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MANUEL RIBAS I PIERA

MURCIA 1978-2001


AREIP I SABIR LEUNAM

1002-8791 AICRUM


MANUEL RIBAS I PIERA

MURCIA 1978-2001 1


INDICE.3

Presentación Colaboraciones La Murcia de Ribas i Piera José Luis Cano Clares

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El Espinardo y el Collado de los Ginovinos José AlbertoSáez de Haro

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Para el “MAESTRO” don Manuel Ribas Piera de parte de un alumno agradecido. Pedro Pina Ruiz

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La Idea de Huerta en Ribas i Piera Rafael García Sánchez y Juan Manuel Salmerón Núñez

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Manuel Ribas Piera, Premio de Urbanismo de la Región de Murcia José María Ródenas Cañada

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El Plan Ribas o cuando los planes generales eran técnicos y no políticos Salvador García-Ayllón Veintimilla

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Ribas i PIera en La Paz Francisco Camino Arias

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Manuel Ribas i Piera - El territori: el patrimoni mes preuat Oriol Nel.lo Colom

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Artículos originales de Manuel Ribas i Piera Presentación y síntesis del Plan general de ordenación urbanística de Palma de Mallorca, redactado en 1970. Manuel Ribas Piera

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Ante el nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Murcia Ciudad y Territorio Manuel Ribas i Piera

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EUROVEGAS; Vender la dignidad El País - Julio de 2012 Manuel Ribas i Piera

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COAMU

COLEGIO OFICIAL DE ARQUITECTOS REGIÓN DE MURCIA

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Un PLAN: un AUTOR

MANUEL RIBAS I PIERA

Estas cuatro palabras sintetizan la huella dejada por Manuel Rivas Piera en Murcia.

El pasado día 14 de marzo falleció en su domicilio de Barcelona el gran arquitecto urbanista y jurista Manuel Ribas i Piera, redactor en los años 70 del Plan General de Ordenación de Murcia y ya desde entonces vinculado a la ciudad que volvió a visitar en numerosas ocasiones.

Fue AUTOR de un PLAN, un proyecto urbano. Los murcianos nos sentimos privilegiados, no por haber tenido el primer Plan General de Ordenación Urbana, conforme a la Legislación Estatal vigente, sino por haber tenido un AUTOR de dicho PLAN de la talla de Manuel.

El Plan General de Murcia fue el primero de importancia gestionado y aprobado con la ley del suelo de 1975 y constituyó un modelo de ordenación territorial armónica e integrada con unas estrategias de gestión que posibilitaron e impulsaron el notable despegue que Murcia había de experimentar en el último cuarto de siglo.

Solo el con su bagaje de conocimientos y su sensibilidad pudo comprender la ciudad de Murcia y su entorno (la huerta) tan especial y tan frágil a la vez.

Por la época en que se desarrolló constituyó igualmente una esperanzadora novedad en participación ciudadana. Los avances y previsiones que fijaba se debatieron en barrios, pedanías y centros de conocimiento en una extraordinaria y novedosa muestra de colaboración y participación eficaz y efectiva de los ciudadanos en la construcción de su ciudad y su territorio.

Supo encontrar la potencialidad y el efecto vertebrador y sostenible de las Pedanías. Determinó sus ejes de crecimientos y enriqueció a la ciudad con zonas de equipamientos y espacios libres.

El Colegio de Arquitectos quiere dejar patente su homenaje a este gran urbanista y excelente persona en agradecimiento a su labor.

Más entornos urbanos, más espacios accesibles y más proyectos realizables fueron las bases de su PLAN para la mejora de la codecisión y el codesarrollo.

En tal sentido formulamos en el Pleno del pasado día 21 de marzo al Consejo Superior una Propuesta de Reconocimiento Público de la figura de Manuel Ribas i Piera que se materializará en diferentes actos en su homenaje, parte de los cuales se realizará en nuestra Región.

UN ARQUITECTO URBANISTA QUE NOS ADELANTÓ AL FUTURO.

La presente publicación intenta ofrecer una primera aproximación a ese permante homenaje que Murcia le debe.

GRACIAS MANUEL

Esther Monasterio Navarro Presidenta de la Agrupación de Arquitectos Urbanistas del COAMU

Antonio García Herrero Decano del COAMU

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LA MURCIA DE RIBAS I PIERA El Plan General de Murcia. Redactado por el Arquitecto y Catedrático D. Manuel Ribas i Piera incide de una manera decisiva en el desarrollo de la nueva forma urbana de la Ciudad, planificando un tipo de desarrollo, que al abordar tanto los problemas presentes, como el crecimiento futuro, ha dado lugar tras más de veinte años de aplicación, a una nueva ciudad A lo que podemos denominar, dentro de su trayectoria histórica, como su tercera definición urbana, que supera a las otras dos que la ciudad alcanzó, medieval o árabe y barroca, las dos “forma urbis” anteriores, que alcanza Murcia desde su fundación en el siglo IX, hasta los comienzos del siglo XIX, y que en la que se mantiene hasta bien entrado el XX. El planeamiento, en Murcia, se ha retrasado a lo largo del pasado siglo, se plantean planes pero no llegan, pese a abordar cuestiones esenciales, a ponerse raramente en práctica. Estos planes que ocupan la primera mitad del XX, y que representan los primeros pasos en ese camino hacia la formación de la ciudad planeada, se limitan a ordenar la ciudad, a plantear sobre ella intervenciones de carácter viario, de implantación de parques, edificios u otros elementos, o a proyectar desarrollos que siempre resultan escasos, desproporcionados en relación con la población del municipio, repartida en buena medida entre la que ocupa el casco urbano y la que reside en los por entonces pequeños núcleos pedáneos o diseminada por el territorio de la Huerta. Obedecen todos ellos a legislaciones anteriores a la Ley de 1956, y prescinden, porque así se hacía de la ordenación del territorio. No abordan, por tanto el problema de ordenación del municipio, sino del núcleo urbano, que apenas acoge a la mitad de los aproximadamente 110.000 hab. del Término. Las razones por las que siempre se ha prescindido de intentar ordenar esta otra clase de asentamientos, pasan probablemente por la simple inercia, por una idea general de que esta clase de mundo no es urbano, sino complementario o tributario de la ciudad, que siempre ha resultado ser diferente, y por la persistencia de un ideario burgués que entiende que las cosas y las condiciones de vida entre una clase de territorio y otro han de ser distintas, como lo son las necesidades de unos y otros, precisando por ello condiciones de vida distintas. Este plan general, que hoy vemos materializado en los ensanches de la ciudad y de otros núcleos, viene a poner fin a este estado de cosas, rompe con las ideas tradicionales y plantea de un modo rotundo y decidido una nueva ciudad, mucho mayor que la existente, incluida en ella como centro de un modelo urbano que se extiende por todo el territorio. Este primer planteamiento, del que surgen en forma de soluciones concretas, las respuestas a los requerimientos de este tipo de

modelo, resulta ser la base o el objetivo del nuevo plan, de una serie de directrices y actuaciones, de regulaciones y normas, que han terminado por definir la actual ciudad de Murcia. El plan se elabora coincidiendo con una etapa clave en la evolución social y económica del municipio, en el que la agricultura debe ver reducido su peso y la industria junto a los servicios, proporcionar trabajo a la nueva población, con la intención de incrementar la población activa, con la incorporación de la mujer al mundo laboral, y la inversión del tradicional proceso migratorio, cuestiones que se contemplan en el plan como objetivos y que finalmente se han materializado. Otros proyectos de carácter nacional, el Acueducto TajoSegura, las primeras autovías y el polígono industrial Oeste, se encuentran en fase de gestación, como el encauzamiento del río Segura, y otras obras hidráulicas que incidirán de modo decisivo en el desarrollo tanto de la Región como del Municipio. Transcurrido el período previsto para su vigencia, tanto por la extensión de sus desarrollos, como por la uniformidad de criterios con que se han llevado a cabo, la ciudad actual resulta ser otra, mucho mayor que la ciudad histórica. Con una definición volumétrica y unas formas de ordenación propias y características de las ciudades contemporáneas. De un tipo de ciudad en la que la densidad está limitada, los viales pueden acoger las demandas de circulación, las circulaciones peatonales se separan de las vías de tráfico y el verde está presente en su interior. Una ciudad equipada, con amplias reservas para estos usos, en la que la participación de la sociedad en las plusvalías generadas por la actuación urbanizadora es una realidad. Una ciudad que se interrelaciona con un entorno cada vez menos rural, sobre el que también se intenta implantar, homogeneizando el territorio, el nuevo urbanismo. En la que podemos encontrar, tanto en sus calles como dentro de sus edificios aquellas tres materias primas del urbanismo: el sol, la vegetación y el espacio, y en definitiva de la aplicación sobre problemas específicos y locales, junto a unos objetivos socioeconómicos, de un ideario de nivel superior; doctrinario y coherente con los principios que inspiran, desde su primera formulación a través de la Carta de Atenas, hasta la promulgación de las leyes y reglamentos del suelo, lo que entendemos como urbanismo contemporáneo.

El Plan General desarrollado

Murcia marzo de 2013 José Luis Cano Clares. Doctor Arquitecto. Manuel Ribas i Piera en una visita a Murcia con su esposa y amigos

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EL ESPINARDO Y EL COLLADO DE LOS GINOVINOS

(En recuerdo de Manuel Ribas i Piera) José Alberto Sáez de Haro

La primera vez que escuché a Manuel Ribas comentando, en alguna exposición pública, el Plan Urbanístico que estaba haciendo para el municipio de Murcia, por encargo de la corporación municipal, a mediados de los años 70 del pasado siglo, me llamó la atención el uso que hacía, con gran desenvoltura, de dos topónimos locales: El Espinardo y El Collado de los Ginovinos; con el primero denominaba a la pedanía de Espinardo, al norte de la ciudad de Murcia, y con el otro hacía referencia al paraje situado, al sur, entre la Sierra de Altahona y la sierra de Columbares, y en el que se encuentra el collado (paso), que comunica la huerta este con el campo de Cartagena, a través de El Cabezo de la Plata, en la ladera norte, y Riquelme, en la ladera sur. Cuando hablaba de El Espinardo, podía entenderse una denominación que enfatizaba la condición de tierras de secano, árida – espinar - tierra de espinos, al norte de la ciudad de Murcia, zona para la que se planteaba el crecimiento principal de esta, y que se podía justificar por no ser zona de huerta. El Collado de los Ginovinos es un paraje y atalaya privilegiada para la zona sur del municipio, lo

Vista desde el Collado de los Ginovinos de las sierras próximas, y la Cresta del Gallo (izquierda) y de Columbares (derecha). 6

que se denomina el campo que linda con el de Cartagena, y de las zonas de la sierra que bordea, este-oeste, el margen derecho de la huerta, y un hábitat de especial interés ecológico en el ámbito municipal. En el tiempo que se hacían los trabajos de redacción del Plan, las condiciones de tránsito por este camino eran de lo más precario, como pude comprobar cuando fui a conocer este sitio tras descubrírmelo Manuel Ribas, ya en los años 80, cuando entré como arquitecto municipal al Ayuntamiento de Murcia, y pensaba que, en mi condición, tenía que conocer, al menos como el arquitecto redactor del plan, el territorio del municipio; la visita la hice acompañado del arquitecto técnico municipal de la zona, Francisco Plaza, él conducía el coche y yo iba andando delante para indicar los deslizamientos del terreno, y evitar que el coche y el conductor no siguieran el camino de las tierras deslizadas…, sirva esto para explicar las condiciones del paraje y sus accesos, (ahora esa ruta está asfaltada y es muy utilizada por los amantes del ciclismo de montaña). Estas dos referencias, casi anecdóticas, pueden significar el especial interés que para Manuel Ribas tenía el territorio a la hora de conocerlo y estudiarlo para planificar su ordenación, y que nos sirvió de gran lección a los que nos atrae el urbanismo como forma de desarrollar nuestra profesión de arquitectos. El conocimiento que tuvo del ámbito geográfico del municipio, alejaba aquel comentario despectivo de los que comentaban que el Plan lo estaba haciendo un arquitecto catalán desde una avioneta, por la mala interpretación que se hacía de la utilización de medios como los de la cartografía aérea, tan útil para la planificación territorial. Su preocupación por el territorio y el paisaje, la identidad de los núcleos urbanos que componían el municipio, los cascos antiguos, en una palabra todo el ámbito de este, con todas sus particularidades e idiosincrasia tenían su especial atención, lo que propiciaba un plan integral como el que preconizaba la Ley del Suelo de 1975 y su texto refundido de 1976, frente a las anteriores prescripciones en esta materia. La dotación de equipamientos y zonas verdes, mejorando la calidad ciudadana, la conseguía con operaciones compensatorias que evitaron traumas como las remodelaciones y las expropiaciones. Valgan como ejemplo los nuevos parques públicos que se consiguieron para el centro de


Murcia, de los que se carecía absolutamente, mediante la incorporación de la gran zona ajardinada de las antiguas instalaciones urbanas de la Fábrica de la Pólvora, y de los terrenos que ocupaba, principalmente, la Fábrica de la Seda, en la calle de San Antón.

ficaban según sus características, de tal manera que se pudieran construir de más alturas de edificación a menos, según aquellas, manteniendo las tipologías edificatorias. La edificación en la huerta fue uno de los retos principales de Plan.

Núcleos de población en la cara norte de la Cordillera Sur

Foto aérea de 1981 con la zona que han ocupado el parque de La Seda y de la Fábrica de la Pólvora en la ciudad de Murcia (CARTOMUR)

Había una acepción posible que permitía ampliar hasta cuatro las viviendas familiares, alineadas, aunque en casos de parcelas mayores, para acoger las viviendas de los hijos del primer propietario. Pero como suele pasar en todos los casos en que se pretende resolver una situación con buena voluntad, la norma se tergiversó y desvirtuó la pretensión inicial. Otra propuesta singular, también dirigida a la protección del paisaje y a limitar la formación de núcleos de población en zonas forestales o de

Foto aérea de 2002 con la zona que han ocupado el parque de La Seda y de la Fábrica de la Pólvora en la ciudad de Murcia. (CARTOMUR)

Por la configuración del municipio con un gran número de entidades de población, le preocupaba especialmente preservar la identidad de cada una de ellas, como respeto a sus habitantes y sus peculiaridades, lo que se defendía con la liberación de espacios no edificables entre sus núcleos urbanos, que además servían de ventanas hacia la huerta o hacia la sierra; además de esto se cali-

Para ello estableció una categoría de caminos principales en trama de red, los caminos negros por el grafismo del plano, con dotación de servicios, en los que se podía edificar una vivienda unifamiliar en parcelas de 800 m2 alineadas al camino, aunque retranqueadas con el fin de permitir el ensanche de este, y preservando la zona de huerta posterior. 7

campo, era la que se hacía para lo que se denominaban Colonias Rurales o Forestales, en sectores de bosque o campo, que por sus condiciones de paisaje o clima son adecuadas al uso residencial preferentemente de veraneo o turístico, entre las que se encontraban zonas de sierra al sur de la ciudad de Murcia. Para las zonas calificadas de esta manera, se precisaba la previa formación y aprobación de un Plan Parcial de Ordenación; cada unidad residencial no podía exceder, en zona de bosque, de


veinte viviendas, con un mínimo de ocho, y una extensión máxima de 7 Ha. de extensión, incluidas las correspondientes zonas públicas de espacios libres, equipamientos, servicios, viales y aparcamientos, así como las de cesión obligatoria según la Ley; cada unidad debía distar un mínimo de 1.500 metros entre sus puntos más próximos de cualquier otra unidad residencial análoga; la edificación, aparte de equipamientos y servicios, quedaba restringida a los usos de vivienda unifamiliar y hotelero; no se permitía la parcelación, y las parcelas debían ser de propiedad privada e indivisa, tendrá cada una, una extensión mínima de N x 2.500 m 2, siendo N el número total de viviendas (reales o equivalentes según la regla anterior) que cada colonia tenga asignada; las características de la edificación de las N viviendas (reales o equivalentes) correspondiente a cada colonia así como de sus locales de servicio, no ocupará en planta más de N x 125 m 2, ni en volumen N x 800 m 3; y deberá hacerse de tal modo que resulte un único volumen continuamente edificado en el espacio, pero se considerará que no rompen dicha continuidad ni los locales cubiertos y abiertos lateralmente, no los pasajes peatonales descubiertos de ancho inferior a 3 m. siempre que separen grupos de cuatro o más viviendas. En ningún punto el intradós del forjado superior se elevará más de 6 m. sobre la rasante actual del terreno en la vertical de dicho punto. Y una exigencia especial sobre los sectores de Suelo Urbanizable No Programado de este Plan General, y para las unidades residenciales que se creen en ellos de acuerdo con esta Norma, es que se exigirá que por su especial situación no sean visibles desde ningún punto de la ciudad de Murcia y su Huerta. Este desiderátum se quedó solo en el papel... y ya sabemos en qué se convirtió esta norma con el nuevo planeamiento de 2001. La elaboración del P.G.O.U. de Murcia propició, bajo la dirección de Manuel Ribas i Piera, y en el ánimo del mejor conocimiento del territorio, y con el fin de obtener el mejor diagnóstico, para la mejor propuesta de actuación, una serie de estudios sectoriales en los que intervinieron destacados investigadores y expertos en la materia, además de los componentes del equipo. De estos trabajos preparatorios resultaron excelentes trabajos, que han permitido a todos aquellos que han querido continuar profundizando en la materia contar con fuentes de la mejor solvencia.

Uno de los más destacados, por lo que supuso de conocimiento de la ciudad de Murcia, fue Evolución urbana de la ciudad de Murcia: 831-1973, realizado por Vicenç M. Rosselló i Cano y Gabriel M. Cano García, y publicado por el Ayuntamiento de Murcia en 1975; sobre la Huerta de Murcia, también se hicieron los trabajos, Continuidad y cambio en la Huerta de Murcia, de Francisco Calvo García-Tornel, publicado por la Academia Alfonso X el Sabio en 1982, y La Huerta de Murcia al desnudo, de Ambrosio Sempere Flores y Manuel Zapata Nicolás, publicado también por la Academia Alfonso X el Sabio en 1978. La realización del P.G.O.U. de Murcia por Manuel Ribas i Piera, supuso un hito, al que se tomó como referencia en posteriores trabajos de planeamiento municipal, especialmente en la región de Murcia, y en cumplimiento de las determinaciones de la Ley del Suelo de 1976. Los criterios de Manuel Ribas se aplicaron tanto a la metodología de los trabajos, como a los grafismos, a la identificación de zonas, llegando incluso a la forma de presentación y encarpetado. De la actitud humana de Manuel Ribas y su comportamiento profesional, tenemos un buen ejemplo en el hecho que se refiere en los párrafos siguientes. Con motivo de la ejecución de los trabajos de redacción del P.G.O.U. de Murcia, que coincidieron con el final de la Dictadura franquista y el inicio de la transición política, hubo un resurgir del movimiento asociativo que se fraguó en las colectividades vecinales de barrios y pedanías del municipio de Murcia: las Asociaciones de Vecinos. Estas asociaciones con una mínima estructura organizativa, un presidente y poco más, funcionaban asambleariamente, esto es tenían reuniones en locales sociales del barrio o pedanía, normalmente en salones parroquiales, ya que hubo una gran colaboración y participación de personas vinculadas a la H.O.A.C. y a la J.O.C., y otras que con fuerte conciencia social no habían podido exteriorizarla hasta entonces. Este movimiento propició, también, que una serie de arquitectos, de los que entonces podíamos llamar jóvenes, nos uniéramos a colaborar con estas asociaciones, analizando los barrios y pedanías, sus carencias dotacionales o aquellas circunstancias, de interés general, que pudieran resolverse o mejorarse con el nuevo Plan; por otro lado se veían las determinaciones del Plan, en sus fases de información pública, para que, en

reuniones con los vecinos, se plantearan las alegaciones pertinentes que respondieran a las demandas resultantes. Esto supuso, gratis et amore, un amplio contacto entre estas asociaciones y sus representantes, y los arquitectos que nos ofrecimos a ello, a través del conocimiento personal de unos y otros. Las alegaciones que se presentaron, tanto en el periodo de información pública del Plan, como, especialmente, las que se presentaron como recurso a la aprobación provisional por el Ayuntamiento, ante la Dirección General de Urbanismo del Ministerio correspondiente del gobierno central, ya que no se había producido aún el proceso autonómico, y hay que insistir en que se trataba de planteamientos de interés general, fueron acogidas en su mayor parte. Llegó a realizarse una reunión en la Delegación Provincial con el Director General, desplazado desde Madrid, a la que asistimos los representantes de las Asociaciones de Vecinos y los técnicos asesores, en la que se nos permitió exponer y justificar las propuestas elevadas, con una muy buena acogida y con la imposición al Ayuntamiento, mediante la orden correspondiente, de que fueran recogidas y corregidos los trabajos del P.G.O.U. en aquellas que se consideraban aceptadas. Después del preámbulo anterior, y creyendo interesante su exposición, por lo que supuso de participación ciudadana en la tramitación del P.G.O.U. de Murcia, paso a relatar la actuación de Manuel Ribas y a la actitud a la que me refería al principio, que surgió de la manera siguiente: salía Manuel Ribas del Ayuntamiento, donde iba a haber esa tarde alguna reunión sobre el Plan, no recuerdo si de Pleno o de otro carácter, (estábamos, pienso, en los años 1975 o 1976 aproximadamente), cuando coincidió que pasábamos por allí Santiago Saura y yo, que vendríamos del Colegio de Arquitectos, lo abordamos, nos identificamos y le contamos que esa tardenoche, iba a haber una asamblea de Asociaciones de Vecinos para hablar del Plan que se estaba tramitando, en el salón parroquial de la Iglesia del Polígono de la Paz, (donde el párroco, Gaspar, siempre estaba dispuesto a acoger este tipo de encuentros), y que lo invitábamos a asistir, de manera informal, en nombre de los convocantes, haciéndonos portavoces de una idea que sabíamos sería bien acogida, de cumplirse, para hablar sobre los trabajos que se estaban desarrollando del P.G.O.U.; la primera respuesta fue que 8

él se debía a la corporación municipal, que era la que le había encargado el trabajo, pero que si podía iría. Cuando estábamos reunidos en asamblea, apareció Manuel Ribas en aquel salón dispuesto a explicar todo lo necesario y a contestar las preguntas que se le hicieron, lo que hizo con total entrega y disponibilidad. Creo que es una buena muestra de su actitud y personalidad.

Manuel Ribas i Piera, en un fotograma de La Ciutat Cremada

Y para acabar, también otra anécdota, muy curiosa, pero ésta ya de su buen hacer personal y en otro nivel de su disponibilidad: estábamos viendo Ana (mi mujer) y yo, la película La Ciutat Cremada (1976), de Antonio Ribas I Piera (hermano de Manuel), cuando, al principio, que vuelven los soldados españoles en barco, en no muy buenas condiciones, tras perder la Guerra de Cuba, aparece una escena en la que estaba Manuel Ribas, haciendo un cameo, en el que representaba el papel de médico de aquel ejército, con bigote y vestido con el uniforme correspondiente, y le decía a un enfermo moribundo: no engaño nunca a mis pacientes… Sirvan estas palabras escritas como el buen recuerdo de su persona, que siempre estuvo dispuesto para venir a Murcia, como lo hizo cuando lo invitamos desde la Agrupación de Arquitectos Urbanistas, para hablar de su Plan en 1999, y el reconocimiento a su importante labor desarrollada.

José Alberto Sáez de Haro


Para el “MAESTRO” don Manuel Ribas Piera, de parte de un alumno agradecido. 1º.- Gracias “MAESTRO” por tus magistrales clases de Urbanística……………..aun conservo los apuntes de clase y que hoy están de plena actualidad. 2º.- Gracias “MAESTRO” por inculcarnos desde la Escuela inquietudes medioambientales y paisajísticas, ”el paisaje es……………………………..situarnos en un punto del territorio y percibir sensorialmente su esencia mediante un leve giro de 360 grados”. 3º.- Gracias “MAESTRO” por situar los pinos de Churra en su justo lugar y protección………………(sin el conocimiento profundo y personalizado del territorio, no es posible practicar el buen planeamiento). 4º.- Gracias “MAESTRO” por proteger el Collado de los Ginovinos………………………….. recientemente me lo recordaba el compañero Jose Alberto Sáez de Haro, “desde el Collado de los Ginovinos , el maestro Ribas divisaba el territorio a planear………… ” y también me contaron que analizaba el territorio con 360 grados de ángulo de visión, desde lo más alto de la Torre de la Catedral…………….……. 5º.- También me recordó Jose Alberto con agradecida nostalgia hacia el maestro, que además de su profundo conocimiento del Término Municipal, sus altos valores humanos, predisponían su reconocimiento para con las entonces incipientes y activas asociaciones de vecinos . 6º.- Gracias “MAESTRO” por haber redactado el primer Plan General de Ordenación “urbanística” de todo nuestro Termino Municipal : MURCIA. (El buen Plan “pensado y coordinado” por un maestro integral y un extraordinario equipo de colaboradores). 7º.- Gracias “MAESTRO” porque tu Plan General ha posibilitado que los murcianos tengamos sistemas generales y locales, es decir grandes infraestructuras y dotaciones generales, así como equipamientos y zonas verdes de carácter local , tal y como planeaste en desarrollo de las previsiones del Plan en cada uno de tus “grandes “ estudios de detalle y en la ordenación general y orgánica del territorio municipal. 8º.- Gracias “MAESTRO” pues en mi calidad de Arquitecto Municipal del Ayuntamiento de Murcia, pude “modestamente” participar en el desarrollo del “Plan Ribas”, icono reconocido del buen hacer urbanístico. 9º.- Gracias “MAESTRO” por tu conceptual y sostenible proporción del un tercio : tres/dos/uno = (áreas planeadas/ sectores gestionados / ámbitos urbanizados y edificados ), es decir que hay que planear “únicamente” suelo para tres veces más del crecimiento demográfico del horizonte del Plan, gestionar el 66 % y urbanizar/edificar el 33 %..........................., y todo ello , sobre las previsiones razonables del buen Plan. ( Todo lo no protegido, no debe ser urbanizable……………… es insostenible) 10º.- Gracias “MAESTRO” por manifestar públicamente que el comportamiento de tu alumno murciano fue honesto, ético y profesional, cuando sugirió diez posibles mejoras al posterior Plan General - por entonces en fase de redacción y actualmente vigente - , nuevo Plan que se elaboro por muchos equipos, con demasiadas cabezas , pero quedo huérfano de autor único y de maestro integral. P.D.: GUÍA PARA LA REDACCIÓN DE PROYECTOS URBANÍSTICOS. (Pina, 2004- Ecum .7 -pagina 3) “………………………………por ultimo y como introducción/avance de la presente guía urbanística, concluir que se ha pretendido sintetizar en unos pocos A4, la parte más sustancial y estructural de mi experiencia “urbanística”, en los términos globales que le asigna el profesor D. Manuel Ribas Piera : integral y territorial”. Pedro Pina Ruiz – alumno agradecido del “MAESTRO” D. Manuel Ribas Piera. 9


La idea de Huerta en Ribas I Piera. Su tratamiento en el PGOU de Murcia. 1

Rafael García Sánchez , Juan Manuel Salmerón Núñez2 1

Doctor Arquitecto UPCV.

Avd. Río Segura, 6, Entr. Esc. B, 30.002 Murcia, España 034968223298, rafael@sgbarquitectos.es 2

Arquitecto diplomado DEA UPM.

C/Torre de Romo, 3, 5ºB, 30.002 Murcia, España 034968223298, juanmanuel@sgbarquitectos.es

Imagen 2: Inicio de la Huerta en el Azud de la Contraparada, y aspecto de una porción de la misma.

Introducción. La huerta de Murcia, situada a ambos márgenes del Río segura, y desde la Contraparada, hasta el límite provincial con Alicante, ha manifestado caracterizaciones de ambientes agrícolas diferenciados. Sin embargo, un problema común desde el punto de vista urbanístico ha sido la regulación de los asentamientos de viviendas. Fue Ribas I Piera quien primeramente, y después de él los siguientes planeamientos municipales siguiendo su herencia, apostó por un modelo basado en privilegiar las parcelas con acceso desde los caminos de la red de la huerta con respecto Rafael García Sánchez1, Juan Manuel Salmerón Núñez2a las que presentan otras circunstancias.

Tratamiento de la huerta en el PGMO redactado por Ribas. El Plan Redactado por Ribas, contemplaba la edificación alineada con frente a camino de huerta señalados en planos (recorridos interiores de zonas sombreadas en color verde), junto con la alternativa del diseminado para otras situaciones y ambas en la zona denominada “Agrícola de Interés” (Zona 11 representadas con colores en verde). Tras varios años en vigor, y debido a unas condiciones iniciales demasiado permisivas, en 1.991 la Comunidad Autónoma aprobó una modificación al respecto para aumentar las exigencias en las alineadas. Estas condiciones consistían en una sola construcción por cada parcela agrícola con superficie mínima de 800 m² y 30 m de fachada (antes 360 m² y 15 m). Su superficie construida máxima de 300 m² incluidos sótano y espacios bajo cubierta habitables, sus dimensiones máximas 15 de fachada por 20 de fondo y los retranqueos 10 m al borde de camino y 5 al resto de linderos. Se obligaba la cesión obligatoria de 3 m de ancho a partir del borde del camino, y se permitía edificar fincas situadas entre medianeras, con hueco de fachada inferior a 10 m. Para el diseminado, se mantuvieron las mismas condiciones en los años de vigor del Plan de Ribas. Se dividió la huerta en tres subzonas con condiciones diferentes para cada una: subzona 11/1 y 11/2, con parcela mínima de 5 tahúllas (5.590 m²) y excepcionalmente en la 11/1 la mitad de superficie para aquellas existentes con anterioridad a la modificación, y subzona 11/3 con 10 tahúllas. Para todas retranqueo de 15 m a todos los linderos y el resto de parámetros igual que las alineadas sin necesidad de cesiones.

Imagen 1: Sistema de acequias de la huerta de Murcia (Estudio Edafológico y Agrobiológico). Estos caminos más principales y con presencia de infraestructuras permiten minimizar las inversiones municipales que serían necesarias en otras posiciones. Sin embargo, las características exigibles a las mismas junto al atractivo de estas zonas han conducido en la práctica a una consolidación masiva de estos frentes de caminos y la pérdida de cultivos como uso que en teoría debía justificar estos asentamientos de viviendas. Cada sucesivo Plan General desde el de Ribas I Piera, ha afrontado esta situación, y aunque ha ido aplicando condiciones más lógicas con su carácter agrícola, no ha sustituido este modelo, ni tomado medidas que inviertan esta tendencia.

Imagen 3: PGMO de 1977 con caminos Huerta o Edificación alineada (recorridos interiores sombreados) y zona 11 Agrícola de Interés, o Edificación en diseminado (tramas de subzonas 11/1 en verde claro, 11/2 verde normal y 11/3 verde oscuro).

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Alteración de las parcelas y nueva imagen.

La impronta de Ribas en huerta actual.

La progresiva aplicación de la normativa del Plan de Rivas en la huerta, fue permitiendo resolver la demanda de asentamientos de viviendas planteando una alternativa viable a la ilegalidad. Sin embargo, la mayor atracción experimentada en los caminos de huerta y la disponibilidad en los mismos de parcelas de tamaño considerable (de varias tahúllas de superficie) condujo a la generalización del proceso parcelatorio en estos frentes de caminos. Lógicamente se realizaron con el criterio de máximo rendimiento según los mínimos exigibles en normativa. El resultado de estas actuaciones es la de una imagen más urbana que de huerta periurbana, asociada al tipo de ciudad-jardín ajena hasta entonces en la huerta de Murcia. Especialmente se localizan en las tramas de huerta más en contacto con la ciudad, como en dos ejemplos analizados: Patiño en la zona sur, y La Arboleja en la zona oeste.

Esta normativa desde el Plan de Ribas del año 1977, a la vista de los resultados de su aplicación, ha ido endureciendo los requisitos exigibles para autorizar la construcción de viviendas. En la tabla comparativa que se muestra, se puede apreciar el aumento de la parcela mínima y del frente mínimo, así como el retranqueo lateral y posterior, aspectos éstos relacionados directamente con la ocupación de suelo por la edificación, y la imagen que generan estas condiciones. A pesar del último cambio introducido en 2004 con la adaptación del PG a la Ley del Suelo Regional, que clasifica como urbano especial una franja de terreno con frente a caminos de huerta, y por tanto posibilita otras condiciones mediante la tramitación de un Plan Especial de Adecuación Urbanística, apenas se ha usado esta posibilidad, y en general es apreciable con estos matices la impronta de Ribas en las tramas de nuestra huerta actual.

Imagen 4: Izquierda parcelación en Ctra. Sta. Catalina, con el PG-77, y a la derecha en Carril Esparza con la MPG-91.

Imagen 5: Tabla comparativa normativa sobre edificación en caminos de huerta. * = Para fincas anteriores a 31/01/01 cualquier superficie y frente. Además los retranqueos laterales serán graduales desde 0 para frentes menores de 8 m hasta 7 m para mayores de 25 m, siempre que no exista medianera, en cuyo caso se suprimen. ** = Para fincas anteriores a 31/01/01, 100 m² aunque la aplicación del índice de edificabilidad resulte inferior.

En el decenio (1991-2000) que abarca el Estudio sobre la implantación de la Vivienda en el Medio Rural de la Región de Murcia1, y que coincide con el último de vigencia del Plan de Rivas (tras la modificación del PG del año 91) indica que en la Huerta de Murcia se tramitaron una media de 100 solicitudes al año: un total de 1000 edificaciones, una legal de cada cuatro construidas.

En la siguiente imagen se analiza gráficamente el resultado de aplicación de las referidas normativas, en una porción de huerta que dispone de un camino que la atraviesa. Se combinan por tanto las normativas de diseminado en sus diferentes grados (norte y sur respecto de las primeras filas de parcelas colindantes con el camino) con la de camino de huerta en el centro, por donde se dispone el mencionado camino.

Este estudio basado en dichas solicitudes pudo localizarlas en planos, observándose hasta un total de unas 22 áreas de concentración de estas edificaciones. Las de mayor presencia coinciden con las más cercanas a la ciudad, como las de La Arboleja-La Albatalía, o la de Los Dolores con más de 40 solicitudes y que cuentan con una red densa de caminos de Huerta. Otras más retiradas como Puente Tocinos, El Esparragal o La Orilla del Azarbe presentan un claro carácter lineal definido por el propio camino de Huerta que los estructura.

Imagen 6: Evolución del Parcelario mínimo (tejidos generados con el máximo rendimiento y ocupación de suelo): Al norte de camino huerta con subzona 11/2 y al sur subzona 11/1, o sus equivalentes posteriores.

Situación con el PGMO 1977.

Situación con la Modificación de PG 1991.

Situación Actual.

En el tercer dibujo se muestran las tramas que generan la normativa de aplicación actual, siempre que como se ha mencionado no se recurra a la redacción de un Plan Especial de Adecuación Urbanística para su ordenación. Por otro lado, no existe una obligación para ello al carecer de parámetros de densidad o colmatación por la edificación que conduzcan al “agotamiento” de la aplicación directa de la normativa, quedando a la iniciativa de los propietarios2. Imagen 5: Plano de la Huerta de Murcia, con zonificación y localización de licencias de obra solicitadas años 1991 a 2000. 11


Imagen 7: Repercusión de las cesiones de parcela con frentes a Camino de Huerta y nuevas secciones que se generan. La conclusión a esta comparativa, es que si bien se suaviza la imagen que genera desde el camino de huerta, al disponer de mayor espacio entre edificaciones, en lo esencial se mantiene el modelo que ya definió Ribas I Piera en el año 1977 para estas zonas de la Huerta de Murcia. En cuanto a la superficie de huerta el modelo de Ribas sí que ha sido alterado por el crecimiento de la ciudad. Con la Revisión del PGMO de Murcia en el 2001 partimos de 78 millones de m² (7.800 Has.) de huerta en la aprobación inicial. En la aprobación definitiva, 4,95 millones dejaron de ser huerta debido a alegaciones de particulares, es decir al proceso de participación ciudadana. Por tanto, debido a este proceso de modificaciones llegamos a los 73 millones de m² (7.300 Has.)

Imagen 9: Adaptación PGMO de 2004 con caminos Huerta Suelo Urbano Especial US y resto de Calificaciones de Huerta.

Referencias. Se recoge a continuación el listado de citas incluido en este artículo por orden de aparición: 1

Salmerón Núñez, Juan Manuel, y García Sánchez, Rafael, (2001) Estudio sobre la implantación de la vivienda Rural en la Región de Murcia, 1991-2000, encargado por la Dirección General de Vivienda de la Comunidad Autónoma de Murcia.

Imagen 8: Reducción (en Has.) de Regadío en la Huerta de Murcia bajo distintos escenarios.

2

Salmerón Núñez, Juan Manuel, (2009) Trabajo de Suficiencia Investigadora para la obtención del DEA, “La Huerta en el Término Municipal de Murcia, Análisis y propuestas para su desarrollo urbanístico”, dirigido por D. Daniel Zarza. Universidad Politécnica de Madrid.

En el 2.006 se aprobó la adaptación del PGMO a la Ley del Suelo de la Región de Murcia, y de los 73 millones de m², 12 han pasado a ser suelo urbano directo, y otros 12,8 a urbanizable especial, es decir, en espera de que un promotor promueva. Es decir, que con esta adaptación a la Ley del Suelo, se han ido en total sobre las previsiones iniciales 30 millones de m². Consecuentemente en tan sólo 7 años la huerta de Murcia que recogió Ribas I Piera, ha perdido un 40% de su suelo3.

3

Moreno Micol, Mª Ángeles, (2009) especialista en Ordenación del Territorio. Encuentros sobre Patrimonio, Paisaje, Cultura y Sostenibilidad: “La Huerta Hoy, amenazas y posibilidades”, celebrada en El Ayuntamiento de Murcia el 11 de junio de 2.009, organizada por HUERMUR.

4

Martínez Fernández, Julia, (2009) doctora en Biología, investigadora UMU. Ídem.

Todo este proceso de renovación de los caminos de huerta ha venido acompañado por la alteración de sus elementos, debido al tratamiento dado a las cesiones de parcela para ampliación del camino. No solamente por su nueva anchura viaria, sino por la falta de puesta en valor de los elementos originales (acequias, sus mecanismos de regulación, márgenes, etc.) en el nuevo vial. Así ha sido habitual la cubrición de los canales con plataformas de hormigón (cimbrado) o la sustitución en tramos por colectores de riego enterrados. Además de la imagen, estos cambios alteran los flujos de los niveles freáticos. Existen unos flujos entre el río, las acequias y la huerta con el resto, que permiten la proliferación de ecosistemas y especies asociadas a estos flujos que así se ven amenazadas4.

Rafael García Sánchez

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Juan Manuel Salmerón Núñez


Manuel Ribas Piera, Premio de Urbanismo de la Región de Murcia

Tras la sentida pérdida de Manuel Ribas Piera, nos queda al menos la satisfacción, si cabe hablar así, de haber reconocido a tiempo su dedicación profesional a Murcia con el otorgamiento del Premio a la Dedicación Profesional en materia de Urbanismo, otorgado en 2008, en su primera convocatoria, por la Consejería de Obras Públicas y Ordenación del Territorio.

El Plan General de Murcia, iniciado en 1973 al amparo de la Ley del suelo del 56 y aprobado en 1978 conforme a la Ley del Suelo del 75, resultó ser uno de los primeros planes generales en aplicación de esta ley, cuando todavía no se habían aprobado sus reglamentos de desarrollo, lo que añade un especial valor a su formulación y su reconocimiento como modelo y prototipo de planes.

Durante sus más de 20 años de vigencia Murcia ha crecido y se ha consolidado como gran ciudad en el marco definido por el ambicioso plan de “Ribas Piera”, como popularmente se le conoció o, en sentido más crítico como el plan del “catalán”, reflejo de la directa y personal implicación del autor en el intenso proceso de participación ciudadana que suscitó. Tuvimos la satisfacción de entregar personalmente el premio a D. Manuel con motivo de la celebración del Día Mundial del Urbanismo y ahora sentimos la pena de su fallecimiento, aunque su memoria perdurará en la memoria de los que hemos aprendido tanto de él y permanecerá en los ciudadanos que, quizás sin saberlo, se están beneficiando del “buen hacer” de un maestro del urbanismo.

El Plan General partió de una amplia y exhaustiva información urbanística (difundida por la revista “Ciudad y Territorio”) y trasladaba muchos de los principios aplicados por su autor en la formulación del Plan Metropolitano de Barcelona. El Plan de Murcia supuso un revulsivo y constituyó una referencia para muchos de los redactores de planeamiento general en la Región durante los años 80, momento en que se produjo la eclosión urbanística municipal tras la constitución de los primeros ayuntamientos democráticos. El premio fue compartido ex aequo con Cesar Cort Botí, uniendo, de forma afortunada, a los dos grandes artífices del urbanismo de la ciudad de Murcia, el autor del Proyecto de Urbanización de Murcia de 1929, reflejo de su teoría de la Urbanología y el artífice del primer Plan General urbanístico moderno de 1978. Ribas Piera fue sin duda uno de los urbanistas españoles más reconocidos por su labor profesional y académica, autor de diversos planes generales de municipios importantes y ejerció durante muchos años la docencia como profesor y Catedrático de Urbanismo en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona y fundador del Master de Arquitectura del Paisaje. Fue autor de numerosos artículos y libros en relación con el urbanismo.

José María Ródenas Cañada Subdirector General de Urbanismo y Ordenación del Territorio

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Plan Parcial CR-3 Proyectado por Ribas i Piera

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La herencia que nos deja Ribas Piera no puede pasar desapercibida en muchos sitios de España, pero sobre todo en Murcia. Sus propuestas urbanas nos trasladan a otra época. Una época en la que el rigor era el parámetro rector en el planeamiento urbanístico. Una época en la que los arquitectos hacían primar la técnica frente a las impactantes presentaciones, las exigencias coyunturales o los deseos políticos. Por aquella época, no existían complejas consultoras pluridisciplinares que redactasen los mastodónticos planes generales que tenemos hoy en día. Pero Ribas no era un iluso, ni un guardián de la fe arquitectónica desenganchado de la sociedad y encerrado en una torre de marfil. Consideraba que las dimensiones sociales y económicas son fundamentales en el urbanismo y proponía para ello una estructura policéntrica de las ciudades para “combatir la macrocefalia por la cual se apostaba durante los años 60” (Solans, 2012). Y es que Ribas Piera atesoraba todos los ingredientes de los que muchos arquitectos urbanistas hoy en día adolecen. Era arquitecto y licenciado en derecho, y una persona comprometida en la enseñanza de los futuros profesionales sin desatender la labor privada como profesional liberal. Desde su cátedra de urbanismo en la Politécnica de Cataluña defendió siempre la importancia del buen conocimiento de la legislación en materia urbanística (algo denostado por la escuelas de arquitectura de hoy en día, que tratan al urbanismo como un sucedáneo de proyectos, saliendo sus alumnos legos en el conocimiento de la ley del suelo, o incluso en ocasiones sin saber hacer siquiera la ejecución completa de un plan parcial, pero ágiles y habilidosos en realizar bonitos proyectos urbanísticos de colorines sin ningún encaje en el ordenamiento jurídico y por tanto en la realidad que les rodea). Y no por ello era precisamen-

te menos arquitecto. Formó parte del grupo R de Coderch, Sostres o Bohigas. Su propuesta urbanística estaba nutrida de los conocimientos adquiridos en su estancia en Bélgica con el arquitecto francés Gaston Bardet, así como de la tradición del 'regional planning', introducida a los años 30 en Cataluña por Nicolau Maria Rubió i Tudurí. Esta filosofía de ciudad policéntrica puede verse con sencillez a vista de pájaro a través de sus planes en Barcelona, Tortosa o Mallorca. En Murcia fue responsable del mejor plan urbano que sin duda ha tenido la ciudad. Un plan que tuvo casi un cuarto de siglo de vigencia y que introdujo fórmulas inéditas de desarrollo en un aletargado urbanismo murciano, desmarcado del vanguardismo urbanístico desde el latrocinio acometido al Plan Bonet en La Manga. Ribas se hizo el Plan de 1978 con sus manos de cabo a rabo. A falta de nuestras herramientas GIS de hoy en día, sobrevolaba la ciudad en helicóptero, no satisfecho con planear las estrategias de desarrollo urbano mirando un simple papel. Se iba a Madrid a negociar con los ingenieros del ministerio (aquel MOPU decimonónico que apenas prestaba atención al desarrollo urbano de las ciudades de provincias para la planificación de sus obras) la integración de las carreteras. Ribas copiaba los estudios de tráfico y fruto de este trabajo hemos tenido en la ciudad Murcia un desarrollo ordenado de nuestras infraestructuras (un parámetro que desapareció en 2001 ante la decisión de postergar su integración planificada vinculando la reserva de las mismas al desarrollo de planes especiales sometidos al arbitrio de los convenios urbanísticos más importantes). Esto en 1978 no sucedió. Ribas ya tenía entonces en la cabeza hitos que 40 años después continúan pendientes, como la autovía del Reguerón o la adecuación del trazado ferroviario.

El Plan Ribas o cuando los planes generales eran técnicos y no políticos

Figura 1. Autovía del Reguerón prevista en el PGOU de 1978

Por otro lado, la trama urbana se configuraba de manera equilibrada compensando la difícil relación de intereses públicos y privados. El planeamiento no obviaba los intereses empresariales en ciernes pero no se sometía a ellos. El Plan parcial CR3 fue en este sentido un ejemplo de planificación integrada que desarrolló el norte de la ciudad de manera estratégica. Los sectores se iban cosiendo por aquel entonces implementando novedosas figuras urbanísticas propias del docto profesor que posee un aquilatado conocimiento de la legislación vigente (una costumbre que se ha ido perdiendo con el tiempo, frente a la tendencia a articular el tejido urbano de los ensanches en base a las necesidades de los convenios). 15

Siempre cabrá la objeción de señalar sombras en un plan que no calibró completamente bien la relación con la huerta, permitiendo edificar en caminos de forma intensiva. Esta tolerancia, empleada como moneda de cambio de la compleja operación que supone aprobar un plan general que contente a todos, desembocó años después en una huerta que se ordena casi como la ciudad. Pero visto lo visto, ojala el próximo plan también lo vuelva a redactar Ribas Piera. Salvador García-Ayllón Veintimilla Dr. Arquitecto e Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. Profesor de Urbanismo de la Universidad Politécnica de Cartagena


Tuve la suerte de conocer al gran arquitecto Manuel Ribas Piera, recientemente fallecido. Por casualidades de la vida tuve que desarrollar parte del Plan Parcial CR3, redactando proyectos de reparcelación, de urbanización e incluso proyectar unos cuantos edificios en el referido Plan. Puedo asegurar que el citado Plan es el mejor de los que he conocido a lo largo de mi vida, por su equilibrada concepción de una porción de ciudad, su integrada red de espacios verdes y equipamientos, su propuesta de gestión haciendo compatible los derechos de los afectados con el desarrollo de la ciudad, la integración de éstos, sin marginarlos en guetos, etc… Al estar desarrollando los referidos proyectos me puse en contacto con D. Manuel, que siempre me atendió amablemente y además de apoyarme, siguió muy de cerca el desarrollo de lo que él había ideado. Cuando las circunstancias fueron cambiando y las presiones hacían que indeseables modificaciones, que alteraban el sentido inicial, se iban produciendo, Ribas se convirtió en un desinteresado aliado. Años más tarde, nos apoyó en nuestras reivindicaciones ante algunas “locuras” municipales, además de colaborar de forma activa en las propuestas alternativas que tratábamos hacer; fue significativa su implicación en el caso del Barrio de la Paz, donde hasta hace muy poco tiempo siguió estando interesado. Probablemente me anime a hacer un trabajo sobre la figura de Ribas Piera, al que considero una figura clave de la arquitectura española de la segunda mitad del siglo 20, tanto por sus edificios (siempre me cautivaron sus edificios “industriales”), como sus planes urbanísticos, tan distintos a los que se hacían en su época.

Francisco Camino Arias

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Manuel Ribas i Piera: el territori, el patrimoni més preuat

Manuel Ribas i Piera: el territorio, el patrimonio más preciado

“La terra es el més preuat patrimoni nacional. Un patrimoni al que no hauríem de renunciar i que és el que, en darrer terme, allò que ens distingeix i ens uneix. El suport tradicional d’una nació. Una nació, la catalana, de moment molt més proclamada que reconeguda. Hauríem d’avergonyir-nos de vendre allò que més ens pot enorgullir, la nostra terra, la terra dels nostres avantpassats.”

La tierra es el más preciado patrimonio nacional. Un patrimonio al que no deberíamos renunciar y que es, en último término, lo que nos distingue y nos une. El tradicional sustento de una nación. Una nación, la catalana, por el momento mucho más proclamada que reconocida. Debería avergonzarnos vender lo que más nos puede enorgullecer, nuestra tierra, la tierra de nuestros antepasados.

Així escrivia fa pocs mesos l’urbanista Manuel Ribas Piera, que acaba de morir a Barcelona a l’edat de 87 anys.

Así escribía hace pocos meses el urbanista Manuel Ribas Piera, que acaba de morir en Barcelona a la edad de 87 años.

És convenient de recordar avui les paraules d'aquest article en el que Ribas i Piera, sota el títol Vendre la dignitat, denunciava un projecte particularment agressiu per al territori, la sostenibilitat i equitat de la regió metropolitana de Barcelona. I ho és no tant per retreure el debat concret, avui afortunadament superat, sinó precisament per allò que conté de general: l’admonició de qui ha estat durant més de mig segle professor d’urbanisme, de qui ha vist passar tots els plans, de qui ha participat en incomptables batalles i prop ja de la norantena adverteix que un dels pitjors pecats que una societat pot cometre és permetre la destrucció del territori que la sustenta.

Es conveniente recordar hoy las palabras de este artículo en el que Ribas i Piera, bajo el título “Vender la dignidad”, denunciaba un proyecto particularmente agresivo para el territorio, la sostenibilidad y equidad de la región metropolitana de Barcelona. Y lo es no tanto por replantear el debate concreto, hoy afortunadamente superado, sino precisamente por lo que contiene de general: la admonición de quien ha sido durante más de medio siglo profesor de urbanismo, de quien ha visto pasar todos los planes, de quien ha participado en incontables batallas y cerca ya de la noventa advierte que uno de los peores pecados que una sociedad puede cometer es permitir la destrucción del territorio que la sustenta.

Manuel Ribas i Piera, nat a Barcelona l’any 1925, fill de l’arquitecte noucentista Josep Maria Ribas i Casas i nét de l’empresari i constructor d’obres Antoni Piera i Jané, deixa a tots els que s’interessen per l’ordenació del territori un llegat fecund: el seu mestratge a l’Escola d’Arquitectura de Barcelona, de la que fou professor des de 1956 fins a la seva jubilació, on, entre molts altres aportacions, impulsà de forma innovadora els estudis de paisatgisme; la seva pràctica com a urbanista, que s’estén de la participació en el Pla Provincial de Barcelona de 1959 al Pla Director de l’Àrea Metropolitana de Barcelona de 1966, de la direcció dels plans generals de Ciutat de Mallorca (1972), Múrcia (1977), Tortosa (1984), Ripoll (1984) al disseny de grans projectes urbans (Ronda de Dalt de Barcelona -1983-987- Boca Nord del Túnel de la Rovira -1985); el seu interès com a teòric i historiador de l’urbanisme a Catalunya, amb el seu treball pioner sobre la “Història recent de la urbanística als Països Catalans” (1964), la recuperació del Regional Planning dels germans Rubió, la reedició del llibre La divisió territorial de Catalunya de 1937, la vindicació de la figura de Nicolau Maria Rubió i Tudurí (“un noucentista alhora revoltat i seduït pel moviment modern”).

Manuel Ribas i Piera, nacido en Barcelona en 1925, hijo del arquitecto novecentista Josep Maria Ribas i Casas y nieto del empresario y constructor de obras Antoni Piera i Jané, deja a todos los que se interesan por la ordenación del territorio un legado fecundo: su maestría en la Escuela de Arquitectura de Barcelona, de la que fue profesor desde 1956 hasta su jubilación, donde, entre muchos otros aportes, impulsó de forma innovadora los estudios de paisajismo , su práctica como urbanista, que se extiende de la participación en el Plan Provincial de Barcelona de 1959 al Plan Director del Área Metropolitana de Barcelona de 1966, de la dirección de los planes generales de Palma de Mallorca (1972), Murcia (1977), Tortosa (1984), Ripoll (1984) el diseño de grandes proyectos urbanos (Ronda de Dalt de Barcelona -1983-987 - Boca Norte del Túnel de la Rovira -1985); su interés como teórico e historiador del urbanismo en Cataluña, con su trabajo pionero sobre la "Historia reciente de la urbanística en los Países Catalanes" (1964), la recuperación del Regional Planning de los hermanos Rubió, la reedición del libro La división territorial de Cataluña de 1937, la vindicación de la figura de Nicolau Maria Rubió i Tudurí ("un novecentista a la vez sublevado y seducido por el movimiento moderno").

D’aquest llegat forma part de manera indissociable el compromís cívic, expressat de múltiples formes: la participació en l’impuls de tantes iniciatives culturals (el Congrés de Cultura Catalana, la SCOT, l’Associació Catalana de Ciència Regional); la implicació a l’Institut d’Estudis Catalans; la intervenció en el debat sobre l’organització territorial de Catalunya; la seva tossuda voluntat d’acció institucional que s’inicià, com hem vist, amb la implicació en els plans dels anys cinquanta i continuà fins l’any 2010 amb la seva presència, molt gran ja, a la Comissió d’Urbanisme de Catalunya; i, sobretot, amb la concepció de l’urbanisme com un instrument necessari per endreçar el territori de manera culta i equitativa al servei de la col·lectivitat.

De este legado forma parte de manera indisociable el compromiso cívico, expresado de múltiples formas: la participación en el impulso de tantas iniciativas culturales (el Congreso de Cultura Catalana, la SCOT, la Asociación Catalana de Ciencia Regional), la implicación en el Instituto de Estudios Catalanes, la intervención en el debate sobre la organización territorial de Cataluña, su terca voluntad de acción institucional que se inició, como hemos visto, con la implicación en los planes de los años cincuenta y continuó hasta el año 2010 con su presencia, ya muy mayor, en la Comisión de Urbanismo de Cataluña y, sobre todo, con la concepción del urbanismo como un instrumento necesario para ordenar el territorio de manera culta y equitativa al servicio de la colectividad.

ORIOL NEL·LO COLOM - 17.03.2013

ORIOL NEL·LO COLOM -17.03.2013

http://oriolnello.blogspot.com.es/2013/03/manuel-ribas-i-piera-el-territori-el.html

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Planeamiento urbano Presentación y síntesis del Plan general de ordenación urbanística de Palma de Mallorca, redactado en 1970. Manuel Ribas Piera

Cronología y datos personales

Tampoco se acogió la Importante reforma infraestructural del desvió de cauces, para dejar libre de aguas el cauce de la Riera (que desemboca dentro del Puerto). Se aceptó, sin embargo, que pase a ser una importante penetración viaria.

Se constituyó además un equipo de asesores locales formado por los arquitectos José Alcover. Salvador Gamundí. Antonio y Rafael Llabrés y Bartolomé Vaquero a quienes se expusieron las diversas fases del trabajo antes de las correspondientes presentaciones oficiales.

En el Ministerio de la Vivienda, a petición de la Sección de Planes generales, se tuvo otra sesión de trabajo para conocer la opinión del Equipo redactor sobre las enmiendas introducidas y la viabilidad del plan. Se puso entonces de relieve la necesidad de tramitar y aprobar las Ordenanzas municipales que el Equipo había redactado casi por entero (se dejó para los Servicios técnicos municipales todo el capítulo relativo a condiciones de los edificios), precisamente por considerar que el Plan sin Ordenanzas no era viable.

Por supuesto, se estableció contacto con todas las Autoridades y organismos locales cuya competencia técnica o administrativa podía incidir sobre los trabajos de planeamiento, y especialmente con los técnicos de la Diputación Provincial de Baleares, a los que se facilitó copla de todos los documentos redactados y con los de la Dirección General de Urbanismo en Madrid, a lo largo de dos sesiones oficiosas de exposición de los trabajos. Terminado el Avance de Plan, éste se expuso en sesión pública en la Delegación del Colegia de Arquitectos. Se intentó, en lo posible, la participación popular, a través de una serie de articulas en la Prensa, y después con entrevistas y declaraciones a Prensa, Radio y Televisión siempre que fue posible hallar una oportunidad para ello. Recíprocamente, la lectura diaria de los tres periódicos locales fue una valiosa fuente de información y ambientación, a la que se prestó en todo momento la mayor atención.

Año 1973: Núm.: 98 El paraíso de las urbanizaciones Artículo de Manuel Ribas i Piera: Presentación y síntesis del Plan General de Ordenación Urbana de Palma de Mallorca redactado en 1970

El 6 de noviembre de 1970, el Ayuntamiento, presidido por el Alcalde don Gabriel Alzamora, aprobó inicialmente el Plan, con algunas enmiendas.

Por su interés, reproducimos el artículo firmado por Manuel Ribas i Piera en 1973 en el que exponía las líneas maestras del Plan General de Mallorca, redactado en 1970, es decir, cinco años antes de la publicación de la Ley del Suelo de 1975 y que supuso un primer hito de introducción de las principios básicos del urbanismo moderno en la práctica del planeamiento General. Para su mejor lectura, acompañamos la transcripción del texto desde el original

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En primer lugar, se desestimó la debatida reforma interior de Ferrería, que procedía de los Planes anteriores (y por tanto vigente desde 1943), y que se mantuvo como muy necesaria en muchos sentidos.

Como resultado del concurso público convocado en 22 marzo 1965, se adjudicó al que esto escribe la revisión del Plan general de Ordenación urbanística vigente entonces en Palma de Mallorca. Diversas Incidencias de tipo administrativo -pues el encargo se financió, aproximadamente con un 30 por ciento de ayuda del Ministerio de la Viviendaretrasaron hasta el 19 de septiembre de 1971 la firma del contrato; firmaron éste, de una parte, el Alcalde, por el Ayuntamiento de Palma, y de otra, el equipo constituido por su Director y por el Dr. en Geografía Bartolomé Barceló, el sociólogo Luis Carreño, el abogado Tomás Pou, el economista Jaime Soler Llusá. y el Dr. Ingeniero c.c.p. Alberto Vualta. Se estipuló también la colaboración de un equipo local para la recogida y tabulación de información y encuestas, que dirigió Bartolomé Barceló, así como la de la Sociedad Metra-Seis, para la realización de siete análisis prospectivos sectoriales que se juzgaron de Interés relevante.

Estas se realizaron en el curso de periódicas y largas sesiones de trabajo con el Pleno del Ayuntamiento y Técnicos municipales, sin cuya decidida colaboración no hubieran sido posible muchas de las opciones propuestas. El equipo celebró además frecuentes reuniones privadas con el Teniente de Alcalde de Urbanismo, abogado D. Juan Mª. Fiol y con el de Vialidad y Transportes, Dr. Ingeniero de Caminos D. Miguel A. Uauger, a los que el Equipo debe muy sincero reconocimiento por su ayuda y aliento.

Cuadernos de Arquitectura y Urbanismo

aprobó provisionalmente el Plan, con numerosas enmiendas. En la mayoría de los casos se trataba de enmiendas de detalle, corrección de errores materiales, ajustes por impugnaciones habidas y, en general, suavización de normas. Pero algunas de las enmiendas Introducidas suponen alteraciones más profundas.

A continuación, éste fue expuesto al público desde el 19 de noviembre de 1970 al 5 de enero de 1971, perlado durante el cual se recibieron 408 escritos presentados por particulares y entidades. El 29 de mayo del año siguiente - 1972- el Ayuntamiento

En el terreno de los ajustes, se desvirtuó la posibilidad de varias zonas de actuación preferente, al considerar intangibles los Planes parciales aprobados, aunque sólo estuvieren parCialmente ejecutados. Y en tres casos muy concretos (CAMPSA, RENFE Y CrosBuades) se perdieron para la Ciudad otras tantas zonas de servicios. En cambio, se añadieron varias zonas verdes y no se recogieron las enmiendas introducidas con la aprobación provisional, contra cuya Introducción el Equipo había protestado en su día.

En marzo de 1973 se aprobaron provisionalmente las Ordenanzas. El 21 de mayo de 1973, el Ministerio de la Vivienda aprobó definitivamente el Plan, y el 31 de julio de 1973 aprobó las Ordenanzas. Nos ha parecido interesante consignar, con cierto detalle, el calendario del entero proceso burocrático, por entender que de él se desprenden muchas enseñanzas. Antecedentes: Documentos informativos y de avance que también forman parte del Plan La serie de trece estudios titulados -Capítulos de Información-, que se redactaron en la fase Inicial, ilustrados por un centenar de planos, constituyen la documentación informativa previa exigida por la ley del Suelo en su artículo 9 y sobre la que basamos el despegue del trabajo. Antes de reseñar el Plan, propiamente dicho. Debe pues hacerse cumplida mención de dichas investigaciones, que, juntamente con más de un centenar de planos, constituye la Información que permitió a un equipo predominantemente forastero, adentrarse y familiarizarse con la estructura de la Ciudad de Palma en un periodo de dos años. Con fecha posterior, pero también con anterioridad a la terminación del Plan, se elaboraron y redactaron siete Monografías de Análisis y Proyecciones, cuya documentación gráfica Ilustrada se extiende a mas de 50 planos. Estas Monografías, al Igual que los Capítulos de Información, se elaboraron en conjunto pero con responsabilizacl6n para cada uno de los miembros del


equipo, y constituían a la vez una depuración intencionada de la información, su síntesis: un repertorio de problemas característicos y acuciantes y. finalmente, la proyección de los mismos hacia lo que nunca con mayor razón pudo llamarse Avance de Plan, verdadero resumen de resúmenes, en cuanto esbozaba las líneas fundamentales del Plan venidero. Un aspecto Importante que no puede dejar de comentarse es el de la posible contradicción de alguno de los textos respecto a la fase definitiva del Plan, las Monografías de Análisis y Proyecciones son estudios previos Intencionados, pero de tanteo, que discuten opciones alternativas de las cuales forzosamente tan sólo una o ninguna habrá de ser la elegida. Está claro que no puede darse contradicción si se entiende su carácter dentro de un proceso racional de estudio. Las Monografías forman parte del Plan tan sólo en cuanto Justifican y aclaran el camino de formación de las ideas urbanísticas y explicitan un método y un orden de valores ideológicos que están en la misma raíz del Plan. Nota preliminar: La problemática de los Planes generales según la configuración de la ley del Suelo: Los Planes generales, según los configura el artículo 9 de [a ley de Régimen del Suelo y Ordenación Urbana, apuntan doblemente hacia el sector publico (Infraestructuras) y al privado (edificación). En el primer aspecto lo hemos definido en ocasiones anteriores como plan-Programa, faceta importante pues comprende la determinación armónica de todo un programa de actuación sobre la ciudad. En contrapartida, requiere un balance de los recursos disponibles para hacerse con el suelo necesario para la ejecución de la obra. En resumen, se trata de una verdadera acción política, en cuanto precisa coordinar los distintos niveles de la administración y sus especializados Departamentos. Con referencia al segundo aspecto, el que mira preferentemente al sector privado o Plan-Reglamento, comprende el señalamiento del suelo optimizado por las infraestructuras y, por mor de la propiedad privada, no puede ir más allá de una normativa sobre la edificación y urbanización previa. Se t rata de reglamentar la cadena formada por los Planes parciales, reparcelaciones, Proyectos de urbanización y, finalmente, el otorgamiento de licencias de edificación, todo ello puesto al alcance de los promotores privados en posible concurrencia con la promoción pública. El primer aspecto, público, supone un proceso claro: basta con tener un Plan y unos recursos adecuados. Pero el segundo aspecto resulta confuso: no lo sería si las indicaciones a la promoción privada, en potencia, pudieran ser genéricas y autoconducidas por la realización sucesiva de las infraestructuras. No es posible tanta elasticidad, que lleva a la anarquía, y así, en contra de todos los pronunciamientos teóricos, la experiencia exige que el Plan Reglamento sea un Plan rígido, manifestada tal rigidez por la línea negra de los límites de zona, que forzosamente señala un _aquí sí_ y un -aquí no –o Los inconvenientes de tal rigidez, que la crítica teórica ha demostrado sobradamente, son: a) en las zonas de extensión, la incertidumbre de si aparecerán suficientes iniciativas sobre el suelo elegido y si, por el contrario, como consecuencia de lo anterior, no surgirán presiones Invencibles en las zonas reservadas. b) en las zonas de casco, la dificultad de fomentar la recalificación mediante operaciones de remodelación, que habrán de emprenderse necesariamente por la iniciativa privada al fallar los únicos métodos posibles que son los de estímulo.

En consecuencia, el Plan-Reglamento nunca puede ser suficientemente flexible para irse adaptando al curso de los tiempos, donde la iniciativa privada es una nebulosa Imprevisible; pero si así fuera, también sabemos que la especulación aprovecharía la flexibilidad para llevar las aguas a su molino. En el Plan que redactamos, se adoptó la solución de acogerse a la rígida zonificación como mal menor, pero dando al repertorio zonal la máxima elasticidad posible. Es decir, que dentro de cada zona caben varios usos, aunque reglamentados, y ni siquiera los tipos arquitectónicos resultantes habrán de ser uniformes, aunque sí limitados. Rasgos característicos del Plan En el aspecto de Plan Programa, es un documento completo y coherente. En resumen, y como síntesis, puede decirse que su actuación se cifra en: - tres acciones de envergadura pero autofinanciables. Nos referimos, A) a la cubrición y unificación de ambos ferrocarriles a partir de la vía de cintura, con formación de una única estación subterránea, y fa adquisición para la Ciudad de un nuevo parque y una vía rápida de penetración; también. B) al desvío del cauce de la Riera para la obtención de unos aparcamientos subterráneos y otra vía de penetración hasta el mar, y en tercer lugar, Cl al anhelado enlace entre la ciudad alta y la ciudad baja, mediante una versión actualizada de las reformas núms. 4 y 7 del Plan de 1943 (paso bajo la calle San Miguel y Vía nueva de Ferrería), como única reforma interior que se juzga Imprescindible; la adopción y ligero ajuste a las características del Plan de la Red arterial del Ministerio de O.P. Es éste un proyecto importante, que coincide afortunadamente con nuestras previsiones, al que tan sólo hemos debido objetar algunos detalles en cuanto a los nudos y a la conveniencia de que la vía de cintura fuera en posición deprimida al máximo, para no crear una nueva muralla a la Ciudad. - un sistema viario, basado principalmente en la repetición de las Rondas más allá del cinturón de las Avenidas, ya iniciado desde el Plan Calvet de 1901, pero todavía Inoperante, porque de nada sirve una vía de ronda si no está practicable en su completo circuito: - un sistema circulatorio, de transportes y aparcamientos que aproveche al máximo la red preconizada: - un sistema de espacios verdes - tan urgente en Palma- y el necesario equipo comercial y escolar; todo ello, propuesto en términos de gran generosidad de espacios, aunque paradójicamente invisible en los planos, ya que están ligados al desarrollo de las importantísimas zonas 23 (sectores de acción preferente) y 21 (zonas de servicios),ambas fundamentales para la estructura del conjunto: - un conjunto de obras hidráulicas que comienza con la desviación de cauces y termina con la regeneración y depuración del aflujo urbano, para evitar el vertido al mar y regenerar el subálveo agrícola: - finalmente, la propuesta de tres nuevos puertos deportivos que habrán de suponer una notable ayuda al ocio de naturales y extraños. En conjunto, la intención latente que ha guiado el señalamiento de tales infraestructuras ha sido condicionar los crecimientos con revitalización de las partes de la Ciudad que lo requieren, procurando Inducir acciones privadas complementarias. Queda pues claro que en el aspecto de Plan-Reglamento se ha tendido al estímulo de promotores que a la vez absorba, en bien, posibles acciones contradictorias con el Plan. Política urbanística que se propone a la Administración

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municipal. A la vista de lo que acaba de decirse, la recomendación que se defiende por sí misma es la de prestar la máxima atención a las acciones públicas programadas; si el Programa de actuación se cumple, no importará prestar menos atención a las acciones privadas que tan sólo requerirán una garantía: “No transgredir el Plan”, para lo cual tiene medios suficientes la Administración pública. En resumen propugnamos un clima de gestión pública del Plan en el que la promoción privada juegue un importante papel de colaborador. Principios técnicos 1.- Descentralizar la Ciudad tradicional. A este fin se encamina la propuesta de trama viaria básica que, combinada con la Reforma del barrio de Ferrería, llegará a crear unos recintos peatona les que favorecerán la especialización del centro histórico en sus valores histórico monumentales, sin perder de vista los que hoy posee. La reforma del barrio de Ferrería se enfrentó desde el primer momento con la cuestión del probable desplazamiento de las clases humildes que lo habitan en condiciones inadmisibles. Esta es una cuestión opinable, pues depende totalmente de cómo se implante y gestione en la práctica. Pero, en cambio, una sola cosa es cierta, y es que cualquier solución será mejor que permitir a sus habitantes seguir viviendo allí en las condiciones presentes. 2.- Revitalizar los ensanches. En el orden centrifugo que seguimos, éste es el principio técnico que corresponde aplicar sobre la vasta corona que circunda la Ciudad tradicional. De una parte el sistema de Rondas de que se ha hablado, y de otra, el sistema de polígonos o sectores de acción preferente (n.- 23 en el Plan de zonas de normativa homogénea), combinado con los ejes cívicos apoyados en la zona da edificación Intensiva A, permiten abrigar esperanzas respecto a un pronto equipamiento de tales ensanches, que difundan sobre su territorio la concentración de puestos de empleo, que hoy se da por excelencia en la Ciudad antigua. Convencidos de que en la esencia de la ciudad actual hay una exigencia de estructura basada en el equipo y en el sector terciario, se ha pretendido utilizar el empleo terciario 'como palanca para la homogeneización y levantamiento de extensos sectores dormitorio. La revitalización de que aquí se habla se planea mediante la actuación sobre espacios vacíos que posiblemente quedaron en espera de sustanciosas plusvalías. Si las viviendas acompañantes de los centros terciarios en dichos - sectores de acciones preferentes_ no serán ciertamente viviendas modestas, sí es muy cierto, en cambio, que la realización de dichos centros beneficiará los barrios contiguos, hoy día más o menos marginados. Esta es la principal intención del Plan cuando se propone actuar sobre la estructura urbana. La situación no es idéntica en toda la corona de ensanche. En efecto, los sectores central y de poniente presentan características más halagüeñas que los sectores de levante. En una paradoja que ya hemos expuesto en ocasiones anteriores, dichos sectores de levante son precisamente los que reciben el impacto del tráfico en la isla.

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Se trata, pues, de romper el maleficio y asegurar para la ciudad entera las condiciones de igualdad en cuanto a niveles urbanos, En la encuesta con 500 familias que realizó el equipo, y cuyos resultados (Tablas primarias y Tablas secundarias) se difundieron en forma restringida, apareció clara esta disociación; pero también los motivos que la generaban, y con ello se brindó un camino que el presente Plan ha querido aprovechar íntegramente.

3.- Contener el crecimiento extendido en mancha de aceite. La contención del extrarradio urbano es, de siempre, un problema difícil para el planeador. El régimen de propiedad privada del suelo comporta, exageradamente, la creencia en la libre disponibilidad del mismo, en orden a la edificabilidad sin frenos ni cortapisas. La visión de conjunto que aporta el planeamiento exige frenar lo que a la larga no sería más que un despilfarro colectivo de ese bien escaso que es el suelo urbano potencial. La revisión del Plan de 1963 condujo a un análisis del suelo puesto en juego, con aplicación sobre el mismo de las expectativas máximas en volumen edificado que le ofrecían las Normas y sobre todo las Ordenanzas municipales de Edificación y pasando a población en el supuesto de 100 m2 por habitante. Los resultados (publicados incluso en la Prensa) arrojaron una cifra elocuente, por absurda y desmesurada: la .capacidad de Palma, sin contravenir la legislación urbanística vigente, es de un millón y cuarto de habitantes. Si se comparan estos resultados con las últimas estimaciones y prognosis que arrojan cifras muy probables de 329.500 habitantes “de facto” en 1970 y 539.000 para 1985 (1) se advierte la enorme desproporción. Tampoco nos gustaría que las previsiones encajaran perfectamente, pues ya sabemos que un plan de ordenación urbana no es un Plan de castrametación militar ni tampoco la previsión de una agencia de viajes o de una colonia veraniega, en que la oferta debe corresponder exactamente a la demanda. Un margen de libertad de 2 a 1 es, en muchas ocasiones aconsejable. (1] El detalle es como sigue: En 1970, población empadronada prevista población obrera en verano población máxima en hoteles población máxima en apartamentos Total En 1985 población máxima “de facto” (Incluye obreros de temporada] población máxima en hoteles población máxima en apartamentos Total

227.500 Hab. 30.000 Hab. 57.000 Hab. 15.000 Hab. 329.500 Hab. 360.000 Hab. 155.000 Hab. 24.000 Hab. 539.000 Hab.

Por ello, el presente Plan general, coincidiendo además con las directrices unánimes del Consistorio, ha seguido una política de planeamiento doblemente realista: a) en cuanto al suelo señalado como reserva urbana; b) en cuanto a los volúmenes de edificación tolerados, la actual situación presenta, sobre un término municipal de aproximadamente 20.000 Ha, un casco urbano (artículo 12 de la ley del Suelo) evaluado en unas 1.500 Ha y una superficie calificable como suelo urbano (artículo 63 de la ley del Suelo) estimada en 2.220.67 hectáreas. El margen de 720 Ha, más todo el suelo de reserva urbana señalado por el Plan de 1963 y aún no utilizado por la Ciudad es, por así decir, como el .sobrante, o superávit obtenido en la liquidación del Plan 1963 y que explica el elevado margen de oferta descubierto, las previsiones superficiales del presente Plan general se resumen a continuación: Zona 01 - Histórico-monumental 59 Ha. Zona 02 - General Antigua 35 Ha. Zona 03 - Reformas 42 Ha. Zona 04 - Sectores de Régimen singular 1.175 Ha. Zona 11 - Intensiva A 196 Ha. Zona 12 - Intensiva B 406 Ha. Zona 13 - Urbana Jardín C 499 Ha. Zona 14 - Extensiva O 257 Ha. Zona 15 - Extensiva E 117 Ha. Zona 21 - Servicios 1.020 Ha. Zona 22 - Industria 115 Ha. Zona 23 - Sectores de Acción preferente 408 Ha.


Zona 24 - Zona verde pública

246 Ha.

La suma de las superficies que anteceden, con un total de 4.575 Ha, representa la superficie del suelo de reserva urbana así calificado en el Plan. Si sobre la superficie ocupada por las Zonas 11. 12, 13, 14, 15, 23 y la parte de Zona 04 correspondiente a Paseo Marítimo y Playa de Palma asignamos los máximos volumétricos autorizados por las Ordenanzas que se proponen paralelamente al presente Plan General, el volumen que resulta se cifra aproximadamente en 85 millones de metros cúbicos. Un estándar promedio de 100 metros cúbicos por habitante permite referir el volumen como capaz para una población de 850.000 personas a las que habría que añadir unas 40.000 personas habitantes en el centro histórico y otras 5.000 diseminadas sobre suelo rústico. (El volumen previsible para empleos terciarios no supone más de un 5 % del total obtenido, según las proyecciones efectuadas, como manifestación de la gran concentración en el casco.) En resumen, el grado de libertad de que se hablaba al comentar el Plan de 1963, queda en el presente Plan reducido a dos oportunidades sobre una, es decir, enteramente dentro de límites normales. Precisamente el suelo terciario exigido mediante los polígonos 23 supone exactamente la mitad del total necesario en quince años, que en cifras es de 450.000 m2 equivalentes a 24.000 empleos, 4.- Apuntar un crecimiento policéntrico. Este es un principio técnico que debe asegurar el enlace con el Plan futuro. En efecto, la propuesta de colocar cinco sectores de acción preferente en el extrarradio y, en lo posible, en la proximidad de los núcleos exteriores esparcidos por el vasto término municipal de Palma, tiende a apuntar un crecimiento en estrella en el que alternan los brazos de dominancia residencial con aquellos preferentemente industriales. En resumen, se pretende preparar una trama homogénea para que en 1985 pueda ser realidad un plan policéntrico, tal como cumplidamente se razonó en una Monografía previa. Justificación de la Ordenación propuesta.- Expuesta ya lo que podríamos llamar filosofía del Plan, es hora de pasar al análisis concreto de la solución propuesta. Ninguna guía será mejor que la de discurrir a través de los documentos Que la componen y explicitan. A. la Memoria. Es una síntesis de todos los documentos de Información, pero sobre todo de los de Análisis y del Plan propiamente dicho. Con ella se Justifican los binomios medios fines que, aplicados a las alternativas posibles, redundan en la estrategia elegida. Es, al propio tiempo, una recapitulación que pasa rápidamente sobre los puntos salientes y justifica la coherencia de los diversos documentos. La misma extensión del Plan - que, como la propia Ciudad, no es aprehensible más que a vista de pájaro - requiere esta técnica de síntesis para asegurar una imagen del plan propuesto. B. los Planos. La sistemática de agrupación en planos B1, B2, B3 y B4 nos indica un camino para su comprensión y para la intención del planeamiento. Los planos B1, en número de dos, hacen referencia a la estructura urbanística, respectivamente en aquéllas que preferentemente son acciones y en aquellas otras que preferentemente son reservas. En el plano de acciones aparecen los ejes y sectores de terciarización preferente que, con las zonas Industriales y las de servicio, señalan las que podríamos llamar “manos” de la Ciudad. En el plano B 1.2 de reservas dominantes se resaltan las zonas verdes, públicas, la zona de cintura y las zonas forestal y montañosa.

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Los planos B 2 se refieren directamente a infraestructuras, tanto las viarias (plano B 2.1) como las de servicios (plano B 2.2) como la circulación y aparcamientos (plano B 2.3). Las tramas de Infraestructura se repiten naturalmente como fondos en todos los planos que Ilustran el Plan. La clasificación del suelo según las pautas de la ley del Suelo y las zonas de normativa homogénea son los temas que recogen los pianos B 3.1 y B 3.2, respectivamente, la importancia de estas determinaciones y la necesidad de una exactitud que evite errores en las futuras consultas han llevado al equipo a repetir su grafiado sobre hojas a escala 1/ 5.000, que en número de veintinueve acompañan el Plan, Finalmente, tan sólo una mención de los planos B 4 (Etapas) que se comentarán al hablar del Programa. C. las Normas. Son las directrices urbanísticas necesarias para interpretar el Plan y para concretar sus determinaciones. Se las ha considerado como un documento importantísimo del Plan. Según la doble concepción expuesta al comienzo de esta Memoria, las Normas son al Plan Reglamento lo que el Programa de Actuación al Plan Programa, y ambos son documentos básicos para asegurar el éxito y la realización del Plan. En la Primera parte de las Normas se dan instrucciones sobre la edificación en tanto que puede repercutir directamente sobre el Urbanismo. El destinatario es todo aquel a quien compete redactar las nuevas Ordenanzas de Uso del Suelo y Edificación. La Segunda parte de las Normas sienta las bases de lo que habrán de ser las Ordenanzas particulares de zonas homogéneas, con la definición del concepto de cada zona y de su ordenación y tipología. Sin duda podemos calificar como la más Importante de las partes de las Normas aquella que se refiere al desarrollo de los Planes parciales especiales. Tanto es así que se propone su reproducción formando parte de las mencionadas nuevas Ordenanzas de Uso del Suelo y Edificación. Se consigna en ellas un verdadero método legal de planeamiento parcial, y queda en sus manos la regulación del mismo desarrollo de la Ciudad en los aspectos supraestructurales. En cuanto al repertorio de zonas que las Normas introducen hay que señalar su agrupación en cuatro grandes grupos de denominador común: Las zonas O (de 01 a 05) se refieren -dentro de lo difícil que es señalar exclusivas- con preferencia a áreas de conservación. Son prácticamente todas las del casco histórico, mas algunas exteriores en las que se conserva un régimen especial. Las zonas 1 (de 11 a 15) son las de extensión típicas del .zoning tradicional, pero con la preocupación, según se ha dicho, de forzar la máxima dlscreclonal1dad en su epl1cac1ón, para que de ningún modo -zona- sea correlativo de - tipo arquitectónico - y una voluntad declarada de respeto al planeamiento preexistente a mantener el repertorio que ya es habitual después de casi diez años de vigencia, los contenidos, sin embargo, han variado, en especial, por reducción de edificabilidades permitidas que eran excesivas.las zonas 2 (de 21 a 25) se refieren a áreas de estructuración urbana y agrupan las que, por así decir, materlal1zan la estructura de la Ciudad. Entre ellas se encuentra la zona 23 y 21 (sectores de acción preferente y Servicios) en las que por este orden radican importantes estrategias del Plan. Finalmente, las zonas 3 (de 31 a 34) tienen como denominador común el sentido de protección al territorio y comprenden todas aquellas extensiones de terrenos que deben protegerse del mal uso que desbarataría sus condiciones naturales sin que aprovechara tal desgaste en el concierto urbano.

Es Importante la definición de ordenaciones y tipos en cuanto a las zonas de edificación Intensiva de urbana, jardín y extensiva, para lo que se remite a las correspondientes Normas y Ordenanzas. D. El Programa de Actuación. Constituye la pieza fundamental para la implantación del Plan. Es a la vez un repertorio de medidas y un calendario en que los períodos quinquenales son importantes por exigencia de la ley. Tanto el repertorio como el calendario temporal se refieren de una parte a la adquisición de suelo y obras, y de otra a la actuación urbanizadora que normalmente se dará a los Planes parciales. Todo esto constituye la Primera parte del Programa de Actuación. En la Segunda parte se precisan más los conceptos temporales a través de detalle que prevé el artículo 107 de la ley del Suelo, mediante las declaraciones de prioridad y de interés Inmediato. Se completa esta acción con la adecuada utilización del Registro municipal de Solares y otros Inmuebles de Edificación forzosa: se clasifican por orden de prelación las vías sobre las que se ejercerá la acción edificatoria. Finalmente, en la Tercera Parte del Programa de Actuación se incluyeron unas recomendaciones a la administración municipal para poner el acento, en algunos casos, sobre puntos que se estiman importantes y que podrían condicionar gravemente la ejecución del Plan, y por otra, sobre algunos extremos difícilmente clasificables. E. El estudio económico-financiero. Como dice la propia ley, el documento del Plan debe justificar la ponderación entre el criterio de planeamiento que se sustenta y las reales posibilidades económicas y financieras del territorio y población. Este enunciado tan claro advierte de su misión de contrapartida del programa. El Plan acompaña con interés y detalle este Estudio, para cuya confección se procuró compaginar un sano realismo con un exigente inconformismo. Se dejó relativamente descargado el tercer quinquenio, a fin de que durante la última etapa del Plan ya sea posible la preparación del próximo. Etapas de realización La Memoria, en este Importante aspecto que preceptivamente debe abordar se refería muy especialmente a los dos documentos anteriores y en especial al Programa de Actuación. Existe un resumen formalizado como gráfico D 1.1 y además los planos D 4 que recogen gráficamente las etapas propuestas.

Manuel Ribas Piera


CIUDAD Y TERRITORIO. Revista de Ciencia Urbana Año 1976: Artículo de Manuel Ribas i Piera: Ante el nuevo Plan General de Ordenación Urbana de Murcia El artículo que reproducimos lo realizó Manuel Ribas i Piera tras la conclusión de la primera parte de los trabajos de desarrollo del Plan General de Murcia. Fechado en 1976, coincide con el inicio de la fase de participación ciudadana que supuso una experiencia pionera en su época. Eran un momento de profunda transformación social en España, y la recuperación del protagonismo ciudadano en las decisiones colectivas se realizaba desde perspectivas de generosidad y entusiasmo que raramente se han vuelto a producir. La ciencia urbana alcanza en esos años un brillante momento, con numerosas aportaciones teórico-prácticas y

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científicas de profundo calado social y cultural. El urbanismo adquirió en España la condición de instrumento de desarrollo social y representaba en gran medida la vuelta a las utopías urbanas desde el conocimiento y la ética social. Antes de que la multiplicidad de intervención de los intereses economicistas y políticos transformase el entusiasmo y la esperanza, no exentos de ingenuidad, en una mezcolanza de acciones especulativas e implantaciones desestructuradas, el Plan General de Ribas i Piera supuso, junto con tantas otras iniciativas igualmente ilusionantes, un magnífico ejemplo de lo que el urbanismo dibujado, diseñado y razonado puede llegar a suponer para el futuro de las ciudades.


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Eurovegas, vender la dignidad La tierra es el más preciado patrimonio nacional. Un patrimonio al que no deberíamos renunciar y que es, en último término, lo que nos distingue y nos une Manuel Ribas Piera

¿Está Cataluña en venta? La tierra es el más preciado patrimonio nacional. Un patrimonio al que no deberíamos renunciar y que es, en último término, lo que nos distingue y nos une. El tradicional sustento de una nación. Una nación, la catalana, por el momento mucho más proclamada que reconocida. Debería avergonzarnos vender lo que más nos puede enorgullecer, nuestra tierra, la tierra de nuestros antepasados. ¿Hemos olvidado que este patrimonio es el único y auténtico haber que nos permite hablar colectivamente como catalanes? ¿Hemos olvidado que no podemos dejarlo al libre albedrío de ningún grupo insensible a los valores cívicos ensenciales? Olvidos suficientemente importantes y que algún día podrán convertirse en el dedo acusador contra esta generación. Una generación cuyo Gobierno se dice catalanista, pero no duda en vender lo que tantas generaciones han defendido como patria. ¿A qué precio? ¿Cómo puede ser que los herederos de tantas generaciones que la defendieron, con rebeldía incluso, estén ahora dispuestos a encajar lo que les echen, si ello da dinero? ¿Cree alguien que después de aceptar el proyecto de Eurovegas que se anuncia podremos seguir repitiendo las viejas afirmaciones nacionalistas y patrióticas en defensa de la tierra? ¿Podremos seguir hablando de cap i casal, con una Barcelona obligada a compartir su existencia con una mancha tan extraña como exótica cual sería la réplica más o menos modificada de un centro de juego famoso en todo el mundo precisamente por lo que tiene de negativo? Mi condición de profesor de Urbanismo por más de 50 años me obliga a afirmar que no podemos tolerar la sustitución del único parque agrario anejo a la ciudad con algo tan alejado de los intereses generales y de nuestro modo de hacer y de ser como lo que nos ofrecen el señor Adelson y su equipo. Nuestra vieja y amable ciudad, unitaria pero diversa, admiración de tantos urbanistas, se verá obligada a emparejarse con una nueva ciudad, sin estructura, encaminada a fines bastardos, intrínsecamente antiurbanos. Un derivado en negativo de la urbs totalmente opuesto a lo que la urbanística actual define como ciudad. Lo que en una ciudad se aprecia, la pluralidad de usos y de valores, lo vamos a cambiar y a enajenar por dinero, ofreciéndolo al mejor postor, enorgulleciéndonos de nuestra capacidad de ser buenos mercaderes y de ganar (?) a nuestra sempiterna rival . ¿Qué es lo que nos ha conducido a mirar los espacios libres como un despilfarro? A ese extremo hemos llegado. ¿Cómo vamos a tirar por la borda el esfuerzo de tantos años por definir un marco legal y una planificación estratégica para nuestro territorio? Los que llevamos años en el oficio hemos visto lo difícil y compleja que es una planificación territorial que permita ir más allá de las presiones cortoplacistas de cada momento. Creíamos haber conseguido la consolidación de ciertos criterios básicos que recompusieran el territorio y restringieran su uso indiscriminado. Pero contemplamos, con estupor, que todo puede desvanecerse a partir de una decisión, casi secreta, tomada al margen de cualquier simulacro de consenso social y de planificación estratégica. Acabo pensando que alguien le habrá contado a Adelson que todos los catalanes piensan que lo que no son pesetas son puñetas. Nuestros vecinos —hermanos— peninsulares dicen que más vale honra sin barcos que barcos sin honra. Será que el espíritu de los viejos mercaderes fenicios sigue prevaleciendo y que nos lleva a imaginar que con la excusa de la crisis vale todo. Creo muy sinceramente que estamos ante una irreparable cesión de muchas de las prerrogativas públicas. Ojalá me equivoque y que lo que supongo que pueda acabar pasando no suceda. Muchos, demasiados, naufragaríamos en el mismo barco. Manuel Ribas Piera es profesor emérito de Urbanismo en la UPC.

Manuel Ribas i Piera Urbanista

EL PAÍS 16 JUL 2012

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Manuel Ribas i Piera Murcia 1978-2001 Edición homenaje a la figura del Doctor Ribas i Piera editada por el Colegio Oficial de Arquitectos de Murcia Todos los artículos y colaboraciones han sido cedidos por sus autores. Imágenes cedidas por sus autores y obtenidas de fuentes públicas Derechos reservados para la edición impresa Composición, diseño y maquetación: Antonio García Herrero Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Arquitectos de Murcia

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COLEGIO OFICIAL DE ARQUITECTOS REGIÓN DE MURCIA

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MURCIA 1978

MURCIA 2001


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