AÑO 2 NÚMERO 8 PUBLICACIÓN MENSUAL REVISTA CULTURAL EJEMPLAR GRATUITO FEBRERO 2012
LA
CONVIVENCIA
EDITORIAL Compartir un espacio, no sólo con otras personas sino con los demás seres vivos, implica uno de los conceptos de mayor complejidad: el respeto. Según los códigos y normas de cada grupo social se entiende que el respeto es, básicamente, el reconocimiento de nuestras necesidades y las necesidades de las y los demás. Al reconocernos reconocemos la existencia del otro o la otra, le damos vida a la sociedad y valoramos nuestro medio ambiente. A esto se le conoce como “alteridad”, es decir, el respeto a las diferencias y particularidades de cada ser vivo con respecto a las y los demás.
Alcaldesa del Municipio de Aguascalientes
En la actualidad, la aldea global invade cada vez más nuestros contextos; es por ello que resulta pertinente resignificar el término de convivencia, vinculándolo con la alteridad y la subsistencia solidaria. En este tenor, la multiculturalidad, que es la confluencia pacífica de distintas manifestaciones culturales, adquiere un significativo sentido, ya que promueve el respeto a las diferencias. Por esto, la multiculturalidad, como un principio de convivencia, es uno de los ejes rectores del IMAC.
Subdirector de Enseñanza Artística y Ediciones
En los distintos escenarios sociales convivimos a diario; en su interior, las personas encontramos a nuestros seres amados, a nuestros contrincantes, a las y los vecinos, a quienes comparten la misma afición deportiva o el gusto por el arte, o a quien puede compartir el atardecer en el zaguán de la casa discurriendo sobre política. En estos escenarios rutinariamente se suceden encuentros y desencuentros, la idea es que esta interacción sea respetuosa y, por ende, pacífica. Una de las prioridades del Municipio de Aguascalientes es el mejoramiento de la calidad de vida de las y los ciudadanos, a través de diversos servicios que abonen a la reconstrucción del tejido social. Por eso implementa su Programa de Convivencia y Seguridad Ciudadana, orientado a favorecer el buen entendimiento y la convivencia libre de violencia.
Lic. Lorena Martínez Rodríguez Dra. Evangelina Terán Fuentes
Directora General del Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura
Wilfrido Isamí Salazar Rule
LCMM. Daniel F. Amézquita López Jefatura Editorial
Alberto Guzmán Garcia Coordinación Editorial Miguel Angel Valdés Centurión Diseño Editorial
LDG. Sandra Catalina Sánchez López LDG. Allaín G. Díaz Hernández Concepto gráfico original
Una de las herramientas que se utiliza para esta tarea es la promoción cultural, especialmente en las zonas más vulnerables porque, como en algún momento dijo Paul Celan: <<un poema es un estrechar de manos>>. En La Catrina compartimos ese mensaje; es por ello que nos involucramos en la tarea de fraternizar y de aportar a la sana convivencia, por medio de la promoción de los derechos culturales que tenemos cada ser humano. La convivencia es lo que nos proyecta a una mejor vida. Recordemos lo que en este sentido Carl Sagan expresó en su libro Un Punto Azul Pálido: <<Mira ese punto. Eso es aquí. Eso es casa. Eso es nosotros. En él se encuentra todo aquel que amas, todo aquel que conoces, todo aquel del que has oído hablar, cada ser humano que existió, vivió sus vidas. La suma de nuestra alegría y sufrimiento, miles de confiadas religiones, ideologías y doctrinas económicas, cada cazador y recolector, cada héroe y cobarde, cada creador y destructor de la civilización, cada rey y cada campesino, cada joven pareja enamorada, cada madre y padre, cada esperanzado niño, inventor y explorador, cada maestro de moral, cada político corrupto, cada “superestrella”, cada “líder supremo”, cada santo y pecador en la historia de nuestra especie vivió ahí, en una mota de polvo suspendida en un rayo de luz del sol>>. Sirva este octavo número de La Catrina para reflexionar en cómo, de manera individual o grupal, podemos contribuir a hacer de Aguascalientes la ciudad de todas y todos.
La revista cultural La Catrina es una publicación mensual del Municipio de Aguascalientes, con un tiraje de 3,000 ejemplares. Domicilio de la publicación: Antonio Acevedo No. 131, Zona Centro. C.P. 20000, Aguascalientes, Ags., México. Coordinación y distribución: Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura. Los contenidos de los artículos son responsabilidad exclusiva de su autor o autora.
Alejandro Montelongo nació en la ciudad de Aguascalientes en diciembre de 1977. Ha sido docente del Departamento de Trabajo Social de la UAA. Actualmente trabaja en el Instituto Municipal de la Mujer de Aguascalientes.
Lecciones de convivencia Por Alejandro Montelongo González
El próximo agosto cumpliré cinco años como vecino del barrio El Llanito. Luego de muchos meses de búsqueda, rodando para no hacer moho, encontré una casita con espacio suficiente para la música y los libros. Con una pequeña ayuda de papá pinté las paredes en tonalidades idénticas a las de mi tatuaje; algunos azulejos por aquí, un par de macetas por allá y Ogarrio quedó bonito, muy limpio, como testimonio de la capacidad de dos hombres para involucrarse amorosamente en la decoración de un hogar.
de pertenecer a un equipo cuya principal encomienda consiste en contribuir al desarrollo de actitudes favorables a la equidad de género, la diversidad cultural, la no discriminación, el rechazo de todas las violencias o la conservación del entorno urbano, buscando que todas y todos en este municipio nos relacionemos saludablemente.
En este momento de mi vida la palabra convivencia tiene un doble significado. Representa por una parte la responsabilidad
Indudablemente saber de convivencia va mucho más allá de proponer indicadores de seguimiento y evaluación.
Y me remite por otro lado al reto cotidiano de fomentar vínculos solidarios con quienes comparto el código postal. Desde que llegué a El Llanito no he sabido pasar de la etapa Una parte de mi labor como integrante del gobierno municipal de los buenos días; a la fecha a quien mejor conozco es a me lleva continuamente a dialogar con grupos de mujeres Don Toño, buen lector de periódicos y amplio conocedor del y hombres de todas las edades acerca de las necesidades procedimiento de cuenta de las cabañuelas. Nuestra relación prioritarias de sus colonias. Muchas de ellas obedecen a se limita a pequeños eventos de intercambio comercial, la imposibilidad generalizada para la resolución pacífica de monedas o billetes por mi cuenta y de la suya unas ricas conflictos, que provoca problemas por el uso de espacios soleras para amenizar el rato. públicos, la limpieza de calles o la reproducción en plena madrugada y a todo volumen de los grandes éxitos de la Hasta hoy la situación más desagradable vivida en este lugar ocurrió una mañana como tantas cuando descubrí una pinta Original Banda El Limón. en la pared de la casa, obra y gracia de los vecinos. Tres Llevar a la práctica una política pública enfocada en la garabatos fueron razón suficiente para no volver a saludarlos. convivencia no es una tarea sencilla. Resulta complejo En más de una ocasión he estado a punto de llamar a la construir sentidos comunes que permitan a funcionarias y policía cuando la fachada deja de ser lienzo de aerosoles y funcionarios municipales trabajar coordinadamente desde se convierte en portería para el ensayo del tiro libre indirecto. una visión compartida sobre las causas o consecuencias de Cada balonazo aumenta la intensidad de mi enojo, espejo de los problemas sociales. Los primeros acuerdos para la acción las intolerancias propias que me impiden actuar asertivamente en la situación. aparecen pasadas varias horas de intensa reflexión.
Nunca supimos cuántos años tenía doña Nancy, ni si había nacido en Zacatecas, ni cómo había sido de joven. Lo que sabíamos de ella era lo que veíamos: su figura pequeñita, encorvada; su cara surcada de arrugas finas y gruesas; sus ojos también pequeñitos, casi cerrados, de un color que no se adivinaba, pues ya estaban nublados; su casa, que era de las primeras del callejón, cuya fachada apenas hacía unos meses que le habían ayudado a arreglar, pintándola e instalando una puerta en donde antes sólo había un pedazo de tela. El resto de lo que conocíamos por supuesto eran sus perros, una media docena de peludos ex callejeros a los que Nancy cuidaba con todo el cariño que se tiene a una familia. La manada era aguerrida y se lanzaba al ataque de los transeúntes y de los vehículos y desesperaba a muchos. A nosotros ya nos conocían y por eso no nos ladraban, excepto si bajábamos muy rápido por el callejón.
Doña Nancy Por Ilse Díaz
Con Nancy crucé pocas palabras. Sentada en la banqueta bajo el sol del mediodía, con su sombrero de paja puesto, hablaba de sus perros, de que “la rata” (ya pueden imaginar cómo era su perra), había vuelto a quedar preñada y a abortar, que otro había regresado golpeado de sus correrías. El invierno anterior, un pastor alemán, no menos callejero que los otros, había vuelto apaleado y se le había muerto poco después. Fue en ese momento cuando nos dimos cuenta de cuánto ella los apreciaba. Mi novio y yo hemos vivido alrededor de dos años entre Zacatecas y Aguascalientes. Estudiando allá en la universidad, hemos aprendido a querer los callejones y las subidas y bajadas del centro que antes nos exasperaban. Este inicio de semestre, cuando volvíamos de pasar las vacaciones en Aguascalientes, nos encontramos con un moño negro colgado en la entrada de la casa de Nancy. De inmediato supusimos lo que era evidente. Nancy murió poco antes de la Navidad. Como no tenían familia, algunos vecinos, que siempre se preocuparon por ella, se encargaron de todo. Luego supimos que unos días después había llegado la perrera y se había llevado a los perros. Dos se escaparon y ahora las señoras de las casas de enfrente les dan de comer. Felipe, mi novio, me dijo: “me quedé con ganas de tomarle una foto con todos sus perros”. A mí me gustaría que, a falta de esa foto, su imagen no se me borrara de la mente. Siendo que todos vamos hacia el mismo sitio, no puedo sino pensar que debe ser así, que unos se van y otros llegan, y que ahí vamos caminando. Lo que sí me parece imprescindible es tener en cuenta el tiempo que tenemos por aquí para convivir, sean esos momentos largos e íntimos, o fugaces y casuales –como lo fueron con doña Nancy- deberían estar marcados, además de por su finitud, por toda la admiración y la solidaridad de la que sea capaz nuestra condición humana.
Ilse Díaz Márquez es de Aguascalientes. Licenciada en Letras Hispánicas. Profesora de Literatura en la UAA y ocasionalmente bailarina en Texturas Danza Contemporánea. Le gusta la investigación y escribir poesía. Estudia la Maestría en Filosofía e Historia de las Ideas en la Universidad Autónoma de Zacatecas.
r i v i v En -con Por José Luis Justes
Porque, for better, for worse, aún entre las más fieras llamas puede florecer el loto dorado. Convivir, al igual que tolerancia, patria o amor, son palabras demasiado grandes para nuestra abrumadora y acelerada realidad cotidiana. Tal vez no para nuestras aspiraciones, pero sí para el día a día. Todas implican un esfuerzo extra. Demandan de nosotros algo que sabemos que sí queremos dar, pero que en lo cotidiano se complica. ¿Sentir la patria aunque la patria la dirijan los “malos”, sean estos los que sean? ¿Cómo amar si no es amando hasta el extremo? ¿Tolerar todo aunque implique tolerar al intolerante? Convivir, es decir, vivir con. Convivimos con algo porque la mayoría de las veces no hay más remedio: con nuestro peso, con nuestros más secretos anhelos, con los miedos o los triunfos o las derrotas de los otros. Por convivir convivimos, en secreto, hasta con él o la que podríamos ser. ¿Y cómo convivir con alguien, aun elegido libremente por nosotros, si hay noches en las que hasta acostarse con uno mismo resulta insoportable?, ¿y cómo convivir con alguien que nosotros no elegimos sino que nos es impuesto, con los compañeros de trabajo, con el taxista de conversación insoportable, con el mesero desatento, con el borrachín de todas las noches? Sustituyamos con-vivir por en-vivir. Que no se nos llene la boca de palabras grandilocuentes (de esas que implican promesas tan imposibles de cumplir) de vivir con algo o con alguien y que, a cambio, se nos llene la vida de pequeños actos consuetudinarios en los que habitar, de actos para vivir en ellos. En-vivir con algo, para hacerlo nuestro, para que nosotros vivamos en eso y eso, un anhelo, un miedo, una ambición, un fracaso, un deseo o muchos, hasta un odio incluso, sean motivo de comenzar y recomenzar día tras día.
José Luis Justes es poeta y traductor.
En-vivir con el otro, con la otra, con los otros, para no prometer nada que no podamos cumplir, aun sin palabras, con suposiciones: si nos encontramos en el camino, en el trabajo, en el accidente, feliz o desgraciado, en un gusto común o en una aversión semejante; en un algo que, aunque mínimo, nos haga, aunque sea por un segundo, ser uno más allá de envivencias, convivencias o como ustedes quieran llamarlo.
Yo recopilaba cada rastro Por Patricia Ortiz Lozano.
Yo recopilaba cada rastro trazaba mapas construía vidas yo tenía tus ojos en mis manos tus pestañas rasgaban mi torso. Tenía las partes, las formas poseía los colores distinguía el sabor de cada fruto me inundaban las tormentas. En mi casa se adentraban los seres más extraños.
Patricia Ortiz Lozano es Licenciada en Derecho. Ha sido becaria del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes. Obtuvo Mención Honorífica en el Premio Nacional de Literatura “Salvador Gallardo Dávalos” 1996. Ha publicado los textos “Sitio de Sombra”, “Casa de Lluvia”, “El Otro Mar” y “Memoria de la Huida”. También ha sido incluida en diferentes antologías.
Yo tenía tu luz poseía tus venas en tu sangre corrían mis historias por tu espalda resbalaba mi cansancio. Sostenía tu paso cargaba tu silueta guardaba cada mancha de tu cuerpo. Yo era el muro y la columna la casa y la memoria. Tenía los trazos y el bosquejo.
Yo portaba la noche, era el día. Era el jardín y el árbol rojo. Desde mi ventana poseía el instante dominaba el reino tenía bajo mis pies al héroe y al vencido.
En mi casa se adentraban todas las preguntas colisionaban las palabras se expandía el viento se abismaban los recuerdos.
Era la sal y el agua el fondo del océano el mar revuelto y el pez herido.
vEn qué momento se deshizo todo se cayeron las baldosas se derrumbaron muros. En qué instante fue la pérdida y la huida.
Estrategia
Grabados de David Hidalgo Uribe
No creció en mí la línea circular. No produjo nada el reposo del tullido ni el diagnóstico ferviente del que espera sentado las señales para saber que de nada se tuvo la esperanza que nunca surgió lo que se fue gestando, sin posibilidad de ponerse de lado frente al viento para sentir su bofetada mortal y soltar el rumor que inunde cada esquina y de nuevo la bofetada sorda que no duele pero lanza la pizca de fe que nos conmueve y nos vuelve estrategas del olvido.
David Hidalgo Uribe es egresado de la Licenciatura en Artes Visuales del ICA. Estudió en la Escuela de Iniciación Artística No. 1 CONACULTA-INBA. Ha participado en diversas exposiciones colectivas destacando la selección en la primera Bienal Pedro Coronel y Mención Honorífica en el Concurso Interpolitécnico de Pintura IPN.
Por Heriberto Béjar
Perdóname. La vergüenza me mata. Yo recibí algo diferente, tienes que saberlo. Era un lugar maravilloso. Corría por las calles, a veces hasta muy tarde, y no había quien pudiera hacerme daño ni de quien temiera verdaderamente. Mis mañanas olían a azares y las estrellas llegaban con “huele de noche” que tatuaban mi infancia. Me escondía entre árboles y me mojaba en fuentes que siempre estaban encendidas. El zaguán de mi casa siempre estaba abierto y mis tías salían acompañadas de un alba dorada a pedirle a la Virgen del Carmen que siguiera cuidando a la gente buena que vivíamos aquí. Me llevaban a ver llegar un tren que aparecía entre un grito de metales ensordecedor y mientras se abría paso la gente lo saludaba con la mano, como quien
lo hace con un viejo amigo. La estación olía a fierro, a pasado y a orgullo. Me compraban un algodón de dulce y una enorme nube negra de pájaros partía el azul por encima de mí. Por las calles nadie tenía que acompañarnos.Tomábamos agua de las llaves del parque y salía caliente, transparente y suficiente para lavar a cualquiera a quien una cantera le hubiera raspado las rodillas. Mi abuela nos contaba de los espantos que desde el más allá se aparecían por el panteón y de la vez que intentaron robarse a su hermana los dorados de Villa que amarraban sus caballos en una esquina de la calle Carranza. Porque en aquel entonces las cosas malas no eran de este mundo ni vivían aquí. Nos hablaba de bugambilias en el pelo, de tranvías, de vueltas por San Marcos y de novios que hacían nacer versos desde sus bancas ardientes. ¡Era un estupendo lugar!, a mi abuela le encantaba y taladró en mi corazón el cariño por su cielo, por su tie-
rra de huertas y por su paz con sabor a guayaba. <<Pero ya no puedes andar sola por la calle, ni correr por las plazas cuando oscurece. Ya no hay puertas abiertas, ni macetas, ni azares que puedas tomar desde una balaustrada que guarde tus secretos. Ya no hay versos en las bancas ni trenes que te cimbren el corazón. En un lugar así no solía vivir yo, te lo juro. Todo esto no era así. No teníamos tanto miedo, ni estábamos tan tristes, ni corríamos tanto.>> <<Me da mucha vergüenza. No se suponía que yo te entregara un lugar como éste. No fue el que me tocó recibir con tanta esperanza, con tanta alegría, con tanto orgullo de quienes vinieron antes de mí.>> <<Pero no me escucharás maldecir este lugar porque es mi casa y es la tuya. No dejaré que nadie te lo arrebate porque es para ti, tal y como yo lo recibí. Si corro con suerte y no decaigo, te entregaré el maravilloso paisaje que me acompañó por
tanto tiempo, con zaguanes abiertos, y ardillas, y macetas, y campanas, y árboles, y azares, y guayabas; para que tú, algún día, se lo entregues a unas manos pequeñitas que se tiendan frente a ti. Y le contarás de tardes de ensueño y cantera, de amaneceres colorados llenos de esperanza, de gente buena y de cielo claro. Y de nosotros, quienes hicimos hasta lo imposible por mantener así tu hogar, el mismo que le pedirás que cuide mucho también, para que exista por siempre.>>
Heriberto Béjar es Licenciado en Derecho y en Artes Escénicas. En los medios de comunicación se desarrolla como analista político y social. Actor profesional, maestro en la Licenciatura de Artes Escénicas de la UAA y actualmente miembro de la Comisión de Planeación del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes.
Globalización de las ideas Por Aldo Ruiz
Este milenio avizora dos cambios ingentes en la joven sociedad contemporánea: el surgimiento del matriarcado y la modernización de la iglesia. Sin embargo, en los albores de la aldea global (tal y como lo planteaba MacLuhan), se escenifican intercambios culturales de trascendencia que sólo el desarrollo tecnológico podía brindarnos, el mundo y sus formas de convivencia han cambiado. Para entenderlo un poco mejor tratemos de comprender la mecánica de las redes sociales y el uso loable que la “generación del conocimiento” le está dando, y más importante aún, la ha convertido en una herramienta de uso convencional: sucesos típicos se convierten en extraordinarios cuando son dados a conocer por los usuarios de la red. Como ejemplo tangible de las nuevas formas de convivencia tenemos a los medios masivos de comunicación, que están siendo sustituidos como únicos y fiables espectros de información, ya que los sucesos son dados a conocer a través del sujeto que lleva cabo la acción y no por medio de los métodos convencionales ya mencionados. Esto ha permitido que las sociedades y sus percepciones estén siendo sistemáticamente transformadas en una nueva cultura global, es decir, la apertura hacia nuevas realidades nos ha permitido cambiar nuestra forma de vida, como lo fue en su tiempo la invención de la enciclopedia para combatir el oscurantismo, lo es ahora la interacción entre diversas sociedades como método eficaz para cambiar la “occidentalización” de la humanidad. Empero, aún nos queda mucho camino que recorrer en cuestiones de tolerancia, que pareciera ser miedo a lo anormal, es decir, miedo a algo tan maravilloso como lo auténtico, es ahí donde se da una singular dicotomía: mecánicamente solemos repeler lo socialmente atípico (algo que no estamos acostumbrados a reflexionar) por nuestra falta de criterio y lo sustituimos por prejuicios impuestos por paradigmas, incluso ajenos a nuestras propias formas de vida. Para comprender la diversidad cultural, es necesario abrirnos a nuevas formas de expresión y mejor aún, adentrarnos en la heterogeneidad social y su núcleo, ahí subyacen las verdaderas causas de sus manifestaciones poco ortodoxas y su perenne búsqueda de legitimación ante la tergiversada concepción que se tiene de la moral. Por otro lado y siguiendo esa coyuntura, las minorías deben recuperar los espacios públicos y no recurrir a la auto segregación, si bien es cierto que las nuevas formas de interacción han sido loables en la lucha contra la intolerancia, no lo son así los espacios típicos (físicos y no digitales) donde convergen diferentes sujetos sociales. Acostumbrar a las generaciones venideras hacía las nuevas formas de vida, tan normales y aceptables como cualquier otra, que no invada nuestro espacio natural y no atenten contra los derechos universales del sujeto, en términos de Bachelard: generar una ruptura epistemológica. Nuestra generación no carece más de utopías, producto del intercambio cultural y las nuevas formas de convivencia, podemos pensar que las predicciones sobre las transformaciones sociales pueden ser materializadas. Ojalá que algún día podamos interpretar las cosas por su esencia, ojalá que ver a dos personas manifestando su recíproco cariño sea cual sea su sexo sea una prueba de que existe el amor, desarrollar nuestro compromiso social por encima de cualquier compromiso con lo material, adoptar la cultura como forma de protesta, como dijese Eliot: “La cultura se puede incluso describir como lo que haga de la vida algo digno de vivir”, entender que por encima de todo está la plenitud forjada no a base de logros ni de acumulación de ínfimos reconocimientos, sino a base de una cultura de la tolerancia, pero más aún de nuestro compromiso con los demás, renunciar a los prejuicios y devenir en seres dignos de ser admirados por nuestras acciones en pro de convertir este mundo en lo que es: nuestro espacio vital de vida.
Aldo Ruiz es un apasionado de las ciencias sociales y la historia, su formación es marxista. Autor de diversos artículos; en 2009 participó como ponente en el Congreso de Juventudes Comunistas en Cuba con un ensayo titulado “Aldea Global; mitos y realidades de la socialización de los medios de producción”.
Construyendo la seguridad entre tod@s
Lucila Guerra Delgado es Maestra en Terapia Gestalt, entre los cargos que ha ocupado están Directora del Instituto Estatal de Segura Pública de Aguascalientes, Coordinadora del Instituto de Formación de la Policía Federal Preventiva y Directora General de Formación Profesional de la Procuraduría General de la República. Actualmente es Jefa de la Oficina Ejecutiva de la Presidenta Municipal de Aguascalientes.
Por Lucila Guerra
La seguridad ha sido una de las principales preocupaciones de la ciudadanía, en la medida que de ella dependen tanto su integridad como su patrimonio; ha ocupado el primer lugar en las inquietudes de muchos mexicanos, incluso por encima de la problemática económica; para quienes vivimos en Aguascalientes, se ubica en el segundo lugar. En consecuencia, todo gobierno de cualquier nivel, que tiene como objetivo promover el bienestar y el desarrollo integral de sus habitantes debe tener a la mejora de la seguridad ciudadana como una de sus mayores prioridades.
Esta estrategia está construida sobre cuatro principios: integralidad, territorialidad, transversalidad e Intersectorialidad. Integral porque permite la atención desde diferentes ángulos al complejo fenómeno de las violencias y la delincuencia, territorial pues atiende en un lugar concreto una problemática particular, transversal porque implica a toda la organización municipal a trabajar articuladamente para direccionar y focalizar todas las intervenciones e intersectorial pues involucra tanto a otros niveles de gobierno como a organizaciones de la sociedad civil, empresarios, iglesias, entre otros.
El Municipio tiene, por mandato constitucional y vocación natural, la responsabilidad por la prevención de las violencias y el delito, pues es quien posee el conocimiento más cercano de la realidad y las necesidades de sus habitantes. En el municipio de Aguascalientes, presidido por la licenciada Lorena Martínez, se ha empezado a implementar el “Programa de Convivencia y Seguridad Ciudadana”, una estrategia novedosa e integral para restaurar los niveles de seguridad y confianza que alguna vez gozamos y combatir por ende a la delincuencia, basada en el compromiso y participación de los habitantes del municipio en la gestión de su propia seguridad.
Si bien la intervención de las fuerzas policiales son insustituibles en los casos de rompimiento de la paz púbica, no es suficiente si no existe un entorno social que reconozca el valor de la cultura de la paz y legalidad, donde existan niveles elevados de cohesión social y se vigoricen los lazos comunes de identidad; impulsando a la ciudadanía como actor clave de su desarrollo y de su seguridad. Para lograr esto se está promoviendo la constitución de redes ciudadanas de prevención y cohesión social en las colonias donde mayor problemática delincuencial se ha presentado; en éstas los habitantes se organizan para construir su seguridad y mejorar la calidad de vida, partiendo de la realización de un diagnóstico de las condiciones sociales de su comunidad y de los espacios urbanos físicos con el fin de detectar las condiciones de riesgo y formulando propuestas para su resolución, constituyéndose así en mecanismos directos de vinculación entre las autoridades municipales y la ciudadanía. A la fecha se han conformado en más de 30 colonias sus respectivas redes y, más importante, están empezando a dar resultados.
Para explicar mejor el enfoque de esta estrategia es necesario hacer una analogía: cuando una bacteria infecta un órgano sano, éste reacciona y con sus autodefensas, limita la capacidad de producir una enfermedad del patógeno; sin embargo, cuando el órgano está debilitado y con sus defensas disminuidas, la infección provocada será más grave y requerirá la aplicación de medicamentos para su curación y en ocasiones, aunque se dé una remisión, será temporal y habrá recaídas constantes; así sucede también en la sociedad, cuando el tejido comunitario está debilitado, las acciones de la delincuencia tienen mayor impacto y no se pueden combatir sólo con medidas externas; como sucede en una ciudad fronteriza, donde pese a emplearse fuerzas extremas en su contra, el crimen organizado como hidra repone sus cabezas y reaparece aún más violento. Por eso en el municipio de Aguascalientes, al mismo tiempo que se atacan las manifestaciones más lesivas para la ciudadanía de la delincuencia, estamos simultáneamente impulsando una estrategia en donde la ciudadanía se irá auto-sanando y tomando en sus manos su seguridad, rehaciendo sus vínculos con las autoridades pero sobre todo dentro de las propias comunidades.
Con esta nueva política, el municipio de Aguascalientes busca cambiar el paradigma de la seguridad pública por el de seguridad ciudadana e incluso sentar las bases para aspirar a la “seguridad humana”, que para la UNESCO implica que además del mantenimiento del orden público y de la protección a la integridad física, patrimonial y jurídica de los ciudadanos, se generen las condiciones para la vigencia de los derechos humanos. Por eso, el lema “convive feliz” del programa refleja una perspectiva aspiracional, un objetivo superior al que la administración municipal dedicará sus mayores esfuerzos.
La Convivencia como Política Pública Municipal Entrevista a la Presidenta Municipal de Aguascalientes, Lorena Martínez Rodríguez Una nueva política, para Lorena Martínez, es aquella que se preocupa por la gente, es la que pone a ciudadanos y ciudadanas en el centro de todas las decisiones; es la que responde a las necesidades comunitarias en permanente diálogo con todos los sectores sociales. Una nueva política, para la Alcaldesa de Aguascalientes, es “simplemente pensar bien, pensar diferente, pensar en todos y todas; hacerlo bien, hacerlo diferente, hacerlo todos y todas”. Uno de los elementos centrales de esta nueva forma de hacer política es la coexistencia pacífica. A continuación, una entrevista realizada a la licenciada Lorena Martínez en relación a la convivencia. La ciudad como espacio de convivencia No se puede explicar la ciudad sin la convivencia de sus habitantes; es el espacio físico el que hace comunidad. El espacio es donde se encuentran las generaciones y los diferentes pueblos, eso es lo que hace la esencia de una ciudad, sobre todo porque en la medida en que se logra la convivencia y un sentido de pertenencia es como se puede construir la armonía, la paz social y, al final de cuentas, la calidad de vida. Yo estoy convencida de que las y los integrantes de una ciudad van a tener siempre un sentimiento de felicidad en la medida que tienen armonía a su alrededor, ¿cómo puede un gobernado medir la eficiencia y la eficacia de su gobierno?, pues en la medida en que puede disfrutar su espacio, en la medida que puede tener tranquilidad y condiciones para ser feliz. La convivencia como política pública municipal La convivencia, en principio, es una filosofía de mi vida. Yo siempre he creído que los seres humanos estamos aquí en la tierra para ser felices; es como una gran misión de las y los que estamos aquí, y que uno de los objetivos principales de los gobiernos debe ser, precisamente, la generación de esas condiciones que así lo permitan. Inspirada en esa filosofía de vida que tengo, en esa convicción, efectivamente nos avocamos a ver cuáles son esas políticas públicas que favorecen las condiciones de convivencia, y luego las ligamos a un tema que hoy es parte de las preocupaciones de las y los mexicanos: el tema de la seguridad pública o del sentimiento de inseguridad que se ha apropiado de nuestra sociedad y que luego, precisamente, genera esa incertidumbre, ese temor de salir a la calle, ese sentimiento de debilidad que te impide finalmente disfrutar tu vida, tu espacio y que, en la medida que ha ido creciendo en los últimos años el fenómeno de la violencia y la inseguridad en nuestro país, se va reduciendo ese sentimiento de estar tranquilo en tu territorio. Un tema va un poco ligado al otro, así que empezamos a explorar algunas experiencias exitosas de cómo la convivencia armónica
es uno de los factores importantes que contribuyen a la seguridad ciudadana, a “construir entre todas y todos” un espacio seguro, y nos fuimos guiando por los ejemplos que han tenido mucho éxito en países con características parecidas a las nuestras. Ejemplos a seguir: modelos integrales de convivencia en Sudamérica Buscamos experiencias aplicadas a países con los que más fácilmente nos identificamos por las condiciones socioeconómicas y culturales. Ésas fueron las que fuimos a ver porque son las que tienen más parecido con nosotros. Recorrimos lo que se hizo en Colombia y Brasil, que son dos modelos parecidos a nuestra realidad nacional. Colombia era uno de los países con mayores indicadores de violencia, Brasil es un país mucho más violento que el nuestro en sus indicadores nacionales e internacionales; entonces buscamos en esos referentes lo que se estaba haciendo y encontramos ejemplos tan exitosos como lo que se hace en Medellín o en Bogotá; o lo que se ha hecho en algunas ciudades brasileñas en donde, a partir de ubicar exactamente los problemas sociales o que aquejan a la comunidad, se empieza a trabajar en un modelo de intervención muy articulado, muy integral, con toda la fuerza del Estado. Es como decir “vamos a sumar la fuerza, el poder y la energía que tiene el gobierno y lo vamos a aplicar en este territorio”. Esto a veces lo hacemos de manera dispersa y se diluye tanto que termina por no producir un efecto de cambio. Más bien, de lo que se trata es de concentrar toda la fuerza en los lugares donde tenemos mayores problemas. Es sumar la energía, sumar el esfuerzo y sumar los presupuestos para poderlos aplicar en una zona. Lo vimos en Medellín, una de las ciudades más violentas de Colombia, de manera muy exitosa: a partir de transformar la realidad física y urbanística, de transformar la imagen urbana y el entorno social de una comunidad es como se puede ir transformando también la vida aspiracional de las y los que ahí viven.
Llegamos, conocimos, aprendimos muchísimo y además de ello, nos rodeamos de gente que es experta en la materia y decidimos emprender el Programa de Convivencia y Seguridad Ciudadana, que no es una aventura, porque sabemos precisamente a donde vamos, no es así como “a ver qué encontramos”, es un proyecto que tiene un rumbo muy claro, una meta muy específica, pero decidimos iniciar en este modelo, convencidos de que a pesar de que es a largo plazo, es el camino adecuado y correcto. Percepciones sobre el Programa de Convivencia y Seguridad Ciudadana
Me acuerdo que llegamos a conocer una colonia muy del barrio. Allá tienen números los barrios… la colonia 13, que era una colonia donde vivían las bandas de los narcotraficantes más reconocidos. Escobar y todos ésos tenían ahí asentamientos, eran territorios en donde la violencia era la regla de todos los días, en donde había muertes en las esquinas, en donde los niños crecían viendo eso todos los días. Se empezaron a transformar esos espacios, que eran basureros, en bibliotecas, en áreas de esparcimiento, de recreación, de generación de oportunidades, de convivencia; se vio cómo poco a poco se fue transformando la fisonomía, no solamente física sino hasta espiritual de la gente que vive ahí, que empezó a preocuparse por mejorar su entorno. Lo anterior es parte de un modelo, de una corriente ideológica que va tomando fuerza en América Latina, muy cercana, por llamarlo así, a un modelo de una izquierda que entiende que la generación de oportunidades para la gente que menos tiene es el eje central de un gobierno, pero apoyado en políticas públicas realistas. Vimos gente feliz, gente transformada, gente que cambió su vida. Platicamos con niños y niñas, hacíamos un diálogo permanente con ellos y ellas en las esquinas; además, vimos lo que pintaban en los murales que había por todas las calles. Ahí, pintaban cómo había cambiado su vida, cómo cambió todo: de las armas, las drogas, a salir hoy de la escuela y tener la posibilidad de irse a los espacios físicos en donde lo mismo encontraban una biblioteca de lo más moderna, un centro de cómputo, una ludoteca, una sala de cine, un área para hacer ejercicios. Para el caso de las mujeres, muchos lugares donde aprender cosas. Además, estos modelos dan sentido de pertenencia, de orgullo por formar parte de ese espacio.
Yo creo que, como es un modelo y un programa tan acorde a lo que en países desarrollados se hace y a lo que se viene estudiando en las universidades especializadas en esta materia, es muy bien recibido; es decir, que se ve como una iniciativa muy seria, muy bien lograda, muy profesional, muy bien estudiada. Hoy lo puedo decir con mucho orgullo, que este programa tiene un enorme reconocimiento en foros internacionales, como la Conferencia Latinoamericana de Municipios en Chile, o como el foro de académicos en la Universidad Nacional Autónoma de México. También en Ginebra, en el Foro sobre la Declaración de Ginebra, que tiene que ver precisamente con la eliminación de las violencias, y en donde lo que se busca precisamente son modelos de políticas públicas exitosos o que prometen ser exitosos por su metodología. En donde nos han invitado a presentarlo, los expertos lo ubican como un proyecto innovador, como una estrategia creativa para atender el fenómeno de las violencias y de la inseguridad en el país. Vamos en el camino correcto, estoy segura, absolutamente segura. Nos cuesta trabajo de repente, pero vamos bien. Hasta el Gobierno Federal ha reconocido que su estrategia ha sido una estrategia incompleta y en ésta, su última etapa, ha puesto especial interés en esta parte que nosotros venimos promoviendo en los últimos años. Quizá en este último año está más que claro que la visión y la conceptualización del problema de la seguridad pública se ha ido inclinando a esta política de prevención de las violencias, de propiciar la convivencia y de recomponer el tejido social. Ahora se nos abren las puertas y nos invita el Gobierno Federal a compartir proyectos con ellos, y qué bueno, que no sea demasiado tarde, porque al final el saldo de cuatro o cinco años de guerra contra el narcotráfico y contra el crimen organizado ha sido de muchos muertos y la espiral de la violencia va en aumento, sigue creciendo. Al final termina siendo una estrategia fallida, entonces se tiene que repensar y en ese repensar creo que toman peso políticas públicas como las de nuestro programa.
Los primeros resultados Me acordé mucho ahora que estuvimos recorriendo la Línea Verde, que salía la gente de las casas, los papás, las señoras, sobre todo las mujeres con sus niñas y niños, y me saludaban. Me acercaba yo a platicar con ellas y me decían: “es que esto me está cambiando la vida, abría yo la ventana de mi casa y lo que veía era el basurero, y ahora abro la ventana y lo que estoy viendo es un jardín, árboles, juegos, y pues hasta me dan ganas de mejorarle la fachada a mi casa”. Medición de logros… a mediano y largo plazo Yo puedo esperar un capital político de corto plazo de otras muchas cosas que se están haciendo: de la mejora física de la ciudad, de las vialidades, de las áreas verdes, de los parques, de muchas cosas; del problema del agua, de los servicios públicos y todo eso, pero del Programa de Convivencia y Seguridad Ciudadana no estoy esperando nada de eso, no porque no es medible en el corto plazo. Sí creo, al final de cuentas, que en la medida en que la ciudadanía se sienta atendida y que pueda desarrollar sus expectativas, sus anhelos, sus gustos, en esa medida, seguramente lo van a valorar, pero los frutos de a de veras es probable que no nos va a tocar verlos a nosotros. Sí creo que vamos a dejar un aporte muy importante desde el punto de vista de la investigación científica, sociológica, porque se trata de una metodología muy clara de lo que hay que hacer para atender problemáticas comunitarias. Se va a dejar muy bien documentado para que no sea un trabajo que finalmente se desperdicie, como luego nos pasa en este país, que hacemos una inversión importante en diversos trabajos y luego llegan otros gobiernos y vuelven a empezar de cero. Para mí el gran reto en un proyecto como éste, es el empoderamiento de la sociedad, la construcción de una ciudadanía participativa. Esto nos tiene que ayudar para que lo que hoy se está haciendo pueda tener larga vida y pueda darse continuidad a los esfuerzos que estamos teniendo en este tema. La convivencia en la vida cotidiana Yo convivo feliz. En mi vida cotidiana trabajo mucho, pero mi trabajo me produce felicidad. Como en todo, de repente me da estrés y me preocupo por una y otra cosa pero lo disfruto y creo que, después de aprender de todo esto que he visto en los últimos años, y del mismo programa, hoy le doy un valor mucho más especial a la convivencia en mi vida diaria, y a dedicarnos más tiempo para convivir con la gente que quiero. Es muy complicado, sí, pero es de lo que he aprendido últimamente.
El arte y la cultura como herramientas de convivencia libre de violencia Otra de las cosas que he aprendido en este año maravilloso en el que he estado al frente de la Presidencia Municipal y de manera especial de este Programa de Convivencia y Seguridad, es que la cultura y el amor por el arte, son los mejores instrumentos para forjar el espíritu de niñas, niños y jóvenes, para hacerlos más resistentes a las tentaciones del individualismo, de la ambición desmedida por el dinero. A propósito, el día que estuve presentando este programa en el foro de Ginebra, afirmé que estaba convencida de que un joven que está cerca de la cultura, que pueda tocar un instrumento musical, seguramente era más difícil que empuñara un arma, y sí, así lo creo. Alguien me interpeló al final en las preguntas y respuestas, un periodista de un periódico alemán refirió que no se me olvidara que en su momento, quienes han sido algunos de los grandes denostadores del mundo, refirió a Hitler y alguno que otro personaje, habían sido artistas o personas cercanas al arte. Se armó un debate, una polémica bastante interesante, pero lo cierto es que la conclusión final de ese debate es que de muchos hombres y mujeres de todos los países que ahí había, representantes de 140 países y representantes de organizaciones no gubernamentales que estaban en el foro, es que la cultura es, sin duda, el gran instrumento, el gran baluarte que nos puede, en definitiva, ayudar a generar fortaleza espiritual que hoy muchísimos hombres y mujeres necesitan para enfrentar las dificultades del mundo. Fue muy interesante, fue todo un debate. Yo sigo convencida de ello, y en la medida en que me convenzo, más me motiva la idea de que el IMAC es uno de nuestros mejores aliados en esta política pública. Entrevistó Evangelina Terán Fuentes
Evangelina Terán Fuentes es Licenciada en Sociología, Maestra y Doctora en Historia. Columnista e integrante de diversos consejos editoriales, así como autora de artículos y publicaciones. Actualmente es Directora General del IMAC.
Las mil y dos experiencias del Programa de Unidades de Iniciación Artística del IMAC Por Teté López Mora
Sería un desperdicio no aprovechar este espacio para compartir algunas experiencias que se vivieron en las Unidades de Iniciación Artística y, aún peor desperdicio no hacerlo a través de mis compañeras y compañeros talleristas que colaboraron en este programa. Así que para no seguir desperdiciando el espacio, porque me dieron un margen de no más de mil palabras, vayamos al grano. Comenzaré compartiendo un fragmento del informe final que presentó Nancy García Gallegos, tallerista de literatura, en el cual nos cuenta su experiencia en la colonia Insurgentes y se titula “Educar desde el abismo o la praxis del arte como destino”. <<Anudar la garganta o estructurar desde los túneles de la conciencia una oración sencilla, clara y contundente dirigida a un niño de 6 años de edad que abiertamente dice querer ser un “sicario” es una empresa que requiere, sin duda, del ingenio y la gracia de un artista. Cuando Juan, en una de las primeras sesiones del taller de Unidades de Iniciación Artística en el parque Insurgentes, pronunció tal sentencia frente al grupo de niños que apenas cobraba forma en el espacio, fueron evidentes la sorpresa, la expectación, la alarma y el miedo. Recuerdo un silencio grupal, las miradas de los niños puestas en aquel chiquitín delgado de cabeza rapada. -¿Sicario? Eso ya no está de modale dije. -Entonces qué está de moda- me preguntó. -Ser artista- contesté. -¿Y los artistas ganan mucho dinero?- volvió a preguntar. -Viajan por el mundo y conocen muchos lugares- dije.
El Programa de Unidades de Iniciación Artística es una estratégia para ofrecer a niñas, niños y jóvenes, que viven en zonas vulneradas y que carecen de servicio culturales, la oportunidad de conocer y explorar aspectos básicos de las distintas disciplinas artísticas para fortalecer sus capacidades técnicas y creativas, así como mejorar el desarrollo de su personalidad y una mayor sensibilidad a su entorno social, favoreciendo la convivencia sustentable sin violencia.
-¿A ellos no los matan?- se apresuró a preguntar nuevamente. -No- respondí. Juan se quedó pensando, mientras los otros niños seguían viéndolo y repentinamente dijo querer ser artista. No se volvió a aparecer por el taller; cambié de sede y no volví a saber de él, pero la conversación ocurrida con él es algo que recordaré siempre, pues este suceso se convirtió en el parteaguas que dirigiría mi objetivo real dentro del proyecto de UIA. Cada vez que un niño nuevo llegaba a mi taller era Juan que volvía y mi tarea era lograr su permanencia dentro del grupo.>> Cuando se tiene un objetivo ninguna palabra, ningún movimiento, ninguna mirada es insignificante para lograr reales transformaciones internas porque no sabemos cuánto va a impactar en nuestra persona ni en las demás. Ahora les comparto el testimonio de Claudio Gardea Ríos, músico, que tuvo su sede en la colonia Parras y tituló su ensayo “¿Qué hace Elías en mi sueño?”. <<Un grupo de cinco o seis niños juega canicas en el costado norte del parque Parras, junto a la “chuleta”, esa resbaladilla de cemento que recibe tal nombre por su semejanza con el corte de carne. Uno de los chavitos sobresale de los demás porque es el que mejor juega, les gana a todos, aún a los de once o doce años. El tiene nueve, aunque parece mayor, no solamente por su estatura. Salta a la vista su personalidad de líder y al paso de los minutos creo adivinar que cuenta con una innata capacidad para hacer bien muchas y variadas cosas. Instalado al lado del grupo, observo en silencio su juego y me entero que el chico se llama Elías y que de cinco palabras que emite, cuatro son groserías. Estoy seguro de que, a pesar de su vasto manejo de un vocabulario soez, conoce otra cara del idioma y que sabe usarlo adecuadamente, me pregunto si así será. Después de unos diez minutos me encuentro ya conversando con todos y descubro que, efectivamente, Elías es muy bueno para las matemáticas, los deportes y casi para todo. Mientras que algunos chavos
Teté López Mora es madre, cantante, loca, amante, amiga, compañera, hermana, monja, política, feminista, tallerista en artes visuales y Licenciada en Educación. Actualmente coordina el programa de Unidades de Iniciación Artística del IMAC.
responden mis cuestionamientos respecto a las reglas y los objetivos del juego de canicas, Elías sigue ganando y ganando a sus compañeros -ya te chingue tu preferida pendejo y tú ni una me has chingado-, -este cabrón ya valió madre, se me puso a tiro-, -puta madre ¿ya no traes ni una? te presto unas para seguir jugando pendejo-. El tiempo que paso con ellos lo empleo en conocerlos y en invitarlos de la forma más atractiva que puedo a que vengan a partir de mañana, de cuatro a siete, aquí en el jardín, sí, acá, en la puerta de entrada. Traigo unas pelotas, crayones y hojas, verán que van a divertirse en grande, digo cual vendedor que toca una de las puertas más difíciles de abrir: la de un comprador que por el momento está ocupado en hacer otras compras.
cir groserías, y otras cuantas más. Para mi sorpresa, a lo largo de la sesión Elías no dijo ni una sola palabra altisonante. Pensé que no me había equivocado, que es muy inteligente. No con esa inteligencia que recita versos, memoriza fórmulas y acumula pasajes históricos, no. Elías es un ser intuitivo, astuto, y con mucha disposición a aprender cosas nuevas. Un día, no hace mucho de eso, volvió Elías. Llegó y quiso tocar la guitarra. La tomó, me pidió que le enseñara lo que estaban haciendo los otros cinco jóvenes y, en una sesión, hizo lo que a ellos les llevó cinco o seis. Sin embargo, no es fácil atenderlo porque quiere atención personalizada, pide que le revise solamente a él cada cosa que hacemos en la guitarra, así es que si volteo con otro me llama y si no acudo de inmediato se “aburre” y se va antes de terminar la actividad. Va muy de vez en cuando y sigue comiendo durante la sesión y sacando el trompo, así es que me la paso pidiéndole que cumpla con las reglas del juego.
La batalla ha comenzado y aún no conozco a las niñas y niños que asistirán al taller, pero una cosa es cierta, ya he decidido pescar al tal Elías, engatusarlo, atraerlo a la sede porque estoy convencido de que seguramente con él vendrá un caudal de chamacos que le A veces en mis sueños aparecen Lolis, Cristopher, Ariel, Lucero, siguen e imitan. Susana, Aline, Diana, Yoshebet, Amairani, Mario, Gustavo, Dulce, Eduardo, Bryan, Angélica, Jazmín, Nara, Carlo, algunas de las Por la noche, en casa, recapitulo los hechos alrededor de mi visita treinta niñas, niños y jóvenes que atendemos en promedio por seal parque y estoy seguro de que armaré un muy buen equipo de sión. Ellas y ellos son la razón más sólida para querer seguir en niñas y niños… ¿niñas?, a caray, no había ninguna. Bueno ya ve- este proyecto. remos, por lo pronto espero que este grupito no falte mañana. Creo que los convencí con mi gran elocuencia. Si su líder viene segu- Por supuesto, también Elías entra en mis sueños. Lo veo sonreír ramente vendrán varios. Lo imagino ya jugando con las pelotas de y me parece escucharlo decir -de verás mañana sí voy al pinche esponja, hasta lo escucho - a ver pendejo si cachas ésta -. Pinche curso-.>> Elías - pienso- habla igualito que yo el cabrón. Es doloroso cortar escritos tan emotivos, llenos de agitación y paA la semana siguiente llegó el comunicado del Municipio y don Au- sión, pero ya me pasé de las mil y si quiero seguir compartiendo relio nos abrió la zona VIP y en ese momento oficialmente comen- las experiencias de talleristas de las Unidades de Iniciación Artístizó el curso. Aproveché la llegada de Elías, por fin, y fijamos las ca en este espacio tendré que acatarme a sus reglas. Chín ya me reglas del curso. Levantar la mano cuando alguien quisiera hablar, pasé más. no hablar mientras otra compañera o compañero lo hiciera, no de-
Aníbal Salazar Méndez es editor y promotor cultural. http://mundofotozoom.blogspot.com
Por Aníbal Salazar Méndez
El día que Juan José Zepeda llegó a Aguascalientes, le pidió al chofer del autobús que lo bajara frente al teatro de la ciudad, una obra arquitectónica que llamó inmediatamente su atención. Ahí, de pie frente al edificio y con un par de maletas, sólo podía pensar en el gusto y los nervios de arribar a una ciudad diferente. Encontró trabajo en la Universidad de las Artes, así estaría cerca de su ex maestra de danza en la universidad, también salvadoreña, mujer que a lo largo de su vida lo ha apoyado con sus consejos y enseñanzas, por tal motivo la considera parte de su familia. Con el sol ocultándose detrás de él, miraba detenidamente la entrada principal del recinto y cómo se iban encendiendo las luces. Después de un suspiro, se dio cuenta que estaba dejando atrás a los fantasmas de una ruptura amorosa, a sus amigos con quienes compartía su departamento y también a su compañía de danza con sede en Washington, Estados Unidos. Ya no regresaría. La naturaleza del inmigrante a todos nos ha pasado, dicen algunos extranjeros avecindados que de vez en cuando se acuerdan del pasado. Quizá, y con una vida por delante, perdonando por completo la injusticia de la embajada estadounidense que le negó la renovación de su visa de trabajo después de 4 años productivos, el espectáculo debe continuar… y continuó, para que él y su talento natural siguieran su cauce con mayor éxito por los escenarios centroamericanos, para terminar en su querido México, empezando por Querétaro y terminando en Aguascalientes, ciudad que hoy, Juanjo, llama hogar, un extranjero asimilado. Nacido en Cojutepeque, una cabecera municipal situada en la región central de El Salvador, a los 20 años inició su carrera artística en la danza.
<<Siempre estuve involucrado en el arte en mi municipio natal, iba a la Casa de la Cultura los días que no estaba trabajando en el mercado con mi mamá, aprendía pintura o historia del arte. Siempre me gustó la vida cultural, luego me fui a la capital a estudiar danza, un sueño concedido>>, así describió el inicio de su trayectoria artística. Juanjo, quien se especializa en danza contemporánea, a la par de sus labores como docente universitario, trabaja actualmente en el IMAC, en las Unidades de Iniciación Artística en las colonias de escasos recursos de la capital. Ahí continúa su interés por promover la cultura, le muestra a los grupos de infantes pasos, rutinas, coreografías para estimularlos a la danza, también para orientarlos a un interés artístico, <<que vean que hay otras alternativas de vida como la danza>>, dice con frecuencia. Peatón por el centro histórico, puntual en las Ferias de San Marcos y espectáculos de los teatros Aguascalientes y Morelos, complementa su ingreso con su otra pasión que es el estilismo. Está empezando a cortar el cabello a domicilio, oficio que ha desempeñado sin el más mínimo problema entre familias adineradas que requieren de un buen servicio. Juan José respiró hondo aquella tarde que llegó a nuestra ciudad y estaba parado frente al Teatro Aguascalientes, lo observó todo, a los jardineros, a los peatones que pasaban despistados frente a la construcción, al personal de mantenimiento cambiando un foco de los que están iluminando los barrotes. No perdió detalle. Sujetó sus dos maletas, se dio la vuelta, caminó a la orilla de la avenida, levantó la mano para llamar un taxi, éste se orilló. -¿A dónde lo llevo joven?- preguntó el taxista. -A mi nueva vida-, contestó seguro y contento.
“La mayor parte del tiempo estamos colaborando, no compitiendo.”, Sabina Berman.
La convivencia es fundamental en el seno del hogar y en la vida comunitaria. Tiene que ver con el progreso, la identidad, las tradiciones, la educación, la seguridad, la felicidad y, por supuesto, el sentido que le damos a nuestra vida.
Hacerse compadre “Ya de mucho tiempo se va conociendo uno y hasta nos hacemos compadres”, dice Francisco Martínez, ‘bolero’ en las afueras del Templo de San Diego, que conoció a su gran amigo Alfredo, ahí, en su trabajo. “Así como tú, platicando; él una vez pasó y ya con el tiempo una y otra vez más; con la convivencia nos hicimos compadres. Salió de la nada.” Donde el ‘bolero’ es un lugar de convivencia, de charla; se pausan las actividades cotidianas para ‘subirse’ a contemplar el escenario, ahí se emprende un viaje de la mano de quien lustra la mirada como al calzado.
“Lo mejor es convivir y ser alegre” Alejandro Rico vende fruta, convive día a día con cientos de transeúntes, cuando se desocupa lo hace con sus amigos, con la gente que llega a las bancas, son momentos que disfruta, “que aunque son breves, le sientan a uno bien”, comenta. “Si la gente no se prestara a platicar sería aburrido. Si usted es alegre y le gusta bromear, si el cliente se presta y toma la iniciativa, uno le sigue. Si los ve serios, uno se reserva sus comentarios. Pero eso de la amargura no va conmigo.”
Hoy toca Después de 15 días es hoy. Sergio Mendoza trabaja en la ciudad, vive en la comunidad de San José del Río, en Fresnillo, Zacatecas; cada cambio de turno es lo mismo, se queda en Aguascalientes y su esposa Virginia Gómez viene a visitarlo junto a Joseline y Alberto, sus hijos. “Uno siempre está con los hijos y de repente está solo, sí se siente extraño. Cuando estoy allá me gusta estar con ellos, me gustan los gallos y los llevo conmigo, salimos a la ciudad, a dar la vuelta, a comer.” Para Sergio la convivencia y la comunicación son la base del matrimonio. “Una relación sin convivir, ¿qué caso tiene?, la gente que dura mucho tiempo separada cambia, ya no es la misma.” Se cae un billete. Sergio lo levanta y le pide a Joseline que lo entregue. “El señor anda vendiendo rosarios para los niños que no tienen que comer, hace una buena causa. Hago lo que cualquier persona, regreso el dinero. Aunque ya no es igual que antes, la
VIVIR JUNTOS Por Daniel Amézquita
tierra de la gente buena; ya no somos tanto, salimos con desconfianza.” Cuando Sergio no está, dice Virginia, cambian mucho las cosas, “lo extrañamos, mis hijos y yo.”
A la escucha Los taxis son espacios de convivencia en movimiento, de diálogo, confesionarios, pañuelos de lágrimas, importantes registros de la vox populi. Las y los taxistas interactúan a diario con infinidad y diversidad de personas, con estudiantes, amas de casa, en las horas de la prisa laboral y en las del ocio etílico que las relaja, familias numerosas, solitarios, nostálgicos adultos mayores y jovencitos ensimismados con la música que sale de sus audífonos. “Sería un error no tener convivencia con nuestros clientes, se nos haría el día pesado”, dice Armando Villa que tiene 25 años en el oficio. “Yo disfruto mi trabajo, y yo le puedo decir de todas las carreras: quiénes fueron, dónde las dejé y cómo se bajaron.” Para muestra... una carrera: “Quiero pensar que fue un maestro que imparte cátedra en la UVM, yo noté que llevaba prisa. Mi primera inquietud, en ese momento, fue que mi carro huele a aceite de motor; <<se va a bajar a disgusto>>, pensé. Cosa que no fue así, al llegar allá me dijo, <<párese detrás del Golf, voy al cajero y salgo>>, y le dije <<no hay problema, tómese su tiempo>>. Nunca dudé que me iba a pagar, sino que me estuve tranquilo.” “La sorpresa mía fue que me dijo <<¡Qué le vaya bien!>>. Qué bueno que no se fue a disgusto con el coche que traigo. Si hago memoria veo que la mayoría son gente positiva, y muestra de ello el maestro que así me lo hizo saber.” Fuera del taxi “Convivir es vivir en armonía con la gente. Ahorita venimos conviviendo en una buena plática, los dos en nuestro trabajo, no se me dificulta nada contestar el tema que me preguntas, yo creo que eso es convivir.” “Con mi familia yo tengo mucho eso de que <<el tiempo que te quede libre, si te es posible, dedícalo a mí>>, que el tiempo que te queda libre se invierta en la familia. Yo si un rato tengo, dejo el carro y con la familia, ¿por qué razón?, porque yo en un tiempo pasado, no se lo dediqué por andar tomando o equis. Pero ahora que lo dejé, se lo dedico a mi esposa, hijos y nietos. Desde que llego ya me esperan con los brazos abiertos, y eso es la felicidad,
la convivencia con la familia.”
“No suelo saludar a las personas que no conozco” Dos jovencitas descansan en una banca, una mira a su derecha, parece que observa a la gente pasar, otra con sus audífonos puestos voltea al otro lado. A centímetros de distancia ni se saludan. María Isabel Díaz de León espera a su familia, Betzabé Requenés Avilés escucha música, se relaja, no tiene prisa. Para María Isabel la convivencia “es para unir a las personas, conocer más a tu familia o amigos, es la forma de tratarnos”, para Betzabé es “conocer nuevas culturas, personas; me gusta conocer cosas diferentes, aprender de la gente.”
pre estamos así, sentados, platicando, peleándonos. Lo que me gusta de él es que es tierno y… no sé”, explica Valeria. “Lo que disfruto simplemente es que estemos juntos y lo que vaya pasando, el objetivo es ése; lo que me gusta de ella es que es comprensiva, cariñosa y muy bonita”, dice Alexis. “Siempre me preguntan si tengo novia, me preguntan si la quiero, y es obvio que sí, no sé qué piensan, si es juego o qué, me dicen que me espere a que esté más grande, si el amor se puede dar a cualquier edad”, completa. Convivir, coinciden Valeria y Alexis, es pasar tiempo con las personas que quieres, que te rodean, pasarla bien.
En lugares más pequeños, en comunidades, “todavía se usa el ‘buenos días’, y aquí en la ciudad es diferente, en otros lugares se sigue utilizando el saludo y aquí en la ciudad aunque estemos cerca ya se perdió la cultura de que antes había que saludarse”, comenta María Isabel. “Era mejor, porque así hay mejor convivencia”, completa Betzabé. Una propuesta para mejorar la convivencia El diálogo se mezcla, ambas coinciden en sus ideas para proponer una mejor convivencia. La amabilidad; ser correctos con los demás; aunque sea en el trabajo debemos platicar, convivir más; no prejuzgar a los demás; no rechazar a las personas por su forma de vestir o apariencia.
Convivir es prevenir Para Juan Antonio Marín Rodríguez la convivencia “es cuando llego del trabajo y están todos a la mesa cenando; o los domingos, después de que en la semana anda uno trabaje y trabaje, que sale con la familia a pasear a un parque o a San Marcos, se la pasa jugando con los nietos a la pelota, las luchas y todo eso; está suave, se la pasa uno bien. Damos la vuelta, nos sentamos por ahí, vamos a misa, al cine y ya. Se acaba eso y a la casa otra vez. Esperar el lunes para volver a darle al jale.” “La convivencia es importante porque si se convive con los hijos, los ve uno que andan en malas compañías y si no se convive no nos damos cuenta de cómo se expresan, de cómo andan. Hay que tener confianza con ellos y ellos con uno. Si no hay convivencia todo se viene abajo, se desbalagan en los vicios.”
Convivir es amar Neira Valeria Gómez y Juan Alexis Contreras han encontrado un rincón en la ciudad para mirarse, platicar y disfrutar el tiempo, “sólo buscábamos una sombra y dónde sentarnos, los árboles hacen un ambiente muy agradable”. “Lo que más disfruto es estar juntos, ir a lugares como éstos, siem-
Sentirse ser humano “En la prepa convivo principalmente con mis compañeros de salón y mis profesores”, explica Armando Salas Alvarado, alumno del Centro de Bachillerato de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. “Me gusta convivir porque me siento ser humano, siento que existo cuando convivo.” “La convivencia es importante en mi vida. La mayoría de las veces es espontánea, cuando no se programa es más afectiva, cuando no hay un itinerario. No importa el lugar donde esté, mientras yo me sienta bien será buena, con mis amigos o mi familia. Lo importante es ser auténtico.” “Lo que la dificulta son las diferencias de pensamiento, cuando chocan las ideologías, cuando las creencias no son iguales hay un roce, una distancia muy grande, por ejemplo, en religión, pensamiento político, tradiciones; también la cultura marca la convivencia, a pesar de que estamos en un mundo globalizado, se dificulta entre culturas diferentes.” “Yo propongo una igualdad entre ciudadanos, así mejoraríamos la convivencia en la ciudad. El dinero no marca nuestra estatura, ni tampoco nuestros genes, nuestra belleza. Mejoraremos la convivencia mientras tengamos un pensamiento crítico positivo; ser personas y no querer ser alguien más que no somos.”
Fotografías de Ricardo Estrada
Respeto y libertad María Guadalupe Castorena Esparza ha sido docente desde hace 20 años en secundaria, bachillerato y licenciatura. Prefiere la prepa, “porque es cuando más puedes incidir en la formación de los muchachos, es un buen momento para estar en la vida de otras personas. Los adolescentes son un grupo muy diverso, donde se van definiendo sus características; ellos ya saben quiénes son, pero están buscando su dirección, se va definiendo y acentuando su personalidad.” Para la profesora Castorena la convivencia con las y los jóvenes le ha dejado siempre “un sabor muy agradable”, tiene que haber respeto y libertad, y dejarlos ser como son, “y además uno se siente como en otra edad, no sientes la edad que tienes.”
La convivencia es música “La convivencia en el mercado es muy bonita, a cada rato hay mariachi, mucha música todo el día. Todos nos ayudamos. Todos trabajamos, cada quien a su manera. Viene mucha gente, el mercado es familiar, muy bonito”, nos dice Margarita Padilla, quien ha trabajado toda su vida en el negocio de las flores; en el mercado lleva un año. “Aquí, como le digo, nos ayudamos todos, unos con otros. Cuando yo no tengo rosas blancas o algo, las puedo conseguir con los vecinos, me las prestan y luego se las pago. Nos ayudamos cuando estamos enfermos, <<sabes qué, ahí te encargo>>, o ellos me dicen, <<me echas un ojo, me prestas esto, me vendes esto otro>>. Es por verse diario, trabajando juntos. Todo el día estamos alegres, contentos y atendemos bien.”
Cada quien su rollo Liliana Cornejo tiene diez años en el mercado, es el negocio familiar. “La convivencia es armoniosa; el mercado es muy ruidoso y a veces hay pleititos de gente que no nos llevamos bien; sin embargo, desde hace diez años, son los mismos puestos, la misma gente, los mismos locatarios. De hecho conozco a la mayoría de aquí, nosotros tenemos muchos amigos; hasta los clientes ya me conocen y me hablan por mi nombre. Por ejemplo, la de las verduras, Griselda, ella tiene tres meses acá, vino de Veracruz a buscar trabajo, ¡mira donde vino a caer!; con doña Vero, la de la cocina económica, tiene también diez años, siempre como ahí.”
Liliana lo mismo se la lleva bien con el Neto, el Bocho, el Doctor Torizo, con don Ángel, el carnicero; con don Chava, el de los abarrotes; “con los de la competencia de camarones, Arturo, Carlos, Gabriel, Jorge y el Niño. Nosotros somos Ángel, Ana y yo, cada quien su rollo y su gente, cada quien lo hace con su sazón.”
Bailar por la vida Paula Gallegos todos los días toma la ruta 9 del transporte urbano. Casi siempre platica con sus compañeras que viven para el mismo rumbo. A veces va callada. “Pero siempre es una buena convivencia”, asegura. En la 9 ha conocido amistades agradables, “nos volvemos a ver y nos volvemos a hablar.” “Convivir es tratar bien a las personas”, las primeras que se le vienen a la mente son sus amigas y amigos del club de la tercera edad. “Ahí nos juntamos miércoles y sábados a bailar. Los más viejitos juegan dominó, otras tejen y los que pueden bailar, bailan.” “Cinco años antes iba solamente a ver, porque no tenía los 60. Pero ahora que ya los tengo me inscribí”. Ahí conoció a don Rodolfo y a don Pedro, a doña Mago con quien se va al parquecito a tejer, a doña Faustina y a doña María. Se le iluminan los ojos cuando habla de sus amigas y amigos, “significan mucho, como unos compañeros de buena onda.”
Los domingos “Los domingos son maravillosos porque ahí tengo a mis hijos y nietos. Cotorreamos. Me despierto a las 8 y ya empiezo a recoger y a poner la comida y digo <<ya mero vienen>>. Los nopalitos a la mexicana, el chile rojo hecho a mano y frijoles de la olla. Si quieren otra cosa que la compren. Y se quedan hasta las 5 ó 6.” Paula tiene 15 nietos. No hay domingo que no la visiten algunos de sus hijos e hijas, “sobre todo los que son apegados a la mamá”, dice de sí misma. “Los domingos son familiares. Debo estar ahí. Los sábados no, me voy a la pachanga.” “Yo con la música me relajo. Ponen la música y yo me siento a gusto, es lo mejor para mí. Ahorita que llegue me pongo a hacer quehacer, prendo mi música, agarro la escoba y el trapeador, y me pongo a bailar.” Daniel Amézquita es Licenciado en Comunicación Medios Masivos y se especializó en cine. Es profesor universitario y de preparatoria. Cuenta con más de 15 años de experiencia en medios y es asesor en comunicación política. Promotor cultural, fundador del FIC Aguascalientes. En IMAC es Jefe de Ediciones.
Sociedades de Convivencia,
la construcción histórica y su doble dimensión en el discurso Por Rodolfo Vitela Melgar sociedad heteronormativizada, sin embargo, este avance se ha entendido que sólo se puede hacer con pasos firmes y contundentes, tal vez no tanto en la materialización de los derechos traducidos en su accesibilidad, sino más bien en la aproximación en el sistema de pares, entre personas LGBTTDejando así el ostracismo por el cual vivieron miles de rela- TI (Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Transgénero, Travesciones familiares durante siglos, el objetivo material de las ti, Intersexual) y las que no lo son, de tal forma que en el Sociedades de Convivencia, radica en el reconocimiento por momento en que el Estado mexicano reconoce la existencia parte del Estado, bajo norma jurídica positiva de la existencia del primer grupo y legaliza las uniones entre ellas es de facto de hogares formados por personas del mismo sexo, la gran que ya no son más un pecado nefando (como lo enmarca el mayoría por personas con orientación sexual e identidad de querido Carlos Monsiváis en su libro Que se abra esa puerta), género diferentes a la heterosexual. Sin embargo, esta figura una enfermedad como ciertos sectores religiosos lo intentan jurídica se abre también a aquellas personas heterosexuales argumentar, sino que esta preferencia sexual u orientación que por años han llevado una amistad sólida y que deciden, sexual es intrínseca por el hecho de proceder del ser humano de forma solidaria unir sus esfuerzos para tener una mejor y, por tanto, forma parte de la humanidad misma. calidad de vida, sin tener lazos sexo afectivos entre ellas. En este sentido, la libertad de escoger con quien unirse juriDe tal forma que se logra conquistar el derecho a heredar, el dicamente y/o casarse para formar una familia, con aspectos derecho en estado de interdicción del conviviente, pensión que materializan los derechos fundamentales, hace visibles alimenticia y la posibilidad de crear un patrimonio juntos for- todos los tópicos de la población LGBTTTI. De esta manera, malmente reconocido por el Estado. el sistema de pares comienza juridicamente su camino, que sin duda nos llevó al matrimonio entre personas del mismo Sin embargo, el fondo y la importancia de las Sociedades de sexo en el Distrito Federal. Convivencia es mucho más profundo y hondo, se encuentra en las mismas raíces de los derechos humanos, en la bús- Otra dimensión es la “aceptación” social y la inserción a las queda de erradicar la discriminación que golpea la dignidad dinámicas familiares de una nación y, subrayo, “aceptadas” humana; que en el particular caso se refiere a las personas porque existe una parte de la población heteronormal que se con orientación sexual e identidad de género diferente a la opone a modificar sus patrones de conducta discriminatoria. heterosexual, en la libertad de escoger con quién compartir la vida en pareja y formar una familia bajo el principio huma- A pesar de los intentos de estos grupos que luchan por conservar su dominación, la sociedad mexicana comienza a reno de solidaridad humana franca y funcional. direccionar sus valores en virtud del reconocimiento de la La construcción de la igualdad es uno de los cimientos del vulnerabilidad real en que las familias homoparentales se discurso de las Sociedades de Convivencia, debido a que se encuentran, tal y como lo sugiere Judith Butler, en relación busca la paridad de acceso a los mismos derechos en una al reconocimiento del otro en su vulnerabilidad para que los Fue en el año de 2006, noviembre 16 cuando se publica en la Gaceta Oficial del Distrito Federal, la Ley de Sociedades de Convivencia, la cual viene a reconocer la existencia de otras dinámicas familiares diferentes a la heterosexual.
Rodolfo Vitela Melgar es Licenciado en Contaduría Pública por la Universidad La Salle. Maestro en Tanatología. Actualmente realiza su segunda maestría en Derechos Humanos en la Universidad Iberoamericana. Fue Autoridad Registradora de Sociedades de Convivencia en la Delegación Miguel Hidalgo. Se formó en el programa “Defensores de Derechos Humanos de la Población LGBTTTI”, impartido por PIIAF y avalado por CNDHDF y CONAPRED.
heterosexuales reconozcan la propia, haciendo que la materialización de la sensibilización que durante décadas se ha trabajado desde la sociedad civil LGBTTTI y grupos de artistas e intelectuales aliados, llegue a dar frutos; reconociendo la dimensión social de la propia experiencia del ser humano y su dignidad, la cual requiere ser garantizada desde la misma Declaración Universal de los Derechos Humanos refiriéndose tanto a los seres humanos desde su esfera individual como al tipo de sociedad que éstos necesitan para vivir propiamente como son y no en un estado de dominación dogmática subjetiva machista: el reconocer los derechos de las personas LGBTTTI, los diferentes tipos de uniones con quien libremente decidan y legitimizarlas al acogerlas, protegerlas e incorporarlas a las dinámicas sociales dejando de lado la segregación. Esta transformación social se realiza a modo de pacto al momento de asistir a los muchos eventos sociales, como la recepción de bodas, que se realizaron en el momento de la ratificación de la Sociedad de Convivencia por parte de parejas y familias completas heterosexuales, cumpliendo con una reforma cultural necesaria, una sensibilización materializada en la dinámica social del país. Finalmente y no por menos importante, las modificaciones estructurales dentro de la misma población LGBTTTI, forman una parte muy importante en la construcción psicosocial de la población al integrarse de lleno a la luz de las estructuras sociales ya existentes, al dejar atrás una vida asumida de forma diferente pero con aspiraciones semejantes a la heterosexualidad. Si bien el reconocimiento del derecho es una conquista, es aún más poner en el centro del debate de las distintas esferas de reflexión LGBTTTI lo que implica la visibilización de las relaciones entre personas del mismo sexo en la cotidianeidad, a la luminiscencia social y a la aceptación en gran medida de ellas. El paso de dejar la clandestinidad
y formar parte de la legitimidad es una construcción que aún hoy continúa debatiéndose en todos los niveles y en todos los espacios por la diversidad sexo afectiva diferente a la heterosexual. Estas uniones legítimamente establecidas y entendidas por la gran mayoría de la población como hogares, porque es parte del mismo contenido profundo de las Sociedades de Convivencia, en fundamento directo del lugar donde se establecen, forman y realizan las familias, sus lazos y dinámicas; son estos hogares en común la esfera básica para el desarrollo de la personalidad de quienes la integran. Por tanto, las Sociedades de Convivencia son también el abridor de camino de forma contundente para el matrimonio entre personas del mismo sexo y el derecho de adoptar si así lo deciden. Cierto es que las Sociedades de Convivencia como el matrimonio no tienen acceso real y efectivo a los derechos de seguridad social que las demás familias y que continúan en la más flagrante discriminación institucional, sin embargo, se continúa trabajando para erradicarla y que se acceda a los derechos fundamentales de seguridad social y laboral, trabajo que realiza la sociedad civil organizada incansablemente. La doble dimensión de las Sociedades de Convivencia, lo individual y lo social, conlleva a una dimensión de modificaciones estructurales históricas en las culturas y afirma un avance importante de los derechos humanos para este grupo social, comprobadamente vulnerado en su dignidad.
CON VIVEN CIA
Una palabra hacia la armonía
Por Leslie D´Castella
Leslie Aylín D´Castella tiene 16 años, estudia en el Centro de Educación Media de la UAA, cursa el cuarto semestre. Le gusta leer, es una chica perseverante, muy responsable, dedicada y colaborativa. Está interesada en el campo biomédico.
Para empezar, quiero recordar unas palabras de una escritora y pintora llamada Helen Hernández: “El arte de la convivencia armoniosa es el resultado de unas relaciones humanas positivas. El ser humano es un ente gregario por naturaleza, es decir, es sociable, necesita convivir en un grupo y sentirse aceptado. Necesita pertenecer y participar, ¿de qué le sirve al hombre tener grandes conocimientos técnicos o científicos si no sabe vivir ni convivir?” Cuando leí lo anterior, me hizo reflexionar en lo siguiente: buscamos encontrar grandes científicos, personas que descubran nuevas formas de tratar las enfermedades, y eso lo podemos ver en los programas de las escuelas; es curioso cómo nunca puede faltar una materia relacionada con las ciencias, pero sí podemos observar que por mayoría de votos prefieren desaparecer las pocas materias que nos ayudan a formarnos como personas. Muchas veces he escuchado, y yo misma he dicho la siguiente frase: “Hablando se entiende la gente”, pero, ¿realmente sabemos aplicarlo? Es parte de una buena relación tener una comunicación abierta, puesto que el entendimiento entre personas se bloquea cuando ésta no existe. Por ejemplo: una “relación de amistad” no basta con salir a la calle y decir: -Hey, busco un amigo; la relación se da gracias a la convivencia, a un ser humano que va creciendo y que al mismo tiempo adquiere las capacidades para reconocer cuando comete un error, para pedir una disculpa cuando es necesario, para ser empático con alguien, para aceptar los diferentes puntos de vista, etc. Si logramos mejorar nuestra convivencia, podremos mejorar nuestra tolerancia y comprensión, y de esa manera encontrar una armonía estable.
Dibuja La Ciudad de Todas y de Todos Éstas son las imágenes de la convivencia de niñas y niños con su familia y amistades. Fueron realizados en la colonia Pocitos, en las actividades del IMAC dentro del Programa de Convivencia y Seguridad Ciudadana del Municipio de Aguascalientes. 1. Tahily Yuriko López (8 años) nos presenta a sus amigas Andrea y Marisa, ha elegido para el escenario un arcoíris, aves y un juego al aire libre. 2. Jennifer Sánchez Esquivel (9 años) juega futbol con otras niñas y niños en un área verde, amplia, bien cuidada, un espacio digno para la convivencia. 3. Así tambien, Héctor Adán Hurtado (7años) que comparte el tiempo jugando junto al río con un amigo. 4. Georgina López Ibarra (10 años) considera el comedor un lugar por excelencia para la convivencia, por ello se ha dibujado a la mesa con toda su familia. 5. Yeni Martínez (10 años) dibujó su fiesta de cumpleaños, celebración que atesora como uno de sus mejores momentos de convivencia.
23 de abril Celebración del Día Mundial del Libro
DÍA MUNDIAL DEL LIBRO
Maratón de lectura en coordinación con la Feria Internacional del Libro de Guadalajara
DÍA INTERNACIONAL DE LOS DERECHOS
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DE LAS MUJERES
2 de marzo
19:00 hrs. Lectura de poemas de amor "Por Aquí Anda la Poesía: Encarnación" Jardín del Encino. 21:00 hrs. Concierto de Tango-Flamenco con "Che Cambalá" Jardín del Encino.
Además
Exposición “Gabinete Cósmico” de Ana Palova. C.C. Altaria. Intervención Efímera “El Nido” de Carlos Mercado. Jardín del Encino.