EDITORIAL #42 El poder de la unión Cada vez son más los médicos que resaltan el papel del grupo, el apoyo de los colegas y el trabajo con otras especialidades para hacer del hospital un lugar mucho mejor. Las críticas al verticalismo en las residencias de antaño y la necesidad de la multidisciplina como horizonte futuro son dos de las temáticas que atraviesan gran parte del contenido de esta edición. Lo rico de esta AMBO 42 es que sus lectores podrán acceder a distintas residencias y experiencias, llegando a la conclusión que no importa en qué pasillo del hospital o año se encuentren: todos desean las mismas cosas y se inquietan frente a las mismas situaciones. Durante este año, hemos venido trabajando sobre una posibilidad que se está tornando en una necesidad imperiosa: que los residentes de las distintas especialidades unan voces y, a través de la socialización que pueden darse en espacios como estos, logren mejoras no solamente en el día a día dentro del hospital, sino en lo que implica ser médico en términos profesionales y vinculares. Las complejas variables sociales, económicas, psicológicas y familiares que forman parte del paciente hacen de la realidad del hospital un contexto complejo en el cual el residente solo puede estar seguro y más o menos tranquilo si cuenta con el apoyo de sus colegas y nuevas maneras de trabajar que están surgiendo, como el caso de la multidisciplina. Tomar conciencia de los desafíos futuros, lejos de desentenderse del presente, implica crear mejores condiciones para los residentes que vendrán. Asumir ese rol histórico tal vez sea la tarea más importante por venir. Dirección AMBO
ÍNDICE
Número 42 06
Experiencia residente: Hospital Rivadavia
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Río arriba
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Oliver Sacks
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Ginecoanécdotas
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Entre salas y pasillos: ¿Qué cosas te sostienen en un mal día?
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La elaboración de lo satisfactorio
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Un equipo distinto
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La vida de un R1
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Una ayuda viene volando
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Agenda
El papel de la amistad: no estás solo
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Dirección:
Corrección de textos:
Lic. Pablo Aragone Lic. Gonzalo Aragone
Lucas Bolo
Comercial: Lic. Gonzalo Aragone
Contenidos: Lic. Pablo Aragone Dr. Mario Díaz
Diseño gráfico: Lic. María Abella Nazar
Redacción: Antonella Orlando
Agradecimientos: Resientes Hospital Rivadavia y Fernández Macarena Aime Mariano Bergamino Alejandro Galván Mabel Besada Cristina Lado, María Laura Settou Leticia Diamante María Sol García Liali Diego Rodrigo Pereyra
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EXPERIENCIA
RESIDENTE
HOSPITAL RIVADAVIA PEDIATRÍA Por. Antonella Orlando
para la presente edición visitamos a ana osorio (jefa), lina oyuela (r2), agostina poet (r1) y agustina sánchez (r3). este grupo de mujeres, que emplea el compañerismo como herramienta fundamental de trabajo, realizó una radiografía exacta de la realidad del hospital, de sus pacientes y de su práctica. médicas que cada día están más conscientes de cómo los factores socioeconómicos impactan en los hospitales públicos y plantean nuevas demandas para el futuro.
¿Cómo y cuándo eligieron la especialidad? Ana. Estudié en la UBA, hice el UHD en el hospital de San Miguel y cuando empecé la residencia me mudé acá, la completé e hice toda la jefatura. Estudié Medicina porque sabía que iba a ser pediatra. Me gusta muchísimo y no me decepcionó. Obviamente, como
todos los laburos, tiene sus pro y contras. Pero es un lugar donde me siento cómoda y es un grupo de trabajo chico, familiar. Además, nos permite rotar por otros hospitales. Nos conocemos todas y podría decir que hay vínculos más de amistad que de compañerismo. Lina. Hice la carrera en la UBA y la UDH en el Clínicas. Pediatría siempre fue lo
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que más me tiró. Agostina. Estudié en la Universidad Favaloro. Desde chiquita sabía que quería ser médica pediatra. Mi papá es médico y constantemente me decía: “Agostina, ¿estás segura?”. Agustina. Soy de San Juan y me vine a estudiar en la UBA. Mi papá es gastroenterólogo y desde chica quise ser médica, pero pediatra no era una opción porque no tenía idea de cómo era trabajar con niños. Sin embargo, cuando hice la UDH, fue la materia que me marcó, y acá estamos.
¿Qué cosas aprendieron de la residencia, las más antiguas, y qué primeros impactos están sintiendo las R1? Ana. Lo que te da la residencia es seguridad. Cuando terminás la facultad tenés los conocimientos muy en el aire, te falta el contacto con el paciente para adquirir esa seguridad en la relación uno a uno. Es lo que más noto con el pasar de los años: uno va teniendo más confianza en su criterio. Es lo que trato de inculcarles a las chicas, que confíen en ellas para ver cómo manejarse. Lina. Creo que ahora que pasé el pri-
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mer año, una de las cosas que aprendí, y que sirve de consejo para los nuevos, es a “aguantar”. Si uno lo ve en retrospectiva, el primer año se pasa rapidísimo, pero cuando estás de guardia o posguardia te querés matar. Como dice Ana, al principio me sentía insegura cuando veía un paciente, quería correr y llamar a otra porque pensaba que no tenía idea de cómo proceder aunque llegara solo con mocos. Lo que pasa también en primer año es que estás tan a full que no te da tiempo de estudiar o reflexionar sobre los casos que viste. Agustina. Aprendí a ejercitar la paciencia. Lo más valioso es el trato con mis compañeros. Además, una tiene que entender que en nuestros pacientes la carta de presentación son los papás y tenemos que saber lidiar con al familia. Agostina. Mi papá es ginecólogo y obstetra. Siempre me dijo que es duro y que hay que aguantar, como decía Lina, pero lo fundamental para lograrlo es el equipo y el clima de trabajo. Todas me integraron perfectamente y me siento en una familia. Él me dice que a pesar que uno todo el tiempo aspira a encontrar eso, no es fácil hallarlo en todas las residencias. ¿Cómo hacen el corte al irse del hospital con todas las cosas que vieron en el día? Ana. Hay casos que te marcan más que otros. Creo que los pacientes que ves en primer año no te los olvidás más, porque pasás mucho tiempo en el hospital y te encariñás con ellos. Y la verdad es que hay cosas que me siguen costando
APRENDÍ A EJERCITAR LA PACIENCIA. LO MÁS VALIOSO ES EL TRATO CON MIS COMPAÑEROS. y no me acostumbro nunca... Que se te muera un bebito, es muy difícil de superar. Me han quedado grabadas caras de pacientes, hasta llegué a soñar con esos chicos. Cuando llego a casa trato de despejarme y no estar tan encima de eso, no hablarlo tanto para ir aflojando un poco. Acá dentro también usamos el humor y la risa como maneras de canalizar lo que vivimos. Agostina. Nadie te prepara para ver las cosas que ves acá. El viernes falleció un bebé de un mes y yo estaba de guardia. Lo reanimé, estuve presente desde que llegó hasta que lo llevamos a la morgue. Fue muy fuerte. Pero por suerte las chicas me supieron contener. En mi caso, mi novio también es R1 y tengo con quien hablar las cosas que me pasan. Lina. Hay veces que es difícil hacer el corte, más cuando estás más de 24 horas en el hospital. No hay nada real como apretar un botón, hacer “clic” y apagarte. Vuelvo a mi casa y sigo pensando en el hospital y los pacientes. Una vez me pasó de estar de guardia y soñar que me peleaba con mi novio y me tenía que venir a vivir al hospital. En algún momento, los límites de la vida intra y extra hospitalaria se ponen borrosos.
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Agustina. A mí me gusta la música, toco la guitarra desde los 12 años. Llego a casa y me distraigo con el instrumento y disfruto de juntarme con personas que no son del ambiente médico para poder hablar de otros temas. Los que estudiamos medicina, tenemos, en su mayoría, amigos médicos y así pasa que estás tomando una cerveza en un bar y están hablando de la punción lumbar que hicieron a la tarde. Eso no me gusta. También hago deporte, voy al gimnasio y salgo a correr. En tu caso, Ana, estás embarazada. Muchas veces se debate en especialidades con mucha carga emocional, si un médico puede disociarse o no a la hora de tener familia. ¿Cómo estás viviendo el embarazo? Ana. Es mi primera hija y sé que me va a costar mucho. Desde que supe que estaba embarazada, pensé y viví todo distinto. Tengo otros cuidados y otros miedos. Y más en nuestro caso como pe-
diatras, viendo todo el abanico de cosas que pueden pasarle a un chico, me va a costar disociar la médica de la mamá. ¿Cuáles son los avances que deberían darse en su especialidad? Ana. En el hospital público, el rol del pediatra de cabecera está muy desdibujado. Se usa solo la guardia para hacer controles y los chicos no tienen un seguimiento ni un médico donde acudir. Esa es una gran falencia. También creo que hay una falta de educación de las madres y las familias en general. Tenemos muchas madres adolescentes y es muy difícil educar a la madre cuando ya tiene un hijo. Le estás dando indicaciones, pero están más pendientes del celular. Agustina. Tenemos casos de mamás que no se hacen los controles y después el bebé sale con problemas de salud. Lo toman como algo natural y que forma parte de la vida, cuando se podría haber detectado antes. A mí me decepciona. Lina. La realidad es que se angustian
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por un episodio agudo de salud, pero no se dan cuentan que hay que darse las vacunas, hacerse los controles mensuales durante el primer año. La abuela generalmente es la figura positiva en los embarazos adolescentes, ella termina siendo la madre y la que está más atenta y lo cuida. ¿Qué cuadros ven más en estos últimos años? Ana. Lo que aumentó es el maltrato, el abuso y el abandono. Por eso, es súper importante el trabajo multidisciplinario, y en el hospital realmente nos cuesta. Un chico en una situación de riesgo social es más difícil de resolver que un chico con una patología orgánica. Hay que convocar a servicio social y salud mental del hospital, y cuesta mucho tra-
bajar todos juntos. Agustina. Necesitamos que haya más cargos de estas especialidades en los hospitales como los nuestros y que los que están sean más resolutivos, porque cada vez hay más pacientes de estas características y menos soluciones. Como pediatras nos terminamos frustrando porque nuestros pacientes están más allá de la patología que nos compete. Muchas veces, desde nuestro punto de vista, los pacientes están en condiciones de alta médica, pero se quedan acá por problemas en la familia y eso se soluciona pocas veces. La mayoría de estos casos vienen derivados del colegio porque se hace una denuncia. Lo mejor que podemos hacer cuando ingresa es verlo todas en conjunto para después poder tratarlo de forma más global.
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Ana. Tenemos salud mental en el hospital, pero solo hay una especialista infantil y se hace re difícil. Con la ley nueva de salud mental es mucho peor: tenemos chicos psiquiátricos internados acá, un lugar donde no están contenidos ni en condiciones para recibirlos. ¿Qué cambios deberían existir al interior de las residencias para que pudieran trabajar mejor en estas condiciones? Agostina. Lo más importante es formar un buen equipo de trabajo y hacer respetar las leyes, como la que avala el día posguardia. Acá se cumple, pero hay servicios que no. Ana. Cuando yo entré, eso no estaba, y fue una lucha que nos costó. Tuvimos que ponerle garra para lograrlo. Después de estar 24 horas trabajando, seguir al
otro día no tiene sentido; estás cansado, te querés ir a bañar, comer a tu casa. Uno la guardia la hace distinta sabiendo que al otro día descansa. Siempre se debate sobre si los médicos se dan cuenta o no del poder de unión que tienen para reclamar este tipo de cosas. ¿Qué piensan al respecto? Lina. No tomamos conciencia que uniéndonos, los reclamos podrían llegar a otro lado. En este hospital, por ejemplo, uno de los reclamos pasa por el tema de la seguridad. A la noche es muy complicado y nosotras en la guardia de pediatría somos todas mujeres y estamos bastante apartadas. Ha pasado que se mete gente a robar y cosas así. Hemos hechos el pedido de seguridad, pero solo nos dieron una traba pequeña —literal— para ce-
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rrar la puerta. Si nos uniéramos e hiciéramos una protesta, sería distinto a decir: “Las residentes de pediatría del Hospital Rivadavia demandan esto”. Los médicos nos caracterizamos por ser boludos y no reclamar lo que nos corresponde. Ana. Los médicos no sabemos hacer eso. De hecho, la relación médico-paciente está cada vez peor y en parte es culpa nuestra porque no nos hacemos respetar. Vienen y nos dicen: “Dame la medicación, haceme un radiografía, no me interno ahora, vengo más tarde…”, y seguimos atendiendo en esas condiciones. No
hacemos valer lo que nos costó tener el título. Si estamos capacitados para estar de guardia 24 horas, también estamos capacitado para que ese paciente entienda lo que decimos y las indicaciones que damos. Creo que el vínculo con el paciente lo tenemos que reformular nosotros. Agustina. Además, hay una realidad: los hospitales funcionan gracias a los residentes y muchas veces nos olvidamos de eso. Si fuéramos conscientes de esta situación, probablemente tomaríamos otro tipo de medidas sobre los temas que estuvimos discutiendo.
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RÍO ARRIBA Por. Antonella Orlando
en tigre hay otra forma de practicar y vivir la salud. la ginecobstetra macarena aime (32), la odontóloga beatriz ansaldi (66) y la enfermera laura taborda (34) forman parte de un equipo que todos los días se sube a un catamarán que desde el 2001 oficia de centro de salud. estas mujeres recorren las distintas comunidades de la isla para hacer controles, concientizar a la población y trabajar en una mejora global de la calidad de vida de jóvenes y adultos.
¿Cómo te sumaste al equipo? Macarena. Trabajaba para el Ministerio de Salud de la Nación en un programa para prevención de embarazo adolescente donde íbamos a las escuelas para charlar con los chicos. Un día nos tocó Tigre y estábamos en una reunión en la Secretaría de Salud del municipio y se acercó una persona que me preguntó lo que hacía. Le conté que una vez por mes iba
al Chaco con el Ministerio a Roque Sáenz Peña a hacer un diagnóstico de situación porque es el lugar donde más mortalidad materno-infantil hay en el país. Les gustó el perfil comunitario y me ofrecieron un cargo de 30 horas acá, tomé algunas para empezar. Pero vine a trabajar un día, fui a la Secretaría de Salud y le pedí que me sumara más horas. Hace cuatro años que empecé y no paré más.
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¿Cómo es la dinámica de trabajo y las recorridas? Macarena. En la isla hay tres centros de salud. Uno en el río Capitán, que es una salita donde hay una guardia y la lanchaambulancia amarra ahí; y otro en el río Carapachay, que no tiene guardia pero que todos los días va un grupo de médicos. Y el catamarán se cuenta como un centro de salud movible. Vamos todos los días a una posta distinta. Se amarra a los muelles de las escuelas, salvo algunos lugares que no tienen escuela cerca
y paramos sobre el muelle de una casa que nos autoriza. Los lunes, por ejemplo, vamos al canal Honda que es lejísimos. Allí vive una población muy particular, porque es gente que tarda dos horas en llegar hasta Tigre. Por ende, está mucho tiempo en la isla, vive bastante aislada y son isleños típicos. Los miércoles vamos al Sarmiento, donde está la escuela N°12, la más grande y con secundaria superior. Ahí es donde recibimos más pacientes. Acá tenemos ginecología, odontología, clínica, enfermería, nutrición y pediatría.
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Atendemos sin turno, es todo a demanda y nos vamos adaptando día a día en función de las postas. Los pediatras y las enfermeras son los que más laburan. La gente no tiene acceso a un control normal en esos lugares para hacerlo tan seguido.
parecía que muchas personas no sabían lo que era un cepillo de dientes. Pero por medio de charlas que hacíamos en la popa, visitas a las escuelas para explicarles a los niños empezamos a introducir la higiene. Creo que ya estamos casi como queríamos estar.
¿Qué cambios se produjeron desde el comienzo de este proyecto? Macarena. Hay más profesionales, tenemos hasta una nutricionista. Y está todo más ordenado. Además, participa una trabajadora social que viene mucho con
Macarena, ¿ves estos cambios desde tu especialidad? Macarena. Se está divulgando cada vez mejor la anticoncepción. Cuando llegué, sentí que no estaba bien difundido por más que fuera gratis. Empezamos pro-
"Atendemos sin turno, es todo a demanda y nos vamos adaptando día a día en función de las postas. Los pediatras y las enfermeras son los que más laburan". nosotros y hace un laburo enorme. En muchos lugares hay violencia de género, necesidades básicas incompletas. Ella se asegura que los chicos vayan a la escuela, a la pediatra le pregunta si se han hecho el control de salud. También estamos conectados con Desarrollo Social, que son los que se dedican, por ejemplo, a proveer chapas para las casas, alimentos. Beatriz. Estoy desde que empezó en 2001, y la repercusión de la gente fue creciendo. Atiendo muchos casos de caries y extracciones, pero la falta de higiene que veía al principio la fuimos solucionando de a poco y con mucho tacto. Hace años,
gramas para meternos en las escuelas. A veces, las barreras son más culturales que médicas. En la isla, la mujer que quiere cuidarse para no quedar embarazada, más allá de la distancia, va a tener siempre un centro o a nosotros para proveerle los medicamentos o la posibilidad para ponerse el DIU gratis. Pero hay muchas chicas adolescentes que no se cuidan. Si a los 18 años tenés un hijo, acá, para muchas, personas no cataloga como “embarazo adolescente”. Pero también hay otras realidades. Las chicas vienen a hacerse controles, pero les cuesta completar los estudios en Tigre
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porque es complicado organizarse un día para viajar y dejar a sus otros hijos. Sin contar el costo del viaje. Además, hay internas entre los grupos familiares de distintas comunidades, y muchas veces hay chicas que faltan a los talleres porque van chicas de otras familias. ¿Cómo tratan el tema de la vacunación? Macarena. Laura se asegura que cada embarazada que pase, tenga las vacunas al día. Hay mucho seguimiento e insistencia. Nosotras entregamos leche gratis, entonces en ese momento los vacunamos y les especificamos el calendario. En esta instancia, el papel de los pediatras y la trabajadora social es clave. Laura. Acá hay demasiados criterios distintos en base a creencias, y por general se respetan de cada persona. Hay que negociar permanentemente y llegar a un acuerdo con ellos para que nuestras prácticas no los invadan. Macarena. Por ejemplo, hay una comunidad hippie que se fue a vivir a la isla y no acepta la vacunación. Las mujeres hacen los partos en su casa, más allá que cumplen los controles. ¿Qué cosas aún faltan para brindar una atención más completa? Beatriz. Poner un segundo nivel sería extraordinario. Macarena. Entre las dos salitas que mencionaba antes hay mucha distancia. Por eso, los dos centros de salud tendrían que tener guardias y lanchas-ambulancias. Y en nuestro caso, tenemos muchos
LAURA SE ASEGURA QUE CADA EMBARAZADA QUE PASE, TENGA LAS VACUNAS AL DÍA. HAY MUCHO SEGUIMIENTO E INSISTENCIA. especialistas pero poco espacio físico. Estamos conscientes que en salud pública también te apura el tiempo, porque viene una paciente y hay 15 detrás. Hice el posgrado de Sexología Clínica y a veces surgen consultas de ese tipo, y muy importantes, que me llevan, como mínimo, media hora charla. Más allá de estos problemas, siempre trato de darles el espacio a las mujeres y ofrecerles pautas. De a poco se van abriendo las puertas y se van sintiendo más cómodas con el espacio. La nutricionista está realizando un trabajo muy bueno; empezó a hacer clase de ejercicios en Capitán. Está haciendo cosas muy interesantes, como tratamientos dietarios con embarazadas, algo impensable para muchas comunidades. Laura, ¿cómo vivís el día a día en este catamarán? Con las particularidades que narraban recién, el papel de enfermera debe ser clave. Laura. Tengo un carácter muy accesi-
ble y estuve muchos años en guardia, quirófano y partos. Siempre me tocaba acompañar los peores momentos de una mujer: el preparto, el aborto, cuando un bebé nacía muerto. Ahí tenía que estar. Sos el nexo entre la familia y los médicos o el mediador en la familia. Me tocaron situaciones muy grosas, y obviamente después llegaba a mi casa y lloraba por horas. Pero me sirvió mucho para este trabajo. Hay que contener mucho y después desconectarte, porque sino a la larga te hace mal. Es una de cal y una de arena todos los días. Si lo estás haciendo es porque realmente te gusta. Esto lo hacés de corazón y por vocación. Muchas veces llegan cosas inesperadas. ¿Cuáles? Macarena. En las consultas ginecológicas salta mucho el tema de violencia de género. Muchas mujeres tienen ganas de llorar una hora en el consultorio por-
que es el único espacio que encuentran. Tuve casos increíbles, como el de una nena relatando un abuso infantil y la madre diciendo: “A mí de chica me pasó lo mismo”. Lo veía como algo normal. No te digo que toda la isla es así, pero hay comunidades en donde la gravedad de las situaciones de violencia no se viven como uno lo piensa. Existe la creencia de que la maternidad es un instinto natural, que van a poner a sus hijos primero. Pero uno ve cómo ponen primero a la pareja, porque dependen absolutamente de él. Y estas son cosas que no te dejan de importar nunca, porque son reales. Le vi la cara y los ojos a mujeres que sufrieron toda la vida. En la residencia había trabajado mucho, pero no me había tocado tener una cercanía semejante con el paciente. Acá las pacientes son mías y uno se apropia de las historias. Son sufrimientos y vidas totalmente distintas a la mía, pero que me hacen mejor profesional.
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“POR ENCIMA DE TODO, HE SIDO UN SER CON SENTIDOS, UN ANIMAL PENSANTE EN ESTE MARAVILLOSO PLANETA Y ESTO, EN SÍ, HA SIDO UN ENORME PRIVILEGIO Y UNA AVENTURA”. OLIVER SACKS 9/7/1933 – 30/9/2015
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GINECOANÉCDOTAS Por. Antonella Orlando
durante siglos y siglos, los misterios de la medicina se fueron develando de a poco. uno de los temas más oscuros siempre fue (y tal vez lo será) la ginecología. los invitamos a hacer un repaso por cuatro anécdotas en distintos periodos históricos que representan cómo se pensaba y se piensa a esta profesión.
PAPIROS GINECOLÓGICOS Los documentos más antiguos sobre ginecología y obstetricia datan 1850 a.C.: los papiros de Kahun y Ebers. El de Kahun es un documento ginecológico que consta de 34 recetas y describe el tratamiento de las enfermedades de la vagina y del útero, métodos para el diagnóstico del embarazo y la determinación prenatal del sexo y una receta para un prepara-
do espermicida: un supositorio vaginal preparado con miel, carbonato de sodio y heces de cocodrilo. Por su parte, en el papiro de Ebers se consigna que la atención de los partos estaba a cargo de mujeres expertas. Esta tradición también se encuentra en Grecia, donde las mujeres eran las que ejercían la obstetricia y ocultamente la ginecología. Si bien uno de los antecedentes clave de esta práctica médica se puede encontrar en Hipó-
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crates de Cos (460 – 370 a.C.) y su Corpus Hippocraticum, queda en claro que poco se conocía sobre el fenómeno del parto. En él se dice: “El feto tiende a abandonar el claustro materno obligado por el hambre y nace en virtud de sus fuerzas; pero esto solo ocurre solamente cuando tiene la cabeza hacia abajo, apoyando los pies en el fondo de la matriz. De ahí se desprende como lógica consecuencia que en cualquier otra posición, el parto es imposible y la mujer debe ser liberada del producto de la concepción mediante instrumentos embriotómicos”.
EL PARTO EN LA EDAD MEDIA Para muchos historiadores, este periodo representa un estancamiento en el avance del conocimiento médico y una vuelta a la magia y a las creencias supersticiosas, sobre todo en un tema en particular: el parto escondía más secretos que realidades, y a la hora que una mujer diera a la luz, su lecho se llenaba de actividades extrañas. Ejemplo de este fenómeno es el relato de Demetrio Mereskowski sobre el parto de la célebre Beatriz de Este (más conocida como Beatriz Sforza), esposa de una de las dinastías más importantes de la Europa del 1400. Los Sforza formaron uno de los linajes con más poder político y dinero de esa época. Incluso, el esposo de Beatriz, Ludovico Sforza. ofició de mecenas para una de las grandes mentes que pisó este planeta: Leonardo Da Vinci. Sin embargo, lejos de la luz del conocimiento estuvo el parto de Beatriz. Ella encontró su muerte
en la Milán de 1497 mientras daba a luz a un niño muerto. Estos, cuenta, fueron los intentos para evitar el trágico desenlace: “La parturienta tiene el rostro enrojecido y sudoroso, con mechones de cabellos pegados a la frente, y de su boca abierta se escapa un continuo lamento. A su lado cuchichean las comadres, las criadas, las curanderas, las comadronas. Cada una tiene un remedio para la parturiente. Una vieja dama dice: ‘Sería necesario hacerle tragar una clara de huevo cruda, mezclada con seda púrpura desflecadas’. Otra asegura que lo que debía hacerse era tomar siete gérmenes de huevo de gallina disueltos en una yema. Una propone envolver la pierna derecha de la parturienta en piel de serpiente. Otra atarle sobre el vientre la caperuza
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del marido. Otra hacerle beber alcohol filtrado por polvo de cuerno de ciervo y grana de cochinilla. Una vieja murmura: ‘La piedra de águila bajo la axila derecha, la piedra de amante bajo la axila izquierda’, y acercándose al duque con un gran plato de estaño, le dice: ‘Alteza, dignaos comer carne de lobo; cuando el marido come carne de lobo, la parturiente se siente mejor’. El médico principal, acompañado de otros dos doctores, sale de la estancia, y dirigiéndose a un doctor joven, le indica en latín: ‘Tres onzas de limo de río, mezcladas con nuez moscada y coral rojo machacado’. Alguien pregunta: ‘¿Acaso una sangría?’, y contesta el viejo doctor: ‘Ya lo había pensado, pero desgraciadamente Marte está en el signo de Cáncer, en la cuarta esfera solar; y además está la influencia de una fecha impar’. El doctor joven pregunta: ‘¿No creéis Maestro que haría falta añadir a las limazas de río, estiércol de Marzo y bosta de vaca?’. El duque va al encuentro de unos canónigos y de unos frailes que traen una parte de las reliquias de San Ambrosio, el cinturón de Santa Margarita, el diente de San Cristóbal, un cabello de la Virgen, etc.”.
LA REALEZA, EL CLÍTORIS Y EL PSICOANÁLISIS La princesa Marie Bonaparte murió a los 80 años sin nunca haber conocido lo que era un orgasmo. La historia de esta mujer en tan fascinante como determinante para el psicoanálisis: acudió a Freud para no suicidarse, lo apoyó económicamente
en sus desarrollos académicos y lo ayudó a escapar de los nazis. Sin embargo, detrás de la figura pública que acudía a un hombre para calmar sus dolencias, había una mujer que quería ser protagonista e investigadora de sus propios problemas. Para ella, parte de la raíz de los mismos se debía a sus primeras experiencias con su esposo, el príncipe Jorge de Grecia, que era homosexual. En su diario contó que en la noche de bodas la tomó de un modo brutal, como si se obligara a sí mismo a cumplir con el acto y luego le pidió perdón por su proceder, recalcando que le desagradaba mantener relaciones, pero debían hacerlo si querían dejar descendencia. A pesar de tener numerosos amantes, Marie no encontraba placer y llegó a buscar pruebas clínicas que corroboraran el hecho que ella fuese frígida. Tan obsesionada estaba, que se hizo pasar por médico y firmar con el seudónimo A. E. Narjani en la revista Bruxelles-Médical para escribir sobre la situación de las mujeres anorgásmicas. Pero no se detuvo. Con la ayuda de médicos de su entorno, analizó a 243 mujeres y les midió sus partes íntimas para ver si existía una relación entre la distancia del clítoris y la vagina y la imposibilidad de llegar a la volupté (reacción voluptuosa natural conocida como orgasmo). Además de las tareas de medición, Marie les hizo una encuesta a las mujeres sobre su vida sexual y llegó a comprobar que en el 69 por ciento de las muestras, las mujeres que poseían el clítoris a menos de dos centímetros de la vagina, tenían asegurado el orgasmo.
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A partir de esta situación, la princesa se embarcó en una locura de la que Freud intentó disuadirla: en tres oportunidades Marie recurrió al cirujano Josef Halban para que la operara y acortara la distancia de su clítoris con respecto a su vagina.
OSADO TRABAJO DE CAMPO Hay periodistas que se llegan a interesar tanto por lo que investigan que terminan transformándose en objeto de estudio. Este es el caso de la escritora Mary Roach. Periodista y psicóloga, habitual de las páginas de GQ, Vogue y The New York Times Magazine, convenció a su marido Ed para que formaran parte de un estudio que registraba en vivo imágenes tridimensionales de parejas teniendo relaciones. La propuesta nació de Jing Deng, un profesor de física médica en University College que hasta principios del 2000 había registrado varias partes anatómicas en movimiento para ayudar a los cirujanos al momento de una operación. La primera captura “sexual” de Deng fue la visualización de un pene en erección, con el objetivo de hacer una evaluación más detallada de las opciones quirúrgicas para enfermedades vasculares. En un artículo que publicó sobre esta práctica, Deng establecía la posibilidad de registrar el coito para evaluar las posibles causas de la coitalgia (relación sexual dolorosa). A Mary Roach se le prendió la lamparita y le mandó un correo electrónico pidiéndole si podía asistir a Londres cuando realizara dicho
experimento. En su libro The Curious Coupling of Science and Sex, Roach cuenta todo lo que sucedió a partir que presionó send en su computadora. Deng le respondió, agradeciéndole por el interés y contándole que era difícil que se diera dicha investigación por la falta de predisposición de las parejas. Ahí fue cuando Roach cruzó el límite y le preguntó a su esposo Ed si estaba dispuesto a viajar a Londres con todos los gastos pagos para participar del estudio. Y así lo hicieron. Compartieron una misma habitación con el físico, quien les ofreció poner la banda sonora de Los Miserables y le alcanzó a Ed una revista erótica Maxim. Mientras ellos tenían relaciones, Deng registraba todo con una vara ultrasónica. La situación escaló a niveles bizarros desconocidos para la mayor parte de la humanidad: Deng y Ed se pusieron a hablar de la familia, hasta que Deng pidió que se detuvieran porque iban a tan rápido... que el sistema se había colapsado.
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ENTRE SALAS Y PASILLOS ¿Qué cosas te sostienen en un mal día?
HOY: HOSPITAL FERNÁNDEZ, TRAUMATOLOGÍA
Guillermo Del Soldato (jefe) Marco Antonio Flores (R4) • Matías Vergara (R4) Leandro Gómez (R3) • Matías Margulies (R2) Juan Martín Carraro (R2) • Santiago Borserini (R1)
EN T R E SA L AS Y PAS I L LOS
Guillermo Del Soldato > (jefe)
“Muchos de mi familia son traumatólogos y muchos amigos de la infancia también ya que crecimos en ese ambiente. Así que la traumatología la conocía antes que a la medicina. Creo que el cómo sobrellevar el día a día dentro del hospital tiene que ver mucho con la personalidad de cada uno. Para muchos es la primera experiencia, y sumale que empezás tu camino profesional; te pega muy fuerte todo. El cómo pasás el día tiene que ver con la inteligencia emocional. ¿Qué quiero decir? Me refiero a la capacidad de salir y resolver los problemas que se presentan en el día a día. El primer año es realmente traumático para todos. Afuera, me apoyaba en la familia. Ella me sirvió para saber con qué me iba a encontrar en la residencia y me ayudaron con sus consejos. Y dentro del hospital creo que con las únicas personas que sentís verdadero respaldo
son tus compañeros de año, porque vivís situaciones similares. Antes, la residencia era muy vertical. Y ahora se está horizontalizando. Cuando yo era R1 te daba miedo entrar a la sala y encontrarte con tus superiores, ni siquiera osabas pedirles un consejo. Resultado: para sobrellevar el día a día en el hospital estabas solo. Ahora eso cambió y yo intento que los chicos estén cómodos. Los pases a la tarde siempre son momentos de risa y distensión. Lo que uno debe tener en claro es que no hay que quedarse con lo que se hizo mal, sino mirar todos los avances positivos que hace en el día a día. Si te quedás con lo malo, fuiste. Tenés que saber cómo trabajás e irte satisfecho porque sino no aguantás más de dos meses. Actualmente, el respaldo más importante que tengo es mi mujer, a la cual le agradezco todo el aguante, y mi hijo, que es mi cable a tierra”.
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Marco Antonio Flores > (R4)
“A diferencia de mis compañeros, soy extranjero y vengo de Bolivia. Cursé la carrera ahí, hice un año y medio de pediatría y me di cuenta que no era lo mío. Quería venir acá y me gustaba mucho traumatología, así que tomé la decisión. No tenía familia y llegué sin cono-
cer prácticamente a nadie. Vine a través de unos colegas que estaban hace tiempo acá y trabajaban en este hospital. Mis primeros años fueron duros porque lo primero que tuve que hacer fue adaptarme a una capital enorme. En los ocho años que llevo en el país, conocí gente buena. También formé familia y tengo un nene nacido acá. Yo me apoyé bastante en ellos. A pesar que éramos tres, fueron mis pilares fundamentales en los primeros años para desconectarme del hospital y sobrellevar la residencia. También me apoyé mucho en mis compañeros de año. Coincido con ellos en que el sistema verticalista que estaba cuando yo entré era muy difícil. No podíamos ni desayunar. Ahora el sistema cambió bastante y es bueno porque no estás en un ambiente hostil”.
Matías Vergara > (R4)
acá. No tenía ni Internet, así que imaginate (risas). Hoy siento muchas diferencias que se plasman en el tiempo que pasás acá. Antes era mucho más vertical. Creo que la diferencia principal es que antes se cumplían las cosas, pero no se lograban. Con esto quiero decir que solamente acatabas lo que te pedían pero no tenías una visión global del paciente ni pensabas en su mejor bienestar. Esa es la diferencia entre ser jefe y líder. Ahora las cosas cambiaron, y tener la posibilidad de encarar tu práctica de ese modo hace que el día a día en el hospital sea mucho más rico”.
“Cuando empecé la residencia era de Moreno y me tuve que mudar solo para estar cerca del hospital. Llegaba a casa, dormía y al otro día estaba de vuelta
EN T R E SA L AS Y PAS I L LOS
Leandro Gómez > (R3)
“Uno va cambiando a lo largo de los años en la forma de encarar la jornada laboral. Siendo R1, tu jornada termina cuando finalizaste todos los pendientes. Por eso, para sobrellevar el día tenés que estar pensando qué es lo que te falta, qué es lo que te van a pedir, tratar que no se te escape ninguna tarea.
El día a día intrahospitalario es eso: no patear nada porque después se termina complicando todo. Y con el hospital hago el corte relajándome en mi casa o pasando tiempo con mi novia. Estuve casi dos meses sin ponerme un jean, todo el día estaba con el ambo. Cuando me volví a calzar uno, me sentí más persona (risas). Me gusta comer tranquilo y tener tiempo para esas pequeñas cosas. También creo que una residencia menos verticalista beneficia a todos porque genera un ambiente muy relajado. La realidad también es que hay muchos pacientes que son gratos en el trato, y eso ayuda a que el día a día sea más ameno. Generar una empatía y que el paciente te devuelva el respeto está buenísimo”.
Matías Margulies > (R2)
“Ahora que soy R2 es un poco distinto. Pero en primer año juega mucho la familia y la contención que te dan. En mi caso, vengo de familia de médicos y eso me sirvió mucho. Entrás en un entorno al que sentís hostil siempre, indepen-
dientemente de cómo sea en verdad. Sentís que está todo en tu contra: vas a cualquier servicio y te hablan mal, buscás algo y no lo encontrás. En mi caso, no fue mi primera experiencia laboral, y a pesar de eso fue fuerte. Ahora ya le conozco las mañas al sistema y eso verdaderamente es una gran herramienta para el día a día, porque sabés cómo resolver las cosas o cómo rebuscártelas si está complicado. La verticalidad genera una hostilidad más marcada. Y en verdad no es que el trabajo se divida de forma distinta ahora, sino que la forma de encarar las relaciones grupales entre los distintos años cambió y eso te ayuda. La horizontalidad lleva a un acercamiento y el día a día es más afable”.
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Juan Martín Carraro > (R2)
“Para mí el deporte es un cable a tierra para desconectarme del hospital. Juego al fútbol y canalizo por ahí. Cuando era R1 el apoyo de los pares fue muy importante. Lo que hay que entender es que vivís acá dentro y por eso es importante mantener una buena relación con los pacientes. Si acá adentro la pasás mal, tu vida en general está mal. Y coincido con todo lo que dijeron sobre el cambio en las residencias: si el clima laboral es feo, no se aguanta. Conozco muchos amigos de otras residencias y especialidades que renunciaron”.
Santiago Borserini > (R1)
“Prioricé la formación, y a pesar de todas las cosas malas que me dijeron de este hospital, hoy puedo decir que en el día a día estoy contento por más que me sienta desbordado muchas veces. Entrás como preocupado pensando que la vas a tener que remar mucho, pero me llevé una grata sorpresa. Decisiones de los jefes, como en el caso de Guillermo, que resolvió darnos el finde completo libre después de guardia es una satisfacción. El peor momento es la mañana porque se te viene todo encima. Pero si tenés un problema podés pedirles consejos a tus superiores y es una gran ayuda. Obviamente que no es
todo joda y si te equivocás vas a tener que agachar la cabeza. Pero al otro día, todo está como antes. La verticalidad daba resultados pero no llevaba a ningún lado. Yo trabajo mejor cuando estoy relajado, porque trabajar con miedo no genera buenas cosas”.
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EL PAPEL DE LA AMISTAD: NO ESTÁS SOLO Por. Antonella Orlando
la residencia se caracteriza por ser uno de los momentos en la vida del médico donde más comprometido está con su práctica profesional y donde menos relación parece tener con su círculo íntimo, sobre todo en los primeros años de este camino. no obstante, el papel de los amigos y la familia es vital para poder cumplir con la palabra que siempre resuena en los pasillos: “aguantar”.
Cada médico cuenta con una personalidad e historia particular, pero todos comparten algo: el aislamiento que la residencia va generando en ellos. La carga horaria, el cansancio y el aumento de las responsabilidades, en lo que muchas veces supone la primera experiencia laboral, acortan o directamente eliminan muchos de los espacios de socialización fuera del hospital. En este contexto se va tejiendo un vínculo con los compañeros
de residencia que pasan a transformarse en la “familia” a la que más ve el residente. También por fuera del hospital, y precisamente por el camino transitado desde la facultad, se va creando una red de amigos médicos con los cuales compartir experiencias y consejos. Para charlar todos estos temas visitamos a Mariano Bergamino y Alejandro Galván, ambos R2 de clínica médica del Instituto de Investigaciones Médicas Lanari.
EL PAP EL DE LA AM I STA D: N O ESTÁS S OLO
¿Su grupo de amigos se conforma mayormente por médicos? ¿Creen que a medida que pasa el tiempo se va “achicando” el círculo y solo quedan amigos con las mismas preferencias? Mariano. Tengo amigos médicos que son de mi camada de la facultad. Una pediatra, un cardiólogo, un oftalmólogo, unos psiquiatras y cirujanos. También tengo amigos no médicos del colegio y posteriores al colegio, que en su mayoría trabajan en empresas. Alejandro. Creo que la camada de amigos se acorta como todo en la vida, más allá que seamos residentes o no. No es la misma la cantidad de amigos que uno tiene ahora llegando a los 30 años
que cuando terminó el colegio. En mi caso, la mayoría de mis amigos que no son médicos son de González Catán, el barrio donde crecí y viví hasta que me mudé para empezar la residencia, y los veo cada tanto. Tengo otros que son médicos y de la facu. Además, creo que uno acá pasa tanto tiempo con sus compañeros y comparte buenas y malas que es casi imposible no sentir un cariño fuerte y formar lazos de amistad. ¿Qué consejos les dieron sus amigos médicos cuando comenzaron la residencia? ¿Qué experiencias compartieron? Mariano. Todos hicimos el primer año de la residencia al mismo tiempo y me sirvió
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mucho. No nos veíamos tanto para empezar, pero una de las cosas interesantes que surgían en las charlas era contar cómo lo estaba viviendo cada uno. No nos escribíamos para comentarnos situaciones puntuales de la residencia y en el encuentro saltaban muchas cosas. Me di cuenta que independientemente de las especialidades, pasábamos y sentíamos de la misma manera las sensaciones y las frustraciones. Ahí me daba cuenta que no estaba solo y me sentía más acompañado. Alejandro. Los consejos que más se escuchaban eran los que tenían que ver con la paciencia y con no tomar decisiones apresuradas. La realidad es que la tasa de renuncia en las residencias es alta. Y creo que no está mal, porque si uno trabaja 36 horas seguidas es súper válido renunciar. No obstante, creo también que para cambiar las cosas no hay que irse y pedir de afuera, sino que hay estar y ser parte del cambio. Uno es una esponja y vértigo puro. Es duro, pero no creo que sea necesario que la residencia se desarrolle en estas condiciones. Un residente, incluso, se puede formar mejor y más trabajando un poco menos. Obviamente que las guardias son necesarias porque las decisiones que tomás en ese espacio no pasan en un día normal. Pero se debería respetar el día posguardia, por ejemplo. Creo que la amistad que uno va formando al interior de las residencias se ha tornando en otra cosa en los últimos años: compartir experiencias y tomar conciencia que debemos reclamar por
COMPARTIR EXPERIENCIAS Y TOMAR CONCIENCIA QUE DEBEMOS RECLAMAR POR MEJORAS EN NUESTRAS CONDICIONES. TODOS VIVIMOS LO MISMO Y TENEMOS QUE APOYARNOS ENTRE NOSOTROS. mejoras en nuestras condiciones. Todos vivimos lo mismo y tenemos que apoyarnos entre nosotros. Mariano. Hacemos un trabajo que nos deja al borde de estar exhaustos. Nos desempeñamos con orgullo y alegría, pero no puedo justificar que debamos trabajar 36 horas seguidas porque no es bueno para la salud de uno mismo. Cuidás la salud de otros pero no cuidás la tuya. ¿Tienen amigos médicos que hayan renunciado? Alejandro. Varios de mis amigos médicos decidieron no hacer residencia, otros están en la duda y tengo un amigo de la residencia de cirugía de este hospital que renunció y seguimos nuestro vínculo afuera. Se generan muchos debates entre nosotros, pero ellos sienten bastante vacío en la parte asistencial. Para mí es
clave la formación de la residencia para estar al día con los pacientes y con personas que te enseñen. Por eso, ellos se vuelcan a espacios donde no tienen que tomar decisiones médicas importantes. ¿Valoran más el tiempo libre que tienen este año y los momentos con amigos y familia? ¿Es verdad que estar con amigos médicos muchas veces no permite “cortar” con el hospital y se siguen hablando de las mismas cosas? Alejandro. Además de dormir, que es muy importante y necesario, uno valora mucho sobre todo las tardes que ahora salimos más temprano. Todo es más lindo. Con mis amigos médicos, como nos vemos una vez por mes, siempre las conversaciones empiezan con el: “¿Cómo va tu residencia?”. Es el tema principal, porque es lo que ocupa tu vida. A veces uno quiere liberar la mente y dejar de hablar de eso, pero a las dos horas estás conversando de vuelta. Creo que no está mal, porque uno le está dedicando mucha energía a esto. Pero tampoco hay que sufrirlo. Es lo que elegimos, nos hace felices y es nuestra elección libre. Si nos molesta tener que pensar en un paciente que vimos a la mañana y son las 11 de la noche de un sábado, uno tiene que pensar la razón. Mariano. Creo que no tengo tanto tiempo libre más, tal vez algún finde. Esta es
mi visión personal: me parece que uno de los peligros que hay que saber evitar, no porque yo lo haga, sino porque hay que tratar de no hacerlo, es el estar confinado solamente al tema de la medicina y ser monotemático. La vida en general tiene que desarrollarse en todos los ámbitos en los cuales uno tiene interés. Es muy difícil porque nuestra vida consta en un 90 por ciento de estar acá. Pero es importante tratar de no olvidarse que la vida consiste en muchas otras cosas. Creo que en las residencias se crean microclimas similares a los que experimentamos en el secundario: un grupo de personas con el cual uno convive cotidianamente y en el que la vida afuera es completamente distinta. Una de las reacciones que tuve ante la residencia fue mucho apego por la familia y valorar la relación con mi novia, que también es médica y con la que convivimos. Las experiencias que fui pasando acá me hicieron ver el proceso vital desde una perspectiva en cuanto a qué efímero puede ser todo. Tomé conciencia que tenía que pasar tiempo con los seres queridos, tratar de no hacerme mala sangre y no perderme de momentos importantes. ¿Tuvieron alguna experiencia traumática donde sus amigos médicos les dieron una mano? Mariano. No me pasó que me encontra-
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ran mal por algo en particular, sino que me encontraron afectado en general por la residencia. Para mí fue una vivencia un poco indolente al principio. Los primeros dos meses pensé que no era tan terrible, pero el cansancio y el estrés tienen un efecto más subagudo y solapado. Se dieron cuenta que comía menos, que había perdido el interés y el goce por otras cosas. No estaba teniendo experiencias placenteras, no podía encontrar nada que me hiciera feliz. Por suerte, lo pude superar de a poco. Pero hubo momentos en los que hasta mi familia venía a traerme comida a la residencia. Alejandro. En mi caso, me pasó todo lo contrario. Todo lo fuerte que tuve con un paciente, me motivó a seguir. Me acuerdo una noche de los primeros meses que estaba terminando mis cosas y pasé por la habitación porque estaba a la espera de una colocación de estent. Cuando fui a saludarlo me di cuenta que estaba muy nervioso y necesitaba compañía, y que sin decírmelo, agradecía el amor que le daba; me pareció algo muy fuerte. Eso fue lo que me hizo pensar que estamos acá para algo. Y si no estamos nosotros, en ese momento no hay alguien más. Últimamente mucho se habla de si la facultad debe prepararte para situaciones dolorosas. ¿Lo hablan esto con sus amigos? ¿Qué piensan al respecto? Mariano. Me gustaría que haya una formación filosófica para tratar de evaluar el paradigma que cada uno tiene de la
LAS AMISTADES QUE UNO CONSTRUYE ACÁ LO PUEDEN AYUDAR A PASAR EL DÍA A DÍA. vida. La psicología me parece una parte re importante de la formación porque la verdad es que las amistades que uno construye acá lo pueden ayudar a pasar el día a día, pero estaría bueno tener otras herramientas para afrontar la realidad. No sé si eso lo tiene que suplir la facu o lo tiene que seguir uno posteriormente a recibirse. Alejandro. Se discute si estas habilidades se pueden desarrollar o no, si es algo innato en las personas. La facultad está lejos de formarnos en habilidades relacionales, pero debería hacerlo durante todos los años. No se puede hacer solo en el IAR o a través de un curso. Creo que hay que formarse con personas capacitadas que no ejerzan la medicina porque uno debe nutrirse de otras perspectivas. La visión del médico es la misma en muchos aspectos. Y es una paradoja, ¿no? Porque uno vive rodeado de ellos, incluso sus amigos lo son también. Pero estaría bueno ampliar el panorama de reflexión.
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LA ELABORACIÓN
DE LO SATISFACTORIO Por. Antonella Orlando
diversos estudios señalan que en el campo médico existe una relación inversamente proporcional entre el estrés y la satisfacción o realización personal: a mayor satisfacción, menores son las probabilidades de llegar a casos de estrés crónico o síndrome de desgaste profesional (burn-out). en esta nota, debatimos sobre distintos factores sociales, académicos y económicos que pueden impulsar la satisfacción y qué importante es el grupo humano al interior de la residencia.
Independientemente de la formación profesional de los investigadores que tratan y estudian la satisfacción laboral, todos concuerdan que esta es el resultado de una evaluación cognitiva mediante la cual el sujeto compara su realidad cotidiana con un estándar ideal construido a lo largo del tiempo. En el caso de los residentes, este tema es muy importante
por un hecho insoslayable: durante la cursada en la universidad el médico futuro se hace una idea de cómo será su práctica profesional, y cuando ingresa a la residencia no solamente se encuentra con un ambiente estresante, sino que a eso se le suma la posibilidad de que esta sea su primera experiencia laboral completa. De esta forma, los sentimientos y
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reflexiones se potencian muchísimo porque la situación ideal formulada durante los años universitarios creó una serie de deseos que chocan contra una realidad específica. Robbins (1986) define satisfacción laboral “como la actitud general de un individuo hacia su trabajo. Una persona con un alto nivel de satisfacción en el puesto tiene actitudes positivas hacia el mismo; una persona insatisfecha con su puesto tiene actitudes negativas hacia él”. Además, especifica que “los factores más importantes que conducen a la satisfacción en el puesto son: un tra-
bajo desafiante desde el punto de vista mental, recompensas equitativas, condiciones de trabajo que constituyen un respaldo, colegas que apoyen y el ajuste personalidad-puesto”. Cuando el nivel de satisfacción no es alto, emerge el estrés como problemática. Este último puede estar vinculado con una serie de factores tanto organizacionales como extraorganizacionales. Para el caso de los organizacionales, mucho se debate en cómo la residencia implica una “cultura del aguante”, tanto físico como emocional. Las sobrecargas de horas, las experiencias dolorosas vividas con los pacientes, las relaciones interpersonales con el
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grupo de residentes y los distintos jefes, las malas condiciones de alimentación y descanso; todos estos factores producen un combo explosivo que por algún lado explota. Si a esto le sumamos los factores extraorganizacionales que se profundizan en el caso de los hospitales públicos como falta de insumos, condiciones socioeconómicas de los pacientes, problemas de seguridad en el hospital, incomunicación y falta de coordinación con servicio social, salud mental y otras áreas, el residente se transforma en una especie de pulpo que debe atajar distintas problemáticas que confluyen en caso médico. ¿Dónde hay espacio para la satisfacción laboral en función de estas situaciones? A lo largo del año en distintas notas y a partir de distintos testimonios de residentes (que se encuentran en línea con mucho de lo que han transmitido los consultados en esta edición), se ha tematizado sobre cómo el factor humano influye en el bienestar del día a día en el hospital. Distintos autores concuerdan con esta realidad. Es el caso de Gibson (1996), quien establece una relación entre la satisfacción laboral y el buen clima que puede vivirse en el entorno de trabajo. Para este autor, es “el resultado de sus percepciones sobre el trabajo, basadas en factores relativos al ambiente en que se desarrolla el mismo, como son: el estilo de dirección, las políticas y procedimientos, la satisfacción de los grupos de trabajo, las condiciones laborales y el
España es uno de los países donde más se ha tematizado la satisfacción laboral, el estrés y el síndrome de desgaste profesional. esta ilustración de lalanda representa de manera gráfica y contundente todas las problemáticas a las que está atado el médico y forman parte de los factores que intervienen en la felicidad con respecto al trabajo.
margen de beneficios”. Estas reflexiones se conectan con los aportes de la teoría transaccional del estrés propuesta por Lazarus y Folkman, donde a la satisfacción laboral se la ha asociado con el empleo de determinadas estrategias de afrontamiento (o coping). En el área asistencial existe evidencia que los médicos con mayor satisfacción laboral son los que emplean estas estrategias de modo más exitoso, tal como delegar tareas, organizar mejor la carga laboral, evaluar las posibilidades de manera más realista. La psicóloga Laura Paris es conocida por realizar varios estudios sobre satisfacción laboral en Rosario. En uno del 2008, y a partir del análisis de su muestra, estableció que “en cuanto a los estresores asistenciales, los resultados indicaron que la sobrecarga laboral, la falta de apoyo y la percepción de injusticia organiza-
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cional son, en ese orden, los estresores que más los agobian. Se trataría de un conjunto de estresores que se retroalimentan permanentemente constituyendo un círculo vicioso desde el momento que la sobrecarga (caracterizada por una sensación de agotamiento por exceso de demandas y tareas), unida a la falta de medios y recursos, se agrava cuando los profesionales perciben falta de apoyo por parte de pares y superiores y/o inequidad e injusticia organizacional”. De esta forma, no es casual el movimiento significativo que se está dando al interior de las residencias. Si el estrés está conformado por distintos factores organizacionales y extraorganizacionales, como planteábamos anteriormente, los médicos están intentando cambiar los primeros factores a través del mejoramiento de las relaciones humanas entre sus pares para poder encontrar la fuerza en la unión. En la misma línea, se encuentra un estudio reciente que realizaron el Dr. Guillermo Gustavo Rossi y su equipo para evaluar la satisfacción laboral de los médicos del Hospital Tornú. En el mismo, se evidenciaron síntomas alarmantes vinculados al síndrome de desgaste profesional. Frente a esta situación, dentro de las consideraciones finales proclamaron: “Un desafío sería poder definir los factores pasibles de ser corregidos desde nuestra comunidad médica, independientemente de las políticas sanitarias
implementadas por los altos niveles de decisión, creando espacios y vías de comunicación que incentiven, entre otros, la investigación científica, el trabajo en equipo y el mejoramiento de nuestras condiciones medioambientales de trabajo”. Las intenciones se encuentran clarificadas de forma contundente. Queda el próximo paso: pasar de una situación de deseo a una situación de cambio. Seguramente cuando este pasaje pueda darse, la satisfacción laboral será un tema mucho menos polémico y más una realidad.
LOS MÉDICOS ESTÁN INTENTANDO CAMBIAR LOS PRIMEROS FACTORES A TRAVÉS DEL MEJORAMIENTO DE LAS RELACIONES HUMANAS ENTRE SUS PARES PARA PODER ENCONTRAR LA
VI OLENC IA E INSEGURIDAD EN LOS HOSP ITA L ES : T E MA P E N DI E N T E
BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA • Lazarus, R y Folkman, (1984), Stress, appraisal and coping • García Peña C: M., (2006), Estudio expost facto sobre la motivación y la satisfacción laboral • Gibson, J.; Ivancevich, J. y Donnelly, J. (1996), Las Organizaciones. Comportamiento • Robbins, S.P. y Coulter, M., (1996), Comportamiento organizacional. Teoría y práctica
ESTUDIOS ARGENTINOS UTILIZADOS PARA ESTE ARTÍCULO Y RECOMENDADOS • Echenique, María Sara; Stimolo, María Inés y Caro, Norma Patricia, (2010), Satisfacción laboral y síndrome de desgaste laboral en enfermeros de hospitales públicos de Córdoba, Argentina • Paris, Laura (2011), Predictores de satisfacción laboral y bienestar subjetivo en profesionales de la salud. Un estudio con médicos y enfermeros de la ciudad de Rosario • Paris, Laura (2008), Predictores de satisfacción laboral en médicos y enfermeros • Rossi, Guillermo Gustavo y equipo (2013), Encuesta sobre la satisfacción laboral de los médicos de un hospital público
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UN EQUIPO DISTINTO Por. Antonella Orlando
en el hospital penna de hace 20 años a los psicólogos se los veía como bichos raros. a partir de la incursión de la psicoprofilaxis quirúrgica como práctica fueron construyendo otro tipo de relación con los especialistas del hospital. hoy en día, realizan las recorridas junto con los cirujanos de planta coordinados por jorge augusto covaro (jefe del departamento de cirugía) y fabio leiro (jefe de cirugía). con mabel besada a la cabeza, cristina lado, maría laura settour, leticia diamante, adrián fermanelli y rosario solari construyen puentes con los cirujanos y forman parte de una nueva etapa en los dispositivos de salud.
¿CÓMO COMENZARON ESTE CAMINO? Mabel. Me recibí de psicóloga en la UBA y empecé como concurrente en este hospital. Paralelamente había hecho el curso de psicoprofilaxis quirúrgica con una psicóloga que trabajaba acá, María del Carmen Mucci, impulsora de la psicoprofilaxis en los hospitales de la Ciu-
dad. Conocí a Cristina Lado en el curso y estuvimos desde el primer momento en que se toma la decisión de armar el equipo en 1994. Cuando Mucci se jubiló, quedé como coordinadora de la práctica. Además, doy cursos de posgrado y soy titular de la cátedra de Psicoprofilaxis Quirúrgica en la facultad de Psicología
VI OLENC IA E INSEGURIDAD EN LOS HOSP L ES : TJU E MA P ECNLDI TE ¿HA MUEITA RTO EL ICIO Í NEIN CO?
"EL CIRUJANO TIENE QUE SER EXPEDITIVO, MUY RÁPIDO Y NOSOTROS DEBEMOS SER REFLEXIVOS Y TOMARNOS EL TIEMPO PARA ESCUCHAR" y hacemos las prácticas con los alumnos en el hospital. Cuando se forma el equipo ya existía la práctica, pero en la modalidad de consulta, cuando un médico nos solicitaba la atención. Y en una jornada que hubo en el hospital, se hizo un trabajo retrospectivo de la demanda y se vio que en los últimos 10 años solamente se hacía una por mes. Entonces, se pensó en aprovechar el recurso humano y capacitado que había. En ese momento, estaba como jefe de Cirugía Augusto Covaro, quien ahora es jefe del departamento de Cirugía del Penna. Siempre fue una per-
sona muy abierta a nuevas ideas y muy amables. Nos miró y nos dijo: “¿Ustedes quieren trabajar más? Vengan a la recorrida conmigo, entonces”. Y ahí fuimos. Cristina. Que un cirujano te abra la puerta es importante y todo un dato. Al principio iba a ser una experiencia de un mes. Pero hace 21 años que estamos asistiendo en las recorridas de cirugías y en este hospital la práctica es exitosa. Mabel. En primera instancia, uno ve que los cirujanos tienen una forma de trabajar y nosotros la opuesta. El cirujano tiene que ser expeditivo, muy rápido y nosotros debemos ser reflexivos y tomarnos el tiempo para escuchar. Pareciera que la interrelación con los cirujanos sería imposible, pero resultó muy positiva. Desde que conformamos el equipo hemos tratado a más de 5000 pacientes. ADEMÁS DE LO QUE ME ESTÁN CONTANDO, ¿QUÉ CAMBIOS HUBO EN ESTOS AÑOS? Mabel. Cuando gastás un par de zapatos dentro del hospital, sabés que es un
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amor para siempre. Creo que trabajar con los cirujanos nos abrió el panorama de la práctica de la psicología de la salud. Nos hace profesionales más completos a ambos, porque logramos una mirada más holística del sujeto que nos consulta. Al principio, éramos los bichos raros dentro del hospital. Los cirujanos hacían bromas tipo: “Tengamos cuidado con lo que decimos que están las psicólogas”. Ahora los que están de jefes ya nos conocen de cuando ellos entraron como residentes. Es decir, somos parte del paisaje y saben que cuentan con nosotras. No hay celos profesionales ni frases como: “Es mi paciente”. Todo encaja de forma armónica porque todos apostamos y trabajamos para la curación y el bienestar de esa persona. Construimos un diálogo y un discurso común y no nos encerrarnos en nuestra jerga profesional. LAS QUE SE INCORPORARON MÁS TARDE, COMO LETICIA Y MARÍA LAURA, HABRÁN TENIDO UNA EXPERIENCIA MUCHO MÁS RECEPTIVA DESDE
EL PRINCIPIO EN EL HOSPITAL. ¿NOTAN DIFERENCIAS DE LA RECEPCIÓN DEL PSICÓLOGO EN ESTE AMBIENTE LABORAL? Laura. El psicólogo está incorporado ya desde el lado de la prevención. Antes, para “salvar las papas” ante una situación compleja, nos mandaban a los salud mental. Pero en este hospital, y gracias a los médicos de otras especialidades, se viene trabajando desde la multidisciplina en una mirada integral del paciente y hay una apertura de los médicos. Leticia. Ahora se va a empezar a hacer cirugía bariátrica, y se formó desde el inicio un equipo multidisciplinario con el cirujano, la nutricionista y nosotros. Esa es una diferencia. Pasamos de una situación donde a Cristina y Mabel las llamaban cuando aparecía un problema, a formarnos todos juntos. Mabel. El dispositivo hospitalario existe hace cientos de años y nosotros somos “nuevos”. La pionera dentro del Penna se jubiló recién ahora y eso es un dato. Pero la verdad es que hay especialida-
U N EQU I P O DI ST I N TO
"LAS NUEVAS GENERACIONES MÉDICAS ESTÁN MÁS ABIERTAS A ESCUCHAR LA NARRATIVA DEL PACIENTE. HAY UNA MAYOR APERTURA Y ESO PERMITE CREAR EL LAZO CON SALUD" des que están demandando trabajar en equipo como cuidados paliativos. Nosotros una vez que tomamos el paciente lo atendemos hasta que se va de alta o hasta su muerte. Todas nos hemos ido formando en cuidados paliativos en todos estos años. ¿CÓMO TRABAJAN CON LOS PACIENTES? ¿HAY DIFERENCIAS A PARTIR DE LAS ENFERMEDADES QUE CURSAN O LOS MATICES SE DAN POR LOS PACIENTES MISMOS? Mabel. Yo no lo separaría en cuanto a la enfermedad, sino en cuanto al paciente. Cada uno requiere o permite su atención con determinadas herramientas. Y nosotros tenemos que adaptarnos a él. Leticia. Debemos tener en cuenta los recursos de afrontamiento que posee. A la hora de saber que se va a someter a un procedimiento, uno hace una evaluación situacional: analiza este paciente, en este
momento, su trabajo, su familia, dónde vive. Uno evalúa todo eso para ver desde dónde partimos y cómo puede atravesar esa situación. Los cirujanos nos ponen en participación de cuál será la intervención, los días que va a poder estar internado o si hay que hacer quimio en el caso de los pacientes oncológicos. Mabel. Todos esos conocimientos nos ayudan cuando hacemos la recorrida y escuchamos la información médica. Sabemos qué tipo de pronóstico implica, qué posoperatorio. Lo que hizo que se expandiera el campo de nuestro trabajo es que no necesitamos esperar a que llegue el pedido del médico, sino que al estar nosotros en la recorrida, podemos trabajar en base a los conocimientos que ya tenemos. La interdisciplina es lo que permite superar el encierro de los equipos médicos. Y en nuestro caso, nos fuimos integrando a la vida hospitalaria. Cristina. Por otro lado, que se incorpore la psicología al equipo hospitalario permite que no sea un trabajo tan individual el del psicólogo. CADA VEZ MÁS SE LE DEMANDA AL MÉDICO HERRAMIENTAS SOCIALES PARA AFRONTAR AL PACIENTE Y SU FAMILIA. ESTA SITUACIÓN SE PROFUNDIZA EN LOS HOSPITALES PÚBLICOS. A PARTIR DE LOS DIÁLOGOS QUE MANTIENEN CON LOS MÉDICOS, ¿CÓMO VEN ESTA SITUACIÓN? Laura. Hay una realidad: las nuevas generaciones médicas están más abiertas a escuchar la narrativa del paciente. Hay
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una mayor apertura y eso permite crear el lazo con salud mental. Cada enfermo vive la enfermedad de forma distinta, y los médicos están cada vez más conscientes de eso. Tener en cuenta esto, les permite saber que no pueden abordar a un paciente solos porque pueden desbordarse. Mabel. Muchos casos de síndrome de desgaste profesional que nosotros vemos en nuestros compañeros del hospital van en esa línea, y en lo difícil que se hace acompañar el dolor ajeno cuando hay múltiples variables que exceden a la enfermedad. La práctica actual le plantea al médico nuevas necesidades y es imposible que una sola disciplina las abarque todas. Cristina. No me puedo imaginar la práctica sin equipo, porque ninguna facultad te prepara para vivir las cosas que tanto los médicos como nosotros vivimos en el hospital. Mabel. Además, los médicos cada vez recurren más al trabajo de terapia por fuera del hospital y eso los hace más receptivos en la práctica diaria. ACTITUDES QUE HAYAN TENIDO LOS CIRUJANOS QUE LAS TOMARON POR SORPRESA... Laura. Todos los cirujanos son abiertos y se interesan por saber qué le pasa al paciente desde su personalidad. A diferencia de lo que se cree, cada vez son más los que se dan cuenta que hay familiares que no están yendo a ver a su paciente
y nos avisan. Nos comentan situaciones tales como insomnio del paciente, episodios de llanto. Cristina. Uno piensa al cirujano como una persona distante y fría. Pero cuando uno va y entrevista a los pacientes, se entera que los cirujanos han tenido un trato muy cordial y cálido con ellos. Los pacientes te cuentan cosas que han hecho los cirujanos por ellos en total confidencia y realmente te conmueve. El tema es que esos actos se los reservan para relación médico-paciente y uno no se entera. Leticia. Creo que lo que resume la unión positiva que vivimos es una anécdota que viví hace poco. Un cirujano trajo un pedido para que viéramos un paciente que estaba a punto de operarse y en la hoja puso: “Colecistitis y angustia” (risas). Quién iba a pensar que esas dos palabras podían formar un parte. Mabel. Uno siente que valoran nuestra tarea. Tienen gestos de apreciación. Antes íbamos nosotras hacia ellos…, y ahora vienen ellos a tocarnos la puerta. Es un camino de ida y vuelta.
+ INFO: PSICOPROFILAXIS QUIRÚRGICA, UNA PRÁCTICA EN CONVERGENCIA INTERDISCIPLINARIA, MARÍA MUCCHI, EDITORIAL PAIDÓS, 2005
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LA VIDA DE UN R1 Por. Antonella Orlando
acompañamos a maría sol garcía liali —r1 de cirugía en el hospital central de san isidro— para que nos contara cómo son sus días en esta nueva experiencia que emprendió. una crónica para encontrar puntos en común y sentirse acompañado.
Es viernes por la madrugada y hace más de una semana que llueve sin parar. Ya no hay medias secas y los residentes tienen que traer las adoradas (y odiadas Crocs) en una mochila o bolso. Si en la vida de un R1 los días parecen un continuum interminable sin fines de semana que corten los días laborales, no me quiero imaginar qué resultado tiene la ecuación si se le suma esta lluvia torrencial y este frío.
Pero Sol deja las sensaciones climáticas en la puerta del hospital para enfrentarse al mundo en el cual vivirá por los próximos cuatro años y el cual eligió antes de entrar a la carrera. Se recibió en la UBA y me cuenta que decidió ser médica porque quería ser cirujana. A diferencia de muchos otros que hacen el clic durante la cursada, la pasión por esta especialidad la encontró desde muy temprana
T EST I G OS DE SU T I E M P O
edad. Tal vez será este impulso que fue cobrando fuerza a lo largo de los años el que le posibilita que desde la entrada de vidrios altos su mente vaya despojada del cansancio. En el caso de los R1 de cirugía hay una realidad que las demás especialidades no envidian (y están en lo cierto): el horario de ingreso. Para Sol es una característica que compara con otras especialidades, y en la que posiblemente muchas veces no quiera pensar. Su jornada laboral empieza las cinco y media de la mañana. ¿Cómo hace?, me pregunto. En su caso, hay un as bajo la manga: Sol vive en La Lucila, así que el tiempo de viaje que tiene hasta el hospital es muy corto. Me
reconoce que esa fue una de las razones por las que adjudicó acá: “Si uno tiene la residencia lejos o se tiene que mudar, llega un momento en que te cansás del viaje. Por eso elegí algo cerca. Hay una vida que uno puede tolerar y otra que no. Tomé una decisión conociendo mis límites. Pero por ejemplo, tengo amigos que viven acá y son residentes en capital. Obviamente que una cosa es pensarlo y otra vivirlo. Si no hubiera podido entrar acá, no habría resignado la posibilidad de hacer la residencia y me tendría que haber anotado en otro hospital, posiblemente en Capital. Pero siento que ahora estaría llorando y sufriendo como muchos otros casos que conozco. Y sé que no está bueno vivir así”.
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A la hora que llegan los residentes de cirugía, el silencio de la planta baja (que horas más tarde se transformará en un bullicio) puede funcionar como una canción de cuna si venís acumulando horas de sueño. No obstante, Sol cuenta con todo el entusiasmo del mundo, como cualquier R1 que comienza este camino. La impresión que deja en el otro es una mezcla de amabilidad, precisión, concentración y empuje (muy probablemente muchos cirujanos se sientan identificados con estos rasgos que acabo de mencionar). Como ella, los médicos de las distintas especialidades forman parte de un engranaje que nunca descansa y siempre, con sus falencias y momentos, debe responder y funcionar. No puedo evitar preguntar sobre el tema del sueño y Sol me cuenta su sistema: “El tema del sueño no lo sufro realmente. Nosotros almorzamos aproximadamente a las cuatro y media de la tarde acá y salimos a las siete. Por eso, cuando llego a casa no ceno, porque almuerzo muy tarde. Directamente me voy a dormir y tengo mínimo ocho horas de descanso”. Además, agrega: “Es otro ritmo, pero uno sabe que son muchas horas que te demandan un nivel físico de concentración importante. Seguramente todos los R1 no tenemos tiempo para descansar, independientemente de la especialidad, pero acá vamos entrenando la paciencia y la concentración para el futuro. De todas formas, creo que a todos les llega el cansancio por igual. Tengo una amiga que
está haciendo la residencia de psiquiatría y en el caso de ella la intensidad de los pacientes es un factor clave en el agotamiento. No la afecta solo físicamente, sino también a nivel mental”. Con respecto a los compañeros, Sol no estará ingresando a un colegio, pero en términos numéricos más o menos comparte su tiempo con una división de los últimos años del secundario. En la residencia son 16 y la verdad es que en el Hospital Central de San Isidro se respira un buen ambiente. Me parece que las fotos que compartió Sol para esta nota, así lo comprueban. Esta misma sensación que tengo es la que Sol necesitaba para su día a día y la razón por la cual decidió este hospital. Reflexiona: “Era mi primera opción. Acá hice la UDH y el IAR. Lo conocía y estaba muy convencida de querer trabajar en este hospital. La realidad es que en este lugar la residencia es más humana, a diferencia de otros sitios. Las residencias de cirugía son conocidas por la verticalidad. Obviamente que son estrictos y cuando hacés algo mal te lo marcan, pero todo se hace con respeto”.
T EST I G OS DE SU T I E M P O
En el tiempo que pude pasar en el hospital vi grupos numerosos de médicos yendo y viniendo, compartiendo charlas a la salida de su jornada laboral. Muchas veces esto no pasa, pero por suerte cada vez son menos. Sol saca sus propias conclusiones sobre el grupo y sobre la situación conflictiva en la cual están inmersos muchos otros residentes: “Acá no hay barreras entre los años. Si bien cada personalidad es diferente, no importa si me encuentro ante un R3, R4 o R2. Todos me ayudan. No hay tanta brecha y todos están dispuestos a enseñarte. Por eso cuando salgo del hospi-
tal, más allá del cansancio sé que al otro día voy a tener ganas de venir. Las cosas que escucho de otros hospitales y otros compañeros que la están pasando tan mal... son terribles y sé que no debería ser así en ningún lado. Elegí este hospital porque sabía que no la iba a pasar mal como ellos. Prioricé el ambiente laboral. Sentí que era el único lugar en el que me iba a sentir cómoda y que realmente valía la pena”. Ahora entiendo un poco más por qué a pesar de la lluvia, del frío, de que aún no haya amanecido Sol entra al hospital predispuesta a sacar lo mejor de este y todos los días.
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UNA AYUDA VIENE VOLANDO Por. Antonella Orlando
la historia dio pruebas que la tecnología aliada de forma correcta con la medicina puede dar grandes y positivos resultados. en nuestro país, un grupo de médicos está probando una nueva unión a través de la creación de un dron ambulancia que pueda asistir en distintas catástrofes y emergencias médicas. lejos de un uso comercial y creativo, las intenciones del líder del proyecto, el dr. diego rodrigo pereyra (médico especialista en terapia intensiva, fundador y ceo de medivac, están más cerca de un servicio comunitario y vital para la sociedad.
¿CÓMO NACIÓ LA IDEA? Todo surgió cuando salieron al mercado los drones comerciales, cuadricópteros y hexacóptero. Cuando los vi, por mi fanatismo con la tecnología, quise comprarme uno. Así fue como pensé que además de filmar y jugar un rato podía darle un uso social. Entonces decidí darle una
aplicación a la medicina de emergencias y así fue como nació la idea de crear un dron ambulancia. Ya había un antecedente en Holanda, pero solo era un prototipo que transportaba un desfibrilador (ver recuadro). Decidí mejorar ese proyecto y llevarlo a la acción para que se pueda aplicar realmente.
VI OLENC IA E INSEGURIDAD EN LOS HOSP L ES : TJU E MA P ECNLDI TE ¿HA MUEITA RTO EL ICIO Í NEIN CO?
¿CUÁNTAS PERSONAS FORMAN PARTE HOY DEL EQUIPO QUE ESTÁ LLEVANDO A CABO EL PROYECTO? Actualmente somos tres: el Dr. Fernando Lipovestky, médico especialista en terapia intensiva y asesor científico del proyecto, el Dr. Mauro García Aurelioé, médico especialista en cardiología e informática médica de Omnia Salud y yo como líder del proyecto. Además, estamos conformando un equipo de ingenieros que consolidaremos a la brevedad. TIENEN TRES PROTOTIPOS, ¿ALGUNO DE ELLOS ESTÁ MÁS AVANZADO QUE OTRO? ¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS DE CADA UNO?
Sí, son tres prototipos. Por un lado, tenemos el cadricóptero: es el más pequeño y solo está destinado a realizar telepresencia médica a través de cámaras y micrófonos bidireccionales. Luego, está el cuadricóptero: destinado a transportar botiquines, máscaras de gases, tubos de oxígenos de bajo peso. Finalmente, está el hexacóptero: destinado a transportar un desfibrilador y una cámara. Vale resaltar que a todos se les puede agregar cámaras termales y sensores de monóxido de carbono. ¿CUÁLES SON LOS PLANES A CORTO Y MEDIANO PLAZO? Actualmente nos encontramos realizan-
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do pruebas piloto con servicios de emergencias privada, autopistas, Defensa Civil de la provincia de Buenos Aires y un club de fútbol de primera división. ¿QUÉ VALOR TIENE LA GESTIÓN DE NUEVOS PROYECTOS DE CIENCIA Y TECNOLOGÍA PARA LA MEDICINA PARA USTEDES? ¿QUÉ DESEOS TIENEN PARA ELLA EN EL FUTURO? Desde Medivac y Omnia Salud, que son medios colaboradores en todos los proyectos de salud y medicina, nos dedicamos a llevar a la acción proyectos de impacto social. La verdad es que la tecnología está avanzando a la velocidad de la luz, y sumándola a la medicina puede resolver muchos problemas actuales. Un ejemplo interesante para ver el trabajo conjunto es el de las historias clínicas informatizadas en una nube de Omnia Salud. ¿EN QUÉ ESPECIALIDADES MÉDICAS VEN USTEDES UN POTENCIAL DE VINCULACIÓN ENTRE MÉDICOS, INGENIEROS, ASESORES TÉCNICOS, INVENTORES, ETC.? En todas las especialidades. Estamos desarrollando herramientas para los pacientes internados, ambulatorios y para los médicos, desde el ámbito educativo al asistencial.
Números argentinos • una ambulancia del same tarda aproximadamente dos minutos en llegar al lugar de la emergencia. • en 2014 se publicaron datos del ministerio de salud de la nación que evidencian la importancia de atender las enfermedades cardíacas a tiempo: en los últimos 12 años murieron 3.205.039 personas, siendo la principal causa de muerte. • actualmente, se están vendiendo cuatro drones por día en nuestro país.
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EL DRONE DE LOS PAÍSES BAJOS El año pasado, Alec Momont, estudiante en la universidad de Delft, creó un prototipo equipado con un desfibrilador basándose en una realidad: en la Unión Europea, 8 millones de personas sufren un ataque cardíaco, con una tasa de supervivencia de solo el 8 por ciento, el tiempo es un factor clave en la atención y es por eso que el dron está capacitado para que las personas que llamen a emergencias puedan utilizarlo con supervisión médica, ya que un profesional supervisaría el proceso. El dron podría llevar un desfibrilador a un paciente dentro de un área de 12 kilómetros cuadrados en un minuto o menos. Según el inventor, esta velocidad de respuesta incrementaría las posibilidades de supervivencia de un 8 a un 80 por ciento. el dispositivo puede llegar a volar a 100 kilómetros por hora y al disponer de conexión de audio y video con los paramédicos podría elevar del 20 al 90 por ciento el porcentaje de personas que son capaces de usar un desfibrilador con éxito sin entrenamiento previo. El costo estimado es de 15 mil euros y aún se encuentra en etapa experimental.
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Eventos y Congresos
NOVIEMBRE ·› 1 al 6 de noviembre VII Congreso Argentino de Parasitología 2015 X Reunión sobre Parasitismo en Ecosistemas de Agua Dulce
Sheraton Buenos Aires Hotel & Convention Center, San Martín 1225/1275, Buenos Aires Organiza la Asociación Argentina de Cirugía
Hotel Patagonia Sur, Elflein 340, San Carlos de Bariloche Hotel Monte Claro, Francisco P. Moreno 365, San Carlos de Bariloche Salón Cultural de Usos Múltiples (SCUM), Moreno y Villegas, San Carlos de Bariloche Salón Juan Carlos Cornelio, Aerolíneas Argentinas, Mitre 185, San Carlos de Bariloche Organiza la Asociación Parasitológica Argentina
Informes e inscripción: Asociación Argentina de Cirugía, Marcelo T. de Alvear 2415, Buenos Aires 011 4822 2905 y 011 4822 6489 congreso@aac.org.ar www.aac.org.ar/86congreso
Informes e inscripción: Sociedad Argentina de Medicina 011 4864 3622 sociedadargentinademedicina@gmail.com www.congreso.sam.org.ar
·› 11 al 13 de noviembre V Congreso de Enfermedades Endemoepidémicas del Hospital de Infecciosas Francisco J. Muñiz Centro Metropolitano de Diseño (CMD), Algarrobo 1041, Buenos Aires
·› 9 al 12 de noviembre 86º Congreso Argentino de Cirugía XII Congreso de Cirugía ALACE - Asociación Latinoamericana de Cirujanos Endoscopistas 59º Congreso Argentino de Cirugía Torácica 40º Congreso Argentino de Coloproctología 42º Jornadas Argentinas de Angiología y Cirugía Cardiovascular 24º Jornadas Nacionales de Instrumentación Quirúrgica 16º Jornadas Nacionales de Médicos Residentes de Cirugía General III Jornadas de Cirugía Plástica y Reparadora
Informes e inscripción: Inés Escalada Congresos y Eventos Arenales 3275, 5º piso, Buenos Aires 011 4827 5816 15 4048 6434 ines.escalada@iescalada.com www.congresomuñiz.org.ar
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Eventos y Congresos
NOVIEMBRE ·› 25 al 29 de noviembre ·› 18 al 20 de noviembre 7° Congreso Argentino de Neumonología Pediátrica NH Gran Hotel Provincial, Boulevard Marítimo Patricio Peralta Ramos 2502, Mar del Plata Informes e inscripción: Sociedad Argentina de Pediatría - Entidad Matriz Avenida Coronel Díaz 1971, Buenos Aires 011 4821 8612 congresos@sap.org.ar www.sap.org.ar
XX Congreso Argentino de Nutrición - Mar del Plata 2015. Las ciencias de la nutrición, camino para un mundo sustentable NH Gran Hotel Provincial, Avenida Patricio Peralta Ramos 2502, Mar del Plata Organiza la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) Informes e inscripción: Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), Viamonte 2146, 5° ''B'', Buenos Aires 011 4954 0400 y 011 4954 0700 secretaria@sanutricion.org.ar www.sanutricion.org.ar www.congresosan2015.com
·› 23 al 25 de noviembre XXII Congreso Argentino e Internacional de Oncología Clínica
·› 26 al 29 de agosto
Sheraton Buenos Aires Hotel & Convention Center, San Martín 1225/1275, Buenos Aires Organiza la Asociación Argentina de Oncología Clínica
XIX Congreso de la Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo (SAEM) – 2015 Del 30 de noviembre al 2 de diciembre
Informes e inscripción: Sede de la Asociación Argentina de Oncología Clínica (AAOC), Avenida Federico Lacroze 2252, 2° A, Buenos Aires 011 4778 7233 y 011 4778 3611 info@aaoc.org.ar www.aaoc.org.ar
Sheraton Buenos Aires Hotel & Convention Center, San Martín 1225/1275, Buenos Aires Informes e inscripción: Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo (SAEM), Av. Díaz Vélez 3889, Buenos Aires 011 4983 9800 ilse@saem.org.ar graciela@saem.org.ar www.saem.org.ar
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