SUPLEMENTO CULTURAL - HP 649

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La culpa de todo ya no la tiene Yoko Ono

Una vida inventada para Miguel Ángel

“Cuando murió John, vi que estaba haciendo algo mal y me dije a mí misma: en vez de tener siete desgracias y sufrimientos, lo que quiero tener es siete alegrías y ocho tesoros, y lo hice”

“Vi el ángel en el mármol y tallé hasta que lo puse en libertad” “La belleza es la purgación de lo superfluo”. Miguel Ángel murió el 18 de febrero de 1564. Fernando Navarro Pág. 7

Isabel Valdés Aragonés Pág. 8

VIERNES 19 DE FEBRERO DE 2016

SUPLEMENTO CULTURAL

Comunicante

“Toma a tus personajes y llévalos hasta el final” Una existencia llena de fantasmas, de ausencias queridas, un cáncer declarado… la vida ya no le fue posible Por: Juan L. Simental

Págs: 4 y 5

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Las urgencias de Cobain en Brasil

L

a esposa de Max Cavalera, “frontman” de Soulfly, ha recordado en su web -en la que recuerda y escribe sus batallitas de tantos años en el negocio musical- una historia protagonizada por Kurt Cobain. Así, según cuenta Gloria Cavalera, el líder de Nirvana, llamó a su marido para preguntarle donde podía conseguir heroína en Brasil.

Si recuerdo bien, fue poco después de que Max y yo volviéramos de la gira de “Ministry/ Helmet/Sepultura”. Yo estaba súper preñada y estirada en el sofá… ¡Riiiiiing…! Suena el teléfono y contesta Max… A Max le sorprendió oír a Kurt Cobain al otro lado del hilo telefónico. Había logrado nuestro número de teléfono a través de alguien en Brasil. Le

explicó que estaba en Brasil tocando en un gran festival. Andaba buscando heroína y se preguntaba si Max sabía dónde podía encontrar. ¡A Max le sorprendió bastante y no supo cómo contestar! “No, no sé cómo conseguir nada de eso y, además, ¡estoy en América!”, le dijo Max. Kurt siguió con la conversación un rato, ¡y luego pasaron a hablar de embara-

zos! Kurt le dijo que había oído que estábamos esperando un hijo. Dijo que esperaba que fuese más sencillo que el de Courtney, que también estaba en espera. Me mandó buenos deseos y siguió a lo suyo. (“La vez que Kurt Cobain llamó a Max Cavalera para saber dónde comprar heroína en Brasil”; Portalalternativo.com).

“El talento es una carga, no una felicidad”, Nina Simone. (Nació el 21 de febrero de 1933).

La Efeméride

Nomás por hablar de algo...

El 19 de febrero es el Día del Ejército Mexicano. Tras el cuartelazo de Victoriano Huerta contra el gobierno de Francisco I. Madero, Venustiano Carranza presentó el 19 de febrero de 1913 el Plan de Guadalupe, en el que se fijó por decreto la creación del Ejército Constitucionalista y después el Ejército Mexicano.

El 18 de febrero de 1913, el presidente Francisco I. Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez fueron hechos prisioneros por órdenes de Victoriano Huerta. Esa noche se firmó el Pacto de la Ciudadela, con el cual se desconoció al gobierno legítimo de Madero. El 19 fueron obligados a firmar sus renuncias y Huerta se hace con la Presidencia. El 22, Madero y Pino Suárez son asesinados. Diseño / Grupo Editorial HADEC

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3 SATÍN Y SEDA

Los senderos del Señor son incuestionables ante… un vaso de agua fría Nadia Bracho

Me invitaron a un retiro espiritual

Q

de la noche… ¡Noche!, pero si todavía es de uerido Espíritu Santo: noche y, como relámpago, tomé mi desperMe dirijo a ti de la manera más tador para asegurarme si era cierto que las humilde para expresar mi experienmanecillas marcaban las 4:50 de la madrucia en los últimos días. gada. Dos veces tuve que musitar la hora Sé que no soy un derroche de virtudes, porque mis neuronas se resistían a creer pero de una cosa sí estoy segura: nunca he semejante desacato. Recordando que los encabezado las listas de los más buscados últimos invariablemente en esta situación por el FBI. También sé que hay mil y una van a seguir siendo los últimos, salté para formas de llegar a ti y buscarte para que escomenzar mi baño de inmediato... tarde, tés en mi corazón, pero errar es de humanos desgraciadamente muy tarde. Las gotas de y creo que en las últimas horas he sido terriagua helada recorrían mi cabeza, por lo que blemente humana. soltaba involuntariamente exclamaciones Me invitaron a un retiro espiritual dony lamentos dignos de calabozo de la Santa de la misión, objetivo, meta, logro o carrera Inquisición. final era encontrarnos cara a cara (o espíritu traduce en “terriblemente fría”). Las primeras horas de mi encierro fueron ¿Quizá es una forma de someter el cuerpo a espíritu) contigo. La idea, te soy sincera, no me produjo insomnio o llegó a alterar mi contar cada uno de los insectos y las palomitas y ser más espiritual? Disculpé la forma tan cruel del baño de la mañana, ritmo de vida; simplemente lo tomé como que se arremolinaban alrededor ¿Quizá es una forma de pues seguía el calientito departe de un desarrollo interno que había de del foco de 25 watts, luego conté someter el cuerpo y ser los mosaicos del piso, y cuando más espiritual? sayuno que haría olvidar los hacer crecer (últimamente mi crecimiento dieron las 10:00 de la noche apasinsabores de la vida… ha rayado en el “enanismo”). ¡¿Atole sin azúcar y café El encuentro se iba a realizar en un garon la totalidad de la luz en el convento, lo que me trajo recuerdos de la convento, quedándome absolutamente a oscuras negro?! Fue mi reclamo mental ante lo servido, pero sonriendo con una mueca de tesecundaria, cuando los “encierros espiri- y a merced del tic-tac del reloj. “¿Acaso estás por ahí?”, fue una simple rrible consternación, temiendo que me hatuales” se convertían en un corretear de niñas por los pasillos y pasar el papel de pregunta mental. Quizá esa era la intención bía equivocado de claustro y había entrado a las Islas Marías. baño a través de las ventanas. Ahora lo del encuentro. Una vez agotadas las posibi“Ofrezcan estos alimentos al Señor”, puedo decir con responsabilidad y cautela, pero por mu- Las primeras horas de mi lidades de distracción, teníamos vino una voz del fondo del comedor y todos encierro fueron contar que forzarnos encontrar al Espí- agacharon la cabeza. Yo también la agaché, cho tiempo me moría de la cada uno de los insectos ritu Santo. pero no me nacía para nada ofrecértelos, ¡ni risa cada vez que recordaba y las palomitas que se “¿Acaso estás ahí?”, me salió siquiera yo los quería!, por lo que sólo cerré estos episodios hablando así arremolinaban alrededor una voz gutural y temblorosa, los ojos y pedí por que mi hambre se aplade un claro indicio de maduquizá por las dos horas que no cara y no atacara a mordidas a mi “hermarez (eso pienso yo). Mi celda era pequeña, pero no necesi- había emitido ruido alguno. Mis ojos se movie- no” de lado. Para las 12:00 del día yo ya no taba nada más, por lo que mis pertenencias ron en la oscuridad y, antes de volver a repetir era una mortal, era mitad espíritu y mitad las fui acomodando sobre la cama: una pija- mi frase, me detuve en seco. ¿Y si me responde? humano, los gruñidos de mi estómago me ma de franela, mis pantuflas de “garras de ¡¡Horror!!, ¡¿qué hago con Él?! Mi falta de pre- recordaban constantemente mi condición oso” (cabe aclarar nuevamente que mi cre- paración me obligó a quedar en un humilde si- de humano de “carne y hueso”, y caí en la cimiento y madurez a buscar es espiritual, lencio y con las cobijas subidas hasta las narices. cuenta de que estaba realmente sufriendo. nada qué ver con mi vestuario o la preferen- Caí en un suave letargo que duró... ¡ni media Fue entonces cuando Tú llegaste y me mancia de tener una almohada de “Pepa” y un hora! De pronto el sonar de la campana me hizo daste el mensaje: “Te quiero feliz” y así fue, lo entendí perfectamente. cepillo de dientes de “Hello Kitty”), el “Dia- dar un brinco mayúsculo, que si alguien me estaba observando “Ofrezcan estos alimentos Hice mis maletas y me rio de Ana Frank” (estos encierros me insal Señor”, vino una voz despedí a medio retiro. Mupiran a traer literatura de ese género), una podría jurar que estaba “levitandel fondo chos cuestionaron mi decibolsa de chiclosos de nuez y, por supuesto, do”. Alarmada abrí la puerta para sión, pero después de la semi reloj despertador. La Madre Superiora enterarme por dónde estaba el incendio o, por lo menos, saber de la más cercagunda cuchara de caldo tlalpeño, supe que los nos indicaba que el baño sería de cinco micaminos de Dios son insospechados y nutos y que cuidáramos el agua calien- na salida de emergencia. “¡Hora del baño, hora del baño!”, pregonaba bendije los alimentos y te di gracias te porque peligraríamos de bañarnos con “agua para tomar” (eso se la hermana cuya figura se perdía en las sombras por estar viva. Con cariño, Nadia. VIERNES 19 DE FEBRERO DE 2016


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Horacio Quiroga, ese al que com

“Toma a tus personajes

Por Juan L

Una existencia llena de fantasmas, de ausencias querid

D

ijo alguna vez Paul Auster: “los escritores somos seres heridos. Por eso creamos otra realidad”. De ser esto posible del todo -la creación de una realidad distinta a la ordinaria inercia de vivir-, las palabras debieran hechizar, debieran salvar de la existencia, tendrían que ser el conjuro en contra de la vida que se vive porque no hay otro remedio que andarla, como un camino que no se sabe adónde va. Las palabras tendrían que ser tabla de salvación del náufrago que se hunde, el remedio necesario en contra de la orfandad de uno mismo. Y es que, cuando se escribe, la palabra es la derrota del silencio, ese silencio que, constante, roe por dentro las entrañas. El que escribe lo hace porque ya no quiere ser silencio. Quizá por eso es que Auster dijo también: “para mí, escribir no es una cuestión de libre albedrío, es un acto de supervivencia”. Sin embargo, hay ocasiones en las que las palabras no alcanzan, no hechizan, no conjuran, ya no salvan. Incluso, hay palabras que se transforman en suspiro sibilante como de vida que se va.

A Horacio Quiroga le llegó también el día en el que las palabras ya no le alcanzaron. Ese día se bebió de golpe un vaso de cianuro y su efigie yerta, su parecencia al Quijote triste de Cervantes, se quedó sin palabras para siempre. Si es que la vida ha sido alguna vez la “puta” de la que han dicho en abundancia esos que saben de la palabra, en Quiroga ganó con creces el índice que como tal le ha señalado. Horacio Silvestre Quiroga Forteza nació en Salto, Uruguay, el último día del año de 1878, pero, como en el caso de tantos -los santos incluso, o como “El Papalote” aquel de Silvio: “el día más importante de tu existencia fue el de tu muerte”-, el día que se le recuerda fue aquel en el que decidió que ya no quería vivir más: 19 de febrero de 1937. Horacio Quiroga fue un narrador extraordinario, especialmente de cuentos, cuyas atmósferas y personajes le valieron ser comparado con uno de los grandes maestros del relato de misterio, ese que murió solo y en la indigencia, y de quien se dijo: “murió

Ellos también decidieron morir

“Va a morir. Fría, fatal e ineludiblemente, va a morir... Muy cansado, mucho, pero nada más”

En la literatura abunda el relato de vidas truncadas por voluntad propia. El suicidio de Horacio Quiroga fue, si es posible decirlo así, uno más entre tantos…

Arthur Adamov

Sus “Memorias” son un documento impresionante de la sinceridad descarnada de este escritor, que se sentía más bien en los márgenes. Adamov, que siempre había sentido una profunda desazón, se suicidó en 1970 en París.

Reinaldo Arenas

El 7 de diciembre de 1990, Arenas se suicidó. Envió a la prensa y a sus amigos una sentida carta de despedida, en la que culpaba a Fidel Castro de todos los sufrimientos que padeció en el exilio.

Lothar Baier

Trabajó durante años en varios medios de comunicación y tradujo al alemán las obras de Paul Nizan, André Breton, Georges Simenon o Jean-Paul Sartre. En 1989 le fue conferido el Johann-HeinrichMerck-Preis. Baier se suicidó en Montreal en 2004.

Pau

Toda logo con la fos co Walte Adorn se al r Mirab del 19

Luis Andrés Caicedo Estel

Escribió que vivir más de 25 años era “una insensat razón principal de su suicidio el 4 de marzo de 1977 … Estos son solo algunos. La lista de escritores que se suicidaron (tan solo varones) es interminable. (Fuente: Wikipedia).

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ompararon con Edgar Allan Poe

y llévalos hasta el final”

L. Simental

das, un cáncer declarado… la vida ya no le fue posible

Acabó con su vida el 19 de febrero de 1937

ul Celan

su obra sostiene un diáintelectual implacable a obra de varios filósoomo Martin Heidegger, er Benjamin y Theodor no. Se suicidó arrojándorío Sena desde el puente beau (París) en la noche 9-20 de abril de 1970.

la

de alcohol, de congestión cerebral, de cólera, drogas, fallo cardiaco, rabia, suicidio, tuberculosis”… o algo parecido: Edgar Allan Poe. La vida del íntimo amigo Alfonsina Storni -otra suicida que cortó su existencia el 25 de octubre de 1968- fue el proverbial y chocante valle de lágrimas que dicen las almas pías -y tumefactas- que es la vida: “las tragedias marcaron la vida del escritor: su padre murió en un accidente de caza, y su padrastro y posteriormente su primera esposa se suicidaron; además, Quiroga mató accidentalmente de un disparo a su amigo Federico Ferrando” (Taringa.net). Después de todo esto, y luego de ser diagnosticado con cáncer de próstata, llegó el momento en que para Quiroga todo estaba consumado. Ese día le ganó el cansancio, como en su propio cuento “El hombre muerto”: “No han pasado dos segundos: el sol está exactamente a la misma altura; las sombras no han avanzado un milímetro. Bruscamente, acaban de resolverse para el hombre tendido las divagaciones a largo plazo: se está muriendo. Muerto. Puede considerarse

muerto en su cómoda postura. Pero el hombre abre los ojos y mira. ¿Qué tiempo ha pasado? ¿Qué cataclismo ha sobrevivido en el mundo? ¿Qué trastorno de la naturaleza trasuda el horrible acontecimiento? “Va a morir. Fría, fatal e ineludiblemente, va a morir... Muy cansado, mucho, pero nada más”. Dicen que el suicidio es el acto valiente de un cobarde, pero eso lo sabe solo el que se atreve y cruza el umbral por voluntad elegida. ¿Quién puede juzgar a los que mueren cuando se quieren morir? Tal vez solo aquel, el que les dio la vida. Dijo Auster, otra vez, “vivo la vida que es posible para mí”. Para Quiroga, con la existencia llena de fantasmas, de ausencias queridas, con la agonía del cáncer declarado, la vida que le quedaba -como fatalidad escrita- ya no le fue posible. Y se fue siendo fiel a sí mismo, como en un cuento en el que encarnó su experiencia vital, conocedor anticipado de la última de sus páginas: “toma a tus personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin ver otra cosa que el camino que les trazaste”.

“Para mí, escribir no es una cuestión de libre albedrío, es un acto de supervivencia”, Paul Auster

Osamu Dazai

En 1948, cuando se encontraba en la cumbre de su carrera, se suicidó con su amante, dejando atrás a su esposa y tres hijos en precaria situación económica. Para terminar con su vida eligió un canal del río Tama. Los cuerpos de ambos, atados el uno al otro con una cuerda roja, fueron encontrados seis días después.

tez”, lo que es visto por muchos como la 7 cuando tenía tan sólo 25 años de edad.

Robert E. Howard.

Junto a J. R. R. Tolkien, uno de los escritores más influyentes de la fantasía heroica moderna. Su madre, que se llevaba muy mal con su padre, fue con él sobreprotectora y la relación entre ellos se hizo tan estrecha que cuando ella quedó en coma irreversible, él, a sus 30 años, prefirió suicidarse de un tiro.

Leopoldo Lugones

Decepcionado por las circunstancias políticas de la década de 1930 y quizá por su propia militancia, se suicidó el 18 de febrero de 1938 en el hotel “El Tropezón” de Tigre (Buenos Aires) al ingerir una mezcla de cianuro y whisky.

Ernest Hemingway.

Poco después de la publicación de “El viejo y el mar” (1952), se fue de safari a África, donde estuvo a punto de morir en dos accidentes aéreos sucesivos que lo dejaron con dolor y problemas de salud por gran parte del resto de su vida. Se suicidó el 2 de julio de 1961. VIERNES 19 DE FEBRERO DE 2016


6 “Te deseo con la desesperación y el anhelo de lo imposible”

Carta de despedida de Henry Miller a Anaïs Nin Por Redacción Comunicante

Me niego a vivir en el mundo ordinario como una mujer ordinaria. A establecer relaciones ordinarias. Necesito el éxtasis. Soy una neurótica, en el sentido de que vivo en mi mundo. No me adaptaré de mi mundo. Me adapto a mí misma

“La carne contra la carne produce un perfume, pero el roce de las palabras no engendra sino sufrimiento y división”

Anaïs nació el 21 de febrero de 1903

¿

Qué son las despedidas, sino saludos disfrazados de tristeza? Lo mismo que el deseo y el placer de verte mientras te desnudas y te envuelves en las sábanas. Nunca has sido mía. Nunca pude poseerte y amarte. Nunca me amaste o me amaste demasiado o me admiraste como la niña que toma una lente y se pone a ver cómo marchan las hormigas y cómo, en un esfuerzo inacabable y lleno de fatiga, cargan enormes migajas de pan. Qué son aquellas noches lluviosas en medio de la cama de un hotel. Qué el recuerdo de nuestros pasos por la calle, en el teatro o en la sala de conciertos. Qué son los recuerdos de los celos y de tus amantes y de June y de mis amantes. Anaïs, no creo que nadie haya sido tan feliz como lo fuimos nosotros. No creo que exista en la historia del hombre y de la mujer un hombre y una mujer como tú y como yo, con nuestra historia, nuestras circunstancias; con aquello que se desbordaba

en las paredes, el ruido de la calle y la explosión de tu mirada inquieta de ojos delineados en negro; con la sinceridad de tu cuerpo frágil y tu secreto agresivo e insaciable. El recuerdo puede ser cruel cuando estás volando febrilmente a tu próximo destino, a otros brazos que te reciban expectantes y hambrientos. El recuerdo de tu diario rojo que tirabas en la humedad de la cama entre tus labios entreabiertos y mis ganas de desearte. Te deseo. Te deseo con la desesperación y el anhelo de lo imposible y ya te has ido y tal vez, en un sueño imaginativo y romántico, leerás estas palabras una y otra vez, en medio de mi ciudad con la gente pasando en medio de las calles y la sorpresa en tus ojos y la gran dama con el fuego en la mano derecha. Mi querida Anaïs, ma petite, ma jolie, infanta inquieta de sal nocturna. Te extraño cuando huyes de madrugada y te extraño cuando camino y me tomo un café en la calle; te extraño cuando June se acerca cariñosa y cuando paso por los grandes aparadores. Te extraño casi a todas horas: cuando escribo, cuando te pienso, cuando escucho VIERNES 19 DE FEBRERO DE 2016

las campanas que me anuncian que ya son las tres, cuando me acuerdo de las horas interminables entre humo y whisky, cuando tengo una comida que dura toda la tarde, también cuando me despido de ti cada día a la misma hora, cuando como en aquel lugar donde nos dio el aire y cuando escucho la radio. Adiós, Anaïs, adiós. Ya nos encontraremos en otras vidas y en otras vidas podré poseerte y quedarme contigo para siempre. Ya te veré en medio de la nieve y entre libros y vino. Adiós, tuyo siempre… Henry.

“Henry & June”, la película que permite un atisbo en la vida común de Anaïs Nin y Henry Miller


7 “Me siento yo misma; el resto de adjetivos, que los pongan los críticos”

La culpa de todo ya no la tiene

Yoko Ono Por Fernando Navarro

“Cuando murió John, vi que estaba haciendo algo mal y me dije a mí misma: en vez de tener siete desgracias y sufrimientos, lo que quiero tener es siete alegrías y ocho tesoros, y lo hice”

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urante años, la frase ha rimado tan bien que parecía el único estribillo para el final de los Beatles. “La culpa de todo la tiene Yoko Ono”. Pero no. Paul McCartney, el beatle más celoso a la intromisión de la artista japonesa en la vida de los Fab Four, ha exculpado, casi medio siglo después, a la viuda de su amigo John Lennon. “Ella ciertamente no rompió el grupo. No creo que puedas culparla de nada”, ha afirmado el cantante, en una entrevista para el canal Al Yazira. A Yoko Ono todavía le pesa la famosa frase, pero ahora su mayor detractor le quita de encima el papel de mala de la película en la ruptura en 1970 del grupo más exitoso de la historia. Porque, por venir de quien viene, la declaración es más que simbólica. McCartney nunca perdonó a Lennon que dejase entrar a Ono en la intimidad de los Beatles. Cruzó una línea roja impensable para el resto de la banda al dejar que la japonesa se convirtiese en la primera mujer en poner sus pies en el templo sagrado de Abbey Road. Pero lo que es peor, y desesperaba a Macca: permitir que Ono, atrevida como la que más, opinase de cómo tocaban unos y otros y cómo tenían que ser las canciones. Para McCartney, no solo era como si tu mejor amigo se saltara las normas de la pandilla colando en el grupo de chicos a la novia, sino que además la susodicha iba de lista. Para McCartney, como afirma el biógrafo Philip Norman, esa joven vanguardista, que Lennon

conoció en una galería de arte de Londres en 1966, sacaba constante de Ono. Tal vez, fue el deel lado más inaguantable e individualista de su compañero, tonante pero no la causa. En palabras con quien firmaba todas las canciones. El de Hunter Davis, el Sin ella, “Lennon cantante británico pone tierra de por mebiógrafo que vivió de dio y llega a asegurar que Lenprimera mano el asnunca hubiera non nunca hubiera escrito escrito ‘Imagine’”, censo fulgurante del “Imagine” si no hubiera grupo: “para saber McCartney sido por la influencia de cuándo los Beatles ella. “Cuando apareció empezaron a sepaYoko, parte de su atractivo fue su parte rarse hay que remontarse a 1966, cuanmás vanguardista, su visión de las co- do abandonaron las giras y dejaron de sas. Ella le enseñó una forma diferente compartir una vida en común”. de ser, que le resultaba muy atractiva. Ya durante la grabación del álbum Por eso, era el momento de John para blanco en 1968, Ringo dijo que estaba irse”, dice el músico. harto de ser el batería de los Beatles A decir verdad, Ono siempre ha al sentirse ignorado por el resto. Y sido el chivo expiatorio de muchos abandonó por una temporada. Georfans incapaces de reconocer las fric- ge Harrison estaba más preocupado ciones de la legendaria en otras cosas, como la religión o la “Solo creo en mí misma” banda antes de su pro- música hindú, que del grupo mientras tagonismo. Puede que los egos de McCartney y Lennon chopara muchos la declaración de McCartney sea reveladora, caban constantemente. pero simplemente viene a constatar la devastadora realiSin embargo, muchos fans del dad que vivieron los Beatles en la cúspide de su fama. grupo nunca la han perdonado, y sePese al descomunal éxito, convertidos en fenómeno mun- guramente no la perdonarán. Al medial en la década de los sesenta, los cuatro fabulosos de Li- nos, ella ha sabido llevarlo con cierta verpool habían empezado a distanciarse antes de la presencia gracia. En 2007, publicó un disco bajo el nombre “Yes, I’m a Witch” (“Sí, soy una bruja”), donde parecía reírse de la etiqueta que le han colgado. Conviene preguntarse si Ono, cuya carrera artística es más que irregular, hubiese sido lo que es de no ser la viuda más famosa del mundo del rock. Tras la absolución de McCartney, puede que quede más claro que la culpa del adiós de los Beatles no fue suya, pero nada más. (El País; 29 de octubre de 2012. Edición Comunicante). VIERNES 19 DE FEBRERO DE 2016


8 “Vi el ángel en el mármol y tallé hasta que lo puse en libertad”

Una vida inventada para Miguel Ángel Por Isabel Valdés Aragonés

“La belleza es la purgación de lo superfluo”. Miguel Ángel murió el 18 de febrero de 1564

Despojar la piedra y dejar tan solo, totalmente vivo”. La herencia artística de Miguel Ángel ha rodeado a en su centro, el corazón palpitante”. Es una de las frases de“Pietra esta escritora desde sus cinco años. Sus padres viajaban a Viva” (minúscula, 2014), el tercer libro Pietrasanta, en la Toscana italiana, para esculpir. Con diez de Leonor de Recondo (1976). Podría años y un espejo, se enfrentó a la Capilla Sixtina por priser la síntesis de la novela; ella la plas- mera vez, y ya no pudo deshacerse de esa imagen. Empezó varios proyectos que nunca terminó. “Empecé ma como uno de los pensamientos de Miguel Ángel Buonarroti, el pintor, el con una novela que nunca encontró editor. Era demasiado complicada, quería contarlo todo y se escultor, el genio. Alrededor de una de las épocas hizo muy densa. Hablé con algunos autores franceses que me dijeron que había más importantes de la algo, que tenía que sevida del artista, gira la guir. Pero no con aquella obra. La frontera entre obra, eso era como un la realidad y el mundo postre indigesto”. Eninexistente que la escontró la ficción como el critora ha creado para camino que le llevaría a Michelangelo vaga a lo esa conclusión que tanto largo de 178 páginas de anhelaba para su narrauna belleza contundente, ción. “Escribir algo lejasin artificios. no a mí en el tiempo. Y La autora se ha sumergido en la libertad que otorga la puse dos mil años entre la historia y yo”. Miguel Ángel Buonarroti se marcha a Carrara tras la ficción, aunque haya pinceladas de realidad a lo largo de todo el libro. muerte de Andrea, un monje cuya belleza tenía embelesaHa rellenado los espacios blancos de do al escultor. Huye de Roma con la idea de que esa carrera hacia la naturaleza descarnada de las canlos seis meses que el escultor pasó en las “La verdadera obra teras, el trabajo, y la rutina sistemática de preparar el encargo del Papa le hará olvicanteras de Carrara de arte no es más dar a Andrea. Pero será esa misma piedra eligiendo los bloques de mármol para que una sombra de la y los personajes alrededor de ella, los que perfección divina” le devolverán sentimientos que había esel encargo del Papa condido muchos años antes, cuando tenía Julio II, construir su tumba. “Quizás sea ese el Michelan- seis años y su madre murió. A Michelangelo le da miedo gelo que yo imagino, el que yo creo o dormirse, “verse atrapado por las almas vagabundas de los siento que fue a través de lo que co- seres que amó”. Solo ahí, rodeado de lo que es familiar a su alma, la pienozco de él. Su biografía, y su legado,

dra, puede desprenderse del muro que durante años construyó a su alrededor para ocultar el dolor por la muerte de su madre: “Esa mezcla íntima de inconsciente, sueños y esperanzas es la pietra viva. Solo en ese decorado encerrado en la montaña, en ese escenario, podía hacer ese camino íntimo hacia la memoria y el recuerdo de los que se fueron”.

“Juntamente con la leche de mi nodriza mamé también las escarpas y los martillos con los cuales después he esculpido mis figuras”

Ese cambio durante su estancia en Carrara explica también, en la ficción de Recondo, la técnica del “non finito” de Miguel Ángel: “Quizás la visión que tuvo allí le hizo preguntarse si las esculturas que él veía dentro de la piedra querían salir o quedarse dentro. Una sensación nueva más allá de la perfección técnica a la que aspiraba hasta ese momento. Con la memoria que vuelve, esa perfección tal vez empiece a importarle menos, y crezca el simple amor por lo que hace”. (El País; 19 de diciembre de 2014. Edición Comunicante).

“¿Cómo puedo hacer una escultura? Simplemente retirando del bloque de mármol todo lo que no es necesario”

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