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Martín Churba ◆ NOTA DE TAPA
Niño bien LINAJE
TEXTIL EN LAS VENAS.
COLECCIONES
DE INDUMENTARIA
AVANT GARDE QUE APELAN A LA HÍPER TECNOLOGÍA.
DESFILES
DE TEMPORADA
CONCEBIDOS COMO
PERFORMANCES MULTIMEDIA.
ALIANZAS
PRODUCTIVAS CON
COOPERATIVAS DE DESOCUPADOS, DE TEJEDORAS PUNEÑAS, DE
TRAVESTIS. EN
TOKIO
70 %
UNA
TIENDA PROPIA
QUE REPRESENTA EL
DE LA FACTURACIÓN DE SU
MARCA TRAMANDO.
Texto: Andrea del Río Fotos: Antonio Pinta
“Habría que retomar el molde, revisar la dirección y la caída de esta chaqueta. Que coincida el molde con la dirección, ¿entendés? Me acuerdo que, originalmente, la manga era un poquito cuadrada. Y la dirección era un poco más enrevesada. ¡No, no, no! ¡La manga de ahora es enorme! Dejame a mí. Con esta operación no sólo lograríamos no tener tanta materia, para que moleste menos, también deberíamos buscarle el provecho a esta caída para lograr el entalle de la manga. Después, noto una cosa... como si esto y esto... ¿Ves? Ahí. Esto otro no se si tiene que ver con el material, como que le pedimos algo que no quiere. Si todo esto lo montamos sobre una tela, le da una fortaleza extra: agarra copa, hombro y algo de espalda. Por ahí lo veo. ¡Tenemos que lograr que cuando dobles el codo sea divino!”.
Estamos en un clásico petit hotel de Recoleta convertido en maison de moda avant garde. Estamos en Casa Matriz, la boutique-taller-laboratorio de Tramando. Estamos con Martín Churba. En rigor, estamos en el mismo espacio físico. Pero él no está con nosotros. O sí. O no exclusivamente. Estamos presenciando –sólo para nuestros ojos, porque está vedado cualquier registro fotográfico– una de las pruebas finales de su colección Art Couture 2011, una serie limitada de piezas confeccionadas artesanalmente que se ubican en la pirámide de productos del portfolio de la casa. En rigor, entonces, Churba nos dedica intervalos de no más de 10 minutos. Todo depende del tiempo que demore su modelo-musa (Marina Beláustegui, fotógrafa y cineasta, íntima amiga de Charly
García y autora del recordado portfolio de la actriz Leticia Brédice en la edición local de Playboy) en cambiar de outfit, su equipo de diseñadores en ajustar los detalles, sus asistentes en ofrecerle un refrigerio, su BlackBerry en dejar de reclamarlo. Lo dicho. No más de 10 minutos cada vez. Churba en monodosis. No podemos fotografiar ni describir lo que estamos viendo. ¿Qué contamos? Podemos decir que estamos probando la serie Art Couture, que es el equivalente del haute couture francés en cuanto a que se posiciona en la punta de la pirámide de productos de Tramando: son piezas únicas, confeccionadas a mano, con inspiración en la escultura, en ediciones no seriadas ni masivas. Por ejemplo, de la chaqueta que vimos antes, haremos apenas 25 unidades, que se distribuirán en Japón y, a través de Francia, en el resto del mundo. Aunque, claro, también quedarán algunas en Casa Matriz. Obvio que si afuera nos ponen órdenes porque vendieron 50, las haremos. Pero siempre será una colección limitada porque es muy costosa. Entonces, tienen vocación de piezas únicas. Disculpame... “¿Qué talle es? Le queda chico. Te digo que estoy viendo que le queda chico. ¿Y esos colores son los que elegimos? ¡Porque están re bien! Me gusta el jaspeado. Y me acuerdo que ahí había un detallecito en el puño de abajo que si lo pudieran recuperar de la muestra estaría bien. ¿A verte? A mí me da un miedo que esta prenda quede corta... Ustedes lo Clase Ejecutiva
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NOTA DE TAPA ◆ Martín Churba
quieren vender como vestido, ¿no? Ah, es la primera muestra. Entonces avisame en la segunda”. Martín Churba. Sagitariano. Acaba de estrenar la cuarta década. Vocación emprendedora en el ADN. Su abuelo materno fundó la legendaria Casa Vittorio en la avenida Santa Fe, su tío abuelo paterno inauguró un pionero local de diseño (CH) en la esquina de Cabildo y Juramento, su madre creó la mítica marca de indumentaria infantil Lemamú, su tío paterno alumbró el estudio de decoración Gris Dimensión, su tía paterna abrazó el diseño de alfombras, sus primos crean accesorios de moda, objetos y mobiliario en el marco del combinado Perfectos Dragones, otros tíos están al frente de la tienda de interior design Natán. Sangre textil en las venas. Martín Churba jamás pisó una academia de diseño de indumentaria. A la sensibilidad de cuna sumó el conocimiento de los secretos de la industria adquirido desde abajo. Bien abajo. Porque empezó barriendo el taller de estampados del clan. Mientras tanto, entrenó el ojo: se le animó al diseño gráfico, a la fotografía, a la publicidad. Acaba de inaugurar un local en Unicenter, que se suma al que ya posee en Paseo Alcorta. ¿Qué lo decidió a romper la burbuja del formato maison? La estrategia inicial fue crear una boutique única, que reforzara nuestro posicionamiento de marca súper exclusiva a la que vos tuvieras que acercarte porque sólo nos podías encontrar en Casa Matriz. Y que, una vez que activaras esa búsqueda, descubrieras una opción de diseño pero no encapsulada en un tipo de clienta o billetera. Sin embargo, hace dos años vimos llegar el momento de movernos hacia la gente, de mostrar que tenemos una identidad súper marcada pero también colecciones y precios accesibles, que pensamos piezas que se pueden usar todos los días sin renunciar a ese sabor especial que le da a nuestra propuesta el tratamiento de las telas. Entonces, buscamos el exacto opuesto de lo que ya tenemos. ¡Queríamos entrar en el circuito donde las argentinas van a comprarse pilchas! Esos lugares de alto tránsito que eligen por el estacionamiento, al aire acondicionado, la concentración de marcas, el patio de comidas, la peli, y listo: liquidan todo en una vuelta y ya está. Claro que la experiencia Tramando está vinculada a otras cosas. Pero ya hemos comprobado que, poniendo el kiosco en un centro comercial, logramos que muchas mujeres nos descubran por primera vez. Y las que tienen la capacidad de valorar nuestra propuesta vuelven a comprarnos, pero ya en Casa Matriz. Esperame un minuto... “¿Qué es lo que se transparenta? Que el forro del bolsillo es gris, ¿no? Y yo te hago una pregunta: ¿no le podés hacer todo el forro gris? ¿Es lo mismo para vos? Un chequeo que tienen que hacer es en los bolsillos, si tienen que tener algún tipo de refuerzo para que no se rompa la costura porque está en un lugar de tensión del cuerpo. Ves, se está empezando a 32
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abrir. Ojo que ya esto es contramuestra de desarrollo, así que modificaciones las mínimas posibles, ¿está claro? Me gustaría saber: ¿es fácil ponértelo, May? Tenés que hacer un poco de contorsión. Mmm. ¿Y porqué, entonces, no lo soltás un poco y liberás la cadera? Decime, May: ¿te gustaría algo más de escote, para que caiga en el hombro, ponele? ¿Es sexy para vos? Chicos, ¿qué opinan? Ok. Listo. Es lindo. Ah, fijate, cuando estampes, que va a encoger. Me voy a hacer las fotos de tapa y vuelvo”. Asia es el key market para el nicho del designer clothing en que se inscribe Tramando. Se trata de un segmento dominado por la upper middle class, de 30 años promedio y decidida vocación avant garde. Churba lo entendió antes que muchos. Y es uno de los pocos latinoamericanos con presencia continuada en las vidrieras favoritas de los fashionistas orientales. En 2005, desembarcó en Japón a través de una boutique donde se comercializaban otras brands argentinas. Poco tiempo después, expandió su presencia a otros 40 locales multimarca. Hasta que en 2009, durante una ronda de negocios en Nueva York, fue contactado por HP France: el mega grupo –que representa a las marcas icónicas del lujo internacional en el país del Sol Naciente– le ofreció un relanzamiento en el mercado nipón, esta vez con local y catálogo propio. Desde entonces, Churba es una suerte de latinamerican idol por esos lares: cada vez que viaja, organiza fiestas con espíritu de happening en su tienda. Y ejecuta, en vivo y en directo, sus celebrados action painting, intervenciones con pintura fresca y espátula donde el lienzo son las vidrieras –aunque, quizás, se tienta y las replica en la prenda de alguna devota groupie. Su tienda tokiota pronto cumplirá un año. ¿Cuál es el balance de la experiencia? Llegar a Japón cambió absolutamente la estructura de mi negocio. No sólo tuvimos que adaptar las colecciones a su silueta, sino que nos obligó a implementar un sistema de producción con artículos específicos para un mercado que aprecia especialmente el diseño de autor, pero que también contempla un método de control de calidad distinto, exhaustivo, exagerado. Pero lo esencial, en realidad, está en el concepto del producto. Porque en Japón me exigen algo que acá nadie me
pide: que los contenidos estén envueltos en pensamientos, que tengan una semántica, un desarrollo trascendental. Sin embargo, su marca siempre se basó en un relato conceptual... Sí, acá también tengo un relato, pero no me lo piden. De hecho, podría perfectamente dejar de incluirlo y nadie me diría: “¡Che, qué bueno cuando hacías colecciones con tema!”. En cambio, Japón tiene una tradición espiritual vinculada, ancestralmente, con el concepto que hay detrás de las cosas. Ellos entienden que una prenda vale por lo que es pero también por lo que cuenta. Y eso me cambió el negocio. No la cabeza, porque yo ya venía sensibilizado con esa intangibilidad. ¡Pero fue como encontrar a mi media naranja! Estoy, chicas. “Me encanta esa prenda corta, cortiña. No, no enrula mal, lo que pasa es que enrula doble. Fijate: el de abajo y el de arriba. Pero ese cuello no es el mismo, ¿o si? Es mucho más grande. No, el rulo no, te estoy diciendo. ¿Está bien la medida? Mirá vos, porque parece mucho más holgada, más generosa esta forma. ¿Lo notás? Y el pantalón... ¡¿What happened?! ¡Parece una pistolera! Le va enorme. Además, fijate, tiene un efectito raro el bolsillo. De este lado es peor. ¡¡Mirá, ahí!! Y abajo es peor. Vení. Pero vení, mirala de este lado como yo. ¿Ves? Igual a vos te encanta este pantalón, ¿no? ¿De qué te reís? Si se nota que te encanta. Aunque es raro. Claaaaro, está desbocada la cintura. Y sigo viendo algo rarísimo... ¡Es una oreja! Uy, uy, uy”. Hubo un tiempo (1998) que fue hermoso. En una fiesta, chico conoce chica. Amor textil a primera vista: ambos son jóvenes, irreverentes, pilcheros. Jesica, que es Trosman, y Martín, que es Churba, sacudieron el franquiciado mercado de la indumentaria con conceptos que llevaron la bandera de la originalidad a la victoria: diseño de autor, prendas customizadas, texturas híper tecnologizadas, siluetas tridimensionales, presentación de colecciones con criterio de avant premiere, apertura de tienda-emblema en un Palermo que ni era Soho, ni era Hollywood, apenas Viejo. Hubo un tiempo (2002) que Churba fue libre de verdad. La separación de la dupla creativa signifi-
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có la oportunidad de crear un emprendimiento que expresara su visión. Nació Tramando. Que es marca de indumentaria. Que es laboratorio textil. Que es estudio de diseño estratégico. Que es empresa de inclusión social a través de la identidad. Hace unos años, urdió una alianza con La Juanita, una cooperativa de trabajadores desocupados de La Matanza: colaboró en la recuperación de maquinaria en desuso para que montaran un taller de costura, los capacitó en gestión de calidad, los contactó con sus propios clientes y proveedores, les encargó la confección de prendas, los llevó a Japón con su colección de guardapolvos piqueteros. Hoy, si bien en un impasse, el vínculo está latente: Churba está terminando de diseñar el packaging de los pan dulces que esa agrupación comercializará para Navidad. Tiempo después, trenzó un acuerdo con una comunidad de tejedoras de la Puna, cuyo saber ancestral en el hilado, el teñido y el tejido fue integrado a las colecciones de Tramando, además de protagonizar una línea especial de accesorios y deco con fibras orgánicas. Ahora, Churba está desarrollando un proyecto junto a la Cooperativa Nadia Echazú, la primera escuela textil de trabajo para travestis y transexuales que ofrece una alternativa laboral a la situación de prostitución de ese colectivo. Desde sus inicios, Tramando demostró madurez conceptual. Sin embargo, hace apenas dos años apostó a profesionalizar la estructura de la compañía. ¿Se dio cuenta que no podía vivir sin un CEO? Algo así. Hace dos años planeamos la expansión de Tramando a través de la apertura de otros locales en Buenos Aires. Y, para mí, profesionalizarnos era un paso imprescindible para andar ese camino. Pero, además, también era una necesidad personal, para poder vincularme de otra manera con mi trabajo. Entonces, ahora me concentro en la dirección creativa y artística y el CEO se aboca a la logística del día a día. Eso sí: la estrategia la pensamos juntos. Pero ya no me ocupo de su implementación. Lo hice en su momento, pero me di cuenta que estaba tan diversificado que no podía hacer foco en el diseño. Mi negocio funciona porque soy creativamente caótico. Y necesito vibrar en esos ciclos. Pensarme en espiral me resulta sinérgico para crear y para vivir. Disculpame... “Estaba pensando si ahí abajo –que es tan hermosa la forma que hicieron, chicos– si no deberíamos completar con esa misma pestaña, que suba y que baje, para que tenga la misma forma pero con terminación, para que no parezca incompleta. No, así no. Que tenga un enganche ahí. ¿Pero no me entienden? Que siga teniendo la forma de frac. ¿Qué es lo que no les gusta? ¿A vos te gusta? A vos, sí. ¿Y a vos? A vos nada. ¿Qué es lo que no te gusta? ¿Que se le ve la cola? ¿Y cómo quieren tapar la cola sin que quede más largo? A mí me gusta así. 34
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Flower power Optimismo, celebración y color. El lanzamiento de la propuesta de Tramando para el verano 2011 fue el evento de la temporada. Leticia Brédice, Julieta Ortega, María Laura Santillán, Boy Olmi, Iván De Pineda, Darío Lopérfido, Jazmín De Gracia y Mónica Parisier fueron algunas de las celebrities que, tragos y música en vivo mediante, elogiaron la nueva colección de Churba, presentada a partir de un look book en formato video. Esta vez, la inspiración abrevó en la década del ‘60 y, más precisamente, en los movimientos civiles y culturales en favor del amor, la paz, la libertad y la integración. El flower power by Churba “se luce en las prendas de Tramando a través de prints de flores abstractas que se presentan en tres paletas de colores (limón, piel y azul) con detalles en claroscuro para remeras, faldas y vestidos de alto verano. Los textiles tecnológicos aparecen con espirales ADN en corte láser. Batas de viscosa en patchwork de colores que se complementan con fajas estampadas con serpentinas reticuladas que logran un efecto óptico casi lisérgico, son otra apuesta fuerte”. Además de brindar por la reciente apertura en Unicenter, la ocasión fue propicia para presentar una edición limitada de las tradicionales Topper blancas de lona de algodón hackeadas –“un chapuzón de diseño y color”– por Churba.
Y más de lejos. El problema es que los planteos están tomando una forma un poco dominada. Podés estirarla, pero acá se te acumula un sobrante, no se integra. Haceme caso, tranquila, que no te va a cambiar porque le hagas el toque acá. ¿Estamos?”. Frases (y palabras) en los muros que envuelven la gran escalera central de la maison: “El hogar protege. Tirarse al piso. Mullidito. A la mesa. Crochet a mano o dos agujas. Celebramos el textil. Despertate amando. Subí al piso. Swing. Nuestra filosofía. Tejiendo amor. Estampando hogar. Es un placer. Despertame flúo. Casa tramada. Dulce lenguaje. Acurrucarme. Paisaje textil a mano. Aliando. Cosiendo”. El mantra Churba. Etiquetas (y garabatos) en los cajoncitos del laboratorio de diseño del primer piso de la maison: “Plisados soleil. Plastisol y sublimados. Experiencias aisladas de estampados con aplicaciones de
tela. Origami. Sublimación con dibujo. Plastisol tupido. Estampados con máscara. Plastisol tupido ondulado pleno. Matelasse. Pelos. Tetitas”. El abecedario Tramando. Sus presentaciones de colección son célebres por ser una puesta en escena con performances, música en vivo, desfiles en la calle. Recuerdo que, inclusive, en una edición del Buenos Aires Fashion Week, trasladó el taller a la pasarela para crear y confeccionar una prenda en tiempo real. ¿La moda es show o no es nada? Para mí, apelar al arte dramático es una necesidad casi espiritual, un conocimiento que adquirí en mis cursos de actuación y que constituye mi formación inmaterial en lo creativo. Por lo tanto, está presente todo el tiempo, aunque no ocupe espacio, en mi memoria. Y se manifiesta cuando pienso los desfiles como performances donde termino metiendo el cuerpo. Ahí me doy cuenta que soy actor. Todo el tiempo soy actor. En los happenings o en las sesiones de fotos también. No es que vuelvo a actuar sino a estar en el rol de la representación. Mismo ahora te estoy contando un personaje. ¿Cómo seguimos, chicos? “¿Por qué te equivocaste? ¿No es lo que vos querías? ¿Es muy distinto de lo que querías hacer? ¿La estás tratando de deforme a la modelo? Decime: ¿el cuello va así? Mmm. No, sí, si a vos te gusta... Para mí el vestido es muy bello, es hermosísima la espalda y el frente, pero tiene un problema de silueta. Podríamos limpiarla un poquito, sin esto y esto. Mirala de frente. ¡Se parece a un origami! Caminá un poquito. ¡Cómo cambia! ¡¡Estás lindaaa!!!! Me gustaría que el cuello lo mantuvieras porque está recontra bueno, pero te pide un vestido más simple, más suelto, más fácil, más como una remera-vestido. No sé, no te quiero confundir. ¿Y si le ponemos esas charreteras de la otra colección? Traélas... ¡Queda buenísimo! Y pensar que nunca las entendieron. Ahora corremos un riesgo: que digan ‘¡Qué bueno, no me acordaba de este touch!’ o que digan ‘¡Qué pena, mirá cómo nos arruinaron un lindo vestido!’. Aunque podríamos hacerlas más dulces, no tan picudas, tan punk. Sí. Ahí está: lo simplificás y es divino. Sacale la catarata de drappeado de la cadera, adelante, en la espalda, en todos lados y listo. Creo que hasta va a tener más vida útil. ¡Uy, nena, te pinchaste de nuevo con el alfiler!”.◆