SUPLEMENTO CULTURAL - HP 750

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Rulfo, Príncipe de Asturias

López Velarde hacia “La suave Patria”

“Mi madre se llamaba María Vizcaíno y estaba llena de bondad, tanta, que su corazón no resistió aquella carga y reventó. No, no es fácil querer mucho, Juan”

Rechazó, pese a su fervor maderista, la subversión de su mundo íntimo por culpa de una Revolución incontrolada

José Emilio Pacheco Pág. 6

Carlos Fuente Pág. 8

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SUPLEMENTO CULTURAL

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Comunicante

Borges-Saramago,

intermitencias de una misma historia A los muertos hay que dejarlos vivir: “Había de tener una casa de reposo para los muertos,ventilada, limpia, con música y con agua corriente. Lo menos dos o tres, cada día, se levantarían a vivir” Por: Juan L. Simental

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Carta de Octavio Paz a Efraín Huerta

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n 1963 hubo el rumor por los círculos literarios de la capital de México de que Octavio Paz era el autor de una serie de libelos que descalificaban a Pablo Neruda como posible candidato al Premio Nobel. Efraín Huerta, compañero de generación de Paz, salió en defensa de su amigo de juventud, pese a llevar años distanciados. Octavio Paz le envió desde Nueva Delhi esta conmovida carta para agradecerle su lealtad y apoyo… “Querido Efraín:

“Ya te imaginarás cómo me conmovió tu artículo. Gracias de verdad. Entre nosotros — espero que me creas— te diré que ni me interesa el famoso premio ni creo merecerlo. Si es que los premios se merecen, cosa que tampoco creo. Por supuesto, me gustaría tenerlo pero ni yo me propongo, al escribir, obtener premios ni me parecen éstos garantía alguna acerca del valer de lo que escribimos. Los premios no son un juicio: son una casualidad y, a veces, un reconocimiento. Por

todo esto pienso que, aunque no hay que aspirar a ellos, tampoco se deben rehusar cuando, por azar, le caen a uno en la mano como una fruta. “Tu artículo contiene una alusión a un chisme de lo que me enteré hace poco en París. Gracias, de nuevo, por tu fraternal defensa. Parece mentira que un hombre y un poeta como Neruda pueda creer en semejantes tonterías y, lo que es más infantil, suponer que yo posea influencia sobre los jurados de la Academia Sueca. No conoz-

co a ninguno de ellos. Y ya que toco este tema, debo decirte mi opinión: creo sinceramente que dos escritores latinoamericanos merecerían el premio: Neruda y Borges. Si pienso así ¿cómo podría intrigar contra un poeta que admiro? Una admiración, casi es inútil aclararlo, que no implica aprobación de todo lo que dice y hace... “Te abraza con afecto, tu amigo, Octavio Paz”. (Publicada en El Diario de México, 19 de octubre de 1964; Letras Libres, abril de 1999. Edición Comunicante).

“He sido rica y he sido pobre, y les puedo asegurar: es mejor ser rica”, Ella Fitzgerald. (Murió el 15 de junio de 1996).

La Efeméride Junio 14 de 1986, muere Jorge Luis Borges; 15, 1888, nace Ramón López Velarde; 15, 1899, nace Federico García Lorca; 18, 1914, nace Efraín Huerta; 18, 1936, muere Máximo Gorki; 18, 1979, muere Rodolfo Usigli; 18, 2010, muere José Saramago; 19, 1921, muere Ramón López Velarde; 19, 1947, nace Salman Rushdie; 19, 1993, muere William Golding; 19, 2010, muere Carlos Monsiváis; 21, 1905, nace Jean-Paul Sarte; 21, 1947, nace Fernando Savater.

Nomás por hablar de algo... El 21 de junio de 1929 terminó en México la Guerra Cristera, con los famosos “arreglos” entre la Iglesia y el Gobierno. En realidad no hubo tales arreglos: ni las leyes anticlericales fueron derogadas ni la Iglesia las respetó. Ambas instituciones lo sabían, pero -hasta ahora- nadie dijo nada. Diseño / Grupo Editorial HADEC


3 SATÍN Y SEDA

Si de horóscopos se trata… toca lavar el carro

Nadia Bracho

¡Cómo es posible que cada vez que enciendo el carro, salgo de inmediato a toser!

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uerido lavacoches: Estoy segura de que esta misiva la va a leer, ya que lo conocí cuando estaba leyendo usted el periódico. Hicimos trato de lavar mi coche y nunca dejó de leer el periódico, y cuando realiza su trabajo no despega los ojos de las páginas del medio impreso, pero yo tengo que hablar muy seriamente con usted. Sé que en lo relativo al trabajo, cada cual sabe hacerlo con su propia técnica y estilo, y también reconozco que ni usted se pone a redactar una nota de un bautismo y yo no me meto con el “almorol” de las llantas. Pero, en afán de perfeccionar y de crítica sana para su trabajo, me gustaría hacerle unos comentarios. Estoy en contra de los vicios, de hecho, en mi casa los ceniceros se usan como portavelas y el único alcohol que se ingiere es el de los chocolates envinados, y con mucha discreción, por lo

que no entiendo que mi carro huela a tabaco, incluso, creo que los parabrisas ya están manchados con nicotina. ¡Cómo es posible que cada vez que enciendo el carro, salgo de inmediato a toser! Le sugiero, de la manera más atenta, que no fume dentro de él o por lo menos tire el cenicero repleto de sus colillas antes de irse. ¿Que no es cierto, que cómo lo supe? Señor, cuando se es mamá de adolescentes se utiliza la intuición al 100 por ciento. Por ejemplo, si llego a mi coche y al recargarme en el asiento quedo viendo el techo del mismo, por intuición creo que “alguien” se recostó (totalmente quizá) en él y cuando se enciende el radio toca “La mesa que más aplauda”, no tengo alternativa y pienso automáticamente en usted. ¿Que por qué pienso en usted cuando oigo “La mesa que más aplauda”? Olvídelo, por lo visto su fuerte no es el sarcasmo. Ahora que es tiempo de lluvias, le especifiqué que me interesaba más que se limpiara por dentro, por el hecho de que entra agua, lodo, rejas o sillas rotas por las inundaciones, algún que otro renacuajo, entre

¿Qué por qué pienso en usted cuando oigo “La mesa que más aplauda”?

otras cosas. Usted me dijo que todo estaba claro, pero no entiendo por qué a partir de ese día dejó de limpiar el auto por fuera. “De todos modos se va a ensuciar”, fue su respuesta cuando le reclamé la primera vez, yo le contesté que ese era mi problema y, ¿sabe una cosa? ¡Sigue siendo mi problema, nunca lo ha vuelto a limpiar! Otro detalle, no me gustaría acosarlo con problemas, si quiere lo espero y por mientras busque otra página y lea el horóscopo, posiblemente le salga: “Este día cuídese de las tiranas y más si usan un coche de color plateado. Su número de la suerte es el 00” (equivalente a lo que va a recibir de sueldo si no se aliviana) y la frase de este día es “Por qué todo yo”. Cuando le pregunté que si ya se había bañado era solamente para saber sus hábitos de higiene, nunca le propuse, ¡ni por accidente!, que podía hacer uso de los baños, la cocina y mucho menos llevarse las pastillas de jabón por órdenes de la “seño”. Créalo que no me gusta mencionar, pero no puede lavar un carro si antes no se baña. Es un pleonasmo, una cacofonía, un accidente gramatical, ¡es una incoherencia! Usted sube al coche, lo lava, le saca brillo, le pone los kilos (y vaya que los kilos) de toda su energía, pero nosotros tenemos que ir con las ventanas abajo durante tres días para disipar el olor de esos “kilos de energía” que gastó en el trabajo. Bueno, sin otro deseo que el de saludarlo y manifestarle mi respeto y admiración por su trabajo, no tengo ningún empacho en despedirme de la misma manera en que usted lo hace: “Ahí nos vidrios”.

“Este día cuídese de las tiranas y más si usan un coche de color plateado” VIERNES 17 DE JUNIO DE 2016


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Junio 14 de 1986; junio 18 de 2

Borges-Saramago, intermite

Por Juan L

A los muertos hay que dejarlos vivir: “Había de tener una casa de repos Lo menos dos o tres, cada d

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ntermitencia. Ser, no ser y luego ser de nuevo, ponen lajas encima, y luego tierra, tras, tras, tras, paleotra vez. Sucesión día-noche, noche-día; círcu- tada tras paletada, terrones, polvo, piedras, apisonanlo de los sentidos, como el principio que incu- do, amacizando, ahí te quedas, de aquí ya no sales…”. ba entre sus brazos el inicio de un fin –uno más-, (“Qué costumbre tan salvaje”, Sabines). Hay, sin embargo, historias diferentes… necesario para volver a comenzar. Es la rueda de “Al día siguiente no murió nadie. El hecho, por la vida: no hay término sino una pausada continuación interrumpida solo por el abismo-instante absolutamente contrario a las normas de la vida, cauentre dos extremos que se tocan y se necesitan; só en los espíritus una perturbación enorme, efecto a uno sin el otro no podría existir. ¿Dónde el co- todas luces justificado, basta recordar que no existe noticia en los cuarenta volúmenes de la historia unimienzo si no hubiera su contrario? La vida y la muerte son la intermitencia mayor. versal, ni siquiera un caso para muestra, de que alguna Hay historias así, donde morir es tan solo una po- vez haya ocurrido un fenómeno semejante, que pasara sibilidad cumplida; sin embargo, no es el fin. Solo un día completo, con todas sus pródigas veinticuatro muere aquello a lo que se traga el olvido, se ha di- horas, contadas entre diurnas y nocturnas, matutinas y vespertinas, sin que se produjera un fallecicho tanto, pero es verdad. Y aunque Fuenmiento por enfermedad, una caída mortal, tes afirmó: “qué injusta, qué maldita, un suicidio conducido hasta el final, qué cabrona la muerte que no nos nada de nada, como la palabra nada”. mata a nosotros sino a los que (“Las intermitencias de la muerte”, amamos”, quizá es que no nos Saramago). mata para que seamos extenA los muertos hay que desión de la memoria. De no ser jarlos vivir: “Había de tener una así, ¿quién los recordaría a casa de reposo para los muertos, ellos, quién hablaría de ellos, ventilada, limpia, con música y los que –dicen- ya se fueron? con agua corriente. Lo menos dos o En “La muerte del padre”, tres, cada día, se levantarían a vivir”. Karl Ove Knausgård inicia hablan(“Qué costumbre…”). do de la muerte, y dice que los vivos Borges y Saramago, dos de esos a los que hay que repugnamos de ella, nos espanta, ¡tanto!, que intentamos –inútilmente- esconderla, meterla deba- dejar vivir y que sean sus historias también las interjo de la cama. Por eso es que a los muertos en un mitencias, posibles y afortunadas… accidente en medio de la calle se les cubre con una sábana; por eso es que los anfiteatros están en los BORGES sótanos y no, por ejemplo, en el tercero o el cuarto -Yo soñé esta mañana que me moría… pisos de un edificio; por eso es que a los muertos -¡No!... les echamos tierra y los acribillamos con flores; -Y que sentía una gran sensación de alivio. Me por eso es que los incineramos, como si fuera su desperté de ese sueño, cuando me moría, sintiéndome voluntad y no la nuestra. francamente feliz… Para Sabines, esa costumbre de enterrar a los -Bueno, pero porque había sido un sueño, digo muertos es salvaje: “¡Qué costumyo… bre tan salvaje esta de enterrar a los “¡No, no, no! Porque -¡No, no, no! Porque sentí que me mosentí que me moría, muertos!, ¡de matarlos, de aniquilarría, y que eso era una evasión a la libery que eso era los, de borrarlos de la tierra! Es tratad… (Fragmento de una entrevista que una evasión a la tarlos alevosamente, es negarles la en 1980 da a Soler Serrano, para la telelibertad” posibilidad de revivir. / Yo siempre visión española. Borges tenía 80 años). estoy esperando a que los muertos “¿La palabra muerte? Me sugiere... se levanten, que rompan el ataúd y digan alegre- una gran esperanza. La esperanza de dejar de ser. Yo mente: ¿por qué lloras? estoy seguro, como mi padre, de morir cuerpo y alma. “Por eso me sobrecoge el entierro. Ase- A veces, me siento un poco desdichado –a todos nos guran las tapas de la caja, la introducen, le pasa-, sobre todo un hombre que está solo, que está VIERNES 17 DE JUNIO DE 2016


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2010, capítulos del único relato

encias de una misma historia

L. Simental

so para los muertos, ventilada, limpia, con música y con agua corriente. día, se levantarían a vivir” ciego, que tiene desde luego algunos “Hay entre nosotros personas que se parecen una a la otra. una cosa que no preciosos amigos, pero no muchos, un “La pregunta es esta: ¿cómo puetiene nombre, y hombre tímido como yo; a veces me do soportar la existencia de alguien esa cosa es lo que exactamente igual a mí? El hecho de siento triste. somos” “Pero me consuelo pensando: sí, que uno igual exista, de alguna forma es cuestión de esperar. Voy a morir y usurpa mi propio lugar en el mundo, voy a cesar, y qué más puedo querer que eso, qué me quita espacio (…), pero todo eso poco a poco va cosa más grata puede haber que la muerte, que se en dirección de algo que a lo mejor ni el propio auparece tanto al sueño, que es quizá lo más grato tor esperaba al principio, y que el lector no espera: de la vida. Es decir, yo descreo en la inmortalidad va en dirección a una tragedia, la insoportabilidad pero eso no es una fuente de tristeza para mí sino de soportar al otro como si fuera el yo. Entonces, la de felicidad: pensar que voy a cesar… pregunta de quién es el otro no tiene respuesta, y “Sí. Pero otra vez mi padre me dijo (mi padre tampoco tiene respuesta la pregunta de quién soy yo. era profesor de Psicología): ‘es tan raro el Vamos a vivir, y vamos a vivir lo que tengamos que mundo que todo es posible; hasta la vivir, y vendrán otros que siempre tendrán Santísima Trinidad’. Como si humotivos para hacer la misma pregunta, biera dicho que todo es posiy no hay respuesta… ble; hasta el unicornio, ¿no?”. “Yo no sé quién soy. Hablando (“La vida y la muerte según con franqueza total, no sé quién Borges”, Liliana Heker; arsoy. Por qué me dices ‘¿usted chivo.losandes.com.ar, 21 quién es?’. Yo empecé por decir de septiembre de 2003). que soy José Saramago, soy escritor y soy portugués, pero ¿qué sigSARAMAGO nifica eso? Esas no son respuestas a “En la novela (‘El hombre duplicala pregunta ¿quién soy yo? “En una novela mía que llamé ‘Ensayo do’) se da la existencia de otras persobre la ceguera’ hay un personaje, una chica sonas exactamente iguales, pero iguales en todo, es decir, incluso si uno tiene un accidente que en un momento determinado pronuncia estas y queda con una cicatriz, el otro tendrá una cicatriz palabras: ‘Hay entre nosotros una cosa que no tiene en el mismo miembro y en el mismo lugar; si uno nombre, y esa cosa es lo que somos’”. (“Lo llamase deja crecer el bigote, el otro, sin saberlo, hará lo mos destino. Una entrevista a José Saramago”, mismo. Son ‘doubles authentics’, no sencillamente Silvia Lemus; nexos, 1 de octubre de 2003).

La vida y la muerte son la intermitencia mayor VIERNES 17 DE JUNIO DE 2016


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Creación de un refugio personal, un México íntimo ajeno a aquellos horrores

López Velarde hacia “La suave Patria” Por José Emilio Pacheco

Rechazó, pese a su fervor maderista, la subversión de su mundo íntimo por culpa de una Revolución incontrolada

La suave Patria”, su misterio no se ha ta, lanzó contra el convoy presidencial la agotado y aún invita a toda clase de primera “máquina loca” (locomotora sin interpretaciones. El Maestro repartía conductor). Hubo muchos muertos sobre cientos de miles de ejemplares gratuitos todo entre soldados y soldaderas. López Velarde se salvó pero ya no en Hispanoamérica. Uno “En el México sin quiso seguir en lo que le cayó en manos del joven PRI él puede ser Borges. Se aprendió de el ‘poeta nacional’ pareció con razón una camemoria “La suave Patria” que antes tratamos ravana hacia la muerte: incesantes “máquinas locas” y no la olvidó nunca. El ser en vano de memorizable es una de las y ataques de la caballería. inventarnos” Carranza fue asesinacualidades que la hacen do por órdenes de Obrememorable. Es fama que al morir López Ve- gón en Tlaxcalantongo. Aguirre Berlarde Vasconcelos fue al castillo de langa permaneció con él y luego quedó Chapultepec para conseguir que el prisionero en Tlatelolco. La carrera gobierno pagara las exequias. Álvaro política y el bufete de abogados se deObregón, uno de los rarísimos pre- rrumbaron. Para la orden mendicante sidentes mexicanos aficionados a la de los poetas mexicanos vivir fuera poesía y discreto versificador él mis- del presupuesto es vivir en el terror mo, amaba a Vargas Vila y a Julio Fló- porque no existe ninguna otra posibirez pero ignoraba quién era el muer- lidad de sobrevivencia. Sin embargo, López Velarde no quiso to. Vasconcelos le leyó “La suave Patria”. En su “Patria, te doy de tu incorporarse al régimen dicha la clave: sé del verdugo de Carranza. siguiente acuerdo ministerial Obregón la recitó siempre igual, fiel a La situación familiar era tu espejo diario” precaria. Trabajó en la como si la hubiera estueditorial Cultura de los diado mucho tiempo… Tlaxcalantongo y después Loera y Chávez. Cuando no le quedaTodos se quejaban de Carranza y de ba otro remedio aceptó de Vasconcelos la economía: el kilo de filete que bajo don unas clases en la Preparatoria. La UniPorfirio costaba 45 centavos se había vuel- versidad, cordero de Dios que borra to inalcanzable a un peso con 80 centavos. los pecados del presupuesto. En 1921 Obregón se aprestaba a ceEn la villa de Guadalupe, Jesús M. Guajardo, el asesino de Zapa- lebrar el centenario de la consumación

de la Independencia y a inaugurar el sistema que duró hasta el 2000. Consciente de que un golpe militar y no un movimiento popular lo había llevado al poder, inventó que todas las rebeliones anteriores desembocaban en una sola a la que llamó Revolución Mexicana. Nació en 15 Solemnizar am- de junio de bas cosas requería 1888 de cuando menos un poema épico. No había nadie que lo escribiera. Para López Velarde el intento era la única posibilidad de reconciliarse con los vencedores. ¿Cómo hacerlo si su honradez le impedía elogiar al general que jamás perdió una batalla y congraciarse con los asesinos de su jefe que mantenían preso a su amigo y protector Aguirre Berlanga? Optó por un poema íntimo que en vez de cantar al nuevo México obregonista se despedía del México destruido por la Revolución. No fue, como algunos quisieron, un segundo Himno Nacional. Sin embargo, su encanto y su misterio están lejos de haberse agotado en estos años: Trueno del temporal: oigo en tus quejas crujir los esqueletos en parejas, oigo lo que se fue, lo que aún toco y la hora actual con su vientre de coco y oigo en el brinco de tu ida y venida, oh trueno, la ruleta de mi vida. (Letras Libres, agosto de 2001. Edición Comunicante).

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Aquel rubio de Albacete Por Amelia Castilla

¿

Qué tamaño debe tener el amor para ser amor? ¿Quién inspira una obra y cómo se forja el personaje que evoca un sentimiento? Beatriz Portinari o Felice Brauer vivían en la mente de Dante y en la de Kafka. Sabemos que los sonetos de “El rayo que no cesa” no iban dirigidos únicamente a Josefina Manresa, la mujer de Miguel Hernández; que Maruja Mallo y María Cegarra también fueron musas del poeta y eso no modifica su valor literario; al contrario, añade datos para la construcción de los parámetros de la intraliteratura. La vida sentimental de Federico García Lorca podría equipararse con alguno de los dramas que escribió. El amor que no pudo ser recorre la obra del autor de “Bodas de sangre”, pero la pasión, convertida en luz y en armonía, se desborda en sus “Sonetos del amor oscuro”, unos versos cuya redacción comenzó en 1935, meses antes de ser asesinado, y que permanecieron inéditos durante casi cincuenta años, dos fechas significativas en la novela negra en que se ha convertido su vida, pero conocemos realmente quién los iluminó. La historia nunca acaba de escribirse y ahí radica uno de sus atractivos. A la antología poética de Lorca ahora le falta un romance ocasional y con aire popular. Está escrito en redacción primera y única, probablemente con un lápiz azul y rojo de dos puntas: “Aquel rubio de Albacete / vino, madre, y me miró. / ¡No lo puedo mirar yo! / Aquel rubio de los trigos / hijo de la verde aurora, / alto, solo y sin amigos / pisó mi calle a deshora…”. Hace dos meses no se conocía este poema, escrito en el reverso de una factura de Academia Orad del 1 de mayo de 1935 y dedicado a Juan Ramírez de Lucas. Hasta hace un par de meses, los estudiosos de la obra lorquiana señalaban a Rafael Rodríguez Rapún, secretario de La Barraca, con el que el poeta vivió una relación sentimental frustrada, como el gran inspirador de los “Sonetos del amor oscuro”, pero la última carta de la que se tiene constancia de Lorca, un poema inédito y el testimonio del crítico de arte Juan Ramírez de Lucas, que obra en poder de su familia, sugieren matizar determinados aspectos: ¿Rodríguez Rapún fue el gran inspirador o hubo más musas? En el último año de su vida, Lorca andaba loco por un muchacho con el que pensaba viajar a México. Su amiga la actriz Margarita

Xirgu llegó a mandarle el pasaje, pero el poeta aplazó la travesía hasta conseguir el permiso paterno para viajar con su amigo de 19 años. Mientras el menor languidecía en Albacete ante la negativa paterna, el poeta le escribió la que luego se convertiría en su última carta de la que se tiene conocimiento, fechada el 18 de julio de 1936, el mismo día del alzamiento nacional. Lo llamaba Juanito y se despedía con un cariñoso e íntimo “de este gordinflón que tanto te quiere”. Entre la fecha del poema y la data de la carta habían transcurrido 14 felices meses. Es probable que alguna migaja de aquella pasión quedara en alguno de los encendidos versos en los que destaca la juventud del destinatario y la edad del poeta: “No me dejes perder lo que he ganado / y decora las aguas de tu río / con hojas de mi Otoño enajenado”. Con apenas 18 años, Ramírez de Lucas compaginaba los estudios de administración pública con su soñada vocación artística. Alto, rubio, hijo de un médico forense y con ganas de comerse el mundo, Ramírez de Lucas encontró en el Madrid republicano la libertad a la que todo joven aspira. Cuando los presentó Pura Ucelay, él sabía muy bien quién era el poeta. A los 37 años, Lorca se encontraba en el momento de plenitud de su carrera. Empezaba a ser traducido a otras lenguas; Nueva York, Buenos Aires y La Habana se habían rendido a sus pies. Poeta en Nueva York se publicó cuatro años después de su muerte, pero los sonetos tardaron casi cinco décadas en hacerse públicos. El material sobre el que trabajó en los últimos días de su vida el autor de “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías” les fue entregado por la familia Rosales a los Lorca antes de partir para el exilio. … Sembró por mi noche obscura su amarillo jazminero tanto me quiere y le quiero que mis ojos se llevó. ¡No lo puedo mirar yo! Aquel joven de la Mancha vino, madre, y me miró. ¡No lo puedo mirar yo!

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8 “¿La ilusión? Eso cuesta caro. A mí me costó vivir más de lo debido”

Rulfo, Príncipe de Asturias Por Carlos Fuente

“Mi madre se llamaba María Vizcaíno y estaba llena de bondad, tanta, que su corazón no resistió aquella carga y reventó. No, no es fácil querer mucho, Juan”

E

l escritor mexicano Juan Rulfo ha obtenido el Premio Príncipe de Asturias de las Letras gracias al voto de calidad del presidente del jurado, Pedro Laín Entralgo. Tras sucesivas votaciones entre los miembros del jurado, reunido en Oviedo, no fue posible deshacer el empate entre las candidaturas del escritor mexicano y el poeta asturiano Ángel González. Por indicación de los estatutos de la Fundación Principado de Asturias, que otorga estos galardones, el presidente tuvo que decidir por primera vez en la historia de estos premios. El jurado ha concedido el premio a Juan Rulfo en “reconocimiento de la alta calidad estética, hondura, inventiva, acierto y novedad expresiva, así como su decisiva influencia en la posterior narrativa de su país y el lugar destacado que ocupa en el conjunto de las letras hispanas”. Según explicó el presidente, Pedro Laín Entralgo, nada más comunicar el fallo, “se llegó en las deliberaciones a una situación comprometida por la existencia de numerosas candidaturas de gran prestigio. Se procedió entonces a realizar sucesivas votaciones, hasta que se llegó a un empate entre Juan Rulfo y Ángel González. Un empate que muestra la estimación y reconocimiento del jurado hacia ambos. Los méritos de Ángel González son patentes por su alta calidad estética y ética. Pero como establecen los

estatutos de este premio, fue necesario que el presidente tuviera que aplicar el voto de calidad. No creo que por este hecho el premio se haya devaluado. Al contrario, equipara las cualidades de los dos candidatos”. Las candidaturas de Juan Rulfo y Ángel González fueron presentadas el jueves por miembros del jurado, quienes ya en las primeras votaciones eliminaron nombres tan conocidos como los escritores peruanos Mario Vargas Llosa y Brayce Echenique, así como los españoles Guillermo Díaz Plaja, Joan Fuster y Carmen Martín Gaite. Mientras que para el duque de Alba, Juan Rulfo es el único escritor importante hispanoamericano que no se sometió a las pretensiones de la editora Carmen Balcells, y que está fuera de las pasiones políticas que caracterizan la nueva literatura de Hispanoamérica, para Pedro Laín Entral-

go, director de la Real Academia Española, Rulfo es “uno de los iniciadores de la gran narrativa psicológica, expresiva y conmovedora. Es uno de los grandes literatos actuales en lengua castellana”. El autor de “El llano en llamas” y “Pedro Páramo” se enteró de forma oficial de la concesión del premio a las 3.30 de la madrugada de ayer hora de México. Quedó sorprendido, dado que en las diferentes candidaturas que se manejaban él no figuraba. El escritor manifestó: “es una sorpresa muy grande. Yo no lo esperaba, sinceramente. No estaba preparado para recibirlo, es un reconocimiento muy valioso. La noticia me ha levantado el ánimo. Estos días había estado deprimido”. La mujer del escritor protagonizó una curiosa anécdota, según supo este periódico. El hijo de Juan Rulfo, que compraba diariamente los periódicos, quedaba entristecido al leerlos cuando observaba que el nombre de su padre no aparecía entre los candidatos al premio. Entonces su madre le dijo: “tranquilo, hijo, que los que viajaremos a Oviedo el próximo mes de octubre seremos tu padre y yo”. (“Juan Rulfo obtiene el Premio Príncipe de Asturias de las Letras tras empatar con Ángel González”, nota publicada en El País, el 18 de junio de 1983, un día después del anuncio. Edición Comunicante).

VIERNES 17 DE JUNIO DE 2016

“Desgraciadamente yo no tuve quien me contara cuentos”

A Rulfo le bastaron dos libros, “El llano en llamas” y “Pedro Páramo” para inmortalizar su nombre

“Los muertos pesan más que los vivos; lo aplastan a uno”


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