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PROTOCOLO, ¿UNA JAULA DE ORO? POR ANDREA DEL RIO o seas pesimista: es muy de clase media” es una de las frases de Lady Violet (la actriz Maggie Smith), que lidera el ránking de preferencias de los fanáticos de la miniserie británica Downton Abbey, cuya quinta temporada se estrenará el 1º de marzo en América latina (Film & Arts). Matriarca de una familia aristocrática rural de Yorkshire, la condesa viuda de Grantham es uno de esos personajes revulsivos y políticamente incorrectos que la nueva generación de ficciones televisivas nos obliga a amar, a pesar de que encarnan mucho (o todo) de aquellos valores y prácticas que rechazamos, sea por exceso o falta de convicción. Sí, la octogenaria mandamás del clan Crawley está a la altura de villanos como Walter White (Breaking bad) y Francis Underwood (House of cards) porque, aunque no cruza jamás la delgada línea de la legalidad como ellos, se permite ejercer el poder de modo igualmente implacable para salvaguardar su cosmovisión. Ambientada inicialmente en la década de opuque se vivía en la campiña inglesa en la primera lencia eduardiana (1900-1910), la serie refleja el mitad del siglo XX. El mérito corresponde al celo conflictivo cambio de tradiciones, reglas, protocolos extremo con que ejerce su tarea Alastair Andrew y modales que impusieron, durante el reinado de Bernard Reibey Bruce of Crionaich. Oficial del Jorge V (1910-1936), hechos históricos tan disrupImperio Británico, es el mayor experto en realeza, tivos como la Primera Guerra Mundial, el socialisreligión y ceremonial del Reino Unido. mo, el comunismo, la industrialización, el republica- Comentarista oficial en la televisación de sucesos nismo irlandés, el independentismo indio, el laboris- clave para la monarquía (del funeral de Diana, la mo y el sufragio femenino en un estamento social princesa de Gales, a la boda de su hijo Guillermo que naturalizaba los privilegios propios como derecon Catalina Middleton, pasando por el Jubileo de chos y las desventajas ajenas como Diamante de la reina Isabel II), es deberes. “¿Qué es un fin de un gurú en manners that matter semana?”. “Esto siempre pasa muy solicitado por la industria del Se estrenó en 2010. En cuando les das poder a gente insigentretenimiento a la hora de encarar 2013 batió el récord de nificante: se les sube a la cabeza películas históricas (como El discurso como la bebida”. “Una no puede del Rey y La joven Victoria). audiencia en el Reino romperse en pedazos por la muerte Unido (9,51 millones). En Para palpitar el estreno de la nueva de cada extranjero: estaríamos season, la señal Films & Arts emitirá EE.UU. también es furor: todas al borde del colapso sólo con el especial Estilo y modales en abrir un periódico”. “Mi doncella el final de su cuarta Downton Abbey (15 de febrero), una se marcha para casarse, ¿cómo se inmersión en el universo de deberes, season fue visto por 8,5 puede ser tan egoísta?”. “Ella haceres y pareceres que estructuraba millones. Se exporta a 100 puede tener sus propias opiniones la vida de la aristocracia y su personal hasta que se case”... He aquí otro países. Y llegaría al cine. de servicio en las primeras décadas ramillete de sarcásticas líneas de la centuria pasada. Allí, Alastair escritas por Julian Fellowes —guioBruce revela hasta qué punto la vida nista de las películas Gosford Park (le valió un cotidiana estaba mediada por la etiqueta y el esfuerOscar), Vanity Fair y El turista— y enunciadas con zo que supone, para el elenco y la producción de la imperturbable flema británica por Smith, de cuya miniserie, incorporar y respetar el complejo sistema expresiva ceja derecha un crítico estadounidense ha de códigos aplicados a acciones como vestir, converdicho que “actúa mejor que todo el staff de CW sar, comer, bailar, caminar, sonreír, recibir, visitar, Network” (NdR: Fusión de UPN, de CBS, y Warner pasear, cazar. “Si fuese a buscar lógica, no lo haría Bros Television). entre la clase alta inglesa”, asume Lady Violet. Pero si los diálogos chispeantes encandilan es por su Incluso la autocrítica amerita cierta elegancia...◆
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TEJES Y MANEJES. “En el comedor se ponía en juego la sofisticación de una familia, no sólo por lo refinado del menú, servicio y vajilla, sino por lo que allí se tramaba: bodas, negocios, alianzas”, asegura el experto Bruce.
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contexto: una rigurosa reconstrucción del modo en
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adelrio@cronista.com / @andrea_del_rio
RIGUROSIDAD. Cada capítulo cuesta más de un millón de euros. El 38 por ciento del presupuesto se destina al vestuario de época. Sólo un tercio es creado desde cero; el resto, son piezas vintage recicladas.