EDITORIAL Una nota editorial se propone deslizar, sucintamente, la opinión de un medio acerca de un tema o cuestión: adelantar el “core” del número, los puntos remarcables que luego serán reforzados en las sucesivas notas. Una duda antecede la redacción de la misma: ¿tendrá el lector la bondad de leerla? ¿Encontrará, este presuroso lector, aquellos candiles dejados con especial intención? ¿Las palabras elegidas serán veraces? Toda editorial es esperanza, no lo dude querido lector. Es una flecha lanzada, también, con cierta indiferencia. Con la seguridad que encontrará el blanco que, afanosamente, buscaba. AMBO es el caprichoso nombre de esta revista. La palabra, hace referencia a un distintivo común: a la ropa, a aquello que nos viste y cubre mientras asistimos a las vidas de los hombres. Los hay suaves, pesados, almidonados, sudorosos, pegajosos, incólumes y manchados… los hay de maneras tan diversas como sus dueños y circunstancias diarias. Hay ambos livianos y perfumados, como un día primaveral. Se adaptan al cuerpo casi sin ser advertidos. Puede uno andar el día entero, regresar a su casa y hasta podría dormir con él. Hay otros, que uno lamenta llevarlos encima: pesan, ajustan, hieden, martirizan. Uno convive con el deseo de quitárselo, de arrojarlo a la basura para no ser utilizado nuevamente. Los dos tipos de ambos, el placentero o el imposible, son llevados día tras día a su casa. Serán lavados una y otra vez, puestos nuevamente en el bolillero. La baraja indescifrable se reiterará, cada mañana, en la incierta vestimenta que trocará su labor entre alegrías, risas y mares de dolor.
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Experiencia residente
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Emprendedores de salud
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Entre salas y pasillos
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Arte Quita Penas. De la pintura y los escenarios al consultorio
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Médicos que inspiran
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STAFF Contacto: info@revistaambo.com www.revistaambo.com www.facebook.com/revistaambo
El humor en la práctica médica Del interior a Buenos Aires: un largo camino a la profesión Nuevo centro de simulación médica La tecnología abre brecha generacional entre los médicos Agenda
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Redacción:
Lic. Pablo Aragone Lic. Gonzalo Aragone
Sofía Scarone Dra. Fernanda Brañas Dra. Carolina Herrera
Comercial: Lic. Gonzalo Aragone
Contenidos: Las opiniones vertidas en esta revista son de exclusiva responsabilidad de sus emisores y no representan necesariamente la opinión de la revista AMBO. Queda prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos de la presente publicación, por cualquier medio, sin la expresa autorización de sus propietarios. Revista AMBO es propiedad de APG Producciones.
Lic. Pablo Aragone Dr. Mario Díaz
Diseño Gráfico: Lic. Ignacio Saurí
Corrección de Textos: Lucas Bolo
Colaboración: Francisco Figueroa
Agradecimientos: Residentes Hospital P. Elizalde Dr. Mauricio Rodolfo Ezquer Valeria Brasili y Maite Iglesias Leal Residentes Hospital de Clínicas Carolina Muñezas Dr. Pablo N. Runge Dr. Alejo Chaucha Rasguido
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AMB O # 3 1
EX P E R IE NC IA R ESID E NT E
Por:
Dr. Mauricio Rodolfo Ezquer
EXPERIENCIA RESIDENTE
La llegada de lo nuevo siempre nos pone tan tensos que a veces el bosque nos tapa el árbol; lo nuevo nos pone tan, tan ansiosos; tan, tan confundidos; tan, tan, tan tan… que casi nos hacemos campanas.
HOSPITAL GENERAL DE NIÑOS PEDRO DE ELIZALDE
¿Querés hacer una residencia? ¡¿Y de pediatría?! Bue, pará la moto, bajá los vidrios, y escuchame. Mejor dicho, leeme. Porque antes de tomar cualquier decisión deberías saber algunas cosas; cosas que a mí nunca me dijeron antes de elegir este camino. La llegada de lo nuevo siempre nos pone tan tensos que a veces el bosque nos tapa el árbol; lo nuevo nos pone tan, tan ansiosos; tan, tan confundidos; tan, tan, tan tan… que casi nos hacemos campanas. ¿Pero qué debés saber sobre todo esto? Primero que ser R1, R2, R3 o R4 no tiene nada que ver con ser o no un ruido cardíaco, sino que son categorías de un verticalismo cada vez más horizontal que atravesás casi sin darte cuenta y
que signan tu personalidad. Porque sí, indefectiblemente cada “erre” tiene su personalidad propia. Para explicártelo, podría hacer una analogía con la familia. Podríamos decir, entonces, que la residencia es una familia donde tenés de todo. Están los padres (jefes) que se las saben todas, deciden y a veces son medio retones; el hijo menor (R1) al que hay que enseñarle todo, desde caminar, y llora por cualquier cosa; el sobrino más crecidito (R2) que se mueve sobre la delgada línea que separa la autosuficiencia de la dependencia; los padrinos (R3) buena onda, que te malcrían pero son los primeros en remedarte si hace falta y a veces desobedecen a los padres; y por último los tíos, que pade-
Dr. Mauricio Rodolfo Ezquer
cen el síndrome del new rich (R4), que sólo ves una vez por semana y lo único que tienen para contarte es sobre su próximo viaje al Primer Mundo para alguna rotación especial. Y en este mundo, que más que mundo parece universo, me fui metiendo. Sin darme cuenta el tiempo pasó y hoy soy residente de tercer año de pediatría en el Hospital General de Niños Pedro de Elizalde. Ni yo lo puedo creer. ¿Ya soy
médico? ¿Ahora residente? Sí señora, los residentes somos médicos (lo que cuesta hacer entender eso…). Igual, si hay algo que cuesta es adaptarse al lenguaje. Porque si no sos de por aquí, sos carne de cañón. Hace poco más de dos años vine desde Tucumán con título en mano y muchas expectativas. Y sobre todo, con mucha tonada. Y “clá”, cómo no me voy a sentir sapo de otro pozo si prácticamente tuve que modifi-
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car mi vocabulario para no quedar permanentemente expuesto a bromas. El “tuy” y el “chuy” como respectivas expresiones de calor y frío no van más si andás en Buenos Aires. El haragán es alguien perezoso y no tiene relación con objetos de limpieza. Podés usar “ok, bueno, dale” pero “meta” aquí significa objetivo, fin, propósito, nada tiene que ver con afirmar una conducta. Imaginate, pasé de decir “¡chuy!, me hace un frío…” a decir “¡uuu!, qué frío tengo…”. Una odisea lingüística, sin dudas. Quería pasar inadvertido, que del primer contacto mis compañeros se llevaran de mí una imagen diferente a la típica
EX P E R IE NC IA R ESID E NT E
del chico del norte. Dar buena impresión era la prioridad. Si de primera impresión se trata, ¿qué fue lo que más me impresionó por esas épocas? La primera vez que entré al hospital, pandemónico lugar donde un sinfín de gente caminando por los pasillos se agolpaba para sacar un turno, todo estaba pintado de colores vivos para los chicos, pendían globos en la entrada y colgaban barriletes en los techos. “Hola qué tal, ¿la residencia dónde queda? Pasillo al final, cruzando el parquecito, a mano izquierda por el caminito pegado a la cocina”; “Permiso señora”; “Cuidado nene con eso”; “No, no, ¡no! ¡No toquen
eso ustedes!”, “¡Bajate de ahí, che…!”. Y de repente me vi ahí, al lado de un león de cemento, otra vez perdido mirando para todos lados, sudando cual testigo falso porque ya iba tarde. Necesitaría un mapa, era todo inmenso. ¿Otro mapa más? Ya tenía el de los subtes y la Guía T con los cuales invertía al menos dos horas diarias para buscar la forma de ir de un lugar a otro. Suficiente de mapas. Consejo: cuando llegues a tu hospital nuevo, buscá a otros con cara de perdidos que se amontonan como por inercia; seguro son R1 en su primer día. Somos 30 por año, así que había bastantes con cara de desorbitados ese día. 30… Ahora que lo pienso, todo un numerito. Y encima casi todas mujeres. Ahí está, de eso también te puedo hablar… de lo que es ser hombre entre tantas mujeres. O lo que sería en mi querido Tucumán: el chango entre las chinitas. El idílico de la gente hace creer que sos el galán mimado a quien todas sonríen y que se mueve las 24 horas del día con un harén que pisa su sombra. “Dale, andá vos a pedirle que sos hombre. Seguro te tratan bien”. Y vos vas creyendo tal cosa hasta que ¡zas!, de bruces con la realidad. Andás al principio solo como Sanfilippo en el día del amigo y llegás a casa extrañando oír tu propia voz, o simplemente extrañando el silencio. Llega el lunes y querés revivir la emoción que sentiste al ver el gol de Messi el domingo. Entonces, compungido por el recuerdo, te aventurás a decir: “Che,
Consejo: cuando llegues a tu hospital nuevo, buscá a otros con cara de perdidos que se amontonan como por inercia; seguro son R1 en su primer día.
qué golazo hizo Lio ayer ¿no?”, creyendo que tal vez alguien te haría la segunda. Esperás paciente hasta que alguna te responde (si es que alguien lo hace): “¿Quién hizo lío de nuevo? Es terrible la violencia que hay en el fútbol, yo por eso ni lo miro”. Opinión a la cual sucesivamente se van sumando otros “yo tampoco” de las restantes presentes y en ese preciso momento te das cuenta que lo mejor es volver al lugar de donde nunca deberías haber salido, el silencio. Así es; si sos varón y querés hacer pediatría, indefectiblemente tendrás que llamarte al silencio casi de manera permanente. Ahora, si de silencio hablamos, es lo que menos tendrás en esta especialidad. Yo pensé que después de corretear y alzar en el campo un tierno chanchito, de gri-
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tos ya lo sabía todo. Nada más irreal. De esto no te voy a contar ninguna experiencia en particular, lo dejo a tu criterio. Los chicos pueden ensordecerte, pero sin duda son los que más alegrías te van a dar a lo largo de este camino. Cuando veas escrito tu nombre con felpa sobre un papel medio arrugado, con poca tinta y letras dismórficas, y al lado de ese nombre tuyo una mancha rosa que estaría emulando un corazón, y ese corazón sea un regalo de tu “pacientito”, creeme que no hay mal humor que te dure ni trago amargo que no pase. Lo que es amargo, amargo como Terma
Serrano, es resignarte al vicio de la reducción vocal. Lo que reniego con eso... Te pido por favor que si vas a venir a este mundillo no caigas en la tentación de decir “ibu” por ibuprofeno, “nebu” por nebulización o “dipi” por dipirona. Te lo pido, “por fa”… Lo que también te voy a pedir (con carácter de orden) es que seas el protagonista de la película de tu vida. El lugar en el que termines será el mejor para vos. Por algo estarás ahí. Y poné lo mejor de tu ser para seguir adelante, nada puede dejarte parado. A lo sumo eso te pasará si te fuiste a la villa y perdiste tu silla.
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M É D ICOS E M P R E N D E D O R ES
Por:
Sofía Scarone
CUANDO UNA IDEA
PASA A SER UNA REALIDAD En esta edición entrevistamos a dos emprendedoras que están enfocadas en desarrollar nuevos textiles que mejoren la calidad de vida de los pacientes, aplicando biotecnología en ropa de cama y así ayudar a reducir las infecciones intrahospitalarias. De esta manera, Valeria Brasili y Maite Iglesias Leal nos cuentan cómo desarrollaron Chitosafe.
¿Cómo surgió la idea del proyecto? La idea nació el año pasado mientras nos planteábamos diferentes temáticas en las que desarrollar el proyecto final de nuestra carrera. Estudiamos en la UADE (Universidad Argentina de la Empresa) y la consigna era armar un plan de negocios relacionado con la industria biotecnológica que diera solución a una problemática real. Nosotras primero nos percatamos del problema: crecientes tasas de infecciones intrahospitalarias en el mundo. Pensamos en los factores de contagio y luego,
aplicando nuestros conocimientos, razonamos sobre cómo evitar o disminuir el impacto que la ropa de cama ejercía. A medida que le íbamos dando forma al proyecto, no perdimos el foco: un negocio rentable, pero cuyos beneficios fueran reales.
¿Cuánto tiempo estuvieron desarrollándolo? Lo desarrollamos en dos etapas: primero en el ámbito académico y luego durante el proceso de incubación. En total trabajamos sobre el proyecto durante un año.
¿Cómo es desarrollar un proyecto acá en la Argentina y con qué obstáculos se encontraron? Nuestra experiencia es breve todavía, aunque ya podemos aportar un poco a quienes tengan buenas ideas. Creemos que cada vez se le están dando más oportunidades a los emprendedores, aunque esto no es garantía de que todo proceso dé buenos resultados. La perseverancia y tenacidad son factores importantes, pero también lo son la confianza en uno mismo y su proyecto, y sobre todo ser claro a la hora de expresar bien qué fin persigue la propuesta. Las innovaciones se encuentran con el obstáculo de la novedad, que si no se explica bien pueden quedar en la nada porque los destinatarios no ven claramente la idea que uno tiene en la cabeza.
¿Cómo se enteraron de la Convocatoria de Incubando Salud? Una de nosotras estaba haciendo una ayudantía en Biología Celular I en la Universidad Barceló y se enteró por medio de panfletos pegados en las carteleras sobre esta iniciativa que estaba llevando a cabo la Fundación. Ambas estuvimos de acuerdo en inscribirnos ya que nos pareció interesante conocer mediante esta experiencia cuál era el feedback que obtenía nuestra idea. De un total de 107 propuestas presentadas, quedamos preseleccionadas sólo diez. Esta etapa intermedia nos dio
Valeria Brasili
la posibilidad de desarrollar nuestro proyecto en un marco más real, con el apoyo y know how de un MBA (Maestría en Dirección de Empresas) de la Universidad del CEMA y un médico infectólogo del Hospital Muñiz. Re-desarrollamos el plan de negocios que habíamos presentado en la UADE como proyecto final de nuestra carrera y lo defendimos en una instancia final frente a un comité de médicos, economistas, contadores y profesionales de la educación. Evaluaron los diez planes de negocios
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M É D ICOS E M P R E N D E D O R ES
Al ser un tratamiento reaplicable sobre los textiles, asegura brindar una funcionalidad antimicrobiana a los mismos, que sea permanente e ininterrumpida. El resultado son textiles hospitalarios (ropas de cama, cortinas, manteles) sin crecimiento bacteriano, reduciendo así uno de los principales focos de incubación de microorganismos intrahospitalarios. preseleccionados y eligieron los tres primeros puestos según criterios de factibilidad de la propuesta, beneficio social, rentabilidad, etc. Chitosafe recibió el tercer puesto, lo que nos llenó de orgullo y satisfacción.
¿Cuentan con fondos? Estamos organizando reuniones con equipos de inversores con mediación de Incubando Salud.
¿Cómo fue el proceso de armar al equipo idóneo para trabajar en este proyecto? Nuestro equipo se compone por Maite Iglesias Leal y Valeria Brasili. Nos conocimos durante el comienzo de nuestra cursada en la UADE, nos hicimos muy amigas y decidimos, llegado el último año de la carrera, realizar el proyecto final juntas. Ya conocíamos la manera
de trabajar de ambas y siempre fuimos muy compatibles. Todo el trabajo se realizó en conjunto, dividiendo algunas actividades, pero ambas conociendo muy bien cada punto desarrollado.
¿Quiénes forman parte del equipo que desarrolla el proyecto? Hoy en día el equipo sigue estando conformado por Maite Iglesias Leal (22 años) y Valeria Brasili (22 años). Ambas, licenciadas en Biotecnología, nos encontramos trabajando en el área comercial de empresas internacionales y de dispositivos médicos y productos biotecnológicos, respectivamente.
¿Cuáles son las tareas de cada integrante? Por no hallarnos en la etapa de llevar el emprendimiento a la práctica, aún no existe una división de tareas entre noso-
tras. Somos las dos co-creadoras del proyecto y nos encargamos juntas de todo lo que significa seguir avanzando con nuestra idea: continuar presentándola a concursos, dándole exposición en los medios, buscando asesoramiento legal y posibles inversores interesados.
¿Cuáles son los beneficios o virtudes de Chitosafe? Al ser un tratamiento reaplicable sobre los textiles, asegura brindar una funcionalidad antimicrobiana a los mismos, que sea permanente e ininterrumpida. El resultado son textiles hospitalarios (ropas de cama, cortinas, manteles) sin crecimiento bacteriano, reduciendo así uno de los principales focos de incubación de microorganismos intrahospitalarios, entre los cuales se encuentran las temidas cepas resistentes a los antibióticos. Además, el tratamiento
desarrollado es seguro, hipoalergénico, eco-friendly y económico.
¿De qué manera repercute en el tratamiento de los pacientes? Al reducir considerablemente la carga biológica de las camas de los pacientes, que por sus condiciones de humedad, temperatura y contacto directo con los mismos y personal del ámbito de la salud son muy propicias para el desarrollo de microorganismos, se reducirán las tasas de contagio de infecciones intrahospitalarias en la institución contratante de nuestro servicio. Esto repercute en menores gastos globales para la misma, que se desprenden de mayores standards de calidad y reputación, menos acciones legales asociadas, una mayor rotación de camas, y una disminución en el uso de antibióticos y otros cuidados asociados al tratamiento de infecciones
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e internación prolongada de los pacientes. A su vez, para los pacientes esto significa menos complicaciones postoperatorias, reducidos tiempos de internación, menos lucro cesante derivado, y menos sobreexposición a antibióticos, por no mencionar los altos riesgos de mortalidad y secuelas graves.
¿Ya se está comercializando y distribuyendo? En este momento no se está comercializando aún ya que existen varias etapas previas por terminar en nuestro plan de negocios. Entre ellas, cumplir con varias regulaciones y pruebas piloto asociadas a ofrecer un servicio de estas características al sector de la salud.
¿Qué expectativas tienen con respecto al producto? Nuestras expectativas, así como nuestras ideas para el futuro de este proyecto, no tienen límite. Esperamos algún día realmente causar un impacto positivo en solucionar esta grave problemática que supimos detectar, enfrentándola de una manera innovadora y económicamente rentable.
M É D ICOS E M P R E N D E D O R ES
Maite Iglesias Leal
¿Están desarrollando otros proyectos? No estamos por el momento desarrollando otros proyectos de esta índole, sólo poniendo todo de nuestra parte para salir adelante con Chitosafe o adaptar el plan según sea necesario para darle vida en un futuro cercano.
¿Cómo piensan seguir a partir de ahora? Pensamos seguir como venimos, con mucha energía, entusiasmo y compromiso con el proyecto. El plazo real para llevarlo a la práctica no lo tenemos definido aún ya que depende de varios factores externos a nosotras, pero en el peor de los casos seguiremos buscándole la vuelta para aumentar nuestras probabilidades de triunfar como emprendedoras e innovadoras de la salud.
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E NT R E SA L AS Y PASIL LOS
ENTRE SALAS Y PASILLOS
tener la satisfacción de ver pacientes a los cuales les va bien, que andan bien con el tratamiento.
Hoy: HOSPITAL DE CLÍNICAS
PREGUNTA
¿QUÉ COSAS SON LAS QUE MÁS TE MOTIVAN DEL DÍA A DÍA EN EL HOSPITAL? RESPONDEN
Natalia Deliglianis (R1 Clínica Médica) • Eduardo Ibaceta (R1 Clínica Médica) Gustavo Varela (R1 Residente Posbásico-Endocrinología) Nicolas Picón (Residente Posbásico-Endocrinología) Carla Tornatore (R3 Clínica Médica) • Victoria Rocha (R3 Clínica Médica )
Carla Tornatore R3. Clínica Médica
Natalia Deliglianis R1. Clínica Médica
En esta época del año entre el calor y el sueño, no muchas cosas (risas). Hablando en serio, me motiva mucho venir al hospital todos los días el hecho que exista un buen grupo de trabajo. Además de eso, tener la satisfacción de ver pacientes a los cuales les va bien, que andan bien con el tratamiento; o a los otros pacientes a quienes, si bien no les va bien, una puede aunque sea acompañarlos y ver que sienten algún tipo de bienestar de esta manera.
¿Qué cosas me motivan más del día a día? Creo que la respuesta a esta pregunta es, principalmente, ver que vas adquiriendo conocimiento, que estando en el hospital aprendés un montón, no sólo de la parte clínica-médica sino de todo en general. El estar con pacientes también es algo que motiva.
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E NT R E SA L AS Y PASIL LOS
P RE G U NTA
¿QUÉ COSAS SON LAS QUE MÁS TE MOTIVAN DEL DÍA A DÍA EN EL HOSPITAL?
Victoria Rocha R3 Clínica Médica
Gustavo Varela Residente Posbásico-Endocrinología
Me parece que no hay mucho para agregar a lo que dijo mi compañera. Creo que lo que más motiva del día a día en el hospital es sobre todo el trato, la relación que se da con los pacientes.
Hay diferentes cosas que lo motivan a uno en el día a día en el ámbito laboral. Acá en el hospital creo que principalmente, o por lo menos en mi caso, es el conocer los pacientes, las enfermedades, los tratamientos, más que nada es eso.
Eduardo Ibaceta R1 Clínica Médica Yo creo que lo que me motiva en el día a día en el hospital son principalmente mis pacientes. Digo esto en el sentido que me gusta mucho la relación que se presta entre el médico y el paciente. Me parece que a uno lo motiva el tratar de ayudarlos a que salgan adelante. Si fuera por otra cosa, me parece que estaríamos medio complicados…
Me parece que a uno lo motiva el tratar de ayudarlos a que salgan adelante.
Nicolas Picón Residente Posbásico-Endocrinología Personalmente son tres cosas las que más me motivan del día a día en el hospital: por un lado, progresar; sumado a eso, uno se va formando; y además creo que estando acá todos los días se aprende algo nuevo.
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A RT E Q U ITA P E NAS
Por:
Carolina Muñezas
ARTE QUITA PENAS
DE LA PINTURA Y LOS ESCENARIOS AL CONSULTORIO Carolina Muñezas, además de ser médica y trabajar en la demanda espontánea del Hospital Italiano, desde hace muchos años desarrolla sus pasiones por la danza folklórica así como también por la pintura, y con emprendimientos en el área. En esta nota nos cuenta cómo fue poder combinar todas esas pasiones y, lo mejor de todo, ¡sobrevivir haciendo lo que más le gusta!
Nacida en una familia de artistas plásticos, el arte me acompaña desde que recuerdo y antes también. Mi pasión por él es innata y vital. Desde pequeña que me dedico a disfrutar de diferentes actividades artísticas: danza, pintura, dibujo, música... Siempre lo hice sin pensarlo mucho, sin proponérmelo, sino de forma natural, necesaria, no imaginándome los días sin arte.
Mi vocación por la medicina comienza ya terminando la secundaria a mis 16 años, sin mucha explicación conciente. No contaba con médicos en mi entorno, sólo una tía pediatra a quien veía ocasionalmente en fiestas familiares. Pero apareció la medicina en mi camino y me anoté en la UBA; nunca me impidió dedicarme al arte. En aquella época hacía cursos de dibujo, tomaba clases de gui-
tarra y de danza también. Pasaba horas estudiando, eso sí, pero el tiempo para el arte me lo hacía. Luego de terminar la carrera de grado, hice la residencia de clínica médica en el Hospital Pirovano. Terminé dicha formación hace tres años y desde entonces pasé por muchos trabajos, buscándome en diferentes roles, y también me dediqué a la investigación, asistencia, docencia, coordinación médica. Actualmente trabajo como médica asociada en el Hospital Italiano y como coordinadora académica en Imedba (Instituto Médico Docente de Buenos Aires), centro que se ocupa de la prepa-
ración para exámenes de residencias médicas. Respecto a mi pasión por la pintura, hoy en día me dedico todo lo que puedo a ello. Como emprendedora de mi propia marca, Arte Quita Penas, pinto objetos a mano. Actualmente, sobre madera y con mis propios diseños. Cada objeto es para mí una obra de arte, no un simple adorno. Los colores, las formas, el sentido del objeto es personal. Habitamos diariamente un lugar que, creo, debe ser maravilloso y de nuestro agrado. Todos los días vemos nuestro alrededor y es hermoso sentir que nuestro espacio tiene algo
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que nos identifica, más allá de lo decorativo. Yo combino colores vivos según mi gusto y estoy obteniendo buena respuesta del exterior. Al principio lo hacía como hobbie, sin mostrarlo al público, sólo lo veían los que visitaban mi casa. Hoy estoy exponiéndolo y vendiéndolo al público en general. Además de la pintura y el diseño, mi amor por la danza y la música siempre estuvieron y estarán como medios de expresión. Comencé hace cuatro años aproximadamente a bailar folklore. Aprendí con varios maestros en el Centro Cultural Rojas y en el IUNA. También tomé clases de bombo legüero, además de otros instrumentos. Durante la residencia, muchas de mis pasiones tuvieron que ser dejadas de lado. No supe manejar los tiempos. Ese período es muy difícil de sobrellevar. La
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vida cambia de un día para el otro, se trabajan a veces más de 36 horas seguidas; inhumano. Cuando terminé la residencia comencé a pensar cómo podía unir el arte con la medicina y empecé a estudiar arteterapia en la Asociación Argentina de Arteterapia. Aún no terminé la especialización. Es muy interesante pensar el paliativo, la cura, la ayuda desde un lugar creativo, canalizando y dejando que afloren sentimientos a través del arte. Creo que el arte está a veces dormido y sólo es necesario despertarlo para que ayude a mejorar. Cuando le puse el nombre a mi emprendimiento fue casi sin pensarlo. Me dije “el arte mejora los dolores y quita las penas”. Y así nació Arte Quita Penas. Tal vez toda mi formación, desde que nací hasta estos días, hace que la
mirada sea más holística del ser humano, menos cientificista, más abierta en cuanto a lo que le hace bien al paciente, que a veces no es lo que el médico cree solamente. El sistema, en algunas ocasiones, no ayuda; pero se puede. Se puede dedicar tiempo a escuchar al paciente, a hablarle. Muchas dolencias mejoran con la buena relación médicopaciente. A veces, llegan por alguna razón y con la charla emergen otras dolencias no físicas que justifican el cuadro. A veces, sin siquiera necesitar medidas farmacológicas. Si sos residente no dejes de hacer lo que hacías antes de comenzar la residencia de manera tajante. Tal vez haya que resignar horas, días, pero no pierdas el espíritu artístico y trata de formarte lo más humanamente posible, desde el lugar que puedas, no creyen-
Es muy interesante pensar el paliativo, la cura, la ayuda desde un lugar creativo, canalizando y dejando que afloren sentimientos a través del arte. Creo que el arte está a veces dormido y sólo es necesario despertarlo para que ayude a mejorar.
do que las respuestas están sólo en la residencia. Hay muchos lugares afuera que ayudan a la formación integral. No médica solamente, sino humana. No abandones tus deseos, tus pasiones primarias. No somos sólo médicos; somos seres humanos con muchos intereses, necesidades y dolencias también. En mi caso el arte me ayuda y cada día lo siento más necesario. Soy Carolina, médica y muchas otras cosas más.
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G E R O N TO LO G ÍA : U NA D ISC IP L INA E N C R EC IM IE NTO
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M É D ICOS Q U E IN SP IR A N
Por:
Dr. Pablo N. Runge R3 Cirugía General Hospital Central de San Isidro Melchor A. Posee
no tardé mucho en darme cuenta de QUE lo primero que me enseñaron FUE a ser mejor persona, predicando sólo con el ejemplo, trabajo y sobre todo con amor, Fueron mis viejos, Rosa y Carlos.
MÉDICOS QUE INSPIRAN En la vida de todos los médicos, el paso por la facultad y la residencia es un momento para empaparse de conocimientos teóricos y prácticos. Pero no sólo esto: también de personas que dejan huellas indelebles en nosotros. A medida que pasa el tiempo, la propia visión profesional va develándose con el saber adquirido y la interacción con los colegas. Entre estos, es frecuente encontrar profesionales que sobresalen y se destacan por sobre los demás, que son diferentes, que siempre están un paso adelante. A veces, admiramos su sabiduría; otras, su proactividad, su responsabilidad, su carisma, su respeto por el grupo de trabajo y por la tarea, su bajo perfil, y muchas otras cualidades. Esta sección propone un espacio para hablar de aquellos profesionales que fueron un referente, esos que con su ejemplo, entrega y vocación te marcaron y hoy querés homenajear. Mandanos tu testimonio a info@revistaambo.com
Cuando me preguntaron quién me inspiró a seguir medicina, una carrera tan larga, que implica mucho tiempo, dedicación y entrega, por uno momento no supe que decir... Se me vinieron a la mente médicos,
profesores, gente que me enseñó con su conocimiento, con su experiencia. Personas que me formaron y prepararon en lo académico. Es así que de cada uno traté de rescatar lo que pensé me ayudaría a ser un mejor profesional.
Dr. Pablo N. Runge
Comprendí que sólo eran datos, sólo momentos valiosos que me preparaban para lo que venía. No eran inspiración, por ahí admiración y sólo eso. Entendí que la suma de todos ellos era solamente la resultante para lidiar con una carrera que te expone a grandes responsabilidades. De muchos rescaté valores. Y, entendiéndolo mejor, me di cuenta de que soy, como médico, en parte por un poco de cada uno de ellos. Pero esto la realidad es que esto no responde a la pregunta... No tardé mucho en darme cuenta que los que primero me enseñaron a ser mejor persona, predicando sólo con el ejemplo, trabajo y sobre todo con amor, fueron mis viejos, Rosa y Carlos…
Ambos, odontólogos, me demostraron en sus 27 años de profesión dedicación, responsabilidad y sobre todo respeto y solidaridad por quien necesitara una mano. Y sólo ver que la devolución de la gente para con ellos era de respeto y mucho afecto, me inspiró a seguir una carrera que cada día me es más que gratificante. Ellos fueron y son mi inspiración. Les agradezco infinitamente por dejarme elegir y apoyar cada una de mis decisiones. Ahora mi familia es la residencia de cirugía del Hospital Central de San Isidro, excelentes médicos, excelentes personas. Día a día me llevo de cada uno algo que me sirva para mejorar y tratar de ser mejor, como persona y cirujano.
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H UMO R E N P R ACT ICA M E D ICA
Por:
Sofía Scarone
EL HUMOR EN LA PRÁCTICA
MÉDICA
El humor o humorismo del latín: humor, -ōris es definido como el modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad, resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. El humorismo hace uso de la comicidad para derivar en una forma de entretenimiento y de comunicación humana, que tiene la intención de hacer que la gente no se sienta infeliz y ría. La risa es, además, una de las pocas cosas que individualizan al ser humano y a algunas especies de homínidos respecto a otros animales. El humor desempeña una función catártica semejante a la de las lágrimas, pero diferente en cuanto a que supone una separación de y no una identificación con el objeto que es soporte del mismo. Para comprender la importancia del humor en la práctica médica, en esta nota entrevistamos a dos doctores que también curan con su sonrisa: Carlos Bruguera, con 48 años de profesión , de Buenos Aires; Iván Cornaló, un médico de 28 años de edad, de Rosario.
Carlos A. Bruguera
¿Hace cuántos años que ejercés la medicina? Como médico cumplo en diciembre 48 años, y si le agregamos dos años en que me desempeñé como Técnico Radiólogo, son un total de 50 años en el ejercicio profesional.
¿Cómo surgió lo de incluir al humor en la práctica? Creo que es imposible responder a esta pregunta. No fue una decisión pensada con premeditación, sino la extensión de una de mis características que es contar chistes con una dosis de histrionismo espontáneo. Imposible pensar en usar el humor con un paciente o en una conferencia si uno no es capaz de hacer reír a sus amigos en una reunión cualquiera. Ese humor, de quien no es gracioso, cae habitualmente muy mal. Suena a burdamente falso y descalifica al que lo hace.
¿En qué momentos optás por ser más cauteloso con lo que podés decir desde el humor? No se hacen chistes con un paciente grave, en malas condiciones o con la conciencia comprometida, aunque sea levemente. No solamente no lo comprenderá sino que posiblemente interprete tal actitud como poco seria ante su grave problema, que perturba no solamente su cuerpo sino también sus emociones y su intelecto.
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H UMO R E N P R ACT ICA M E D ICA
¿Cuál creés que es el aporte del humor en las situaciones de stress para los médicos? Ser médico es una profesión de altísimo riesgo. Somos los poseedores de records criticables en comparación con otras profesiones: somos más suicidas, más drogadictos, posiblemente primeros en la carrera de los divorciados, seguramente los más infieles. Evito en todo este texto ser sexista por lo que utilizo el neutro tanto para mujeres como para varones. Todo ejercicio saludable, físico, intelectual o cultivador de buenas sensaciones debe ser cuidadosamente desarrollado por los colegas, pues la agresión del trato diario con el dolor y la muerte son proyectiles muy fuertes y nos impactan más de lo que habitualmente queremos reconocer.
¿Puede ayudarte a resolver situaciones difíciles? ¿Te acordás de alguna en que te ayudara a vincularte con un paciente en un momento difícil, por ejemplo? Realizo muchas punciones guiadas por ultrasonidos desde hace 36 años. En cada una de ellas uso el humor invariablemente. El mejor ejemplo puede ser la biopsia prostática transrectal. Cuando entra el paciente, lo saludo identificándome, paso indispensable en la relación médico-paciente. Sufro cuando al entrar un enfermo el médi-
Todo ejercicio saludable, físico, intelectual o cultivador de buenas sensaciones debe ser cuidadosamente desarrollado por los colegas, pues la agresión del trato diario con el dolor y la muerte son proyectiles muy fuertes y nos impactan más de lo que habitualmente queremos reconocer.
co no le da la mano o no se presenta o, peor aún, se presenta con su nombre: “Soy Laurita”, o “Pedro”. Les recuerdo a los colegas que no son maestras jardineras que usan su primer nombre para que sus pequeños alumnos los recuerden con facilidad; son profesionales y merecen ser tratados y respetados como tales. Si no se hace, a la próxima visita, al preguntarle al paciente quién lo atendió la vez anterior, nos dirá “una chica” o “un muchacho” en vez de decir “la doctora o el doctor tal”. Este trato me irrita y siempre le respondo a los pacientes que no tenemos “chicas” ni “chicos” en nuestro equipo, que son médicas o médicos diplomados. Vuelvo al tema. Le digo a mi paciente asustado por la amenaza transrectal que el estu-
dio es primero humillante, molesto y ligeramente doloroso. Focalizo así su atención en la humillación más que en el dolor. Le explico detalladamente el procedimiento y lo coloco en posición decúbito lateral izquierdo. Ahora aplico el humor: con el paciente desnudo de cintura para abajo, le digo “voy a darle una instrucción en alemán antiguo, así que escuche atentamente” y enseguida le ordeno “saque el culo para afuera” (en claro castellano), con lo que inmediatamente el paciente obedece y entonces lo felicito por entender tan bien el alemán antiguo. A continuación aplico abundante gel anestésico en el dedo y comienzo el tacto rectal muy lentamente girando el dedo. Al retirar, le pregunto si le produje dolor e inme-
diatamente le advierto que si le produjo placer no me lo cuente porque su mutual cubre medicina y no placeres. Otro de los argumentos que uso diariamente es una frase del castellano medieval: “Soy malo pero no soy traidor”. El paciente llega asustado, desconoce las etapas del procedimiento que le vamos a realizar por lo que es muy útil avisarle que le iremos informando de todas las fases del procedimiento, cuándo sentirá dolor, etc. El aviso previo lo calma pues sabe que no lo tomaremos desprevenido. Humor perverso, quizá, pero humor aplicado al fin. Con esta receta y muchos miles de pacientes, desde hace 20 años que no aplico anestesia local en las punciones de tiroides, mama, hígado, ganglios, etc.
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H UMO R E N P R ACT ICA M E D ICA
Si el ejercicio profesional los mantiene agobiados y tristes, no hay consejo que valga. Que traten de ser felices en su vida personal y en el trabajo médico.
Y para los pacientes, ¿cuáles son los beneficios de usarlo? Reitero, nunca el humor en el paciente muy enfermo o grave. El mejor uso es en el paciente que se hace un control en salud o a quien un control en salud le detectó un nódulo mamario o tiroideo u otra condición relativamente asintomática. El humor conecta a los interlocutores, el paciente siente la dedicación del médico por su persona, no solamente por la boleta del cobro, por su número de afiliado, sino que lo enfoca como persona humana asustada y eso lo tranquiliza enormemente.
¿Qué les dirías a los médicos que recién empiezan sus residencias? ¿Qué importancia deberían darle a desarrollar el humor? Les diría que se aseguren que esta carrera en la que entran sea de su abso-
luto agrado. Si el ejercicio profesional los mantiene agobiados y tristes, no hay consejo que valga. Que traten de ser felices en su vida personal y en el trabajo médico. Que si lo consiguen o ya lo disfrutan, que piensen que los pacientes vienen sufriendo de un sistema administrativo, en lo médico, expulsivo y que somos el destino final de ese paciente sufriente. Nuestro buen humor, buen semblante y buen trato harán por este enfermo quizá más que el antibiótico más novedoso. Comenzar con frases simpáticas y siempre respetuosas para, poco a poco, ir aprendiendo a encontrar el lugar y la oportunidad de la frase o el comentario humorístico, siempre breve. Desgraciadamente no hay un método infalible o replicable por receta. Nuestras personalidades son tan distintas como para encontrar una común a todos.
Iván Cornaló
¿Por qué decidiste aplicar el humor en la práctica médica?
¿Usás también el humor en la relación con los colegas?
Antes de incluir el humor en mi práctica, intento estar yo de buen humor para realizar mis tareas médicas y docentes. Eso me bien predispone a relacionarme con mis compañeros, colegas, estudiantes y pacientes. Intento ser relajado, distendido y descontracturado en mis relaciones profesionales. Me permite generar un clima de confianza y saca, en la mayoría de las veces, lo mejor del otro. Incluir el humor en la tarea médica no es un trabajo sencillo porque siempre estamos relacionándonos con otros seres humanos y en ese encuentro, sea con un estudiante, un paciente o un colega, el otro quizás en su particularidad no es receptivo a un comentario gracioso, a un chiste bien intencionado. Es una tarea que se practica y consolida con el día a día.
El trabajo en ambulancia es sumamente estresante por todos los motivos que ya conocemos: la incertidumbre de no saber con certeza con qué te vas a encontrar, la velocidad, la calle, la desprotección del equipo sanitario fuera del hospital, y miles de etcéteras. Tengo muchas historias donde el humor me permitió llevar adelante situaciones sumamente estresantes.
¿Cuál creés que es el aporte del humor en situaciones de stress para los médicos? Recuerdo haber tenido que ir a rescatar junto a Bomberos a un hombre de unos 45 años, sepulturero, que reparando un panteón le quedó una pierna atrapada debajo de una enorme lápida de mármol. Una vez llegado al lugar, luego de
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la evaluación protocolar en rescates y ya en conocimiento de que dicha pierna no corría peligro, le comuniqué al señor en un tono gracioso la noticia, a lo que el paciente recuerdo me contestó: “Mire si justo en el cementerio se me moría una pierna…”. ¡Maravilloso! Esa capacidad del mismo para generar ese momento le permitió sobrellevar la situación de stress de una manera más fácil.
¿Cuáles son los beneficios de su uso con pacientes? Empatía, cordialidad, entendimiento, sinceridad y éxito terapéutico son algunos de los tantos beneficios que tiene el buen humor en la relación médicopaciente. Los individuos acuden a nosotros para encontrar soluciones a problemas que aquejan su salud, pero hay que saber que en su búsqueda requieren comprensión, acompañamiento, un diálogo con alguien. Ese alguien debe conocer que esa consulta es el resultado de un proceso.
¿Qué les dirías a los médicos que recién empiezan sus residencias? ¿Qué importancia deberían darle a desarrollar el humor? En ese proceso de salud-enfermedadatención debemos comprender la particularidad de cada individuo, un individuo que convive en una sociedad, que muchas veces lo que le duele no es una pierna sino el no poder trabajar, cuidar a los hijos, proteger a la familia. Es aquí donde nuestra mano en el hombro y una sonrisa nos pueden abrir la puerta y ayudar a encontrar el resultado que esperamos. La excelencia médica y académica también incluye seres humanos. La seriedad de nuestro trabajo no excluye una sonrisa, un comentario amable, un saludo atento, una charla graciosa… En épocas donde Patch Adams resiste la embestida del Dr. House, creo que los médicos debemos formar nuestro propio carácter, sabiendo que es fundamental entender que no se puede ser un buen médico si no se es una buena persona.
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Por:
Dr. Alejo Chaucha Rasguido
DEL INTERIOR A BUENOS AIRES: un largo camino a la profesión Cuando comenzamos a armar cada edición de AMBO y salimos a buscar residentes para entrevistar, intentamos siempre que sea de la forma más “democráticamente” posible y se resuelve de manera muy simple con una pregunta y respuesta: “¿Che, `X´ residencia ya salió en la revista? Ah, ¿no? Listo, esa es la próxima que publicamos”. Pero por cuestiones lógicas, cuando vamos a entrevistar a los chicos, la mayoría suelen ser de Buenos Aires. En este número quisimos hacer algo distinto, salir a buscar a residentes de distintos lugares, que sean de otras provincias para que nos cuenten cómo es dejar sus espacios, familia y amigos para irse a la “gran ciudad” en busca de un sueño. Esta, además, es la introducción para una nueva sección donde vamos a ir recorriendo distintas provincias para que sus residentes nos cuenten sus historias de vida. En esta primera entrega nos fuimos bien al norte, a la querida Tucumán.
Gonzalo Hernán Altieri Mohedano 28 años R3 del Servicio de Diagnostico por Imágenes del Hospital Británico de Buenos Aires
¿Por qué decidiste formarte en Buenos Aires? Siempre me pareció interesante la idea de venir a Buenos Aires para hacer mi especialidad: por cuestiones lógicas, el caudal de pacientes y la tecnología, principalmente. Además de otros factores, como vivir en una ciudad tan grande. Lo que más me costó dejar, por sobre todas las cosas, fue la familia. Uno sabe que si se va de su ciudad, deja de lado muchas cosas para ganar muchas otras. Pero desde un principio me interesó la idea de estar en el Hospital Británico, viendo miles de pacientes derivados de todo el país y con una variedad inmensa de patologías (e imágenes).
Lo que más me costó dejar, por sobre todas las cosas, fue la familia. Uno sabe que si se va de su ciudad, deja de lado muchas cosas para ganar muchas otras.
No hay un motivo claro por el cual no decidí quedarme en Tucumán. Pero al costarme tanto adaptarme al ritmo de la ciudad, día a día me lo pregunté.
¿Qué opinión te merece la metodología de ingreso a las residencias y cómo te posicionó la UNT (Universidad Nacional de Tucumán)? Nosotros, los tucumanos, no tenemos muchas más opciones que venir y rendir con lo que sabemos. Acá existen centros donde se preparan para los exámenes, que son muy exigentes. Son caros pero están muy buenos porque te enseñan a prepararlos. En mi caso particular, me recibí en marzo y me vine a rendir. Tuve la suerte de
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ingresar al servicio que deseaba. Por lo que considero que la UNT nos forma y prepara muy bien para venir a competir a Buenos Aires. Sin embargo, mi idea es regresar a Tucumán ya que mi formación educativa es de la provincia y me gustaría devolvérselo aportando lo que aprendí. Agradezco a la UNT por el nivel académico al que me permitió llegar.
José Ignacio Oñativia 27 años R2 del Servicio de Ortopedia y Traumatología del Hospital Italiano de Buenos Aires
¿Qué es lo que más te gusta de tu especialidad y residencia?
¿Cómo fue planear tu viaje para formarte en Buenos Aires?
Lo que más me gusta es que a través de tecnología aplicada a la medicina uno hace diagnósticos cada vez más precisos que tienen mucho que ver con el pronóstico de los paciente. Por lo tanto, lo que menos me gusta es evaluar una tomografía y saber que estadísticamente el paciente tiene poca sobrevida, o en una ecografía obstétrica prenatal diagnosticar una malformación incompatible con la vida. Somos 12 residentes y una jefa con muy buena relación. Trabajamos a full y al mismo tiempo la pasamos bien en un ambiente de aprendizaje y enseñanza permanente.
Tengo que decir que llegar a Buenos Aires no fue fácil. Pasaron meses de ambulancia, trabajo en clubes y otras “changas”; todavía tengo los no gratos recuerdos del Parque Avellaneda (San Miguel de Tucumán) y algunas siestas de verano con 39 grados sin aire acondicionado haciendo base en alguna que otra empresa de ambulancias. Sin duda, lo que más me costó fue separarme de mi novia y de mi familia; incluyo en esta última a mis amigos. Otro punto no menor fue perder mi vida cotidiana en Tucumán. Pasar de tener auto, vivir con mi familia, escaparme uno que otro fin de semana a Tafí del
Valle a viajar horas en ómnibus, pasar todo el día en el hospital y el único momento libre de algún fin de semana pasármelo durmiendo. Elegí Buenos Aires debido a su inmensa población (lo que se traduce en cantidad de patologías) y su disponibilidad de tecnología. Siempre quise tener la mejor formación posible, por lo que al conseguir los medios para viajar, sólo dependía de mí entrar al mejor servicio. Además, creo que la UNT siempre me brindó todas las posibilidades para llegar a donde estoy hoy, por lo que se hizo un poco más sencillo. Mirando para atrás, algunos se atreverán a preguntar si valió la pena. Pues debo decir que absolutamente.
¿Cómo fue tu adaptación en la gran ciudad? Fue fundamental tener amigos de Tucumán que estuvieran en mi misma situación. Nos permitió pasar el día a día y sentirnos un poco más cerca de aquello que todos dejamos.
¿Cómo es tu relación teniendo una novia tan lejos? Mi novia me banca en todo 100 por ciento. Creo que a ella le debo todo, ya que es mucho más difícil desde su lado. Discusiones, alguna que otra, pero siempre ponemos primero el querer estar juntos
y es eso lo que nos permite siempre seguir adelante. Yo viajo tres veces por año en principio. Mi novia me visita cuantas veces puede, quizás cinco veces al año.
¿Alguna sugerencia a los tucumanos que piensan realizar una residencia? A todos aquellos que se planteen formarse fuera de la provincia, que ni el desarraigo ni el miedo al sistema los tire atrás. Al final del túnel siempre hay luz, y aunque algunos queden en el túnel, el camino labrado no será en vano y siempre servirá para algo.
¿Cuáles son tus proyectos en el futuro? Creo que todos, o por lo menos la gran mayoría de quienes nos vamos a formar a otra provincia, pensamos en volver algún día; ahora bien, no todos vuelven, probablemente debido a la muy difícil reinserción laboral al regresar al lugar de origen. En mi caso en particular, siempre será mi objetivo regresar a mi provincia, de alguna manera recuperar la vida que dejé un poco en pausa. Ojalá pueda así también, de alguna manera, devolver a mi facultad y a mi provincia lo que me brindaron en todos estos años de estudio. Si el mercado de la medicina de los tiempos que corren me lo permite, volveré; aunque sólo el tiempo lo dirá.
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¿La especialidad que elegiste fue la que siempre deseaste o cambió en algún momento?
María Gabriela Sánchez 28 años R2 del Servicio de Pediatría del Hospital San Roque de Gonnet de La Plata
¿Por qué decidiste realizar tu residencia en Buenos Aires? No tengo una idea muy clara de cómo fue. Terminé la facultad en marzo, así que no tenía mucho tiempo para pensar. Además, decidí tomarlo como una experiencia, sabiendo que si no salía bien me podía volver tranquila. Esa poca presión que sentía, se debía a que Tucumán es un lugar reconocido por su buena medicina. Soy una convencida de que eso depende de cada uno, más en una especialidad como la mía en la que las herramientas son iguales en todos lados. Mi idea es claramente regresar a mi lugar, con mi familia… aunque uno nunca sabe qué puede llegar a pasar.
Cambié mil veces de especialidad desde que inicié mi carrera. Ingresé a la facultad pensando en hacer psiquiatría. Con el paso de los años, y por ende las materias cursadas, me di cuenta de que mi vocación iba por la parte clínica. Me interesaron varias especialidades, de la clínica, pero tuve que acelerar mi decisión. Fue entonces que hablé con un familiar pediatra que me terminó de dar el empujón.
¿Cuál fue tu percepción sobre la ciudad de La Plata y cómo fueron tus primeros meses? Conocía desde chica la Capital Federal. Lo que no conocía era La Plata, por lo que fue difícil tomar la decisión al momento de la adjudicación. Esta ciudad me llamó la atención. Creo que esperaba encontrarme con una ciudad más grande, pero me encantó que sea chica. Le da un poco más de familiaridad al lugar. Me recuerda por costumbres a Tucumán y la gente es excepcional. Con todos los que me crucé fueron muy corteses y amigables. No puedo ni tengo de qué quejarme. Tiene la tranquilidad de un lugar chico y cerca de una gran ciudad.
Los primeros meses fueron duros porque es todo nuevo, distinto, y va muy rápido. Acostumbrarse a tener a la familia y amigos lejos… Soy muy familiera. Tener que enfrentarme a un régimen de trabajo en donde la mayor parte de tu tiempo la pasás en un lugar que no es tu casa y con gente que al momento del ingreso es desconocida, me generaba una sensación rara. Pero a la vez estaba tan cansada que el tiempo que tenía para extrañar lo pasaba durmiendo y cuando menos me di cuenta ya estaba totalmente adaptada. Por suerte, el trato de mis compañeros fue siempre excelente, de todos lados. Soy la única tucumana en mi servicio y en el hospital. La mayoría de mis compañeros son de La Plata. Desde el principio fueron solidarios y nunca hubo ningún tipo de maltrato.
Cursando el segundo año, ¿qué pensás de la pediatría después de tantas dudas en la elección? Me gusta trabajar con chicos y la clínica en sí. Lo que no me gusta es que tenés golpes duros, y al pasarlos terminás acostumbrándote o inmunizándote ante circunstancias que nunca deberían ser cotidianas. Esto me angustia un poco. Vale mucho la pena si te gusta y tenés el carácter para realizarla. No es fácil
Mi idea es claramente regresar a mi lugar, con mi familia… aunque uno nunca sabe qué puede llegar a pasar.
convivir todo el día con chicos llorando, madres preocupadas, o peor aún desinteresadas, y todo lo que genera ver a un chico enfermo.
¿Tenés alguna anécdota divertida desde tu llegada a Buenos Aires? Los primeros días en Capital estaba con mis amigas esperando el subte en horario pico. No muy acostumbrada al amontonamiento, no me había dado cuenta de que si querés viajar a esa hora hay que empujar y entrar como puedas. Esperé a tener lugar y mis amigas entraron; me quedé mirando. Automáticamente se cerró la puerta y se fueron. Así que lo solucione muy fácil, salí y me tome un taxi.
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C EN T RO D E S I MU L AC I O N M ED I CA
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NUEVO
CENTRO DE SIMULACIÓN MÉDICA Laboratorio Roemmers creó un hospital virtual con simuladores de la más sofisticada tecnología disponible en el mundo donde estudiantes y médicos podrán entrenarse en habilidades clínicas.
Quedó inaugurado el Centro de Simulación Médica Roemmers (SIMMER) que concentra algunos de los recursos más sofisticados disponibles en el mundo para el entrenamiento de médicos y estudiantes de medicina en habilidades y competencias clínicas. En un ambiente que reproduce un hospital de alta complejidad en todos sus detalles se despliegan las salas donde se recrean las situaciones clínicas más críticas de las distintas especialidades médicas. La simulación -que toma sus fundamentos del entrenamiento de los pilotos de
aviación- se organiza alrededor de contextos humanos, comunicacionales y tecnológicos con el propósito de que el alumno adquiera las destrezas indispensables para la práctica de la medicina en el mundo real. Sustentado en fundamentos pedagógicos y didáctios de avanzada se ofrece el marco ideal para un aprendizaje activo con procedimientos reglados y supervisados por expertos en cada área de la patología humana. Un centro único por sus carcaterísticas en el país -y en muchos países de la región- al estilo de los más importantes del mundo.
¿Qué es la simulación médica? La Simulación Médica es una herramienta educativa, una técnica y no una tecnología, puesta al servicio de enseñar y aprender. Se trata de recrear situaciones médicas con el mayor realismo para que los estudiantes y profesionales de la salud puedan entrenar en la adquisición de habilidades sin necesidad de un paciente real, utilizándose para ello desde actores a equipos robóticos o de realidad virtual. Su utilidad es vital para la formación de estudiantes y médicos (noveles y
especialistas) ya que acorta las curvas de aprendizaje en un entorno controlado y seguro, el cual permite aprender haciendo y repitiendo, sin riesgos para el paciente.
Un proyecto que se inicia y se proyecta hacia el futuro. Ésta es una primera etapa de un proyecto muy ambicioso, el que concluirá con la construcción de un edificio específico que constará de un auditorio y dos plantas donde habrá 7 salas de simulación que recrearán diferentes áreas que van
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desde el accidente en vía pública, una sala de internación neonatal, una sala de hospital o incluso un quirófano real, contando para su diseño con el asesoramiento de entidades internacionales de primer nivel afiliadas a universidades de altísimo prestigio mundial. Esta primera etapa comenzará con dos salas y un consultorio de simulación, una sala técnica, y equipos de alta fidelidad que permitirán entrenar a médicos de diferentes especialidades como pediatría, neonatología, clínica médica, emergentología, cardiología, entre otras.
¿Qué funciones puede tener un simulador? Estos simuladores pueden hablar, pestañar, llorar, cambiar la coloración de sus labios por falta de oxígeno, se les puede tomar la tensión arterial, pulsos periféricos, colocar un tubo endotraqueal para conectarlo a un respirador artificial, y hasta en algunos casos hasta reconocer drogas administradas y responder a éstas como lo haría un ser humano.
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LA TECNOLOGÍA ABRE BRECHA GENERACIONAL ENTRE LOS MÉDICOS La tecnología también abre una brecha entre los médicos. Las tabletas que van unidas a los historiales médicos electrónicos se abren paso entre los estudiantes de medicina. La proliferación de aparatos, aplicaciones e información ubicada en Internet ha proporcionado a los médicos un arsenal lleno de nuevas herramientas, pero también ha provocado una división generacional.
Los médicos mayores admiran, e incluso envidian, la soltura de sus compañeros jóvenes con las nuevas tecnologías. Pero les preocupa que las conexiones humanas, que constituyen la base de la práctica médica, corran el riesgo de perderse. “El mero hecho de añadir una aplicación no convierte necesariamente a las personas en mejores médicos o clínicos más atentos”, señala Paul C. Tang, responsable de innovación y tecnología de la Fundación Médica Palo Alto, en California. “Lo que necesitamos aprender es
la manera de usar la tecnología para ser profesionales mejores y más humanos”. En la Universidad de California, en el Centro Médico de San Francisco, Alvin Rajkomar forma parte de una nueva hornada de médicos aficionados a los aparatos electrónicos. Almacena cada dato clínico que encuentra en una aplicación llamada Evernote, un archivador electrónico. “Es como un segundo cerebro”, dice. “Ahora tengo un pequeño libro de texto de joyas clínicas autoindexadas que llevo conmigo en todo momento en el iPhone”.
Junto a la calculadora clínica MedCalc, el teléfono de Rajkomar tiene ePocrates, una aplicación para buscar las dosis de los fármacos y sus interacciones, y Qx Calculate, que utiliza para generar perfiles de riesgo de pacientes. Su tecnología favorita es el estetoscopio electrónico, que amplifica los sonidos del corazón a la vez que suprime el ruido ambiental. Pero no utiliza la tecnología indiscriminadamente. Cuando decidió que se tardaba demasiado tiempo en cargar un historial médico electrónico en el iPad, volvió a tomar notas en papel. Pero ahora está probando a escribir a mano en una minitableta de Samsung. Es consciente de los inconvenientes de los registros informatizados, espe-
cialmente la repetición de patrones. Aunque son eficaces, pueden dar pie a que se mantengan los registros de manera automática sin prestar atención a cómo evoluciona cada paciente. Las tabletas que van unidas a los historiales médicos electrónicos se están abriendo paso hasta las manos de los estudiantes de medicina de todo Estados Unidos. A los residentes de medicina interna de las universidades de Chicago y Johns Hopkins de Baltimore, Maryland, se les entregan iPads; a los estudiantes que empiezan la carrera de medicina en la Universidad de Stanford, en California, les dan cupones que pueden usar para comprarlos. Un estudio de la Universidad de Chicago publicado este año en Archives of
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Un estudio de la Universidad de Chicago publicado este año en Archives of Internal Medicine encontró que los residentes con iPads eran capaces de introducir los pedidos de una manera más puntual, y la mayoría de los residentes tenía la impresión de que los iPads mejoraban su eficiencia en el trabajo.
Internal Medicine encontró que los residentes con iPads eran capaces de introducir los pedidos de una manera más puntual, y la mayoría de los residentes tenía la impresión de que los iPads mejoraban su eficiencia en el trabajo. En el Centro Médico de San Francisco de la Universidad de California, algunos médicos usan iPads y muchos, los ordenadores sobre ruedas del hospital. En un ambulatorio situado a siete kilómetros al oeste del hospital se encuentra Paul A. Heineken, un médico de atención primaria. Es una figura venerada por quienes se forman en el Centro Médico de San Francisco, donde insiste en exigirles que hagan algo an-
ticuado. “Les digo que su primer reflejo debe ser mirar al paciente, no el ordenador”, explica Heineken. Y recomienda a los residentes que vuelvan a acercarse a la cama de cada paciente al final del día. “Les aconsejo: ‘No vayan al ordenador; vuelvan a la habitación, siéntense y escúchenlos. Y no den la impresión de tener prisa”. Uno de los motivos para hacerlo, explica Heineken, es ajustar las recomendaciones sobre el tratamiento a las prioridades del paciente. “Cualquier decisión clínica se hace más fácil tras debatirla con el paciente”, afirma. Heineken sabe que nada contra la corriente de la tecnología. A lo largo de su carrera ha sido testigo de la llegada
de la tomografía computerizada, el ultrasonido, las imágenes de resonancia magnética e incontables pruebas de laboratorio nuevas. Ha visto a sus compañeros dar la espalda a los pacientes mientras lidiaban con un nuevo sistema informático o despachar rápidamente a los enfermos en las consultas mientras se olvidaban de sus herramientas fundamentales: los ojos y los oídos. Rajkomar sigue el consejo de Heineken y mantiene la vista fija en sus pacientes mientras teclea. A medida que avanza la conversación con el paciente, también lo hace la interacción del médico con el ordenador. ¿Los resultados del laboratorio o una lista de las medica-
ciones y dosis pasadas y actuales? Todo aparece en pantalla en un instante. Pero Rajkomar también sabe cuándo debe dejar a un lado la máquina. En cierta ocasión, un paciente le confió que su esposa tomaba los medicamentos para el dolor que le recetaban a él; el médico bajó inmediatamente al vestíbulo para concertar con el farmacéutico un plan que lo evitase. Rajkomar sabe que tiene mucho que aprender sobre su profesión, especialmente sobre las complejidades sociales y psicológicas de los enfermos. “Un paciente me echó”, recuerda, y sonríe mientras añade: “Heineken se queda con esos pacientes”. Fuente: Diario El País (España)
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AG E N DA
EVENTOS Y CONGRESOS
NOVIEMBRE
EVENTOS Y CONGRESOS
NOVIEMBRE
·› 21 de noviembre de 2012
·›23 de noviembre de 2012
·› 28 de noviembre de 2012.
·› 29 y 30 de noviembre de 2012
Envejecimiento Productivo
XV Foro para el Equipo de Salud en Oncología
Simposio Internacional sobre Trasplante Hepático
1° Congreso Argentino de Psicopatología y Neurociencias
“El futuro es hoy” Auditorio Universidad Maimónides, Hidalgo 775, Buenos Aires. Organiza la Universidad Maimonides, el International Longevity Center y la Escuela de Ciencias del Envejecimiento. Informes e inscripción: 011 4905 1159 gerontologia@maimonides.edu
·› 22 y 23 de noviembre de 2012 XVII Congreso Internacional de Ginecología Infanto Juvenil Panamericano Hotel & Tower, Carlos Pellegrini 551, Buenos Aires. Informes e inscripción: 011 4373 2002 sagij@sagij.org.ar www.sagij.org.ar
Academia Nacional de Medicina, Pacheco de Melo 3081, 1º Piso, Buenos Aires. Informes e inscripción: 011 4805 5759, interno 223 foropsicosocioncologia@yahoo.com.ar
Aula Magna de la Academia Nacional de Medicina Las Heras 3092, Buenos Aires. Informes e inscripción: 011 4346 9839 fundacion@roemmers.com.ar
·› 23 de noviembre de 2012
·› 29 y 30 de noviembre de 2012
Universidad de Belgrano, Zabala N° 1837, Buenos Aires. Organizan la Universidad de Belgrano y la Asociación Argentina de Psicopatología y Neurociencias (AAPN). Informes e inscripción: 011 4805 5759, interno 223 foropsicosocioncologia@yahoo.com.ar
Actualización en Medicina Vascular
Jornadas Internacionales de Gastroenterología Hospital Juan A. Fernández 2012
·› 30 de noviembre de 2012
Auditorio del ICBA, Avenida Libertador 6302, Buenos Aires. Informes e inscripción: www.icba.com.ar
·› 28 de noviembre al 01 de diciembre de 2012 33° Congreso de la Asociación Panamericana de ORL y Cirugía de Cabeza y Cuello Hotel Costa Galana, Boulevard Patricio Peralta Ramos 5725, Mar del Plata. Informes e inscripción: hr@drhectorruiz.com.ar drhruiz@gmail.com
Hospital General de Agudos Juan A. Fernández, Aula Magna, 3° piso, Cerviño 3356, Buenos Aires. Informes e inscripción: 011 4808 2636 gastrofernandez1@yahoo.com.ar
Jornada de Patología Tiroidea Auditorio Círculo Médico Rosario, Santa Fe 1798, Rosario. Organiza el Comité de Docencia y Capacitación de Grupo Gamma y el Servicio de Anatomía Patológica Grupo Gamma. Informes e inscripción: 0341 420 9052 imena@grupogamma.com
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EVENTOS Y CONGRESOS
DICIEMBRE ·› 04 de diciembre de 2012
·› 06 al 08 de diciembre de 2012
II Congreso de Psicosis
XXI Congreso Argentino de Cirugía Cardiovascular y Endovascular
Hotel NH Crillón, Av. Santa Fe 796, Buenos Aires. Organiza la Asociación Neuropsiquiatra Argentina y la Clínica Las Heras. Informes e inscripción: 011 4554 9145 ana@fibertel.com.ar
Hotel Hilton, Macacha Güemes 351, Buenos Aires.Organiza el Colegio Argentino de Cirujanos Cardiovasculares y Endovasculares. Informes e inscripción: 011 4931 5066 info@caccv.org.ar www.caccve2012.com.ar
·› 05 al 07 de diciembre de 2012 XIII Congreso Internacional de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de la Provincia de Buenos Aires (SOGBA) XXIV Jornadas Internacionales de la Sociedad de Obstetricia y Ginecología de Mar del Plata. Hotel Sheraton Mar del Plata, Leandro N. Alem, Mar del Plata Informes e inscripción: 011 4222 8753 sogba@sogba.org.ar www.sogba.org.ar
·› 07 de Noviembre de 2012 VII Congreso Atlántico de Psiquiatría Hotel Costa Galana, Boulevard Patricio Peralta Ramos 5725, Mar del Plata. Organiza la Sociedad de Psiquiatría y Psicología Médica de Mar del Plata. Informes e inscripción: psiquiatriamardelplata@yahoo.com.ar www.sociedadpsiquiatria.com.ar
·› 14 de diciembre de 2012 Jornada Rioplatense de Hipertensión Arterial. Hotel InterContinental, Moreno 809, Buenos Aires. Informes e inscripción: saha@saha.org.ar secretariasuha@personas.com.uy
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