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Paloma Santaolalla le delata su mirada sincera y transparente, que deja entrever un espíritu joven, inquieto e incansable. Y es que la fundadora y directora creativa de una de las firmas de moda femenina del momento, Nice Things Paloma S. –con 38 tiendas en España, 15 en el extranjero, 1.000 puntos de venta multimarca y presencia en las míticas Galeries Lafayette– no puede parar de trabajar. Lleva haciéndolo desde que con 18 años comenzara a tejer jerséis en su San Sebastián natal, una afición que, como ella afirma sentada en uno de los plácidos sofás de su tienda del Eixample barcelonés, eligió, “porque era una negada para todo. Tenía que decidirme por algo para la clase de manualidades del colegio y las agujas y la lana me parecieron lo más sencillo”.
SUS FAVORITOS
El perfume Magnolia, de Acqua di Parma. Paloma Santaolalla posa a la entrada de su tienda de Barcelona con ropa de Nice Things.
52 | HARPER’S BAZAAR | Enero 2011
Chaleco de conejo de la colección otoño/invierno de Nice Things.
Las esculturas de Eduardo Chillida.
De simple pasatiempo, la confección se convirtió en pasión y sus jerséis se hicieron tan famosos que comenzó a venderlos en la tienda que su madre tenía en el centro de la ciudad. “Fue abrumador. La gente hacía cola los sábados a la puerta del local”, comenta. Mucha culpa de ese éxito la tuvo su madre, a la que Paloma considera su gran mentora: “Recuerdo que siendo pequeña íbamos a París y pasábamos horas revolviendo entre la ropa de los mercadillos”. En esa primera etapa en San Sebastián, la empresaria conoció al que se convertiría en su marido, Miquel Lanna, y con el que lleva compartiendo amor y trabajo desde hace más de 20 años. “Él tenía una pequeña marca de ropa en Barcelona que vendía en nuestra tienda. Yo le preguntaba por nuevos tejidos, dónde comprarlos, y él me consultaba a mí sobre diseño, colores... y surgió el flechazo”, recuerda con una sonrisa. La diseñadora se trasladó a la Ciudad Condal donde, junto a Miquel, fundó Globe, marca textil y referente de moda en los 80, cuyo éxito pronto les superó. Los medios que tenían no podían con la elevadísima demanda y acabaron vendiéndola a un grupo portugués. Aunque no todo fue en balde. Aquella primera experiencia les ayudó a dar forma a Nice Things –Nice Day en sus comienzos– hace ya 15 años. “Queríamos crear algo nuevo que pudiésemos controlar”, recuerda. “Lo que no imaginábamos es que se iba a convertir en algo mucho más grande que Globe”. Al principio vendían en establecimientos multimarca pero enseguida el éxito les obligó a abrir sus propias tiendas. Los locales son un reflejo del universo nice del que habla la creadora y que se palpa en unas colecciones muy cuidadas que las clientas agradecen con fidelidad y entusiasmo: “Tenemos una relación muy estrecha con ellas”, comenta. Por eso las han convertido en las protagonistas de sus catálogos: “Llevamos tres años y la respuesta ha sido increíble. ¿Quién puede enseñar mejor nuestra ropa que nuestras clientas? Ellas lo sienten de verdad”, afirma. n
por ana valls. foto: caterina barjau.
Desde que Paloma Santaolalla fundara hace 15 años NICE THINGS, la firma no ha parado de crecer gracias a su desbordante pasión por el trabajo.