HERMANITAS DE LA ANUNCIACION
DIRECCIÓN GENERAL
PROGRAMA: Carisma e Identidad Anunciata en el Servicio Evangélico de Animación PROCEDIMIENTO: Secretaría Circular Nº 47 Bogotá, Noviembre 16 de 2012
Proceso Código PG-PR-07 Versión 001 Emisión 10-08-09 Actualización
“El Señor pronunció mi nombre cuando aún estaba yo en el seno de mi madre”. Is. 49,1
MARÍA DE JESÚS TABORDA ZAPATA (Hermanita Amelia de la Inmaculada) Queridas Hermanitas
“Alabados sean Jesús y María; ahora y para siempre” “Ninguno de nosotros vive para sí mismo. Si vivimos, vivimos para el Señor; si morimos, morimos para el Señor; en la vida y en la muerte somos del Señor” (Rm 147-8). “En él vivimos, nos movemos y existimos” (Hch 17,28). “No nos pertenecemos a nosotros mismos, hemos sido comprados” (1Cor 6,20). Esta compra divina es rescate por el cual Dios ha pagado el precio de la sangre de su Hijo, como lo recuerda San Pedro a los primeros cristianos: “Habéis sido rescatados, no con algo caduco, oro o plata, sino con una sangre preciosa, como de Cordero sin tacha y sin mancilla. En la tarde del viernes 16 de Noviembre sentimos el paso del Señor por nuestra Congregación, cuando nuestra Hermanita Amelia de la Inmaculada fue llamada al encuentro definitivo con Él y quien como servidora fiel, quiso realizar en su vida el ideal de su vocación Religiosa y seguir la senda trazada por nuestra querida Fundadora la Sierva de Dios Madre Berenice, para darse por entero al Evangelio y por eso hoy, aunque su muerte nos entristece, sabemos que ha sido llamada a participar de la gloria de Dios y su vida está ya en las manos del Padre, así lo esperamos de la infinita misericordia de Dios por la fe que tenemos, rogando le sean perdonadas sus faltas, inevitables en todo mortal. Hermanita Amelia, nació en Venecia Antioquia, el 23 de Febrero de 1929, fueron sus padres don Antonio José Taborda, y doña Rosa Emilia Zapata, personas de profunda fe cristiana. Ingresó a la Congregación el 23 de Agosto de 1958, hizo su primera profesión el 31 de Enero de 1962, y su Profesión Perpetua el 4 de Febrero de 1967, le sobrevive un Hermano. En su carta de solicitud para los Votos perpetuos, dice a nuestra Fundadora: “He pedido a Dios desde mi infancia y a la Santísima Virgen que me ayudaran a encontrar un puesto en la vida religiosa y hoy me encuentro feliz al pronunciar mi entrega definitiva al Señor en mi amada Anunciación” Nuestra Hermanita Amelia, ejerció sus apostolados, con amor dedicación y fidelidad, en las Comunidades de Medellín, Cali, Pereira, Pradera, Dagua Valle, Cartagena, Pedro Vicente Maldonado donde trabajo en la misión, y catequesis en los sectores del 22 y 27, sin escatimar ningún tipo de sacrificios; sus últimos días en la Comunidad de Tumbaco. Su apostolado humilde y escondido en Cristo, fue su principal tarea y hoy debe ser la nuestra, con una caridad sin límites, para que los pobres puedan alcanzar
una condición acorde con su dignidad humana, y con el compromiso de ir donde los demás no llegan, para buscar a los débiles, curar a los enfermos y liberar a los oprimidos, con la confianza y el abandono en el Corazón de Jesús, heredado de nuestra querida Fundadora, Madre María Berenice, quien nos dice en uno de sus escritos:“Confiar y abandonarse es dar al Corazón de Jesús, libertad para que obre en nuestra vida, porque la confianza y el abandono nos llevan a creer y confiar en las maravillas del amor de Dios”. Esta confianza la llevó a permanecer en un diálogo amoroso, constante y familiar, con todas las personas con quienes compartió su vida y misión. Hermanitas y personas que compartieron con Ella, nos dicen: Hermanita Amelia, fue una Hermanita pobre, sencilla y piadosa, cercana a todas las personas, oculta y silenciosa, fue indudablemente un regalo del Buen Dios a la Congregación. Fiel Educadora, con una pedagogía extraordinaria para sembrar valores en los niños más pequeños, los preferidos de Jesús. Creo, sin lugar a equivocarme que Hermanita Amelia pudo repetir en el ocaso de su vida, con San Pablo: Para mí, la vida es Cristo, porque en, El puso toda su confianza y perseverancia hasta el fin. Amante de Jesús Eucaristía y con una confianza sin límites en la Santísima Virgen. Comprometida con el grupo de la Legión de María. Siempre ofrecía al Señor las oraciones y sacrificios por las vocaciones y por las Hermanitas jóvenes de la Provincia. Querida Hermanita Amelia, tu vida sencilla, silenciosa y entregada, nos edificó en todo momento, confiamos que estas gozando de la presencia amorosa de Dios Padre, que intercedes por tu familia, y la Congregación para que el Señor nos regale vocaciones femeninas y masculinas que quieran vivir el Carisma heredado de nuestra Fundadora, la Sierva de Dios Madre María Berenice. Expreso mi gratitud a Hta. Marianita de Jesús Rivera y Hermanitas Consejeras, a las Hermanitas de las Comunidades de Pedro Vicente y Tumbaco, por los cuidados cercanía y cariño para atenderla. Ella desde el cielo les acompañe e interceda para que el Buen Dios les regale gracias especiales para su santificación. Agradezco al Señor y a su familia el don de su vida y su misión evangelizadora. En las manos de Dios Padre, pongamos la vida de nuestra Hermanita Amelia, para que unida a los sufrimientos de Cristo en la Cruz, pueda disfrutar de la Gloria Eterna. Esta verdad de fe nos llena de gozo y esperanza para exultar con el Salmista: “Cantaré eternamente las misericordias del Señor” anunciaré tu fidelidad por todas las edades” Ofrezcamos por nuestra querida Amelia de la Inmaculada oraciones y sacrificios que establecen nuestros Estatutos y todo cuanto nos inspire el amor fraterno. En Jesús y María de la Anunciación
HTA. LISBETH AGUDELO AGUDELO Superiora General