Entrevista
AMBO Entrevista por Ana MarĂa Archila
UN MUSEO PARA LA GENTE
Valiosas obras de arte, objetos intocables, inmensas salas en silencio… en la actualidad, los museos dejaron de ser estos lugares inmaculados en los que la calma, la mesura y la individualidad reinan, para convertirse en espacios de interacción con diferentes ideas y personas, espacios en los que el visitante no es solo un observador, sino que se convierte también en un creador. Hablamos con Laura Feged, subdirectora del Museo de Arte Moderno de Bogotá, sobre la actualidad de la movida artística en el país y sobre este museo, uno de los más importantes de Colombia.
Amarilo: ¿Cuál es la importancia de los museos
Fotografías Cortesía MamBo
de arte dentro de la sociedad y, por supuesto, cuál es el valor más importante del Museo de Arte Moderno de Bogotá para la ciudad y para Colombia? Laura Feged: La importancia: toda. Creo que la responsabilidad que tiene un museo en la sociedad es súper importante, empezando porque alberga patrimonio. En este caso, nosotros tenemos una colección de alrededor de 4000 obras, tenemos parte del patrimonio del país. Además de esto, la importancia es darlo a conocer y abrir espacios que generen nuevas ideas, que sea un espacio donde la gente pueda venir a socializar (…), un espacio de relación con otras personas, un espacio de encuentro, como lo era en las épocas antiguas, en las que la gente se reunía alrededor de estas instituciones a generar proyectos, simplemente a tener temas de conversación. Un museo por lo general es un espacio neutral, no tiene una inclinación política; es un espacio donde todo es permitido y todo es válido, obviamente manteniendo los márgenes y el respeto, (…) estamos convencidos de que el arte transforma (…), estamos seguros de que la labor del museo con la sociedad es muy grande, porque acá se pueden sanar muchas heridas y se pueden empezar nuevos caminos de muchas personas.
"NUESTRO RETO ES MUY GRANDE PORQUE SIEMPRE QUEREMOS QUE LA EXPERIENCIA SEA POSITIVA. CREEMOS QUE SI LA EXPERIENCIA NO ES POSITIVA, VA A SER MÁS DIFÍCIL QUE LA GENTE VUELVA".
A: Entonces, los museos son necesarios en toda sociedad… L: Yo creo que es una necesidad y que es muy importante. En la mayoría de las capitales del primer mundo, cada tres cuadras hay un museo; hay museos para todos los gustos y de todas las especialidades. El Gobierno invierte mucho en cultura y se han dado cuenta de que son espacios que realmente transforman y cambian percepciones de vida y desarrollan a la gente. A: Hace poco se hizo una remodelación con el fin de darle nueva vida al museo. ¿Qué más se está haciendo para que los ciudadanos se acerquen a este espacio y lo sientan como propio? L: Principalmente el programa de membresías. Se llama la Red MamBo, una red de personas interesadas en apoyar el arte y la cultura, y que están buscando diferentes formas de acercarse. El museo hace el rol de gestor cultural y genera nuevos espacios para esas personas. Hacemos eventos, conversatorios, visitas guiadas, espacios íntimos con los artistas y curadores, también circuitos de arte con nuevos espacios que están surgiendo, visitas a galerías;
hemos hecho incluso catas de vino para mezclar diferentes espacios, pues, al final, todo es cultura y todo se puede mezclar. El museo es un catalizador de ideas y de proyectos.
A: ¿Y cómo funcionan las membresías de esta Red MamBo?
L: Hay de todo. Estamos tratando de que todo el mundo tenga la posibilidad de pertenecer al museo. La de estudiantes cuesta 40 000 pesos, la individual 80 000, la doble 120 000, las familiares 500 000 pesos, y la membresía del círculo de jóvenes coleccionistas cuesta tres millones de pesos. Este último es un grupo de personas que están interesadas en convertirse en coleccionistas y también quieren apoyar al museo, ya que este es el ente que les brinda esa posibilidad y que les ayuda con ese propósito que tienen de una manera interesante. Tenemos también membresías corporativas, para benefactores y pensando en empresas que quieran darles beneficios a sus empleados. Entonces, además de que apoyan al museo, generan movida cultural en sus empresas. Queremos que la gente se dé cuenta de que el museo no tiene ninguna barrera (…).
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A: ¿Cómo surgen las ideas para las exposiciones? ¿Cómo se articula este trabajo?
L: Hay un departamento que se dedica especialmente a eso, siempre se está mirando mucho qué está pasando internacionalmente, así como qué artistas nacionales nos gustaría que acompañaran la programación. Tratamos de que la programación siempre esté nivelada en exposiciones sobre artistas nacionales e internacionales (…). Es todo un análisis y un comité el que está detrás; se invitan artistas que quieran participar y trabajar en pro de una misma causa, que es volver a posicionar y dar a conocer el museo… trabajamos siempre de la mano con los artistas.
A: Revisando las iniciativas que tienen, hay muchas dirigidas a niños en edad escolar, ¿qué hay de los jóvenes universitarios o de posgrados? ¿Qué iniciativas hay para ellos, en las que no solo pueda crecer su conocimiento sino, quizás, hacer crecer también al museo como un espacio interdisciplinario que sea reflejo del arte contemporáneo en el que se mezclan múltiples disciplinas? L: En este momento tenemos la Escuela de guías, que está conformada por gen-
te de pregrado y profesionales de diferentes disciplinas: artistas, sociólogos, historiadores, antropólogos, gestores culturales que quieren seguir profundizando en sus carreras y en sus temas de interés. Vienen todos los miércoles, están en el museo toda la tarde con el departamento de educación, tienen temas a tratar, debates y planean actividades. No solamente son mediadores del público que atienden, sino que también se abren espacios para formular proyectos, generar ideas y la mayoría de las actividades las apoyan ellos (…) También tenemos diferentes talleres, como el taller de tejido, en el que la mayoría de las personas son mayores de edad, que están haciendo su carrera y hay otros que ya son profesionales… Se trata de tener actividades para todos los grupos: adultos mayores, adultos, jóvenes…
A: Los grandes museos del mundo como el Guggenheim o el MoMa son una marca registrada, una marca reconocible… ¿Cómo lograr esto con el MamBo? L: Ese es nuestro tema del día a día. Ese es nuestro reto. Nosotros queremos que el MamBo sea un distintivo y que sea una marca, pero hay que hacerlo paso a paso. Yo creo que en el momento en el que la programación atraiga a la gente y que la gente venga y tenga buenas experiencias, va a querer volver (…), la gente a esos grandes museos no va por ir, sino que va por lo que encuentra ahí. Ese es nuestro reto: que cuando la gente venga al museo sepa que no es la última vez, sino al contrario, que empiecen a esperar la siguiente exposición. También queremos generar nuevas experiencias. Estamos convencidos de que cuando uno visita un museo y tiene un contacto diferente con el arte, siempre va a querer volver a sentir eso… vivir cosas nuevas es lo que la gente siempre quiere. Por eso estamos buscando proyectos nuevos, como por ejemplo el MamBo Alive, en el que el museo, además de que abre sus puertas para ver una exposición, se mezcla con una fiesta de música electrónica (…).
A: Cuéntenos un poco más sobre cómo funciona el MamBo Alive. L: Está inspirado en el MoMa PS1, de ahí salió el concepto y la idea es adaptarlo a la cultura colombiana (…). Ese día el museo cambia bastante, empezando porque se cierra desde la Calle 24 hasta la 26, la gente que pasa por la 24 ya no ve el edificio, sino que se encuentra con una entrada gigante que le da la bienvenida al Mambo Alive. La gente ingresa, compra una boleta, como en cualquier fiesta o museo, y esa boleta le da derecho a recorrerlo todo. En el parqueadero montamos la tarima y la carpa, y tenemos unos food trucks (…). La idea es “parchar” la tarde, ese es el concepto: que antes de que la gente salga de fiesta, o antes de que la gente se vaya a su casa, esté en el MamBo la tarde de un sábado de una forma diferente. La gente está en la fiesta electrónica, vive esa experiencia, pero al mismo tiempo puede entrar cuantas veces quiera al museo y recorrer la exposición (…).
do, trabajar más de la mano, hacer más intercambio de información, de programas, de obras, de exposiciones. El museo siempre va a ser un espacio necesitado y valorado por la sociedad, porque es un espacio que la gente busca porque le interesa, porque aprende, porque vive algo diferente, porque la saca de la cotidianidad, porque le complementa un tema de interés. (…) Un museo no se acaba; sino se reinventa y evoluciona. Hay unos más clásicos que otros, eso depende de la colección que se tenga, y depende de las políticas de la institución. Nosotros somos una de esas entidades que evoluciona; nos gusta estar con lo que la gente está pidiendo, y nos hemos dado cuenta de que el público bogotano es un público muy curioso y que está buscando nuevas experiencias, está buscando nuevas iniciativas. El museo está en la labor y en la obligación de estar transformándose, aprendiendo las necesidades y los gustos que van apareciendo.
A: El año pasado fue la primera edición
A: Hablando de los asistentes a los museos, ¿cómo formar públicos y a qué públicos formar? L: Yo creo que a todo el mundo. Hay mucha gente que pierde el miedo a venir y se da cuenta de que acá puede aprender mucho y experimentar muchas cosas, y luego vuelve, (…) al final todos son voceros. (…) Ese es nuestro reto del día a día, nosotros todos los días estamos pensando qué hacer para la gente y, sobre todo, cómo comunicarlo (…).
del MamBo Alive, ¿cómo estuvo? L: Perfecto, genial. Tuvimos 700 personas. Estuvo lleno, contra una tormenta que cayó ese día (…). La gente recorrió el museo, las salas estaban llenas, en verdad fue muy gratificante.
A: Volviendo un poco al tema de los museos como institución, ha cambiado mucho desde el inmaculado Gran Salón en París hasta ahora. ¿Cómo cree que va a ser el futuro de los museos? L: Yo creo que es un poco como lo que decían de los periódicos de papel y los libros: que por un minuto pensaron que podían ser reemplazados (…). Creo que es muy parecido con las instituciones culturales: hoy en día, gracias a internet, uno está a un clic de visitar un museo en cualquier otra parte del mundo (…), eso no hay que verlo como una barrera sino como una oportunidad, pues esto lo que hace es que el museo pueda tener más acercamientos, más alianzas con instituciones de otras partes del mun-
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A: Mucha gente siente cierta prevención o “miedo” de entrar a instituciones de arte, como museos o galerías. Gran parte de ese sentimiento se da porque la gente no conoce y no sabe muy bien con qué se va a enfrentar… L: Yo creo que uno tiene que darle una oportunidad a las cosas. Ocurre como cuando a uno le dicen que pruebe algo que uno no quiere o que le da miedo, y después se da cuenta de que le encanta (…). Son cosas muy parecidas, muchas veces uno va a estos espacios, y por miedo
o desconocimiento no entra, o entra con temor… Nosotros queremos que en el museo sea válido todo.
A: ¿Cómo está Colombia en cuanto a museos y gestión del arte?
L: Yo creo que Colombia va muy bien, cada vez se abren más puntos culturales y más puntos de desarrollo. En este momento hay un auge de galerías, de instituciones, de organizaciones, de museos, y no es en vano que por eso estemos en el ojo internacional. Cada vez todo va cogiendo más fuerza, como por ejemplo ArtBo: la gente viene hasta acá para asistir a la feria, lo cual es muy gratificante… Cuando uno habla con museos de otras partes del mundo, saben lo que está pasando en Colombia, saben de los artistas colombianos; ese es el mejor termómetro: cuando hablan de uno y hablan bien.
A: En efecto, últimamente se han abierto y gestionado muchas galerías y centros de arte, la movida cultural está teniendo bastante auge. ¿Qué es necesario para que un museo o una institución cultural sea sostenible? ¿Qué hay que tener en cuenta para esto? L: Hablando de los museos principalmente, se necesita apoyo de la entidad privada
y pública. Nosotros, por ejemplo, somos una entidad privada, recibimos apoyo de entidades públicas como el Ministerio y el Distrito, pero no es suficiente, sobre todo porque tener boletería a veces es una barrera; sin embargo, la boletería para nosotros es fundamental. Entonces uno entra en esa dualidad de cómo ser. La empresa privada cada vez apoya más, pero yo creo que también es responsabilidad del Estado, porque mantener una institución cultural es muy costoso, en especial si uno quiere tener programación de talla mundial.
A: En su opinión, ¿cómo está el MamBo en esta materia?
L: Yo siento que vamos mejor en comparación con el año pasado. La Red MamBo cada vez coge más fuerza (…) pero todavía nos falta mucho; esa es nuestra constante: tratar de buscar apoyo. Porque no se trata de que todas las actividades que hacemos tengan costo, sino al contrario, que la mayoría sean de acceso gratuito, para que la gente pueda venir; pero mantener el museo y los presupuestos de cada exposición requieren tener un buen músculo financiero… Nuestra meta es que el museo siempre se pueda visitar y tenga exposiciones únicas, exposiciones nuevas, innovadoras… eso requiere dinero.
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A: ¿Cómo está Colombia en cuanto a profesionales y expertos en arte y cultura? L: Anteriormente, había mucha gente que se iba afuera a estudiar y no volvía, los talentos se quedaban afuera. Ahora veo lo contrario: la gente que se fue a estudiar afuera temas que acá no se encuentran, está volviendo. Esta es una de las cosas más importantes y valiosas: cuando uno hace esos intercambios culturales y regresa, comparte el conocimiento. (…) Yo creo que cada vez se están abriendo más espacios de estudios y de puesta en práctica, porque también eso pasaba mucho: la gente se iba, estudiaba y cuando volvía, no había dónde aplicar lo que había aprendido (…). Creo que cada vez hay más oportunidades, no solo de estudio, sino también de práctica, y eso se nota también en la calidad de lo que se está haciendo y se está produciendo. Yo creo que Colombia va muy bien (…).
"CREO QUE ES NECESARIO DARLE DIFERENTES ACCESOS AL PÚBLICO, HACER TODO MÁS AMIGABLE, MÁS FÁCIL".