1 minute read

Estocolmo

Next Article
Zombies en el cine

Zombies en el cine

SOBRE MICROMACHISMOS Y SOFTBOYS

reseña de “Estocolmo”

Advertisement

texto PALOMA COMINETTI

Los nuevos tiempos han puesto al descubiertotendenciasque,peseaya estaridentificadas,apenasalaluzdel siglo XXI se evidencian como lo que son: peligrosas prácticas machistas que buscanperpetuar,através de ser socialmente aceptadas, acciones de represiónycontrolsobrelamujer. Los micromachismos, actitudes aparentemente inofensivas como expresar frases como “eso es de mujeres” o “no actúes como niña” , el menosprecio por los logros de una mujer o la agresión verbal por medio de “piropos” , parecen anclarse hasta enelmásabierto,liberalymodernode loshombrescontemporáneos. Ante la decadencia de la estructura patriarcaldelasociedad(nograciasal entendimiento de los varones, sino a la lucha de las propias mujeres) el machismo se defiende y pretende perdurar con los pactos patriarcales, conlahipersexualizacióndelamujery lahegemoníadelfaloanteelmundo. Estocolmo, película española dirigida porRodrigoSorogoyen,esmuestrade cómo se pretende sofisticar la figura del Don Juan, hoy entendida más comoladeunfuckboy(elhombreque usa todas sus artimañas para llevarte a la cama), y se transforma en un softboy, aquel conquistador que finge realinterésenti. Él y Ella se encuentran en una fiesta. Ella no la está pasando bien, p refiere irse. Él va tras ella. Durante el recorrido por las calles de Madrid él hará todo lo posible por convencerla de que es un buen tipo. Ella en todo momento se le niega, aunque algo en ella hace que, poco a poco, confíe en él.Confiarporúltimavez. Lo que por momentos puede parecer otrahistoriadeamor(tanfijadoestáel estereotipo del hombre que, si lo rechazan, debe insistir hasta recibir el sí, porque eso lo convierte en un romántico y a la mujer, un objeto de conquista) termina descubriendo la s verdaderasintencionesdeuntipoque soloquierefollar. La mañana es un amargo despertar, un retorno a la realidad, tras una noche de encanto. El hechizo terminó y la carrosa se ha vuelto calabaza. Él ya no quiere verle más, ya cumplió su objetivo, yElla va en caída libre a una nueva decepción, quizá la definitiva. Empujones, gritos, insultos, violencia. Pareceelpandecadadía. Finalmente, la tragedia, y nada más. Asíeslavida,asísonellos,asísomos nosotras¿Deverdaddebeserasí?Lo que Estocolmo nos dice es que nosotras consentimos ese síndrome de compenetración con nuestros verdugos, quizá porque así se nos ha educado.Estodebeterminar,sedebe acabarconlospactos. Es momento que los hombres se pongan a pensar un poquito antes de ver a una mujer solo como un objeto sexual. No se están llevando un pedazo de carne a la cama, se están llevandounalma,uncorazón,plagado de deseos, ilusiones, necesidades, tristezas y desilusiones. Están tratandoconunamujer.

This article is from: