Boletin provincial 2016 enero

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BOLETIN PROVINCIAL AÑO DE LA MISERICORDIA ENERO

03- 09 se realiza el retiro anual, en la provincia, con el tema…acompaña este retiro el Padre Héctor Arbeláez y Hta Bernarda Prada, superiora provincial

Lugar: LA ERMITA DEL SANTÍSIMO –TORCA Fecha: del 3 al 9 de Enero de 2016 Tema: Mi “Sí” una bondad de la Misericordia, una esperanza hacia el Magníficat de mi vida. Objetivo: Aprovechar la experiencia del Encuentro Anual de los Retiros Espirituales de las Hermanitas de Anunciación para favorecer una reflexión sobre el sentido claro de las motivaciones y las intenciones de su opción vocacional, profundizar el espíritu propio del Espíritu del Jubileo de la Misericordia y hacer de su respuesta un Magníficat que exprese la comunión con el carisma propio de la Congregación.

15 -17 apostólicas

encuentro en Torca

Htas obras


29-31. Encuentro a nivel general e interprovinciales en la ermita del santísimo Torca. MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA CUARESMA 2016 “Misericordia quiero y no sacrificio” (Mt 9,13). Las obras de misericordia en el camino jubilar 1. María, icono de una Iglesia que evangeliza porque es evangelizada En la Bula de convocación del Jubileo invité a que «la Cuaresma de este Año Jubilar sea vivida con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios» (Misericordiae vultus, 17). Con la invitación a escuchar la Palabra de Dios y a participar en la iniciativa «24 horas para el Señor» quise hacer hincapié en la primacía de la escucha orante de la Palabra, especialmente de la palabra profética. La misericordia de Dios, en efecto, es un anuncio al mundo: pero cada cristiano está llamado a experimentar en primera persona ese anuncio. Por eso, en el tiempo de la Cuaresma enviaré a los Misioneros de la Misericordia, a fin de que sean para todos un signo concreto de la cercanía y del perdón de Dios. María, después de haber acogido la Buena Noticia que le dirige el arcángel Gabriel, canta proféticamente en el Magnificat la misericordia con la que Dios la ha elegido. La Virgen de Nazaret, prometida con José, se convierte así en el icono perfecto de la Iglesia que evangeliza, porque fue y sigue siendo evangelizada por obra del Espíritu Santo, que hizo fecundo su


vientre virginal. En la tradición profética, en su etimología, la misericordia está estrechamente vinculada, precisamente con las entrañas maternas (rahamim) y con una bondad generosa, fiel y compasiva (hesed) que se tiene en el seno de las relaciones conyugales y parentales. 2. La alianza de Dios con los hombres: una historia de misericordia El misterio de la misericordia divina se revela a lo largo de la historia de la alianza entre Dios y su pueblo Israel. Dios, en efecto, se muestra siempre rico en misericordia, dispuesto a derramar en su pueblo, en cada circunstancia, una ternura y una compasión visceral, especialmente en los momentos más dramáticos, cuando la infidelidad rompe el vínculo del Pacto y es preciso ratificar la alianza de modo más estable en la justicia y la verdad. Aquí estamos frente a un auténtico drama de amor, en el cual Dios desempeña el papel de padre y de marido traicionado, mientras que Israel el de hijo/hija y el de esposa infiel. Son justamente las imágenes familiares —como en el caso de Oseas (cf. Os 1-2)— las que expresan hasta qué punto Dios desea unirse a su pueblo. Este drama de amor alcanza su culmen en el Hijo hecho hombre. En él Dios derrama su ilimitada misericordia hasta tal punto que hace de él la «Misericordia encarnada» (Misericordiae vultus, 8). En efecto, como hombre, Jesús de Nazaret es hijo de Israel a todos los efectos. Y lo es hasta tal punto que encarna la escucha perfecta de Dios que el Shemà requiere a todo judío, y que todavía hoy es el corazón de la alianza de Dios con Israel: «Escucha, Israel: El Señor es nuestro Dios, el Señor es uno solo. Amarás, pues, al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas» (Dt 6,4-5). El Hijo de Dios es el Esposo que hace cualquier cosa por ganarse el amor de su Esposa, con quien está unido con un amor incondicional, que se hace visible en las nupcias eternas con ella.


Es éste el corazón del kerygma apostólico, en el cual la misericordia divina ocupa un lugar central y fundamental. Es «la belleza del amor salvífico de Dios manifestado en Jesucristo muerto y resucitado» (Exh. ap. Evangelii gaudium, 36), el primer anuncio que «siempre hay que volver a escuchar de diversas maneras y siempre hay que volver a anunciar de una forma o de otra a lo largo de la catequesis» (ibíd., 164). La Misericordia entonces «expresa el comportamiento de Dios hacia el pecador, ofreciéndole una ulterior posibilidad para examinarse, convertirse y creer» (Misericordiae vultus, 21), restableciendo de ese modo la relación con él. Y, en Jesús crucificado, Dios quiere alcanzar al pecador incluso en su lejanía más extrema, justamente allí donde se perdió y se alejó de Él. Y esto lo hace con la esperanza de poder así, finalmente, enternecer el corazón endurecido de su Esposa. 3. Las obras de misericordia La misericordia de Dios transforma el corazón del hombre haciéndole experimentar un amor fiel, y lo hace a su vez capaz de misericordia. Es siempre un milagro el que la misericordia divina se irradie en la vida de cada uno de nosotros, impulsándonos a amar al prójimo y animándonos a vivir lo que la tradición de la Iglesia llama las obras de misericordia corporales y espirituales. Ellas nos recuerdan que nuestra fe se traduce en gestos concretos y cotidianos, destinados a ayudar a nuestro prójimo en el cuerpo y en el espíritu, y sobre los que seremos juzgados: nutrirlo, visitarlo, consolarlo y educarlo. Por eso, expresé mi deseo de que «el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina» (ibíd., 15). En el pobre, en efecto, la carne de Cristo «se hace de nuevo visible como cuerpo martirizado, llagado, flagelado,


desnutrido, en fuga... para que nosotros lo reconozcamos, lo toquemos y lo asistamos con cuidado» (ibíd.). Misterio inaudito y escandaloso la continuación en la historia del sufrimiento del Cordero Inocente, zarza ardiente de amor gratuito ante el cual, como Moisés, sólo podemos quitarnos las sandalias (cf. Ex 3,5); más aún cuando el pobre es el hermano o la hermana en Cristo que sufren a causa de su fe. Ante este amor fuerte como la muerte (cf. Ct 8,6), el pobre más miserable es quien no acepta reconocerse como tal. Cree que es rico, pero en realidad es el más pobre de los pobres. Esto es así porque es esclavo del pecado, que lo empuja a utilizar la riqueza y el poder no para servir a Dios y a los demás, sino parar sofocar dentro de sí la íntima convicción de que tampoco él es más que un pobre mendigo. Y cuanto mayor es el poder y la riqueza a su disposición, tanto mayor puede llegar a ser este engañoso ofuscamiento. Llega hasta tal punto que ni siquiera ve al pobre Lázaro, que mendiga a la puerta de su casa (cf. Lc 16,20-21), y que es figura de Cristo que en los pobres mendiga nuestra conversión. Lázaro es la posibilidad de conversión que Dios nos ofrece y que quizá no vemos. Y este ofuscamiento va acompañado de un soberbio delirio de omnipotencia, en el cual resuena siniestramente el demoníaco «seréis como Dios» (Gn 3,5) que es la raíz de todo pecado. Ese delirio también puede asumir formas sociales y políticas, como han mostrado los totalitarismos del siglo XX, y como muestran hoy las ideologías del pensamiento único y de la tecnociencia, que pretenden hacer que Dios sea irrelevante y que el hombre se reduzca a una masa para utilizar. Y actualmente también pueden mostrarlo las estructuras de pecado vinculadas a un modelo falso de desarrollo, basado en la idolatría del dinero, como consecuencia del cual las personas y las sociedades más ricas se vuelven indiferentes al destino de los pobres, a quienes cierran sus puertas, negándose incluso a mirarlos. La Cuaresma de este Año Jubilar, pues, es para todos un tiempo favorable para salir por fin de nuestra alienación


existencial gracias a la escucha de la Palabra y a las obras de misericordia. Mediante las corporales tocamos la carne de Cristo en los hermanos y hermanas que necesitan ser nutridos, vestidos, alojados, visitados, mientras que las espirituales tocan más directamente nuestra condición de pecadores: aconsejar, enseñar, perdonar, amonestar, rezar. Por tanto, nunca hay que separar las obras corporales de las espirituales. Precisamente tocando en el mísero la carne de Jesús crucificado el pecador podrá recibir como don la conciencia de que él mismo es un pobre mendigo. A través de este camino también los «soberbios», los «poderosos» y los «ricos», de los que habla el Magnificat, tienen la posibilidad de darse cuenta de que son inmerecidamente amados por Cristo crucificado, muerto y resucitado por ellos. Sólo en este amor está la respuesta a la sed de felicidad y de amor infinitos que el hombre —engañándose— cree poder colmar con los ídolos del saber, del poder y del poseer. Sin embargo, siempre queda el peligro de que, a causa de un cerrarse cada vez más herméticamente a Cristo, que en el pobre sigue llamando a la puerta de su corazón, los soberbios, los ricos y los poderosos acaben por condenarse a sí mismos a caer en el eterno abismo de soledad que es el infierno. He aquí, pues, que resuenan de nuevo para ellos, al igual que para todos nosotros, las lacerantes palabras de Abrahán: «Tienen a Moisés y los Profetas; que los escuchen» (Lc 16,29). Esta escucha activa nos preparará del mejor modo posible para celebrar la victoria definitiva sobre el pecado y sobre la muerte del Esposo ya resucitado, que desea purificar a su Esposa prometida, a la espera de su venida. No perdamos este tiempo de Cuaresma favorable para la conversión. Lo pedimos por la intercesión materna de la Virgen María, que fue la primera que, frente a la grandeza de la misericordia divina que recibió gratuitamente, confesó su propia pequeñez (cf. Lc 1,48), reconociéndose como la humilde esclava del Señor (cf. Lc 1,38).


Francisco MENSAJE HTA EFEGENIA CUARESMA 2016

“Dichosos los misericordiosos porque serán tratados con misericordia”. Mt. 5,7 Bogotá, D.C. Febrero de 2016 CIRCULAR N° 15

CUARESMA “MISERICORDIA QUIERO Y NO SACRIFICIO” (Mt 9,13).

Queridas Hermanitas y familia Anunciata “Alabados sean Jesús y María, ahora y para siempre” Acogiendo la dinámica de la liturgia de la Iglesia, nos disponemos a vivir el tiempo de Cuaresma, enmarcado en el año de la Misericordia. Tiempo que hemos de aprovechar como regalo de Dios a través del Papa Francisco, profeta de nuestro tiempo, que busca movido por el Espíritu, no solo la reforma de la Iglesia, sino también la reforma de todos los que nos llamamos católicos, es la llamada a la coherencia, a una verdadera y autentica conversión, a poner en movimiento la fuerza de la misericordia, que se refleje en hechos concretos, que nos lleven a ser más cercanas/nos a quienes están a nuestro alrededor, a contrarrestar la indiferencia que mata, porque nos hace levantar muros que impiden ver quién nos necesita, que podemos ayudar a construir una Iglesia de hermanos, una familia como la de Nazareth, una comunidad religiosa como la de la


Trinidad. En qué podemos ayudar a transformar este mundo que Dios ha puesto en nuestras manos. Jesús, el rostro misericordioso del Padre, nos mostró con su vida y con sus dichos, en que consiste la misericordia. Podemos mencionar entre tantos textos el del buen samaritano, lo podemos retomar en nuestra reflexión personal, recordemos como concluye la enseñanza: “anda y has tú lo mismo” Que se vea y se sienta mi compromiso con el necesitado. (Lc. 10,25-37). La cuaresma de este año jubilar dice el Papa, ha de ser vivida con mayor intensidad como momento fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios. Con el deseo de sacar el mayor fruto de este tiempo de cuaresma y del año de la misericordia, les invitamos Hermanitas y querida familia Anunciata, a volver con seriedad y radicalidad al examen de conciencia diario, a la contemplación del Viacrucis los viernes del tiempo ordinario y viernes y miércoles de cuaresma, a frecuentar el sacramento de la reconciliación, a la reflexión y profundización del legado doctrinal de nuestra amada Fundadora del cuarto voto de hostia de amor y reparación. Podemos llamar este año el año del amor y la reparación en la familia de la Anunciación. Sí, es el tiempo propicio para amar y reparar, la herencia que hemos recibido de nuestra querida Fundadora no ha pasado ni pasará de moda, así lo confirman los tiempos actuales, la doctrina de la Iglesia, la Palabra de Dios. La reparación siempre es necesaria, la Iglesia y el mundo la necesitan, a nivel personal es muy provechosa para hacernos más agradables a quien nos ha llamado a seguirle, pero llevando nuestra propia cruz.


Para entender esta entrega, recordemos lo que nos dice la carta a los Hebreos. “Por eso, al entrar en este mundo, dice: Sacrificio y oblación no quisiste; pero me has formado un cuerpo. Holocaustos y sacrificios por el pecado no te agradaron. Entonces dije: ¡He aquí que vengo - pues de mí está escrito en el rollo del libro - a hacer, oh Dios, tu voluntad! Dice primero: Sacrificios y oblaciones y holocaustos y sacrificios por el pecado no los quisiste ni te agradaron cosas todas ofrecidas conforme a la Ley, entonces añade: He aquí que vengo a hacer tu voluntad. Abroga lo primero para establecer lo segundo. Y en virtud de esta voluntad somos santificados, merced a la oblación de una vez para siempre del cuerpo de Jesucristo”. (Conf. Hb. 10, 5-9) Tanto en este pasaje como en muchos otros del N.T. se subraya en la vida de Jesús ese carácter de hostia, de víctima, de ofrecimiento, de cumplimiento de la voluntad de Dios. En idéntica línea, Pablo invitará a los habitantes de Roma a “ofrecer sus cuerpos como una víctima viva, santa, agradable a Dios: tal será su culto espiritual”. (Rm. 12,2) Esta doctrina nos compromete como familia Anunciata a someternos en cada instante a la voluntad del que nos ha consagrado para sí, ya sea por la consagración bautismal, religiosa o matrimonial. Nuestra querida Fundadora en el Directorio cita la disposición del Corazón de Jesús para cumplir desde su Encarnación el querer de Dios, gracias también al Sí generoso de nuestra Madre María. En este espíritu de Jesús, primera y única hostia, la familia de la Anunciación está invitada, a encarnar en su diario vivir las cualidades de la hostia: la blancura, signo de la pureza; la pequeñez, signo de humildad, la redondez, signo de la perfección. Estas


cualidades son sugeridas por Madre María Berenice cuando en la escuela espiritual de la Anunciación nos habla del gran significado del voto de hostia. Año de la misericordia, tiempo propicio para crecer en fraternidad, para aprender a leer nuestra vida a la luz de la vida de Jesús y así tener las fuerzas para no dejarnos agobiar por las adversidades que suelen venir. Tiempo para caminar de la mano de nuestra Madre María, ejemplo de misericordia que ante el dolor y la soledad de la Cruz, guarda silencio y no reclama nada ni a Dios ni a los hombres. Es la madre que todo lo guarda en su corazón. Con el propósito de realizar actos concretos de misericordia para con los más necesitados, nos proponemos como familia Anunciata, privarnos en familia, en comunidad o de manera personal de algunas cosas (alimentos u otros) durante el tiempo de la cuaresma y el equivalente lo depositamos en la cuenta de ahorros 50457737456 de Bancolombia. Las Hermanitas del exterior pueden enviar su donativo a través del mismo banco acogiéndose a los requisitos de giros internacionales que les adjunto, les pido muy encarecidamente enviar la fotocopia de la consignación a la Dirección General ya sea por este medio virtual o físico; al final de este itinerario compartiremos con aquellas obras apostólicas más necesitadas. No se trata tanto de dar de lo que nos sobra, sino de los sacrificios realizados. Esta práctica la llamaremos comunicación Anunciata de bienes. Así mismo les rogamos hacer llegar a la economía de la casa general la fotocopia de las consignaciones de los aportes realizados. Estas actitudes solidarias nos harán saborear mejor el sentido de la Cuaresma


2016 con el toque especial de la Misericordia que brota de nuestro corazón. Recordemos que el Papa francisco nos ha pedido dentro del documento de la Bula para el año de la Misericordia, la práctica de las obras de misericordia, las siete espirituales y las siete corporales, las encontramos también en el Evangelio de San Mt. 25, 31-45. En el encuentro definitivo con el Señor seremos examinados/das por las obras de misericordia que en vida practicamos. Además nos recomienda, celebrar 24 horas para el Señor, que se debe realizar durante el viernes y sábado que antecede al IV domingo de Cuaresma. Es menester promoverlo con los destinatarios del carisma según los apostolados y países. Esta es una muy buena iniciativa para atraer a las personas a la adoración Eucarística y acercarse al sacramento de la reconciliación, con jornadas penitenciales en escuelas, colegios y otros apostolados. (Conf. Documento Bula p. 31)

Dejándonos abrazar por la Misericordia de Dios y comprometiéndonos a ser misericordiosos/as con los demás, encontrémonos cada día al pie del sagrario, con la presencia de Jesús Eucaristia que nos anima a seguirlo y anunciarlo. En nombre de las Hermanitas del Gobierno General les deseo muchos frutos de conversión y santidad en este tiempo de gracia que nos regala el Padre Dios, que nos permita llegar con un espíritu renovado a la Pascua de la Resurrección, centro y culmen de nuestra vida cristiana. Servidora en Jesús y


Expresar nuestra gratitud a nombre de la Provincia a nuestras Hermanitas: Diana Haidy Solano Trujillo por su servicio apostólico en el Colegio la Anunciación de Cartagena y augurarle muchos éxitos en su Nuevo apostolado en la Casa de Formación “Aspirantado” , donde ha sido llamada por la Hta Efigenia Trujillo, Superiora General y su Consejo, a servir como Auxiliar de Formación. Que la Santísima Virgen la anime y conforte siempre en el SI de la Anunciación”.

A nuestra Hermanita Bibiana Escalante Claros, quien partió el pasado 31 de Enero a Italia para hacer parte de la nueva Comunidad Local que se abre en Roma, junto a


las Htas Hermanitas Alix Mercedes Duarte y Rocío Puerta. Elevamos a Dios nuestra plegaria para que esta experiencia apostólica le sea muy rica en sus estudios, en el compartir el proceso de la Causa de Canonización de Nuestra Amada Fundadora la Sierva de Dios Madre Berenice y en el vivir nuevas experiencias apostólicas. Que Dios padre Misericordioso recompense su disponibilidad con gracias especiales en especial para su familia.

A Hta Elián Yulieth Pérez Rivera quien solicitó y se integró por un año a la Provincia Nuestra Señora de la Anunciación en Medellín. Que el Buen Dios le ayude en el crecer y fortalecer su Vocación en nuestra Congregación.

Damos la Bienvenida fraterna a las jóvenes aspirantes Mary Andrea Cala Villareal de SimacotaSantander, quien escuchando el llamado del Señor, se dispuso a ingresar a la Casa de Formación Aspirantado, el pasado 24 de Enero de 2016. De igual manera nuestro agradecimiento a la Hta Nancy Beleño y las Hermanitas de la Comunidad Local Instituto Santa Teresita de Floridablanca por su gran interés para acoger y acompañar nuevas jóvenes atraídas por el llamado de Jesús de Nazaret en el “SI” de la Anunciación.

Nuestro agradecimiento a nuestra Hta Beatriz Piñeros y Hermanitas de la Casa Central-Jardín los Ángeles por acompañar en su Aspirantado ambiental


a la Joven Neyla Vargas González de Bolívar – Santander- Provincia de Vélez. Quien hizo su servicio social en el Jardín y con paso firme y decidido dijo SI, al Señor, ingresando a la Casa de Formación Aspirantado el pasado 27 de Enero de 2016 Que el Buen Dios que inició su obra buena en mis Hermanitas la lleve a feliz término.

Desde el servicio de Animación a la Pastoral Juvenil Vocacional Hta Dora Inés Bolaños Claros.

A todas y a cada una de mis Hermanitas y de corazón, la Dirección Provincial les agradece, la oración, esfuerzos por la vivencia de la fraternidad y el empeño por atraer vocaciones para la Congregación y la Iglesia .De manera especial nuestra gratitud a las Comunidades Locales de la Casa Central la 28 y el Instituto Santa Teresita de Floridablanca, que siempre están disponibles a recibir jóvenes inquietas vocacionalmente y les permiten realizar su experiencia vocacional. En este semestre, motivaron tres jóvenes que iniciaron su proceso formativo en el Aspirantado. Por ellas les pedimos oraciones a fin de que puedan ser fieles en la


respuesta de este llamado que El Señor les ha hecho. Ojalá que en el segundo semestre se multipliquen las comunidades que presenten jóvenes para iniciar el Aspirantado. Tomemos el ejemplo de Ana la mamá de Samuel, cuando rezaba y pedía un Hijo. Su súplica era “ Quiero un Hijo”. El Santo Padre Francisco nos pregunta. Sus corazones, ante este disminuir de vocaciones, rezan con esta intensidad. “Queremos más hijas, más hermanitas.” El Señor que ha sido tan generoso no faltara a su promesa. Pero debemos pedirlo, debemos tocar la puerta de su corazón….



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