¿Cuándo os conocisteis y cómo surgió la idea de instalaros en Londres? Diego: Nos conocimos en el instituto. Recuerdo que nos copiábamos los exámenes de Latín y de Griego (risas). Nos separamos cuando fuimos a la universidad y no nos vimos durante años. Yo estudiaba en Gerona y Natalia se fue a Barcelona. Después de la universidad nos volvimos a encontrar y decidimos venir a Londres. Pensamos en empezar con nuestra marca, Des Moines, Natalia diseñando y yo encargado del tema relaciones públicas, comunicación… ¿Cómo fueron esos primeros años en Londres? Diego: Comenzamos trabajando como estilistas. Íbamos a los mercados de ropa vintage los domingos, empezando en Camden y después hasta Brick Lane y nos comprábamos ropa para ir a los clubes (risas). La zona de Brick Lane nos encantaba y decíamos: “Si abrimos una tienda, tiene que ser aquí”. Cuando por fin nos decidimos a abrirla, empezamos a buscar locales, pero nadie nos tomaba en serio. Teníamos veintipocos y la gente creía que no les íbamos a pagar. Ya pensábamos que no lo íbamos a conseguir, cuando un día, saliendo de una inmobiliaria, un hombre nos dijo que tenía varios locales para alquilar y así empezó todo. ¿Cómo era esta zona en aquellos años? Natalia: En Brick Lane no había casi nada. Sólo estaban Beyond
día siguiente de llevarlas a Topshop, ya se habían vendido 50 piezas, así que otra vez vuelta a empezar. Natalia: Estábamos muy contentos, pero llorando al mismo tiempo (risas). Nos pasábamos toda la noche cosiendo para volver a Topshop a la mañana siguiente a llevarlo todo, y por la tarde, otra vez vacío, para volver a coser y así… Y mientras buscando un taller local, porque estábamos compitiendo con diseñadores que producían en China y llevaban 20 años trabajando con Topshop. Diego: Había semanas que hacíamos burradas, como 200 piezas. Queríamos ser los que más vendíamos y muchas veces lo conseguíamos, pero era demasiado. Además fuimos perdiendo nuestra esencia, cuidábamos menos la tienda, que era en realidad nuestra prioridad. Así que después de cuatro años lo dejamos. ¿Y cómo ha ido después de Topshop? La verdad es que aumentamos las ventas en la tienda de tal forma que los beneficios son mayores que lo que vendíamos en Topshop. Lo que hicimos fue tratar de recibir a compradores grandes aquí, montando un showroom los días que cerrábamos… También hicimos la planta de abajo de la tienda y ahora queremos abrir nuestro segundo local. Nos gustaría que fuese en el Soho, aunque los precios son altísimos… Además Kate Moss, Beyoncé o Alexa Chung han llevado vuestros diseños…
ENTREVISTA the lazy ones VIVEN EN LONDRES Y VISTEN A KATE MOSS Y A BEYONCÉ POR ANA VALLS, Fotografía MAFALDA SILVA
Si juzgas a Natalia Colom y Diego Téllez únicamente por una fotografía, una pose o un look, puede que confundas a estos treinteañeros con dos modernos más que viven en el este de Londres y que pasan el rato posando para blogs de moda. Nada más lejos de la realidad. Ésta es la historia de dos entrepreneurs que, con sólo 24 años abrieron, su propia tienda, The Lazy Ones (www.thelazyones.com), junto a la londinense Brick Lane, en un barrio en permanente ebullición creativa, al que llegaron cuando apenas era conocido. Dos años más tarde de la apertura llegó la llamada de Topshop. Siguieron cuatro frenéticos años de trabajo que les mantuvieron trabajando a destajo día y noche.
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Retro y Rokit (dos tiendas míticas de ropa vintage en Londres), algunos cafés y el mercado de los domingos, pero para nada todo lo que hay ahora. También hubo un mercadillo donde decían en alguna revista que Alexander McQueen iba a comprar… Pero el boom surgió hace tres o cuatro años. Imagino que fue muy emocionante poder abrir por fin vuestra propia tienda… Natalia: Esa época fue muy tranquila porque yo hacía las prendas a mano, eran bastante rebuscadas… Tenía unas diez piezas al principio porque quería que la tienda tuviese un look más minimal, pero la gente nos preguntaba si era una tienda o una galería y yo pensaba: “Así vamos mal, no vamos a vender nada”. Diego: Claro, es que nosotros pensábamos que con tener la tienda, ya estaba. Pero luego te das cuenta que hay mucho más detrás. ¿Cómo fue la llamada de Topshop? Natalia: Fue en el 2006. Nos dejaron un mensaje en el móvil, que escuchamos una semana después, donde nos decían que querían comprar la colección y claro, flipamos. Yo tenía una colección de solo diez piezas, pero aún así fuimos a sus oficinas, hicimos la entrevista y nos dijeron: “Necesitamos 150 piezas para dentro de tres semanas”. Y nosotros: “Sí, por supuesto”. Pero no teníamos taller, lo cosía todo yo… Fue muy estresante. No dormíamos, nos pasábamos el día cosiendo. Diego: Logramos hacer las prendas en esas tres semanas, y al
Diego: Sí, la verdad, es increíble. Lo de Beyoncé fue lo más gracioso. Un día paseando a nuestro perro por el parque, vi en un periódico una foto de Beyoncé con un vestido nuestro. Era un modelo del que hicimos pocos porque la tela era algo delicada. Natalia: Además era la primera foto en que ella aparecía embarazada. También había alterado el vestido y en vez del escote barco que tenía, lo había hecho más pronunciado. ¿Qué le diríais a alguien que quiere venir a Londres a desarrollar una carrera en el mundo de la moda? Diego: Cuando nosotros vinimos a Londres en España no había industria, pero ahora hay suficiente como para que la gente al menos lo pruebe antes de venir aquí. Hay gente que viene de ciudades muy pequeñas, como nosotros, y que no han pasado por Barcelona o Madrid y es importante antes de dar un paso tan grande como venir a Londres. Es una ciudad muy dura. Lloras. El invierno es terrible… Aunque luego tiene cosas fantásticas, claro. Natalia: Lo importante es que vengan con un plan: estudiar, hacer contactos… Porque si vienes sin él, es muy complicado y eso nos pasó a nosotros. Al final nos salió bien, pero después de luchar y sufrir mucho. Diego: Además hay mucha gente que pone tanto esfuerzo en venir a Londres y luego al no salirles bien, ya se dan por vencidos. Piensan que su oportunidad se les ha pasado y no es así, tienen que seguir luchando donde sea. 39