SOCIEDAD 3.0 Y SOCIAL MARKETING

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Aquiles Juliรกn Compilaciรณn y presentaciรณn

Sociedad 3.0 y social marketing Nuevas oportunidades de prosperar en el siglo 21

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DOMINICANA EMPRENDE es un programa voluntario de apoyo a la iniciativa emprendedora en donde emprendedores y empresarios comparten sus experiencias, conocimientos y habilidades de negocio para fomentar el espĂ­ritu emprendedor creando una incubadora que nutre el impulso hacia el emprendimiento de todas las personas interesadas en emprender.

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Aquiles Juliรกn Compilaciรณn y presentaciรณn

Sociedad 3.0 y social marketing Nuevas oportunidades de prosperar en el siglo 21

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2016 Editorial Libros de Regalo Colección Lectofilia Digital Compilación y presentación: Aquiles Julián 1ª edición, otubre 2016 Editado en Rep. Dominicana

El presente libro participa de la modalidad de sharing book / open book y de sharing knowledge. Es totalmente gratuito se regala y divulga sin fines de lucro. Y promueve una sociedad de intercambio y colaboración también en el conocimiento.

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Aquiles Julián (El Seibo, Rep. Dominicana, 1953) Emprendedor, business coach, trainer, escritor, teatrista y cineasta dominicano. Especialista en lectura súper rápida y neurocompetencias. Ha ganado importantes premios literarios en cuento, poesía y teatro en RD. Empresario de la nueva economía o economía 3.0. Dirige Dominicana Emprende. Fue alto ejecutivo, como director creativo en unas ocasiones y gerente general en otras, de reconocidas empresas publicitarias en su país de origen, tanto nacionales como internacionales, entre ellas Systema Creativo, Publicitaria del Caribe, PUBLICA, Mercurio Publicidad, Retho Publicidad y McCann-Erickson. Como publicista trabajó para importantes marcas y compañías como Coca-Cola, Bermúdez, Winston, Maggi, Supermercados Nacional, Malta India, Banco Popular, KeepRite, Colchones Rex, Sealy, Passiton Jeans, Zebú Jeans, Muebles Omar, Herrera Pérez & Co., Banco del Comercio, Nedoca, Citgo, entre otras. En 1993 fundó Maxiventas, S.A., la primera compañía de comunicación integrada de marketing en Rep. Dominicana. En el año 2002 fundó junto a su esposa, la Ing. Cris Julián, de nacionalidad colombiana, la empresa de capacitación Ideacción, S.A. Fue docente en APEC, INTEC, la Universidad Católica de Santo Domingo, UCSD, y los monográficos de mercadeo de la UNPHU. En el año 2004 junto a su esposa, empezó a incursionar en actividades empresariales de la economía 3.0 Dirige la editorial digital Libros de Regalo. Editor de varias colecciones digitales, entre ellas Lectofilia digital. Sus artículos se reproducen en medios y blogs de distintos países, entre ellos España, Perú, Uruguay, México, Colombia, Chile, Argentina y los Estados Unidos.

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Indice 8/ Oportunidades en la economía 3.0 con el social marketing /Aquiles Julián 17/ ¿Qué es la economía colaborativa y cuáles son sus beneficios / Artículo no firmado. 22/ ¿Qué es la economía colaborativa? / Joaco Alegre 52/ Los 3 sistemas de la economía colaborativa / Sergio Villaveces 57/ Por qué la cultura colaborativa puede cambiar el mundo / Marcela Basch 79/ Los 5 puntos clave de la economía colaborativa en la era digital / Miguel Ángel Corcobado 85/ ¿Nueva economía? Economía colaborativa / Marc Cortés 91/ ¿Qué buscan los clientes en la economía colaborativa / Paúl Lara 98/ Economía colaborativa y desarrollo sostenible /Francisco Fernández Latorre 106/ 7 tendencias de economía colaborativa que te interesan / Miguel ángel Corcobado 116/ La evolución de las plataformas de economía colaborativa / Eduardo Quintana 123/ El auge de la economía colaborativa en España / Indra Kishsinchand y José Maria Torrego 141 / La imparable economía colaborativa / Miguel A. García 216/ La economía colaborativa avanza pero con gran polémica / Beatriz P. Galdón

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Oportunidades en la economía 3.0 con el social marketing Por Aquiles Julián

La eclosión de la economía 3.0, la economía colaborativa, abre múltiples oportunidades para que las personas produzcan, creen, compartan y prosperen en el siglo 21. La sharing economy o economía colaborativa, la economía 3.0, es un modo de consumo alternativo potenciado por la Internet y las nuevas tecnologías, en particular las tablets y los smartphones.

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La economía y la sociedad 3.0 pueden abordarse de dos maneras: como paliativo o como oportunidad real de prosperar. La economía 3.0 como paliativo Compartir un vehículo, hacer trueques e intercambios, rentar un cuarto o un asiento en el comedor son maneras válidas de acopiar algunos pesos adicionales a la maltrecha economía familiar. Pero no pasa de ser un paliativo. Es un recurso remediativo a una situación transitoria de falta de ingresos o de ingresos insuficientes. ¿Válido? Claro que sí. Todo lo que mejore, alivie y aporte al ingreso personal y familiar siempre es, no sólo válido, sino también bienvenido. Pero no resuelve el problema a largo plazo: la suficiencia e independencia financiera, aunque a corto plazo nos saque de aprietos. Donde la economía colaborativa y sus principios rectores de intercambio entre iguales toma carácter y dimensiones útiles, es cuando se combina con las 9


redes de distribución y consumo que prefiguraron y anticiparon esta tendencia de la economía. ¿Por qué el social marketing conviene? El social marketing es la dimensión actual de lo que inicialmente se llamó distribución en red. Es un modelo en que individuos independientes se relacionan y respaldan en una compañía suplidora para crear un flujo de productos y servicios hacia los mercados naturales de esos individuos (parientes, amigos, vecinos, conocidos y relacionados), y derivan beneficio de brindar un servicio de distribución autorizada que aporta a los consumidores varias ventajas en comparación a los canales ordinarios de distribución. Al combinarse la distribución en red con la economía 3.0 o economía colaborativa, ambos se potencian y dan origen a un modelo superior de acción productiva: el social marketing. Este modelo combina lo mejor de la economía 3.0 con lo mejor de la distribución en red, ya que permite y premia la transferencia de conocimientos, experiencias y mentoría. 10


La más importante de sus ventajas es que nos permite trascender la solución paliativa para crear una solución consistente y lucrativa al esfuerzo personal de servir a los demás, entrenar a los demás, compartir conocimientos y experiencias, respaldar a nuevos emprendedores y construir una red de distribución de bienes y servicios eficiente. ¿Puede el social marketing encajar en la economía colaborativa? De alguna manera la distribución en red prefiguró el actual modelo económico. De hecho, fue la distribución en red la que primero que nadie más creó al prosumidor, a la persona que produce ingresos con su consumo personal. Además, ejerce dos de las maneras en que opera la economía colaborativa o economía 3.0: el consumo colaborativo y el conocimiento abierto. Si, por igual, revisamos la lista de beneficios que aparece en el artículo: “¿Qué es la economía colaborativa y cuáles son sus beneficios?”, Pág. 17, vemos que aplica a los cinco principales beneficios: 1. Ahorro 2. Desarrollo sostenible 11


3. Gestión de recursos 4. Mayor oferta 5. Beneficio medioambiental Y en cada una de esas áreas el social marketing ofrece beneficios sólidos, cuantificables, significativos, diferenciales y dignos de encomio, mejorando las vidas, la salud, la economía y el entorno de las familias y personas usuarias, así como de la comunidad y el ecosistema. El social marketing se apalanca en los tres sistemas de consumo colaborativo Es igualmente importante apuntalar que el social marketing se apalanca en los tres sistemas de consumo colaborativo que Sergio Villaveces enumera en su artículo “Los 3 sistemas de consumo colaborativo”, en la Pág. 52 Así el social marketing es, simultáneamente, un sistema basado en el producto, un sistema basado en la distribución y un sistema basado en un estilo de vida colaborativo, con sus peculiaridades distintivas. Y su mayor fuerza proviene de un elemento crucial en la economía 3.0: funcionar en redes. 12


Las redes sociales, el teléfono inteligente, las tablets, las App y otras innovaciones simplemente han potenciado la relación entre iguales, los contactos y el mayor alcance del modelo de redes sociales de distribución que inició en los años ´50 del siglo pasado. Aquellos pioneros incursionaron en un mundo desconocido. Fueron visionarios. Lo que ellos anticiparon hoy lo vivimos: la sociedad interconectada, colaborativa, interrelacionada: la sociedad 3.0 Para esta sociedad el modelo del social marketing es una vía expedita a la prosperidad basada en el servicio al prójimo, en la colaboración. “No he venido a ser servido, sino a servir” En este contexto las palabras de Jesús son por igual contundentes. “No he venido a ser servido, sino a servir”. La sociedad 3.0 es una sociedad del servicio al prójimo, del compartir, del colaborar, del agregar valor.

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Como en toda economía hay intercambio de valor entre personas, pero está fundada es una relación entre individuos, y en el social marketing sobre todo en servir a nuestro mercado natural: parientes, amigos, vecinos, conocidos y relacionados. Que la persona que presta el servicio o suple el producto obtenga un beneficio es lógico y razonable. La misma Biblia señala que: “El jornalero es digno de su salario”. Pero primero que el beneficio, está el servicio. De hecho, el beneficio es la consecuencia del servicio, no la razón del mismo. Las 7 áreas de beneficio del social marketing ¿Qué reciben las personas del social marketing en la economía colaborativa? Hay 7 beneficios súper útiles y deseables, que merecen destacarse: 1. 2. 3. 4. 5.

Ahorro de más de un 50% Eliminación de químicos tóxicos y agresivos Mejora en la nutrición y la salud Reducción de desperdicios y basura Protección del medio ambiente: flora, fauna, aire, aguas y tierra.

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6. La generación de ingresos en un Plan B sostenible fundado en el consumo cautivo 7. La creación de un activo. 8. Cada uno de esos 7 beneficios por sí mismo es lo suficientemente atractivo como para motivar a una persona a desarrollar una economía 3.0 alrededor del social marketing. Pero que todos se reciban simultáneamente, junto a muchos otros beneficios distintivos de esta modalidad de negocio, es sumamente motivante. Estamos viviendo tiempos extraordinarios, porque asistimos a la transición de un modelo económico, la economía industrial 2.0 basada en los combustibles fósiles, o segunda revolución industrial, a la economía 3.0, la tercera revolución industrial, basada en energías alternativas, en la Internet de las cosas, y las comunidades conectadas mediante las redes sociales y los teléfonos inteligentes. Es la sociedad del prosumidor, de las redes, del intercambio entre iguales, de la colaboración y del social marketing. Démosle la bienvenida. 15


¿Qué es la economía colaborativa?

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¿Qué es la economía colaborativa y cuáles son sus beneficios?

Internet y las nuevas tecnologías han impulsado modelos de consumo alternativo en los últimos años. La relación entre quien ofrece un producto y quien tiene una necesidad concreta está cambiando de manera significativa. Uno de los modelos que más adeptos gana día tras día es la economía colaborativa, el cual se basa en 17


prestar, alquilar, comprar o vender productos en función de necesidades específicas y no tanto en beneficios económicos. De hecho, en este sistema es posible que el dinero no sea el único valor de cambio para las transacciones. Los servicios son considerados bienes de intercambio. Por ejemplo, una persona que pueda ofrecer alojamiento a otra durante unos días, puede intercambiar este servicio por unas clases de inglés o francés. Como su propio nombre lo indica, es un modelo centrado en la colaboración y la ayuda muta. Actualmente, casi todos los sectores de la economía ya cuentan con negocios colaborativos, pese a que, tras su irrupción en el año 2010, aún es temprano para decir si este sistema tendrá un alcance global o sólo parcial.

Tipos de economía colaborativa El concepto es mucho más amplio de lo que parece en un principio. Dentro del propio sistema de colaboración, también denominado «economía compartida», existen varios tipos de relaciones que varían en función de las necesidades y los productos: 18


Consumo colaborativo: Utiliza plataformas digitales a través de las cuales los usuarios se ponen en contacto para intercambiar bienes o artículos, casi todos de forma gratuita y altruista. Conocimiento abierto: Son todas aquellas modalidades que promueven la difusión del conocimiento sin barreras legales o administrativas. Pueden presentarse en el día a día o a través de plataformas informáticas a las que acuden usuarios con necesidades. Producción colaborativa: Se trata de redes de interacción digital que promueven la difusión de proyectos o servicios de todo tipo. La diferencia con los dos modelos anteriores es que lo que se ofrece también se produce en el seno de estas células. Finanzas colaborativas: Microcréditos, préstamos, ahorros, donaciones y vías de financiación se incluyen en este subgrupo de la economía colaborativa. Los usuarios se ponen en 19


contacto para satisfacer necesidades en cualquiera de estos aspectos. El mejor ejemplo lo vemos en el crowfunding, modelo de financiación para aquellos que deseen aportar capital a ciertas iniciativas de forma desinteresada.

Principales beneficios de la economía colaborativa Son muy diversas las ventajas de este modelo de economía. Algunas de las más destacables son: El ahorro. La mayoría de productos o servicios que se ofrecen a través de este sistema tiene precios módicos o, incluso, simbólicos. Desarrollo sostenible. La economía colaborativa estimula el segundo uso de los productos. Lo que alguien ya no necesita, puede tener un nuevo destinatario en alguna red de contactos. Se aboga por un consumo moderado. Gestión de recursos. Otro principio de la economía colaborativa es que si a alguien sirve una cosa, lo más probable es que a otra persona también. ¿Por qué no compartirlo? El mejor ejemplo son los coches de carretera, que pueden servir para llevar a varios pasajeros con destinos próximos. 20


Mayor oferta. Los productos con un segundo uso y los servicios compartidos amplían la oferta de los mercados tradicionales. Sin la economía colaborativa, es posible que éstos nunca vieran la luz. Beneficio medioambiental. La reutilización y los servicios compartidos son una buena manera de contribuir al cuidado y la sostenibilidad de los entornos.

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¿Qué es la economía colaborativa? Por Joaco Alegre

Introducción. El término “Economía Colaborativa” proviene de la expresión inglesa “Sharing Economy”, divulgado separadamente por Lisa Gansky[i] y Rachel Bootsman con Roo Rogers[ii] en 2010. El gerundio informa acerca de la acción verbal dinámica, y no constituye una simple teoría social. También podríamos traducirlo literalmente: “Compartiendo economía”, si definimos Economía 22


como “los medios de satisfacer las necesidades humanas mediante los recursos disponibles que siempre son limitados”[iii]. Es indudable que la desigualdad de las sociedades occidentales, ha contribuido al desarrollo de la economía colaborativa, como medio también de defensa y supervivencia. La economía colaborativa es un cajón de sastre donde coexisten acciones de distinto tipo, con una característica común: todas las iniciativas están basadas en las tecnologías de la información y comunicación, que permiten la creación de redes sociales y portales, donde se pueden realizar interacciones entre individuos de forma masiva. Bajo este paraguas, se incluye por el momento 4 epígrafes: Conocimiento abierto, consumo colaborativo, finanzas compartidas y producción colaborativa. Quizás otros puedan incorporarse, como Educación Expandida y Periodismo de Datos, tal como nos deja entrever la interesante web del CCCBLAB[iv]. En el futuro, incluso los portales de construcción y ratificación de la reputación personal (de personas 23


físicas y jurídicas), pueden convertirse en materia de la “economía colaborativa” y el efecto se amplíe a las decisiones políticas – quizás en un principio locales -, en una suerte de “Política Participativa”. El factor transversal a todos estos epígrafes es precisamente la construcción de inmensas bases de datos que se gestionan de forma colectiva e interactiva y que se pueden compartir y actualizar en tiempo real por los usuarios, gracias a la velocidad de la comunicación de internet, y a los sistemas de almacenaje y gestión de datos. En este aspecto nos acerca a una concepción del ser humano como insecto social, que por primera vez comparte una superestructura de datos/información/conocimiento transmisible y utilizable por todos los individuos. Una suerte de inteligencia colectiva. A esto lo llamamos mesh (malla) o red (red social). Y cada usuario constituye un nodo (nudo) de la red, de múltiples redes superpuestas. Como una red neuronal.

Analizando cada área por separado:

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Consumo Colaborativo El Consumo Colaborativo, según Wikipedia, es “el acceso a bienes y servicios sin detentar la propiedad de los mismos, a través de plataformas digitales”[v]. Bajo esta denominación conviven iniciativas muy diferentes en su concepción y objetivos, aunque el entorno tecnológico de utilización es muy similar: Desde plataformas que buscan compartir de forma gratuita y altruista bienes escasos, fomentando adicionalmente la relación personal (streetbank)[vi], hasta plataformas con un claro modelo de negocio (uber)[vii]. Incluso algunas que nacieron como plataformas colaborativas gratuitas, y posteriormente han mutado en modelos de negocio (blablacar)[viii]. Enfocado desde la vertiente económica: si aplicamos en alguna red social nuestros activos infrautilizados (casa, coches, objetos) haciendo líquido un beneficio latente, lo llamamos consumo colaborativo. En los casos en que esta actividad se organiza como un modelo de negocio, elimina ciertas “capas” de la producción que son mochilas improductivas. Desde el punto de vista de la economía clásica, el consumo colaborativo (transaccional, no gratuito) altera el statu quo de la definición de mercado. En el desarrollo teórico del “libre mercado de competencia 25


perfecta” (el que consigue la mayor eficiencia en la producción y asignación de bienes), los economistas citan como características de este mercado: La existencia de un gran número de productores y consumidores, que los convierte en precio-aceptantes. La transparencia del mercado, que permite la información completa y gratuita de productores y consumidores. La inexistencia de barreras de entrada o salida al mercado. La movilidad perfecta de bienes y factores, con costes de transporte despreciables. La inexistencia de costes de transacción para los productores y consumidores. Las plataformas colaborativas se han acercado a las condiciones de libre mercado establecidas por los economistas clásicos. La consecuencia es que los mercados colaborativos son más eficientes en la asignación de precios y recursos, al poner en valor, además, recursos infrautilizados. El “alquiler compartido” de bienes hace posible su “divisibilidad”, que el sistema “tradicional” de adquisición y consumo 26


no alentaba. Esto provoca que las plataformas colaborativas sustituyan paulatinamente a otros mercados menos eficientes. Algunos modelos, además, nos acercan a la acepción más pertinente de consumir, que es la de agotar la utilización de los objetos hasta su fin, y no desecharlos antes del final de su vida útil (por lo que permanecen “inconsumidos” en vertederos). Lo que no queda alterado por el consumo colaborativo es el paradigma mercantilista. Quizás en algunos casos lo acentúa, al sustituir la benevolencia del consumo compartido por su mercantilización: algunas relaciones y experiencias, antes realizadas “gratis et amore” ahora pasan a ser relaciones mercantiles, como la transformación del autoestopista gratuito en consumidor colaborativo. El “free-rider” se incorpora al sistema, tanto por el ajuste de la tecnología, como por la escasez de los recursos. El free-rider, ahora se ha refugiado en el sector financiero, que es el menos regulado[ix]. Otra cuestión estriba en la propiedad y explotación de las plataformas colaborativas: muchas de ellas son propiedad (adquirida o ab initio) de grandes corporaciones, que de esta manera amplían su modelo de negocio, precisamente como nuevos 27


intermediarios de la economía colaborativa, recogiendo parte del margen que percibían las “capas obsoletas” de producción y distribución de las empresas tradicionales. Estas grandes corporaciones se benefician de la inexistencia y/o fragmentación de regulación (las regulaciones estatales) para extender sus iniciativas, que constituyen negocios altamente beneficiosos. No cabe duda, que la “economización” de las relaciones, constituye una simplificación que permite modelizar y gestionar con mayor facilidad las conexiones y enlaces entre personas, pero también es cierto que no abarca la totalidad de los actos y motivaciones de las personas: hay algo más que el homo economicus, como nos demuestra la acción benevolente de millones de personas, compartiendo abierta y libremente su sangre y sus conocimientos, por ejemplo.

Conocimiento abierto El Conocimiento abierto, es la denominación de iniciativas colaborativas, “que promueven la difusión abierta del conocimiento, y la posibilidad de reutilización y redistribución sin trabas legales, sociales o tecnológicas” (reformulado desde 28


Wikipedia)[x]. El ejemplo inmediato es precisamente Wikipedia: una enciclopedia colaborativa y libre, tanto en la publicación como en su utilización y consulta. Este conocimiento de libre disposición abarca desde las herramientas de creación de programas (Open source software) hasta la información científica, en todo tipo de disciplinas; desde la investigación hasta la comunicación, la educación o la actividad cultural. Internet ha posibilitado que una gran “comunidad de usuarios” gestionen y organicen colectivamente su conocimiento. Esta comunidad no tiene por qué ser fija: los usuarios entran y salen a voluntad de los distintos grupos y niveles de utilización, tanto del conocimiento como de las herramientas de programación. Toda la información (datos y herramientas) compartida, se transforma en conocimiento, gracias al apoyo interactivo de los usuarios, y también la colaboración desinteresada de instituciones, divulgadores, investigadores y científicos de todas las áreas, que han renunciado a los derechos de propiedad intelectual – de forma total o parcial -, con el objetivo de expandir la inteligencia colectiva. La integración de este conocimiento (cognición) con nuestra personalidad emocional, sentimental, 29


sensible (sensitiva), intuitiva y volitiva, que constituiría la sabiduría personal, es todavía una dinámica interior del individuo. Pero ya se atisban interacciones emocionales y sentimentales en red – la telepatía (pathos = sentimiento – a distancia) -, que complementarían la evolución del conocimiento en red hacia la sabiduría. En el campo del Conocimiento Abierto, también coexisten áreas de negocio con otras iniciativas gratuitas; en la práctica, esto deriva, por ejemplo, en modelos de software de multi-licencia o licencia dual, en los que el pago por la utilización se establece en función de la aplicación que se haga del software, en entornos comerciales, particulares o de código abierto. En cada caso, es la negociación personal y directa la que determina el grado de colaboración, en el rango que va desde el copyright hasta el copyleft. La cantidad de conocimiento ofrecido y gestionado es ingente: OpenDOAR (Directory of Open Acccess Repositories) – www.opendoar.org -, un directorio oficial de Repositorios Académicos o Institucionales de Acceso Abierto, tiene contabilizados, a fecha de noviembre 2014, 2726 Repositorios[1], que incluyen más de 210 millones de entradas.[xi]

Producción Colaborativa 30


La Producción Colaborativa (P2P Production) es tanto una consecuencia directa del conocimiento abierto, como una de sus facetas: en el ámbito del conocimiento, su elaboración y compilación puede contemplarse desde el punto de vista intelectual (tratándose entonces de conocimiento abierto) o desde el punto de vista económico (denominándose producción colaborativa), dado que todo conocimiento puede ser “paquetizado” (en quantos de conocimiento) y considerado también como un bien o servicio de inteligencia colectiva, acaparable y susceptible de transacción: la instrucción o formación académica o profesional. Pero la Producción Colaborativa no se limita únicamente a la elaboración de software libre o de servicios profesionales (formativo-educativos, o de otro tipo). Y al igual que el Consumo Colaborativo abarca iniciativas de cooperación desinteresada (no remunerada), junto con modelos de negocio lucrativo. La producción colaborativa incluye también estructuras (redes o mallas) profesionales en las que se establecen contactos directos entre usuarios para la gestión y elaboración compartida de proyectos, servicios u objetos de todo tipo. La colaboración productiva se ha implementado en campos como el 31


diseño, la arquitectura y la ingeniería industrial. Este fenómeno es coincidente con la aparición de las impresoras 3D. La alianza entre la producción colaborativa y la impresión tridimensional puede cambiar fuertemente la fabricación y producción de objetos en un plazo relativamente breve: las factorías de multitud de objetos utilizados diariamente, pueden pasar de las fábricas de los polígonos industriales (muchas veces en el extranjero), a los domicilios. La producción colaborativa no es una simple cuestión de individuos o profesionales trabajando de forma adhocrática en red difusa: grandes corporaciones industriales están incorporando o han entrado en la Producción Colaborativa por dos tipos de motivos:

La gestión de la reputación corporativa. El hallazgo de un nicho de gestión productiva para grandes corporaciones: la subcontratación externa multitudinaria. En inglés queda mejor: “crowd-based resources”[xii]. En esencia, consiste en la sustitución de empleados internos por individuos subcontratados para cada tarea, fundamentalmente trabajadores 32


especializados, pero también artesanos, inventores, o personal de staff, mantenimiento o marketing. Un futuro donde trabajadores autónomos (freelancers) ofrecen su talento y servicios en las plataformas de producción (marketplaces), para ser contratados por las organizaciones. Este sistema también elimina “capas improductivas”, además del ajuste de costes a sus términos variables (el desideratum de todo director financiero) y la posibilidad de contratar profesionales talentosos de cualquier parte del mundo. Por el contrario, como indica Owyang[xiii], la eliminación de capas administrativas no elimina las tareas de administración y contratación de los autónomos. También exige mayor precisión en el diseño del proyecto. Y, finalmente, existe el peligro de un alejamiento de las condiciones del libre mercado, dado el mayor poder negociador de las grandes corporaciones sobre el autónomo, permitiendo un monopsonio de facto en el “mercado del talento”, que limitaría la eficiencia de ese mercado. Como dato de la relevancia del sector: Más de 2 billones[2] de dólares han sido invertidos por firmas de capital-riesgo en más de 500 empresas de economía colaborativa desde 2012.[xiv] 33


Las Finanzas Colaborativas. “El término Finanzas Colaborativas describe una categoría específica de transacciones financieras que ocurren directamente entre individuos sin la intervención de una institución financiera tradicional. Este nuevo sistema de gestionar transacciones financieras informales es posible gracias a los avances en medios sociales y plataformas en línea peer-to peer”, define collaborativefinance.org.[xv] Collaborativefinance.org establece, en el panorama de las finanzas colaborativas, cuatro campos de atención: los microcréditos (microcredit), los préstamos sociales (social lending), los ahorros sociales (social saving) y el crédito multitudinario (crowdfunding). Creo que en este panorama es importante añadir a las monedas complementarias[xvi], y en especial, las divisas de crédito mutuo, por lo siguiente: La escasez aparente de dinero está estrangulando la actividad económica en una sociedad dotada de gran cantidad de capital intelectual y cultural, y de capital social (bienes relacionales). 34


Sin embargo, nunca ha habido tanto dinero como ahora: con una base monetaria de 1 billón (europeo) de Euros, en moneda de curso legal, hay casi 19 billones (millones de millones) en reservas de créditos anotados por la banca en el BCE.[xvii] (¿Y cuántos sin anotar?) La cesión de la capacidad de generar moneda por parte del poder político a la banca está en el origen del problema de la escasez artificial del dinero. Como explican con claridad Michael MacLeay, Amar Radia y Ryland Thomas, pertenecientes al Directorio de Análisis Monetario del Banco de Inglaterra: “En la economía moderna, la mayor parte del dinero toma la forma de depósitos bancarios. Pero es frecuentemente incomprendido cómo se crean esos depósitos bancarios: el camino principal es a través de los bancos comerciales haciendo préstamos. Cada vez que un banco hace un préstamo, crea simultáneamente un depósito correspondiente en la cuenta bancaria del prestatario, lo que crea dinero nuevo”. [xviii] La gran opacidad y falta de regulación en las actividades de los bancos privados, provoca la concentración en pocas manos de los activos financieros, teóricamente de propiedad común. Este 35


proceso de concentración acentúa la desigualdad y mantiene los privilegios de un monopolio, entregado sin contrapartidas a la explotación comercial de algunas instituciones, Esta decisión ha tenido, al menos, dos consecuencias de gran trascendencia: El sobreendeudamiento de los estados: Demos por bueno el trabajo de los bancos privados como generadores de moneda, esto es, que la cantidad de moneda generada es equivalente a la riqueza generada – de lo que es dato indiciario la práctica inexistencia de inflación –. Para el sistema es indiferente si esta generación de moneda está realizada por uno u otro de los actores económicos. El dinero ha sido emitido por los bancos, pero también podría haber sido emitido por los ciudadanos. En este caso, el estado – los gobiernos – han preferido, en una decisión política, ceder la capacidad de generación de dinero a algunas instituciones privadas, para luego endeudarse con ellas, en vez de generar directamente el dinero por si mismos. Como segunda consecuencia – derivada de la primera -, una gran cantidad de población se ha visto desprovista de la herramienta financiera básica para su actividad profesional, lo que ha provocado la 36


aparición de redes solidarias y colaborativas en los márgenes del sector oficial del crédito. La tecnología de redes sociales ha detonado la implantación social de las redes de finanzas colaborativas. También ha detonado otras iniciativas como las criptomonedas digitales. Las Monedas Complementarias (algunas convertibles en divisas fiduciarias, y otras no), se han reactualizado – tienen casi un siglo en su versión moderna -, a veces como mecanismo de dinamización económica local, en otros casos como herramienta de supervivencia y muchas veces como sistema de cohesión grupal o local. Son especialmente remarcables los sistemas monetarios basados en el crédito mutuo: una vez reconocido que las divisas corrientes (tanto los billetes y monedas en circulación, como los saldos anotados en cuenta) son simplemente una promesa de pago (aunque sea, como dicen los norteamericanos, mediante la confianza divina – “in god we trust”), puede resultar de mucha mayor confianza un círculo reducido de personas, que se dan a sí mismas una capacidad de crédito –crédito mutuo –, que la confianza que podemos depositar en “instituciones” financieras privadas de todos los países.

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Los sistemas de crédito mutuo[xix] se basan en la transparencia de las anotaciones y la trazabilidad de las transacciones. Esta trazabilidad y transparencia podría darse también en las divisas fiduciarias corrientes, si los paraísos fiscales no truncaran la trazabilidad de las operaciones financieras. Mientras existan los paraísos fiscales existirán condiciones detonadoras, aceleradoras y mantenedoras de las crisis financieras. En los sistemas de crédito mutuo no existe el pago de intereses, más bien al contrario: en algunos casos de monedas complementarias locales (Chiemgauer)[xx], diseñadas para dinamizar el intercambio local, se ha dotado a la moneda de mecanismos de “oxidación”, que provocan la pérdida de valor, en caso de que no sea utilizada. Dado que el sistema se basa en las anotaciones en cuenta, estas divisas “oxidadas” no se pierden, sino que se acumulan en cuentas comunes, donde la asamblea soberana les otorga un destino, que puede ser una inversión de apoyo social, ecológico o de otro tipo. Los Bancos de Tiempo, los Sistemas de Intercambio Local (LETS) y las monedas locales son sistemas de crédito mutuo.

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Las finanzas colaborativas, la tecnología y capacidad informática y la estructura de nodos – común a todos los aspectos de la economía colaborativa -, permite eliminar capas improductivas en el sector financiero, al igual que en otros sectores. Pero aquí, la resistencia de los actores improductivos es equivalente a su poder económico y social. Con la tecnología actual, no tendría mucha dificultad la sustitución de todas las empresas de intercambio de divisas fiduciarias por un superordenador, que casara automáticamente todas las posiciones de cambio cada día, sin costes de transacción y minimizando ineficiencias (acercándose al libre mercado de competencia perfecta). Un sistema similar podría ser introducido en la gestión de las bolsas de valores, eliminando la intermediación costosa, arriesgada e ineficiente de “traders”, cuya vigilancia requiere un ejército de supervisores y reguladores públicos. El sistema actual transita entre un garantismo vigilante, que significa un sobre-coste para los inversores y una sobreexposición al riesgo de traders codiciosos: Véase las estadísticas de la web U.S. Securites Insider Trading Information.[xxi]

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En cuanto a la emisión de dinero, esta cesión a las “Instituciones Financieras Monetarias” es tácita: no encuentro en el reglamento del Banco Central Europeo[xxii], instrucciones acerca de la capacidad de creación de dinero por parte de las Instituciones Financieras Monetarias. El reglamento determina las características de la presentación de la información por parte de estas instituciones privadas emisoras de dinero, y sólo indica los coeficientes de liquidez que han de cumplir las Instituciones Financieras Monetarias. Algunos expertos han desarrollado modelos de Sistemas Monetarios Estables. Especialmente interesante, tanto por el prestigio de su impulsor (Bernard Lietaer[xxiii]), como por la agudeza de su análisis y la innovación y solvencia de su criterio es la moneda complementaria Terra: “Terra es una moneda complementaria, emitida por un instituto privado, oxidable, que funciona como una Divisa de Referencia Comercial, que está respaldada por una cesta estandarizada, resistente a la inflación, compuesta por la docena de productos básicos y servicios más importantes en el mercado global”.[xxiv]

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El beneficio de Terra como Divisa alternativa de Referencia Comercial (Trade Reference Currency), coexistiendo con el resto de monedas, se cifra en su poder estabilizador del ciclo económico, trabajando contra la volatilidad del cambio de divisas y proporcionando un marco estable para el comercio y los intercambios, que haga más eficiente el mercado mundial. El control y la regulación de los sistemas monetarios, en busca de su estabilidad y equidad no resuelve la segunda parte del problema financiero: ¿Qué inversiones financiamos? (en parte, con nuestros depósitos). Hasta el momento, el modelo de crecimiento ha seguido la senda que han marcado las instituciones financieras con sus decisiones de financiación: dado que la cantidad de dinero es finita, financiar un tipo de proyectos, supone dejar de financiar otras alternativas. El crowd-funding, como sistema de microfinanciación masiva resuelve este problema a pequeña escala; proyectos que quedan fuera del circuito bancario convencional, por su falta de atractivo en rentabilidad financiera, pero altamente interesantes para la generación de bienes relacionales, se sostienen gracias a este tipo de iniciativas: muchos proyectos de conocimiento abierto 41


se financian con las micro-aportaciones de usuarios y “simpatizantes”. El crowd-funding y los microcréditos también resuelven la financiación de proyectos viables que, simplemente han sido desechados por la banca tradicional por su falta de avales sobre el importe financiado. Curiosamente, el ratio de impagos de préstamos en las entidades de microcréditos, como los Bancos de Crédito Comunitario es menor que en la banca comercial.[xxv] Pero las decisiones de financiación tomadas de forma democrática o asamblearia tampoco tienen por qué ser más eficientes y sostenibles. Una clave quizás se encuentre en la gestión de la reputación, personal y corporativa, en la red.

El Futuro La red facilita la estructuración de la sociedad en grupos, de forma relacional, tal como la concibe Pierre Bourdieu. El mecanismo relacional es intrínseco a la red. Por este motivo, además de la citada mejora de la eficiencia económica, la utilización – ya sea remunerada o altruista – de la economía colaborativa 42


en redes sociales aumentará de forma exponencial (viral). En el futuro, es de prever que coexistirán modelos de trabajo basados en el lucro personal y empresarial, con otros más altruistas, orientados a la cooperación y desarrollo de las personas, en todos los ámbitos de la economía colaborativa. La tarea a realizar consiste en la adecuada regulación de las actividades, de tal manera que se interfiera lo mínimo posible en la libertad y creatividad humanas, base del conocimiento y desarrollo, evitando también situaciones de un desequilibrio excesivamente ineficiente entre actores, en los distintos campos de juego de la economía, la producción, el conocimiento y las finanzas. Como consecuencia de la utilización creciente, el rastro de nuestro trabajo y actividad en la red será todavía más grande. Y los mecanismos de interacción con nuestros grupos sociales superpuestos en la red serán más activos. Y la valoración de nuestras acciones, métodos, actitudes y respuestas en la red será más visible y matizada. Las interacciones de “amistad” y “me gusta/no me gusta” empiezan a ser la prehistoria de la red: En Linkedin es factible la validación de nuestras aptitudes, por parte de nuestras relaciones, construyendo la reputación 43


profesional. En Twago, se publica la valoración del trabajo de los freelancers que seleccionas para un proyecto. Esto también funciona con las grandes empresas y corporaciones, que se han visto obligadas a gestionar su reputación en redes sociales, poniendo en marcha mecanismos sinceramente comprometidos en la solución de las incidencias y reclamaciones de clientes: nuestros votos monetarios empiezan a tener un poder, también como elementos para la toma de decisiones de inversión y de los sistemas y modos de producción y contratación de nuestros proveedores, aunque éstos sean de gran tamaño. Si tenemos un comparador de seguros de automóviles en la red, ¿por qué no podemos tener un “comparador de sostenibilidad de inversiones” o de responsabilidad social corporativa de las empresas o individuos a los que adquirimos los productos y servicios que utilizamos? La difusión más abierta y libre de los sistemas y mecanismos de consumo, producción, conocimiento y finanzas puede ayudar al desarrollo de las personas. ¿De algunas? ¿De todas? Libertad, como capacidad de conocer y pensar. 44


Igualdad, como capacidad de actuar libremente. Fraternidad, como capacidad de amar. ¿También en la red? [1] “A repository may be defined as a set of systems and services which facilitates the ingest, storage, management, retrieval, display, and reuse of digital objects. Repositories may be set up by institutions, subject communities, research funders, or other groups. They may provide access to a variety of digital objects, including peer-reviewed journal articles, book chapters, theses, datasets, learning objects, or rich media files.” (Pinfield, 2009, 165) [2] Billones americanos (billions): miles de millones [i] Lisa Gansky; The Mesh: Why the Future of Business is Sharing (Portfolio/Penguin, Fall 2010) [ii] Rachel Botsman and Roo Rogers; What’s Mine Is Yours: The Rise of Collaborative Consumption. New York: Harper Business, 2010 [iii] http://es.wikipedia.org/wiki/Economia [iv] http://blogs.cccb.org/lab/es/ 45


[v] http://es.wikipedia.org/wiki/Consumo_colaborativo [vi] http://www.streetbank.com/splash?locale=es [vii] https://www.uber.com/ [viii] http://www.blablacar.es/ [ix] http://inequalityforall.com/the film [x]http://es.wikipedia.org/wiki/Conocimiento_abierto [xi] Open Access repositories Worldwide 2005-2012: past growth, current characteristics and future posibilities. http://eprints.whiterose.ac.uk/76632/ [xii] http://www.webstrategist.com/blog/category/collaborative-economy/ by Jeremiah Owiang, [xiii] Jeremiah Owiang, fundador de crowdcompanies.com (vĂŠase nota 14) [xiv] CB Insights data, Deloitte anĂĄlisis (march 2014) [xv] http://www.collaborativefinance.org/ 46


[xvi] http://communitycurrenciesinaction.eu/aboutccs/ [xvii] http://sdw.ecb.europa.eu/reports.do?node=1000001 35 [xviii] “Money creation in the modern economy” (http://www.bankofengland.co.uk/publications/Docu ments/quarterlybulletin/2014/qb14q102.pdf). [xix] http://p2pfoundation.net/Mutual_Credit [xx] http://www.chiemgauer.info/ [xxi] http://insidertrading.org/ [xxii] http://www.ecb.europa.eu/ecb/legal/pdf/l_0152009 0120es00140062.pdf [xxiii] http://en.wikipedia.org/wiki/Bernard_Lietaer [xxiv] http://www.terratrc.org/PDF/Terra_WhitePaper_2.27. 04.pdf 47


[xxv] http://www.slideshare.net/mig76/bancoscomunitarios-de-desarrollo-en-brasil-por-diogorego?qid=14f586b1-08e2-4d5b-a7f726a57e661163&v=default&b=&from_search=2 [I] “A repository may be defined as a set of systems and services which facilitates the ingest, storage, management, retrieval, display, and reuse of digital objects. Repositories may be set up by institutions, subject communities, research funders, or other groups. They may provide access to a variety of digital objects, including peer-reviewed journal articles, book chapters, theses, datasets, learning objects, or rich media files.” (Pinfield, 2009, 165) [II] Billones americanos (billions): miles de millones [1] Lisa Gansky; The Mesh: Why the Future of Business is Sharing (Portfolio/Penguin, Fall 2010) [2] Rachel Botsman and Roo Rogers; What’s Mine Is Yours: The Rise of Collaborative Consumption. New York: Harper Business, 2010 [3] http://es.wikipedia.org/wiki/Consumo_colaborativo [4] http://www.streetbank.com/splash?locale=es 48


[5] https://www.uber.com/ [6] http://www.blablacar.es/ [7] http://inequalityforall.com/the film [8]http://es.wikipedia.org/wiki/Conocimiento_abierto [9] Open Access repositories Worldwide 2005-2012: past growth, current characteristics and future posibilities. http://eprints.whiterose.ac.uk/76632/ [10] http://www.webstrategist.com/blog/category/collaborative-economy/ by Jeremiah Owiang, [11] Jeremiah Owiang, fundador de crowdcompanies.com (vĂŠase nota 14) [12] CB Insights data, Deloitte anĂĄlisis (march 2014) [13] http://www.collaborativefinance.org/ [14] http://communitycurrenciesinaction.eu/aboutccs/

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[15] “Money creation in the modern economy� (http://www.bankofengland.co.uk/publications/Docu ments/quarterlybulletin/2014/qb14q102.pdf). [16] http://p2pfoundation.net/Mutual_Credit [17] http://www.chiemgauer.info/ [18] http://insidertrading.org/ [19] http://www.ecb.europa.eu/ecb/legal/pdf/l_0152009 0120es00140062.pdf [20] http://en.wikipedia.org/wiki/Bernard_Lietaer [21] http://www.terratrc.org/PDF/Terra_WhitePaper_2.27. 04.pdf [22] http://www.slideshare.net/mig76/bancoscomunitarios-de-desarrollo-en-brasil-por-diogorego?qid=14f586b1-08e2-4d5b-a7f726a57e661163&v=default&b=&from_search=2

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¿Qué define a la economía colaborativa?

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Los 3 sistemas de consumo colaborativo Por Sergio Villaveces

El consumo colaborativo está transformando la forma en la que las comunidades están satisfaciendo sus distintos requerimientos de consumo, pero como todas las necesidades son diferentes, el método para resolverlas también debe serlo. El consumo colaborativo y la economía colaborativa están conquistando cada vez más sectores de la sociedad y de la economía, por eso queremos mostrarles los tres grandes sistemas que abarcan los 52


proyectos que se suscriben dentro de estos conceptos. Según el libro «What’s Mine Is Yours: The Rise of Collaborative Consumption» de Rachel Botsman y muchas otras publicaciones, existen tres categorías bajo las cuales es posible clasificar el consumo colaborativo.

Sistemas basados en el producto: Básicamente este sistema es el que agrupa a todas las iniciativa en donde se paga por la utilización del producto y no por su propiedad, modificando el paradigma de la mayoría de industrias que buscan el aumento desenfrenado del dominio privado. Sistemas basados en el producto, del libro «What's Mine Is Yours: The Rise of Collaborative Consumption» de Rachel Botsman Sistemas basados en el producto, del libro «What’s Mine Is Yours: The Rise of Collaborative Consumption» de Rachel Botsman En este grupo podemos introducir al Carpooling, una tendencia que consiste en compartir su vehículo con otros individuos que puedan usar una misma ruta 53


para llegar a sus destinos o el alquiler de algún objeto de persona a persona, como por ejemplo, un taladro, pues está herramienta sólo es utilizada, en promedio, 20 minutos durante toda su vida útil y éstos tipos de rentas permiten aprovechar al máximo los beneficios de utensilios como éste sin la necesidad de que cada persona tenga uno propio.

Los sistemas de redistribución: En este caso, se agrupan aquellos proyectos en donde se promueve una reasignación de la propiedad de un bien, hacia alguien que le pueda dar una utilidad apropiada al objeto que ha dejado de ser aprovechado por el dueño original. Este grupo de proyectos pueden ser los que promueven la cesión del producto sin reciprocidad alguna como en el Freecycle, una serie de comunidades alrededor del mundo, en donde una personas entregan bienes que ya no estén utilizando, a otros individuos que puedan darle un mejor uso, el intercambio o trueque como en Truequers donde los sujetos canjean artículos materiales entre sí, o la venta de elementos usados como se hace en eBay, en donde por un precio mucho menor al del mercado, se comercian objetos que todavía tienen muchos años de vida útil. 54


Estilos de vida colaborativos: Este sistema reúne a todas aquellas iniciativas que no se centran únicamente en compartir productos materiales, sino también, en el intercambio de bienes menos tangibles, tales como el tiempo, las habilidades, los conocimientos, los espacios, entre otros. Para así adquirir saberes y/o experiencias sin invertir mucho dinero. Estilos de vida colaborativos, del libro «What’s Mine Is Yours: The Rise of Collaborative Consumption» de Rachel Botsman Por lo general, agrupa proyectos de alcances locales, como los bancos de tiempo que se organizan en barrios o pequeños grupos para intercambiar conocimientos o servicios a través del uso de horas como moneda de intercambio. Pero también existen casos de iniciativas de este estilo con presencia global con Airbnb, en donde un viajero que quiere conocer diferentes ciudades, alquila una cuarto o un espacio en el hogar de un habitante de dicho destino, obteniendo no solo un lugar donde dormir, sino también adquiriendo la experiencia y el conocimiento turístico que una persona tiene sobre su propia localidad. 55


Tener presentes estos 3 grandes sistemas, permitirá tener un panorama más claro de cómo se está moviendo la economía colaborativa en la sociedad y a entender que para conectar, colaborar y compartir no existe ningún límite, sólo se necesita el deseo de juntarse y ayudar a otras personas, al medio ambiente y a la sociedad en donde vivimos.

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Por qué la cultura colaborativa puede cambiar el mundo Por Marcela Basch

Intercambiar en lugar de comprar, compartir para no tirar, funcionar en redes por fuera de la lógica de acumulación. Del foodsharing al financiamiento colectivo, del carpooling al canje gratuito de alojamiento, en el mundo empieza a desarrollarse una economía alternativa capaz de reemplazar el uso convencional del dinero gracias a una herramienta imprescindible, la tecnología. ¿Podrá sostenerse en el tiempo? 57


Maike Majewski se sirve un vaso de jugo de manzana de un tetrabrik con canilla. Tiene otras 14 cajas, en pago por cosechar manzanas en una finca de las afueras de Berlín, donde vive. Saca dos panes irregulares de una bolsa y los tuesta; los consiguió por medio de la plataforma Foodsharing. Una hora antes de cerrar, una pastelería cercana posteó que le quedaban panes sin vender. Maike se ofreció a retirarlos; a la vuelta pasó por una verdulería asociada a la red y rescató kilos de brócoli, papa y lechuga. Es demasiado; tendrá que cocinarlos pronto para que no se arruinen y ofrecerlos a los vecinos. Baja al jardín y saca de la huerta común un poco de puerro. En el hall de entrada del edificio, cada vecino pegó en su buzón stickers que muestran lo que comparte: muebles, herramientas, libros, ropa. Busca una olla grande en la biblioteca de objetos compartidos, entre mochilas, juguetes y trineos. Sube al ático, donde hay un estudio común que prestan a huéspedes ocasionales que llegan a través de redes de hospitalidad gratuita como Couchsurfing. La última donó una camiseta a la canasta de gratiferia. Maike se sienta junto a su máquina de coser y la “upcicla”: la arregla hasta dejarla mejor que nueva. A unos 12.000 kilómetros, en Chascomús, Soledad Giannetti llega con sus tres hijos al EPA, Espacio 58


Participativo de Aprendizaje. Allí un grupo de chicos juegan en una casa de barro construida por sus padres con sus propias manos. Todos los padres aportan cuatro horas semanales, ya sea cuidando a los chicos, mejorando el espacio o cumpliendo otras tareas en la comunidad Akapacha: cocinar, limpiar, atender el almacén orgánico. Soledad trabaja en la organización; en estos días coordina una compra colectiva de verduras. Akapacha está compuesta por unos 15 adultos y es, a la vez, un espacio de experimentación en permacultura y colaboración y un ecolodge que recibe a voluntarios de todo el mundo por medio de la plataforma online de trabajo en granjas orgánicas Wwoof. Unos 700 kilómetros al norte, Jésica Giudice se trepa a un techo para enseñar a poner una antena en plena Pampa de Achala, Córdoba, ahí donde internet es una ilusión de algo que pasa en la capital. Junto a su pareja, Nicolás Echániz, y una red de colaboradores on y offline, crean y enseñan a crear redes digitales comunitarias en pueblos que, para los proveedores de telecomunicaciones, son económicamente inviables. Trabajan con código abierto y materiales económicos, bajo el concepto de tecnología apropiada: la que permita a la propia comunidad resolver el problema. Lo hacen en contacto con activistas de redes libres de todo el mundo, con quienes comparten código e 59


ideas. Por ejemplo, con André Gaul, el creador de la iniciativa similar Freifunk, en Berlín, que hoy provee de internet a una creciente comunidad de refugiados. Maike, Soledad, Jésica, Nicolás, André y otros miles son protagonistas de un cambio sigiloso: el que lleva de la competencia por los bienes escasos a la abundancia compartida. Muestran que hoy los problemas vienen de la mala distribución o, algo peor, de la escasez artificial: un modelo de negocios basado en vender cosas nuevas. Para eso se inventó la obsolescencia programada, que hace que el teléfono de 2014 no sirva para nada en 2016. Se sabe: si un perro muerde a un hombre no es noticia; la noticia es que el hombre muerda al perro. Si un hombre compra comida, agua, espacio, conocimiento y acceso al dinero, es normal. Si se organiza con otros en red para cubrir sus necesidades y muerde al mercado, se publican notas sobre economía colaborativa como esta.

Mundo shopping “Cuando miro las fotos de la juventud de mis padres, me sorprende ver que todos fumaban, en todos lados”, dice Gabriel Weitz, rosarino, ingeniero, trabajador de Google. “Nuestros hijos se van a 60


asombrar y a avergonzar de que viajemos con tres lugares vacíos en el auto”. Para superar ese sinsentido ambiental y económico, fundó la ONG Soluciones Tecnológicas Sustentables (STS). De allí surgió en 2013 Carpoolear, una plataforma online para compartir viajes en auto. No es una idea original: hay cientos de plataformas de carpooling en el mundo. La más exitosa, BlaBlaCar, les cambia la manera de transportarse a más de 10 millones de personas. Todavía hoy es normal ir con asientos vacantes en el auto. También tener coches estacionados en la calle 23 horas por día, casas de veraneo que se habitan un mes al año y pagan impuestos por 12, vestidos que se usaron una sola vez, garajes llenos de electrodomésticos obsoletos, patines que quedaron chicos, comida que se pudre en la heladera, aunque muy cerca haya gente que necesite eso que no se está usando. ¿Cuántas veces esperaste un colectivo durante 20 minutos viendo pasar auto tras auto semivacíos? Ante cualquier necesidad, material o inmaterial, la respuesta normal desde mediados del siglo XX era salir a comprar. El shopping como la forma del mundo. En la tarde del 11 de septiembre de 2001, George W. Bush emitió un comunicado: “La economía 61


americana continúa abierta a los negocios como siempre”. Comprar como manera de ser deja una única identidad posible: consumidor. Con mucha suerte, usuario. Pero el siglo XX terminó (ese 11 de septiembre) y cambiaron las formas de ser, consumir, producir, facilitadas por la tecnología. Un poco techie, un poco solidaria, la economía colaborativa evoca bicicletas, permacultura y ciberactivismo, liberalismos de izquierda y derecha, monedas sociales y bitcoins, huertas y drones. De El Bolsón a Silicon Valley y vuelta: una ensalada hermosa de utopías comunitarias por celular y, también, un modelo de negocios. Es cierto que nadie se recibe de Che Guevara por viajar alojándose en casas particulares, por financiar un proyecto mediante el crowdfunding o por vestirse con lo que otro ya no usa. Tampoco por compartir la clave del wifi o fabricar una prótesis con un archivo de código abierto y una impresora 3D. Quizás ni siquiera se den cuenta de que le está sacando el cuerpo al mercado para sumarle un porotito a la economía colaborativa, el gran paraguas que reúne las opciones entre pares, descentralizadas y horizontales.

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La otra economía “Estamos viendo el ascenso espontáneo de la producción colaborativa: bienes, servicios y organizaciones parecen ya no responder a los dictados del mercado y la jerarquía directiva”, decía el año pasado el británico Paul Mason en su libro Postcapitalism. “El producto de información más grande del mundo –Wikipedia– es hecho por voluntarios, aboliendo el negocio de las enciclopedias y privando a la industria de la publicidad de un estimado de US$ 3.000 millones al año en ingresos. Casi desapercibidas, en los nichos y en los huecos del sistema de mercado, franjas enteras de la vida económica están empezando a moverse a un ritmo diferente: monedas paralelas, bancos de tiempo, cooperativas y espacios autogestionados han proliferado. Para los estudios económicos dominantes, están apenas para calificar como actividad económica, pero ese es el punto. Existen porque comercian, aunque sea de un modo vacilante e ineficiente, en la moneda del postcapitalismo: tiempo libre, actividad en red y bienes gratuitos”. La colaboración no empezó ayer ni anteayer, es tan vieja como la codicia. Mutuales y cooperativas llevan siglos. El carpooling floreció en Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial; Servas es una 63


plataforma de hospitalidad gratuita que funciona por carta desde 1950. Y en Argentina, ya en 1978, MIA (Músicos Independientes Asociados) financiaba sus discos con “vales de producción”, una preventa que funcionaba como crowdfunding analógico. En su libro pionero, What’s Mine is Yours: The Rise of Collaborative Consumption (2010), Rachel Botsman definió el consumo colaborativo como “compartir reinventado por la tecnología”. Lo que cambia internet es el alcance de estas prácticas: simplifica los intercambios y a la vez genera la información necesaria para crear una red de confianza entre desconocidos. Aquí entra la gran moneda virtual: la reputación digital. No es lo mismo salir a hacer dedo a la ruta que conectarte a través de una plataforma online con un conductor que ya tiene referencias hasta de tus amigos de Facebook. Quizás hasta te pase a buscar por tu casa. Internet trae más que un cambio de escala: su arquitectura misma es –o lo era al menos en sus inicios– P2P y colaborativa. La producción de pares nace del software libre y la ética hacker. Los primeros hackers se enfrentaron con la paradoja de que la información quiere ser libre y gratuita, porque su costo baja cada vez más, pero quiere ser cara, porque es valiosa. Mientras Microsoft crecía, ellos decidieron generar abundancia común. De allí surgió el código 64


abierto, unos años después la Wikipedia y los movimientos de conocimiento abierto, las licencias abiertas y poco más tarde el hardware libre; las placas Arduino y la impresión 3D encendieron la mecha del movimiento maker. Así, la abundancia digital acaricia el plano material: bajo las palabras mágicas “ábrete código”, se abaratan exponencialmente los costos de todo, y se democratizan los medios de producción. “Lo realmente revolucionario de la impresión 3D es la aparición de una infraestructura de la autoproducción, con costos marginales casi nulos, que nos aleja de la era capitalista y nos acerca a la nueva era del procomún colaborativo”, explica Jeremy Rifkin en su libro La sociedad de coste marginal cero. En la web hay archivos, planos y tutoriales para hacer de manera económica y sencilla desde prótesis hasta recicladoras de plástico, desde casas hasta nanosatélites. Pero ¿dónde queda la ética hacker cuando las redes de pares llegan a Silicon Valley? A medida que sitios web gratuitos como Couchsurfing, Freecycle o los primeros carpooling ganaban comunidad, fue quedando claro que esa capacidad ociosa (una habitación vacía, un asiento en el auto, un tapado que no se usa, el tiempo libre) podía tener un valor en el mercado (y que la comunidad que generaba era una 65


mina de oro en datos). En un péndulo, la economía colaborativa pasó de desmercantilizar el mundo (¡puedo dormir en casa de extraños sin pagar!) a remercantilizarlo (¡puedo cobrar por alojar turistas!). La idea de generar webs y aplicaciones que contactaran a particulares para resolver sus necesidades entre sí, copiando el modelo del abuelo Craigslist, fue muy exitosa en Silicon Valley. Allí se acuñó el concepto de plataforma, que arropó a toda una generación de emprendedores dispuestos a desafiar mercados tradicionales. Lo de “acceder en vez de poseer” se convirtió en imperativo comercial: ser un compañía “de contactos”, no de bienes. Así es como Uber, que casi no posee activos tangibles, hoy está valuada en US$ 62.500 millones, nueve veces más que YPF, con todos sus pozos petroleros y sus máquinas. Airbnb vale (y factura) más que cualquier cadena hotelera y Facebook es el mayor medio de comunicación del mundo sin producir ni un texto. El valor está en la información que manejan, su llave de acceso a millones de recursos. Y esa información quiere ser cara. Claro que las plataformas no son de aire: cobran un porcentaje de la transacción y tienen sus propias reglas, muy diversas entre sí, para con sus “socios” individuales. Mientras fueron startups, se las trató como niñas mimadas; su desprecio por las leyes se 66


veía como una travesura anarquista. Cuando comenzaron a tomar escala global, fue cada vez más difícil diferenciarlas de aquello que habían venido a poner en jaque: las compañías monopólicas, la competencia propia del capitalismo, en muchos casos la explotación de las partes más débiles. En un par de años, el negocio de la desconcentración se concentró: hay decenas de plataformas de turismo de pares, pero Airbnb copa más del 80 % del mercado. Lo mismo vale para Kickstarter en el plano del crowdfunding, Lending Club en los préstamos y BlaBlaCar en el carpooling. Negocios son negocios. La comunidad colaborativa empezó a dudar: el capitalismo cambia la escenografía tan rápido que es difícil saber quiénes son los malos.

La batalla final Aquí es donde se arma el merengue entre economía colaborativa, sharing economy, consumo colaborativo, economía P2P, economía de la changa (gig) y economía on demand, que algunos llaman simplemente uberización. ¿Quién dijo que un modelo de negocios tenía que velar por el bien común? ¿Acaso la palabra “compartir”, usada como etiqueta, llamó a confusión? Para 2014 eran decenas las voces enojadas que clamaban que la “sharing economy” no comparte nada, empezando, por supuesto, por Uber. 67


Por eso, muchos usan para estas empresas el término “capitalismo de plataforma” y le oponen como modelo posible el “cooperativismo de plataforma”, difundido por Trebor Scholz: ofrecer el mismo servicio, pero manejado por sus dueños. En el Kultursymposium Weimar, un encuentro reciente en Alemania sobre la cultura de compartir e intercambiar, una participante tiró una conclusión lapidaria: “La palabra compartir ha sido secuestrada”. Otra completó: “Si la economía colaborativa es capitalismo 2.0, no sirve. Mejor hablemos de buen vivir”. Acusar a una compañía de querer ganar cada vez más es como acusar al escorpión por picar: está en su naturaleza. Pero no es para tirar todo el movimiento por la borda. Airbnb, con toda su concentración de datos, sigue siendo más distributivo y ecológico que la hotelería tradicional; Kickstarter se convirtió el año pasado en Empresa B, con un compromiso humano y ambiental en sus estatutos. La comunidad colaborativa lleva años tratando de encontrar un timón ético que permita trazar una línea clara: el belga Dirk Holemans, especialista en ciudades colaborativas, propone estas tres preguntas evaluatorias: “¿Quién posee? ¿Cómo se reparten las ganancias? ¿La lógica es de crecimiento o de suficiencia?”. 68


¿Y en casa cómo andamos? Argentina es un caso interesante: a innovadores y colaborativos no nos van a ganar. Como en todo el mundo, hubo una burbuja de startups P2P alrededor de 2013-2014, de la que solo sobrevivieron las más aptas en los negocios. Afluenta, en préstamos, e Ideame, en crowdfunding, pegaron el salto a la expansión regional. Media docena de plataformas de carpooling abrieron y cerraron, incluida Tripda, un gigante global que al irse dejó sola a Carpoolear… una ONG sin fines de lucro. Los intercambios y gratiferias funcionan mejor en Facebook que en webs específicas. Mientras tanto, crece el uso de bicicletas públicas, la cultura libre, el conocimiento abierto y el número de cooperativas de tecnología. La cantidad de espacios de coworking se duplicó en dos años. El modelo incaico de la minga –hoy por vos, mañana por mí– cobra fuerza en talleres de bioconstrucción, espacios maker y consultorías colaborativas. Crece el trabajo colaborativo y voluntario en hackatones, editatones y jornadas de construcción. La lógica P2P apadrina clubes de reparadores y disco sopas, redes libres, fablabs y espacios hacker. Las comunidades de pares son más resilientes que las startups, que tienen que abrirse paso en el mercado, pero los dos modelos se mezclan y se potencian, y van formando un 69


movimiento con masa crítica: desde 2014, Buenos Aires es el centro de la Semana de la Economía Colaborativa, que este año se floreó con el encuentro internacional Comunes, coproducido por el GoetheInstitut, la red latinoamericana Minka y el portal El Plan C. En la charla de apertura, la brasileña Lala Deheinzelin definió: “Estamos pasando de la lógica del consumo a la del cuidado, de la escasez a la abundancia. Lo que se consume se agota; lo que se cuida es infinito”. En esta transición, la tecnología nunca es inocente. “La próxima vez que alguien les muestre una nueva app, pregúntenle: ¿y eso en qué beneficia a los ciudadanos?”, aconseja Trebor Scholz, el abogado de las cooperativas. “Las nuevas tecnologías solo son importantes en la medida en que nos ayudan con nuestros principales desafíos como sociedad”, refuerza Neal Gorenflo. Lisa Gansky, otra de las gurús del movimiento, asegura que el P2P está cambiando “el sistema operativo de la sociedad”. Lo cierto es que el abaratamiento constante de los costos convierte la tecnología en un commodity. Cada vez más las herramientas están al alcance de la mano; el procomún del conocimiento regala a los ciudadanos el enorme poder de la abundancia. Y todo gran poder conlleva una gran responsabilidad. 70


La gran red colaborativa Alojamiento y turismo Las mil y una formas de moverse por el mundo eludiendo la industria de la hotelería. En el principio fueron las redes de hospitalidad gratuita, por pura onda: Servas, Hospitality Club, Couchsurfing y otras. Hacerse un perfil, mandar un mail y dormir gratis en sofás de todo el mundo. Después vinieron las opciones pagas de eso mismo: en 2008 rompió el mercado Airbnb (que empezó con un colchón inflable, “Air Bed and Breakfast”) como plataforma para que particulares alquilen sus viviendas. Hay decenas de variantes de alojamiento P2P: con y sin anfitrión presente en la casa, en sofá, habitación o propiedad completa, por dinero, onda o noche equivalente en otra casa. Hay redes de cuidadores de casas y mascotas (House Sitters) y establecimientos rurales que te hospedan por trabajo (Wwoof). También hay guías de turismo en plataformas P2P, voluntarios (Global Greeter Network) o por una tarifa (Vayable), y gastronomía P2P, con plataformas como Cookapp, que permite que cualquiera convierta su casa en restaurante. 71


Movilidad Las plataformas de carpooling conectan a gente que hace los mismos trayectos, para compartir viajes en auto y ahorrar plata, tráfico y contaminación. La más exitosa del mundo es BlaBlaCar, con más de 10 millones de usuarios en Europa, India, México y Brasil. En Argentina opera Carpoolear, creada por la ONG STS Rosario, y hay varios grupos de Facebook dedicados a compartir viajes. Otra variante es el carsharing, que permite acceder a autos sin poseerlos: alquileres simples por períodos cortos. Funciona en varias ciudades europeas (Berlín, París) y en México DF. Y existe también la opción P2P, con plataformas como Getaround, que posibilitan alquilarle el auto a un particular. ¿Uber? Ellos claman que son colaborativos porque conectan a conductores con pasajeros… pero es una discusión dudosa. También pueden pensarse como colaborativos los sistemas de bicicletas compartidas (ya están en Buenos Aires, La Plata, Mendoza y Rosario) y las plataformas de alquiler de bicis y motos entre particulares. Y la página de contactos entre camioneros y mochileros en Facebook. Finanzas

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La industria financiera es una de las más abusivas del mundo y, por eso, candidata cantada a ser intervenida por las tecnologías P2P. El crowdlending, o préstamos entre pares, en realidad hace lo mismo que los bancos: junta a gente que necesita préstamos con gente que quiere prestar plata por un interés, y se queda con un porcentaje. Pero como no pretende una tajada tan grande como los bancos, todos ganan. Es el caso de Lending Club en Estados Unidos o Afluenta en Argentina. El crowdfunding es diferente: son microdonaciones o inversiones –según el modelo– para apoyar un proyecto artístico, tecnológico o social. Los exponentes son Kickstarter (en el norte) e Ideame (en Latinoamérica). Algunos de los proyectos más exitosos en el ámbito local son Cualca, la serie web que recaudó casi $ 250.000 y el Anuario de Ilustradores. Entre las finanzas p2p se cuentan también las monedas sociales o locales, como formas de empoderamiento comunitario para escapar a las tiranías de los mercados globales, y su versión techie, las criptomonedas, basadas en tecnología blockchain, la que respalda al bitcoin: el ejemplo más conocido es Faircoin. Alimentos Aquí la colaboración se da principalmente en la distribución, un mecanismo ineficiente que hace que 73


hoy un tercio de la comida que se produce en el mundo se desperdicie en algún punto de la cadena productiva. Para llamar la atención sobre este problema, se organizan en todo el mundo las disco sopas, eventos festivos de protesta que recuperan alimentos que se iban a descartar. Además, cada vez se ven más heladeras sociales, donde distintas personas dejan la comida que les sobró para que otros puedan comer. En Alemania, la red Foodsharing conecta a quienes tienen comida para dar –desde restaurantes hasta particulares– con quien quiera retirarla. En Argentina, Proyecto Plato Lleno hace lo mismo, pero entre actores fijos: de un lado, compañías de catering y del otro, comedores populares. Otro enfoque colaborativo sobre la alimentación apunta a la soberanía alimentaria, incentivando la agricultura a escala familiar y urbana: armá tu propia huerta, plantá tus propios tomates, tus propias hortalizas, tus propias plantas aromáticas. Objetos ¿Cómo conseguir lo que se necesita sin ir a comprarlo al supermercado? Comprarlo usado, en tiendas o entre particulares, vía plataforma web (Mercado Libre, Ropanroll) o vía app geolocalizada (Letgo); trocarlo por otra cosa; buscar alguien que lo done en plataformas como Freecycle, Desprendete o 74


Gratiferia. ¿Pero realmente hace falta poseerlo? Si solo se lo va a usar para algo puntual, se puede alquilar a través de una plataforma P2P, como Spinlister, o pedirlo prestado a algún conocido (o desconocido, mediante las redes) que lo tenga. El caso paradigmático son las herramientas. En Estados Unidos y Europa existen bibliotecas de herramientas y objetos, como clubes de elementos compartidos; aquí los makerspaces permiten usar las máquinas por una membresía. También se puede crear lo que se necesita en casa, en todo o en parte, a veces reparando o reciclando algo viejo, con ayuda de tutoriales web, archivos de código abierto, fabricación digital, colaboradores virtuales. Y la opción más revolucionaria de todas: decidir que, en realidad, no se necesita esa cosa. Conocimiento El saber no ocupará lugar, pero hasta hace poco, por acceder a libros, archivos, softwares y bienes culturales en general había que pagar. Pero la idea misma de saber está cambiando, como resultado de la cultura del software libre: ya no viene de arriba hacia abajo, sino más bien de todos los costados a la vez. El ejemplo paradigmático de construcción de saber P2P es la Wikipedia, pero hay otros miles de 75


repositorios libres de información online. Foros que enseñan a hacer cualquier cosa; sitios como Github, donde los desarrolladores comparten sus códigos, o Thingiverse, con archivos imprimibles en 3D. Universidades que desafían la estructura académica y deciden publicar los papers de sus investigadores; otras, incluso las más prestigiosas del mundo, organizan los contenidos de sus cursos más populares en forma de MOOC, Massive Online Open Courses. Hasta la ciencia se abre a la participación masiva con programas como e-Bird, donde cualquiera puede sumar el dato del pajarito que vio. ¿Herramienta clave? Políticas de código abierto y licencias libres. Coworking, coliving Entre el box del empleado y el living con gato y pantuflas del freelancer, la tercera posición: el espacio de coworking, donde es posible trabajar de modo independiente pero acompañado a la vez. Es la forma de acceder a una oficina y sus servicios por menos plata y con el plus de la comunidad. En Argentina, ya hay más de 70 espacios de coworking, de Tucumán a Comodoro Rivadavia (aunque el grueso se concentra en Buenos Aires, GBA y Córdoba). Si bien la mayoría son privados, también hay algunos públicos y gratuitos, manejados por municipios y universidades. Otras áreas de trabajo colaborativo son 76


los espacios maker, donde se comparten máquinas y herramientas. También artesanos, carpinteros y oficios manuales varios se organizan en talleres compartidos. La versión más extrema del compartir espacios es el coliving, las casas colectivas, que están extendiéndose sigilosamente. Una tendencia que suele organizarse con el boca en boca, aunque también existen plataformas para favorecerlas, como Dada Room. Escenas de la vida en comunidad en el siglo XXI. Producción p2p Podemos hacerlo todo si sabemos cómo y usamos el conocimiento colectivo; hay planos open source hasta para hacer satélites (cortesía de Emiliano Kargieman, tapa de Brando 87). En la última década, grupos de voluntarios se han juntado para producir cosas antes reservadas a industrias específicas y pesadas: casas de barro, calefones solares, redes de internet, hasta un velero. También se unen para buscar soluciones a problemas comunes en hackatones, hacer prótesis de bajo costo, reparar en grandes fiestas colectivas lo que la sociedad de consumo mandaba al muere. El colectivo Open Source Ecology está prototipando las 50 máquinas básicas para empezar una civilización en el proyecto Global Village Construction Set. Con el abaratamiento de la tecnología fotovoltaica, 77


empiezan a organizarse las primeras cooperativas vecinales de energía solar. Las grandes empresas se sienten tan amenazadas que en España quienes se descuelgan de la red de electricidad –cada vez más– deben pagar el “impuesto al sol”.

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Los 5 puntos claves de la economía colaborativa en la era digital Por Miguel Ángel Corcobado

Estos duros años de crisis que estamos pasando nos están enseñando una cosa importante, que consumir por consumir no tiene sentido. Es por ello que la llamada economía colaborativa está en auge y seguramente crecerá más y se instalará en nuestras vidas como una forma aparentemente nueva de hacer las cosas, pero que la lleva practicado la humanidad durante toda su historia en forma de trueque, intercambio de favores, venta directa entre vecinos, 79


gasolina a medias a cambio de transporte, etc. Lo bueno es que ahora viene potenciada por la era digital. ¿Y esto de qué va? Pues muy sencillo, yo necesito algo y tú lo tienes, ya sea una habilidad, un objeto o un conocimiento y nos ponemos de acuerdo para que me lo des, intercambies, prestes o vendas. Este sistema, gracias a la tecnología, es mucho más sencillo y rápido de efectuar, totalmente acorde con los tiempos que vivimos. ¿Y QUÉ HAY QUE HACER? Pues existen 3 formas de realizar el intercambio común: 1.- Cuando se paga por un producto o servicio determinado para obtener su propiedad o derecho de uso. Un ejemplo muy extendido de ello es compartir coche (carsharing o carpooling). SocialCar o Blablacar son dos casos bien conocidos, pero también englobaríamos aquí las famosas webs de crowdfundig, como Indiegogo o Kickstarter.

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2.- Cuando hay una redistribución, es decir que los objetos o proyectos cambian de propiedad porque el propietario no los quiere y el comprador los necesita. eBay, segundamano y otros portales de este tipo son los ejemplos más conocidos. Aunque también entrarían aquí webs de intercambios como Truequers, Sepermuta o Truequeweb. 3.- Cuando se promulga un estilo de vida colaborativo, menos centrado en los objetos y más en las habilidades o conocimientos de las personas. Aquí se engloban las llamadas microtareas (microtasking) donde, por ejemplo, intercambiamos dar unas clases de inglés por la sustitución de un grifo roto. También promueven acciones conjuntas como agrupaciones para comprar productos directamente a agricultores o cooperativas energéticas como GoiEner y Gesternova. ‘PERO ESO SON COSAS DE HIPPIES…’ No te creas, la economía colaborativa ha sido utilizada como recurso social en diversas ocasiones. Sobre todo en zonas rurales se han hecho acciones muy diversas y donde toda la comunidad contribuye para conseguir un bien común, como la compra conjunta de tierras de pasto comunales en zonas del norte de España o el conocido caso del “cerdo de San Antón” de La Alberca, Salamanca, al que alimentan 81


todos los vecinos para luego rifarlo. ¿Es que esto no es crowdfunding? Incluso el hecho de compartir coche para abaratar costes ya se comenzó a hacer durante la Segunda Guerra Mundial y en la Crisis del Petróleo de 1973, apoyado por el gobierno estadounidense. Era el llamado Carpooling. Ya vemos que la economía colaborativa es tendencia y además sus valores se asocian a la búsqueda de un modelo de consumo más humano y respetuoso con el medio ambiente. Partiendo de aquí le podemos atribuir cinco puntos claves que hacen funcionar este tipo de economía en la era digital. UNO Es social: cómo hemos dicho antes se trata de un intercambio entre personas por lo que el desarrollo actual de las redes sociales les viene al pelo. Así mismo los espacios físicos compartidos de coworking o los mercadillos colectivos, promueven este tipo de economía al mismo tiempo que el talento social. DOS Es sostenible: lo ideal es que los sistemas colaborativos reinviertan las ganancias en el propio sistema con lo cual la retroalimentación económica es fluida. Esto se pone de manifiesto en la compra colectiva de bienes, pero también en otros modelos 82


como los proyectos financiados por crowdfunding, donde lo lógico es que el dinero obtenido por un proyecto sirva tanto para realizarlo como para comenzar en otros proyectos nuevos. Aunque la tendencia de mayor sostenibilidad es el freecycle, que promueve reducir los desperdicios reusando y reciclando objetos que se tiran o sustituyen por obsoletos pero que aún pueden tener vida útil en otros lugares o para otras personas. TRES Es flexible: se adapta a las necesidades del entorno. Por ejemplo, la necesidad de compartir coche o alquilar casas vacacionales en webs como Airbnb, en lugar de ir a hoteles, es algo que surge de adecuarse al descenso de poder adquisitivo actual que no permite tener coche propio o gastos elevados en vacaciones. CUATRO Es fácil: la tecnología lo pone todo a un golpe de clic, desde unir a las personas afines a este tipo de iniciativas, hasta desplegar complejas plataformas de intercambio o compraventa de objetos y servicios. CINCO Es próximo: La economía colaborativa se vuelve hiperlocal y llega a descender a nivel de barrio con 83


grupos muy reducidos, como son las asociaciones que compran productos directamente a agricultores o incluso los proyectos de economĂ­a de favores. Ejemplos de ello son los llamados bancos de tiempo, donde se realizan microtareas. En Shareyourmeal y Compartoplato puedes intercambiar o comprar platos cocinados por tus vecinos y tambiĂŠn intercambiar lecciones de idiomas en The Mixxer.

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¿Nueva economía? La Economía Colaborativa Por Marc Cortés Ricart,

La economía evoluciona, cambia, se transforma y lo hace a partir de múltiples factores o palancas. Una de estas palancas, quizás en la actualidad una de las más destacadas, es la tecnología, o mejor dicho, cómo la tecnología acelera comportamientos y actitudes. Hablamos de la Economía Colaborativa.

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La cultura del compartir, reutilizar y ahorrar como motor económico. La economía colaborativa es un gran motor de transformación. Se trata de un fenómeno con un impacto brutal en nuestra sociedad que está modificando radicalmente la forma en que, hasta el momento, las personas han resuelto y cubierto sus necesidades. Es un cambio económico y cultural con profundas repercusiones. Si nos fijamos sólo en el impacto económico previsto, los estudios, como el realizado por la consultoría PwC, apuntan a que en 2025 el mercado global de las actividades económicas vinculadas al consumo colaborativo moverán 335 mil millones de dólares. En la actualidad, son 26 mil millones. El salto es significativo. Cuando hablamos de economía colaborativa la mayoría pensamos en Airbnb o Uber. En realidad, estos dos casos son la punta del iceberg de lo que definiríamos como consumo colaborativo y hacen referencia a parte de una realidad mucho más amplia Esta nueva manera de consumir va más allá del compartir, también implica reutilizar y ahorrar y afecta de manera transversal a todos los sectores. Nos cambia la manera de viajar, de comer, vestir, disfrutar, escuchar música, conducir, ver cine, desplazarnos… y nos convierte en personas más 86


eficientes e incluso más respetuosas con el entorno. Como especifica el dictamen elaborado en 2014 por la Unión Europea “el consumo colaborativo representa la complementación ventajosa desde el punto de vista innovador, económico y ecológico de la economía de la producción por la economía del consumo. Además, supone una solución a la crisis económica y financiera”. Ha nacido una nueva manera de gastar, pero también de emprender a partir de la necesidad de sacar rédito de los recursos propios. Dimensión global gracias a la tecnología En esencia, cuando hablamos de economía colaborativa nos referimos al modelo de consumo basado en el intercambio de bienes y servicios entre particulares. En realidad, no se trata de un fenómeno nuevo. Este tipo de relación comercial ya era habitual en la era “predigital”. Es el caso, por ejemplo, de los Bancos del Tiempo que aparecieron en Estados Unidos a principios de la década de los 80 y que perduran en la actualidad. En estas pequeñas organizaciones locales las personas ofrecen sus servicios a cambio del tiempo de otros. No existe ningún tipo de mediación monetaria, ni ánimo de lucro. Los bancos del tiempo se concibieron como instrumentos de desarrollo comunitario, 87


cohesión social y, especialmente, para dar respuesta a la crisis económica de entonces… Precisamente, es en el actual contexto de recesión, cuando la cultura del trueque ha alcanzado gran envergadura. Sin embargo, lo que ha convertido la economía colaborativa en un fenómeno revolucionario y con gran impacto social a todos los niveles es la tecnología. Con la evolución de las tecnologías peer to peer y las redes sociales este modelo comercial ha alcanzado una dimensión global.

Formas de consumo colaborativo Gracias a la capa digital podemos organizar el intercambio entre personas en plataformas digitales que le aportan a esta actividad comercial un valor añadido en diferentes aspectos: mayor alcance y oportunidad de acceder a audiencias más amplias, gestión logística (cobrar, quedar, arbitrar…) más transparente y sencilla, mayor confianza entre usuarios ya que existe la posibilidad de evaluar el servicio recibido y, finalmente, escalabilidad y oportunidad de crecimiento sin grandes inversiones. Los activos los aportan los usuarios y no las empresas. Tiene, pues, todos los ingredientes para ser un negocio redondo. Sin embargo, la vertiente lucrativa no siempre está presente. Por esta razón, es 88


muy importante determinar las diferentes tipologías de consumo colaborativo para evitar confusiones. Existen, principalmente, dos grandes modelos. El primero agrupa personas que suman esfuerzos para lograr un objetivo común. Es el caso del los grupos de compra colectiva, grupos de consumidores que se organizan para conseguir un determinado producto o servicio a un precio más bajo y con el mínimo de intermediarios posible. La OCU organizó, por ejemplo, la primera compra colectiva de energía de la historia de España. QuieroPagarMenosLuz aglutinó a casi medio millón de consumidores. En esta categoría también se incluirían las plataformas de micro mecenazgo como Verkami, Goteo o Kickstarter. Ante la necesidad de financiación se moviliza a la comunidad y no a los bancos. Paralelamente, existen plataformas que organizan el préstamo, intercambio o la donación entre particulares. Estas plataformas podrían dividirse en tres grandes familias. Primera, las plataformas que se basan en el puro intercambio sin transacción comercial como CouchSurfing en la que los usuarios ofrecen alojamiento gratuito a viajeros, simplemente por el gusto de conocer gente de otros países, o practicar idiomas. Segunda, los espacios que facilitan la redistribución de bienes como Wallapop o Ebay. Y, 89


tercera, las webs que convierten productos en servicios. Es aquí donde incluiríamos Airbnb y Uber. Las dos primeras se autorregulan, la tercera es probable que, en muchas ocasiones, necesite de regulación. Y es, precisamente, en este ámbito donde se ha generado más controversia.

Un marco legal con visión de futuro La economía colaborativa genera debate porque pone en cuestión el modelo económico establecido. La antigua economía y sus lobbies se sienten amenazados y es lícito que pongan trabas para defender sus intereses. Es necesario un marco legal y fiscal que ordene las cosas. Lo que surgió como una necesidad ha llegado para quedarse y, especialmente, en España. Un estudio de la consultoría Nielsen afirma que España es el quinto país de la Unión Europea con más potencial de crecimiento de la economía colaborativa. Se habla que ya hay 5000 plataformas activas y de un 53% de españoles dispuestos a alquilar, o compartir sus bienes. Prueba del auge y evidente recorrido de la economía del compartir en España, Barcelona ha sido el escenario escogido para celebrar el OuiShare Fest 90


2015 que tendrá lugar los próximos días 19, 20 y 21 de noviembre en el Barcelona Advanced Industry Park. Se trata del primer evento profesional sobre este fenómeno y es la primera vez que no se celebra en París. Vivimos en un momento clave y en nuestras manos está diseñar el país que queremos y si apostamos por la economía colaborativa para facilitar el desarrollo social de nuestra comunidad. Tenemos la oportunidad de liderar el cambio. Porque, nos guste o no estamos viviendo una transición… Nada volverá a a ser igual.

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¿Qué buscan los clientes en la economía colaborativa? Por Paul Lara

Economía colaborativa es el intercambio de bienes y servicios a través de plataformas digitales, lo que implica mutua colaboración. ¿Sabes cómo funciona? Una de las preguntas comunes que se hacen las empresas de todo el mundo ante las nuevas tendencias de trabajo gracias a Internet y el uso de aplicaciones en dispositivos móviles, tiene que ver con lo que los clientes esperan de la economía colaborativa. 92


Hoy en día ya existen investigaciones que muestran que las empresas deben adoptar innovaciones fundamentales de esta tendencia, si quieren prosperar en una era donde compañías como Uber o Kickstarter toman la delantera a los modelos tradicionales. Según el estudioThe New Rules of the Collaborative Economy, de los investigadores Jeremías Owyang y Alexandra Samuel, se ha encontrado mucha evidencia de que el intercambio y uso de herramientas de la economía colaborativa es más que una moda inconformista. Los clientes de las nuevas empresas como Car2Go, Airbnb y Etsy son similares a la población en general, y sus razones para usar este tipo de servicios se basa en la demanda y la comodidad, por lo cual han tenido un crecimiento inesperado que se mantendrá en los próximos años. La mayoría de las personas aseguran que están preparadas para compartir más que comprar, si se les permite ahorrar un 25 por ciento y la experiencia les resulta más cómoda. En el informe aseguran que el número total de norteamericanos que han participado en alguna 93


forma de transacción de intercambio con las empresas de la llamada Economía Colaborativa ha crecido 20% en los últimos 18 meses. Un dato contundente: casi todo tipo de uso se ha expandido a productos personalizados, servicios personales y profesionales, transporte, crowdfunding, el aprendizaje y lugares para alojarse. Dado que las empresas peer-to-peercomienzan a establecerse en muchas áreas de la economía, las empresas tradicionales reconocen que esta nueva forma de transacción representa una amenaza potencial competitiva. Una de las preguntas interesantes en el estudio es: si cambian los comportamientos de los clientes de compartir a comprar, y también si es posible recuperar sus fondos si lo hacen. Resulta que la mayoría de las personas entrevistadas están preparadas para hacer el cambio de compartir a comprar si se cumplen ciertas condiciones. La mayoría de los clientes dicen que lo considerarían si se les permite ahorrar un 25% en su compra, y entre los más jóvenes en particular, la gran mayoría ha sido influido por el potencial de ahorro. Alrededor de un tercio cambiará de compartir a comprar, siempre que se ofrezca mayor comodidad, 94


ya sea en la forma de entrega, servicios auxiliares o personalización. Y al igual que muchos, pueden ser influenciados si el servicio les ofrece acceso a bienes y servicios de marca. Pero el hecho de que muchos clientes puedan ser cortejados por los nuevos servicios no debe hacer que las empresas tradicionales pierden la esperanza. Los factores que piden para pasar de compartir a comprar son los que se usan actualmente, sobre todo en el tema de obtener una marca muy conocida, y que se pueda ahorrar hasta 25 por ciento. Las empresas establecidas pueden aprovechar el poder de precio, conveniencia y la marca como ventajas competitivas en la era de la Economía Colaborativa. Sin embargo, tendrán que abrazar las enseñanzas de compartir el éxito con nuevas empresas y adoptar el uso de las nuevas tecnologías. Las compañías que quieren competir en precio necesitan, para poner en marcha su propiopeer-topeer, mercados similares, como el de accesorios de videojuegos de Walmart, lo que les permitirá reducir el costo total de propiedad de los valores que comercian. Las que quieren ofrecer a sus clientes el beneficio de la comodidad, puede proporcionar los servicios 95


auxiliares y productos que necesitan, tal como lo está haciendo Home Depot en Estados Unidos, que ahora permite a sus clientes alquilar herramientas y equipos. Y las empresas que quieren aprovechar el poder de su marca existente para atraer a clientes, tienen que encontrar la manera de ofrecer sus productos tradicionales a través de Internet y dispositivos móviles, tal como BMW lo ha hecho, mediante la introducción del servicio DriveNow, que permite a las personas obtener sus vehículos cuándo y dónde los necesite. Especialistas aseguran que el camino más sencillo para lograr esto es la asociación entre las firmas tradicionales con las nuevas de la economía colaborativa. Por ejemplo, Whole Foods hace que las compras sean más convenientes para sus clientes, al unirse con Instacart como una forma de ofrecer entregas rápidas y fáciles. Por supuesto, las empresas no tienen que elegir cualquiera de estos caminos. Los hoteles pueden seguir con el modelo de alquiler de habitación; las minoristas pueden seguir vendiendo en lugar de alquilar, y los fabricantes pueden producir productos masivos en vez de personalizados. Hay que reconocer 96


que todavía hay un grupo de clientes que quieren tener productos y servicios de la forma en que siempre lo han hecho, y que todavía están dispuestos a pagar una prima o renunciar a la comodidad, en lugar de replantear sus patrones de consumo. Pero hay que señalar que estos son cada vez menos, más y más personas están adoptando el nuevo mundo de los dispositivos móviles habilitados para adquirir productos y servicios. Las empresas que prosperan en este nuevo mundo serán las que no sólo reconozcan sus riesgos, sino que abracen oportunidades.

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Economía colaborativa y desarrollo sostenible: desafíos hacia la gran transición Por Francisco Fernández Latorre

La economía colaborativa o compartida (Sharing Economy, Collaborative Economy, Collaborative Consumption) está revolucionando nuestra forma de consumir. Más allá de los polémicos casos de Uber y Airbnb y del rechazo de las industrias afectadas, ¿existen verdaderas oportunidades compartidas hacia el Desarrollo Sostenible?; o por el contrario, se trata de un incierto “caballo de Troya”, recién arribado en el cambio de milenio. Posiblemente, la respuesta a la 98


Gran Transición hacia la sostenibilidad pasa por una reacción colaborativa mundial, igualmente, compartida. 1. Origen económico, tecnológico y filosófico El origen del concepto de la economía colaborativa es reciente, en torno a 2010, si nos ceñimos a la aparición masiva del término en medios de comunicación y revistas económicas, coincidiendo ese mismo año con la publicación del libro “Lo que es tuyo es mío: cómo el consumo colaborativo está cambiando el mundo (What's Mine is Yours: How collaborative consumption is changing the world) de Rachel Botsman y Roo Rogers. Sin embargo, sus primeros pasos se remontan a finales del milenio, con empresas pioneras como eBay (1995), Couchsurfing en el sector de alojamiento gratuito-, y Zipcar en el alquiler por horas de coches en entornos muy próximos, ambas constituidas en 1999. Fue sin embargo, tras el crack económico de 2008 cuando irrumpe con fuerza la economía colaborativa, en un terreno abonado por una profunda desconfianza social ante el actual sistema económico, el desarrollo masivo de internet y las redes sociales y el liderazgo de emprendedores tecnológicos catapultados con la creación de startups 99


de acción global. Las experiencias de Couchsurfing y Zipcar mutan, respectivamente en compañías globales de distinta naturaleza, como Airbnb (2008) y Uber (2009). Desde entonces se suceden y diversifican las iniciativas en el campo de la economía colaborativa, cubriendo los más variados nichos económicos, modelos de organización y fines. En el ámbito de las organizaciones no gubernamentales surgen comunidades como Shareable, Collaborative Consumption, Peers, Ouishare, Share the Worlds Resources and The People Who Share. En el ámbito de las políticas sociales latinoamericanas, aparecen iniciativas propias, como la del “Buen conocer” en Ecuador, que pretende reformular la política nacional en torno a los principios de compartir, redes abiertas, producción abierta y economía de los comunes, y la del “Buen vivir”, inspirada en la cosmovisión indígena de la armonía con la Madre Tierra. Tal como señalan Eduardo Gudynas y Alberto Acosta, la corriente del Buen Vivir cuestiona frontalmente la premisa mayor imperante, esto es, la validez de la idea occidental de progreso. 2. La economía colaborativa llega a la cotidianidad…superficialmente. Descendiente de internet, la post-crisis y nuestros genes 100


La economía compartida se ha introducido sigilosamente en nuestras vidas, hasta el punto de instalarse en parte de nuestros hábitos y rutinas, favorecida por una tecnología de smartphones popularizada en prácticamente todas las capas sociales. Sirvan como ejemplos algunas acciones familiares- a la vez que inconscientes- en la que descansan en mayor o menor medida principios de una economía colaborativa: consultar la Wikipedia, usar software libre (Linux) y datos abiertos (open data, navegadores de código abierto como Mozilla), publicar un anuncio en eBay o en Wallapop para “reciclar” con la venta productos que ya no nos sirven, compartir un viaje mediante la aplicación móvil blablacar, compartir o intercambiar casas de familias locales en todo el mundo (Homestay), compartir un video formativo en youtube, participar en un webinar gratuito a miles de kilómetros, o utilizar un espacio de trabajo compartido con otros profesionales independientes favoreciendo la colaboración en proyectos conjuntos (co-working). El comportamiento colaborativo se ha extendido porque nos permite acceder, y por tanto disfrutar, de productos y servicios mucho más económicos y a una escala planetaria, impensable en la era pre-internet. En el fondo, la capacidad de compartir se ha 101


multiplicado casi al infinito. Aunque lo cierto es que la mayoría de nuestras relaciones compartidas no son relaciones colaborativas en un sentido profundo, sino más bien gestos superficiales, como el realizado cotidianamente en las redes sociales. Ahora bien, por qué no pensar que realmente lo que está emergiendo no está escrito en cierta medida en nuestros genes. Acaso, las comunidades ancestrales de homínidos no basaron su supervivencia en un fuerte sentido de la cooperación y la pertenencia al grupo. Puede que, infundados por el hiperindividualismo, y las creencias de que la naturaleza humana es exclusivamente competitiva, agresiva y egoísta, se nos olvide que también una importante parte de nuestras acciones, pensamientos y sentimientos son, paradójicamente, cooperativos. Inmersos en la post crisis económica, percibimos que “nada será como antes”. Nos sentimos desorientados frente a la promesa de la globalización y de la recuperación económica. Y en estas circunstancias no nos valen los mismos valores que han demostrado fallar en la solución del problema, es necesario recuperar la confianza en las personas, y no sólo en los mercados… 3. Definición en proceso… Se echa en falta una mayor claridad y coherencia en la definición y principios de la economía colaborativa. 102


Existe una confusión, propia de las corrientes aceleradas (y precipitadas) de pensamiento y acción, que en cierta medida recuerda lo acontecido en los albores del término “desarrollo sostenible”, tan usado como malversado conceptualmente. Rachel Botsman define tres ideas centrales en la economía colaborativa: distribución del poder, fuerzas de cambio disruptivas y utilización eficiente e innovadora de los recursos. La distribución del poder consiste en el paso del poder desde instituciones centralizadas hasta redes de individuos y comunidades en las que se confía y posibilitan acceder a bienes y servicios. Las fuerzas de cambio disruptivas son la innovación tecnológica producida en los dispositivos móviles, el cambio de valores que supone el replanteamiento de la propiedad, de la riqueza y el significado de compartir en la era digital, junto a las presiones medioambientales necesarias para un mejor uso de recursos finitos. Por último, figura la utilización eficiente e innovadora de los recursos infrautilizados u ociosos, amplificada por mor de las nuevas tecnologías. Bostman reconoce que el potencial de la economía compartida es gigantesco, tanto en términos de minimizar residuos y costes económicos, como de oportunidades comerciales y de emprendimiento. 103


Expuesto lo anterior, resulta no solo conveniente, sino necesario, aplicar criterios claros que acoten lo que no es ni debe ser la auténtica economía colaborativa. Así, cualquier plataforma tecnológica compartida que carezca de verdaderas relaciones cooperativas (basadas en la apertura, la transparencia, y el mutuo beneficio), y que no cumpla ni verifique los principios básicos de la sostenibilidad (equidad, respeto al capital natural, social y territorial) podrá ser un interesante negocio, pero no añadirá un balance positivo a la economía colaborativa ni al desarrollo sostenible. 4. Compartir el futuro hacia una gran Transición Las empresas han empezado a co-evolucionar bajo el nuevo modelo de la economía colaborativa, y el camino no ha hecho más que empezar. Incluso empresas relativamente convencionales empiezan a aplicar dinámicas para la co-creación de productos y servicios con los usuarios, proveedores, otras empresas, instituciones y comunidades, conscientes de su valor añadido. Las externalidades positivas de la cooperación son poco conocidas, y menos aún los procesos y leyes que los rigen y optimizan. A pesar de los riesgos inherentes al mal uso de un concepto tan prometedor, el efecto demostrativo y pedagógico es 104


innegable. Indudablemente, materializa el inmenso potencial transformativo de la colaboración, y por qué no, un posible cambio de pensamiento de un “soy lo que tengo” a un “soy lo que comparto”. La cuestión clave es ¿a dónde nos conduce la economía colaborativa?. ¿Es la llave de la transición hacia una sociedad más sostenible y cooperativa? La respuesta depende de quiénes ganen y pierdan en estos nuevos escenarios. Claro que, en una economía colaborativa verdaderamente madura este dilema ganador-perdedor constituiría una falacia… En cualquier caso, habrá que estar no solo atentos, sino contribuir desde la esfera personal, laboral, normativa, comunitaria e incluso política, a que este enorme potencial no se degrade, desvirtúe ni corrompa por un falso éxito.

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7 tendencias de economía colaborativa que te interesan Por Miguel Ángel Corcobado

Al igual que los medios sociales digitales nos conectan para comunicarnos, también conectan otros aspectos importantes de nuestra vida como son nuestros propios bolsillos. La economía colaborativa permite que un grupo de usuarios internautas se pongan de acuerdo para realizar algo que les supone una considerable reducción de precio, o bien no 106


podrían hacer si no es con el apoyo económico conjunto. Esto hace que este tipo de acciones sean baratas, prácticas y sostenibles y sobre todo que propicien un cambio de paradigma en la tendencia de consumo posesivo que hemos aprendido desde pequeños.

• 3 tipos de sistemas colaborativos En economía colaborativa podemos encontrar 3 formas de realizar el intercambio común: a).- Sistemas basados en el producto: Se trata de aquellos donde se paga por el uso de un producto determinado y no por su obtener su propiedad. El ejemplo más extendido es del de car-Sharing o carpooling del que hablaremos más adelante. b).- Sistemas de Redistribución: Se basan en el cambio de propiedad de objetos o proyectos que el propietario original ya no necesita o no quiere seguir manteniendo. El popular portal eBay es un buen ejemplo de acciones de compra-venta, aunque también existe el intercambio o trueque de objetos en portales como Truequers, truequeweb o Sepermuta.es, donde incluso se intercambian casas.

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c).- Estilos de vida colaborativos: En este sistema se agrupan todas las iniciativas para compartir bienes menos tangibles que las anteriores: intercambio de habilidades, conocimiento, tiempo o espacios, son algunos de los ejemplos de este tipo de sistema. Es lo que conocemos como microtasking o microtareas. Otra tendencia colaborativa es llevar a cabo acciones comunes que proporcionen una mejora económica en un determinado servicio. Tal es el caso de las cooperativas de energía renovables, que no solo surgen como una opción ecológica de producción de nergía, sino también para aligerar la factura de sus usuarios. Como ejemplos en España están: GoiEner y Gesternova.

7 Tendencias colaborativas En cuanto a las tendencias que actualmente están más activas en la Red podemos encontrar las siguientes, a las que acompañamos con las ventajas y desventajas que surgen de su uso. Carpooling o Car-Sharing Se trata de optimizar el uso de un vehículo para transportar a varias personas que tienen un itinerario común, compartiendo entre ellas los gastos. Plataformas como Carpling, Easy Way, BlaBlaCar y 108


ZipCar son algunas de las más usadas. Lo curioso es que este sistema no es tan novedoso como parece ya que en épocas pasadas en las que ha habido crisis económicas se ha promovido su uso. En Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial y en la Crisis de Petróleo de 1973 se hizo una enorme campaña propagandística al respecto. No hay que confundir este tipo de plataformas con el modelo de negocio propuesto por la polémica Uber, ya que en este caso no se plantea un ahorro surgido de aprovechar la unión colaborativa de los usuarios, sino que es un negocio en sí mismo en el que el usuario individualmente contrata un servicio sin más. Ventajas: Para un viaje largo resulta muy económico y conoces gente. Desventajas: No conoces la pericia del conductor y no es apto para tímidos o independientes. Viajes colaborativos Es la tendencia que más está creciendo en el sector de la economía colaborativa. Se trata de hacer turismo de forma más barata que alojándose en los hoteles tradicionales, ya que a través de plataformas como Airbnb, Hipmunk , Intercambiocasas, Globalfreeloaders o Couchsurfing se ponen en 109


contacto viajeros y personas que alquilan o intercambian su propia casa para abaratar costes. Ventajas: Conoces otras zonas de las ciudades que no son las típicas, proporciona ingresos a los establecimientos del barrio, los ambientes son más acogedores y las experiencias de otros usuarios de la plataforma te indican las mejores casas. Desventajas: No te hacen la cama ni te sirven el desayuno y puede que haya vecinos molestos que no te dejen dormir. Coworking Se trata de compartir un espacio de trabajo entre varias personas, ya sean afines o no profesionalmente, y promoviendo así las posibles sinergias entre ellos para enriquecer con la experiencia de los demás sus proyectos individuales. Los espacios de coworking que están apareciendo en la mayoría de las ciudades son ejemplos de que hay una demanda extendida de estos lugares. Aquí tienes una lista con los 10 mejores espacios coworking del mundo.

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Ventajas: Para un profesional freelance resulta muy económico alquilar una oficina que conlleva el uso de impresoras, escáneres, salas de reuniones, etc. Además hace que este tipo de profesionales, acostumbrados a trabajar en casa, se relacionen físicamente con más gente en su día a día. Desventajas: En la práctica se han convertido más en meros lugares de alquiler de espacio individual de trabajo y equipos tecnológicos que en lo que se pretendía originalmente.

Crowdsourcing y Open Source La puesta en común de recursos que intervienen en la producción también es una de las tendencias más extendidas en la Red. En este caso se pretende hacer confluir el talento humano, ya sea a través de aprovechar creaciones anteriores de otras personas para realizar un proyecto nuevo, o bien para hacer confluir a esas personas en un proyecto común nuevo (co-creaciones). Como mejor ejemplo la plataforma Quirky, que hace confluir las ideas de numerosos inventores de todo el mundo.

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Ventajas: Descubres muchas ideas para mejorar las tuyas, los recursos de open source que encuentras te ayudan a acelerar tu proyecto y propician el intercambio de conocimiento. Desventajas: A veces se confunde el término “open” con “gratis” o “uso sin control”, cuando no siempre es así, ya que aunque estos recursos lleven licencia creative commons siempre hay que respetar las condiciones de uso impuestas por sus creadores. Crowdfunding De nuevo una práctica de éxito en Internet, la financiación colectiva de nuevos proyectos que salen adelante gracias a los llamados micropagos de usuarios interesados en el producto que se ofrece. Las más conocidas son: Kickstarter, Indiegogo, Verkami, Idea.me, My Major Company. Además existen iniciativas tipo P2P como y Comunitae que facilitan la cofinanciación solidaria – o a cambio de recibir intereses (crowdlending) – entre empresas y emprendedores. Ventajas: Proyectos que antes no veían la luz por falta de presupuesto o forma de publicitarlos se han convertido en piezas codiciadas. 112


Desventajas: También puede resultar frustrante, ya que no todos los proyectos salen adelante. En el caso de productos tecnológicos, se han terminado convirtiendo más en tiendas de ‘cool gadgets’ que en lanzaderas de talento. Bancos de tiempo y Microtasking En este caso el objeto de valor que se maneja es el tiempo, algo muy preciado hoy en día. Hablamos pues de plataformas de carácter hiperlocal donde se intercambian pequeños favores entre usuarios con ciertas habilidades y que se pagan o bien a cambio de otros favores o bien a cambio de pequeñas cantidades de dinero. Esto se conoce como microtasking o microtareas y va desde poner un cuadro, enseñar inglés o recoger a los niños en el colegio. Dogaboo, donde contactar con otros usuarios que cuiden de tu mascota cuando viajas y TaskRabbit son un buen ejemplo de este tipo de iniciativas. Menos local es la plataforma Friendshippr, que promueve el concepto de crowdshipping, que es una forma de enviar paquetes de un sitio a otro aprovechando los viajes de sus usuarios. Son interesantes las webs para el intercambio de idiomas a través de Skype tenemos: Polyglotclub y The Mixxer; y las que proponen el intercambio de platos cocinados 113


entre vecinos como: Shareyourmeal, en español Compartoplato. Ventajas: Recuperan el concepto de vecindad y ofrecen pequeñas remuneraciones a vecinos que no tienen trabajo. Desventajas: No está tan extendido como parece y la cultura individualista que impera en las grandes ciudades impide un desarrollo mayor de esta tendencia. Freecycle Además de aportar ventajas colaborativas mira por el medio ambiente y la calidad de las ciudades. El freecycle es una tendencia contraria a la sociedad de consumo con tres premisas (3Rs): reducir el desperdicio, reusar y reciclar. Hay multitud de objetos que se quedan en desuso pero que tienen vida útil en otros lugares más desfavorecidos del planeta y esta es la forma de redistribuirlos. La web madre de este concepto es freecycle.org y reúne a nivel mundial a 7 millones de usuarios. Otro buen ejemplo es el de Trashnothing. Ventajas: Otras comunidades aprovechan lo que no necesitamos o nos sobra, impidiendo así que 114


llenemos los vertederos con estas cosas que aĂşn sirven pero que pueden causar grave deterioro en el medio ambiente. A nivel local realizan una labor social importante de cara a suministrar ropa u objetos necesarios a familias desfavoracidas. Supone un cambio radical de la moral ultraconsumidora con la que hemos crecido. Desventajas: Fallos logĂ­sticos, en ocasiones gestionar y enviar este material es demasiado complicado y costoso.

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La evolución de las plataformas de economía colaborativa por Eduardo Quintana

La economía colaborativa ha revolucionado la forma de actuar de los consumidores en bienes y servicios. Cambiando su forma de gastar y ganar dinero en menos de 5 años. Hace un lustro la economía colaborativa apenas se conocía en España, siendo algo que se aceptaba con recelo y miedo. Hoy en día, ha cambiado la forma en la que muchos españoles utilizan servicios comunes o 116


adquieren bienes, donde incluso muchos viven simplemente de ello. De esta forma, el consumo colaborativo ha revolucionado una sociedad golpeada por la crisis, en la que muchos empresarios han encontrado la forma de aprovechar la crisis para ayudar a los usuarios o para sacar su negocio adelante, a través de compartir o intercambiar bienes y servicios de forma temporal, gracias a la expansión exponencial de las plataformas digitales y redes sociales. Gracias a esto, valores olvidados en una sociedad capitalista altamente consumista e individualista como la previa a la crisis se ha visto abocada a que se recuperen actuaciones tradicionales como alquilar, compartir, intercambiar, prestar o incluso regalar los bienes y servicios propios entre personas desconocidas que se conocen a través de una aplicación de smartphone. Este cambio o evolución cultural y económica de la sociedad ha derribado las barreras de la desconfianza y la apuesta por una serie de usuarios con gran valoración entre clientes anteriores y a un modelo en el que una app creada por una empresa hace de mediador y controlador del buen servicio, 117


monetizando el servicio o simplemente consiguiendo un porcentaje por las gestiones realizadas. Así las cosas, se ha ido evolucionando hacia un modelo de economía colaborativa que ya mueve más de 2.580 millones de euros alrededor del mundo, creciendo exponencialmente año tras año y que ya cuenta con medio millar de empresas dedicadas al consumo colaborativo en España. Las plataformas de economía colaborativa se han extendido a multitud de sectores, como el de viajeros, en el que Blablacar se encarga de establecer el contacto entre conductores que buscar abaratar su viaje con coche propio y viajeros que desean pagar menos por llegar a su destino. Pero también han abordado mercados como la restauración, la enseñanza o el alojamiento de turistas. Así, la mentalidad actual ha pasado del querer poseer bienes o servicios a simplemente tener acceso temporal a ellos, con el fin de que sean más accesibles a la maltrecha economía de millones de ciudadanos. Entre 2008 y 2012 la economía colaborativa ha logrado un crecimiento interanual del 50%, por lo que ya hay estudios que estiman que el año 2015 podrían generar hasta 335.000 millones de euros en el 118


mundo. La gran cuestión es si han venido para quedarse o bien acabaran esfumándose, como les puede ocurrir a muchos unicornios como Snapchat, tal y como augura Fred Wilson. Los usuarios aseveran que los que usan este tipo de servicios de transporte colaborativo suelen ser respetuosos, por lo que no dudan en ahorrar tiempo y dinero. Por ello, a nadie le extraña que Blablacar ya cuente en Europa con más de 20 millones de usuarios habituales en los 19 países en los que ha introducido su plataforma, donde la gran mayoría de sus usuarios tienen menos de 30 años, lo que evidencia un cambio de mentalidad en la sociedad. Pero la economía colaborativa también sirve para ayudar a pagar el alquiler, o simplemente cubrir esa habitación vacía y obtener un ingreso extra. Para lograrlo está Airbnb, una plataforma de alquiler de viviendas y habitaciones que cuenta con casi 100.000 usuarios anfitriones en España en el último año y que esperan superar el millón de personas alojadas en 2015. Actualmente, Airbnb posee una valoración de 20.000 millones de dólares y un patrimonio de 800 millones de dólares desde su creación hace siete años.

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En las plataformas que viven de la economía colaborativa, la reputación es fundamental, y obtener una gran valoración de un usuario es la clave para expandirse o desaparecer. Pero esta empresas conviven con otros factores en España, como son los problemas de Uber y su servicio de transporte urbano de vehículos particulares que entronca con los taxis y que tantos problemas judiciales le ha procurado en casi todos los países europeos en los que ha intentado introducir su negocio la compañía de Travis Kalanick. Así, tanto Uber como Airbnb han acumulado multas y procesos judiciales por competencia desleal, siendo esquiva su suerte en los juzgados. A pesar de los problemas con las empresas tradicionales de los diferentes sectores, las plataformas de economía colaborativa van arrebatándoles terreno día a día, con su incursión en sectores tan diversos como compartir la cena casera tradicional de una región, solucionar problemas diarios o hacer de guía turístico. Por tanto, los estudios más recientes indican que la mitad de los españoles estaría dispuesto a compartir o alquilar bienes o servicios a través de plataformas colaborativas. Una de las startups españolas que se posicionan al frente del consumo colaborativo es Relendo, que con 120


menos de un año de existencia busca expandir su modelo de alquiler diario de productos entre usuarios. Pero también destacan AlterKeys para hospedaje temporal, Amovens paras alquilar coches entre particulares, AreaVan para alquilar caravanas, Compartir Tren Mesa Ave para compartir billetes con la tarifa mesa de Renfe, Joinuptaxi para compartir taxi, Letmespace para compartir guardamuebles, Nautal para alquilar barcos, Shipeer para viajes por España, Spacebee para alquilar espacio de trabajo, Traity para valorar otras plataformas de economía colaborativa, Trip4Real para guías locales, Tutellus para clases particulares, Wallapop para la compraventa entre usuarios, WeSmartPark para aparcamiento y Zank para préstamos entre particulares. Así hasta más de 450 compañías dedicadas a la economía colaborativa en España, donde todas han nacido en los últimos años y que buscan compartir esta nueva realidad económica con las empresas tradicionales de cada sector. Sólo queda esperar a ver si las fricciones se acaban disipando o si su rápido auge conllevará o bien su rápida caída o bien el fin de la economía tradicional capitalista y consumista.

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El auge de la economĂ­a colaborativa: caso EspaĂąa

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El auge de la economía colaborativa en España, evolución de un sector en crecimiento Por Indra Kishinchand / José María Torrego

La economía colaborativa crece entre el 15 y el 17% anualmente y a nivel mundial. Dentro de esta tendencia, el turismo es uno de los sectores que más ingresos genera, pero no es el único. El carsharing, la moda o el intercambio de productos y servicios cada vez atraen a más usuarios, y no solo en España. El 123


diario El Referente ha realizado un reportaje en profundidad donde identifica 350 startups a las que se les puede incluir dentro de este sector. El antiguo trueque se ve ahora favorecido por Internet, la tecnología y las redes sociales, que facilitan que los ciudadanos se pongan en contacto para realizar actividades en común, compartir coche o apartamento o alquilar productos de manera puntual. En este sentido, la mayoría de las plataformas actuales se erigen como puntos de encuentro entre personas que tienen objetivos e intereses comunes y que, de otro modo, les resultaría más complicado establecer contacto. Vincent Rosso, co-fundador de Blablacar España y actualmente Business Investor en empresas de la economía colaborativa (EC), entiende que el crecimiento de esta es la suma de varios factores, como la crisis económica y de confianza, y el auge de las tecnologías móviles y las redes sociales, que permiten acelerar esta tendencia. “Al final se trata de hacer las cosas de una forma más eficiente, y por eso la economía colaborativa está aquí para quedarse”, resume. José Ignacio Fernández, cofunder de Traity coincide en afirmar que “el consumo colaborativo se verá como 124


algo normal”. También insiste en el papel de las nuevas tecnologías en la EC y asegura que, en muchos casos, “actividades que ya se realizaban en el pasado han tenido su transformación al mundo digital y a algunas personas les ha resultado revolucionario por haber tenido mayor exposición en los medios”. Fernández no duda en señalar una problemática habitual dentro de la EC: “A nivel de actores, tanto productores como consumidores encuentran un enorme beneficio en el consumo colaborativo por diversas razones, y son únicamente los competidores en industrias relacionadas y establecidas los que, por razones obvias, lo han considerado un problema”. Son precisamente competidores del sector hotelero o del taxi quienes critican la ausencia de una regulación que les permita enfrentar legalmente lo que, en diversas ocasiones, ha sido calificado de competencia desleal. En este sentido, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) lanzó en noviembre de 2014 una consulta sobre la EC. En ella participaron 260 asociaciones, instituciones y particulares. El objetivo de la CNMC es realizar un estudio no vinculante que incluya sus recomendaciones en relación a este nuevo tipo de plataformas.

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En España operan en este sector más de cuatrocientas empresas divididas en diferentes categorías. El diario El Referente ha querido recoger en el siguiente artículo las principales startups dedicadas a los viajes, la cultura y el ocio, la alimentación, el transporte y el parking, la mensajería, las redes profesionales, el intercambio y alquiler de productos y servicios, los gastos compartidos, los bancos de tiempo, la tecnología e internet, la financiación alterntiva y fintech, la moda, los deportes, la educacación, la infancia, el alquiler de espacios, los pisos compartidos y otras plataformas de interés.

EMPRESAS VINCULADAS A LOS VIAJES 9flats: plataforma que ofrece 200.000 alojamientos privados de personas de todo el mundo. 126


Airbnb: mercado comunitario basado en la confianza en el que la gente publica, descubre y reserva alojamientos en todo el mundo, ya sea desde su ordenador, tableta o teléfono móvil. Alterkeys: se definen como la alternativa a los hoteles. Una plataforma en la que se puede encontrar la casa, apartamento, villa o castillo ideal para cuando se va de viaje y se quiere “sentirse mejor que en casa” en más de 102.000 propiedades de 44 países en toda Europa. Apartum: comparador de apartamentos turísticos que agrega la oferta de las principales páginas web de reserva de apartamentos turísticos (Airbnb, HouseTrip, Booking, OnlyApartments...) El usuario puede así ver si un mismo apartamento está más barato en una página u otra y reservar su alojamiento turístico al mejor precio. awayNshare: comunidad de consumo colaborativo de alquiler de objetos entre particulares. Muy enfocado a aquellos objetos que por sus características especiales, ya sea bien su peso, su volumen o su incomodidad, se hacen difíciles de transportar cuando viajas (una bicicleta, una guitarra, un cochecito de bebé… ). 127


BeMate: comunidad de alojamiento colaborativo que pone en contacto a propietarios de viviendas turísticas, viajeros y hoteles. Todos los apartamentos tienen un diseño cuidado, una situación céntrica y la posibilidad de contar con los servicios propios de un hotel. BeWelcome: organización sin ánimo de lucro a través de la cual los usuarios invitan y alojan a viajeros y favorecen el encuentro multicultural. BedyCasa: alquiler de habitaciones en casas de particulares desde 2007. Pone en contacto a anfitriones que alquilan cuartos, con viajeros, estudiantes o personas en desplazamiento profesional, que buscan un alojamiento barato, seguro y fácil de reservar. Beetripper: comunidad de viajeros online que quieren descubrir el mundo a través de su gente. La plataforma permite conocer los planes que ofrece una ciudad de la mano de los que mejor la conocen: sus propios habitantes. Behomm: web para intercambiar casas entre profesionales creativos y amantes del diseño. Funciona por invitación y sus creadores solo seleccionas las casas que respiran el estilo Behomm, 128


que no tiene nada que ver con el lujo ni con casas ostentosas. Bitteo: software de gestión para alojamientos. En él se pueden recibir reservas directas en la propia web, gestionarlas de forma sencilla, sincronizar calendarios… Bookmeetings: plataforma online especializada en turismo de negocios que permite reservar online salas de reunión y conferencias en hoteles, hoteles para viajes de negocio, restaurantes para comidas de empresa, apartamentos para ejecutivos, trenes, vuelos, alquiler de coches, parkings y servicios de videoconferencia… Compartir Tren Mesa AVE: ayuda a los pasajeros a encontrar billetes de tren y compañeros de mesa AVE para viajar con el mismo origen, destino y día ahorrando un 60% del precio del billete AVE y ALVIA. Compartir Tren Mesa AVE ayuda a ahorrar dinero y facilita el contacto directo entre viajeros aprovechando el perfil personal de la red social Facebook. Couchsurfing: personas locales ofrecen sus hogares a viajeros y fomentan el intercambio cultural y el respeto mutuo. 129


Freecaravan: portal de alquiler de autocaravanas, caravanas y cámpers, un comparador que cuenta con un número de vehículos importante. Su valor añadido es el servicio personalizado, de back up y tecnológico inmediato. Funtrip4all: plataforma de turismo creativo que ofrece experiencias de ocio entre para todo tipo de personas. Conectamos a viajeros con anfitriones locales, profesionales o amateurs, con o sin discapacidad. Guestinalia: plataforma de turismo colaborativo donde encontrar experiencias a lo largo de toda la geografía española y que conecta expertos locales con viajeros. Gamping: comunidad que permite a sus miembros ofrecer y reservar jardines privados por todo el mundo para acampar. En el jardín de una ciudad o en el parque de una mansión, por una noche o una semana, y para cualquier presupuesto. GoCambio: el objetivo principal de GoCambio es crear entre las personas una cadena de favores que les permitan viajar o mejorar ciertas habilidades e idiomas. Lo que pretende es economizar los gastos, 130


tanto en el hospedaje del viajero como en el aprendizaje de nuevos idiomas. Good Spot: marketplace europeo de actividades p2p. Promueve la economía sostenible basada en el viaje y el intercambio de diferentes culturas. Good Spot pone en contacto a personas locales con viajeros alrededor de todo el mundo. HomeAway: plataforma global de alquiler de viviendas vacacionales que ofrece más de 1 millón de anuncios en 190 países a familias y grupos de todo el mundo que quieren alquilar una casa completa para pasar sus vacaciones. Cuenta con una comunidad mundial de más de 480 millones de usuarios. HomeAway no cobra a los viajeros que visitan la plataforma sino que cobra unacantidad en concepto de publicidad a los propietarios que se anuncian en su red global. HelpX: red de voluntariado en el que se intercambia tiempo de trabajo por alojamiento y comida gratuitos. Los voluntarios pueden trabajar en granjas, albergues, hostales… Homecompartia.com: portal web para el intercambio de casas de vacaciones. 131


HomeExchange: red de 65.000 miembros repartidos en 150 países, y que permite, mediante el pago de una cuota anual, que se pongan en contacto de forma segura para intercambiar gratuitamente sus casas durante las vacaciones. La página web existe en 16 idiomas actualmente. Housetrip: página web de alquiler de propiedades. Se pueden reservar apartamentos en Europa, Asia, África, América del Norte, América del Sur y Australia. Hostmaker: ofrece ayuda a los anfitriones de Airbnb para que sus huéspedes tengan el mejor servicio. La startup cuenta con dos modelos de servicio dependiendo de las necesidades del anfitrión: una gestión completa (de la decoración a las fotos) y un servicio para huéspedes (limpieza, gestión de reservas…) Happy Hamlet: comunidad de viajeros que disfrutan descubriendo nuevos lugares. Los usuarios se intercambian sus casas durante el mismo periodo de tiempo. IntercambioCasas: plataforma para España y los países de habla hispana, que forma parte de la red HomeExchange, para el intercambio de casas entre particulares durante las vacaciones. Permite viajar sin 132


pagar alojamiento y vivir como la gente local en 150 países. Intervac: facilita el intercambio de casas entre familias, gente soltera o retirados. Desde la organización se trabaja para que los usuarios encuentran el socio de intercambio perfecto. Itinerium: expertos locales planifican recorridos únicos para que los usuarios descubran lugares auténticos. Kangapp: marketplace P2P virtual para el alquiler temporal de objetos y artículos para bebés y una comunidad de familias amantes de los viajes y el turismo de proximidad. Karmathome: red social gratuita para compartir alojamiento únicamente entre amigos y amigos de amigos. Knok: red de intercambio de casa para familias. Los usuarios podrán visitar los lugares cercanos a su nueva casa recomendados por la familia con la que intercambian, comprar en comercios locales, jugar con los juguetes que te dejan los niños de la casa… Knok incluye dentro de la suscripción un seguro de hogar que cubre la casa en cada viaje. 133


LaComunity: primer modelo de alquiler de viviendas vacacionales tanto entre particulares como entre profesionales. Un modelo híbrido B2C/B2B. Es el primer marketplace donde la oferta de viviendas vacacionales está regulada y obliga a que todas las viviendas tengan los permisos legales necesarios. Lodgify: solución innovadora que permite a los propietarios y gestores de alquiler vacacional de crear fácilmente su propio sitio web de alojamiento y aceptar reservas online. Los propietarios pueden gestionar todas las reservas desde un único sitio y sincronizar los calendarios de la propiedad con sus canales de reserva. MintyHost: startup dedicada a cubrir todas las necesidades de gestión de alquiler de viviendas para uso turístico a través de plataformas como Airbnb, Homeaway, Wimdu... Ofrece servicios online (la creación o mejora del anuncio y posicionamiento en las distintas plataformas de alquiler turístico, la respuesta a solicitudes de reserva, la comunicación con los huéspedes/inquilinos…) y un servicios offline (check-in/out, entrega/recogida, limpieza, lavandería…)

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MyTwinPlace: comunidad global de viajeros que comparten sus casas con otros miembros de la comunidad. Los miembros hospedan a viajeros cuando sus espacios están disponibles a cambio de alojamiento gratis cuando viajan, gracias a un sistema de puntos de crédito de viaje. MyHOSTpitality: comunidad online de consumo colaborativo que se centra en el aprendizaje de idiomas. Sus miembros organizan ellos mismos sus estancias e intercambios lingüísticos y culturales, con el fin de aprender idiomas gracias a la convivencia. Los miembros pueden elegir entre las tres modalidades: anfitrión, invitado o intercambio. NightSwapping: plataforma de turismo colaborativo que funciona con un trueque de noches entre particulares. En ningún momento se produce intercambio económico entre los miembros, sino que estos pagan un coste fijo de 9.90€, en concepto de gastos de reserva e independientemente del número de noches y de personas que viajen. Niumba: facilita que los viajeros encuentren el alquiler vacacional perfecto y que los propietarios y los gerentes de alojamientos obtengan más reservas.

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Only-apartments: empresa especialista en alquiler de apartamentos para estancias cortas. Cuenta con una oferta de más de 30.000 apartamentos registrados en unos 2.000 destinos y en 109 países diferentes. PlanBviajes: agencia de viajes social. Con ella los viajeros pueden compartir o añadir viajes y buscar compañeros de viaje. Rentalia: plataforma que pone en contacto a propietarios de segundas residencias que quieren alquilarlas y a viajeros que prefieren un alojamiento privado antes que un hotel. Room4Exchange.com: plataforma online que permite a los usuarios registrados contactar con otros usuarios para poder hacer un intercambio de habitaciones de manera gratuita. Sync Rentals: channel manager enfocado en los alquileres vacacionales. Sincroniza y actualiza automáticamente la disponibilidad de los calendarios de los distintos canales de comercialización que utiliza el anfitrión. Así el anfitrión está en muchos canales a la vez y multiplica las opciones de conseguir más reservas. 136


Tripobox: forma rápida y fácil de planificar un viaje en grupo. Permite comunicarse con el grupo en una zona privada y enviar sus consultas a los anfitriones de las ofertas. Además, es posible reservar a la vez y pagar de forma individual. Triperone: conecta viajeros con las mejores experiencias y actividades en el destino. Los usuarios tienen la oportunidad de fusionarte con el entorno y con los residentes, de ser como uno más. Trip4real: web que conecta a viajeros de todo el mundo con lugareños creativos que operan como guías locales en diversas ciudades de Europa y toda España. Es un marketplace que permite a los lugareños hacer un dinero extra al mes ejerciendo como anfitriones. U2GUIDE: conecta a guías locales y agencias de viaje alternativas con viajeros de todo el mundo. Los guías crean actividades de acuerdo a sus capacidades, sus conocimientos y su pasión. Así los usuarios eligen los guías que más se correspondan con sus gustos. El 50% de los beneficios se reinvierten en ONGs locales. Waytostay: agencia de reservas online donde se alquilan apartamentos en las principales ciudades europeas. 137


Wimdu: plataforma especializada en apartamentos urbanos. Ofrece 300.000 alojamientos en más de 150 países. Los propietarios pueden alquilar su apartamento vacío o una habitación privada para el disfrute de los huéspedes y obtener un ingreso adicional. WONOWO: plataforma que da acceso a todos los servicios de turismo y viajes de la economía colaborativa. A través de esta comunidad se pueden encontrar desde billetes de tren baratos a viajes compartidos en coche, además de descubrir actividades con locales o comparar entre las distintas opciones de alojamiento que existen. Workaway: anfitriones y voluntarios se ponen en contacto. Los primeros necesitan ayuda en un proyecto específico o en un entorno familiar y los voluntarios reciben alojamiento y comida a cambio. Zilyo: motor de búsqueda de la economía colaborativa. Centraliza las principales webs que permiten planear un viaje y compara los precios entre ellas.

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EMPRESAS DE CULTURA Y OCIO 24symbols: servicio para leer libros digitales en Internet basado en un modelo de suscripción. Se puede leer desde cualquier dispositivo: ordenador, tableta o Smartphone. Todo está la nube, por lo que no hay descargas ni problemas de incompatibilidad o formatos. Bookcrossing: club de libros global, un grupo de lectura que no conoce límites geográficos. Se encuentran críticas, puntuaciones y recomendaciones de libros.

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Book to book: intercambio de libros en las ciudades de los usuarios. Solo se necesita ofrecer algún libro y definir los gustos, el sistema se encargara de ofrecer los posibles intercambios e informar automáticamente. Es un servicio gratuito. CineCIutat: se trata de un cine sin ánimo de lucro, "de los ciudadanos para los ciudadanos". La principal fuente de ingresos son las cuotas de los socios y los abonados (más de 1.500 personas). Con un pago de 100€ un socio adquiere una serie de derechos, entre los que destaca el ser copropietario de un cine libre de intereses comerciales e institucionales. Los socios toman las decisiones más importantes reunidos en asamblea. Gruppit: web de ocio para personas singles, separados o sin pareja, que busquen una nueva pareja, hacer amigos y conocer gente nueva en su ciudad. Gruppit ofrece multitud de planes de ocio y entretenimiento. Lendle: web que permite prestar y pedir prestado libros Kindle. Amazon permite el préstamo de libros de Kindle a gente que se conoce, pero con Lendle también también se pueden prestar y pedir prestados a quienes no se conoce. 140


Localing: marketplace en el que todas las personas que forman parte del barrio podrán buscar y organizar planes de ocio, ya sean vecinos, autónomos o negocios. Meetup: proyecto que pone en contacto a personas con intereses y proyectos similares. Myplayz: marketplace para organizar actividades culturales. Comunidad de usuarios que crea, programa y gestiona sus actividades culturales en espacios particulares. Es una herramienta que facilita la publicación de eventos, gestión económica, artistas, control de invitados, valoraciones y adquisición de tickets. Nubico: plataforma para la lectura digital bajo el modelo de suscripción en España. El servicio, que ofrece una experiencia de lectura multidispositivo y en la nube, permite a los usuarios acceder a un extenso y relevante catálogo de eBooks y revistas bajo un modelo de suscripción. Disponible en eReaders tablets, smartphones y ordenadores. Relibrea.com: compra-venta de libros online. Simeprevivo: actividades creativas y originales a la carta. Aprender una nueva habilidad, conocer gente 141


nueva que comparta la misma pasión u organizar una actividad diferente para celebrar un día especial; todo ello se puede hacer de la mano de artistas y artesanos. Señor Cool: vende on-line impresiones y productos estampados con obras gráficas de artistas independientes. Se encargan de imprimir y enviar cada artículo cuando se produce una venta, pagando una comisión al artista autor de la obra. Se trata de un servicio gratuito para el artista, que puede ganar dinero desde la primera venta sin necesidad de invertir en stock y preocuparse de producción, cobro y envío de los productos. Ticketbis: plataforma online en la que cualquier usuario puede comprar y vender entradas para eventos deportivos y musicales de forma segura. La compañía opera en más de 40 países alrededor del mundo, y tiene presencia física en 14 de ellos. Tu Carrito Musical: tienda online de música en vivo o DJs para un eventos, del tipo que sean (bodas, fiestas de empresa…) Se puede consultar la opción más acertada en función del evento, el presupuesto o los gustos.

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Uolala!: plataforma online donde cualquier persona puede conectar con otras personas con aficiones comunes y participar de las actividades presenciales que propone la propia comunidad de usuarios, ya sea a nivel amateur o profesional. Wego: red social para los amantes de la música en directo. En función de sus gustos musicales, les avisa con suficiente antelación de los conciertos de sus artistas favoritos y quiénes de sus amigos quieren ir. El círculo se cierra con la posibilidad de compra de entradas al mejor precio. youfeelm: plataforma de cine bajo demanda en salas a nivel nacional en la que los espectadores deciden qué quieren ver, cuándo y dónde, en una sala de cine. Los usuarios participan en campañas de crowdfunding para ver películas de todos los géneros, países y temáticas de forma que, una vez llegado al aforo mínimo necesario para hacer realidad el evento, el mismo se confirma.

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STARTUPS SOBRE ALIMENTACIÓN Compartoplato: hace posible compartir los platos entre un mismo vecindario. No solo se reduce el desperdicio de comida sino que también permite conocer a la gente más cercana. Chefly: marketplace de comida casera. Una plataforma de economía colaborativa que permite comer mejor, compartir costes y crear comunidad con losvecinos. ECO agricultor: ayuda al desarrollo y fomento de la Agricultura Ecológica y el Consumo Ecológico, y facilita la interacción entre agricultores y consumidores. Ecofoodnet: red social gratuita de intercambio de comida. Su objetivo es la eficiencia a para ahorrar 144


dinero, tiempo y recursos energéticos. La plataforma pone en contacto a personas interesadas en ofrecer y consumir raciones de comida. elHatillo.es: tienda online que permite hacer la compra en el pueblo. Los productores se unen para enviar sus mejores productos al mejor precio, y se reciben directamente en casa. Grupo a Grupo: página web al servicio de los grupos de consumo y los productores ecológicos en toda España. Huertos Compartidos: plataforma que pone en contacto a propietarios de tierras y personas que quieren cultivar. Promueven los huertos ecológicos y comercializan fruta y verdura ecológica. Huertea: huerto ecológico que los usuarios pueden cultivar desde casa. Eligen el tamaño del huerto, las hortalizas que les gustaría cultivar y Huertea se ocupa de todo: desde la preparación del terreno, siembra, riego, control de plagas, desherbado... hasta la recolección. Kitchen Party: comunidad online creada para intercambiar experiencias más allá de la comida y la bebida. Disponible para personas que están viajando, 145


para vecinos que desean conocerse o simplemente para los usuarios que desean probar una comida casera. Luraki: plataforma online en la que cualquier pequeño productor agroalimentario puede conseguir de manera gratuita una web, una app y una tienda online, de forma que el consumidor puede saber por geolocalización qué producto local comprar allá donde vaya. ¡La Colmena Que Dice Sí!: iniciativa que facilita el contacto directo entre productores locales y comunidades de consumidores, llamadas Colmenas. La plataforma permite a los productores vender directamente y fijar sus condiciones. Para los consumidores significa comprar alimentos de calidad sin intermediarios, y además conocer a los productores el día de distribución. Cualquier emprendedor social puede crear una Colmena en su barrio a cambio de un ingreso complementario. Looqueo: buscador de chefs o cocineros aficionados que desean compartir su vocación con particulares, ya sea cocinando a domicilio del cliente u organizando comidas en sus propias casas como anfitriones.

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Rural It: empresa on-line que organiza planes rurales para vivir una experiencia diferente. Ofrece la oportunidad de conocer el origen de los alimentos y participar en su proceso de elaboración. Organiza visitas activas a huertos, granjas, bodegas o ganaderías. Socialeaters: red social que ofrece eventos gastronómicos en restaurantes o casas privadas. Saborplace: proyecto ecogastrocultural que tiene como principal objetivo servir como punto de enlace entre pequeños productores y artesanos y clientes finales. Un proyecto donde prima la alimentación ecológica y artesana directa del productor, el consumo local y responsable procedente de productores cuidadosamente seleccionados. Sharing KitchN: plataforma de economía colaborativa con objetivos de inclusión laboral y social, exclusiva para emprendedores gastronómicos y amantes de la cocina. Un marketplace en el que se puede publicar, descubrir, reservar y disfrutar de cocinas y otros gastroespacios, de expertos gastronómicos y donde makers pueden vender sus mejores platos o dulces caseros.

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TRANSPORTE, LA MOVILIDAD Y EL PARKING Areavan: plataforma de alquiler de autocaravanas, caravanas y campers. De media, la autocaravana de un propietario particular está en desuso durante 300 días al año. De este modo se aprovecha un producto infrautilizado. AlquilarMiAutocaravana: plataforma de alquiler de autocaravanas y campers entre particulares que democratiza los viajes itinerantes; su propósito es acercar al gran público esta forma de viajar y ya cuenta con actividad en varios países europeos. Los propietarios de estos vehículos ganan un dinero extra para cubrir parte de los gastos de mantenimiento, y los viajeros alquilan por un precio asequible en total seguridad. En el precio se incluye un seguro especial 148


para alquiler entre particulares y asistencia en carretera 24 horas en toda Europa. Avancar: empresa de carsharing que ofrece a sus socios un modelo flexible de uso de vehículos y les da la oportunidad de reservar coches y furgonetas por horas o días, en función de sus necesidades. En el precio se incluyen los gastos de seguro, combustible, mantenimiento y asistencia en carretera. Siendo socio de Avancar es posible acceder a una red de carsharing mundial. Amovens: plataforma que facilita un uso más eficiente y práctico del coche. Permite compartir trayectos en coche para viajar y realizar alquileres de coche entre particulares. Su nuevo servicio FreeCar ofrece coches a sus usuarios para periodos de 6 o 12 meses por una cuota que incluye también el seguro, el mantenimiento, cambio de neumáticos, etc., y con el derecho a subalquilar el coche a través de Amovens cuando no lo estén usando. Blablacar: comunidad de usuarios basada en la confianza que conecta a conductores que tienen asientos vacíos con pasajeros que se dirigen al mismo lugar.

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Bluemove: empresa de carsharing que tiene la intención de convertirse en la mejor alternativa para particulares y empresas de conseguir ahorro y sostenibilidad en sus desplazamientos sin sacrificar su comodidad. Su misión es mejorar la movilidad urbana para que sea más eficiente, menos contaminante y se disminuya el número de coches privados. Carpling: portal en Internet que permite conocer gente nueva para compartir trayectos de viaje, ahorrar combustible y reducir el tráfico. Carpool: plataforma online que ofrece servicio público y colectivo para usuarios individuales y organizaciones. Según sus necesidades de transporte, grupos de usuarios se ponen de acuerdo para realizar sus trayectos habituales. Comparko: comunidad de particulares que comparten su plaza de garaje. Pone en contacto a propietarios y/o titulares de plazas de garaje con conductores que necesitan y/o tienen dificultades para aparcar en dicha zona. Cabify: su objetivo es ofrecer un servicio de excelencia que reemplace a los vehículos particulares 150


y a las flotas de empresas gracias a sus automóviles con chófer. Caravelo: ofrece a las aerolíneas soluciones de software para que los pasajeros puedan cambiar sus vuelos, mejorar la clase de su billete o solicitar asientos vacíos. Comparko: es una plataforma que pone en contacto usuarios que quieran alquilar o compartir sus plazas de garaje cuando no las usan, con usuarios que las necesiten. Compartetren: ofrece la posibilidad de crear o apuntarse a una mesa virtual y entrar en contacto con 3 o 4 personas interesadas en compartir el mismo viaje, el grupo formado puede entonces comprar el billete AVE con la tarifa mesa de RENFE y obtener descuento hasta 60%. También permite revender los billetes de tren que no son nominativos. car2go: servicio de movilidad ofrecido por Daimler AG. Es el primer sistema de carsharing del mundo sin lugar fijo de alquiler y ha establecido un nuevo segmento: coches smart fortwo pueden ser alquilados en cualquier lugar y en cualquier momento por un precio razonable. Los vehículos se pueden localizar y 151


alquilar de manera espontánea a través de la aplicación del Smartphone o en el portal de internet Diacamma: plataforma que permite a sus usuarios compartir vehículo personal o taxi, sin comisiones y en cualquier tipo de trayecto (tanto urbano, media o larga distancia). En el caso de desplazamientos con vehículo personal, Diacamma se encarga de calcular el precio óptimo por viaje, añadiendo el valor de los peajes que existan en el trayecto (si se ha seleccionado un trazado que los incluya). Don Cicleto: facilitador del ciclismo urbano en las ciudades a través de tres líneas de empresa: la Red de Parkings y Espacios Amigos de la Bicicleta Don Cicleto, diseño de programas de fomento del uso de la bicicleta para empresas y todo tipo de organizaciones, y soluciones a la accesibilidad en bici a grandes eventos generando además experiencias entre marcas y usuarios. Fes edit: conecta a personas que hacen trayectos similares para que los hagan conjuntamente. El sistema permite hacer consultas en tiempo real, entrar modificaciones de última hora y seguir de la posición del conductor o del pasajero a través del GPS. 152


JoinUp: plataforma tecnológica para optimizar el transporte. JoinUp Taxi permite, a través de Apps o vía web, no solo pedir un taxi individual, sino encontrar otras personas para compartir trayecto y gastos. MBICI: cooperativa sin ánimo de lucro dedicada a los servicios en bicicleta. Motit: servicio para moverse por la ciudad conduciendo motos eléctricas. Es cómodo, rápido, único, asequible y de fácil estacionamiento. Se puede alquilar una moto por una distancia o tiempo específico. MokMok: aplicación para dispositivos móviles disponible gratuitamente para sistemas operativos Android e IOS. La finalidad de la app es poner en contacto conductores y pasajeros para compartir sus trayectos habituales en transporte privado (coche). Respiro Madrid: la mayor red de carsharing de Madrid. Alquiler de coches y furgonetas por horas y por días en cada barrio. El alta es gratis y la gasolina y el seguro están incluidos. RideLink: plataforma de alquiler de coches entre particulares en España, Reino Unido y Alemania que permite poner en contacto a propietarios de coches 153


en desuso con arrendatarios que necesitan un coche a pocos metros de donde estén. Puede usarse indistintamente a través de la app o el ordenador, y los coches pueden alquilarse por días o semanas hasta un mes. Shareling: sistema para ahorrar al viajar. Se basa en compartir gastos entre personas con intención de viajar al mismo sitio. La plataforma ayuda a los usuarios a encontrar gente que viaja al mismo destino en las mismas fechas. Social Car: plataforma online de alquiler de vehículos entre particulares. Propietarios de todo tipo de vehículos pueden ofrecerlos en alquiler a otros conductores usuarios de la comunidad. El alquiler puede ser por horas, días, semanas o meses. Taxi sostenible: plataforma que permite el uso del taxi de manera compartida. Actualmente su versión BETA se está probando en Zaragoza. Truecalia: portal dedicado a la compra y venta de billetes de tren entre particulares. El servicio también está presente en aplicaciones tanto para móviles Android como con sistema iOS. Truecalia pone en relación a viajeros de tren que deben anular su desplazamiento, y tienen un billete que no permite 154


cambios o devoluciones y/o cuenta con elevados gastos de reembolso, con aquellos que desean comprar un billete de tren barato con tarifas promocionales. Wydme: aplicación para compartir coche. Existe una versión personal disponible como aplicación de Facebook, y una solución para empresas. Apparcando: ofrece a los usuarios el alquiler de plazas de aparcamiento cuando sus propietarios no las están utilizando, tanto por horas (mediante la App) como por días o meses (mediante la web). Parquo: plataforma que permite rentabilizar las plazas de parking mediante el alquiler de las mismas mientras no se estén usando. Parcklick: reserva parking online con hasta el 70% de descuento del precio oficial. Están presentes en más de 100 ciudades de toda Europa. Parkfy: plataforma que permite alquilar una plaza de parking cuando no se utiliza o si no se utiliza directamente. Como conductor, permite encontrar aparcamiento barato.

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Parkinghood: marketplace basado en el consumo colaborativo que permite alquilar y compartir plazas de aparcamiento entre particulares y de forma temporal. Su misión es aumentar la oferta de plazas disponibles en las ciudades y acabar con el estrés y los precios abusivos que supone la búsqueda de aparcamiento. Yeswepark: parking en Barcelona con descuentos de hasta el 80%. Se pueden reservar parkings en Barcelona por horas, días o un mes. Wazypark: aplicación de crowdparking para dispositivos móviles. Una app 100% española y totalmente gratuita que permite a los conductores encontrar aparcamientos libres en la vía pública, en cualquier ciudad española y a cualquier hora, gracias a la colaboración de su comunidad de usuarios. En Wazypark son los propios conductores los que avisan de los huecos libres que dejan al desaparcar para que otros puedan beneficiarse. wesmartPark: red de parkings colaborativos (Madrid y Barcelona) que aprovecha miles de plazas privadas anteriormente en desuso y las pone a disposición de los conductores. El precio es un 50% más económico que la actual oferta de las ciudades. Los usuarios encuentran los parkings mediante una App y acceden 156


gracias a una pegatina RFID que funciona como un teletac y abre las puertas. BITA Mooring: ofrece amarres de intercambio en el que pernoctar durante escapadas de fin de semana o durante las vacaciones. Boaterfly : líder francés del alquiler de barcos y actividades náuticas entre particulares. Boaterfly permite a los propietarios alquilar su barco con o sin patrón, disminuir los costos de sus sali­das en navegación conjunta, y rentabilizar su barco proponiendo noches en barco como alternativa a los hoteles. Los viajeros se benefician de un contacto privilegiado con su anfitrión, de una experiencia náutica única, y de precios hasta unos 50% más baratos. Bydsea: conecta a navegantes, armadores y barcos. Aunque muchos navegantes buscan oportunidades de salir a navegar, los propietarios de los barcos tienen dificultades para encontrar navegantes de confianza. Mientras, las embarcaciones pasan la mayor parte de su vida útil amarradas. BoatBureau: empresa de alquiler de embarcaciones online que opera en todo el mundo y que ofrece más de 15.000 embarcaciones. 157


Nautal: marketplace de alquiler de barcos donde los clientes pueden encontrar toda la oferta de barcos en alquiler disponibles a los mejores precios y en los mejores destinos.

RELACIONADAS CON LA MENSAJERÍA BonCarry: sistema de envío colaborativo y alternativo, basado en el intercambio de experiencias entre usuarios. A través de su plataforma se puede contactar con viajeros de todo el mundo y solicitar su colaboración para el transporte de paquetes. 158


Glovo: empresa de servicios de mensajería y recadería exprés colaborativa que conecta a usuarios que necesitan comprar, enviar y/o recibir un producto al momento con mensajeros independientes dispuestos a ayudarles con su tiempo libre. Movesimo España: bolsa de cargas de Internet que se encarga de unir a clientes y transportistas. Los transportistas logran cubrir o conseguir cargas para sus retornos, mientras que los clientes se aprovechan de un transporte económico, que puede llegar a ser hasta del 70% más económico. Los clientes particulares y empresas pueden transportar cualquier tipo de mercancía, desde transporte de coches, motos o mudanzas hasta animales o palets. Packagepeer: red que pone en contacto a compradores online que no están en casa para recibir sus paquetes con sus vecinos, que por su parte sí están en casa en horario de oficina y podrían recibirlos en su nombre y a cambio de un pequeño pago. PiggyBee: plataforma que conecta personas que quieren obtener o enviar paquetes a través de viajeros. Según esta web casi cualquier cosa pueden 159


ser transportada a cualquier lugar a pesar de la distancia. Shipper: plataforma que permite a sus usuarios aprovechar el espacio libre del maletero de su coche para enviar paquetes y ahorrar así dinero en los desplazamientos, gracias al aporte de gasolina de quienes desean enviar los paquetes. Toma&go: servicio de mensajería colaborativo que conecta a personas que quieren enviar algo con viajeros. Todo aquel que tenga un hueco en su maleta o vehículo podrá llevar un paquete (enano, mediano, grande, especial, etc.) a otro usuario sea cual sea el medio de transporte (coche, tren, avión, etc.) pudiendo pactar una serie de condiciones del envío como el lugar de recogida y entrega o la recompensa al viajero.

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REDES PROFESIONALES Acordamos: buscador de servicios profesionales con la mayor seguridad y garantía. Airpersons: directorio mundial de profesionales y servicios por vídeo-chat: médicos, abogados, psicólogos, profesores, idiomas… Beperk: el marketplace de miles de freelancers para vender su trabajo local y archivos digitales en diseño, marketing, programación, traducción, móviles… Comunes: colectivo sin ánimo de lucro dedicado a facilitar el trabajo de otros colectivos y activistas mediante el desarrollo de herramientas web y 161


recursos libres, con el objetivo de fomentar los bienes comunes. Creativos Freelance: nuevo concepto en agencias de publicidad y marketing. Utiliza el poder del crowdsourcing para entregar soluciones de Publicidad y Marketing y selecciona talentos para sus clientes, mejorando la comunicación y los procesos de creación. Crowdcrafting: plataforma web para proyectos de ciencia ciudadana 100% open-source (software desarrollado y distribuido libremente), 100% openscience (investigación científica abierta y accesible a todos los ciudadanos) y basado en voluntarios. Cronoshare: plataforma de consumo colaborativo que ofrece la contratación por Internet de servicios locales (o de proximidad), que conecta a clientes con necesidades de servicios locales como clases de refuerzo y de idiomas a domicilio, limpieza, reparaciones a domicilio, cuidado de mascotas, cuidado mayores, belleza, etc… con profesionales que están interesados en ofrecer su experiencia y conocimientos a la comunidad ofertando por el servicio requerido.

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Comunidadmast: comunidad de profesionales, proyectos y empresas sociales. EsLife: marketplace online de servicio doméstico para particulares. Actualmente ofrece sus servicios en toda España y están preparando su expansión internacional. Durante el 2015 han conseguido alcanzar más de 800.000€ en reservas a través de la web. Etece: plataforma de consumo colaborativo que pone en contacto a particulares y/o empresas con profesionales de confianza para la realización de tareas de hogar y oficina de corta duración. Los profesionales son trabajadores autónomos entrevistados y certificados previamente por etece. FUO Concept: marketplace online con una selección de los mejores creadores y diseñadores de la ciudad de Barcelona. En FUO les dan conocer y les proporcionan un espacio personal donde pueden vender sus creaciones y gestionar sus pedidos. Desde ropa y complementos, hasta muebles, tablas de surf o cervezas artesanales. Helpling: página web de reserva de servicio de limpieza a domicilio sencillo y seguro. 163


HostalDog: primera web de cuidadores caninos gratuita. Pone en contacto a cuidadores de perros con experiencia con dueños de perros. Gudog: plataforma que pone en contacto a cuidadores de perros con experiencia y propietarios de perros. Genyoos: el objetivo de la plataforma es que el cliente que visita Genyoos pueda encontrar de manera fácil y rápida al profesional o empresa para que realice la actividad requerida, pudiendo analizar los precios y elegir el más adecuado para su reparación o actividad. Guudjob: valoración del trabajo de cualquier profesional vía móvil en tiempo real. Permite encontrar a los mejores profesionales de confianza cerca de los usuarios. Geniuzz: portal en España y Latinoamérica de compraventa de pequeños servicios por Internet. Inout filmmakers: IOF tiene como objetivo el de crear proyectos cinematográficos de manera independiente, por medio de sus propios recursos y con la colaboración de los miembros en sus distintas facetas de desarrollo. Todo aquel que quiera 164


presentar su proyecto, podrá subir el guión/idea y deliberar con el resto de compañeros, pero para llevarlo a cabo, deberá primero haber colaborado en un proyecto anterior de InOut Filmmakers. Nubelo: punto de encuentro entre programadores, diseñadores, redactores y profesionales freelance de habla hispana. Pet&Net: cuidado profesional y social de animales de compañía. Las personas que necesitan que alguien cuide de su mascota sólo tienen que buscar canguros en la zona que deseen, comparar perfiles y contratar a la persona deseada. Quedamus: comunidad online para asistir a eventos y hacer networking e intercambiar ideas, opiniones, experiencias y propuestas de negocios con otros profesionales. SerNiño: plataforma de profesionales de confianza para niños. Ya sean profesores particulares, canguros, animadores infantiles, fotógrafos o profesionales de salud. Todos ellos disponen de Estudios, Experiencia, recomendaciones acreditadas y la certificación negativa de antecedentes penales. Además de los requisitos anteriores a las canguros se les realiza una 165


evaluación psicológica, donde se certifica que están capacitadas para el cuidado de menores. Soovil: web en que la que se publican anuncios clasificados gratis, donde particulares, profesionales y empresas solicitan productos o servicios y encuentran a gente de confianza para solucionar sus necesidades. Los usuarios son valorados en base a otros servicios que han realizado o productos hayan vendido. Servify: plataforma con ofertas de profesionales que realizan servicios a domicilio. Sinergia360: cooperativa de trabajo asociado que introduce un concepto innovador: la economía sinergética. Combina diferentes prácticas de economía social y solidaria, y aprovecha las ventajas de cada una de ellas en beneficio de las personas y las empresas. Swapsee: plataforma que pone en contacto a profesionales que pueden pagar mediante el intercambio de sus servicios con otros miembros o en efectivo.

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Topayuda: permite encontrar personal de limpieza, de ayuda a mayores, canguros de mascotas o profesores particulares. Wayook: primer marketplace inteligente que permite reservar en tiempo real y a precio cerrado profesionales de servicio doméstico en más de 100 ciudades, todo ello en tan solo 60 segundos. Todos los profesionales que realizan servicios en Wayook son entrevistados y verificados por su equipo. Worktodayapp: aplicación móvil que une buenos profesionales que trabajan a media jornada, están en su día libre o son estudiantes, y que buscan ganar dinero extra, con jefes que sufren un imprevisto en su plantilla y deben cubrir un puesto urgentemente. Worxler: servicios de los especialistas locales en ocio y turismo, reformas, educación, transporte…

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INTERCAMBIO Y ALQUILER DE PRODUCTOS Y SERVICIOS Alquilo mis cosas: en esta plataforma se puede alquilar cualquier artículo inmueble, vehículo, etc, o vender con la opción a compra. La publicación es gratis y la web no cobra ningún tipo de comisión. Bilboket: sitio web gratuito que permite a todos los vecinos, particulares o profesionales de un mismo barrio vender, intercambiar, regalar, ofrecer o buscar productos o servicios. Batwhir: web que ofrece una manera segura de comprar y vender artículos Apple y Samsung, de segunda mano o nuevos. Gracias a la web es posible uedar con el comprador o vendedor y ahorrar gastos 168


en comisiones y envíos. Anunciar es gratis y permite la compra instantánea, por mejor oferta o subasta. beRake.com: red social de compraventa. Particulares, profesionales y marcas, pueden crear un perfil donde publicar sus rastrillos con artículos nuevos o usados. De forma gratuita y automática. Cosaxcosa: espacio web donde particulares intercambian objetos que ya no necesitan sin necesidad de utilizar dinero. También desarrollan un espacio de servicios donde la moneda de cambio es el tiempo. eBay: sitio web destinado a la subasta de productos a través de Internet. Etsy: mercado que conecta a personas, en línea y localmente, para comprar y vender productos únicos. Emprendedores creativos usan Etsy para vender los productos que elaboran o seleccionan, y los compradores buscan cosas que no pueden encontrar en ningún otro sitio. FamiliaFacil: portal para familias que buscan ayuda doméstica. La base de datos de personal doméstico, tanto particular como de agencias, que actualmente 169


busca trabajo se mantiene actualizada de manera constante. Helpy: aplicación para móviles, basada en el consumo colaborativo, que pone en contacto a personas que necesitan ayuda de cualquier tipo (una mudanza, arreglar ordenador, pasear perros…) con personas dispuestas a ayudar. Por otro lado, permite publicar ofertas de servicios. Iamvo: red social para compartir mascota, en ella los usuarios pueden intercambiar gratuitamente el cuidado de sus mascotas. De esta manera, si un usuario tiene un viaje y no se puede ocupar de su mascota por un tiempo, otro lo pueda hacer. Kompartir: portal en el que se pueden intercambiar objetos, favores, propiedades y todo tipo de cosas. Pone en contacto a usuarios de manera fácil, rápida, segura y gratuita. Alkiloo: empresa de alquiler de objetos entre particulares. Los usuarios ofrecen puntualmente materiales que no usan o que no les son útiles. De esta forma se reduce el consumismo y se crea un entorno más sostenible.

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myTurn.com: corporación de beneficio público que facilita a las organizaciones y personas alquilar y compartir sus activos. Esto genera un impacto positivo sobre el medio ambiente y la sociedad, aumenta el acceso a los bienes y reduce el consumo excesivo y el desperdicio Nidmi: plataforma que conecta a familias y cuidadores y que crea un espacio de calidad para encontrar asistente con total confianza o, en caso del cuidador, acceder de forma sencilla a un nuevo empleo. Nolotiro: sitio web donde se regalan y se buscan regalos gratis de segunda mano: muebles, sillas, sofás, bicicletas, ordenadores portátiles, mesas, cocinas, lámparas, camas, ropa, juguetes, cunas… Obbso: app de intercambio de productos. La app es gratuita, aunque incluye algunos servicios adicionales que son de pago. Peerby: web que pone en contacto a vecinos que necesitan productos de uso puntual y que no desean comprarlo. PeopleintheNet: se trata de una web que ofrece bienes de segunda mano y de manera gratuita. 171


Pikeando: portal de anuncios para la compra, venta, e intercambio de artículos de segunda mano comprados en IKEA. Reciclalia: punto de encuentro gratuito y sin ánimo de lucro en el que los usuarios pueden donar objetos que ya no usen y pedir aquellos que necesiten. Relendo: plataforma online que permite el alquiler de productos entre particulares de una misma zona. Sharemos: plataforma donde los usuarios pueden alquilar todo lo que necesiten directamente entre sí (equipos de fotografía, instrumentos de música, herramientas o aparatos electrónicos…) Segunda mano: página web de anuncios gratuitos de compraventa de artículos de segunda mano. Cuenta con a una oferta de más de 2,7 millones de anuncios y más de 10 millones de usuarios únicos al mes. Shoppyo: comunidad de compra colectiva en la que los usuarios eligen el producto y la plataforma se encarga de organizar la compra conjunta y conseguir las mejores ofertas colectivas entre miles de comercios. 172


Sportyuz: comunidad colaborativa de deportistas donde se vende y compra ropa, calzado y equipamiento deportivo nuevo, semi-nuevo y de segunda mano. Streetbank: permite compartir con los vecinos artículos que ya no se utilizan y cualquier tipo de habilidad que deseen aprender. Truekalo: espacio creado para aquellos que desean intercambiar los objetos de su vida cotidiana que ya no utilizan. Los artículos ayudan a los usuarios a conseguir otros artículos de manera gratuita. TRUKE: proyecto que promueve la solidaridad y la sostenibilidad y pretende crear y fortalecer una comunidad de ciudadanos que, mediante el trueque, los regalos o la compraventa de objetos de segunda mano, quieran cambiar sus hábitos de consumo actuales. Things2Help: app geolocalizada que permite la subasta social de todo tipo de artículos para generar recursos para las causas sociales que los usuarios escogen con la ventaja adicional de ofrecer a los que subastan importantes ventajas fiscales.

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Tdoee: red social de consumo inteligente y colaborativo que permite a sus usuarios regalar y pedir lo que quieran, sin ventas ni intercambios. Se trata de una nueva forma de satisfacer necesidades sin dinero. Treat or Treat: los no-profesionales, emprendedores y startups comparten los conocimientos, servicios o productos que están buscando y los conocimientos, servicios o productos que están dispuestos a aportar a cambio. Posteriormente, entre todas las propuestas recibidas, escogen la que más les beneficie y realizan el intercambio. Trocobuy: plataforma intercambio multilateral para pymes y autónomos en la que hacer negocios entre ellos, comprando sin efectivo y pagando con sus propios productos o servicios. Tuvalum: forma fácil, cómoda y segura de comprar y vender online material deportivo de triatlón, ciclismo y mountain bike entre particulares. TheYumeProject: app para intercambio de objetos entre particulares, donde además de la compra-venta, intenta de fomentar el trueque y el alquiler temporal de objetos (como bicicletas, cámaras de fotografía, equipos de esquí, etc). 174


Yo compro sano: tiene el objetivo fomentar y democratizar la creación de “grupos de consumo” para que los consumidores puedan comprar mejores productos a mejores precios ya que se eliminan los intermediarios. Wallapop: web y app en la que los usuarios venden aquello que ya no utilizan y encuentran oportunidades cerca de ellos.

GASTOS COMPARTIDOS

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Hualapp: aplicación para smartphones que facilita organizar botes y hacer regalos en grupo (cumpleaños, lista de bodas, organizar un viaje o hacer un fondo común…) Kolecta.com: plataforma social que permite reunir dinero entre amigos con el fin de hacer regalos en grupo, organizar eventos entre varias personas o recaudar dinero para una causa social. Todo ello mediante una web sencilla de uso, que evita la pérdida de tiempo y los inconvenientes que conlleva la recaudación de dinero. Kolecta tiene el respaldo del Banco Sabadell que garantiza los pagos de los participantes. Una vez reunido el dinero, se puede utilizar este bote pidiendo una transferencia bancaria o comprando un regalo directamente en la web de Kolecta. Letskickin: solución para organizar regalos en grupo. Así, los usuarios comparten gastos y recaudan dinero más fácilmente. Leetchi: plataforma de botes online. Permite reunir de manera rápida y segura cualquier cantidad de dinero para cualquier ocasión: un proyecto personal, una causa benéfica, un regalo entre amigos....El servicio es utilizado a día de hoy por 4 millones de personas localizadas en más de 150 países. 176


Nosjuntamos: organiza compras conjuntas desde el primer paso. El usuario le propone a la plataforma el producto o servicio que quiere comprar y esta crea un espacio dedicado a ese deseo de compra conjunto. AdemĂĄs le da difusiĂłn para hacer crecer el grupo de personas interesadas en lo mismo y, finalmente, negocia con los proveedores con la fuerza de estar representando a un colectivo de compradores. Oumiles.com Compras en Grupo: web donde se organizan compras conjuntas de una manera divertida y segura. Los usuarios pueden lanzar sus propuestas en foros y conseguir descuentos gracias a las compras conjuntas. Splitfy: plataforma que abarca el crowdfunding personal. A travĂŠs de Splitfy se puede recoger dinero para fiestas, viajes, regalos en grupo, proyectos personales, solidarios y cualquier tipo de gasto compartido.

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BANCOS DE TIEMPO Asociación por el Desarrollo de los Bancos de Tiempo: asociación que se dedica a dar a conocer los bancos de tiempo y proporcionar recursos para los actuales Bancos de Tiempo o para las personas que quieran formar uno. Su objetivo es dar a conocer esta alternativa económica para mejorar la situación de la sociedad. En un Banco de Tiempo se intercambian habilidades entre los miembros sin utilizar dinero, únicamente se contabilizan las horas de servicio prestado y recibido. Banco del tiempo Entrevecinos de Valencia es un sistema de intercambio de servicios por tiempo entre sus socios. El socio receptor del servicio debe el 178


tiempo empleado que otro socio cuando necesite uno de los servicios disfrutara. El socio prestador del servicio dispone del tiempo que ha ofrecido para disfrutar de un servicio de otro socio le ofrece, cuando el socio prestador lo necesite. La Confederación Valenciana de Asociaciones de Vecinos y Consumidores les presta un espacio fijo y físico donde realizar sus actividades; también colaboran con otro de los proyectos allí alojados: la tienda solidaria (banco de alimentos). Comunitats: red de bancos de tiempo y conocimientos. Timerepublik: comunidad global en línea que permite a los usuarios intercambiar servicios, donde la unidad de la moneda no es el dinero, sino el tiempo. TECNOLOGÍA E INTERNET CompartirWifi: plataforma que facilita que la gente pueda compartir los gastos de conexión a Internet. Lo hace mediante diversas herramientas que ponen en contacto a los vecinos interesados y proporciona dispositivos para compartir la conexión mediante redes wifi de manera fácil. 179


Easy Innova: desarrollo e implantación de productos tecnológicos, así como la creación y planteamiento de proyectos de innovación de I+D+i e informática. Fon: Red WiFi Global. Los miembros de Fon comparten una parte de su WiFi en casa y a cambio tienen acceso gratuito a millones de puntos WiFi Fon en todo el mundo. Gansaby: aplicación para smartphones que conecta el mundo tecnológico con el digital. A través de una app de descarga gratuita los usuarios expresan sus opiniones y experiencias. Y todo de forma inmediata. Se pueden encontrar espacios gansaby en periódicos, restaurantes, comercios y otros negocios. Así, se puede opinar sobre las noticias de actualidad, compartir una experiencia gastronómica o contar cómo han ido las compras, entre otras cosas. Hackerspace Valencia: asociación con un espacio físico donde gente con intereses en ciencia, nuevas tecnologías, y artes digitales o electrónicas se puede conocer, socializar y colaborar. Su propósito es aprovechar recursos y conocimiento de los socios para fomentar y difundir la cultura Maker, y colaborar, participar y facilitar la gestión y desarrollo de proyectos técnicos y/o tecnológicos. 180


Klikaid.com: marketplace de servicios informáticos online y presenciales para particulares y empresas. Ofrecen soporte informático y realizan reparaciones tecnológicas a través de internet y presencialmente. Locompramos: se dedica a la compra de aparatos electrónicos (móviles, Macbooks, tablets, cámaras y objetivos), que son revisados por técnicos especialistas, con el objetivo de ser puestos de nuevo en el mercado, en un estado de funcionamiento “como nuevo”. Su filosofía radica en la idea de alargar la vida útil de dispositivos electrónicos, que sus clientes ya no van a utilizar, contribuyendo a la conservación del medio ambiente evitando las emisiones que se producen a la hora de reciclarlos, y haciendo posible que puedan ganar dinero mediante la venta de los mismos. Maconverter.es: portal web donde se proporciona de manera gratuita información de productos Apple de segunda mano. Manzanasusadas.com: empresa que pone a disposición de compradores y vendedores de productos Apple una plataforma para sus anuncios y un arbitraje en toda transacción basado en un marco legislativo que contempla toda la casuística de las transacciones y pone medios para que sea 181


imposible cualquier tipo de abuso o estafa. Regula el envio y trazabilidad de los productos a fin de que los usuarios tengan la menor preocupación y la máxima seguridad. Myfixpert: marketplace donde encontrar fáciles soluciones a domicilio para dispositivos tecnológicos como móviles, Tablets, portátiles, etc. Es un punto de encuentro entre técnicos y usuarios que necesitan reparar sus dispositivos averiados. Para el cliente publicar su avería en Myfixpert es gratuito y rápido. Además, podrá comparar distintos presupuestos y elegir el que más le guste sin salir de casa. notegood: proyecto de reutilización de ordenadores portátiles con software libre y apadrinamiento escuelas. Actualmente la iniciativa se encuentra en espera de apoyo institucional por parte del Ayuntamiento de Barcelona. Reutilitza.cat: plataforma social y solidaria que tiene el objetivo de facilitar un aprovechamiento gratuito de dispositivos digitales por parte de entidades de interés social y de los sectores de población más excluidos. Los donantes son empresas, administraciones públicas y particulares del territorio de Cataluña que dan directamente en mano sus dispositivos digitales a los receptores. Los dispositivos 182


se preparan con la ayuda de los preparadores en las instalaciones de los donantes y los receptores se responsabilizan de recogerlos y hacer la trazabilidad y el reciclaje en puntos verdes autorizados. Suop Mobile: operador mĂłvil basado en la economĂ­a colaborativa. Los usuarios son, por un lado, productores cuando participan con sus aportaciones a la comunidad y reciben un beneficio por ello en forma de puntos canjeables por saldo gratis o dinero y, por el otro, son consumidores de un servicio que ellos mismo estĂĄn ayudando a construir. Wifis.org: ofrece la posibilidad de compartir la red wifi entre vecinos a cambio de un pago mensual.

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FINACIACIÓN ALTERNATIVA/ FINTECH Arboribus: espacio donde los inversores pueden prestar dinero a empresas solventes previamente analizadas. Solo tienen que escoger las empresas, el importe y el tipo de interés al que quieren prestar. En una subasta transparente se agrupan las mejores ofertas y, si la empresa acepta el préstamo, lo devuelve en cuotas mensuales. Asociación de las Comunidades Autofinanciadas: asociación sin ánimo de lucro cuyo objetivo radica en la lucha contra la exclusión social y financiera mediante la creación y seguimiento de grupos de ahorro y de crédito denominados Comunidades Autofinanciadas. La labor de la entidad consiste en la provisión de los recursos metodológicos en una 184


perspectiva de desarrollo basado en la autonomía y la autogestión. Circulantis: primera plataforma específica de crowdfactoring en España. Esta es una nueva forma de inversión que consiste en financiar entre una multitud de ahorradores el circulante de la PYMEs con la garantía de los pagarés cambiarios de sus clientes más solventes. Comunitae: plataforma de crowdlending que pone en contacto usuarios con necesidades de crédito con inversores interesados en financiar proyectos de economía real. Crowdence: plataforma de microfinanciación a través de la venta de camisetas personalizadas a través de campañas de crowdfunding. A través del asistente online se crea la camiseta, se marca el objetivo de reacudación, el precio de la camiseta, la duración de la campaña y una descripción. A partir de ese momento la campaña estará lista para su difusión. Crowdence se encarga de los pagos, fabricación de camisetas, envíos, logística... ECrowd!: plataforma web de inversión colectiva (crowdlending) para conseguir préstamos que financien inversiones con impacto positivo en la 185


sociedad y el medio ambiente. Los proyectos financiados tienen que destinarse al reemplazo de una tecnología obsoleta por otra más eficiente y sostenible. Finanzarel: plataforma de financiación participativa especializada en la financiación de Pymes mediante el descuento de facturas y pagarés. A través de Finanzarel, las empresas obtienen financiación de inversores profesionales mediante el descuento de facturas y pagarés de sus principales clientes. Crowdcube: plataforma de equity crowdfunding (crowdfunding de inversión), y una de las redes de inversores más grandes del mundo. En Crowdcube ayudan a las empresas a tomar el control de sus rondas de financiación, permitiendo que familiares, amigos, clientes e inversores profesionales inviertan conjuntamente mediante un único canal. Grow.ly: plataforma de crowdlending que pone en contacto a pymes que necesitan financiación con inversores que buscan obtener una rentabilidad por sus ahorros. Un préstamo se financia entre multitud de personas y una persona puede participar también en multitud de préstamos diversificando así su riesgo. De esta manera se crea un sistema basado en tecnología más ágil, transparente y eficiente. 186


Kantox: compañía Fintech de gestión de divisas que ofrece a las empresas una solución integral basada en la transparencia, la eficiencia y el ahorro. Una plataforma que permite cambiar divisas y pagar proveedores internacionales sin intermediación bancaria. Licuos: nuevo modelo colaborativo de realizar transacciones financieras, de forma segura y a través del pago electrónico. LoanBook: plataforma española de crowdlending especializada en créditos para pymes. Pone a disposición de todo tipo de inversores –pequeños ahorradores, family offices, inversores de banca privada...– una alternativa a los productos convencionales de ahorro y renta fija: la participación en créditos a pymes españolas sólidas y maduras, con facturaciones de entre 300.000 y 10 millones de euros y más de tres años de actividad. Lignum Capital: es una plataforma web de financiación participativa, cuya misión consiste en identificar proyectos innovadores, startups en fase de crecimiento o semilla y en definitiva las mejores ideas con un modelo de negocio creíble y escalable. Esta plataforma de equity crowdfunding está especializada 187


en la búsqueda de startups que necesiten financiación para así ofrecer a un grupo de inversores a posibilidad de conocer dichos proyectos y a sus emprendedores para invertir en ellos. MANGOPAY: es la solución de pagos online de referencia para los marketplaces y las empresas de crowdfunding. Más de 700 plataformas de 22 países utilizan MangoPay como solución para gestionar los pagos y los flujos de dinero. Monefy: empresa con dedicación y enfoque al P2P. Consideran que el consumo colaborativo es la vía más rápida, social y justa para el intercambio de servicios o de bienes. En el caso de Monefy, retienen el valor real del dinero en cada intercambio. NoviCap: marketplace de descuento de facturas del siglo XXI. Proporciona financiación de una forma rápida, flexible y transparente. Al mismo tiempo ofrece una oportunidad de inversión en un activo con atractivas rentabilidades a corto plazo. Nettit: plataforma colaborativa empresarial que permite que las empresas puedan ayudarse a financiar sus cobros y pagos entre ellas, a veces compensando o neteando, a veces obteniendo 188


liquidez directa, reduciendo así su necesidad de financiación externa y los riesgos financieros. TransferWise: permite enviar dinero al extranjero sin tarifas ocultas, con el menor coste real posible y utilizando únicamente tipos de cambio reales y pequeñas tarifas no ocultas. Zank: pone en contacto a personas solventes que buscan un préstamo y quieren pagar un interés más justo con personas que tienen dinero para invertir y quieren obtener una mayor rentabilidad.

RELACIONADAS CON EL MUNDO DE LA MODA

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Armario compartido: plataforma P2P y B2P de préstamo y microalquiler de ropa. Sirve a empresas y personas a ceder o alquilar temporalmente prendas de su propiedad, de forma automática y totalmente segura. Asimismo, Armario Compartido permite a sus usuarios solicitar estas prendas en préstamo o en alquiler. Chicfy: es una plataforma que ofrece una manera sencilla y divertida de comprar y vender moda. Closet Emotions: ofrece una amplia selección de ropa y accesorios de moda de segunda mano de marcas de lujo nuevo y seminuevo. Closket: es un Marketplace de moda online para la compra y venta de ropa de segunda mano de calidad. Realizan un control de calidad de cada prenda que se vende en la plataforma para ofrecer a los usuarios un servicio de confianza y así apostar por una óptima experiencia de compra. En Closket se encuentran prendas con hasta un 90% de descuento. DaWanda: es el mayor mercado online de productos únicos hechos a mano de Europa. Cerca de 300.000 diseñadores ofrecen más de 5 millones de productos en DaWanda.es. Además de artículos de moda, joyería, o decoración, la plataforma también ofrece 190


todo lo necesario para que los usuarios creen sus propios productos, como una gran variedad de materiales e instrucciones paso a paso para fabricar tus propios productos La Más Mona: web de alquiler de vestidos y accesorios de las mejores marcas. Un lugar donde una invitada puede encontrar su total look para cualquier evento, con asesoramiento de una estilista. La Más Mona pretende convertirse en el mejor aliado de las mujeres que tienen “el armario lleno pero nada que ponerse”. Además, da la oportunidad a sus clientas de rentabilizar su armario poniendo sus propios vestidos y accesorios en alquiler llevándose el 50% cada vez que se alquilan. La Ropita Premamá: compra- venta de ropa de embarazada de segunda mano. Mi ropa go!: intermediario entre el comprador y el vendedor en el comercio textil de segunda mano. Por una comisión, el vendedor se despreocupa de todo el proceso de venta, así como del almacenaje de la prenda permitiendo. Mi ropa go realiza las fotografías y descripción de prendas y las expone en su nuestra web y su tienda física. El comprador tiene garantía de estado de la prenda, y, en caso de no estar satisfecho, se devuelve la prenda incluyendo los gastos de portes. 191


Mil modelitos: tienda de compra venta de ropa de segunda mano de marca, bolsos de firma, zapatos y vestidos de fiesta. Modavoladora.es: es una web de compra e intercambio de ropa, accesorios y cosméticos, ya sean prendas de segunda mano o a estrenar. También es un espacio donde compartir ideas y consejos sobre moda, comentar y compartir los artículos de otros usuarios, combinar estilos y hablar con una comunidad de apasionadas de la moda. Ninaros: plataforma de venta online de ropa de segunda mano de calidad. Nuptialista: nace con la misión de simplificar la compra y venta de vestidos de boda. Ofrece un entorno cómodo y seguro donde encontrar el vestido antes de la boda, y posteriormente ayudar a las usuarios a venderlo. Percentil: plataforma que permite la venta de ropa poco usada de niños y de mujer, así como el ahorro en la compra de ropa de calidad. La web aplica un estricto control de calidad que asegura al comprador ropa en perfecto estado. Los vendedores acceden a estos beneficios de forma fácil ya que PERCENTIL 192


gestiona íntegramente todo el proceso: recogida gratuita a domicilio, control de calidad, pago anticipado, fotografía y envío al comprador con posibilidad de devolución. QUIQUILO: uno de los mayores eCommerce europeos especializados en moda de segunda mano para los niños. QUIQUILO ofrece un doble alternativa: obtención de un beneficio económico inmediato a las familias que quieren vender la ropa a la que sus hijos han dado poco uso y está como nueva y posibilidad de vestir a sus hijos con ropa de segunda mano, pero de calidad y con descuentos de hasta el 80%. Ropadona.com: nace de la experiencia recogida con Segundamanita.com, su portal hermano. La ropa es de los artículos que más se regalan y que más se donan, pero a su vez es de lo más demando. Una vez más, se trata de hacer una llamada a un consumo responsable y ecológico. Te Alquilo mi Vestido: es una plataforma de alquiler de vestidos para ocasiones especiales entre particulares en la que las prendas se encuentran al precio inferior de venta.

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DEPORTES Y EDUCACIÓN Entrenarme: buscador de entrenadores personales de todos los deportes, donde el cliente puede comparar, elegir y contratar al mejor entrenador de entre 3.000. Actualmente opera en toda España y comenzará su actividad en Chile antes de final de año. Gonnafit: servicio que ofrece la posibilidad de realizar clases de fitness en grupo, al aire libre y dirigidas por un entrenador. Crea un programa de entrenamiento propio y exclusivo diseñado especialmente para trabajar el condicionamiento físico al aire libre de sus clientes a través de un sistema de sesiones divertido, social y muy dinámico. 194


linked2play: web que pone en contacto a personas que quieren practicar el mismo deporte. La web muestra deportistas cercanos que practican la misma disciplina y a partir de ahí los deportistas se comunican entre ellos. Quedan para practicar deporte, forman grupos o generan actividades (salidas, partidos, eventos,..). Timpik: en la plataforma se organizan miles de partidos de pádel, fútbol, baloncesto y otros deportes. Ayuda a los jugadores a jugar más, a organizadores amateur a montar sus partidos más fácil y rápido y a organizadores profesionales a ganarse la vida con lo que aman. Blabelia: aplicación web de economía colaborativa que conecta a alumnos y profesores de idiomas en todo el mundo. El objetivo es que los alumnos puedan encontrar un profesor del idioma que buscan, en el lugar que necesitan y por un precio que se puedan permitir. BuSuu: comunidad internacional de personas que desean aprender un idioma y que permite conectarse con personas nativas.

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Cursopedia: mercado de vídeo-cursos online con herramientas que se adaptan a las necesidades de profesores y alumnos. Donaz: punto de encuentro de usuarios que cada septiembre necesitan consguir libros escolares que únicamente valen para un curso Droide: proyecto emprendedor y pionero de robótica educativa, programación, diseño e impresión 3D. Ofrece formación para profesores, extraescolares y talleres personalizados con Lego Mindstorms, mOway, arduino, scratch, raspberry Pi, bq, Android o impresoras 3D. Escuelaonline: comunidad de aprendizaje virtual en español, donde se enseña y se aprende de todo tipo de temas y con profesores del todo el mundo. Eurasmus: página web que ayuda a los estudiantes de Erasmus a planificar su año. Publican ofertas de alojamiento, prácticas, información de la ciudad… Floqq: buscador de cursos de formación de habla hispana en vídeo.

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Freekampus: plataforma con contenido creative commons (apuntes, libros, manuales, cursos, presentaciones…) Foxize School: escuela de negocios experta en digital que cuenta con una red colaborativa de más de 200 profesores. La idea de este modelo educativo es la posibilidad de adaptar la formación —tanto presencial como online—a las necesidades individuales de los alumnos (gracias a la tecnología y a la red de expertos colaboradores). Foxize es la primera escuela de negocios con un modelo de formación presencial y online a la carta y cuenta ya con más de 15.000 alumnos. Green Books Club: es una plataforma virtual que estimula la reutilización de los libros de texto a través de la simplificación de la compraventa directa entre las familias de los estudiantes. Hablayole: equipo de especialistas de la enseñanza de idiomas que desea transmitir su entusiasmo para que todo el mundo aprenda español a través de la cultura, las gentes, las calles, la naturaleza o la gastronomía. Iboux: página web con clases particulares de idiomas a partir de 11’90 euros. Alumno y profesor se 197


encuentran en tiempo real en el aula digital, que posee las mismas herramientas que tienes en una clase presencial, y aún más: pizarra, proyector del material de clase, chat, visualización de archivos web… Kiddify: portal de vídeo destinado a jóvenes de 8 a 18 años de todo el mundo, un espacio donde compartir sus conocimientos y habilidades creando sus propios vídeos tutoriales con explicaciones “paso a paso” para aprender nuevas lenguas o habilidades. La Nube Universitaria: página web de compra-venta de apuntes y libros académicos nuevos y de segunda mano. Milingual: ofrece la oportunidad de vivir un idioma sin salir de casa, a través de actividades cotidianas que emulan la vida del país cuyo idioma está aprendiendo cada usuario. Su método se basa en el aprendizaje social. Su comunidad crea actividades de idiomas lideradas por profesionales que se reúnen en espacio de ocio con encanto. Meet2Talk.com : red donde los usuarios encuentran cerca de ellos personas con las que practicar un idioma. Ellos aprenden de un nativo a la vez le enseñan su propia lengua. 198


Sharing Academy: plataforma de consumo colaborativo que permite a estudiantes universitarios encontrar y ofrecer clases particulares entre compañeros de la misma carrera. Tus clases particulares/ Classgap: se trata una red de más de 100.000 profesores en España, y otros miles en países de América Latina cómo: Argentina, Chile, México, Perú y Colombia que ofrecen clases particulares y formación a medida. En 2014 se creó un marketplace especializado en formación online one-2-one, Classgap. En la actualidad, miles de alumnos realizan clases particulares en línea, con profesores de más de 90 países. Tutellus: plataforma colaborativa de educación online más grande del mundo hispano. Cuenta 500.000 alumnos, más de 50.000 videocursos, y está presente 160 países. Taalk.io: lleva la enseñanza de idiomas a cualquier rincón del mundo a partir del aprendizaje colaborativo. Tradeschool: escuela alternativa, auto-organizada que se ejecuta en el trueque. 199


Unybook: plataforma que busca el intercambio de material académico universitario a tiempo real y diario. Las personas que toman los mejores apuntes de su promoción ganan dinero por cada descarga que reciben, y las personas que necesitan apuntes los encuentran en tan solo un par de clics. Pueden descargárselos totalmente gratis viendo publicidad o, si no desean ver publicidad, pagar 0.25€/archivo.

INFANCIA Y NIÑOS Babyeco: compra venta de artículos seminuevos de bebé. Antes de poner a la venta el material se realiza un control exhaustivo del mismo.

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Backpack Baby: empresa dedicada al alquiler de material de bebé (cochecitos, cunas, tronas, sillas de autos, juguetes, material de puericultura…) De este modo, ayuda a reducir gastos a las familias y promueve un consumo responsable. Bepoppins: página web que ofrece servicios de niñeras cualificadas y con experiencia. Todas ellas han pasado un exhaustivo proceso de selección por parte del equipo con el objetivo de garantizar que cumplen con las expectativas que ellos mismos, como padres, querrían para sus hijos. CreceCrece: se trata de una tienda online de compra-venta de ropa infantil. Trabaja para seleccionar y garantizar que la ropa esté en perfecto estado. Cada prenda pasa por un control de calidad. Creciclando: gran bolsa común en internet de artículos para niños. Su propósito es reutilizar y compartir, no solo objetos, sino también experiencias e información que sea de utilidad y ahorren tiempo y dinero. Ecopetit: empresa que quiere acercar a las familias a un consumo más sostenible. Se propone mejorar el entorno a través del reciclaje de objetos de puericultura que se han dejado de utilizar. 201


Grownies: plataforma de intercambio de ropa infantil online. Los usuarios pueden ofrecer la ropa de sus hijos (desde bebés de 0 meses a niños de 8 años), agrupándola en lotes de entre 6 y 8 prendas. Para cada lote que ofrezcan, podrán buscar y seleccionar aquel lote que quieran. Lo recibirán donde indiquen por 15,95€ (transporte incluido). KangurSharing: red social gratuita que tiene como objetivo poner en contacto padres con canguros o madres de día, así como a padres que quisieran compartir guardias para sus hijos. KangurSharing también ofrecera talleres gratuitos y de pagos de formación y educación para padres y canguros. ketekelo: primera tienda online de ropa de bebés y accesorios de puericultura que vende productos de bebé nuevos y después ofrece la opción de recompra a los padres cuando su bebé ya no los necesita. Todos sus productos son nuevos y provienen directos de fábrica. Los bebes: punto de encuentro para que los padres que quieran vender o comprar artículos de o para sus bebés.

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Mi Pituso: Web de compraventa de artículos infantiles, de segunda mano y seminuevos. Misoky: nace de una convicción por fomentar un consumo más responsable y sostenible con el medio ambiente y con nuestro entorno. Por eso han creado un espacio online con una amplia selección de diseños y creaciones únicas, originales y prácticas que acompañarán a los niños desde sus primeros días de vida. Mundoeconene: tienda online de ropa de bebés casi nueva de las mejores marcas a precios baratos. Mybabystock: empresa de venta y alquiler de artículos infantiles de segunda mano y nuevos. Pikatoy: tienda online de alquiler de juguetes que ofrece una alternativa ecológica y económica. Secondbaby: plataforma de compra venta de artículos de segunda mano. Los padres que ya no necesitan los artículos de sus bebés, envían un formulario de contacto con todos los datos del producto e imágenes y se cuelgan en el catálogo online de la web.

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Segundamanita: canal para dar y recibir de manera gratuita, productos relacionados con la infancia y los niños. Como dice sulema, Segundamanita.com es un espacio para dar lo que ellos ya no usan y encontrar lo que ellos necesitan. Social Toy: es un movimiento social, una iniciativa que surge por voluntad propia de padres y educadores de empezar un social toy en el parque al que van todas las tardes. Es una forma de compartir juguetes y de evitar tener que comprar de forma individual. Syters: va más allá de poner en contacto a padres y niñeras, sus servicios cubren cualquier necesidad de las familias en el cuidado de sus hijos. Truequebook: plataforma digital destinada al trueque, venta de segunda mano, y donación de todo tipo de artículos relacionados con el mundo académico, desde libros, uniformes, material escolar y equipaciones y complementos deportivos. Topnanny : una plataforma online 100% especializada en el cuidado de niños, que permite a padres y niñeras ponerse en contacto fácilmente y sin intermediarios.

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Toys2help: los usuarios pueden donar en esta web los juguetes que ya no utilizan para sacarles mejor provecho en beneficio de causas sociales infantiles.

ALQUILER DE ESPACIOS CoworkingON: empresa que promueve el uso de espacios flexibles, a través de dos servicios: la promoción de uso colaborativo de espacios fijos de trabajo (puestos de coworking, oficinas compartidas y despachos en centros de negocios) y la facilitación de alquiler de espacios por horas y días (salas de reuniones, aulas de formación y espacios para 205


eventos en centros de coworking, centro de negocios, academias de formación…) Comunidad Coworking: buscador y Plataforma de espacios coworking, salas de reuniones, despachos y otros espacios de trabajo de uso compartido en España, México y Chile. Copass: es una red global de espacios de coworking. Los miembros de la plataforma pueden trabajar en cualquier espacio de la red, como si fueran socios de cada una de ellas. Además, Copass ofrece conexión entre comunidades de emprendedores y freelances de todo el mundo. CoworkingSpain: es una plataforma online de espacios de Coworking, donde se pueden encontrar espacios y coworkers que estén trabajando en estos centros. Además, organiza la CoworkingSpainConference, un encuentro anual en el que se reúnen las personas más influyentes del mundo del Coworking y del consumo colaborativo. eWorky: plataforma colaborativa de búsqueda de espacios de trabajo para poder acceder a una red wifi, alquilar una sala de reunión o de formación, de forma puntual y en ciudades distintas. 206


LetMeSpace: marketplace online que pone en contacto a individuos que buscan un espacio de almacenaje y a particulares que quieren alquilar su espacio (trastero, local o plaza de parking) sin uso. El objetivo es ahorrar costes y tiempo de desplazamiento. Los usuarios que opten por este sistema colaborativo pueden ahorrar hasta un 60% del coste de su guardamuebles habitual, mientras que los propietarios tendrán la opción de generar entre 150 y 200 euros al mes de ingresos extras. Todo ello desde una aplicación móvil (iOS y Android) o desde la web. Nexudus: software online para espacios coworking, Néxudus Spaces. La plataforma está construida para ayudar a este tipo de espacios en su día a día. Por un lado, automatizando procesos como facturación, reservas y calendario, eventos, pagos online, control de acceso, etc. Por otro lado cuenta con prestaciones que permiten fomentar la comunicación y colaboración entre los miembros como el panel de la comunidad, boletines de noticias, blog, directorio, recordatorios, etc. Todo ello en una plataforma de tipo marca blanca, que posibilita un alto nivel de personalización a los espacios. PopPlaces: primer marketplace hispano de alquiler de espacios por días para realizar Pop Up Stores, 207


eventos o fiestas privadas. Los espacios son susceptibles de albergar cualquier actividad que necesite sólo un periodo corto de tiempo para realizarse. La plataforma conecta a los propietarios con potenciales clientes (marcas, startups, ecommerce, agencias o usuarios), con pagos seguros a través de ella y seguro de responsabilidad civil incluido en la gestión. rent4ocio: sitio web especializado en espacios de ocio en alquiler por horas o días, donde los profesionales se anuncien gratis y los particulares tengan la opción de hacer un consumo colaborativo de sus espacios de ocio de forma fácil. Spacebee: el marketplace para el alquiler de salas de reunión, aulas y espacios por horas. Spaceon: facilitación de alquiler de espacios por horas y días: salas de reuniones, aulas de formación y espacios para eventos en centros de coworking, centro de negocios, academias de formación, etc. Trastero compartido: los propietarios de espacios los alquilan y generan ingresos extra y los usuarios obtienen entre un 30 y un 50% de descuento sobre el precio de guardamuebles tradicional. 208


weCompy: web que permite el alquiler de diversos espacios compartidos: huertos, garajes, espacios de trabajo, trasteros y habitaciones. Con un solo registro se puede acceder como usuario de espacios o subir un espacio propio para encontrar con quien compartir.

PISOS COMPARTIDOS Badi: app para la gente busca vivienda en alquiler. La aplicación móvil conecta propietarios, inquilinos y compañeros de piso implementando “matching” y búsqueda de perfiles.

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Habitoom: red social que conecta a las personas que buscan un piso compartido donde vivir. Habitoom ayuda a encontrar un sitio cuando los usuarios están fuera de la ciudad por un tiempo prolongado, o simplemente cuando buscan un piso para compartir. Makoondi: espacio web donde se encuentra todo lo relacionado con compartir un piso. Desde encontrar habitación o compañero de piso, hasta gestionar los gastos que comparten los compañeros. Stukers: red social donde los jóvenes estudiantes y trabajadores podrán encontrar compañeros de piso ideales. Para ello usamos los hobbies y un pequeño test de 5 preguntas acerca de cómo son ellos en la convivencia para que así se pueda hacer el matching y escoger según sus preferencias. Beroomers: marketplace de habitaciones de estudiantes que permite conocer y contactar con los futuros compañeros de piso.

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OTRAS PLATAFORMAS DE INTERÉS alpha.i: plataforma colaborativa que guía proyectos de personas, empresas y entidades, con perspectiva internacional y que educan de forma práctica a profesionales, con el foco en la persona y el bien común. Busca generar trabajo y abundancia para las personas y sus organizaciones. Bro-Share: a través de esta plataforma se pueden compartir los gastos de las cuentas en Stream con usuarios de todo el mundo. Catarse: primera y mayor plataforma de crowdfunding para proyectos creativos de Brasil. Climbcrew: company builder que financia y desarrolla iniciativas tecnológicas, en fases early211


stage, con el objetivo de hacer de ellas start-ups de éxito. Comprea: los clientes compran a través de esta tienda online y sus Shoppers se encargan de ir a los establecimientos a comprar los productos elegidos por el cliente y llevárselos a la hora y dirección acordada hasta en menos de una hora. Despierta.org: buscador gratuito de empresas, comercios y asociaciones que tienen por actividad económica principal la venta de productos, la prestación de servicios o la realización de acciones que apuestan por la ecología y la sostenibilidad del planeta, la Economía del Bien Común, el Comercio Justo y el desarrollo social. El mayordomo de tus seguros: primera plataforma de consumo colaborativo en seguros. Una vez registrado en la web, cualquier usuario puede crear su comunidad multinivel de amigos a través de un sencillo sistema de invitaciones desde su cuenta. Kolokvo: plataforma 2.0 donde poder plantear iniciativas sociales, basada en las doctrinas de buen gobierno y transparencia, más en concreto en el eje participativo de Open action. El usuario es el protagonista absoluto; él propone, genera discusión, 212


puntúa y la plataforma le ayuda a llevar a cabo sus demandas. Se diferencia principalmente por el carácter local de las cuestiones que se abordan. Nearme: es una solución de mercado personalizable para alimentar la economía colaborativa. A través de ellos las empresas y los emprendedores pueden crear marketplaces de este tipo. quéCraft: un soporte de comunicación y productora de eventos especializada en el sector craft en Valencia. A través de sus medios online, servicios, eventos y actividades visibilizan y potencian la profesionalización de todas aquellas personas que disponen de un proyecto relacionado con la Artesanía y el Diseño ya consolidado o en proceso de creación. Radarprice: app con la que el usuario puede escanear o buscar cualquier arti?culo para conocer su precio al instante, ordenados siempre de menor a mayor. Cualquier usuario puede an?adir productos y precios para que el resto de compradores puedan beneficiarse de esta informacio?n. También posibilitan a cualquier tienda a que añada su catálogo gratuitamente. Radarprice compara ma?s de 21 millones de precios de 200.000 productos distintos, en ma?s de 80.000 tiendas fi?sicas y 2.500 tiendas online de7 pai?ses de todo el mundo. La descarga es 213


totalmente gratuita tanto para Android, como para iOS. Redcomercio.org: organización sin ánimo de lucro que apuesta por una economía colaborativay del bien común. Aprovechan las ventajas que ofrece la Tecnología para que el pequeño comercio, los autónomos y las PYMES compitan, en igualdad de condiciones, con las grandes empresas. Traity: red de personas de confianza. Cada usuario es dueño de su reputación y puede utilizar su pasaporte de reputación para convertirse en un miembro fiable de cualquier comunidad. tudomus.com: portal perteneciente a la economía colaborativa, especializado en la compra, venta y alquiler de casas, cuya comercialización la realizan sus usuarios a cambio del reparto de las comisiones generadas por la venta y alquiler de las viviendas publicadas. Wayco: espacio multidisciplinar donde profesionales y PYMES de diferentes sectores interactúan y colaboran para hacer crecer sus proyectos y negocios, aprovechando las sinergias que nacen gracias al trabajo compartido, el networking y los eventos. Cuentan con espacios de trabajo compartido, salas 214


para reuniones, formación, presentaciones, jornadas... En él se juntan profesionales de las áreas de arquitectura, asesoramiento, comunicación, consultoría, diseño, formación, ingeniería, legal, marketing, programación y tecnología, entre otros.

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La economía colaborativa avanza pero con gran polémica Por Beatriz P. Galdón

En medio de unas cifras que reflejan una cierta recuperación tras la crisis, pero con graves problemas aún por resolver como la elevada deuda y la tasa de desempleo, y de una situación de incertidumbre política por la falta de formación de Gobierno en España y de dificultades que acucian al conjunto de Europa, las economías del mundo están adquiriendo un nuevo modelo, adaptándose a un tiempo donde 216


las necesidades y la tecnología están dando un giro a los conceptos tradicionales de oferta, demanda y consumo. Economía colaborativa. Así se define el reciente sistema, cuyos ejes de actuación son la participación y la confianza. ''Se trata de la vuelta al capitalismo tradicional en el que dos partes intercambian libremente'', afirma Manuel López Zafra, codirector del Máster en Data Science para Finanzas de CUNEF (Colegio Universitario de Estudios Financieros). La economía colaborativa no es una moda. En poco tiempo, ha adquirido un protagonismo inimaginable y las perspectivas auguran un progresivo crecimiento. Un informe realizado por la consultora PWC recoge que el valor de las transacciones realizadas en Europa alcanzó el ejercicio pasado los 28.100 millones de euros. Para 2025, los expertos sitúan la cifra a nivel mundial por encima de los 300.000 millones En España, algunas universidades han incorporado en el nuevo curso posgrados y másters sobre este tema. Por ejemplo, la Complutense de Madrid ha 217


creado el Master de Experto en Gestión y Promoción de Empresas de Economía Social y Solidaria. Los sectores con mayor relevancia en este tipo de actividad son el de transporte y el de alquiler de casas. Pero la economía colaborativa permite la participación de todos los demás agentes. Compartir coche para ir de viaje o al trabajo, alquilar una casa, una habitación, el garaje en horas de trabajo, el trastero, la bici o una tabla de surf, hacer de guía turístico, sacar el perro a pasear, organizar cenas o comidas en casa, pedir un préstamo, vender un mueble o un billete de tren que no vamos a poder utilizar... las posibilidades son infinitas. En España se calcula que existen unas 500 compañías que a través de sus plataformas ponen en contacto a los interesados. El estudio de PWC destaca, por otro lado, que España es uno de los países donde mayor peso tiene la economía colaborativa. Francia y Reino Unido son líderes en Europa. Seguidamente se sitúan Alemania, España, Holanda, Suiza, Italia, Polonia y Bélgica. Los analistas afirman que en el caso de nuestro país el alquiler de casas a través de esta fórmula ''es extremadamente popular'', suponiendo el 25% del 218


total de operaciones que se realizan a través de los diferentes canales. En el caso de establecimientos turísticos céntricos llega al 50%. El sector financiero también está adquiriendo especial significación, y PWC señala que el volumen de transacciones a través de las plataformas se incrementó un 152% en 2014, hasta los 62.000 millones de euros, convirtiendo a España en el sexto mayor mercado financiero alternativo de Europa. El éxito de la economía colaborativa es claro y así lo reflejan las cifras ''Es más eficiente y optimiza la utilización de recursos; es más ecológica y además crea lazos sociales'', comenta Rodrigo García de la Cruz, profesor del IEB (Instituto de Estudios Bursátiles). Pero también existen inconvenientes. ''Puede provocar la pérdida de empleos de algunos sectores, pero es algo que está ocurriendo en la transformación digital de cualquier sector de la sociedad'', asevera García De la Cruz. ''La solución es transformar los puestos de trabajo, ya que en muchos casos serán generadores de nuevos empleos y servicios para los países, dinamizando su economía, como está ocurriendo ya en muchos países'', añade. 219


El principal escollo por resolver es la convivencia entre lo tradicional y lo innovador. Afecta a todos, pero con especial importancia al transporte y al turismo. ''Los problemas pueden venir por las limitaciones de acceso que las autoridades y los sectores establecidos plantean. Es conocido el contencioso que Airbnb mantiene con el Ayuntamiento de Barcelona por presión de los hosteleros tradicionales [este verano amenazó a la compañía y a Homeaway con multas que podrían alcanzar hasta los 600.000 euros al considerar que carecen de licencia para el alquiler de apartamentos turísticos]. Confebus demandó a Blablacar por competencia desleal (desestimada finalmente por el juez); y los taxistas madrileños han bloqueado Madrid en más de una ocasión para situar a Uber fuera de la ley, con escaso éxito'', recuerda el profesor de CUNEF, Manuel López Zafra. Son las dos caras de una misma moneda: la economía tradicional contempla la situación como una amenaza, y la colaborativa como una posibilidad de ahorro y de obtención de ingresos. Influye, 220


además, y mucho, que el ámbito regulatorio y fiscal no es el mismo, y que difiere entre Comunidades Autónomas. La polémica entre partidarios y detractores ha puesto en alerta a Gobiernos y a la Unión Europea. La Comisión diseñó este verano la Agenda para la Economía Colaborativa, donde incluye una guía sobre cómo la normativa existente deberá aplicarse al nuevo modelo. Se trata de una serie de pautas recomendadas para que cada uno de los Gobiernos revise o modifique las leyes actuales teniendo en cuenta la economía colaborativa. ''Nuestro papel es fomentar un entorno reglamentario que permita el desarrollo de los nuevos modelos de negocio y, al mismo tiempo, proteja a los consumidores y garantice una fiscalidad justa y unas condiciones de trabajo equitativas'', declaró Jyrki Katainen, vicepresidente de la institución, en el comunicado hecho público el pasado junio. Se trata de la principal vía de ingresos debido a las dificultades para encontrar empleo El documento de la Comisión destaca, por otro lado, que los motivos que la población argumenta para trabajar en alguna 221


plataforma son dos: se trata de la principal vía de ingresos debido a las dificultades para encontrar empleo, y permite hacerlo desde casa con mayor flexibilidad e independencia. Este será uno de los asuntos que deberá abordar con prioridad el nuevo Ejecutivo. De momento, la Comisión Nacional de los Mercados y de Competencia (CNMC) última un documento normativo no exento de dificultades surgidas por el desacuerdo entre los miembros del propio organismo. No obstante, la CNMC reconoce que este sistema es ''una realidad'', y que lo que necesita es una adaptación. Rachel Bostman, autora del libro What’s Mine is Yours (lo mío es tuyo), considerado como la biblia del consumo colaborativo, opina que la ''revolución colaborativa será tan significativa como la industrial''.

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1/ palabra dada / ensayos 2/ Argucias contra el tiempo /poemas 3/ Los 7 tesoros a encontrar en un libro / ensayos. 4/ Cuentos premiados / cuentos 5/ Otras historias del huevo de oro /Cuentos 6/ El cantante y sus asesinos / historia y política y otros. 7/ Drogas, violencia y legalización / Ensayos y notas 8/ El crimen del que nadie se quiere recordar / 1/ Historia y política 9 / El crimen del que nadie se quiere recordar / 2/ Historia y política 10/ Los Clinton, los Kennedy y la Soberanía Dominicana / Política 11/ TelexFree: crónica de una estafa anunciada / Sociedad 12 / El tumor trujillista hace metástasis / Política 13/ Emprender en la sociedad 3.0 / Recopilación de artículos 14/ Sociedad 3.0 y social marketing / Recopilación de artículos

Aquiles Julián Aquiles Julián Aquiles Julián Aquiles Julián Aquiles Julián Aquiles Julián Aquiles Julián Aquiles Julián Aquiles Julián Aquiles Julián Aquiles Julián Aquiles Julián Aquiles Julián Aquiles Julián

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Sociedad 3.0 y social marketing /Recopilación El libro La eclosión de la sociedad 3.0 o economía colaborativa está en el candelero. Y dentro de sus diversas expresiones de colaboración, apoyo e intercambio, está el social marketing o modelo de distribución en red que se apoya en la colaboración entre iguales, en el apoyo solidario y en la capacidad de servir, y que permite a las personas crear relaciones de servicio alternativas y viables para prosperar en el siglo 21.

El autor Aquiles Julián (El Seibo, Rep. Dominicana,) Emprendedor, business coach, trainer, escritor, teatrista y cineasta dominicano. Especialista en lectura súper rápida y neurocompetencias. Ganador de importantes premios literarios. Empresario de la nueva economía o economía 3.0. Director de Dominicana Emprende. Dirige la editorial digital Libros de Regalo. Editor de varias colecciones digitales, entre ellas Lectofilia digital. Sus artículos se reproducen en medios y blogs de distintos países, entre ellos España, Perú, Uruguay, México, Colombia, Chile, Argentina y los Estados Unidos.

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