II UNIDAD

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Antropología

ORAZIO RAMUNNI DIAZ

LECCIÓN 2 2.

LA CULTURA COMO CREACIÓN HUMANA

2.1.

Concepto de Cultura El concepto de Cultura es muy polémico, ha concitado y sigue concitando múltiples debates y discusiones. En 1952, Alfred Kroeber y Clyde Kluckhohn llegaron a recopilar 161 definiciones de cultura. Vamos a dar algunas definiciones. “Por cultura se entiende aquella concepción de la realidad y aquella sensibilidad hacia ella, adquirida socialmente o inducida, que orienta a los individuos en las diversas situaciones en que se encuentran en el transcurso de su existencia” (TENTORI: 1981: 9). En el ámbito de la teoría etnológica, el término “cultura” se utiliza para indicar cualquier producto de la actividad humana de un grupo social, esto es, el conjunto de los modos de solución de los problemas existenciales heredado, desarrollado, aceptado y mantenido por el grupo mismo: conjunto que comprende tanto el sistema de organización social como la tecnología, los productos materiales de la actividad y de la organización humana, los conocimientos de la realidad, la religión, el arte, etc.” (Ibid). “Cultura es el complejo formado por los bienes materiales, conocimientos técnicos, creencias, moral, costumbres y normas de derecho, así como otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad” (Definición Sociológica). Linton define la cultura como “el estilo completo de vida de una sociedad y no simplemente aquellas partes de ésta a las que esa sociedad considera como más elevadas o deseables”. Esta cultura, cuando se aplica a nuestra vida cotidiana, no tiene nada que ver con tocar el piano o leer a Mario Vargas Llosa. Para Tylor, la cultura era un término particular, el ámbito en el cual toda sociedad humana evolucionó de manera progresiva desde lo simple a lo complejo. La antropología moderna es una disciplina profesional que comienza con la idea de que las culturas abarcan una pluralidad de formas de vida que es preciso entender en sus propios términos. Hay diferencias entre la antropología cultural estadounidense y la antropología social británica. La primera se centra en el estudio de la cultura como “totalidad”, mientras que para la segunda la sociedad, su estructura y su organización son la “totalidad” en la que opera la cultura. 60


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De modo que, la cultura se refiere a innumerables aspectos de la vida. Algunos antropólogos piensan que las culturas son normas o ideas para la conducta. La mayoría de ellos definen la cultura como el conjunto de conductas aprendidas, creencias, actitudes, valores e ideales que caracterizan a una sociedad o población. 2.2.

Diferencia entre Cultura y Civilización Muchos especialistas consideran que cultura y civilización son términos sinónimos, pero otros no pocos, afirman lo contrario. Alfred Weber asigna al término civilización los aspectos tecnológicos, práctico, organizativos de la existencia y los aspectos materiales de la actividad humana y, la cultura, los aspectos espirituales, emotivos, ideales. La distinción entre civilización y cultura está aceptada por R. M. Maciver, el cual considera “civilización” el aparato de los medios y “cultura” el sistema de los fines. Por civilización, -escribe- entendemos todo el mecanismo y la organización global que el hombre ha concebido en la lucha para controlar las condiciones de vida... Cultura, en cambio es la expresión de nuestra naturaleza en nuestros modos de vivir y de pensar, en nuestra actividad cotidiana, en el arte, en la literatura, en la religión, en el descanso y la diversión... El reino de la cultura es el reino de los valores, los estilos, las preferencias emotivas, las aventuras intelectuales. La cultura es la antítesis de civilización. Esta misma orientación la tiene Pitirin Sorokin, quien piensa que la cultura consiste precisamente, y en su aspecto esencial en significados, valores y normas. Al estudiar la cultura toma en consideración los comportamientos y las obras de arte en cuanto son “objetivaciones” de orientaciones culturales. 2.3.

Características de la Cultura Se considera que la cultura como producto de la actividad humana tiene las siguientes características: 2.3.1. La cultura es una abstracción Aparte de los elementos materiales de la cultura, tales como los utensilios, herramientas, edificaciones, maquinarias, etc., que se consideran productos sociales, y que han pasado a formar parte del mundo exterior, constituyendo, la cultura material, la cultura denominada no material es una abstracción que con fines analíticos se hace del comportamiento del hombre. Las formas de saludar, la manera de ingerir los alimentos, los horarios de alimentación, las diferentes formas de danzar, de copular, de rendir culto a los dioses, el rito religioso, la técnica de construcción de viviendas, son maneras diferentes de ejecutar acciones sociales por los individuos que conforman la sociedad. De dichas acciones debe inducirse la cultura como abstracción en normas, estilos, vigencias, constantes, etc. de conducta humana. De tal forma, que en la realidad 61


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no pueda separarse a la acción social de la cultura, ficción que se acepta sólo con propósitos analíticos. (Mejía, 1973: 324) 2.3.2. La Cultura es Supraindividual Cuando nacemos y nos incorporamos a una sociedad determinada, la cultura se encuentra hecha y dada en dicha sociedad. Así hallamos un lenguaje, un sistema de costumbres, un conjunto de creencias, una serie de artefactos, etc. Vale decir nos enfrentamos a todo el sistema de la cultura como algo que existe fuera de nosotros y se nos impone desde el mundo exterior. 2.3.3. La Cultura debe aprenderse El individuo tiene que iniciar un proceso de aprendizaje de la cultura para incorporarla a sus hábitos y comportamientos. Esto se llama endoculturación que forma parte de un proceso más general llamado socialización. El aprendizaje de la cultura provoca la interiorización de las normas culturales en el sistema de la personalidad individual, incorporándolas al aparato psíquico que se conoce como súper ego, el cual tiene la función de censurar el comportamiento de acuerdo al sistema normativo que representa. 2.3.4. La Cultura es socialmente compartida Esto quiere decir que el sistema cultural constituye el modo o estilo de vida de una sociedad toda vez que la provee de elementos materiales para el logro de los fines de cada quien, así como de normas, usos y costumbres que orientan el comportamiento de las personas de manera adecuada y correcta. Esto hace posible la vida en común y significa que los miembros de la colectividad o sociedad están conformes con ella. Esta conformidad es la clave para comprender el comportamiento colectivo, puesto que lo contrario significaría que los seres individuales obedecerían a diferentes normas o patrones de conducta, muchos contradictorios entre sí, convirtiendo a la vida social en una desorganización total. (IBID: 326) 2.3.5. La Cultura satisface las necesidades biológicas y sociales Para satisfacer la supervivencia es necesario que los individuos satisfagan una serie de necesidades. Como por ejemplo las de alimentación, reproducción, salud, seguridad, movimiento, desarrollo, vivienda. Todos estos problemas se solucionan con los bienes que provee la cultura. El apetito sexual no puede satisfacerse de cualquier manera sino que hay modos culturalmente aceptados de hacerlo. (IBID: 327). B. Malinowski nos presenta el siguiente cuadro de series vitales y derivadas.

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NECESIDADES BÁSICAS Y SUS CONOCIMIENTOS Necesidades Básicas 1. Metabolismo 2. Reproducción 3. Bienestar Corporal 4. Seguridad 5. Movimiento 6. Crecimiento 7. Salud.

Conocimientos Culturales 1. Abasto 2. Parentesco 3. Abrigo 4. Protección 5. Actividades 6. Preparación 7. Higiene

2.3.6. La Cultura es una configuración Esto se entiende porque los diferentes elementos culturales que componen el sistema total de una cultura no existen independientemente los unos de los otros, sino que, por el contrario, están íntimamente vinculados entre sí, formando una especie de configuración que se mantiene por los procesos de integración de dichos elementos que implica dos procesos: a)

b)

El equilibrio entre los diversos elementos de la cultura, de modo que unos se complementan con los otros y viceversa, conformando un todo organizado en operación. Los ajustes entre los nuevos elementos que se incorporan y el conjunto de la cultura, así como para reemplazar a los que pierden vigencia a lo largo del tiempo.

2.4.

Los Universales de la Cultura Toda cultura presenta una serie de elementos que se repiten constantemente en las diversas áreas culturales, de tal forma que puede decirse que se trata de elementos universalmente existentes y de ahí su denominación de universales. Afirma que la relación de los universales es la siguiente: 1. Cultura material y sus sanciones: tecnología y economía. 2. Instituciones sociales: organización social (parentesco, familia, asociaciones), educación, estructuras políticas. 3. El hombre y el universo: sistema de creencias, el control del poder. 4. Estética, artes pictóricas y plásticas, folklore, música, drama y danza. 5. Lenguaje Todo esto significa, que toda cultura presenta como mínimo los patrones culturales antedichos.

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2.5.

La Integración Cultural Es el desarrollo progresivo de ajustes, cada vez más perfectos entre los distintos elementos componentes de la cultura. Por grado de integración se entiende la medida de perfeccionamiento alcanzado por dichos ajustes. Mediante estos ajustes progresivos y constantes, la cultura se va modificando paulatinamente hasta que en algunos casos, el producto final es una transformación total del sistema en sí mismo. 2.6.

El Rezago Cultural La teoría del rezago cultural ha sido formulada por William Ogburn y es un colorario de los desajustes que se producen dentro del sistema de la cultura porque unos sectores cambian con más rapidez que otros. Los problemas del ajuste social, según Ogburn, son de dos clases: uno se refiere a la adaptación del hombre a la cultura y otro al ajuste entre las diferentes partes de la cultura. Su tesis central consiste en que los rápidos cambios producidos dentro del sistema cultural exigen reajustes en aquellas partes relacionadas con los elementos modificados. Por ejemplo, la industria y la educación están correlacionadas de suerte que un cambio en la primera provoca alteraciones en la segunda. Frecuentemente, sin embargo, existe cierta demora en la aparición de los cambios en la parte dependiente, grado de retraso que varía de acuerdo con la naturaleza de la cultura y que puede mantenerse durante considerarle número de años, en cuyo caso se dice que hay un desajuste. Los desajustes se producen, en especial, entre la cultura material, que cambia con mayor rapidez, y la cultura no material, que ofrece mayores resistencias a la innovación. Lo deseable es reducir, en lo posible, el período de desajuste entre ambos sectores a fin de que el retraso cultural se acorte en el tiempo. Ogburn llama cultura acomodativa (adaptive culture) a la porción de la cultura no material que se ajusta o adapta a las condiciones materiales. Algunas partes de ellas son plenamente cultura acomodativa, como las reglas inherentes al manejo de las herramientas, mientras que otras lo son sólo indirecta o parcialmente, como la religión, por ejemplo. Cuando las condiciones materiales cambian se ocasiona una alteración dentro de la cultura acomodativa que no se produce simultáneamente, originándose un retraso en la velocidad de los cambios y produciéndose un período de desajustes. Ogburn señala las siguientes causas del rezago cultural:

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1. Escasez de invenciones dentro de la cultura acomodativa. A veces la acomodación de la cultura a las nuevas condiciones materiales requiere de ciertas invenciones que, de no producirse a tiempo, provocan un desajuste. Por ejemplo, el aumento de los accidentes de trabajo debido al uso de la maquinaria moderna necesitó de una invención en la cultura acomodativa que fue la compensación a los trabajadores accidentados. (Derecho Laboral). 2. Obstáculos mecánicos para los cambios acomodaticios. Quizá lo más frecuente es que la invención necesaria dentro de la cultura acomodativa se conozca pero lo difícil sea conseguir que se implante. Todo lo dicho respecto a la resistencia de la cultura al cambio es aplicable a este problema. 3. La heterogeneidad de la sociedad. Muchos de los obstáculos al cambio aparecen porque la sociedad es heterogénea, compuesta por varias clases y grupos, sucediendo que a veces la necesidad de las innovaciones es sentida y deseada sólo por una clase o grupo y no por los demás. 4. La falta de contacto con la cultura material. Otra de las razones del retraso cultural es que las relaciones entre la cultura acomodativa y la cultura material no son muy estrechas. Los organismos gubernamentales se ajustan más lentamente a los cambios industriales que los organismos del capital o del trabajo. 5. El tipo de conexión entre la cultura acomodativa y las demás partes de la cultura. Resulta a veces que la cultura acomodativa está relacionada con la cultura material y con la no material, la primera de las cuales cambia y la segunda permanece. Por ejemplo, la posición de la mujer (X) se adapta a la situación industrial (Y), pero también se relaciona con el complejo familia – esposo – hijos (Z). La situación industrial (Y) cambia pero la familia – esposo – hijos (Z) permanece invariable. 6. La conformidad social. Los mores presionan a los individuos para conformarse a ellas y el grupo social refuerza dicha conformidad, circunstancia que impide cambios rápidos y oportunos dentro de la cultura acomodativa. (IBID: 209). 2.7.

El Orden Institucional La Cultura está conformada además por las instituciones que son sistemas normativos en los que se encuentran codificados ciertos modelos o patrones de conducta, como un conjunto organizado y jerarquizado de reglas y 65


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disposiciones que se imponen al individuo y que lo compelen a observar un comportamiento previsto por dichas normas. Por ejemplo, los diferentes patrones de conducta preestablecidos y que se cumplen dentro del grupo familiar constituyen la institución doméstica, en cuanto conjunto de normas abstractas. La forma específica que adoptan las instituciones culturales es de requerimientos a la conducta mediante códigos, reglamentos, leyes, etc. que pueden o no estar escritos. A pesar de la abstracción, las instituciones son tan reales como los objetos materiales, y se manifiestan en la uniformidad de los usos, en las rutinas, las técnicas, las ceremonias, etc., que están vigentes entre quienes forman un grupo o sociedad. Una institución cultural, en resumen, es una configuración normativa que contiene una serie de pautas de conducta que están centralizadas y jerarquizadas alrededor de alguna necesidad social. Por lo tanto, existen tantas instituciones cuantas necesidades sociales prevalezcan. Es decir, las necesidades humanas impelen al ser individual a buscar su satisfacción, pero la sociedad le impone una forma adecuada de hacerlo, estableciendo un conjunto de reglas ordenadas dentro de una jerarquía que les concede unidad y coherencia, y que constituyen las instituciones. Por ejemplo, el grupo humano tiene necesidad de atender a su subsistencia, lo que ha dado lugar a la formación de las instituciones económicas. Igualmente, existe la necesidad de reproducción, a la cual corresponden las instituciones domésticas. De la misma manera, a la necesidad del conocimiento se agrega la institución educacional, a la de poder la institución política, a la de tener fe en un ser superior la institución religiosa, etc. De esta manera, la cultura provee a la sociedad de un enorme aparato institucional que impone un ordenamiento a la conducta de los individuos, que hace posible la convivencia. La institución de la propiedad, por ejemplo, ha existido en todos los tiempos históricos. Primero la norma fue la propiedad comunitaria, después la propiedad privada y luego la propiedad social. En cuanto norma, ha existido siempre y lo que ha cambiado ha sido su contenido. Y en cuanto institución ha servido para mantener un tipo de comportamiento humano de respeto a la propiedad, cualquiera que haya sido su contenido, bajo pena de hacerse 66


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acreedor de severas sanciones. Cuando la institución cambia de contenido no pierde su eficacia compulsiva, pues lo único que ocurre es que una institución es reemplazada por otra, simplemente. Lo mismo sucede con la institución doméstica. Se trata de un conjunto de normas que regulan el comportamiento de los individuos dentro de la familia, como grupo. Su contenido ha sido diverso y ha ido cambiando a lo largo del tiempo, pero siempre ha estado presente en cuanto institución. Las reglas para la elección del cónyuge (endogamia o exogamia), el ceremonial del matrimonio, los deberes y derechos de los cónyuges, de los padres con los hijos y de éstos con aquéllos, las clasificaciones del parentesco, etc. constituyen el contenido de las instituciones domésticas. Las instituciones políticas de la misma manera, regulan la forma del ejercicio del poder dentro de la sociedad, y su mejor expresión son las Constituciones Políticas de los Estados, que sólo representan un puro contenido normativo cuya observancia trata de aplicar a los grupos que aspiran al mando social. El resultado es que los miembros de la sociedad se encuentran constreñidos a comportarse de acuerdo a las normas institucionales, dentro de ciertos márgenes de tolerancia, más allá de los cuales la conducta resulta reprobable y sujeta a sanciones. Mediante este mecanismo las instituciones imponen un orden relativo en la sociedad, cuyas violaciones son reprimidas por la colectividad. Si desaparecieran las instituciones culturales y no fueran reemplazadas por otras de diferente contenido, ocurriría la guerra de todos contra todos, se borraría toda organización y se produciría el caos definitivo, que terminaría destruyendo a la sociedad. 2.8.

Cultura y Personalidad

2.8.1. La Personalidad Existen diversas definiciones del concepto de la Personalidad, formuladas por los psicólogos de acuerdo con sus orientaciones doctrinarias. Dichas definiciones van desde las estrictamente conductivas que conciben a la Personalidad como apariencia externa, hasta las estructuralistas que suponen que la personalidad es una organización de diversos elementos que aisladamente carecen de significación. El origen del término Personalidad se deriva del latín “persona” que significa máscara, personaje. Carácter y Personalidad son conceptos sinónimos. Los psicólogos europeos usan la palabra carácter, que etimológicamente proviene del griego Carácter que significa marca grabada. Freíd, por ejemplo, 67


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nos habla de la estructura del Carácter para referirse a la Personalidad. En cambio, los psicólogos americanos prefieren este último término (máscara), que sugiere apariencia o comportamiento percibido desde afuera. Como carácter puede confundirse con un juicio de valor (buen carácter, mal carácter, etc.), se ha preferido dejarlo de lado. Una definición corrientemente aceptada del concepto de Personalidad es aquella que la considera como la organización de las diferentes funciones psíquicas que, por su manera de estructurarse, producen distintos tipos humanos y determinan su conducta y pensamiento característicos. La formación de la Personalidad Todos los psicólogos están de acuerdo en que la formación de la Personalidad se efectúa de conformidad a la siguiente ecuación: P=HxA O sea que la Personalidad (P) es igual al producto de la herencia (H) y el medio ambiente (A), de suerte que si uno de los factores tuviese valor cero no existiría Personalidad. El problema que se plantea a continuación es el referente a la mayor o menor importancia o peso que puede tener uno de los factores que van a constituir el producto. Dicho de otra forma, ¿qué es más importante en la formación de la Personalidad, la herencia o el ambiente?. La solución más adecuada parece ser la interacción recíproca de dichos factores, toda vez que el material que se adquiere por herencia tiene que desarrollarse dentro de un ambiente de varias dimensiones, del que recibe trascendentes y decisivas influencias. La Genética se ocupa de los mecanismos y condiciones que gobiernan la transmisión de las características somáticas de padres a hijos. Tradicionalmente se suponía que la herencia era una fuerza inalterable en la determinación de las configuraciones individuales. Sin embargo, la probabilidad de que se produzcan ciertas combinaciones de genes en el óvulo fertilizado varía considerablemente, de manera que se da una amplitud muy grande de posibilidades de heredar determinadas potencialidades de los padres y de no heredar otras. Como no existe una regla rígida que determine la combinación de los genes, pues se unen al azar, puede concluirse con los factores innatos, biológicamente determinados, no pueden por sí solos explicar la configuración de la personalidad como un todo. Ellos operan como simples materiales primarios sobre cuya base se construye la Personalidad. El temperamento, por ejemplo, es un elemento innato 68


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y que está sometido a las leyes de la herencia, pero por sí mismo no puede explicar la inestabilidad nerviosa que es el resultado de la influencia del medio o, como parece más probable, producto de la interacción de los factores innatos y medioambientales. Un niño adquiere muchas herencias en potencia. Cuál se desarrollará depende de las condiciones en que se desenvuelva. Lo que sus padres le proporcionan son ciertos paquetes químicos que bajo determinadas condiciones producen ciertas características y, dentro de otras, dan lugar a características diferentes. El número de series diversas que así pueden resultar es muy grande en el hombre, aunque no ilimitado. El concepto de medio ambiente se refiere a todo lo circundante y a las influencias que están presentes dondequiera que ocurra un hecho. Las diferentes partes que componen una individualidad responden a las demás como su medio ambiente. El pulmón, las costillas y los tabiques del tórax son el ambiente del corazón y éste, a su vez, es parte del ambiente del pulmón, etc. De igual manera, el ser individual reacciona frente a su ambiente que puede ser físico y sociocultural. El ambiente físico está conformado por los hechos naturales propios de lugar en que se desenvuelve la persona, y el sociocultural por los productos de la cultura material y no material y por las interacciones. Los cromosomas y los genes existen dentro de un cierto ambiente, en función con el cual se fusionan al azar. El cuerpo de la madre constituye para el feto su medio ambiente, del que recibe importantes influencias. De igual manera, se acepta que la familia es el medio ambiente primario del niño y sus alteraciones o acontecimientos internos provocan decisivo influjo sobre él. La separación de los cónyuges, la diferencia de edad entre los padres, el tiempo que sus ocupaciones los mantengan fuera del hogar, el hecho de ser hijo único o la posición que ocupe dentro de la serie de hijos, etc., son aspectos ambientales que influyen en la formación de la personalidad. Asimismo, los demás grupos primarios a los que el niño se va incorporando forman su medio ambiente posterior. El niño, en no pocas veces, adquiere mucha mayor experiencia fuera del hogar, dentro del grupo de sus iguales, que en la propia vida de familia, y el conflicto de normas que puede surgir entre las que rigen en la casa paterna y las que existen en las pandillas de juego puede ocasionar violentos choques emocionales y trastornar su personalidad en formación. Existen muchos estudios para establecer la verdadera medida de la influencia del medio ambiente y de la herencia en la formación de la personalidad. Citaremos los más importantes, para demostrar que existe una recíproca influencia entre ambos factores. 69


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Uno de los aspectos más investigados es el referente a la influencia del medio social en el desarrollo de la inteligencia de los seres humanos. Se sabe que entre los primeros estudios sobre la inteligencia se encuentra la prueba aplicada a los reclutas del ejército de los Estados Unidos durante la primera guerra mundial, que arrojó un promedio de edad mental de 10.4 años para los negros y de 13.1 años para los blancos, lo que llevó a suponer que la capacidad intelectiva se transmitía por herencia. Sin embargo, posteriores mediciones efectuadas entre niños negros del Norte de los Estados Unidos acusaron un nivel de inteligencia igual y hasta superior al de los niños blancos de la misma región. Tales experimentos sólo pueden demostrar que las pruebas de inteligencia no nos permiten apreciar el papel que juega la herencia biológica en la transmisión de ciertas características psíquicas de padres a hijos, pero si podemos valernos de ellos para encontrar diferencias significativas entre varios grupos sociales que se mueven en medio ambientes diferentes. En efecto, los ambientes sociales y culturales de los blancos y los negros, en los Estados Unidos, son diferentes, de suerte que mientras no se controle este factor medioambienal, igualándolo para ambos casos, no será posible afirmar que el nivel de inteligencia se transmite de padres a hijos. (Mac Iver, R.M. and Page, Charles, 1931: 102). Parece que los factores sociales y culturales juegan un papel decisivo en el desarrollo de dicha facultad. Es un estudio sobre la relación entre puntajes de inteligencia y status social en 507 estudiantes secundarios de pequeñas ciudades de los Estados Unidos, se demostró que aproximadamente dos tercios de los jóvenes de las clases altas obtuvieron puntajes por encima de 110, mientras que solamente algo más del 10% de los estudiantes de la clase más baja sobrepasó ese nivel. (Skeels and Harmes, 1948: 283-294) Tabla de Inteligencia y Clase Social Puntaje de Inteligencia 120 – 139 111 – 119 91 – 110 70 – 90 Total

Alta 8 15 12 0 ----35

Clase social de los estudiantes Media Baja Más baja 19 11 0 72 82 11 59 128 70 2 8 10 -------------152 120 91

Indudablemente esto no quiere decir que los sujetos de clases acomodados tengan un índice de inteligencia elevado y que lo transmitan por herencia a sus descendientes, ni que las personas de clases populares acusen bajo rendimiento mental congénito. Lo que sucede es que el medio ambiente 70


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social y cultural en que viven dichas personas, en el primer caso, es propicio para el desarrollo de criterios abstractos mientras que, en el segundo, sólo es favorable para la formación de criterios de contenido concreto, lo que significa que la inteligencia es una potencia de la personalidad que se desarrolla de acuerdo a las facilidades y obstáculos que encuentre el sujeto en su medio social. Otro tema materia de estudio y que ha llamado poderosamente la atención de los especialistas, ha sido el de las líneas familiares famosas y degeneradas. Uno de ellos es el referente a los linajes de los Juke y de los Edwards En 1877 se logró identificar a 1200 descendientes de un delincuente apellidado Juke, de los cuales 1180 habían sido físicamente defectuosos o enfermos, indigentes, fallecidos en hospitales de caridad, delincuentes convictos y mujeres de mal vivir. Por el contrario, los descendientes de Jonathan Edwars acusaban un récord impresionante. En 1900 se identificaron a 1392 de quienes 309 habían sido graduados universitarios, Rectores de Universidades y un vicepresidente de los Estados Unidos, mientras que el resto fueron personas que se habían distinguido en sus diversas profesiones, no hallándose ningún delincuente convicto. (Mac Iver y Page, 1931: 24 y sgtes.) De esto se quiso concluir que ciertas inclinaciones de la personalidad se transmitan por herencia a través de los genes, y que a ello debía atribuirse el hecho que el linaje de los Juke acusara una tendencia a la delincuencia y la desorganización mientras que la línea de Edwards se comportara de manera diferente. Sin embargo, los defensores de la herencia biológica no repararon que el medio ambiente social en el que vivieron los descendientes de Juke era delictógeno y que el de los Edwards fue propicio para el desarrollo de ciertas habilidades y talentos personales. Lo más probable es que la influencia del medio ambiente social y cultural haya sido el determinante del comportamiento de las personas estudiadas, y que la herencia biológica haya desempeñado un papel modesto. Posteriormente se ha intentado controlar el factor medioambiental para establecer el verdadero grado de influencia en la formación de la personalidad. Los estudios al respecto se pueden clasificar en dos grupos: a)

Estudio sobre gemelos idénticos que se criaron juntos. Se ha encontrado grandes similitudes entre las personalidades de gemelos idénticos, desarrollados en un solo óvulo materno, pero también importantes diferencias. Las semejanzas se atribuyen a la herencia biológica y las diferencias al medio ambiente social.

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b)

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Estudio de gemelos idénticos que se criaron separados. En este caso las diferencias de personalidad fueron notables, lo que demostraría el enorme influjo del medio ambiente familiar, distinto para cada caso.

En conclusión, puede afirmarse que tanto la herencia biológica como el factor medioambiental influyen en la formación de la personalidad individual. Ninguno puede ser suprimido ni aislado. La herencia es una potencialidad que se manifiesta dentro de un ambiente social dado y su desarrollo o detenimiento depende de las facilidades u obstáculos que encuentre en su circunstancia histórica cada individuo. La penetración de lo social en el psiquismo individual como un factor determinante en el modelamiento de lo que los psicólogos han denominado personalidad, demuestra la legitimidad de considerar a la Psicología como una de las Ciencias Sociales que interpreta al Mundo Histórico Social desde su especial punto de vista y dentro del sector que le ha correspondido en la distribución del ámbito de dicho mundo efectuado con propósitos de análisis. 2.9.

El Lenguaje

2.9.1. Importancia del Lenguaje Se ha dicho que uno de los factores fundamentales de la transformación del remoto antepasado prehumano en un verdadero hombre, es la facultad del lenguaje articulado, de símbolos convencionales, que ha permitido la formación de la cultura y con ella la trasmisión de una generación a otra de las técnicas de producción de bienes e instrumentos, instituciones, creencias, doctrinas, costumbres, normas y cuanto en general resulte eficaz para resolver los problemas de la conducta, y los relacionados con la adaptación y superación de las situaciones que la lucha por la vida y el progreso pueden plantear. El capital inmenso de la cultura humana en modo alguno hubiera podido formarse sin el lenguaje; porque sin la palabra hablada o escrita nada puede darse a conocer ni transmitirse, como no sea por observación directa, que es la forma limitada y única en que un animal aprende de otro. Los antropoides son capaces de aprender el uso de ciertos instrumentos, y las experiencias de Köhler y Yerkes han comprobado que ejemplares superiormente dotados hasta puede inventar algunos de carácter simple y rudimentario; pero les resulta imposible trasmitir a sus congéneres sus descubrimientos, porque carecen del medio idóneo para ello: el conjunto de sonidos simbólicos que es la palabra del lenguaje articulado. De aquí que el animal irracional no pueda progresar, pues cada uno individualmente ha de comenzarlo todo, sin poder aprovecharse de lo que otros antes que él descubrieron, ni tampoco hacer saber a los demás sus propias experiencias. 72


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La función racional, propia del hombre, ha podido desarrollarse sólo porque la especie humana posee la aptitud del lenguaje, que permite operar con símbolos convencionales “en la cabeza”, sin necesidad de echar mano a cosas o acciones del mundo exterior. “De tal suerte, el instrumento social del lenguaje ha contribuido eficazmente a la emancipación del hombre de la esclavitud de lo concreto”, permitiéndole constituir el rico mundo de símbolos, abstracciones y conceptos que constituye la porción más importante de su vida espiritual. F. S. Chapin ha dicho que el lenguaje constituye el aspecto más característico de la cultura... “representa el don inapreciable de poder registrar y conservar extraindividualmente las experiencias personales que tengan valor social para el grupo. Este registro y tal conservación exterior de las experiencias individuales por medio de los símbolos del lenguaje, es un proceso enteramente desconocido a cualquier otra forma de vida que no sea el hombre. La importancia de semejante proceso está más allá de todo cálculo y alcanza su más alto desarrollo en el alfabeto”. (Chapin, S., 1962: 61). 2.9.2. Fundamentos del Lenguaje El lenguaje en su forma más simple de modo de expresión de algo por medio de sonidos, no es patrimonio exclusivo del hombre, de igual modo que tampoco lo es la inteligencia. El ladrido del perro, el mugido del toro, el chillido del mono o el canto del ave expresan emociones, necesidades o deseos bien definidos y resultan perfectamente comprensibles a sus congéneres respectivos. Algunos de estos gritos son tan apropiados a la expresión de necesidades particulares, que casi podrían ser traducidos por una frase en lenguaje humano. “Con todo, dice Vendryes, los animales no emiten frases porque son incapaces de variar los elementos de sus gritos, a la manera que nosotros hacemos variar nuestras palabras, que son los elementos de sustitución en la frase. Más aún, el grito mismo no tiene para ellos un valor objetivo independiente ni es objeto de convención; razones por las cuales el lenguaje animal no es susceptible de transformación ni de progreso”. (Vendryes, J., 1963: 72). La estructura de la laringe y de la lengua permiten al hombre y a otros animales emitir una variedad de sonidos más o menos articulados. Pero el hombre es el único que ha sido capaz de dar a esos sonidos un significado convencional, por el hecho de vivir continua y necesariamente en sociedad, es decir, sujeto sin escape al imperioso menester de entenderse con los demás, y de poseer un cerebro mucho más desarrollado e infinitamente mejor equipado para las funciones mentales superiores. La singular aptitud para el lenguaje que caracteriza a la especie humana se pone de manifiesto hasta en los cráneos más primitivos, en los cuales las regiones correspondientes a los centros del habla muestran un engrosamiento mayor del cerebro. 73


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Por otra parte, hay que enseñar a hablar a los niños, dice Gordon Childe, justamente porque el significado de las palabras es socialmente convencional. “Aprender a hablar quiere decir, en esencia, aprender qué significado se atribuye en la sociedad a la cual pertenece el niño, a los sonidos vocales que éste puede producir”. 2.9.3. Teorías sobre la Génesis del Lenguaje Diversas teorías han tratado de explicar cómo se originó el lenguaje humano, atribuyéndolo unas veces a la imitación de sonidos naturales, como la teoría onomatopéyica; otras, pretendiendo que se deriva de la gesticulación emocional o descriptiva, que más tarde fue asociada a determinadas expresiones vocales, las cuales por una transferencia análoga a la que tiene lugar en los reflejos acondicionados fueron sustituyendo poco a poco a los gestos primitivamente asociados a ella –según J. G. Frazer- y vinieron a constituir un verdadero lenguaje, cuando todos los miembros del grupo se acostumbraron a producir los mismos sonidos para llamar la atención sobre las mismas cosas. Esta es la llamada teoría gesticular. Vendryes, por su parte, ha formulado una hipótesis de más calado sociológico para explicar el origen del lenguaje; según ésta “el lenguaje pudo empezar siendo puramente emotivo... un grito como el del animal expresando dolor o alegría, manifestando un temor o apetito. Después, provisto el grito de un valor simbólico, sería considerado como una señall capaz de ser repetida por otros, y el hombre, hallando a su alcance este cómodo procedimiento, lo utilizaría para comunicarse con sus semejantes y prevenir o provocar un acto por parte de ellos. Antes de ser un medio de razonar el lenguaje debió ser un medio de acción, y uno de los más eficaces de que pudiese disponer el hombre”. Poco a poco, el sonido articulado, la expresión vocal, fue desligándose de la referencia concreta a una situación u objeto dados y adquiriendo significado simbólico por sí, como medio de entendimiento general con valor convencionalmente aceptado por el grupo. “Y gracias a la multiplicidad creciente de los cambios sociales, sería finalmente constituido en su riqueza incomparable ese instrumento complicado, que sirve para expresar los sentimientos y pensamientos, todos los sentimientos y pensamientos”.

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LECTURA (de derecha a izquierda)

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EQUIVALENCIA DE LOS SIGNOS

SONIDO

SIGNIFICADO

Una hoja de caña: i. Tela plegada: imakh. Una criba: kh. Dos hojas de caña: ii = y I-IMAKH-KH-Y

imakhy

honrado

kher

en presencia del

La bandera en su asta delante del templo significa dios. NETHER

nether

dios

Una columna significa fuerza. OA

va

grande

La lengua significa orden o mando. IMY – RA

imy-ra

el que manda

Un soldado con varias barras significa ejército MESHA

mesha

ejército

Una criba: kh. Una boca: ra. KH - RA

Un cerrojo: s. Una estera p. Una criba con gramo sep Una hoja de caña: i. S-P-SEP-I

sepi

sepi

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Una guadaña: ma. Medida justa: moo. Un remo significa la palabra hablada: kheru. Un rollo de papiro significa la palabra escrita – kheru MA – MAO – KHERU

mao-kheru

justa voz encontrado recto) R.I.P.

FIGURA: Muestra de la escritura jeroglífica egipcia Epitafio en el ataúd del general Sepi: “El honrado en presencia del gran dios; el que manda el ejército, Sepi, que descanse en paz”. Obsérvese que a veces los signos son puras pictografías, como el soldado con varias barras detrás (plural), para representar ejército. Otras veces los signos tienen valor metafórico, como lengua, por orden, mandato, el que manda; columna, por soporte, fuerza, grandeza; bandera, por dios. Pero en otros casos el sonido es casi silábico. (De Pijoán).

Obsérvese que a veces los signos son puras pictografías, como el soldado con varias barras detrás (plural), para representar ejército. Otras veces los signos tienen valor metafórico, como lengua, por orden, mandato, el que manda; columna, por soporte, fuerza, grandeza; bandera, por dios. Pero en otros casos el sonido es casi silábico. (De Pijoán). 2.9.4. Los Hombres que primero hablaron El lenguaje humano ha sido físicamente posible, como ya apuntamos, por el desarrollo y especialización de ciertos órganos, entre los cuales cuentan como más importantes la laringe, las cuerdas vocales, la lengua con su extraordinaria versatilidad funcional y la ampliación de la cavidad bucal, debida a la disminución del espesor de los huesos de la quijada y al desarrollo de la barbilla. Y todo esto relacionado con el desarrollo del lóbulo frontal, en el cual tiene asiento el centro más importante del lenguaje hablado: la tercera circunvolución frontal izquierda o derecha, según sea diestro o zurdo el individuo. De acuerdo con estas características anatómicas de los centros y órganos del habla, el primer ser humano plenamente capaz de lenguaje organizado fue el hombre de Neanderthal. Aunque esto no quiere decir que los hombres prehistóricos anteriores fueran incapaces de un habla rudimentaria para comunicarse entre sí. Seguramente lo hicieron con mayor éxito que cualesquier de los animales actuales, pero no es presumiblemente que tuvieran un lenguaje cabalmente desarrollado. 2.9.5. Origen del Alfabeto Los orígenes de la escritura se remontan hasta los pictogramas del Paleolítico. Estos pictogramas eran representaciones simbólicas de ceremonias mágicas, cacerías o sucesos notables, por medio de figuras esquematizadas. Pero antes de que tales símbolos pudieran llegar a convertirse en verdadero 76


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lenguaje escrito hubieron de pasar por varias etapas, a través de las cuales se fueron haciendo cada vez más convencionales y abstractos, hasta que cada uno de ellos vino a representar un sonido de la voz humana, dando lugar a la aparición del alfabeto. Las inscripciones cuneiformes de los babilonios llegaron a las representaciones silábicas; pero el primer paso en firme para el desarrollo de un alfabeto lo dieron los egipcios hacia el año 3000 antes de Cristo, con la creación de 24 signos jeroglíficos que indicaban otros tantos sonidos consonantes. No obstante, continuaron usando muchos símbolos adicionales distintos para sílabas y palabras, no llegando por esto a crear un verdadero alfabeto fonético. A lo que parece fue algún fenicio de Biblos quien, en el siglo XI antes de nuestra era, inventó el primer alfabeto de ese carácter, basado en antecedentes egipcios. Posteriormente los griegos mejoraron el alfabeto fenicio, usando algunos de sus signos para indicar las vocales. Este alfabeto griego, con algunas modificaciones, fue difundido por los romanos en toda Europa y ha llegado a constituir el modelo seguido en casi todas las lenguas modernas. 2.9.6. Valor Social y Cultural del Lenguaje El lenguaje es fuerza socializadora de mucha eficacia y como agente cultural su importancia no resulta menor, puesto que es el vehículo para la trasmisión de los conocimientos. Las tradiciones orales, la historia escrita, la epopeya, los cantos folklóricos o nacionales, despertando análogos sentimientos y suscitando emociones semejantes entre los de un mismo país en generaciones sucesivas, dan sentido de continuidad en el tiempo a los pueblos y forman la urdimbre espiritual en que se tejen los sentimientos de solidaridad nacional y el patriotismo. En ese mosaico de nacionalidades que es Europa, muchas de estas agrupaciones han procurado siempre conservar vivos su idioma, su literatura y sus tradiciones como vínculos espirituales entre sus miembros, en veces dispersos entre varias naciones o englobados dentro de un Estado. Tal fue el caso de los polacos antes de 1919; el de los checos, eslavos y serbios en el desaparecido Imperio Austro- Húngaro; el de los catalanes en España, etc. La importancia del lenguaje como agente de cambios sociales, unas veces por medio de la difusión de la cultura, y otras por la creación de verdaderas místicas verbales, es un hecho histórico varias veces comprobado. La invención de la imprenta, a principios de la Edad Moderna, permitió la difusión en escala gigantesca de la palabra escrita, y puso al alcance de un número de gentes cada vez mayor la lectura de la Biblia y de las obras clásicas; contribuyendo poderosamente, de ese modo, al éxito de la Reforma y al desarrollo del Renacimiento. 77


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Los periódicos, las revistas, los libros, la radio, medios de comunicación por excelencia de la palabra hablada o escrita, difundiendo el pensamiento, las hipótesis y teorías, los credos y las lucubraciones mas o menos sensatas que se elaboran o surgen en los más remotos lugares, han hecho de la Tierra un solo organismo gigantesco sensibilizado a todas las ideas y a todas las emociones. El imperio de la palabra hablada o escrita se ha dejado sentir en todas las épocas sobre la conciencia de los hombres. Los tabúes primitivos se referían en mayoría a palabras, que de ser pronunciadas acarrearían desgracia al que lo hiciera, o provocarían acontecimientos funestos al grupo. Casi todas las ciencias han pasado por una etapa prolongada de puro verbalismo, en la cual se elaboran teorías y sistemas sobre palabras, en torno a meros conceptos verbales, dando lugar a infecundas logomaquias, a discusiones interminables sobre alcances y significados de términos. Actualmente la propaganda social y política, que es el gran fermento revolucionario de nuestra época, ha ido acrecentando su influencia sobre las masas en la misma medida en que se ha ido reduciendo el analfabetismo. Antes, ahora y siempre el hombre se ha movido por lemas verbales, cuyo exacto contenido la mayor parte desconoce. Así muchos de los que a millares lucharon y murieron por el lema de la Revolución Francesa: “Libertad, Igualdad, Fraternidad”, difícilmente hubieran tolerado que otros pensaran de modo distinto que ellos sobre estos conceptos. Una canción popular de la época expresaba paladinamente cuánto espíritu de intolerancia y de mera adhesión verbal había entre los que proclamaban su amor a la libertad y a la igualdad; decía así la “Carmañola”; “la libertad de pensamiento proclamo en alta voz, y muera el que no piense igual que pienso yo”. 2.10. La Religión y la Magia La religión es uno de los factores más importantes de la cultura humana y entre los de naturaleza inmaterial el que primero apareció. Desde el punto de vista antropológico interesan principalmente dos cuestiones relativas a la religión: los orígenes del sentimiento religioso y los modos más importantes como el hombre ha dado satisfacción a las necesidades que tal sentimiento crea; es decir, las prácticas y los cultos religiosos. 2.10.1. Fundamento Biológico del Sentimiento El móvil más poderoso de la conducta humana, el que está en el origen de todas las acciones y constituye la finalidad última, es el amor a la vida y el miedo a la muerte, que vienen a ser dos aspectos de la misma cosa, como el anverso y el reverso de una medalla. Por instinto de conservación el hombre normalmente acepta y tiende a realizar todo aquello que prolongue o beneficie su vida, y por consecuencia rechaza cuanto la perjudique o acorte. 78


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Esta afirmación de la vida sin término tiene raíz biológica, y es aquí donde se halla el más íntimo hontanar del sentimiento religioso. El anhelo de existencia inmortal es universal y se impone en los mas de los casos a las exigencias lógicas de la razón. La mayoría alienta la recóndita esperanza de que “la tumba sea vía y no término”, y se colmase en la creencia de que existe un mundo suprasensible y trascendente a la experiencia cuya explicación ofrece la religión. A esta querencia emocional de raigambre biológica en que descansa el sentimiento religioso, se añade el temor supersticioso a lo desconocido y el pavor que hubo de inspirar las manifestaciones de las fuerzas naturales al desvalido salvaje prehistórico. 2.10.2. La Mentalidad del Hombre Primitivo La mentalidad del hombre primitivo se parecía, seguramente, a la de salvaje de nuestros días o a la del niño de pocos años. Carecía, por supuesto, de los elementos de juicio que la ciencia ha dado al hombre civilizado moderno y ni siquiera poseía –por su aislamiento- el acervo de conocimientos empíricos que se forma con el intercambio cultural. En virtud de tales deficiencias y fallas culturales – más bien que por esenciales diferencias de tipos de mentalidad – el hombre prehistórico discurría de un modo ingenuo, objetivando sus deseos, emociones y ensueños al modo como nosotros mismos lo hacemos bajo el imperio de una pasión o dominados por fuertes emociones. Personificaba objetos y cosas como hace el niño con sus juguetes inanimados, y su ignorancia recelosa o complacida les atribuía sentimientos hostiles o favorables hacia él. En esto último, como en no pocas otras cosas, no andamos muy alejados de nuestro abuelo de la Edad de la Piedra, porque para la mentalidad no cultivada, lo mismo del primitivo que del salvaje o del ignorante contemporáneo nuestro, y aun de algunos “cultos” superficiales o especialistas en una estrecha provincia del saber, resulta muy difícil discurrir objetivamente sobre sucesos o cuestiones relacionados con sus sentimientos o intereses, y suelen ver en ellos, o sospechar por lo menos un designio o un presagio. Los horóscopos de los astrólogos, que ocupan un lugar importante en la lectura de revistas y periódicos de mucha circulación por gentes de condición principal, ofrecen una prueba fehaciente de la supervivencia de ese tipo de mentalidad ingenua que, a pesar de todos los conocimientos astronómicos, cree que los cuerpos celestes tienen intervención en su destino personal y en la fortuna de sus negocios. El primitivo no podía concebir la existencia de fuerzas físicas impersonales que actúan ajenas totalmente a los deseos y sentimientos humanos. Para él una piedra que se desprendía de una altura y lo alcanzaba no era una manifestación de la ley de la gravedad que rige la caída de los cuerpos, sino el acto de una voluntad hostil e invisible; de igual modo, el rayo no era un fenómeno físico sino la manifestación de la cólera de un ser omnipotente. Pero 79


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esta fuerza hostil podía ser conjurada y aun dominada si se hallaba la fórmula eficaz para ello, de la misma manera que podía aplacarse la ira de los omnipotentes seres ocultos si se realizaban los actos adecuados para desagraviarlos. El hombre, tanto el moderno como el primitivo, es característicamente, un ser dotado de imaginación y animado de una voluntad consciente de dominio y poderío. De aquí su irrefrenable impulso de saber, de conocer, porque saber o conocer son modos de poder. Explicarse una cosa, llegar a conocerla, comprenderla es de cierto modo dominarla, o cuando menos emanciparnos en parte del dominio que esa cosa pueda ejercer sobre nosotros, especialmente en la esfera de los sentimientos, porque la ignorancia hace al hombre presa fácil de todos los temores. Por eso el hombre primitivo trató de hallar una explicación al mundo y a los fenómenos misteriosos que lo rodeaban, buscando no una satisfacción intelectual de su curiosidad, sino algo de mayor interés inmediato; neutralizar los malos efectos de las fuerzas misteriosas que le rodeaban y averiguar el oculto designio de los sucesos, en los cuales creía ver la manifestación casi siempre hostil, de la voluntad de los seres recónditos con que su imaginación pobló el mundo de lo desconocido y temido. Saber que presagiaban los fenómenos del mundo físico o la apariencia de las cosas, conocer el móvil oculto de las voluntades que regían el curso de los sucesos, y si era posible ganarse la indulgencia y el favor de esos poderes, fue de un interés vital para nuestro remoto antepasado, y de sus esfuerzos para conseguirlo nacieron la magia y la religión. 2.10.3. La Magia La magia fue la encargada de proporcionar la forma eficaz de conjurar o suscitar esas fuerzas a conveniencia del hombre. El origen del término es muy oscuro; algunos suponen que procede de un vocablo persa que quiere decir lo profundo; otros que viene de la palabra griega magos, equivalente a docto o sabio; pero en todo caso sus prácticas son muy anteriores a persas y griegos y se hallan extendidas por todos los pueblos. Esta amplia difusión de la magia y la semejanza de sus prácticas en todas partes son sorprendentes a primera vista, pero no lo es tanto si tenemos en cuenta que sus fundamentos descansan sobre supuestos y concepciones muy simples, tanto por la sencillez de su contenido como por la ingenuidad de su elaboración mental.

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Hay dos formas de asociación de ideas muy simples, al alcance de cualquiera, por muy atrasada que sea su cultura: la asociación por semejanza y la asociación por contigüidad. En una o en otra de ellas se fundan las prácticas más extendidas de la magia. 2.10.4. Magia Simpática o por Semejanza Del supuesto de que lo semejante produce lo semejante parte una gran variedad de ceremonias mágicas, tales como las que tienen por objeto hacer llover imitando los fenómenos que comúnmente acompañan a la lluvia. Comer la carne de ciertos animales según determinadas fórmulas rituales, comunica al que lo hace cualidades semejantes a las de ese animal: valor, astucia, fuerza, agilidad. De igual modo algunas enfermedades pueden ser curadas por sustancias semejantes a las que se supone las han producido. El lema de las medicina homeopática: simila similibus curantar (lo semejante es curado por lo semejante), es una versión civilizada de esta creencia mágica. La superstición de que una mujer encinta no debe mirar un eclipse porque su hijo puede nacer con manchas, y la que es conveniente, en cambio, que contemple cosas bellas para comunicar esa belleza al ser que nazca de ella, son también expresión muy extensa y frecuente de la creencia en el poder mágico de un fenómeno o de un objeto para producir su semejante. 2.10.5. Magia de Contacto La asociación por contigüidad explica la magia de contacto o de contagio, según la clasificación de Frazer. Una cosa material o inmaterial puede adquirir o incorporarse por contacto o por una relación de contigüidad cualquiera, los poderes, virtudes, maleficios y aun el ser mismo de otra cosa o de otro fenómeno. Un mechón de cabellos tiene algo de la personalidad del sujeto a que perteneció, y de igual modo el pedazo de tela de un vestido que haya estado en contacto con el cuerpo, o una figura o representación más o menos parecida a la persona. Por eso sirven al brujo o hechicero para sus maleficios o sus curaciones, pues lo que se haga con ellos se refleja en aquél a quien pertenecieron o a quien representan. El nombre de una persona, las palabras que designan cosas o fenómenos si son conocidas y pronunciadas de acuerdo con fórmulas mágicas, someten a la voluntad del que lo haga así todo lo nombrado por ellas, porque el nombre, la palabra, forma parte místicamente del ser o de la cosa que denominan. La maldición asociada a un nombre propio atrae sobre la persona designada por él los males que ella evoca, de modo semejante a la acción benéfica realizada por las hierbas que el hechicero o curandero frota sobre el cuerpo del enfermo, para que absorban el mal que le ha quitado la salud.

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2.10.6. El Tabú La magia puede ser ejercida de manera positiva o de modo negativo. Se ejerce positivamente cuando por medio de sus prácticas se puede hacer que ocurra un fenómeno. Se usa negativamente cuando por medio de ella se pretende evitar que determinadas cosas tengan lugar. Ejemplos de magia positiva son todos los que hemos apuntado en los epígrafes anteriores; entre los de magia negativa los más importantes son los tabúes. La forma más común de tabú es una prohibición de actos que de ser realizados desatarían automáticamente las fuerzas maléficas que tienen algunos objetos o palabras, especialmente aquellos que se consideran sagrados. Algunas personas –jefes, reyes, sacerdotes, enfermos – y ciertos objetos o lugares resulta peligroso acercarse a ellos, tocarlos o nombrarlos sin tener en cuenta las prohibiciones establecidas. En muchas religiones el nombre del dios nunca se pronuncia por ser tabú; y cuando es necesario evocarlo se usa un tratamiento reverente elíptico, o bien se le designa pronominalmente con mayúscula o se apela a una perífrasis alusiva. En el Antiguo Testamento el Arca de la Alianza se considera tabú; así, cuando el conductor de ella en el cortejo de David trata de evitar que caiga del carro en que es conducida y la toca con sus manos, “se encendió el furor de Jehová contra él e hiriólo allí y cayó muerto junto al Arca de Dios”, según se refiere en el Libro Segundo de Samuel, cap. 6, versículo 7. El hombre o la mujer del mismo clan o el pariente consanguíneo cercano, no pueden ser tomados en matrimonio porque son tabú en este sentido. 2.10.7. El Culto Religioso La magia y la religión están íntimamente enlazadas en los orígenes, y en todos los tiempos ha habido mucho de común entre los ritos mágicos y las ceremonias religiosas. Pero desde muy temprano en la evolución de la cultura la magia derivó hacia un sistema de prácticas casi mecánicas, destinadas a suscitar, conjurar o dominar las fuerzas místicas que se suponía residían en las cosas; mientras que la religión tomó a su cargo las relaciones del hombre con los seres sobrenaturales, especialmente las divinidades, y se preocupó de ofrecer la manera de hacer propicia la voluntad de esos seres. Ya nos hemos referido al mundo de inseguridad y de terrores en que vivió el hombre primitivo. Como lo ignoraba todo a todo temía: a las fuerzas misteriosas de que creía animada a la Naturaleza y a la mala voluntad de los seres ocultos a quienes atribuyó la posesión de esas fuerzas. Desde las primeras etapas de la evolución de la cultura y siempre después, en grado mayor o menor, el temor ha sido un elemento fundamental 82


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del sentimiento religioso, como lo prueba el hecho de que la mayor parte de las prácticas religiosas de los pueblos más atrasados son ritos destinados a aplacar la ira de la divinidad o a conjurar los males por ella desatados. Y aun en las grandes religiones históricas es bien visible la influencia del temor en sus concepciones. Testimonio de ello son las frecuentes menciones de la ira de Dios en el “Antiguo Testamento”, y la condición de varón justo y temeroso de dios que se suele atribuir en él a los bien hallados con la divinidad. Empero, mejor que conjurar una mala voluntad después que se manifiesta por un acto hostil, sería predisponerla a favor nuestro, granjearse y mantener su actitud benevolente. Pero, para conseguir esto, es preciso observar de continuo un procedente grato al ser o poder cuya mala voluntad puede causarnos daño; hace falta para ello algo que exprese de continuo el reconocimiento del poder de ese ser y el homenaje de gratitud y devoción que el hombre le rinde por su buena disposición hacia él. Este homenaje reverente y devoto que el hombre tributa a las divinidades, es el culto religioso. 2.10.8. La Religión como Fenómeno Cultural La religión en todos los tiempos y en cualquier parte, ha formado parte integrante de la cultura social y al par de ella ha ido cambiando, aunque con ritmo más lento generalmente; porque la religión se afianza en las tradiciones, que por ser tales van a la zaga de los tiempos que corren en cualquier momento considerado después de su institución. De aquí el carácter conservador como fuerza social que casi siempre ha tenido. El concepto de la divinidad y de sus atributos, la visión religiosa del mundo y del orden moral y espiritual que debe regirlo no son los mismos en todas partes ni en todos los tiempos. En el Egipto de los faraones, en la China de Confucio y Laot-se, en la Grecia clásica, en la Europa medieval y en el mundo occidental moderno, esos conceptos tienen características propias distintas en cada uno de ellos, que reflejan la idiosincrasia de los distintos pueblos, sus diferencias culturales y las preocupaciones que en su época sintieron. El egipcio antiguo, preocupado fundamentalmente de la supervivencia, tiene una religión en la que el culto a los muertos y los ritos que aseguran una vida eterna en el mundo más allá de la tumba, constituyen la parte esencial. A diferencia de Egipto, la China culta y refinada del siglo V antes de nuestra era, la de Confucio y Laot-se, bien hallada en su situación presente y de espíritu poco especulativo como los chinos de todas las épocas, no siente grandes inquietudes por una vida ultraterrena. Su religión es poco metafísica y se dedica por modo principal al culto de los antepasados, sin dioses de categoría 83


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principal que reinen sobre los demás, correspondiéndose con una organización social en la cual la familia prepondera sobre todas las demás instituciones y el Estado es débil y se halla imperfectamente desarrollado. El politeísmo griego con su culto sensual, sus dioses hechos a escala humana con las mismas pasiones, grandezas y pequeñeces del hombre, la poesía de sus mitos y leyendas y la anarquía de su Olimpo, refleja el particularismo individualista, el sentido de ponderación que hizo del hombre la medida de todas las cosas, el espíritu estético y el sensualismo de las costumbres que fueron características notables de los pueblos helénicos. Los determinantes culturales e históricos que operan en el desarrollo de una religión, se ponen característicamente de manifiesto en el caso del judaísmo – cristianismo. Este sistema religioso se origina en el seno de un pueblo pequeño, carente de fuerza y por ello secularmente oprimido, pero animado de una voluntad de ser y de poder que ha hecho de los judíos un caso sin paralelo en la Historia. Sujetos al dominio de otro casi siempre, vencidos y humillados una y otra vez, su orgullo nacional buscó y halló compensación en una doctrina que exalta las virtudes opuestas a la fuerza y al poder vaticina el advenimiento de un reino de justicia, donde los que hoy sufren y son oprimidos habrán de humillar a sus opresores y enseñorearse de ellos. El cristianismo evangélico y apostólico va más allá: postula la igualdad de todos los hombres, preconiza la fraternidad como un principio grato a Dios y anuncia la bienaventuranza divina para los humildes, los pobres de espíritu y los menesterosos, no de un pueblo determinado elegido por la gracia divina, sino de todas partes y sin distinción de clases, con tal de que adopten la nueva fe, de que crean en la buena nueva, en el evangelio que enseñan los apóstoles. En un mundo donde los bien hallados y privilegiados eran relativamente muy pocos y los oprimidos y esclavizados constituían la inmensa mayoría, como ocurría en el Imperio Romano; pero en el cual también jamás faltó la conciencia más o menos clara del valor de la dignidad humana, legado precioso de la cultura helénica robustecido más tarde por el fuerte y bravío individualismo germánico, una religión cual el Cristianismo, que proclama la superior condición de la persona humana en la creación y declara a todos igual en su dignidad y que, además, ofreciera la promesa de una pronta instauración del reino de los valores por ella establecidos, tenía que triunfar y extenderse por todas partes, tanto más fácilmente cuanto la coyuntura histórica de la decadencia del Imperio y del paganismo le fue grandemente propicia en su momento. Así, en efecto, conquistó todo el mundo romano, ganó más tarde a los conquistadores del Imperio, reinó con soberanía absoluta durante la Edad media en toda Europa y

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se extendió a América y a otras partes del mundo, en la época de las conquistas y de la fundación de los grandes imperios coloniales. 2.11. El Arte 2.11.1. División de las Artes El término arte, en su más amplia acepción designa todo lo que se hace por la industria o habilidad del hombre en oposición a lo que es producto de la Naturaleza. Todo lo que no es natural es artificial, es decir, obra del arte. Pero así comprendido es tan vasta la denotación del vocablo, que alcanza a toda la civilización y aun toda manifestación de la cultura; por ello se le reduce a la designación de aquellas cosas que el hombre produce para satisfacer sus necesidades estéticas, de igualado que lo producido para llenar sus necesidades materiales según determinadas técnicas. De esta manera suelen agruparse las artes en dos grandes categorías: las artes prácticas o útiles de una parte y las bellas artes de otra. Las artes prácticas comprenden toda la numerosa variedad de artículos útiles fabricados por la industria humana, y también la técnica de su producción. La calidad de estas artes y el carácter de sus distintas técnicas varían mucho, pues comprenden lo mismo el arte rudimentario del constructor de hachas del Paleolítico o del alfarero prehistórico, que la acabada producción de la industria moderna. Las bellas artes se distinguen de las anteriores por el hecho de que no son estimadas principalmente por la utilidad material que sus productos puedan tener, sino por la satisfacción estética que procuran, por el deleite espiritual que la apreciación de su belleza ocasiona. Esta división de las artes en bellas o desinteresadas y prácticas o útiles, no quiere decir que una y otra categoría se excluyan. Nada de eso. Una cosa puede ser útil y bella a la vez; y muchos de los productos de la industria moderna buscan tanto la eficacia en la satisfacción de las necesidades materiales como la belleza en la apariencia. Los fabricantes de automóviles, por ejemplo, se preocupan lo mismo del rendimiento útil de la máquina y de su comodidad, que de la belleza de las líneas del carro. De igual modo proceden los fabricantes de relojes, de plumas-fuentes, de buques, de aviones, de zapatos y hasta de armas. Por otra parte, en una de las bellas artes, la Arquitectura, la belleza de la construcción está condicionada por factores y consideraciones materiales, tales como la utilidad y el costo de fabricación. Pero de todos modos, en una civilización tan compleja como la nuestra, donde la división del trabajo se ha desarrollado tanto, ambas categorías de arte 85


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tienen su campo propio más o menos convencionalmente dividido. Así, las bellas artes comprenden todas aquellas relacionadas con la línea, el color y las formas (pinturas, escultura y arquitectura); con los sonidos (música), con las palabras en sus valores expresivos y musicales (prosa y poesía). Y cuando se habla de arte, en singular, generalmente nos referimos a las bellas artes. 2.11.2. El Arte y la Cultura Ninguna de las grandes creaciones del hombre tiene mayor importancia que el arte, para el conocimiento de la génesis y evolución de la cultura. Nuestro conocimiento de las costumbres y creencias de la humanidad remota, proviene de las obras de arte que la dilatada Prehistoria nos ha legado, ya que el documento escrito es de tiempos relativamente recientes. El arte es uno de los elementos originales que entran en la constitución de una sociedad. Cada pueblo en particular o cada época en sentido histórico general tiene su arte, es decir, sus formas peculiares de expresar los sentimientos estéticos, que no constituyen un epifenómeno sino una dimensión natural de la psicología del hombre. La creación artística es, por supuesto, un hecho individual, pero la circunstancia de su producción, el ambiente que estimula la vocación y acoge la obra, está socialmente condicionado y en él se resumen y ponen de manifiesto las esencias espirituales de un pueblo o de una fase de la cultura. Muchas resueltas y extensas manifestaciones artísticas contradicen y hasta parecen un reto al gusto estético corriente en una época o lugar, pero ello ocurre porque el artista, cuando es de veras creador original, suele ser un rebelde contumaz contra lo vulgar, o sea en este caso, frente a lo que es común y de la aceptación popular. Empero, el disentimiento con el medio no es tan radical como suele aparecer a primera vista; casi siempre responde a una honda crisis de los valores y de la sensibilidad, que tiene sus manifestaciones primerizas en el arte, porque las venas de éste llegan hasta los planos más profundos de la vida emocional, y hacen aflorar a la superficie de la contemplación común entrañables inquietudes confusamente sentidas y sin clara conciencia de su índole y sus relaciones. Es posible – y el hecho no es singular – la existencia de un arte desavenido, discordante en sus creaciones con el gusto reinante, pero ninguna manifestación artística puede tener lugar en forma duradera y extensa totalmente desarraigada, sin nexo espiritual alguno con el medio en que se produce. Desde el punto de vista sociológico toda manifestación artística es una respuesta a una inquietud, un anhelo o una preocupación sentidas en zonas más o menos extensas de una agrupación social, que el artista interpreta y expresa estéticamente en su creación. 86


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2.11.3. El Arte de los Pueblos Primitivos En las primeras fases de la evolución de la cultura humana la lucha por la existencia fue, sin duda, tan dura e intensa, que toda la energía y todo el tiempo del hombre fueron absorbidos por la agobiadora y difícil tarea de procurarse alimento y abrigo. A pesar de ello, nuestro antepasado del Paleolítico ha dejado huellas de actividades artísticas. Pero es un arte de cierta manera utilitario. Los cazadores trogloditas del Magdaleniense, cuyas capacidades artísticas fueron excepcionales, no perseguían principalmente una desinteresada finalidad de goce estético al crear las magníficas pinturas rupestres que han llegado hasta nosotros; más bien los movía un propósito de orden mágico relacionado con la caza, a juzgar por los motivos que representaban. El arte por el arte, es decir, por el mero placer estético, es un lujo que no cabía en la vida premiosa y precaria del hombre primitivo; por eso es presumible otra finalidad extraña a lo estético en el arte de los orígenes de la cultura, aunque en modo alguno debe suponerse que el goce de la creación de belleza estuviera totalmente ausente en el artista y “su público”. Emerson Swift ha descrito muy bien el carácter y significación del arte paleolítico. Suyas son las siguientes palabras: “No ha existido un grupo humano más íntimamente compenetrado con su ambiente que las tribus de cazadores de reno de la época Magdaleniense, y su arte, como ningún otro, ha expresado cabalmente al hombre que lo produjo. La caza y la pesca, medios y finalidad de la vida al mismo tiempo, constituían la esencia de la propia existencia, y puesto que el arte es el fiel reflejo de la vida, las grandes bestias de la edad del hielo: el reno, el bisonte, el mamut, juegan en el arte del hombre paleolítico el mismo papel vital que desempeñaban en su existencia cotidiana. Representando sus formas con sobrio realismo en los muros de su oscura habitación cavernaria, creyó ganar poder y dominio sobre los animales representados, y así, por el principio que llamamos hoy magia simpática, aseguraba sus éxitos en la caza”. 2.12. La Sociedad de la Información El desarrollo de la microelectrónica permitió la aparición de las computadoras y dio inicio a la Era de la Informática. Las primeras computadoras eran máquinas muy grandes, y en el momento de su aparición (1946) suscitaron poco interés entre el público. Concebidas originalmente como máquinas de calcular, muy pronto se transformaron en sistemas informáticos; es decir, en sistemas que almacenan, procesan y transmiten información. Por ello, fueron utilizadas de forma corriente en muchos sectores de la industria, la ciencia, la cultura, la medicina, la enseñanza, etc. En la actualidad empiezan a ser consideradas como uno de los inventos más trascendentales en la historia de la humanidad. 87


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La era de la supercomunicación Las telecomunicaciones permiten la emisión y recepción a distancia de cualquier tipo de información (escritos, sonidos, imágenes) a través de distintos sistemas, como el cable o las ondas. La comunicación a distancia tuvo un gran desarrollo entre mediados del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX con la aparición de cuatro inventos: el telégrafo, el teléfono, la radio y la televisión. Sin embargo, el avance crucial tuvo lugar en los últimos años del siglo gracias a dos factores fundamentales: por una parte, el desarrollo de la telemática, es decir, la unión de la informática y las telecomunicaciones (telefax, videotexto, teletexto, etc.); por otra, el desarrollo de nuevos medios de transmisión, como los satélites, el láser y los cables de fibra óptica que emiten la información como una señal luminosa y permiten transmitir grandes cantidades de datos. La mayoría de estos avances fueron posibles gracias al desarrollo de computadoras multimedia, capaces de almacenar, procesar y presentar textos, imágenes -estáticas o en movimiento- y sonidos, con una gran calidad. Esta tecnología de la comunicación no sólo favoreció el dinamismo de los negocios, sino que ha significado una revolución en la vida cotidiana de las personas. Sin embargo, la informatización de la sociedad ha significado también algunos peligros que se mantienen hasta hoy en día. El acceso a la información tiene un valor agregado nunca antes visto y existen numerosos bancos de datos con información de muy diverso tipo, incluso de ciudadanos comunes, a quienes las leyes de protección de datos apenas consiguen amparar. La dependencia creciente de la sociedad de la información con respecto a su instrumental electrónico ha sido tal que la ha hecho no sólo fuerte sino también muy vulnerable. Si bien es cierto que se puede procesar y almacenar gran cantidad de información, también es cierto que dicha información no siempre se halla totalmente segura y su pérdida o deterioro pueden perjudicar las actividades regulares de una persona -o incluso de una empresa- durante meses.

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LECTURAS LA CULTURA COMO EL MODO DE VIDA La cultura es el modo que el hombre tiene que situarse en el mundo. Es el comportamiento aprendido en el seno de la sociedad. Podríamos definir la cultura como el modo de vida de un pueblo, como el medio que un grupo de seres humanos que ocupan un territorio común ha creado a través de sus ideas, de sus instituciones, de sus utensilios, de su idioma, de sus herramientas, de sus servicios y de sus sentimientos. Este medio creado por el hombre, esta cultura, es el que toda sociedad humana hace prevalecer sobre el medio puramente físico; y, en el seno del cual, el hombre se educa. La cultura se identifica hasta tal punto con la propia vida que podríamos decir, con toda justicia, que la cultura no se impone a la vida, sino que es un ensanchamiento de la vida. De igual modo que una herramienta amplia y extiende las posibilidades vitales. Los rasgos que caracterizan la cultura son: 1) La cultura tiene que ser inventada; 2) tiene que ser transmitida de generación en generación; 3) tiene que perpetuarse ya en su primitiva forma, ya modificada. Por consiguiente, la cultura es un conjunto de configuraciones mentales que, en forma de normas de conducta y de productos materiales, constituye el principal sistema del que el hombre se vale para adaptarse al medio total y estableciendo un control sobre él, transformándolo y transmitiendo y perpetuando los medios de conseguir lo que ha sido acumulado. (Montagu, Ashley. (1962). Homo Sapiens: Dos millones de años sobre la Tierra. Pax. México DF. p. 34)

¿Cuál es el papel de la cultura en la vida del ser humano? ¿Se puede hablar de un ser humano sin cultura, o la cultura forma parte necesariamente del ser humano?

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Antropología

ORAZIO RAMUNNI DIAZ

ACTIVIDADES 1. Elabore un mapa conceptual o un cuadro sinóptico del contenido de la Segunda Unidad. 2. Responda por escrito las preguntas formuladas anteriormente en la presente unidad (Sugerencias para el Foro). 3. Desarrolle el significado de los conceptos clave formulados anteriormente en la presente unidad. Consulte Diccionario de Antropología, diccionarios especializados y otros libros pertinentes. 4. Elabore un Informe sobre las principales culturas que se encuentran en nuestro país. 5. Efectúe el Comentario Crítico que la(s) lectura(s) de la presente Unidad.

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Antropología

ORAZIO RAMUNNI DIAZ

LA CULTURA Y EL SUSTENTO

Ilustraciones tomadas de Atlas Temático Hombre. Editorial Idea Books S.A.

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Antropología

ORAZIO RAMUNNI DIAZ

EL HOMBRE: EL VESTIDO Y LA VIVIENDA

Ilustraciones tomadas de Atlas Temático Hombre. Editorial Idea Books S.A. 92


Antropología

ORAZIO RAMUNNI DIAZ

TERCERA UNIDAD

CAMBIO CULTURAL. INNOVACIÓN. DIFUSIÓN Y CAMBIO

¿EN QUE CONSISTEN LOS FACTORES HISTÓRICOS, SOCIALES, ECONÓMICOS, CIENTÍFICOS Y TÉCNICOS, POLÍTICOS, PSICOLÓGICOS Y SEXUALES Y EDUCATIVOS? “ … La supervivencia o la extinción de la raza humana depende ahora de una sola pregunta: ¿Será capaz a corto plazo, de engendrar los bastantes espíritus sintéticos, universalistas, que puedan actuar sobre sus contemporáneos para hacer prevalecer las fuerzas de la cohesión sobre las del desmembramiento?”

Henri Prat

SUGERENCIAS PARA EL FORO 1. ¿En qué consiste la historicidad del ser humano? 2. ¿Qué representan las instancias: pasado, presente y futuro en la historia del hombre? 3. ¿Qué son los fenómenos sociales? 4. ¿Cuáles son las características del fenómeno social? 5. ¿En qué consiste la sociabilidad humana? 6. ¿Qué es el hecho o fenómeno económico? 7. ¿En qué consiste el proceso económico? 8. ¿Cómo se han dado los modos de producción? 9. ¿Cómo se define la política? 10. ¿En qué consiste la variabilidad en los tipos de organización política? 11. ¿Cuál es la dimensión psíquica del ser humano? 12. ¿Cuáles son los grados del saber psicofísico? 13. ¿Cómo se manifiesta la sexualidad en la sociedad? 14. ¿En qué consiste la educación? 15. ¿En qué consiste la educación como proceso sociocultural?

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