Salamanca
Las Arribes del Duero
Info
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Cruceros fluviales
D Santa Margarita, s/n. Corporario. Aldeadávila de la Ribera.
G 627 637 349. l www.corazondelasarribes.com F Consultad página web. c General: 16 €. Niños (hasta 9 años): 8 €.
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A la comarca de Las Arribes del Duero, al oeste, fronteriza con Portugal, es lógico que se acuda para contemplar un paisaje bravo, incluso brutal en algunos puntos a causa de la dureza de sus farallones y caídas hacia el contraste sereno del remanso de las aguas del río Duero. a verticalidad pétrea del impresionante cañón que marca el curso del río le hizo exclamar a Miguel de Unamuno que era lo más agreste que había encontrado en su recorrido por el solar hispano.Ahora, en algunos puntos, la construcción de presas ha aliviado esas tensiones con el ascenso de las aguas en los embalses. Hay dos especialmente impresionantes: el desafío de la presa de Aldeadávila de la Ribera y la creación de un lago interno contenido por la presa de Almendra, en este caso, en el río Tormes. Estas grandes obras de ingeniería no destrozan el entorno, sino que se han incorporado al entramado salvaje del territorio.
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10 Recorrer la comarca de las Arribes del Duero permite conocer núcleos urbanos de interés, pero lo que verdaderamente reclama nuestra atención e invita al disfrute es el paisaje natural, áspero en muchos tramos, pero pleno de sugerencia y encanto. Las «arribes» son, precisamente, esos potentes paredones rajados por el río, porque la comarca se denominó La Ribera, aunque ahora la denominación arribeña se haya trasladado a toda la zona, que es también tierra de vinos producidos en los bancales agrestes y bien orientados a la luz natural, con pronunciada capacidad de mejora. La zona cuenta con una fauna y flora ricas, con motivos propios de reserva natural, pues la comarca está calificada oficialmente como tal. La configuración agreste del Duero encuentra su continuidad en las arribes marcadas por el curso del río Águeda (vierte sus aguas justamente en la despedida española hacia el territorio luso, en Vega de Terrón), donde también el recorrido de las aguas ha establecido paisajes hermosos y fuertes, incluso sirvió de «abrigo» a los prehistóricos que imprimieron los grabados valiosos en los esquistos de Siega Verde.
INDISPENSABLES
G El paisaje agreste y salvaje I de las Arribes del Duero (foto central) es uno de los más impresionantes de la geografía española. A la izquierda, cascada del Pozo de los Humos en el río Uces. Bajo estas líneas, cascada del Remolino, ambas en el paraje de las Arribes del Duero.
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ITINERARIO BÁSICO
H La sala de la antigua biblioteca de la Universidad es otro de los espacios de excepcional belleza. Destaca, además del fondo que posee ejemplares de valor incalculable, la estantería de estilo churrigueresco.
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y pícara danza, conocida ya, al parecer, en Nuremberg a finales del siglo XV, según los grabados de Israel van Meckenem. En el tramo segundo, los personajes masculinos y femeninos representan una alegoría de la armonía matrimonial cuando es el hombre el que lleva las riendas. En el tercero y último tramo aparecen escenas taurinas con uno de los caballeros alanceando un toro. En el claustro alto, cerrado por una espléndida arquería mixtilínea, típicamente salmantina, destaca la galería de poniente, cubierta por un artesonado de madera con casetones octogonales y una rica decoración morisca de mocárabes. En ella se abre la hermosa puerta gótica que conduce a la antigua biblioteca, cuya sala fue reformada durante el año 1749 según proyecto de García de Quiñones; tiene unos 43 m de largo por 12 m de ancho y bóvedas de lunetos. Las paredes están recorridas por una magnífica librería de madera de dos frisos, de estilo churrigueresco, que contiene un fondo bibliográfico extraordinario. Se guarda también en esta biblioteca una gran colección de manuscritos, incunables y códices, algunos de valor incalculable: El Libro de Buen Amor del Arcipreste de Hita, o el manuscrito autógrafo La exposición del libro de Job de fray Luis de León. Es igualmente interesante la serie de esferas o libros redondos, como los llamó el catedrático Torres Villarroel, que los compró en París. Al fondo de esta galería, y ya en el lienzo que ocupa la actual biblioteca, se pueden admirar las pinturas mura-
VISITA A S SALAMANCA
les que representan a santos ermitaños. Se ha de destacar el de San Antonio Abad. Desde este rincón se contempla una magnífica vista de la espadaña de la Universidad, de finales del siglo XVII, así como una buena parte de la Catedral Nueva con su torre.
S HOSPITAL DEL ESTUDIO
H Casa Museo de Unamuno, insigne personaje que fue rector de la Universidad durante el primer cuarto del siglo XX.
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Es conveniente, antes de considerar este edificio, hacer una breve alusión a la Casa-Museo de Unamuno, situada al lado de las Escuelas Mayores. Fue construida por García de Quiñones a mediados del siglo XVIII y habitada desde 1900 a 1914 por el rector salmantino. Hace poco se llevaron a cabo tareas de acondicionamiento para albergar en este lugar el museo y el centro de investigación unamunianos. Por lo que al hospital del Estudio se refiere, fue fray Lope de Barrientos, confesor del monarca Juan II, quien promovió su construcción durante el año 1413, para que pudiera servir de hospital a los estudiantes más pobres. Las profundas reformas llevadas a cabo en el edificio han alterado su traza primitiva. Sus elementos más característicos son la portada y el tímpano que hay sobre el mainel de la puerta, decorado con la estatua de Santo Tomás de Aquino, a quien estaba dedicado el hospital. Una crestería plateresca, bien poblada de elementos decorativos renacentistas, corona toda la fachada. En la actualidad es sede del Rectorado y también de los servicios administrativos centrales de la Universidad.
Casa-Museo de Unamuno
D Libreros, 25. G 923 294 400. F De martes a viernes, de 9.30 h a 13.30 h y de 16 h a 18 h; sábado y domingo, de 10.30 h a 13.30 h.
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S Alba de Tormes
y Peñaranda Oficina de Turismo de Alba de Tormes D Lepanto, 4. G 923 300 898.
Oficina de Turismo de Peñaranda D Carlos I, 1. G 923 540 001. F Abierto en temporada.
F En la página siguiente,
iglesia de la Anunciación, fundada en 1571 por Santa Teresa de Jesús, donde se conserva su cuerpo incorrupto y dos de sus reliquias más insignes: el brazo izquierdo y su corazón. I Vista de Alba de Tormes,
cuna de la Casa de Alba y custodia del cuerpo de Santa Teresa..
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Si bien La Armuña, con sus trigos, su castillo del Buen Amor, en Villanueva de Cañedo, y sus iglesias románicas reclama atención, tampoco se puede dejar de lado ni a Alba ni a Peñaranda, al este. Alba de Tormes, a unos 20 km de la capital, tiene su tesoro en la tumba de Santa Teresa, que se halla en el convento de la Anunciación, pero la Villa Ducal apoya su timbre glorioso en ser la cuna de la Casa de Alba, de cuyo castillo permanece la torre con valiosos frescos. Las calles siempre conducen hacia algún alfar, donde las manos artesanas ofrecen directamente su laboriosidad y justifican su buena fama. También sería preciso pasarse por la iglesia de San Juan, de estilo románico-mozárabe, y contemplar la basílica inconclusa, así como llegarse hasta el vecino convento de San Leonardo. Antes de llegar a la villa, sale al paso el alto donde Bernardo, el del Carpio, tuvo su castillo. Y a la derecha, al fondo se hallan los tesos de Los Arapiles, donde tuvo lugar la decisiva batalla contra las tropas napoleónicas. A dos pasos de Alba de Tormes queda Peñaranda, tierra productora de cereales y remolacha, centro de una comarca rica y foco de vida próspera. De origen romano, en la actualidad tiene hermosas calles y típicos edificios castellanos. Destacan las sucesivas plazas
EXCURSIONES POR S SALAMANCA
abiertas, con la Fundación Germán Sánchez Ruipérez en un extremo y la iglesia de San Miguel en el otro. En esta iglesia se conservan, a pesar de un pavoroso incendio, objetos de valor. En este lugar hay que echar tiempo para sentarse a los manteles y pedir tostón, un excelente cochinillo, muestra de la gastronomía de la tierra. En cuanto a la repostería, hay que tener en cuenta, cuando se visita Peñaranda, las ríquisimas tejas y saras que se pueden comprar en cualquier pastelería. Muy cerca de Peñaranda, en dirección al sur, en Macotera, hay una interesante iglesia. A dos pasos, también, se encuentra Santiago de la Puebla, en cuyo templo parroquial destaca su artesonado mudéjar, las imágenes y los herrajes.
El Castillo del Buen Amor El poder de la familia Fonseca en Salamanca fue tan relevante que ha sido motivo de varias leyendas e “historias” sugerentes que luego han inutilizado los datos de archivo. Es el caso de los arzobispos Fonseca, ardientes amantes de mujeres, lo que permitió la sucesión episcopal. Una de esas leyendas ha estado relacionada con el castillo de Villanueva de Cañedo, a raíz de que a mitad del siglo XX, por intereses turísticos, la propiedad de la fortaleza consiguió la colaboración de un periodista para denominar al castillo “del Buen Amor” y articular una leyenda en torno al sensual arzobispo Alonso de Fonseca y sus historias de amor entre los muros de ese espacio guerrero luego dulcificado en sus formas. Pero ninguno de los arzobispos Fonseca anduvo de correrías ardientes entre unos muros tan recios como hermosos en pleno espacio del secarral armuñés, a 30 km (N-630) de Salamanca, y donde hoy radica un estupendo hotel y restaurante, acogidos a una adecuada recuperación del edificio nobiliario. El castillo, en contra de la leyenda generada hace medio siglo, no fue propiedad de la rama Fonseca que ensartó a los célebres arzobispos salmantinos relacionados, sobre todo, con las sedes de Santiago de Compostela y que, por esa herencia, generaron la ira del cardenal Cisneros. La propiedad del castillo la ha documentado la minuciosidad investigadora del profesor Julián Álvarez Villar (el mismo que terminó con una leyenda similar en el palacio de La Salina), quien ha establecido que fue otra rama de la familia Fonseca la que ligó su andadura al castillo, aunque sí hubo por medio un eclesiástico con el mismo nombre, el obispo Alonso de Fonseca y Quijada, que en el siglo XV ocupó las sedes de Ávila, Cuenca y Osma, y que era descendiente de Juan Alonso de Ulloa, ciertamente relacionado con los poderosos Fonseca de los que nacieron los arzobispos siempre dispuestos al amor mundano y a las artes y la cultura, al igual que a guerrear contra bandos contrarios a sus intereses. No hay, por tanto, regusto de correrías amorosas entre los muros del castillo que fue bautizado como del Buen Amor en tierra de secarral y dentro del cual, hoy, se pueden disfrutar horas gozosas.
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CIUDAD RODRIGO
GUIJUELO
Conde Rodrigo
Barbacoa La Amistad
D Plaza San Salvador, 9. G 923 461 404. c Precio medio: 30 €.
D La Feria, 8. G 923 580 402. c Precio medio: 24 €.
Menú: 15 €. La cocina castellana y la buena materia prima, con el predominio de las carnes en la oferta, en guiso o en asado, presta tono a la carta.
Menú: 10 €. Cocina castellana; los productos del cerdo configuran la mejor oferta, como corresponde a la villa chacinera, por más que se ofrezcan otras carnes y pescados.
Parador
D Plaza del Castillo, 1. G 923 460 150. c Menú: 27 €. Con buena oferta de productos del entorno.
El Rodeo
D Gigantes, 10. G 923 482 017. c Precio medio: 18 €. Menú: 8 €. Típico de Miróbriga, es centro de referencia para las carnes y guisos que no dejan de frecuentar las gentes del toro.
Peporro
D Gigantes, 5. G 923 462 440. c Menú: 8 €. Es otra de las instituciones gastronómicas locales.
El Sanatorio
D Plaza Mayor, 15. G 923 460 024. c Precio medio: 18 €. Menú: 10 €. Verdadero museo fotográfico, es uno de los clásicos de la ciudad.
Estoril
D General Pando, 11. G 923 460 550. c Precio medio: 30 €. Menú: 15 €. La cocina de este establecimiento es un ejemplo de cómo la cocina tradicional ofrece la posibilidad de mantener su atractivo, al tiempo que permite nuevos cruces con ingredientes no habituales, sin que falten los clásicos, y buenos, huevos con farinato.
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mento al asado al horno de leña de encina, con especial dedicación al cochinillo, que se dispone con el prestigio de reconocimiento internacional que luce en los muros de la casa. Pero también las carnes y los foies dejan su buen recuerdo al comensal. Los postres se corresponden con la fama de la casa. Buena bodega.
LUMBRALES
SAN MARTÍN DEL CASTAÑAR
Apartadero Dos
La Posada
D Ctra. Salamanca, km 93,8. G 923 512 596. c Precio medio: 30 €. Menú: 12 €. Antiguo espacio ferroviario y rural trastocado en establecimiento arropado por el prestigio de su cocina, que parte de lo tradicional para aportar nuevos motivos para sabores y texturas, siempre con materia prima de calidad. Bodega nutrida.
MIRANDA DEL CASTAÑAR Las Petronilas-Tito
D Los Llanitos, 3. G 923 432 030. c Precio medio: 35 €. Menú: 15 €. El gran cocinero que es Tito se “retiró” al reducto serrano para elaborar la comida que a él le gusta y que pretende que guste a sus clientes: la cocina castellana y con productos de primera calidad, sanamente elaborada con sus sabores y sus puntos de creatividad.
D Larga, 1. G 923 437 036. Con este restaurante estamos hablando de una referencia ciertamente singular y donde a los guisos de la zona se pueden añadir otros motivos culinarios más sofisticados en el ámbito de una casona que ha sido bien recuperada.
VILLANUEVA DE CAÑEDO Castillo de Buen Amor
D Carretera N 630, km 317,6.
G 923 355 002. En esta fortaleza del siglo XV, que se encuentra lujosamente restaurada, deberemos bajar a las mazmorras para hallar este singular restaurante. Allí, nos esperan ricos platos basados en el recetario castellano y mediterráneo, destacando la crema de mariscos, el pastel de pescado y el tostón asado.
PEÑARANDA DE BRACAMONTE
VITIGUDINO
Las Cabañas
D San Roque, 19. G 923 500 042.
D Carmen, 14. G 923 540 203. c Precio medio: 30 €. Menú: 15 €. Con la cercanía de los 125 años desde la apertura, el establecimiento es un monu-
La Viña Teniendo la cocina tradicional como base, la acreditada carne de la zona propicia un buen número de platos, además de los asados de cordero y el tostón.
S Bares de tapas Las tapas, que en lenguaje más común se identificarán como pinchos, encuentran en Salamanca un surtido capaz de simbolizar el buen arte de la cocina y la necesidad de estar a la altura de la competencia, en una ciudad donde las gentes pasan muchas horas en la calle o de local en local. Con precios aceptables, si se selecciona adecuadamente el recorrido, el estómago se puede dar sobradamente por satisfecho sin necesidad de sentarse ante manteles formales, según es práctica de no escasos visitantes, que tropezarán con un importante número de salmantinos dedicados, igualmente, a ese mismo tránsito, tanto al mediodía como al anochecer. La estadística señala que se corresponde en torno a un bar por cada cien ciudadanos. A causa de la abundancia y porque siempre hay “clases” de calidad, resulta complicada una selección de loca-
les. Una selección que se centra en el corazón urbano, con alguna extensión hacia determinadas zonas algo más tendidas, pero con renombre y afluencia.
PLAZA MAYOR Bajo los arcos de todos sus lados, se encuentran establecimientos que permiten disponer de materiales satisfactorios para acompañar al vino o la cerveza, bien sea en el muy antañón y prestigiado Novelty, o en Los Escudos –jamón y embutido son recomendables–, así como el pulpo, carnes y variedad de tortillas en el bien nutrido Café Real. En Cervantes merece la pena hacer gana mientras se asciende la empinada escalera, porque la barra está plena de reclamos. En Berysa callos y lengua gozan de crédito. La oferta de cocina de tono tradicional salmantino y a la brasa es propuesta de Don Mauro; por otra parte el
queso y chanfaina de Las Torres, donde el hornazo y la repostería son fiables igualmente.
CALLE CONCEJO Y PLAZA DE LA LIBERTAD Una vez desaparecido el emblemático local La Covachuela que alentó el irrepetible Antonio, con la Plaza Mayor como referencia, un punto con reclamo desde generaciones es Plus Ultra, en la calle Concejo, donde no procede salir sin disfrutar los renombrados pimientos o el bacalao rebozado, quizá entre caras conocidas del toreo, tanto figuras como subalternos, que en este lugar tienen uno de sus puntos de contacto. Oferta diferenciada por su propuesta regional la marca en Concejo Mater Asturias, al tiempo que metros más allá, el bar del Casino dispone de barra concurrida, buena lengua estofada y morro.
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