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Código lifestyle
YENDO DE LA CAMA A LA OFICINA POR ANDREA DEL RIO
sus 24 años, Augusto Mustafá combina el gen emprendedor con los códigos casual de la época. Único varón de 7 hermanos, en 2012 fundó Elepants, la brand de indumentaria que, a partir de la reinterpretación del pantalón pijama como ítem del guardarropas street wear, se convirtió en un boom entre los millennials. Hoy, 1.460 días después del lanzamiento, su compañía tiene 70 empleados, 6 locales propios, 22 franquicias y presencia en más de 140 tiendas multimarca en el país. Y encara un ambicioso proceso de diversificación de su portfolio que, en el corto plazo, se complementará con una estrategia de expansión internacional. “Todo comenzó a partir de un viaje en familia a los Estados Unidos. Era muy chico y me impactó descubrir que, allá, la gente se vestía como quería y nadie criticaba, juzgaba, burlaba ni miraba siquiera. Me había copado con los diseños de los pantalones pijama y me compré un montón: a rayas, estampados, de colores. Cuando volví, decidí usarlos para ir al club, a pasear, a las fiestas de egresados... ¡Y me decían de todo! Ahí fue cuando decidí: ‘Voy a hacer que todos los usen’. Terminé el secundario y lancé la marca”, evoca Mustafá (en la foto a la derecha). Con $ 10 mil que tenía ahorrados, compró telas al por mayor, contactó a una costurera y despachó los primeros pedidos desde su casa, en el tiempo libre que le quedaba entre sus estudios y su trabajo en la empresa familiar. Dos años después, tenía socio, oficina, empleados y local a la calle. El emprendedor confiesa que “tuve que instruirme mucho e investigar la industria de la indumentaria, porque Elepants había surgido como una oportunidad de negocios pero, ante el crecimiento, entendí que era necesaria nuestra profesionalización. Armé un equipo de especialistas con el que empezamos un largo proceso de desarrollo de producto para asegurar la continuidad de la marca, porque la moda del pantalón pijama se está diluyendo. Por eso, esta temporada estamos haciendo foco en una colección de remeras, buzos, camperas, parkas, vestidos y gorros de lana a los que les incorporamos avíos —cordones y ojalillos con el logo— como valor agregado”. El objetivo final del business plan: posicionarse como una etiqueta de comfort fashion. Ahora que la estructura empresarial es sólida —con 10 departamentos y un gerente General—, Mustafá se concentra en las siguientes metas. Por un lado, el fortalecimiento del canal online. “En 2016, el 8,5 por ciento de nuestra facturación fue a través de la tienda web. En la Argentina, el promedio para una marca de indumentaria es mucho menor, mientras
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que en los Estados Unidos llega al 12 %”, revela. Por el otro lado, confirma el desembarco en el mercado internacional: “Debido al explosivo crecimiento local, no pudimos hacer foco afurea. Pero ya estamos listos. Y a mitad de año empezaríamos a hacerlo realidad tanto en los Estados Unidos como en Europa, con Barcelona como puntapié. En principio, será a través de distribuidores y locales multimarca: es importante apoyarse en quienes conocen cada mercado antes de abrir sucursales propias”. Consciente de las particularidades de su compañía —donde el promedio de edad es de 27 años—, el
emprendedor sueña con seguir rompiendo paradigmas: “Estoy pensando en cómo crear una tienda de experiencias, para que Elepant sea el lugar al cual venís a comprarte ropa pero también a disfrutar un estilo de vida”. ¿Un consejo para millennial entrepreneurs? “Que arranquen cuanto antes, que se lancen. También, que escuchen y no sean cabrones: creemos que tenemos la razón por ser jóvenes, pero es un error. Y no le tengan miedo a la copia: cuanto más comparten sus ideas, más sueños pueden cumplir”.◆ adelrio@cronista.com / @andrea_del_rio