La Perla del Sur - Ponencia

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5 de febrero de 2014

Ponencia Dr. Arturo Massol Deyá & Dr.Gerson Beauchamp Representantes de Casa Pueblo de Adjuntas y profesores del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM).

Comisión de Asuntos Energéticos y Recursos de Agua - Senado de Puerto Rico Resolución del Senado 1009 Para ordenar a la Comisión de Asuntos Energéticos y Recursos de Agua, realizar una investigación respecto a la reglamentación, fiscalización, costo, razonabilidad e impacto económico de la Contribución en Lugar de Impuestos (CELI) que paga la Autoridad de Energía Eléctrica de Puerto Rico (AEE) a los municipios; para auscultar alternativas de reforma al CELI en aras de lograr una rebaja en las facturas de los abonados de la AEE, para fomentar la innovación y tecnología como herramientas de reducción de costos energéticos en los municipios.

Mi nombre es Arturo Massol Deyá, catedrático del Departamento de Biología del RUM y presidente de la Junta de Directores de Casa Pueblo en Adjuntas. El doctor Gerson Beauchamp es catedrático del Departamento de Ingeniería Eléctrica del RUM y miembro de la Junta de Directores de Casa Pueblo. Nos acompaña el ingeniero Pedro Resto catedrático del Departamento de Ingeniería Industrial del RUM. No somos vendedores de bombillas y nunca seremos donantes políticos. Nuestro compromiso es con el País, con nuestro ambiente, la salud y el bienestar común. Trabajamos para cumplir con nuestro pueblo proponiendo alternativas y asumiendo la responsabilidad de nuestras propuestas sin que medie el lucro personal. No venimos al Senado buscando simpatías ni palmaditas en la espalda ni tampoco una fotografía; estamos aquí para insistir en acciones diáfanas y claras que pongan al País primero, que valoren por sus méritos lo que se viene construyendo, acciones que defiendan lo que se está desarrollando, acciones que rompan la dependencia y que impulsen la producción nacional para el servicio de la gente. Dos asuntos fundamentales resumen nuestra aportación a los trabajos que realiza esta Comisión: Primero, atender el tema de la generación de energía en el punto del consumo por aquellas entidades, agencias e instituciones que, ya sea por incentivos, subsidios o morosidad, no pagan pero afectan adversamente la factura de los abonados. Segundo, ajustes para un uso eficiente de la energía con nuestra propuesta del ‘Posterriqueño’. Esta propuesta busca modernizar el alumbrado público con tecnología desarrollada y manufacturada en la Isla hasta 80% más eficiente que el alumbrado actual y de mejor calidad lumínica. Además, el Posterriqueño representa beneficios económicos para los abonados, actividad empresarial para una nueva industria electrónica, empleos, riqueza para proyectos educativos y de autogestión, y reducción dramática en el uso de combustible para cumplir con el mismo servicio. O sea, menos emisiones al ambiente, bueno para la salud y para la seguridad ciudadana.


Generación de energía en el punto del consumo por aquellos que no pagan Casa Pueblo propone la instalación de sistemas de generación con paneles fotovoltaicos en los edificios públicos de las dependencias y las agencias gubernamentales que no pagan electricidad a la AEE. Esos gastos energéticos terminan siendo transferidos a los abonados de manera escondida en la fórmula de ajuste por combustible. La generación en el punto del consumo implica que no depende de cuán preparadas o aptas estén las líneas de transmisión ni distribución. Además, la instalación y operación podría ser una alternativa para la AEE insertarse activamente en la transición que demanda este país hacia fuentes limpias de energía renovable. Hasta el día de hoy, esta responsabilidad ha dependido casi exclusivamente del sector privado. En lugar de sacrificar tierras agrícolas, áreas ecológicamente importantes, zonas escénicas u otros espacios para desarrollo industrial, utilizar los techos del “Estado” representa una manera rápida, eficiente y justa para esta etapa inicial de reducir la dependencia de combustibles fósiles. La Contribución en Lugar de Impuestos (CELI) que pagó la AEE a los municipios en el año fiscal 2012 fue de $244 millones y $260 millones en el año fiscal 2013. Estas cantidades correspondieron al consumo de energía eléctrica de los municipios en dichos años. La ley del 2004 que establece la forma en que la AEE realizará el CELI, establece que la contribución será la mayor de una de las siguientes tres cantidades: (1) el 20% de las ganancias netas de la AEE menos el costo de los subsidios, (2) la totalidad del consumo eléctrico de los municipios ó (3) el promedio de los últimos 5 años de la contribución en lugar de impuestos pagada a los municipios. Entendemos que esta fórmula no estimula a los municipios a ahorrar energía. Si cambiamos la ley para sustituir la palabra mayor por la palabra menor, se estaría estimulando el ahorro en los municipios ya que en los últimos 10 años la cantidad mayor, la que determina el CELI, siempre ha sido el consumo eléctrico de los municipios. Instalar paneles fotovoltaicos en los edificios públicos de los municipios, así como en las escuelas, ayudará a reducir el crédito que la AEE tiene que pagar a los municipios y contribuirá a reducir los fondos que tienen que desembolsar para dicho propósito. De esta manera la operación de la AEE podría ser más viable mientras se podría reducir la factura del ciudadano común que absorbe estos gastos. Instalar sistemas fotovoltaicos también nos propone el reto y la oportunidad de capacitar a los maestros y a maestras para que puedan crear conciencia en nuestros niños sobre la energía renovable como parte de un gran laboratorio. Como suele suceder, al educar a los estudiantes, estos a su vez educan a sus familiares, creándose así un efecto multiplicador para el beneficio de nuestra sociedad. Además, en términos de eficiencia energética, generar la energía en los puntos de consumo resulta en una forma más eficiente ya que evita las pérdidas en las líneas de transmisión y distribución. Eficiencia energética en el alumbrado público: el Posterriqueño En el 2012, Casa Pueblo se acercó a ingenieros del RUM para proponer el desarrollo y la comercialización de una luminaria pública de alta eficiencia energética. Tras mucho esfuerzo,


varios prototipos fueron instalados exitosamente en postes de la PR123 en Adjuntas con la intención de completar el proceso de investigación y desarrollo. En estos momentos, la etapa investigativa incluye la evaluación de materiales, el agarre mecánico, la huella de iluminación, entre otros temas conducentes a un producto final. El Dr. Pedro Resto estará ampliando sobre el producto y otros temas. El Posterriqueño, como ha sido bautizado en la cultura del pueblo, consume de 70 a 80% menos energía que la luminaria tradicional de lámparas de sodio que requieren 100 ó 200 vatios para su operación. Además de la contaminación lumínica apreciable incluso desde el Espacio, las lámparas tradicionales se funden con relativa frecuencia requiriendo mucho mantenimiento. En tiempos de alta inseguridad social, la iluminación de los espacios públicos cobra mayor importancia, así como transitar por nuestras carreteras llenas de grandes retos. El exceso de hoyos, neblina y elementos de nuestro clima tropical son algunos factores que justifican una buena calidad en la iluminación de las carreteras del País. Puerto Rico tiene instalados sobre 550,000 postes que requieren la quema del equivalente de medio millón de barriles de petróleo anuales para su operación. El funcionamiento de cada poste tradicional cuesta aproximadamente $200 al año. Con el ahorro energético del posterriqueño, iluminar estos espacios podría lograrse con $60 o menos. Además, la huella ecológica del País por concepto de emisiones de gases de efecto invernadero podría reducirse hasta por 400,000 barriles de petróleo al año. El compromiso de producir menos emisiones significa que podemos asumir una responsabilidad como país ante la crisis mundial del cambio climático y el efecto de invernadero, tal y como lo están haciendo muchos países hermanos. Pero también representa, por supuesto, un mejor ambiente, menos riesgos que induzcan condiciones respiratorias u otros riesgos a la salud, así como una acción puntual para atender nuevas exigencias ambientales impuestas por agencias federales. Ni los municipios ni la Autoridad de Carreteras pagan el costo de operación ni tampoco su mantenimiento. ¿Quién entonces? Claro, este renglón es otro gasto transferido a oscuras a los abonados de la AEE a través del ajuste por combustible. Modernizar el alumbrado público con mayor eficiencia energética debe representar ahorros para los abonados, y sus economías deben ser respetadas y reflejadas en las facturas de la ciudadanía. Ahora bien, al estudiar el récord de la AEE se levantan muchas interrogantes que deben preocuparnos a todos. Como parte del análisis, examinamos los más recientes informes públicos sobre la propiedad eléctrica de la AEE, informes 39 y 40 correspondientes a los años fiscales 2012 y 2013, respectivamente. Estos informes son realizados anualmente por ingenieros consultores externos de la Compañía URS. Según el Informe 39, el consumo de energía eléctrica para el alumbrado público en el año fiscal 2012 fue de 397,602 MWh. A una tasa indicada de 28.24 centavos/kWh, a la AEE le costó $112 millones mantener alumbrado al país noche tras noche. Sin embargo, el Informe 40 indica que el consumo de energía eléctrica correspondiente al año fiscal 2013 fue de 268,322 MWh con un


costo para la AEE de $114 millones. Por razones que ameritan aclaración, sean muchos postes fundidos sin atención, menos postes encendidos a destiempo o ahorros de algún tipo, en el 2013 se redujo el consumo para este renglón por un 32.5%. Esta disminución de consumo energético debió representar $38 millones en ahorros para los abonados que pagan la cuenta al final del día. ¿Cómo entonces pudo costarle a la AEE $114 millones, o sea, $2 millones más que en el año fiscal 2012? Mientras hubo reducciones menores en la tarifa kWh residencial, comercial e industrial, la AEE aumentó arbitrariamente el costo por kWh para el renglón de alumbrado público de 28.24 centavos a 42.31 centavos. Esta nueva tarifa representa un alza de 50% ó 14 centavos más por kWh. Esta situación es representativa de cómo se manejan unilateralmente los números y desaparecen las economías producto de ahorros energéticos. Si al modernizar el alumbrado público se esperan ahorros energéticos sustantivos, ¿quién garantiza que esas economías serán reflejadas en las facturas del pueblo? Este asunto es fundamental y se requiere de garantías específicas que protejan a los abonados. No hay razón alguna para que los ahorros no se transfieran casi en su totalidad al consumidor común. Con el Posterriqueño, diseñado y fabricado en el RUM, se puede ahorrar hasta el 80% de la energía eléctrica usada para alumbrado público o el equivalente a tres plantas generatrices de Cambalache en Arecibo (Cambalache generó 144,703 MWh en el 2012 y 62,236 MWh en el 2013). Esto hubiera representado economías para esos años de unos $181 millones ($90 y 91 millones). Con menos cantidad de dinero se podría remplazar el 100% de los postes del País. Con luminarias públicas que consumen sólo el 20% de la energía que requieren las actuales para funcionar; pero que tienen intensidad de iluminación mayor o igual y calidad de luz mejor que las actuales, se torna posible y viable la iluminación nocturna en lugares donde se necesita mayor seguridad ciudadana. Dicha iluminación de calidad y a bajo costo representa un aumento significativo en la seguridad percibida por los ciudadanos. En las visitas realizadas a los recintos de la UPR, los funcionarios encargados del tema de iluminación y seguridad de la UPR han expresado reiteradamente el deseo de instalar luminaria de calidad y de bajo consumo energético en los espacios públicos de los recintos. Las instaladas recientemente frente a Casa Pueblo tienen estos atributos. Antes del próximo solsticio de verano estaremos listos con el producto final. Hasta el pasado 20 de diciembre, la totalidad del alumbrado en nuestra isla por 100 años había consistido de luminaria diseñada y fabricada en China, EEUU o Canadá. Ya no, esa realidad cambió. Hoy, tres ‘posterriqueños’ iluminan al País como señal de triunfo del ingenio boricua. En tiempos de crisis económica es urgente transformar nuestra economía de una de consumo a una de producción; necesitamos producción nacional. Creo que en nuestro país existe un consenso sobre esta realidad pero no basta con el discurso, hay que construirla. ¿Y cómo se construye una economía de producción? Invirtiendo aquí; impulsando iniciativas como esta que, más que una lámpara, representan mucho más; protegiendo nuestros proyectos sociales,


empresariales y de autogestión del capitalismo salvaje; protegiendo el interés local y fortaleciéndolo. Tenemos ante nosotros una gran oportunidad y debemos trazarnos metas reales y específicas que fortalezcan y protejan esta ruta. ¿Cuántos otros productos colaterales podrían despegar o beneficiarse con el impulso de este modelo de producción comunidad/academia? ¿Cuánto tiempo es necesario para lograr la modernización del alumbrado público por uno de mayor calidad, eficiencia y que se ajuste a nuestra realidad fiscal? ¿Le vamos a apostar a nuestras soluciones o esta tarea representará más fuga de capital local? ¿Cómo garantizamos que los beneficios sean transferidos de manera justa y sin engaños a nuestra gente? Nosotros tenemos contestaciones para cada una de ellas, espero coincidamos. Muchas gracias.


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