Hitler Sin Mascara CONVERSACIONES SECRETAS Edouard Calic

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Hlt¡ef 3¡n mágcara

Edouard Callc


PBEFACIO

Tftulo orlglml: OHNE MASKE

fraduoclón do MANUEL VA¿OUEZ.

Pon¡d¡ de

J.

PATET

@ 1968 Socletáts-Verlag @ ,975, PLAZA & JANES,

S. A., Editores

Vlrgen de Guadalupe, 2f-33 Esplugas de Llobregat (Barcelona) Prlhtcd ln sPrlo lmprcso on Erprñe D6pó¡¡to Lcsal: B. 39.988 ' lSBN¡ 8¡l-01.44029-7

GRAFICAS GUADA,

5. A.

Esplugas

t9rs

Virsen de Guadalüpe, 33. de Llobreg.t (Bsrcelon¡)



Ir,

Edouard Calic

l0

Hitler sin ntdscara

1l

lo. Su interlocutor Y tien no es nal, sino condicional, y un sólido ciudadano alemán. El Führer de los nacionalsocialistas le atrae y repele a un tiempo. Atracción, porque Hitlcr es una «fuerza constructiva» (esta expresión

desvarío. - --Su

conocimiento de los hombres propició el t'trlo, sin poderlo rcmcdiar, el desabrido boato de l¡¡ Casa Parda, el formidable aparato del partido ctrvus piczas funcionan impecablemente antc su V

lst ¡t.

llitlcr capta al instante Ia pcrson:rlid¿rcl dc su vllltnnlc. Se hace pasar por sincero. Más aún, se nr¡il¡¡licsta con sinccridad. Uno no necesita decir Irrlrr lt¡ que piensa para parccer sincero. Hace enitnl cn iucgo el úrnico arte que comparte con BisItttrrck: clcsconcertar a las gentes mediante el sencllk¡ rnútr,do cle exteriorizar Ia verdad. Así como §n Mtitt Katrtpl nunca disimula el desprecio que el alemán-, tamlr, lr¡sDilan los pueblos -incluido el burgués su desdén ha¡rrx'o otulta ahora ante llrr lrr hurgr-rcsía alemana; ésta es corrllpta \r oporIunlsl:r hasta Ia saturación, pero se avendrá a l'lrzon('s cuando él haga restallar el látigo; enton sores e int'l,fr lx jamás por rltr¡lr ii plhls. ¡v,'i[,.

videncia la 2a con los r rr¡rt iornlcs alemanes», usurpación rnediante la llrrvorf¿r parlamentaria democrática y aniquila-

blicadas aquf,

Hitler

apenas menciona

la

gue.rra.

lllrrt() [ulminante del parlamentarismo.

Pero,


Edouard Calic

como qgiere congraciarse con el señor Breiting, se gqarda mucho de confiarle tales proyectos. El no desea exterminar a los iudÍos...,-.y tal vez lo pensara así realmente por entonces. La matalTza pasar pof un adepto del orden riguroso, lo que entónces éra; no por qn adepto del caos, que támbién lo era, y en medida mucho más intensa. No dice, como hizo

que, si-Ias circuns one arrastrar consi

Tampocó descubre so de los dioses". Y

Quien conozca a Hitler a través de otros docum,entos, 1o reconoccrá inmediatamente en estas páginas y icionales so

bre aquel de este

si

horripilante

atrocidades.

Goro Mm¡¡¡

Kilchberg am Zürichsee, 16 de marzo de

1968

INTRODUCG¡ÓN


En dos conversaciones celebradas los meses de


Edouard Calic

y terminó pintando un mundo bajo la hegemonía de los blan-

coloniales para un distante futuro,

cos nórdicos. ¿Cómo es posible qüe Hitler descubriera con tanio detalle sus aspiraciones y propósitos ante

metas no a y el j óional

tor-

iting

«rrl nes de confianza, El periódico, animado por un espíritu nacionalista y un afán informativo, conceptuaba al NSDAP como "realidad política" v se había opuesto a la orden dictada contra Hitler, por la áue se le prohibia hablar en públic.o, asl óomo a la disolución de sus unidades paramilitares, abogando incluso varias veces por su nacio acio

Hitler sin máscara

17

tor y su redactor jefe estimaron oportuno elevar rrna reclamación a Hitler.

Breiting no tuvo dificultades para encontrar la vla directa hacia el ]ider del NSDAP, pues desde 1928 hasta 1930 había dado empleo como corres-

ponsal del Leipziger Neuesten Nachrichten en Munlch al doctor Otto Dietrich. E,ste resultó ser una excclcnte fuente informativa acerca de todo cuanl¡r concernia ai NSDAP y proporcionó muy útlles rl¡rl<¡rmes, confidenciales sobre la polÍtica hitlerlurra a Herfurth y Breiting. Entre el redactor jefe tlcl Lcipziger Neuesten Nachrichten y el correspon¡nl cn Munich habia lazos de amistad que no se r«)rnpicron cuando Dietrich, en 1930, abandonó la rctlircción para fundar el Essener Nationalzeitung, lE lroja regional del NSDAP. La fundación de este

nalización definitiva. En el año 1930, cuando las elecciones parlámen-

tarias le aportaron 6,4 millones de votos, Hitler un pe fundó en Dresde para el "Gau Sachsen»** riódico titulado Freiheitskampf ***. Pero esa ho.ia informativa no pudo competir con los diarios clásicos y de clientela asegurada. El Freiheitskd tenía un círculo de suscriptores muy reducido no podía constituir una'amenaza seria. Los I res conservadores Io encontraban demasiado

gar y primitivo, pues el Freiheitskampf intentaba, áuméntar su tirada mediante el sensacionalismo

d irupci maba

v el

de escándalos. Acusaba de

ad a Herfurth y Breiting, retendían perpetuar el «c quismo como sistema polít a de de 1l oposición nacionalista. En I sé intensificaron

r

tanto'esos

* Dcutschnationalen. +* Distrito de Saionia. t+* Lucha por la libcrtad.

el

di¡

t)¡.u'lc, utilizó los conocimientos de Dietrich para ftt¡iitlur a los editores y poderlos coaccionar más lurrk', lln 1931, nombró jefe de Prensa del NSDAP de ¡ rrr conse.iero, y en 1937 le la lulr, rlc Prensa del Reich. As na lltlr,rvcnción de otto Dietrich, Itrrlir'¡rcia con Hitler en Munich el mes de mayo ¡rrio 1931. '. tlsl('rr:urdo el líder del NSDAP resolvió lanzar su ¡nrlto contra la fortaleza de los periodistas bur-

lil

lllt'h('s

I

lturrt

lftr¡, li glrll sl

Ió t¡ur hrl,, N ll'urrrlt' I

rrrrr r R srN ¡úAscARA

las arcas del par-

laramente que^los bien como engra-


iTrr I Edouard Calic

l8

llitler sin mdscara

19

naies entre Ia industria, las finanzas, el ejército, los clubs sociales, la intelectualidad, los poderes estatales supremos y el cuerpo electoral burgués. En aquella fase de su lucha, enrolar a esos círculos para objetivos. Optó por la táct temporales éntre adversarios.. As! puso todo s' empeño en congraciarse con las figuras decisiva res a fin «paso

Ic

eligió co

, donde velaba sus miras secretas. Las frases grandilocuen-. tes de sus discursos no tenían aquí utilidad algu<

na; él sólo podía persuadirles mediante una ex sjción clara-de su-táctica, mediante el cálculo y planes, mediante la prandiosa provccción de sus -el acoitecer histéri' Subordinación"que Ie imponÍa

como SO conve Sólo asi sello del dadas a

co

.qul'

lpes. o el

sido peli-

posición. grar tr su posrcron. Cuanilo Hitler rccibe a Breiting en Munich po' see ya informes minuciosos sobre su intcrlocuton Aunlue alude a las refcrencias facilitadas-por su Servicio de Información, conoce tambión sin tas manifestaciones del pcriódico comunista L¿ z.is.er Volkszeitung donde ha aparccido esta ap rlollclc[o nr H .Breiting, el reoactor del n<¡ticicro redactor lete tllla: tiila: «l,reltlng, iefe clel furth, ese Breiting cuyas rcsoluciones tienen m fuerza en el periódico qtte las .dcl propio. Edg Herfurth, ese- Breiting que dirige con autori( férrea a "sus" redactores es un dictador anóni con su sacrosanta omnipotencia cntre los part

de, ioni e". 'Leipzigcr

al antiguo primcr ministro de S «EI señor Breiting señorea. Bü amistad- a pgs-ar de todo, Pues Neuesten Nachrichten Ic amend

considerablemen te.))

Medi¿rnte ambas conversacioncs Hitler

garla,rse para sus fines a esc «dictador genuino»

la opinión pública. Esperó qtrc Brciting, iunto

r

(l¡rs t:<rn cl, Freiheitskampf '. Arrrbas conversacir¡nes han permanecido igno-

t'rrrl;r; llasta

¡

tt rri

s,

Ia fecha.

Solamente tres años

cles-

l:r

llrt'itirrg ¡llltr) l)o Itl¡t t'sr't'

r,l rlirt'tlor dcl periódico, Edgar Herfurth.

M:rx Arlann, director de la editorial nacionalrot irrlistir, y Joseph Goebbels, ,iefe de Propaganda rlll l(t'ich, se enteraron también de las dos entre-


Edouard Calic

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«engañado de forma des y seguir distingui los iudíos después de se denegó su ingreso zó con un proceso por corrupción y enriqueclmren-,

do de amenaz4r a judíos y burgueses s del .ludaísmo con pleitos criminales ante los tribunales de iusticia, fue

La autenticidad de esos documentos ha si la dcclaración .iurada de Ia seÍ Breiting, y de tqcnarc Richard Erertlng, ra bmmy Breiting, vluoa viuda oe Emmy 5rertlng, la del sóbrino, Ekkehard Schneider-Breiting, asf como las manifestaciones de la señora Tránkner, antigua secretaria de Richard Breiting el dic; tranicribió en su ciía el estenogramá-, Y-quien tamen del ex director del Departamento estenográfico del Reichstag, consejero gubernamental i,,Lriladn Trrdrr¡io l(ricoer sin glyid¿¡ el teStimO. s v expertos. conÍirmada por

Krieger escribe de 1968: «La tra

cripción es un fiel trasunto del original... Puesto qué vo asistÍ también como estcnógrafo a las conférencias tácticas de Hitler en el Cuartel Gene del Führer durante la Segunda Guerra Mundial, re: conozco claramente en este estenograma el estilo de Hitler y sus típicas reacciones. Todo el legajo deia entrever la coherencia de un caso específico. La' revisión me ha interesado también cohsiderablemente baio tenograma esc duda, gran val tendido, no se

las convcrsaciones secretas con Hitler del do ranterior a 1933."

Los documentos susodichos descubren una

va fase histórica de la época comprendida entre los años l93l y 1933. Su publicación sirve para e{ esclarecimientó de hechos contemporáneos.

Epounnp Cmrc

COMENTARIOS Y ACLARACIONES A LA INTRODUCCIÓN

t. Brciting fue

miemb¡o del partido populista'alemán. sr¡ cÍrculo de amistades figuraban numerosos politicos, lo¡uo Cirrl Friedrich Goerdeler, el doctor Wilhelm Bünger y r.l rkrctor Ernst Oberfohren. 2. Ilstc periódico alca¡zó en 1931 una ti¡ada diaria de

lln

llo,,r

ie

ntos

mil

ejemplares.

I. trl doctor Albert Det¡g, antiguo redactor del Leipziltr Nrtrcsten Nachrichlen, queyasistió a la primera converAdolf Hitler, me reveló, el rrrr irin cntre Richard Brciting ,'1 VII-1968, que .Hitlcr habia intentado coaccionar a Breipara y hacerles más <ioblegadizos con su polllg l{crfurth llltr'¡r y poder sentar pie en la empresa. Manifestó, asimislllr, (llle dicho encuentro fue concertado por el consejero de

llltler cn cuestiones periodísticas, Otto Dietrich. Sin embar¡o, l)ietrich no asistió a la entrevista. Después de 1933, Max cn la compañía de Hitle¡ durante la PriArrrrrrrrn -brigada Mundial, dcsde 1922 director de la cditorial Irrr'r,r ('iucrra rlcl ¡rrrr titlo "Franz Eher Nachfolger" y, finalmente, presirk'rrtc dc la Cámara de Prensa del Reich- logró poner

jo su supcrvisión. rrr¡rr.ll 4. Hitler aseguró en la conversación con incorporado a su Movimiento los "mellr,ilir para emplearlos como ponenccrcbros" Alemania de ¡rrs lr'r cn divcrsos campos técnicos, puesto que también menrl¡lri la justicia, el Derecho y un nucvo orden europeo, r¡rrlrirtl:rmos exponer algunos datos sobre el doctor Hans l'ir¡rrrk, asesor jurídico de Hitlcr, EI doctor Hans Frank, un n¡rr i¡¡n;rlsocialista comprometido con Hitler desde los pri¡llr('s momentos, trabó amistad en 1919 con Feder, consellro cconómico de Hitler. Como miembro de Ia Caballería ItA, participó en el alzamiento de 1923. Frank se hizo pro-


t

22 I

Edouard Calic

curador en Munich el año 1927, y doce meses después fundó Asociación de Juristas NS. En 1929, Hitlet le confió Ia

la

Transcripción del estenograma de Richard Bre¡ting ENTREVISTA CON ADOLF HITLER

EL cia: "El amor al

Führer se ha convertido en un concepto

ank y, tras el upado. Frank, slogan: "Sólq

n

gobernar el Este." En el proceso de Nuremberg fue condenado a mu€t'

te y ajusticiado el año

1946.

4 DE MAYO DE I93I


¡rr,rrt'¡rtihle

a Ia primera oieada- y tiene

faccio-

irr,,, ;ri, d'ticas donde, evidentemente, ha impreso su ¡r,llo t icrto fanatismo.

llt'ss nos conduce por el ve t'lryil:, llaredes son todas marmó

llorrrlt' sc leen los nombres de ¡rrr i;rlistas caÍdos en el Feldherrnhalle; sólo hay un


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Edouard Calic

muro cubierto con estandartes, y Hess nos explica que los otros se reservan pára ciertas placas honóríficas donde se 'inscribirán los nombres de los trescientos nacionalsocialistas asesinados, o,

sente incluso en las valiosas vidrieras de este mar: móreo recinto. Puesto que Hitler no ha hecho to--davía su aparición, inspeccionamos el palacio baio "

el

asesoramiento de Rudolf Hess. En la han instalado innumerables reciente estreno y evidencia ización. Se nos conduce aI acondicionado en el sótano y contiene innúmeros arÍnarios de acero asegurados contra incendios e infracciones. Ahl se con servan los expedientes personales de quinientos mil miembros del NSDAP. Ese inmenso fichero está preparado para acoger un millón de nombres, y Hess nos explica que cuando el NSDAP tenga un millón de afiliados no se admitirá a nadie más. .O lo conseguimos con un millón, o nada." Quien solicite el ingreso debe esperar un año para su admisión y, mientras tanto, le conviene observar una conducta irreprochable. Los miembros que no pagan son <(puestos en la calle» al instante. En el primer piso se encuentra el despacho de Hitler y los de sus colaboradores más cercanos. Estos aposentos están decorados con un gusto exquisito, realmente artístico; allí todo es de madera noble, los hermosos armarios tienen, por añadidura, e-l valor de lo antiguo,. y no menos antiguas arañas venecianas p.roporcionan una parte de la iluminación. Hess nos lleva hasta Ia *sala senatorial»; esta .cuya artística

planta,

imqresión,

tio

,":'j3"IY?'":l

blema del NSDAP, en los gigantescos y valios.os tapices se han bordado asimismo innumerableg cruces gamadas, y sobre la pared frontera a la

Ilitler sin ntdscara

l)uc vc ov(, ¡rlir tle

n das por sendas entan las fases

,

programación,

14 de setiembre

1930.

Scgún explica Hess, esta sala senatorial acogetr1 rrlgún día a las personalidades preeminentes del Nlil)AP, es decir, aquellas capaces de gobernar Alenrirnia. Aún queda otra cosa de interés: una-sala rlc audiencia en la última planta. En ella celebra ¡us scsiones el tribunal supremo del NSDAP; la trrll impresiona por su severa dignidad. Ante una

Ittt,sa semicircular

se alza el sillón del «primer

a él una esvástica dorada, so ht't' r'l una gran imagen de Cristo'?, llaccr la ronda completa por el formidable edilk'lr¡ cs ir de sorpresa en sorpresa. Este palacio, rlor¡rlc se emparejan el luio v el refinamiento eslr{lit'r¡, forma un vivo contraste con la sede de un .¡rrrrliclo de trabaiadores». Uno tiene la impresión rll tlrrc Hitler reside aquí verdaderamente como un r lron por el marco que se ha trrrr¡:,istrado»; freate

¡tr)lx trll¡¡s

toda probabilidad en sus como futuro soberano de

Alr'rn:rnia.'

Se nos hace esperar una hora para celebrar

lur('slra audiencia con Hitler. Los visitantes se sulr,rlr,¡r sin cesar. Hess nos explica que Hitler traIrrrl;r con incomparable ahínco desde el amanecer Jurrlrr altas horas de Ia noche. Sus interlocutores ¡on nrayormente políticos nacionales y extranjet'os; no es cie¡to el rumor de que Hitler soslaye l¡rs tonferencias enfadosas. Sólo se abstiene de lr,r'ibir a Ios periodistas; pues hasta ahora sus €x¡rr.r'ir.rrcias con éstos han sido siempre desagradalrlr.s. N<.¡sotros constituimos una éxcepción muy Irrtlirgadora.

llitlcr está sentado ante un gigantesco escrito, tlo rk: diplomático en un gran despacho situado Irrrrto a la sala senatorial. Sobre la mesa una fotogrrrlí: solini, y r'rlr.,r Fritz.'H hago co rll¡rl:r r una en IIil ¡l

'


Edouard Calic

28

tos asuntos y entonces hombre tan

o mi presencia cn Munich

llitlcr sin rndscara rl NSDAP, es mucho más importante que su

29

pe-

I

deseo de conocerle, Un con la vida pública «no puede resistir Ia tentación de conocer a una sonalidad como Hitler». Aunque Hitler man

señor

Edgar

co e impasible, estas palabras Pamo almíbar Puro. Se muestra en' le anuncio qüe nuestro editor, el

una plana al la mano v di

place conocerle. sentan un papel y la burguesía

a.

a

Y slr Pe en la in'

Hitler: Nuestro Servicio de Información me puesto al corriente sobre Ia actitud que ad

usted ante los grandes problemas del presente. Ahora ello quiero expresarle mr agr te, presbien, creo que uno debe hablar para la cindiendo de toda entrevista nen el valor Prensa, con a pisotean los de denunciar alista... derechos del Hitler nos ofrece asiento con ademán cordial.

no lo rlcbatamos aquí quedará entre nosotros yqueni una sola palabra. ¡Todo debe ',,' ¡rrrblicará rl¡u cntre nosotrosl 5

l)reiting: Le doy mi palabra y también la

trri tt>lcga el

llitler no ulr ris, fui est t,':, ¡rura mi

entonces No mis de., usted pu laciones lo deseo cla y se agregarán frases nuevas a modo de síntesi Lo sé bieñ. Y me parece comprensible. El Leipi ger Neueste Nachrichten vive de Ios anuncios, óomo otros muchos periódicos. No quiero que mis adversarios y los enemigos de la nación le h el boicot erl ese terreno. No pido que usted plee una plana entera pata lnformar sobre mil persona y mis argumen-tos. Si Io hiciera,-no Ie boicotearÍan solamente los anunciantes judíos, sino también una buena parte de la burguesla aliada con ellos. En estos momentos me impor. ta más hablar con claridad a las g

preocupan seriamente por el futuro me interesa bastante menos cuanto al respecto los iudíos, el Vaticano

o la Interna'

cional'comunistá. Por' ello me sobran las entre vistas. No le he recibido con ese propósito. Para

lrrr

lra crucial.,.6

de

516 tome anotacioSabe que, varios años

eue

Reichstag.


Edouard Calic

30

llltlcr

sin mllscara

31

I

Hitler lanza una mirada pensativa al techo y

continúa:

es un representante de esa burgr:esla -Usted que nos -oponemos. La burgu.esía es culpaa la

ble de no saber incorporar a Ia nación un cuarto estamento naciente, el proletariado industrial. La

irr

burguesÍa deberÍa haber tomado el mando de ese lugar de arrinconarlo así a hombres como e predicar su doctrina uctores alemanes. Con

como vo-

es indigno

el pan

de

que se de-

levantar una plataforma común donde se reconcilien los actuales antagonistas, y dicha plataforma se llama nacionalsocialismo.

Breiting: Señor Hitler, ese curso mental me es familiar, y creo que usted no podrá llevar a cabo su obra sin el concurso de la burguésía ala. mana. ¿No se encaminará usted con esa política hacia un callejón sin salida? Tales obsen¡aciones parecen haber sorprendido a mi interlocutor. Cambia súbitamente de tono para responder con acrimonia:

Hitler: Yo no necesito a Ia burguesía alemana; son los burgueses quienes me necesitan, a ml y a mi Movimiento. He lanzado Ios ideales nacio nalsocialistas en el mundo; me propongo implan-

tar esos ideales con decisión y, si fuera necesario, con violencia. A este respecto me siehto como un mandatario del destino, cual un

lilrlnzas deben comprender que no es posible solla crisis económica con un frente unitario ruurxista. Y, no obstante, hay financieros que inIclltan sabotear nuestro movimiento nacionalsor irrlista con el dinero de la corrupción. Dirigen tr¡rrtinuas solicitudes a Hindenburg tratándonos r irltrmniosamente -de provocadores. Nuestra apar ici<in en las calles es una exigencia del orden púvr.nl.ar

lrlico. Nosotros combatimos, nada más cierto, pero l«r hacemos por el orden, por la solución de esta


r

Edouard Calic

32

anarquíato. ¡Nad crisis y -por eI tér podrá impedirnos s echándonos a a los alemanes calle! Queremos r hasta entonces no descansaremos. Principal tivo de nuestra política es el restablecimiento una nación ioveñ y sana. Pedir que los alema cumplan sus deberes para con Alemania no es provbcación. Tampoco hay provocación cua uno pone en movimiento a dejarnos vapulear por esos repjtan humillarnos porque no podemos -echárnos -a la calle ni celebrar reu' niones? Ouienes creen en el futuro alemán saben muy bien que la lucha directa y abierta es únióo medio de hacer frente a esos traidores a patriotas. Seguiremos marchando adelante y n iizando las rñasas hasta reconquistar al último mán para eI objetivo nacional ". La mejor- prt socialdel lo que -es- son capacps esos zánganos lo ocuirido el año pasado cuando general Groener, como ministro del Eiército, o ñó arrestar al primer teniente Wendt y a los nientes Scherinler y Ludin. Pero, afortun te, tenemos todavía algunos oficiales su hónorables, como el coionel Beck ", quien ia toleraría una traición en su medio. Un ge¡ como Rundstedt habría hecho fusilar simp en busca de los r te a los policías que llegaron ciales. Gioener, Schleicher B o como quiera que llamen todos ellos, pueden forjar contubernios

lliller

sin

tndscara

lros Ia única forma de protesta y, como

33

puede

vcr usted, no hemos perdido la confianza del puelllo, sino al contrario, ésta se acrecienta sin cesar.

ni por un instante arreel poder con ayuda de los generales ni metllnnte u¡a cuartelada. Lo cual no significa, sin ¡ttrbargo, que pensemos contemplar pasivamente ('tirrrr.¡ se culpa, arresta y asesina a nuestros ami¡us. Nuestra lista de mártires comprende ya tresulerrtos nombres; todas estas personas fueron abáNt¡ sc me ha ocurrido

l¡¿¡tar

de-

cratas

su antojo; no me importa -en absoluto, _pues ccuÍ momentb decisivo casi todos los do llesüe'el -se pondrán al lado de las fuerzas polí1 ciales que exigeñ una renovación de Alemania.

Breit

cia que Y usted bre de

insi

scar

alcanzar el poder sólo por la vÍa legítima.

nor

Pro

rr¡r mismo bote con los comunistas para enca¡lllrrrrros como extremistas. Sólo hay un extremis-

FI

llllr,

él

rr,

¡tllrii

llo

t

Fslt'lrlaremos mucho, como es de suponer, Tentltlrrros, sin duda, un Gobierno de transición que, qrrrr cl pretexto de la lucha contra el extremismo, ltrl¡'rrtirrá abatirnos. Ahora bien, nosotros concepltr¡rrtnros tal proceder como Lrna provocación. Por pl r orrlrario, estaremos dispuestos a colaborar con llr (it.¡lricrno de transición para eliminar el pelilrn ( ()lnunista. Deberemos soportar todavia un flnlrit'r'r-ro semeiante antes de atumir el poder to. lrl ''. Crco en nuestro pueblo, creo en el proleta¡l¡rlrr, la intelectualidad y la gran mayoria de los Irl lt iirlcs. Si Krupp, Schroeder y otros grandes inlhl,,lr irrlcs terminan reconociéndonos como un facIrrl oxlcnador, entonces les satisfará poder ser

Hitler (muy agitado): Yo iamás he dicho nuestra marcha sobre el Feldherrnhalle fuera

laux pas. En aquellas fechas ello fue para

I

-

rr u.L¡r srN MASCAM


Edouard

Hltler sin mdscara

35

nlzamientos ni guerras civiles para crear tal lllrrirción. Forzaremos ese desenlace mediante

il Breiting: ¿Estaría usted dispuesto _a - coope con un Góbiérno nacionalista de coalición en terreno parlamentario? Quiero decir un -Gobi similar ál que menciona us_ted, con la burgt y las fuerzat sanas del pueblo.

¡llznrzarnos con ellos. Sin embargo, no sucederá ¡tl, porque ello se¡ía solamente agua corriente

Hitler: Nosotros no hemos fundado un

partido para apoyar las tambaleantes carteras ñisterialés de uños cuantos polÍticos profesi les. La burguesÍa francesa, después de arrincr

sino Por el Puel vida nueva Y me, epito, siglos. La gr mantieñe todavÍa la expectativa, pero habrá de afrontar esta nativá: o marcliar con nosotros o sucumbir día con los politicos profesionales. Nuestras ganizaciones 3on cada vez más potentes y.la Earán finalmente a tomár uña determinaci' '

Fara nosotros es indudable que en esa puE política puede sobrevenir un nuevo delito de': 'viembreft. Aunque no poseemos la-mayorÍa'en Reichstag, hemós alcanzado la cumbre de vida políticá..Las próximas elecciones nos rán ouince millones de votos electorales. Entc Hindénburg, Schleicher, Hugenberg, Von I y los capi-tanes financieros del Ruhr com áerán qué no es posible restablecer el orden Alemania sin nuestra colaboración. Nuestros e sarios han tomado ya contacto con s-u gente y ha iniciado ya un pioceso favorab-le' Sin embar fo ii- iituaciOn- no há madurado todavía. Losque jeos políticos suelen qrolongarse, hasta., brodu^ce un derrumbamiento que despabila la iuntad v los sentimientos del pueblo. Nosot quienes provoq pro\ únicamente únicameinte nosotros, seremos qulenes ese derrumbamiento mental ". Entonces se rá la última batalla v tendremos nuestr4 re! por la traición de noviembre. Pero no necesi

llr,r ()lra alternativa. No se puede gobernar eterlltlnr( nte, y menos todavía solventar una crisis ltlt,rli:lntc decretos ley. Los partidos carecen de Itlr rlir ¿rma,

¡lh's t argo [olltica? T Iu tli¡¡o vs. pntlirlo populista obtiene gn lqs_ prÉ_Iimas eleccioilr,r una tercera parte de los 1,6 millones que volntort

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esa bu Un fu uando

y el partido poLas cifras electoraanida el futuro. Tal sea un buen comerciante, un do,

Ell,('r'to en exportación e importación, pero no po-


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drá hacer revivir iamás la política de Stre: Esos tiempos han quedado atrás. Ahora d una nueva polÍtica internacional alemana.

cisamente, cuando más necesitamos la unidad cional, los politicos se aferran a sus separatisn: regionalistas. La cohesión del país va unida sie

rii

lii lr,

Edouard

pre a los éxitos en política exterior. Nosotros secharemos también esos éxitos. Eche una mir circular por Europa. Son muchas ya Ias naci que no toleran la democracia parlamentaria. monarcas europeos tampoco son partidarios Marx, Poco antes de Ia guerra franco-prusiana, marck escribió al barón Von Werthern

su representante diplomático en

-éste Baviera,

hace sesenta años los dos países alemanes man nían relaciones diplomáticas- que se requerir un plazo de cinco a diez años para foriar la u dad nacional, y que aún así sería un regalo Dios. Bismarck advertía a su plenipotenciario: «

tiempo no corre más aprisa porque adela los reloies." Pero, súbitamente, el sagaz Bisma puede actelantar adelantar los rel rel< descubrió que uno puecle clescubrró

cuando la situación internacional es favorable. sus días, aun resultaba posible abreviar un te puclrese rmponer grama de tal forma que se pudiese imponer u paz por la fuerza en Versalles. La unidad de A mania se hizo realidad. Nosotros tenemos muc. que agradecer a Bismarck v mucho que aprer de é1. No obstante, cometió el error de querer bernar sólo con príncipes y partidos. A decir' dad, no podía obrar de otra manera, el tiempo había madurado aún lo suficiente. Bismarck seó tener un Reichstag e hizo constmir el pa de Wallot. Pero ello Ie fue funesto. Los H<

llitler sin

mdscara

37

cualquier empresa malograda. El hermano de esa flsc Dernburg, un tal Max Seliger, recibió del kair.('r' en la igle¡iu Ística obra

nc

Este Seli-

§rtllc los iudÍos. Rusia ha caído ya en manos de tsl gente. Ahora, los judíos, confabulados con Itrxrsevelt, intentan aprovechar la crisis económi-

t'.il ln cnr Itiu

miendo guieran

Alema-

s todos ¡rcrdidos, y Europa con nosotros. Es preciso apre¡ur'¿rr y actuar mientras la situación internacional nr¡rntcnga su precaria estabilidad. Mis amigos y yo cavilamos a menudo sobre este problema. Dispr)ncmos de cin ocho años para ¡rlt'irnzar el pode t,l c:ontinente. La

s corresponde en

na no se ha dado

(lr('nta de este hecho. Por ello nosotros nos vetrros obligados a prevenirla. Y si nuestras adverIt'¡rcias no dan resultado alguno, la situación se rrliravará también en Alemania. Entonces adelanliucmos los relojes y en esa lucha intestina nosos. Si se llega realmente Irr¡s se rr lal a a no será nuestra, sino rlc los

Breiting: ¿No sería preferible proyectar ahora, la situación, una colaboracitin entre los burgueses conscientes y el movirr icnto nacionalsocialista? ur¡tcs de que empeore r

llo

Hitt se

It¡s del

tnover r¡rriere primero maduración. Necesitamos algunas


38

Edouard Calic

Hitler sin mdscara

39

tc, creo que eso no será fácil. Otra cosa serÍa si

ln Prensa no asiera con tanto ahínco el canasto tlcl pan. Yo le aseguro a usted, como redactor ,lele, que la propaganda del rumor público es hoy tlla tan efectiva como la Prensa, Nosotros com¡,onemos nuestras primeras planas con los desfilcs, Nuestro éxito se funda exclusivamente en los rliscursos electoralps, ,la propaganda y las orgalrlzaciones. Cuando la Prensa informe sobre ello

('on por llr r Ilc medias, unas

cho ya algo

ciadamente,

su cuna

en-

veces sin ¡ebozo otras a la chita

r'ullando. Nosotros dictaremos una hueva legislar'kin para la Prensa23. Nosotros exigiremos de cada ¡rr:r'iodista, diplomático u oficial la prueba de que

l)( &( r,l rll

sels

tey

me-

sin resistencia a la totalidad de

¡()nrcterse

que

mis

klcalcs.

Brciting: Tal vez Io hagan en las relaciones nase enorgullece de que su el aspecto nacional. Pero

lonalcs. ¡lrrls est iurnbién r

económicos

y sociales,

se-

I{itler. Todos nosotros sabemos que el Norte, tlc tcndencias más socializantes se opone totalmenlr nl Sur en la interpretación de Ios principios Iruei«.¡nalsocialistas. Se me ocurre que esa exége¡l¡ social de su programa responde esencialmente n los fuertes impulsos subversivos de su jefe de ¡rrrr¡raganda, el señor Goebbels. Pero si la mayo I ll dc sus partidarios tiene ideas socialistas, exislr. la posibilidad de que ese gran grupo le abanl1t»'

rl¡¡rc un buen dia, es decir, cuando no se cumplan

lur promesas.

llitler ('(¡ vo lrs rr¡i

(

sonriendo sardónicamente)

: Ya conozee que socia-

juicio,

ención


lllllcr

Edouard

sin

mdscara

4l

n(,r'tante como la cartera de Asuntos Exteriores o ál Irttado Mayor Central6.

Breiting: Para esa inmensa campaña propagandlstica que proyecta, necesitará usted una base ¡ct»rómiCa y un programa social.

son palabras hueras. Mi director de propaga es un estratesa r1e Ia orrerre ideolÁoini r, ^Mi

.

grama mpulsoq emocro i medio. Con la materialización de nuestra unidad nal, estatal y política se regularán automáticame te las cuestiones sociales. I\üos conviene difere ciar entre el sentimiento y el raciocinio. Evi tem€nte, .en .la campaña prgpagaldística da preferencia al sentimiento.-Ahórá bien, cuando

llitler: Quiero exponerle ahora mi programa lrx'ial. Asi como se critica a Goebbels en el te-

se

versarios. Todo variará cuando conquistemos las masas; entonces los financieros e industriales de matiz nacionalista, los profesores universitarios, marcharán con nosotros en las filas del NSDAP:

y los marxistas. e insobornable.

nda del Reich a

fácil para ellos!

l,¡rr en los beneficios de la empresa, incrementar

.


42

Edouard Calic

su. salario, obtener una pen_sión gficial de vejez, etcétera. Se me antoja jefa-tura de sti párti-qüe Ia

do arroja muy poca luz sobre el asunto.

Hitler sin mdscara Hitler, cada vez más agitado, sacude _ sobre Ia mesa y grita:

43

el

puño

sa burguesa nos detesta y nos calumnia; cuando sc me prohibió hablar en público, ella dio su visto bucno y ahora me niega la ciudadanía.

y los

restantes periódicos. El señor Hess nos la excelente organización de su archivo. Pida al señor Hess que le enseñe los artícu-

len

ll¿r mostrado

concepto§.

los de nuestro diario en los que se solicita

su

ciudadanía y se combate la prohibición de manifcstarse prlblicamente dictada contra ustede.


4

Edouard CaIíc

_nota de ello. pero, Ia coalición con loé

emigos mortales, los Lamento_tener que rectificarle tam_ _..Breiting: ole.n. a este respecto. El Leipiieer Neuesten Nach-

richten ha. canibiaao d; cha de Sajonia.

-&ir.ñ;;'#;i;"i;

Hitler entonces Jor ce Io ción en

es): yaya,

ten es rDú más aten-

a

Puesto que pertenecemos ante todo a -Ia Breiting: -óü;;;;;';i"-"i Prensa, quisiera Éaceile

Hitler sin mdscara

45

partido no marxista que está firmemente resuelto a imponerse con el puño. Nuestro fanatismo es cl único medio de conseguir algo. Ese fanatismo, n,icno a todo compromiso, nos proporciona.el conlucto necesario con las masas. Entre los nacionalistas alemanes encontramos también el antisemilismo y las ideas patrióticas, pero no el conservadurismo alemán; por el contrario, los conservadul'ismos francés e inglés, buenos conocedores de la ltr('nte humana, han sabido acaudillar al pueblo que

lc le confiaba hasta hacerle ganar la guerra. En Alcmania, el conServadurismo tomó una decisión §r'r'(rnea, y ahí se entrevé un grupo conservador ctrlpable que debe responder ante la Historia. lil conseryadurismo alemán olvidó por completo

(lu(' es preciso conquistar cada día todo aguelLr digno de conservárse. Aparentemente, pasó'del

Hll(lue conservador a la defensa conservadora, no rk¡rricra a la defensa pura y simple, y, finalmente, tc tlc.jó batir por las izquierdas. Eso es Io que hoy

tono

tos.contraproducentes. Usted quiere ganarse patias con su Movimiento nacional. Pero no

su Prensa hosti

políticos naciona

palabras. ¿Cree se acrecenrarla ta_rncllnáción de Iá burgt na^cionalista hacia su Movimiénto ,rir"-ii p,lo,,yo.me dejara atrope-l¡qr poi ";" ;i; Llue^

*del no

e_gronat e_gro_nal

L.N.N.

gr bt intimidar en ncia naciánai

nacional po ros agrraoores que.movilizan el NSDAP.

Hit redact do se

que escribe cur É"opiá-p-r"niá..

rito como ái-ñ

donde nos lo -jugamos todo, Io;-iu-;;i¿éü* ."i con los pecadores. A decir verdad, somos el ún

.

Leipziger Neuesten Nachrichten,

/lrciting.' No

se

,o¡r;u¡rientó. Pero, r,l ¡rocler: ¿dónde

contra ese ra' usted alcanza

s los cerebros


Edouard

46

el aparato adminis vo del Estado que concibe usted? necesarios para maneiar

Hitler me mira parpadeando y

responde

énfasis: Y9 s--oy la. cabeza v. mi Es11d9 y?,yl: créto me facilitará los cerebros que- necesrte que en i-artqtre no fuera así, ¿cree ustedco-mo l.q revolución triunfante, enfocada tal

ú.;;á"-to. ;i ;;iiá;,-;;;;;que ia bur bur usted q"e ültá

i".euros? ¿cr o

hace sarcástico),

dad, se negará a sus cerebros? El en el proverbial terreno de los hechos cc dos, v irosotros lo manipularemos como nos Súbitamente, Hitler se acalora hasta en

de exaltación.

ordenamos, ustedes obedecen' -Nosotros sin contemplaciones todo conato. de reprimirá contradicción' ;ii;iliá. Ño tolerará ninguna sólo habrá subordinación, -sóJo aul ti" ""tot.os árriba abajo v re.sponsabilidad de aba iiárá-áé liiiuu. Úie^ié á ta u:urluesiá slaré Ias éuentas con mucha ínarxismo. La burguesía es que el -marxismo corroa el mut*lsmo sera exLrl:pauu ud ilá ;;fiñiá.-El pi l;' ,"1;.-¿C;;; usted que en plena revolució-n Si cón el marxismo? compromisos so concelrtar -*"oismo reviviría- treinta-. añ::- lo éf [Li".{.ftav que exterminarlo' Es- el fruto -tem 9:: 6ués. ñó-á"i-u'of"'hevismo. ios artículos -editoriales consejos... -me hacen reír' Y i,i iúsa Aán¿om"línea recta, debo segulr mr c¡ deho rnarchar en

que su burgqesía pretiere ser Estaoo naclonar pt»

u siiéma . ñacional? -Et"-^t':l:T1^P"19*t É"1"i avisPero, ha arruinado 'q;;;.-r-;;aád".o


48

Edouard, Calic

Ilitler sin mdscara

49

ifera:

la jaudelante

r < ¡

mil afilos

Pa-

r.rpetos.

It .ir

v

Alza aún más

la vozi

lo contrario, no podrá tal como los actuale

rrclclante; de

i:rrnás. Pero tampoco se

ct'siones

(i itl «

rl

4

_

i tiempo con infructuo

uPerfluas! No me deia¿Sabía usted que Perdí los fojos asolaron Ale-

Hr) rrl lrr

HITLER SIN MASOIRA

Ia

meta

hice con' s.


Edouard Calic

50

Hitler: Naturalmente, se d la política sindical tal como Esa política nos ha

arruinado

no

Hitler sin

mdscara,

a

día. L925

queza.

Eso es cierto; pero, para la materiatales principios, deberá usted pieca-

la

«masa humana».

de la omasa humaa la «masa humana». los hombres, no las conducidas. Sin una

rígida. de esas. masas., I_as decisiones erán §empre impracticables. Es pra rar al pueblo en el orden autoritario.

Breiting: Entonces, su ideario conduce irremi.

siblemente

a la

dictadura.

Hitler: ¿Dictadura? Llámelo usted como quie. ra. No sé si conviene disfrazar esa palabra, pero yo no soy amigo de la masa amorfa, yo soy

+

Parlame¡to ooruego.

51


52

Edouard Calic

I:Iitler sin mdscara

53

Me sobre ticnde. rt¡bre

concretas

se desen-

a

oPinión

él

adoPte

nrcdidas dictatoriales.

t t

.' ¿Cuáles serán, a su juicio, las maniy-las posiciones del eitranjero,cuando é por la borda todos los principos de'

mocráticos?

No acerba desde

pasa p Por.

srva

Yo icos

mente el diálogo hacia lo práctico

formul¿índole

la

siguiente pregunta:

concreto,

Breiting:

.

propone

ambién si n con un

con el Reich ante el pueb

se

eva-

y lo

Gobierno de coalición.

gobernar conservar

Hitler, que parec la boca y adopta un re decir nada concre nuestras ideas al respecto. Como usted.sabe, cuan do un Gobierno desea obtener Ia mayoría absol luta disuelve siempre -el -Parlamento. Esta prácti. ca no es monopolio de los partidos burguéses o marxistas. Es una arma de dos filos. Lo cual pa. rece también aplicable a los decretos ley que pre vé Ia Constitución de Weimar "

v(,, un orden ético

y

social de validez universal.

Breiting: Asi, pues, usted quiere e¡igi1 el Ter: cer Reich-mediante un orden social inédito.

Ilitler: Así es, e incluso emplearemos la viok'ncia... si se nos Ianza el reto. No quiero perturlo. antiguo ¡

¡ r ¡

ociaré con tenido suierao.

Breiting: Escuche mi última pregunta, señor Hitler: U§ted puede lograr todo eso por la vía


Edouard

54

Iegal

o la ilegal. ¿No cree que

Hltler sin mdscara

55

esa diferencia

decisiva?

Hitler (ya tranquilo): e Movimiento se impondr u evitar que mis oradores I de revolución, violencia o años yo arengaba ante veinte nacionalsocialist¡ hoy día, son quinientos mil seres aglutinados p el nacionalsocialismo, pese a los decretos ley Ias falsed atos episcopal y las inte Ese ejército duplicará; con el triunfo, coñ- tbáá ñái^il "lá legal. Expliqu¿seto sidad a sus amigos y lectores.

Hitler nos estrecha la mano y, mientras acompaña hasta la puerta, agrega: haber u¡aulErllqv mantenido E complace IUqUrrv tvurPr499 mucho udusl -Mecoloquio. -IY¡g Ilspero tener en ustect u.n am tranco slncero.

Breiting: Todo me ha interesado

de

excepcional,

Hitler: Me pondré gustosamente a su disposlción si usted pasa otra vez por Munich y yo dit pongo de tiempo.

llrurs Frank.

Breiting: Así Io requerirán los comentarios de nuestro periódico no podemos dejar taciones el ideario

Hitler: Nosotros poseemos, efectivamente, url ideario en el que no se excluye,la política exta. rior. Vuelva usted para que podamos dialogar Por cuanto se renere también acerca oe de euo... ello... ror refiere aar tamDlen su pleito con nuestro diario Der Freiheitskampf, entiéndase con mi camarada de partido Rudolf

l)¡'()grama económico nacionalsocialista, por eiem-


56

Edouard

llitler sin mdscara

pfti U

57

supresión del censo. parecen haber concebidos por una mente infantil. Pero tras prog?ma y el impresionante movimiento que prende nuevos caminos ideológicos, se adivina personalidad dominadora de Hitler. El hombre meja un volcán, sus discursos se precipitan cor torrentes sobre los interlocutores, y es preci

estar muy atento para poder intercalar una seruacron.

Por a curioso que un duo tan Hess contemple un niño oenda materialme materia .. , penda de sus labios; indudablemente, Hitler irradia torno suyo una fuerza sugestiva cuyo alcance sulta muy difícil de calibrar. Así, púes, uno de guardarse mucho de menospreóiarle, aunquG Spengler opine lo contrario. El hombre tiene una personalidad de primera magnitud. No convie olvidar sus antecedentes sociales: obrero temDo ro, pintor de brocha gorda, dibujante medi Aparentemente, Hitler no posee Iós modales putar al Desde una carg amental :

amento te me ha cuando se encoleriza recorre como un demente la Casa Parda. Las decepciones anímicas (Otto Strasser) le ocasionan convulsiones a'. ¿Histeria? Es sinque se Ie tomático, sin ie ose mofarse de luego, a-

dor distante er una cie galomanía; tal vez esté represent de futuro dictador, pues no hay

lcndcncia a lo artístico, ahora se puede decir que

llitlcr ha desechado totalmente esa inclinación. ell lrit

tlll vr:la una excepcional energía. Cuando perora, conIorsiona el rostro, a menudo con espasmos fero t io de una

r r r

ilibra sus infalible y neuró

lico. Entre los polÍticos que he conocido persG ¡urlrnente durante estos últimos años (incluido §trcsemann), Hitler es aquel cuya personalidad me lra producido mayor impresión. Se acordó con

el señor Herfurth que fuera el

e-

y su deseo es llegar a le caracterizan .qor ción ad qu9 se han n s.u conmrgo y que a uno le ocasionan a 7a vez una decepción hasta cierto punto tranquilizadora. Esa versatilidad causa irritación al principio, pero es también fascinante y deriva muchas veces hacia una irracio, nalidad que siembra el terror entre sus camaravoluntad

das tuvi las

s,

su

o

cabe duda de que su egolatría es desorbitada y, lo percibe tan pronto como Ie

extravagante; uno

r,¡r

clla me esforzErÍa por convencerle de las venta-

tre los .burgueses

..Debemos inten-

rta vocación parel consejero pri-


Y ACLARACIONES CONVERSACIÓN HITLER-BREITING

COMENTARIOS

A I,A PRIMERA

l. El doctor Alfred Breiting fue

propia decta-

mción- miembro del partido pópulista-segrin alemán-coñro su co Richard Breiting. 2. Esa imagen de Cristo

le¡¡rr

no se encontraba accidental-

tcnos que adoptaran las medidas más du¡as. En la nota 35 lx)trcmos de manifiesto la actitud hipócrita de Hitler ante el clistiunismo y la Iglesia. 3. Las instalaciones de la Casa Parda y el cisantesco l¡r;rrato administrativo evid_encian que el NSDAP-áisponía y;r cn 1931 de cuantiosos fondos. Las cuotas de sus áfilia-

rlr l

t)i

rlr¡ I

irl

lr

it

rrirlsgcialista, los industriales y banqueros fundaron el .,Círcukr rJc amigos del Reichführei SS Ileinrich Himmler',.


Edouard Calic

60

4.

Federico

ritu orusiano. ""5."''tiiii¿;'no

II el

Grande (1712-1786), esencia del espl-

cree suficiente dejar marchar a ese repre' sentante de la burguesía y de los círculos conserv¿dores sa' jonei con el conven]cimienio de una marcha triunfal nacional-

iáiiil.ta. Ál ágitado. tampoco le interesa- la publicación- del coloquio en un- periódico.-Más bien quisiera sumar a Brei'' ting a su..causa; él sabe cómo proceder para-dar un buen lavádo de cerebio a su visitante. Entretanto, el futuro can3 p-.rru no despertar con su pensamiento el.recelo de "ilt"i loJ enémisos internos v externos. Por tal razón, Hitler desea evitar

a

ciones.

mundo. ganarse

llitler sin mdscara

6t

ruya. En 1935, hizo ampliar esa propiedad y construir el "Berghof', Su nueva amante, Eva Braun, recilió ¡rr¡torización para ocupar todo un piso y utilizar la gran ¡riscina. Sc construyeron pequeños miradores en el vértice rlt: la montaña y se instalaron ascensores adosados a la ¡rrrrcd rocosa. Quien posea ese aparatoso "Sans-Souci" de llerchtesgadcn, más un piso excepcionalmente suntuoso en Ir l)rinzrcgcntenstrasse de Munich, puede renunciar muy hierr a villas en Travemünde o Suiza. Todos los dignatarios rlt'l 'fcrccr Reich poseyeron elegantes viviendas urbanas, pro¡rit,tlirdcs ruralcs y pabellones de caza; por ejemplo, el "merr¡¡¡rtlo" Reichsführer SS Heinrich Himmler tuvo una granrliosir villa en un barrio residencial berlinés, donde le atenrlf¡rn solícitamente catorce esclavos, un pabellón de caza al r()rle dc Berlín, otra villa a o¡illas del lago Starnberg y cs¡racioso

trl| ¡riso

secreto ocupado

por su

manceba.

Y no digamos

dc Goering; su tren de vida era verdaderamente fasIurlso. [:l proceso de Nuremberg sacó a ¡elucir várias veces

lr¡rrlir

el roht¡ de r,ur()t)cos r'¡l

grandes obras pictóricas-en.div-erso-s- museos para enriquecer la propiedad privada del oligar-

.

lrl propio Hitler poseía unos seiscñntos cuadros de exv¿lor. lrrrrrtlinario () tlitlcr

hace,

el

23-III.1933, ese reproche

a los

so-

ante

los

r'l¡rilt mticratas cuando habla ante la asamblea general parl¡rr(ntilria desde el podio de la Krollope.r. Goering deno rrrirrr t cse gran Coniejo el "ajuste de cuentas con falsarios t lr:ritlorcs". Hitlcr no menciona que desde su encumbranrielr(o a la Jcfatura del NSDAP, lanza habitualmente conllnurrs in.jurias contra sus adversarios. Da el calificativo de rh'lirreucntcs y traidores antipatriotas a todos los políticos rlrr aportar pruebas que lo refrenden. Sin embargo, se moslro tlefcrente no pocas veces con matones y asesinos. El ,ll-VIII-1932, Hitlcr envió un afectuoso mensaje encabezado nacionalcon llrs palabras I tribunal roci¡rlisl.as contra domicilio cs¡recial de Be ut

rkil polaco Pietr Strasemann. Ambos carecian sobraba ---S. a é1.

de la brutalldad que ¡anto le

I-a alusión de Hitler al inodesto tren de vida pro

de su sobriedad, poseía ya (desdc ü--i"it¿- ante Breiting lbzii iá mansión de nHaus Wache¡feld", lujosamente insta'q qolocó cqrlo a-m-q de llaves t"¿"'* ii.iitt.sgu¿.r. Alll iu he.mrnastra Ánge'la Rubal, cuya hija Geli fue amantc

tre

ir

brillantemente en

rrrr¡rrcsionó también

la

a los

Olimpíada de 1936 en Berlín

observadores extranjeros. Ese

e es-


Edouard

62

pejismo no se ha disipado todavía por completo. Noa mitiremos someramente a los hecho§: Se implantó y mantuvo el "ordet'' hitleriano el Servicio de Seguridad del Reich con su Nepr eI Nesociado (Gestapo)-, mediante _su gigantesca r!s §g red ue de eur¡¡ru con-fidentcs, 6¡6qr¡avrw4 control absoluto de Prensa y radio, los arrestos a¡ el ejercicio de una justicia ficticia y las bestiales etr 4n los los campos camnos de de concentración ¿londe donde, haaiq hacia el el ñn dc guerra y_ solamente en territorio nacional, habían ingres¡ y_a setecientos cincuenta mil detenidos p'olíticos sin'procü -el ..orden" dimiento judicial previo. Para mantener en e¡oi, campos, I{immler- movilizó a seis mil ,.delincuentes oráiál sionalesr'. La "higiene biológica" quedó garantiz¿da pór lif cámaras de gas..Y eso .no ocurrió tan sólo iampot -en los e¡rón'o1.. situados fuera del Reich, como se suele afirmar mente,-sino_ también, en Sachsenbausen, Neuengamme, Dl., chau, Mauthausen y Grossrosen. 11. Es interesante observar que el 27-I-1932 (un año da, pués se incendiaría el Reichstag) Hitler reconoóió ante m grupo de industriales el derecho a la provocación. Conceoi

r ;

sagrado escenific pues, según é1,

n movimiento, Vio impulsoras de las

12. Se trata del futuro general Ludwig Beck, a quien Hitler nombró jefe del Estado Mayor def Eiérciio el'año 1935. Beck se retiró en 1938 y más tarde fo'rnró entre los conspiradores del 20-VII-19¿14.

El

entonces coronel Beck for-

muló violentas críticas contra la policía oolicía por Dor el arresto del del

primer teniente Wendt y de Ios tenientes Scheringer y Ludin. Estos tres oficiales, encartados en el llamado "proieso Ulmer" os de organizar en sus iespectivás unidel NSDAP. Hitler dedujo de las crlBeck que éste aprobaba su polltica en

13. Wilhelm Groener (1867-1959) fue primer intendente del Cuartel General en 1918, ministro de Comunicaciones en 1920 y ministro de Defcnsa desde 1928. En 1931 asumió la cartera del Interior. de Groener y sus am cuando éste intentó nacionalsocialistas pa

del Centro

y de los

lllllrt ,itt

tr1áscara

63


U

Edouard Calic

los primeros siete meses y medio del año 1932 se contaroi ya ocho mil doscientos heridos. (Viilkíscher Beobachter, l7-Vlll-1932). Según datos oficiales del NSDAP, en el 15VIII-1932 hubo un total de ciento noventa y dos "protomártires". Cuando Hitler habló con Breiting, ese número rondaba los cien. El Führer estimó conveniente tdplicar la lista

de muertos. Sea como fuere, dichas cifras reflejan claramente el régimen de terror impuesto en la caile por sus comandos. 15. A decir verdad, la profecía de Hitler ¡esultó acertada. El 20 de julio de 7932, Hindenburg facultó al canciller Franz von Papen, Coniisa¡io del Reich en el Estado prusiano, para que, fundándose en el artículo 48 de la Constitución de Weimar ("restablecimiento de la seguridad y el

orden púb prusianos. (comandan

a los ministros Von

Rundstedt etención del ministro presidente prusiano Otto Braun, el minist¡o de Interio¡ Carl Severing y el jefe de policia Albe¡t Grzesinski. Los ejecutores de tai misión deberían ser oficiales del ejército.

16, Hitler se

refiere

a la

revolución de noviembre de lá proclamación de Ia Re-

1918, cuya finalidad exclusiva fue

pública. Cuando testificó ante el tribúral de Leipzig en el "proceso Ulmer" (1930), denominó "delincuentes de noviemb¡e" a los socialdemócratas. Prometió "hacer ¡oda¡ las cabezas" cuando asumiese el poder. Hitler dio así un matiz delictivo al mito de la puñalada política. En noviembre de 1918, poco después del armisticio, los generales hicieron correr el ruino¡ de que habían impuesto al káiser la rápida terminación del conflicto bélico porque, treinta dÍas antes, los obreros habian declarado la huelga general en las fábricas de armamento. Sin embargo, se puede demostrar documentalmente que Ludendorff y Hindenburg habían rogado encarecidamente al emperador, el 29-IX-1918 (por tanto, antes de la huelga desencadenada en octubre), que solicitara un armisticio dentro de las próximas cuarenta y ocho horas, pues de lo contrario se derrumba¡ía el frente. Ambos mariscales decidieron dar este paso cuando ya habían manifestado, el 14 de agosto, que "no tenía objeto proseguir la guerra" y, por tanto, urgía iniciar negociaciones para el armisticio antes del hundimiento total. Cuando se vino abajo el frente de Salónica y Bulgaria capituló, el Estado Mayor Central alemán comprendió que el comandante supremo francés en el Sudeste, mariscal Franchet d'Esperey, podrla avanzar hacia Budapest, Viena y Praga sin encontrar resistencia. Por el servicio de'información militar se conocía el ambiente que reinaba en la monarquia austro-húngara. También cabía csperar una acometida de los aliados desde Italia. La camarilla palaciega y los gcnerales aprovecharon esas gestiones de Ludendorff y Hindenburg para formar un nuevo Gobierno bajo la presidencia del príncipe Max von Baden, donde estuvieron también representados los socialdemócratas y el partido del Centro. Se esperó salvar así la monarquía y preservar aI país contra los conatos revolucionarios; pero tam-

Ilitler

sin

mdscara

65

hién se intentó achacar el desastre militar a los políticos. lillos y el Reichstag deberlan hacerse responsables del armisticio, pero no los militares ni el emperador, aunque fuerarí

éslos quienes hasta entonces tomaran las decisiones. Cuando l.t¡dendorff se dio cucnta de que su papel terminaría con el lin dc las hostilidades y que el kaiser los sacrificaría sin contcmplaciones, el 24 de octubre tomó una resolución tajunte: los ejércitos seguirían combatiendo. Desde luego, no supo a ciencia cierta cuánto tiempo resistirla el frcnte, mas dl quiso aparecer como hombre fuerte y aprovcchó como ptctcxto las exigencias contenidas en el cambio de notas diplomáticas para adoptar esa intransigente actitud. Su destitrrción, el 26 de octubre, y Ios tánteos austríacos, el 27 de

octubre, en busca del armisticio, pusieron

fin a

esa fase.

('uando el representante del Reichstag firmó el armisticio, l.udcndorff y sus oficiales clamaron: "¡Traición!" Su empcño en jugarlo todo a una carta con una última batalla ¡rirra salvar el honor, fue algo tan disparatado como supo-

ncr que Alemania habría salido mejor librada de la Segunda (iucrra Mundial si Hitler hubiese lanzado las últimas divisioncs alemanas a la batalla de Berlín. Hitler sabía, por sus

tr¡nvcrsaciones con Ludendorff, que la guerra quedó deciditlrr ya el af,o 1914, es decir, cuando, se malogró el primer conrrsulto de I

la. envla citos de la quistar

nggn

eJer-

e¡rso,

bien

l¡rs causas reales, pues, conversando con Richard Breiting, ¡f\rgura que no se cometerá lu¡a vez más el error de hacer Irrchar a Alemania en dos frentes. 17. Las acla¡aciones de Hitler dejan entrever que no se propone provocar un cataclismo con sus formaciones pararrrititares y que se prepara para tomar dos orientaciones: | ) Lucha contra el comunismo: 2) Captación de los círcuIos conservado¡es y la industria como futuros aliados. Se nferrará obstinadamente a ese proyecto hasta que Hindenlrurg y la gran industria Ie otorguen el poder, 18. La "confabulación del judaísmo mundial" con el holchevismo fue uno de sus recursos preconcebidos pafa

1

_

IUTLER

sIN

MAscAn.A


6

Edouard Calic

Ilitler sin máscard rrlcrnanes,

eI llamado "Frente de Harzburg", que se

67 hizo

¡cirlidad cuatro meses después de csa conversación. 20. La "traición de noviembre" fue una consigna que

llitlcr, siguiendo el lrcls, utilizó con in erl lcy primordial d echida

cristo.

antisemita Y an1933,. Hitler requerla largos

año

Y literatura

paña. La

hupolicfa

vi¡tió en inve las man activo de los lacayos". dos los fueron de ta propaganda. Por último, se elevó la activldad antisemltica al rango de ciencia. E¡ 1933, gracias a esos aviesos procedimientos, Hitler se sintió ya bastante fuerte para prohrulgar la "I¡y de Nurembergi'. En 1938 tuvo lugar la "noche de c¡istal del Reich", y en enero de 7942 sé forma-

e

incesante

eorrtlucc hoy día con f¡ecuencia a la errónea conclusión de t¡ur: Hitlcr fue víctima de una idea fija. Y entonces la equ! voc¡ inferencia induce a la absolución del oligarca pardo y ¡u cirmarilla. 21. En este pasaje Hitler habla sin rodeos:, se propo. n(' cerrar las puertas del Reichstag y erigir un monumetrto Junt() ll edificio. Efectivamente, más tarde, cuando ya se Irrrlrfa aducñado del poder, encomendó a su amigo el arquitrrto Albert Speer la construcción de un arco triunfal. Se ¡rc¡}rró una maqueta del monumento proyectado para honr¡rr rr la nación renaciente. El arco triunfal se alzarla en la Xiirrigsplatz, ante el Parlamento. Hitler no hizo reconstruir ¡rrrnris cl Reichstag. Por el contrario, confió a Speer la tarea rle ¡¡ulrnecer con grandes monumentos los terrenos del parlilo dc Nuremberg. Las concencraciones en Nuremberg para tclcb¡rr cl "DÍa del Partido" le sir.vieron de plataforma puhlicitlria. Alli, Hitler dio a conocer transcendentales decirioncs, tales como la tristcmeote famosa "Ley de Nuremberg" (l(r.15) para "proteger la sangre alemana y el honor alem¿ín". l,os ¡¡auleiler y delegados se limitaban a corear sus proclanlrs con un entusiástico "Sieg Heil!" 22. Ese "sistema mejor" fue una tirania absoluta sin libre ex¡rrcsión del pensamiento, con fronteras herméticas, desvahrri¿¡rción rápida pero encubierta de la moneda, persecucio. ncs contra adversarios políticos y judíos, discriminación entre rli¡¡nntarios eclesiásticos y miembros de la Reichswehr, im-

¡rlrrrrtación del servicio militar obligatorio, establecimiento ttcl KZ r y actos provocadores contra el extranjero que lrrhninaron con la falsific¿crón de moneda y la infiltración

de

v(,l()s electorales; pues, antes del incendio del Reichstag' lli(lcr, pese a la crisis económica y a su espectacular demago¡iir, ganó sólo una tercera parte del heterogéneo cuerpo tlcctoral. tlr

lir l{l

zosa

a las regiones orientales".

19. Hitlei alude a un frente común con los

. nacionales

Campo de concentración.


llltlar

Edouard

68

sin

mdscara

'll, Ltl Lcipziser

y luego los despachó para el frente. Una vez hubo turado de odio el alma popular, pudo descargarlo sobre enemigo en nombre de su "soberána ética". La "unificaci de los medios periodísticos", el monopolio de la radi les

1lth¡

i tttt

69

Neuesten Nachrichlen había solicitado

vcccs dc las "fuerzas nacionaleJ'que procuraran llegar entcndimiento con Hitler. La industria y las finanzas

sión y el empleo abusivo del mecanismo estatal para la paña discriminatoria contra el extranjcro, fueron

indispensables en la "guerra mcntal". El 27 de f 1932, Hitler desarrolló ya ese tema, entre otros más" los industriales reunidos en Düsseldorf. Afirmó que el político es función de la fe- popular y de las "fuerzas rentes a ella". Sólo con esas "fuerzas latcntes" en la fc mesele odio- se puede llevar a cabo una política tanto exterior como interior. Hitler fue expcrto en ese no, según lo prueba el hecho de que supiera conducir al

pueblo alemán hasta las simas más hondas del "Gótter. . Por ello parece descabellado afirmar hoy dE' quisieron eliminar el régimcn hitlcriano y ter.' q guerra, q.4w' a 6uvr¡q, atacaron por dos alemanes combatientes.

24. Aquí, Hitler

reconoce

sin

la

espalda

ambages

a los sOlda.

la valía de

su

más intimo colaborador, el doctor Goebbcls. La intelectua. lidad alemana pierde el tiempo si espera quc prescinda de é1. Hitler nombra a Goebbels gauleiter de Berlin, no sólo porque confía en é1, sino también por creerle capaz de con. vertir'la capital alemana al nacionalsocialismo; aunque en esto se equivocó. 25. El 13,de marzo de 1933, es decir, ocho días dei. pués de las victoriosas elecciones del 5 de marzo, en las que el nacionalsocialismo cosechó diecisiete millones de votos, Hitler hizo saber que había crcado un Ministerio de Edu. cación Popular y Propaganda. El ministlo recién nombrado, doctor Joseph Goebbels, sería el futuro dictador de la Prensa, la radiodifusión, los teatros, la cinematogralía y la propaga.nda en el extranjero. 26. Pese a su programa

de socialización industrial, Hitjamás las medidas pertinentes. Sus consignas socialistas sírvieron solamente para ganarse a una parte del mundo laboral. El 30 de junio de 1934, en la "Noche de los largos cuchillos", Hitler hizo fusilar a los elemen¡os radicales ellos Georg Strasser-, partidarios de la na-entre cionalización. 27. Aquí insinúa que le agradaría recibir subsidios de

ler no aplicó

Ia ind trar a be el

cieras contra el bolchevismo. 28. En el año 1925, Hitler

adies-

, recifinanlucba

renuncia a su nacionalidad austríaca para eütar ser expulsado como extranjero indesea. ble. En su conversación con Breiting atribuye. extraordinaria

importancia al hecho de que varios periódicos influyentes hayan abogado por la naturalización del apátrida Hitler. En febrero de 1932 obtiene la ciudadanía alemana.

llr,l

Irrxlcr,

el primcr boicot contra los judios. Lue-

racistas de Nuremberg. Más tarde, no ¡rr jrrrrrrrul de postes telegráficos, pero los hará r,lrli¡rrl t FIltdr (,il lus ciimaras de gas. ll. lil doctor Alfred Hugenbere (1863-1951) fue desde lUIll nrcsi«lcnte del partido populista de nacionales alema¡rr lrrol)rclilrio de periódicos derechistas y nacionalistas y ¡lo ln enrprcsa cinematográfica UFA, se opuso a una coali-

r,ltln ('on k¡s socialdemócrátas y el Centro. Este represeDtánlu rlcl grrrrr mundo comercial, cuya influencia sobre la opitrlrlrr prihlicr mediante la P¡ensa y el cinematógrafo era rlr\klr.r¡rl)lc, fuc una figura clave para los planes hitlerianos. lllll,,t r¡rbfrr quc los nacionales alemanes no tenían el prolrlrlto (le solvcntar la crisis con ayuda de los partidos deilrr[r¡rl¡rs. Aspiraban a poner el Estado, tarde o temprano, lrl¡rr rrr e«rntrol, y, por cierto, cuando los socialdemócratas y t,l ('errtro lo hubiesen esquilmado. Hitler tenía sumo interés r,l {lc\l)iuatar la alia¡zz'entre los alemanes nacionales y r,l (\'nlro. Para realizar este plan aseguró a los nacionales rul,rr¡urcs r¡uc se les convocaría cuando llegase el momento rl¡, r'vil¡u la catástrofe nacional, y que él pensaba encau.izar ln lo¡rlicitin nacional del proletariado. Varios di¡ectivos nar hrn¡rlcs ulcmanes celebraron. que Hitler se dispusiera a arre' lrrrtnr l¡rs masas populares del campo izqüerdista, En su

frrr,ro l¡rtcrno tenían el coDvencimiento de poder despla,ru ¡r ¡rquel "cabo" cuando llegase el momento. 12. El doctor Otto Hugo, era síndico de la Cámara de ('orrt'rcio e Industria de Bochum. Y desde 1920 miembro rlll Rcichstag e influyente personalidad en el partido popull¡l¡r ulcmán. .1.t. lt¡tler da a conocer aqul inequívocamente su proglun¡r para la conquista del poder: eliminación del "chai¡rlrrr t¿ibcrnario" (Reichstag), transformación de la Prensa y rtespiadado ajuste de cuentas con socialdemócratas y co¡rrurrisias. El 27 de febrero de 1933' es incendiado el PaiIrrnrcnto, se secuestra la mayor parte de los periódicos y se ¡rersil¡uc a comunistas y socialdemócratas. Todo esto suceilc vt'intiún meses después de la conversación qon Breiting.

.14. También se ejecuta este punto con arreglo a lo prc' No son seii sino nueve meses después de la conitr¡ista det poder cuando Hitler couvoc¿ el plebiscito del grrrrntdo.


70

Edouard Calic

Ilitler sin

mdscara

7t

Iucntos, los que le recordarían entre las generaciones venitlcras, serían "hermosos estadios, calles y ciudades". En rcalidad, aquellos estadios sirvieron para los desfiles de sus lirrmaciones, las autopistas para la guerra relámpago, las t'iudades de otros países como meta de sus feroces ataques. ('uando, el año 1939, Flitler cayó con sus ejércitos sobre l'olonia, justificó este acto agresivo con Ia provocación de (.ilciwitz y "entrenó" así a púeblo y ejército-para la ejecucrtin de sus planes. No obstante su solemne voto, hizo lev¡rntar monumentos en honor suyo: los ruinosos restos de lns ciudades alemanas que él hizo "t¡ansformar". 37. No hemos encont¡ado pruebas de que Krut Ham: run, premio Nobel 1920 y simpatizante del nacionalsociallsrno, cxpresara tal pensamiento. Sea como fuere, resulta hrlcrcsante comprobar esto: Hitler alude ante Breiting a la tlestrucción futura de todos los Parlamentos europeos. 38. Hitler menciona aquí que desea desmontar las sedes rlc los parlamentarios profesionales y aniqülar sus institurioncs (tal como se destruyeran en tiempos de Constantino hrs

ldolos la

19. A

rilcrrtc

asegurar el triunfo nto al poder, Hitler

rlcl rnismo, impuso al rnrrlgución de un "dec lls(utlo" (28 de febrer

del continente.

36. Hitler

Parlamento,

y,

med

pro: del 1933

ante rrrruncó al Reichstag I trr cl pueblo y el Reich" (ley de plenos poderes). 40, Probablemente Hitler se refiere a las amargas expericncias que, en 1923, tuvo coD el Comisario general del Estltlo bávÁro Gustav von Kahr y su grupo. Kahr y Von Lossow hicieron fracasar el alzamiento de noviembre. 41. Otto Strasser, hermano de Georg Strasser, ideólogo tlt:l partido, que se separó del NSDAP en 1930 y desafió ¡rhicrtamente a Hitler,

sabla sobradamente que estaba bngañando

al'

4 t¡ros oros vlrta l'rtcr¿

nutrciar también

a toda

clase

de monumetrtos. Sus motru.

nog¡ama los ojos nee_mos

_gue _Hitler tenía Pupilas,

las dilatadas

que utilizaba Breiting,


SEGUNDA CONVERSACIÓN GON ADOLF HITLER EN JUNIO DE I93I



76

Edouard Calic

de la aotitud que adopte el Leipziger

Neuesten

Nachrichten.

llitler sin mdscara tcd puede estar seguro de que ll¡as errores.

77

no

cometeremos

No nos es permisible intervenir en un juego los na-

¡rarlamentario. Contamos solamente con

Breiting: Discúlpeme, señor Hitler, si le digo que sus ideas y -aseveraciones tienen-gran-repercusión entre los descontentos, pero todos que esos descontentos podrían ser enca por distintos cauces si se superara esta crisis. Su inquebrantable fe parece fuñdarse en una progl

oa

ad-

que

su partido? El pueblo alemáo necesrta

ya

parz

lÍtica.

'l'rltado de Versalles. Nosotros no somos esos re-

Hitler (indignado): Los

combates

no se libran solamente con fe, sino también con

raciocinio. Ciertamente, nosotros debemos susterF de I en nuestro tar las

equipo ciones

hay odo

s

e-specula-

sobiieda4

Nosotros no desestimamos a nuestros sabemos muy bien de lo que son capaces polfticos sistemáticos. De todas formas, su n

naria ha sufrido un gran desgaste y ya no se puede reparar. Nosotros_vamos adelante cglr e:t iitud prusiana, ajustándonos a una planificaci mateniática. Apréciamos mesuradamente los é tos v los fracásos, y aprendemos la lección ellos. No nos dejamos sed_ucir por- un optimis desorbitado. Si hoy día sabemos afrontar temente el futuro, lo debemos a nuestras experiencias y a la corrección de los errores. Nq sotros actuamos por etapas y rechazamos todo rq curso que haya fallado ya una v-ez. Es óreciso también esgrimir las armas ade das en el momento iusto. Quien se haya fam rizado con Ios conceptos de Clausewitz y Scl oue la es er que fen a la lucha mo del campo inve niobras preparatorias, una tercera el asatto. Us.

vr¡l t,l ( ir» rrr

lricnte ruso.

peranzas en de partido,

dicho, que

caótico am-

Los métodos homicidas fueron también

em-

l)

il

rl ¡) 1¡

rrtilizan como intermediarios a intelectuales

e

llos()tros debemos mostrar abiertamente al munrlo iuál es nuestra resolución. Hemos ganado va rrrrrigos en el extranjero porque definimos clararrrt'nte nuestra posición frente al bolchevismo y el iudaísmo universal. No toleraremos entre no-


llltlcr

7E

sin

mdscara

79

Edouard Callo

sotros ningún lacayo de judíos, ya sea la Prensa, Ia economía o la diplomacia.

po de actividad no abarcó sólo Alemania, sino e cien años,' desde allí di. alemanes. Sl poder, alcanzamos el veremos todavía muchos Heine en el extranjero

Irnl'u t)l'gu

v ilc

,

I

ctl

llarnos como los iinetes judío sólo ha dicho una

te, que entre nosotros el acción como el rayo al

tudiar ya cómo conviene proteger de tales maniobras a los pueblos francés e inglés. Nuestro negociado extranjero ha adoptado ya importantes medidas; nosotros no queiemos imitar la política colonialista del káiser. La política del señor Dernburg ha muerto hace tiempo. Por el contrario, pensamos proponer a los ingleses que aseguren su Empire con nuestros soldados. Ninguna derrota a la que nos sobrevendría si Ios

Mi

eses perdiesen sus posiciones clas blancos en. los continentes. colaborador más Íntimo, hoy aquí presen-

te, puede asegurarle que nosotros creemos firmemente en una alianza duradera con Inglaterra. Ello es indispensable para garantizar la paz de Europea y el mundo entero.

I I

I

I a

llreit día rl¡rritlad ,,Y que

Hitler,

lx¡y

Prensa

a

boic

Y

esa solidaridad se extiende

dirigen

tri«:u?

üLhrer

nues-

usted

en el

Eure

pa t.

.

Truenos,

Ilitler:

Exacto.

Prensa rr()r'oue nosotros no s litt^do. Nosotros no 1 I I I t¡rnrbién a

la

ifu ia la

nas,

del las

ün sistema po lla bajo el con-

mayor parte de los judíos. Allí


80

Edouard Callo

se elaboran los grandiosos titulares, allí se encuer¡ tran los. árpi!1os supremos sobre temas de arte y

y el mun clo entero cree esas falsedades. Es muv difícil economía. AIIí se imprimen falsedades,

lle ba do

hasta la lkische aunque

sde kart

sino iado

ministerial v por Ios emolumentoi ministeriales. Nosotros les Caremos ambas cosas aun cuando yo tenga que renunciar a mi sueldo como miem-

81 llitler sin máscart que ¡ec una ideología. Y, a comIr¡rcc frente a nuestra m 1 de lr¡rticnte. Definitivamente, nucstra organización y de la burguesía. Sólo nosotros estamos preparados para salvar E lir agonizante burguesÍa de tal adversario. Los hrclfos oueden utilizar esa formación combatiente 'i't¡utra hosotros. Y sin duda lo intentarán. Nues-

Irn:cisión matemática. Nosotros poseemos un sisir.¡nr de acción científica. Aunque nosotros denG erado, no r¡rirramos también

crrlcrrdemos por e roluta. Ustedés no rrrr sistema, su sistema es

rquía ab' de erigir

un incesante desmoro-

rr¡rmicnto.

III€ cta-

I i

r I

r1o

de-

I

unista nutre a dadero peligro porque él es, I único que po-

Hitler: Lo cual no ha sido olstáculo, sin

em-

barso. oara oue sus amigos del pár1ido arremetan ionirá frict v mis amigós en Turingia. Usted debe ó

- Errr.4

srN lftsclR¡


82 imponer-se

Edouard Calic

a su partido y exigirle que no siga

prestando apoyo en el futuro a-este Gobierno re-

Hitler sin mdscara

83

por subsidios. En febrero de este año había ya 4,9 millones de parados, a los cuáles les corres¡rondían 4,4 millones por subsidios. Mientras sosicnemos esta conversáción, dicha cifra habrá

as-

tlc ellos están sin trabajo, es decir, más de un tert i«-¡. La

quinta parte de esos parados no percibe y 4,5 millones viven de la bene-

srrbsidio álguno

aparato n&""

t";

agricultura. Curtius se hace pasar por europeísta, pero pretende imponer una polÍtita continental mediante Ia Sociedad de Naciones. Mlentras no construyamos un Estado nacional ni pongamos orden en la polÍtica interna, Alemania no obt-endrá ningún éxito aun cuando medie la Sociedad de Naciones. El combate se librará en casa. no en Ia Sociedad de Naciones. Esos caballeros, sin embargo, se proponen vez más dividir.

vez más l('r'r'cno.,El año pasado en Berlin, al celebrarse las t,lt:cciones parlamentarias de setiembre, los comurristas han tenido por primera vez más votos que los socialdemócratas. Comunistas: 739.235; socialtk,rlócratas: 738.094'. ¿Qué clase de capital es ésa tloncle el marxismo detenta la mayoría? Por aña-

rlitllrra, comunistas y socialdemócratas juntos arreIlrtaron en Berlín 1,5 millones de los 2,7 millones rlc vr.¡tos electorales. No olvide usted que en Rusia lr¡rslaron 50.000 comunistas para asaltar el poder r.rr la coyuntura más oportuna. Ahora el Estado

lt.lr l)()l' lr ¡1. t.l I r

trich o

rrislits v, sin

lo contrario. Echemos un vistazo a Ias estadísticas.

r

Shiele, j obstáculos de Ia

Hitler toma un pliego mecanografiado que se halla ya_dispuesto sobre su mesa. Yo lo cópiaré más tarde. Hitler: En enero de 1930 había

3.217.000 traba-

2J

millones

pa

Ias indem

con ello?

por la ví

t'gi«rn

ir

rrlíos

ril('str Iut' c<.¡ndenado a un mes de cárcel por supuestas ill('lrsas contra los judíos. Ahora debemos ahorrar Ii[¿r qu€ no r r

iadores parados, quienes retiraban

anjero

('l)ilr'aclones

¡rrt: nuestro

r'¡r tr-¡das es rrto? Ya lo estamos viendo en Sajonia, donde el


84

Edouard Calic

llitler sin máscara 85 vcrsidades, el mundo artístico v Ia música se lx,ngan al servicio del pueblo',. Las ciudades alerrir¡ras deben cobrar nuevo aspecto v entonces la ¡¿t'ografía alemana se transformará mediante el rr¡rlovechamiento arqüi Si saIrt'rrros poner nuestras tencial i¡¡rlustrial al servicio d operariirr milagros. Monüme evtarán solrrc el inmundo hormiguero. No construiremos lt¡l¡ncnas humanas; las necesidades económicas e Itlt'alistas de una comarca o ciudad se conforma-

r¡in con su fisonomía. Legaremos obras grandio \¡ls a nuestros descendientes. No necesitamos acar k'¡rti¿rs prusianas de ar,te ni su . experiencia en rrrt¡rritcctura descabellada y pintura decadentet3. Un r'¡'ítict¡ de arte tan perspicaz como Stauff pedía ya ¡urlt's de la guerra mundial que se encerrara a los ¡rirrlores decadentes en el manicomio y se destru-

¿Y ng podríamos . Breiting: parlamentario? tema

perfeccionar el sis

yr'r'¿ln sus obras. Pero esas obras desatinadas han porque unos u otros querían galrlr¡ ¿r

rr;u d r

irrcm

u

conducto. Literatura, teatro y rán utilizados como medios edu-

l)rciting: Frahcamente, no lo encuentro hernroso, scñor Hitler. Sin embargo, es uno de nueslr()s rnonumentos más interesantes. Usted mismo rliio que cuando Alemania no necesitara más parliuncntarismo se deberia transformar el palacio rlt' Wallot en museo.

+ Unión de

agricultores.

Ilitler: Quiero ser sincero con usted, señor llrt'iting: los buenos museos requieren edificios nu('vos y ciudades nuevas. El palacio Wallot es un .,rubolo de nuestra decadencia, un conglomerado rlorrrlc Se combinan cuatro grupos de columnas r,.¡nccladas del Partenón, una basílica romana y rr¡ur lórtaleza morisca... Esa mezcolanza causa la


86

Hitler sin mdscara

Edouard Calic

como Ia institución que alberea son un oDrobio qara gl pueblo alemán. Deberáñ desaparecet' algún dfa. Yo opino así: cuanto ántes se-incendie ésa

y millares de almacenes v hoteles cuyo único objeto es llenar la bolsa judía. dinas

.

¡rurtidarios

ichswéhi-

prusiana. ¡nilla.

hacerse de la noche a la

de

llrcr. No nos -q Ite

Hitler: Eso no puede

8Z

Tal

Schlei-

en la 'semilla esa

se-

Tras esas observaciones generales sobre polítit'u cultural y del partido, Hitler orienta el diále ¡¿o hac_ia_la situlción internacional y su programa ¡rara el futuro. El doctor Hans Frahk sé de-spide.


88

Edouard Calic

Hitler sin mdscara ceses

no pueden entremeterse por Ia fuetza

los asuntos internos de otros Estados.

Nosotros debemos ultimar nuestra feconstrucen potencia mundial, antes de . que Ios EE.UU. transformen su territorio de 7.010.000 km.z én ción antes,de que Ia Unión Soviética se constituva

89

en

nros eludir todo comproiniso cuando no veamos

la posibilidad de cumplirlo. Cuarto, queremos nrantener y regularizar unas relaciones normales

con Francia. Creo que dcbo decirle algo más acer-

ca de este último punto. Los franceses deberían :rrnortiguar un poco su orgullo de triunfadores. l;r'ancia no debería conceptuar al Gobierno de lJcrlín como un instrumento para su uso particular, sino como un socio con idénticos derechos en rrn Estado vecino. París moviliza demasiadas fuerzls que piensan exclusivamente en las reparacio n('s, ya se llamen Briand, Herriot o Laval. A esos t aballeros les convendría comprender que no cons('l{u

(luc

orrrmlr tal lrtlglo. Stalin no triunfará con Ios me, dios que ha empleado hasta ahora contrá sus

vlo cso nceses. Se rición rlc y los s. La "Act r.x entienden situacir'rn. Desgraciadamente, París es también centro rlc En el partido ri( )c de zapa contra nu( son, glaro está, lcs.

S;rl

Rreiting: Pero, señor Hitler, -no es razonable por todas partes. La lur lr;r ideológica se generaliza y, no obstante, las t¿('ntcs deben terminar entendiéndose. Quiero sigrilic¿rr que no se logrará nada atizando el antisé rrritismo en Alemania. vr.r' maquinaciones judías

Ilitler (irritado) : ¿Cómo enfrentarnos entonces cl judaísmo internacional? ¡Dígamelo usted!

er¡¡r


90

Edouard Calic

Hitler sin máscara

9l

lus cargas y deudas de guerra. Sin embargo, el ochenta por ciento de todás nuestras obligaciones corresponde a las sc abruma a Alem sanciona con eleva tlcsmoronamiento rlc escuchar la voz de la razón, los americanos l)t

nl

¡n l¡r

lrl

srr pcnsamiento sobre Alemania. No tenemos otra rrllcrnativa. Debemos combatir en campo abier-

lr¡..., tal como ellos hacen con nosotros. Si

se

r¡rricrc llegar a una tregua politica, es preciso, en ¡rlirncr lugar, que ellos den muestras de su bue¡rlr v<.¡luntad. Mientras intenten sostener en el porlt:r'al Gobierno alemán por todos los medios aun crurnclo los comunistas devoren el país, sólo pqnrlr'¡irr de manifiesto sus aviesos designios. Los jutlÍt¡s clcben temblar ante nosotros, pero no nosolr'()s ante ellos. ¿Cuántos judíos hay realmente rrr¡rrí, cn Alemania? ¿Y cuál es su influencia sobre rrr¡s«rtros? En Nueva York hay fuerzas que apoyan rr l{rx¡scvelt y que muestran constantemente gran ¡rn'ocupación por el destino del continente europi.(). Ni Roosevelt ni sus intrigantes políticos r tlt.brarán en modo alguno el despertar de Alema-

". Si algún día sobreviniera el enfrentamienre la sangre lo, g('r' s asegurarealguna. Roottr) r¡r.v unidades de lr.sucilar la polÍtica de Wilson. Nos proponemos ¡risl¡rr a Rusia antes de que represente un peligro p¡u l nuestra seguridad. Levantaremos a las fluerz¡rs anticomunistas en todos los países. Si no lo ll¡r


92

Ed.ouard. Calio

P.ero esta Alemania de Weimar seria

cil para los bolcheviques.

El peligro

amenaiará

a

un botín fá.

llitlcr sin mdscara Ilitlcr: Noscitros no dominaremos

93

con una gue-

Moscú cuando noso

rrrro 1923, cuando franceses

¿De qué forma soslayará -les Breiting: complicaciones?-

usted ta.

y

belgas invadieron la

rrtlitin dél Ruhr. Nosotros dialogaremos con ellos .,ili'.. cse asunto en la Sociedadlde Naciones. Las t,r'rs()r)¿ls razonables comprenden que es imposiI'lc garantizar la seguridád mediañte un Reichsrv,'lri c{c cien mil hombres. Nosotros les planteaIt.ut()s csta alternatival o crear con nosotros Ún urrr'

Ir't lrt(. hl

t

I

rl)

olt

ios, porque sus Pueo. Támbién ellos de-

¡rorrllir

lrkrs s

lrt'r'¡in y rr r:.rrxistas

asechanzas judaicas

2s.

llrciting: No quisiera interrumpirle, sino sólo cr conÁtar que su lucha dura ya do-ge años -y, rru obstante, vémos todavía a grán distancia la rtu iz¿rción Pre' Mein r i..;¡¡rcnte o. La htttttpl lo COm' lrtrr ¡,1¡¡'silr¡rt

I

¡rlicucioncs.

rribar a ese colosó con pies de barro... siempre y cuando se opusiera a los intereses alemanes 2¡. Breiting: ¿No cree usted que eI Occidente opondrá a semejante polÍtica cle expansión?

se


94

Edouard Calic

ÍIitler

sin

mdscara

95

Breiting: ¿No verá Ia gente una contradicción cntre sus afirmaciones y sus actos?

hombres que recibo aquí están sujetos en su ma.

la Alsacia o la

Lorena.

sí mismo. No queremos por unos miles de kilóacen Austria e Italia. La cuestión tirolesa quedará resuelta cuándo Italia

sapa¡ege¡'??. Nosotros iamás aprobamos de 1918. Y nunca Io liaremos.-

la traición

polÍtica, ¿no se le poos aunaran sus fuerzas para formar una coalición antigermana? revanchista? ¿Y no sería

Hitler: Llámelo usted, si gusta, política revanchista, De cualquier forma, nosotro§ no nos com-

portaremos como un elefante en una tienda

yor parte a la disciplina del partido y trabajan ilc aóuerdo con unas directrices. Muchos de mis visitantes no afiliados al partido son aduladores

como en guerra, un caudillo debe confrontar a sus adversários con situaciones imprevistas. Una retirada o una contradicción puede formar parte de un plan. Nuestra polÍtica lo planifica todo, s_ea sobre él terreno interho o externo. Se lleva a cabo cada operación en el momento preciso. -La estructuráción de nuestra política nos permite em'

plearla cuando se presente la coyuntura oportuna. Enfocándolo desde el ángulo estratégico, aquí no

de

el haciendo porque me gus icalmente 1ó nada. Nuestro lc¡sofar ante

lnos

e lo que estacon usted es a slemp-r-e que

no

olvidamos

do Ya rriuchos


96

Húler sin máscara

Edouard Calic

amigos en Rumania, Bulgaria, Suecia, Noruega, Holánda e incluso en Inglaterra y Francia. Esta-

terdam y Copenhague. Esas inmensas cabezas urbanÍsticas asentadas sobre pequeños cuerpos

,

97

compren{er la gran polÍtica alemana. Su política cultural sólo tuvo de austríaca el nombre. Todo cuanto sea válido para Prusia tiene tambiéri su valor en Austria. No es posible practicar una pG lítica nacional sin asegurar primero nuestros fun<lamentos biológicos arios. Nos proponemos implantar algún día legalmente ese principio ideoló

gico. Nuestra .iuventud grita hoy día «¡despierta, Alemania! ¡revienta judÍo!", y no lo hace en vano. I.os judíos me ins r¡diarlos en Viena,

como incubar el

anto como sería de espeen un informe de econo-

y daneses se darÍan ran ir con los alemanes

eses

como colonizadores al Este. Los franceses e ingleses deberían ver la realidad: Checoslovaquia es una manzana po juzgados. El rey a

tadura militar en s han reaccionado los pueblos subyugados en Yugoslavia. La cosa no marcha mejor en Rumania. Y no digamos nada del descontento reinante entre nuestros hermanos austríacos. Un año después de la subida al poder, Austria se nos anexionará voa. luntariamente

Hitler calla y parece meditar. Luego, prosigue con tono mesurado. Su voz se transforma y se debilita. Me admira su capacidad para adaptar la expresión al contenido de las palabras.

Hitler: Yo tengo mucho que agradecer a mi padre. E,l era oficial de Aduanas. ConocÍa bien a los austrÍacos, a los bávaros, a Ios alemanes, a los italianós y a Ios franceses. Fara é1, Austria fue siempre una parte de la gran patria alemana, Siendo niño, oí ya decir a mi padre que en Viena

Munich o Berlin, cl amor a la estirpe alemana tomando como mótlulo el grado de aversión hacia esa gentuza. Así corno nos hemos impuesto la obligación de destruir y arrinconar en el estercolero todos los dia-

rir¡s sensacionalistas que predicen nuestro ocaso, scrá también nuestro deber clausurar cines y teatros que fomentan el hundimiento de nuestra juvcntud. Viena se ha convertido en un centro de tlccadencia e inmundicia. Allí se promueve Ia imprcsión de libros contra el despertar alemán. Eviclcntemente, nosotros quemaremos esas chapucer las, depuraremos el ambiente, tanto en Viena como en BerlÍn. Sólo quisiera decirle una cosa,

scilor Breiting: el dominio general de palabras, t«lnos, colores y formas arquitectónicas ha hecho l)rosperar a nuestro pueblo. La grandéza de una nación no es mensurable con la cultura sucedá¡rt.a de esta civilización, sino con el total de es-

Iucrzos, valores eternos y energías impecerederas r¡rrc han aportado los grandes hombres',. Quiero lr¡rccr valer nuestra capacidad innata en la balan-

zu t¡niversal. Me considero eiecutor de tal misión y en nombre de esos valores perduralrl stria se reintegre a nuestra nación y \r. nte un país alemán feliz. En realidad,

yo quise ser arquitecto. Los judíos vieneses se lirs arreglaron para impedirlo. Y tuvieron mala'

reinaba una camarilla, una abigarrada chusma que

había sentado sus reales en Ia capital. Más tarde tuve ocasión de comprobarlo. Esos llamados liberales, gentes de

mil

procedencias,

no supieron

,

-

IIITLER SIN MASCAR.A


98

Edouard Calic

tal forma que no le amedrentara nunca más una guerra. Pero entonces me cncerraron en Landsberg. Ahora tienen un libro, Mein Kampl, que desbarata todos los edictos, interdiciones y encarcelamientos, Si ellos pretenden aplastar mi Movimiento, desencadenarán una guerra civil a la cual sobreviviremos nosotros, bajo la cruz gamada, y no esos caballeros de Grunewald y Wannsee. ¿Qué le parece mi libro, señor fuerzas propias de

Hitler sin mdscara

99

las ocurrencias ocasionales de un hombre

sagaz,

Breiting?

Breiting: Es, sin duda, una obra simbólica. Una guía para su Movimiento, y por desgracia, sus enemigos no lo toman con la seriedad necesaria.

Yo he aprendido mucho de su libro, y ésa es la razóo de que le haya hecho una segunda visita.

Hitler: Señor Breiting, usted ha acentuado lo de mi Movimiento. Yo diría que tiene trascendencia histórica para Alemania y para toda la raza aria. Antaño hubo un Beethoven, un Schiller, un Goethe, un Treitschke, un Nietzsche..., pero nada ha cambiado, Tanto el francés Gobineau como el inglés Chamberlain se han interesado vivamente por nuestras ideas ordenadoras. Se lo repito: ideas ordenadoras. O si lo prefieret visión ideo-

ta de escenificar batallas o rncntarias. La guerra se scwitz y Schlieffen, en I las minas renanas, en I mcsas verdes de la ca

escaramuzas parla'

lógica en la Historia según el principio fundamental de la sangre. En este sentido, no se valoran las cosas solamente con arreglo a cánones artísticos o militares, ni tampoco con módulos puramente científicos. Se dictamina con arreglo a la

Somme o en los Lagos Masurianos. Nosotros ceIt.braremos un día de luto nacional no sólo por los caidos de guerra

se elude el cumplimiento de una misión histórica. No todo hombre honoÍable está llamado a acaudillar un Imperio. Nosotros no necesitamos

slrcrificaron en aras

tro Movimiento, sin toligar los pueblos

¡roclremos alcanzar e


Ilitler sin máscara

Edouard Calb

100

. En esa lucha po

ncs. En

Ioda lcro l.lcn «lrcs . H vera t:ión

Ia usual agitación el altruismo genial

o lo

consigd den,

nos veremos libres'

y yo mg dedica-

prosegurmos su.

la forja de caño dedicarme

sesenta

y

a

la

decir, entre los

setenta años. En ese terreno, nosotros,

l

caso, su marcha hacia Canossa sería e. No hay que los ale caballeros

contrario,

plomo, como si posemundo. Una observate podría significar el

Breiting: Nuestro mayor deseo es el de evitar Eucrras civiles y conflictos armados con nuestros ¡rclvcrsarios extranieros.

cinos.

Súbitamente,

inal

tal

101

Hitler vocifera iracundo:

el gendarme interno -¡Pero y los gendarmes internac mán, tas francés e inglés, deben de nitivamente de sus instigadores

!

Pues usted sabe '

rrnt:xión de Austria no presenta dificultades. Sin t'rnhargo, me pregunto cómo reaccionará ante ese ¡rroblema la Suiza germánica. Usted sabe tan bien (()¡no yo que Zurich, Basilea y Berna son ciudades :rlcrnanas. Lo que escriben el diario Neue Zürcher v los periódicos basilienses representa solamente rrr:r fase transitoria del separatismo. El Tesino halrlir italiano, como es sabido, y el origen de Lugano rrr¡s lo dice su propio nombre. Los franceses reci-

mos tan fuertes que nadie osará desatar una revolución ni oponerse a un pueblo ansioso de espacio vital. Según todas las Ieyes geográficas v biológicas, nosotros tenemós derecho

a

asegurar

nuestro espacio vital 3'. Para lograr tal cosa, se requiere que Ia plutocracia mundial sepa diferenciar entre las palabras hueras de nuestros actuales políticos y la acción positiva de un Gobierno dispuesto a los mayores sacrificios. Pero tras ese Gobierno debe haber un pueblo bien despierto. Tras nuestra solicitud debe haber fuerza y valerosa resolución. Ahora bien, si las fuerzas antigermanas provocaran disturbios contra nosotros y promovieran una política envolvente para mantener en la indigencia a Ias criaturas de Versalles y Locarno..., entonces podrÍan hablar los @ño-

Ilitler: No Ie ocultaré nada. Usted debe saber quc tenemos una visión histórica de los acontecir¡ricntos. Si Ie hablo ion tanta franqueza es porr¡rrc cstoy seguro de hallar un eco en su corazón. ,r()uión puede tener más derecho que usted a cour¡ccr nuestro plan regenerador para Europa? Sí, señor, yo exiio el retorno de Austria al l{t'ich y asimismo la reincorporación del país surlt'tc, el territorio bchemio de habla germana. La

-

lrt.n Ginebra y Lausana como compensación de olras pérdidas. Bélgica es sólo un Estado monstluoso, mantenido arii6cialmente, donde la monirrquía y Ia religión intentan establecer el equi lilrlio entre flamencos y valones. Pero los flamenr os hablan la misma lengua que los holandeses, v la división entre ambos países germánicos se ¡rt'r1retúa por obra de la monarquía v la religión. Nosotros jamás renunciamos a la Alsacia y la l,orcna, Diion fue una ciudad burgundia, y Lyon


102

Edouard Callc

c_o4o bas_e de partida para Ia marcha goda hacia el Sur. Nosotrbs.no podremos evitar-quo Niza, Córcega y las regione§ alpinas italianas se incorporen a nuestros aliados. Sllos franceses no§ desafiaran3s, se debería constituir en Francia un

fguró

Estado Eso po Este y

terce Occid

én su

llltler sin mdscara

103

los dos últimos países son una reserva biológica tlcl iudaísmo. La mitad de los diez millones de ju-

tlf«¡s cxistentes en Europa pertenecen a esas nacio¡rcs. Mannerheim y Finlandia saben lo que, tarde o

El rey y Io se-

l(.rrrprano, Ies eqrera de los bolcheviques.

llt¡r'ís fue siempre un amigo de Alemania

lr In Itt l,r

I

hasta el mar Negro; no se puede comunismo staliniano representa forma de nrusificaciónr. Durante la l{ucrra mundial Hindenburg habló ya del «peligro nrso» con Sven Hedin, cuando éste le visitó en su

el

crrtrtel general. Stalin no es más que un gran luso, un sucesor de Iván el Terrible, según me cientemente un profesor vienés. Ninpertenezca o no a mi partido, puede nia. Un millón y medio de húngaros viven fuera de I es. Siebenbürgen y la mayqr son comarcas húngaras. En doscientos cincuenta mil alemanes. Sin embargo, tampoco nos olvidaremos

esa voluntad de reestructuración. No §c trata de Adolf Hitler, sino de derogar el diktat dc Versalles y reestructurar Europa. ¿Qué opina ustcd sobre esto?

Breiting: Señor Hitler, hablando francamente, y Francia no aprueben jamás la ruptura del equilibrio europeo. Asimismo, la Iglesia católica, que ejerce gran influencia en divcrsos países de la región danubiana y Occidente, sc opondrá a semejante política. Nuestros corresponsales informan desde Bruselas, Viena, Roma e incluso Budapest que el libro de Rosenberg Der * lcmo que Inglaterra

tes si los bohemios v servios no se avienen a razones. Presburgo y Agram son tan sólo suburbios dé Viena 38. Las gentes deben aprender nuevamen-

te el alemán y también a comportarse con honorabilidad alemana. Nos proponemos renunciar a los antiguos territorios austríacos de Trieste e Istria, Dalmacia y otras ben quedar baio la influen alguna nuestros futuros entren nuestros barcos en los puertos de Trieste y Fiume. El siguiente aliado del Sudeste será Bulgaria. Macedonia es tierra búlgara. Bulgaria neceiita una vía de acceso al mar Egeo. Resumiendo: Austria, Suiza, Bélgica, Yugoslavia y Crecoslovaquia deben desaparecer como entidades estatales; Polonia y Rumania, modificar sus estructuras. Es-

Mythos des 20. Jahrhunderts

t¡tiietud en el Vaticano

ha causado gran in-

y los círculos

catól-icos de «liversos países. Además, las esferas no católicas tlcl Sudeste mantienen también lazos muy estre-

t:hos con Inglaterra y Francia. Igualmente Italia tnuestra gran interés por la suerte de Austria.

Hitler: Sé que sus corresponsales Ie informan, tal como ha dicho usted. Esos caballeros tienen sus razones para informar así, Saben que si triunfamos no los neeesitaremos más en nuestra red . "El mito del siglo xx."


104

Edouard Calb

llitler

sin mdscara

105

periodística sobre eI continente. Ahora tienen to. áavía oportunidad de embrutecer con slr pesimi* mo a ñuestras sentes. ;Oué sisnifica hablar de

Srilo diré que la situación mundial nos es fave lirble. Por ello no querémos asumir el poder para gobcrnar, sino para llevar a cabo una política inIclnacional. No nos guía el propósito de izar la clrrz gamada en el palacio de Buckingham o el de Windsor; sólo queremos consolidar el mundo co

en el

¡lt'bcn conservar el Camerún, Siria y Africa del Nr¡l te. Pero los señores Herriot, Blum y Mandel

krrrial. Así, pues, en nuestra opinión, los franceses

no queremos

desalo tes. E lismo,

ones dominan

el anticolonia. se acrecient3

sln cesar, el lmperro rngles no puede

ropa rl

y

Alemania

sostenersc,

3',

,r

Hess, que

aprobador.

ha

escuchado

en silencio,

asientc

técnicos estudian esos problemas de fon

ma-Mis rigurosamente cientÍfica y, claro está, teniendo eco siempre presentes los aspectos geopolítico, eco. nómico v estratégico. Por otra parte, sus corre!¡. ponsales. informan tal .como .les sugieren cigrtor

r,t. guardarán mucho de intrigar contra nuestro inci¡ricnte Imperio, porque, si lo hacen, nosotros no It'r¡drcmos ninguna consideración con su mundo r'okrnial. Los árabes están al acecho de cualquier ¡x'r'trrrbación. La burguesía y los militares francerrt,s sc verán confrontados en último término con r'¡ll alternativa: Herriot-Blum y prosecución de ln p<rlítica de cerco realizada contra Alemania, o rt'rtrncia a todo esto, más la adquisición de un ¡rrr¡rcl honorable en Europa occidental{. Inglater rr y Francia deben ponerse de acuerdo con Italia ,.ol»c las posiciones en el Mediterráneo y esclar('('('r' con nosotros la situación en el continente. l,¡r idca de un pacto cuatripartito sobre la reestrucIrrr;rción europea, que lanzaremos inmediatamente rh,s¡rués de la subida al poder, debe encontrar lrr accptación en París v Londres o'. Los ingleses rrr¡ sc sacrificarán por Ia Unión Soviética ni rerrurrciarán a sus bungalows y sus regatas de veler r )s o remeras. Necesitamos materias primas, y rrlrorir podremos obtenerlas de Francia e Inglaterr¡r. Sc el comercio y nosotros elegiy lfs.Bancos con quienes_quet(.lr()s I

sÍ brindaremos oportunidades r¡uu()s n ll cxportación. De momento, no necesitamos r onslruir una flota ultramarina. En este terreno r¡lrcccrcmos toda clase de garantías a Inglaterra y ltrancia. Una vez consolidemos nuestro espacio vit¡rl cn Europa, podremos exigir la equiparación lll l<-¡s océanos. Los almirantes Lützow y Trotha Irr'¡lcn razón al afirmar que el dominio de los rrrirrcs depende del progreso-industrial. Por el mo-

ilr('ilto, no necesitamos construir una gran flota, ¡rrrrr si una aviación moderna. Goering y sus ami-

Oriente. ¿Y China? Prefiero no locar ese asunto.

Eos ticnen conceptos muy originales sobre el lr¡insito aéreo y la defensa aérea del Reich. Por ftr rlt'rnás, la juventud inglesa encontrará un ejem-


106

Edounrd.

plo aleccionador en la nueva Alemania. Dentro pocos años tendremos unas fuerzas armadas moddrnas. Si hoy día !i el Canal siqgiera es verdadera línea defensiva, ¿cómo será mañana línea defensiva de los generales ingleses? Sus quieran oa rresponsales pueden nablar hablar cuanto quleran

lllllu

sin mdscara

llitlcr

se

107

irrita y prosigue con gran resolución.

llitler: Si estallara un conflicto

bélico a despe-

equilibrio, pero tal equilibrio depende de la fuer¡ za militar - que poseán ciertas - potencias en cl

una guerra de dos frentes entre los años 1914 y 1918. Ahora, la oficialidad celebra, y con razón, el dia de Schlieffen, pues todos sabemos ya dóndc se cometieron los errores. Todo es cuestión de ba.

tallas envolventes, tal como lo señalara Schlieffen en su obra Cannas. Yo he estudiado ese plan con varios oficiales superiores. A decir verdad, es úni. co. Dentro de dos años celebraremos el centena. rio de Schlieffen y entonces exteriorizaremos nuesl tro pensamiento'r. El emperador Guillermo fue inglés por su mentalidad. Quiso realizar desdq la Alemania continental una política oceánica. Pensó al propio tiempo en una gran flota, un Imperio, colonial, y se dejó arrastrar a una guerra occiden tal y oriental. Permitió, además, que un armamen to muy superior y una política engañosa anonadaran la bravura de nuestros soldados. Si no hubiesen acudido los tanques ingleses ni la artillería americana, y si nosotros hubiésemos podido des-

plegar en Occidente las divisiones que nos distraía

Rusia, Foch no nos habría dictado en Compiégne, quienes se lo

el armisticio

sido nosotros

en Versalles. s el mariscal AsÍ me lo ha Ludendorff. Nosotros hemos aprendido mucho de la guerra mundial y extraeremos nuestras consecuencias de esa experiencia para el futuro.

Vicna, Zurich

y Estrasburgo.

Hitler me contempla con su autoritaria mirada v lro.ce estar vaticiñando una realidad, no hablar

tlc

sueños.

Hitler: Tampoco conceptuarán. la situación de otro modo Polonia, Checoslovaqula.-, nl slqulera Yrrgoslavia. iQué ópina usted de Lord Beaver-


108

Edouard Calic

Doily Tel* nuestra sio orden en uevo orden

Breiting: Me admira su optimismo, señor Hit-

ler.

Hitler: Eso lo han dicho ya otros a quienes hablé de Ia misma forma. Puedo asegurarle que los oficiales e industriales son mucho más de fiar que los intelectuales. Naturálmente, nosotros d¡:6emos traba.iar mucho todavía. A nuestros proFesores, periodistas y articulistas les cabe también

Hitler sin máscara

109

con Ia oficialidad españo como con los pensaflores B" hT'u",iJ'%li,ii t ; TEí ¡ror qué temer intervenciones extranieras contra una Alemania renaciente. Los fuertes no atacan nr¡nca, eso lo hacen sólo Ios débiles. Nuestra prir¡rcra medida se¡á tender la mano a Inglaterra y Iirancia. Cultivaremos Ia amistad con sus comerciantes, militares, periodistas, diplomáticos y científicos. No queremos luchar contra los molinos, t:<¡mo hacía el héroe de Cervantés. Aunque mi orir

gcn cs modesto, domino varias lenguas. Quiero de-

( ( I I

y [irancia deben mucho a sus servicios secretos. I'iua cjercitar una política dominadora hay que ¡rrt'scindir de toda mezquindad; necesitamos creer lon voluntad fanática en nuestra victoria y averi¡irrar todo cuanto acontezca entre nuestros advers:t

rtos. [,as humillaciones

v la psicosis de ansiedad

son

irrrptrtables exclusivaiirenté a la Prensa desleal. lrolnración cultural y económica de una gran co-

r¡rrrrriclad alemana..., iéste es un verdadero progranl¿r, y en él puede representar nuestra Prensa un

¡r:r¡rcl sumamente beneficioso! Hace tres meses, en lcl>rcro de 1931, Schacht, como delegado de Alerrr;rni:.r, emprendió negociaciones sobre el Plan Yorrng. Yo afirmo ante usted que nosotros no ne-

r'.,sitamos esos quinientos millones de dólares. La rior de los EE. UU. empaña nuestro ¡ry i los franceses se confabulan mediante ¡)r' secreto con Schleicher para tramar ün iu

tornplot contra mí, nosotros desenmascararemos ¡¡ t'sós funcionarios ante el pueblo y denigraremos ¡rl cxtraniero por su intromisión en nuestros asunlr¡s inteinosot, Los funcionarios que emprendan l¡rl

)lll lo tl

r'(

rl¡tr l

il r'll


110

Eilouard Calic

para demostrarles que se Ie elegirá con un 30 ó 40 por ciento de votós marxistas iontra un 30 ó 40 por ciento de votos nacionalistas.?. Entonces sobrevendrán gran

los nacionalistas. En Turiñgia, denburg, los nacionalistas -no colaboración con los nacional

Ilitler sin máscara It5gicas. Para esos hombreS que

lll hoy

gobiernan

Arnérica, la Alemania consolidada es una nación cxlraña. Ahora bien, ellos se encuentran muy dislirntes geográficamente, y nosotros podemos conf libuir mucho a su aislamiento. Cuando incluyarros en nuestro programa la discrepancia con Ia (lnión Soviética, Ias fuerzas aislacionistas ameri('anas se pondrán de nuestra parte. América puerlc quedarse con su sistema, pero nunca podrá scñalarnos nuestro camino histórico. Los aconte-

a los Estados Unidos. Sin t.nrbargo, no nos es posible permanecer indiferenlcs ante Ios sucesos de Rusia porque ello aconl('cc en nuestro continente. La nrusificación», el cirnientos arrollarán

a_ monsignore

anos rep Alemania

Pacelli, quien fue durante doce

onsumara esa simbiosis? Piense usted por un mG. nlcnto en las reservas humanas v las riquezas naIur'¿rlcs a disposición de Stalin. En la actualidad, nuestros periodistas deberían rlrrr algún descanso al tambor publicitario. Nunca st: cernió un peligro tan inminente sobre la civilización occidental. Antes de asumir el poder delrt'rnos entendernos claramente con los ingleses y Illnccses, e incluso con los americanos y el Vati-

(

del Papa

católicos

ideológica de

la dictadura proletaria, t's la fuerza más peligrosa del mundo. ¿Y si se

«rslavismo combinado con

la

intelectualidad

r. El Vaticano ha t.tr

cl traslado de millones de seres humanos deses han sido

1641, nada

esté usted tranquilo, Alemania no será más esce.

migraron a

I país que-

nórdica ha llrritlo hacia los Estados Unidos! Nosotros deberrros colonizar el Este sin contemplaciones. Entre-


tt2

Edouard Calic plomo, cobre, cinc, volframio

faltan el hierro y el carbón. América dominen hoy día el nuestra capacidad comercial experimentará un ventajoso cambio tan pronto como nos adueñemos del espacio oriental. Noso tros queremos una Sudáfrica blanca, una Australia y una co, pero blanca ni gueses y rtca, pero za industrial de sus paÍses reduce a un mínimo esa posibilidad? Nosótros les ay.udaremos muy gustosos. Gozamos en Sudamérica de gran prestigio. Roehm me Io ha asegurado por escrito muchas veces. Desgraciadamente, esas riquezas naturales están en manos de la plutocracia anglosajo na, cuyo proceder es irracional. Piense usted en los tremendos negocios d tch Shell», «Katanga la «Anglo Iranian Oil Unionr, y calcule nuestr s geográfi5'. cas en el Este Tampoc el Oriente Medio..Un Hohenzollern ha lanzado ya la idea de una línea férrea Berlin-Bagdad, ¡l por ello ha luchado también Von Papen en Palestina. ¿Vamos a

lIítler sin

tndscara

113

y

Norteamérica se unirá con nosoel mundo. El descontento rcinañte en sus propios países y colonias no les tlc.iará otra alternativa. scptentrional

lr'()s para transformar

Rreiting: No. dudo, señor Hitler, de que hava gran descóntento en varios paÍses. Peró tampoco cn Alemania todo el mundo es feliz. ¿Cómo evitar, PLrcs, que se eternicen las luchas internas?

Hitler: Muy sencillot siga usted al NSDAP, que lc brinda la única solución. Nosotros hemos enproblemas, Ya contr ricultura, nuessc¿r d ional. Y, si la lra c

¡renur.ia se generaliza, deberemos resolver autárquii'arncnte Ia situación mediante una racionalizació¡. Nt¡cstras tierras cubren el veinticinco por ciento tlc nuestras necesidades. Con un poco de buena voluntad y una racionalización consecuente poderrros satisfacer

el cincuenta e incluso el setenta y

ser eternamente una nación de desheredados? ¿Po¡

qué no se distribuyen con iusticia las fuente§ de materias primas? Se nos ofrece la posibilidad de movilizar y acaudillar a las masas contra tales condiciones. ¿Hasta cuándo ha de estar desmantelada Alemania? ¿Hasta Ia eternidad? El descont.rrr¡rlear medios radicales.

éxodos bíblicos, en las degollinas del medievo (iustamente habla de ello Rosenberg), o recuerdé el

exterminio de los armenios. Uno llega al convenlas multitudes humanas no son a biológica. Nosotros no nos deen negros, como así lo intentadespués de 1918. A Ia postre, Ia

xistente en Inglaterra, Francia

Breiting: Comprendo su empeño. Pero, ¡;no. se t.slará car-gando üsted con cometidos impracticahlcs de loí cuales sólo se beneficiarán sus enemi' ¡'r

ts?

Ilitte ¡'rosible l,¡l1r y rllrr un II

-

IIITLER SIN MASCARA

: No es ntes el ebemos

corazG


ll4

Edouard Calic

Ilitler sin máscara

ll5

Nueva York. Llegará el dia en que Ios llamados políticos alemanes, instigados desde el extranjero,

stro partido. ¡De qué no serán Ios Braun y los Severing ! ¡Y tam-

plantaremos hortalizas y cereales en nuestros camfos. No (lueremos seguir siendo aguadores y acé'

milas del vecino.

no habrá por qué temer jamás una puñalada trapera como en 1918. Breiting: Sin

qu tros estratcgas, ron ya un armis da alevosá lo

esa puñala-

sticio. Nucs' {q1f^f, Pidie' 1918.

Hitler: Yo he analizado minuciosamente esa cuestión con Ludendorff. Cuando en 1918 pidió el armisticio, no lo hizo porque vicra derrotado a nucstro eiército, sino porque carecíamos de manpolítico. Los trabajadores y soldados en segundo -línea intentaron amotinarsc. ¡Imagine usted da

una huelga en las fábricas de armamento! Clemenceau hizo fusilar a desertores y pacifistas. Entre nosotros, Ios propugnadorcs de la resistcncia habrían hecho el ridÍculo. Se lo repetiré una vez más: si un .iefe político decente hubiese capitaneado el Reich, no cabe duda de que el último batallón en campaña habría sido alemán. Y cntonces no habría sobrevenido nunca su derrumbamiento. La

It

!Y En este Reich, abundan los ensepultureros. Ellos han tomado la su amparo para aniquilarla a plahundirá con hombres y ratas. Ellos intentan mantener sus posiciones por todos los medios, y muy especialmente en Prusia, que reprcsenta Ias dos terceras partes de Alemania. Me rcprochan mi origen austrÍaco, me dicen que esto no es asunto mío. Son defensores del federalismo y del separatismo. Pues bien, sl hemos de morir

preferimos hacerlo como unificadores prusianos quc como separatistas bávaros o austríacos 5s. El clía en que se nos encomienden los asuntos guber¡r¿rmentales mediante un edicto del señor presidcnte del Reich, eliminaremos a los aguafiestas y nos haremos con una mayoría aplastante del pueblo. La interdicción del56.partido comunista será nucstra primera medida La mayor parte de los sc¡cialdemócratas es ingobernable; nada podrá hact:r'les cambiar. A muchos funcionarios les espera st¡lamente el agradecimiento por servicios prestatlos y la pensión. Todo alemán gozará de libertad ¡rrrla emitir su iuicio sobre los acontecimientos lris(óricos. Gobernaremos con Ia voluntad de una ¡rbt'umadora mayoría popular. Un año después de ll subida al poder, erradicaremos de nuestra Conslitución los conceptos «parlamentarismo» y «fede¡alismor. Será el pueblo alemán quien determine ¡xrr primera vez en Prusia la existencia de un can-

cillcr «no prusianor, tanto si les gusta a los pariisitos como si no. Y entonces las virtudes cas-

I I I I I

irrpotencia. Cuanto más se encumbra un enemigo cn la jerarquía estatal, tanto mayores son los dhilos que inflige al Reich. Por ello añrmo esto: Ia irlta delincuencia es mucho más dañina que la per¡rrcña banda de granujas. A una serpiehte se'le rr¡rlnsta la cabeza, pero jamás la cola. Las hienas


Hitler sin máscara

Edouard Calb

tt6

adineradas aúllan solamente porque saben que no solrós nunca caeremos en la corrupción oportuni*

ll7

l

Pero no habrá ningún otfo

pues a ello se oPondrá- el es de Potsdam Y Koenigsberg rt. e alcanzar e[ Poder Político

mediante las virtudes militares germanas. Pacifrs' ñó.;óa*.;olitismo, federalismó, parlamentaris mo..., es oieciso extirpar implacablemente esog

hol ea

Loncóptos. mogéneo, iáiii',lt*a bierno cen

I

Go'

ma'

terializar nuestros

obj

etlvos polltrco-mllltare

I

s'

llcnte a los enemigos internos y externos?Ú En nucstras policÍas polÍtica y criminal encontrare¡¡ros sin duda anticomunistas muy capaces. Pocos oliciales de policía ocupan su mente con pensa-

Plantear unr¡ SOÁP §oUre política ml.

Ie oresunto cuáles son

l¡ticntos nacionalistas

abiertamen'

del paí tela al mismo

s actuaremos con

tiempo. in

a nuestros enemigos

áo il-"mpte

ofensrva

El

ambiente

¡t

rl

]

gorPear emPlear

la.^pa'ÍabPsera srer,Prtr ra9"i1gt me

iááiiüáii¿;".'i;

históricos.

I

ó'n"iái"Jáá-li n"i.tswehr? Péro no -quisiéra' mós-que los marxistas nos calificaran de revan' .ñiJtaÉ. Políticamente, ello sería contraproducon' te. Sin embargo, se puede asegurar que nuestro iéárái iiÁiÁ7iía tai pronto cómo a§umamos el tb*r

i.áiiói-aé Arema contra nosotros,

e

rnlrc los policías difiere mucho del de la Reichswt'hr. Aun cuando haya funcionarios anticomunistrrs, óstos atienden solamente a los requerimienlr¡s dc los socialdemócratas. Es la eterna lucha ¡xrr los votos electorales. Algunos alto§ funcionailos cle la policía han descubierto el destructivo

te a esa pregunta. Se sobrentiende que este punto há de qúeda1 estrictamente entre nosotros' ¿Pof qué no ha de sabelusted Io qle-ya conocen.tan'

ñA;. f"rmár

I

I

, no creo

Hitter: También puedo responder

(

(

deiensa. Es preciso simultanear el despertar p

lorrtlo, los judíos se oponen lrrones raciales. y financieras.

al

comu¡rismo por


1r8

Edouard Calb

llitler sin máscara

119

llos que pretend

Breiting: ¿Y Marx? Marx era también judlo.

('()nvocar

la

hue

¡¡rrz«in funcional

rlivcrsos negocia cisrrro italiano ha regulanzado este problema de forma ejemplar. Yo no quiero imitaf a mi amigo Mr¡ssolini. Nosotros no óonstituimos una monar-

ni t N«¡sotros l)¡rstante errcmigos r¡rrfa,

n el

país.

industrial

ismo, los actividad

r¡trc los de Italia. Nuestros problemas económióos rlilicren de los de nuestro vecino meridional, NuesI ¡'o ctiva si rro intelec-

lun

glaterra. Para nosotros rige, como suprema ley constitucional, este axioma: el derecho es aque llo que asegura los intereses vitales de la naci,ón.

ara ala c_on-

ueva sanitaria. Nues.

política administrativa, docente y tro camarada de partido, Frank, piensa también que los tribunales de iusticia se bastan para re.' gularizar todo. Pero otros juristas nuestros estljuez, o viceversa. man que un policía puede ser-se Hay que decidir pronto cómo debe abatir la

No será

la desproporción existente entre ,¡ucstro rearme y nuestros adversarios, mientras lrr nación, que cuenta con setenta millones de halrll¡rntcs, disponga de un eiército similar al de lk(lgica, un país cuya población es sólo de siete ¡rrlllones. Sin el mando estátal nacionalsocialista rro podcmos foriar una defensa nacional realmente r,lt'r'liva. Tal como se presenta hoy la situación, t\¡krnia podría invadir cualquier día la Prusia ollcntal. Ni rusos ni franceses Ie declararían la ltu(.t'ra con tal motivo. ¿Cómo defender nuestras lrorrlcras por todas partes con los cuatro mil ofi, lrrlt,s que nos autoriza el Tratado de Versalles? Nrtt, no pueden solr¡r'l 2.450 hombres. It¡'i 30 oficiales y '/t}l) s ametralladól¡tx v los obuses aperrrrl llasta para ¿Helros rlc jugar et raza¡rosible erradicar


Edouard Calic

t20

Ilitler

sin

mdscara

t2l

ber. El mando militar del Reich cuenta actualmenSS, los te para portivas Cascos juvenile ado con

los

tres

clutas que te la impla

adiestra servicio

mil re

El articülo tado de be incluso enseñar Ia instrucción militar a estu.

Breiting: Sin.embargo, se.ha dicho-hace poco que en sus propias orgánizaciones cunde la agitación, de Io cual se regocijan sobremanera sus ad-

rr¡uno c r i¡r. El ('()noce

s de que

s soc

versarros.

rlt'

¡ruLénticos sentimientos patrióticos. Ya Ie he ¡l['lrr¡ antes que no quiero desencadenar una malnr¡za cntre los judíos. Tal vez les conviniera ir ¿Qué opina Ia burguesÍa ¡r,n..l¡r ,¡r¡l»c . señor Breiting? Sé que rrt un tnosa.

t

Jefes de distrito.

rl,ruf¡u¡ incluso dialogar de otro modo con usted,


It\

Edouard Calic

llitler

sin másco¡a

t23

propagandfstica crece y decrece con la inspiración.

Hitler: Esa semilla está sembrada, sin

go, con mucha parquedad.

embar-

llna idea es fuerte cuando se materializá en he un mecanismo,

r'!ros. Nosotios hemos construido

escaios porque los propatratan máI. Entre ellos haY e inteligentes. iPiense, por

ce, que una vez ftrndido, fluye en forma de Iodo. Nosótros hemos alzado la bandera al otro extre. mo de la avenida. Esta es nuestra ruta de marcha, orsanización v nuestra

l.a conversación terminó a las

llltlcr

12,45 horas, v se mostró alegre cuando, casi tres horas

ióriaet partidó está va us afiliados en esa cG mos diversas agrupacio

prrr¡r

mi propio

uso.

(i¡mcntario de Richard S."i,irrg sobre

grrrrtla entrevista con Hitler.

la

se-

Asl se ha nrfanifestado Hitler. De verdad sabe Irrrl¡l¡rr. Tiene una memoria excelente, hace juegos


Edouard Calic

llltler

rle rlc lr¡ I 1l

sin mdscara

125

es qu

Huge

egrln

idea

r¡ur'si

lilr,l)(' ttrl ¡rrrl v

I

¡l¡t r'

ul st'ri< lrr,rle con Hugenberg y Oberfohren.

Sus

mania

no obs dad po priméro mucho, como un mercader -me más Hugenberg-, para poder rebajar el precio


A IA

(.OMENTARIOS Y ACLARACIONES §IICI.,INDA CONVERSACIÓN HITLER.BREITING


t2E

Edouard

IIttlrr

sin n'tdscara

129

7. El grupo que bajo la jefatuia de Gottfried Reir Treüranus, ministro de Comunicaciones en el Gobierno politica nactonatsoctall nmg, se opuso oecro¡oamente ¡ing, decididamente a la polttca nacionalsoci¿ se denominó partido populista conservador. Treüranus retiró del mismo en 1928, cuando Hugenberg fue ele¡ presidente..Poco después, él y sus amigos fundaron un r vo partido. En Ia "Noche de los largos cuchillos" (30 junio 1934), Treviranus Ireviranus lue fue incluido en Ia lista Iista nt nel ,un¡o de 1934), Sin.embargo, consiguió huir al extranjero. Hitler no le donó ni olvidó nunca su intrépido antagonismo. En el municado sobre el "atentado de la Bürgerbróukeller", había sido escenificado como una provocación sensac y serviria de excusa para desencadenar la ofensiva ea cidente, Hitler hizo incluir el nombre de Treviranus a los del doctor Eduardo Benes, presidente exilado de coslovaquia, y Lord Vansittart. Culpó a los tres po de haber organizado y financiado aquel golpe Servicio Secreto británicoE. En verdad, el número de trabajadores en paro cendía a 5.6 millones, de los cuales 4.713.000 recibían sidio y 2,14.000 eran temporeros. 9. Una de dos, o se equivoca Hitler, o Breiting ha metido un error en la transcripción taquigráfica. EI dis electoral de Berlin (distrito electoral N.o 2) contaba en

Ll. Vcinte mcscs déspués dc esta entrevista, Hitle¡ det.lrllrl tlesllojar a la "Acaáemia prusiana de Arte.'i de su mollilmcll¡tl cdificio en la Prinz-Albrecht-Strassc, n.o 8. Por intlh¡rrlrlrl suya, aquella casa fuc pucsta a disposición de la l\rll|l¡r Sccrr'ur gubcrnativa como sedc central para toda AIc*

vidara anotar la inclusión de los suburbios berlineses, como quizás haría Hitler. También puede ser, sin eml que Hitlcr o Breiting hayan sumado mal. El círculo toral dc Berlín-Potsdam I y II dio 1,8 millones de a los socialdemócratas y los comunistas. [¿ elcctoral de Berlín, incluido Potsdam I, proporcionó I llones de vótos. Probablemente Hitler se refirió a circunscripciones electorales y, par cifra, cionó esos 1,5 millones. Conviene los 1,8

¡llr

can 1522.922 electores. El 14 de setiembre dc 1930, los cialdemócratas obtuvie¡on 346.019 votos y los 408.626 votos. Es posible que Hitler incluyera en sus el distrito electoral Potsdam I o Potsdam II para ar tar aún más el total de votos marxistas, o que Breiting

I

Ilones de electores marxistas en os cedi solamente 0,5 millones de votos al NSDAP, La a de que los socialdemócritt¿s y los comunistas obtuvieron Berlín la mayoría absoluta es exacta. 10. El 30 de abril de 1931. ll. En 1937, Hitler nombró Inspcctor General dc hiblicas y proyectista de la capital, Berlín, a su Albert Specr. En 1943, Amann, jefe de Prcnsa y de las presas editoriales nacionalsociali..trs, supervisaba ya el or ta por ciento de la Prensa alcmlna. 12, Fucron puestos al servicio del partido, Se quen ron libros, se atrebataron "sigilosamentc" obras artístlca¡ los muscos para el disfrute personal o la venta en el tranjero. Hitler plasmó las ideas que le habían suge¡ido lipp Stauff y su libelo Semi-Kiirschner.

lll[lll¡1.

14. IJI palacio Wallot, sede del Reichstag, fuc bautizado rroñ r.l nonihrc dc su constructor, Paül Wallot. Hitlcr dcsr,t

llrlrl yrr cstc edificio en Mei¡t Kantpl como casino dc l\ lis curioso que Hitlcr mcncione ya aquí cl inccn-

"ltn¡ttt ltr".

¡lkr rlr,l ¡rrrllcio Wallot, escenificado dos años dcspués. La d+'rlrr¡,,iri¡r dc la scde parlamentaria formó ya parte de un 1932. El jcfc dc bombcros ¡trrgrunir

entre sus cxpedic¡tcs un Wllt,'r ( s para las elcccioncs preilillrl (lu llamas el RL'ichstag y la thh,il.i,rl( ¡rtlrr rll sr'sioncs bajo la inscripción : " ¡Ya ardc !" El docltl lrnrrl llrrnfstacngl, quien en cl proccso sobrc el inccndio ¡ llrl r orro tcs(igos a lo¡ comisarios dq policía compromctitll| I¡r ¡r lr:rcerles dcponer su tcsl imonio sobre la sorpresa r

tip llrtl,'r ;rl conocer la noticia, me dijo el 6 dc agosto de l90N r¡rre el año 1923 asistió a una reunión, como consejero ll¡ l'r,'nsir tle Hitlcr, dondc oyó quc éste decía al gcncral V¡tr Srltkt: "Cuanto antes qucmcmos ese chamizo tabcrtllillr, t¡rnto más aprisa podrcmos organizar una nueva Wchrliltrr lrl y un nucvo Estado Mayor Central " lf' lrn rcalidad, Hitler jamás puso cl pie en el "re-

lo tlr los tr:ridores". El día en <¡ue dccidió dirigirse al l¡rilr'rlo, l7 de febrcro de '1933 por la tardc, ardía ya el Hitlcr quiso asistir a la incincración. ¡nl'r' - r() W:rllot. I / l\rco después de la conquista dcl podcr (año 1934), llltl|,r rrsolvi(r construir las autop¡stas. Sc dispuso por vía le¡,rl l;r tr:rnsformación de las ciudades, lrrll

lll Sc financiaron esos planes mediantc la presión de l¡r¡ r rórlitos ahic¡tos, el racionamicnto dc materias primas y lrr rrr¡r'r visión de exportaciones y divisas. Gracias a esas nrr ¡lr(l¡r\, sc disimuló cn el interior del país Ia dcpreciación lrrrrlt,rirr En los comienzos de su mandato gubernamental, r así la moneda sin rcservas de oro. El llltl, r ¡rrr rabajo, salarios reducidos, poder adquiIlht¡rt,ro pudo mantener una rclación normal en¡llvo lilrr y la circulación monctaria, pcse a los lt| l¡r t)r nrrrrr\()s c inconcebibles artiñcios (por cjcmplo, reducir el rllrr,r,r cilculante mediante un "ahorro férrco"). Los sistcnr,r\ (L' p:rgo perdieron validez y floreció el mcrcado negro. correccional hr, , rn¡rleirron medidas draconianas -prcsidio, y asignar artincial¡ ¡rrrrr «lrpi(irl- para atajar los abusos illillr'(i(rlo l', I lrth rrlrligi r trr¡¡,¡l , ¡rlr r I S U

ilr II

valor al dinero.

ilt sIN

aprovcchar en

bcncñc

sus advcrsarios en terr o, dcscstimó el pacto

cano de Estado MASC,{R^

Kello

io a-

to

to


Edouard Calic

130

que contó con la sanción de Briand el 27 de agosto de 1928 y suscribieron quince naciones), alegando qué nadie tenla derecho a poner trabas a su acéleradó rearmé o estremeterse

en sus preparativos bélicos.

U d

Stresemann estamoó

, tuvo la

su firma baio

e

certeza'de que Alemaáia ca más una guerra. "Action Frangaise", un moümiento

llltlcr sin rndscara

l3l

rle porvcnir. Inscribió en la lista tregra a todos cuantos se Ilrnurciaron contra su Movimiento. Su jefe de Prensa, dochrl llrnst (Putzi) Hanfstaengl, quien había sido condiscípulo ttrrlvelsiiario de Roosevelt, tenía gran amistad con la famillr ('hurchill y frecuentaba los círculos influyentes de Paris, Irrlrlluvo la comunicación entre él y las esferas neoyorquinas, hrltrllncnscs

lrt

y

parisienses.

,14. No se ¡efiere únicamente al cerco de Alcmania como ex¡r

It¡lrrrl s t h'e ¡r lllr)trli¡r o l[l¡l¡l¡rlcs colindantes con Alemania. Aquí expone claramcnle lrrr ctapas futuras de su política anexionista en el Este. Itr,¡ rlhs dcspués de ocupar el poder, el 3 de febrero de lUtl, llitlcr visitó al general Hammerstein, y en el curso de Irt co¡rversrción le manifestó que su primer objetivo sería el rpul¡rr, ucclcrado y la "germanización implacable" del Este. Arl lr¡ ctr¡rlirma la señora Helga Rossow, hija del gencral. lrl ,'x tle lebrero de 1934 Hitlei celebra el anivcrsario de su lrlnrlr (h'crcto lcy y anuncia solemnemente en presencia de ttrht\ Ntuppcttliilrer y generalcs, que ha decidido crear un Fldrr llo ilrodcrno y potente para conquistar nuevos cspacios v

llr l''!

llltlur cmplea la expresión "Europa iotermedia", que apalrecuentcmente por entonces en las publicaciones pe-

tFtl(

rllrllrtlcirs, para dcsignar los países situados enlre Alemania

??. El presidente Herbert Hoover propuso, con fecha 20-VI-1931, una moratoria para todos.lós pago3 internaciona¡es. Hitler mostró profundo respeto a est¿ éstadista. Tras la _c_onquista del poder lo ¡ecibió con grandes honores; tuvo a. Hoover -y sus _amigos por políticos germanófilos ¡i bieo dispuestos hacia é1,

¡ lrr llrritin Soviética, desde el mar Báltico hasta el Egeo. I rr ¡rlriodistas escribían que allí reinaba un caos étnico, priltrrirri(() y político, donde los alemanes estaban llamados il lrrlrrrcr cl orden. El libro de Gisclher Wirsing Zwisclrcnrntttl,tt ilnl tlie deulsclrc Zukunft (La Europa intermedia y pl lrturo alcmán) apareció en 1932. ,ri llitlcr se prometió grandes éxitos de su propaganda ililllnr'rrlliea cn Inglaterra, irancia y otros países. Sin ncce¡lrlrrrl rlc tlifundir visiblemente el antisemitismo en Francia r lrrp.l,rlrrr';r, consiguió obtener de ambos paíscs una tregua ll',1¡t rcsl)ccto a su política oriental. Por aquellas fechas ltrn' r" r'l cjcircito más poderoso de Europa y pudo haberlo Iriltrilrl();rdclante en cualquier momento. Y no faltaron las ¡r¡rryotrrtioncs para "justificar" tal paso. El Pacto de Munich ll rlkr trrrtir blanca para cubrir la primera etapa hacia Cher rrrkrvrrt¡rriu, Los ingleses vitorearon a Chamberlain, pues Ilyr'r¡rr lrabcr evitado una nueva guerra mundial. Cuando, ¡rl¡ nrrs('s dcspués, Hitler ocupó Checoslovaquia y la contlrllir ctr protectorado,

se manüestaron las graves consecuenlrt{ (l(' tsla accióD. llitlcr ha tomado la firme determinación de anexio)t¡ rru Au\lr¡u por los medios más rápidos y concluir el pro. grrrIrrr (lc rcarme en cinco años. Tres años después de Ia ,urtrr\t:l dcl poder (1936) ocupa la zona desmilitarizada de llrrr,n¡iir, cn 1938 anexiona Austria y en 1939 desencadena Lt lrlr'ilu. Tiene el convencimiento de poder poner todo el r


t32

Edouard Calic

territorio- europeo bajo dominio alemán en su quincuagésimo

cumDlcaños.

27, pensaba, forzoso plear ab Europa

dejan entrever claramente que Hitler

ocupar el poder, en imponer el trabajo los, fomentar la. políticá racista y ems éstirpes germiínicas para colonilar h

lllllor

sin

máscara

133

drl i/ tle fehrcro de 1934. Aquella noche, el canciller Hitler, tl ililrlnrll,rdo por Hindenburg, presidió una gran ceremonia ilt ol l)¡rlco dc la ópera. Por cierto, Hitler eligió el anitsnrulr tlrl inccndio del Reichstag para proclamar esa ley. ¡

l,rr,. rrrir dccisión casual

thrrrr r'r'lelrr¡rr

'

cl día de

o

deliberada? ¿Lo harÍa

tal

vez

Schlieffen?

tI Nrr fucron diez años, sino doce, Y durante ellos srrrrrutió, cn nombre de la raza, taütos delitos como un nrilcnio de guerras pretéritas. lrrrk) ill .1,1. llitlcr cxpuso en esta conversación sus fantásticas y ¡lcrlrlrltltlus idcas sobre el espacio vital, Sólo cabe añadir Ér¡rl ¡lue rrntcs de la guerra había concebido ya diversos ltirtrll ¡r,rr;r colonizar el Este y el Oeste. Sus designios dellr trr,'n,r., (cxtcrminar pueblos enteros de Europa) salen a trhrr lr ln cl "Plan General Este" del Rcichsführer SS Heinlhh llrnrnlcr. Tras la ocupación de Francia, se instaló etr lrrllr urr l'st:rtJo Mayor SS que dcbería trazar por el Loira l¡ ¡¡¡¡r'v,r línca étnica "nórdicd'. Se prevcía una rápida gerlrrrrlrrrr irln dc la Francia septentrional, Holanda y Bélgica litt trrilllo como sc alcanzase la victoria final.

llllh,r

ciller Dollfuss. Aquel mismo año, el rey Alejandro fue

ase-

sinado en Francia por unos terroristas fasiistas, atentado en que también resultó muerto el mi¡istro francés de Asun-

tos Exteriores, Louis Barthou.

30. Con esa alusión a los valores eternos, Hitler delata su excepcional demagogia. El no fue capaz d,e comprenderlos ni de promover las tendencias humaníiticas. -

l\ Arrrrt¡uc Hitler mencione la Bretaña y Burgundia, no lt¡h rr' lrr l'ormación de Estados durade¡os. Lo hace sola¡trttl trr)r(luc la dispersión étnica en todas las regiones conthrr lrtrrllr lc frcilitará la coacción política y la adopción de

y colonización. Para justificar su gcrman bastó una mirada icas de los godos ¡ lrr\ l|1il\nr¡grac minorías europeas. il|il¡l,lrr ¡rl descont r¡rrlllr rlel contincnte por los germanos es una idea que robó de su libro, Fundamentos llrfu\terr Stewart Chamberlain I algu anacroni5fil rt¡1l,t XX. stl o¡ fueran lilD, y ilr) cs ( met del contirlilh [r'\ \lr.ldi ñ&, desprende rir rrtr. llrtlcr ¡ll qu t or)versAción con Breiting. Mediante diversos recursos ltFrltrl¡r,, sollrc migración

r'lrrlllrrlrlc

nosca desdo propa

bía mandado la Providencia para borrar el Para dar valor real y verismo a esa patraña sus hombres de confianza escenificaron aten-

lrrllllr

(

lrrll,rt,' lilr ttltlr ttlllr

¡t

lt+,llr,ill( l

lilt

ilr

rrllrr rrrr ¡rrso más para establecer en Londres y París Golrh rrr,'r subsidiarios nazis. Tarde o temprano, Hitler hab¡ía rnr¡rlrrrlirlo Ia transformación total de Europa mediante una de los agentes secretos b¡itánicos en Venlo. Goerdclcr hubo a cel el pueblo alcmán y el exe of de Stauffenberg contra el ai le de que le protegía la

32. Hitler

lo

Dios.

decretó legalmente quc el "Día de luto nacional" para honrar a los caídos en Ia guerra se transformara en "Día de los Héroes" y se celcbrara cada año a Dartir

¡r r rrr.rrrizircitin brutal.

lrr l,r¡s fcchas tras el nombre del canciller Bach son un nlo do Brciting, así como otras observaciones cnce'rrllt,rr( ('rtrc paréntesis. Gcorg Schónerer (1E24-1921) fue un

lrrl,r\ y antisemita austríaco. lrril[!i ' \l ilr.I)isl:l llir¡cr ;lude a las órdenes de caballeros alemanes ,Ir, , ¡tI\tIi\txron y colonizaron los países eslavos al este ,l,l I 1t,.,. l:l I de fcbrero de 1933, es decir, trcs días después rh ur up:rr cl sillón cancilleresco, ya Hitler manifestó ante I


134

Edouard Calic

llltler

sin mdscata

135

rrl un plan par

ertinentes modili-

el año 1914.

,,rclorrc§,'Cuando cn ia

informó sobre el de 1933, su rcdactor car un editorial insI general Von Schlief-

4.t.

Rcichstag ¡'ft' l(<lscnberg estimt irhurlo por HiÚer sobre tr,rr. l:l'28 dc fcbrero lnrultlio dcl

celebró el centésimo

¡ttltrrcr anivcrsario del general Von Schlieffen ante nume-

io¡rlr

ol'rci¿rlcs superiores

de la Reichswchr. En un

discurso

creación de un ejército moderno y su rlorl¡it'rn <Je proporcionar al pueblo alemán el neccsario es-

rurrclo rnunció

la

vitill cn el ¡rt(kr '

Este,

44. llitlcr fingió creer en Ia

existencia

de una central

t¡[relcrt judía qúe se oponía a la acción nacionalsocialista. ítt ¡c¡rlidud tcnía la convicción de que los judíos no aprohatlun jlmds su política ni sus aspiraciones totalitarias. Pen-

lPrlnilr('r¡(o.

Además, sabe que Schleicher- par'ltrr¡hr¡r¡ talcs cargas. -de Hindenburg, contia quien él mismo lrrrrlrlrr l¡r rcclccción rF ¡rr¡)()nc prcsentar su candidatura. ,tl'¡ll l¡ de marzo de 1932, Hitler obtienc en la prilrlrr¡ r(nrrlu de las elecciones presidenciáles un 30,1 por

l


Edouard Calic

r36 cicnt

13,2

por cient

pot

oba¡

que

DÍl-

cional¡sta habían votado por Hitler. 48. Octubre de 1931, Se rcúnen en Harzburg los re-

lltlltr sin mdscara

cl ala dcrecha dcl Centro, Espcra poder separar rt llrllrir)g tlcl ala izquierda. Quiere hacerse con el Céntro lrrrr'',rt¡rrii

¡.rrr I

Vurr I [. r',,, pr,r, I Ir rt n r¡r r

ltrn,r (l('s¡ulim0rlos.

obtuvo quince millones do votos, como había profctizado 13,7 millones, equivalentcs al,36,7 de electorales. Los nacionalsocialistas fueron en. tonces el partido más poderoso, y Hindenburg no logró que se constituyera . un Gobierno con mayoría parlamentaria,

a Breiting, pero sí los sufragios

Así, pues, por el artículo 48, con su llamado decreto ley, se vio obligado a apoyar el Gobierno. Hirle r fue el único r que pudo ofrecerle una mayoría parlamentaria con Ios nacionales alemanes, evitándole así la incómoda posibilidad de pasar por un presidente autoritario. 49. No es anacrónica Ia mención de Von Papcn, Hin-

denburg, Hugenberg

y

otros políticos conservadores; prueba

más bien la sagacidad política de Hitler, quicn un año y mcdio antes de alcanzar el poder hace figurár ya a esog

hombres como cómplices. Quiere desmantelar Ia democracia valiéndose del anticomunismo y confrontar a los políticos mencionados con esta alternativa: comumismo o naciona socialismo. Lo que hará, en efecto, en los mcses dc enero y febrero de 1933. Hitler está muy bien informado sobre y conoce las tendenlos asuntos internqs de cada partido cias políticas de lós diversos -personajes públicós. Vislumpapel que podría bra el importante representaf Ia Iglesia católica en su subida al poder; ve en el diputado de la Dieta prusiana y editor del periódico Germaniq, Von Papen, su futura mano derecha, que establecería enlace con Ios casinos señoriales, y por el mismo conducto con Hin. denburg, amén del Vaticano. En enero de 1933, es Von Papen quien emprende negociaciones con Hindcnburg, y Hitler es nombrado canciller. En la primavera dc aquel año, Von Papen gestiona la firma de un concordato coh el Va:

ticano. El 22 de julio de 1933, se suscribe el concordato entre el Tercer Reich y el Vaticano. Es de obse¡var la exactitud con que se atiene Hitler a su "itinerario".

50. Se trata de Mythos des 20. Jahrhunderts, publicado el año 1930. Resulta interesante comprobar que Hitler no

atribuye ninguna significación política a su colaborador ideo lógico, Rosenberg, quien sigue actuando como redactor jefo del Vólkischen Beobachter. Ciertamente, Hitler no expresa su opinión para que Breiting la divulgue, sino porquq ya en ese instaDte está persuadido de que, tarde o tempratror

137

ftrrhl t'on n rle r¡rrr err

aquellos días,

pel que Hitler que

Von

Pa-

n en una reno hace nada Para é1, sólo tiene importancia la for-

ción, como Io demucstra el hccho

l93l barruntc ya la capitulación |rtr() a un Concordato con cl Vaticano. átr¡ lrrrilc Richaid Brciting cvidcnciin que llr i'\ unl)rovisador, sino un calculador frío y pcrfectamentc trt¡¡rrrt,r(lo para hablar cn cada caso como más le convcnlr r on los partjcipantes de sus conferencias sccretas. La ¡ttlrlrl¡r ¡rl podcr no se le of¡ece casualmcnte porquc Hinrlettl,rrr¡¡ hiryir cncomendado una misión a Von Papcn, sino

rlr,l I

¡rilrr¡rrr' llil.lcr ticne prcvistas ya todas las etapas dcsdc l93l rr r¡trriir ¡rntcs. Cuando sus compañcros dc coalición ¡ntcnlrlr (lr \l)lilzilrlc a un segundo plano, no haccn más que Itrrll' r (l( nrilnifiqsto su ingenuidad política. Sca como fucr , lor lrcontccimientos han demostrado que todos cllos Irlrllr¡rr lo ¡rosiblc, ya fuera por razones oportunistas o "palt lrtll( ,r\", pilra dcstruir la República de Weimar y proclatrrrrr rrl tliclrrdor pardo césar del Tercer Reich. La bonvcrrrrrton r'ntre Hitler y Brciting es buena prucba de quc "cl r

r" nridió bicn sus pasos antes y después del asalto al lllvt'lrr, :rsimismo, que muchos conocieron y aprG l¡¡rror lrs lnaniobras de Hitlcr y le secundaron. Ello no se rLlrl,r ¡r su mirada "cautivadora" que fascinaba a la gente, rllo ¡r \r¡s srt¿inicos designios y su férrea voluntad. 1l lrl "programa de trasicgos humanos" expucsto aqul llltle r, ¿rrrancó dc sus hogares a millones y milloncs de ¡lrr (rlrr r,,,¡rios y partidarios, "arios" y "no arios". Se estimó llrr'r¡il¡() rrniquilar a millones dc elcmentos "impuros" para lril¡rrlr/ilr la hcgcmonía germánica. Sc proyccturOn inmcn¡rr r ¡il[l)os de conccntración, ccn(ralcs dc castración y eslr rlllr,rr r,in, ¿rsí como cámaras dc gas, algunas "muy capaI r ,, ', , r)¡r,o por ejcmplo la de Auschwitz. La activid¡d dc hrr lr¡rcrlos cn cutanasia, los grupos de asalto, las cámaras rh' ¡q,rr tr unsportablcs y fijas, así como los expcrimentos rrrl,rr crtclilización, representaron solamentc las fases preltrrrtrr.r¡r's y mccánicas de una industrialización plancada a ll¡lr r\(ll:1. l:l capitán Ernst Roehm, que, tras cl alzamicnto I lllu'

¡r r lr't


138

Edouaú. Calic

llltler'sin

máscara

139

Irtllo ¡rl poder, Hitler poseía ya los rrás poderosos efecllvo¡ nrilitares del mundo, La guerra podía comenzar. Sve: 54, tfur¡

|

llula

c

55.

I

Po

e

bá-

var(l (luc cxclamó en el Reichstag:

"¡f'rcficro morir como bávaro que corromperme

magnate judío vienés.

Los comisarios "interrogaron"

a

y le arrancaron una "confesión". Poco déspués, el acusado reconoció su culpabilidad. Antes, se había intentado obligarle a confesar que la granada la había recibido de la Reichswehr. Tras lá sentencia, Hindenburg recibió un parte secreto en el que se le informaba coofidencialmente que Scbulze, pese a su declaración, sólo pudo haber recibido la granada de Ia Reichswehr, pues el pintor había sido cadete de la Academia militar y conocía.ei lanzamiento de granadas. Se citó, además, como testigos a buen número de antiguos condiscipulos y parientes. Sin embargo, se prefirió soslayar los cargos contra Ia Reichswehr para no desprestigiar al Estado dentro y fuera del país, EntreSchulze

ttr¡r lil 4 de marzo de

1933, pronuncia en Koenigsberg su rtltlnro discurso electoral. El 22 de marzo de 1933, en Postrlrrrrr, sc hace entronizar solemnemente como canqiller por I l lrrr

k nbu rg-

r8. Juitamente I l0 dc enero de rLrrt ¡rara toda Al r

provocación delictiva como si Hitler hubiera sido víctima de informes erróneos, Algunos osan incluso afirmar que existieron indicios demostrables de un alzamiento contra Hit-

ler, y que las medidas del Führer estuvieron justificadas.

corno

absolutamente

53. Hitler impugnó, sólo por envidia, la política americana de gran potencia y la, aún incipiente, de Rusia, asi como el planes q cupó la

esfuerzo puebl

al

doctrina social. Los trabajadores fueron, simplemente, sometidos a una disciplina política, se requirió de ellos la forja de armas para conquistar el Occidente y el Oriente. Las fuentes de materias primas que tanto ansiaba Hitler, no tuvieron la finalidad de promover el nivel de vida, sino sus planes de conquista universal. Aquellas autopistas construi-

das tan aprisa fueron premisa necesaria para llevar a cabo Ia fulgurante guerra mqtorizada. Cinco años después de su

pués de su subida al poder' la Administración centralizaiante Ia equiparación de los

rllvcrsos Estados federales, 1(). Goebbels funda en Berlín (Alaque). ,lnxrlll 'i,rl.'gt

el

periódico del Partido

Ministerio de Defensa tiene a su disposiciótr vllnlirin regimientos de infantería, dieciocho de caballería, ¡l,,tc dc artillería, varios batallones de ingenieros y un grupo


llltlcr sin máscara

Edouard

140

órdenes. Las SS berlinesas, bajo el mando de Kurt ge, someten a las rebeldes SA. 65. Una vez sofocado el "alzamiento Stennes", Hitler

cribe una carta a Daluege en la que formula iu

fam

lema.: Vuestro bonor se llama lealiad. 66. De esta conversación se infiere que Hitler piensa organizar un poderoso Servicio Secreto. Précisamente en eso mrsmo verano encomienda al Reichsführer SS Heinrich

ler

141

lu fll[lonte Wehrmac Io rlc rroular a sus Itur¡¡r

pcrsonalmente

dnr, O¡'dcnó, pues,

trll

lllornbcrg.

rh'

l'/.19

y

a

dci

Ylltlclollcs mrnuclosa

Ia

67. l4s Y labra

frases estereotipa. palabra por pa.

é ileas aparecefl

particularmente en sus réplicas durante el debate pailamen

tario del 23-III-1933 sobre la ley de plenos poderei, cuando trata a los socialdemócratas de traidoies y ahtipatriotas, ha. ciéndoles respon§ables del de'scalabro milirar eil la Priiner¡ Guera Mundial (teoría de la puñalada trapera).

68. Esa actitud hitlerina

causa gran revuelo entre loll más capqces cerebros judíos; quista del poder, muchos de ellos ma Y no causan ninguna per(urbación en sino todo lo contrario: ayudan a elabo cientÍficos y técnicos para destruir la maquinaria béüca na. mejores

y

cionalsocialista.

69. Tras la usurpación del poder, Hitler da malor afll. plit{rd a sus organizaciones paramilitares y políticás: Juventudes Hitlerianas, SA, SS, NSKK, Sérvicio de Tra. bajo, etcétera.

70. Hacia fines de 1931, Richard Breiting averigua quc el confidente de Heydrich en Leipzig ha in-formadó so6rc el papel que él repreientó entre los- nacionakis alemanes c tra el NSDAP. Apenas consumado el asalto al poder,

I

sto solícirámentá ai principios de 1934, "lacayo de los ju. del inminente e¡r¡ carcelamiento. Sigue siendo rcdactor jefe dcl periódico, au¡. que sólo nominalmente, porquc se quiere sacar provecho dC sus numerosas relaciones. 71. El diálogo final entre Hitler y Breiting deja entro ver claramente que Hitler conceptúa esta segunda üsit¡ como uDa toma de contacto con los nacionales alemanet. También parece sugerírselo el hecho de que Hitler csté bicn informado sobre todo cuanto ocurre en Sajonia y en lat capas superiores del estamento estatal helm Bünger (ex ministro presidente íntimo de Breiting) fue nombrado . pr Supremo del Reich el 20 de agosto de pués, y por deseo expreso de Hitler, Wilhelm Bünger pro. sidió el famoso proceso sobre el inccndio del Rcichsta¡, cuya vista duró desde el 2l de seticmbre de 1933 hasta cl 23 de diciembre del mismo año. 72. Cuando Hitler tomó la determinación de entrar cof

l'tll¡re

cl caoitán general Fritsch hubo de caer por st¡ r ünte Vársovia. Muchos hablaron de suicidio. Hitler


Estudio anatómico sobre Ia y el espíritu destructivo de Adolf Hitler

demagogia

Epílogo,

observaciones y elucidaciones del doctor Edouard Calic


JURAMENTO DE LEGALIDAD GOLPE DE ESTADO - TIRANfACALIC IiI'II,OGO DEL DOCTOR EDOUARD

lin

l0

sr¡s conversaciones con Richard Breiting,

iltilIR

StN ^[ASCAR{


Ilitler sin mdscara

147

nacionales; y, precisamente, se del poder gracias a esa coalición. Tal como plcdijo en su entrevista con Richard Breiting, cuando emprendió su marcha hacia el poder¡ recibió gran ayuda de la industria y una parte del generalato. A fines del año L932 empleó ficticios lcclamos anticomunistas para confrontar a la burgucsÍa con esta alternativa: nbolchevismo o nat'ionalsocialismo.» Quienes osaron refutar una

ta de alemanes

¿rclueñó

clisyuntiva tan .artificiosa, basándose en que los c<¡munistas sólo contaban con la octava parte del clcctorado, fueron calificados de traidores de lesa l).rtria. La alternativa «bolchevismo o nacionalse eialismo» se o¡ientó en primer lugar contra el ¡rar[ido del Centro y los socialdemócratas. Estuvo concebida para desautorizar a ésos y otros ¡rartidos demócratas, y socavar así la República

tlc

Weimar.

Brüning, canciller desde 1930, gobernó sin el

mano de ¡xrrtido socialdemócrata krs decretos leyes, una p or razones ni mucho ¡xrliticas y jurídicas no rrcnos a Hitler. Más bien le allanó el camino ¡rar-a el desmantelamiento definitivo de la coalieión «roja y negra» que aún se mantenía firme «'n la Dieta prusiana. También le proporcionó los lrrndamentos de su usurpación "legalr, que sería lsí factible sin el asensó del pueblo ni del ParLrrnento

r.

el gran estadista Strepolítica que rlio autoridad y prestigio a su país dentro y fuq ra de las fronteras alemanas. Sin embargo, no lrrc sólo Hitler quien rechazó ese método guberrramental, sino también muchos miembros de los circulos conservadores. En octubre de 1925, Strelicmann suscrit¡ió el Tratado de Locarno (Alema¡ria establecía garantías llrs pacto de rlc :¡rnistad con Rusiaz. En setiembre de 1926 el éxiIr¡ coronó sus esfuerzos: quedó firrnada y sellarll la reconciliación con Francia. Briand aprovey cañones chó tal ocasión para paz». Strescrían remplazados p scmann fue eI prim la política Desde 1923 hasta 1929,

scmann había llevado

a

cabc¡ una


148

Edouard. Calic

Ilitler sin mdscara

149

NSDAP, que ofrecerá unas «condiciones saluda-

blcs».

Aquellos que tuvieron la misión de tratar de rcflciar los pensamientos hitlerianos en Ios §rar» tlcs diarios, procedieron con cautelosa táctica. Alirmaron que se debía mantener contacto con cl icfe del NSDAP para establecer Ia debida divis<¡ria entre los elementos sanos de su Movi¡ricnto y as prop e ab. surdos pl I del cos- El

l)eutschen bi(¡, el 10

Zeitung escripodía 1930, qu cvr¡lucionar todavia, que no habÍa definido aún sr¡ programa económico y que, pese a Ia actitud rcfractaria de la burgu.esía, el «enemigo mortal tlcl comunismo ganaba ascendiente». Además, t'onvendría «asociarse con un hombre tan enérgico y entusiasta como Hitler para mejorar las 3. condiciones existentes»

Una carta de Bernhard, director del «Darmsliicltcr und National-Bank», refleia la atmósfera rcinante tras las elecciones de 1930. Dirigiéndose ¡ror escrito a un amigo, Bernhard opinaba que los nacionalsocialistas «podrían contribuir no poco a tlcspejar las dificultades internas». Con todo, pre scguía, convendría suprimir algunas oimpurezas t'conómicas» en el NSDAP. (Carta a Fritz Klein, 17 de noviembre de 1930.) Bernhard creyó gue cl'a «disparatado» asignar demasiada importancia al antisemitismo de Hitler; pues «los propios jurlí<¡s son culpables de ese antisemitismo». Bernlrard consideró que «sólo ciertas gentes como los t'olaboradores del Weltbühne Carl von Os-hablapor dicho ansictzky- podían sentirse afectadas liscmitismo». Ya entonces, su alternativa rezaba rrsí: nElementos valiosos del NSDAP" o "domiriio rlc un caciquismo'que sólo suscitaba repugnant'ia...», aludiéndose aquí, sobre todo, a la demo. cracia social. El I de diciembre de 1930 el DAZ Iogró publicar un editorial sobre el tema parla:;ión de un sistema»..., concretamente el "Dimi¡ncntarismo. Este gran periódico, orientador de Irr opinión pública alemana. imprimió largos pasaies de Mein Kampf y tituló esa columna: «Aporlación informativa.» Además, se generalizaron Ias opiniones del general Von Seeckt y del banque-


150

Edouard. Calic

Hitler sin mdscara

ro Hjalmar §chacht, quienes abogaron po, .ro'Go bierno con Hitler.

151

Es indudable que Hitler no exteriorizó única-

(\)ntraron

eco

tlió precisame rrrán; p res las

ilo

qulsleron

la derrota en el primer conflicto mundial desenlace militar deflnitivo; asimismo, nruchos ex c re-

¡¡ccptar

c()mo

un

del de Ia las rt:paraciones res (()mo una vergüenza nacional. Los círculos deretl titución de Wei' nr para una refor,r ectoral. Les rede StresemaPn l)t glcsaron

Vcrsalles,

blcmas estatales. Evidentemente,

Hitler tuvo suficiente sagacidad ¡xrra diferenciar en sus comunicaciones "confident'i¿rles» a los interlocutores elegidos y la exposición rlc su programa ante el pueblo alemán y Ios ex-


152

Edouard Calic

llitlcr sin mdscara

153

tranieros. Precisamente por eso Breiting hubo de comprometerse a no publicar la conversación como una entrevista de Prensa. La alusión a una probable pérdida de anuncios fue sólo un señuelo. Hit-

masas populares le obligó incluso a hacerse pasar por socialista y prometer «medidas socialistas».'

únicamente los iniciados como Breiting pudieron comprobar cuán indiferentes le eran esos puntos de su programa. Hitler vio las elecciones y el ascendiente sobre las masas como una especie de

re

turación rutinaria. «Un estadista debe desbrozar año tras año su pueblo, tal como un labrador sus

campos» (16 de octubre de 1932). Sin embargo nun-

el Tercer Reichs no debía ser fundado por príncipes sino por el pueblo. Ahora bien, él entendÍa por «pueblo» su propia persona, o, si acaso, lo onía hacer del pueblo. se un genio de la Historia, llamado a el pueblo y el mundo, figrrró entre los de importancia universal» eue no esti maron oportuno hacerse reflexiones morales ni jurídicas antes de obrar. ó Grandes conquistadores como Aníbal, Alejandro Magno, César, Gengis Kan o Napoleón no habrían pensado jamás en ex-

poner sus razones ante alguien antes de tomar una determinación. Ahora bien, sólo se podrían adoptar resoluciones de trascendencia internacional cuando Hitler ocupase finalmente el poder. Aunque calculó con acierto las condiciones po líticas internas para el despliegue de su poder, se equivocó totalmente cuando predijo las probables de su exeiting. El

mejor co dió ni un

V oltit

r¡trtlrzirr

lrr lil\() lllu(l

rrr

ll',1¡r rlc

l'o¡ una parte, él no era todavía

ciudadano

rrllrrr:ilr, y eI Gobierno bávaro tampoco tenía el lrr'lor' ¡tropósito de mostrarle tanta óondescendenI l¡r; lx)r' otra parte, él sabía que no era tan senr lllo pr'oceder contra un apátrida que había coml,¡rtrrlr) ('()mo voluntario en la Primeia Guerra Mun-

rlt,rl ¡,rrrrando la EK II* el aflo 7914 v Ia EK I** ll ,r¡o 1918. Además, podía vanagloiiarse de relrrr,,i illirr a seis millones y medio de electores. ' ( rLt¿ de Hierro de 2." clase. '+ ( ruz dc Hierro de 1." clase.


154

Edouard Calic

llitler sin

mtiscara

. Aunque

1ilil v

155

hacia 1932 se había alcanzado casi eI

isl

|.lI rle I ¡rr lr

¡ol¡r'c la Prensa Adcmás, intentó

lrrrlustria,

us propios en-la -Reic

la un un

la

policía.

r.llt¡ necesitaba tiempo y -ilineró, tal como confe¡ír a Breiting. Asimismo, rri Asimismo, había de mostrarse caulck¡so en su actuacion ¡rlt'ciso evitar que los i rr¡rrrrbaría su política, eso

.li¡r un futuro previsible,

f'ur'()l)cos de Alemania: Inglaterra

liutttpf ).

Scgún Hitler,

¡rn'gnada rlios; por rh' csc ve

e ltalia» (Mein

la política francesa estaba imel dictado de Ios iuninguna aprobación poder descártar a la

o¡rirrión p

lin el curso del año

1932,

el iefe nacionalsocia-

llrll continuó organizando sus Secciones de Asallr», su servicio secreto y su «quinta columna». Los

rt¡rznrcnte sus posiciones

e intereses. Así, pues, la

lrrlilt¡ación que él efectuó en distintas esféras so r r;rlt's tqvo por objeto prometerles garantías y po ¡ilriliclad para un futuro desarrollo. "La Jefátúra NSI)AP del Reich no debe ser promovida baio rrirr¡1úrn concepto a Ia condición de una entidad n('ulnl», ase-guraba Hitler a sus futuros compañe-

rr¡s de coalición. Revelantes personalidades de la


l5ó

llttlcr

Edouard Calic

líticos. Ese Gobierno debería estar facultado para ejercer el poder durante por lo menos un año, sin que peiturbaran su labor Ias interpelaciones parlamentarias o del partido. Ciertamente, Hitler aseguró a Von Papen, el 28 de enero de 1933, que se darían todos los pasos en el terreno legal v dentro del marco constitucional; entretanto, no había pensado siquiera en ceder durante mucho tiempo los ministerios del Reich a quienes les había sido impuesta la dimisión, y menos todavía 'restablecer su autoridad en el país. Para é1, ellos fueron el caballo de madera que Io llevaría hasta Troya y de cuya panza saldría por sorpresa. El obsequio que hizo a los iefes del partido burgués fue en realidad un barril de pólvora. Hitler pudo asumir sin inquietud los deberes inherentes a una entronización legal y tomar en consideración la voluntad popular, pues sabía ya que tendrÍa baio su mando los más importantes resortes estatales, el Ministerio de la Gobernación y la Policía pru-

sin máscara

r57

l'lrilipp Scheidemann (SPD) denunció ya las maurrrraciones de Ios elementos reaccionarios de la llt.it'lrswchr que intentaban desvirtuar los buenos

y su politica. Cuando, el lll tlc 'Iannenberg, setiembre de 1928, se inauguró el monumense desataron las protestas. El lr¡ lr

olicir-rs de Stresemann

"l(t'icllsbanner», una organización socialdemócralrr, rrt'gó su asistencia al solemne acto porque tamlriti¡r cstaria presente Ludendorff. Hindenburg pre Irr¡rrció una arenga patriótica. En el curso de rur¡rrt'l año se elevaron voces acusando a la Reichsrvllrr clc ser un Estado dentro del Estado. Hitler lonrri buena nota. Por esa misma razón se deshir, r'r'r ¿rlabanzas siempre que habló de la Reichs-

rvr'lrr como

.

un todo. Naturalmente, no le

pasó

Irr¡rrlvt'rtida Ia rivalidad entre los generales. Prelr'rt;urtk.» el deseo de proteger a la Reichswehr conIr,r los ataques polÍticos, censuró acerbamente los r,,,r ;rs()s créditos concedidos para la defensa v re¡rrliri varias veces que pondría sus formaciones lr,rr rrrrrilitares a disposición de la defensa nacio ir,rl. Nrrmerosos ofiéiales colaboraron con los exlx'r l()s estrategas de Hitler para preparar un r.slrrtlio, en el que se demostrara que no sería ¡rrrsilrfc garantizar la paz ni las fronteras del país rri('nlr'¿rs no se incluyesen las unidades voluntar rirs cn los planes de movilización general. Enlor¡tt's cobró incremento la llamada instrrrcción v Roehm tomó contacto, siempre que ll( n¡ilitar, l,' lrrc posible, con los generales. Por ese conducto llrtlt'r'intentó hacer participar a una parte de sus Irr¡¡rrbrcs en .los ranchos del eiército", encuadrar rr \u gcnte en el dispositivo defensivo y ganarse a l,r l{cichsv¿ehr como copartícipe activo de sus am-

ir¡sas St: p ¡rtribuía Irrt

s.

ramente cuánta importancia Reichswehr cuando, en el año It)12, cxigió la disolución del Reichstag, y el 4 de irrrrio de 1932 se entrevistó con el general Schlei-

lrrr- para r;ryuba qu

r

rlr;r ya lr

a

toI llcnto .5 cle ,funio

ll de 1932, Hindenburg firmó el decretr¡ tle disolución. Hitler había sabido de antemarr,r zr qu{én le convenía recurrir para imponer su


158

Edouatd Calic

159 llltler sin máscara llitlcr y sus,amigos obtuvieran la mayoría abso-

Iuta v, el 1 de agosto de 1932, formaran un nuevo

(iol'ricrno

!

cle rrtlos? tlutl co rrllur'¿r

para pr ló de ci

v¡rs

t

demost

s técnic

poblaciones représentó auténticos espectáculos rlc aviación, se hizo escoltar por las avionetas rlt'¡r«rrtivas de algunos industriales, inspeccionó Ios rrlxu'¿ltos más modernos, subió al gigantesco hirlrrrirvión "Dornier X, s¡ Warnemünde, y'la foto ¡1r'rrlía que se tomó con tal motivo fue publicada ¡¿rrrras

lx

)r

P lr¡rn rr¡r rcpresentación

e Bremen, que le aguardio de Weser, escenificó especial: a bordo de su aparaf o, lrrillantemente iluminado, trazó grandes rizos r,n cl cielo oscurecido del anochecer. Evidentemenl(', con esos luminosos signos celestes quiso conrruricar al público que Dios había otorgado a los ¡rl('nr¿rnes

el don de elaborar Ia técnica hasta

su

nri'rxima perfección y por ello EL estaba llamado, t'r¡trl un segundo Mesías, a presentarles el produc-

lr¡ clc sus incomparables conocimientos. Hitler lr,ilcró en sus discursos que no buscaba un

esca-

cicntíficos del genio alemán fueron explotados en irrtcrós del mundo financiero iudío." Pero, bajo esa situación. sr¡

u(lr r'iri rlt'

r¡rrinas

la

reorganiza-

a conservación

poner las má-

al servicio de la paz y del trabajo coti-


ró0

Edouard Calic

diano. Pero, cuando los técnicos y obreros alema-

de ;¿;-h"bi¿;ón erigido el poderoso complejo «

iabricación en serIe, Goeriñg vociferó: ¡Primero

Hitler sin mdscara

Los discursos que hizo grabar en el estudio contenían toda clase de artimañas retóricas; alli juraba a la clase media, los campesinos, intelectuaIcs, católicos y protestantes que se comprometería p«.rr el futuro de Alemania sin haccr distinciones cntre clases sociales, profepiones Y confesiones. En

ll - urrr.R slN i

161

MAsc R.l


762

Edouqrd Calic

Ilitler sin ,,,,

mdscara

"rt'1?r11'f

,$:.'i'ii?oí:it

que Hitter pudiein o áii-á üIBl,!1[¿H.,,Bll.t srr nersón2ria.a -- c-ii--til#F".'á¡*á"rI', qemon rlñtH¡llll.l .¡y11^qoslotg cc t bral aI- c-ab I

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alguna de que náCóiit Prcnsa tanto como Io apuntarse el éxito en Ias

I

Partido comunista alemán,


til

Edouard

Los latifundistas

cargas contó con Ia implanta gato_rio y sa. Los m Otto von libres de sus

llttlcr

Ct

se vieron ya El generalalg; io militar obll. para la defen

emplo Herbert

su§ planes al retorno de los Hohenzollern. No es extráño, pues,, que el prÍncipe de esa familia real, August Wilñelm; ingresara en las formaciones SA, qu-e el ex prín cipe .heredero se presentara en - Schloss ^Oels'

,

«¡Heil Hitler!». En abril de 1932, esa «cola de ratón» logró cautivar ante

13,4 millones de Ios 37,6 millones de e

entonces, los 6,5 millones que se abstuvieron no

figuraban todavía entre los acólitos de Hitler. En el verano de 1932, una serie de factores vino a reforzar las múltiples promesas demagógicas he chas por Hitler:

1)

Se confirmó su pronóstico acerca de los tra-

bajadores parados. Lás arcas estatales debieron Prestar asistencia a 5 ó 6 millones de personas desocupadas, Los parados

no vislumb.raron

solasegun

*t:

la econó

mica, vio en Hitler el salvador de su tambaleante subsistencia, El le había prometido acabar con los monopolios y suprimir la competencia de los grandes almacenes iudíos. Ante todo, se esperaba de su «nuevo orden» un 4ivel de vida más tole-

rable.

2) La industria ,tuvo a Hitler por un

hombre

con quien se podÍa dialogar para resolver Ios problemas sociales. El 27 de enero de 1932, él expuzo pasar por liberador. a Ilenarse las arcas del esperaron una reactivaanes hitlerianos para el rearme.

sin

mascara

1ó5


166

Edouard Colb

Hitler sin md.scara

167

prender fuego a Ias sinagogas, aunque así y todo mediante los comandos especial de Heydrich. La lucha de Hitler contra el dictado de Versa-

nte contra las deudas y reparafue entre los años 1930 y 1932, efectivo de su propaganda. Mediante sus belicosas arengas contra las opresivas reparaciones, se constituyó en abogado de la eco nomía alemana, defendiendo su salvación y saneamiento. Aun cuando el Tratado de Londres de 1921, que imponía a Alemania el pago de 132.000 millones de marcos, fue sustituido por el Plan Dawes, aprobado e¡ 7924, en el que no se mencionaba ya concretamente ninguna deuda de guerra,

tre socialdemócratas y comunistas, sino también el asalto del KP a la burguesía. Le habría conve-

cie_ntos

a Italia,

todavÍa repartió rnadamente entr

Bélgica y

es aproxi-

11.200 millones. Hitler calculó que Alemania debería pagar todavía 114.500 millones de marcos en tributos y devolución de empréstitos e intereses acumulados

el período comprendido entre los años y 1988. Según sus cálculos, eso equivaldría a clos mil millones anuales, tal como manifestara durante 1930

Breiting. Los oradores hitlerianos simpliñcaron este pro hlema cuando hablaban ante trabaiadores en paro; lo tergiversaron para hacer creer que si uno no

cstuviese suieto a ese tributo percibiría 500 mart'os más cada año. A los campesinos no se les {iio ni una palabra de Ias promesas que habían sido lrcchas ante los trabajadores en paro. Eso sí, se lcs habló de créditos sin interéi para resolver,

de poder dictatorial creyó llegado el momento de * Partido comunista,

por lo menos en parte, Ia crisis agrícola, Entre l<¡s industriales se hizo cundir Ia esperanza de (lue esas sumas se invertirían en sus empresas. Dicha campaña resultó tan efrcaz, que incluso los


168

Edoudrd Calic

llitler

sin

mdscara

ló9

mente co

venio de de L932) millones

de hacer frente a los empréstitos y sus respecti' vos intereses, que importaron centenares de ml' llones. Hitler'nó pudo'seguir alime-ntando sus die cursos con reclamaciones contra tales gastos.

comprender. vo no puedo decir tal cosa en También aseguró a las manii."estacio'nés públi-cas." -esos dos mil -millones no pe' su interlocutor que sarían tanto como los 18.000 millones de ca adicionales que le fueron impuestas en tres (1925-L928) al Estado por los sindicatos-. Si -se iñáiálá-áu"s pagos,-resultaría que g-l Ggbierno gariáUa cada año-ocho mil millones. En diversáq

teil

É

Irr,r lrr¡ «le que tres meses después, en las elecciones rlr,l (r rle noviembre de 1932, dos millones de elec-

I

u

t,l,

lI¡r:r

rh'ur Irrt (l

rtlr,,r¡lr


170

Edouard Calic

Hitler sin tndscara

lll

dos). Por no decir nada sobre su oculto propósito de utilizar abusivamente la cancillería del Reich pa el sistema parlamentario. Con ias pa siguen intentó hacer ver al pueblo la sus exigencias: *Sea como fuere, antiguamente se solía confiar en Alemania la forma-

ción de un Gabinete al jefe del mayor partido, rnientras que en nuestros tiempos Ias cualidades gubernativas no parecen reflejar Ia grandeza de rrn partido, sino más bien su pequeñe2...» Hitler coronó esa frase con uDa cita de Bismarck a la inversal "Así, pues, la política no es ya el arte

¡rlato de lentejas. Mis jefes comprenderían nunca si yo no Hitler vio en las nuevas

Gab bre blo bier

o no

me

í'3.r>

el -queiem-

puo

Go,

«La

oferta de una vicecancillería y las condiciones asociadas a ella son simplemente un recurso para obstaculizar la formación cÍe una concentración nacional.» Ante las inminente elecciones, Hitler hizo

beza de turco.


172

llitler

Edouad. Calic

sin máscara

l?3

lrr propuesta de actuar como vicecanciller en el

(ir¡bicrno Von Papen. r¡rrt:

cl

NSDAP había

los cn las elecciones

I i I

ista alemán v su actitud similar el Centro, mani1931: «Principal

y política del movimiento

ormación mental

nacionalsocialista hasta

Solamente un miembro de la «oposición nacie nalista» entrevió a tiempo los propósitos de Hitler encaminados hacia el golpe de Estado: el iefe de dicha minoría, doctor Ernst Oberfohren, que tenía amistosas relaciones con Breiting y a quien pudo convencer de que Hitler intentaba desmantelar el sistema parlamentario y ejércer un dG minio tiránico con sus «meiores cerebros». Oberfohren fue una de esas personas que se aferran aún más a su criterio tan pronto como encuentran resistencia. Por ello le ale§ró que Hitler rechazase

,

.,


174

Edouard Calic

lllller

sin máscara

175

ft re

llllr(' alt il li('

¡rt':rr Ia mecha que conduciría desde la Segunda (irrt'rra Mundial hasta Auschwitz.

t.ii gir ( ir

nacionalsq e había nectorales: la

tuó de

in-

lclrncdiario. ¿Qué le movió a poner en juego su ¡rt¡toria influéncia sobre Elindenburg? Es posible rtr¡c Von Papen encontrara bastante razonables lirs condici<.¡nes de Hitler. Nos desagradaría supo-

un gele1a.l como Blomberg. Además, se pondrá fin definitivamente a la iñtromisión de- los sindicatos en la vida económica" Pero Ia realidad bajo


176

Ed.oua¡d

llitter sin

mdscara

177

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178

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Edouard. Calic

erecctone

y extremo

Reichstag

en

gobernar con elr

i'ó; lóliiiá^i,á rcio¡iar ¿enniii.,

llltlcr

sin

mdscara

179

potlcr formar más tarde ,-rn\obierno que lo reco n(,cicra como dictador absoluto. Solamente como tln dominador indiscutible lograría manipular la lla. ido la

del

e incluso con una parte de la llbcral y conservadora. lólicos,

ca'

burguesía

Ateniéndose a su lema electoral «AquÍ no deci-

I I

I (

Irrllilrizado con el tema. tención a la reserva electoral de íticos y de aquellos.que aceptakr lrr todo cuanto les ofrecÍan los selrurrrarios, la radio y la Prensa. «Ese grupo, supel'krr numéricamente a todos Ios demás, consta de

llrpcn, Hitler decidió dirigirse a esos «gandules» rlcirlc posiciones más favorables, suietando con r¡rruro firme la Prensa y la radio, Creyó llegado el lll()f I

l¡rs

lx)r I

yorÍa de la coalición, srno'poi ta iuia'proñá, para

tt.


180

Edouard. Calic

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t82

Un análisis de las

Edouard Catic elecciones celebradas el

Illtler sin máscara

183

¡'lu cur tjo

con el incendio en el NSDAP. P contaba casi co volos en las elecciones de noviembre, resulta que

¡xrr cl Centro, resulta que por lo menos de 13 a l4 millones de trabajadoreS dijeron «no» a Hitlcr ", Si contamos ahora a los temerosos cuyo

les Hitler lil cscaso

¡r¡lctlo

rnas, tendremos

un l0 por cienmuchos de ese l0 pt¡r ciento estaban sin trabajo. Ciertamente, el lr.l'c del NSDAP consiguió ganar hasta un 20 por llcnto en varios barrios obreros, pero este hecho

r¡trc

rur significa que Ios votantes fueran ¡rrrrpiámente iiichos; en esas suburbio lrlttri muchos comerciantes, artesanos,

4^"Ie! qq" los socialdemócratas perdieron unos por Ia histe-

50.000 afiliados, quienes, abrumadós

lit'ión. Su obietivo fue lograr Ia mayoría absoluta


184

Edouard Calic

llltler

sin

ttdscara

185

puso -de -t;-ii;; rpa eso ^manifiesto Io q-ue se le avécinibapartido. Su tolerancia réspecto -a ;ir-

iió

i6r-i,ótós

jos cret Ios

uetta

éii

KpD. La

procuiO-

tan añorada mavoiii-áUsoluta: los $_iputados del NSDAp representaron entonces Hitler

_Ia

Sl-por_ciento de los 566 áip"úa;;";d;ñ; a la_totalidad de 647 era sólo'el ai.e .Á.-"i"i+;¡.' advino

cedimie Ante

c e

Iisis ob.¡etrvo poclrá dar dos los falseaciores de Ia matices y fefutar punto por punto sus asevera n_es- especulativas sobre la fuerza «demoníaca» Hitler o -la inclinación del pueblo atémá"-a u! burdo dictador y aclamar srr noli¿ig¿ "", Lres ?: tl - -- ..: Giitterdiimerung*. No, la-gran nos y.tra_baladores no dio iam ".iitil Hitler, Io§ otros, Ios que votaron p". Nb'ü¿-É,. |^d_"Ti_., co-nstltuyeron una minorÍa y no todos "l üeron urí

r¡trlrrlrria e un que ¡ol¡rc de le «lccía istas Itrrlrf:rn pl nazi tt¡rcil¡ de un engaño, un delito, y el escrutinio se lrrr' la ley de plenos poderes del 24-IfI-1933 fue ¡r.¡rt'illamente el réquiem para la pena capital dio Irrrl¡r cl 30 de enero de 1933 y ejecutada el 27 de f.ehlt'¡o de 1933. Hitler debió ese triunfo, en no eslur¡r medida, a su genial artífice propagandista ,lost'¡rh Goebbels, quien había remplazado lós .,vue-

del Führer por los fuegos artidel Reichstag. Goebbels fue nombrado t¡rinistro de Propaganda del Reich por haber movllizrrtlo con su espectáculo cuatro millones de .grrrrtlrrlesr> y 1,5 millones de renegados. Irq

libcradores»

llt l¡rlcs

'l'r'as el incendio del Parlamento, momento que n¡rrrrvcchó Hitler para adueñarse de los mecanis-

'

Ocaso de los dioses.

Ir¡¡r

tlc una acción aniquiladora.


196

douard calic

Hitler sin másca¡a

187

prcDarar la victoria electoral del SIII-1933 y el ro Icrdndum del 12-XI-1933. Se violentó a la ópinión

liührer se mostró visiblemente conmovido por sus

Este

y otros

métodos fueron empleados para


Edouard Calb

188

después, una carta manuscrita

Ilitler sin

mdscara

a la señora Brei-

Ier no se deiaba aconsejar por nadie, odiaba toda clase de influencias. Su aversión abarcaba a Ia. alta burocracia, los directores de monopolios, ge

rot'i:rldemócratas.

La élite debiera haber buscado v encontrado una salida. Por ejemplo, podría haberse puesto de acuerdo con cristianos y marxistas para sol. ventar juntos la crisis y hacer frente al asalto de ¡Sí, señor!,

189


190

Edouard Calic

1932 con el «comando pará por el gruppen esa sincroniza. uruu cre ros olversos servlcros secretos. Hitler podido .escenificar jamás su -p'.ovo"ac fl!.iE Lo-s. elementos infiltrados sé enmascá.áió"-ó"n afiliación a un «partido legal, pa.á e"iié"iári" socialdemócratas y comuáistás v desaloiarlos s_us puestos como enemigos del iuturo oiden damental. nismo no

llltler él

n<¡

sin máscara

191

reconócería la doctrina «Derecho ante todo»,

,

:

la Repúbli dos. a antiguos lunclonarios de Ia GestaDo, re¡ re.c-idos después de 1945, cons-ta claramen^te que militantes de la policíá y el servicio iétie=to lerianos colaboraban ya en 1932 con ciertos nes.para obtener p-regun-tas «pruebas» de que Juoros proporcronaban dinero y armas a los munista.s con objeto de promovér su lucha los nacionalsocialistas¿.Hitler mantuvo el principio de que un es ta, e incluso un funciónario, no neóésitá á se a las _nor-mas ilrrídicas. pues bien, esa r no fue sólo fruto de su engreimiento se por un personaje histórico -y universal-. -élsino bién de una acusación inÍundada, a éaber, los judíos comete

gTa Pra manes

alemán y su ravos soldados tueron traicionados ya una vez poi lá-mi; ma <(ctrusma», concretamente cr¡ando lós po!íti-ol de 1918 les por la espalda,i Cúse¡ cuentemente, "-aplrñalaron la lucha contra la República de Wei. mar.rto rrecesitaba sujetarse a nin!¡una norma l,+ gal. En- tal coyuntura-, regían tan íOlo eT s;;i"--y

la ley lev del más más

ctó qto, provocacion fuer bitual de Ia nu iona Cuando Hitler quiso hacer colgar

las

5ne_rlte

inmediata. después del hecho al uincendiario, Van Dá

Lubbe mis mento -aquel hgmano- p sencia, clamó

.

y

a.

ante

Jefe de grupo.

stru.

p¡q quq

Ir'rlr pudo contar con una minoría del pueblo aleltrrtrr irara adueñarse del poder, también es cierto


192

Edouard Calic

Hitler sin

mdscara

193

juventud, pequeños

ilitares y estamendescomu-

nales formaciones paramilitares, y se impuso el lrabajo a las muieres. Todo ello en conjunto equivalió a una movilización total del pueblo. Los supuestos cambios estructurales despertaron esperanzas y apetitos. Ya no se pidió Ia equiparación, sino los privilegios correspondientes a un nuevo orden continental en una sociedad desigual regida por unos principios opresivos, Acontecimientos muy recientes han mostrado una vez más que el soldado ordinario puede luchar

cabeza cuando leemos que los jueces de los ribunales berlineses utilizan todavía exclusivamente la maculatura de Leipzig como «pauta documen-

la

t

ñola y el Frente Pooul ejefnplificar ante los' al sal. Se habló de mui dos con sasolina v " Cóndor qüe Hitler" e como una aportación mili d-e Ia givilización. Asimismo, cuando Hitler aferró -áé el poder. con ambas manoé, uraió uniserie

nsideren razonable que se tal dictada contra Van Der de reclusión menor, justifias siguientes palabras: "Es e que Hitler fue proclamaind del Reich. Asimismo, la dedo sus s recogida por los nacionalsocialistas en las elecciones de Ios años 1930-1932,

nores. La degeneración ulares tuvo caracteres

que baio I ial y de la

regaran su subsistió el

alemana sufrió un form que.l9 se_ podrá corregir perdida. La transformáci aparente para posibilitar

olvidado los hechos históricos que debieran honrar con su memoria como tales iuristas. Desde las elecciones estivales (31-VII-1932) hasta el plebisci13

- flTr.R srN

MAsc/lRA


194

Ilitler sin máscara

Edouard. Callc

) Hitler perdió, según sabe, votos, y con los 11,7 millo restantes resrantes representó

a una

cuarta parte del cuelpo electoral alemán antes de asumir el poder. sfiqurQ la téclrica sucesoria ms principio de-legalida4 -sinoy qr+e Ia.personalidad de Hitler sus

- .Golq Mann ha definido con laconismo y pre cisión la actitud de Hitler ante el ser hufrrano: o,El sólo decía lo que se-le án-tojaba_ más prove. choso en un momerito dado. Tales" emuuiléréJióá los más

convincentes.»

representan_te

rrl pa

s

de Ia

r

burguesía,

teorÍas sobre el Estado y el sobre el Derecho v la oaz. so.

Y que para ot tó una una

de Rau acia - ___acia__-^-_

nos ha iransmitido nínÁ,un estenógrama.

plasmar especre,

monstru

cerebros

cir

*

que

Himmler.

I

iino

ano.

195


196

Edouatd Calic

Hitler sin tndscara representantes

191

en

,

Ya- P_rq

e claramente por Y el hu' s, a des' n todos los eslam aculares maniobras diversivas sobre un Reich germánico Y

de la burguesía, el trabajo, el imiento liberal, las fuerzas ar'

mento, la ley de plenos poderes, las encuestas na' cionales adulteraiias, las leyes de Nuremberg, Ios

dose de maniobras desorientadoras para procurarse una coartada efectiva, el Führer manipuló al NSDAP como un delincuente bien enmascarado

adie podrá inda-

ciales o"sus prodel Führer han reglas del juego democrático impiden toda ligazón con el lepresentante de una minoría heterogénea y antidemo-

crática.

Pese a Ia bestialidad sin igual Pra Hitler y sus secuaces en Alemania, el mán dio innumerables pruebas de su ya fuera enarbolando la bandera del honor

me-

ro. Dero iamás se le ocurrió buscar inspiración en las obias del maestro de Nuremberg. Desde las fechas en que decidió ser político y estadistá,


198

Edouard Calic

Hitler sin mdscara

199

se vio siempre cual iinete apocalíptico en raudo galopar a través del mundo eicoltado por la muerte y el diablo. EI conoció bien las iuerzas destructivas y impulso de apli-

Ince el abismo.

carlas.

y

gue-

s Juanes en

Ale-

asesinatos

¡ras fueron

ompañaron hacia ce total de los designios y planes hitlerianos. Todo

cuanto se ocultó tras

personalidad de Hitler y sus aspiraciones, descubren el ..sinuoso curso mental de Führer» y su estremecedora planificación. Todo cuanto Hitler expuso ante Breiting se hizo realidad durante sus

esce los opinión

Hitler, de

cos

el pueblo podrían t

ción,

los

rases

y

ges-

tos, todo cuanto perman incluso en para adueMein Kampf, los ardides poder, ñarse del el golpe de Estado técnico y legal para establecer su absolutismo en Alemania, la brutal expansión por Europa desde el Atlántico hasta los Urales y la delirante visión de un dominio mundial, todo ello lo presentó Hitler como una panorámica ante los ojos de Breiting. Se mostró sin máscara..., aunque pues aún le quedaba la última, la caos. Cuando las multitudes aclam no sospecharon que el objeto de su idolatrfa encarnaba la destrucción. Hitler quiso erigir un mG

ca-

la

en

innúmeras maiaderí

al irascible Führer.

ciones para evitar sería aceptable si p

inclinarse ante el d la vida y con gran denuedo intentaron salvar al pueblo alemán de las Pero no lo será bajo formulen quienes espe

fo d bar, nor

satánicas

podemos pro-

y mancillaron el-ho' en mano--como

emán.

tcmooráneos v oue esta glosa sea 7a ultima ratio de üna argurñeniación hiitórica o sociológica. El


200

Edouard Calic

si acaso, un indicio, tal vez ni un incitamiento para la investigación histórica, para inducirle a buscar la verdad y sumirse

presente texto es, eso,

üa

es pre-

','f"f.g i3i Nosotros no

podríamos tenernos por víctimas del nacionals.o' cialismo aquÍ incluyo también a los seis mi-

llones de-yalemanes caídos-, si no quisiéramos aprovechar la victoria militar nacida del cataclismo en los frentes, para erigir un futuro mejor de la humanidad. Nosotros luchamos por el alma, por el corazón del pueblo alemán.

COMENTARIOS

Y ACLARACIONES AL

EPÍLOGO

l.

Apenas cumplido su tercer dfa dc cancillcr, llrtlnin¡ presentó a los miembros del Gobicrno un dictamc¡r const[ juzgaba innecesa ción par-

arodestituira tro,ysc te puede goberna rtfculo 48 la confianza del E.sc dic. tamen estaba en flagrante contradicción con el artfculo 54 de Ia Constitución: "El canciller y los ministros dcl Rcich ara ejcrcer sus cardictamen y su apliVon Papcn y Von adelantado "la marcha hacia el poder" y sin el consenso del Reichstag. Sin embargo, él no utilizaría ese artículo 4E de la Constitución para proteger la República, sino para desmontar sus instituciones. 2. Stresemann siguió así el ejemplo de Walthcr Rathenau, quien el l6-ly-1922 6rmó el tratado de Rapallo en virtud del cual se reanudaron las relaciones diplomáticas entre Alemania y Rusia. 3. En su sutil análisis de los resultados electorales, Karl Dietrich Bracher demostró conocer la conversación se-sin que Hitler, pese a su excecrcta entre Hitler y Breitinglcnte propaganda, no pudo modificar escncialmente la base cstructural del electorado, y que no habría alcanz¿do jamás el poder si hubiese adoptado un procedirniento democrático. (Die Aullósung der Weintarer Republik, Villingen, 1960). 4. En mayo de 1918, el "Partido de Trabajadores Alemanes en Austria" adoptó ya el título de "Partl'do de Trabajadores Alemanes Nacionalsocialistas". En enero de 1919, Drexier y Harrer, fundadores de un partido similar en Munich, aplicaron también el epíteto "nacionalsociaüs-


202

Edouard Calic

ta" a su Moümiento. Como es sabido, Hitler se agregó a este grupo, asumiendo poco después el mando del mismo. 5. El "Tercero" o "Gra¡ Re ich alemán" debería ser el de los nacionalsocialistas. La desigración "Tercero" no

respondc a una sucesión cronológica (Imperio romano-germánico desde el 962 hasta el 1806, e Imperio Hohenzollern de 187l-1918), sino más bien a un programa: el "Imperio tercero y eterno" que profetizaron las sagas medievales. Este concepto fue popularizado por el libro Das Drilte Reich del conservador Arthu¡ Moeller Van Den Bruck, quien glorifica en sus páginas el estilo prusiano. Los naciona.lsociaIistas asimilaron esa expresión y la emplearon incluso en s1¡ canto guerrero (In München sind viele gelallen), donde dice: "Pero quedan todavía miles de combatientes para el Tercer Reich, el Gran Reich alemán". 6. "Derecbo es aquello que asegura los intereses vitales de la nación", dijo Hitler a Breiting. En otros párafos haremos todavía algunos comentarios sobre sus conceptos jurldicos.

7. Los generales de la Reichswehr apreciaron y temieron a un tiempo la forma en que Hitler hizo organizar su Servicio Secreto y sus formaciones paramilitares. El discurso pronunciado por Hitler durante el debate sobre la ley de II-1933) para responder al diputado socausó gran impresión entre los polí-

como Hugenberg.

8. Estos datos proceden de la alocución pronunciada por Hitler con ocasión del Año Nucvo (1932, Vólkischen Beobachler, 1-2 enero 1932). Esas cifras ponen de manifiesto que casi la mitad de los afiliados nacionalsocialistas estaban en las formaciones paramilitares. Su número no distaba ya mucho de ese millón que Hitler creía necesario para enfrentar a los burgueses con Ia alternatiya: "bolchevismo o nacionalsocialismo." 9. A Hitler le interesaba vivamente asumir el mando de la Policía incluso antes de formar Gobierno, como lo prueba la conversación entre é1, Von Papen y Goering celebrada el 29 de enero de 1933. Von Papcn escribe al ¡especto: "Cuando tocamos el tema Prusia, ambos caballeros indicaron que el mecanismo de la policía prusiana, acapara una

rend ca30 1

zat aqul las tendencias predominantes en el generalato como consecuencia de esa situación política interna. Nos contentaremos, pues, con indicar que Hitler se las arregló, me-

Hitler sin

mdscara

extendido considcrablemente hacia fincs

203

dc

1932, Hitler lo-

gró impedir que Schleicher asumiera la cartera áe Defe¡sa

en su Gobierno dc coalición. Hizo circular'el rumor de que Schleicher intentaba desencadenar un alzamiento y encarce-

lar a

Hindenburg.

En

ticia t

les del conspi en los

su proyecto: arrestar a Hitlcr antes de su nombramiento, (Christ und lUelt, 21 de cnero de 1963). Tal afirmación no

puede ser más absurda, pues ningún general abrigaba talcs propósitos por aquellas fechas. 1l

que I los al sado tíñca

Curie. Precisamente aquellas pcrsonils cxpulsudus dc AL.lrt¡lnia contribuyeron exccpcionalmL.ntc con sus conoclmlcnl(lt

y su dedicación a la dcfensa dcl mundo dcmoclrltico. Iln l()tll, Wernher Von Braun mc dijo con ocasión dc urt corrgrtloi "El avance técnico depcnde dcl crérlito t¡uc sc concu,tlu rt los científicos."

Discurso electoral dc Hitlcr en la pr irncrl rnitud Max Domarus, Hitler-Relen und Pxtklanrutkncn, Würzburg, 1962, pág. I16. 13. Se presentaron varios oficialcs dc la Rcichswchr cscoltados pot una fuerza armada y dispusicron cl arrcsto de Otto Braun, ministro presidente, Karl Scvcring, ministro dcl Interior, Albert Crzesinski, jefe dc la Policía bcrlincsa, y Bernhard Weiss, subjefe dc la Policía. Fueron dcstituidos asinismo el comandante dc la Policía dc Scguridad bcrlinesa, varios jefes de policía y altos funcionarios provinciales, 14. Si Hitler hubiese provocado una disputa sobre su derecho a la cancillería no se Ie habría concedido, ciertamentei esa audiencia. Según un rumor bastante extendido por la opinión pública, Hindenburg había dicho que, mientras él viviese, el "cabo bohemio" no pondría pie en su residencia de Ia Wilhelmstrasse, La audiencia fue un mentis a ese rumor. Hitler había franqueado el Rubicón. 15. Esta entrevista, concertada por el jefe de Prensa del NSDAP, Otto .Dietrich, es 4ecir, Ia misma persona gue preparó el coloquio entre Hitler y Breiting, muestra que Hitler y sus cblaboradores habían percibido ya cuáles eran los pensamientos más adccuados para la gran masa de consumidorcs y cuálcs para Ias personalidades intelectuales y

de

12.

1932.

burguesas.

16. Se ha extraído este texto del legado de Richard Breiting para completarlo con las anotaciones de otros" taquígrafos presentcs. Desgraciadamcnte, muchos historiado' res han desestimado el discurso de Oberfohren.


204

Edouard Calic

77. Fra¡z Von

Papen: Sobre el lracaso de una demo-

cracia, Maguncia, pág.

18. A

esas alturas,

385.

la

coalición disponía de 196 esca-

Hitler sin

205

tar su detención. Después de

1945, el asesino SS Gildisch, conchabado con Heydrich, confesó baber disparado contra Klausener obedeciendo órdenes superiores y haber puesto

la pistola eD su mano 26. Según las notas pachó a su colaborador para solventar el caso. mudos

eicher con el artículo

mdscara

a los valientes y

48

fue preciso desacreditar

tes de la mayoría. Por aron un socio. Y Oberfohren tuvo que claudicar tS. En eipi¡meiró1"."n de sus Memorias, Von Papen se refiere al incendio del Reichstag que, según é1, fue un recurso de Hitler para imponer el decreto ley de Hindenburg, Entre otras cosas, aduce que los nacionalsocialistas no fue-

ron culpables del incendio, según declararon el jefe de Ia Gcqtapo Rudolf Diels y el comisario de investigación criminal Helmut Heisig. Sin embargo, el antiguo vicecanciller hitleriano ni siquiera confía ya en tales "testigos",

20. Von

Papen pronunció este discurso, como canciller,

en Berlín el 10-X-1932 ante el personal de la Central de Reclutamiento del "Wolksdienst".

21.

Recopilación

de Cuno

Horkenbach, Das Deulsch

Reich von 1918 bis héule, Berlin,1933. 22. Especialmente decepcionante para Hitlcr fue el resultado electoral en Berlín, Ia ciudad que, según di.io a Breiting, era un montón de inmundicia. Pese al terrorismo nacionalsocialista, los socialdemócratas y los comunistas obtuvieron en las elccciones del 5-III-1933 un 53 por ciento de votos, mientras que el NSDAP sólo alcanzó el 3l por cicnto. Un 69 por ciento de electores se pronunciaron contra el partido nacionalsocialista. Junto con sus aliados, los nacionales alemanes, Hitler consiguió un 40 por ciento es-

e

investigaciones criminológicas

y

tecnolóBicas,

ñado de- elementos SS mandados por Dulucgc

quc un pu'

y

llcyrJrich

incendió el Parlamento cumpliendo órdencs dc Hitlcr. Asf, omo supues, las SA no fueron culpables de ese crróne¡ponen muchas personas y según se ha d amás un mente en el extranjero. Hitler no habría c cnte tan sccreto de tal magnitud a aquellas SA, inestables.

30.

Boletín Oficial del Reich, 1934, pá9. 529.

casamente.

23. Se dio a conocer en el extranjero que Oberfohren había adoptado una actitud antinazi y que estaba bien informado sobre las circunstancias del incendio. El Manchesle¡ Guardian publicó, entre el 26 y 27 de abril de 1933, un "memorándum Oberfohren" acerca de esos hechos, aunque éste resultó ser un escrito capcioso de ciertos elementos aDtihitlerianos. 24. Conviene observar aquí que, poco antes de su muer-

te,

Oberfohren fue obligado

por

algunos compañeros del

partido a firmar, como jefe de minoría, el proyecto de ley sobre los plenos poderes y a votar por la reforma constitucional. Otros muchos se doblegaron también, ya fuera por miedo u oportunismo. 25. Tras el asesinato de Klausener, Hitler hizo publicar un comu¡icado en el que se daba a entender que el iefe de Acción Católica se había descerrajado un tko para evi-

tanto como al jefe de Ia Investigación Criminal, Zirpins. 33. Resolución del 2l-IV-1967 sobre la propuesta del


206

Edouard Calic

manifiesto lq "falta de insti¡to", o más bien la culpabilidad colectiva del pueblo alemán meiliante ug fallo urbi et orbi, como gi todos cuantos dudasen de que Hitler había alcanzado el poder por la via legal y con el conscnso popular mercdsran una condena.

EN ESTA MISMA

colEcctoN BIOGRAFIA E HISTORIA

I

EPISTOLABIO (1873-1890). Slgmund Freud EPISTOLABIO Il (1891-1939). Sigmund Freud NAPOLEON TAL CUAL. Henri Guillemln HITLER SIN MASCARA. Edouard Calic EL PBECIO DE MI ALMA. Bernadette Devlin ...Y MUSSOLINI CBEO EL FASCISMO. Néstor Luján y Luls Bdttonica LOS ALMOGAVABES. José M. Moreno Echevarría lllttVE HISTORIA DE RUSIA. Alan Earl

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