ÓRGANO DE DIVULGACIÓN DEL ARCHIVO HISTÓRICO MUNICIPAL DE LEÓN
NÚMERO 20 MARZO - ABRIL 2022
Punóica lb Gratiu
LEÓN A TRAVÉS DE LA LENTE DE JOSÉ R. MENA
JOSÉ R. MENA VALLE EL HOMBRE QUE DETUVO EL TIEMPO
02 Órgano de Divulgación del Archivo Histórico Municipal de León, Gto. ∑ Mtra. Alejandra Gutiérrez Campos Presidenta Municipal de León ∑ Mtro. Daniel Jiménez Lona Secretario del H. Ayuntamiento ∑ Lic. Luz Araceli Andrade Cifuentes Directora General de Archivos ∑ Mtro. Mario Vázquez Cantú Director del Archivo Histórico Municipal de León ∑ Marzo - Abril 2022 No. 20 ∑ archivo.historico@leon.gob.mx Archivo Histórico Municipal de León @AHMLeon ahmleongto ∑ Mtro. Mario Vázquez Cantú Director ∑ Lic. Héctor Hesiquio Rodríguez Martínez Coordinador de Publicaciones ∑ Ing. Guillermo Saucedo Rosas Diseño y Colaboración ∑ Justo Sierra 216, Centro, C.P. 37000 León, Guanajuato, México. Tel. (477) 716 87 19 ∑ Pendientes todos los registros. Impreso en: Publicación Gratuita Portada:ValladodelMoral;CalleAltamiranodeSuraNorte c.1930 (páginas centrales); Calle República, barrio de Santiago, c. 1925. (contraportada). Fotografías cortesía del Archivo José R. Mena.
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CARTA EDITORIAL E
ste número lo dedicamos al artista José R. Mena, fotógrafo que con su trabajo nos revela a León como una ciudad con muchas aristas desde donde interpretarla.
La obra fotográfica de don José comprende las décadas de los 20´s, 30´s y 40´s del siglo XX, comprendiendo una diversidad de temas y cuyas imágenes se nos presentan con el carácter de documentos históricos. Hemos dividido este ejemplar en dos artículos; el primero denominado León a Través de la Lente de José R. Mena, de la autoría del Lic. Gilberto De la Torre Malacara, y el segundo José R. Mena Valle El Hombre que Detuvo el Tiempo, del Maestro Juan José Huerta Gómez. En el mencionado en primer término, el Lic. De la Torre, solo por citar algunos, nos detalla los aspectos que abordó José R. Mena en su vastísima obra, tales como paisajes, parques públicos, jardines particulares, paseos y caminos, la vida social a través de las personas de la época, las actividades de los leoneses de entonces y su vida cotidiana o acontecimientos sociales como circos, aviones y fiestas populares. Para el autor, las imágenes de Mena, tienen el contenido, el potencial y la fuerza de ayudarnos a entender la Ciudad que fuimos y para pensar la Ciudad actual; sobresale como característica de sus fotografías la pulcritud, manifestada tanto en sus imágenes como en el proceso fotográfico de exposición, revelado e impresión, igualmente, destaca la luz y el juego de luces y sombras, lo mismo, que el uso de los “puntos de oro” o “regla de los tercios y las “líneas o puntos de fuga”, con lo cual, su trabajo obtuvo un sentido de orden y sentido estético. Por su parte, el Maestro Juan José Huerta Gómez, se aproxima a nuestro personaje, desde el contexto que le tocó vivir; nos plantea en lo general, el ambiente reinante en el México de los primeros años de la década de los 20, el cual reflejaba los estragos de la Revolución Mexicana; así como en el Estado, en lo particular. Posteriormente, aborda datos biográficos del artista, desde su nacimiento en 1880 en San Felipe, hasta su establecimiento en nuestra localidad. Huerta, nos revela que en librerías de la época y en establecimientos como La Estrella, se vendían sus fotografías en forma de tarjetas postales; y aunque, gran cantidad de las imágenes fotográficas del León de los 20s y 30s son de su autoría, lamentablemente no se le ha otorga el reconocimiento debido. En su obra, en su trabajo, en su dilatadísimo acervo fotográfico, logró capturar el paisaje, la vida cotidiana, las costumbres y la infraestructura urbana, enmarcados por las acciones de los ciudadanos comunes y corrientes. Por todo lo anterior, hoy reconocemos y rendimos un pequeño homenaje a don José R. Mena Valle, quien, con su trabajo, logró detener el tiempo de aquellos momentos efímeros de una ciudad, la nuestra.
∑ Losartículossonresponsabilidaddesusautoresynoreflejan necesariamente la opinión de la publicación.
Lic. Héctor Hesiquio Rodríguez Martínez.
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José R. Mena, listo para fotografiar. (Imagen: Cortesía del Archivo José R. Mena).
LEÓN A TRAVÉS DE LA LENTE DE JOSÉ R. MENA
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GILBERTO DE LA TORRE MALACARA
omerciante, artesano, contador y artista, el señor José R. Mena fue en palabras de Víctor Hermosillo Gómez “un fino observador y un incansable caminante” que vio la Ciudad de León como un personaje fotogénico, tan vasto, que sus fotografías nos revelan una ciudad con muchas aristas desde donde abordarla.
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oy, casi 100 años después que el señor Mena decidiera establecerse en nuestra ciudad, luego de vivir en diversas poblaciones como Atlixco, Mineral de La Luz, Guanajuato y su natal San Felipe, tenemos la fortuna de conocer la obra fotográfica que nos legó a través de las imágenes que vendió para comercializar como postales, pero también en la propia conservación y resguardo del acervo que atesoran sus familiares en manos de su hija la señora Rosa María junto con su esposo el Doctor Manuel Ángel Aranda. En ese conjunto fotográfico que se conserva, es donde podemos estudiar el León de las décadas de los 20´s, 30´s y 40´s del siglo XX, escudriñando en la diversidad de temas que nos ofrecen esas imágenes a manera de documentos históricos. Es importante decir que aunque algunas fotografías de León captadas por el señor Mena son conocidas desde hace tiempo, incluso algunas reproducidas un sin número de veces y algunas otras exhibidas en lugares concurridos, es gracias al acercamiento
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que nos han permitido sus familiares, que ahora podemos conocer más de este patrimonio, y sobre todo la valiosa información de la que ahora estamos al tanto sobre la vida y quehacer del fotógrafo. Información que se conserva en la evocación de sus familiares, y de las Memorias1 (aún inéditas) escritas por uno de sus hijos: José “Pepe” Mena Montoya, que también fue testigo del quehacer de su padre. Sin duda, este conocimiento del autor, nos abre un panorama distinto en la forma que nos acercamos a observar las fotografías que hizo, siendo parte-aguas en la valoración de su legado. LA FOTOGRAFÍA COMO DOCUMENTO DE LA MEMORIA Como documento entendemos toda “cosa que sirve para testimoniar un hecho o informar de él, especialmente del pasado”2, y es desde sus inicios, que la fotografía fue valorada como un material con calidad de documento visual. En este sentido, cobra importancia el punto de vista de André Rouillé3, en el que asigna a la fotografía esa calidad de documento que mencionamos, al afirmar que “A diferencia de sus potencialidades artísticas, la función informativa de la fotografía ha sido reconocida desde muy temprano sin que realmente se impugne. Esto se debe a las miles de fotos de monumentos, paisajes, personas y productos que han circulado en la segunda mitad del siglo XX, que fueron equipados con un valor informativo incomparablemente superior a la de la mayoría de las otras imágenes de la época.”4 Sin temor a equivocarnos, esta afirmación se ajusta a la descripción de la obra fotográfica de José R. Mena y aunque hasta ahora desconocemos los motivos reales que detonaron su gusto por la fotografía, sí podemos afirmar casi con toda certeza, que fue mucho más que un pasatiempo, dada la amplitud y profundidad de su legado5, y lo mismo podríamos decir de su intención, que fue mucho más que solo mostrar imágenes de la ciudad que conoció y en la que vivió, porque vemos fotografiados esos monumentos y edificaciones que daban la cara a la ciu-
dad en las primeras décadas del siglo XX. Pero vemos además los paisajes dentro y fuera de la traza urbana, tanto en los parques públicos, como en los jardines particulares, en los paseos y caminos que comunicaban la ciudad con los ranchos, haciendas y zonas rurales, incluso el paisaje en torno al río que divide la ciudad. Vemos asimismo, en casi todas sus fotografías, la vida social a través de las personas que siempre retrató como parte de la misma imagen en su estilo y ojo fotográfico, incluyendo una gran cantidad de actividades de ocio y entretenimiento, de la vida cotidiana tan simple como el ir y venir de la gente en la calle, niños jugando en los parques y áreas verdes, arrieros con sus recuas de mulas cargadas de leña, señoras transitando libremente entre el caudal del río para lavar sus ropas, comerciantes ofreciendo sus mercancías, deportistas con sus uniformes y militares con sus trajes distintivos, así como las muy recurrentes congregaciones de personas en torno a desfiles, eventos deportivos o acontecimientos sociales como circos, aviones y fiestas populares, por citar algunos. En este sentido, las fotografías de José R. Mena nos dejan ver las distintas atmósferas y sus contextos en el León de las primeras dé-
José R. Mena “supo ir más allá, porque hizo suya la Ciudad. Cámara y corazón en mano, atrapó al León de su tiempo construyendo un indestructible álbum de ilusiones, circunstancias y pasajes de su época”.
José R. Mena. Cortesía del Archivo José R. Mena.6
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blico9. El primero nos da la oportunidad de ver, leer y conocer lo cotidiano que el mismo fotógrafo vivió y nos muestra lo genuino del momento, podríamos decir la historia auténtica del momento. El segundo campo nos lleva a la observación de sus acciones personales, sus gustos, la preferencia de temas a fotografiar; los momentos, actividades o lugares que retrató, incluso los que decidió omitir. Nos lleva también a los muebles e inmuebles retratados, la representación de artefactos e inclusive a las escenografías callejeras, todo eso que atrajo su atención para ser capturado por la lente. Y el tercer campo relativo a lo público, sitúa su trabajo en las acciones que permitieron hacer que su labor fuera visible en su tiempo, tales como las aplicaciones que hizo para llevar su fotografía a medios masivos, ya sea en prensa, publicidad y de comercio como es el caso de las tarjetas postales10.
Banda de músicos. Cortesía del Archivo José R. Mena
cadas del siglo XX, mismas fotografías que ahora son parte de la memoria de la ciudad y que por su contenido, las podemos interpretar desde diversos ángulos. Son sin duda, una forma de registro del acontecer de la ciudad, casi como si fuera una crónica, una crónica visual. Basta decir que las fotografías de José R. Mena han sido reproducidas múltiples veces en artículos de revistas y en documentos de investigación, publicados en diversos medios y han sido además referentes para ilustrar los textos de algunos libros de corte académico. Sabemos que José R. Mena no es el único fotógrafo que ha captado León con su cámara. Le precedieron importantes fotógrafos en las últimas décadas del siglo XIX y han seguido un abundante número de ellos en los últimos 100 años, solo que el señor Mena “supo ir más allá, porque hizo suya la Ciudad. Cámara y corazón en mano, atrapó al León de su tiempo construyendo un indestructible álbum de ilusiones, circunstancias y pasajes de su época”7 que hoy leemos en sus foto-
grafías, precisamente como documentos visuales. En otras palabras, nos deja un legado de imágenes colectivas, casi todas además, con un formidable contenido social. Sus imágenes tienen el contenido, el potencial y la fuerza de ayudarnos a entender la Ciudad que fuimos y pensar la Ciudad actual. Conjuntamente en pensarnos como sociedad actual. ACERCAMIENTO AL TRABAJO DE JOSÉ R. MENA Tanto en su conjunto como a detalle, en las fotografías del señor Mena vemos la pulcritud como característica que salta a la vista, manifestada tanto en sus imágenes como en el proceso fotográfico de exposición, revelado e impresión. Misma pulcritud que tuvo en su persona, tanto en él como hacia los demás; con finos modales, auto educado, impecablemente vestido y comprometido con su familia y sus labores8. Podemos destacar tres campos de su trabajo: el histórico, el privado y el pú-
Hasta ahora en lo que hemos podido observar y estudiar en su obra, vemos detalles que son recurrentes; como es el caso de la luz y del juego de luces y sombras. Desde su misma pulcritud como persona, José R. Mena nos muestra un orden en la luz en la gran mayoría de sus fotografías, todas ellas hechas en torno al medio día, algunas a media mañana, otras en el cenit y otras tal vez comenzando la tarde, pero son pocas las fotografías con la luz del amanecer o atardecer. Esa misma luz nos muestra un juego de luces y sombras en donde se evidencian por citar un ejemplo; las características arquitectónicas de las fincas. En ese mismo tono, vemos con mucha frecuencia la estética de las nubes que prefirió retratar, al menos en gran número de las fotografías conocidas. Nubes, como dijéramos “de algodón”, pocas veces vemos cielos totalmente nublados, aunque sí con alguna frecuencia cielos totalmente despejados.
Sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que el señor Mena tuvo conocimientos del tipo de la academia en torno a la fotografía, porque queda patente su conocimiento en la ejecución de la com-
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“Líneas o puntos de fuga”.
“Puntos de oro” o “Regla de los tercios”.
posición fotográfica. En lo que se refiere a la arquitectura, encuadra los edificios y usa tanto los “puntos de oro”, conocidos también como “regla de los tercios”11, así como las “líneas o puntos de fuga”. Al usarlos, la imagen consigue un sentido de orden y al mismo tiempo adquiere un sentido estético12. Con esta regla, las fotografías adquieren una perspectiva tridimensional, que al no usarlas, las veríamos más planas, en el tenor de ser imágenes bidimensionales. En este orden de ideas, también es común ver como las imágenes se dividen en tres planos o elementos recurrentes y que dividimos en: tierra, sujeto y cielo. El señor Mena nos muestra en el primero de esos tres planos, lo que con frecuencia se ve, el piso del entorno que fotografía y sin temor a mostrar terracerías, empedrados, adoquines y asfaltos, los incluye de tal forma que son parte de la lectura del ambiente de las imágenes. Al centro y ocupando el mayor espacio en el encuadre, nos muestra al sujeto principal retratado, a través de un enriquecido abanico de temas, que en estudios posteriores detonarán tópicos del quehacer diario de León. Sólo por citar tres ejemplos mencionaremos a: la rebocería, el comercio y la sombrerería. Y en la parte superior, en mayor o menor medida aparece el casi omnipresente cielo, con las características que hemos referido anteriormente. Como lo mencionamos en párrafos anteriores, las congregaciones de personas son otra particularidad recurrente en la fotografía de José R. Mena, en donde se pueden ver grupos en mayor o menor número en torno a eventos sociales o
actividades civiles, militares o deportivas. Podemos decir también que deja a un lado la distinción de ropas, por no decir que de clases sociales, permitiéndonos tener una visión bastante amplia de cómo estaba conformada la sociedad Leonesa en esos años, sin duda con una riqueza social digna de análisis más detallados. El señor Mena supo estampar en imágenes todas aquellas personas que hacían el día a día de los Leoneses, así vemos a los vendedores de frutas con sus puestos callejeros o en los mercados que se establecían en la calle de forma provisional. Vemos también los galleros y con mucha frecuencia los arrieros, porque tanto és-
tos, como las mulas y burros forman parte importante de los temas fotografiados. Los comerciantes con sus mercancías y aparadores dispuestos para la venta, pero también todos aquellos elementos mercantiles como los anuncios y carteles adosados a los muros y los nacientes anuncios luminosos que ya abundaban en esas décadas. Importantísimo es el tema del agua que lo aborda desde diversas miradas; desde los aguadores, así como las señoras en torno a las tomas públicas de agua llenando sus cántaros, pasando por las mujeres lavando sus ropas en los ríos y los niños bañándose y jugando en el río,
Puente Barón o del Coecillo (c. 1930).
MARZO - ABRIL 2022 Memoria Leonesa en estampas tan cándidas, sin temores ni tapujos, pero siempre recurriendo al agua presente en muchas imágenes, o las vistas de los puentes que había en la Ciudad, hasta el agua más contenida y urbanizada en los baños y albercas públicas, así como también en las fuentes. Mucho le debemos al agua y el señor Mena supo mostrarnos que el tema, lejos de ser pasado o presente, es importante. La capacidad e inventiva de José R. Mena se ven reflejadas en el equipo fotográfico que usó, sin limitarse a lo comercial, nos muestra su capacidad para crearlo según sus requerimientos. Siempre atento a los detalles de las maravillas de la ciencia y la técnica, usó y experimentó con diversos formatos y técnicas fotográficas13. En lo que se refiere al soporte de las imágenes, pasó de la placa de vidrio en tamaños de postal y media postal a los negativos de celulosa en formatos de 120 sobretodo y posteriormente los de 35mm en menor cantidad. De esas placas de vidrio, utilizó algunas que se vendían de forma comercial, pero también sabemos que emulsionó algunas con fórmulas que preparó: Sulfito, carbonato, hidroquinona, bórax y otros tantos, en una mezcla de alquimia y corazón. Tenemos conocimiento de tanques de revelado para película que él armó, basados en los que se vendían comercialmente y que por fortuna se conservan14. En lo que se refiere a la impresión de las fotografías, utilizó una serie de elementos caseros y comerciales, desde una impresora de contacto manual, hecha en madera, hasta una impresora con lente de aumento para las impresiones en tamaños tanto grandes como pequeños. Imágenes impresas en los finos papeles fotográficos de la época y otras más en los papeles con texturas que le daban mayor vista a algunas impresiones, todas ellas procesadas con esmero, de manera cuidadosa y pulcra, de tal forma que ahora la mayoría de ellas, se conservan casi sin alteraciones. Logró tener la sensibilidad de ver la escena que retrataría, tal como la vemos con la vista: en colores, y de esa escena, abstraerlos mentalmente para convertir
esa imagen como la veríamos impresa en blanco y negro, en escala de grises con todas sus gamas, tal cual sería reproducida por los materiales fotográficos de la época. En la última etapa de su producción fotográfica, el señor Mena incursionó en las imágenes en movimiento con su cámara de cine. Su idea fotográfica la trasladó a las imágenes en movimiento y lo mismo filmó congregaciones de personas en torno a eventos sociales, como deportivos, políticos y religiosos, este último tema, poco retratado anteriormente. Actividades pues, en donde la multitud se reune en torno a un evento y nos muestran una mirada más cercana en torno a las actividades sociales en León, sin duda indispensables para entender la Ciudad que fuimos. Observando bajo la lupa, descubrimos una serie de elementos de la vida cotidiana y en las que hasta podríamos encontrar algún familiar nuestro. Toda la Ciudad y su entorno es el objeto de su fotografía. La Ciudad misma adquiere una personalidad de sujeto retratado. Contemplar estas fotografías nos invita entre otras cosas a reflexionar en la Ciudad que fuimos, a pensar la Ciudad que somos y en actuar para la Ciudad que queremos ser. Aquel León que se nos revela en imágenes que muchos pueden calificar como las de un pueblo, son motivo para pensar que el ser apacibles, amigables, caminables y otras muchas cualidades, deberían ser características atemporales en cualquier ciudad. EL ACERVO FOTOGRÁFICO DE JOSÉ R. MENA Hasta el momento, es ambiguo calcular el volumen total del Acervo fotográfico que existe del señor Mena. Lo que sí sabemos es que cada una de las fotos que se conservan forman parte de un patrimonio en materia de cultura que nos ayuda a entendernos como sociedad. La obra de José R. Mena nos da un abanico de posibilidades para aprender, y creemos que es necesario continuar con su estudio porque nos ayuda a conocer la
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ciudad que fuimos, a valorar lo que tenemos para conservarla y a mejorar nuestra percepción de sociedad leonesa15. Nos plantea además algunas preguntas en relación a lo que tenemos y lo que hemos perdido, a poner en una balanza cómo fuimos como Ciudad y cómo lo somos ahora. Como lo mencionamos anteriormente, habíamos tenido la fortuna de conocer la obra fotográfica de José R. Mena y también habíamos tenido varios acercamientos a su acervo con el fin de ilustrar textos en libros a través de las mencionadas postales que vendió por encargo en sus días y que algunas personas atesoran, pero la forma en la que lo vemos ahora es diferente, porque por fin estamos conociendo de una manera más cercana y más completa al fotógrafo detrás de la firma, que conocíamos solo por referencias. Esto es importante porque ahora sabemos a quién debemos dar el crédito de estas imágenes. El crédito al trabajo intelectual deber ser una constante. Sin duda, y así lo espero, con el tiempo podremos profundizar en el estudio y explorar de forma más detallada el quehacer fotográfico del señor Mena. El futuro de la obra fotográfica del señor Mena, será el de consolidar legalmente el acervo con el fin de crear un Archivo que nos permita estudiarlo, conocerlo, clasificarlo y conservarlo y así poder divulgarlo a través de los canales adecuados. Es admirable la atención y el esmero que han tenido los señores Rosa María Mena Hernández y su esposo el Doctor Manuel Ángel Aranda Portal en el cuidado y conservación de la obra del padre de la mencionada en primer término. La trascendencia y relevancia que un momento en el tiempo adquiere al ser capturado en una imagen, es sin duda incalculable. En este sentido, forman parte de un patrimonio de memoria colectiva. Como sociedad tenemos el compromiso de valorar el legado de José R. Mena como patrimonio cultural e histórico.
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Hombre vendiendo en la calle. Cortesía del Archivo José R. Mena.
NOTAS 1 Mena Montoya, José, “Mis Memorias”. Estas “Memorias” permanecen aún sin publicar, pero sin duda el texto que conocemos solo en parte, es una referencia a la vida pública y privada de la familia Mena. 2 R.A.E., “documento”. 3 André Rouillé, nació en Francia en 1948 y es Profesor en la Universidad de París 8 Vincennes-Saint-Denis como historiador y teórico de la fotografía. 4 Rouillé, André, “La Photographie. Entre document et art contemporain”, Éditions Gallimard, Francia. 5 Hermosillo Gómez, Víctor Hugo, “José R. Mena, Retratos de Ciudad”, León, 2020. 6 Archivo Fotográfico José R. Mena. Todas las fotografías de este artículo, pertenecen al acervo del Archivo José R. Mena. Agradezco la gentileza de la familia Mena por haberme proporcionado las fotografías para este artículo en particular. 7 Alegre Vega, Luis. Cronista de la Ciudad de León. 8 Mena Hernández, Rosa María, “Conversaciones en torno a su papá en 2020”. 9 Hermosillo Gómez, Víctor Hugo, “José R. Mena... op. cit. 10 Ibid. 11 La “regla de oro” nos propone 4 puntos claves en el área rectangular. Estos puntos se ubican en la intersección de las 2 líneas verticales y las 2 líneas horizontales que dividen la imagen en tercios iguales. “Mundo de la fotografía”, 2018. 12 Yamanaka, Yusuke, “Fundamentos de la Perspectiva: Aprende a Expresar Distancia y profundidad”. 13 Hermosillo Gómez, Víctor Hugo, “José R. Mena... op. cit. 14 Aranda Portal, Manuel Ángel, Conversaciones en torno al Señor Mena, 2020. 15 Alegre Vega, Luis, “Escritos sobre José R. Mena”, 2020. Niños con macetas. Cortesía del Archivo José R. Mena.
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JOSÉ R. MENA VALLE EL HOMBRE QUE DETUVO EL TIEMPO
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JUAN JOSÉ HUERTA GÓMEZ
osé R. Mena Valle fue un fotógrafo radicado en León (en su última etapa de vida radicó en el Barrio Arriba); gracias a su obra podemos conocer el paisaje y la vida cotidiana de León en el primer tercio del siglo XX. Muchas de las fotos de su autoría se aprecian hoy en día amplificadas, en restaurantes, negocios, libros y en el internet.
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Memoria MARZO - ABRIL 2022 Leonesa estatal posrevolucionario que concluye su periodo de Gobierno.
después de los accidentados años de la Revolución.
Al Ingeniero Madrazo le correspondería emprender labores de pacificación, de reactivación económica y de fortalecimiento de la infraestructura. En su primer informe de Gobierno hacía un llamamiento a todas las clases sociales para que todos coadyuvaran unidos a fin de lograr con mayor facilidad su desarrollo y progreso.
En el informe se señala aún la persecución de algunos rebeldes provenientes de Michoacán, con lo que se señala que ha quedado completamente pacificado el Estado. Se indica que el día 9 de agosto se ministraron a León doscientos metros de tubo que el Gobierno donó para el abastecimiento de agua en el barrio de San Miguel. También que el Hospital Civil de León atendía en promedio a cincuenta enfermos diariamente, verificándose 25 operaciones quirúrgicas por mes. Señala que el Estado destinariá $500.00 para la entubación del agua del barrio de Guadalupe, y que se ayudaría con $60.00 para la instalación de 8 focos en las calles del barrio del Coecillo.
Oriundo de San Felipe, José R. Mena se estableció en el poblado de La Luz, quedando bajo la tutela de uno de sus tíos. J. R. Mena con su hijo mayor, en la calle Hidalgo.
LEÓN EN LOS AÑOS 20´S. México al inicio de la década de los 20 era escenario de la devastación y desencanto que había dejado la lucha por la Revolución Mexicana. En el país, el censo realizado en 1921 señalaba la existencia de 14 millones 334 mil 780 personas en el país, cuando el censo de 1910 había reportado un total de 15 millones 160 mil 369 habitantes en el país, esto implicaba una disminución poblacional en la década.
Se documenta el haber destinado $1,500 para la impresión de trescientos ejemplares de la Carta Catastral del Distrito de León del C. Ing. Edmundo Leal de forma que pudiera presentarla al Congreso de Geografía en la ciudad de México. Finalmente, se señalaba en el mismo, un mensaje que resumía la necesidad de la época: Los organismos políticos, como
El 7.85% del total poblacional residía en Guanajuato, y León se ubicaba en el noveno lugar en la lista de ciudades del país con 23 mil 568 habitantes. En esa década en Guanajuato Cándido Navarro organizó la rebelión en la entidad, se sucedieron innumerables motines, se registraron varias huelgas en las haciendas del Bajío, se suspendieron los trabajos en la Mina del Pingüico y algunas otras en el distrito minero de La Luz, se libran las famosas batallas entre Francisco Villa y Álvaro Obregón, se promulga una nueva Constitución estatal en 1917 sustituyendo a la de 1861, y en julio de 1920 Antonio Madrazo gana la gubernatura en una elección extraordinaria emprendiendo una política conciliatoria que lo lleva a ser el primer mandatario
El Maestro Mena trabajando en su taller.
En el informe de Gobierno que rindió el Ing. Madrazo el 15 de septiembre de 1921 define como necesario el restablecimiento de la tranquilidad y la confianza públicas, regularizar los ingresos e implantar una administración de estricta honradez, todo ello quizá respondiendo al sentimiento de incertidumbre que privaba en el pueblo guanajuatense
Don José R. Mena
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Aviones militares en el campo aéreo de Bellavista (c. 1929).
los individuos, han menester acumular energías, restablecer su equilibrio, para emprender en seguida, sin vacilaciones ni imprevisiones, su marcha ascendente, excluyendo hasta donde sea posible toda probabilidad de fracaso o de error. Este pensamiento también debe haber sido el que definió el actuar de José R. Mena. JOSÉ R. MENA, UN HOMBRE DE SU ÉPOCA Nació en San Felipe, Guanajuato el 28 de Junio de 1880. Al quedar huérfano de ambos padres quedó bajo la tutela de uno de sus tíos en el poblado de La Luz, contiguo a San Felipe. Siendo su tío propietario de una tienda de abarrotes, José le ayudaba en el negocio, que le servía incluso de refugio, al pernoctar en la misma trastienda. Siempre inquieto y ávido de conocimiento emprendió estudios de forma
autodidacta en áreas como la mecanografía, la contaduría y el inglés, saberes que le permitirían más tarde abrirse paso en su vida. Cambió su residencia a la ciudad de Guanajuato, donde consiguió un puesto de empleado de mostrador en una tienda de ropa, ocupando posteriormente el puesto de contador. En esa ciudad le tocó vivir la inundación de 1905, y los estragos que dejó la misma en la urbe.
cación al dar a luz, su esposa falleció en 1921. Debido a las afectaciones que sufrió el negocio donde trabajaba al entrar en la ciudad las tropas carrancistas en 1914, los Lizarrague (propietarios del establecimiento donde trabajaba) se retiraron a Francia, y lo recomendaron con los señores Gay en León, dueños de una tienda de ropa ubicada en el Portal Aldama.
Le tocó presenciar en la ciudad de México las faustas celebraciones por el Centésimo Aniversario de la Independencia en 1910, motivo que le llevó a tener una gran admiración por Don Porfirio Díaz.
Posteriormente, habiendo cambiado su radicación a la ciudad de Atlixco, Puebla, contrajo segundas nupcias en 1922 con doña María Hernández Flores. La familia se incrementó con 8 hijos más, totalizando en 12 los descendientes.
Dos años después, en 1912 contrajo matrimonio con doña Guadalupe Montoya Casillas con quien procreó 4 hijos: José, Antonio, Luz María y Beatriz. Lamentablemente, debido a una compli-
Al llegar a la ciudad de León vivió en la calle 20 de enero, y se mudó en repetidas ocasiones hasta llegar al barrio Arriba. Él y su familia residieron en la finca ubicada en el 437 de la calle Aquiles Serdán.
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Una de sus imágenes más conocidas, el Templo del Calvario.
Falleció en 1966 en esta ciudad de León, Guanajuato, a los 86 años. SU AFICIÓN: LA FOTOGRAFÍA Adquirió equipo de fotografía incluyendo los materiales e implementos para realizar el revelado e impresión. Montó su laboratorio fotográfico en su propia casa, y destinaba su tiempo libre a perfeccionar su técnica tomando notas detalladas de las condiciones de los procesos. Los domingos se iba con sus hijos a tomar fotos por diferentes rumbos de la ciudad. Los integrantes de la familia apoyaban posteriormente a las labores de revelado e impresión. De toda su actividad fotográfica realizaba registros minuciosos de materiales y condiciones de cada fotografía. Llegó incluso a fabricar algunos implementos especiales de apoyo a su labor.
Establecimientos como la Estrella (donde vendían insumos fotográficos) le pedían postales para su venta; también se distribuían en librerías de la época. Su obra es extensa: Gran cantidad de las imágenes de León de los años 20s y 30s son de su autoría, aunque lamentablemente no se le ha otorgado el reconocimiento. En las mismas ha quedado un registro fotográfico del León de aquella época: El paisaje, la vida cotidiana, las costumbres y la infraestructura urbana son comunes en sus temas. Por los lentes de sus cámaras pasaron los paisajes de León, de Atlixco, de Guanajuato y de ciudades cercanas. En todas esas imágenes se siente aquel pensamiento del Ingeniero Madrazo, donde se clama por acumular energías y reestablecer su equilibrio; en las imágenes del señor Mena no se observan catástrofes, crímenes o desgracias, en
ellas se observan sin juicios de valor las condiciones en las que se desenvuelven los hombres y mujeres de aquella época. En sus fotos se observa la poesía de la vida cotidiana, se rodean de la melancolía rutinaria, y se resaltan enmarcados por el paisaje las acciones de los ciudadanos comunes y corrientes. Este acervo fotográfico que ha dejado, constituye un patrimonio cultural importante que nos permite conocer el pasado reciente de León. Nos dejan una evidencia del pasado que nos permite visualizar una posibilidad del futuro en un juego de comparación. Tal como lo expresa el Convenio Andrés Bello, “La cultura no existe sino a través de la memoria”. Un desafío será activar con el estudio y la difusión de sus imágenes la participación de los ciudadanos en el goce de este patrimonio y en la apropiación de
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Agente de Tráfico en el cruce de 5 de Mayo y Pedro Moreno-Álvaro Obregón (c. 1929).
las mismas por parte de la comunidad;
eso constituirá la verdadera democrati-
zación de la cultura.
FUENTES Patrimonio cultural Tangible e intangible. Jornadas Nacionales. Año de las Naciones Unidas del Patrimonio Cultural Narrativa oral de la señora Rosa María Mena Hernández, basada en las historias de su hermano: José Mena Montoya. Primer Informe que rindió el C. Ing. Antonio Madrazo como Gobernador constitucional de Guanajuato. 15 de septiembre de 1921. Historia Breve de Guanajuato. Mónica Blanco, Alma Parra & Ethelia Ruiz Medrano. El Colegio de México / Fondo de Cultura Económica. México. Tercera edición, 2011 - pág. 276-277
Gallero.
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