles de mi cuerpo y a jalones las extendió como si fueran un pergamino, para mirarlas como si quisiera leer el plano del tesoro. Apuntó, otra vez. Fue a un armario y tomando algodón de un rollo empezó a envolverse con él dos dedos. Yo lo miraba con mu-

Ibargüengoitia, un literato con alto sentido crítico cha desconfianza. —Hínquese sobre la mesa —me dijo. Esta vez no obedecí, sino que me quedé mirando aquellos dos dedos envueltos en algodón. Entonces, me explicó: —Tengo que ver si tiene usted úlceras en el recto. El horror paralizó mis músculos. El doctor Philbrick me enseñó las hojas de la Fundación que decían efectivamente “úlceras en el recto”; luego, sacó del armario un objeto de hule adecuado para el caso, e introdujo en él los dedos envueltos en algodón. Comprendí que había llegado el momento de tomar una decisión: o perder la beca, o aquello. Me subí a la mesa y me hinqué. —Apoye los codos sobre la mesa. Apoyé los codos sobre la mesa, me tapé las orejas, cerré los ojos y apreté las mandíbulas. El doctor Philbrick se cercioró de que yo no tenía úlceras en el recto. Después, tiró a la basura lo que cubriera sus dedos y salió del cubículo, diciendo: “Vístase”. Me vestí y salí tambaleándome. En el pasillo me encontré a Sarita ataviada con

“Me había doblegado ante el imperialismo yanqui”

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una especie de mandil, que al verme (supongo que yo estaba muy mal) me preguntó qué me pasaba. —Me metieron el dedo. Dos dedos. —¿Por dónde? —¿Por dónde crees, tonta? Fue una torpeza confesar semejante cosa. Fue la causa de mi desprestigio. Llegado el momento de las úlceras en el recto, Sarita amenazó al doctor Philbrick con llamar a la policía si intentaba revisarle tal parte; el doctor, con la falta de determinación propia de los burgueses, la dejó pasar como sana, y ella, haciendo a un lado las reglas más elementales del compañerismo, salió de allí y fue a contarle a todo el mundo que yo me había doblegado ante el imperialismo yanqui.


8 “El emperador es necesario como símbolo del absoluto; el encuentro con el absoluto es la muerte. No hay más”

Noviembre 25 de 1970, fecha de su “seppuku”

Yukio Mishima: “estoy agotado” Por P. Unamuno

“Uno puede morir incluso a los 18 años. Sólo entonces se consigue la perfección”

S

libra todavía en el momento de la entrei vivir una posguerra no es fácil para personajes de sus novelas desde hacía dos décadas. No menos de seis veces dice Mishima que está preparando vista, porque en ellas “se mata indiscriminingún país, la que sufrió Japón tras la derrota en la II Guerra Mundial algo sonado. Las formulaciones varían según el momento de la nadamente, sin importar que se trata de presentó un plus de impacto emocional. conversación: “Espere y verá lo que hago”, “Me hallo al borde del mujeres o niños”. Hasta aquí bien, pero Dos bombas atómimomento de mi vida en que todas las patas continúa: “Es sucio; y yo odio la suciedad. Su novela cas lanzadas sobre su de la mesa han desaparecido”, “Estoy agota- Pero cuando hablamos de un acto bello, “Confesiones de territorio, la humillado” son algunas de ellas. También: “Si verda- aunque sea terrorista, yo lo apruebo. El ción de ver por primeuna máscara” le deramente mi lógica no se sostuviera en una ser humano tiene que ser fuerte”. El 25 de noviembre de 1970, Yukio ra vez en su historia al convirtió en una experiencia original, si simplemente flotara invasor en sus calles celebridad a la edad en el aire, mi estética sería una gran mentira”. Mishima y otros cuatro miembros de la El artista en busca de absolutos, nos- Tatenokai entran en el campamento Ichiy, por último, el muy de 24 años tálgico de un pasado glorioso, que ve en la gaya de Tokio y atan al comandante a simbólico derrumbe adopción en su país de la democracia y del una silla después de cercar su despacho del mito del emperador fueron heridas abiertas que tardaron modelo socioeconómico occidental una derrota degradante, in- con barricadas. A continuación, Mishima troduce además el elemento esteticista tan hondamente arraiga- arenga desde un balcón a los soldados décadas en sanar. Actitudes como la de Yukio Mishima, do en su ideario y en su obra. “Uno puede morir incluso a los 18 para que se alcen en armas y devuelvan defensor acérrimo de la figura imperial años. Sólo entonces se consigue la perfección. A mi parecer, vivir al emperador a la posición que merece. Incapaz de hacerse oír, regresa al como auténtico dios vivo y de un milita- sin hacer nada, envejecer lentamente, es una agonía, es desgarismo de corte nacionalista y romántico, rrarse el propio cuerpo. Todo esto me ha llevado a pensar que, despacho y lleva a cabo su “seppuku” (decapitación). El soldado encargado del contribuían a exacerbar el malestar de como artista que soy, debo tomar una decisión”, dice al crítico. En lo que concierne a la figura del emfinal que prescribe aquellos japoneses que habían sufrido en carne propia el desastre de la guerra. Y el perador, Mishima rechaza “frontalmente el “Amar es buscar el ritual no puede completar la tarea, suicidio ritual del escritor, hace 45 años, anuncio de su conversión en ser humano y ser buscado al que sí termina otro volvió a sacudir a la sociedad japonesa -llamémoslo así- que realizó cuando acabó mismo tiempo” miembro del grupo. por mucho que en 1970 la posguerra pa- la guerra”. Su obsesión es que la institución imperial renazca según los ideales que él El marcial Mishima reciera ya asunto zanjado. Alianza Editorial publicó un libro que defiende, es decir, debidamente restituida a su condición divina. sí había cumplido con su deber al comrecoge por primera vez en español la úl- “El emperador es necesario como símbolo del absoluto” y que “el poner su “jisei no ku”, el poema escrito por uno mismo cuando se acerca la hora tima de las entrevistas concedidas por encuentro con el absoluto es (...) la muerte. No hay más”. Mishima, apenas unos días antes de llevar Algunas de sus afirmaciones resultan difíciles de digerir en de morir, antes de su entrada en el cama cabo un harakiri largamente me- días como los que vivimos. Perpetuo perseguidor de la pure- pamento. (Publicado en El Mundo, 25 de ditado y hasta anunciado por los za, el escritor afirma odiar guerras como la de Vietnam, que se noviembre de 2015). VIERNES 27 DE NOVIEMBRE DE 2015


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