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Código lifestyle
BAL HARBOUR, LA RIVIERA AMERICANA POR ANDREA DEL RIO s el distrito más trendy & arty del condado de Miami. Con poco más de 3.500 residentes permanentes, es una exclusiva comunidad situada a la vera del océano Atlántico. Su modesta extensión territorial (apenas 1,67 kilómetro cuadrado, 40 por ciento de los cuales son dominio acuático) se ve compensada, con creces, por una alta concentración de plazas hoteleras y marcas premium que consolidan la visión que, allá por 1946, tuvieron sus fundadores: crear un destino de playa, glamour e inversiones diferenciado en el sur de la península de Florida. Con cuatro 5 estrellas —que seducen con el claim de que todas sus suites balconean sobre la playa—; un mall al aire libre donde se concentra el non plus ultra de las brands ícono del lujo clásico y moderno; y servicios de playa gratuitos equivalentes a los de un balneario privado (clases de yoga incluidas), el vecindario es un resort que “brinda una experiencia sofisticada de paseo y compras”, apunta Carolyn Travis, directora de Turismo de Bal Harbour. Según datos del Greater Miami Convention & Visitors Bureau, fueron 334.075 los argentinos que visitaron Miami entre enero y septiembre de 2014 (4 % más que en 2013), lo cual ubica al país como el cuarto emisor, antecedido por Brasil, Canadá y Colombia. En el caso específico de Bal Harbour, representan el tercer mercado para el segmento hotelero (por detrás de estadounidenses y brasileños). “Son viajeros fieles, a quienes les gusta disfrutar de la inmediatez de acceso a la playa y de la elegancia relajada a la hora de pasear y comprar. Pero, sobre todo, les gusta porque es un destino de moda lejos del ruido de una gran ciudad pero a tan sólo 10 minutos de ella”, caracteriza Travis. Y celebra que, en franca competencia con otras beach areas de Florida e incluso del Caribe, Bal Harbour logró extender su estadía promedio histórica (de 2/3 noches) a 7 lunas, “todo un logro de los objetivos establecidos hace unos años, tendientes a posicionar a esta villa como destino en sí mismo”. Uno de los enclaves emblemáticos del village, The Bal Harbour Shops, celebra este año su 50º aniversario. A cielo abierto, profuso en vegetación tropical y estanques con exóticos peces koi (variedad de carpas japonesas que se cotiza en hasta 100 mil euros en el mercado de cría ornamental), fue consagrado en 2012 como “el más productivo del mundo”, con un ticket promedio de u$s 2.555 por pie cuadrado (0,09 m2), es decir, casi 7 veces la media de la industria en los Estados Unidos, según The Shopping Centers Today. Con más de 100 boutiques —entre tiendas insignia y concept stores donde se comercializan ediciones tan exclusivas que ciertos artículos sólo se consiguen allí— contiene a marcas clásicas
(Óscar de la Renta, Carolina Herrera, Salvatore Ferragamo, Tiffany) pero también a players que sólo conocen los fashionistas de paladar negro (John Varvatos, Maje, Charlotte Olympia, Buccellati). En su faceta arty, Bal Harbour detenta Unscripted, un programa de acceso a museos (Wolfsonian, Bass, Perez) y colecciones privadas (Cisneros Fontanals, Cruz, Margulies), así como a actividades a medida en el marco de Art Basel Miami Beach, la feria que posicionó a la ‘Ciudad Mágica’ como la meca latina del arte contemporáneo. Basta hospedarse en St. Regis, The Ritz-Carlton, Sea View o Quarzo Boutique para recibir ese pase directo a la dimensión cultural del distrito que el pionero Robert Graham proyectó, hace 69 años, como un “lovely place to live”.◆ adelrio@cronista.com / @andrea_del_rio
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LUJO MÁXIMO. En Bal Harbour Shops (arriba) desembarcó Buccellati (derecha), la marca de alta joyería que el año pasado lanzó la cubierta para iPhone más cara del mundo: u$s 208 mil por una pieza inspirada en los dibujos solares de Leonardo Da Vinci, en oro amarillo y blanco con diamantes. Sobre estas líneas, vista desde la terraza de 110 metros cuadrados de la presidential suite del St. Regis.
Bal Harbour gives you access to, el programa de beneficios para residentes y huéspedes del distrito cool, incluye en marzo y por primera vez, la chance de visitar museos, estudios de artistas y galerías en Nueva York en el marco de la Armory Arts Week y sus ferias satélite de arte contemporáneo.
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8 > CLASE
Phs: Gentileza Bal Harbour Turismo
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