Jordania Fuera de Ruta

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JORDANIA PETRA, AMMAN, WADI RUM, JERASH Y MÁS


ANTES DE SALIR VISADOS Y DOCUMENTACIÓN Para entrar en Jordania no solo es obligatorio tener el pasaporte en vigor, sino que no debe caducar en los siguientes seis meses al momento de llegada al país. Además, será necesario un visado, que puede conseguirse en la embajada o consulados jordanos antes de salir, o bien en el aeropuerto y puestos fronterizos de Jordania (excepto en el puente King Hussein que sirve de frontera entre Cisjordania y Jordania) al llegar. El visado puede ser de una o múltiples entradas. El primero tiene validez de un mes, mientras que el múltiple alarga su crédito hasta seis meses. Sus precios rondan los 21 € y los 64 €, respectivamente. De todas formas, quienes vayan a pasar más de 30 días en territorio jordano deberán, al cabo de ese tiempo, presentarse en una comisaría de policía para sellar nuevamente el pasaporte. En caso contrario les atañe pagar una multa. Solicitar el visado en la embajada de Madrid o los consulados resulta más práctico y rápido que hacerlo en el control del aeropuerto, donde además exigirán el pago en dinares jordanos (pueden conseguirse en una oficina de cambio de la aduana, junto al control de pasaportes). Quienes tengáis pensado visitar otros países vecinos debéis saber que os denegarán el visado si en vuestro pasaporte hay sellos o síntomas de haber pasado por Israel. Jordania y Egipto se saltan 10

esta prohibición, pero Siria o Líbano son inflexibles con este asunto. Por síntomas se entienden los sellos de entrada-salida de Jordania o Egipto en pasos fronterizos con Israel (aunque el sello israelí no aparezca, el cuño jordano o egipcio delatará vuestro recorrido). Si queréis adentraros desde Jordania en los territorios de la Autoridad Nacional Palestina, lo mejor será pedir que os sellen todos los pasos en un papel, para salvaguardar el pasaporte, y luego regresar por el mismo camino. No está de más llevar toda la documentación fotocopiada, por si la original se extravía.

CÓMO LLEGAR EN AVIÓN El único aeropuerto internacional jordano es el Queen Alia de Amman (www.aig.aero), situado 35 km al sur de la capital. La ciudad portuaria de Aqaba es la otra que también presume de aeropuerto, aunque no suele recibir vuelos internacionales, salvo algún chárter eventual. Aún más raro sería aterrizar en el otro aeropuerto de Amman, antigua base militar y hoy aeródromo conocido Amman Civil Airport (Marka). Las principales ciudades europeas están comunicadas vía aérea con Amman. Desde España, los aeropuertos de Madrid y Barcelona disponen de varios vuelos semanales para viajar directamente a Jordania. Están operados por las compañías Iberia (www.iberia.com) y Royal Jordanian (www.rj.com),


ANTES DE SALIR • CÓMO LLEGAR

que tienen vuelos concertados. Otras compañías (Alitalia, Turkish Airlines, Lufthansa, etc.) también vuelan desde nuestro país hasta Amman, pero siempre haciendo escala en su país de origen. EN BARCO Para desembarcar en Jordania, en el puerto de Aqaba, hay que subirse a bordo de los ferries que salen de Egipto, concretamente del puerto de Nuwaybi’ (Nuweiba), en la península del Sinaí. Paciencia con los controles de salida, y con la duración del viaje, que nunca se sabe con seguridad de cuánto tiempo será. El ferry rápido zarpa a mediodía o por las tardes, y no debería emplear más de hora y media en llegar a Aqaba. El lento, que transporta vehículos, supera las cuatro horas de travesía. Los billetes hay que pagarlos con dólares. Solo expenden billetes de ida. Para hacer el recorrido inverso, salir de Aqaba hacia Egipto, no hay demasiadas diferencias. Si tan solo queréis conocer la península del Sinaí, preguntad en el consulado

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egipcio de Aqaba por el visado turístico (es gratuito y de unos pocos días de duración, aunque no vale para ir más allá de Sharm el Sheikh). POR CARRETERA Una alternativa al ferry egipcio es la de bordear en coche o minibuses el Mar Rojo, desde la localidad de Taba hacia Eilat, en Israel, y desde aquí alcanzar Aqaba. A las tasas de salida de Egipto hay que sumar las de entrada y salida de Israel, más el visado jordano. Si habéis escogido esta opción, estáis entrando por el puesto fronterizo de Wadi Araba (abierta de domingo a jueves de 6.30 h a 22 h, viernes y sábado de 8 h a 20 h). Desde Eilat, podéis alcanzar el puesto de control a pie (a 2 km). Ya en territorio jordano, se suele compartir un taxi de línea o coger uno privado (los amarillos), para llegar a Aqaba (11 km). Los sellos israelíes en el pasaporte no perjudicarán a quienes vayáis a quedaros en Jordania, pero impedirán que podáis entrar en otros países de Oriente Medio.

> DIRECCIONES Y TELÉFONOS DE INTERÉS Embajada del Reino Hachemita de Jordania en España. General Martínez Campos 41, 5º. 28010 Madrid. Telf. 91 319 11 00. www.embjordaniaes.org. Información turística. Telf. 91 781 39 87. www.visitjordania. com. Cancillería de España en Jordania. Zaharan Street, Jabal Amman. PO Box 454. 11118 Amman. Telf. 461 41 66/ 67/ 68/ 69. emb.amman@maec.es; amman.visa@maec.es. La Embajada de España en Amman ha externalizado el servicio de tramitación de visados de corta duración (Schengen) con la empresa VFS Global: Arar St, Wadi Saqra, Madanat Building 142, PO Box 5195 Amman. www.vfsglobal.com/spain/jordan. 11


AMMAN > CAPITAL DE JORDANIA. 1.800.000 HABITANTES. Convertida en una de las ciudades más densamente pobladas del mundo, Amman parece una gran colmena cuando se divisa desde la cima de alguna de las colinas sobre las que se repliega. Si hace miles de años ya era conocida como Rabbath Ammon, sus vestigios históricos obligan a recordarla con el nombre de Philadelphia, la ciudad de la Decápolis que durante el período romano se convirtió en un centro comercial próspero y característico de la provincia imperial de Arabia. El teatro romano y otras ruinas de entonces así lo atestiguan. Tras un intervalo de estancamiento histórico, el siglo xx la rescató del olvido para convertirla en una de las capitales del nuevo Oriente Medio, el que se inventaron los

Un poco de historia

“Vas a acercarte a los hijos de Amón, pero sin pasar por sus confines. No los ataques y no les hagas la guerra, porque yo no he de darte en posesión nada de la tierra de los hijos de Amón” (Deuteronomio 2, 19).

Ésas fueron las instrucciones que Dios dio a Moisés durante su periplo hacia la Tierra Prometida, cuando este y los judíos liberados de Egipto transitaban por las proximidades del reino amonita, el actual noroeste de Jordania. La capital de aquel pequeño reino era Rabbath Ammon, y las tribus legatarias de Moisés no tardaron en hostigarla. El rey David y su ejército israelita atacaron la ciudad, gobernada entonces por el rey Nahash (siglo x a.C.), mataron a sus ciudadanos y esta pasó a depender del reino vecino. Asirios y babilonios también ocuparon la ciudad antes de la irrupción de Alejandro Magno en Oriente Medio (332 a.C.). La muerte de este estratega significó el reparto de sus conquistas entre los generales de su ejército. Ptolomeo I obtuvo la satrapía de Egipto y la Cirenaica, y asoció al trono a su hijo Ptolomeo II Philadelphio (308-246 a.C.), quien recuperó y restauró Rabbath Ammon, además de construir la biblioteca, el museo y el puerto de Alejandría. La ciudad amonita pasó a ser conocida como Philadelphia durante los siguientes siglos, en los que también hicieron acto de presencia seléucidas y nabateos. El rey Herodes y los romanos llegaron a la ciudad cogidos de la mano (año 30 a.C.), cuando Philadelphia ya disfrutaba de una importante influencia helenística y de una fuerte alianza comercial con otras nueve ciudades (el conjunto entero formaba la Decápolis). Los romanos solo tuvieron 30


INFO • AMMAN

ingleses y franceses tras la Primera Guerra Mundial. La dinastía hachemí está intrínsecamente ligada a esta ciudad. El rey Abdullah I la escogió como capital de su reino, y su nieto Hussein la impulsó y posicionó en la sociedad contemporánea. Hoy, el fenómeno de la globalización ha convertido a Amman en una gran ciudad donde tradición y vanguardia, o lo que es igual, los cantos del muecín y las mezclas de algún dj conviven a las mil maravillas.

INFO

Un centro de visitantes situado junto al teatro romano sirve la mayor parte del año como oficina de turismo (abierto de 8.30 h a 18 h). En él, reparten folletos y mapas gratuitos, y ayudan a encontrar algunos lugares interesantes de la

ciudad y sus alrededores. También podréis preguntar por las visitas guiadas a la Ciudadela. Su personal habla en inglés. La policía turística, siempre cercana a los monumentos, podrá indicaros en inglés dónde encontrar las comisarías para tramitar visados.

que consolidar su clásico trazado urbanístico y las rutas caravaneras en su propio beneficio. Esta ciudad, a pesar de compartir fisonomía con Roma (ambas fueron erigidas sobre siete colinas), apenas destacó entre el conjunto de ciudades romanas de la provincia arábiga. Durante el Imperio bizantino, la ciudad fue sede episcopal para los cristianos, aunque la llegada de los musulmanes ensombreció dicha etapa histórica. La dinastía omeya (siglo vii) resituó a la ya conocida Amman en el mapa de rutas comerciales que transcurrían entre Damasco y La Meca. El lugar se convirtió en parada habitual de caravanas y lugar de reposo para príncipes desocupados. Sin embargo, la búsqueda de su período dorado obliga a dar un salto hasta el siglo xx. En 1878, una colonia de circasianos se instaló en Amman y alrededores, hecho que favoreció la revitalización de la villa hasta el punto de constituirse como parada ferroviaria en la línea de Hijaz que unía Damasco y Medina (Arabia Saudí). En 1900, sus habitantes apenas superaban la cifra de 2.000. La Revuelta Árabe y la Primera Guerra Mundial involucraron a la ciudad en el acontecer histórico y en la formación del Oriente Medio moderno. El emir Abdullah se sirvió de ella desde 1921 para pelear por la independencia de Transjordania. Una vez conseguida (1946), Amman se erigió como capital del reino hachemí y sede del gobierno jordano, mientras el nacimiento del estado de Israel obligaba a los estados árabes a acoger a miles de refugiados palestinos. El rey Hussein, nacido en Amman, fue el artífice del despegue económico de una ciudad rodeada de guerras y tensiones políticas, y desde la firma del acuerdo de paz alcanzado con Israel en 1994, esta ciudad se ha ido situando entre las capitales más desarrolladas y relevantes de Oriente Medio. 31


JORDANIA

Para comprar divisas, podréis acudir sin temor a las oficinas de cambio que se concentran en Al Malek Faisal Street, cerca de la mezquita. Todas cierran tarde a 21 h, aproximadamente.

TRANSPORTES

> Avión. El aeropuerto internacional Queen Alia (35 km al sur) está conectado con la ciudad mediante autobuses conocidos como Airport Express que salen desde la estación de Abdali. > Autobuses. Las compañías privadas de autobús cubren los destinos más importantes de Jordania

Las calles El viajero debe tener en cuenta que la transcripción al inglés puede alterar el nombre de algunas calles en los mapas. Al Malek significa rey (en inglés, king), por lo que Al Malek al Hussein es al mismo tiempo King Hussein Street. El nombre de las glorietas principales ha quedado en desuso. Ahora se las conoce por su número. Para colmo, las nuevas modas han rebautizado a algunas calles: Shari Omar bin al-Khattab es Mango Street, Abu Bakr asSiddiq es Rainbow Street. No extraña, pues, que los nombres no se usen. 32

con servicios regulares que salen/ llegan a estaciones particulares. Así, JETT dispone de oficinas y parada en Al Malek al Hussein Street (www.jett.com.jo). Imprescindible reservar con un día de antelación), desde donde salen autobuses para Aqaba, Hammamat Ma’in, Petra o el puente fronterizo King Hussein. Las conexiones internacionales salen desde otra parada 800 m más arriba de la misma calle. Trust International tiene sus oficinas y garaje junto al centro comercial Safeway del 7º Círculo. La estación de Abdali es una de las más agitadas de Oriente Medio. Se encuentra en Al Malek al Hussein Street, y de ella parten minibuses hacia Irbid (dos horas de viaje), Salt (45 minutos), Jerash (90 minutos), Ajlun, Zarqa, y otros destinos del norte del país, incluyendo la frontera del puente King Hussein. La compañía Hijazi dispone de autobuses con aire acondicionado. La estación Wahadat (3 km al sur del centro) se encarga de los viajes hacia el sur del país, Aqaba (cinco horas), Karak (dos horas), Wadi Mousa y Petra, Tafila, etc. Para alcanzar la estación (Duwaar Sharq al Awsat, o Middle East Circle), lo mejor es hacerlo en taxi privado. La compañía Afana, sin embargo, ha escogido la estación de Abdali para sus viajes hacia Aqaba y Ma’in. La estación de Raghadan, cercana al teatro romano, reúne a taxis de línea, minibuses y autobuses que salen hacia Madaba, Salt, Wadi as Seer. Muchos minibuses prescinden de estaciones y cuentan con paradas en calles del centro. Ocurre con los que parten hacia el Mar Muer-


LA VISITA • AMMAN

to (Suweimeh) y el sur de Shuna, que lo hacen desde Al Quds Street (también llamada Ras al ‘Ain). > Taxis. Todos los taxis de línea (servis) tienen paradas en las estaciones de autobuses, y cubren los mismos destinos que los vehículos grandes. Son un poco más caros, pero más prácticos y cómodos. Los taxis amarillos pueden ser parados

en cualquier parte de la ciudad. Estos son taxis privados, y su precio es mayor aunque igualmente barato para los visitantes de Occidente. > Tren. La estación de tren se encuentra en Al Malek Abdullah Street, al este de la estación Raghadan, y es conocida como Hejaz Jordan Railway. Solo sirve para viajar de Amman a Damasco (Siria).

VISITA ■ Amman es una ciudad muy joven pero con un largo pasado. Su extensión y su caótico trazado no deben asustar al visitante, que debe concentrar toda la atención en la visita a la Ciudadela, las ruinas romanas y los museos de la parte conocida hoy en día como Downtown. Desde la Ciudadela se puede apreciar que Amman se fue replegando sobre siete colinas o jabals. Hoy ya ocupa 19 colinas. Jabal Amman está dominada por el palacio presidencial, embajadas y hoteles. Al norte, la mezquita King Abdullah o mezquita azul es la referencia principal de la zona de Abdali (además de la estación de autobuses). Más al norte, la Ciudad Deportiva acoge también el Museo Memorial de los Mártires. La arteria principal,

Zahran Street, ensarta una serie de glorietas, rotondas y cruces que sirven de referencia a los habitan-

AMBIENTE DE DÍA EN AMMAN (ver plano pág. siguiente)

Ciudadela

Desde la Ciudadela se puede admirar una panorámica que ayudará a entender la ciudad. Esta es la colina original, la del primer asentamiento urbano, desde la que se extendió Amman hasta ser lo que ahora es. Su museo, sus ruinas y sus vistas son el orgullo de los capitalinos.

Downtown

Miles de jordanos llegados de todo el país revuelven por los zocos del Downtown, esparcidos en torno a la mezquita de Hussein. Ahí es donde los visitantes podrán encontrar la mejor instantánea del mundo árabe. Las ruinas romanas de la ciudad también aguardan en la parte más baja de Amman.

Abdali

La Galería Nacional de Bellas Artes no congrega a tanta gente como la vecina estación de autobuses o la mezquita azul. En Abdali, estas tres referencias son auténticas instituciones para visitantes, viajeros y peregrinos que, respectivamente, busquen su lugar en la ciudad. 33


VIDA Y CULTURA RELIGIÓN Jordania se considera oficialmente un estado laico, aunque la religión islámica esté muy presente en la vida diaria y las costumbres de la sociedad. Los altavoces de las mezquitas proyectan a las calles de las ciudades o pueblos sus oraciones hasta cinco veces diarias. Eso acaba calando en la conciencia general de los ciudadanos, que aunque no sean creyentes o practicantes respetan las doctrinas y tradiciones musulmanas. Muchos comerciantes cierran sus establecimientos momentáneamente para rezar alguna de esas cinco oraciones diarias. Todos los viernes desciende la actividad del país, igual que ocurre durante el mes en el que se practica el Ramadán.

COSTUMBRES JORDANAS Enseguida se aprecia que los jordanos son amables y hospitalarios, incluso con los visitantes. Dicha conducta debe de proceder del entorno beduino, cuyas costumbres les obligan a acoger a todos los viajeros. En la recepción de cualquier establecimiento, rechazar un té o café turco es síntoma de mala educación, de descortesía. Hay jordanos que al cabo del día llegan a tomar hasta una docena de vasos de té con menta, envueltos en conversaciones amistosas, pausadas y respetuosas. A los jordanos les encanta charlar, conversar, contar historias. No 92

hay que dudar en hacerles preguntas, quizá no personales (ya se encargarán ellos de marcar los tiempos de familiarización), pero sí de cualquier aspecto relacionado con Jordania, su pasado, sus costumbres. Todo jordano lleva un guía turístico dentro, así que no tendrá problema en contestar a vuestras preguntas y curiosidades. Igual que son hospitalarios, también les gusta recibir cumplidos. Tras la bienvenida y el té, suelen preguntar si os gusta su país, esperando siempre una respuesta afirmativa envuelta en elogios y largos enaltecimientos. Los cumplidos ocupan la mayor parte de las conversaciones cortas entre jordanos. A ojos de un occidental, el jordano se desenvuelve en un sinfín de contrariedades. Las muestras de afecto o cariño entre un hombre y una mujer en la calle son muy raras, por no decir inexistentes. Sin embargo, dos hombres que se vuelven a ver pasado un tiempo se besarán y abrazarán con gran efusión, incluso irán de la mano el resto del día. En este punto, alguien se preguntará por qué la homosexualidad permanece categóricamente prohibida en Jordania. Las grandes familias siguen siendo típicas en la sociedad jordana. Familias numerosas de padres, hijos, primos, nietos, cuñados, yernos y suegros se reúnen a la menor ocasión para celebrar un nuevo nacimiento o un enlace. Entonces comerán, cantarán y bailarán al ritmo que marcan las jerarquías y tradiciones.


VIDA Y CULTURA • COSTUMBRES JORDANAS

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> LAWRENCE DE ARABIA T. E. Lawrence (1888-1935) tuvo varios nombres en su corta vida. Pero siempre será conocido como Lawrence de Arabia. Dejándose guiar por su abnegado entusiasmo hacia la arqueología medieval, su tesis de licenciatura le condujo en 1909 a recorrer a pie más de 1.500 km por Siria y Palestina en busca de los castillos cruzados. En dicho periplo aprendió las costumbres y la lengua árabe, y consiguió las más altas distinciones de la Universidad de Oxford. Al regresar a Inglaterra, ya nada le atraía de su tierra natal, así que volvió a Oriente, al sur de Turquía, para trabajar de arqueólogo en un yacimiento controlado por los alemanes aliados de los turcos. La Primera Guerra Mundial hizo que Lawrence se alistara en el ejército británico. Sus conocimientos del árabe y de Oriente Medio le colocaron en los servicios de inteligencia, y en 1916 tuvo que viajar a Arabia para controlar las operaciones que un grupo de insurgentes árabes iba a realizar a favor de los británicos en su lucha contra el Imperio otomano. A pesar de su aspecto inglés y de medir únicamente 1,66 m, su personalidad cautivó a los líderes árabes y a los guerrilleros beduinos con los que convivió durante dos años. La victoria rebelde, sin embargo, dejó a Lawrence y a sus amigos árabes bastante decepcionados, pues los mandatarios británicos incumplieron los acuerdos a los que se habían comprometido. Lawrence, avergonzado por la traición de sus compatriotas, regresó a Inglaterra para continuar con la lucha por la independencia árabe desde los despachos. Al llegar, fue recibido como un héroe. Sus aventuras con los beduinos del desierto eran conocidas en todo el país. Él rechazó todos los honores y medallas, escribió artículos de denuncia, presionó a las autoridades internacionales. Pero perdió la batalla. Esquivando cualquier conato de notoriedad, su jubilación a los 46 años le permitió encontrar un lugar tranquilo en la campiña inglesa. Era 1935, y la prensa no dejaba de perseguirle desde su llegada de Oriente. La mañana del 13 de mayo, volviendo en su motocicleta de la oficina de Correos, perdió el control al esquivar a unos niños que jugaban en sus bicis, se salió de la calzada y se golpeó contra el suelo. Murió seis días después. En su libro Los siete pilares de la sabiduría, describió con sumo detalle aquellos años de aventuras en el desierto. 93


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